Teoría de Marcos Relacionales para Práctica Clínica

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Teoría de marcos relacionales para práctica clínica

Tres estrategias centrales para comprender y tratar el sufrimiento humano

La teoría de los marcos relacionales es una descripción completa del comportamiento verbal.
Porque la psicoterapia casi siempre depende de la conducta verbal, todos los tipos de intervención
psicológica pueden potencialmente ser analizados bajo esta perspectiva. En este capítulo, no
realizaremos un análisis extenso, pero nos focalizaremos en lo que creemos son dos áreas
principales que pueden ser usadas para ayudar a la gente a cambiar en un tratamiento psicológico.
Las estrategias que sugerimos están basadas en la teoría de marcos relaciones y se relacionan
específicamente con las habilidades humanas complejas a) seguir instrucciones o reglas b)
interactuar con nuestro propio comportamiento. De acuerdo con la teoría de marcos relacionales,
estas 2 áreas no solo sugieren perspectivas potencialmente útiles sobre como hacer terapia
efectiva, también proporcional una comprensión de lo que lleva a las personas a asistir a terapia.

Seguimiento de instrucciones

En el lenguaje tradicional de análisis de la conducta, el repertorio conductual de seguimiento de


instrucciones es llamado comportamiento gobernado por reglas. Desde la perspectiva de la teoría
de marcos relacionales, este fenómeno puede ser descrito mas ampliamente como una regulación
relacional compleja. Una vez que un humano aprende a relacionar estímulos o eventos bajo la
influencia de claves contextuales arbitrarias, palabras (hablar bajo o en silencio para si mismo) los
estímulos pueden tener función para todo tipo de acciones, dependiendo de la historia de
aprendizaje especifica del individuo. Una palabra o una combinación de palabras que especifica un
comportamiento partículas y sus consecuencias ha sido tradicionalmente llamado regla o
instrucción. Consideremos el siguiente ejemplo “gira a la izquierda después del primer semáforo,
continua por medio kilometro y tu te encontraras en el estadio de futbol”. O para dar un ejemplo
mas cercano al tratamiento psicológico “es importante que controles tus sentimientos de ansiedad
para que no tengas un ataque de nervios”. En ambos casos, las instrucciones especifican que hacer
y para que consecuencia. Cuando los humanos interactúan con estímulos verbales como estos
(reglas o instrucciones) se dice que actúan con un propósito, donde el propósito se relaciona con
experimentar la consecuencia especificada. Sin embargo, hay mas en el comportamiento
gobernado por reglas que simplemente entender una regla y actuar de acuerdo a ella,
Específicamente, el que sigue las reglas debe tener una historia de aprendizaje apropiada y
presentar contingencias que soporten el seguimiento de reglas en determinado contexto.

Incluso si el comportamiento de el seguimiento de instrucciones a menudo se realiza en formas


similares a comportamientos previos y por consecuencias experimentadas anteriormente, es
posible presentar acciones adicionales y novedosas. Una vez que el repertorio de seguimiento de
reglas esta disponible y genera claves contextuales apropiadas, los humanos pueden actuar con un
propósito, haciendo cosas que nunca se habían hecho antes y por consecuencias con las que
nunca se había interactuado. Esto significa, por ejemplo, que una regla como “necesito dejar de
pensar en él o terminare en un hospital psiquiátrico” puede fácilmente surgir como una nueva
regla, especificando que evitar en un nuevo contexto, Con la aparición de nuevas reglas y posibles
nuevos comportamientos, llega la oportunidad para clases de respuesta flexibles e inflexibles.
Como se argumentó anteriormente, estos últimos pueden estar asociados con “trampas
psicológicas”. Ahondaremos en esto más tarde.

Interactuar con tu propio comportamiento

Muchos organismos pueden responder a su propio comportamiento, de modo que una respuesta
dada puede tener funciones de estímulo para la respuesta posterior del mismo organismo. Sin
embargo, esta habilidad es avanzada una vez que los humanos aprenden marcos relacionales. Es
decir, bajo la influencia de claves contextuales arbitrarias, podemos describir un aspecto de
nuestro comportamiento a otro, de la misma manera que nosotros podemos describir cualquier
otro estimulo o evento a otro. En otras palabras, solo como eventos externos pueden llegar a ser
“mejor que”, “no debería haber sido” o “más tarde” así puede nuestro propio comportamiento.
Por ejemplo, yo debo avisarme a mi mismo que mi salud podría ser mejor ahorita si yo como
menos ahora.

En el desarrollo temprano de los marcos relacionales, las relaciones de coordinación son


establecidas entre “yo”, “yo”, mi propio nombre y comportamiento. Similarmente, las relaciones
de oposición son establecidas entre “yo” y “tu”, “otros”, otros nombres y así. En efecto, esto
ayuda a distinguir mi comportamiento del comportamiento de otros. Por otro lado, los niños
aprenden a discriminarse a sí mismos como objetos entre otros objetos y aprenden a describir
esos esos objetos de otros en diferentes maneras. Por ejemplo, en cierto contexto “yo” puedo ser
bueno, malo, pequeño, niña, niño, fuerte, lindo, cansado, divertido, lucir como mi madre y demás.
A través de miles de interacciones con una comunidad verbal más amplia en los primeros años del
desarrollo, se establecen y toman forma complejas redes relacionales o historias acerca de “mi”.

