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Ensayo de Somos UBV
La reestructuración del mapa global implica cambios económicos, políticos, tecnológicos y culturales que afectan la vida social en todo el mundo. Estos cambios incluyen la globalización de la economía, la reconfiguración del poder político y económico, una mayor interdependencia entre las naciones, y una polarización creciente entre países ricos y pobres. También incluyen cambios en la geopolítica mundial, las prácticas culturales y los modelos de crecimiento económico que están destruyendo el
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Ensayo de Somos UBV
La reestructuración del mapa global implica cambios económicos, políticos, tecnológicos y culturales que afectan la vida social en todo el mundo. Estos cambios incluyen la globalización de la economía, la reconfiguración del poder político y económico, una mayor interdependencia entre las naciones, y una polarización creciente entre países ricos y pobres. También incluyen cambios en la geopolítica mundial, las prácticas culturales y los modelos de crecimiento económico que están destruyendo el
La reestructuración del mapa global implica una serie de cambios económicos,
políticos, tecnológicos y culturales que tienen un impacto en la vida social en todas
partes del mundo. En esta reorganización se destacan:
1. Los cambios radicales en la política económica provocados por la
revolución tecnológica, la internacionalización y concentración del capital
financiero, la globalización de la economía ligada a la reconfiguración del
poder político y económico, un mayor grado de interdependencia entre
naciones, y un mundo más polarizado entre naciones ricas y pobres;
2. Los cambios en la geopolítica global.
3. Las mutaciones en el ámbito de la geopolítica mundial, con la conformación
de un nuevo e incierto orden político internacional que se ve afectado por
Nuevas estructuras de poder y aspiraciones neo imperialistas.
4. Los cambios en el ámbito de las prácticas culturales están relacionados con cambios en la educación básica, el impacto de la lógica cultural de los medios de comunicación en los cambios en las costumbres, los patrones de conducta y las formas de vida de las personas y los grupos sociales, así como la reorganización de los procesos y prácticas de construcción de identidades culturales.
5. La construcción e imposición del proceso de globalización como un ideal
planetario con base en los presupuestos del neoliberalismo, que buscan naturalizar una sociedad controlada por poderes abstractos y orientada por el pensamiento único para explicar y controlar las prácticas económicas, políticas, culturales y educativas de las sociedades.
6. La creciente complejidad de las dinámicas sociopolíticas está relacionada
con eventos como el aumento de la pobreza extrema en sociedades con altas iniquidades sociales, la aparición de etnocentrismos, racismos y diversas formas de intolerancia, los cuales pueden generar graves conflictos y guerras en varios lugares del mundo.
7. Los cambios en los escenarios políticos nacionales han provocado la
disminución de las políticas sociales, el auge del neoliberalismo y la reestructuración de las áreas de intervención del Estado, así como la aparición de formas de gobierno enfocadas en la creación de una sociedad más democrática y participativa. Por lo tanto, se están llevando a cabo luchas para fortalecer la democracia basada en la justicia social, la libertad y el pluralismo.
8. Es evidente que los modelos de crecimiento económico depredadores
están destruyendo el medio ambiente a gran escala, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de la vida a largo plazo. Por lo tanto, es necesario que la humanidad se vuelva más consciente de su responsabilidad por el planeta como lugar de vida y replantee sus modelos de pensamiento y acción para el desarrollo. En la actualidad, se están produciendo cambios significativos en todas las áreas de la vida social y humana, los cuales son poco evidentes y tienen un impacto en todos los aspectos de nuestra vida. tanto individual como colectiva. Por lo tanto, la afirmación de que el mundo está in crisis implica que se están produciendo transformaciones rápidas y profundas, por lo que es necesario recrear las claves de interpretación para comprender las tendencias y paradojas involucradas en estas transformaciones y, por supuesto, para comprender el papel de la educación en general y de la educación universitaria en particular. La globalización es uno de los fenómenos más importantes que han surgido en las últimas décadas del siglo XX y ha ganado popularidad rápidamente. Aunque su aparición se remonta a los planes de ADDA (1999) y comenzó poco después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando las potencias vencedoras de occidente, especialmente Estados Unidos e Inglaterra, mostraron interés en establecer un nuevo sistema económico. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que tiene la responsabilidad de supervisar y regular el sistema monetario global, y el Banco Mundial (BM), que se encarga de promover tanto el desarrollo internacional como la reconstrucción de las zonas devastadas por la guerra. Posteriormente, en 1945, se estableció el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), con el objetivo de establecer normas internacionales que fomenten las relaciones comerciales y las inversiones a nivel global, y que desde 1995 forma parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es entsteht y se stärkt dieses Netzwerk a nivel global, das die globalisierung fördert, insbesondere im Bereich des Handels, como se puede ver observar a partir de 1950. Desde la década de los setenta del siglo XX, el fenómeno de la globalización comienza a enfocarse en el sector financiero, especialmente gracias al rápido desarrollo y uso de las tecnologías de la información y la comunicación como medios