Tecnicas de Apelacion

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LA TÉCNICA EN EL RECURSO DE

APELACIÓN EN EL PROCESO
ORDINARIO LABORAL COLOMBIANO
(Aportes para su precisión como garantía del debido proceso y derecho de defensa)

PRESENTADO POR:

JOHN ALBERT GÓMEZ PINEDA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
MAESTRÍA EN DERECHO – ÁREA DE PROFUNDIZACIÓN EN DERECHO
PROCESAL
CIUDAD UNIVERSITARIA, BOGOTÁ D.C., COLOMBIA
AGOSTO 2014
LA TÉCNICA EN EL RECURSO DE
APELACIÓN EN EL PROCESO
ORDINARIO LABORAL COLOMBIANO
(Aportes para su precisión como garantía del debido proceso y derecho de defensa)

TRABAJO FINAL DE MAESTRÍA REQUISITO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE

MAGISTER EN DERECHO PROFUNDIZACIÓN EN DERECHO PROCESAL

PRESENTADO POR:

JOHN ALBERT GÓMEZ PINEDA

DIRECTOR:

JAVIER ANTONIO FERNÁNDEZ SIERRA

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
MAESTRÍA EN DERECHO – ÁREA DE PROFUNDIZACIÓN EN DERECHO
PROCESAL
CIUDAD UNIVERSITARIA, BOGOTÁ D.C., COLOMBIA
AGOSTO 2014

ii
AGRADECIMIENTOS

A Sara Sofia, el motor que impulsa la sangre por mis venas y que me ha enseñado un
nuevo sentido del amor, de la vida y de la razón de existir. A Marly, por el amor, por
todos los momentos vividos, por la paciencia y comprensión. A todos aquellos que
les he ocupado parte de tiempo y espacio por la academia, pero que mi corazón
reclama para ellos. A todas las personas que aportaron a mi formación, personal y
académica en esta gran experiencia y que de una u otra manera me dejaron valiosos
recuerdos para la vida.

iii
Título: La Técnica en el Recurso de
Apelación en el proceso ordinario laboral
colombiano

Title: The technique in the use of the


appeal in the ordinary process Colombian
labor

Resumen
Este documento plantea como objetivo general determinar si se vulneran
derechos sustanciales, cuando en el proceso ordinario laboral al apelante
único se le exigen requisitos técnicos formales y sustanciales mínimos para
la interposición y sustentación del recurso de apelación. Además, propone
como hipótesis que se vulnerarían derechos sustanciales con la exigencia de
la individualización técnica de las razones concretas del recurso del apelante
único en el proceso ordinario laboral, limitando la competencia funcional de la
segunda instancia. El resultado esperado es que la técnica utilizada en el
recurso de apelación sea garantía de derechos sustanciales y que la
segunda instancia permite al juez de alzada ceñirse a los motivos expuestos
por el apelante en su ataque a la sentencia; si estos motivos se encuentran
individualizados técnicamente, la resolución a la sentencia será mucho más
ágil y, asimismo, es garantía de derechos sustanciales.

Palabras clave: recurso de apelación, apelante único, competencia limitada,


apelación técnica jurídica.

Abstract
This document has as general objective to determine if substantial rights are
violated when ordinary labor process requires to the one appellant formal and
substantial minimal technical requirement for interposition and support of the
appeal resource. Proposes like hypothesis that substantial rights are

iv
breached with the requirement of technical individualization of the sole
appellant resource’s specific reasons in the ordinary labor process, limiting
the functional competence of the second instance. The expected result will be
that the limitation of functional competence of the second instance refers to
the appellate court to stick to the reasons given by the sole appellant in his
attack on the judgment; if these reasons are technically individualized; the
resolution to the judgment will be much more agile and likewise will guarantee
substantial rights.

Key words: resource appeal, appellant unique, limited competition,


technique appeal.

v
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Tabla de Contenido
INTRODUCCIÓN Y PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN .................................................. 4

I. Realidad del recurso de apelación en Colombia ....................................................................... 7

II. Aplicación del recurso de apelación y vulneración de derechos sustanciales ................... 7

CAPÍTULO PRIMERO. EN RELACIÓN AL RECURSO DE APELACIÓN EN


COLOMBIA ..................................................................................................................................... 8

I. Concepto, historia y utilidad ......................................................................................................... 8

Concepto ................................................................................................................................................... 8

Historia .................................................................................................................................................... 11

Utilidad del recurso de apelación ....................................................................................................... 13

II. La doble instancia y su excepción ............................................................................................. 14

Principio de la doble instancia y la no reformatio in pejus ............................................................ 15

Alcance del recurso de apelación ...................................................................................................... 17

Procesos laborales de única instancia, excepción al principio de doble instancia .................. 19

III. El recurso de apelación técnico ................................................................................................. 21

El recurso de apelación es ordinario ................................................................................................. 23

2. MARCO TEORICO PARA LA SOLUCION POTENCIAL DEL PROBLEMA. ... 25

CAPÍTULO SEGUNDO. CONTEXTUALIZACIÓN DEL RECURSO DE


APELACIÓN EN EL PROCESO ORDINARIO LABORAL COLOMBIANO ........... 25

I. La exigencia de sustentar el recurso de apelación en el proceso laboral colombiano ... 25

Artículo 57 de la Ley 2 de 1984 y Artículo 65 del CPT y la SS reformado por la Ley 712 de
2002 .......................................................................................................................................................... 25

Sustentación del recurso de apelación ............................................................................................. 28

La apelación doble ................................................................................................................................ 31

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II. Competencia y ius postulandi..................................................................................................... 32

Competencia e importancia del juez de primera instancia ............................................................ 33

Competencia y limitación funcional del juez de segunda instancia ............................................ 34

El ius postulandi en el recurso de apelación ................................................................................... 39

III. La garantía de derechos sustanciales ....................................................................................... 41

Derechos sustanciales frente a derechos procesales, generalidades ........................................ 41

El derecho al debido proceso también es una garantía de derechos sustanciales .................. 46