La perspectiva desde la cual cada uno de nosotros ve el mundo, al menos en el sentido verbal,
permanece relativamente constante a través del tiempo. En otras palabras, aunque nuestro
comportamiento individual puede diferenciarse considerablemente de acuerdo con el contexto,
nosotros típicamente vemos el mundo y todo lo que pasa en el desde la perspectiva de “yo” o
“yo”. Así se desarrolla una historia de aprendizaje en la que me puedo distinguir de mi propio
comportamiento (incluyendo acciones, sentimientos, pensamientos, recuerdos, etc). Así, para un
humano competente verbalmente, existe una distinción experiencial entre “qué hago” y ser un
observador verbal de la experiencia humana. Este aprendizaje esta influenciado por otros en el
contexto social, los cuales frecuentemente preguntan cosas como “quién hizo eso” “qué sientes”,
“dónde estabas cuando eso paso”, etc. Y se refuerza respondiendo eso es “correcto” en ese
sentido esta ajustado con una convención social del contexto. Una forma más técnica de describir
este complejo comportamiento es decir que aprendemos a ubicar nuestro propio comportamiento
en un marco relacional jerárquico con una deíctica “yo”. En otras palabras, todo lo que hago, veo,
pienso y siento es experimentado como parte de mí o de quién soy. Esta relación entre “mí”, como
una constante verbal el "yo" y mi comportamiento es una característica esencial de la acción
humana compleja y me permite, por ejemplo, dirigir mi comportamiento a través del tiempo y de
acuerdo con lo que quiero, espero y trato de lograr, quizás muchos años en el futuro. Se podrá
argumentar que esta habilidad relacional compleja es integral para permitirnos hacer elecciones
que nos permitan seguir cursos de acción particulares, como ahorrar para una pensión, pagar
fuera de una hipoteca, o tener hijos. Esto también parece estar de acuerdo con lo que Skinner
manifestaba "Una persona que ha sido informada de “él mismo” por las preguntas que le han
hecho, ubicándose en una mejor posición para predecir y controlar su propio comportamiento ".

El proyecto conjunto de la regulación relacional compleja y la interacción con tu propio


comportamiento

A medida que emergen y florecen repertorios de marcos relacional, formulamos todo tipo de
historias sobre nosotros mismos en relación con el mundo externo y social y estas están
controladas por claves contextuales proporcionadas por ese mundo. En la primera infancia, estas
historias a menudo se hablan en voz alta en lo que se llama "diálogo interno", pero con la edad
generalmente se convierten en algo más complejo y tácito. Además de constituir una compleja red
relacional que involucra prácticamente todo tipo de relaciones derivadas, "historias sobre uno
mismo", comúnmente funcionan para regular nuestro propio comportamiento; es decir, funcionan
como reglas. Las habilidades para seguir instrucciones por un lado y discriminar "yo" en el otro,
unirse en el comportamiento humano único de la autoinstrucción. Constantemente nos decimos
qué hacer, cómo actuar, a qué apuntar y qué evitar. Casi incesantemente, también evaluamos
nuestras propias acciones y luego usamos estas evaluaciones para instruir el comportamiento
posterior. Si bien gran parte de esta autoinstrucción y el comportamiento es tan automático que
"ocurre sin pensar", otra gran parte es mucho más elaborada y comprometida con un mayor grado
de discriminación. De cualquier manera, este tipo de comportamiento verbal, como cualquier otro
comportamiento, está bajo control contextual. Por lo tanto, incluso formas sutiles de recordar,
sentir y pensar son actos en contexto. La compleja capacidad de discriminar su propio
comportamiento y abstraer una regla basada en esto, que, a su vez, puede usarse para instruir el
comportamiento futuro, tiene una clara característica personal, social y cultural, así como
beneficios (cohesión social y colaboración con respecto a objetivos a largo plazo y valores). Sin
embargo, esta capacidad también puede ser contraproducente y reducir la flexibilidad de
comportamiento.

La bendición y la maldición

Como se señaló anteriormente, las reglas propias pueden especificar el comportamiento que aún
no se ha realizado y las consecuencias que aún no se han obtenido, por lo tanto, constituyen
reglas para el comportamiento futuro. Una ventaja clave de este tipo de comportamiento verbal
es el que nos permite actuar en el presente para consecuencias desconocidas que se presentaran
en el futuro desconocidas. Como resultado, estas "consecuencias contactadas verbalmente" en el
presente pueden ser contactadas experimentalmente en el presente futuro. Por ejemplo, si
seguimos una regla como "si como menos y hago más ejercicio, adelgazare "y en realidad
perdemos peso, la consecuencia que fue al principio verbalmente experimentada, es ahora una
consecuencia real y de nuestro comportamiento.

Es fácil ver cómo el auto / reglas pueden ser una bendición y, por ejemplo, cuando se aplican a
nuestra salud física, incluso pueden mantenernos vivos. Incluso, podemos actuar por la paz
mundial, un ambiente saludable para nuestros nietos, ir al cielo o renacer con un mejor karma. A
diferencia del ejemplo de la salud, en realidad nunca podremos experimentar las consecuencias
especificadas en las reglas que seguimos en estas situaciones. Pero, de nuevo, este tipo de
seguimiento de reglas posiblemente tendrá otros beneficios significativos para nosotros, para
otras personas y para la cultura en general.

Por otro lado, hay un inconveniente en seguir las reglas que especifican las consecuencias que
nunca contactaremos directamente. Varios factores influyen en esta posibilidad. Primero, como
las auto-reglas siempre están muy entrelazadas con las reglas sociales históricamente
establecidas, en última instancia están en "capricho social". De hecho, incluso nuestras
experiencias históricas se observan a través de el lente del contexto social que nos enseña cómo
dar sentido y hablar sobre estas experiencias. Hay una gran cantidad de reglas sociales con
respecto a cómo experimentamos nuestras experiencias (por ejemplo, "nunca criticar a los
miembros de la familia" o "es malo sentirse infeliz"). En segundo lugar, la evidencia empírica ha
demostrado que el seguimiento de reglas tiende a continuar incluso cuando las consecuencias
especificadas por la regla han dejado de ocurrir o, de hecho, nunca han ocurrido Y, tercero, hay
evidencia de que un amplio refuerzo social para el seguimiento de reglas en general facilita el
seguimiento excesivo de reglas incluso cuando las consecuencias de hacerlo son aversivas. Se
puede describir que estos dos últimos factores tienen la característica común de insensibilidad a
las contingencias directas. Un ejemplo clásico terapéutico (de hecho, ubicuamente humano) de
esto se llama evitación experiencial. Esto implica seguir las reglas sobre el control de eventos
privados (p. ej., sentimientos, pensamientos, recuerdos, sensaciones corporales, etc.) como
requisito previo para vivir bien su vida, cuando el control de todos estos eventos es prácticamente
siempre imposible y las consecuencias de hacerlo tienden a aumentar el sufrimiento psicológico.

