Dmpa 2 - 4to - Área Literatura Ns
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UNIDAD I:
ANALIZAMOS LAS TEMÁTICAS PLANTEADAS EN LOS CUENTOS DE
LA PALABRA DEL MUDO DE JULIO RAMÓN RIBEYRO
DMPA N° 2
Fijamos metas de aprendizaje y aprendemos sobre el narrador, los hechos del
relato y el tema para analizar e interpretar los cuentos de La palabra del mudo
(del 27 de abril al 03 de mayo)
¿Por qué crees que leeremos los cuentos de La palabra del mudo de Julio Ramón Ribeyro?
- Porque son cuentos que tienen mucho análisis, se expande el vocabulario y la literatura
es más compleja.
¿Para qué evaluaciones propuestas por el IB te servirá desarrollar capacidades de análisis e
interpretación literarias de textos narrativos?
- Servirá para el análisis literario guiado y para el ensayo comparativo.
¿Qué conceptos literarios debemos dominar para poder analizar e interpretar textos
narrativos?
- Debemos dominar los cuentos, las poesías y las novelas.
Comparte de manera detallada tus respuestas en forma de párrafo a todas
las preguntas en Classroom (aquellos que no tienen acceso a Internet,
enviarán sus respuestas en formato Word o de manera física)
. Las respuestas serán parte de tu carpeta.
INDAGAMOS Y CONTRASTAMOS
Actividad 2: Lee atentamente todos los cuentos de Franz Kafka ubicados en el
archivo Word “Cuentos Kafka”. A medida que los vas leyendo responde
escuetamente (máximo en dos oraciones) teniendo en cuenta tus conocimientos sobre
el narrador (tipos de narrador, estilos narrativos y focalización) y el narratario:
¿Quién cuenta, describe o narra en los cuentos? ¿A quién le cuenta, describe o narra?
¿Qué cuenta, describe o narra? ¿Cómo cuenta, describe o narra?
¿Qué piensa el narrador sobre las situaciones o los personajes?
¿Cuántas voces narrativas identificaste en los textos? ¿Qué tipos de narrador identificaste?
¿Cómo identificas la voz del narrador y la voz de los personajes?
¿En alguno de los cuentos la voz del narrador se confunde con la voz de alguno de los personajes?
. Si no pudiste responder alguna de las preguntas, no te
preocupes. Cuando terminemos esta sesión ¡podrás hacerlo!
. Debes de registrar en tu carpeta las dificultades con las que te
topas. Y responderte a lo siguiente: Respecto a mis conocimientos
sobre el análisis e interpretación del narrador en los textos
narrativos ¿Dónde me encuentro (inicio, proceso o nivel dios)?
. Haz un listado de palabras desconocidas de los cuentos leídos,
investiga su significado y cópialos en una sección de tu carpeta.
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INVESTIGAMOS Y CONSTRUIMOS
Nota:
Incidimos en practicar la probidad académica. Pedimos
Para los alumnos que cuenten con Internet deberán que todas las respuestas
comentar que necesiten
en Classrrom fundamentación
progresivamente 2
estén
preguntas de cada actividad (en el análisis de los cuentos, dos de la parte formal y dos desegún
debidamente citadas o parafraseadas y cuente con correctas referencias bibliográficas APA.
la parte de
contenido) indicando la pregunta. Asimismo, las respuestas a todas las preguntas deberán ser remitidas
en un archivo Word al correo de su profesor el último día de la sesión para poder EVALUARLOS y
RETROALIMENTRLOS adecuadamente.
Los alumnos que no cuenten con Internet deberán crear un portafolio virtual (una carpeta debidamente
ordenada) o un portafolio físico muy ordenado, según la progresión de las actividades, con las respuestas
a todas las preguntas y el apunte de sus dificultades. El producto debe de realizarse con suma
puntualidad según la duración de cada sesión para poder recogerlos oportunamente y proceder con su
EVALUACIÓN y RETROALIMENTACIÓN.
Actividad 4: Lee atentamente e interioriza los conceptos mostrados en el ppt “Hechos del relato”
Contexto
elaborados dedel
a partir producción de “La
Diccionario de labotella
teoría de chicha”
narrativa .
. Cuentos de circunstancias, publicado en 1958, es el segundo libro de cuentos de
Julio Ramón Ribeyro (Lima 1929-1994). En este cuentario aborda temas que venía
tratando en su primer libro de cuentos Los gallinazos sin plumas (1955) como la
migración, el realismo urbano, la clase media limeña de los años 40 y 50, la
diferenciación de clases sociales, entre otros. Dentro de lo diez cuentos que contiene
el libro, se encuentra “La botella de chicha”; este cuento describe una reunión de
bienvenida en una familia de clase media limeña donde el acontecimiento principal
bien se podría resumir en el siguiente dicho popular: “No todo lo que brilla es oro”.
.. Utiliza
Respondetus conocimientos
a las preguntasadquiridos
ubicadas sobre
en el elarchivo
narrador y los
Word hechos delguía
“Preguntas relato para
para el
analizar el cuento “La botella de
análisis de La botella de chicha”. chicha” de Julio Ramón Ribeyro.
. Recoge en tu carpeta las preguntas y respuestas que crees que te van a servir para
redactar un comentario literario; asimismo, recoge las preguntas y respuestas en las
que has tenido más dificultad en responder.
1. ¿Qué tipo de narrador utiliza el autor para contar la historia? ¿Cómo lo sabes?
Un narrador homodiegético, específicamente un narrador protagonista, ya que la historia está narrada en
primera persona y todo gira en torno del que está narrando.
¿Qué tipo de focalización utiliza el narrador?
Focalización interna, ya que quien narra es un personaje, como este es el protagonista se trata de una
autodiégesis.
¿Qué estilos narrativos identificaste?
Es un estilo narrativo directo ya que se expresa de manera literal lo que dicen los personajes.
¿Cuáles crees que fueron los motivos que impulsó al autor a utilizar ese tipo de narrador?
Demostrar que muchas veces las personas actúan o dicen cosas de acuerdo a las habladurías, en este caso el
papá del protagonista decía que la botella de vinagre era una chicha muy vieja por lo que cuando todos la
probaron no se guiaron por su gusto e inmediatamente dijeron que estaba buena, solo por lo que había dicho
el padre, otro motivo también seria demostrar que muchas personas en el Perú son mentirosas y ya nadie cree
en nadie, esto se evidencia cuando el protagonista intentaba vender la chicha, y cuando su papá le dijo que la
chicha que supuestamente había comprado olía a vinagre y era falsa.
