Lo Personal Es Politico. Mujeres en La C
Lo Personal Es Politico. Mujeres en La C
Lo Personal Es Politico. Mujeres en La C
Lucrecia Infante Vargas. Originaria de la Ciudad de Las mujeres son mayoría en la militancia de Nueva Alianza; ellas protagonizan Desde lo público del quehacer femenino, hasta lo más ínti-
México. Doctora en Historia por la Universidad Nacional con un profundo compromiso la lucha por la equidad de género en las políticas
Autónoma de México (UNAM). Sus líneas de investigación públicas. Los derechos que hoy ejercen plenamente y la identidad política mo, las diversas formas de resistencia, las asociaciones que
se centran en la historia de las mujeres en la cultura femenina, tal como los concebimos en la actualidad, son el resultado de un conforman colectivos y la disputa sobre las normas impuestas
impresa y la educación de los siglos XIX y XX, así como lento proceso de formación a través del ámbito de lo cotidiano; de hecho, no
en los vínculos teórico-metodológicos entre la Historia y fue sino hasta la década de los años 70 del siglo pasado cuando las mujeres simbólica y legalmente, se han traducido en un aporte funda-
la Literatura. manifestaron de manera contundente que “lo personal es político”. mental a la formulación de códigos, leyes y políticas públicas
Adriana Maza Pesqueira. Maestra en Historia de México La publicación de esta obra pretende contribuir a la divulgación de un estudio que gradualmente han construido el entramado institucional
y diplomada en Historia de las mujeres en el México de la historia nacional con perspectiva de género desde dos ejes fundamentales que protege y proyecta los derechos plenos de las mujeres.
contemporáneo, ambos por el Instituto Cultural Helénico; que engarzan, por un lado, la política con lo político y, por otro, lo colectivo
diplomada en Historia de España por el Instituto de con lo individual. El primero se centra en las mujeres como actoras en conjunto,
Investigaciones Históricas de la UNAM. Sus áreas de que aunque no buscaron participar directa o formalmente en la conformación Con esta obra, Nueva Alianza reafirma su posición como
interés se centran en la historia de las mujeres en el política del gobierno mexicano, sí la afectaron desde el terreno del conflicto
tránsito entre los siglos XIX y XX, especialmente en el social que emergió de las esferas de lo cultural, lo social y lo económico. El partido promotor de la igualdad y no violencia en todos los
estudio de los colectivos femeninos anónimos. segundo eje sugiere que la convergencia de acciones individuales y personales,
mediadas por el sentido social que estas adquieren en el inmediato plazo de
espacios, tanto públicos como privados y del reconocimiento
Martha Santillán Esqueda. Doctora en Historia por la lo cotidiano relativo a un contexto histórico determinado, afectan de diversas al trabajo individual y colectivo de las mexicanas en la consol-
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); es formas lo político y, por ende, la política.
profesora-investigadora titular del Instituto Nacional de
idación de la democracia
Ciencias Penales (INACIPE). Sus líneas de investigación Rescatar y dar a conocer las distintas formas de influencia que las mujeres han
se centran en la historia social y cultural, con énfasis ejercido en la gestación de políticas públicas relevantes para la conformación
en estudios de género y de mujeres en el siglo XX, del país de derechos al que aspiramos, es una tarea que Nueva Alianza asume Leticia Gutiérrez Corona
principalmente en torno a temáticas vinculadas al estudio como imprescindible. Con la presentación de este libro, Lucrecia Infante,
de la criminalidad y la locura. Adriana Maza y Martha Santillán aportan nuevos conocimientos sobre la lucha Coordinadora Nacional de Movimiento de Mujeres
de las mujeres en México con una frescura de miras, enfoques novedosos y rigor
académico que contribuyen, una vez más, a la formación de una nueva cultura
política en el siglo XXI.
Presidente
LUIS CASTRO OBREGÓN
Secretario General
LUIS ALFREDO VALLES MENDOZA
ISBN
© Nueva Alianza
Durango 199, Colonia Roma, Delegación Cuauhtémoc,
C.P. 06700, México, D. F.
Bibliografía
Prólogo
DORA BARRANCOS
Por fortuna he sido invitada a realizar el prólogo de este libro que representa
una singular contribución a la historia de las mujeres en México, país que
constituye un hito en esta especialidad historiográfica puesto que se encuentra
entre los de mayor y mejor producción en América Latina. Con certeza, no
ha sido fácil para las autoras lograr este abordaje –una labor de síntesis que
abarca largos ciclos temporales–‚ aunque contaran con una pródiga
existencia de investigaciones precedentes en las dimensiones centrales de la
educación y el trabajo, la vida doméstica y el maternaje y la gravitante
cuestión del Estado normativo‚ sin duda un eje importante de este
escudriñamiento. La tarea de sintetizar es en verdad altamente creativa y
requiere mucha destreza. Supone un trabajo de interpretación selectiva,
implica un amplio dominio de la literatura –no sólo de la local– de modo que
permita dialogar holgadamente con una diversidad de tratamientos y, por
encima de todo, demanda pericia articuladora para producir una semiología
convincente, relevante y finalmente autónoma. He ahí la clave para la
densidad narrativa en cualquier empeño marcado por el principio de obtener
cuadros de síntesis provocadores.
Pero esta historia de las mujeres en México no resulta sólo un caleidoscopio
de los múltiples fragmentos suscitados por la existencia femenina en diversos
ciclos y escenarios –gracias al registro de una miríada de especialistas, entre
las que se encuentran las propias autoras. Esta investigación exhibe una
producción original para la empresa con visitas sintomales a fuentes
documentales, y no dejan de sorprender los análisis que corresponden a
los abordajes nuevos, hallazgos originales de auscultamientos a propósito
de los retos planteados para llevar a cabo la tarea.
La historiografía de las mujeres, o de las relaciones de género, que han
desarrollado las autoras hace entrañable una circunstancia que no puede
9
LO PERSONAL ES POLÍTICO
10
PRÓLOGO
11
LO PERSONAL ES POLÍTICO
12
PRÓLOGO
indígenas de los extendidos medios rurales mexicanos –se evocan bien sus
acentuadas exclusiones–, de las campesinas cuyas labores eran (y son)
consternadoras, con proles numerosas que más allá de la celebración
sacramental de la maternidad, estaban seguramente más lejos de la
representación beatífica de la “madre” de las clases medias y de los grupos
dominantes. Desde mediados de la década de 1970 el Estado mexicano
promovió sin ambages la “transición demográfica”, coincidiendo con la mayor
propagación de las técnicas anticonceptivas que sin duda estuvieron más
cerca de las sensibilidades de las mujeres de las capas medias urbanas. Las
autoras señalan bien que la revolución de la píldora no significó exactamente
la revolución sexual, pero las fracturas de los marcos normativos se tornaron
más estridentes‚ las voces se poblaron con matices que impugnaron la
inexorable maternidad. Fue la obligación reproductora lo que quedó
francamente desafiado y el valor asignado a la “familia” perdió en buena
medida su acoplamiento discursivo a una justificación de carácter trascendental.
No hay dudas de que México fue uno de los países latinoamericanos que
receptó rápidamente y tal vez con menores dilaciones las ondas de la
“segunda ola” feminista internacional. El sur del continente vivía años aciagos
pues menudeaban las dictaduras institucionales, pero también se irguieron las
expresiones contestatarias, sobre todo entre los grupos juveniles que
deseaban con especial fuerza la sustitución de la injusticia social y la
subordinación al imperialismo por regímenes políticos que pudieran emular la
saga de la Revolución Cubana. Este ímpetu subordinó a todas las otras luchas,
y aunque en México las sensibilidades coincidieron –piénsese apenas en las
organizaciones estudiantiles y sociales que arreciaron, y también en las
represiones, en la jornada sangrienta de Tlatelolco que estremeció al
mundo–, hubo espacio para el erguimiento de un renovado movimiento
feminista que absorbió a las nuevas posiciones que‚ como he señalado‚ habían
abandonado las formulaciones maternalistas de la primera incubadora de
derechos. Se trató de un cambio de agenda que no dejó de registrar las
circunstancias peculiares de las mexicanas; sobre las adaptaciones conceptuales
se impusieron puntos de vista iluminadores para una perspectiva regional. Las
feministas mexicanas están entre las que inauguraron trazados teóricos a
propósito de las realidades sociales y culturales de las mujeres
latinoamericanas.
13
LO PERSONAL ES POLÍTICO
La historia de las mujeres que ahora se presenta indica que los cambios han
sido más rápidos en las últimas décadas, y que tal vez la mayor desidentificación
con el lastre feminista del primer ciclo del siglo XX, se ha situado en torno de
tres órdenes principales: la lucha contra todas las formas de violencia, la
despenalización del aborto y el reconocimiento de la sexualidad disidente.
La oposición a la fórmula monovalente de la heterosexualidad y los derechos
que emanan de los vínculos lésbicos, son seguramente todavía un desafío a
las axialidades regulatorias del Estado patriarcal. Pero en México, más allá de
las contrariedades que sufren las mentalidades conservadoras y de los
disgustos que mortifican a los espíritus que creen en las diferencias por
“naturaleza” –como si ésta tuviera patrones normativos morales–, el derecho
a la diversidad gana amplitud y se va tornando una prerrogativa “de hecho”.
Es notable constatar, a propósito de este relato, cómo se han erguido los
movimientos de mujeres interpelando al Estado en torno de esas tres cuestiones
fundamentales: la necesidad de vivir sin violencia, la soberanía decisoria
sobre los cuerpos, la autonomía de los sentimientos y del erotismo.
Debemos celebrar –y pienso en el significado que tienen los estudios
comparativos en especial para América Latina– el anexo que permite apreciar
la evolución de un grupo de conceptos de la codificación penal mexicana a
partir de 1871, yendo hasta el anteproyecto de 1949, que enuncian
especialmente las ponderaciones de género en los diferenciales valorativos de
los delitos. Se observa cierta evolución de la noción jurídica de “adulterio” –
tipificado como “delito contra el orden de la familia, la moral pública o las
buenas costumbres”– que fue perdiendo el peso retaliativo a favor de los
varones, pero que se ha mantenido como “delito sexual” (aunque perdiendo
su relación con el orden moral familiar) en el anteproyecto de mediados del
XX. El balance sumario también contiene las evoluciones del derecho punitivo
referidos a infanticidio, aborto, rapto y estupro. En los dos primeros casos
claramente las implicadas son “victimarias” y se trata de delitos contra “las
personas”, mientras que en los últimos dos, se refiere al carácter de “víctimas”
y la tipificación inicial determinó su significado “contra el orden de las familias,
la moral pública o las buenas costumbres”. Vale la pena subrayar que desde
fines del XIX hasta el presente, el aborto es considerado un delito contra la
vida, y que a partir de 1931 se le incorporó la descripción “contra la integridad
corporal”. Seguramente nuevas investigaciones podrán dar cuenta de cómo se
14
PRÓLOGO
han comportado los estrados judiciales con relación a las victimarias y las/los
agentes coadyuvantes, pero hay que reconocer que al menos en México se
mantienen las tres causales absolutorias del aborto, cuando ocurre por
imprudencia, cuando corre peligro la vida de la embarazada y cuando el
embarazo es consecuencia de una violación. Pero como sostienen las
feministas y subrayan las autoras, resulta imprescindible despenalizar el
aborto porque es una rémora que restringe el principio de soberanía de los
cuerpos‚ y hay en esta saga completa concordancia con la agenda de los
hermanos feminismos latinoamericanos.
Este libro comporta una meta-investigación y es una prueba acerca
del vigor de los estudios históricos que han alcanzado en México las
relaciones de género como sistema angular histórico-social y no como
contingencia eventual y a-histórica. El propósito de contribuir a la
historiografía especializada no elude, en absoluto, el ánimo difuminador de
la empresa, todo lo contrario, pues las autoras saben que toda buena
historia sirve tanto a la comprensión de la capilla de las/los especialistas
como de la población lega. El compromiso académico con las
transformaciones dignificantes de la vida debe encontrar a los sujetos de
carne y hueso que padecen las exclusiones y las humillaciones, y son las
mujeres quienes más necesitan conocer su pasado para tramitar las
reivindicaciones del presente y abrir un futuro de justicia y equidad. Su
usufructo no hará beneficiaria sólo a la población femenina sino a toda la
sociedad humana. Un producto académico finalmente debe ser un
instrumento para la resistencia, la ocasión de apostar a la autonomía‚ y
desde luego la oportunidad de incrementar razón y sensibilidad. Me honra
ofertarle a este libro una calurosa bienvenida y augurarle ese destino.
15
Introducción
Lo personal es político dijimos cuando empezamos a avanzar…
… para romper las barreras que nos tenían aisladas de la sociedad.
Betty Friedan
tecnológicos y las comodidades para el hogar fueran las únicas formas de Schmink, “Las mujeres y la
modernización: acceso a la
realización, ni que ellas sólo sirvieran para suministrar a la nación familias tecnología”, en La mujer
mejor organizadas y “buenos” ciudadanos.2 en América Latina, pp. 37-39.
17
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Entre las obras que detonaron el feminismo de la nueva ola en otras latitudes
del planeta, podemos mencionar El segundo sexo de Simone de Beauvoir
(1949), donde abordó la desigualdad dentro del hogar y la función única de
la maternidad que limitaba la movilización de las mujeres; La mística de la
feminidad de Betty Friedan (1963), que puso de manifiesto el ya mencionado
“malestar que no tiene nombre”; y la tesis de Kate Millet, Política sexual (1969),
en la cual revelaba el sistema patriarcal como instrumento del sometimiento de
las mujeres. La teoría feminista de aquellas décadas explicaba que la sumisión
obedecía a una construcción cultural y no a la diferencia biológica a través
de la cual se había justificado siempre, construcción derivada de la separación
de las esferas de la vida.
Esta nueva ola del feminismo fue permeando en México, primero, entre
las clases medias con niveles superiores de educación para enarbolar la
bandera de que “lo personal es político” y avanzar en la transformación de
los campos de acción de las mujeres.
“Lo personal es político” implicó hacer públicos asuntos que sólo se
discutían en el espacio privado; exigir a la sociedad en su conjunto que
reconociera a las mujeres su derecho a decidir si querían hijos o no; demandar
políticas públicas que verdaderamente posibilitaran que la maternidad no
fuera un impedimento para su participación en los espacios sociales, laborales
y culturales; reclamar el derecho a decidir sobre sus cuerpos; denunciar la
doble jornada de trabajo, fuera de casa y en ella.
“Lo personal es político” significó romper las barreras que limitaban la
intervención de la justicia en el hogar, bajo el pretexto de proteger la intimidad
del espacio privado. Exigió exponer el tema de la desigualdad en todas sus
formas a la arena pública para su discusión, empleando los nuevos términos
acuñados por el feminismo. Lo personal fue político cuando las feministas de
principios del siglo XX denunciaron públicamente la doble moral dentro del
matrimonio y hablaron del amor libre, educación sexual para las niñas y
derecho al control de la natalidad; también cada vez que las campesinas y las
indígenas han desafiado el dominio patriarcal, cuando las mujeres de las
zonas marginales se han movilizado y peleado por centros de salud, escuelas
o vales de alimentos.
18
INTRODUCCIÓN
19
LO PERSONAL ES POLÍTICO
20
INTRODUCCIÓN
En estos términos el Estado se convirtió en un actor poderoso, ya que es legal y opinión pública: los
códigos penales de 1871,
desde su potestad donde se establecen las leyes que codifican las formas de 1929 y 1931”, en La reforma
relación social, los derechos y obligaciones, los delitos y las sanciones per- de la justicia en México, pp.
576-577.
tinentes; a la vez que implementa los procesos y métodos tanto legales como
judiciales, así como los mecanismos de instrumentación de la ley. Para ello, se 10
J. del Arenal, “El discurso en
torno
conforma una compleja estructura institucional (desde centros educativos en a la ley…”, p. 303.
derecho hasta juzgados) y se crean aparatos de control y de vigilancia. Esto
11
J. del Arenal, citado en E.
hace del derecho un aparato de control formal que establece, desde la mirada Speckman, Crimen y castigo…,
de los legisladores, una serie de estrategias sociales que, al pretender promover p. 13.
21
LO PERSONAL ES POLÍTICO
GÉNERO Y NACIÓN.
LO PERSONAL Y LO POLÍTICO
12
A. Teja Zabre, “Exposición El progresivo despliegue del ideario democrático de las revoluciones
de motivos”, en Código Penal
burguesas de los siglos XVIII y XIX y, sobre todo, la conformación histórica de
para el distrito y territorios
federales en materia de fuero las estructuras y atributos distintivos de la individualidad y la subjetividad
común y para toda la República
moderna, coadyuvaron con la suplantación de los viejos órdenes de
en materia de fuero federal
(1931), p. 18. experiencia basados en la jerarquía y el rango, movilizando al individuo
22
INTRODUCCIÓN
23
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Con todo, García Peña sostiene que las mujeres “aprendieron a utilizar un
versátil discurso de resistencia que apuntaló un lento cambio histórico”.14
Las concepciones de género a lo largo del siglo XIX no distaban mucho
entre católicos, conservadores, liberales o positivistas, asegura Carmen Ramos
Escandón;15 todos concordaban en la sumisión femenina, y sólo diferían en
algunos aspectos según sus posiciones políticas. Por ejemplo, el matrimonio
era considerado por la Iglesia como un sacramento que unía cristianos y que
era indisoluble, en tanto que para los liberales era un contrato civil –también
indisoluble– entre ciudadanos normado por el Estado. Asimismo, tales
visiones se correspondieron con las de la medicina, la biología o la psiquiatría,
ciencias modernas que daban sustento a la idea de una irrefutable naturaleza
femenina constreñida a la maternidad y a la domesticidad.
