03 - Causas y Consecuencias de Chernobil

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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

LAS CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL


ACCIDENTE NUCLEAR DE
CHERNOBYL

Profesor: Mag. Luis Emilio Zegarra Paredes

Presentado por:

Eduardo Guerra Chambi

Área: Biología General

Aula: 201

Sección: “D”
TACNA – PERÚ
2019
INDICE

1. LA HISTORIA DE CHERNÓBIL................................................................................3
1.1. El desastre de Chernóbil ¿qué es lo que realmente pasó?...................................3
1.2. El cronograma del desastre de Chernóbil el 26 de abril de 1986:.......................5
1.3. La nube atómica y su viaje por el mundo.............................................................5
2. LAS CAUSAS DE LA EXPLOSION DEL REACTOR EN CHERNOBYL..............8
2.1. Errores de diseño....................................................................................................8
2.2. Errores cometidos por el grupo de operación......................................................9
2.3. Causas políticas.....................................................................................................10
3. LAS CONSECUENCIAS DEL DESASTRE NUCLEAR DE CHERNÓBIL..........11
3.1. Sala de control: reactor de la Central Nuclear V.I. Lenin de Chernobil..........11
3.2. Enfermedad y duda..............................................................................................12
3.3. Guardería silenciosa.............................................................................................12
3.4. La mortífera huella de Chernobil........................................................................12
3.5. Un laboratorio siniestro.......................................................................................13
3.6. Quince minutos de infierno..................................................................................13
3.7. Mundo perdido.....................................................................................................14
3.8. Volver al hogar.....................................................................................................14
3.9. Velas para los muertos.........................................................................................15
3.10. Enfermos de miedo...........................................................................................15
3.11. Ecos de esperanza.............................................................................................16
3.12. Crónica de un accidente nuclear......................................................................17
3.13. La mortifera huella de Chernóbil....................................................................19
3.14. Campos sembrados de sal................................................................................21
3.15. Conviviendo con la radiactividad....................................................................22
BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................25
LAS CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL ACCIDENTE NUCLEAR DE CHERNOBYL

1. LA HISTORIA DE CHERNÓBIL

Según la pagina web Chernobilweb.com(2019), describe lo siguiente:


Chernóbil tiene una rica historia que data de la Edad Media (mencionada por primera vez en
1193), y en el siglo XVI fue fuertemente influenciada por los judíos (más sobre la historia
judía). Chernóbil se vio muy afectada por la Segunda Guerra Mundial y bajo la Unión
Soviética se convirtió en la base de reparación de barcos en el río Prípiat.
Debido a su densa población y un fácil acceso a los recursos acuáticos, fue elegida por el
Ministerio de Energía de la Unión Soviética para la construcción de una central nuclear a 20
kilómetros de Chernóbil. Construcción de la central nuclear de V.I. Lenin empezó en 1970.
Al mismo tiempo fue constuida Prípiat, la ciudad-satélite vecinal y después de poner en
marcha el primer reactor en 1977 la ciudad de Chernóbil tenía 14.000 habitantes.
Gracias a sus buenas conexiones de transporte (autobuses, trenes y hasta barcos) se
convirtió en el centro regional con amplias perspectivas. Los planes de los soviéticos en
cuanto a la central nuclear fueron extensivos: se suponía que iba a ser la mayor central del
mundo con 12 reactores, de los que cada uno generaría una energía de 1000 MW. 4
reactores ya estaban en funcionamiento y otros 2 estaban en construcción cuando su destino
cambió para siempre.

Edificios en CHERNOBIL
Fuente: www.chernobylwel.com

1.1. El desastre de Chernóbil ¿qué es lo que realmente pasó?


El accidente de la central nuclear ocurrió el 26 de Abril en 1986. Fue el desastre
nuclear más grande en la historia de la humanidad. La explosión tuvo lugar en el cuarto
bloque de la central nuclear de Chernóbil, que se encontraba a tan solo 120 kilómetros
de la capital ucraniana Kiev y cerca de su frontera con Belarús.
La central nuclear de Chernóbil era en aquel tiempo una de las centrales nucleares más
grandes del mundo. Fue dedicada al programa militar estratégico de la armada
soviética. La explosión fue una desafortunada coincidencia de varios factores. Aparte
del hecho de que el rector no tenía actualizado el sistema de seguridad, tenía un bajo
nivel de automatización. En la fatídica noche el 26 de abril se estaba llevando a cabo
un experimento que debía poner a prueba el rango inercial del turbogenerador. Bajando
la producción enérgica hasta el nivel de paralización de la reacción nuclear en cadena,
seguido por un brusco aumento de producción enérgica por los operadores junto con la
suspensión de la conducción del agua de refrigeración al reactor 1, resultaron en  un
sobrecalentamiento del combustible y destrucción de la base del reactor.
A la 1:24 (hora local), 40-60 segundos después de haber iniciado la prueba, tuvieron
lugar dos grandes explosiones. Según algunos investigadores del accidente, el hecho de
que quitaran todas las barras de control de la parte activa del reactor, junto con la
creciente capacidad del reactor, hicieron que la explosión fuera inevitable.  Según las
investigaciones los sistemas de seguridad estaban apagados alguno incluso fuera de
servicio en el momento de la explosión inicial.  La combinación del vapor radiactivo
con hidrógeno arrancó la tapa del reactor de 1,200 toneladas y destruyó el techo. 
Al cabo de unos segundos llegó otra explosión. Mientras que la primera explosión,
según varios estudios independientes, fue química, la segunda, en la que se quemaron
los neutrones inmediatos, tenía características de una explosión nuclear con una
potencia de 0.3 kilotoneladas (que equivale aproximadamente a 300 tonedalas de TNT
(trinitrotolueno). Según varios testigos la primera explosión fue seguida por una llama
roja y la segunda por una llama azul, y al cabo de un rato apareció un hongo nuclear
sobre el reactor.