2. ¿Muestra, el narrador, sus opiniones o ideas sobre algún personaje o situación mientras está narrando la
historia?
Sí, en ciertos momentos nos deja saber su opinión respecto a algunos personajes, como cuando menciona que
su padre exagera las cosas que dice, además constantemente nos menciona lo piensa de las situaciones, por
ejemplo cuando planteo la idea de beberse la chicha , menciona después que sería un acto egoísta.
¿Qué características configuran al narrador? ¿Qué juicio te provoca la actuación del narrador?
Astuto y oportunista, pienso que aunque no tenía dinero y no podía conseguirlo de manera fácil no era razón
para husmear entre las pertenencias de su casa e intentar vender algo tan valioso para su familia en general,
aunque luego al transcurrir la historia podemos ver que aun siendo así fue la necesidad quien lo hizo actuar así
e intenta compartir la chicha con su familia.
3. ¿Cuál es diégesis del cuento? ¿Cómo se configura? ¿En qué evidencias narrativas te basas?
La diégesis del texto es una ciudad peruana, al parecer la cuadra del protagonista está rodeada de muchos
bares, se configura a través de todo lo que el protagonista relata, evidenciamos esto en el párrafo 8 al
momento que el protagonista trata de vender la chicha menciona que se demoró media hora recorriendo los
bares de su cuadra en los cuales a veces no le dejaban ni hablar, también menciona que después de esto tuvo
que ofrecer la chicha en casas particulares.
4. ¿Qué acontecimiento se podría considerar como nudo en “La botella de chicha”?
Cuando llega el hermano del protagonista a su casa y este nota la botella de chicha llena de vinagre en la
mesa.
5. ¿Qué secuencia narrativa te ha causado intriga y te ha generado más preguntas?
La historia sigue una secuencia de encadenamiento ya que después de toda la travesía por vender la botella
de chicha, comienza la celebración de la llegada del hermano del protagonista, me causo más intriga y
preguntas la segunda parte cuando todos toman la botella de vinagre afirman que es lo mejor de lo mejor, sin
embargo, desde mis vivencias ambos sabores no son para nada parecidos y creo que es fácil reconocer una de
otra gracias al gusto.
6. ¿Te ha parecido audaz la trama narrativa del cuento? Sustenta y elabora un esquema de esa trama, apuntando
los acontecimientos clave para su desarrollo.
Si ya que me pareció muy atrevido por parte del protagonista llenar la botella de chicha con vinagre sabiendo
que en un futuro cercano o lejano iban a hacer uso de la misma, esto hace que la parte donde se están por
beber el vinagre sea muy intrigante y emocionante.
7. ¿Qué sensaciones te produjo la lectura? ¿Cómo cambiaron tus sentimientos conforme iba avanzando la
historia?
Me provoco mucha intriga por saber qué pasaría si el protagonista llegaba a vender la chicha y luego que
pasaría con el vinagre, a medida que avanzaba la historia se fueron revelando mis dudas y eso me daba más
ganas de leer.
¿Qué te sorprendió del cuento?
Cuando los invitados para celebrar la llegada del hermano dicen que el vinagre sabia como la mejor chicha que
nunca habían probado.
8. ¿Por qué crees que el narrador se refiere a la botella de chicha como un “pequeño tesoro”?
Porque las bebidas como la chicha mientras más antiguas son más caras y de mejor gusto.
¿Crees que la botella de chicha funciona como un símbolo?
Desde mi punto de vista la botella de chicha cuando ya está con vinagre representa a las habladurías de una
persona que es sobrevalorada en la sociedad como algunos políticos o personas populares.
¿Qué relaciones encuentras entre los acontecimientos acaecidos por la botella de chicha y la construcción de
una clase social?
Muchas veces ciertas personas realizan una buena acción o simplemente anuncian que harán algo demasiado
beneficioso y todas las personas empiezan a seguir y creer en sus palabras, en el caso del cuento el padre
representa a esa persona popular o sobrevalorada de la sociedad y la botella de chicha llena de vinagre todas
las palabras que dice y que recomienda, por ultimo las personas que están en la casa recibiendo al hermano
representan las personas ingenuas que simplemente califican las palabras de la persona popular como algo
bueno y totalmente cierto, no usan la razón ni juzgan lo dicho solo creen fielmente y rechazan cualquier otro
tipo de idea sin importar que sea correcta.
9. ¿Cuál(es) crees que fue (ron) el(los) motivo(s) de los elogios a la bebida que repartió don Bonifacio? ¿Qué
juicio te provoca la actuación de este personaje?
La bebida le fue regalada a la familia 20 años atrás y la antigüedad de una bebida en este caso la chicha
determina su calidad, en realidad el padre estaba muy seguro de sus palabras por lo cual a mí me parece que
solo hizo mal exagerando la descripción de la bebida.
10. ¿Cuál(es) crees que fue (ron) el(los) motivo(s) de desprecio a la bebida que quiso compartir el hijo?
El cuento nos demuestra que en esa ciudad la idea de poder tener una chicha tan antigua y de calidad era casi
imposible y peor haberla conseguido a un precio tan cómodo, además ya estaba compitiendo con una
supuesta chicha de 20 años.
11. ¿De qué manera ejerce poder don Bonifacio respecto al personaje principal (su hijo) y los personajes
secundarios (los invitados)?
Él es el padre de la casa y eso le da un toque de superioridad, pero la descripción de que en su familia tenían
una bebida tan deseada y casi imposible de conseguir le dio mayor superioridad.
12. ¿Qué temas identificaste en el cuento? ¿En qué tema te gustaría profundizar para realizar tu comentario
literario? ¿Por qué?
La falta de confianza entre las personas de la ciudad y la ingenuidad de las personas frente a una descripción
exagerada de algo; en realidad me gustaría profundizar en la segunda temática, porque actualmente aún se
puede ver a personas que son seguidores y creyentes de charlatanes en la sociedad.
Glosario:
Pesquisa, pignorable, trasto, pipa, escrúpulo, burdeos, cándido
Actividad 5: Lee atentamente e interioriza los conceptos mostrados en el ppt “El tema” elaborado a
partir del libro Las estaciones de la imaginación.
