Desarrollo de La Literatura Infanntil en Alumnos

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DESARROLLO DE LA LITERATURA INFANNTIL EN ALUMNOS

DE TERCER GRADO DE PRIMARIA

YOSELIN ANDREA SANCHEZ ACOSTA

NURY MILEIDY SILVA NIÑO

KELLY JOHANA MENDOZA

DIANA MARCELA HERNANDEZ

MARIA ANGELICA BUSTILLO

COLEGIO SAGRADOS CORAZONES

SAN JOSÉ DE CUCUTA

2006
DESARROLLO DE LA LITERATURA INFANNTIL EN ALUMNOS

DE TERCER GRADO DE PRIMARIA

YOSELIN ANDREA SANCHEZ ACOSTA

NURY MILEIDY SILVA NIÑO

KELLY JOHANA MENDOZA

DIANA MARCELA HERNANDEZ

MARIA ANGELICA BUSTILLO

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN DEL

AREA DE SEMILLEROS DE ESPAÑOL

PROF: Leidy Maria Rodríguez lizcano

Lic. En humanidades

COLEGIO SAGRADOS CORAZONES

SAN JOSÉ DE CUCUTA

2006
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

1. PROBLEMA

1.1 TITULO

1.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.3 OBJETIVOS

1.3.1 GENERAL

1.3.2 ESPECIFICOS

1.4 JUSTIFICACIÓN

2. MARCO TEORICO

2.1 ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

2.2 MARCO LEGAL

2.3 POBLACIÓN

2.4 MUESTRA

2.5 TECNICAS DE RECOLECCIÓN DE DATOS

2.6 INSTRUMENTOS

3. LA LITERATURA INFANTIL

4. CONCLUCIONES

5. RECOMENDACIONES

6. ANEXOS
INTODUCCIÓN

Literatura infantil, término que engloba diferentes géneros literarios: ficción,

poesía, biografía, historia y otras manifestaciones literarias, como fábulas,

adivinanzas, leyendas, poemas y cuentos de hadas y tradicionales de

transmisión oral. La literatura infantil apareció como forma o género

independiente de la literatura en la segunda mitad del siglo XVIII y se ha

desarrollado de forma espectacular en el siglo XX.


1. PROBLEMA

1.1 TITULO

DESARROLLO DE LA LITERATURA INFANNTIL EN ALUMNOS

DE TERCER GRADO DE PRIMARIA.

1.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La educación de la literatura permite al ser humano su desarrollo intelectual y

comunicativo. Hace posible el desenvolvimiento de la capacidad expresiva,

atendiendo a un proceso dado por el grado de madurez e interés del individuo

para que aprenda y goce con la practica de la literatura infantil.

El maestro de básica primaria ha de tener en presente que hoy, todos vivimos

inmersos en la literatura infantil y es necesario preparar al niño para ello. Por

lo tanto, se deben aprovechar las horas estimadas dentro del programa

curricular para impulsar las actividades propuestas en esta asignatura y a

estimular de esta forma la expresión literaria latente en nuestros educandos.

De ahí la necesidad de elaborar una guía de educación de la literatura infantil

para los docentes de tercer grado que responda a las expectativas de los

alumnos y se adopte a las exigencias del medio.


1.3 OBJETIVOS

1.3.1 GENERAL. Comprender el estudio del presente proyecto el estudiante

seleccionara, adoptara y utilizara la literatura infantil mediante la utilización

de cuentos, poesía, relatos e historias, teniendo en cuenta el desarrollo del

niño.

1.3.2 ESPECÍFICOS. Elaborar en un cuento seleccionado por el mismo

estudiante señalara las características que lo definan como literatura para los

niños, también señalara aspectos fantásticos y lúdicos.

Identificar en una tabla géneros y señalara un ejemplo de cada uno de ellos.

Definirá la literatura infantil, la clasificara y sustentara en discusiones de

grupo, su posible relación con el mundo del niño.

Desarrollar en el niño el cariño hacia la lectura presentando en este y

siguientes grados de primaria lecturas recreativas –cuentos y fabulas – que lo

inciten a llegar a ellas con verdadero halago e interés.


1.4 JUSTIFICACIÓN

Dado que la literatura infantil tiene gran importancia en el proceso de

enseñanza-aprendizaje, especialmente en el desarrollo de la expresión literaria

se requiere con este trabajo motivar al docente para que se interese por

orientar la enseñanza de la literatura infantil ya que a través de ella se

impulsan los valores culturales y se descubren las aptitudes artísticas latentes

en cada uno de los alumnos.

Se hace necesario que el docente se prepare sobre los contenidos básicos que

esta área propone y se motive a desarrollar actividades acordes a los

intereses, capacidades y necesidades de los alumnos de su región y de su

centro docente.
2. MARCO TEORICO

2.1 ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

A continuación se presenta algunos trabajos que se relacionan con el tema.

De la Universidad francisco de Paula Santander:

“LA LITERATURA INFANTIL COMO ALTERNATIVA EN LAS CLASES DE

LOS ALUMNOS DE PRIMERO DE BÁSICA PRIMARIA”, realizado por Olga

Sofía Duarte Gómes en Cúcuta de 1989.

“ELAVORACIÓN DE UNA GUIA DIDACTICA PARA LA ENSEÑANZA DE

LA LITERATURA INFANTIL EN EL TERCERO DE BASICA PRIMARIA”,

elaborado por Hugo A. Vergel y Jorge Ubaldo Castellano en Ocaña en 1988.

“MANUAL TECNICO PARA EL MANEJO DE LA LITERATURA INFANTIL

ENTRE NIÑOS DE 7 A 9 AÑOS DE EDAD” elaborado por Soledad Blanco

Arismendi y Luz Marina García en 1988.ç


“ELABORACIÓN DE UNA GUIA METODICA DE LITERATURA INFANTIL

PARA EL NIVEL DE PRE-ESCOLAR”. Por Dora Isabel Vega, en Ocaña en

1987.

2.2 MARCO LEGAL

Según la ley general de la educación en su Articulo 21 plantea como un objetivo

especifico de la educación básica en el ciclo de primaria, el inciso c) “el

desarrollo de las habilidades comunicativas para leer, comprender, escribir,

escuchar, hablar, y expresarse correctamente en lengua castellana”. El inciso

d) “El desarrollo de la capacidad para apreciar y utilizar la lengua como medio

de expresión estética”.

Y en el Artículo 23 considera las humanidades, lengua Castellana e idiomas

extranjeros como un área obligatoria y fundamental para el logro de los

objetivos de la educación de la básica.

2.3 POBLACIÓN

Se tomó la población de directivos, docentes y alumnos de tercer grado de los

centros docentes del núcleo educativo Nº. 18 del municipio de los Patios, la cual

corresponde a 5 rectores, 234 educadores, 3780 alumnos.

2.4 MUESTRA
Esta constituida por la totalidad de rectores (5) y de docentes (50) y por el

20% de alumnos que equivale a 756. Esta fue estratificada y al azar en cada

uno de los centros docentes en mención.

2.5 TECNICAS DE RECOLECCION DE DATOS

La información primaria fue recolectada a través de la aplicación de las

encuestas en forma personal, dando instrucciones para que fueran respondidas

con objetividad.

La información secundaria se tomo de textos, libros, programas y documentos

relacionados con la expresión literaria y la literatura infantil en la basica

primaria.

2.6 INSTRUMENTOS

Se emplearon los siguientes instrumentos:

Encuesta a directivos docentes.

Encuesta a docentes titulares.

Encuesta a alumnos de tercer grado.


RECTORES DOCENTES ALUMNOS
CENTROS DOCENTES
P M P M P M

GARITA 1 1 4 4 80 16

INSTITUTO TECNICO LOS PATIOS 1 1 40 8 980 196

INSTITUTO TECNICO PATIO CENTRO Nº 2 1 1 120 24 1400 280

COLEGIO ONCE DE NOVIEMBRE 1 1 40 8 480 96

COLEGIO FE Y ALEGRIA 1 1 30 6 840 168

TOTAL 5 5 234 50 3780 756

TABLA 1.
3. LA LITERATURA INFANTIL

Literatura infantil, término que engloba diferentes géneros literarios: ficción,

poesía, biografía, historia y otras manifestaciones literarias, como fábulas,

adivinanzas, leyendas, poemas y cuentos de hadas y tradicionales de

transmisión oral. La literatura infantil apareció como forma o género

independiente de la literatura en la segunda mitad del siglo XVIII y se ha

desarrollado de forma espectacular en el siglo XX.

