Declaración Sobra La Raza y Los Prejuicios Raciales
Declaración Sobra La Raza y Los Prejuicios Raciales
Declaración Sobra La Raza y Los Prejuicios Raciales
Preámbulo
Reconociendo que, más de tres decenios después de fundarse la Unesco, esos principios siguen
siendo tan importantes como en la época en que se inscribieron en su Constitución,
Consciente del proceso de descolonizacion y de otros cambios históricos que han conducido a la
mayor parte de los pueblos otrora dominados a recobrar la soberanía, haciendo de la comunidad
internacional un conjunto a la vez universal y diversificado y creando nuevas posibilidades de
eliminar la plaga del racismo y de poner fin a sus manifestaciones odiosas en todos los planos de la
vida social y política en el marco nacional y en el internacional,
Persuadida de que todos los pueblos y todos los grupos humanos, sea cual sea su composición y
origen étnico, contribuyen con arreglo a su propio genio al progreso de las civilizaciones y de las
culturas que, en su pluralidad y gracias a su interpenetracion, constituyen el patrimonio común de
la humanidad,
Confirmando su adhesión a los principios proclamados por la Carta de las Naciones Unidas y por la
Declaración Universal de Derechos Humanos, así como su voluntad de promover la aplicación de los
Pactos internacionales relativos a los derechos humanos y de la Declaración sobre el
establecimiento de un nuevo orden económico internacional,
Teniendo presente las cuatro declaraciones sobre el problema de la raza aprobadas por expertos
reunidos por la Unesco,
Observando con la más viva preocupación que el racismo, la discriminación racial, el colonialismo y
el apartheid siguen causando estragos en el mundo bajo formas siempre renovadas, tanto por el
mantenimiento de disposiciones legislativas y de prácticas de gobierno y de administración
contrarias a los principios de los derechos humanos, como por la permanencia de estructuras
políticas y sociales y de relaciones y actitudes caracterizadas por la injusticia y el desprecio de la
persona humana y que engendran la exclusión, la humillación y la explotacion, o la asimilación
forzada de los miembros de grupos desfavorecidos,
Manifestando su indignación ante estos atentados contra la dignidad del hombre, deplorando los
obstáculos que oponen a la comprensión mutua entre los pueblos y alarmada ante el peligro que
entrañan de perturbar seriamente la paz y la seguridad internacionales,
Aprueba y proclama solemnemente la presente Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales;
Artículo primero
1. Todos los seres humanos pertenecen a la misma especie y tienen el mismo origen. Nacen iguales
en dignidad y derechos y todos forman parte integrante de la humanidad.
2. Todos los individuos y los grupos tienen derecho a ser diferentes, a considerarse y ser
considerados como tales. Sin embargo, la diversidad de las formas de vida y el derecho a la
diferencia no pueden en ningún caso servir de pretexto a los prejuicios raciales; no pueden
legitimar ni en derecho ni de hecho ninguna práctica discriminatoria, ni fundar la política de
apartheid que constituye la forma extrema del racismo.
3. La identidad de origen no afecta en modo alguno la facultad que tienen los seres humanos de
vivir diferentemente, ni las diferencias fundadas en la diversidad de las culturas, del medio
ambiente y de la historia, ni el derecho de conservar la identidad cultural.
4. Todos los pueblos del mundo están dotados de las mismas facultades que les permiten alcanzar
la plenitud del desarrollo intelectual, técnico, social, económico, cultural y político.
5. Las diferencias entre las realizaciones de los diferentes pueblos se explican enteramente por
factores geográficos, históricos, políticos, económicos, sociales y culturales. Estas diferencias no
pueden en ningún caso servir de pretexto a cualquier clasificación jerarquizada de las naciones y los
pueblos.
Artículo 2
1. Toda teoría que invoque una superioridad o inferioridad intrínseca de grupos raciales o étnicos
que dé a unos el derecho de dominar o eliminar a los demás, presuntos inferiores, o que haga
juicios de valor basados en una diferencia racial, carece de fundamento científico y es contraria a
los principios morales y éticos de la humanidad.
