Cómo Tener Presencia
Cómo Tener Presencia
Cómo Tener Presencia
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Ten confianza en ti mismo. Es casi imposible tener presencia (tener "ese" factor) si estás lleno
de inseguridades. En vez de vivir el presente y tomar el toro por las astas, estarás ocupado
temblando de miedo en una esquina para esperar el duro veredicto de un jurado. Ningún artículo
puede mostrarte una fórmula matemática para obtener confianza en ti mismo, pero sí puede
enseñarte las cosas sorprendentes de las que eres capaz y que definitivamente tienes
cualidades para confiar en ti mismo.
Es importante (al menos en el tema de tener presencia) creer que la confianza es como la calma.
Aquí no caben la falsa valentía o el orgullo desmedido. No hay lugar para alardes de poder o
jactancia. La presencia es natural y simplemente es eso. No es necesario que tu confianza sea
un espectáculo; simplemente debe ser parte de ti. Piensa en la confianza como algo tan evidente
como tu estatura o tu color de cabello. Es algo que se nota. No tienes que estar hablando de
eso, ya que es algo que las personas pueden percibir.Así es como debe ser.
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Relájate. Imagina que te encuentras con Beyoncé en la fila para el baño de mujeres (o con Jay-Z
si eres un hombre, pero entonces probablemente no hay fila). De seguro vas a querer hablarle o
tomarte una foto con ella, pero te urge hacer pipí. ¿Qué tan presente y comprometido estarás
con ella? Pues no mucho. Por lo tanto, cualquiera que sea la situación en la que te encuentres
(ya sea que estés con Beyoncé o no), solo relájate. Esta es la única manera de dar lo mejor de ti.
Eso significa que debes adaptarte al ambiente, ir al baño y usar pantalones cómodos por tu
propio bien. Si sientes que algo se ha quedado entre tus dientes o estás luchando
constantemente contra una ropa interior demasiado ajustada, no vas a irradiar presencia. Haz
todo lo que esté a tu alcance para relajar tu mente.
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Sé tú mismo. Hay una cierta autenticidad acerca de la presencia. Después de todo, si eres un
farsante, no eres tú quien está allí. Es una imagen que estás tratando de mostrar al mundo. La
mayoría de personas pueden detectarlo, ya sea de forma consciente o inconsciente. Así que, sé
natural. Sé tú mismo. ¿Qué ganas tratando de ser alguien más?
Las personas que no están contentas consigo mismas siempre andan preocupados en mantener
una imagen de si mismas. Sienten que los demás deben verlos usando las cosas adecuadas,
diciendo lo correcto, haciendo lo correcto y todo en los lugares adecuados con las personas
adecuadas. Ellos no tienen una opinión de si mismos ya que lo único que les interesa es el qué
dirán. Estas personas no tienen presencia. Esta es algo que nadie puede darte.
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No te preocupes tanto por tu imagen. En realidad, hemos pasado los últimos cuatro párrafos
hablando solo de eso. Si no les agradas a las personas que frecuentas, ¿cuánto tiempo piensas
seguir cerca de ellos? Pues ya no más. Por lo tanto, si simplemente eres tú (la cual es la única
persona con quien estarás por el resto de tu vida) y dejas de preocuparte por tu imagen ante los
demás, lo mejor de ti puede aflorar.
Piensa en la impresión que das como si fuera una capa de polvo sobre todo lo que forma tu
personalidad. En vez de ver quién eres, las personas ven este polvo. El polvo no es malo ni
bueno, es tan solo polvo. Es algo que se limpia fácilmente. Y si no hace que los demás se alejen
de ti, esconde lo que te hace difícil de olvidar. Esto esconde lo que te hace sorprendente.
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Controla tu temperamento. Si la presencia pudiera definirse fácilmente, una parte de su
definición sería un sentido innato de tranquilidad. Alguien que tiene presencia, carisma y "ese"
factor indescriptible nunca lo verás refunfuñando, causando problemas o siendo injusto con los
demás. En general, alguien con presencia no necesita perder el tiempo en un recurso como la
ira. Esta persona es muy tranquila y serena como para andar creando problemas.
