POLÍTICA SOCIAL EN EL PERU Ruth

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POLÍTICA SOCIAL EN EL PERÚ

El Perú necesita más política social. El Perú tiene niveles de salud,


educación y vulnerabilidad social muy elevados, incluso para un país de
ingresos medianos-bajos, como estamos calificados internacionalmente. La
pobreza sigue estando encima del 50 por ciento y prácticamente no se ha
reducido en los últimos años, a pesar del crecimiento económico. Los niveles
de desigualdad y exclusión social y económica son altísimos, mientras el gasto
público social, alrededor del 8 por ciento del PBI, se encuentra entre los más
reducidos de Latinoamérica. Una de las respuestas imprescindibles a esta
situación es una acción social del Estado más potente, aunque no la única (la
creación de puestos de trabajo mediante un fuerte crecimiento intensivo en
empleo y en sectores de autoempleo es la otra orientación fundamental).

La creación por parte del Gobierno del "Programa Nacional de


Ayuda Directa a los más Pobres", que se ha hecho más conocido como
"Juntos", asi también, beca 18, que sería su nombre comunicacional, es un
reconocimiento tardío de esta realidad. Es una lástima que el actual Gobierno
se haya demorado tanto en darse cuenta de esta cuestión central para el
desarrollo nacional, pero a pesar de ello es un reconocimiento válido.

Lograr una política social con mayor efecto social demanda dos
cambios principales:

(i) aumentar el presupuesto y la atención de los líderes políticos y


económicos.
(ii) mejorar su eficiencia y eficacia reformando su organización y
funcionamiento.

La política social del Gobierno “es poner el piso parejo” entre la población para
lograr el progreso de las personas, de la mano del crecimiento económico y
oportunidades de desarrollo, afirmó la ministra de Desarrollo e Inclusión Social,
Paola Bustamante.

“La política social es tan importante como la política económica. Hay que mirar
a los ciudadanos no como beneficiarios de la política social y sí como usuarios,
y ser usuario de la política social implica tener atención de calidad, oportunidad,
respeto y calidad”.

Bustamante expresó que es fundamental que los peruanos puedan


acceder al agua, saneamiento, conectividad y energía eléctrica porque
permitirá no solo superar la tuberculosis y la anemia, sino también otra serie de
situaciones, siempre con una mirada de desarrollo integral.

El ministerio y sus programas sociales no son asistencialistas,


aseguró

Requiere ambas; sólo una de las dos tendría poco efecto real. Respecto al
presupuesto, resulta clave que ese financiamiento sea sostenible y que
alcance para toda la población que se desea cubrir. Con relación a la atención
política, la coyuntura pre-electoral asegura que los distintos líderes y partidos
presten atención al tema, pero plantea el riesgo de que tal atención sea solo
coyuntural y demagógica. También plantea el riesgo de que un mayor
financiamiento por esta vía resulte siendo insostenible políticamente, si se
aprueba sin los consensos necesarios. Debido a ello, cualquier planteamiento
en relación a la política social, su necesario relanzamiento y reforma, como es
el caso de "Juntos", debe realizarse en el marco de un amplio diálogo político y
social. [3]Evaluar la eficiencia y eficacia de "Juntos" debe hacerse en función a
los objetivos del programa. A continuación, analizaremos ello en relación a lo
que parecen ser el objetivo central de "Juntos": promover el capital humano
(asistencia de los niños a educación y salud).

En relación al capital humano, el problema principal de la educación


peruana es su baja calidad y no la asistencia al colegio, que es bastante
elevada (solo un 5 por ciento de los niños peruanos de 6 a 11 años no van a la
primaria, a diferencia de México donde un 15 por ciento no lo hacían por ir a
trabajar). Debido a ello, lo prioritario es mejorar la calidad de la educación
primaria, así como expandir la cobertura de la educación inicial y secundaria,
sobretodo en zonas rurales. Además, ya hay un programa público orientado a
promover económicamente a que los niños vayan al colegio, que se llama
desayuno o almuerzo escolar, que llega a cerca de dos terceras partes de los
niños que asisten a la primaria pública. La entrega de alimento en las escuelas
ahorra el gasto que de otra manera realizan los padres en su alimentación y
por lo tanto tiene un efecto similar a la entrega de dinero. Este programa sirve
además para mejorar la nutrición y el aprendizaje combatiendo la anemia y el
"hambre de corto plazo", cosa que un dinero en efectivo no lograría. Logradas
las mejoras en la calidad y la cobertura, es probable que un programa de
subsidios condicionados logre mejorar la asistencia, en particular a la
educación secundaria, donde el costo de oportunidad de los adolescentes es
mayor y sobretodo muchas chicas adolescentes dejan de ir al colegio. Por esta
razón, en México el subsidio es mayor en la secundaria que en la primaria, y
es mayor para mujeres que para hombres.

