Presentacion TP 1
Presentacion TP 1
Presentacion TP 1
Tal como se consigna en el Programa 2020 de nuestra materia, los contenidos que se
incluyen en este primer TP son:
Bibliografía obligatoria:
Freud, S. (1998). El Malestar en la Cultura. ( Cap. II). (Tomo XXI). Buenos Aires:
Amorrortu
6) Cada ayudante estará disponible (vía correo electrónico) para responder a sus
consultas sobre este TP durante la primera hora del horario habitual asignado a cada
comisión. Les seguiremos informando de qué manera seguiremos avanzando con la
cursada.
7) Se envía un breve escrito con una explicación sobre los contenidos a trabajar en el
TP 1.
Esta modalidad será la implementada para este TP1. Iremos avanzando en nuevas
estrategias que se las iremos comunicando.
La lectura del texto “Las Psicoterapias hoy” nos lleva a pensar básicamente la
cuestión de la heterogeneidad y la fragamentacion del campo de las Psicoterapias. Veran que a
lo largo del siglo XX, el término “Psicoterapia” ha ido abandonando su pretensión de vocablo
monosémico, es decir entendida como “el tratamiento de las enfermedades nerviosas por
medio de la sugestion, persuasión u otros procedimientos psicológicos” para transformarse en
una palabra que requiere cada vez más adjetivos calificativos para dar cuenta de su significado.
En la actualidad, si queremos ser medianamente precisos al referirnos a algún proceso
psicoterapéutico en particular, necesitamos recurrir a algunos de los siguientes adjetivos
calificativos: individual, grupal, de pareja, de familia, vincular, psicoanalítica, sistémica,
guestáltica, psicodramática, cognitiva, comportamental, existencial, breve, de apoyo... y
podríamos seguir. Además, dado que los criterios clasificatorios se refieren a distintos niveles
de análisis (marco referencial teórico, nociones basicas, encuadre técnico, objetivos
terapéuticos, lugar del terapeuta, valor de la palabra etc.), podrían combinarse para acotar aun
más el significado. Así, podríamos hablar por ej de una terapia familiar breve de orientación
sistémica, de una terapia psicoanalítica de pareja, de un psicodrama psicoanalítico o de una
terapia individual cognitivo conductual. La proliferación de métodos psicoterapéuticos ha sido
tan extensa, que en 1980, Herink describió 250 formas diferentes de psicoterapia que
actualmente se hallan en uso. Aunque, en rigor, muchas de ellas no constituyen verdaderos
sistemas terapéuticos, no deja de llamar la atención la tendencia que se observa hacia la
atomización y sectorización del conocimiento científico en este campo. Y en este punto es
clave poder pensar qué incidencias tiene para el campo de las Psicoterapias intentar
“responder” a las demandas actuales respecto a ofrecer un tratamiento para el padecimiento.
Podríamos decir que la segunda mitad del siglo XX se ha caracterizado por la aparición de
"escuelas" de psicoterapia y "orientaciones" terapéuticas que con frecuencia llevan el nombre
del autor que les da origen o del sistema teórico en el que se apoyan. A su vez, los terapeutas
que adhieren a tal o cual escuela, pasan a "denominarse" de la misma forma: freudianos,
lacanianos, rogerianos, eriksonianos, etc. Todos estos elementos permiten visualizar al campo
de las Psicoterapias como fragmentado y disperso, con escaso intercambio entre sus
componentes.
Seria importante que de aquí en mas, a la hora de abordar cada Modelo Terapeutico
pudieran tratar de ubicar estos puntos, ya que los ayudará a circunscribir la especificidad de
cada uno de ellos, y luego las diferencias con otros. Podemos identificar en cada modelo,
distintos niveles:
1. El nivel de los fundamentos, o Cosmovision: son los principios y valores mas generales en los
que se apoya el modelo: la concepción acerca del Universo, el Hombre, la Sociedad.
Proporcionan el sustento filosófico e ideológico a las teorías. A menudo, los fundamentos no
están explícitamente enunciados en la formulación de los modelos, pero siempre es posible
inferirlos a partir del examen epistemológico.
2. El nivel de las Teorías: en él, se intenta explicar los hechos de la realidad, a través de un
sistema de hipótesis que configuran el marco conceptual a partir del cual se responden las
preguntas acerca de los temas o problemas de un área determinada. En el área de las
Psicoterapias hay dos elementos de ese marco conceptual que cobran especial relevancia para
diferenciar los distintos modelos terapéuticos: a) La concepción acerca de la determinación
psíquica, que confiere mayor importancia a algunos determinantes por sobre los demás. b) La
concepción acerca del cambio psicológico.
3. El nivel de las técnicas: proporciona los instrumentos que se proponen introducir cambios
en la realidad.
Una vez discriminados estos niveles, podemos decir que existen, dentro del campo
de las psicoterapias, distintos modelos terapéuticos. Cada uno de ellos parte de un
determinado marco conceptual teórico, explicita o no sus fundamentos cosmovisionales, y
propone un conjunto variable de recursos técnicos para operar en las situaciones terapéuticas.
