Tres Estrategias ACT (Traducido) PDF
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La Teoría del Marco Relacional (RFT) es una explicación integral de la conducta verbal
(Hayes, Barnes-Holmes, & Roche, 2001). Ya que la psicoterapia casi siempre se basa en
la conducta verbal, todo tipo de intervenciones psicológicas podrían ser potencialmente
analizadas desde esta perspectiva. En este capítulo, no tratamos de hacer un análisis
extenso, sino que nos centraremos en lo que creemos que son dos áreas centrales e
integradas que pueden utilizarse para ayudar a las personas a cambiar en el tratamiento
psicológico. Las estrategias que sugerimos están basadas en la RFT y se relacionan
específicamente con dos complejas habilidades humanas de: (a) seguir instrucciones o
reglas, y (b) interactuar con nuestra propia conducta. De acuerdo con la RFT, estas dos
áreas centrales no sólo sugieren perspectivas potencialmente útiles sobre cómo
podríamos hacer una terapia efectiva, sino que también proporcionan una comprensión
de lo que, hasta cierto punto, lleva a los individuos a la terapia psicológica en un primer
momento.
Seguimiento de instrucciones
Muchos organismos pueden responder a su propia conducta, de tal manera que una
determinada respuesta puede tener funciones de estímulo para una respuesta posterior
del mismo organismo. Sin embargo, esta habilidad es radicalmente superior – o está
más extendida– una vez que los humanos aprenden el repertorio relacional (Barnes-
Holmes, Hayes, & Dymond, 2001). Es decir, bajo la influencia de claves contextuales
arbitrarias, podemos relacionar un aspecto de nuestra propia conducta con otro, de la
misma manera que podemos relacionar cualquier otro estímulo o evento con otro. En
otras palabras, así como los eventos externos pueden llegar a ser "mejores que", "no
deberían haber sido" o "más tarde", también puede nuestra propia conducta. Por
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ejemplo, podría advertirme a mí mismo de que mi salud será mejor después si como
menos ahora.
La perspectiva desde la que cada uno de nosotros llega a ver el mundo, al menos
en un sentido verbal, permanece relativamente constante a través del tiempo. En otras
palabras, aunque nuestras conductas individuales, a través de los contextos, pueden
diferir considerablemente, hablamos típicamente de ver el mundo, y todo lo que pasa en
él, desde la perspectiva del "yo" o del "mí". Así, se desarrolla una historia de
aprendizaje en la que llego a distinguirme de mi propia conducta (incluyendo acciones,
sentimientos, pensamientos, recuerdos, etc.). Por lo tanto, para un ser humano
competente, hay una diferencia experiencial entre "lo que hago", por un lado, y la
experiencia de ser un observador (verbal) por otro lado; un "desde donde", si se quiere,
de la experiencia humana. Este aprendizaje está influenciado fuertemente por otros, en
el contexto social, que frecuentemente hacen preguntas como "¿Quién hizo eso?",
"¿Qué sentiste?", "¿Dónde estabas cuando eso pasó?", etc., y así sucesivamente, y
refuerzan la respuesta que es "correcta", en el sentido de que está de acuerdo con la
convención social en ese contexto. Una forma más técnica de describir esta compleja
conducta es decir que aprendemos a situar nuestra propia conducta en un marco
relacional de jerarquía con el deíctico1 “Yo”. En otras palabras, todo lo que hago, veo,
pienso y siento es experimentado como parte de mí o de quien soy (ver Luciano,
Valdivia-Salas, Cabello-Luque, y Hernández, 2009). Esta relación entre yo, como una
constante verbal “Yo”, y mi conducta, es una característica esencial de la compleja
acción humana que me permite, por ejemplo, dirigir mi conducta a través del tiempo y
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de acuerdo con lo que quiero, espero y busco lograr, quizá dentro de muchos años en el
futuro. Uno podría argumentar que esta compleja habilidad relacional es esencial para
permitirnos hacer elecciones para seguir determinados cursos de acción, como ahorrar
para una pensión, pagar una hipoteca, o tener hijos. Esto también parece coincidir con lo
que Skinner (1974) se refería en lo siguiente: "Una persona que se ha ‘hecho consciente
de sí misma’, a través de las preguntas que se le han hecho, está en una mejor posición
para predecir y controlar su propia conducta"(p. 35).