Es importante destacar que, para un funcionamiento humano efectivo, una regla puede estar
presente sin ser seguida. Todos somos conscientes de sugerir diferentes planes de acción (reglas)
para nosotros, ya sea como un pensamiento espontáneo ("Debería dejar de hacer esto") o como
una versión más deliberada y elaborada ("Realmente debería ir a Marruecos con Elisabeth el
próximo verano para tener unas vacaciones reales ") sin necesariamente actuar sobre esa regla.
Sugerimos que el entrenamiento en la primera infancia de la distinción entre "yo" y "mi propio
comportamiento" juega un papel importante en este sentido. Específicamente, argumentaríamos
que responder a nuestro propio comportamiento como participar en un marco jerárquico con el
deíctico “yo” es de importancia central para la forma en que seguimos las reglas propias. Además,
proponemos que el seguimiento de las auto reglas cuando estoy en una relación jerárquica con mi
propio comportamiento es probable que sea relativamente efectivo y beneficioso. Tome el
ejemplo de pensar: "Necesito controlar este sentimiento", dada una experiencia emocionalmente
aversiva. Lo que estamos sugiriendo es que ser capaz de "mantener estos pensamientos a una
distancia de observación" en lugar de actuar automáticamente "sobre ellos" es una habilidad
psicológica de importancia crítica. Esta capacidad parece corresponder con lo que a menudo se
llama flexibilidad psicológica o conductual. En la siguiente sección, discutiremos la opinión de que
los déficits en estos repertorios relacionales corresponden a la rigidez psicológica y forman un
proceso central de sufrimiento psicológico en general y de problemas clínicos en particular, y que
entrenar estos mismos repertorios es una tarea clave en el tratamiento psicológico.

Un modelo simple de psicoterapia, por la teoría de marcos relacionales


La línea de argumentación hasta ahora en este capítulo lleva a la posición de que el tratamiento
psicológico debe estar dirigido a construir y entrenar la flexibilidad psicológica, que es un
repertorio que puede considerarse una clase operante de orden superior y, por lo tanto, formada
y posiblemente mantenida por Entrenamiento de ejemplos múltiples. Definimos flexibilidad
psicológica de la siguiente manera:

La flexibilidad psicológica es la capacidad de notar y reaccionar ante sus pensamientos,


sentimientos y otros comportamientos para darle la oportunidad de actuar hacia fines
importantes. Esto implica responder a su propia respuesta como participar en un marco de
jerarquía con el "yo" deíctico. Esto suele ir acompañado de una reducción sustancial en las
funciones de control conductual de la respuesta en cuestión, lo que permite una respuesta
relacional adicional que especifica las funciones apetitivas y un comportamiento adicional que se
coordina con esa respuesta relacional.

Ahora describiremos cómo se puede realizar dicho trabajo de acuerdo con esta definición. Para
fines didácticos, dividiremos este trabajo en tres estrategias terapéuticas clave. Estos no son
secuenciales porque los tres son un foco recurrente de tratamiento; por lo tanto, cada uno será
revisado según sea necesario, y generalmente muchas veces.

1. Ayudar al cliente a discriminar la relación entre las clases funcionales actuales de


respuesta y las consecuencias problemáticas producidas por esa respuesta. Según el
análisis actual, esperamos que la clase funcional problemática responda en coordinación
con ciertas auto instrucciones o reglas.
2. Ayudar al cliente a discriminar sus propias respuestas al enmarcarlas como participantes
en un marco jerárquico con el deíctico “yo” y capacite este repertorio como una clase
funcional alternativa.
3. Ayudar al cliente a desarrollar este repertorio alternativo de una manera que especifique
funciones apetitivas de aumento para un comportamiento adicional.

Antes de continuar, puede ser útil, con fines ilustrativos, considerar el siguiente ejemplo de
flexibilidad psicológica versus inflexibilidad. William es un joven estudiante en medio de sus
estudios. Después de estudiar durante varios meses en preparación para un examen, acaba de
descubrir que falló. Esta es la primera vez que no pasa una prueba importante en el curso de su
carrera universitario. El esta triste y enojado. Él tiene muchos pensamientos sobre los errores que
cometió durante la prueba y por qué los cometió; También tiene muchas preguntas sobre lo que le
sucederá ahora. Este pensamiento le sugiere que se necesita mucho más trabajo en el futuro y,
por ejemplo, que ahora puede que tenga que perderse un viaje especial que había estado
planeando. También tiene pensamientos sobre las reacciones de sus padres al hecho de que no
pasó la prueba. Por ejemplo, él piensa: “¡Soy un fracaso! ¿Cómo podría cometer errores tan
estúpidos? ¿Por qué no me preparé de una mejor manera? ¡Podría no ser adecuado para este tipo
de carrera! ”Es probable que algunos de estos pensamientos estén acompañados de fuertes
reacciones afectivas.

Desde la perspectiva que describimos anteriormente, argumentaríamos que la forma en que


William interactúa con estos pensamientos (su forma de responder a ellos) juega un papel
fundamental en cómo se comporta a continuación. Por un lado, si responde a ellos enmarcandolos
en jerarquía con el deíctico “yo”, los notará como respuestas que está teniendo. Por otro lado, al
tenerlos no necesitara controlar su comportamiento posterior. Tal respuesta facilitaría la
flexibilidad psicológica, porque aumenta la probabilidad de que también ocurran otras respuestas
útiles (como "¿Qué debo hacer ahora, dados mis objetivos generales?") Y que las acciones
coordinadas con tales respuestas tengan más probabilidades de seguir. Si, por otro lado, William
responde en coordinación con sus pensamientos y sentimientos, estas respuestas probablemente
aumentarán la probabilidad de retraimiento social (ser un "fracaso") o reflexionar sobre la
situación (porque el contenido de la rumia tiene que ser resuelto) Si este es el caso, los
pensamientos y sentimientos habrán obtenido funciones de control para su comportamiento que
puede ser evitativo y problemático. Por ejemplo, William puede decidir abandonar sus estudios
basándose en esta prueba fallida.