. Utiliza tus conocimientos adquiridos sobre el narrador, los hechos del relato y el tema
para analizar el cuento “El profesor suplente” de Ribeyro.
. Responde a las preguntas ubicadas en el archivo Word “Preguntas guía para el análisis
de El profesor suplente”.
. Recoge en tu carpeta las preguntas y respuestas que crees que te van a servir para
redactar un comentario literario; asimismo, recoge las preguntas y respuestas en las que
has tenido más dificultad en responder.
13. ¿Qué tipo de narrador utiliza el autor para contar la historia? ¿Cómo lo sabes?
- Es un narrador omnisciente, porque no es un personaje de la historia, sino alguien ajeno a ella, que no
se sabe quién es en realidad
¿Qué tipo de focalización utiliza el narrador?
¿Qué estilos narrativos identificaste?
- Identifique el estilo indirecto y el estilo indirecto libre.
¿Cuáles crees que fueron los motivos que impulsó al autor a utilizar ese tipo de narrador?
- Usó ese tipo de narrador ya que quería que la historia se lea como si estuviera siendo contada.
14. ¿Muestra, el narrador, sus opiniones o ideas sobre algún personaje o situación mientras está narrador la
historia?
- No ya que el narrador solo relata el cuento.
¿Qué características configuran al narrador?
- Es un narrador omnisciente, solo relata el cuento y no da su punto de vista u opinión.
15. ¿Cuál es diégesis del cuento?
- La diégesis es que Matías tiene miedo a afrontar nuevos retos.
¿Cómo está configurada el espacio de la clase media limeña y de la clase media alta?
- Los de la clase media sufren más, ya que son a los que más les afectan las leyes.
¿En qué evidencias narrativas te basas?
- Ribeyro (1964). “Hacia el atardecer, cuando Matías y su mujer sorbían un triste té y se quejaban de
la miseria de la clase media, de la necesidad de tener que andar siempre con la camisa limpia, del
precio de los transportes, de los aumentos de ley”
16. ¿Qué acontecimiento se podrías considerar como inicio, medio o nudo, final o desenlace y conflicto?
- Inicio: El profesor Valencia le da Matías, un hombre humilde, la oportunidad de ser profesor suplente.
- Nudo: Llega tarde a la clase y se siente incapaz de asumir ese reto.
- Desenlace: El portero del colegio le pregunta a Matías si es el profesor y el solo le responde que en un
cobrador.
17. ¿Qué secuencia narrativa te ha servido para delimitar tu tema?
- La parte en la que el llora, en los brazos de su mujer.
18. ¿Qué te ha parecido la trama narrativa del cuento? Sustenta y elabora un esquema de esa trama, apuntando
los acontecimientos clave para su desarrollo.
19. ¿Qué sensaciones te produjo la lectura? ¿Cómo cambiaron tus sentimientos conforme iba avanzando la
historia?
- El cuento me puso emocionada al inicio pero conforme fue avanzando me decepcionó, ya que creí que
Matías iba a resultar como un gran profesor.
¿Qué te sorprendió del cuento?
- Que Matías no resultó ser un buen maestro.
20. ¿Qué opinas sobre el monólogo y la actuación del doctor Valencia al inicio del cuento? ¿Qué efecto crees que
ha querido causar el autor?
- Creo que el autor quiso causar sorpresa y emoción ante esta lectura, ya que la parición al inicio era para
que nosotros queramos seguir con la lectura.
21. ¿Cómo configuran al protagonista la alusión al “oporto” y a la “tarjeta en la puerta”?
- Que Matías quería ver su nombre en la puerta pero el miedo no lo permitió.
22. ¿Qué implica la frase “si no por ciencia, al menos por apariencia”?
- Que si no tienes una explicación lo hagas por la apariencia.
23. ¿Qué simboliza el portero del colegio, tiene alguna relación con el doctor Valencia? ¿Ejercen algún tipo de
poder?
- El portero fue quien probó a Matías y no creo que tenga relación con Valencia.
24. ¿Se puede inferir que las características del colegio al cual debía acudir Matías influyeron en su
comportamiento?
- No, ya que lo que infirió en su comportamiento fue su experiencia pasada del bachillerato en el cual
fracaso y sus nervios al no poder recordar cuando le preguntan sobre sus conocimientos.
25. ¿Qué nos sugiere, en relación con el desenlace de la historia, cuando el narrador dice que Matías tiene una
“inteligencia en desuso”?
- Que la inteligencia la tiene ahí pero no le está sacando potencial.
26. ¿Qué temas identificaste en el cuento? ¿En qué tema te gustaría profundizar para realizar tu comentario
literario? ¿Por qué?
- Los temas que identifique fueron dos: “Incapacidad para vencer el miedo” y “La frustración y miedo al
afrontar nuevos retos”. El tema que me gustaría usar es “La frustración y miedo al afrontar nuevos retos”.
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TRANSFERIMOS
7. ¿Qué situaciones similares a las que leíste en el cuento has encontrado en tu vida?
8. Basándote en el cuento “El profesor suplente”, y analizando tu entorno familiar y social ¿cómo
se muestran las relaciones de jerarquía de poder y en qué medida modifican nuestro
comportamiento?
- Se muestran como presidentes, ministros y las medidas que ellos adaptan a la población y
modifican nuestro comportamiento en mediana medida, porque hay personas que lo adaptan y
quiénes no.
9. Basándote en el cuento “La botella de chicha”, y analizando tu entorno familiar y social ¿cómo
se muestran las relaciones de jerarquía de poder y en qué medida modifican nuestra
precepción de la realidad?
- La relación que guarda con el entorno es el poder del padre, relacionado con el poder de un
alcalde y en baja medida ellos modifican nuestra percepción de la realidad, porque ellos no
controlan lo que pensamos sobre el mundo.
10. ¿Qué acciones narradas en los cuentos te parecen negativas o positivas respecto a ejercer una
buena ciudadanía?
11. ¿Cómo se puede relacionar los acontecimientos de “La botella de chicha” respecto a algunas
personas que mienten para poder circular en tiempos de cuarentena por el COVID-19?
- Que las personas mienten para circular en cuarentena y el chico mintió sobre la botella de chicha.
12. ¿De qué manera las cuestiones globales de cultura, identidad y/o comunidad, así como
creencias, valores y/o educación se relacionan con las situaciones analizadas en los cuentos de
Julio Ramón Ribeyro?