En cuanto a la salud, considerando los déficits existentes, es


prioritario hacer llegar los servicios a todas las comunidades, lograr que se
otorgue una atención integral y establecer un serio programa de promoción de
la salud que eduque a las madres en temas de alimentación, higiene y salud,
cuidado y estimulación temprana, para lo cual las redes sociales del vaso de
leche y los comedores populares pueden ser de gran ayuda. Cabe recordar
que en la actualidad estos servicios tienen serias deficiencias; por ejemplo, un
elemento base DEBILIDAD. La vulnerabilidad social del Perú es muy elevada
pese a ser un país considerado de ingresos medianos bajos. MONEDA 35 de
la atención de salud como son las vacunas no está actualmente garantizado,
debido a que la cadena de frío, que es indispensable para asegurar la
efectividad de las vacunas, no está funcionando adecuadamente.
Nuevamente, en este caso lo primero parece ser fortalecer la oferta, en
particular en zonas rurales. Si bien en el Perú hay ya una amplia red de
centros y puestos de salud, estos todavía no logran una cobertura universal.
Adicionalmente, la calidad de los servicios es bastante pobre, en particular en
lo que se refiere a la promoción de la salud. Por otro lado, debe recordarse
también que existe en el Perú un programa llamado PACFO que entrega
papillas con un contenido nutricional adecuado para los niños menores de 3
años en algunas zonas rurales pobres (sin embargo, solo funciona en 8
departamentos de la sierra). La entrega de papillas, además de servir como
complemento de ingresos, atiende los temas de desnutrición, ya que en el
Perú un 25 por ciento de los niños menores de 5 años es desnutrido crónico y
la mitad de los menores de 2 años sufre de anemia. La papilla, al ser un
alimento más específicamente dirigido al niño y contener el 100 por ciento de
los requerimientos de hierro, puede ser más efectivo en combatir estos
problemas que la entrega de dinero, que se iría en menos proporción a los
niños de esa edad y menos a los alimentos con el contenido de
micronutrientes requerido. En el caso de salud, como en el de educación, es
altamente probable que un programa de subsidios condicionados en efectivo
fortalezca la demanda y así incremente los controles de salud de los niños y la
asistencia de las madres a charlas de capacitación. Si se desarrolla con un
sistema de atención primaria de salud fortalecido, con capacidad de
relacionarse con las madres para el mejor cuidado de los niños y con
suplemento nutricional, puede ser efectivo en mejorar la situación de la salud
de los niños.

Además de la eficiencia y eficacia de los programas sociales, hay


que tener en cuenta que el Estado peruano requiere afirmar la democracia
transformando la relación entre Estado y sociedad, para lo cual requiere
transformar esta política social de un esquema clientelista a uno basado en
establecer derechos para todos. En efecto, el clientelismo, esa práctica
mediante la cual se condiciona la entrega de beneficios sociales a un respaldo
al partido de gobierno, tiene varias consecuencias muy negativas para el país:

(i) Socava la democracia al promover una relación vertical entre partidos


políticos y masas y sostener la confusión entre Estado y partido. Es por
ello el camino contrario al que se necesita para construir ciudadanía.
Esta construcción se hace sobre la base de los derechos que permitan
a las personas relacionarse horizontalmente con el Estado.
(ii) Destruye la autoestima y la confianza de los pobres, a quienes se les
enseña que para mejorar sus condiciones de vida tienen que dejar de
lado sus derechos políticos, en vez de poner el énfasis en que amplíen
y aprovechen sus propias capacidades económicas y sociales.
(iii) Impide la eficiencia y eficacia de los programas sociales, pues hace
que en los cargos de dirección se nombre a quienes profesan fidelidad
partidaria y están dispuestos a ser artífices de la manipulación, en vez
de colocar a quienes tienen las capacidades técnicas y gerenciales
necesarias.

CALELO RIVERA, Ruth

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