Por otro lado, conforme avanzaba el siglo XIX, se fue exaltando cada vez
más “la dignidad de la mujer en su papel reproductor, al mismo tiempo que se
conservaron y aún acentuaron las restricciones a la vida pública femenina”,16
situación que se vio finalmente consolidada jurídicamente a partir de la
Constitución liberal de 1857 y con el código civil porfiriano. Para Ramos
Escandón dicha dicotomía de los sexos tenía una clara función política: “evitar
otorgar a las mujeres los mismos derechos ciudadanos que a los hombres. La
separación masculino/femenino, como oposiciones irreductibles, asignó el
espacio doméstico a las mujeres y al varón el de la vida pública como únicas
alternativas de actividad”.17
Sin embargo, la inestabilidad social producida por la Revolución, así
como los conflictos sociales posteriores, posibilitaron que las mexicanas
14
Ana Lidia García Peña, El tuvieran una participación más notoria en actividades políticas, laborales y
fracaso del amor. Género e
culturales; de este modo, el marco jurídico posrevolucionario les otorgó
individualismo en el siglo XIX
mexicano, pp. 49-51. derechos y más protección en materia civil, de educación, trabajo; aunque en
15
Carmen Ramos Escandón,
materia electoral hubo que esperar hasta 1953; finalmente, la igualdad jurídica
“Legislación y representación de se otorgó hasta 1974.
género en la nación mexicana:
la mujer y la familia en el
De acuerdo con Foucault, el trasfondo de estos discursos de género,
discurso y la ley, 1870-1890”, desiguales y cifrados en la configuración de lo público y lo privado, era
en Voces disidentes. Debates
contemporáneos..., p. 98.
económico. Existía una necesidad política de controlar la procreación en
razón de la acumulación y transmisión de bienes en la cultura capitalista, por
16
Ibidem, p. 97.
ello se creó un dispositivo de alianza: todo un sistema de transmisión de
17
Ibidem, pp. 97-98. nombres y bienes, a partir de la fijación y desarrollo del parentesco establecido
24
INTRODUCCIÓN
20
Romana Falcón, “Descontento
plebeyo. Resistencia y
21
Darío Barriera, “Por el
Al confinar legal y simbólicamente a las mujeres a lo privado se limitaba su camino de la historia política:
capacidad de acción en el ámbito de lo político, pero también al interior de hacia una historia política
configuracional”, Secuencia…,
los espacios domésticos, lo que en última instancia repercutía en las herramientas p. 173.
25
LO PERSONAL ES POLÍTICO
materiales y simbólicas con las que las mujeres construían su feminidad y, con
ello, los mecanismos de negociación y resistencia.
En este orden de ideas y, con la finalidad de brindar marcos interpretativos
del pasado que nos ayuden a la comprensión de nuestro presente, a lo largo
de este libro reflexionaremos, por un lado, en torno a las posibilidades de
participación social existentes para las mujeres a partir de la conformación
del Estado liberal mexicano; y, por otro, a las formas implementadas por ellas
para desenvolverse socialmente.
Ello nos permite, en primer lugar, pensar históricamente en torno al ya
mencionado binomio de lo público/privado promovido por los estados
modernos que, en tanto que vinculó dichos ámbitos con lo masculino/
femenino, apartó a las mujeres de la actividad pública y de la conformación
política de los gobiernos (al menos de manera formal). En segundo, buscamos
superar dicha perspectiva y dar cuenta de cómo, más allá de las normas y
disposiciones legales o morales, la esfera pública-política se construyó a
través de la actividad constante y cotidiana que todos los sujetos, hombres y
mujeres, llevaban a cabo en los diversos espacios en que habitaban.
En otras palabras, a pesar de que las leyes y las normativas de distinto
orden (género, morales religiosas, médicas, etc.) discriminaron a las mujeres
de la vida pública-política, al interior de la sociedad siempre existieron canales
de participación a través de los cuales, desde lo personal –es decir, desde lo
político– ellas hacían política.22 Entendemos a la política como aquello que
22
Véase Nancy Fraser, concierne a la organización de la sociedad y las relaciones de autoridad y
“Repensar el ámbito público: de subordinación entre los actores sociales, y que da forma a las instituciones
una contribución a la crítica de
la democracia realmente de gobierno que definen y ordenan la práctica social. Por su parte, lo político
existente”, Debate Feminista, apela al conflicto social –esto es, a las relaciones humanas en todos los ámbitos
pp. 23-58.
de la vida–, fenómeno inherente y contingente a partir del cual se constituye
23
Véase François-Xavier Guerra,
históricamente toda formación social.23 Así, a lo largo de este libro el conflicto
“El renacer de la historia
política: razones es entendido “como lugar de las contradicciones [que] se convierte en lo más
y propuestas”, Historias, pp.
específico de una sociedad, en nódulo de las tensiones, en el centro del
3-23; Cfr. Darío Barriera, op.
cit., pp. 163-196. cambio”.24
24
María José de la Pascua
En síntesis, el interés central de la obra se cifra en estudiar la historia
Sánchez, “Natalie Z. Davis o la nacional con perspectiva de género desde dos ejes fundamentales que
historia de las mujeres desde
una historia social renovada”,
engarzan, por un lado, la política con lo político y, por otro, lo colectivo con
Historia Social, p. 109. lo individual. El primer eje propone comprender a las mujeres como actores
26
INTRODUCCIÓN
LA RUTA...
27
LO PERSONAL ES POLÍTICO
28
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
I
Educación, trabajo
y sociabilidad:
los antecedentes de
un quehacer político
permanente
29
Cosas que alguna vez se velaron en los secretos de la existencia privada
son y deben ser de interés público. La división sexual del trabajo y la
distribución sexual del poder son parte de la política tanto como las
relaciones entre las clases o las negociaciones entre las naciones, y lo
que sucede en la cocina y en el dormitorio clama por cambios políticos.1
Anne Phillips
31
LO PERSONAL ES POLÍTICO
32
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
33
LO PERSONAL ES POLÍTICO
EDUCACIÓN E INDIVIDUACIÓN:
UN LARGO PROCESO
34
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
35
LO PERSONAL ES POLÍTICO
23
La Currutaca Juiciosa,
A la verdad, querida amiga, si tuviera una bien cortada pluma, un estilo florido,
“Respuesta a la invectiva del Sr. y la más persuasiva elocuencia, tomaría con ardoroso interés la defensa de mi
Químico”, Diario de México, sexo, más ¿qué puede hacer una mujer sin instrucción, que no tuvo otro patrimonio
junio 15 de 1806. que la estupidez, que nació para vivir y morir sepultada en la ignorancia? […]
36
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
No sólo el amor es el móvil de las acciones de las mujeres; que ellas son capaces
de todos los entusiasmos. Por lo que a mi toca, sé decir que mis acciones y
opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido absolutamente en ellas,
y en este punto he obrado siempre con total independencia […]. Me persuado
que así serán todas las mujeres, exceptuando a las muy estúpidas, y a las que
por efecto de su educación hayan contraído un hábito servil. De ambas clases
también hay muchísimos hombres.26
24
Pepita, “Carta de una
Avanzado el siglo, otra de las voces femeninas que mejor resumen la evolución de señorita a otra que se halla
los argumentos en favor de la educación de las mujeres es la de Laureana Wright, ausente de esta ciudad”, en
Diario de México, (3 de
a quien retomaremos más adelante. Mientras tanto, es oportuno señalar también septiembre de 1810) y Pepita
que, no obstante la lentitud con que ocurrió, la persistencia de las mujeres por “Costumbres. Carta de una
señorita mexicana”, en Diario
alcanzar un horizonte de educación cada vez mayor (es decir no sólo de México, núm. 223 (mayo 11
elemental, sino el mismo al que podían aspirar los varones), fue un factor de 1806).
determinante en la generación de los grandes cambios de orden estructural que 25
M. L. Vicario, en Registro
propiciaron el cumplimiento de dicho objetivo. Entre algunos de los más deter- Oficial (14 de marzo de 1831).
minantes, la promulgación en 1861 de la Ley de instrucción primaria obligatoria 26
El Federalista Mexicano
para ambos sexos; la fundación en 1869 de la Escuela Nacional Secundaria (2 de abril de 1831).
37
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Secretarias que escriben a máquina, 1925. Archivo Casasola. Secretaría de Cultura.-INAH.-MEX. Reproducción autorizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (607).
38
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
39
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Laboratorista del “Centro de Higiene Soledad Orozco de Ávila Camacho”, ca. 1945. Archivo Casasola. Secretaría de Cultura.-INAH.-MEX. Reproducción autorizada por
el Instituto Nacional de Antropología e Historia (1916).
40
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
41
LO PERSONAL ES POLÍTICO
hombres el trabajo era un derecho, para las mujeres seguía siendo una
anomalía, una necesidad que había que justificar”.34
Así, ya fuera desde la Universidad Femenina de México “institución
moderna creada expresamente para preparar a la mujer mexicana como
garantía de cualquier eventualidad venidera”, la Escuela de la Felicidad
Doméstica, o la Escuela para Novias, hasta las escuelas de Enseñanza
Doméstica y de Artes y Oficios impulsadas por el Estado, donde se brindaba
“una preparación técnica: corte y confección, cocina, encuadernación,
taquimecanografía, que las capacitaba para trabajar si no continuaban
estudios superiores”.35
De cualquier modo, hacia la década de los setenta, de las 99 029 alumnas
universitarias inscritas en la UNAM, 54 355 cursaban carreras profesionales en
diversas facultades de Ciudad Universitaria y Escuelas Nacionales de Estudios
Profesionales (ENEP); otras tantas (44 674) cursaban la enseñanza media
superior en la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y en el Colegio de Ciencias
y Humanidades (CCH). En términos del porcentaje global, la población escolar
compuesta por mujeres en la UNAM se ha incrementado más aceleradamente
que la de los varones desde 1940.36
34
Martha Eva Rocha, “Las
Mexicanas en el siglo XX”, en
Los resultados del crecimiento sostenido de la matrícula femenina se
Mujeres Mexicanas…, observan en forma contundente durante la década de los noventa: de acuerdo
pp. 126-127.
con los datos reportados por la Agenda Estadística 1998 de la UNAM, desde
35
Idem. el año de 1992 el porcentaje de la matrícula universitaria femenina y masculina
36
Rodolfo Lara y Jorge
es casi paralelo; para 1997, 49. 4% de la población total de estudiantes de
Madrazo, “La mujer en la esta institución educativa eran mujeres.37
Universidad. El caso de la
UNAM”, Deslinde…, pp. 9-11;
De tal forma, como ya se mencionó, es imprescindible subrayar que desde
véase también Cronología 1975 se ha incrementado el número de mujeres inscritas en casi todos los
histórica de la UNAM.
campos del conocimiento, incluidas las matemáticas, ciencias naturales,
37
Véase DGESII Agenda agropecuarias y marinas, donde reportan un índice de titulación de 60%,
Estadística 1997, México,
UNAM, 1998.
respecto a 40% de los varones. Para el caso de las áreas económico
administrativas, los datos hasta 1996 reportaron una titulación de 52% de
38
Sofía Leticia Morales Garza,
Equidad de Género en la
mujeres frente a 48% de hombres. En las humanidades, la proporción fue de
educación, y Liliana Morales 65% de mujeres, frente a 35% de varones. No obstante, estos últimos indicaron
Hernández, “La mujer en la
educación superior en México”,
una titulación mayor en ciencias de la salud, ciencias sociales, artes,
Informe SEP, pp. 68-77. arquitectura e ingeniería.38
42
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita 39
Pierre Bourdieu, “El campo
del ángel con venablo literario. Prerrequisitos críticos y
antes de liarse el manto a la cabeza principios de método”, Criterios,
y comenzar a actuar. p. 20.
43
LO PERSONAL ES POLÍTICO
EL HORIZONTE DE LA COLECTIVIDAD
Como todo discurso, la escritura de mujeres también se puede leer como
una forma consciente de expresión; aunque es importante reconocer que
está, hasta cierto punto, delimitada y restringida por la cultura masculina
que codifica y define el lugar que la acción y pensamientos de las
mujeres deben ocupar. Pero precisamente es en este sentido en el que la
escritura de las mujeres debería analizarse como un pensamiento más
filosófico que el definido institucionalmente como tal: las mujeres escriben
no para decir lo que son, sino para preguntarse qué son [...]. Por lo tanto,
debemos partir de (la comprensión) que las mujeres escribían y escriben,
en primer lugar para darse una identidad, para representarse o
representar su humanidad ante sí mismas.41
Rubí de María Gómez Campos
40
Rosario Castellanos,
“Meditación en el umbral”,
Bella Dama…, p. 146. En diversos sentidos, el auge de la escritura femenina fue sin lugar a dudas un
41
Rubí de María Gómez
vocero crucial de la inconformidad de las mujeres a partir de 1800. Cinco
Campos, El sentido de sí. Un años después de la primera huelga de mujeres que registra la historia
ensayo sobre el feminismo y la
filosofía de la cultura en
moderna, ocurrida en los Estados Unidos durante 1825, aparecen en Francia
México, p. 11. las primeras revistas dirigidas por mujeres. En atención a la temática que
44
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
45
LO PERSONAL ES POLÍTICO
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LO PERSONAL ES POLÍTICO
48
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
¿Y qué pedimos para llevar adelante nuestra obra? Nada. ¿Y qué necesitamos?
Que ustedes, queridas hermanas nuestras, a quienes dedicamos preferentemente
nuestras tareas, nos concedan protección, porque en la unión está la fuerza;
sintamos todas arder en nuestros corazones la santa llama del progreso para 49
La Sociedad, “Introducción”,
que realizando la idea de nuestra sociedad, podamos decir a la faz del mundo La Siempreviva, Mérida, año 1,
civilizado: Basta; ha llegado la hora de la ilustración de la mujer […]49 núm. 1, p. 1.
49
LO PERSONAL ES POLÍTICO
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I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
La vehemencia del discurso, que como cualquier otro, busca contagiar a sus
escuchas, puede parecernos exagerada si consideramos, como una mera
retórica, el fervoroso reconocimiento al anhelo con que todas aquellas mujeres
esperaban formar parte de esa reunión. Pero si consideramos también, que
más allá del propósito fáctico que las convocaba, todas acudieron a aquella
cita porque necesitaban saber, necesitaban sentir, comprobar que no eran las
únicas que deseaban estudiar para convertirse en doctoras, abogadas,
dentistas, oficinistas, maestras, farmacéuticas; que no sólo ellas se negaban a
casarse a una edad temprana, o tardía; que otras también anhelaban viajar
hacia lugares lejanos y desconocidos; que había, en fin, más mujeres con las
cuales compartir sus planes e ideas para que el peso de la desaprobación
pública fuera más llevadero, o incluso, que lograran esquivarlo sin sentirse
relegadas, excluidas, solas o resentidas con una sociedad a la que, todavía,
le costaba mucho trabajo imaginarlas fuera del rol de madres y esposas.
Entonces, quizá podamos comprender el genuino interés que para todas
ellas tuvo aquella primera reunión y, de manera muy especial, la importancia
de que existiera un grupo de mujeres que, en efecto, no sólo estaba de acuerdo
con esa manera de pensar (ellas, por cierto, querían ser escritoras de profesión),
sino que tenía la capacidad de expresarla por escrito en las páginas de una
revista que, cada mes, era también un espacio para la convivencia y un punto
de reunión.
En ese sentido, y a semejanza de los antiguos espacios de sociabilidad
generados por las mujeres, donde a partir de actividades compartidas como
coser, bordar, tejer, pintar, cocinar, leer, recitar, o bailar, se participaba
también de una identidad; la convivencia en torno a un propósito hasta
entonces reservado a los varones: pensar de manera conjunta sobre qué y
cómo escribir, llevarlo a cabo, y convertirlo en una realidad en la materialidad
de la tinta y el papel, resonó en el descubrimiento de la capacidad compartida
que las mujeres tenían para decidir juntas, en libertad y de común acuerdo;
por medio de ella era posible sumar fuerzas para resolver un conflicto o allanar
un obstáculo. En suma, para conseguir un interés común.
55
LO PERSONAL ES POLÍTICO
RUECA. UN “ALARDE DE
INDEPENDENCIA”57
56
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
establecimiento de guarderías.61 61
Cabe señalar, que el estudio
En otras palabras, ante el hecho de que “estas mujeres, de esta publicación es una tarea
pendiente para la historia de la
agrupadas intelectualmente a la par que sus compañeros prensa, de la cultura y las
(esposos, novios, amigos, condiscípulos) que empezaban a mujeres en México. Véase G.