Si bien el ejemplo anterior se toma de una situación no clínica, sugeriríamos que el mismo proceso
se encuentra en el centro de los problemas clínicos y la diferencia es más cuantitativa que
cualitativa. Consideremos a Peter, que es un hombre de mediana edad que recientemente se
convirtió en padre. Una semana antes de que naciera su hija, un vecino usó pesticidas en su jardín
delantero, cerca de la casa de Peter. Peter siempre ha estado interesado en seguir hábitos
ecológicamente sólidos, pero ahora se obsesiona totalmente con los pensamientos sobre el riesgo
potencial para su hija recién nacida. Tiene pensamientos como: "¿Qué pasaría si el viento hubiera
traído un pesticida a nuestra casa y esté oculto en nuestros muebles?" También tiene
pensamientos sobre la propagación del pesticida a través de su propia ropa y el potencial de que
su hija se contamine por estos. Si bien Peter, que tiene una buena educación, es consciente de la
improbabilidad de que ocurra algo como esto, siente que no puede evitar actuar de acuerdo con
estos pensamientos y, al hacerlo, cumple con los criterios de diagnóstico para el trastorno
obsesivo compulsivo. Como otro ejemplo, consideremos a Lisa. Ella tiene pensamientos
constantes sobre partes de su propio cuerpo que son gordas y sobre la necesidad de perder peso
para ser aceptable. Actuando en coordinación con tal pensamiento al participar en una dieta
estricta y periódicamente vómitos autoinducidos, ahora cumple con los criterios para un trastorno
alimentario.

Sugerimos que tanto Peter como Lisa sufren, en ciertos contextos, déficits en el repertorio
conductual de enmarcar sus propias respuestas privadas / sutiles en una relación jerárquica con su
"identidad" verbal. Por lo tanto, exhiben rigidez psicológica como la hemos definido
anteriormente. Como resultado de episodios repetidos de actuar en coordinación con las propias
respuestas o reacciones privadas, se establecen formas problemáticas de seguimiento de reglas.
No es un episodio aislado de tal respuesta lo que constituye el problema; en cambio, el problema
resulta de muchos de estos casos a lo largo de la vida o en momentos específicos e importantes.
La tarea en el tratamiento psicológico es establecer un contexto que aumente la probabilidad de
enmarcar jerárquicamente las respuestas privadas desde la perspectiva del "yo" (deíctico I),
facilitando así la flexibilidad psicológica. Agregaríamos que el tratamiento generalmente requiere
entrenamiento repetido de flexibilidad en diferentes contextos (comúnmente conocido como
entrenamiento de ejemplos múltiples).

Ayudar a los clientes a discriminar la relación entre las actuales clases funcionales de
comportamiento y consecuencias problemáticas
La discriminación de su propio comportamiento es clave para cambiar su comportamiento.
Entonces, al ayudar a los clientes a cambiar, tendremos que ayudarlos a discriminar lo que hacen,
cuándo lo hacen, lo que normalmente sigue a sus acciones y cuál era el propósito de su
comportamiento. Muchas personas que buscan tratamiento psicológico son conscientes de que
necesitan cambiar algo que están haciendo. También son típicamente conscientes de que las cosas
no van como quieren, de lo contrario no estarían buscando ayuda. No obstante, los clientes a
menudo están fuera de contacto con la relación entre las consecuencias que experimentan como
aversivas y su propio comportamiento que contribuye a esas consecuencias. Hemos argumentado
que un repertorio de comportamiento problemático implica responder en coordinación con
ciertas reglas verbales, en lugar de estar en jerarquía con esas reglas, desde la perspectiva del
"yo". Pero, por supuesto, los clientes primero deberán discriminar lo que hacen como parte de
esta coordinación y reconocer que no les está funcionando.

Entonces, el primer paso en la terapia es ayudar a los clientes a identificar cuáles de sus propios
comportamientos generan consecuencias problemáticas. Desde una perspectiva de marcos
relacionales, esto implica un encuadre si - entonces o causal, conectando comportamientos
específicos con consecuencias específicas. Este proceso de identificación también facilitará la
formación de relaciones de coordinación entre comportamientos topográficamente distintos, de
modo que todos sean vistos como funcionalmente equivalentes, porque todos facilitan las
consecuencias adversas. En efecto, esto constituye una discriminación de la clase funcional de
comportamiento problemática del cliente. Con fines ilustrativos, consideraremos cómo se puede
hacer esto en un diálogo con Peter, a partir de nuestro ejemplo anterior.

Terapeuta: ¿Cuál sería una situación típicamente difícil para usted?

Peter: Podría ser casi cualquier situación en casa, de verdad ...

Terapeuta: ¿Como ...?

Peter: Esta mañana, por ejemplo, noté que mi esposa, cuando estaba a punto de amamantar a
nuestra hija, primero dejó a un lado algo de mi ropa acostada en la cama. Solo verla tocar esa ropa
hizo que todos estos pensamientos e imágenes horribles aparecieran para mí. ¡Es increíble!

Terapeuta: ¿Y eso sería típico? ¿En muchas situaciones diferentes?

Peter: Sí, casi todo el tiempo. Acabo de ver todas estas cosas horribles que le pueden pasar a mi
hija.

Terapeuta: ¿Como una advertencia?

Peter: si.

Terapeuta: Entonces, cuando recibe estas advertencias sobre todas las cosas horribles que podrían
pasarle a su hija, ¿qué hace?

Peter: Bueno, depende de la situación. Hoy le pedí a mi esposa que se lavara las manos para no
contaminar a nuestra hija. Hago todo tipo de cosas para protegerla. Lave la ropa, evite ir a ciertos
lugares del jardín, mantengo las ventanas cerradas, le pido a mi esposa que haga lo mismo, etc.,
etc. Sé que es extraño, pero no puedo evitarlo.
Terapeuta: ¿Sería correcto decir que cuando recibe estas advertencias, lo sigue?

Peter: Sí, claro, sí.

Terapeuta: ¿Y a dónde te lleva eso?

Peter: Bueno, supongo que me pongo un poco menos tenso. Se siente como si estuviera
protegiendo a mi hija. ¡No podía soportar que nada le sucediera! ¡Eso sería horrible!

Terapeuta: Entonces, algo de alivio en el momento. Y al final, ¿a dónde te lleva eso?

Peter: A ninguna parte, de verdad. ¿Pero qué puedo hacer? Si ella entra en contacto con este
pesticida, ¿quién sabe qué podría hacerle a largo plazo? Todos estos informes sobre pesticidas y
cáncer ...

Terapeuta: Hmm, ¿acabas de recibir una advertencia, aquí y ahora? ¿Lo entendí bien?

Peter: Sí, supongo ...

Terapeuta: ¿Y entonces normalmente harías qué?

Peter: Intenta hacer algo al respecto, por supuesto. O averigua qué hacer.