2. El racismo engloba las ideologías racistas, las actitudes fundadas en los prejuicios raciales, los
comportamientos discriminatorios, las disposiciones estructurales y las prácticas institucionalizadas
que provocan la desigualdad racial, así como la idea falaz de que las relaciones discriminatorias
entre grupos son moral y científicamente justificables; se manifiesta por medio de disposiciones
legislativas o reglamentarias y prácticas discriminatorias, así como por medio de creencias y actos
antisociales; obstaculiza el desenvolvimiento de sus víctimas, pervierte a quienes lo ponen en
práctica, divide a las naciones en su propio seno, constituye un obstáculo para la cooperación
internacional y crea tensiones políticas entre los pueblos; es contrario a los principios
fundamentales del derecho internacional y, por consiguiente, perturba gravemente la paz y la
seguridad internacionales.
Artículo 3
Es incompatible con las exigencias de un orden internacional justo y que garantice el respeto de los
derechos humanos, toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en la raza, el color,
el origen étnico o nacional, o la intolerancia religiosa motivada por consideraciones racistas, que
destruye o compromete la igualdad soberana de los Estados y el derecho de los pueblos a la libre
determinación o que limita de un modo arbitrario o discriminatorio el derecho al desarrollo integral
de todos los seres y grupos humanos; este derecho implica un acceso en plena igualdad a los
medios de progreso y de realización colectiva e individual en un clima de respeto por los valores de
la civilización y las culturas nacionales y universales. Artículo 4
1. Toda traba a la libre realización de los seres humanos y a la libre comunicación entre ellos,
fundada en consideraciones raciales o étnicas es contraria al principio de igualdad en dignidad y
derechos, y es inadmisible.
2. El apartheid es una de las violaciones más graves de ese principio y, como el genocidio,
constituye un crimen contra la humanidad que perturba gravemente la paz y la seguridad
internacionales.
3. Hay otras políticas y prácticas de segregación y discriminación raciales que constituyen crímenes
contra la conciencia y la dignidad de la humanidad y pueden crear tensiones políticas y perturbar
gravemente la paz y la seguridad internacionales.
Artículo 5
2. El Estado, de conformidad con sus principios y procedimientos constitucionales, así como todas
las autoridades competentes y todo el cuerpo docente, tienen la responsabilidad de procurar que
los recursos en materia de educación de todos los países se utilicen para combatir el racismo, en
particular haciendo que los programas y los libros de texto den cabida a nociones científicas y éticas
sobre la unidad y la diversidad humanas y estén exentos de distinciones odiosas respecto de algún
pueblo; asegurando la formación del personal docente con esos fines; poniendo los recursos del
sistema escolar a disposición de todos los grupos de población sin restricción ni discriminación
alguna de carácter racial y tomando las medidas adecuadas para remediar las restricciones
impuestas a determinados grupos raciales o étnicos en lo que respecta al nivel de educación y al
nivel de vida y con el fin de evitar en particular que sean transmitidas a los niños.
3. Se exhorta a los grandes medios de información y a quienes los controlan o están a su servicio,
así como a todo grupo organizado en el seno de las comunidades nacionales -- teniendo
debidamente en cuenta los principios formulados en la Declaración Universal de Derechos
Humanos, en especial el principio de la libertad de expresión -- a que promuevan la comprensión,
la tolerancia y la amistad entre las personas y los grupos humanos, y a que contribuyan a erradicar
el racismo, la discriminación y los prejuicios raciales, evitando en particular que se presente a las
personas y a los diferentes grupos humanos de manera estereotipada, parcial, unilateral o
capciosa. La comunicación entre los grupos raciales y étnicos deberá constituir un proceso recíproco
que les permita manifestarse y hacerse entender plenamente y con toda libertad. En consecuencia,
los grandes medios de información deberían abrirse a las ideas de las personas y de los grupos que
facilitan esa comunicación.