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embargo, esta habilidad puede ser también contraproducente y reducir la flexibilidad
conductual esencial.
La bendición y la maldición
Por otro lado, hay una desventaja de seguir reglas que especifican consecuencias
que nunca contactaremos directamente. Varios factores influyen en esta posibilidad. En
primer lugar, como las auto-reglas siempre están muy entrelazadas con las reglas
sociales históricamente establecidas, estas están bajo "capricho social" en última
instancia. De hecho, incluso nuestras experiencias directas históricas se observan a
través de la lente del contexto social, que nos enseña cómo dar sentido a, y hablar de,
estas experiencias. Hay un sinfín de reglas sobre cómo experimentamos nuestras
experiencias (por ejemplo, "nunca critique a los miembros de la familia" o "es malo
sentirse infeliz"). En segundo lugar, la evidencia empírica ha demostrado que el
seguimiento de las reglas tiende a continuar incluso cuando las consecuencias
especificadas por la regla han dejado de ocurrir o, de hecho, nunca han ocurrido (Hayes,
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Brownstein,Zettle, Rosenfarb y Korn, 1986; Matthews, Shimoff, Catania y
Sagvolden,1977). Y, en tercer lugar, hay evidencia de que un refuerzo social amplio del
seguimiento de reglas, en general, facilita un excesivo seguimiento de reglas, incluso
cuando las consecuencias de hacerlo son aversivas (Hayes, Wilson, Gifford, Follette, &
Strosahl, 1996). Estos últimos factores pueden ser descritos por tener la característica
común de la insensibilidad a las contingencias directas. Un ejemplo terapéutico clásico
(de hecho, generalizado en humanos) de esto se denomina evitación experiencial. Esto
implica seguir reglas sobre el control de los eventos privados (por ejemplo,
sentimientos, pensamientos, recuerdos, sensaciones corporales, etc.) como prerrequisito
para vivir bien la vida, cuando el control de todos esos eventos es imposible
prácticamente siempre y las consecuencias de hacerlo tienden a aumentar el sufrimiento
psicológico.
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de los problemas clínicos en particular, y que el entrenamiento de estos mismos
repertorios es una tarea clave en el tratamiento psicológico.
A continuación, describiremos cómo se puede llevar a cabo tal trabajo de acuerdo con
esta definición. Por razones didácticas, dividiremos este trabajo en tres estrategias
terapéuticas clave. No son secuenciales porque las tres son un foco recurrente del
tratamiento; por consiguiente, cada una será revisada según sea necesario, y
normalmente en numerosas ocasiones.
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Antes de continuar, puede ser útil, a efectos ilustrativos, considerar el siguiente
ejemplo de flexibilidad versus inflexibilidad psicológica. William es un joven estudiante
en mitad de sus estudios. Tras estudiar durante varios meses para una prueba, acaba de
descubrir que la ha suspendido. Es la primera vez que no ha aprobado un examen
importante en el trascurso de sus estudios universitarios. Está triste y enfadado. Tiene
gran cantidad de pensamientos sobre los errores que cometió durante la prueba y por
qué los cometió; también tiene muchas preguntas sobre qué le pasará ahora. Este
pensamiento le sugiere que necesitará mucho más trabajo en el futuro y, por ejemplo,
que deberá perderse un viaje especial que había estado planeando. También tiene
pensamientos acerca de las reacciones de sus padres sobre el hecho de que haya
suspendido el examen. Por ejemplo, piensa “¡Soy un fracaso! ¿Cómo pude tener esos
estúpidos errores? ¿Por qué no me preparé mejor? ¡Quizá no sea apto para ese tipo de
carrera!”. Algunos de esos pensamientos probablemente vayan acompañados por fuertes
reacciones afectivas.
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naciera, un vecino usó un pesticida en su jardín delantero, al lado de la casa de Pedro.