Derechos del Trabajador en Colombia .............................................................................................. 48

3. VALIDACION DE LA HIPÓTESIS O CONCLUSIONES SUSTANTIVAS .......... 52

CAPÍTULO TERCERO. APLICACIÓN DE LA TÉCNICA EN EL RECURSO DE


APELACIÓN ................................................................................................................................ 52

I. Errores a endilgar en el recurso de apelación ......................................................................... 52

II. Sentencias ejemplo de técnica al interponer el recurso de apelación ................................ 58

Análisis de técnica planteada para interponer recurso de apelación .......................................... 72

III. El abuso del recurso de apelación ............................................................................................. 75

Negación del recurso de apelación .................................................................................................... 77

Admisión del recurso de apelación .................................................................................................... 80

Sentencia de segunda instancia con base a un recurso justificado técnicamente. ................. 80

CONCLUSIONES ....................................................................................................................... 83

ANEXO 1. GLOSARIO DE TÉRMINOS.............................................................................. 85

ANEXO 2. ABREVIATURAS .................................................................................................. 87

BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................................... 88

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Introducción y Problema de Investigación


Problema de investigación. Se plantea como problema de investigación,
si en la materialización de la oralidad impuesta tras la ley 1149 de 2007, la
exigencia de la justificación técnica del recurso de apelación en el proceso
ordinario laboral puede llegar a sacrificar derechos sustanciales, planteando
una técnica mínima que debería exigírsele al apelante, sin que dicho
requerimiento termine afectando derechos fundamentales.

El presente trabajo tiene como objeto de estudio la técnica en el recurso de


apelación en el proceso ordinario laboral colombiano, a través de una
valoración conceptual y meramente propositiva, que pretende la
reevaluación del recurso actual en pro de una clara necesidad de técnica en
la exposición de los motivos de agravio en la sentencia de primera
instancia, como garantía de derechos sustanciales. Se examina, pues, toda
la estructura del recurso actual: concepto, utilidad, contenido, limitaciones y
término, pasando por la importancia de la competencia de los jueces, tanto
el de primera instancia como el de segunda, y el debido proceso como
garantía de derechos sustanciales para las partes. Cuando en este escrito
se hace referencia a técnica en el recurso de apelación, se refiere a la
técnica jurídica, entendida como el ejercicio del derecho de manera
ordenada y fundamentada en bases fácticas, jurídicas y jurisprudenciales.

Es sumamente importante el papel jurídico del abogado a la hora de


garantizar los derechos de su poderdante. Exigirle a este profesional
técnica en los motivos expuestos en su recurso sería la base para una
mejor resolución y, posiblemente, la consecución de una sentencia
favorable, haciendo énfasis en lo que el apelante considera se le está
vulnerando y merece mayor atención por parte del juez de alzada.. Por
tanto, se pretende demostrar que la exigencia real de técnica en el recurso
de apelación en el proceso ordinario laboral sería una garantía de derechos
sustanciales, incluyendo el derecho al debido proceso.

Atendiendo al hecho de que la literatura jurídica define de una forma muy


completa el recurso de apelación, un recurso ordinario y vertical que
pretende la sentencia emitida por el juez de primera instancia sea objeto de
estudio de un juez de mayor jerarquía, con el fin de que la revise y emita un
nuevo concepto a favor del apelante, en la práctica, aunque es un recurso

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bastante funcional se queda limitado por la falta de exigencia real de técnica


en su interposición, en vías de desarrollo del mismo, pues la justificación de
los motivos del recurso quedan cortos y limitados a exponer el desacuerdo
con la sentencia, sin tener en cuenta que esto daría facultades
indeterminadas al juez de alzada para resolver, incluso, lo que no es objeto
de apelación.

Itinerario: Este trabajo propone que sentencias apeladas, usando


condiciones técnicas mínimas en la justificación del recurso, pueden
obtener una resolución eficiente en favor del apelante, o una resolución
diferente a la expuesta por el juez y que, además, hacen que el proceso sea
eficiente; por tanto, el recurrente podría lograr una solución mucho más
rápida y efectiva.

La exposición de los temas divide el trabajo en una parte general


conceptual, que expone los conocimientos de diversos autores y tratados
jurídicos acerca de este recurso, y una segunda parte especial, que expone
a partir de un trabajo investigativo e hipotético la acción que tendría el uso
de técnica al momento de justificar los motivos en desacuerdo de la
sentencia apelada.

Así, el contenido del presente documento se divide en tres capítulos. El


primer capítulo, cuya función es la exposición conceptual del tema en
cuestión, se concentra en vincular al lector con el origen del recurso y su
verdadera importancia a partir del uso de técnica, más que de su dividida
importancia actual; posteriormente, introduce al lector en lo relacionado con
el recurso de apelación, sus conceptos y las estructuras del tema jurídico.

El propósito del segundo capítulo radica en enmarcar el estudio


principalmente en el contexto laboral, como la competencia del juez de
primera y segunda instancia, los derechos de los trabajadores y el ius
postulandi, así como la garantía de derechos sustanciales y del debido
proceso, teniendo en cuenta las particularidades del recurso en el proceso
ordinario laboral.

El tercer capítulo aborda los errores a endilgar en la sentencia de primera


instancia, señalando que con el recurso de apelación técnico se tienen
mayores oportunidades de prosperar, sin que se vulneren derechos
sustanciales. De este modo, se plantea que la exigencia de técnica tecina
en la actuación judicial es una garantía para que los derechos sustanciales
se materialicen, pretendiendo concluir que el proceso técnico garantiza el

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debido proceso, al mismo tiempo que alimenta el debate jurídico y la


eficiencia de la administración de justicia.