EDAD MEDIA Y RENACIMIENTO. INICIOS DEL LIBRO Y DIDACTISMO

En esta época eran pocos los adultos y niños que tenían acceso a los libros y la

lectura. Leer era un privilegio. La cultura se hallaba recluida en palacios y

monasterios, y los pocos libros a los que se tenía acceso estaban marcados por

un gran didactismo que pretendía inculcar buenas costumbres y creencias

religiosas. Es de suponer que en esta época los niños oirían con gusto poesías,

cuentos y cuentos tradicionales que no estaban, en principio, pensados para el

público infantil.

En un estadio tan primitivo de la literatura no es de extrañar que niños y

adultos escucharan las mismas cosas y tuvieran las mismas lecturas, como las

Cantigas de Alfonso X el Sabio (1252-1284), o un siglo más tarde El Conde

Lucanor o Libro de Patronio (1335), del infante don Juan Manuel, colección de

cincuenta apólogos dirigida a niños y adultos. Este mismo autor escribió el

Libro de los estados o libro del infante, también de tipo didáctico.

Los escasos libros para niños que existían en esta época eran abecedarios,

silabarios, bestiarios o catones (los libros llenos de sentencias que seguían a los

abecedarios) que contenían normas de comportamiento social y religioso.


La influencia del mundo antiguo oriental dominó gran parte de la edad media.

Ramón Llull (1232-1316) compuso el Llibre de les besties, y, pensando en los

niños, un Ars puerilis dedicado a la educación de la infancia.

Como una muestra más de la preocupación por lo pedagógico y la intención

moral que dominaba en esta época, se pueden citar los Proverbios del marqués

de Santillana que escribió por encargo del rey Juan II para su hijo.

La invención de la imprenta puso en manos de los niños libros que hasta ese

momento sólo se conocían por versiones orales. Uno de los primeros que se

editó en España fue el Isopete historiado, en el año 1489. Se trataba de una

traducción al castellano de las fábulas de Esopo, con grabados en madera. En la

misma imprenta, la de Juan Hurus en Zaragoza, se editó en 1493 una versión

del Calila e Dimna, el Exemplario contra los engaños y peligros del mundo, que

avisa en su prólogo que se trata de un libro tanto para adultos como para los

niños.

Numerosas cartillas y abecedarios debieron de imprimirse en esta época, así

como adaptaciones de los libros sagrados, como el Antiguo Testamento para los

niños, de Hans Holbein (1549).

SIGLOS XVII Y XVIII. COMIENZA LA FANTASÍA

El descubrimiento del mundo antiguo sacó a la luz numerosas fábulas de la

Antigüedad, y junto a traducciones de Esopo aparecieron nuevos creadores: en

España, Sebastián Mey, Fabulario de cuentos antiguos y nuevos (1613), que

reúne una colección de 57 fábulas y cuentos que terminan con un dístico

moralizador, y en Francia Jean de La Fontaine, autor de las Fábulas.


En Alemania se edita en 1658 el Orbis Sensualium Pictus, del monje y pedagogo

Comenio. Este libro en imágenes se considera revolucionario dentro de la

literatura infantil. Se publicó en cuatro idiomas, latín, alemán, italiano y

francés y cada palabra llevaba su correspondiente dibujo. Se trata de un libro

de concepción muy moderna que defiende la coeducación y el jardín de infancia.

Charles Perrault (1628-1703) publicó en Francia sus Cuentos del pasado (1697),

en los que reúne algunos relatos populares franceses. Estos cuentos, que

subtitula Cuentos de mamá Oca, recogen relatos populares franceses y

también la tradición de leyendas célticas y narraciones italianas. Piel de asno,

Pulgarcito, El gato con botas , La Cenicienta y Caperucita Roja aparecen en esta

obra y al final de cada uno añade una moraleja. Con estos cuentos maravillosos

Perrault introdujo y consagró “el mundo de las hadas” en la literatura infantil.

Siguiendo las huellas de Perrault, Madame D’Aulnoy (1650-1705) escribió

cuentos como El pájaro azul o El príncipe jabalí.

Madame Leprince de Beaumont (1711-1780) escribió más tarde El almacén de

los niños (1757), un volumen con diversos contenidos en el que se incluye una de

las narraciones más hermosas de la literatura fantástica, La bella y la bestia.

Pero las narraciones que realmente triunfaron en toda Europa fueron las de

Las mil y una noches, que se tradujeron al francés en once tomos entre 1704 y

1717. En 1745, John Newbery abrió en Londres la primera librería y editorial

para niños, La Biblia y el Sol, y editaron gran número de obras. En 1751 lanzó la

primera revista infantil del mundo: The Lilliputian Magazine. En España, la

primera revista infantil se publicó en 1798: La Gaceta de los Niños. En

Inglaterra aparecieron dos libros de gran trascendencia: el Robinson Crusoe

(1719) de Daniel Defoe (1660-1731) y Los viajes de Gulliver (1726), de


Jonathan Swift (1667-1745). La intensa actividad intelectual del siglo XVIII

benefició también al niño, ya que a partir de este momento, y gracias al

pensador francés Jean-Jacques Rousseau, se dejó bien claro en su Emilio

(1762) que la mente de un niño no es como la de un adulto en miniatura, sino que

debe ser considerada según características propias.

Los filósofos y pensadores de la época comenzaron a considerar que el niño

necesitaba su propia literatura, por supuesto con fines didácticos, y en España

Tomás de Iriarte (1750-1791) escribió unas Fábulas literarias (1782) por

encargo del ministro Floridablanca, y Félix Mª Samaniego (1745-1801) publicó

sus Fábulas morales (1781).

SIGLO XIX. DESCUBRIMIENTO DEL NIÑO

A comienzos del siglo XIX, el romanticismo y su exaltación del individuo

favorecieron el auge de la fantasía. Numerosos autores buscaron en la

literatura popular su fuente de inspiración y rastrearon en los lugares más

remotos de sus respectivos países antiguas leyendas que recuperaron para los

niños. Así surgieron a principios de este siglo grandes escritores que se

convertirían con el paso de los años en clásicos de la literatura infantil.

Jacob y Wilhelm Grimm, escribieron sus Cuentos para la infancia y el hogar

(1812-1822), en los que aparecen personajes que se harían famosos en todo el

mundo: Pulgarcito, Barba Azul, Blancanieves... o Cenicienta y Caperucita, que ya

se conocían en la versión de Perrault del siglo anterior.

Hans Christian Andersen fue el gran continuador de la labor de los hermanos

Grimm.
Sus Cuentos para niños (1835) gozaron de un éxito impresionante, y no dejó,

durante toda su vida, de publicar cuentos en los que conjugaba su sensibilidad

para tratar los sentimientos de los más variados personajes — La sirenita, El

patito feo, El soldadito de plomo, La vendedora de fósforos y tantos otros—

con la más alta calidad literaria.

España se incorporó algo más tarde a esta corriente de literatura popular.

Cecilia Böhl de Faber, más conocida por su seudónimo de Fernán Caballero

(1796-1877), es una de las primeras personas que se preocupa por la literatura

infantil en este país. Recogió el folclore infantil y leyendas y cuentos populares

y los fue publicando en un periódico para niños. En 1874 publicó la colección

completa con el título Cuentos, oraciones, adivinanzas y refranes populares e

infantiles. Alentado por Fernán Caballero, el padre Coloma (1851-1915) publicó

la colección de cuentos para niños Lecturas recreativas (1884); entre ellos se

encuentra el famoso Ratón Pérez, que se inspira en la leyenda popular. También

escribió una novela histórica muy didáctica e idealizada, dirigida a los niños,

Jeromín, sobre la infancia de don Juan de Austria y que supuso una manera

nueva de contar la historia con fines claramente didácticos.

En 1876 se creó la editorial de Saturnino Calleja, de fundamental

trascendencia para la literatura infantil española. Calleja editó casi todo lo que

se escribía para los niños en el mundo: son los famosos Cuentos de Calleja, en

colores, con ilustraciones y a precios muy asequibles. Divulgó los cuentos de

Las mil y una noches, Los viajes de Gulliver o Las aventuras de Robinson

Crusoe, entre otros muchos libros famosos. Además contó con los mejores

ilustradores y autores de la época, como Salvador Bartolozzi.


La ávida respuesta de los niños a mitos y cuentos de hadas hizo suponer que

sus mentes poseían una ilimitada capacidad de imaginación y que podían pasar

sin ninguna dificultad de la realidad a la fantasía. Edward Lear, el iniciador del

nonsense o literatura del absurdo, fue uno de los primeros autores en

apreciarlo. Pero la suprema combinación de fantasía y humor la aportó Lewis

Carrol en su Alicia en el país de las maravillas (1865). La popularidad de esta

obra se debe a que bajo su fantasía late una profunda percepción psicológica

unida a una lógica que sólo un matemático como Carrol, que fuera a la vez un

gran escritor, podría utilizar de forma tan atractiva.