Pedro siempre ha estado dispuesto a llevar a cabo hábitos ecológicos, pero ahora se
obsesiona totalmente con pensamientos sobre un riesgo potencial para su hija recién
nacida. Tiene pensamientos como "¿Y si el viento trajo algún pesticida a nuestra casa y
nuestros muebles han quedado impregnados?". También tiene pensamientos sobre la
propagación del pesticida a través de su propia ropa y la posibilidad de que su hija se
contamine. Si bien Pedro, que es una persona con educación, es consciente de la baja
probabilidad de que algo así suceda, siente que no puede evitar actuar sobre estos
pensamientos, y al hacerlo cumple los criterios diagnósticos del trastorno obsesivo-
compulsivo. Como otro ejemplo, considérese a Lisa. Ella tiene pensamientos constantes
sobre que algunas partes de su propio cuerpo son gordas y sobre la necesidad de perder
peso para ser aceptable. Al actuar en coordinación con este pensamiento, llevando una
dieta estricta y auto-induciéndose vómitos periódicamente, ahora cumple los criterios
para un trastorno de la conducta alimentaria.
Sugerimos que tanto Pedro como Lisa tienen, en ciertos contextos, déficits en el
repertorio conductual de enmarcar sus propias respuestas privadas/sutiles en jerarquía
con su "yo" verbal. Por tanto, exhiben rigidez psicológica, tal y como la hemos definido
anteriormente. Como resultado de repetidos episodios de actuar en coordinación con las
respuestas o reacciones privadas, se establecen formas problemáticas de seguimiento de
reglas. No es un episodio aislado de tal respuesta lo que constituye el problema; en
cambio, el problema es el resultado de muchos de esos ejemplos a lo largo de la vida o
en momentos específicos importantes. La tarea en el tratamiento psicológico es
establecer un contexto que aumente la probabilidad de enmarcar en jerarquía las
respuestas privadas desde la perspectiva del "Yo" (deíctico Yo), facilitando así la
flexibilidad psicológica. Añadiríamos que el tratamiento suele requerir un
entrenamiento repetido de flexibilidad en diferentes contextos (comúnmente conocido
como entrenamiento en múltiples ejemplos).
Así que el primer paso en la terapia es ayudar a los clientes a identificar cuál de
sus propias conductas genera consecuencias problemáticas. Desde la perspectiva de la
RFT, esto implica un enmarque si-entonces o causal, conectando conductas específicas
con consecuencias específicas. Este proceso de identificación también facilitará la
formación de relaciones de coordinación entre conductas topográficamente distintas, de
manera que todas sean vistas como funcionalmente equivalentes, porque todas facilitan
consecuencias aversivas. En efecto, esto constituye la discriminación de la clase
funcional conductual problemática del cliente. Para fines ilustrativos, consideraremos
cómo puede hacerse en un diálogo con Pedro, de nuestro ejemplo anterior.
Pedro: Esta mañana, por ejemplo, me di cuenta de que mi esposa, que estaba a
punto de dar el pecho a nuestra hija, primero guardó algunas de mis ropas
que estaban en la cama. Sólo verla tocar esas ropas hizo que me surgieran
todos estos pensamientos horribles e imágenes. ¡Es increíble!
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Pedro: Sí, casi todo el tiempo. Sólo veo todas estas cosas horribles que pueden
suceder a mi hija.
Pedro: Sí.
Terapeuta: Entonces cuando recibes estas advertencias sobre todas las cosas
horribles que podrían pasarle a tu hija, ¿qué haces?
Pedro: Bueno, depende de la situación. Hoy le pedí a mi esposa que se lavara las
manos para no contaminar a nuestra hija. Hago todo tipo de cosas para
protegerla. Lavar la ropa, evitar ir a ciertas partes del jardín, mantener las
ventanas cerradas, pedir a mi esposa que haga lo mismo, etc., etc. Sé que
es raro, pero no puedo pararlo.
Terapeuta: ¿Sería correcto decir que cuando recibes esas advertencias, las sigues?
Pedro: Bueno, supongo que me pongo un poco menos tenso. Siento como que
estoy protegiendo a mi hija. ¡No podría soportar que le pasara nada!
¡Sería horrible!
Pedro: A ningún sitio, en realidad. Pero, ¿qué puedo hacer? Si ella entra en
contacto con el pesticida, ¿quién sabe lo que eso podría hacerle a largo
plazo? Todos estos informes sobre los pesticidas y el cáncer...