El desastre nuclear también fue una coincidencia. Se suponía que la prueba iba a ser
realizada por otro equipo (de diferente turno). Aquel grupo fue especialmente entrenado
para realizar ese tipo de pruebas. Sin embargo, la prueba se aplazó durante 9
horas debido a las celebraciones del 1 de mayo y por la electricidad necesaria para
cumplir con el plan de producción. El retraso hizo que el experimento se llevara a cabo
bajo otro equipo de operarios y no por aquel que lo había preparado. En el turno de
noche, por lo tanto, había menos operarios cualificados. Justo después del accidente
cerraron los demás reactores y la gestión de la central entró en régimen de crisis, que
fue gestionado desde un búnker debajo de la central 
1.2. El cronograma del desastre de Chernóbil el 26 de abril de 1986:

 1:23 Dos explosiones en la unidad 4


 1:26 Alarma de incendio en la central nuclear
 1:28 Llegada de la brigada de los bomberos de la central nuclear
 1:35 Llegada de la brigada de los bomberos de Prípiat
 2:10 Extintor en la caverna de máquinas
 5:00 Unidad 3 fue cerrada por razones de seguridad
 6:00 Llegada de la brigada química de la armada para medir el nivel de la
radiación
 6:35 Todos los extintores en uso. El fuego en la base del reactor destruido
ardía hasta el 10 de mayo en 1986
1.3. La nube atómica y su viaje por el mundo
El polvo radiactivo empezó a expendirse desde el reactor de la central
nuclear destruido y ardiente y contaminó el medio ambiente no solo en sus alrededores,
sino también llegó a lugares más lejanos. El primer paso de la liquidación del accidente
nuclear fue extinguir el incendio en la sala del reactor ardiente y en el techo de la sala
central de la maquinaria. 
Los primeros en llegar fueron el departamento especial de bomberos de la central
nuclear, junto con los bomberos de las ciudades vecinas de Prípiat y Chernóbil. Ellos
apagaron el fuego en 3 horas después del accidente. Aunque, en el corazón del reactor,
había una mezcla de masas nucleares que contenían combustible que aún estaba
ardiendo.
Los bomberos que trabajaban en la zona del accidente no sabían qué había causado el
incendio y seguían echando agua a las ruinas del reactor. Esto empeoró la situación y
provocó varias explosiones menores y una grave contaminación radiactiva. Para evitar
la dispersión de la radiactividad al medio ambiente, llenaron el reactor de 5.000
toneladas de boro, dolomita, arena, barro y de un compuesto de plomo,
lanzándolo desde lo alto de unos helicópteros que estaban volando sobre el reactor
los días después del accidente.
Estas materias llegaron a extinguir el grafito ardiente y absorber los aerosoles
radioactivos. Dos semanas después de la avería los organismos oficiales soviéticos
decidieron conservar el bloque colapsado dentro de un sarcófago especial – hecho de
hormigón con su propio sistema de refrigeración.
La explosión elevó las partículas radiactivas hasta a 1.5 kilómetro de altitud. A esta
altitud, el viento del sureste arrastró la nube radiactiva llevándola hasta
Escandinavia. La nube voló sobre Escandinavia y después volvió hacia Ucrania. El día
del accidente, la dirección del viento cambió hacia el oeste, por eso la segunda
nube contaminada voló por Polonia a Checoslovaquia y después a Austria. Después de
su rebote en los Alpes volvió a Polonia. Por lo que sabemos, no hay lugar en el mundo
donde las nubes de Chernóbil no estuviesen presentes. Las nubes contaminadas volaron
por todo el mundo.
Los territorios más afectados fueron Ucrania y Belarús, que decidieron evacuar
partes de sus países de forma permanente debido a la contaminación del medio
ambiente. El yoduro radiactivo ocupó un papel muy importante en los procesos de
contaminación. Su periodo de semidesintegración es corto y relativamente poco después
del accidente se descompuso en sustancias inocuas. Hoy en día, la contaminación
radiactiva está compuesta sobretodo de sustancias como estroncio y cesio. Su periodo
de semidesintegración es de 30 años. Después del accidente estas sustancias estuvieron
contaminando el entorno cercano durante décadas. Los isótopos de plutonio y americio
permanecerán en el territorio durante miles de años. Sin embargo, su efecto de
radiación sobre el cuerpo humano es despreciable. 

Según el informe oficial (una vez cerrada la investigación) fueron los empleados los
que no habían seguido las normas de seguridad necesarias. El director de la central
nuclear V.P. Bryukhanov y el ingeniero jefe N.M. Fomin fueron condenados a 10 años
de prisión, el ingeniero jefe adjunto A.S. Dyatlov a 5 años, el jefe de la sala del reactor
A.P.Kovalenco y el responsable del turno B.V. Rogozhkin a 3 años, y el inspector del
Estado Y.A. Laushkin a 2 años de prisión. Paradójicamente, el juicio tuvo lugar en la
Casa Cultural de Chernóbil, que antes era una sinagoga. Los eventos de la central
nuclear de V.I. Lenin solo han sido el comienzo de las secuelas que después
cambiarían no solamente las normas de seguridad de la energía nuclear, sino también la
historia de la humanidad. 
El desastre nuclear también fue una coincidencia. Se suponía que la prueba iba a ser
realizada por otro equipo (de diferente turno). Aquel grupo fue especialmente entrenado
para realizar ese tipo de pruebas. Sin embargo, la prueba se aplazó durante 9
horas debido a las celebraciones del 1 de mayo y por la electricidad necesaria para
cumplir con el plan de producción. El retraso hizo que el experimento se llevara a cabo
bajo otro equipo de operarios y no por aquel que lo había preparado. En el turno de
noche, por lo tanto, había menos operarios cualificados. Justo después del accidente
cerraron los demás reactores y la gestión de la central entró en régimen de crisis, que
fue gestionado desde un búnker debajo de la central.[CITATION Che19 \l 10250 ]