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Guarda tu celular. Pero de verdad. ¿Alguna vez has ido a un restaurante y has observado a una
pareja sentada junto a la ventana, en donde el chico está jugando Candy Crush y la chica está
tomando selfies (autorretratos) o fotos de la comida que se encuentra sobre su plato medio
vacío? Si quieres que las personas te noten, esconderse detrás de una pantalla luminosa no es
la forma de hacerlo. Así que, disfruta del momento. Guarda tu celular (no solo lo pongas a un
costado) y dales toda tu atención a las personas que te rodean.
Veamos un poco de psicología: lo que los demás piensan y sienten acerca de ti depende de
cómo los haces sentirse acerca de si mismos. Si les pones un poco de atención, van a sentirse
importantes, les vas a agradar y pensarán que eres alguien que sabe escuchar a los demás.
Coquetea con alguien y esta persona te apreciará porque la harás sentirse atractiva. Por eso,
cuando pones a un lado tu celular, les estás mostrando que estás allí. Solo y únicamente con
ellos. Les vas a hacer entender que son importantes para ti. De este modo, ya estás presente.
¿Y qué otra palabra puede definir mejor la presencia?
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Respira profundo. Bien, supón que te estás dirigiendo a una reunión importante. Quieres ser la
persona con quien los demás puedan contar, el líder natural para el próximo proyecto asignado,
la persona a quien pedirán su opinión y no todo lo contrario. Pero estás un poco nervioso y eres
consciente de eso. En vez de entrar en la sala sintiéndote derrotado de antemano, respira
profundo. Alisa un poco tu cabello, acomoda tu ropa, haz más lentos tus movimientos
y entonces, entra. Lo lograste. ¿Por qué alguien pensaría lo contrario?
Tienes razón, la presencia no es un espectáculo. No es algo que pierdes cuando estás apurado.
Pero si corres por todos lados como un pollo al que acaban de cortarle la cabeza, las personas
pueden percibir tu nerviosismo. Podrías estar muy confiado y ordenar tus ideas, pero vas a
parecer demasiado exhausto como para que surja esa aura intangible de liderazgo.
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Muestra un lenguaje corporal comprometido. Tomemos como ejemplo a Steve Jobs. Un
hombre muy poderoso, elocuente, encantador y extremadamente rico. Ahora imagínalo en una
reunión desplomado sobre su silla, ignorando a los demás y solo jugando con su iPhone, y su
rostro con el ceño ligeramente fruncido. No es exactamente el hombre a quien admirarías por
irradiar presencia, ¿verdad? Por lo tanto, incluso si eres quien tiene más presencia en
laHABITACIÓN , tienes que mostrarla. Así que, esparce tu presencia. Eres el dueño del lugar.
Siéntete libre de desplegar tu presencia. Las personas más seguras de si mismas se sienten
más cómodas imponiendo su presencia. Pon tus brazos son la mesa. Inclínate un poco hacia
adelante, hacia la persona que está hablando para mostrarle que estás atento a lo que dice.
Asiente con la cabeza cuando es evidente que está tratando de saber si algo no quedó claro.
Míralo a los ojos. Debes estar presente en mente, cuerpo y espíritu.
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Camina con la cabeza en alto. Si nunca antes te has puesto a pensar sobre tu modo de
caminar, es hora de hacerlo. De hecho, ¡es hora de experimentar! Tu mente se basa en las
señales de tu cuerpo, por lo tanto, podrías incluso sentir que la confianza fluye por tus poros
cuando caminas con mayor seguridad. ¡Vamos, inténtalo!
Camina hacia atrás y hacia adelante por toda laHABITACIÓN con la cabeza bien derecha y los
hombros hacia atrás. Camina a paso moderado. ¿Cómo se siente?
Ahora camina hacia atrás y hacia adelante por toda laHABITACIÓN con la cabeza agachada y
los hombros un poco encorvados. Camina lentamente. Cuando dejes de caminar, mantén esa
posición. ¿Sientes la diferencia?