- Que todas estas cuestiones se dan en la vida real y son vistas y realizadas seguido
- Emite un juicio considerando los efectos del texto en los lectores, y contrastando su experiencia y 10
conocimiento con el contexto sociocultural del texto.
Escribe diversos - Escribe textos de forma coherente y cohesionada. Estructura estratégicamente una secuencia textual
tipos de texto en (Argumenta, narra, describe, etc.) de forma apropiada.
su lengua - Establece diversas relaciones lógicas entre las ideas a través del uso preciso de referentes, conectores y otros Ítem 6,
marcadores textuales. textos
materna
compartidos
- Incorpora de forma pertinente vocabulario que incluye sinónimos y algunos términos especializados. en
Classroom
y respuestas
- Utiliza de forma precisa, los recursos gramaticales y ortográficos (por ejemplo, tiempos verbales) que
a las
contribuyen al sentido de su texto.
preguntas
de todas las
- Evalúa de manera permanente el texto determinando si se ajusta a la situación comunicativa; si existen actividades
contradicciones, digresiones o vacíos que afectan la coherencia entre las ideas; o si el uso preciso de varios incluida las
tipos de conectores, referentes y otros marcadores textuales asegura la cohesión entre ellas. Determina la Preguntas
eficacia de los recursos ortográficos utilizados, así como la pertinencia del vocabulario y de los términos guía.
especializados para mejorar el texto y garantizar su sentido.
- Bertone, M., García, A. y Schwab, L. (2016). Español A: Literatura. [Archivo PDF]. Reino Unido: Oxford University
Press.
- DEBEDSAR (2019). Guía de Comunicación y Literatura. Recuperado de
https://drive.google.com/drive/folders/0B4pYMIAfEawUYnFiS2YyZHpDZW8
- Kafka, F. (2020). Cuentos completos. Traducción de Itzel Kropotkin. Editorial El ser anárquico: País Vasco.
- Organización del Bachillerato Internacional. (2019) Material de ayuda al profesor de Lengua A. Primera evaluación en
2021.
[Archivo PDF]
- Organización del Bachillerato Internacional. (2019). Guía de Lengua A: Literatura. Primera evaluación en 2021. (Versión
en
español del documento publicado en febrero de 2019 con el título Language A: literature guide). [Archivo PDF].
Reino Unido: Anthony Rowe.
- Ribeyro, J. (2015). La palabra del mudo. Tomo I y II. Cuarta reimpresión. Lima: Seix Barral.
- Rodríguez, J. (1998). Las estaciones de la imaginación. España. (Texto en pdf)
- Terra y PSU educarchile (productores) (2012). PSU Lenguaje con Paulina Casas. De
https://www.youtube.com/watch?v=wlzTJ7QjuIQ&feature=emb_title
- Valles, J. y Álamo, F. (2002). Diccionario de Teoría de la Narrativa. España: Alhulia.
- V.V.A.A. (2010). Introducción a los géneros literarios: teoría y ejercicios. España: Secretaría General Técnica del
Ministerio de
Educación.
__________________ ____________________ ________________
Lenin David Pérez García Elena Leonor Silva Sifuentes Hernán López Ramírez
Docente Docente Docente
Vo.Bo. Acompañante Vo.Bo. Subdirector
pedagógico Académico
CUENTOS KAFKA
"Ay", dijo el ratón, "el mundo se está haciendo más chiquito cada día. Al principio era tan grande que yo tenía
miedo, corría y corría, y me alegraba cuando al fin veía paredes a lo lejos a diestra y siniestra, pero estas
largas paredes se han achicado tanto que ya estoy en la última cámara, y ahí en la esquina está la trampa a la
cual yo debo caer".
LA PARTIDA
Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo
mismo, le puse silla a mi caballo, y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta, y le pregunté
al sirviente qué significaba. Él no sabía nada, y no escuchó nada. En el portal me detuvo y preguntó: "¿A
dónde va el patrón?" "No lo sé", le dije, "simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de
aquí, nada más, es la única manera en que puedo alcanzar mi meta". "¿Así que usted conoce su meta?",
preguntó. "Sí", repliqué, "te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta".
ONCE HIJOS
Tengo once hijos.
El primero es exteriormente bastante insignificante, pero serio y perspicaz; aunque le quiero, como quiero a
todos mis demás hijos, no sobreestimo su valor. Sus razonamientos me parecen demasiado simples. No ve ni a
izquierda ni a derecha ni hacia el futuro; en el reducido círculo de sus pensamientos, gira y gira corriendo sin
cesar, o más bien pasea.
El segundo es hermoso, esbelto, bien formado; es un placer verle manejar el florete. También es perspicaz,
pero además tiene experiencia del mundo; ha visto mucho, y por eso mismo la naturaleza de su país parece
hablar con él más confidencialmente que con los que nunca salieron de su patria. Pero es probable que esta
ventaja no se deba únicamente, ni siquiera esencialmente, a sus viajes; más bien es un atributo de la
inimitabilidad del muchacho, reconocida por ejemplo por todos los que han querido imitar sus saltos
ornamentales en el agua, con varias volteretas en el aire, y que sin embargo no le hacen perder ese dominio
casi violento de sí mismo. El coraje y el afán del imitador llega hasta el extremo del trampolín; pero una vez
allí, en vez de saltar, se sienta repentinamente, y alza los brazos para excusarse. Pero a pesar de todo (en
realidad debería sentirme feliz con un hijo semejante), mi afecto hacia él no carece de limitaciones. Su ojo
izquierdo es un poco más chico que el derecho, y parpadea mucho; no es más que un pequeño defecto,
naturalmente, que por otra parte da más audacia a su expresión; nadie, considerando la incomparable
perfección de su persona, llamaría a ese ojo más chico y parpadeante un defecto. Pero yo, su padre, sí.
Naturalmente, no es ese defecto físico lo que me preocupa, sino una pequeña irregularidad de su espíritu que
en cierto modo corresponde a aquél, cierto veneno oculto en su sangre, cierta incapacidad de utilizar a fondo
las posibilidades de su naturaleza, que yo solo entreveo.
ANTE LA LEY
Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar
en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si
más tarde lo dejarán entrar.
—Tal vez — dice el centinela — pero no por ahora.
La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se
inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:
—Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso.
Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso
que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.
El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa,
pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro,
rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un
costado de la puerta. Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus
súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre
muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le
repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo,
por valioso que sea para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice:
—Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.
Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece
que este es el único obstáculo que lo separa de la Ley.
Cuentos extraídos de Cuentos completos. Traducción de Itzel Kropotkin. Editorial El ser anárquico: País Vasco.
La botella de chicha
En una ocasión tuve necesidad de una pequeña suma de dinero y como me era imposible procurármela
por las vías ordinarias, decidí hacer una pesquisa por la despensa de mi casa, con la esperanza de encontrar
algún objeto vendible o pignorable. Luego de remover una serie de trastos viejos, divisé, acostada en un
almohadón, como una criatura en su cuna, una vieja botella de chicha. Se trataba de una chicha que hacía más
de quince años recibiéramos de una hacienda del norte y que mis padres guardaban celosamente para utilizarla
en un importante suceso familiar. Mi padre me había dicho que la abriría cuando yo «me recibiera de
bachiller». Mi madre, por otra parte, había hecho la misma promesa a mi hermana, para el día «que se casara».
Pero ni mi hermana se había casado ni yo había elegido aún qué profesión iba a estudiar, por lo cual la chicha
continuaba durmiendo el sueño de los justos y cobrando aquel inapreciable valor que dan a este género de
bebidas los descansos prolongados.
Sin vacilar, cogí la botella del pico y la conduje a mi habitación. Luego de un paciente trabajo logré
cortar el alambre y extraer el corcho, que salió despedido como por el ánima de una escopeta. Bebí un dedito
para probar su sabor y me hubiera acabado toda la botella si es que no la necesitara para un negocio mejor.
Luego de verter su contenido en una pequeña pipa de barro, me dirigí a la calle con la pipa bajo el brazo. Pero
a mitad del camino un escrúpulo me asaltó. Había dejado la botella vacía abandonada sobre la mesa y lo
menos que podía hacer era restituirla a su antiguo lugar para disimular en parte las trazas de mi delito. Regresé
a casa y para tranquilizar aún más mi conciencia, llené la botella vacía con una buena medida de vinagre, la
alambré, la encorché y la acosté en su almohadón.
Con la pipa de barro, me dirigí a la chichería de don Eduardo.
—Fíjate lo que tengo —dije mostrándole el recipiente—. Una chicha de jora de veinte años. Sólo
quiero por ella treinta soles. Está regalada.
Don Eduardo se echó a reír.
—¡A mí!, ¡a mí! —exclamó señalándose el pecho—. ¡A mí con ese cuento! Todos los días vienen a
ofrecerme chicha y no sólo de veinte años atrás. ¡No me fío de esas historias! ¡Como si las fuera a creer!
—Pero yo no te voy a engañar. Pruébala y verás.
—¿Probarla? ¿Para qué? Si probara todo lo que traen a vender terminaría el día borracho, y lo que es
peor, mal emborrachado. ¡Anda, vete de aquí! Puede ser que en otro lado tengas más suerte.
Durante media hora recorrí todas las chicherías y bares de la cuadra. En muchos de ellos ni siquiera me
dejaron hablar. Mi última decisión fue ofrecer mi producto en las casas particulares pero mis ofertas, por lo
general, no pasaron de la servidumbre. El único señor que se avino a recibirme me preguntó si yo era el
mismo que el mes pasado le vendiera un viejo burdeos y como yo, cándidamente, le replicara que sí, fui
cubierto de insultos y de amenazas e invitado a desaparecer en la forma menos cordial.
Humillado por este incidente, resolví regresar a mi casa. En el camino pensé que la única recompensa,
luego de empresa tan vana, sería beberme la botella de chicha. Pero luego consideré que mi conducta sería
egoísta, que no podía privar a mi familia de su pequeño tesoro solamente por satisfacer un capricho pasajero,
y que lo más cuerdo sería verter la chicha en su botella y esperar, para beberla, a que mi hermana se casara o
que a mí pudieran llamarme bachiller.
Cuando llegué a casa había oscurecido y me sorprendió ver algunos carros en la puerta y muchas luces
en las ventanas. No bien había ingresado a la cocina cuando sentí una voz que me interpelaba en la penumbra.
Apenas tuve tiempo de ocultar la pipa de barro tras una pila de periódicos.
—¿Eres tú el que anda por allí? —preguntó mi madre, encendiendo la luz—. ¡Esperándote como
locos! ¡Ha llegado Raúl! ¿Te das cuenta? ¡Anda a saludarlo! ¡Tantos años que no ves a tu hermano! ¡Corre!,
que ha preguntado por ti.
Cuando ingresé a la sala quedé horrorizado. Sobre la mesa central estaba la botella de chicha aún sin
descorchar. Apenas pude abrazar a mi hermano y observar que le había brotado un ridículo mostacho.
«Cuando tu hermano regrese», era otra de las circunstancias esperadas. Y mi hermano estaba allí y estaban
también otras personas y la botella y minúsculas copas pues una bebida tan valiosa necesitaba administrarse
como una medicina.
—Ahora que todos estamos reunidos —habló mi padre—, vamos al fin a poder brindar con la vieja
chicha. —Y agració a los invitados con una larga historia acerca de la botella, exagerando, como era de
esperar, su antigüedad. A mitad de su discurso, los circunstantes se relamían los labios.
La botella se descorchó, las copas se llenaron, se lanzó una que otra improvisación y llegado el
momento del brindis observé que las copas se dirigían a los labios rectamente, inocentemente, y regresaban
vacías a la mesa, entre grandes exclamaciones de placer.
—¡Excelente bebida!
—¡Nunca he tomado algo semejante!
—¿Cómo me dijo? ¿Treinta años guardada?
—¡Es digna de un cardenal!
—¡Yo que soy experto en bebidas, le aseguro, don Bonifacio, que como ésta ninguna!
Y mi hermano, conmovido por tan grande homenaje, añadió:
—Yo les agradezco, mis queridos padres, por haberme reservado esta sorpresa con ocasión de mi
llegada.
El único que, naturalmente, no bebió una gota, fui yo. Luego de acercármela a las narices y aspirar su
nauseabundo olor a vinagre, la arrojé con disimulo en un florero.
Pero los concurrentes estaban excitados. Muchos de ellos dijeron que se habían quedado con la miel en
los labios y no faltó uno más osado que insinuara a mi padre si no tenía por allí otra botellita escondida.
—¡Oh, no! —replicó—. ¡De estas cosas sólo una! Es mucho pedir.