Cano, “Las mujeres en el
escribir poesía, ensayo, prosa, teatro, no eran consideradas México del siglo XX. Una
para formar parte de los equipos editores)”,62 se dieron a cronología mínima”, en Miradas
feministas…, p. 58.
la tarea de generar el espacio donde pudieran poner en
práctica su talento literario. En el mismo sentido, la 62
E. Urrutia, op. cit., p.371.
57
LO PERSONAL ES POLÍTICO
[…] estoy segura que si en Tierra Nueva se nos hubiera permitido participar
activamente [como editoras] Rueca no se habría editado. O, al menos, no
por nosotras [pero] en aquel momento de la historia literaria de México, no
tuvimos la suerte que, años después –quizá por la huella que había dejado
Rueca– tuvieron otras jóvenes escritoras, de pertenecer a una generación
literaria en la que la discriminación femenina había sido, no sólo amablemente
atenuada, sino abolida. Quiero insistir en que dicha discriminación no fue
una actitud especial de nuestros amigos terranovistas, sino el reflejo de la
actitud general, del prejuicio de los escritores mismos hacia la literatura
femenina.63
58
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
59
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Si alguna vez hubo dudas, hoy sabemos que las mujeres trabajaron
siempre, tanto en el ambiente rural, en el que nunca faltaron labores
asignadas a ellas, como en las ciudades, donde no sólo se dedicaron a las
tareas del hogar sino también a ocupaciones remuneradas, según sus
posibilidades: algunas en actividades que les permitían cierta independencia,
incluso reconocidas como maestras, vendedoras, prestamistas, parteras,
curanderas, hueseras, costureras y oficios menos honorables; y otras quizá
las menos afortunadas, como empleadas en talleres y obrajes, y sin
duda en mayoría abrumadora, en el servicio doméstico [en el ramo de
la alimentación] hubo dulceras, panaderas, mesoneras, cocineras,
marquesoteras (podríamos llamarlas bizcocheras) y chocolateras, y
también hilanderas, tejedoras y costureras.66
Pilar Gonzalbo Aizpuru
60
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
61
LO PERSONAL ES POLÍTICO
62
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
73
J. W. Scott, op. cit., p. 102.
Algo muy semejante ocurrió en el caso de México donde, además de la actividad
económica urbana que desde el siglo XVII representaban las llamadas labores
74
P. Gonzalbo, “Espacio
laboral y vida…”, p. 239.
domésticas (lavar, cocinar, planchar, barrer y sacudir), es sabido también que
hacia finales del siglo XVIII “varios miles de empleadas [trabajaban] en la Real
75
Cf. Julia Tuñón, Mujeres en
México. Recordando una
Fábrica de Tabacos y otras tantas se ocupaban en panaderías, talleres historia, p. 113, y Silvia Arrom,
y obrajes”.74 Para el siglo XIX, el censo realizado en la Ciudad de México Las mujeres en la ciudad de
México, 1790-1857, pp. 21 y
hacia 1811 registraba que, de sus entonces 137 000 habitantes, las mujeres 336.
representaban 32.4% de la fuerza de trabajo; y hacia 1857 cuando la población 76
María de la Luz Parcero,
sumaba ya 200 000 habitantes, más de 4 200 mujeres formaban parte del Condiciones de la mujer en
servicio doméstico.75 Incluso, tal como detalla un estudio pionero en dicho ámbito: México durante el siglo XIX, p.
52. Cabe mencionar el trabajo
también pionero de Virve Piho,
En los gremios surgidos después de la Colonia, habían figurado las indias, las “La obrera Textil” (1982), cuya
mestizas y hasta las criollas como bordadoras, modistas, costureras, tintoreras, visión panorámica, aun cuando
esquemática y rebasada hoy
curtidoras, cigarreras, mercaderes, tipógrafas, artistas y productoras de diversos
por investigaciones recientes,
objetos. Inclusive, viudas, indígenas y doncellas. Reclamaban para sí en vísperas da cuenta de la historicidad de
de la Independencia, la exclusiva de ciertos oficios como eran la curtiduría, la condición laboral de las
vender zapatos, tejer objetos de palma, echar tortillas o vender guisos el país mujeres.
para gentes humildes.76
63
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Lo anterior, en tanto que, aun cuando quizá sobra decir que la construcción
del ”deber ser” femenino implícito en este discurso se establece desde el
estereotipo de clase dirigido a las mujeres de los sectores medios y acomodados
(que insiste en definir las virtudes naturales de lo femenino: debilidad física,
belleza, ingenuidad, timidez, ternura, resignación para el sufrimiento, fuerza
”interior o moral”); debe señalarse que la parte medular de dicho imaginario,
permea sin embargo a las mujeres de todas las clases y sectores sociales. En
77
P. Gonzalbo, “Religiosidad
femenina…”, p. 35. otras palabras, aun cuando el entreverado de modalidades, grados, o variantes
en que dicha preceptiva es introyectada y ejercida por las mujeres de distintos
78
Anne Staples, “Una
educación para el hogar: grupos, pueda ser tan complejo como diversas las circunstancias específicas
México en el siglo XIX”, en en que cada una construye su identidad, las posibles variantes de configuración
Obedecer…, p. 86.
de la misma se circunscriben a los marcos establecidos por la preceptiva moral
64
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
65
LO PERSONAL ES POLÍTICO
¿Por qué entonces la insistente y particular preocupación, sobre los nocivos efectos
que con respecto a su papel como madres se atribuyen al ingreso de las mujeres a
los diversos ámbitos laborales, aun cuando el más reiterado fuera el fabril? Tal como
apunta, nuevamente, la queja manifiesta por un obrero: “Si al menos la manufactura
hubiera sido libre […] la mujer iba a la fábrica a comenzar su tarea a las 8 de la
mañana, podría empezarla a las 5:00 y avanzar mucho en tres horas; no tendría
que abandonar a sus hijos y su casa a una vecina descuidada con prejuicios de la
educación cristina y física de aquellos y con daño de la moral de la población”.82
Nos parece que, en concordancia con el planteamiento de Joan Scott, “la separación
entre hogar y trabajo, más que reflejo de un proceso objetivo de desarrollo histórico,
fue una contribución [al mismo, pues] suministró los términos de legitimación y las
explicaciones que […]” al relativizar los argumentos con que a partir del supuesto
“dilema casa-hogar”, la “ideología de la domesticidad” estableció las diferencias
entre hombres y mujeres en el mercado laboral.83
En efecto, si recordamos el marco dicotómico de la normatividad moral
imperante desde el cual, y con base en la presunta esencia natural de lo masculino-
femenino, a los varones se atribuían los espacios de la vida social: lo público y el
trabajo remunerado en virtud de su responsabilidad como proveedor material de la
familia; a la mujer, por el contrario, en función de la naturaleza débil, sentimental e
intuitiva que se le asigna, correspondían la preservación del orden doméstico, así
como el cuidado y educación moral de los hijos al interior del ámbito doméstico-
familiar.84 Comprenderemos mejor el verdadero cisma estructural que, en términos
culturales, significó por un lado, la imposibilidad de continuar obviando lo que la
realidad cotidiana mostraba: las mujeres no sólo eran agentes productivos, sino que
también daban cuenta de su aptitud para ello en territorios hasta entonces reservados
82
M. L. Parcero, op. cit, p. 58.
en exclusivo a los varones, en particular, el magisterio, los servicios médicos,
83
J. W. Scott, op. cit., p.102. comerciales o en las oficinas de gobierno, e incluso la escritura. Por otro, la percepción
84
Michelle Perrot, “Salir”, en
de que muchos de los trabajos realizados por las mujeres en algunos de estos
Historia de las mujeres…, ámbitos eran sólo una extensión de las tareas usualmente femeninas, seguramente
pp. 8 y 155.
formó parte de la confusión simbólica que, de acuerdo con Rose Marie Lagrave, se
85
Rose-Marie Lagrave, “Una expresó en la generación de un discurso que intentó apuntalar la ya mencionada
emancipación bajo tutela.
Educación y trabajo de las
concepción dicotómica sobre la cual se levantaba el orden social imperante: el
mujeres en el siglo XX”, en presunto conflicto entre el papel que las mujeres debían cumplir en la familia,
Historia de las Mujeres…,
pp. 81-83.
y su actividad remunerada.85
66
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
Las incontables páginas que produjo dicha polémica merecen por sí mismas
todo un análisis. Por ahora, sin embargo, baste señalar el vínculo sustancial
que en dicho proceso jugó, una vez más, la discusión sobre las mujeres y la
educación. Pues tal como expresa claramente el siguiente texto, el sentido de
dicha relación atraviesa siempre, y necesariamente, por el tipo de sociedad
imaginada, y de los hombres y mujeres que la encarnan.
¿Quiere el Sr. Vigil que la mujer reciba instrucción semejante al hombre, para
que esté en aptitud de consagrarse a los trabajos que éste desempeña? ¿Quiere
que ejerza la medicina, que desempeñe la abogacía, que sea representante del
pueblo, y que asuma el importante papel de gobernante? Tal cosa parece, por
lo menos indicar, cuando cita el hecho de que varias jóvenes han ingresado en
las escuelas de varones, no contentas con la educación que se les puede
proporcionar en los establecimientos destinados a su sexo [lo cual] es enteramente
inaceptable [pues] cada sección de la humanidad tiene su objeto bien definido.
El papel de la mujer es tan fundamentalmente importante en el santuario del
hogar, que cualquiera otra actividad a que quisiera consagrársele […] sería
pequeña y miserable en comparación de sus grandiosos deberes domésticos
[...]. Así pues, tanto la mujer como el hombre deben se enseñados, con arreglo
al objeto que cada uno debe realizar. Y esto se comprueba, recordando que ese 86
Luis E. Ruíz, “¿Educar a la
hecho no es sino una de las explicaciones de la importante ley del trabajo.86 mujer para que comita con el
hombre y lo aventaje?”, en
respuesta al que sobre “La
educación de la mujer” publica
el señor J. M. Vigil, El Correo
UNA CAPACIDAD ASUMIDA: EL TRABAJO DE de las Señoras (1884), citado
en Martha Eva Rocha, El álbum
ORGANIZARSE de la mujer. Antología ilustrada
de las mexicanas, pp. 139-140.
87
“Representación que las
maestras, oficiales y demás
El 24 de abril de 1846, una “representación de maestras, oficiales y demás empleadas de la Fábrica de
Tabacos de esta ciudad, dirigen
empleadas de la fábrica de tabacos” de la Ciudad de México, dirigieron
al supremo gobierno, pidiendo
al Presidente de la República una extensa carta donde, a raíz del anuncio no se adopte el proyecto de
elaborar los puros y cigarros
de la compra de una máquina para elaborar los puros y cigarros hasta
por medio de una máquina”, El
entonces realizados manualmente, expresan la preocupación que dicha Monitor Republicano,
núm. 437 (3 de mayo de
noticia les causa con relación al futuro de su actividad en esta fábrica,
1846), citado en Julia Tuñón, El
gracias a la cual subsisten “más de treinta mil familias menesterosas e álbum de la mujer. Antología
ilustrada de las mexicanas,
infelices” en toda la República, aun cuando dicho trabajo “no es variado,
p. 188.
ni lucrativo, ni adecuado a la salud, ni exento de las incomodidades propias
de toda ocupación manual”.87
67
LO PERSONAL ES POLÍTICO
68
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
que no abrevaremos aquí, pues forma parte del capítulo final de este libro.
69
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Para terminar, es necesario subrayar que los dos grandes procesos aquí
revisitados, trabajo y educación, representan dos espacios vitales donde, día
tras día, año tras año, siglo tras siglo, la experiencia cotidiana de las mujeres
se ha transformado siempre, tanto, como la idea que de sí mismas les permitió
poco a poco reconocer su capacidad de comunicar, y hacer valer su voz, en
todos los terrenos de la vida social. Sobre todo, en cualquier asunto (privado
y/o público, de acuerdo con lo establecido en cada momento histórico) donde
buscaran incidir, donde fuera necesario actuar, donde les interesara y quisieran
participar.
70
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
71
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Massolo han sido cuestionados, entre otras teorías críticas derivadas de las
ciencias sociales y las humanidades, por el feminismo y la Historia de las
mujeres:
72
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
73
LO PERSONAL ES POLÍTICO
74
Movimiento magisterial de 1956, en apoyo a maestras y maestros, encabezado por Othón Salazar y Encarnación Pérez Rivero durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines.
75
I. EDUCACIÓN, TRABAJO Y SOCIABILIDAD: LOS ANTECEDENTES DE UN QUEHACER POLÍTICO PERMANENTE
II
Hogar y maternidad en México.
Entre el deber ser y la realidad
cotidiana
77
[…] mover los límites de lo que en la tradición del liberalismo era una distinción
acuñada llamando la atención sobre lo que no se ha dicho de ella no es más
que un intento de buscar una sociedad más justa para todos a través de la
redefinición de lo político que deje de ser excluyente.1
Elena Beltrán Pedreira
79
LO PERSONAL ES POLÍTICO
80
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
cualquier actividad fuera del hogar. Esa naturaleza sensible, poseedora de Benítez, “Lo político y la
política: los sujetos políticos,
amplias cualidades morales se encaminaba a su realización en el matrimonio conformación y disputa por el
y le brindaba, a través del mismo, la oportunidad de cumplir el compromiso orden social”, Revista Mexicana
de Ciencias Políticas y Sociales,
de garantizar a la familia el bienestar necesario, mediante la organización pp. 69-91.
de la casa y la educación de los futuros ciudadanos. 7
T. de Barbieri, “Los ámbitos de
Dice Michel Foucault que “el poder es tolerable sólo con la condición de acción de las mujeres”, Revista
Mexicana de Sociología,
enmascarar una parte de sí mismo. Su éxito está en proporción directa con p. 211.
lo que logra esconder de sus mecanismos”.8 Bajo esta premisa, el discurso
8
Michel Foucault, Historia de la
que sometió a las mujeres las cubría de sublimes virtudes tales como las sexualidad, vol. 1, p. 105.
81
LO PERSONAL ES POLÍTICO
82
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
83
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Si a todos los maridos tocase una buena esposa, y á todos los hombres
13
Pilar Gonzalbo Aizpuru, una buena madre, las casas serían felices, las familias dichosas, los
“Religiosidad femenina y vida
familiar en la Nueva España”,
hombres en mayor edad arreglados, y la sociedad escelente. ¡Oh
en Familias y mujeres…, p. 54. mugeres, conoced vuestra misión en el mundo y haced buen uso de ella!
El orden y cuidado doméstico, dependen esclusivamente de la
14
M. Retamozo, op. cit., p. 86. muger, á quien está confiado. Ella es una soberana dentro de su casa, á
15
F. Zarco, “Consejos a las quien todos obedecen, y aún el padre o marido, mas bien que imponer
señoritas”, Presente amistoso en ella sus preceptos, se ciñen á recibir los obsequios que se les tributan.
dedicado a las señoritas […] desde nuestra independencia, la educación y las costumbres van
mexicanas (1851); recopilado cambiando notablemente, y el bello secso, cuya dignidad é importancia
en Julia Tuñón, El Álbum de la
se estima en lo que vale desde entonces, se ocupa de lo que es útil y
mujer. Antología ilustrada…,
pp. 89-92. agradable.15
Francisco Zarco
84
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
Las leyes sociales que nos excluyen de las grandes escenas de la vida pública
nos dan la soberanía en la doméstica y privada. La familia es nuestro imperio,
nosotras cuidamos de satisfacer sus ocupaciones, de mantenerla en paz y 16
Carmen Ramos Escandón,
conservar en ella el sagrado depósito de las buenas costumbres.18 Ciudadanía carente: género y
legislación en Guadalajara
En el discurso liberal no sólo encontramos un sinfín de ejemplos sobre la (1870-1917), p. 39.
85
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Esta visión dominante en toda la sociedad fue la misma que quedó plasmada
en las leyes. Bajo el supuesto de que “el derecho es un discurso social y, como
tal, dota de sentido a las conductas de los seres humanos y los convierte en
sujetos, al mismo tiempo que opera como el gran legitimador del poder”;20 el
afán legislativo de la nueva nación fortaleció su presencia en la estructura
familiar, mediante distintos mecanismos jurídicos marcó un nuevo orden de
género y legitimó la relación de poder desigual entre los sexos.
Si bien las leyes sólo podían regular las conductas de aquellas mexicanas
sujetas al régimen –mediante el matrimonio, por ejemplo–, para el resto
existían una serie de discursos morales, religiosos y científicos que fijaban los
códigos impuestos por el nuevo Estado. Para las primeras quedaba asentado
que no podían decidir sobre la administración de los bienes conyugales, ni
aun de los propios, y necesitaban autorización del marido para ocuparse en
cualquier negocio o ejercer una profesión. Del mismo modo, les estaba negado
el ejercicio de la patria potestad y, en cuanto a la conducta dentro del
matrimonio, existía una doble moral para castigar, por ejemplo, el adulterio.
