DECAMERON

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DECAMERON

INTRODUCCION

Para hablar de la mujer en el Decamerón, antes debemos tener en cuenta qué figura se tenía

en cuenta con respecto a la mujer en la Edad Media. En esta época, la mujer aparece retratada

como ángel o demonio. Frente a estos dos polos opuestos, surge una tercera vía intermedia que

supone un paso importante de emancipación de la mujer. La mujer real, la mujer que crea

Boccaccio, valiosa por sí misma, que defiende expresarse con su propia voz, supone un

significativo avance. El receptor del Decamerón es femenino. Boccaccio demuestra en esta obra

un conocimiento profundo del alma femenina, y eso le hace denunciar la situación familiar y

social en la que la mujer se encontraba. Por eso reclama con ellas su derecho a hablar y defiende

su libertad en todos los ámbitos: sexual, familiar, social.

SINTESIS

Hablar del Decamerón es encontrarse con una realidad a pesar de que el libro se haya escrito

en 1351, cada cuento de la primera jornada describe como en la época eran ultrajados los

derechos de jóvenes mujeres, como la envidia podía más que un lazo de sangra, la falta de

entendimiento y tolerancia acababan con relaciones, y aunque sean esto cuentos, imaginación de

Giovanni Boccaccio deben de alguna manera reflejar lo que en ese momento él, que es el autor
debía sentir, vivir y de lo cual consideraba expresar. Al inicio se habla de un encuentro con la

realidad, el por qué es el objetivo de este trabajo, hablar de una sociedad acabada moral, mental y

físicamente, agotaba por el exceso de sufrimiento, de pobreza, por la búsqueda del bien singular

y no plural. Es entonces necesario, si se intenta comparar con el libro, decir que en la actualidad

nadie se salva de vivir las consecuencias de los errores ajenos, de los fracasos morales, de la

perdida de virtudes y valores, pues es en ese aspecto donde más debería la población de la tierra

tomar un respiro, y analizar la falta que le hace un cambio significativo respecto al concepto que

tiene de sus semejantes, y lo mucho que se podría lograr si se trabaja en comunidad por el bien

de todos. Lo peor, lo más grave quizá para el futuro es que si se continua esta cadenas de rechazo

a la diferencia, seguirá el mundo caminando por el mismo camino que hasta ahora a recorrido, el

que lo lleve a su extinción, pues no se puede ser indiferente ante el hecho de que cada acción

conlleva a una buena o mala consecuencia, y ¿Por qué se hace referencia sobre esto? Porque

directa o indirectamente el actuar pensando en el bien propio, lleva a que se quiebren lazos de

solidaridad, a que después se cree un sentimiento de poder y de aquel que no fue ayudado, de

venganza y egoísmo, y esto finalmente conlleve al poder y riqueza para pocos y a la pobreza

generalizada, y quizá no pobreza si no que ya el mundo ha llegado a un nivel más bajo, la

miseria, y esto apoyado además por los bajos niveles en la educación, no en todos los países,

pero si en la mayoría, los altos índices de delincuencia, la guerra casi desatada entre países, que

en vez de estar peleando por recursos, con armas que podrían estar usando para calmar el

hambre, deberían estar compartiéndoselos. Y no solo se habla de consecuencias económicas o

sociales, según lo que puede diferirse de las diferentes consecuencias que desata la

desvalorización del ser, una de la mas importantes es el deterioro ambiental que realmente y sin

duda alguna quien ha sido el mayor destructor de su propio hogar ha sido el hombre, por su falta
de conciencia, y de conocimiento sobre el daño que causa cada cosa que toma en sus manos y

cree insignificante al usarla, la sobreexplotación de recursos naturales y el crecimiento sin

precedentes de las industrias, las cuales fueran mas útiles si no solo generaran ganancias a los

que ya las tienen, si no que supliera las necesidad de la mayoría que día a día muere de hambre.

Esto realmente afecta las condiciones de vida, y finalmente un hombre puede vivir si está sano y

come, así no pueda ingresar y aprovechar el estudio, así no pueda gastar y maravillarse con

nuevas tecnologías o viajes, aunque sean estas cosas vitales para algunos hombres con metas e

ilusiones claramente planteadas; desde sus inicios fue el hombre puesto en la tierra sabiendo que

para su desarrollo hablando físicamente debía comer, descansar y estar sano simplemente.