para transferir dinero sin restricciones de tiempo y espacio, con el fin de obtener ganancias económicas inmediatas mediante la especulación. Los nuevos capitalistas no contribuyen a la generación de riqueza social asociada a la inversión productiva, la creación de empleos y la inversión de impuestos en políticas sociales porque prefieren esta vía especulativa a la inversión productiva. Atienza y Gómez (2000:9) brindan una información sólida sobre el movimiento de los mercados de divisas en abril de 1998, indicando que estos mercados generaron 1,5 billones de dólares al día en todo el mundo, lo que representaba cien veces más recursos que los movilizados por el comercio global. La situación se debe a la inestabilidad y las constantes crises financieras que han tenido un impacto económico, social y político en las naciones pobres. Desde el ángulo de los desafíos, el principal de ellos es el de incidir en el giro del tipo de globalización que se ha impuesto como resultado de decisiones políticas y no como mandato de orden divino o sobrenatural, pues a su lógica se anudan los efectos de una creciente polarización entre países ricos y países pobres, lógica que bloquea las posibilidades para que las oportunidades económicas lleguen a cada pueblo del planeta. Nos referimos a la globalización centrada en los aspectos financieros y en las corporaciones globales que buscan los beneficios inmediatos de la especulación, sin incidencia en la inversión productiva y en el bienestar social de quienes habitan los países pobres del planeta. Además, la actividad comercial dirigida por corporaciones multinacionales que producen más del doble de las dos terceras partes del comercio global que se desarrolla entre las regiones más prósperas del planeta: Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y el Sureste Asiático, según varios análisis. Los países más ricos han establecido fondos para proteger sus mercados y financiar la producción agrícola, lo que significa una restricción evidente en la venta de productos agrícolas de los países pobres y en sus oportunidades de mejorar sus condiciones económicas y sociales, lo que resulta en una creciente marginación económica de las regiones más pobres. Por otra parte, las condiciones desiguales de la globalización tienen un impacto en los movimientos migratorios de millones de personas en busca de mejores oportunidades, ya que se están creando cada vez más métodos para cerrar las fronteras y permitir el libre flujo de capitales en cualquier lugar del mundo. La sociedad venezolana se encuentra en un proceso de transformaciones en todas las áreas debido a la complejidad e interdependencia del mundo actual. Este proceso se caracteriza por la transición entre la supervivencia de modelos de organización social y política tradicionales y la aparición de nuevos enfoques para construir una democracia participativa y protagónica basada en la justicia social, como un pilar fundamental para la recomposición de los cabildos nacionales. La transición que vive el país se da en una trama que conjuga diversas formas de crisis. Unas, como la crisis económica y social en la que se superponen herencias de las décadas de los años ochenta y noventa, la incidencia negativa de factores políticos nacionales e internacionales en la economía nacional, con especial contundencia desde comienzos de 2001, y la magnitud de la crisis económica mundial particularmente agravada a partir del derrumbe de la Torres Gemelas en septiembre de 2001. Magnitud, que como sabemos, ha llevado a ciertos organismos internacionales a plantear correcciones en las estrategias económicas basadas en un excesivo optimismo en la regulación de los mercados sin intervención de los estados nacionales, dado el crecimiento de la brecha entre países ricos y países pobres, y la agudización en las sociedades de la desigualdad social. Otras, como la crisis política pone en escena variadas dimensiones y diversas expresiones, entre ellas: el debilitamiento de las viejas lógicas de partidos políticos, la pérdida en la alternancia en el poder de los dos grandes partidos que coparon la escena política a lo largo de las últimas cuatro décadas del siglo XX, la emergencia de nuevos actores políticos en el seno de la sociedad, la puesta en evidencia de la heredada precariedad en instituciones político-estatales y de las tareas pendientes en la reforma estatal, la emergencia de plurales formas de asociación y participación vinculadas a la solución de problemas cotidianos de la gente, el tránsito de una situación políticamente soporífera a una movilización de la que no han dejado de formar parte peligrosas señales de violencia, la más mediatización de la política y la politización de los más media, la aparición de los sectores populares tradicionalmente excluidos en la arena política asociada a la innegable reconstrucción de su subjetividad político-democrática y de la asunción de sus derechos políticos. A principios de los años ochenta, el modelo de crecimiento económico basado en la renta petrolera comenzó a agotarse, lo que llevó a la implementación de medidas de ajuste estructural con el fin de reorientar la economía nacional hacia su integración en las economías globalizadas. Estas medidas se enfocaron en la apertura a la inversión no productiva extranjera y en la concentración de las exportaciones en un pequeño grupo de empresas. El propósito está en implementarlas sin restricciones a las pautas económicas neoliberales y los costos sociales asociados, los cuales todavía sufrimos. Incluyen: 1. El desmantelamiento de las políticas sociales del Estado y sus consecuencias, incluido el aumento de la desigualdad en la distribución de la riqueza, el aumento de la pobreza, el empobrecimiento de los sectores medios, el deterioro de los servicios públicos como la educación y la salud, y la acentuación de las desigualdades sociales y diversas formas de exclusión social.