Noté, entonces, una consternación tan sincera en los invitados, que me creí en la obligación de
intervenir.
—Yo tengo por allí una pipa con chicha.
—¿Tú? —preguntó mi padre, sorprendido.
—Sí, una pipa pequeña. Un hombre vino a venderla… Dijo que era muy antigua.
—¡Bah! ¡Cuentos!
—Y yo se la compré por cinco soles.
—¿Por cinco soles? ¡No has debido pagar ni una peseta!
—A ver, la probaremos —dijo mi hermano—. Así veremos la diferencia.
—Sí, ¡que la traiga! —pidieron los invitados.
Mi padre, al ver tal expectativa, no tuvo más remedio que aceptar y yo me precipité hacia la cocina.
Luego de extraer la pipa bajo el montón de periódicos, regresé a la sala con mi trofeo entre las manos.
—¡Aquí está! —exclamé, entregándosela a mi padre.
—¡Hum! —dijo él, observando la pipa con desconfianza—. Estas pipas son de última fabricación. Si
no me equivoco, yo compré una parecida hace poco. —Y acercó la nariz al recipiente—. ¡Qué olor! ¡No!
¡Esto es una broma! ¿Dónde has comprado esto, muchacho? ¡Te han engañado! ¡Qué tontería! Debías haber
consultado. —Y para justificar su actitud hizo circular la botija entre los concurrentes, quienes ordenadamente
la olían y después de hacer una mueca de repugnancia, la pasaban a su vecino.
—¡Vinagre!
—¡Me descompone el estómago!
—Pero ¿es que esto se puede tomar?
—¡Es para morirse!
Y como las expresiones aumentaban de tono, mi padre sintió renacer en sí su función moralizadora de
jefe de familia y, tomando la pipa con una mano y a mí de una oreja con la otra, se dirigió a la puerta de calle.
—Ya te lo decía. ¡Te has dejado engañar como un bellaco! ¡Verás lo que se hace con esto!
Abrió la puerta y, con gran impulso, arrojó la pipa a la calle, por encima del muro. Un ruido de botija
rota estalló en un segundo. Recibiendo un coscorrón en la cabeza, fui enviado a dar una vuelta por el jardín y
mientras mi padre se frotaba las manos, satisfecho de su proceder, observé que en la acera pública, nuestra
chicha, nuestra magnífica chicha norteña, guardada con tanto esmero durante quince años, respetada en tantos
pequeños y tentadores compromisos, yacía extendida en una roja y dolorosa mancha. Un automóvil la pisó
alargándola en dos huellas; una hoja de otoño naufragó en su superficie; un perro se acercó, la olió y la meó.
(París, 1955)
Preguntas guía para el análisis de “La botella de chicha”
27. ¿Qué tipo de narrador utiliza el autor para contar la historia? ¿Cómo lo sabes?
¿Qué tipo de focalización utiliza el narrador?
¿Qué estilos narrativos identificaste?
¿Cuáles crees que fueron los motivos que impulsó al autor a utilizar ese tipo de narrador?
28. ¿Muestra, el narrador, sus opiniones o ideas sobre algún personaje o situación mientras está narrando la
historia?
¿Qué características configuran al narrador? ¿Qué juicio te provoca la actuación del narrador?
29. ¿Cuál es diégesis del cuento? ¿Cómo se configura? ¿En qué evidencias narrativas te basas?
30. ¿Qué acontecimiento se podría considerar como nudo en “La botella de chicha”?
31. ¿Qué secuencia narrativa te ha causado intriga y te ha generado más preguntas?
32. ¿Te ha parecido audaz la trama narrativa del cuento? Sustenta y elabora un esquema de esa trama, apuntando
los acontecimientos clave para su desarrollo.
33. ¿Qué sensaciones te produjo la lectura? ¿Cómo cambiaron tus sentimientos conforme iba avanzando la
historia?
¿Qué te sorprendió del cuento?
34. ¿Por qué crees que el narrador se refiere a la botella de chicha como un “pequeño tesoro”?
¿Crees que la botella de chicha funciona como un símbolo?
¿Qué relaciones encuentras entre los acontecimientos acaecidos por la botella de chicha y la construcción de
una clase social?
35. ¿Cuál(es) crees que fue(ron) el(los) motivo(s) de los elogios a la bebida que repartió don Bonifacio? ¿Qué juicio
te provoca la actuación de este personaje?
36. ¿Cuál(es) crees que fue(ron) el(los) motivo(s) de desprecio a la bebida que quiso compartir el hijo?
37. ¿De qué manera ejerce poder don Bonifacio respecto al personaje principal (su hijo) y los personajes
secundarios (los invitados)?
38. ¿Qué temas identificaste en el cuento? ¿En qué tema te gustaría profundizar para realizar tu comentario
literario? ¿Por qué?
Glosario:
Pesquisa, pignorable, trasto, pipa, escrúpulo, burdeos, cándido
El profesor suplente
Hacia el atardecer, cuando Matías y su mujer sorbían un triste té y se quejaban de la miseria de la clase
media, de la necesidad de tener que andar siempre con la camisa limpia, del precio de los transportes, de los
aumentos de ley, en fin, de lo que hablan a la hora del crepúsculo los matrimonios pobres, se escucharon en la
puerta unos golpes estrepitosos y cuando la abrieron irrumpió el doctor Valencia, bastón en mano, sofocado
por el cuello duro.
—¡Mi querido Matías! ¡Vengo a darte una gran noticia! De ahora en adelante serás profesor. No me
digas que no… ¡espera! Como tengo que ausentarme unos meses del país, he decidido dejarte mis clases de
historia en el colegio. No se trata de un gran puesto y los emolumentos no son grandiosos pero es una
magnífica ocasión para iniciarte en la enseñanza. Con el tiempo podrás conseguir otras horas de clases, se te
abrirán las puertas de otros colegios, quién sabe si podrás llegar a la Universidad… eso depende de ti. Yo
siempre te he tenido una gran confianza. Es injusto que un hombre de tu calidad, un hombre ilustrado, que ha
cursado estudios superiores, tenga que ganarse la vida como cobrador… No señor, eso no está bien, soy el
primero en reconocerlo. Tu puesto está en el magisterio… No lo pienses dos veces. En el acto llamo al
director para decirle que ya he encontrado un reemplazo. No hay tiempo que perder, un taxi me espera en la
puerta… ¡Y abrázame, Matías, dime que soy tu amigo!