Tanto la parte especial como la general establecen la utilidad del recurso de


apelación, su pertinencia y la necesidad de su fundamente técnico; también
analizan la prevalencia de derechos sustanciales frente a los procesales en
el recurso de apelación, y señalan los errores que comúnmente deberían
endilgarse a una sentencia en un recurso de apelación.
El estudio realizado, a través de la presentación de un planteamiento,
pretende proponer la mejoría de los procedimientos jurídicos a través del
adelanto del recurso de apelación a partir del uso de técnica en la
justificación de los errores endilgados a la sentencia de primera instancia,
establecido como técnica en el recurso de apelación, sin que dicha
exigencia real sacrifique derechos sustanciales.

Objetivo General.

Determinar si es jurídicamente viable que para el proceso ordinario laboral


que se exija al apelante, requisitos técnicos formales y sustanciales para la
interposición y sustentación del recurso de apelación, como garantió de
derechos sustanciales y de debido proceso.

Objetivos Específicos
- Establecer la utilidad del recurso de apelación, su pertinencia y la
necesidad de su fundamento técnico.
- Analizar la prevalencia de derechos sustanciales frente a los procesales
en el recurso de apelación.
- Estudiar las facultades y las competencias del juez de segunda instancia
teniendo en cuenta la justificación técnica del recurso.
- Evaluar si la exigencia de requisitos formales y sustanciales en la
sustentación del recurso de apelación en el proceso ordinario laboral,
pueden afectar derechos sustanciales
- Señalar los errores que comúnmente deberían endilgarse a una
sentencia en un recurso de apelación.

Hipótesis. La exigencia de individualizar los motivos técnicos, de hecho y


de derecho del recurso interpuesto por parte del apelante respecto a la sentencia
en el proceso ordinario laboral, limita la competencia funcional del juez de
segunda instancia, permitiendo un estudio ágil y eficaz del recurso, lo que es
garantía de derechos sustanciales.

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I. Realidad del recurso de apelación en Colombia


El apelante único del proceso ordinario laboral, para dar cumplimiento a la
obligación legal, debe sustentar el recurso de apelación conforme a lo
establecido en el Código Procesal del Trabajo y la Seguridad Social
(artículo 66). La exigencia de sustentarlo es clara y en el caso de que quede
alguna duda del alcance de dicha obligación legal, la misma es coherente
con las disposiciones aplicables por remisión expresa, como lo es con el
Código de Procedimiento Civil (artículo 352) y Código General del Proceso
(artículo 320) aplicables por remisión expresa del CPT y SS (artículo 145);
sin embargo, ninguna de estas normas individualiza de manera técnica una
manera de presentar los motivos de inconformidad en los ataques a las
sentencias, limitándose únicamente a indicar que se debe sustentar. Esto
genera la posibilidad de que dicho sustento solo sea un desacuerdo por el
resultado o un replanteamiento de la demanda inicial, dejando el debate del
proceso en la generalidad, otorgando así competencia funcional abierta e
indeterminada en todo lo desfavorable a dicho apelante.

A pesar de todos los avances en la construcción y garantía de derechos, los


discursos y los debates jurídicos no mejoran, siguen estancados con
escasa técnica. La preocupación por no vulnerar derechos sustanciales ha
conllevado a que no se exija un acceso más técnico a la justicia, aun
cuando se requiere el ius postulandi, que implica que todos quienes acuden
a presentar una demanda de primera instancia sean abogados.

Sin vulnerar ningún derecho, los jueces tienen la facultad de requerir la


presencia de los recurrentes, para que expresen y sustenten
individualmente los motivos jurídicos, fácticos y probatorios de forma
técnica y específica, permitiendo el mejoramiento del proceso y el debate,
sin sacrificar derechos sustanciales; en ese escenario el crecimiento en la
exigencia puede ser flexible, pero debería ser continuo.

II. Aplicación del recurso de apelación y vulneración de


derechos sustanciales
En el ejercicio del uso y aplicación del recurso de apelación como medio
opositor a la sentencia desfavorable, el abogado debe tener en cuenta qué

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clase de conclusión tendrá el mismo. Es apenas obvio que siempre que la


sentencia de primera instancia resulte desfavorable a los intereses de la
parte apelante ésta podrá y tendrá que hacer uso de algún argumento para
cambiar tal decisión, pero debe tener en conciencia si este recurso estará
destinado a prosperar o no y qué clase de competencia le está dando al
juez que posteriormente resolverá el problema jurídico que le atañe.

Procesalmente hablando, el problema que nos ocupa es el de los derechos


sustanciales, que podrían resultar sacrificados con la exigencia de la
individualización técnica de las razones concretas del recurso del apelante
único en el proceso ordinario laboral, limitando así la competencia funcional
de la segunda instancia; o simplemente, si la limitación de la competencia
funcional de la segunda instancia remite al juez de alzada a ceñirse a los
motivos expuestos por el apelante único en su ataque a la sentencia. En
todo caso, si estos motivos se encuentran individualizados técnicamente la
resolución a la sentencia será mucho más ágil y así mismo habrá garantía
de la preservación de tales derechos.

1. ESTADO DEL ARTE DEL PROBLEMA

Capítulo Primero. En relación al recurso


de apelación en Colombia
En este capítulo se pretende hacer un estudio del recurso de apelación desde sus
orígenes, sus formas y requisitos, para poder plantear la necesidad y la utilidad de
dicha figura, pero también la importancia de la exigencia de una sustentación
técnica del recurso de apelación, como herramienta que permita su efectividad.

I. Concepto, historia y utilidad

Concepto

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Siguiendo los planteamientos de Eduardo Couture, quien expresó que


recurso es volver a recorrer o volver al punto de partida como mecanismo
de impugnación, los recursos judiciales son formas de derecho
procedimental que permiten el intento de modificación de alguna resolución
cualquiera, que generalmente afecta a la parte que lo interpone; éste se
divide por lo general en recursos horizontales y verticales, y en recursos
ordinarios y extraordinarios. En efecto, son medios que la ley otorga a las
partes agraviadas para que estas establezcan su inconformidad con la
resolución dada a un proceso y se estime el concepto de un juez de mayor
jerarquía en los verticales.