Terapeuta: ¿Una advertencia sobre cosas horribles y luego la sigues ...?

Peter: si.

Terapeuta: ¿Y eso te lleva a dónde? ¿Cómo es la situación en tu familia, con tu esposa e hija?

Peter: no es bueno. Realmente no me atrevo a hacer nada con mi hija y con mi esposa ... Bueno,
acabamos en discusiones infructuosas. No me lleva a ninguna parte ...

Terapeuta: ¿Y qué hay de las advertencias, todos los pensamientos de miedo? ¿Disminuyen con el
tiempo a medida que "sigues"?

Peter: No, en realidad no. Simplemente me siento más y más tenso, más y más asustado ...

En este punto, simplifiquemos lo que creemos que el terapeuta está haciendo aquí como una serie
de pasos:

1. Coordinar los eventos privados de Peter con "advertencias sobre cosas horribles".
2. Identificar lo que Peter hace en presencia de estos eventos privados.
3. Proporcionar una etiqueta para estos comportamientos como "seguimiento" y, por lo
tanto, agrupar estos comportamientos.
4. Agrupando estas acciones que siguen en relaciones causales (por ejemplo, una
advertencia, luego siguen).
5. Agrupando los comportamientos de seguir a lo largo en relaciones causales con sus
consecuencias ("cuando lo sigo, nunca funciona bien") y discriminando así una
problemática clase de comportamiento funcional.

Como lo notará cualquier lector familiarizado con el análisis de comportamiento, este es un


ejemplo de lo que se llama análisis funcional o evaluación. El comportamiento, sus consecuencias
y sus antecedentes se especifican, con el fin de enseñar al cliente a hacer este tipo de
discriminaciones. Naturalmente, este ejemplo probablemente no sea suficiente. A medida que se
solicitan diferentes ejemplos, y que Peter los da, el terapeuta debe volver a la pregunta de si este
ejemplo encaja con los anteriores en términos de "una advertencia ansiosa, seguir, no llegar a
ninguna parte".

Dos comentarios adicionales sobre el ejemplo anterior parecen importantes. Primero, el terapeuta
debe buscar y usar ejemplos de la clase de comportamiento problemático tal como aparece en la
sesión, como en el ejemplo anterior cuando pregunta si Peter acaba de recibir una advertencia.
Esto proporciona una oportunidad tanto para el terapeuta como para el cliente de discriminar
aspectos relevantes de la secuencia de comportamiento "vivo" en el momento.

El segundo comentario trata sobre el uso de metáforas como parte del diálogo. En el diálogo
anterior, las metáforas no son particularmente vívidas. Sin embargo, el terapeuta que etiqueta el
comportamiento de Peter de actuar según su pensamiento sobre el peligro como "seguirle" y
etiquetar el contenido de su pensamiento como "una advertencia" está utilizando una
conversación metafórica. Metáforas similares pueden haber involucrado al terapeuta hablando
sobre la experiencia de peligro de Peter como "una señal de alarma" y sobre su comportamiento
posterior como "actuar como el equipo de respuesta de emergencia".

Hay varias razones por las cuales el uso de metáforas, como estas, puede ser útil.

1. Es poco probable que el cliente recuerde todos los comportamientos individuales


identificados por el terapeuta, pero tendrá pocas dificultades para recordar la etiqueta
única de "seguir adelante".
2. Las metáforas son cortas y directas y, sin embargo, contienen una sorprendente cantidad
de información. Por ejemplo, simplemente etiquetar todos los comportamientos objetivo
como "seguir" significa que ni siquiera es necesario que el terapeuta diga que esta es la
misma respuesta una y otra vez.
3. Las metáforas son a menudo una mejor alternativa a las instrucciones formales. El
tratamiento psicológico a menudo incluye instrucciones de diferentes tipos,
especialmente en la tradición cognitivo-conductual. Sin embargo, como se argumentó
anteriormente, la instrucción excesivamente rígida o el seguimiento de reglas es a
menudo una parte central de los problemas psicológicos. La teoría de marcos relacionales
predeciría que el uso de la conversación metafórica puede ser útil para ayudar a los
clientes, incluso cuando las metáforas funcionan técnicamente como reglas o
instrucciones. Esto es así porque las metáforas, por su propia naturaleza, no son tan
exactas como un lenguaje más literal. Entonces, si a Peter, en el ejemplo anterior, se le
dice: "Observe las señales de advertencia, pero no actúe sobre ellas, ¡simplemente pase!
eso es diferente de darle instrucciones más formales sobre qué hacer. Al seguir
instrucciones metafóricas no puedes simplemente "hacer lo que dice". Tendrá que estar
más atento a las contingencias directas y eso podría disminuir la probabilidad de
enredarse en trampas verbales. En otras palabras, el uso de metáforas en la terapia puede
servir para transformar las funciones del seguimiento de reglas excesivamente rígido sin
proporcionar otra regla formal que el cliente pueda seguir. O para decirlo de manera más
informal, las metáforas pueden ayudar a un cliente a ver algún aspecto de su propio
comportamiento como el problema sin que el terapeuta proporcione una regla formal o
instrucción para tal efecto.
4. Usar una metáfora para etiquetar el comportamiento de una persona puede ayudar a
ubicar el comportamiento en cuestión "al frente" del cliente como si fuera un objeto
externo (por ejemplo, una señal de advertencia real). Por lo tanto, la metáfora le permite
a Peter discriminar su propio comportamiento como "allá afuera" (por lo tanto, distinto de
"aquí"), mientras que anteriormente estaba coordinado con su perspectiva (aquí). Esto
puede facilitar el encuadre de Peter de su propio comportamiento en la jerarquía con el
"yo" (es decir, parte de, pero también distinto de mí). A este respecto, el terapeuta ya se
está moviendo hacia lo que sugerimos es la segunda estrategia terapéutica a utilizar, que
es "ayudar al cliente a enmarcar sus propias respuestas en jerarquía con el yo deíctico"

Ayudar a los clientes a enmarcar sus propias respuestas en jerarquía con el Deictico “yo” y
entrenar este repertorio como una clase funcional alternativa

Los humanos con capacidad para el lenguaje pasan prácticamente todos los días inmersos en un
mundo socioverbal que les enseña a relacionar fenómenos (estímulos de todo tipo) bajo el control
de señales contextuales arbitrarias. Parte de esta respuesta es relativamente extensa y elaborada,
mientras que otra es breve e inmediata. El último caso describe la respuesta verbal que a menudo
está altamente entrenada o practicada y, por lo tanto, puede llevarse a cabo sin que un individuo
discrimine fácilmente que una instancia particular de respuesta implica responder a la propia
conducta. Por lo tanto, una persona puede responder a algo como "peligroso" o "imposible de
hacer", sin discriminar "el peligro" y "la imposibilidad" como resultado de la propia respuesta del
individuo. Desde nuestro punto de vista, ayudar a los clientes a enmarcar su propia respuesta
verbal en jerarquía con el deíctico I puede servir para transformar o reducir las funciones de
control conductual de esa respuesta verbal, y así aumentar la probabilidad de que se emitan
respuestas alternativas.