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Haz contacto visual. Una parte muy importante para estar comprometido con las personas con
el fin de mostrarles que las estás escuchando y que realmente te importan, es el contacto visual.
Muchos chicos agradables no consiguen a la chica que les gusta porque no pueden mirarla a los
ojos, muchos vendedores no venden nada porque sus miradas de lado los delatan, y muchas
personas no parecen estar seguras de si mismas y preparadas porque tienen terror a hacer
dicho contacto. Las personas te miran sin importar si las estás mirando o no, ¿así que por qué
no mirarlos tú también?
Es necesario precisar que hay una gran diferencia entre hacer contacto visual y mirar fijamente a
alguien. Una buena regla general es mirar a la persona (y parpadear) mientras está hablando. Si
vas a responderle, cambia un poco la mirada o si la conversación se torna relajada o si hace
gestos, mueve tus ojos en distintas direcciones.
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Viste adecuadamente. Bien, cuando se trata de presencia, elHÁBITO no hace al monje. Dicho
esto, tener la vestimenta adecuada es lo primero que miran las personas cuando conocen a
alguien. Por lo tanto, aunque la ropa no te dará presencia, te permitirá ir al encuentro de la
presencia que te está esperando sentada.
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Debes estar presente. Si has leído las dos primeras secciones, probablemente ya tienes una
idea de cómo hacerlo. Significa poner a un lado tu celular, comprometerte con tu lenguaje
corporal, estar limpio y simplemente estar enteramente conectado con el momento. Esto se
llama "presencia" por alguna razón. ¡No puedes tener presencia si no te muestras!
Conéctate con el momento. Piensa en él como tu momento. Si estás en un escenario, el
escenario es tuyo, este momento es tuyo y este personaje eres tú. No hay de qué preocuparse.
Estas allí en mente, cuerpo y espíritu. No hay ningún panel de jueces, no hay ninguna pelea con
tu pareja, no hay ningún partido de fútbol por televisión, solo está el momento presente donde te
encuentras.
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Nunca permitas que te vean sudar. No les des el gusto. Una persona con presencia siempre
es genial, tranquila y serena. Mientras los demás se jalan los cabellos de tanto estrés, tú eres el
que realiza su trabajo con una sonrisa en el rostro. Lo hacesincluso dormido. Vives con esto
desde que te levantas. No hay nada imposible para ti. Nada te hace temblar.
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No suavices tus palabras. Este es un problema para la mayoría de personas, en especial para
las mujeres. Les han enseñado a decir "creo que tal vez esto resolverá el problema", en vez de
decir "aquí está la solución". Solemos atenuar nuestras palabras y decimos "lo siento" como
inicio casual de cualquier frase. ¿Por qué tomarse la molestia? Mientras que a veces estas cosas
pueden ser una muestra de tacto, también pueden ser innecesarias otras veces. Si buscas
mostrar que confías en ti mismo, debes dejar las sutilezas del lenguaje.
Si tu jefe dijera "Saben, estaba pensando que tal vez debemos cambiar de rumbo. Sé que será
una gran desafío para nosotros y lo siento, pero realmente pienso que es una buena idea, ¿no lo
creen?", ¿cómo interpretarías eso? En cambio, si tu jefe dice "Escuchen, chicos. Tenemos que
cambiar de rumbo. No será fácil, pero vale la pena. ¿Tienen algún comentario?" ¿Cómo
interpretaríaseso? Así es, acertaste.
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No tengas temor del silencio. ¿Recuerdas esa primera cita algo extraña donde la conversación
se torna en silencio y ambas partes tratan de encontrar algo interesante que decir para matar
ese silencio extraño? No te preocupes. Quieres que los demás estén atentos a cada palabra que
dices. Pero si estás hablando todo el tiempo, van a terminar alejándose de ti y acercándose más
a la puerta. Así que, escoge tus palabras. De esa manera son más poderosas.
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Habla claramente. Cada palabra que sale de tu boca debe ser entendible. No murmures tus
frases. ¡Eso es terrible de oír! Si crees en tus palabras, no hay necesidad de esconderlas. Habla
claramente para que puedan oírte. De lo contrario, ¿por qué tomarte la molestia de hablar?