El mejor ejemplo de lo que la ley esperaba de la esposa lo representó el
artículo 15 de la Ley de Matrimonio Civil del 23 de julio de 1859, conocida
como la “Epístola de Melchor Ocampo”:
El hombre cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar
y dará a la mujer, protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a
la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y
benevolencia que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando éste débil se
entrega a él, y cuando por la Sociedad se ha confiado.
86
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
Una madre de familia, por mucho que la haya favorecido la fortuna con sus
dones, debe saber coser, zurcir, lavar, planchar, atender todos los pormenores
que exige el aseo de la casa y de los muebles, entrar en las menudencias de los
más groseros y triviales servicios que corresponden a cada una de las personas
sometidas a su vigilancia. La que no toma a su cargo esos deberes y carece de
los conocimientos necesarios para evitar el desperdicio, el fraude y el desorden,
es una carga pesada para su marido y un objeto de ludibrio para los inferiores.21
Nada más alejado de las mujeres que trabajaban, salían a las plazas, de junio de 1884); citado en
Raquel Barceló, “Hegemonía y
estudiaban o demandaban derechos ante los tribunales, que el ángel del conflicto en la ideología
hogar de las leyes, la literatura y los manuales diseñados para prescribir el porfiriana sobre el papel de la
mujer y la familia”, en Familias
comportamiento que se estimaba apropiado para su sexo y construir las y mujeres …, p. 91.
diferencias entre los géneros. El problema del discurso moral estaba en hacer 23
Al respecto véase el capítulo
congeniar los valores de castidad y domesticidad con la realidad de la mayoría “Educación, trabajo y
sociabilidad: los antecedentes
de la población femenina, cuando a medida que avanzaba la modernidad y de un quehacer político
el progreso, el país requería que un mayor número de mexicanas se integrara permanente”, en el presente
volumen.
a la fuerza de trabajo asalariado.23
87
LO PERSONAL ES POLÍTICO
88
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
Estando embarazada la Pasarán del primer niño [el marido] le dio unos azotes
con una cuarta de plomo […]. Poco tiempo después le dio de cintarazos con una
espada, y unos golpes con una pala. […] Algunos días después la iba a echar 29
Ibidem, pp. 223 y 225.
a la acequia después de haberle pegado con el tacón de su zapato, haciéndole
salir mucha sangre.31 30
Ibidem, pp. 98-100.
31
Juicio de Paula Pasarán
Pero, al acercase el fin de siglo, ya no era necesario describir la agresión con contra José Magdaleno Rosales
(1855-1856), citado en S.
lujo de detalles; al irse conformando como sujetos jurídicos, se apoyaban más Arrom, op. cit., p. 290.
en las leyes para entablar una demanda. Asimismo, y ante la falta de una
89
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Mujer campesina trabajadora. Tortillera. Librería Ruhland & Ahlschiler, México, Entre las parejas de los sectores populares en donde no
Bajos del Casino Español, ca. 1910. había matrimonio ni mediaban intereses de clase, la fuga o
el “robo de la novia” era la solución a la oposición de los
padres o a la falta de recursos para efectuar la boda, y por
lo tanto el remedio a los conflictos domésticos era el
32
La historia del divorcio de abandono.33 El trabajo de las campesinas era fundamental
Modesta Rodríguez puede para la subsistencia de la familia y la comunidad; se
consultarse en Sonia Calderoni
Bonleux, “‘Haciendo públicos ocupaban de un sinnúmero de faenas que las llevaban fuera
actos de nuestra vida privada’: de los límites de su hogar. A pesar de ello, la subordinación
el divorcio en Nuevo León,
1890-1910”, en Historia de la al padre o al marido era absoluta; definida en función de un
vida cotidiana…, p. 483. sistema patriarcal muy sólido, y la violencia doméstica era
33
Soledad González Montes y característica de las relaciones familiares.
Pilar Iracheta Cenegorta, “La
violencia en la vida cotidiana
Desde fines de la época colonial, ellas trascendieron
de las mujeres campesinas: El al espacio público mediante diferentes estrategias para
distrito de Tenango, 1880-
1910”, en Presencia
cuestionar la dominación masculina y hacer visibles los
y transparencia…, p. 128. problemas cotidianos en un mundo de auténtica opresión y
90
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
de violencia –misma que nos habla de las dificultades de los hombres por
imponer su autoridad y el rechazo femenino a aceptarla. David Stern ha
demostrado que, en el tránsito hacia el siglo XIX, el derecho del hombre a
la sumisión de su mujer estaba condicionado al cumplimiento de las
obligaciones económicas y a evitar abusos físicos excesivos y que, si bien
las campesinas no disputaban los esquemas patriarcales de la autoridad
masculina, sí ejercían presión sobre los mismos de manera sutil; por ejemplo,
“una insinuación adicional de indiferencia en la preparación oportuna de
las tortillas […], una inclinación a prolongar un poco los viajes para acarrear
agua” producían, en ocasiones, cierta tensión y un desafío a la dinámica del
poder doméstico.34
Independientemente de que conocieran o no sus derechos legales, las
mujeres que se movilizaron, así fueran una minoría, llevaron al ámbito
público su desacuerdo sobre el maltrato, condicionaron con gran sentido
práctico los derechos de los hombres, atrajeron la atención de los patriarcas
y de las autoridades locales, o en última instancia utilizaron recursos como
la magia y la fuga para fijar los límites de lo que estaban dispuestas a
soportar; con el tiempo iniciaron el proceso de asumirse como individuos
autónomos tal como se observa en una carta incluida en expediente judicial,
dictada en 1895 por una mujer que se fugó de su hogar:
En fin deje Ud. el mundo rodar y puede encontrar otra megor que llo. Ni llo para
Ud. ni Ud. para mi de aquí se acavo todo por completo digo por completo
porque no me bolbera a ber ni por efigie.
Adiós ingrato. Dios quiera que te cases pronto para que maltrates a tu mujer y
te aga lo mismo.35
34
David J. Stern, La historia
secreta del género, pp. 121 y
151.
Lo visto hasta ahora nos da una idea de la enorme distancia que había 35
Carta de una mujer de Santa
entre lo que se constituyó como norma y la realidad cotidiana. Como señala Cruz Atizapán (Exp. 9, Penal,
Julia Tuñón, la contradicción entre la superioridad moral y la inferioridad Tenango, 1895), citado en S.
González y P. Iracheta, op. cit.,
social obligó a diversos grupos de mujeres a la reflexión y a una forma de p. 143.
91
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92
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
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II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
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II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
Boda en los años treinta. Enrico Martínez, Ciudad de México. Archivo privado.
través de la maternidad, mientras que la segunda sufría el castigo divino de la véase J. Tuñón, “Claves del
andamiaje: la construcción del
enfermedad o la muerte.49 Los medios de difusión, las leyes y las políticas género en pantalla”, en Mujeres
gubernamentales que se afanaban en mantener a las mujeres en sus funciones de luz y sombra…, pp. 71-99.
97
LO PERSONAL ES POLÍTICO
La mujer compañera del hombre en el orden material y espiritual, [que] sabe que
al formar la sociedad conyugal, a pesar de la igualdad de deberes y derechos,
que ésta trae aparejada, debe aceptar a causa del orden y de la sociedad, una
cierta desigualdad que se traduce en la obediencia al marido, apoyando su
fuerza sólo en el corazón, con la dulce influencia del amor.50
98
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
Al tiempo que se tecnificaba a las amas de casa, se abrió paso una campaña
nacional de moralización y censura que, entre otras cosas, prescribió el
comportamiento femenino: estaba prohibido usar vestidos escotados,
transparentes o sin mangas, el trato “peligroso” con el sexo opuesto, la lectura
de revistas inmorales y las conversaciones “indecorosas”.53 Sin embargo, la
doble moral no desaparecía; el hombre podía ser infiel, la esposa no. Un
padre explicaba a su hija próxima a casarse: “para que tu matrimonio dure,
debes soportar la infidelidad de tu marido, que es natural en el hombre; y la
mujer no puede, vaya, ni con el pensamiento, serle infiel a su marido”.54 Cabe
señalar que no todas las mujeres, casadas o no, permanecían pasivas ante la
infidelidad de sus hombres, tal como veremos en el capítulo “Estado y marcos
normativos. Transgresiones, control social e identidad femenina” del presente
volumen.
Los preceptos de una moral exacerbada, el control y la censura, la
mujer liberal vista como un auténtico peligro y los consejos matrimoniales
nos hablan de que seguramente existía una gran cantidad de mexicanas
que transgredían abiertamente los patrones de conducta. Por ejemplo, en
1951, en la sección de preguntas y respuestas de una revista católica podía
leerse el siguiente consejo a un novio, idea que nos habla, además, de que
la construcción de la docilidad femenina requería de la existencia de un
hombre “fuerte”:
53
Laura Pérez Rosales,
Cuando tú me dices que es muy buena y sólo tiene esos ”ligeros inconvenientes”, “Censura y control. La
te veo perdido. Menos mal que consultas y ojalá sigas el consejo. Esa mujer no Campaña Nacional de
Moralización en los años
te conviene: es un marimacho. Sale a excursionar vestida de hombre, sabe bailar
cincuenta”, Historia y grafía,
perfectamente y nadar y manejar motocicleta. Es afecta a la lectura de la nota p. 105.
roja diaria y a novelas de dudosa moralidad. [...] Ella necesita un ”maricón” que
sepa cocinar, remendar medias, hacer la comida, tender las camas, cuidar a los Valentina Torres Septién,
54
99
LO PERSONAL ES POLÍTICO
100
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
“juntaba”, se iba a vivir a la casa paterna del marido y se decía que “iba a 59
Ibidem, p. 62.
servir a casa de sus suegros”.60 Debía adaptarse a la nueva familia y mostrar 60
Soledad González Montes,
obediencia; la sujeción no era sólo al marido, sino a la madre de éste, quien “Las mujeres y la violencia
doméstica en un pueblo del
ponía a prueba su docilidad y aptitudes domésticas, y al suegro quien era,
valle de Toluca (1970-1990)”,
junto con el marido, representante “de la justicia divina en la tierra para el en Historia de la vida
cotidiana…, p. 347.
buen gobierno de las familias”.61 Persistía el maltrato a las mexicanas en el
ámbito rural, quienes en su mayoría lo asumían como un hecho natural, 61
Ibidem, p. 350.
101
LO PERSONAL ES POLÍTICO
educadas así por sus madres y sus abuelas, perpetuando los patrones de
sumisión, cuestión que, debemos señalar, no era privativa de una clase social
específica, pues era una responsabilidad heredada e impuesta por la sociedad
patriarcal desde siglos atrás.
Pese a lo anterior, las historiadoras dedicadas al estudio del mundo
campesino han demostrado que en los hechos las mujeres tenían cierto poder
de influencia e interferencia en el ámbito público, aunque ello no les reportara
mayor independencia, como en el caso de ser quienes vigilaban los bienes en
efectivo de la familia o en la posibilidad de realizar transacciones de tierras o
animales.62 Asimismo, como hemos visto en casos anteriores, existen registros
numerosos sobre denuncias por malos tratos o incumplimiento de las
responsabilidades económicas de los maridos, mediante las cuales trascendían
los mecanismos informales de control.
La joven era instruida en las obligaciones que la hacían elegible para el
matrimonio, entre las cuales una de las más importantes era la elaboración de
las tortillas. Un hombre podía abandonar a su compañera si ella no cumplía
con las responsabilidades domésticas, hecho que fue utilizado por las propias
mujeres como táctica para escapar de una relación conyugal insoportable;
ellas podían decidir que “no sabían tortear” para que fueran devueltas al
hogar paterno.63 Desde luego, esta medida se utilizaba en situaciones
desesperadas ya que el hecho conllevaba la deshonra de la familia y una
carga social muy negativa. Sin embargo, es de hacer notar que en un mundo
de total opresión y escasos medios de subsistencia, ellas acudían a estrategias
de resistencia que entre las mexicanas de la élite, en medio de todo el
convencionalismo social, eran más difíciles de practicar.
Si el american way of life irrumpió en las clases medias y altas, modificó
los estilos de vida y limitó el espacio de acción de las mujeres, lo que revolucionó
los patrones domésticos en el campo fue el arribo del molino de nixtamal,
hecho que fue consolidándose hacia fines de la década de 1920.
62
Cecilia Graves, “Rituales y
Su aparición preocupó a muchas mujeres que cifraban su valía en las
penurias: el mundo de la faenas tradicionales tales como su habilidad en el metate y, por supuesto,
mujer indígena en los altos
de Chiapas (1940-1950)”,
enfureció a los hombres. Argumentaban que con los molinos se volverían flojas
en Tradiciones y conflictos…, y promiscuas, así ante la amenaza de ver menoscabada su autoridad, los
p. 221
encerraron con candado. Ellas se movilizaron para liberarlos y, al igual que
63
Ibidem, p. 224. las colonas urbanas, aprendieron un lenguaje político para conseguirlo.
102
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
Abrevaron del discurso utilizado por los mandatarios que inauguraban molinos
para afianzar sus bases clientelares; recurrieron a las políticas vigentes en
cada período formando ligas anticlericales, anti alcohol o lo que fuera
menester,64 y a través de su organización y de una resistencia colectiva en
contra del patriarcado llevaron al espacio público su necesidad de más tiempo
para dedicarse a otras actividades que les reportaran mayores beneficios
económicos. Sus logros se tradujeron en la transformación de los roles
habitualmente desempeñados en el hogar y en una politización de los
problemas domésticos presentes en las comunidades rurales.
Lo visto hasta ahora nos permite afirmar que para ciertos sectores de la
población, la movilización de las mujeres se encontraba en un impasse. La
sumisión seguía siendo la regla; en apariencia, los asuntos privados no
encontraban lugar en el debate público. María del Carmen Elu observaba que
la mujer casada que contaba con empleo remunerado lo ejercía con complejo
de culpa. Tan tarde como en 1969, más de la mitad de 2 500 entrevistadas de
las clases medias, próximas a casarse, dejarían de trabajar porque seguían
creyendo que su misión era ser esposas y madres, aun las universitarias.65
No obstante, las cifras nos ofrecen indicios de que esos esquemas
empezaban a tambalearse; la tasa de natalidad disminuía y los divorcios se
incrementaban año con año como muestra de que el matrimonio ya no era la
única opción o al menos ya no lo era “hasta que la muerte nos separe”. De
forma paralela, un avance irreversible de la participación de las mujeres en la
educación y el trabajo, tal y como lo pudimos apreciar en el capítulo anterior, 64
Jeffrey M. Pilcher, “Mexico’s
a partir del cual conquistaron espacios de negociación antes exclusivos de los Pepsi challenge: traditional
varones, les permitió visibilizar con mayor fuerza el desacuerdo que en torno cooking, mass consumption,
and national identity”, en
a la subordinación y la desigualdad habían expresado a través de las más Fragments…, pp. 74-76.
variadas maneras. Y ahí precisamente, entre las universitarias y las jóvenes María del Carmen Elu de
65
profesionistas que se abrían paso en la arena pública, germinó el feminismo Leñero, “Trabajo de la mujer y
fecundidad: especial referencia
de los años setenta para demandar de manera contundente que “lo personal a México”, en La mujer en
es político”. América Latina, p. 66.
103
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Michel Foucault indica que, a partir de los siglos XVII y XVIII, “los tiempos
duros de la reflexión moral sobre los placeres sexuales” están “señalados
por la mujer y la relación con la mujer”, bajo parámetros como la virginidad
o la conducta dentro del matrimonio.66 Con base en esta idea, el discurso
que gobierna los comportamientos amorosos y sexuales estará atravesado
por el género. En el mundo novohispano, la Iglesia era la encargada de
regularlos. La primera pauta, en torno a la cual giraba toda la doctrina, era
que el sexo sólo podía practicarse dentro del matrimonio y con el único
objetivo de hacer niños; toda costumbre que no contemplara este fin se
convertía en lujuria. El confesionario resultó el instrumento ideal para discutir
estos temas y poner los candados necesarios a la sexualidad, a pesar de
que en el mundo real, había cierta laxitud en cuanto a las normas.