Antes de que Matías tuviera tiempo de emitir su opinión, el doctor Valencia había llamado al colegio,
había hablado con el director, había abrazado por cuarta vez a su amigo y había partido como un celaje, sin
quitarse siquiera el sombrero.
Durante unos minutos, Matías quedó pensativo, acariciando esa bella calva que hacía la delicia de los
niños y el terror de las amas de casa. Con un gesto enérgico, impidió que su mujer intercalara un comentario
y, silenciosamente, se acercó al aparador, se sirvió del oporto reservado a las visitas y lo paladeó sin prisa,
luego de haberlo observado contra la luz de la farola.
—Todo esto no me sorprende —dijo al fin—. Un hombre de mi calidad no podía quedar sepultado en
el olvido.
Después de la cena se encerró en el comedor, se hizo llevar una cafetera, desempolvó sus viejos textos
de estudio y ordenó a su mujer que nadie lo interrumpiera, ni siquiera Baltazar y Luciano, sus colegas de
trabajo, con quienes acostumbraba reunirse por las noches para jugar a las cartas y hacer chistes procaces
contra sus patrones de la oficina.
A las diez de la mañana, Matías abandonaba su departamento, la lección inaugural bien aprendida,
rechazando con un poco de impaciencia la solicitud de su mujer, quien lo perseguía por el corredor de la
quinta, quitándole las últimas pelusillas de su terno de ceremonia.
—No te olvides de poner la tarjeta en la puerta —recomendó Matías antes de partir—. Que se lea bien:
Matías Palomino, profesor de historia.
En el camino se entretuvo repasando mentalmente los párrafos de su lección. Durante la noche anterior
no había podido evitar un temblorcito de gozo cuando, para designar a Luis XVI, había descubierto el epíteto
de Hidra. El epíteto pertenecía al siglo XIX y había caído un poco en desuso pero Matías, por su porte y sus
lecturas, seguía perteneciendo al siglo XIX y su inteligencia, por donde se la mirara, era una inteligencia en
desuso. Desde hacía doce años, cuando por dos veces consecutivas fue aplazado en el examen de bachillerato,
no había vuelto a hojear un solo libro de estudios ni a someter una sola cogitación al apetito un poco lánguido
de su espíritu. Él siempre achacó sus fracasos académicos a la malevolencia del jurado y a esa especie de
amnesia repentina que lo asaltaba sin remisión cada vez que tenía que poner en evidencia sus conocimientos.
Pero si no había podido optar al título de abogado, había elegido la prosa y el corbatín del notario: si no por
ciencia, al menos por apariencia, quedaba siempre dentro de los límites de la profesión.
Cuando llegó ante la fachada del colegio, se sobreparó en seco y quedó un poco perplejo. El gran reloj
del frontis le indicó que llevaba un adelanto de diez minutos. Ser demasiado puntual le pareció poco elegante
y resolvió que bien valía la pena caminar hasta la esquina. Al cruzar delante de la verja escolar, divisó un
portero de semblante hosco, que vigilaba la calzada, las manos cruzadas a la espalda.
En la esquina del parque se detuvo, sacó un pañuelo y se enjugó la frente. Hacía un poco de calor. Un
pino y una palmera, confundiendo sus sombras, le recordaron un verso, cuyo autor trató en vano de identificar.
Se disponía a regresar —el reloj del Municipio acababa de dar las once— cuando detrás de la vidriera de una
tienda de discos distinguió a un hombre pálido que lo espiaba. Con sorpresa constató que ese hombre no era
otra cosa que su propio reflejo. Observándose con disimulo, hizo un guiño, como para disipar esa expresión
un poco lóbrega que la mala noche de estudio y de café había grabado en sus facciones. Pero la expresión,
lejos de desaparecer, desplegó nuevos signos y Matías comprobó que su calva convalecía tristemente entre los
mechones de las sienes y que su bigote caía sobre sus labios con un gesto de absoluto vencimiento.
Un poco mortificado por la observación, se retiró con ímpetu de la vidriera. Una sofocación de mañana
estival hizo que aflojara su corbatín de raso. Pero cuando llegó ante la fachada del colegio, sin que en
apariencia nada la provocara, una duda tremenda lo asaltó: en ese momento no podía precisar si la Hidra era
un animal marino, un monstruo mitológico o una invención de ese doctor Valencia, quien empleaba figuras
semejantes para demoler a sus enemigos del Parlamento. Confundido, abrió su maletín para revisar sus
apuntes, cuando se percató que el portero no le quitaba el ojo de encima. Esta mirada, viniendo de un hombre
uniformado, despertó en su conciencia de pequeño contribuyente tenebrosas asociaciones y, sin poder evitarlo,
prosiguió su marcha hasta la esquina opuesta.
Allí se detuvo resollando. Ya el problema de la Hidra no le interesaba: esta duda había arrastrado otras
muchísimo más urgentes. Ahora en su cabeza todo se confundía. Hacía de Colbert un ministro inglés, la
joroba de Marat la colocaba sobre los hombros de Robespierre y por un artificio de su imaginación, los finos
alejandrinos de Chénier iban a parar a los labios del verdugo Sansón. Aterrado por tal deslizamiento de ideas,
giró los ojos locamente en busca de una pulpería. Una sed impostergable lo abrasaba.
Durante un cuarto de hora recorrió inútilmente las calles adyacentes. En ese barrio residencial sólo se
encontraban salones de peinado. Luego de infinitas vueltas, se dio de bruces con la tienda de discos y su
imagen volvió a surgir del fondo de la vidriera. Esta vez Matías la examinó: alrededor de los ojos habían
aparecido dos anillos negros que describían sutilmente un círculo que no podía ser otro que el círculo del
terror.
Desconcertado, se volvió y quedó contemplando el panorama del parque. El corazón le cabeceaba
como un pájaro enjaulado. A pesar de que las agujas del reloj continuaban girando, Matías se mantuvo rígido,
testarudamente ocupado en cosas insignificantes, como en contar las ramas de un árbol, y luego en descifrar
las letras de un aviso comercial perdido en el follaje.
Un campanazo parroquial lo hizo volver en sí. Matías se dio cuenta de que aún estaba en la hora.