2. LAS CAUSAS DE LA EXPLOSION DEL REACTOR EN CHERNOBYL


Según Jacques(2019), describe lo siguiente:
Este reactor RBMK de 1000 Megawatts eléctricos es moderado con grafito y enfriado con
agua ligera. Además de potencia eléctrica, producía plutonio-239 para armamento. Por
consiguiente el combustible no podía ser irradiado por largos periodos de tiempo y el
reactor estaba equipado con un sistema para cargar y descargar elementos combustibles sin
necesidad de apagar el reactor. Las causas de la explosión fueron de tres tipos:
2.1. Errores de diseño
El núcleo del reactor RBMK es inestable por debajo de 700 Megawatts térmicos, casi
la cuarta parte de su potencia nominal. En términos más simples, a baja potencia el
reactor es difícil de controlar y cualquier tendencia hacia una reacción en cadena se
amplifica rápidamente. Esta característica muy peligrosa es típica del diseño RBMK.
Por fortuna, esta característica esta ausente en los diseños occidentales así como en los
reactores soviéticos de agua presurizada VVER. En todos los reactores diferentes al
RBMK, cualquier incremento en la reacción en cadena es automáticamente detenida,
gracias al diseño del núcleo del reactor. La explosión en Chernobyl ocurrió durante una
prueba a baja potencia, es decir en un momento en el cual el reactor estaba inestable.
Los ingenieros nucleares rusos sabían de esta inestabilidad así como los expertos
franceses y británicos. Las autoridades soviéticas habían sido advertidas muy bien
antes del accidente de Chernobyl, pero las advertencias cayeron en oídos sordos. !!Esta
situación se puede comparar con un autobús en un camino sinuoso en la montaña y con
problemas en el sistema de la dirección!!
En un reactor RBMK las barras de control se insertan l e n t a m e n t e. La inserción
completa requiere 20 segundos, mientras que en otros reactores en el mundo solo toma
menos de 2 segundos. Aquello es demasiado lento para evitar el desbocamiento del
núcleo cuando opera en modo inestable. Y los reactores RBMK no tienen barras de
control de emergencia con inserción rápida. ¡¡Imagine que pasaría si el autobús
empieza a reducir velocidad 20 segundos después que el conductor aplica los frenos!!
Las barras de control son de carburo de boro con una cubierta de grafito. Cuando la
barra de control se empieza a insertar, el grafito aumenta la reactividad. Este fenómeno
peligroso fue observado en 1983 - tres años antes del incidente de Chernobyl - en un
reactor RBMK en la central Ignalina en Lituania. ¡¡Es como si al aplicar los frenos del
autobús el resultado fuera pisar el pedal del acelerador a fondo durante un par de
segundos!!
En el reactor RBMK el moderador neutrónico consiste de 600 toneladas de grafito. No
es tanto un error de diseño sino una propiedad infortunada de ese material; cuando el
grafito muy caliente entra en el contacto con el aire, estalla en llamas. En Chernobyl el
fuego del grafito vaporizó los radioisótopos en el reactor y los dispersó en la atmósfera
junto con el humo. Los reactores de agua presurizados occidentales (PWR) y los
reactores de agua hirvientes (BWR) no contienen grafito ni cualquier otro material
inflamable.
Los reactores RBMK no tienen un sistema para filtrar los gases de escape ni una
contención estructural. En el peor de los escenarios, esta última por lo menos habría
reducido y habría retardado el escape de material radiactivo al ambiente. Semejante
contención protege los otros reactores en todo el mundo, incluso los reactores más
recientes (VVER 1000) instalados en la ex-Unión Soviética y en sus estados satélites.
El reactor de Three Mile Island estaba bien protegido y por consiguiente no hubo una
liberación significativa de radioactividad. Faltando la contención, el reactor RBMK es
como un autobús sin carrocería - la estructura de la contención es obviamente un
requisito de seguridad mayor y esencial, aunque no es invulnerable. Resumiendo,
teníamos un autobús sin carrocería que desciende por un camino en la montaña, con
una dirección que no trabaja y con un sistema de frenos que acelera el vehículo por
unos segundos y tarda otros 20 segundos en aplicar los frenos, esto después de que el
autobús ha golpeado en la pared o ha caído en un barranco !!.
2.2. Errores cometidos por el grupo de operación
Se identificaron seis errores humanos. Se violaron dos reglas permanentes de
operación: no operar el reactor por cualquier periodo de tiempo a un nivel de potencia
reducida (debajo de 700 Megavatios-térmicos), y nunca tener menos de treinta barras
de control totalmente insertadas en el núcleo. Un error consistió en no seguir el
procedimiento de prueba, y tres mecanismos de seguridad se baipasaron
deliberadamente - uno para la inyección de agua de emergencia, y otros dos para el
paro de emergencia.
Es evidente que los operadores no fueron entrenados adecuadamente y no
comprendieron la naturaleza peligrosa de sus acciones. Si no se hubiera cometido
cualquiera de estos seis errores, la explosión no habría ocurrido. Por otro lado, sería
demasiado fácil culpar al grupo de operación por la catástrofe; ellos estaban haciendo
su trabajo con el entrenamiento que habían recibido. Ese entrenamiento era insuficiente
y totalmente inconsistente con la falta de características de seguridad pasivas que tiene
el diseño del reactor RBMK. No sabiendo mucho sobre el comportamiento del núcleo
del reactor, los operadores fueron incapaces de apreciar las implicaciones de las
decisiones que estaban tomando, y su situación era aun más peligrosa ya que la prueba
estaba haciéndose a baja potencia y en violación de órdenes vigentes.
Además las instrucciones de operación, tanto las órdenes vigentes como las
instrucciones específicas para la prueba, eran incompletas e imprecisas.
Un examen detallado de lo que pasó en las pocas horas y minutos que precedieron a la
explosión mostró que esta ocurriría. Y, si usted cree que un accidente esta asociado con
la aleatoriedad y la incertidumbre, y si usted cree que existe una cierta probabilidad de
que un accidente ocurra, entonces la explosión del reactor de Chernobyl no fue un
accidente. Esto nos lleva a examinar las causas políticas.
2.3. Causas políticas
En la Guerra Fría, que a veces amenazó en ponerse caliente, el aspecto de la
producción de plutonio del RBMK impuso un sentido de urgencia en su diseño,
construcción y operación; ningún tiempo debía ser "desperdiciado" en mejoras aun
siendo esenciales para un funcionamiento seguro. Los científicos e ingenieros
trabajaron bajo una y sólo una pauta: producir plutonio de grado armamento - tanto y
tan rápidamente como fuera posible.
Los problemas presupuestales fueron manejados en la misma dirección. Simplemente
usar los fondos disponibles para producir la máxima cantidad de plutonium-239 de
grado armamento de la más alta calidad y tan rápidamente como fuera posible.
Fue bajo estas circunstancias que el Ministro de Electrificación declaró en una reunión
del Politburó el 2 de mayo de 1986, seis días después de la explosión: "A pesar del
accidente, el equipo de construcción cumplirá con sus obligaciones socialistas y pronto
empezará a construir el reactor número 5."
La cultura del secreto era universal en la URSS. Impuso la departamentalización del
conocimiento: ninguna persona podía ver la película completa e integrar todos los
aspectos de la seguridad de la operación. En la energía nuclear civil la cultura soviética
del secreto duró hasta 1989.
Algunos científicos soviéticos eran estrictamente honrados y abiertos. Otros que
también eran competentes, y reconocidos como tales, estaban más motivados por sus
intereses personales que por la objetividad científica y les faltó valor para ser
científicamente rigurosos. Ellos aceptaron o animaron al poder político en la toma de
decisiones cuestionables e incluso peligrosas. El forcejeo por influencias reemplazó al
debate científico, técnico y tecnológico.
Los errores de diseño del reactor no surgieron de la incompetencia de los ingenieros.
Eran más bien el resultado de la dictadura burocrática que se impuso en todas las
decisiones del sistema soviético, incluso las que trataban con la seguridad.
Está claro que la explosión del reactor de Chernobyl se hizo posible por las muchas
limitaciones del sistema soviético. Se puede decir bien que la explosión de Chernobyl
fue más un evento soviético que un evento nuclear.[CITATION Jac19 \l 10250 ]
3. LAS CONSECUENCIAS DEL DESASTRE NUCLEAR DE CHERNÓBIL
Según el National Geographic(2019), describe lo siguiente:

3.1. Sala de control: reactor de la Central Nuclear V.I. Lenin de Chernobil


Hace treinta años, los operadores cometieron aquí, en la sala de control del reactor
número cuatro, una serie de errores fatales. La explosión subsiguiente aún arruina la
tierra y muchas vidas.

3.2. Enfermedad y duda


Aquejados de cáncer de tiroides, Oleg Shapiro, de 54 años, y Dima Bogdanóvich, de
13, son atendidos en un centro especializado de Bielorrusia. Shapiro arriesgó su
salud demoliendo casas contaminadas cerca del reactor destruido. Dima nació
mucho después de la explosión, y aunque es poco probable que haya desarrollado este
tipo de cáncer como consecuencia de ella, la gente de la región sigue atribuyendo a
Chernobil una amplia variedad de trastornos.
3.3. Guardería silenciosa
El día del desastre, los niños, ajenos al accidente nuclear, jugaron en esta guardería
de Prípiat, la ciudad de los empleados de la central. Fueron evacuados al día siguiente.

3.4. La mortífera huella de Chernobil


Las partículas radiactivas arrastradas por el viento cayeron en su mayoría cerca del
reactor (nube representada abajo), lo cual obligó a evacuar miles de kilómetros
cuadrados a ambos lados de la frontera entre Ucrania y Bielorrusia.
3.5. Un laboratorio siniestro
Prípiat, hoy abandonada, se usa para estudiar las pautas de contaminación radiactiva en
las ciudades. Chernobil fue como una gigantesca bomba sucia que esparce  radiación
con una explosión convencional.

3.6. Quince minutos de infierno


Con trajes protectores y máscaras antigás, la imagen muestra los trabajos de
perforación que se llevaron a acabo en 2005 para colocar las vigas de refuerzo en el
interior del endeble sarcófago de hormigón, una estructura construida
apresuradamente tras la explosión para aislar los escombros radiactivos del
reactor cuatro. Su función fue mantener en pie la estructura hasta que se
construyera una nueva. La radiación en el interior es tan elevada que no se
podían realizar turnos de más de 15 minutos.
3.7. Mundo perdido
Para una exiliada de Prípiat, el silencio de una calle de la ciudad reaviva memorias del
pasado. Muestra una vieja fotografía de la misma calle años atrás.

3.8. Volver al hogar


Iván Martínenko y su esposa han regresado a su casa, en un pueblo cerca de
Chernobil. Unas 350.000 personas fueron evacuadas tras la explosión. Ahora,
desafiando el desastre, han regresado unos 400 ancianos. En un principio las
autoridades ucranianas los desanimaban, pero al comprender que lo único que
querían era morir en su casa, les dieron atención médica y otros servicios.

3.9. Velas para los muertos


Ante el Monumento a los Bomberos, los operarios de Chernobil recuerdan a los
muertos en la explosión. Dos trabajadores de la central murieron durante el accidente,
y otros 28 operarios y bomberos fallecieron poco después por los efectos de la
radiación. El número de muertos por cáncer podría llegar a 4.000. Los trastornos
causados por el traslado de la población y el miedo a la enfermedad han generado
otros riesgos para la salud, entre ellos, depresión y alcoholismo.