Por otro lado, tanto ejemplificar lo prohibido no podía más que convertirse
en una rica fuente de ideas que incitaban a proceder de manera contraria a
la prédica moral y religiosa. En 1837, Isabel Presentación acudió a las
autoridades a denunciar a Tomás Victoriano, a quien sorprendió cometiendo
bestialismo:
66
Michel Foucault, Historia de Amor y sexualidad estaban ligados irremediablemente a la promesa de
la sexualidad, vol. 2, p. 230. matrimonio, cuyo preámbulo era el cortejo, período único en que la mujer
67
Mílada Bazant, “Bestialismo: gozaba de algún poder dentro de una relación. Si bien con el sacramento
el delito nefando. 1800-1855”,
en Historia de la vida
matrimonial la Iglesia otorgó libertad de elección mediante la fórmula del
cotidiana…, pp. 444 - 445. mutuo consentimiento, lo cierto es que las costumbres sociales y las leyes
104
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
105
LO PERSONAL ES POLÍTICO
106
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
Hermosa como una alegre mañana de primavera, virtuosa y pura como heroína
de histórica leyenda […]. Algunas veces cuando he tenido la fortuna de estar
cerca de vos, he visto reflejarse en vuestro semblante y en vuestras tiernas
miradas, la bondad de un alma de más valía que la belleza más regia, mejor
idealizada. Es vuestra alma, creédmelo, lo que más admiro, porque mientras
más se le comprende, más se le adora.70
La mujer, por su parte, respira en todos sus actos aquella dulzura, aquella
prudencia, aquella exquisita sensibilidad de que la naturaleza ha dotado a su
sexo; y corresponde al amor exclusivo que en ella ha puesto el hombre que la
ha considerado como el centro de su más pura felicidad, haciendo que él
encuentre siempre a su lado satisfacción y contento en medio de la prosperidad,
consuelos en los rigores de la desgracia, estimación y respeto en todas las
situaciones de la vida.72
Carta de amor de Miguel
70
Las reglas de la decencia dictaban que el hombre debía observar el mismo Munguía a Aurelia Aguilar,
archivo personal, septiembre de
trato tanto con una mujer extraña como con las de su familia; es decir que las 1903.
relaciones familiares, al menos entre la élite, no estaban mediadas por la 71
Martha Eva Rocha. “Los
intimidad. Como los usos amorosos no eran entendidos en términos del amor comportamiento amorosos en el
noviazgo, 1870-1968. Historia
erótico y pasional, altamente peligroso, se insistía en que otro tipo de
de un proceso secular”,
sentimientos como afecto y aprecio gobernaran el matrimonio. Así por ejemplo Historias, p. 126.
en los consejos de una madre a sus hijos, escritos hacia principios del siglo XX, 72
Manuel Antonio Carreño, El
podía observarse lo siguiente: manual de Carreño, p. 240.
107
LO PERSONAL ES POLÍTICO
[…] creo conveniente advertirte qué es lo que debes cuidar más: el que tu esposa
te aprecie, pues es mil veces más preferible el aprecio, o lo que es lo mismo, la
comprensión y estima de lo que valgas que un gran cariño sin este aprecio –
bueno– digo amor: éste, la mayor parte corresponde a los sentidos, es obra de
ellos y por esto susceptible a cambios, de aumento o disminución: mientras que
el cariño, el aprecio, son obra del corazón exclusivamente.73
108
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
habla en ella, todo está diciendo: “quiero que me vean. Quiero que me
distingan quiero que me admiren”. El retrato, quizá fantástico, que acabo de
bosquejar es más común de lo que ustedes pudieran sospecharse.76
todo, dejar bien claro que el único objetivo de la práctica sexual era la 78
V. Suárez Casañ, Higiene
procreación. El mismo doctor Suárez Casañ, en su manual Secretos del del matrimonio, p. 38.
lecho conyugal aseveraba que “el papel de la mujer en este acto (el coito) 79
Catherine Jagoe, “Sexo y
género en la medicina del siglo
es casi pasivo […] no necesita preparación alguna ni deseos venéreos;
XIX”, en La mujer en los discursos
basta con que se entregue sin oposición al aparato generador del hombre” de género…, p. 331.
para recibir el “licor prolífico” que entre otras cosas servía para aliviar los 80
V. Suárez Casañ, Secretos del
problemas de una matriz ardiente.80 lecho conyugal, p. 22.
109
LO PERSONAL ES POLÍTICO
110
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
[…] repruebo también que la mujer vaya a formar familia con un hombre a quien
no quiere y a quien tal vez, odia, sólo porque así lo exigen las conveniencias
[…].84
111
LO PERSONAL ES POLÍTICO
una ciencia rígida pero justiciera”.86 Si la moral y las leyes habían regulado las
formas de sentir el amor de las mujeres, y con ello las habían llevado a la
arena pública, las campañas sanitarias las politizaron aún más, a la vez que
les infundían nuevos temores: al contagio y al riesgo de procrear hijos enfermos.
Los consejos emitidos por el gobierno eran muy similares a los propuestos
por los boletines de filiación católica; todo apuntaba al avance de un sólido
conservadurismo que, hacia finales de la década de 1930, llegó para
quedarse. El objetivo clave de las autoridades sanitarias era el de sacrificarse
hoy para que mañana las nuevas generaciones no tuvieran que preocuparse
por la selección de pareja, pues todos estarían sanos. Para ello promovieron
un programa de educación sexual, sólo que ante el proyecto eugenésico
puesto en marcha, éste giraba en torno a la difusión del terror, había que
alejarse de las tentaciones y contribuir en la lucha sanitaria como obligación
política.
El conservadurismo de los años cuarenta que mantenía a las mujeres en
su casa bajo el paradigma de la “mujer moderna”, recurrió a una idea del
amor semejante a la que se estilaba en el siglo XIX; este sentimiento debía
significar cuidado y entrega tanto al esposo como a los hijos, sacrificio,
abnegación y resignación. Había que insistir en que la realización femenina
no estaba en otra parte y el discurso no variaba gran cosa entre Iglesia y
Estado. El imperativo para toda joven soltera era conservar la virginidad
observando pudor y recato, para lo cual la Iglesia recomendaba: “Ámalo, sí,
con toda tu alma, pero sé recatada y modesta en la manifestación de tus
afectos. No temas que por eso deje de amarte, al contrario, si te ve digna y
recatada te querrá y respetará mucho más”,87 de esta forma la muchacha se
realizaba a través de la boda, a la cual llegaba virgen y con el beneplácito
86
Samuel Inclán, “Matrimonio
y herencia”, citado en A. M. de la familia. Para el Estado, la felicidad implicaba encontrar un novio sano y
Carrillo, op. cit., p. 415. conservarse virgen hasta bendecir la unión en el Registro Civil, con el
87
Valentina Torres Septién, “El consentimiento que otorgaba el certificado prenupcial.
amor desde la práctica
Valentina Torres Septién comenta que, entre las clases medias y altas de
discursiva de la Iglesia Católica
preconciliar (1930-1970)”, los años cuarenta, la amistad entre dos sexos distintos se veía como un peligro
en Amor e historia…, p. 446.
o como el preludio del noviazgo, mismo que era un asunto que concernía a
88
Para conocer más sobre las toda la familia y en el que intervenían intereses sociales y económicos. Por eso
relaciones entre católicos véase
V. Torres Septién, “ ‘Bendita sea
las apariencias eran lo más importante.88 El “chaperón” para mostrar al público
tu pureza’…”, pp. 385-413. que la hija de familia no salía sola con el novio, los lugares determinados
112
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
La mujer real que amaba y experimentaba con su sexualidad vivía con culpa,
lejos de las miradas ajenas y, en aras de sostener el discurso de la castidad,
no se le nombraba para que no existiera. A ella había que buscarla en la nota
roja de los periódicos en donde, si aparecía, era porque además de haber
quebrantado las normas sociales, había infringido las legales. Ahí estaba la
verdadera resistencia de las mujeres, aunque a la vivencia transgresora le
sucediera la desgracia. Martha Eva Rocha destaca cómo la debilidad del
cuerpo se convertía en una experiencia dramática:
113
LO PERSONAL ES POLÍTICO
baile, la prensa y el cine. Frente a la tensión constante entre éstos y los usos
amorosos considerados adecuados, hacía su aparición una variedad de formas
de brincar las normas; las ideas provenían de los mismos grupos conservadores
cuando advertían de los peligros del paseo en automóvil, la oscuridad de las
salas de cine, los bailes o las visitas en lugares no aprobados socialmente. La
rebeldía se manifestaba en dobles patrones de conducta cuando el disimulo y
el encubrimiento servían a los jóvenes para experimentar aquello que les estaba
prohibido.91
En general, y en contraposición a las grandes transformaciones sociales
que ya se anunciaban, se insistía en que la felicidad de la mujer estaba en
buscar el amor de un buen hombre y afianzarlo mediante la boda. Martha
Santillán señala que las revistas femeninas resaltaban las bondades del
matrimonio y el hogar, sólo que ahora el amor y la ternura se volvían
imprescindibles para su buena marcha. Ante el descubrimiento del cuerpo y el
erotismo la revista Kena, por ejemplo, se aventuró a tratar el tema de la sexualidad
y relacionarlo con el placer, pero subrayó que debía reservarse a las parejas
formalmente constituidas. El éxito de la relación seguía cimentándose en que la
mujer supeditara su desarrollo personal al de su pareja.92
Para encontrar a la tan anhelada “media naranja”, los medios de
comunicación, además de subrayar las reglas para amar, introdujeron a las
mujeres en las artes de la seducción; el secreto estaba en los artículos de belleza
que ofrecían fórmulas infalibles para la atracción. Con este objetivo, la publicidad
91
V. Torres Septién, “‘Bendita
sea tu pureza’…”, p. 409. no tuvo el menor empacho en diseñar estereotipos profundamente sexistas. No
obstante, ante los cambios sociales de fines de los años sesenta, frente a la
92
Martha Santillán y Ana Laura
Mena, “Publicaciones “liberación de la mujer” –como la mercadotecnia la clasificó y puso en la mira–,
periódicas comerciales y los las campañas publicitarias dieron un giro colosal. Thomas Frank observa que
estereotipos de género. La
revista Kena, años setenta”, “una y otra vez puede leerse en una gran variedad de textos que el abandono
Ponencia presentada en IX de algunas ideas de la tradicional compostura femenina convertiría a las mujeres
Encuentro Internacional de
Historiadores de la Prensa. en mejores consumidoras que sus madres”.93
93
Thomas Frank, La conquista
Si bien la meta era atraer a la mujer liberada como gran consumidora, al
de lo cool. El negocio de la menos los mensajes empezaban a considerar las preferencias femeninas. Un
contracultura y el nacimiento del
consumismo moderno, p. 254.
buen ejemplo lo constituye la publicidad de las cremas Pond’s: en 1950, un ama
de casa se suaviza las manos con crema después haber lavado una gran pila
94
“1950’s Ponds Angel Skin
Creme Commercial” [disponible de platos, tan delicados como ella.94 En 1960, una joven de apariencia moderna,
en línea]. peinado lacio, vestido sin mangas sostenía que “antes no gustaba a nadie”,
114
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
pero después de untarse la “C” de Pond’s cantaba que “con tan sólo 7 días de
usarla, resulta que gustas a todo el mundo”, mientras la cámara enfocaba
una gran fila de hombres frente a su ventana.95 Sólo una década después, un
anuncio del mismo producto en Estados Unidos decía:
Las sufragistas que acuden a la tienda en busca de cremas Pond’s son claramente
del siglo XX.
Son una nueva clase de mujeres; sin trabas, de espíritu libre, mujeres
inteligentes que desoyen las engañosas tonterías del negocio de la belleza y van
directas a lo importante.96
buscaban reducirla. Y a pesar de que se trataba de una respuesta favorable “Maternidad, familia,
Estado”, en Historia de las
a las ideas sobre el control de la natalidad que las feministas habían promovido mujeres, pp. 489-490.
115
LO PERSONAL ES POLÍTICO
desde los años veinte, de nueva cuenta se buscaba que las mexicanas
contribuyeran al éxito de la Ley General de Población emitida en 1974. No
obstante y, como hemos visto en otros fragmentos de este libro, ellas aprovecharon
el giro de las políticas públicas a su favor.
Frente a la persistencia de las desigualdades en las relaciones amorosas,
surgió el feminismo de la nueva ola y lo personal se hizo manifiestamente político
al exhibir la desigualdad en todos los ámbitos de la vida cotidiana, incluidos el
amor y el sexo. Ya no más protagonistas de historias de amor a través de la nota
roja de los periódicos; había que exigir de manera categórica el derecho a la
anticoncepción, al aborto, al reconocimiento de sus propios deseos.
La consigna del feminismo demandaba, desde la diferencia, la igualdad
de derechos para ambos sexos, el derecho a que las mujeres determinaran
por sí mismas cuando eran objeto de violencia y la libertad para denunciarlo,
el derecho al aborto como decisión íntima. Pero “lo personal es político” iba
más allá de la exposición de la desigualdad: al señalar los procesos que
histórica y culturalmente construyeron a los géneros revelaba cómo la
complementariedad decretó la heterosexualidad como “lo normal”, y demandó
que lo que la sociedad determinaba como sexualidad desviada no fuera vista
como diferente.99 Hoy, tras largos años de lucha feminista podemos hablar de
matrimonios legales entre personas del mismo sexo, de centros de atención y
protección contra la violencia y de una transformación en las mentalidades
que deja de justificarla como un derecho histórico del patriarcado. Falta mucho
por hacer, sí, pero falta también reconocer que la lucha de las mujeres,
producto de su movilización en el ámbito público, no ha sido en vano.
116
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
desde el catolicismo había que cumplir con el paradigma de la madre C. Ramos Escandón,
101
“virginal”, mujer caracterizada por el sufrimiento y cuyo ejemplo a seguir “Cuerpos construidos…”, p. 95.
117
LO PERSONAL ES POLÍTICO
III. Criarás a tu hijo con la leche de tus pechos; y á no ser esto posible, vigilarás
atentamente su alimentación.
iII. No destetarás hasta que tenga dientes, señal de que puede digerir, y aún así,
no le darás alimentos fuertes.
III. No usarás más medicamentos que los que el médico te ordene, rechazando
toda intrusión de comadre.
IV. Tendrás siempre limpio a tu hijo, como lo manda la madre ciencia […]105
J. Tuñón, El álbum de la
104
Se trataba por todos los medios de enaltecer las virtudes de una madre y, al
mujer…, p. 33.
mismo tiempo, de responsabilizarlas por el desarrollo de sus hijos; la omisión
105
El Diario del Hogar, año IV,
del deber significaba literalmente la condena eterna, tal y como lo ilustra el
núm. 54 (18 de noviembre de
1884), p. 2. siguiente fragmento de “la Madre de Familia”, publicado en 1851, en el
Presente amistoso dedicado a las señoritas mexicanas:
118
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
119
LO PERSONAL ES POLÍTICO
120
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
121
LO PERSONAL ES POLÍTICO
No le queda a la mujer otro camino que elegir: o la maternidad, y por esto mismo
la igualdad con el hombre, ser madre lo más posible ante todo y siempre, o si
renuncia a la maternidad, ser considerada como un ser accesorio o un desecho de
la sociedad […]. La mujer no es dueña de su cuerpo aunque haya documentos
firmados por médicos o jurisconsultos que así lo proclamen y que no han servido
más que para acrecentar la frecuencia del aborto criminal.115
122
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
momento. La estrategia definía cómo debía ser y actuar una madre sin otorgarle 120
Para profundizar en el tema
véase Martha Santillán, “El
voz propia al respecto, coadyuvaba a limitar su desarrollo en espacios ajenos discurso tradicionalista sobre la
al doméstico y a fijar en el imaginario la figura de la mexicana abnegada que, maternidad: Excélsior y las
madres prolíficas durante el
vista desde las élites políticas, era un modelo de patriotismo. avilacamachismo”, Secuencia,
Las primeras acciones públicas en contra del mito de la madre tuvieron pp. 91-110.
que esperar la llegada del feminismo de la nueva ola. La publicación de El 121
“Entusiasmo por la
segundo sexo de Simone de Beauvoir en 1949 motivó entre las feministas celebración”, en Excélsior (10
de abril de 1941), citado en M.
teóricas profundas discusiones sobre la maternidad. En términos generales Santillán, “El discurso
planteaban que ésta era el gran obstáculo para la autonomía de las mujeres tradicionalista…”, p. 102.
123
LO PERSONAL ES POLÍTICO
y que las exigencias que conllevaba la crianza de los hijos eran el medio para
restringir su desarrollo fuera del ámbito doméstico. Estas ideas llegaron a
México hasta los años setenta y se fueron extendiendo muy lentamente a
medida que el movimiento contracultural contribuía a modificar las mentalidades
conservadoras de años anteriores.
En 1970, en el suplemento de la revista Siempre!, Martha Acevedo
publicó una reseña sobre el mitin realizado en San Francisco para celebrar
el cincuentenario de la obtención del voto femenino en Estados Unidos.
Entre sus observaciones habló de la necesidad de modificar los papeles que
reforzaban la opresión, y de la abolición del día de la madre.122 Poco
tiempo después, en febrero de 1971, Rosario Castellanos pronunció un
discurso en el acto conmemorativo del Día Internacional de la Mujer, al que
tituló “La abnegación: una virtud loca”. En su texto declaraba que
124
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
125
LO PERSONAL ES POLÍTICO
126
II. HOGAR Y MATERNIDAD EN MÉXICO. ENTRE EL DEBER SER Y LA REALIDAD COTIDIANA
127
LO PERSONAL ES POLÍTICO
diseñadas para este fin les confirieron un poder inusitado que ellas
transformaron, paulatinamente, en resistencia colectiva capaz de legitimar o
controvertir a las mismas instituciones que produjeron el imperativo materno.