Con fines ilustrativos, considere a Roger, que sufre de distimia, que ha estado deprimido
moderadamente durante muchos años. Se describe a sí mismo como incapaz de establecer una
relación íntima permanente con un compañero y también de tener dificultades para mantenerse
al día con su trabajo como maestro. Al explorar en las situaciones de la vida actual que Roger ve
como ejemplos de sus problemas, se describe a sí mismo como profundamente inseguro en
cualquier situación en la que se alcanza un cierto nivel de intimidad con una pareja potencial. Se
refiere a esta experiencia como una causa de por qué no ha salido en varios años. Agrega que la
misma inseguridad se experimenta en el trabajo cuando siente que los demás son críticos con lo
que hace. Como resultado, él trabaja duro para evitar cometer errores y evita asumir tareas
adicionales que podrían aumentar el riesgo de que sus colegas lo examinen. Sin embargo, esto le
crea tensión, porque también cree que tiene la capacidad de contribuir más y que disfrutaría del
trabajo aún más que en la actualidad. Al transmitir esta inseguridad, Roger también habla de
crecer como un niño solitario, con poco apoyo de sus padres. Su madre murió cuando él tenía seis
años y su padre prestó más atención a la hermana menor de Roger. En las propias palabras de
Roger, no obtuvo lo que un niño necesita y reflexiona sobre el alcance
ante lo cual esta historia lo ha dejado sin confianza en sí mismo para interactuar con otras
personas de una manera "normal". Consideremos cómo podríamos abordar los problemas de
Roger en términos de lo que dijimos anteriormente sobre el aumento de la flexibilidad psicológica.
Dos áreas de enfoque parecen esenciales. Una es la "historia" de Roger sobre cómo ser un niño
solitario afecta su situación hoy. Usamos el término historia aquí para referirnos a una respuesta
verbal elaborada y algo extendida (o red relacional), pero enfatizaríamos que la historia puede
corresponder con la historia real de Roger. Es decir, bien podría ser una descripción precisa de lo
que sucedió. Además, puede darse el caso de que la relación causal, que Roger percibe como que
conecta esta parte de su historia con sus problemas actuales, también puede ser cierta en el
sentido de que estas experiencias han desempeñado un papel histórico central en la creación de
sus dificultades actuales. El punto que queremos destacar, y que sugerimos que se use en el
diálogo con Roger, es mucho más básico. Específicamente, contar la historia sobre sus
experiencias dolorosas cuando era niño y todo lo que incluye es una respuesta verbal de Roger en
este momento, y esta respuesta tiene ciertas funciones independientemente de si su contenido
corresponde o no a lo que realmente sucedió en su historia. Y en el esfuerzo por aumentar su
flexibilidad psicológica, sugerimos que se centre en cómo esta respuesta influye en otras partes
del comportamiento de Roger en su contexto actual. El punto central en el contexto del
tratamiento no es "¿es precisa esta cuenta?" sino más bien "cuando Roger contacta esta historia,
¿qué hace?"

La otra respuesta que Roger describe como parte de su problema es más breve e inmediata. Es la
sensación de inseguridad bastante rápida y abrumadora que experimenta. En términos de sentido
común, su respuesta puede verse como en gran medida emocional, pero, desde la perspectiva de
RFT, todavía es verbal, en el sentido de que tiene un "significado" basado en una historia de
respuesta relacional arbitrariamente aplicable. En otras palabras, le dice algo a Roger y, por lo
tanto, puede tener funciones para acciones adicionales basadas en la historia de Roger de qué
hacer cuando se experimentan tales eventos privados en el pasado.

Como hemos sugerido en repetidas ocasiones, los problemas psicológicos parecen involucrar un
comportamiento en el que las propias respuestas verbales participan en marcos de coordinación
con el yo deíctico, de una manera que conduce a consecuencias problemáticas. Esto parece ser
válido tanto para respuestas elaboradas como breves. La estrategia terapéutica que estamos
discutiendo ahora consiste en intentar establecer un mayor grado de encuadre jerárquico entre
respuestas problemáticas específicas que funcionan como auto-reglas y el deíctico I. Ahora
consideraremos cómo se podría lograr esto con el ejemplo de Roger.

En la siguiente transcripción, Roger describe una situación en el trabajo en la que se le pidió que
emprendiera una tarea, pero informa que se siente ansioso e inseguro de una manera que, según
él, es típica.

Terapeuta: Al recordar esto, ¿puedes tener una idea de cómo se sintió eso, en este momento,
mientras lo describes?

Roger: Sí, un poco, supongo. Se siente pesado aquí (moviendo su mano derecha hacia su pecho).
No tan mal ahora, pero un poco.
Terapeuta: ¿estaría bien permitir que eso se quede por un tiempo, para que podamos verlo un
poco más de cerca?

Roger: Uhh, se siente mal ... Ya he tenido suficiente de eso ...

Terapeuta: Sí, lo entiendo. Pero, ¿estarías dispuesto a intentar quedarte con eso durante algún
tiempo si eso pudiera serle de ayuda?

Roger: Bien, lo intentaré ...

Terapeuta: ¿Está ahí, en tu pecho?

Roger: sí ...

Terapeuta: ¿Dirías que se siente esto solo en tu pecho o en otras partes de tu cuerpo también?

Roger: Bueno, sobre todo allí, pero también en mi cuello, en realidad.

Terapeuta: ¿Qué pasa con otras partes? ¿Nada en tus piernas?