Oscar Wilde continuó la tradición romántica de los cuentos de hadas con sus

obras El príncipe feliz, El gigante egoísta y El ruiseñor y la rosa, entre otros.

En la segunda mitad del siglo XIX se afianzó la novela de viajes y aventuras al

aparecer los grandes cultivadores de este género. Robert Louis Stevenson

(1850-1887) escribe La isla del tesoro (1883), que se convertiría con el tiempo

en un clásico de marinos y piratas. Rudyard Kipling (1865-1936) publicó El libro

de la selva (1894), la historia de un niño indio criado en la selva entre animales

salvajes, que ha tenido un éxito inmenso. Jules Verne (1828-1905) inicia sus

novelas científicas que adelantan el futuro: El viaje de la Tierra a la Luna,

Veinte mil leguas de viaje submarino o Viaje al centro de la Tierra.

De este modo, el siglo XIX, que había comenzado su andadura poniendo al

alcance de los niños un mundo mágico poblado de duendes, hadas, fantasmas y

brujas, terminó ofreciéndoles una literatura que se beneficia e incluso anticipa

los adelantos científicos de la época.


En los Estados Unidos Mark Twain (1835-1910) publicó Las aventuras de Tom

Sawyer (1876), que narra las travesuras de un niño corriente, que se aleja

mucho de la imagen de niño modelo que preconizaba la literatura infantil hasta

este momento.

E. T. A. Hoffmann (1776-1822) escribió Cuentos fantásticos en los que lo

extraordinario se une a lo maravilloso como en El cascanueces o El cántaro de

oro.

Otro de los grandes protagonistas de la literatura infantil universal aparece

también por esas fechas, Pinocho (1883), del escritor italiano Carlo Collodi

(1826-1890), un muñeco de madera que termina convirtiéndose en un niño de

carne y hueso, como símbolo de la evolución hacia la toma de conciencia por

parte del niño. Collodi consiguió un personaje atractivo y universal que

adelantaba las nuevas tendencias de la literatura infantil del siglo XX.

SIGLO XX. ESPLENDOR DEL LIBRO INFANTIL

La literatura infantil adquirió, por fin, su autonomía en este siglo. La psicología

del niño, sus intereses y sus vivencias son tenidas en cuenta por los escritores

que elaboran mucho más sus personajes, les dotan de vida interior y les hacen

crecer a lo largo de la obra.

En 1904, James M. Barrie publicó en Londres uno de los cuentos más famosos

del mundo, Peter Pan, la historia del niño eterno, que no quiere crecer, habla

con los animales, escucha a los elfos que viven en el parque y conoce el mundo

secreto que se esconde tras la realidad.

A principios de siglo, en Inglaterra, se publicaron tres libros interesantes:

Winnie, the Pooh (Winnie de Puh, 1927), de A. A. Milne, que trata la relación
tradicional entre un niño y su osito de felpa de una forma ingeniosa y llena de

sensibilidad.

El viento en los sauces (1908), de Kenneth Grahame, es un espléndido libro

sobre la naturaleza, que describe la vida de algunos animales a la orilla de un

río. El doctor Dolittle y sus animales, de Hugh Lofting, consiste en una serie

protagonizada por un doctor que cura a los animales mientras vive las más

disparatadas y emocionantes aventuras.

A lo largo de este siglo han ido surgiendo personajes literarios que han

conectado rápidamente con el público infantil y se convertirán en protagonistas

de largas series de libros, como Los mumins, de la finlandesa Tove Jansson,

seres fantásticos y minúsculos que actúan de forma alegre y alocada; Pippi

medias-largas (1945), de Astrid Lindgren, uno de los héroes modernos de la

literatura infantil: la niña libre, generosa y que nunca se aburre. Mary Poppins

(1935), de Pamela Travers, narra las experiencias de una familia con cinco hijos

al cuidado de una peculiar institutriz.

Algunos libros han significado un punto de referencia fundamental, tanto para

los niños como para los adultos, como El principito (1943), de Antoine de Saint-

Exupéry, el piloto francés que murió en acción durante la II Guerra Mundial y

que supo crear un personaje fascinante y poético, así como Marcelino Pan y

Vino (1952), del escritor español José María Sánchez Silva, un cuento de

raíces religiosas y características muy españolas, que se tradujo a muchas

lenguas. Su autor mereció el Premio Andersen en 1968. Este premio,

considerado como el Nobel de la literatura infantil, se creó en 1956 y supone

un reconocimiento mundial para escritores e ilustradores.


Escritores como Gianni Rodari, premio Andersen de 1970, autor de Cuentos

por teléfono (1960) y La gramática de la fantasía (1973); Michael Ende, Momo

(1973) y La historia interminable (1979), o Erich Kästner, El 35 de Mayo

(1931), han revolucionado la literatura infantil con su creatividad y su fantasía.

En época más reciente, numerosos escritores de todo el mundo han sabido

conectar con los gustos del público infantil y juvenil y han llegado a crear

auténticos éxitos universales, como Selma Lagerlöf, premio Nobel de

Literatura, con El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia

(1906); Enid Blyton (1900-1968), una prolífica autora que ha publicado más de

cuatrocientos libros apreciados por niños de todo el mundo; María Gripe, con

¡Elvis! ¡Elvis! (1973); J.J. Sempé, con El pequeño Nicolás, una serie de cinco

libros con un delicioso protagonista que gusta a niños y adultos; A. Sommer-

Bodenburg, con otra serie de único protagonista que ha alcanzado fama

mundial, El pequeño vampiro; y la escritora británica J. K. Rowling, autora de

libros de aventuras que se han convertido en un auténtico fenómeno comercial

y que tiene como protagonista principal a un chico brujo llamado Harry Potter.

En el gran mosaico de tendencias de la literatura infantil y juvenil también hay

escritores que se han acercado con realismo a los problemas de los

adolescentes, como Judy Blume en ¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret (1970);

Susan E. Hinton en Rebeldes y La ley de la calle, de las que hizo unas famosas

películas Francis Ford Coppola en 1983, a pesar de que en algunos estados de

Estados Unidos están prohibidas las obras de la autora; y Christine Nöstlinger,

la gran intérprete de la tendencia antiautoritaria de la década de 1970, con

muchas obras en su haber, entre las que destaca su novela Konrad, o el niño

que salió de una lata de conservas (1977).


LITERATURA INFANTIL EN EL SIGLO XX EN ESPAÑA

España se incorpora tarde al gran auge de la literatura infantil en este siglo. Es

cierto que hay autores de prestigio que dedicaron algunas obras a los niños,

como Valle-Inclán, con La cabeza del dragón; Jacinto Benavente, autor de El

príncipe que todo lo aprendió en los libros, o Eduardo Marquina, que escribió La

muñeca irrompible.

Pero antes de la Guerra Civil española sólo tres nombres de prestigio

destacaban en el panorama español: Salvador Bartolozzi, Elena Fortún y

Antoniorrobles.

Bartolozzi creó las famosas aventuras de Pinocho y Chapete y las de Pipo y

Pipa. Aunque Pinocho toma el nombre del personaje italiano, tiene

características propias que no coinciden con las de Collodi. El Pinocho de

Bartolozzi es un muñeco idealista y aventurero que necesita un contrapunto,

por lo que su autor crea otro personaje que le acompaña, el realista y

enredador Chapete. Estos dos personajes se convirtieron en la lectura popular

de los niños españoles e hispanoamericanos de los años treinta.

Elena Fortún fue la autora que abrió las puertas de la realidad en la literatura

infantil. En sus libros aparecían personajes y situaciones que los jóvenes

lectores podían reconocer fácilmente en su vida cotidiana. Su forma de

escribir amena y ágil, en la que no falta la ironía hacia el comportamiento de los

adultos, logró crear un personaje, Celia, que sigue gozando del favor de los

lectores de hoy.

Antoniorrobles es un autor preocupado por transmitir un mensaje de bondad a

los niños y que cree en el valor pedagógico de la literatura infantil. Su

dedicación a este género fue total.


Tanto mientras vivió en España como cuando tuvo que exiliarse en México,

escribió cuentos y fue profesor de Literatura infantil en una Escuela Normal

de la ciudad de México.

La Guerra Civil española (1936-39) truncó el camino iniciado por estos autores

y hasta los años cuarenta no aparecieron nuevas plumas, como Borita Casas, que

creó un personaje que se hizo famoso en su época, Antoñita la Fantástica; a

través de esta niña de fuerte imaginación, la autora denuncia los defectos de la

sociedad y los adultos de la época. En una línea más cercana a la literatura

tradicional destaca María Luisa Gefaell, premio Nacional de Literatura en

1950, que realizó descripciones de la vida de los niños en las tierras de Castilla

a través de su personaje Antón Retaco.