No en vano, frente a las posturas feministas que denunciaron esta imposición
como un lastre en su desarrollo personal, surgió otra tendencia que, sin poner
en tela de juicio la igualdad de derechos para ambos sexos, sin omitir el
derecho de las mujeres a decidir si quieren hijos o no, sin claudicar en la
denuncia de la heterosexualidad como precepto, reivindica la maternidad
como fuente de poder, con la capacidad innegable de operar cambios en la
sociedad.
La conformación de una conciencia política femenina tuvo su origen en
estas acciones individuales-colectivas, a veces imperceptibles, otras claramente
manifiestas, que revelaron su derecho a la autodeterminación política y social.
128
Manifestación de madres activistas del Comité ¡Eureka!, fundado por Rosario Ibarra de Piedra en 1977. Museo Casa de la Memoria Indómita.
129
III
Estado y marcos normativos.
Transgresiones, control social
e identidad femenina*
131
* Este trabajo se inscribe en el marco
de la línea de investigación que ha
contado con el respaldo del Conacyt
y del Instituto Mora (2014-2016).
UNA VENTANA AL PASADO...
133
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134
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
María Luisa Jáuregui, persona enviada a dar muerte al presidente Calles, Excélsior, 12 de mayo de 1925. Fondo Contemporáneo Hemerográfico,
Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
135
LO PERSONAL ES POLÍTICO
136
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
137
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Ilustración se sabía que las brujas no existían, si las mujeres “eran supersticiosas
se aceptaría que no era por mala voluntad, simplemente eran ignorantes, y
ésa fue su desventaja ante la ciencia que era de dominio masculino”.10 Para el
siglo XX, era bastante aceptado por la psiquiatría y la psicología lo establecido
por Sigmund Freud: “la histeria era producto de la fantasía” la cual se “puede
alimentar con las palabras, con los síntomas de otros, a través de la
identificación”; igualmente, “los histéricos sufrían de reminiscencias, de
recuerdos”. Además aseguró que la patología de esta enfermedad mental
tenía origen en un trauma de origen sexual, así como en la existencia de cosas
reprimidas que los histéricos mantienen fuera de su pensamiento consciente.11
Sea como sea, la forma en que se presentan y se entienden aquellos
“arrobamientos” y “fantasías” dependerá del espacio histórico en que
acontezcan y, en este sentido, de los discursos de género que sesguen –casi
inevitablemente– la mirada de los especialistas sobre los sujetos que los
experimentan.
María de los Reyes, de aproximadamente 50 años, confesó ante Fray
Dimas Chacón, funcionario inquisitorial, que anduvo perdida en la sierra de
Durango durante 30 días tras haber perdido a una hija y se le apareció el
diablo con quien sostuvo un largo vínculo de quince años. A partir de entonces
deambuló por las sierras y otros lugares, caminó de Zacatecas a Durango y
luego a Tzintzuntzan, renegó de Dios y de la Virgen, se le apareció un ángel,
voló por los aires sobre barrancas, conoció brujas, tuvo encuentros sexuales
con el “maligno” en forma de hombre, se convirtió por un tiempo en hechicera
y envenenó a un hombre. Finalmente, dado que blasfemaba por donde fuera
que anduviese, fue denunciada ante el Santo Oficio en 1738. El proceso se
cerró hasta 1766 cuando el Tribunal determinó que María de los Reyes había
10
Indira Dulce M. Palacios generado muchos conflictos con sus maldades, enredos y embustes; por ello, y
García, “Bruja, supersticiosa o no por bruja, se le condenó únicamente a penitencias y oraciones.12
ignorante”, Estudios históricos…,
p. 89. En la década de los años ochenta del siglo XIX, el médico Demetrio Mejía
presentó el caso de una mujer con insensibilidad en las piernas y parálisis en el
11
M. Suárez, op. cit., p. 105.
recto y la vejiga; tras un ataque convulsivo resultó ciega y paralizada de un
12
Ibidem, pp. 85-111.
brazo; en un segundo ataque y con delirio que la hacía creerse la Reina de
13
Frida Gorbach, “La histeria Inglaterra que hablaba con la Virgen, quedó afásica.13 Para Mejía la histeria
y la locura. Tres itinerarios en el
México de fin del siglo XIX”, en El respondía a un principio patógeno de tipo microbiano que viajaba por la sangre
umbral de los cuerpos…, p. 102. y atacaba el sistema nervioso tanto de hombres como de mujeres: “las afecciones
138
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
139
LO PERSONAL ES POLÍTICO
140
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
también resultó herido. El marido “negó haber[le] levantado la mano una u Histórico de la Secretaría de
otra vez, trató de disculparse y pidió la reunión de su matrimonio, la que Salud, Fondo Manicomio
General, Expedientes Clínicos).
resistió tenazmente doña Ignacia, sin embargo de haberlo hecho patente
22
E. Larrauri, op. cit., p. 5.
el señor provisor que todo lo que había expuesto no prestaba mérito para
el divorcio”. En efecto, en aquella época “sólo si la sevicia hacía insufrible 23
Teresa Lozano, “Si no por
amor... por miedo: violencia
la convivencia”, asegura Teresa Lozano, justificaba el divorcio.23 conyugal y temor al deshonor
A la medianoche un día de julio de 1943, Amparo Espinosa llamó a la en el México colonial”, en Los
miedos en la historia, p. 42. En
policía y entregó el cuchillo con el que había matado a José Muñoz, su 1914 se legisló en México, por
amasio. José había llegado en estado de ebriedad y golpeaba la puerta primera vez, el divorcio
vincular; antes de esto, el
del zaguán de la vecindad en donde ambos habitaban y trabajaban como divorcio implicaba sólo la
porteros. Cuando Amparo le abrió, él le propinó una cachetada en la cara. separación de los cuerpos.
141
LO PERSONAL ES POLÍTICO
142
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
143
LO PERSONAL ES POLÍTICO
misma en los tres códigos: rapto y estupro, para los primeros; infanticidio
y aborto para los segundos (véase anexo p. 177). Aunque cabe anotar algunas
particularidades de la legislación de 1929; por ejemplo, se creó la figura del
filicidio que se distinguía del infanticidio. Éste último se consideraba como el
homicidio cometido por cualquier persona sobre un recién nacido hasta sus 72
horas de vida; cuando el asesinato era ejecutado por los progenitores se le
reconocía como filicidio, sin dejar de establecer (al igual que el código anterior y
el posterior) una reducción de la pena hasta por la mitad del tiempo si la madre
sin mala fama había ocultado el embarazo de un hijo ilegítimo. Para aborto, el
mismo código de 1929 no contemplaba expresamente una pena para la madre
que se practicaba un legrado.
Por su parte, en el código de 1871, a diferencia de los posteriores, el adulterio
era el único delito en el que se castigaba con mayor rigor a las mujeres que a los
varones (véase anexo p.177). En cuanto a la pena máxima, en los tres códigos los
castigos estaban establecidos por igual para hombres y mujeres acorde al delito
cometido, con la salvedad de que el de 1871 establecía que las mujeres podían
recibir máximo 20 años de reclusión, en tanto los varones la pena de muerte.
En el código penal de 1931, el estupro y el rapto fueron tipificados como
delitos sexuales. El primero sancionaba a quien tuviese “cópula con una mujer
menor de dieciocho años, casta y honesta, obteniendo su consentimiento por
medio de seducción o engaño” con reclusión de un mes a tres años y una multa
entre 50 y 500 pesos (art. 262). No existía el estupro si la mujer no era virgen
(pues el bien jurídico protegido era su virginidad) como tampoco si era mayor de
dieciocho años aunque fuera casta (puesto que se asumía que podía resguardarse
de engaños o seducciones). Éstas últimas, por tanto, al no necesitar la protección
de la ley pasaban a ser las únicas garantes de su castidad, así eran totalmente
responsables de la relación sexual en que se vieran inmiscuidas –salvo si existía
violencia, en cuyo caso era violación.
El rapto existía cuando alguien se apoderaba “de una mujer por medio de la
violencia física o moral, de la seducción o el engaño, para satisfacer algún deseo
erótico-sexual o para casarse”, y se le sancionaba con una pena de seis meses a
seis años de prisión y una multa entre 50 y 500 pesos (art. 267). Si la víctima era
menor de 16 años se aplicaba el mismo castigo aun cuando no hubiese mediado
violencia o seducción, incluso si la raptada hubiese seguido voluntariamente a su
raptor (arts. 268 y 269).
144
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
145
LO PERSONAL ES POLÍTICO
146
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
42
INEGI, Anuario Estadístico de
los Estados Unidos Mexicanos,
1946-1950, México, Secretaría
de Industria y Comercio, 1953,
Consideramos que en general estos crímenes a lo largo de la historia de pp. 242, 255; INEGI, Anuario
Estadístico de los Estados
México se han denunciado poco; ello se ha debido muy probablemente a Unidos Mexicanos, 1970-1971,
cuestiones de estigma social y discriminación en razón de la carga sexual que p. 323; INEGI, Anuario
Estadístico de los Estados
se le ha adjudicado al sexo femenino, esto es considerar a las mujeres como Unidos Mexicanos, 1986,
“naturalmente” provocativas y, por tanto, responsables de la violación sufrida.43 México, Secretaría de Industria
y Comercio, 1986, p. 368. Las
Por otro lado, los crímenes asociados de manera especial a las mujeres cifras para 2009 son de
como victimarias son el aborto y el infanticidio. Ambas transgresiones estaban Adriana Ramírez Navarro, “La
violencia sexual en México
vinculadas, por un lado, a la maternidad y la procreación, función fundamental inicia en casa y en su mayoría
atribuida al sexo femenino; y, por otro, nuevamente a la honra femenina. La queda impune”, ccn México
digital (11 de marzo de 2013)
menor pena por aborto oscilaba, en el código penal de 1931, entre seis meses [disponible en línea].
y un año de prisión. Se aplicaba a mujeres que no tenían mala fama y habían Porcentajes de la autora.
147
LO PERSONAL ES POLÍTICO
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III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
Por otra parte, los delitos de rapto e infanticidio fueron eliminados del código
47
Gaceta Oficial del Distrito
Federal. Órgano el Gobierno
federal en 1991 y en 1994, respectivamente. El estupro fue modificado en del Distrito Federal (26 de abril
1991 para excluir las variables de la castidad y la honestidad (es decir la de 2007), pp. 2-3.
149
LO PERSONAL ES POLÍTICO
estuprador se entiende “al que tenga copula con persona mayor de quince
años y menor de dieciocho, obteniendo su consentimiento por medio de
engaño”.49
A diferencia de la legislación penal que se mantuvo casi intacta en
materia de género del siglo XIX al XX, los cambios en otras ramas jurídicas del
derecho decimonónico tras la Revolución, aun cuando no fueron equitativos en
muchos sentidos,50 otorgaron bastantes prerrogativas a las mujeres sobre todo
en materia civil (1932), laboral (1931) y electoral (1953).51 Ello se debió, por
un lado, al interés de los gobiernos posrevolucionarios por mejorar la situación
legal de las mexicanas; y, por otro, a que las transformaciones económicas y
sociales hacían para entonces inaplazable la integración de las mujeres a la
vida nacional. No obstante, en lo referente a la sexualidad y al fortalecimiento
de la noción de la maternidad como una obligación mujeril, tópicos relevantes
en el código penal, experimentaron mayor resistencia y se dieron a un ritmo
más lento; en realidad, dichos temas comenzaron a ser evidentes –y parte
fundamental de las demandas feministas– hacia la década de 1970.
49
“Hostigamiento Sexual,
Abuso Sexual, Estupro y
Violación (art. 362)”, Código
Penal Federal (vigente),
[disponible en línea].
EL CUERPO Y LA MENTE DE LA MUJER
50
Véase Martha Santillán
Esqueda, Delincuencia
femenina. Representación,
prácticas criminales y Las glándulas de secreción interna [...] han producido una terapéutica de
negociación judicial, Distrito la feminidad que logra regular y normalizar su psiquismo, frecuentemente
Federal (1940-1954),
pp. 95-101.
alterado por causas puramente biológicas [...] [se] ha demostrado, en fin,
la influencia preponderante de la glándula tiroides en la delicada
51
Adriana Maza reflexiona emotividad de nuestra hermanas.52
respecto al derecho civil en
este volumen; en tanto, Armando Raggi, criminólogo (México, 1941)
Lucrecia Infante se ocupa del
ámbito legal laboral. Mucho
se ha escrito sobre la
obtención del voto y el marco
jurídico; véase Enriqueta La idea de lo femenino que imperó en el mundo occidental hasta bien entrado
Tuñón, ¡Por fin… ya podemos el siglo XX, fue la de una naturaleza que decretaba los posibles comportamientos
elegir y ser electas!
de las mujeres. Podemos notarlo en el comentario de Rosario Castellanos en
52
A. M. Raggi Ageo, “La 1950: “Sé, por ellos [los filósofos], que la esencia de la feminidad radica
mujer y el delito”,
Criminalia…, p. 444. fundamentalmente en aspectos negativos: la debilidad del cuerpo, la torpeza
150
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
151
LO PERSONAL ES POLÍTICO
De este modo, hasta hace pocas décadas se consideraba que muchos de los
desequilibrios mentales en mujeres tenían que ver prioritariamente con las
características biológicas de su cuerpo como ausencia peniana, menstruación,
embarazo, climaterio.60 Phyllis Chesler comenta que:
Durante la década de los cincuenta y de los sesenta, todavía se les enseña a los
médicos que las mujeres sufren de envidia del pene, que son moralmente
inferiores a los hombres y que el masoquismo, la dependencia, la pasividad, la
heterosexualidad y la monogamia, son características innatas a ellas. [...] En mi
época, se nos enseñaba a ver a las mujeres como si de alguna forma fueran
naturalmente insanas. Las mujeres eran histéricas (Hysteros, la matriz),
hipocondríacas, infantiles, manipuladoras, frías o asfixiantes como madres y con
58
Cristina Sacristán, Locura e tendencia al exceso a causa de sus hormonas.61
Inquisición en Nueva España,
1571-1760, p. 9.
59
Elaine Showalter, The Female
En México, estos discursos se convirtieron en una herramienta que
Malady: Women , Madness, desacreditaba automáticamente la labor de un número importante de
and English Culture. 1830-
1980, p. 7.
mexicanas que, en las primeras décadas del siglo XX, salían de los espacios
domésticos e iban ganando visibilidad en la esfera pública. Al respecto, llama
Betty Friedan, The Feminine
60
Mystic, pp. 77-79. la atención la cercanía con la locura de mujeres creadoras, durante las
primeras décadas del siglo XX, que no demostraron pasividad intelectual
Phyllis Chesler, Madness and
61
152
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
recibir respuesta, dos años más tarde volvió a dirigirse a Miguel Alemán, ya 64
Militar maderista que
en funciones: “Sr presiente por sus ijos de Ud se lo pido a Ud de la Orden participó en la Revolución
Mexicana; se le atribuye la
y traigan a mi ijo para Mescico ase algun tiempo escribi a Ud una carta autoría intelectual del asesinato
explicando a Ud todo”.66 Pero tampoco obtuvo respuesta; en 1950, envío la de Francisco I. Madero.
última carta: 65
AGN- Fondo Presidentes –
Miguel Alemán Valdés
(agn-fp-mav), Catalina
Sr. é ido a Relaciones y me dijeron fuera dentro de 15 días fuy i me dijeron lo Carmona, documento 541/35,
mismo Sr que den la orden y traigan ami hijo Ud me ara el favor de indicarme 15 de octubre de 1946. En las
lo que debo aser. Tambien suplico a Ud den la orden que multen o aqusen al citas referentes a este caso
que se metió en mi cuarto que les digan prohibido esta ya tanto molestar á esa conservamos la ortografía y
redacción original.
probre Sra ya no los aguanto. Oigo amenasas y me dan unos toques en todo el
cuerpo que no puedo ni andar, me quieren encoger los nervios y la rodilla me 66
Idem.
153
LO PERSONAL ES POLÍTICO
la quieren safar [...] el barrabas vive aquí en las lomas y Anselmo el criado de
aquí dise que cada rato se viene a meter que el con otros son los que asen las
Magias, así que si me matan que los pongan en la silla Electrica pues no tiene
Ud idea de todo lo que asen [...].
154
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
EL DESORDEN FEMENINO. 71
ASSA-FMG-EC
“Prevalencia de trastornos
mentales y uso de servicios:
resultados de la encuesta
...deseamos que la mujer intervenga más en nuestra vida social, que su nacional de epidemiología
actividad, socialmente útil, no se refleje en las sombrías columnas de la psiquiátrica en México”, Salud
Mental, pp. 1-16.
criminalidad, sino que signifique una mayor civilización sin incremento
de delincuencia femenina. 73
Organización Mundial de la
Salud, op. cit.
Alfonso Quiroz Cuarón, criminólogo (México, 1959)74
74
Alfonso Quiroz Cuarón, La
criminalidad en la República
Las conductas femeninas consideradas fuera de la norma, tenían un doble filo. Mexicana, p. 28.