La anterior exposición se da basada en tres apartados que pueden


considerarse determinantes,

1) Errar es de humanos: teniendo en cuenta la cantidad de jueces que


existe y que además de su condición otorgada por la ley de juzgar,
también son naturalmente seres humanos que se equivocan, si
alguno de estos incurre en un error debe existir por lo tanto alguna
forma de corregirlo;

2) La interpretación de las leyes así como debe ser objetiva también


tiende a ser subjetiva, por el mismo carácter humano de dicha
acción; de modo que la interpretación de la norma que tenga
determinado un juez no será igual a la de otro;

3) A través de los recursos procesales es posible corregir muchas de


las arbitrariedades en las que pueden incurrir los jueces en la
determinación y aplicación de las normas.

Como se estableció anteriormente, el recurso de apelación es un recurso


ordinario y vertical que permite que la resolución emitida para determinado
proceso por un juez de rango inferior (primera instancia) sea estudiada
nuevamente por un juez de rango superior (de segunda instancia), con el fin
de que sea confirmada, modificada o revocada, teniendo en cuenta una
serie de particularidades y procedimientos.

La Corte Suprema de Justicia define el recurso de apelación de la siguiente


manera:

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Por virtud del sistema procedimental de las dos instancias se origina el recurso
de apelación que es el más importante de los medios legales para la
impugnación de las decisiones judiciales, y de acuerdo con el derecho procesal
el resultado de la apelación, cuando el recurso no tiene buen éxito, es la
confirmación de la resolución apelada; o su revocación o su reforma cuando el
recurso prospera, pero en este caso con el pronunciamiento por parte de la
superioridad jerárquica, de la correspondiente resolución sustitutiva de lo
reformado o revocado.1

Por otra parte, el Código de Procedimiento Civil define el objeto del recurso
de apelación en el título XVIII, capítulo II Apelación, en el artículo 350 de la
siguiente manera:

El recurso de apelación tiene por objeto que el superior estudie la cuestión


decidida en la providencia de primer grado y la revoque o reforme.
Podrá interponer el recurso la parte a quien le haya sido desfavorable la
providencia; respecto del coadyuvante se tendrá en cuenta lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 52.2

El Código General del Proceso, en su sección sexta, título único, capítulo II,
artículo 320, estableció el fin del recurso de apelación así:

El recurso de apelación tiene por objeto que el superior examine la cuestión


decidida, únicamente en relación con los reparos concretos formulados por el
apelante, para que el superior revoque o reforme la decisión...3

El tratadista y autor de varias obras de Derecho Procesal Penal, doctor


Fernando Cannosa Torrado, define el recurso de apelación de la siguiente
manera:

Este recurso es el medio ordinario por excelencia para hacer actuar el principio
de las dos instancias, y tiene por finalidad llevar al discernimiento de un juez de
superior jerarquía llamado ad quem la decisión judicial de uno inferior llamado

1
Corte Suprema de Justicia, Sala de casación civil, magistrado ponente Ricardo Hinestroza Daza, Gaceta
judicial LX, 03/04/1946. (consultado: 20/04/2013)
2
Presidencia de la República, Decretos 1400 y 2019 (06 Agosto y 26 Octubre, 1970). Por los cuales se expide
el Código de Procedimiento Civil. Diario oficial. Bogotá D.C.: 1970, No. 33.150, p. 153
3
Congreso de la República, Ley 1564 (12, Julio, 2012). Por medio de la cual se expide el Código General del
proceso y se dictan otras disposiciones. Diario Oficial. Bogotá D.C.: 2012, No. 48.489, p. 96

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ad quo, con la finalidad de que revoque o modifique las irregularidades o


agravios en que hubiere incurrido al emitir la providencia impugnada.4

Asimismo, el autor peruano Alberto Hinostroza Mínguez lo define como:

Aquel recurso ordinario y vertical o de alzada formulado por quien considera


agraviado con una resolución judicial (auto o sentencia) que adolece de vicio o
error, y encaminada a lograr que el órgano jurisdiccional superior en grado al
que la emitió la revise y proceda a anularla o revocarla, ya sea total o
parcialmente, dictando otra en su lugar u ordenando al juez a quo, que expida
una nueva resolución de acuerdo a los considerandos de la decisión emanada
del órgano revisor.5

Con lo expuesto se pueden delimitar las características del recurso de


apelación en una estructura de proceso, siendo suficiente para diferenciarlo
de los demás.

Historia

El recurso tuvo origen a comienzos del Imperio Romano, aunque se piensa


que posiblemente se haya establecido por una Ley Judiciaria. Sobre su
origen se plantea lo siguiente:

…teniendo por causa el derecho que tenía todo magistrado bajo la república
de oponer su veto a las decisiones de un magistrado de inferior o igual
jerarquía, lo cual se conocía como intercessio del magistrado superior
(appellarum magistratum), pues el magistrado que conocía el recurso no se
contentaba con oponer su veto a la decisión, sino que anulaba y dictaba otra
que sustituía la anterior6

El Recurso de apelación desde sus orígenes se ha perfilado en dos


diferentes sistemas: 1) el que va a revisar en su totalidad a la primera
instancia y 2) el que va a revisar la sentencia únicamente.

El primero de estos sistemas, donde la segunda instancia revisa el proceso


abriendo la posibilidad de incorporar nuevas excepciones y anexar nuevas
pruebas, proviene del Derecho Romano “(…) Según se dice, se introduce a

4
Canosa Torrado, Fernando. Manual de Recursos Ordinarios, Bogotá, Ediciones Doctrina y Ley, 2009, p. 288.
5
Hinostroza Mingues, Alberto. Medios impugnatorios, Lima, Ediciones Gaceta Judicial, 1999, p.125
6
Canosa Torrado, Op. cit., p. 287

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través del Derecho Francés en la mayoría de los países europeos a


excepción de Austria primero y luego de la misma Francia”7. El segundo es
donde se revisa únicamente la sentencia, sistema originado en Austria, y
adoptado por la legislación Española, la cual lo heredó a los países
latinoamericanos.