2. la disminución de los actores económicos relacionados con la pequeña y
mediana industria, así como el aumento de las tasas de desempleo y empleo informal. En 1999, se calculó que el 30% de la población en edad laboral tenía un trabajo, el 54% estaba en el sector informal y el 16% estaba desempleado. (PROCOMPETENCIA: 1999: 31) 3. la disminución de la cohesión social y la creciente desaprobación social de las formas tradicionales de hacer política. El informe sobre la situación de la infancia en Venezuela, presentado por la delegación de organizaciones no gubernamentales en junio de 1999 ante el Comité de los Derechos de los Niños de la ONU en Ginebra, en parte refleja la enorme deuda social generada en las últimas décadas. Este informe describe parte del panorama socioeconómico del país en ese momento, utilizando cifras como las siguientes: El gasto social experimentó una disminución del 37% entre 1987 and 1994, mientras que el gasto en salud experimentó una disminución del 43% entre 1980 y 1994. Además, el gasto real per habitante disminuyó de 4.435 bolívares in 1983 a 2.827 en 1995, mientras que los hogares en situación de pobreza total aumentaron del 46% en 1988 al 76% en 1994, según datos del Ministerio de la Familia, para 1997 en la población menor de 12 años el 47,3% se encontraba en situación de pobreza y 21,9%, de pobreza extrema; en 1997 se registraron 18 mil niños, niñas y adolescentes que trabajaban en las calles; en 1988 el incremento de nacimientos ocurridos en madres menores de 12 años fue de 33%; para 1997 existían 407 mil niños y niñas indocumentados. Y, a propósito de la situación educativa, el mismo informe registra en cifras: la disminución del gasto en educación básica y media, que pasó de 25% en 1980 a 20% en 1992; la atención a sólo 33% de la población en edad preescolar en centros oficiales y privados; entre 1986 y 1996, un promedio anual de 320.000 niños y niñas quedó fuera del sistema educativo; 55,6% de la población indígena comprendida entre 5 y 24 años está al margen del sistema escolar. En el caso de la educación superior, como observan González, Smeja y Téllez (2002:18) no cabe duda acerca de la iniquidad social que caracteriza a este nivel de la educación venezolana, en el cual se traducen las profundas desigualdades sociales expresadas en el sistema educativo y, particularmente, las que imperan en el acceso y desempeño de los estudiantes. Al respecto, los mencionados autores hacen referencia al estudio de Fuenmayor y Vidal (2000), sobre el comportamiento del ingreso estudiantil en las universidades nacionales en 1984 y 1998, cuyos resultados muestran que: a) el número de aspirantes a entrar en las universidades creció en un 55% (de 87.343 a 135.764), mientras las plazas crecieron solamente un 30% (de 54.166 a 70.348); b) en 1984, cuando por OPSU- CNU a través de la Prueba de Aptitud Académica, se escogía el 75% de los aspirantes seleccionados, no existían las iniquidades descritas anteriormente; c) los procesos de admisión internos de facultades y escuelas 21 universitarias favorecen en su selección a los bachilleres que provienen de colegios privados y pertenecen a «clases socio-económicamente privilegiadas.