3.10. Enfermos de miedo


En una institución de Bielorrusia viven niños discapacitados psíquico. Se dice que los
niños nacidos en la región tienen un mayor índice de defectos congénitos y retraso
mental. Un estudio de la ONU ha comprobado que el accidente dejó un legado de
miedo en madres primerizas.
3.11. Ecos de esperanza
Lejos de la zona cero, la naturaleza se ha adueñado de los 5.200 kilómetros
cuadrados de tierras abandonadas en la zona de exclusión.
En la macilenta luz de una nevada mañana de primavera, los objetos dispersos por el
suelo de una guardería abandonada hablan de otra época, antes de que los niños
de Prípiat perdieran su inocencia. Sandalias y diminutas zapatillas de
ballet. Figuritas de cartón de Lenin cuando era niño y de su etapa de dirigente
juvenil, el equivalente soviético de los cromos de futbolistas. En la sala contigua,
muñecas rotas y desnudas yacen en las camas donde los pequeños dormían la siesta.
En la pared del gimnasio hay fotos de los niños haciendo ejercicio.
La vida en Prípiat llegó a un estremecedor final. Antes del alba del 26 de abril de
1986, a menos de tres kilómetros al sur de lo que entonces era una ciudad de
50.000 habitantes, el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil
estalló. Treinta personas murieron a consecuencia de la explosión y del incendio, o
resultaron expuestas a radiaciones letales. La estructura destruida ardió durante 10
días, contaminando 142.000 kilómetros cuadrados en el norte de Ucrania, el sur
de Bielorrusia y la región rusa de Briansk. Fue el peor accidente nuclear que ha
conocido el mundo.
La lluvia radiactiva, 400 veces superior a la radiactividad liberada en
Hiroshima, expulsó a más de 300.000 personas de sus hogares y desencadenó
una epidemia infantil de cáncer de tiroides. Con los años, las pérdidas económicas
–costes sanitarios y de limpieza, indemnizaciones y pérdida de productividad– se
han cifrado en cientos de miles de millones de euros. A medida que los errores y el
secretismo del gobierno fueron saliendo a la luz, Chernóbil (Chornobyl, como hoy
se la conoce en la Ucrania independiente) incluso aceleró la desintegración de la
Unión Soviética. Los restos extremadamente radiactivos del reactor cuatro aún están
bajo el «sarcófago», una deteriorada cripta de hormigón y acero construida a toda
prisa después del accidente y que 20 años después amenazaba con desplomarse. Los
trabajos para reemplazarlo se iniciaron hace 10 años: una estructura arqueada, del
tamaño de un estadio, que se deslizaría sobre el sarcófago y lo cerraría
herméticamente. Se espera que la estructura, aún sin finalizar, este
completamente construida para 2017. El reactor quedará así fuera de la vista. Pero
la gente de la región nunca lo borrará de su pensamiento, porque ante sus ojos aún se
desarrolla una catástrofe a cámara lenta.
Los primeros cálculos de que habría decenas o incluso cientos de miles de muertos a
consecuencia del accidente de Chernóbil han sido desechados. Pero el daño genético
producido se cobra lentamente sus víctimas. Nadie puede predecir los efectos
definitivos, pero un informe fidedigno de 2005 calculaba que el polvorín de cáncer
encendido por Chernóbil se cobraría 4.000 vidas hasta la fecha. Aun así, los efectos
más insidiosos de Chernóbil podrían ser las heridas psicológicas sufridas por los
que abandonaron un hogar malogrado y por los millones de personas que
siguen viviendo en la zona contaminada. «Los efectos psicológicos son
devastadores –dice Mijaíl Malko, físico en Minsk–. Muchas mujeres sienten que
darán a luz bebés enfermos o hijos sin futuro.»
3.12. Crónica de un accidente nuclear
Olesia Shovkoshítnaya no sabe si culpar o no a Chernóbil por sus jaquecas y su
mala memoria. Pero guarda buenos recuerdos de su infancia en Prípiat, ciudad
construida en la década de 1970 para el personal de la central de Chernóbil. « Era un
lugar acogedor, con árboles y rosas –recuerda Olesia, que ahora vive en Kíev, unos
110 kilómetros al sur de Chernóbil–.Yo jugaba al ajedrez y a balonmano, nadaba y
formaba parte de un coro. Disfruté mucho de mi infancia.» Esa vida se acabó
cuando tenía 10 años. A la 1.23 de aquella madrugada de abril, los técnicos
cometieron un error en una rutinaria prueba de seguridad del reactor cuatro.
El reactor de núcleo de grafito, un diseño soviético, tenía una inestabilidad
inherente, y en cuestión de unos segundos la reacción nuclear en cadena se
descontroló. El agua de refrigeración del reactor se vaporizó instantáneamente,
rompiendo las barras combustibles. Los reactores occidentales están encerrados
en el interior de gruesos edificios de acero y hormigón, pero éste no tenía
materiales resistentes que contuvieran la explosión. El estallido levantó el techo,
dispersó las entrañas del reactor alrededor del edificio y provocó un feroz
incendio en lo que quedaba de núcleo de grafito. La madre de Olesia, que
trabajaba de técnico en la central, acudió como siempre esa mañana a su puesto de
trabajo, varias horas después del accidente. Olesia fue a la escuela. «Hacía calor–
recuerda–. Nos encerraron dentro. No entendía por qué.» Después de las clases,
dijeron a los niños que se fueran directamente a casa.
La madre de Olesia regresó por la tarde y cerró las ventanas. Después se presentó un
funcionario del ayuntamiento con comprimidos de yodo, que protegen contra el
yodo 131 radiactivo. También le dio a su hija un trago de vodka, una bebida
que en tierras soviéticas estaba considerada como protectora frente a la
radiación. Su padre, que era ingeniero, regresó ese mismo día de Moscú, donde