Entre las escritoras y escritores que gozan actualmente de un reconocimiento

merecido, figuran Montserrat del Amo, premio Lazarillo en 1960 por su obra

Rastro de Dios; Carmen Vázquez Vigo, Mambrú no fue a la guerra (1970); Ana

María Matute, una escritora de adultos que ha escrito libros de gran calidad

para los niños, en los que combina una rica fantasía con un tono poético y la

excelente construcción de sus obras, El saltamontes verde o El polizón del

Ulises, premio Lazarillo 1965; Carmen Kurtz, creadora de un personaje, Oscar,

un simpático chico de 12 años, y que en 1964 ganó el Premio CCEI con Oscar,

cosmonauta, y el Premio Lazarillo en 1964 por Color de fuego. Otros autores

significativos son: el poeta Jaime Ferrán, Marta Ossorio, María Isabel Molina y

su hermana Pilar Molina, así como Gloria Fuertes con sus personales versos

para los niños.


En la década de 1975 a 1985 se produjo en España el llamado boom de la

literatura infantil y juvenil, en el curso del cual surgen los nombres más

significativos de la actualidad:

Fernando Alonso, con El hombrecito vestido de gris (1978); Consuelo Armijo,

creadora de unos personajes fantásticos, Los Batautos, Premio Lazarillo 1974,

que representan el “nonsense” español; Joan Manuel Gisbert, uno de los

autores de más prestigio en la actualidad, dedicado a la novela fantástica de

ciencia ficción, autor de El misterio de la isla de Tokland, premio Lazarillo en

1980, un libro que no deja de reeditarse, o Escenarios fantásticos; Jordi

Sierra i Fabra, un autor muy prolífico que ha escrito en todos los géneros —en

la ciencia ficción destaca su trilogía “El ciclo de las Tierras”— y que en los

últimos años se inclina hacia la novela realista con una excelente novela, Noche

de viernes (1994), o Juan Farias, una de las voces más personales y

prestigiosas de la actual edición infantil, premio Nacional de Literatura

Infantil en 1980 con Algunos niños, tres perros y más cosas.

El mayor cuidado en la edición y un afán de llevar los libros a los lectores más

jóvenes e incluso a los prelectores, originó también en la década de 1980 un

magnífico auge de la ilustración española, considerada como una de las mejores

del mundo. Destacan entre otros los nombres de Miguel Calatayud, Alfonso

Ruano, Carme Solé, Asun Balzola, Arcadio Lobato, Alicia Cañas o Javier

Serrano.
TENDENCIAS DE LA LITERATURA INFANTIL

Tendencias de la literatura infantil, características de la literatura infantil en

función de sus argumentos, sus temas o el lenguaje utilizado.

Hasta bien entrado el siglo XX no existía la literatura infantil como género;

había, eso sí, escritores cuyas obras eran las preferidas de niños y

adolescentes, y autores que escribían pensando en los lectores más jóvenes.

Con las corrientes alternativas a la educación formal, impulsadas por pedagogos

como Ivan Illich, Maria Montessori, Jean Piaget o Paulo Freire, así como las

aportaciones de la psicología infantil que considera al niño como un ser en

desarrollo que vive la socialización en su momento más intenso, los libros

infantiles cobraron una nueva dimensión: la de facilitar la adaptación al mundo

real por medio de la lectura creadora. No se trata, pues, de acelerar el proceso

de desarrollo ofreciendo a los más jóvenes información, sino de situarse en su

nivel cognitivo para que puedan incorporar y asimilar mejor las circunstancias

en las que viven; ya decía Rabelais que: “El niño no es un vaso que hay que llenar,

sino un fuego que al alimentarlo crece”.

Así pues, no hay temas, ni géneros literarios o estilos específicos infantiles,

sino puntos de vista narrativos.

TENDENCIA FANTÁSTICA

Desde la fantasía se pretende desarrollar la imaginación infantil para que, con

el distanciamiento que proporciona el género, se pueda entender mejor la

cotidianidad o fantasear sobre ella.

A esta tendencia pertenecerían los cuentos de hadas, los relatos fantásticos,

la ciencia ficción y la mayoría de los cuentos tradicionales.


TENDENCIA REALISTA

Es la tendencia más diversificada por la gran variedad de situaciones y

tratamientos que encierra. El realismo acerca el mundo de una manera

literaria, es decir, artística y, por lo tanto, universal, a unos lectores que

tendrán que utilizar su imaginación para captar situaciones nuevas, vivirlas y

aprender de ellas, gozando con lágrimas o risas. En esta tendencia se incluyen

las novelas de aventuras, históricas, de viajes, de la vida cotidiana, novelas que

tratan graves conflictos —incluso violentos— en cualquier ámbito y

circunstancia (la familia y la escuela, la crisis emocional y vital, las minusvalías

psíquicas y físicas, el hambre, la guerra, etc.) con héroes y antihéroes, y hasta

con personajes y situaciones idealizadas o humorísticas.


ESCRITORES DE LA LITERATURA INFANTIL

WINNIE DE PUH
Alan Alexander Milne

Alan Alexander Milne (1882-1956), autor inglés de una serie de libros

infantiles que se han convertido en clásicos. Nació en Londres. Escribió varias

obras de teatro fantasiosas que fueron famosas en la década de 1920, entre

ellas El señor Pim pasa (1919) y La carretera de Dover (1920), además de

varias novelas de la vida contemporánea y una de detectives, El misterio de la

casa roja (1922). También adaptó al teatro El viento en los sauces de Kenneth

Grahame con el título de El sapo de Toad Hall (1929). Sin embargo, lo mejor de

su obra son las poesías y relatos que escribió para su hijo, Christopher Robin.

Entre estos libros deliciosos se encuentran Cuando éramos muy jóvenes (1924),

Winnie de Puh (1926), Ahora somos seis (1927) y El rincón de Puh (1928),

poblados todos ellos por imaginativos personajes que encantan a niños y

mayores: el mismo Christopher Robin, su osito de peluche Winnie de Puh y su

compañero inseparable Piglet y además Kanga y Roo, Eeyore el burro, el

travieso Tigger, Rabbit y Owl.


Alan Garner

Alan Garner (1934- ), autor británico de literatura infantil. Nació en Cheshire

y estudió en la Universidad de Oxford, donde se aficionó a los clásicos aunque

no acabó los estudios. Volvió a vivir en Cheshire y al poco tiempo publicó su

primera novela infantil, La piedra fantástica de Brisingamen (1960).

Sus obras fueron elogiadas por la crítica, y aunque a veces se le ha reprochado

la “dificultad” de su narrativa, el significado de su contribución a la literatura

infantil ha sido reconocida con el Premio Guardian y la medalla Carnegie de

1968 por El servicio del búho (1967). En 1981 Neil Philip publicó un estudio

crítico completo sobre la obra de Garner.

La piedra fantástica de Brisingamen y su continuación, La luna de Gomrath

(1963), están ambientadas en Alderley Edge, la región en la que Garner creció.

Se trata de novelas fantásticas que, aunque utilizan argumentos poco

corrientes, se desarrollan con una gran fuerza y a un ritmo trepidante. El

servicio del búho es una obra cuidadosamente estructurada que utiliza el mito

de Blodeuwedd de Mabinogion como esquema de un relato ambientado en la

Gales actual, en el que se analiza sociológica y psicológicamente el desarrollo

del mito. Por la complejidad de sus ideas y su carácter sombrío, El vestido rojo

(1973) tiene fama de ser un libro difícil para los lectores infantiles.

Transcurre en tres periodos de tiempo: la Bretaña romana, la Guerra Civil del

siglo XVII y la actualidad, y contempla temas como el aislamiento y la

distancia. Destacan también Elidor (1967) y El cuarteto del libro de piedra

(1976-1978).
Ana Maria Machado

Ana Maria Machado (1941- ), novelista y autora brasileña de literatura infantil.

Vive en Río de Janeiro, su ciudad natal. Estudió pintura en Río de Janeiro y en

Nueva York, y se doctoró en Lingüística en la École des Hautes Études de

París, donde fue alumna de Roland Barthes. Periodista y profesora de letras,

uno de los ejes de su obra literaria dirigida a niños y jóvenes reside en el

aspecto lúdico y fundador del lenguaje. Comenzó a escribir cuentos breves

—“Camilão, o comilão”, “Currupaco papaco”— para la revista Recreio.

Historia medio al revés (1979) abrió el camino a la subversión en la estructura

de los cuentos de hadas tradicionales, concediendo al individuo el derecho a

buscar respuestas personales en la construcción de su propia vida. El pequeño

Pedro y su buey volador (1979) y Del tamaño justo (1980) muestran al niño en

su propio reino, es decir, en el espacio donde la imaginación permite escapar de

las normas rígidas de los comportamientos habituales.

