Desarrollo y Subdesarrollo
Desarrollo y Subdesarrollo
Desarrollo y Subdesarrollo
El lenguaje corriente utiliza diversos términos como sinónimos para caracterizar un cierto
tipo de naciones: países poco desarrollados, o en vías de desarrollo, países pobres, países
no-industrializados, de producción primaria, países atrasados y dependientes, etc.
Destacar, por ejemplo, la pobreza entre todos los aspectos, conduce a una política de
desarrollo que pondrá un acento particular sobre la redistribución internacional e interna del
ingreso. El subdesarrollo concebido como estado o situación estructural e institucional,
lleva a sostener que el subrayado de la política de desarrollo debe ponerse en el cambio de
las estructuras e instituciones que se presume determinan ese estado o situación. Cuando se
destacan como características básicas las potencialidades desaprovechadas de los recursos
humanos y naturales, el acento de la política de desarrollo se vuelca hacia la educación y la
formación de mano de obra calificada, así como a la aplicación de la tecnología moderna.
Cuando en cambio se insiste sobre los problemas de dependencia, la política tenderá a
modificar las formas tradicionales de vinculación entre países y al fortalecimiento del
sistema nacional.
**
La división del mundo entre un pequeño grupo de países que abarca una reducida parte de
la población mundial, y donde prevalece un elevado nivel de vida, y la mayoría de los
países que abarca a la enorme mayoría de la población mundial y donde imperan
condiciones de vida muy precarias, es un fenómeno relativamente reciente en la historia de
la humanidad.
Es sabido que, con la formación de los modernos imperios mercantiles a partir del siglo
XVI y el consiguiente auge del comercio colonial, en ciertas regiones de Europa se estuvo
operando un importante proceso de acumulación de capitales (…) No obstante, con la
excepción de la nobleza, el alto clero y algunos funcionarios y comerciantes de unas
cuantas ciudades y regiones enriquecidas por el auge mercantil, el resto de la población
europea y del mundo en general seguía dependiendo de actividades agrícolas y vivía a
niveles cercanos a los de subsistencia.
En líneas generales podría decirse que los países que hoy día se denominan industrializados
o desarrollados habrían alcanzado una renta media por habitante entre 150 y 170 dólares en
1850, mientras que para la misma época los actuales países subdesarrollados habrían tenido
una renta media por habitante de alrededor de 100 dólares.
Durante los últimos dos siglos debió producirse algún fenómeno de extraordinaria
trascendencia para que unos pocos países alcancen elevados y crecientes niveles
medios de vida, en tanto que los restantes mantienen niveles muy precarios;
evidentemente ese fenómeno fue la Revolución Industria (mediados del siglo XVIII)
**
**
EQUIDAD
Dentro del debate suscitado en torno a la pobreza, es posible identificar cierta evolución
conceptual, expresada actualmente en una concepción de pobreza multidimensional, que
supera la visión de pobreza de ingresos prevalecientes por varios años.
El logro de la equidad en ALyC, constituye una tarea aún pendiente para los países de la
región. Al respecto, baste señalar que los derechos sociales prescriben la obligación del
Estado para garantizar la plena satisfacción de necesidades básicas a toda la población.
Entre estos factores destaca la heterogeneidad estructural, que durante los años noventa
tendió a exacerbarse por efecto de formas segmentadas de trasnacionalización de la
actividad económica, y por una incorporación también segmentada del mundo productivo a
la economía de la información y el conocimiento.
Durante este período, intenso en procesos de ajuste y apertura, los distintos agentes
productivos enfrentaron en condiciones desiguales los cambios en las reglas del juego, lo
que se vio agravado por las fallas de mercado que caracterizan a los países de la región.
Tales procesos segmentaron a los sectores productivos en cuanto a conocimientos
requeridos para competir en el nuevo escenario, acceso a financiamiento y prácticas de
articulación con los mercados externos. A ello se agregó la importación de tecnologías
intensivas en mano de obra calificada, culminando el conjunto de cambios señalados en el
agravamiento de la heterogeneidad de las economías de la región, haciendo más dramática
la exclusión social en la nueva fase modernizadora.
Los factores estructurales que le han dado a la inequidad un carácter persistente en las
sociedades de la región, constituyen los eslabones que la reproducen generación tras
generación, y son típicamente el acceso y la calidad de la educación; el empleo precario y
las redes de protección social; la volatilidad macroeconómica y determinadas características
sociodemográficas de ciertos grupos de población.
**
**
La inequidad es un rasgo que acompaña desde larga data a las sociedades de la región,
siendo la consecuencia de la acción conjunta de estructuras económicas, sociales, de
género, y étnicas altamente segmentadas. Estas estructuras se reproducen
intergeneracionalmente a través de múltiples canales.
Tal vez la señal más elocuente del problema de la inequidad en la región sea la distribución
del ingreso; pero dicha distribución es, a la vez, causa y efecto de otras desigualdades tales
como las que se generan en la educación y el empleo, o las que se reproducen
intergeneracionalmente por adscripción étnica y de género, por distribución espacial y por
dependencia demográfica.
De hecho, la distribución del ingreso per cápita de los hogares refleja de manera
cercana la forma (desigual) en que la educación, el conocimiento, el patrimonio y el
acceso al empleo y al financiamiento se distribuyen entre la población de los países de
la región… Una sociedad inequitativa desde el punto de vista económico y político
tiende a generar instituciones económicas y sociales que defienden los privilegios de
aquellos con mayor influencia y oponen restricciones al progreso de los grupos
sociales ubicados en la escala inferior de la estructura distributiva.