acababa de obtener el doctorado. Irónicamente, su tesis trataba de la probabilidad de
una catástrofe en una central nuclear. Después contaría a Olesia que de camino a
casa vio niños chapoteando en los charcos que se formaron tras regar la carretera.
Les rogó que entraran en casa. Estaban impregnándose de radiación.
A la mañana siguiente las autoridades anunciaron que se había producido un
accidente y que la ciudad sería evacuada. Ese día, 1.100 autobuses de toda
Ucrania se alinearon en Prípiat. A las 5 de la tarde, la ciudad estaba vacía.
La ciudad de Slávutich fue construida a 50 kilómetros de Pripiat para sustituir la
ciudad, alojaba al personal de los tres reactores restantes de Chernóbil hasta que
fueron clausurados, el último de ellos en el año 2000. En su plaza están grabados
en mármol negro los nombres y los rostros de las primeras víctimas del
desastre. Dos trabajadores de la central murieron por la explosión y el fuego.
Los otros, 22 trabajadores y seis bomberos, recibieron elevadísimas dosis de
radiación y sucumbieron en unos meses.
Durante los días que siguieron a la explosión, otros miles de trabajadores,
llamados «liquidadores», fueron conducidos a toda prisa hasta Chernóbil para
dominar el infierno radiactivo. Mineros del carbón excavaron bajo el núcleo
para bombear nitrógeno líquido y enfriar así el combustible nuclear. Pilotos de
helicópteros arrojaron 4.500 toneladas de plomo, arena, arcilla y otros
materiales para sofocar las llamas. El ejército hizo incursiones cronometradas al
techo de la central para echar en el interior del reactor los bloques humeantes de
grafito desalojados por la explosión. Apodados irónicamente «biorrobots »,muchos
de esos 3.400 hombres que participaron en la operación absorbieron en unos
segundos la dosis de radiación de toda una vida.
El 6 de mayo las llamas del reactor fueron al fin extinguidas, y un ejército de
liquidadores se puso a trabajar en la construcción de un sarcófago y en la
concentración de los residuos radiactivos en varios cientos de vertederos cerca de
Chernóbil. Los primeros días, los médicos que controlaban el estado de los
liquidadores comprobaron que el número de leucocitos bajaba y temieron por su
salud. Casi todos se recuperaron.
3.13. La mortifera huella de Chernóbil
Pero ahora, una nueva oleada de afecciones puede estar aquejando a los 240.000
hombres y mujeres que trabajaron en el frente del desastre. Las cataratas, un mal
característico de los supervivientes de las bombas atómicas en Japón, van en
aumento. Más preocupante es un estudio realizado entre los liquidadores rusos que
atribuye al accidente 230 muertes en los años noventa por cardiopatías, leucemia y
otros tipos de cáncer.
“Ahora, una nueva oleada de afecciones puede estar aquejando a los 240.000
hombres y mujeres que trabajaron en el frente del desastre.”
La conexión entre Chernóbil y las enfermedades cardíacas es controvertida. La
exposición a la radiación puede dañar los vasos sanguíneos, pero algunos científicos
creen que la elevada incidencia de cardiopatías puede atribuirse al consumo de
alcohol y tabaco, al estrés y a una dieta inadecuada. Tal vez el goteo de casos
registrados hasta ahora sólo sea el principio, pues ya se preveía un aumento del
cáncer. Pasaron entre 20 y 25 años antes de que aparecieran cánceres inducidos por
la radiación entre los supervivientes de las bombas atómicas.
Los millones de personas que vivían a sotavento de Chernóbil también corren un
riesgo. La explosión inicial arrojó material radiactivo al oeste del reactor, salvando a
Prípiat de un impacto directo y aniquilando una franja de pinos conocida como el
Bosque Rojo por las espectrales agujas rojas de los árboles muertos. «Los vientos
fueron favorables», dice Ronald Chesser, un ecólogo de la Universidad
Tecnológica de Texas que estudia la nube radiactiva como modelo de lo que
ocurriría si una bomba sucia (explosivos con material radiactivo) estallara en Estados
Unidos.
En aquel momento, cuando el reactor ardía fuera de control, el viento arrastró la
nube hacia el norte. El 70% de la radiactividad se extendió por Bielorrusia y
contaminó casi una cuarta parte del país. Pero el gobierno soviético no informó a
la población. Mientras que los niños de Prípiat ya estaban tomando comprimidos de
yodo horas después de la explosión, las autoridades de Bielorrusia no empezaron a
distribuir píldoras hasta transcurrida una semana o más. Todo ese tiempo los niños
bebieron leche con trazas de yodo 131 radiactivo procedente de vacas alimentadas
con hierba contaminada. Este potente isótopo de rápida desintegración se concentró
en la glándula tiroides de los humanos.
A partir de 1990, Alexei Okeánov, de la Universidad Medioambiental
Internacional Sajárov, y otros observaron un marcado incremento del cáncer
de tiroides infantil. Antes de Chernóbil, en Bielorrusia había dos o tres casos al año
en niños menores de 15 años. En 1995 hubo 90. Hasta el momento, a 4.000 niños y
adolescentes de Bielorrusia, Rusia y Ucrania se les ha diagnosticado este cáncer, y la
mayoría vive en Gómel, región de Bielorrusia altamente contaminada justo al norte
de Chernóbil. Aunque el cáncer de tiroides tiene uno de los índices de curación más
altos entre los tumores malignos, al menos nueve niños murieron y los
supervivientes deben seguir tomando medicamentos de por vida.
Ahora que ha pasado una generación desde el accidente, el cáncer de tiroides vuelve
a ser raro entre los niños. Pero en los adultos, la incidencia puede estar aumentando.
Okeánov dice que el registro nacional de cáncer de Bielorrusia revela un aumento en