Roger: Cuando preguntas, algo en mis muslos también. No me di cuenta de eso al principio. Pero
está principalmente en mi pecho.

Terapeuta: La pesadez ... Si tuviera un color, ¿de qué color sería?

Roger: marrón oscuro.

Terapeuta: Ahora te voy a pedir que hagas algo con esa pesadez de color marrón oscuro. Puede
sonar un poco extraño, pero mira si puedes probarlo. Me gustaría que juntaras toda esta pesadez
de color marrón oscuro con tus manos y la mantuvieras frente a ti, o tal vez la pongas en tu
regazo. ¿Puedes verte haciendo eso?

Roger: Bueno, eso es un poco complicado ...

Terapeuta: Sí, lo sé, solo usa tu imaginación ... ¿Puedes verlo por ahí?

Roger: Sí, supongo que, en cierto modo ...

Terapeuta: Si lo miras, además de ser de color marrón oscuro, ¿a qué más se parece?

Al comienzo de este diálogo, Roger describe una experiencia de sentirse inseguro y ansioso. Dada
esta experiencia, sigue una auto-regla de evitación incrustada en su reacción emocional, una regla
que le dice que se retire de una tarea sugerida. Esta acción puede describirse como una respuesta
en coordinación con la regla, que parece ser una respuesta bien establecida para Roger. El
enfoque clave en el diálogo que siguió fue interactuar con Roger para enmarcar estas respuestas
de inseguridad, ansiedad y la regla de evitación incrustada, en jerarquía con su deíctico “yo”.
Como resultado, el autogobierno y los sentimientos relacionados Roger puede experimentarlo
simplemente como un ejemplo de cómo a veces reacciona ante su mundo social. Hablar de sus
experiencias privadas como un objeto a observar tiene la intención de hacer este punto. Otra
forma de formular una pregunta a Roger con la misma intención por parte del terapeuta sería "Si
ese sentimiento o sensación fuera una cosa, ¿qué tipo de cosa sería?" Metafóricamente, su propia
reacción se pone "ahí afuera", y el encuadre de la experiencia "desde la perspectiva de sí mismo"
se hace más probable.

Al enmarcar sus propias respuestas en jerarquía con su deíctico “yo” incluye tanto la
discriminación de lo que se observa (en el caso de Roger, una sensación de inseguridad y la regla
incorporada de evitación) como la discriminación del observador (deíctico I). Esta última parte
podría enfocarse en algún momento en el ejercicio ilustrado arriba al incitar a Roger a observar la
pesadez de color marrón oscuro y observar quién está observando. En general, alentar a los
clientes a participar en el repertorio verbal de "observar al observador" constituye un tipo de
entrenamiento de ejemplos múltiples en el marco jerárquico entre su propio comportamiento y el
deíctico I. El siguiente diálogo breve sirve como un ejemplo relevante.

Roger: Se siente horrible, me desgarra.

Terapeuta: Entonces, existe este horrible desgarro ... Y ahora, ¿quién está mirando eso?

Roger: Bueno, soy yo ...

Terapeuta: Entonces, ¿hay algo horrible y eres tú quien puede verlo?

Roger: Sí, de alguna manera es raro, pero puedo ver eso.

La introducción de otras metáforas en la conversación ordinaria, fuera de los ejercicios


terapéuticos específicos como el descrito anteriormente, también puede funcionar como un tipo
de entrenamiento de ejemplos múltiples en el marco jerárquico; por ejemplo, refiriéndose a la
experiencia de inseguridad de Roger como una señal de tráfico que le indica que tome una
determinada dirección.

El mismo enfoque general para establecer el marco jerárquico deseado también podría aplicarse al
trabajar en las respuestas verbales más elaboradas de Roger: el recuerdo de sus antecedentes
históricos. Suponiendo que la evaluación funcional realizada con Roger indica que esta respuesta
verbal es parte de una secuencia de comportamiento problemática, como en la rumia, se puede
usar una metáfora para establecer un contexto que aumente la probabilidad de que Roger
enmarque esta respuesta verbal desde la perspectiva de, y en jerarquía con "él mismo".

Terapeuta: Si esta historia de tus antecedentes y los diferentes efectos que ha tenido en tu vida
fuera un libro, ¿cuál sería el título?

Roger: Hmm ... no lo sé. Algo sobre el hecho de que me han pasado tantas cosas durante las cuales
no tuve una oportunidad justa.

Terapeuta: Sí, "el niño que no tuvo una oportunidad justa". ¿Como suena eso?

Roger: Triste, pero sí, encaja. Siempre está conmigo.

Terapeuta: siempre está contigo. ¿Y quién es el que lee el libro?

Roger: soy yo, sí.

Terapeuta: Y ahora, aquí, ¿puedes sentir la tristeza que viene con "El niño que no tuvo una
oportunidad justa"?
Roger: Sí, lo siento en todo mi cuerpo, especialmente aquí (hace un movimiento con la mano
izquierda sobre el cuello y mira hacia abajo).

Terapeuta: ¿Puedes concentrarte en esa sensación sobre tus hombros, solo observando la tristeza
allí? Avísame cuando lo obtengas.

Roger: lo estoy. Es difícil sentir eso, es pesado.

Terapeuta: mira si puedes verlo ... (silencio ...) ¿Puedes mover tu atención a otra parte de tu
cuerpo donde puedas sentir esa tristeza?

Roger: Sí, en mi garganta.

Terapeuta: Solo observa la sensación y luego dime cómo se ve.

Roger: Es como una pelota pequeña ...

Terapeuta: ¿Puedes notar que estás mirando esa pequeña pelota?

Roger: sí, lo soy.

Terapeuta: Entonces, ¿quién es, notando la pelota en la garganta y la pesadez sobre los hombros?

Roger: soy yo haciendo eso.

Terapeuta: Y ahora, ¿puedes volver atrás, notando nuevamente el título del libro y toda la tristeza
con él, y ver lo que normalmente haces cuando siente esta tristeza?

Roger: no me gusta. Supongo que me rindo. Huir, de alguna manera ... Ya sabes ...

Terapeuta: Tengo un pensamiento aquí, déjame decirte qué es y ver qué piensas. Sugeriría que el
problema más importante no es el libro. Es un libro triste y doloroso, definitivamente. "El niño que
no tuvo una oportunidad justa". Y, aquí está mi punto, ¿qué pasa si el problema más importante
no es el libro sino lo que haces al recordar la historia, al sentir esta tristeza?