Esta línea narrativa se acentuó en Érase una vez tres (1980), Algunos miedos y

sus secretos y El niño que espiaba para dentro (1984). El tema del origen

familiar, étnico, mítico, es otra de las facetas de la autora: Bisa Bia, Bisa Bel

(1982), Al otro lado hay secretos (1980), Mandingas de la isla quilomba (1984).

Otras de las principales características de su obra es el tratamiento especial

que da a los lugares comunes. El tema ecológico lo enfoca desde la óptica de la

toma de conciencia y el diálogo con lo mítico: Un montón de unicornios (1983) y

Gente, animal, planta: el mundo me encanta (1984). La aventura personal en la

etapa adolescente aparece en Unas ganas locas (1990) y Eso nadie me lo quita

(1994).
En su amplia obra se destacan muchos otros títulos, algunos centrados en el

proceso de adquisición de la lectura (la serie Mico Maneco, 1983 a 1988), en la

dramaturgia (Hoy tenemos espectáculo, 1983) y en la traducción. Se dedica

también a reelaborar historias del folclore brasileño y universal. En O tesouro

das cantigas para crianças (2001) reunió canciones y rimas infantiles.

También ha escrito obras fuera de la literatura infantil como Alice y Ulisses

(1983), El mar nunca transborda (1995) y Esta fuerza extraña. Trayectoria de

una autora (1996) que recibió el Premio Jabuti en 1997.

En 2000 obtuvo el Premio Andersen, el más prestigioso galardón de las letras

infantiles.

Ana María Matute

Ana María Matute (1926- ), novelista española, una de las voces más personales

y singulares de la literatura española.

Nacida en Barcelona, su infancia se vio traumatizada por múltiples

enfermedades y largos periodos de convalecencia. De precoz vocación literaria,

publicó sus primeros relatos a los 16 años. Pasó su juventud en una época

marcada por la Guerra Civil española que se reflejó en su primera obra

literaria, centrada en “los niños asombrados” que veían y, muy a pesar suyo,

tenían que aceptar los sinsentidos que les rodeaban. Su visión de la guerra civil

como un enfrentamiento cainita/abelita se manifestará en muchas de sus obras

con características neorrealistas como en Los Abel (1948), Fiesta al noroeste

(1953, premio Café Gijón en 1952), Pequeño teatro (que recibió el Premio

Planeta en 1954, pero que la autora había escrito muchos años antes), Los hijos

muertos (1958, premio de la Crítica y premio Nacional de Literatura), Primera


memoria (que obtuvo el Premio Nadal en 1959), Los soldados lloran de noche

(1964, premio Fastenrath de la Real Academia Española), La trampa (1969) y

La torre vigía (1971). En todas estas obras la mirada protagonista infantil o

adolescente es lo más sobresaliente y marca un distanciamiento afectivo entre

realidad y sentimiento o entendimiento. Se inician con gran lirismo y poco a

poco se sumergen en un realismo exacerbado. Otros ejemplos de su obra son El

tiempo (1956), Historias de la Artámila (1961) y Las luciérnagas, siendo este

último un relato sobre la posguerra que se publicó íntegro en 1993 pero que

había aparecido muy censurado en 1954, bajo el título En esta tierra.

Su literatura infantil, que ha cultivado con esmero y cariño, ha tenido una

buena acogida; prueba de ello es que en 1965 obtuvo el Premio Lazarillo por El

polizón de Ulises.

Después de varios años de gran silencio narrativo, en 1984 obtuvo el Premio

Nacional de Literatura Infantil con la obra Solo un pie descalzo. En 1996

publicó Olvidado Rey Gudú, y fue elegida académica de número de la Real

Academia Española. En 2000 salió a la luz el libro Aranmanoth, ambientado en

la edad media. Su más reciente publicación es Cuentos de la infancia, un curioso

volumen que recoge relatos y dibujos realizados por la autora durante su niñez.

Antoniorrobles

Antoniorrobles, seudónimo de Antonio Joaquín Robles y Soler (1897-1982),

dibujante y escritor español que fue un gran renovador de la literatura infantil

española.

Nacido en Robledo de Chavela (Madrid), estudió Derecho en la Universidad de

Madrid, carrera que nunca ejerció, pues prefirió dedicarse a la escritura.


Sus primeros cuentos infantiles aparecieron en la revista Pinocho y a raíz de

ahí llegaron muchas colaboraciones con otras publicaciones periódicas, como

Macaco, Gutiérrez, Crónica, Gente menuda, La Esfera y otras.

Su primer libro de cuentos fue Veintiséis cuentos infantiles por orden

alfabético (1930). La originalidad de estos relatos está en su fantasía, así como

en su lenguaje casi surrealista, propio del estilo nonsense, y en sus reflexiones

éticas, pues el autor tiene claro que no hay temas ni estilos literarios

específicos infantiles, sino modos de acercarse al público infantil. Al igual que

hacía en esa misma época Erich Kästner en Alemania.

Después llegarían Ocho cuentos de niñas y muñecas (1931), Cuentos de las

cosas de Navidad (1932), pero también el exilio en México tras la Guerra Civil

española, donde permaneció hasta 1972 dando clases de Literatura infantil en

una Escuela de Magisterio y escribiendo más cuentos: Aleluyas de

Rompecabezas (1939) o Se comió el lobo a Caperucita (1942).

Cuando regresó a España, se fue a vivir a San Lorenzo de El Escorial, y aunque

llevó una vida retirada, su casa siempre estuvo abierta para amigos y tertulias

sobre la literatura infantil.

Astrid Lindgren

Astrid Lindgren (1907-2002), autora sueca de literatura infantil, cuyos libros

se han traducido a más de sesenta idiomas.

Nació el 14 de noviembre de 1907, en una pequeña granja de Småland, en el sur

de Suecia. A los 18 años y embarazada, se trasladó a Estocolmo, donde

consiguió un trabajo como oficinista que le permitió mantener a su bebé.


En 1944 publicó su primera obra, Britt-Mari, la historia de una chica contada

en forma epistolar. Ganó el segundo premio en un concurso literario organizado

por Rabén & Sjögren, el editor más importante de libros infantiles de Suecia,

lo cual impulsó enormemente su carrera literaria.

Al año siguiente publicó una historia que en principio estaba destinada a ser un

regalo para su hija, y que se convertiría en la más famosa de sus obras y en un

clásico de la literatura infantil en todo el mundo: Pippi Calzaslargas, las

extravagantes aventuras de una huérfana pelirroja de 9 años, con trenzas y

vestida de forma peculiar, que es la niña más fuerte de la tierra y vive sola, con

un caballo, un mono y una maleta llena de oro como únicos compañeros. A partir

de entonces, Lindgren escribió más de cincuenta libros; muchos de ellos han

sido llevados al teatro, a la televisión y a los tebeos. Entre sus obras más

conocidas se encuentran la serie de libros sobre Pippi; otra sobre un niño

detective que se inicia con El detective Blomkvist (1946); la trilogía sobre los

niños de Bullerbyn (1947-1952); Rasmus y el vagabundo, un moderno cuento de

hadas con el que ganó el Premio Andersen en 1958; y la serie de cuatro libros

sobre el travieso Emil y la granja en la que vive, cuyo primer volumen apareció

en 1963. El personaje de Emil está basado en la infancia de su padre y fue

llevado a la televisión con el nombre de “Miguel el travieso”. Los cuentos Mío,

mi pequeño Mío (1954) y Los hermanos Corazón de León (1973), que abordan la

muerte y la dicotomía entre el bien y el mal, son claros ejemplos de cómo la

autora no evita en sus obras temas ausentes por lo general de la literatura

infantil. Entre 1946 y 1970 estuvo trabajando como editora con Rabén &

Sjögren, lo que contribuyó sin duda alguna a aumentar su conocimiento de la

literatura infantil y a captar la sensibilidad de los niños.


Su obra ha tenido un enorme impacto en la narrativa infantil de toda

Escandinavia. Además de rechazar las restrictivas y moralizantes convenciones

sociales que imperaban hacia la mitad de nuestro siglo, escribe sobre los temas

que interesan a los niños, con un lenguaje que pueden comprender. Sin dejar de

tratar problemas como la violencia, el dolor e, incluso, la muerte, alienta

constantemente a los niños a ser ellos mismos.

Aunque a lo largo de su amplia producción se pueden hallar distintos estilos de

escritura, la mayoría de ellos denotan la influencia de su infancia rural y

siempre se encuentra presente su habilidad para extraer argumentos de las

situaciones cotidianas y enriquecerlos, con frecuencia, con elementos

fantásticos.