Gómel del cáncer de colon y de vejiga, aunque algunos consideran que el mayor
control después del accidente explicaría en parte el incremento de casos
diagnosticados.
Un informe elaborado en el año 2005 por el Foro Chernóbil un grupo de expertos
creado por el Organismo Internacional de Energía Atómica, la OMS y otras
agencias de la ONU, indica que de los millones de personas expuestas a la nube
radiactiva de Chernóbil, unas 4.000 morirán de leucemia y otros tipos de cáncer
inducidos por la radiación. El hecho de que esta cifra haya sido recibida con alivio
da la medida de los temores suscitados tras el accidente.
El impacto de Chernóbil no acaba con las muertes por cáncer. Al principio, «no
pensamos en el impacto psicológico en los supervivientes», reconoce Mijaíl
Balonov, secretario científico del Foro Chernóbil. Convencidos de que están
condenados, algunos viven atemorizados, y otros prescinden de cualquier
precaución: comen setas contaminadas, abusan del alcohol o llevan una vida sexual
promiscua y sin protección. Al sufrimiento se añade el desplazamiento de cientos de
miles de personas que fueron evacuadas de las regiones más contaminadas o huyeron
por propia voluntad. Olesia Shovkoshítnaya asegura que la vida como «niña de
Chernóbil» no ha sido fácil. Su familia se alojó durante tres meses en casa de unos
parientes, en el este de Rusia, antes de que le fuera asignado un apartamento en Kíev
y dinero para comprar muebles.
“Quienes se quedaron siguen viviendo en un paisaje contaminado”
Como era previsible, a sus nuevos vecinos no les sentó bien el torrente de evacuados
y el trato preferencial que recibían las víctimas oficiales de Chernóbil. «Decían que
ellos también vivían en una zona contaminada. Pero no recibían ninguna
compensación», cuenta Olesia. Quienes se quedaron siguen viviendo en un paisaje
contaminado. Los dos radionucleidos más generalizados de Chernóbil, el cesio
137 y el estroncio 90, permanecerán en el ambiente durante decenios. Los
campos se abonan con potasio para que los cultivos absorban menos cesio, y se
les añade cal para bloquear el estroncio. Extensas regulaciones fijan lo que se
puede cultivar en cada tipo de suelo. La tierra más contaminada (200.000
hectáreas) todavía sigue en barbecho, aunque el gobierno de Bielorrusia está
tomando medidas para recuperarla.
3.14. Campos sembrados de sal
Recuerdo mi visita en 2005. En un portón y un puesto de guardia a 30 kilómetros del
reactor, los campos de cultivo se acababan. Éstos daban paso al bosque, oscuro,
fragante y aún inquietante en mi cuarta visita en diez años a la zona de exclusión,
un área estrictamente controlada casi el doble de grande que Luxemburgo. En
el centro de ese yermo accidental se erguía el sarcófago, gris, maligno y más oxidado
de lo que recordaba. Construido en seis meses, estaba previsto que durara como
máximo 20 años. Una de las vigas que soportaba el techo de acero corrugado se
apoyaba precariamente sobre una pared del edificio del reactor, gravemente dañada,
y el lado oeste de la estructura se había combado varios centímetros. Ninguna
juntura estaba soldada, porque los operarios no pudieron acercarse lo suficiente.
Cualquier eventualidad –un terremoto, un tornado o una nevada copiosa– podría
haber derribado la estructura. El propio sarcófago, conocido como el refugio, podría
haberse desplomado por sí solo. El frágil refugio contiene una cantidad estimada
de 180 toneladas de combustible nuclear, parte en el núcleo del reactor y parte
en forma de «lava» altamente radiactiva (una mezcla de barras combustibles,
hormigón y metal, que se fundió durante el incendio posterior a la deflagración e
inundó el laberinto de salas debajo del reactor). Dentro de ese armatoste hay
suficiente uranio y plutonio enriquecidos para fabricar decenas de bombas
atómicas.
Pero la amenaza más inmediata es el agua. Hace unos años los operarios calcularon
que había 1.000 metros cuadrados de grietas y orificios en el sarcófago, por los
cuales penetraba la lluvia y la nieve fundida hasta sus entrañas. El agua debilita aún
más la estructura y se filtra hacia el medio ambiente cargada de contaminantes
radiactivos. El agua puede actuar además como moderador nuclear, es decir,
como sustancia capaz de promover una reacción en cadena.Aunque el riesgo se
considera mínimo, una nueva reacción en cadena podría causar otra explosión de
vapor, que haría estallar el sarcófago, dispersaría trozos de combustible y emitiría
toneladas de fino polvo radiactivo.
La noche del 26 de junio de 1990, después de dos semanas de intensas lluvias, los
detectores en una de las salas inundadas de «lava» registraron un espectacular
aumento de los neutrones, señal de una inminente reacción en cadena. Cuatro días
después, un físico de un centro técnico de la vieja ciudad de Chernóbil, a 16
kilómetros de distancia, acudió a toda prisa para verter sobre la «lava» nitrato de
gadolinio, una sustancia que absorbe los neutrones. Los neutrones volvieron a su
nivel normal.
Actos de heroísmo como éste han tenido un alto coste a lo largo de los años.  El
centro técnico, dependiente de la Academia de Ciencias de Ucrania, es el hogar
de los «vigilantes», científicos que trabajan en el sarcófago, exponiéndose a elevados
niveles de radiación cada vez que comprueban el estado del combustible del reactor.
Junto a la entrada hay una lista de las varias decenas de personas que han muerto,
muchas de ellas sin llegar a los 50 o a los 60, y en muchos casos de cáncer o por una
enfermedad del corazón.