Siguiendo con el mismo ejemplo: "Escuchen, chicos. Tenemos que cambiar de rumbo. No será
fácil, pero vale la pena. ¿Tienen algún comentario?" ¡Muy bien! Eso está bien. Ahora imagina
que dice "Eh, oigan, chicos, escúchenme. Nosotros, este, tenemos que cambiar, mmm, de
rumbo. Sí. Eh, bueno, saben, va a ser difícil, pero vale la pena". Eso suena terrible. ¡No
balbucees! Si confías en tus palabras, ¡solo déjalas fluir!
Parte 4 de 4: Enfocarse
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Ponte cómodo. Puedes acostarte boca arriba en el piso o ponte en una posición cómoda.
Asegúrate de que nada te distraiga (apaga tu celular, cierra la puerta, pídeles a los demás que
no te interrumpan, etc.).
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Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Inhala y exhala sin obstrucciones. Trata de
notar el lugar donde empiezas a tomar aire. Deja que tu respiración llegue a ese lugar hasta que
se dilate y se relaje.
No juzgues lo que observas. Déjate llevar por el estado en que estás. Ten en cuenta que tu
estado es flexible y puede cambiar.
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Ahora enfócate en tus músculos faciales. Comienza desde la punta de la cabeza y continúa
hacia abajo. ¿Estás alzando las cejas? ¿Estás cerrando los ojos con fuerza? ¿Estás dilatando
tus fosas nasales? ¿Te estás mordiendo los labios? ¿Estás haciendo muecas? ¿Estás
sonriendo? ¿Está relajada tu mandíbula? ¿Está relajado tu cuello?
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Concéntrate en cualquier tensión que sientas en el rostro y respira profundo.Imagina que
estás enviando todo el oxígeno de tu respiración directamente hacia la parte tensa de tu rostro.
Continúa hasta que todo tu rostro y cuello estén relajados. Debes sentir que tus senos nasales
se abren y que tu circulación mejora (es posible que sientas más calor u hormigueos en tu piel).
Tu expresión podría sentirse muy diferente. No te juzgues, simplemente percibe lo que está
sucediendo.
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Tómate el tiempo de hacer esto por todo tu cuerpo. Deja que cada punto de tensión se relaje
a través de tu respiración. Permite que estos lugares se abran y se relajen. Pon mucha atención
al estado de tu cuerpo ya que esto te dice mucho acerca de tu manera de conducirte en el
mundo.
Si mientras estás estudiando tu nuevo cuerpo, sientes que comienzan a surgir las tensiones,
respira profundo una vez más y libera dicha tensión.
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Una vez que has terminado, busca un espejo y mírate. Vas a estar sorprendido ya que luces
algo diferente. No hagas nada, solo observa cómo has cambiado.
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Habla con algún conocido. Es posible que esta persona te diga que luces diferente. Tu voz
también podría sonar diferente. Podrías parecer más confiado y más calmado. No dejes que esto
te perturbe. Si sientes que vuelve a surgir una tensión, respire profunda sin hacer ruido y vuelve
a liberar la tensión.
Mientras que hablas con un amigo o un miembro de tu familia, exprésate a través de tu rostro y
tu cuerpo, pero no te estanques en una sola expresión. Siempre trata de volver a una posición
natural y relajada.
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Una vez que ya domines el hablar con las personas cercanas a ti, mantén tu presencia
cuando vayas a la escuela, el trabajo o a cualquier otro lugar. No faltará alguien que diga
que luces un poco diferente. Pero no te desanimes.
Es muy probable que las tensiones regresen. Solo asegúrate de no juzgarte. Esto es un proceso
y es distinto para cada persona. Percibe esa tensión y deja que se vaya.
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Cuando camines por la calle, trata de hacer contacto visual con los extraños.No te obligues
a reaccionar de una manera en particular, simplemente deja que tu cuerpo se exprese. Luego
verifica si: ¿mantuviste la sonrisa? ¿Volvió la tensión a tu rostro o cuerpo? Practícalo hasta que
permanezcas relajado cuando saludes a extraños