Siguiendo a Martínez Almira, con respecto a la Edad Media, el recurso de


apelación se encontraba completamente estructurado y suponía un camino
a seguir en el fundamento de la protección de los derechos que se asumían
agraviados. En el derecho español la sentencia dictada en la primera
instancia podía ser recurrida ante los jueces de alzada; se hablaba de que
tal recurso paralizaba toda actuación procesal y quedaba a la espera de la
resolutiva de la alzada. También se concedían ciertos términos, tanto al
recurrente como a los jueces de alzada, que debían poner fin al agravio.
Además, se suponía que el procedimiento del recurso sería dentro de los
diez días siguientes al día en el que se pronunciara el fallo.

“…en el recurso se señalaban los agravios, injusticias o quebramiento de la


forma, sin que fuera posible alegación de nuevas circunstancias ni
proposiciones de pruebas distintas a las presentadas en primera instancia”8
Esta aclaración de Martínez es, como se mencionaba anteriormente,
concerniente al sistema originado en Austria y adoptado por el derecho
español. El curso de la resolutiva no era tan diferente a como lo conocemos
hoy: había un juez que resolvía las apelaciones (Tribunal Superior), el cual
estudiaba los antecedentes y fijaba fecha para resolver citando a la parte
apelada a quien era preceptivo oír antes de proceder.

En comparación a lo que conocemos actualmente, la fecha para resolver se


entiende como audiencia de fallo de segunda instancia; citando a la parte
apelada a quien era preceptivo oír antes de proceder será la garantía del
derecho a la defensa que se encuentran establecidas como las alegaciones
de conclusión que pueden ser convocadas por el Juez dentro de la misma
audiencia de fallo o anterior a esta por medio de traslado a las partes,
notificado mediante auto. La gran diferencia que establecía el derecho en el
medioevo era que “transcurridos diez días desde que el Juez de las

7
Cisneros, Jerí y Genaro, Julián. Teoría general de la impugnación penal y la problemática de la apelación del
auto que no ha lugar a la apertura de instrucción por el agravio. Lima, 2002, p. 4
8
Martínez – Almira, Magdalena. La administración de Justicia en la baja edad media. Universidad de
Alicante, Departamento de Ciencias Histórico – jurídicas. Alicante, 2005, p. 20

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apelaciones asumiera el proceso sin que el apelante recibiera citación por


escrito o convocatoria oral, se entendía desestimado el recurso y
confirmada la sentencia (…)”9; cualquier sentencia revocada, confirmada o
modificada no admitía recurso alguno, teniendo así el carácter de definitiva.

La primera instancia se conocía como cónsules y la segunda instancia


como Juez de apelaciones. Cuando los cónsules recibían la sentencia
debían ejecutarla, proceso que se realizaba sin la intervención de oficiales
reales. En la España medieval, también se manejaban los sistemas oral y
escrito y en los litigios tramitados de forma oral también existía un plazo
para interponer el recurso de apelación:

“(…) El juez reunía a los cónsules y a las partes, interrogaba a los primeros
sobre el motivo que les había movido a dictar la sentencia cuya revisión se
intentaba, en presencia de todos solicitaba la opinión de prohombres del
mar y mercaderes que no hubieran intervenido en primera instancia.
Entonces la sentencia se redactaba por escrito conforme al parecer de la
mayoría, y en caso de no dictarse dentro de los treinta días siguientes al de
la interposición del recurso, se consideraba confirmada la primera.”10

Se estructuraba también una tercera instancia, donde la parte agraviada


podía forzar su proceso, sabiendo que desde la primera instancia la
sentencia había sido en completo perjuicio para sí, la cual conforme a las
ordenanzas de los consulados del siglo XVIII debía pronunciarse dentro de
los nueves días siguientes al segundo fallo.

Utilidad del recurso de apelación

El recurso de apelación tiene por objeto corregir los errores cometidos por
el juez de menor jerarquía al dictar sentencia, más que como un medio para
añadir nuevas excepciones, es decir, el juez que resuelve la apelación debe
ceñirse a las situaciones o excepciones que ya se han tenido en cuenta en
el proceso, más que ordenar la adhesión de nuevas, puesto que lo que se
está apelando es la sentencia y no piezas determinadas de la misma. Esto
sería en el llamado efecto suspensivo, donde se suspende por completo las
facultades del juez de primera instancia y se aboga por que el juez de

9
Ibíd., p. 20
10
Martínez – Almira, Magdalena, Op. Cit., p. 20 – 21

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mayor jerarquía examine toda la decisión impugnada, para que


eventualmente dicte nueva sentencia.

En el marco de los diferentes efectos en los cuales se puede interponer el


recurso de apelación, el más utilizado por los países latinoamericanos es el
ejercicio que busca la revisión únicamente de la sentencia dictada por el
juez de primera instancia, para la modificación de la misma, más que la que
busca la revisión de todo el proceso dirigido a un nuevo juicio, que como se
dijo anteriormente, es más utilizado por la comunidad Europea (CE).

Cómo lo expresa el tratadista Cannosa Torrado:

“(…) la apelación realiza una labor depuradora de los resultados de la


decisión impugnada mediante la utilización de mecanismos autónomos que
conducen, no a un proceso nuevo, sino a una comprobación de la legalidad
del fallo recurrido –revisio priori sinstantiae-, donde las ritualidades
procesales no se identifican sino que se diferencian.”11

La importancia de fondo del recurso es que, interponiéndolo en el efecto


que se centra en la revisión de la sentencia, los poderes del Tribunal que
resuelve quedan limitados únicamente a lo que la parte apela y esto permite
que la corrección de los errores sea precisa, porque la finalidad del recurso
no es replantear sino corregir, modificar y señalar lo que se ha evaluado
erróneamente.

Finalmente, como este es un ejercicio jurídico procesal útil para el curso


natural del proceso, independiente de la conveniencia del resultado o de si
el recurso está llamado a prosperar o no, lo importante es abogar por que
se corrijan de fondo los yerros cometidos por el juez.