Volviendo a los ejes ya señalados mas arriba (concepción acerca de la determinación psíquica y
acerca del cambio psicológico), verán que cada modelo terapéutico tiene respuestas diferentes
a las preguntas planteadas por cada uno de ellos (simplificadamente, cuales son las causas del
problema y cual sería el modo de resolverlo). Por ej, verán que con respecto al primer eje,
algunas teorías han enfatizado los determinantes biológicos de la psicopatología, y otras han
privilegiado los determinantes sociales. Las teorías psicodinámicas se han centrado en los
factores intrapsíquicos, los enfoques sistémicos han enfatizado los interaccionales y las
conductistas privilegiaron los factores de aprendizaje y condicionamiento. Y el modelo causal
adoptado tiene una obvia correlación con la dirección del esfuerzo terapéutico.
Con relación al segundo eje (la concepción acerca del cambio), hay autores que
señalan que, coincidente con el pensar racionalista, las personas cambiarian cuando alcanzan
una mayor comprensión de sí mismas. Esta comprensión veremos que no siempre puede darse
por si sola, que para ello es necesario armar determinados dispositivos terapéuticos, donde
los roles de cada uno de los integrantes deben estar definidos. En el caso del psicoanálisis
veremos que Freud acepto la idea de que el conocimiento de uno mismo puede ocasionar el
cambio, pero la novedad es que añadió la necesidad para ello de hacer consciente lo
inconsciente. Mas tarde, la psicoterapia empezó a poner el acento sobre la forma en que el
individuo se relaciona con los demás, mas que en sus procesos internos. Se incluyo
progresivamente la consideración de otras dimensiones de cambio, tales como la interacción
grupal y familiar, el lenguaje corporal, las experiencias emocionales y sensoriales, la
modificación de conductas y del ambiente, la revisión del sistema de creencias, la utilización de
fármacos, etc., que se corresponden con otras tantas concepciones acerca del cambio.
Ahora bien, ¿cuales son los distintos modelos que coexisten en el campo de las
psicoterapias? Cualquier pretensión clasificatoria seria insuficiente, ya que inevitablemente
dejaría afuera a algún sector. No obstante, podemos intentar, sobre la base de los dos ejes
antes mencionados, recortar los modelos terapéuticos contemporáneos más representativos.
Tomando en cuenta el marco conceptual desde el cual se estructura el modelo y,
simultáneamente, la dimensión de cambio a la cual apuntan sus recursos técnicos, se perfilan
cinco grandes grupos:
Se derivan de las teorías conductistas del aprendizaje, y sus técnicas están diseñadas para el
logro de una modificación del comportamiento.
Parten del intento de considerar la amplia gama de determinantes que operan sobre las
situaciones humanas, y trabaja con recursos lo suficientemente flexibles como para operar
sobre las diferentes dimensiones del problema, ubicándolas en un contexto familiar,
institucional, social, cultural.
Recorrer el campo de las psicoterapias implica una mirada que reconozca la especificidad
teórico técnica de cada uno de estos modelos terapéuticos.
Por último, tomando en cuenta la lectura del Cap. II de El malestar en la cultura, nos parece
importante transmitirles que uno de los planteos que de este texto se extrae es básicamente
que el padecimiento es inherente a la constitución subjetiva, y no es reducible por completo,
sino que el desafío es descubrir de que se trata este sufrimiento para cada quien, bajo qué
formas se presenta, y tratar de captar que tipo de arreglo personal ha podido hacer cada uno
de nosotros con ello. En un principio verán que el tema central del artículo es el irremediable
antagonismo que existe entre las exigencias pulsionales y las restricciones impuestas por la
cultura. Restricciones que Freud pudo luego atribuir (mediante la hipótesis del Superyo) a esta
instancia que restringe pero también empuja al goce, dejando al sujeto una y otra vez a
merced de sus demandas.
Poder pensar cuáles son esos calmantes de los que el sujeto se toma para “soportar la vida”,
para hacerle frente a las fuentes del sufrimiento, y entender que no hay EL CALMANTE sino
diversos arreglos y respuestas subjetivas esto implica posicionarse de una forma muy
particular, es entender al sufrimiento humano desde una determinada posición ética. Modos
de influjo para la vida anímica que permiten evitar el displacer, ¿es posible encontrarlos de una
vez y para siempre? ¿ Hay un “para todos” por igual?.
Como conclusión, Freud plantea que el programa que nos impone el principio de placer, el de
acceder a la dicha, es irrealizable. Entre los argumentos que menciona refiere lo siguiente:
porque el sufrimiento amenaza desde 3 fuentes, porque el nacimiento de la cultura se edifica
sobre la renuncia al goce pulsional, goce que quedara significado como “restringido”
“perdido” “parcial”, inscribiendo a la castración como restricción de goce de aquí en más. Ante
esta situación, se nos plantea ¿Qué tiene para aportar el Psicoanálisis? ¿Qué puede remediar?.
Lo novedoso que Freud tiene para indicar, es que a diferencia de la religión, el PSA no
intentara normativizar este juego de elecciones y adaptaciones personales, imponiendo a
todos por igual el mismo camino para conseguir la dicha y protegernos del sufrimiento, sino
que brindara un dispositivo que le permitirá al sujeto preguntarse por su deseo, descubrirlo, y
en todo caso revisar la serie de elecciones que tal vez lo han alejado de él. De esta manera,
algo de la angustia podrá mitigar, algo de otro goce podrá recuperarse, aun aceptando lo
irremediable e irreductible de la castración. No se trata de establecer falsas promesas sino
mas bien de asumir lo posible para cada quien.