Pedro: Tratar de hacer algo al respecto, por supuesto. O averiguar qué hacer.
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Pedro: Sí.
Pedro: No, en realidad no. Cada vez me siento más tenso, más y más asustado...
Parece importante hacer dos comentarios más sobre el ejemplo anterior. Primero, el
terapeuta debe buscar y utilizar ejemplos de la clase conductual problemática conforme
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aparece en sesión, como en el ejemplo anterior, cuando pregunta si Pedro acaba de
recibir una advertencia. Esto proporciona una oportunidad para que tanto el terapeuta
como el cliente discriminen aspectos relevantes de la secuencia conductual "en vivo" y
en el momento.
Hay varias razones por las que utilizar metáforas como éstas puede ser útil.
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metafóricas, no se puede simplemente "hacer lo que se dice". Se deberá ser más
observador de las contingencias, y eso podría disminuir la probabilidad de
quedarse enredado en trampas verbales. En otras palabras, el uso de metáforas
en la terapia puede servir para transformar las funciones de un seguimiento de
reglas excesivamente rígido, sin proporcionar otra regla formal que el cliente
deba seguir. O para decirlo de manera más informal, las metáforas pueden
ayudar al cliente a ver algún aspecto de su propio comportamiento como el
problema sin que el terapeuta proporcione una regla o instrucción formal al
respecto.
Utilizar una metáfora para etiquetar la conducta de una persona puede ayudar a
situar la conducta en cuestión "delante" del cliente como si fuera un objeto
externo (por ejemplo, una señal de advertencia). Por lo tanto, la metáfora
permite a Pedro discriminar su propio comportamiento como "ahí afuera" (por
tanto, distinto de "aquí"), mientras que antes estaba coordinado a su perspectiva
(aquí). Esto puede facilitar que Pedro enmarque su propia conducta en jerarquía
con el "yo" (es decir, parte de y también distinto de mí). En este sentido, el
terapeuta ya se está moviendo hacia lo que sugerimos es la segunda estrategia
terapéutica a utilizar, que es "ayudar al cliente a enmarcar sus propias
respuestas en jerarquía con el deíctico Yo".
Ayudar a los Clientes a Enmarcar sus Propias Respuestas en Jerarquía con el Deíctico
Yo y Entrenar dicho Repertorio como una Clase Funcional Alternativa
Los seres humanos con capacidad lingüística pasan prácticamente todos los días
inmersos en un mundo socio-verbal que les enseña a relacionar fenómenos (estímulos
de todo tipo) bajo control de claves contextuales. Algunas de estas respuestas son
relativamente extensas y elaboradas, mientras que otras son breves e inmediatas
(Hughes, Barnes-Holmes, & Vahey, 2012). Este último caso describe una respuesta
verbal normalmente muy entrenada o practicada y que, por tanto, puede tener lugar sin
que el individuo discrimine fácilmente que un determinado ejemplo de respuesta
implica responder a la propia conducta. Por lo tanto, una persona puede responder a
algo como "peligroso" o "imposible de hacer", sin discriminar “el peligro" y "la
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imposibilidad" como resultado de la propia respuesta del individuo. Desde nuestro
punto de vista, ayudar a los clientes a enmarcar su propia respuesta verbal en jerarquía
con el deíctico Yo puede servir para transformar o reducir las funciones de control
conductual de esa respuesta verbal, y así aumentar la probabilidad de que se emitan
respuestas alternativas (Foody, Barnes-Holmes, Barnes-Holmes, & Luciano, 2013;
Luciano et al., 2011).
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papel histórico central, generando sus actuales dificultades. El punto que queremos
señalar, y que sugerimos que debería usarse en el diálogo con Roger, es mucho más
básico. Específicamente, contarse la historia sobre sus experiencias dolorosas como
niño, y todo lo que eso incluye, es una respuesta verbal de Roger ahora mismo, y esta
respuesta tiene ciertas funciones, independientemente de si su contenido corresponde o
no a lo que realmente ocurrió en su historia. Y en el esfuerzo por aumentar su
flexibilidad psicológica, sugerimos que el foco debería estar en cómo esa respuesta
influye en otras partes de la conducta de Roger en su contexto actual. El punto central
en el contexto del tratamiento no es "¿ese relato es exacto?", sino más bien "cuando
Roger contacta con esta historia, ¿qué hace?".