En el sistema jurídico colombiano, la utilidad del recurso de apelación está


dentro del marco general que tiene la figura jurídica a nivel internacional,
como ya se ha expresado.

II. La doble instancia y su excepción

11
Canosa Torrado, Ibíd., p. 342

14
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Principio de la doble instancia y la no reformatio in


pejus

El principio de la doble instancia, base del recurso de apelación, derecho


fundamental y garante de derechos, tal como se manifiesta en el artículo 31
de la Constitución Política de Colombia, establece la importancia de que,
cuando se apele a una sentencia dictada por el juez de primera instancia, la
cual es desfavorable para una sola de las partes y siendo llamada ésta
apelante único, el juez superior tendrá la potestad y las facultades para
examinar y modificar dicha providencia, mantenerla o mejorarla, pero en
garantía del principio de la doble instancia no podrá dictar una sentencia
que abarque cuestiones que no se han puesto en consideración. Para ello,
la Corte Suprema de Justicia lo establece como;

El recurso de apelación consagrado en la Legislación procesal para impugnar


determinados autos interlocutorios y las sentencias de primer grado es el
medio ordinario para hacer operante el principio de las dos instancias; y tiene
por objeto llevar al conocimiento del Juez Superior la resolución de uno inferior,
a fin de que se revisen y se corrijan los yerros que hubiese podido cometer.

Sea lo primero advertir que la sala se ocupará privativamente de los puntos


expuestos en la censura, toda vez que no tiene por qué entrar a dilucidar
inconformidades las cuales no han sido puestas a su consideración, pues ese
es el alcance que el apelante persigue con el recurso según el genuino
entendimiento del Artículo 57 de la Ley 2a de 1984 al exigir la sustentación de
la alzada.12

El principio de la doble instancia, como base principal de los objetivos de la


impugnación y el grado jurisdiccional de consulta, se asume como la
defensa de derechos sustanciales y se convierte en una herramienta de
suma utilidad en el proceso, limitando los poderes del juez, cuando el medio
es interpuesto por el apelante único que tiene la condición gravosa
evidentemente, y dejando por sentado la imposibilidad jurídica de este para
agravar mucho más esa situación que ha sido apelada, finalmente como la
verdadera utilidad del recurso de apelación.

12
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación laboral, sentencia 43223 del 21 de Marzo de 2012, magistrado
ponente Francisco Javier Ricaurte Gómez. Disponible en
<190.24.134.69/sentencias/...Francisco%20Javier%20Ricaurte%20Gómez/...> (20.07.2014)

15
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De modo que si se tuviera un recurso que exigiera técnica y donde se


individualizaran los motivos que hacen gravosa la situación en la sentencia
apelable, la utilidad del recurso aumentaría, se optimizaría y se volvería un
medio de impugnación eficiente y mucho más práctico.

No reformatio in pejus

Así mismo, el fallador superior no podrá agravar la situación que ha sido


apelada cuando el apelante es único, es decir, no podrá dictar una
sentencia que agrave más la condición de éste. Tal precepto es conocido
como la no reformatio in pejus, que consiste generalmente en la
imposibilidad del juez de mayor jerarquía de agravar, con su nueva
sentencia, la situación del apelante único. Cabe aclarar que este principio
no goza de acción ilimitada, al igual que con casi todas las garantías y
derechos que el ordenamiento jurídico consagra, encontrando así, por lo
menos, dos restricciones importantes que vale la pena resaltar.

i) La posibilidad de reformar el fallo de primera instancia tiene cavidad


cuando la impugnación sea formulada por varios considerados de la
misma parte, es decir, considerados un apelante único como única parte
agravada por el fallo de primer grado,

Lo cual puede comprender diversas hipótesis fácticas como aquella que


corresponde a casos en los cuales, en estricto rigor, se trata de varias
apelaciones desde el punto de vista formal, pero interpuestas por personas
que, aunque diferentes entre sí, en realidad comparten un mismo interés
dentro del proceso o integran una misma parte dentro de la Litis
(demandada o demandante), por lo cual materialmente han de tenerse
como impugnaciones únicas.13

ii) Cuando el juez de segunda instancia encuentre que hay lugar para
proferir una decisión de mérito, así deberá hacerlo “…aun cuando esta
fuere desfavorable para el apelante” (artículo 357, inciso final, Código de
Procedimiento Civil). Esto se entiende como el no perjuicio de las
facultades extra y ultra petita siendo deber del juez de segunda instancia
respetar o preservar el fallo apelado en aquellos aspectos que no
resultaran favorables para el apelante único, porque el mismo apelante

13
Gil Botero, Enrique, Temas de responsabilidad extracontractual del Estado, Bogotá, Ed. Librería Ibáñez,
2006, p. 297

16
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no los considera perjudiciales para sus derechos e intereses. Esta


limitación material del juez de segunda instancia se entiende como
expresada en el primer inciso del artículo 357 del C. de P.C. como “(…)
por lo tanto el superior no podrá enmendar la providencia en la parte
que no fue objeto del recurso (…)”14

Así pues, la utilidad del recurso está enmarcada en la necesidad de corregir


los errores cometidos por el juez de primera instancia, pero sin dejar de
lado los principios para lograr este objetivo que asumen la defensa de los
derechos de las partes.

Muchas veces el sistema, por considerar al trabajador la parte indefensa y


siéndolo en la mayoría de los procesos, teme violentar los derechos del
mismo, teniendo por sentado que las normas y leyes lo amparan, incluso
cuando esa decisión que se está apelando es completamente desfavorable
al mismo.

Es así que si se tuviera un recurso que exigiera técnica y donde se


individualizaran los motivos que hacen gravosa la situación en la sentencia
apelable, la utilidad del recurso aumentaría, se optimizaría y se volvería un
medio de impugnación eficiente y mucho más práctico.