Artículo 6
3. Dado que la legislación que proscribe la discriminación racial puede no bastar por sí sola para
lograr tales fines, corresponderá también al Estado completarla mediante un aparato administrativo
encargado de investigar sistemáticamente los casos de discriminación racial, mediante una gama
completa de recursos jurídicos contra los actos de discriminación racial y por medio de programas
de educación y de investigación de gran alcance destinados a luchar contra los prejuicios raciales y
la discriminación racial, así como mediante programas de medidas positivas de orden político,
social, educativo y cultural adecuadas para promover un verdadero respeto mutuo entre los grupos
humanos. Cuando las circunstancias lo justifiquen, deberán aplicarse programas especiales para
promover la mejora de la situación de los grupos menos favorecidos y, cuando se trate de
nacionales, para lograr su participación eficaz en los procesos decisorios de la comunidad.
Artículo 7
Junto a las medidas políticas, económicas y sociales, el derecho constituye uno de los principales
medios de conseguir la igualdad, en dignidad y en derechos, entre los individuos, y de reprimir toda
propaganda, toda organización y toda práctica que se inspiren en ideas o teorías basadas en la
pretendida superioridad de grupos raciales o étnicos o que pretendan justificar o estimular cualquier
forma de odio y de discriminación raciales. Los Estados deberán tomar medidas jurídicas apropiadas
y velar por que todos sus servicios las cumplan y apliquen, teniendo debidamente en cuenta los
principios formulados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Esas medidas jurídicas
deben insertarse en un marco político, económico y social adecuado para favorecer su aplicación.
Los individuos y las demás entidades jurídicas, públicas o privadas, deberán observarlas y
contribuir por todos los medios adecuados a su comprensión y puesta en práctica por toda la
población.
Artículo 8
1. Los individuos, habida cuenta del derecho que tienen a que reine en los planos nacional e
internacional un orden económico, social, cultural y jurídico tal que les permita ejercer todas sus
facultades con plena igualdad de derechos y oportunidades, tienen los deberes correspondientes
respecto de sus semejantes, de la sociedad en que viven y de la comunidad internacional. Tienen,
por consiguiente, el deber de promover la armonía entre los pueblos, de luchar contra el racismo y
los prejuicios raciales y de contribuir con todos los medios de que dispongan a la eliminación de
todas las formas de discriminación racial.
2. En lo que respecta a los prejuicios, los comportamientos y las prácticas racistas, los especialistas
de las ciencias naturales, las ciencias sociales y los estudios culturales, así como las organizaciones
y asociaciones científicas, están llamados a realizar investigaciones objetivas sobre unas bases
ampliamente interdisciplinarias; todos los Estados deben alentarles a ello.
3. Incumbe, en particular, a los especialistas procurar por todos los medios de que dispongan que
sus trabajos no sean presentados de una manera fraudulenta y ayudar al público a comprender sus
resultados.
Artículo 9
1. El principio de la igualdad en dignidad y derechos de todos los seres humanos y de todos los
pueblos, cualquiera que sea su raza, su color y su origen, es un principio generalmente aceptado y
reconocido por el derecho internacional. En consecuencia, toda forma de discriminación racial
practicada por el Estado constituye una violación del derecho internacional que entraña su
responsabilidad internacional.
2. Deben tomarse medidas especiales a fin de garantizar la igualdad en dignidad y derechos de los
individuos y los grupos humanos, dondequiera que ello sea necesario, evitando dar a esas medidas
un carácter que pudiera parecer discriminatorio en el plano racial. A este respecto, se deberá
prestar una atención particular a los grupos raciales o étnicos social o económicamente
desfavorecidos, a fin de garantizarles, en un plano de total igualdad y sin discriminaciones ni
restricciones, la protección de las leyes y los reglamentos, así como los beneficios de las medidas
sociales en vigor, en particular en lo que respecta al alojamiento, al empleo y a la salud, de
respetar la autenticidad de su cultura y de sus valores, y de facilitar, especialmente por medio de la
educación, su promoción social y profesional.
3. Los grupos de población de origen extranjero, en particular los trabajadores migrantes y sus
familias, que contribuyen al desarrollo del país que los acoge, deberán beneficiar de medidas
adecuadas destinadas a garantizarles la seguridad y el respeto de su dignidad y de sus valores
culturales, y a facilitarles la adaptación en el medio ambiente que les acoge y la promoción
profesional, con miras a su reintegración ulterior a su país de origen y a que contribuyan a su
desarrollo; también debería favorecerse la posibilidad de que se enseñe a los niños su lengua
materna.
Artículo 10