Desde el punto de vista social, podríamos hacer una triple diferenciación en cuanto a la

posición de las mujeres en él: la mujer noble, la campesina y la monja. La primera de ellas era la

única que podía gozar de grandes privilegios y la que, si fuese posible, podría alcanzar un mayor

reconocimiento.

Era el centro del hogar donde se encargaba no sólo del cuidado de los hijos y su educación

sino que también de la organización de los empleados que trabajasen para ellos, del control de la

economía y en ausencia de su marido, bastante común en la época por las guerras o las cruzadas,

o por quedar viuda, era la encargada, como administradora, de tomar las decisiones en

sustitución de su marido. La realidad era, según algunos especialistas, que las necesidades que

tenían en el del día a día nos permiten conocer ejemplos a través de documentos-diarios,

contabilidades del hogar, permisos especiales, etc.- sobre ciertas mujeres que ejercían como lo

hicieran sus maridos o que incluso podían llegar a alcanzar un gran poder social.
El día de la mujer noble podía llegar a ser agotador dependiendo de las posesiones que tuviese

que dirigir, de sus empleados y del número de familia. Pero, sin lugar a dudas, era la mujer

campesina medieval la que más duras condiciones de vida tuvo que soportar: dentro del hogar

era la encargada de la cocina, de las ropas, de la limpieza, de la educación de los hijos, etc. Fuera

de él debía ocuparse del ganado y del huerto, cuando no debía trabajar también en las tierras de

cultivo. Si por el contrario la mujer residía en la ciudad, además de ocuparse de su familia y la

casa, debía hacerlo del negocio familiar o ayudar a su marido en cualquiera de las actividades

que éste llevase a cabo. Si ambos cobraban un salario, el de la mujer era notablemente menor, a

pesar de que realizasen los mismos trabajos. Este hecho es especialmente lacerante cuando la

mujer es soltera o viuda y deja el hogar para trabajar, normalmente en el servicio doméstico-

representa la mayoría-, en el hilado, o como lavandera o cocinera. Pero también lo hace, como

decimos, en el campo como braceras o jornaleras.

Por último, la mujer que opta por dedicar a Dios su vida es una mujer que ha cometido

pecados en su vida y quiere redimirse, o bien una segundona que ha visto cómo su dote se ha ido

con una hermana mayor, o simplemente una mujer que ve el convento como salida a un casi

seguro matrimonio pactado. Esta mujer ha sido la que más expectación ha generado en la

historiografía, derivada de las particularidades de los conventos y la relativa libertad que se

vivían dentro de ellos.

Una de las principales características del Decamerón es el tratamiento que el autor da a la

mujer, un rasgo que lo diferencia de sus antecesores, pues ahora la mujer se pone al mismo nivel

que el hombre, ya que tiene acceso a los placeres de la vida, el amor, la libertad y la aventura.

Este autor tiene una concepción naturalista del amor punto que refleja en la actitud de la mujer.

La mentalidad Boccacciana es más abierta. Así da voz a siete mujeres para que expresen sus
sentimientos a través de sus historias. Boccaccio dedica esta obra a la mujer tratando de dar

consuelo y entretenimiento a las que, como él, han sufrido por amor, donde el hombre es

engañado y desdichado por la astucia de una mujer codiciosa.

Por desgracia, en la actualidad en muchos aspectos se sigue tratando a la mujer de forma

retrógrada. Ejemplo de ello son las típicas canciones de reggaeton, con un puesto número uno de

reproducciones en la mayoría de listas de música en todo el mundo, mal merecido, pues se pone

a la mujer en la visión que Boccaccio quería eliminar: la sumisión ante el hombre.

CONCLUSIÓN

La obra El Decamerón acaba con la tradición literaria de relatos con temáticas religiosas o

místicas, haciendo de Boccaccio padre de la novela moderna y presentando al hombre tal y como

es: un ser humano con sus defectos y virtudes, penas y glorias

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