Roger: ¿Qué quieres decir?

Terapeuta: Que el libro, o la historia en él, se convierte fácilmente en un guión, diciéndote que
actúes de acuerdo con esta triste historia. Creo que esto es algo muy común en la vida; nuestro
pasado termina siendo un guión que seguimos, de una forma u otra. Como acabas de decir:
cuando experimentas esto, te rindes fácilmente, te “corres” fácilmente ...

En este punto, el lector podría ver que, al mismo tiempo que el terapeuta está trabajando para
ayudar a Roger a enmarcar su elaborada respuesta verbal desde la perspectiva y en jerarquía con
"yo", está trabajando nuevamente en el principio que describimos primero; el de ayudar a Roger a
discriminar su comportamiento problemático. Esto ilustra el hecho de que los tres principios
presentados no se desarrollan estrictamente uno tras otro, en una secuencia lineal, sino que se
repiten durante el tratamiento, y cada uno se revisa muchas veces. En el diálogo anterior, el
siguiente paso podría ayudar a Roger a discriminar una vez más

lo que normalmente hace "siguiendo el libro" y luego comienza un diálogo sobre qué
comportamiento constituiría "salir de la historia". Y eso nos llevaría al tercer principio que hemos
sugerido, ayudando al cliente a especificar el aumento apetitivo para la función de un
comportamiento adicional.

Antes de examinar este tercer principio, parece importante enfatizar el papel de los ejercicios
experimentales, como el descrito anteriormente, porque constituyen un tipo de entrenamiento de
ejemplos múltiples, que puede emplearse durante toda la terapia. La justificación de los ejercicios
experienciales es simple: capacitar a los clientes para que discriminen características específicas de
su propio comportamiento. En efecto, los clientes deben aprender a discriminar dos amplias clases
funcionales de comportamiento, una clase funcional problemática que actualmente domina sus
repertorios y una más útil que constituiría un repertorio alternativo. Estos pueden describirse
como rigidez psicológica y flexibilidad psicológica, respectivamente.

El entrenamiento de discriminación relevante a menudo se realiza mejor "en vivo", ya que el


comportamiento en cuestión tiene lugar. El punto importante es dar al cliente experiencias
directas, en sesión, de las dos clases centrales de comportamiento. Estas experiencias pueden
funcionar como ejemplos o análogos que ayudan a los clientes a llevar la experiencia del
tratamiento a sus vidas "en el mundo real". Al principio de la terapia, a menudo se centra en
ilustrar el comportamiento problemático actual y su conexión con las consecuencias (principio uno
anterior); posteriormente, la atención se centra más en la clase funcional alternativa, la flexibilidad
psicológica. Las dos clases a menudo se evocan como una parte natural de las interacciones que
ocurren en la sesión. De hecho, se aconseja a los terapeutas que tengan cuidado con las
oportunidades potenciales y que usen todos los ejemplos relevantes. Una estrategia más activa
por parte del terapeuta es evocar deliberadamente las dos clases funcionales relevantes en la
sesión mediante el uso de ejercicios experimentales.

De hecho, los ejercicios de experiencia y la conversación metafórica a menudo van de la mano. Un


ejercicio que parece ayudar al cliente a hacer las discriminaciones relevantes en la sesión puede
usarse en una conversación metafórica. Por ejemplo, siguiendo el ejercicio descrito anteriormente
cuando Roger "sostuvo su pesadez en la mano", podría discutirse otra situación concreta en la que
informa sobre inseguridad y dudas sobre cómo acercarse a un compañero potencial. Aquí, el
terapeuta podría preguntar: "¿Puede simplemente tener esos pensamientos y sentimientos en la
mano, simplemente observándolos y hacer lo que es importante para usted en su vida?"

Como se señaló anteriormente, hemos dividido el trabajo clínico en tres estrategias o principios,
por razones didácticas. Esta última pregunta del terapeuta acerca de tener pensamientos y
sentimientos privados de miedo "en su mano" ilustra nuestro segundo principio de encuadre
jerárquico con el yo deíctico, pero también termina con la presentación de posibles funciones de
aumento al referirse a "hacer lo que es importante en su vida". " Al hacerlo, hemos llegado a
nuestro tercer principio.

Ayudar a los clientes a desarrollar este repertorio alternativo de una manera que especifique el
aumento apetitivo para la función de un comportamiento adicional

Los comportamientos problemáticos dirigidos en la terapia están, por definición, bien establecidos
y actuar de manera diferente no es una tarea fácil, como lo sabría cualquiera que intente cambiar
sus viejos hábitos. Esta es la razón por la cual los factores motivacionales son tan importantes.
Técnicamente, en el análisis de comportamiento, las variables de motivación a menudo se han
descrito utilizando conceptos como el establecimiento y / o las operaciones de motivación. En el
nivel más básico, un ejemplo sería el uso de niveles moderados de privación de alimentos en
estudios con no humanos para aumentar la probabilidad de que los animales se involucren en
niveles relativamente altos de respuesta operante que produzca acceso a los alimentos. O, más
informalmente, esperaríamos que un animal hambriento esté más motivado para por la
alimentación que un animal que no tenía hambre. De acuerdo con los marcos relacionales, las
reglas / instrucciones sobre lo que es importante pueden funcionar de manera similar, aunque
mucho más compleja para los humanos con capacidad verbal. Las reglas que tienen esta función
de aumentar (o disminuir) el impacto de ciertas consecuencias se llama incrementales. La tercera
estrategia terapéutica que estamos sugiriendo aquí consiste en ayudar al cliente a ponerse en
contacto con consecuencias deseables (construidas verbalmente, generales o deseables) o
vincularlas con un nuevo comportamiento. En un lenguaje más ordinario y menos técnico, el punto
es aclarar lo que realmente le importa al cliente y, al vincular esto con un comportamiento
alternativo, usarlo para motivar el cambio. Consideremos ahora cómo se puede hacer esto en un
diálogo con Roger. En un punto donde el terapeuta concluye que Roger enmarca cada vez más su
propia historia ("el libro") en jerarquía con el deíctico “yo” el siguiente sería un ejemplo típico de la
tercera estrategia terapéutica.

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