PINOCHO
Carlo Collodi

Carlo Collodi (1826-1890), seudónimo de Carlo Lorenzini, periodista italiano

autor del famosísimo libro de literatura infantil, Pinocho.

Nació en Florencia el 24 de noviembre de 1826; entre los 11 y los 16 años

estudió en la institución religiosa de Colle Val d’Elsa y después dedicó dos años

al estudio de la retórica y la filosofía.


Trabajó en la Biblioteca Piatti de Florencia hasta 1848, cuando se unió al

ejército del rey Carlos de Cerdeña en el levantamiento contra Austria. Durante

la rebelión, fundó el periódico satírico Il Lampione, que fue prohibido en 1849

con la revuelta ya sofocada. En 1853 fundó otro periódico, La Scaramuccia,

para el que escribió hasta 1859, año en que entró a formar parte de las

fuerzas militares de Giuseppe Garibaldi, y, por poco tiempo, relanzó Il

Lampione, ya bajo el seudónimo de Collodi (por el lugar donde nació su madre).

Sin abandonar su labor periodística, comenzó a trabajar en 1860 como

funcionario en Florencia.

En 1877 comenzó sus series de cuentos educativos sobre Gianettino (Juanito),

que llenarían siete volúmenes, el último de los cuales apareció en 1890. Pinocho,

el hijo pródigo que aprende a ser responsable tras una serie de experiencias

formativas, apareció por primera vez en julio de 1881 en el semanario para

niños Giornale per i Bambini, con el título de Storia di un Burattino (‘Historia

de un muñeco’). En 1883 se publicaron Las aventuras de Pinocho, volumen que

reunía las series del muñeco. La importancia y trascendencia de Pinocho para la

literatura infantil consiste en que su autor fue el primero en escribir

conscientemente para niños, pensando, por lo tanto, en su psicología,

costumbres, lenguaje, recurriendo incluso a bromas y chistes escatológicos que

siempre han sido muy del gusto infantil. Pero no trataba sólo de distraer, sino

que sus fines eran educar a la infancia y formar patriotas.

La popularidad del personaje experimentó un gran auge en 1940 con el estreno

de la película animada de Disney que, no obstante, se alejaba bastante del

espíritu del libro.


Collodi murió sin haber obtenido demasiado dinero de su éxito, pero parece

difícil que su creación del muñeco, que “apenas contaba una mentira, su nariz

crecía de repente”, pierda su atractivo.

Carmen Bravo Villasante

Carmen Bravo Villasante (1918-1994), escritora y erudita española, gran

investigadora y recopiladora de literatura infantil española y latinoamericana.

Nació en Madrid, donde se licenció en Filosofía y Letras y se doctoró con una

tesis sobre La mujer vestida de hombre en el teatro español del Siglo de Oro.

Magnífica traductora del alemán, tradujo a autores clásicos, como Goethe,

Wagner, Hoffmann, y a autores de literatura infantil, como Otto Preusler y

Ursula Wölfel. Recibió en 1977 el Premio Nacional de Traducción Fray Luis de

León. Autora de biografías, se destacan la de Bettina Brentano (1957), Juan

Valera (1959), Emilia Pardo Bazán (1962), Benito Pérez Galdós (1970),

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1986). Escribió obras de teatro infantil. En

1980 recibió el Premio Nacional de Investigaciones de Literatura Infantil del

Ministerio de Cultura. En efecto, fue en este campo donde desarrolló una tarea

sobresaliente e intensa: Historia de la literatura infantil española (1959),

Historia y antología de la literatura infantil española, Historia y antología de la

literatura iberoamericana (1977), Historia de la literatura infantil universal,

Cuentos populares de Iberoamérica, Las tres naranjas del amor y otros

cuentos españoles (1980), Qué leen nuestros hijos (1975), Una, dola, tela,

catola. El libro del folklore infantil (1977), libros de adivinanzas, refranes y

fábulas, un diccionario de autores de literatura infantil.


Carmen Kurtz

Carmen Kurtz (1911-1999), seudónimo de Carmen de Rafael Marés, escritora

española que destacó como novelista y autora de literatura infantil.

Nació en Barcelona, nieta y biznieta de emigrantes catalanes que vivieron en

Estados Unidos, México y Cuba. Ella misma tuvo que emigrar a Francia, donde

residió entre 1935 y 1943. Sus obras tienen un carácter realista y crítico;

censuraba los comportamientos de la burguesía con el fin, didáctico, de

despertar su conciencia social.

NOVELISTA

En su primer libro publicado, Duermen bajo las aguas (1955, Premio Ciudad de

Barcelona), reflejó sus experiencias durante la II Guerra Mundial en Francia;

en La vieja ley (1956) denunció con amargura la prostitución juvenil en la

Barcelona de posguerra; con su siguiente libro, El desconocido (1956), ganó el

Premio Planeta. Siguieron otros títulos, como Detrás de la piedra (1958), Al

lado del hombre (1961), El becerro de oro (1964), En la punta de los dedos

(1968), Entre dos oscuridades (1969) —un tremendo alegato contra la pena de

muerte, vigente en ese momento en España—, Al otro lado del mar (1973),

Cándidas palomas (1975) —sobre las relaciones de muchachas adolescentes en

un internado— y El regreso (1976).

AUTORA DE LITERATURA INFANTIL

En 1962 decidió iniciarse en la literatura infantil porque, según sus propias

palabras, “ya se consideraba madura para ello”. Publicó Óscar, cosmonauta

(1962), personaje que protagonizaría una serie de 16 cuentos infantiles.


Uno de ellos, Color de fuego (1964), obtuvo el Premio Lazarillo en 1964. En

1972 fue contratada por Televisión Española para escribir los guiones de la

serie Las marionetas de Herta Frankel junto a Arthur Kaps; un año después, el

guión Violeta en el Oeste obtuvo el Premio Platero en el Festival de Cine de

Gijón.

En 1975 Carmen Kurtz decidió dedicarse por completo a lo que consideraba

“este difícil género”, por las mayores satisfacciones que le aportaba. Entre

otras obras suyas destacó Veva (1980), historia de una niña que narra su vida

desde el momento de nacer, pues, como todos los niños, sabe hablar, y si los

demás bebés no lo hacen es porque no quieren asustar a los adultos. Le

siguieron otros títulos, como Veva y el mar (1981), Fanfamús (1982), Querido

Tim (1983), Pitos y flautas (1983), Dame la mano, Habacuc (1989) y Cosas que

se pierden, amigos que se encuentran (1990).

La pérdida progresiva de la vista le obligó a abandonar la escritura. Dentro de

las tendencias de la literatura infantil, Kurtz fue una autora realista y

antiautoritaria que se sirvió de un lenguaje cargado de humor y nonsense.


EL GATO CON BOTAS
Charles Perrault

Charles Perrault (1628-1703), escritor francés nacido en París. Ejerció la

abogacía durante algún tiempo, pero a partir de 1683 se entregó plenamente a

su carrera literaria. Su poema El siglo de Luis el Grande (1687), en el que

afirmaba que las artes y las ciencias habían florecido plenamente durante el

siglo XVII en Francia, suscitó una viva controversia literaria. Esta opinión

tropezó con la oposición de los que defendían la superioridad de la cultura

griega y romana. Perrault es conocido ante todo por sus cuentos, entre los que

figuran los famosos La Cenicienta o La bella durmiente, que él recuperó de la

tradición oral en Historias o cuentos del pasado (1697) y conocidos también

como Cuentos de mamá Oca, por la ilustración que figuraba en la cubierta de la

edición original.

Christine Nöstlinger

Christine Nöstlinger (1936- ), escritora austriaca de literatura infantil,

galardonada con el Premio Andersen.


Nació en Viena y estudió en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal.

Empezó a colaborar en periódicos y en la radio en temas de educación, y así

entra en contacto con autores de libros infantiles, que la animan a escribir. Su

primera publicación fue Los chicos del sótano mágico (1971); al año siguiente

obtuvo el Deutscher Jugendbuchpreis (Mejor Libro Infantil publicado en

Alemania) por Me importa un pepino el rey Comino. Se produjo una cierta

polémica, que no ha remitido, con esta autora, porque su ideología claramente

liberal y muy progresista chocaba (y choca) con la sociedad a la que dirige sus

libros. Sus puntos de vista sobre las relaciones familiares, la escuela y la

educación, las relaciones entre jóvenes —desde la amistad al erotismo—, la

marginación y la intolerancia, la liberación de la mujer son temas que todavía

hay educadores que consideran que no son adecuados para jóvenes lectores.