La otra respuesta que Roger describe como parte de su problema es más breve e
inmediata. Es la sensación rápida y abrumadora que experimenta de inseguridad. En
términos de sentido común, su respuesta podría ser vista como emocional en gran
medida pero, desde la perspectiva de la RFT, sigue siendo verbal, en el sentido de que
tiene "significado" basado en una historia de respuestas relacionales arbitrariamente
aplicables. En otras palabras, le dice algo a Roger y, por tanto, puede tener funciones
para otras acciones, en base a la historia de Roger sobre qué hacer cuando se
experimentan tales eventos privados en el pasado.
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Terapeuta: Al recordar esto, ¿puedes tener una idea de cómo se siente, ahora mismo,
mientras lo estás describiendo?
Roger: Sí, un poco, supongo. Se siente pesado, aquí (moviendo su mano derecha
hacia su pecho). No tan mal ahora, pero un poco.
Terapeuta: ¿Podríamos permitir que eso se quede durante un tiempo, para que
podamos mirarlo, un poco más cerca?
Terapeuta: Sí, lo entiendo. Pero, ¿estarías dispuesto a intentar quedarte con eso
durante un rato si eso pudiera ser útil para ti?
Roger: Sí...
Terapeuta: ¿Dirías que sientes eso sólo en tu pecho o también en otras partes de tu
cuerpo también?
Terapeuta: Ahora voy a pedirte que hagas algo con esa pesadez marrón oscuro.
Puede que suene un poco raro, pero a ver si puedes probarlo. Me gustaría
que cojas toda esta pesadez marrón oscura con tus manos y como que la
sostengas delante de ti, o quizá ponla en tu regazo. ¿Puedes verte
haciendo eso?
Terapeuta: Sí, lo sé, simplemente usa tu imaginación... ¿Puedes verlo ahí fuera?
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Roger: Sí, supongo que, de alguna manera…
Terapeuta: Así que hay un desgarro horrible... Y ahora mismo, ¿quién está viendo
eso?
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Roger: Bueno, soy yo...
Terapeuta: ¿Así que ahí está lo horrible y eres tú quien es capaz de verlo?
Roger: Hmm... No lo sé. Algo sobre el hecho de que han pasado tantas cosas en
las que no tuve una oportunidad justa.
Terapeuta: Sí, "El chico que no tuvo una oportunidad justa". ¿Cómo suena eso?
Terapeuta: Y ahora mismo, aquí, ¿puedes sentir la tristeza que viene con "El chico
que no tuvo una oportunidad justa"?
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Terapeuta: ¿Puedes concentrarte en esa sensación sobre tus hombros, simplemente
viendo la tristeza ahí? Avísame cuando lo tengas.
Roger: Sí.
Terapeuta: Y ahora, ¿puedes volver atrás, notando de nuevo el título del libro y toda
la tristeza que va con él y ver lo que normalmente haces cuando sientes
esta tristeza?
Terapeuta: Tengo una idea, déjame decirte lo que es y vemos qué piensas. Te diría
que el problema más importante no es el libro. Es un libro triste y
doloroso, definitivamente. "El chico que no tuvo una oportunidad justa".
Y, aquí está mi punto, ¿y si el problema más importante no es el libro
sino lo que haces cuando te recuerda la historia, cuando sientes esa
tristeza?
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guión que seguimos, de una manera u otra. Como acabas de decir:
cuando experimentas eso te rindes fácilmente, "huyes"...
En este punto el lector puede ver que al mismo tiempo que el terapeuta está
trabajando para ayudar a Roger a enmarcar su elaborada respuesta verbal desde la
perspectiva de, y en jerarquía con, el "Yo", está trabajando en el primer principio que
describimos; el de ayudar a Roger a discriminar su conducta problemática. Esto ilustra
el hecho de que los tres principios presentados no se despliegan estrictamente uno tras
otro, en una secuencia lineal, sino que se repiten a lo largo del tratamiento, acudiendo a
cada uno de ellos en numerosas ocasiones. En el diálogo anterior, el siguiente paso
podría ser ayudar a Roger a discriminar, una vez más, lo que hace normalmente
"siguiendo el libro" y luego iniciar un diálogo sobre qué conducta implicaría "salirse de
la historia". Y eso nos llevaría a el tercer principio que hemos sugerido, ayudar al
cliente a especificar funciones augmental apetitivas para el comportamiento posterior.