En primer lugar, al transgredir el orden social ponían en entredicho el ideal de
155
LO PERSONAL ES POLÍTICO
sociedad patriarcal (por ejemplo, con las demandas por la obtención del voto
o por el acceso a la educación). En segundo lugar, cuando sus conductas
atentaban contra su supuesta naturaleza, tales como el infanticidio o una
sexualidad activa fuera de la norma (prostitución, adulterio). De este modo, la
transgresión debía ser doblemente tratada: había que recolocar a la mujer en
el lugar correspondiente a su sexo, el doméstico, pero también habría que
restituir una anormalidad más constitutiva y vinculada a su “naturaleza
desviada”. Para ello, ciencias como la criminología y la psiquiatría dieron los
argumentos suficientes y formas de tratamiento, los cuales llegaron a tener
repercusión en normativas y controles formales implementados por el Estado.
EL SEXO PELIGROSO
En 1883 a las afueras del burdel donde vivía Amalia, alias La Figurilla, ubicado
a unas pocas cuadras del Zócalo capitalino, se encontraba Jesús Figueroa.
Amalia al verlo ahí le dijo “que si los que estaban parados allí eran los valientes
[…] Figueroa le contestó que no”; ante la respuesta, ella lo atacó con un
instrumento punzocortante y le hizo una herida en la cara. Amalia fue detenida
y remitida al Hospital de Mujeres Dementes pues padecía ataques epilépticos.
El médico del nosocomio suscribió que sus “cualidades afectivas, y morales
son menos que regulares, mayor en particular después de su prostitución, pues
que la embriaguez y los desordenes conducentes á la vida desarreglada que
lleva los han depravado ó hecho desaparecer; siempre ha sido de carácter
violento, inclinada á la autoridad é insubordinada”. Asimismo aseguraba que
la inculpada había actuado sin voluntad producto de la enfermedad; no
obstante, el juez consideró que Amalia agredió a Figueroa con plena cordura
en tanto era una “muger que se juzga relajada en los resortes que conducen
por el buen sendero [moral]”.75
En 1945, María del Carmen Medina aseguró ante el juez penal que sólo
llevaba ocho días ejerciendo el oficio de prostituta “obligada por la miseria en
75
AGN-TSJDF, Amalia Gómez,
lesiones, 23 de abril de 1883,
que vive pues fue abandonada por su amante teniendo un hijo de seis meses”,
caja 831, exp. 27829. de modo que no era posible que padeciera ningún tipo de enfermedad
156
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
Imagen de la película de 1933 “La mujer del puerto”, protagonizada por Andrea Palma y
Domingo Soler, dirigida por Arcady Boytler.
157
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Las mujeres han sido consideradas portadoras de una carga sexual importante;77
a partir del siglo XIX, poco a poco y gracias a los discursos científicos, se fue
confinando al sexo femenino en dos categorías: la procreación y el erotismo.
Marcela Lagarde sostiene que:
Como hemos visto, la sexualidad femenina ideal era aquélla que se encontraba
controlada desde el hogar paterno o en el matrimonio, lugar donde debían
prevalecer las “buenas” mujeres. En cambio, las prostitutas, así como las
mujeres que demostraban una sexualidad abierta, han sido mal vistas; se les
ha considerado mujeres fuera de todo control patriarcal y, por tanto, peligrosas:
“criminales simbólicas”.79
En México, la prostitución nunca ha sido penada. Tras la Independencia,
desde 1834 y hasta 1962, se divulgaron diversas disposiciones concernientes
a casas de prostitución. A partir de 1865 comenzó una etapa reglamentarista
77
Véase Julia Tuñón, “Ensayo
introductorio. Problemas y
con el proyecto formulado por Maximiliano y que sería retomado por el
debates en torno a la Reglamento de 1871 (reformado en 1872 y 1879); con ello se pretendía
construcción social y simbólica
de los cuerpos” en Enjaular los
normar todo lo concerniente a la actividad: zonas en que podía ejercerse la
cuerpos…, pp. 11-65. prostitución, los tipos de inmuebles en que debía erigirse un prostibulario, los
78
Marcela Lagarde, Los controles sanitarios implementados a las hetairas, etc.
cautiverios de las mujeres: En el siglo XX se emitió un nuevo reglamento en 1926 (reformado en
madres, esposas, monjas, putas,
presas y locas, pp. 202-203. 1932, 1934 y 1937).80 Para estos años, en general, las prostitutas habían
Cursivas en el original. dejado de ser consideradas por médicos y criminólogos mujeres con defectos
79
N. J. Davis y M. Faith, op. congénitos, y se les pensaba como el resultado de una serie de infortunios en
cit., pp. 127-130. los que el abuso de seductores, la miseria, la adversidad y la ignorancia eran
80
Véase Carlos David Vargas el telón de fondo. Algunos, más sensibles a la complejidad de fenómeno,
Ocaña, El estado y la
prostitución: el establecimiento
estaban convencidos de que la situación de marginación social y económica
del abolicionismo en que vivían era producto en gran medida de la incompetencia del Estado
en la ciudad de México,
1937-1940.
que no lograba proporcionarles apoyo ni generarles oportunidades sociales o
158
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
laborales para que optaran por otro tipo de vida, a lo que sumaban la entrañable
corrupción existente entre las propias autoridades. Con todo, había especialistas
que aseguraban, apoyados en estadísticas, que la mayoría de las prostitutas
eran “débiles mentales”.81
Finalmente tras una lucha política ardua, en 1940 se abolió el reglamento
de prostitución en la ciudad de México y subsiguientemente en el resto del país.
Con ello se pretendía que el Estado no alentara el comercio sexual y comenzó
a perseguirse penalmente a los lenones, esto es, a “toda persona que habitual
o accidentalmente explote el cuerpo de otra por medio del comercio carnal, se
mantenga de este comercio u obtenga de él un lucro cualquiera” (art. 207). No
obstante, muchas mujeres dedicadas al negocio del comercio sexual no quedaron
conformes; Katherine Bliss ha demostrado que tanto dueñas de prostíbulos como
prostitutas, no convenían necesariamente con aquellos discursos moralizadores
y redentores, a la vez que rechazaban abiertamente el abolicionismo y exigían 81
“Medios prácticos contra el
el respecto a sus espacios de trabajo y vida; la prostituta María Millán aseguraba vicio”, Criminalia…, p. 512.
igual. 84
AGN-FP-Manuel Ávila
A mediados de los años cuarenta, el Comité de Defensa Pro-Derechos de Camacho (agn-fp-mac),
545.22/312, foja 14704.
la Mujer rastreaba alrededor de 20 000 mujeres trabajando en cabarets, cafés
85
Cifra estimada por Narciso
cantantes y salones de baile,84 mientras otras 22 000 ejercían alguna forma de Bassols, citado en C. D. Vargas
prostitución.85 De estos números resultaría que 42 000 capitalinas, es decir que Ocaña, op. cit., p. 79.
4.42%, del total de las citadinas contabilizadas por el censo de 1950 (949 955) Séptimo censo general de
86
se dedicaban al negocio de la noche y/o al sexo comercial; lo que a su vez población. Distrito Federal
(1950), México, Secretaría de
equivaldría casi a una cuarta parte de las capitalinas registradas como Economía (Dirección General
económicamente activas por el mismo padrón (167 428).86 de Estadística), 1953, p. 81.
159
LO PERSONAL ES POLÍTICO
160
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
Prostitutas detenidas 1920, retrato de grupo, ca. 1922. Archivo Casasola. Secretaría de Cultura.-INAH.-MEX. Reproducción autorizada por
el Instituto Nacional de Antropología e Historia (3229).
En 1941, Celedonio Reyes de trece años fue “metido a la fuerza” por María
Hernández Martínez, de 33, al cuarto de la portería donde ella habitaba.
Celedonio relató que ya en el interior del domicilio, María se levantó el vestido
“enseñándole las piernas descaradamente” y lo incitó a tener relaciones
sexuales. El acercamiento sexual de María fue violento ya que a pesar del
dolor que expresaba y la resistencia que oponía el joven, efectuaron “el coito
una sola vez a tanta insistencia de la señora”. María negó en todo momento
haber hecho algo malo pues aseguraba que “el muchacho no es un niño y que 91
M. Santillán, Delincuencia...,
para eso hay hombres”.91 pp. 167-169.
161
LO PERSONAL ES POLÍTICO
En tanto, por esos mismos años, Juana Bernardino Flores de 65 años comentó
que “cada vez que llega su hijo [Gregorio de 25] en estado de ebriedad, la
tira al suelo y tienen contacto carnal” y aseguró desconocer “que era delito
tener contacto carnal con su hijo”. Gregorio aseguró que su madre un día le
dijo “que se subiera que no le diera pena y a la vez [ella] se levantó el vestido
y el declarante obedeciendo se subió sobre ella […] después lo siguieron
haciendo cada tercer día”.92
Desde el siglo XIX, se fueron negando todas las “sexualidades erráticas e
improductivas”, intentando reducir la sexualidad a la pareja heterosexual,93 y
en el caso de las mujeres a la maternidad. Élisabeth Roudinesco comenta que
“el discurso psiquiátrico proporciona a la sociedad contemporánea la moral
que busca. La sexología de antaño sirvió para clasificar a los perversos en
diferentes tipos, para nombrar hasta el infinito variantes de una sexualidad
considerada anormal”.94 En México, dicha taxonomía de “anormalidades
sexuales” era tomada en cuenta por especialistas; en este sentido, en opinión
de José Agustín, hasta entrado el siglo XX “el sexo era absoluto tabú, y quienes
tenían preferencias sexuales ‘no ortodoxas’ tenían que conformar un submundo
clandestino y ciertamente peligroso”.95
Diversos tipos de sexualidades podían ser considerados pecaminosos por
la religión o dañinos por la ciencia médica y psiquiátrica, como el lesbianismo,
y otros casos contemplados como delitos por la ley, como el incesto. A este
último respecto cabe destacar la idea imperante de la falta de deseo sexual
en mujeres consideradas decentes, incluidas por supuesto las madres, situación
que en la práctica podía llegar a ser totalmente distinta.
92
Ibidem, p. 176.
En Querétaro, en octubre de 1891, Tomasa Morán y Serapia Trejo, ambas
93
Michel Foucault, Historia de solteras y de 34 y 27 años de edad, fueron sorprendidas ejecutando “acciones
la sexualidad, vol.1, pp. 48-64.
impúdicas” a la orilla de una milpa; se les detuvo por “ataques a la moral”. Un
94
Élisabeth Roudinesco, Nuestro mes después, el juez desestimó el caso y las puso en libertad por considerar
lado oscuro. Una historia de los
perversos, p. 206. que el lugar donde se las encontró no era público, pues estaba lleno de
95
José Agustín, Tragicomedia
hierbas altas y abundantes, y que por la hora nocturna de los hechos y al no
mexicana, la vida en México de haber luna, entendía que las acusadas pretendieron permanecer ocultas de
1940-1970, p. 134.
las miradas de los vecinos.96 Así, mientras lo personal no fuera público, la
96
Lisette Rivera Reynaldos, transgresión pasaría a ser atendida por el orden médico, tal como sucedió con
Mujeres marginales: Prostitución
y criminalidad en el México Margarita y Alberta quienes fueron internadas en el Hospital para mujeres
urbano del Porfiriato, p. 300. dementes en 1910. Fueron diagnosticadas con “locura compartida”; Alberta
162
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
sufría de idiotez mental y Margarita era histérica. Ésta última fue dada de
alta algunos años después ya que “parece curada. Parece que no existe
amor lesbio”.97
De acuerdo con Fernanda Núñez, en el siglo XIX comenzó a notarse el
amor lesbio en el ámbito médico y legal. Para los médicos era considerado
anormal, mientras que para los segundos era peligroso.98 Para los criminólogos
decimonónicos, como Carlos Roumagnac, toda “desviación” sexual, como el
homosexualismo, se vinculaba con condiciones biológicas criminales, la
prostitución y fácilmente podía convertirse en perversión.99 En 1883, Simona
“se enceló” y se “prendió” del rebozo de Ygnacia quien “en defensa propia y
acordándose que traía en el seno una ahuja de arma la sacó y le dio á
Simona varios golpes” dejándole una herida en la oreja de ocho milímetros,
“varios piquetes y araños”. Ygnacia aseguró que su proceder era una venganza
contra Simona pues ésta le había dicho a la presidenta de la cárcel “que ella
había enseñado a la que habla a machucarse y la había disfrutado hasta con
los dedos”.100 97
AHSSA-MG-EC, caja 4, exp. 8;
caja 1, exp. 50.
En general, médicos y criminólogos posrevolucionarios, de manera similar
a los decimonónicos, consideraban a la sexualidad homoerótica como un 98
Fernanda Núñez, “El
agridulce beso de Safo:
estado patológico o perverso muy cercano al crimen; y mostraban rechazo y discursos sobre las lesbianas
desconfianza ante esa forma de vida. Para la década de los cuarenta, el a fines del siglo XIX mexicano”,
Historia y Grafía, pp. 47-65.
criminólogo y abogado José Ángel Ceniceros consideraba que, si bien la
homosexualidad no era delictuosa, sí era una “grave lacra social” que se 99
Robert M. Buffington,
Criminales y ciudadanos en el
debía combatir “mediante una Política Criminal adecuada, en la cual el factor México Moderno, pp. 119-122.
educación complemente fortifique la obra de la Medicina Social”.101
AGN-TSJDF, Simona Rojas e
100
En el caso de las lesbianas, su “terrible transgresión” al “masculinizarse” Ygnacia Rojas por lesiones, 15
era el rechazo a la maternidad y la negación de sus “instintos femeninos”, de octubre de 1883, caja 832,
exp. 35902.
consideraba Susana Solano, una de las primeras doctoras en criminología;
101
José Ángel Ceniceros,
aseguraba que “la mujer homosexual tiene ausencia de instinto maternal y, en “Proemio del libro del Dr. José
cambio, aspiración particular por las actividades propias del varón […]. Es Agustín Martínez, titulado ‘El
homosexualismo y su
indudable que el homosexual encarna un peligro social evidente, porque hace tratamiento’ ”, Criminalia…, p.
la vida antinatural, desviada, sin contribuir a la reproducción de la especie”.102 247.
Pero este “peligro social” que representaba a la homosexual, no la convertía 102
Susana Solano,
en opinión de la especialista en una delincuente nata, por el contrario con “Homosexualismo
y el estado peligroso”,
ayuda especializada podría regenerarse. Criminalia…, p. 149.
163
LO PERSONAL ES POLÍTICO
164
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
más tarde fue declarada enferma mental e ingresó al anexo psiquiátrico del
Centro Femenil de Readaptación Social, al sur del Distrito Federal, consignada
a 30 años de reclusión.105
Como ha podido notarse, a lo largo del periodo abordado en este
estudio, la violencia femenina ejercida contra infantes, principalmente sus
hijos, fue vista como algo “contra natura” y cada vez más denostada social,
moral, religiosa e, incluso, científicamente. En 1938, el médico eugenista
Alfredo Saavedra consideraba que una madre consciente no buscaría atentar
contra la vida de su hijo, “un ser indefenso”.106 No obstante, como bien
sabemos y se estudia en este libro, la maternidad y los sentimientos maternales
son una construcción sociohistórica condicionada por una diversidad de
factores propios del contexto y a partir de los cuales cada mujer configura su
propia identidad materna. En este sentido, la evidencia histórica y la realidad
social muestra que había mujeres a quienes no les interesaba la maternidad,
muchas eran madres solteras, otras se veían obligadas a trabajar para subsistir
sin tener tiempo suficiente para la crianza de sus hijos, algunas abortaban,
varias más se relacionaban con sus vástagos a través de conductas agresivas
e, incluso, había quienes cometían violentos actos criminales contra ellos.
En la década de los años treinta, las médicas y feministas Matilde
Rodríguez Cabo y Ofelia Domínguez Navarro no suponían que la suspensión
de la gestación fuese consecuencia del comportamiento femenino atípico;
Isaías V. Rosado, “A 26 años
105
por el contrario, reconocían que era una actividad de muy larga data y del caso Mijangos”,
proponían eliminar el aborto del catálogo de delitos.107 Rodríguez Cabo ADNinformativo.com, “La
Hacienda de Querétaro”, video
insistía en que el uso de anticonceptivos ayudaría a mejorar las condiciones documental, Discovery Channel
de vida de las mexicanas y de los niños, sobre todo de los sectores más [ambos disponibles en línea].
165
LO PERSONAL ES POLÍTICO
pronunciarse a favor del aborto hacia mediados del siglo XX, lo condenaban
si la gestación era producto de un “desliz”.110 Habría que esperar hasta el
2007, al menos en el Distrito Federal, para que las mujeres tuvieran el derecho
de interrumpir la gestación.