Alcance del recurso de apelación

Algunos autores aseveran que el recurso de apelación es un recurso


primordial y muy útil para el proceso laboral, por ser un recurso que permite
la posibilidad de alzarse y exponer los agravios que está cometiendo un
juez al proferir una sentencia o en el curso del mismo proceso; otros lo
asumen como un recurso innecesario, susceptible a casi todas las
sentencias y un elemento generador de congestiones en los tribunales que
resuelven las apelaciones por los mínimos requisitos exigidos a las partes
agraviadas.

Casarino Viterbo dice: “…el recurso de apelación tiene fundamentos


psicológicos y técnicos.”15 Se entiende fundamentos psicológicos como la
naturaleza humana de revelarse, alzarse en contra de una solución que se
14
Presidencia de la República, Decretos 1400 y 2019 (06 Agosto y 26 Octubre, 1970), Ob. Cit., p. 158
15
Casarino Viterbo, Mario, Manual del Derecho Procesal Civil, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile,
2002, p. 45

17
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cree injusta, y fundamentos técnicos porque establece el principio de las


dos instancias.

También, Agustín Costa dice:

La apelación es el remedio procesal que tiene por objeto el control de la


función judicial y se funda en una aspiración a mejor justicia, remedio por el
cuál faculta al litigante agraviado por una sentencia o interlocutoria, a requerir
un nuevo pronunciamiento de un tribunal jerárquicamente superior para que,
con el material reunido en primera instancia y el que restringidamente se
aporte en la alzada, examine en todo o en parte la decisión impugnada como
erróneamente por falsa apreciación de hechos o revoque aplicación o
interpretación del derecho, y la reforme o revoque en la medida de lo
solicitado.16

La apelación se concede en “un solo efecto” o en “doble efecto”: el primero


habla de que sólo lo que ha sido apelado puntualmente va al juez de
segunda instancia, el resto continúa el proceso con el juez de primera
instancia; y el segundo habla de que todo el proceso pasa a ser estudiado
por el juez superior suspendiendo así la competencia del juez inferior.

Pero Monroy Gálvez explica:

Si el efecto devolutivo significa que la apelación ha sido concedida ‘en


un solo efecto’, entonces el suspensivo significa que ha sido concedida
en ‘doble efecto’. Pero si esto es así, estamos afirmando que cuando
una apelación ha sido concedida en doble efecto, debemos entender
que ha sido concedida en efecto suspensivo y también en efecto
devolutivo. Sin embargo, advertimos, que tal situación es un imposible
jurídico, un juez no puede tener suspendida su competencia y tener
competencia a la vez. En consecuencia, los conceptos <<Un solo o
doble efecto>> son irreales, inadecuados y engañosos.17

Ya vimos que no es necesaria la justificación técnica del recurso y que no


se trata de la competencia del juez inferior; lo más importante cuando se
interpone el recurso de apelación es saber de antemano si su admisión va

16
Costa, Agustín., En: Tawl Guido, Santiago, Recurso Ordinario de Apelación ante la Corte Suprema de
Justicia, Buenos Aíres, Ediciones de Palma, 1990, p. 63
17
Monroy Gálvez, Juan. Los medios impugnatorios en el código Procesal Civil. Lima, En: Ius Et Veritas. Año III,
No. 5, 1993, p. 25 - 26

18
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suspender la resolución o va determinar que se cumpla, lo que determina la


necesidad del recurso:

…Esta disyuntiva depende del efecto con el que se ha concedido el recurso de


apelación. Si un recurso de apelación es concedido con efecto suspensivo
significa que la resolución no deberá cumplirse de inmediato, debido a que
está suspendida hasta que se resuelva en definitiva por el superior. En cambio,
si el recurso de apelación ha sido concedido sin efecto suspensivo, significa
que, con prescindencia de la tramitación del recurso, la decisión contenida en
la resolución apelada tiene plena eficacia y puede exigirse su cumplimiento.”18

Conforme a lo anterior, están clasificados los efectos en los cuales se


concede el recurso, con el fin de establecer cómo continuar en el trámite
tras el recurso, esto es, en realidad el efecto en que se conceda implica la
vigencia de la decisión recurrida, mientras se resuelve el recurso.

Procesos laborales de única instancia, excepción


al principio de doble instancia

En la normativa legal colombiana, además de los procesos ordinarios


laborales regidos por el principio de la doble instancia, se configuran
también los procesos laborales de única instancia, procesos que como su
nombre lo indica son de única instancia y conoce de estos el juez laboral
signado para estudiar los procesos de “mínima cuantía” en materia laboral,
es decir, tales procesos se configuran por medio de la cuantía tal y como lo
establece el artículo 12 del CPT y la SS que reza: “los jueces laborales de
circuito conocen en única instancia de los negocios cuya cuantía no exceda
del equivalente a veinte (20) veces el salario mínimo legal mensual vigente,
y en primera instancia de todos los demás”, y son mal llamados juzgados
de mínima cuantía en asuntos laborales.

Ahora bien, es necesario aclarar que tal juez goza de competencias iguales
o semejantes al juez ordinario laboral de primera instancia, en pro de la
conservación del derecho a la igualdad en tan importante jurisdicción y en
precedencia de la conservación de los derechos mínimos irrenunciables de
los que gozan todos los trabajadores. Estos derecho son la base de la
creación y mejoramiento de tales medidas para el acceso a la justicia de

18
Cisneros, Jerí y Genaro, Julián, Op. Cit., p. 8-9

19
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todas las personas sin limitación alguna, así como el poder de fallar extra y
ultra petita como lo establece en la normativa legal “(…) la facultad para
fallar ultra o extra petita en materia laboral sólo la tienen los jueces de
primera y única instancia, tal como lo ha reconocido la jurisprudencia
constitucional”19; facultades estas, a su vez, que deberán estar sujetas a las
condiciones exigidas dentro de los hechos y pretensiones de la demanda,
esto es “(…) que los hechos en que se sustenta el fallo con esos alcances
se hayan debatido dentro del proceso con la plenitud de las formas legales
y que los mismos estén debidamente probados”20, y además es necesario
aclarar que dichas facultades se limitan a derechos mínimos irrenunciables
y que sean ciertos e indiscutibles, lo que implica que el poder del operador
jurídico no es absoluto.

