Deíxis
Deíxis
Deíxis
El primer teórico en tratar de sistematizar el fenómeno deíctico fue Karl Bühler. Este autor
distingue entre campo mostrativo del lenguaje y campo simbólico: en el primero funcionan
aquellos elementos que suponen una indicación a la situación comunicativa; el campo simbólico
sería aquel donde los nombres (que funcionan como símbolos) reciben su precisión significativa.
La deíxis recibirá, por tanto, su precisión significativa en el campo mostrativo del lenguaje.
1. La deíxis personal, expresada con pronombres personales de 1.ª y 2.ª persona [[yo (mí,
me), tú (te, ti,...)]); también, con los de de 3.ª persona [él, ella]), pero con éstos solo
cuando señalan a una persona presente en la situación; con pronombres posesivos de 1.ª
y 2.ª persona ([mi, tu, su, nuestro, vuestro,...]); y con morfemas verbales de 1.ª y 2.ª
persona, a causa de la elipsis, habitual en español, del pronombre sujeto ([Quiero], en
que la «o» final señala a la persona que habla).
3. La deíxis espacial, formulada con adverbios de lugar ([aquí, ahí, allí, allá,...]), demostrativos
([este, ese, aquel,…]) y verbos de significado locativo ([traer] al lugar en que se habla,
[venir], etc.), así como con términos que designan lugares (sustantivos o nombres
propios).
4. La deíxis textual o discursiva, a medio camino entre la deíxis y la anáfora, realizada con
pronombres personales o demostrativos neutros ([eso, ello, lo]) o expresiones del tipo
[líneas más arriba, como ya hemos comentado, a continuación], etc.; remite a fragmentos
del texto que se han dicho, o que se van a decir, y que, por lo tanto, están ya presentes
en el entorno comunicativo y son susceptibles de ser señalados.
5. La deíxis social, que refleja o establece la relación social entre los participantes en la
comunicación. Las fórmulas de tratamiento, aunque forman parte de la deíxis personal, se
consideran como grupo específico ya que no solo señalan los papeles de locutor e interlocutor,
sino también su estatus social y la relación que los une. En español el sistema de tratamientos
varía según los dialectos: [tú, usted, vos, ustedes, vosotros] se utilizan de modo distinto, por
ejemplo, en el español septentrional de la Península y en el español hablado en algunos países de
América, conformando por lo tanto subsistemas distintos de deíxis social (por ejemplo el voseo en
Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile). Se usan también vocativos (eh, tú; jefe; tío, colega;
niño/a; nombres propios), dicterios (insultos, motes) o requiebros (halagos como cariño, cielo,
vida, etc.).
El estudio de los deícticos establece interrelaciones interesantes entre gramática y
pragmática, entre los componentes lingüísticos (verbales), paralingüísticos (no verbales) y
contextuales o situacionales, pues son formas que adquieren sentido en las coordenadas espacio-
temporales y personales en que se utilizan. Estos valores –por ejemplo, el uso de la 1ª persona
del singular o plural para señalar al hablante, o de verbos con un componente de deíxis espacial
como ir, venir, llevar, traer– pueden cambiar en cada situación de comunicación y en cada cultura
y, por lo tanto, en cada lengua, por lo que su aprendizaje contribuye al desarrollo de la
competencia comunicativa. También la deixis social es diferente en cada cultura o lengua (como
el caso de los tratamientos de cortesía en japonés). A veces los términos deícticos se relacionan
con expresiones deícticas de tipo descriptivo (en el sentido que le da Bertrand Russell), como “la
hija de Sofía” en lugar de decir su nombre o señalarla con un pronombre personal “tú”, “ella”.
Para ver un resumen del tratamiento de la cortesía en japonés puede consultarse esta página:
http://www.ugr.es/~feiap/ceiap2v1/ceiap/capitulos/capitulo24.pdf