Conforme a los registros históricos, el aborto como control de la natalidad
o el infanticidio eran prácticas utilizadas, en general, por mujeres de clases
populares comúnmente por motivos económicos; en cambio, entre las mujeres
de sectores más favorecidos, solían tener como telón de fondo prejuicios
sociales y religiosos.111 No obstante, en ocasiones “la franca negación al
deseo de maternidad”,112 se revelaba en un expreso desinterés por el hijo; por
ejemplo, en los años cuarenta Josefa Ocaña fue con una partera que “se
dedica a poner sondas a las mujeres que no quieren tener hijos”, ya que tenía
diez y simplemente no quería tener más.113 Por su parte, María Concepción
Roque quien llegó a la capital para trabajar como sirvienta, cuando nació su
hijo lo azotó en el piso, luego lo ahorcó porque se seguía moviendo; ya
muerto, lo envolvió en trapos. Manifestó “yo no quería al hijo […] porque sería
un obstáculo en mi trabajo. Por eso decidí matarlo […] metí el cadáver en una
red de ixtle y lo escondí bajo la cama. Esperaba una oportunidad para llevarlo
110
Beatriz Urías Horcasitas, a enterrar a mi tierra.114
“Eugenesia y aborto en México En el tránsito del siglo XIX al XX, el aborto iba a la alza y el infanticidio a
(1920 -1940)”, Debate Feminista,
pp. 309 y 318. la baja; entre 1891 y 1898 hubo 79 consignadas por aborto y 165 por
infanticidio, entre 1901 y 1910 fueron 93 y 52 respectivamente.115 Para los
111
M. Rodríguez Cabo, “El
control…”, p. 207. años cuarenta no hay cifras oficiales, sin embargo una muestra de fuentes
112
A. Saavedra, op. cit., p. 624.
judiciales confirma que había más madres abortando que infanticidas (16
procesos contra las primeras y 10 contra las segundas). En principio, el
113
AGN-TSJDF, Clotilde Vences
González y Josefa Ocaña infanticidio parecía más sencillo, pues las mujeres podían dar a luz solas y
Salcedo, Aborto, matar a la criatura, comúnmente ahorcándolos o asfixiándolos; sin embargo,
22 de octubre de 1947, caja
3943, folio 692108. para estos años la interrupción de un embarazo aumentaba pues mejoraban
las técnicas y los utensilios para realizarlo, lo que en última instancia podía
114
“Infame sirvienta ahorcó a su
hijo recién nacido”, en La Prensa resultar mejor opción antes que el asesinato del neonato. Las infanticidas
(28 de octubre de 1954), p. 25. en la capital solían ser originarias de provincia, analfabetas y solteras, y
115
Elisa Speckman, “Las flores del laboraban en el servicio doméstico. Es decir, se encontraban solas en la
mal. Mujeres criminales en el
ciudad, buscaban proteger sus empleos o no tenían los recursos sociales y
porfiriato”, Historia Mexicana,
p. 229. económicos para sostener a la criatura. En cambio, las abortadoras mujeres
166
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
167
LO PERSONAL ES POLÍTICO
En el verano de 1929, María Teresa Landa (quien un año antes fuera elegida
120
M. Santillán, Delincuencia..., Miss México a pesar de los deseos de su padre de que fuera monja) y su
pp. 247-248.
esposo Moisés Vidal se instalaron en la Ciudad de México, después de radicar
121
Elena Azaola, Crimen, en Veracruz tras sus nupcias en septiembre de 1928. Una mañana de agosto,
castigo y violencias en México,
p. 204. la joven María Teresa de 19 años de edad desobedeció la orden de su marido
168
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
169
LO PERSONAL ES POLÍTICO
170
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
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LO PERSONAL ES POLÍTICO
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III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
173
LO PERSONAL ES POLÍTICO
174
III. ESTADO Y MARCOS NORMATIVOS. TRANSGRESIONES, CONTROL SOCIAL E IDENTIDAD FEMENINA
Como no hay presente sin historia, ni historia sin cambio, ni cambio sin conflicto,
en el presente capítulo se buscó abonar a nuestra memoria histórica varios
acontecimientos clave, a partir del estudio de las transgresiones o líneas de
fuga, a través de las cuales ha sido posible constatar que los comportamientos
femeninos en la historia de México no estuvieron marcados por la pasividad,
ni siquiera cuando las mujeres más sufrían, y que las experiencias vividas por
ellas fueron generando conciencia de sí y, con ello, la toma de postura frente
a las situaciones que enfrentaban. Una toma de postura que, más allá de los
desacatos (morales, religiosos, médicos o legales), permitió a las mujeres
encarar las instancias necesarias para mejorar su situación. Las conductas de
nuestras antepasadas en relación con los usos que hacían de sus cuerpos, de
su sexualidad, de su maternidad, del amor y desamor que experimentaban, se
encontraban condicionadas por concepciones de género que se fueron
diluyendo lentamente gracias a sus maneras específicas de ser mujer.
De este modo, aun cuando las mujeres no tuvieran posibilidad de
participar políticamente de manera formal en las estructuras de gobierno
(antes del voto en 1953 y posteriormente de manera sumamente limitada),137 lo
cierto es que sus comportamientos transgresores tenían consecuencias
importantes en el proyecto político y social defendido por las élites en el
gobierno. En este sentido, sus conductas, las íntimas y personales, repercutieron
desde la esfera de lo político, desde el conflicto social, en la conformación de
marcos culturales, sociales y políticos más amplios.
Desde la consolidación de los estados liberales y con el transcurrir del
tiempo, las contravenciones femeninas fueron, por un lado, socavando las
diferentes normativas y controles; y, por otro, afectando los procesos históricos
que hoy forman nuestro presente. En otras palabras, las transgresiones de
mujeres, a la vez que atentaban contra los modelos liberales de sociedad y
gobierno, fueron posibilitando la transformación de las concepciones de
género a lo largo de los siglos XIX y XX. Un claro ejemplo de ello es la 137
Véase Adriana Maza
(coord.), De liberales a
despenalización del aborto en 2007; a pesar de haber sido una práctica liberadas. Pensamiento y
bastante socorrida desde siglos atrás, el Estado finalmente consideró, entre movilización de las mujeres
en la historia de México
otros argumentos, que el aborto era un asunto político y social, antes que (1753-1975).
moral, por lo que tal actividad exigía la vigilancia formal (médica y
gubernamental) para la protección de las mujeres.
175
LO PERSONAL ES POLÍTICO
176
ANEXO
PARTICULARIDADES DE GÉNERO: LOS CÓDIGOS PENALES EN MÉXICO*
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 816-830 Infanticidio Aborto Rapto Estupro
arts. 581-586 arts. 569-580 arts. 808- 815 arts. 793-794
Delitos contra el Delitos contra el Delitos contra el
orden de las orden de las orden de las
Delitos contra las Delitos contra las
Tipificación familias, la moral familias, la moral familias, la moral
personas personas
pública o las buenas pública o las buenas pública o las buenas
costumbres costumbres costumbres
Apoderarse de una
mujer en contra de
su voluntad, y
llevársela por medio
de la violencia física
Extracción del o moral, del engaño Cópula con mujer
Cuando existe Muerte causada a producto de la o de la seducción, casta y honesta,
contacto carnal entre un infante en el concepción o su para satisfacer empleando la
Definición
cualquiera de los momento de su expulsión provocada deseos carnales o seducción o el
delito
cónyuges con nacimiento hasta las por cualquier medio, para casarse. engaño para
alguien más. 72 horas de vida. siempre que se haga alcanzar su
sin necesidad. Si la robada es consentimiento.
menor de 16, se
considera rapto
aunque haya
seguido a su raptor
voluntariamente.
* Martha Santillán Esqueda, Delincuencia femenina. Representación, prácticas criminales y negociación judicial, Distrito Federal (1940-1954).
177
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 816-830 Infanticidio Aborto Rapto Estupro
arts. 581-586 arts. 569-580 arts. 808- 815 arts. 793-794
I. 2 años de prisión
y multa si es
cometido por mujer
casada con hombre
libre, y el ejecutado
en la casa conyugal
I. 4 años de prisión
por hombre casado
y multa, si la víctima
con mujer libre.
tiene entre 10 y 14 .
178
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 816-830 Infanticidio Aborto Rapto Estupro
arts. 581-586 arts. 569-580 arts. 808- 815 arts. 793-794
4 años si la madre
Las penas
se proponía ocultar
aumentarán:
su deshonra y: 2 años cuando el
I. No tenga mala aborto sea
I. 2 años de prisión
fama; voluntario por parte
cuando el victimario
II. haya ocultado el de la madre.
sea ascendiente y la
embarazo; Siempre y cuando
víctima sea menor
III. se haya ocultado I. No tenga mala
mayor de 11 años.
el nacimiento del fama;
Castigo Si éste es menor, la
infante haya sido II. haya ocultado el
atenuado pena será de 4
--- oculto y no se huya embarazo; ---
o años.
inscrito en el Registro III. que sea fruto de
agravado
Civil; una unión ilegítima.
II. Una cuarta parte
IV. que el infante sea
de la pena
ilegítimo. Si faltan las
señalada, cuando el
circunstancias I o II
victimario sea tutor,
Se aumenta 1 año se aumenta 1 año
maestro o persona e
por cada por cada una.
autoridad sobre el
circunstancia
menor.
faltante, excepto la
IV.
La mujer casada
sólo podrá quejarse:
I. Cuando el marido
lo cometa en el
Cesa toda acción
domicilio conyugal.
penal si el raptor se Cesa toda acción
II. Cuando lo cometa
Particula- casa con la penal si el
fuera de él con una
ridades ofendida, salvo que estuprador se casa
concubina.
el matrimonio sea con la ofendida.
III. Cuando el
declarado nulo.
adulterio cause
escándalo sea quien
fuera la adúltera y el
lugar que el delito se
cometa.
179
CÓDIGO PENAL 1929
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 891-900 Infanticidio y Filicidio Aborto Rapto Estupro
arts. 994-999 arts. 1000-1010 arts. 868-875 arts. 856-859
180
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 891-900 Infanticidio y Filicidio Aborto Rapto Estupro
arts. 994-999 arts. 1000-1010 arts. 868-875 arts. 856-859
Las penas
aumentarán:
I. 2 a 4 años de
prisión cuando el
victimario sea
ascendiente,
5 años, si la madre se descendiente,
proponía ocultar su padrastro, madrastra
deshonra y concurren o hermano del
las siguientes causas: ofendido, o cuando la
cópula sea contra el
I. Que no tenga mala orden natural.
fama;
II. Cuando el
Castigo II. que haya ocultado victimario sea
atenuado o --- el embarazo; --- --- pariente o ejerza
agravado autoridad sobre el
III. que el nacimiento ofendido quedará
del infante haya sido inhabilitado como
oculto y no se hubiere tutor o curador y se le
inscrito en el Registro podrá suspender de
Civil; sus funciones
públicas, de ser el
IV. que no sea caso.
legítimo.
Los delincuentes de
que se trata en este
capítulo quedarán
inhabilitados para ser
tutores, y además se
les podrá someter a
la vigilancia.
181
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 891-900 Infanticidio y Filicidio Aborto Rapto Estupro
arts. 994-999 arts. 1000-1010 arts. 868-875 arts. 856-859
No se especifica
castigo para la madre
que aborta, sólo para
quienes lo provocan.
Cesa toda acción
No es punible penal si el raptor se Cesa toda acción
No hay distinción
Particula- cuando: casa con la ofendida, penal si el estuprador
entre adúltero y ---
ridades I. Corre peligro la salvo que el se casa con la
adúltera
mujer embarazada, y matrimonio sea ofendida.
se avala con declarado nulo.
dictamen médico.
II. Es causado por
culpa de la
embarazada.
182
CÓDIGO PENAL 1931
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 273-276 Infanticidio Aborto Rapto Estupro
arts. 225-228 arts. 329-334 arts. 267-271 arts. 262-264
183
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 273-276 Infanticidio Aborto Rapto Estupro
arts. 225-228 arts. 329-334 arts. 267-271 arts. 262-264
No es punible cuando:
184
ANTEPROYECTO 1949
Victimarias Víctimas
Adulterio
arts. 264-267 Infanticidio Aborto Rapto Estupro
art. 315 arts. 316-321 arts. 258-262 arts. 252-254
Delitos contra la vida Delitos contra la vida
Tipificación Delitos sexuales y la integridad y la integridad Delitos sexuales Delitos sexuales
corporal corporal
Cuando se sustrae o
se retiene a una mujer
Cópula con una mujer
No se define por medio de
Muerte causada aun La muerte del honesta menor de
adulterio; sólo señala violencia física o
infante en el momento producto de la dieciséis años,
Definición que éste existe moral, de la
de su nacimiento concepción en obteniendo su
delito cuando se comete en seducción o del
hasta las 72 horas de cualquier momento de consentimiento por
el domicilio conyugal engaño, para
vida por la madre. la preñez. medio de seducción o
o con escándalo. satisfacer algún deseo
engaño.
erótico o para
casarse.
6 meses a 6 años de
prisión y multa. Si la
Hasta con 2 años de 1 a 3 años de cárcel
mujer es menor de 16
prisión y 6 de para la madre que 1 mes a 3 años y
Castigo 3 a 5 años de prisión. años se aplica la
privación de los aborta multa
misma pena aunque
derechos civiles voluntariamente.
haya seguido
consentido en el rapto.
6 meses a 1 año de
cárcel a la madre que
Castigo
--- --- voluntariamente --- ---
atenuado
aborte para ocultar su
deshonra.
No es punible
cuando:
185
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Manifestación de la Coalición de Mujeres a favor del aborto libre y gratuito, Ciudad de México,1979.
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CONTENIDO
Prólogo
Dora Barrancos 9
Introducción 17
211
Madres políticas… resistencia colectiva u 125
Reflexiones finales. Lo personal ¿es? político u 126
Bibliografía 189
Referencias electrónicas 208
212
Sobre las autoras
Lucrecia Infante Vargas. Originaria de la Ciudad de Las mujeres son mayoría en la militancia de Nueva Alianza; ellas protagonizan Desde lo público del quehacer femenino, hasta lo más ínti-
México. Doctora en Historia por la Universidad Nacional con un profundo compromiso la lucha por la equidad de género en las políticas
Autónoma de México (UNAM). Sus líneas de investigación públicas. Los derechos que hoy ejercen plenamente y la identidad política mo, las diversas formas de resistencia, las asociaciones que
se centran en la historia de las mujeres en la cultura femenina, tal como los concebimos en la actualidad, son el resultado de un conforman colectivos y la disputa sobre las normas impuestas
impresa y la educación de los siglos XIX y XX, así como lento proceso de formación a través del ámbito de lo cotidiano; de hecho, no
en los vínculos teórico-metodológicos entre la Historia y fue sino hasta la década de los años 70 del siglo pasado cuando las mujeres simbólica y legalmente, se han traducido en un aporte funda-
la Literatura. manifestaron de manera contundente que “lo personal es político”. mental a la formulación de códigos, leyes y políticas públicas
Adriana Maza Pesqueira. Maestra en Historia de México La publicación de esta obra pretende contribuir a la divulgación de un estudio que gradualmente han construido el entramado institucional
y diplomada en Historia de las mujeres en el México de la historia nacional con perspectiva de género desde dos ejes fundamentales que protege y proyecta los derechos plenos de las mujeres.
contemporáneo, ambos por el Instituto Cultural Helénico; que engarzan, por un lado, la política con lo político y, por otro, lo colectivo
diplomada en Historia de España por el Instituto de con lo individual. El primero se centra en las mujeres como actoras en conjunto,
Investigaciones Históricas de la UNAM. Sus áreas de que aunque no buscaron participar directa o formalmente en la conformación Con esta obra, Nueva Alianza reafirma su posición como
interés se centran en la historia de las mujeres en el política del gobierno mexicano, sí la afectaron desde el terreno del conflicto
tránsito entre los siglos XIX y XX, especialmente en el social que emergió de las esferas de lo cultural, lo social y lo económico. El partido promotor de la igualdad y no violencia en todos los
estudio de los colectivos femeninos anónimos. segundo eje sugiere que la convergencia de acciones individuales y personales,
mediadas por el sentido social que estas adquieren en el inmediato plazo de
espacios, tanto públicos como privados y del reconocimiento
Martha Santillán Esqueda. Doctora en Historia por la lo cotidiano relativo a un contexto histórico determinado, afectan de diversas al trabajo individual y colectivo de las mexicanas en la consol-
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); es formas lo político y, por ende, la política.
profesora-investigadora titular del Instituto Nacional de
idación de la democracia
Ciencias Penales (INACIPE). Sus líneas de investigación Rescatar y dar a conocer las distintas formas de influencia que las mujeres han
se centran en la historia social y cultural, con énfasis ejercido en la gestación de políticas públicas relevantes para la conformación
en estudios de género y de mujeres en el siglo XX, del país de derechos al que aspiramos, es una tarea que Nueva Alianza asume Leticia Gutiérrez Corona
principalmente en torno a temáticas vinculadas al estudio como imprescindible. Con la presentación de este libro, Lucrecia Infante,
de la criminalidad y la locura. Adriana Maza y Martha Santillán aportan nuevos conocimientos sobre la lucha Coordinadora Nacional de Movimiento de Mujeres
de las mujeres en México con una frescura de miras, enfoques novedosos y rigor
académico que contribuyen, una vez más, a la formación de una nueva cultura
política en el siglo XXI.