Echando mano a todas sus virtudes, incluso a aquellas virtudes equívocas como la terquedad, logró componer
algo que podría ser una convicción y, ofuscado por tanto tiempo perdido, se lanzó al colegio. Con el
movimiento aumentó su coraje. Al divisar la verja asumió el aire profundo y atareado de un hombre de
negocios. Se disponía a cruzarla cuando, al levantar la vista, distinguió al lado del portero a un cónclave de
hombres canosos y ensotanados que lo espiaban, inquietos. Esta inesperada composición —que le recordó a
los jurados de su infancia— fue suficiente para desatar una profusión de reflejos de defensa y, virando con
rapidez, se escapó hacia la avenida.
A los veinte pasos se dio cuenta de que alguien lo seguía. Una voz sonaba a sus espaldas. Era el
portero.
—Por favor —decía—. ¿No es usted el señor Palomino, el nuevo profesor de historia? Los hermanos
lo están esperando.
Matías se volvió, rojo de ira.
—¡Yo soy cobrador! —contestó brutalmente, como si hubiera sido víctima de alguna vergonzosa
confusión.
El portero le pidió excusas y se retiró. Matías prosiguió su camino, llegó a la avenida, torció hacia el
parque, anduvo sin rumbo entre la gente que iba de compras, se resbaló en un sardinel, estuvo a punto de
derribar a un ciego y cayó finalmente en una banca, abochornado, entorpecido, como si tuviera un queso por
cerebro.
Cuando los niños que salían del colegio comenzaron a retozar a su alrededor, despertó de su letargo.
Confundido aún, bajo la impresión de haber sido objeto de una humillante estafa, se incorporó y tomó el
camino de su casa. Inconscientemente eligió una ruta llena de meandros. Se distraía. La realidad se le
escapaba por todas las fisuras de su imaginación. Pensaba que algún día sería millonario por un golpe de azar.
Solamente cuando llegó a la quinta y vio que su mujer lo esperaba en la puerta del departamento, con el
delantal amarrado a la cintura, tomó conciencia de su enorme frustración. No obstante se repuso, tentó una
sonrisa y se aprestó a recibir a su mujer, que ya corría por el pasillo con los brazos abiertos.
—¿Qué tal te ha ido? ¿Dictaste tu clase? ¿Qué han dicho los alumnos?
—¡Magnífico!… ¡Todo ha sido magnífico! —balbuceó Matías—. ¡Me aplaudieron! —Pero al sentir
los brazos de su mujer que lo enlazaban del cuello y al ver en sus ojos, por primera vez, una llama de
invencible orgullo, inclinó con violencia la cabeza y se echó desoladamente a llorar.
(Amberes, 1957)
39. ¿Qué tipo de narrador utiliza el autor para contar la historia? ¿Cómo lo sabes?
¿Qué tipo de focalización utiliza el narrador?
¿Qué estilos narrativos identificaste?
¿Cuáles crees que fueron los motivos que impulsó al autor a utilizar ese tipo de narrador?
40. ¿Muestra, el narrador, sus opiniones o ideas sobre algún personaje o situación mientras está narrador la
historia?
¿Qué características configuran al narrador?
41. ¿Cuál es diégesis del cuento?
¿Cómo está configurada el espacio de la clase media limeña y de la clase media alta?
¿En qué evidencias narrativas te basas?
42. ¿Qué acontecimiento se podrías considerar como inicio, medio o nudo, final o desenlace y conflicto?
43. ¿Qué secuencia narrativa te ha servido para delimitar tu tema?
44. ¿Qué te ha parecido la trama narrativa del cuento? Sustenta y elabora un esquema de esa trama, apuntando
los acontecimientos clave para su desarrollo.
45. ¿Qué sensaciones te produjo la lectura? ¿Cómo cambiaron tus sentimientos conforme iba avanzando la
historia?
¿Qué te sorprendió del cuento?
46. ¿Qué opinas sobre el monólogo y la actuación del doctor Valencia al inicio del cuento? ¿Qué efecto crees que
ha querido causar el autor?
47. ¿Cómo configuran al protagonista la alusión al “oporto” y a la “tarjeta en la puerta”?
48. ¿Qué implica la frase “si no por ciencia, al menos por apariencia”?
49. ¿Qué simboliza el portero del colegio, tiene alguna relación con el doctor Valencia? ¿Ejercen algún tipo de
poder?
50. ¿Se puede inferir que las características del colegio al cual debía acudir Matías influyeron en su
comportamiento?
51. ¿Qué nos sugiere, en relación con el desenlace de la historia, cuando el narrador dice que Matías tiene una
“inteligencia en desuso”?
52. ¿Qué temas identificaste en el cuento? ¿En qué tema te gustaría profundizar para realizar tu comentario
literario? ¿Por qué?
Glosario
1. Emolumento 2. Celaje 3. Paladear 4. Procaz 5. Epíteto 6. Cogitar 7. Lánguido 8. Perplejo
9. Enjugar 10. Lóbrego 11. Ímpetu 12. Resollar 13. Pulpería 14. Bruces 15. Ofuscar 16. Cónclave
17. Profuso 18. Retozar 19. Letargo 20. Meandro 21. Balbucir
- Infiere información implícita sobre los elementos literarios de fondo y forma, seleccionando datos generales, - 2,3, 12,13
específicos coherentes que dan base a su interpretación en el texto literario. Analiza e integra información
implícita inferida de distintas partes del texto o de distintos textos al realizar una lectura intertextual para
dar sentido global al texto.
- Deduce relaciones lógicas entre los principales elementos del contenido y la forma y entre ambos al realizar - 4, 12, 13
una lectura analítica textual e intertextual. Infiere significados o sentidos a partir de relaciones que establece
entre los diferentes elementos literarios con el contexto y otros textos en la lectura intertextual.
- Explica el tema, los subtemas y el propósito comunicativo del texto literario. Distingue elementos relevantes - 5, 14
y complementarios y los integra para construir los sentidos y significados. Establece conclusiones generales y
particulares sobre lo comprendido contrastando su experiencia y conocimiento con el contexto sociocultural
del texto literario.
- Explica el modo en que los recursos literarios, técnicas y determinados elementos del texto literario - 3, 4
construyen el sentido del texto y sus significados posibles.
- Opina sobre el contenido y la forma sobre las decisiones y la intención del autor, sobre los efectos de estas - 1, 8
en el lector y en el significado de la obra.
- Sustenta su posición frente a las ideas y los valores humanos y literarios presentes en el texto. - 8, preguntas
de
transferencia