Sin embargo, nadie discute sus cualidades literarias, ni su papel innovador en la

tendencia realista de la literatura infantil, que en sus manos se convierte en

realismo crítico, con influencias claras de Thomas Mann; por lo tanto, en esta

autora se ve muy claro cómo el Bildungsroman se transforma en cuento de

iniciación. Ahora bien, su lenguaje es sencillo, lleno de humor y ternura, con el

fin de atraer y atrapar a los lectores.

Entre las obras que siguieron figuran: Un marido para mamá (1972), ¡Qué asco!

(1973), Pepito (1975), Lollipop (1976) y, por fin, Konrad, o el niño que salió de

una lata de conservas (1977), el libro en el que se funden casi todas las

características arriba apuntadas y que supuso su reconocimiento en muchos

otros países. Posteriormente publicó (lleva más de setenta editados): Mi amigo

Lucki-Live (1978), Una historia familiar (1981), Filo entra en acción (1982),

entre otras.
Elena Fortún

Elena Fortún, seudónimo de Encarnación Aragoneses Urquijo (1886-1952),

escritora española de literatura infantil, la creadora del personaje Celia.

Nacida en Madrid, estudió Filosofía y Letras en una época en la que pocas

mujeres accedían a la universidad. En junio de 1928, empezó a colaborar en

Gente Menuda, suplemento infantil de la revista Blanco y Negro (véase

Publicaciones periódicas), escribiendo historias cortas infantiles que firmaba

con diversos seudónimos: Doña Quimera, E.F., Luisa. Entre estos artículos

surgió la serie Celia dice..., pequeñas escenas dialogadas entre Celia y otro

personaje, que tuvo tan buena acogida que la editorial Aguilar contrata los

artículos para publicar un libro, Celia: lo que dice (1929). A partir de 1930

empezó a firmar sus obras como Elena Fortún, nombre que procede de la novela

Los mil años de Elena Fortún, escrita por su marido, Eusebio Gorbea, que

también era escritor y militar.

Acabada la Guerra Civil española, tuvo que exiliarse con su marido, que había

permanecido fiel a la República y marcharon a Buenos Aires, donde ella siguió

escribiendo, y después, a la muerte del marido, a Estados Unidos con uno de

sus hijos, hasta que en 1950 regresó a España y se estableció en Madrid. Dos

años después murió.

OBRA

Elena Fortún fue una innovadora en la literatura para niños, al situarse como

narradora desde la óptica infantil; muestra la extrañeza que producen los

comportamientos de los mayores cuando, además, no siempre tienen razón.


Por otro lado, deja claro el gran potencial de la imaginación infantil, que

cualquier lector reconoce como auténtico. La reflexión que surge es que si se

va perdiendo con la edad, no es porque se gaste, sino porque se corta o castra

desde la educación autoritaria.

A través de sus libros y sus personajes construye un mundo infantil con Celia,

que es una niña muy espabilada e inteligente; su hermano Cuchiflitín, el niño por

excelencia, ocurrente y de una lógica aplastante; la bizca y pícara Matonkikí,

que no comprende bien a sus hermanastras tan rubias y finas; pero todos estos

personajes son espontáneos como los niños de verdad, que funden el mundo de

la fantasía con el de la realidad: nunca mienten, sólo fantasean.

El personaje de Celia va creciendo y cambiando hasta convertirse en narradora

que cuenta historias. Su serie está formada por once títulos, los seis primeros

sacados de los artículos que publicaba Elena Fortún en Gente Menuda, los

demás escritos como libro; entre los primeros: Celia en el colegio (1932), Celia

novelista, Celia en el mundo (1934), Celia y sus amigos (1935), Celia madrecita

(1939), Celia institutriz en América (escrito en Buenos Aires, 1944), El

cuaderno de Celia (Primera Comunión)—escrito en los Estados Unidos en 1947 y

de una gran religiosidad, como ella reconoce por la influencia de su amiga Inés

Field—, La hermana de Celia, Mila y Piolín (1949), y Celia se casa. Cuenta Mila

(1950), Los cuentos que Celia cuenta a las niñas (1950) y Los cuentos que Celia

cuenta a los niños (1951). La serie de Cuchiflitín son cuatro: Cuchiflitín, el

hermano de Celia, Cuchiflitín y sus primos (1935), Cuchiflitín en casa del abuelo

y Cuchiflitín y Paquito (1936); sobre Matonkikí publicó dos libros: Matonkikí y

sus hermanas y Las travesuras de Matonkikí (1936). En 1987 se publicó Celia en

la revolución, que había escrito durante la Guerra Civil y estaba inédito.


Elena Fortún escribió también teatro infantil y recopiló un cancionero de

canciones infantiles, yendo a las plazas y calles de Madrid donde las niñas

jugaban al corro, ayudada por el musicólogo Eduardo Tórner y Carmen Baroja.

El valor añadido que tiene la obra de Elena Fortún para un lector actual y

adulto es el retrato costumbrista de la clase media urbana madrileña de la

época.

Selma Lagerlöf

Selma Lagerlöf (1858-1940), narradora sueca, considerada una de las grandes

escritoras de literatura infantil. Sus abundantes novelas y narraciones breves

recuperan aspectos de la vida cotidiana y de la historia de su país.

Nació en Mårbacka y, entre 1885 y 1895, fue maestra en una escuela de

Landskrona. Obtuvo un merecido reconocimiento por sus dos primeros libros:

La leyenda de Gösta Berling (1891), una recopilación de cuentos folclóricos de

Värmland, reescritos por la autora en una prosa lírica; y Lazos invisibles (1894),

una colección de relatos breves. A partir de 1895 se dedicó por completo a la

literatura ya que la Corona le concedió un estipendio anual a perpetuidad. Sus

obras, basadas por lo general en historias y cuentos tradicionales suecos, se

caracterizan por la naturalidad y la frescura del estilo. Sus personajes son

personas sencillas, que contribuyen a que triunfe siempre el bien sobre el mal.

Selma Lagerlöf recibió el Premio Nobel de Literatura en 1909 —fue la primera

mujer en obtenerlo—, y en 1914 fue elegida miembro de la Academia, lo que

significó el reconocimiento a la singularidad de su estilo dentro del conjunto de

la literatura sueca.
Entre sus numerosos escritos figuran Jerusalén (1901-1902), una novela sobre

un movimiento religioso en una apartada zona de Suecia, que desemboca en un

éxodo a Palestina; La casa de Liliecrona (1911), El exiliado (1918) y la trilogía El

anillo de los Löwenskölds (1925-1928). De sus colecciones de cuentos destacan

De una granja sueca (1899) y Trolls y hombres (1915).

El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia (1907), su libro más

conocido, fue un encargo que le hicieron las autoridades escolares. El propósito

era escribir un texto para todas las escuelas en las que se contara la vida y la

historia de Suecia y que despertara en el alumnado el amor por su patria. Así,

el duende recorre montado en un ganso todo el país, viviendo un sinfín de

aventuras, en una perfecta combinación de realidad cotidiana, optimismo y

desborde imaginativo.

Escribió, asimismo, obras autobiográficas, como Mårbacka (1922), El niño

duende (1930) y El diario de Selma Lagerlöf (1932).


ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Lewis Carroll

Lewis Carroll (1832-1898), seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson. Escritor,

matemático y lógico inglés, conocido principalmente por su inmortal creación

Alicia en el país de las maravillas.

Carroll nació en Daresbury (Cheshire), el 27 de enero de 1832, y estudió en

Rugby y en Christ Church (Oxford). Entre 1855 y 1881 fue profesor de

matemáticas de Oxford. Es autor de varios tratados matemáticos, entre los

que destaca Euclides y sus rivales modernos (1879). En 1865 publicó con su

seudónimo Alicia en el país de las maravillas . Su continuación, A través del

espejo y lo que Alicia encontró allí , se publicó en 1872. Posteriormente

escribió, La caza del Snark (1876), y una novela, Silvia y Bruno (2 volúmenes,

1889-1893). Murió en Guilford (Surrey), el 14 de enero de 1898.

Tal vez por su carácter tímido le gustaba la compañía de niñas y niños para los

cuales, Carroll les escribió miles de cartas, deliciosos ejercicios de fantasía

adornados en muchos casos con pequeños bocetos. Morton N. Cohen y Roger L.


Green las recopilaron y publicaron con el título de Cartas de Lewis Carroll (2

volúmenes, 1979). Carroll adquirió también celebridad como fotógrafo

aficionado. Casi todos sus retratos fueron de niñas que posaron para él con

diversos disfraces y en ocasiones también desnudas; realizó asimismo retratos

de adultos, como los de la actriz Ellen Terry y los poetas lord Alfred Tennyson

y Dante Gabriel Rossetti. Abandonó la fotografía en 1880, al parecer por las

críticas recibidas por sus retratos de niñas pequeñas.