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utilicen cada ejemplo relevante. Una estrategia más activa por parte del terapeuta es
evocar, deliberadamente, las dos clases funcionales relevantes en sesión mediante el uso
de ejercicios experienciales.
Las conductas problemáticas a las que se dirige la terapia están, por definición, bien
establecidas, y actuar de manera diferente no es una tarea fácil, como cualquiera que
intente cambiar viejos hábitos sabrá. Esta es la razón por la que los factores
motivacionales son tan importantes. Técnicamente, en el análisis de conducta, las
variables motivacionales a menudo se han descrito utilizando conceptos como
operaciones de establecimiento y/o operaciones motivacionales (Michael, 1993). En el
nivel más básico, un ejemplo sería utilizar niveles moderados de privación de comida,
en estudios con animales no humanos, para aumentar la probabilidad de que los
animales se involucraran en niveles de respuesta operante relativamente altos, que
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permiten el acceso a comida. O, de manera más informal, esperaríamos que un animal
hambriento estuviera más motivado para trabajar por comida que un animal no
hambriento. De acuerdo con la RFT, las reglas/instrucciones sobre lo que es importante
pueden funcionar de una manera similar, si bien mucho más compleja, en los seres
humanos verbalmente competentes. Las reglas que tienen esta función de aumentar (o
disminuir) el impacto de ciertas consecuencias se denominan "augmentals" (Barnes-
Holmes, O'Hora, et. al., 2001). La tercera estrategia terapéutica que sugerimos aquí
consiste en ayudar al cliente a contactar con consecuencias deseables globales,
verbalmente construidas (o funciones augmental apetitivas), y vincularlas con nuevas
conductas (Luciano et al., 2012; Plumb, Stewart,Dahl, &Lundgren, 2009; Törneke et al.,
2008). En un lenguaje más cotidiano y menos técnico, la cuestión es clarificar lo que
realmente importa al cliente, vinculándolo con una conducta alternativa, y utilizar esto
para motivar el cambio. Consideremos ahora cómo esto puede hacerse en un diálogo
con Roger.
En un punto en el que el terapeuta concluye que Roger cada vez enmarca más su
propia historia ("el libro") en jerarquía con el deíctico Yo, el siguiente diálogo sería un
ejemplo típico de la tercera estrategia terapéutica.
Terapeuta: Así que, si asumimos que ahora puedes hacer algo fuera de esta historia,
¿qué sería importante hacer?
Terapeuta: Tú ha descrito cómo el libro "El chico que no consiguió una oportunidad
justa” tiene mucho impacto en lo que haces en la vida. En cierto modo
prescribe lo que se supone que debes hacer, ¿verdad?
Roger: Sí, lo veo. A menudo es como que viene por sí mismo, es tan difícil hacer
algo fuera de eso. El libro siempre está conmigo.
Terapeuta: Bien. Así que, si pudieras dar pasos fuera de esta historia, incluso estando
presente, ¿de qué tratarían esos pasos? Si fueras libre de elegir, si
dependiera de ti, ¿habría algo suficientemente importante para ti como
para ir a por ello?
Roger: Vale, veo lo que dices... Bueno, en el trabajo sería lograr algo más,
mostrarme a mí mismo y a los demás que puedo contribuir. Que encajo
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en el juego, o algo así. Ser profesor es hacer algo por y junto con otros,
mis estudiantes, mis colegas. Quiero ser más parte de eso. Luego con la
búsqueda de una pareja, no sé... Eso parece más lejano...
Terapeuta: ¿Es eso realmente? Quiero decir, estoy bastante seguro de que no quieres
una pareja que abuse de ti o te trate mal. Así que supongo que se trata de
algo más, algo más que una simple pareja. ¿O estoy equivocado?
Roger: No, por supuesto, tienes razón. Se trataría de estar juntos, de encajar
juntos. Interactuar de alguna manera positiva.
Terapeuta: En realidad, eso suena un poco como lo que dices sobre el trabajo, sobre
¿encajar, contribuir...?