«El refugio era y sigue siendo peligroso. Es una amenaza para quienes
trabajamos aquí, para los vecinos y para el medio ambiente»
En los últimos dos años se ha sellado el 90% de las aberturas, y un nuevo sistema
aspersor esparce gadolinio en la sala central. La mayor parte del agua de lluvia se
extrae, pero se deja una pequeña cantidad para eliminar el polvo. Pero Yuliya
Marúsich, que trabaja en el departamento de información de la central nuclear,
declara en un tono imperturbable: «El refugio era y sigue siendo peligroso. Es una
amenaza para quienes trabajamos aquí, para los vecinos y para el medio
ambiente».
Marúsich, una fumadora empedernida con el pelo teñido de naranja, me hace pasar
para que eche un vistazo. Con dosímetros de radiación en los bolsillos y
mascarillas en la cara, recorremos una serie de pasillos hasta llegar a un puesto
de control, donde un ingeniero de la central me enseña un diagrama con los
niveles de radiactividad. El punto «álgido» registrado en el sarcófago, con 3.400
roentgens por hora, supondría una dosis letal para una persona en cuestión de
minutos. Lo más adentro que Marúsich puede llevarme es la sala de control del
reactor número cuatro. Allí fue donde los operarios del turno de noche vieron
con horror cómo la reacción en cadena escapaba de su control. Aunque las
placas del techo han desaparecido, dejando al descubierto tuberías y una masa de
cables y alambres, los paneles de instrumentos están intactos. En el año 2000, la sala
fue impregnada con una solución descontaminante de color rosa. Los residuos que
aún quedan en las paredes tienen un inquietante parecido con la sangre.
3.15. Conviviendo con la radiactividad
Lejos de la zona cero, la naturaleza se ha adueñado de los 5.200 kilómetros
cuadrados de tierras abandonadas en la zona de exclusión. Más de un centenar
de lobos merodean por el bosque, cigüeñas negras y pigargos europeos amenazados
anidan en las ciénagas, y varias decenas de caballos de Przewalski, una raza rara que
se extinguió en libertad hace décadas, medran en la zona tras la suelta realizada en
1998. Los pinos también están recuperando el Bosque Rojo, aunque en algunos
puntos de radiactividad persistente son achaparrados y de aspecto deforme, con las
agujas demasiado cortas o demasiado largas y con racimos de brotes donde
normalmente no debería haber más que uno. Este bosque transfigurado por la
radiación es una anomalía.
“Los ecólogos se maravillan de la resistencia de la naturaleza ante la adversidad
radiológica”
Los ecólogos se maravillan de la resistencia de la naturaleza ante la adversidad
radiológica. También las personas han demostrado ser resistentes. La zona de
exclusión fue totalmente evacuada tras la explosión de Chernóbil, pero al cabo
de unos meses comenzaron a regresar algunos residentes, desafiando a las
autoridades ucranianas. Actualmente 400 personas, casi todas mayores, viven en
los deteriorados pueblos de madera dispersos por la zona, y el gobierno les ha
proporcionado electricidad y autobuses para que vayan de compras a las ciudades
cercanas. En Opáchichi, un pueblo de 19 habitantes, un gallo y varias gallinas se
pavonean junto a la desvencijada cabaña de Anna y Vasili Yevtushenko. «Ésta es
nuestra hija», dice Vasili, y después, señalando la página opuesta, añade: «Ésta es
nuestra vaca». Una semana después del accidente, Anna y Vasili fueron evacuados a
un pueblo a 160 kilómetros. «No nos gustaba el sitio. El clima no era bueno»,me
cuenta Vasili. Dos años después volvieron a Opáchichi. «Aquí tenemos todo lo que
necesitamos», asegura. Luego me enseña los resultados de los análisis de sangre que
ambos se hicieron en 2004. Todo parece normal. «Si hubiera algo, ya habríamos
muerto», dice.
Si Opáchichi es el vestigio de una pesadilla nuclear, Prípiat es como el reloj
hallado entre los escombros de Hiroshima, con las manecillas inertes marcando
para siempre el momento de la detonación. Cerca de una guardería y de un
polideportivo con piscina, ahora vacío y lleno de basura, que Olesia recuerda de su
infancia, se yergue una noria de feria oxidada, con los asientos amarillos chirriando
al viento. La habían instalado precisamente para la celebración del 1 de mayo de
1986. El palacio de cultura Energetik, un auditorio donde se organizaban conciertos
y espectáculos de danza, preside una plaza desolada. Los álamos crecen a través del
pavimento. El musgo que se ha adueñado de las grietas hace que el contador Geiger
se dispare. Aunque las lluvias han limpiado algunas superficies, una maraña de
puntos calientes hará que este armazón sin alma siga siendo radiactivo durante toda
una vida. «Lo que resulta más siniestro en el centro de Prípiat no es la destrucción
del hormigón y el acero –dice Ron Chesser–, sino la ausencia de gente, el silencio.»
Con el tiempo, los radioisótopos completarán sus períodos de semidesintegración, y
los temores de los supervivientes se desvanecerán. [ CITATION Nat19 \l 10250 ]

BIBLIOGRAFÍA

Chernobylwel. (7 de Junio de 2019). La Historia de Chernóbil. Obtenido de Chernobylwel.com:


https://www.chernobylwel.com/es/la-historia-de-chernobil

Jacques, F. (7 de Junio de 2019). Las causas del evento en Chernobyl. Obtenido de estrucplan:
http://www.saludydesastres.info/index.php?
option=com_docman&task=doc_download&gid=31.

National Geographic. (7 de Junio de 2019). Las consecuencias del desastre nuclear de


Chernóbil. Obtenido de National Geographic:
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/las-
consecuencias-del-desastre-nuclear-de-chernobil_10304/1

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