Los cuentos de Alicia, que han hecho célebre el nombre de Lewis Carroll en

todo el mundo y han sido traducidos a numerosas lenguas, fueron escritos

originalmente en 1862 para Alice Liddell, hija de Henry George Liddell, deán de

Christ Church. Tras su publicación, los relatos, ilustrados por el dibujante

inglés John Tenniel, se hicieron famosos de inmediato como libros infantiles.

En una época de implacable didacticismo de los libros infantiles, Alicia fue el

primer personaje de la literatura infantil que entrevió la hipocresía y la

presuntuosidad didáctica del mundo de los adultos. El atractivo de estos

relatos para los adultos reside en la ingeniosa mezcla de fantasía y realidad,

suave sátira, absurdidad y lógica. Los nombres y las expresiones de los

personajes la Liebre de Marzo, El sombrerero, El gato de Cheshire o la Reina

de Corazones han entrado a formar parte de personajes clásicos de la

literatura.

Marina Colasanti

Marina Colasanti (1937- ), poeta, ensayista y autora de literatura infantil

brasileña. Nacida en Asmara, Eritrea, se trasladó a Brasil a mediados de la

década de 1940. Publicó crónicas en periódicos y revistas de Río de Janeiro, en

las que abordaba como tema principal la situación social de la mujer. En 1994
declaró en una entrevista: "Sólo concibo mi lenguaje como un lenguaje de

mujer". Entre sus publicaciones destacan los textos para niños Uma idéia toda

azul (1979) y Ana Z. aonde vai você? (1993); el libro de impresiones de viaje

Agosto 1991: estávamos en Moscou (junto con Affonso Romano de Sant'Anna,

1991) y el ensayo Rota de colisão (1993). Destaca también en su faceta de

traductora. En 1988 se publicó en Madrid el libro El laberinto del viento

(traducción de Mario Merlino), en el que las hadas, como protagonistas,

adquieren una dimensión poética mayor y, al mismo tiempo, más ligada a la

sensibilidad contemporánea.

EL MAGO DE OZ

Lyman Frank Baum

Lyman Frank Baum (1856-1919), escritor estadounidense de literatura infantil

nacido en Chittenango, Nueva York. De 1880 a 1902 trabajó como periodista y

comenzó una serie de libros de tendencia fantástica ( véase Tendencias de la

literatura infantil) en los que creó un país imaginario, la tierra de Oz, un mundo

de personajes mágicos y aventuras alegres. El más famoso de estos libros fue

El mago de Oz (1900), que en 1901 adaptó para un gran espectáculo musical

titulado también El mago de Oz.


Baum escribió catorce libros sobre Oz, serie que después de su muerte

continuaron varios escritores produciendo veintenas de volúmenes. La película

musical, El mago de Oz (1939), interpretada por Judy Garland, está basada en

sus libros y se ha convertido en un clásico.

TOM SAWYER

Mark Twain

Mark Twain, seudónimo de Samuel Langhorne Clemens (1835-1910), escritor y

humorista estadounidense. Sus mejores obras se caracterizan por un franco y

a veces irreverente sentido del humor rayano en la sátira social, además de por

un acentuado realismo en cuanto al lugar en que se desarrollan sus historias y

al lenguaje utilizado por sus memorables personajes, y por un profundo odio a

la hipocresía y la opresión.

Nació el 30 de noviembre de 1835 en Florida (Missouri). Cuando contaba con

cuatro años, su familia se trasladó a Hannibal (Missouri), un puerto fluvial en el

Mississippi, donde el joven asistió a la escuela.


Entre esta ciudad y Quarry Farm, Nueva York, escribió gran parte de sus

mejores obras en las décadas 1870 y 1880. Una vida dura (1872) rememora sus

experiencias como periodista y buscador de oro, mientras Las aventuras de

Tom Sawyer (1876) describe la infancia en un pueblo a orillas del Mississippi.

Un vagabundo en el extranjero (1880) narra un viaje a pie entre la Selva

Negra, en Alemania, y los Alpes suizos. Príncipe y mendigo (1882), un libro

juvenil, basa su trama argumental en el intercambio de identidades en la

Inglaterra de los Tudor. Las aventuras de Huckleberry Finn (1884), la secuela

de Tom Sawyer, ha sido considerada la obra maestra de Mark Twain. Aunque

repleta de humor y exuberancia narrativa, no deja de denunciar los efectos de

la crueldad humana.

En 1884 fundó la empresa editora Charles L. Webster and Company, en la que

publicó numerosos libros, tanto suyos como de otros autores, entre los que se

encontraban las Memorias, del general Ulysses S. Grant. Diez años más tarde,

una desastrosa inversión en una imprenta automática le endeudó, por lo que dio

una gira de conferencias por todo el mundo para obtener fondos con los que

pagar a los acreedores y salvar la imprenta. A su regreso publicó Viajes

alrededor del mundo siguiendo el ecuador (1897) resultado de su experiencia.

Sus obras de las décadas 1890 y 1900 están marcadas por la amargura y un

creciente pesimismo causados por el fracaso de sus negocios y la muerte de su

mujer y dos de sus hijas. Las más destacadas de este periodo son Wilson

(1894), una novela sobre un asesinato, que tiene como trasfondo el racismo, y

Recuerdos personales de Juana de Arco (1896), una biografía sentimental.


Además, escribió otros cuentos, como “El corruptor de Hadleyburg” (1899) y

“Oración de guerra” (1905), y ensayos políticos, así como el manuscrito “El

extranjero misterioso” y numerosas notas autobiográficas.

Twain hizo oír su protesta en una época en que la vida en los Estados Unidos

estaba dominada por el materialismo y la corrupción de la llamada “edad

dorada” posterior a la Guerra civil estadounidense. Su obra se inspiró en los

aspectos menos convencionales de su país, y marcó el fin del dominio de los

escritores procedentes del Este en la literatura estadounidense. Considerado

uno de los más destacados escritores de la historia literaria de su país, obtuvo

popularidad gracias al humor que se desprende de sus escritos, pero recibió el

reconocimiento de la crítica, además, por su uso realista de los dialectos, en

especial el que se habla a orillas del Mississippi, y por su perfecto retrato de la

sociedad de su país a mitad del siglo XIX. Fue una celebridad mundial durante

los últimos años de su vida, y recibió el doctorado Honoris Causa por la

Universidad de Oxford (Inglaterra), en 1907. Murió el 21 de abril de 1910 en

Nueva York.
PETER RABBIT
Helen Beatrix Potter

Helen Beatrix Potter (1866-1943), escritora e ilustradora inglesa de literatura

infantil. Nació en Londres y estudió en escuelas privadas. En 1893, tras

fracasar en sus intentos de emprender una carrera como naturalista y publicar

un serio estudio sobre botánica (una colección de acuarelas sobre hongos),

escribió El cuento de Peter Rabbit, un relato destinado a un niño inválido de su

entorno que imprimiría por su cuenta en diciembre de 1901 y que sería

publicado comercialmente en 1902 por el editor Frederick Warne. La historia

del conejito Peter Rabbit y de otros diminutos personajes se convirtió pronto

en un clásico de la literatura infantil en todo el mundo. Animada por el éxito de

este primer cuento, Potter escribió e ilustró posteriormente otros más de

veinte libros y creó nuevos personajes, también animales, que alcanzaron la

misma popularidad. Inseparables de sus cuentos son las delicadas, tiernas y

minuciosas acuarelas con que la autora retrataba a sus personajes, casi

siempre en escenas de la vida cotidiana. Otras obras de Potter son El sastre

de Gloucester (1902) y El cuento de Tom Kitten (1907). Preocupada por la

preservación del paisaje natural, legó su propiedad de Sawrey al Patrimonio

Nacional, que mantiene su casa como museo.


LA ZORRA Y LAS UVAS
Esopo

Esopo (620-560 a.C.), antiguo fabulista griego, se supone que fue un esclavo

liberado de Frigia. Su nombre se relaciona con fábulas de animales,

transmitidas por tradición oral desde hace muchísimo tiempo. Las fábulas de

animales forman parte de la cultura común de los pueblos indo-europeos y tal

vez constituyan la colección de fábulas más leídas de la literatura mundial.

Muchas de las fábulas de Esopo fueron reescritas en verso por el poeta griego

Babrio, probablemente en los siglos I y II a.C., y en latín por el poeta romano

Fedro en el siglo I d.C. La colección que actualmente lleva el nombre de Esopo

consiste, en su mayor parte, en paráfrasis posteriores de las fábulas de

Babrio. Su escritura influiría considerablemente en escritores posteriores,

como es el caso del poeta francés del siglo XVII Jean de La Fontaine y del

español Félix María de Samaniego, del XVIII.


4. CONCLUCIONES
5. RECOMENDACIONES
6. ANEXOS

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