En este punto, Roger parece contactar con "lo que quiere ser", lo que le importa,
algo que haría que valiera la pena probar una nueva conducta. En otras palabras, el
terapeuta lo ha puesto en contacto con las funciones augmental apetitivas (en este caso
"encajar en el juego"). Otras maneras de ayudar a Roger a contactar con tales funciones
sería preguntar por experiencias específicas que podría haber tenido, anteriormente en
su vida, que incluyeran, al menos, un atisbo de lo que le importa. Una vez que el cliente
formula algo de importancia general, puede utilizarse para discutir sobre conducta
adicional, conducta que realmente aumentaría la probabilidad de acceder o crear más de
lo que importa de verdad al cliente.
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Pedro a conectar tales funciones augmental con una conducta posterior que difiere
fundamentalmente de la respuesta problemática de sólo "seguir".
Terapeuta: Entonces, ¿qué sería actuar de acuerdo con la pareja que quieres ser,
incluso en presencia de estas "advertencias"?, ¿en lugar de simplemente
"seguirlas"?
Pedro: Bueno, no estar revisando todo a todas horas, abandonar algunas de las
cosas que hago cuando actúo bajo estas advertencias.
Pedro: Como evitar el patio trasero, lavar su ropa una y otra vez, controlar a mi
esposa y lo que hace, de la manera en que lo hago ahora.
Terapeuta: Y si dejaras de "seguir" las advertencias que aparecen, ¿qué harías que
estuviera en concordancia con la pareja que quieres ser?
Terapeuta: Bien, ¿qué podría hacer en esa línea, hasta nuestra próxima cita?
Pedro: Podría cuidar de mi hija durante períodos cortos de tiempo por la noche,
tanto para estar con ella como para darle a mi esposa algo de tiempo para
sí misma. Realmente necesita un poco de descanso.
Terapeuta: ¿Así que eso sería como ser el padre que quieres ser y también la pareja
que quieres ser?
Pedro: Puedo verme, sentado en mi silla favorita en nuestra sala de estar… Pero
es realmente aterrador. ¿Y si la silla está contaminada? He estado sentado
ahí con ropa sin lavar. ¡Me siento muy ansioso!
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Terapeuta: Una advertencia, ¿verdad? ¿Dónde sientes esa sensación ahora?
Pedro: Sí, lo estoy haciendo. Ella mueve la cabeza y me mira... ¡Es tan dulce!
Pedro: Todavía está ahí, supongo. Menos, pero todavía ahí. ¡Pero mi hija es
mucho más importante!
Terapeuta: ¿Qué pasaría si realmente pudiera ocurrir algo como eso? ¿Qué dirías?
Comentarios Finales
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se desarrollaron conjuntamente. De hecho, nuestra explicación se basa, específicamente,
en intentos anteriores de describir ACT desde una perspectiva explícita de la RFT
(Foody& Barnes-Holmes, 2012; Luciano, Rodríguez, & Gutiérrez, 2004; Luciano y
otros, 2012; Törneke, 2010). Al mismo tiempo, nuestra explicación de la flexibilidad
psicológica no se corresponde exactamente con la explicación más comúnmente
utilizada en ACT. Esta último plantea seis procesos psicológicos que forman el
"hexaflex" (Hayes & Strosahl, 2004), de los cuales emerge la flexibilidad psicológica:
a) defusión,(b) aceptación, (c) contacto con el momento presente, (d) yo-como-contexto,
(e) valores, y (f) acción comprometida.
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psicológica), y trabajando para aumentar su opuesto, la flexibilidad psicológica. En el
presente capítulo, hemos usado la RFT como la base conceptual para lograr nuestro
objetivo. A nuestro modo de ver, una de las principales ventajas de hacerlo es que se
establece y, con suerte, mantiene una estrecha relación entre la investigación básica
(experimental) y la aplicación clínica. Y aunque el modelo clínico que surge de esta
relación pueda incluir estrategias y técnicas similares a otros modelos de psicoterapia,
confiamos en que el enfoque que ofrecemos aquí sirva para centrarse en las
características más importantes o efectivas del proceso psicoterapéutico de una manera
única.
NOTAS
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