Tales características difieren de fondo del proceso de primera instancia en


que no se configura el principio de la doble instancia porque no se
materializa procedimiento alguno con el superior jerárquico, es decir, tales
procesos no admiten recurso de apelación y esto también los ratifica como
procesos de “única instancia”; se surten, pues, todas las etapas procesales
como en la primera instancia, salvo la contestación de la demanda que se
surte oralmente el día de la primera audiencia en la forma que se encuentra
consagrada en el artículo 77 del CPT y la SS, pero el proceso termina con
la sentencia emitida por el juez competente que pone fin a los conflictos
entre trabajadores y empleadores y contra la cual no procede ningún
recurso legal vigente.

El hecho de que se configuren procesalmente estructuras de defensa de los


derechos, en las cuales solamente un juez tiene la única palabra y es único
en su competencia para decidir y resolver, de cierto modo, da pie para
asumir coartación del derecho a la réplica que tenemos todos los seres
humanos, al mismo derecho a la defensa y a cuestionar las decisiones. Así
pues, el recurso de apelación permite cuestionar y alejarse disyuntivamente
de lo expuesto por el fallador, exponiendo las inconsistencias encontradas
en la sentencia y permitiendo una segunda opinión por un superior en
jerarquía.

19
Corte Constitucional de Colombia, sentencia C-968/2003, magistrado ponente Clara Inés Vargas
Hernández. Disponible en < http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/c-968-03.htm l>
(20.07.14)
20
Corte Constitucional de Colombia, sentencia C-662/1998, magistrado ponente Hernando Herrera Vergara.
Disponible en < http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/c-662-98.htm> (20.07.14)

20
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Es admisible reconocer que tales procedimientos garantizan un acceso a la


justicia rápido y competente en pro de la evacuación y garantía de derechos
de todas las personas, pero su configuración sin oportunidad alguna de
recurrir asume una teoría que cuestiona y pone en tela de juicio la
oportunidad y eficiencia real de la única instancia. Sin embargo, como
quedo expresado, la Corte Constitucional avaló tal disposición restrictiva
respecto de este derecho constitucional de doble instancia, base de la
figura de apelación, siendo una postura reiterativa en general,
fundamentada además en la eficacia de la justicia, la celeridad del proceso
o economía procesal, como finalidades legítimas para la exclusión de la
doble instancia, cuestiones explicadas en sentencias C-788 de 2002 M.P.
Manuel José Cepeda y C-377 de 2002 M.P. Clara Inés Vargas, reiterando
el sentido de sentencias anteriores (C-345 de 1993, C-153/95, C-245 de
2001 y C-040 de 2002).

III. El recurso de apelación técnico


Es necesario precisar que, por medio de la teoría general del proceso, los
medios de impugnación consisten en una de las razones fundamentales de
la unidad procesal porque se basan en la falibilidad humana, tal y como lo
expone el Dr. Cipriano Gómez Lara en su Ensayo Jurídico en Memoria de
José M. Cajica:

“(…) Los titulares de los órganos de autoridad, sean órganos


administrativos o jurisdiccionales, somos hombres y mujeres, y por lo tanto
estamos expuestos a la equivocación y al error y lo importante es que en el
sistema jurídico estén abiertos los mecanismos, los procedimientos, las
formas de actuar que impliquen remedio o reparación de esos errores y de
esas equivocaciones”21

De este modo, el recurso de apelación se constituye entonces en un medio


idóneo para enfocar la defensa jurídica, y hace parte de los remedios,
procedimientos y vías de reexaminación que los italianos llaman
reacertamiento:

“(…) acertar quiere decir verificar o comprobar: por lo tanto el


‹‹reacertamiento›› es una segunda verificación o comprobación de que el
anterior acto o la anterior resolución al ser reexaminada, va a juzgarse si

21
Gómez Lara, Cipriano. Teoría General del Proceso y sus conceptos generales: Ensayo Jurídico en Memoria
de José M. Cajica, México, Oxford, 2000, p. 21.

21
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estuvieron bien o no resueltos o aplicados correctamente determinados


preceptos legales.”22

Ahora bien, el recurso técnico de parte y parte, tanto de la parte que lo


interpone y lo sustenta como del juez competente que lo asume y lo
resuelve, da alguna solución al problema jurídico a saber. Para ello, cabe la
necesidad de implementar los tres requisitos fundamentales de las
sentencias:

“(…) los requisitos que podemos llamar sustanciales o de fondo, de mérito


como dirían los italianos, de las sentencias, la ley, la jurisprudencia, la
doctrina también, han estado acordes en que esos requisitos son
fundamentalmente tres: 1) congruencia, 2) fundación y motivación y 3) la
exhaustividad”23

El establecimiento de dichos requisitos tiene como fin enriquecer y


establecer una forma de recurso de apelación ajustado en derecho y que
implemente la técnica e individualización como principio fundamental.

La congruencia, en materia del recurso, se refiere a que debe ser


consecuente con la sentencia que está atacando, es decir, debe estar al
unísono de lo que fue concedido y lo que fue negado, toda vez que
interponer un recurso carente de motivos y fundamentos no asegurará el
éxito del proceso; por el contrario, augurará una nueva pérdida en una
nueva instancia procesal al momento en que sea resuelto por el superior
jerárquico.

En cuanto a los recursos fundados y motivados, no se puede mal


versionar y confundir fundar con motivar, aun cuando tienen mucho en
común en el sentido que uno depende del otro, es decir, el recurso primero
se funda y luego se motiva; un recurso se funda cuando asume una base
de tipo legal y normativo, cuando se encuentra y asume que el curso del
proceso hubo de ir en tal materia normativa y no en la que se basó el juez
para solucionar el conflicto; y se motiva cuando se relaciona el asunto en
cuestión, la sentencia en cuestión, con tal norma, jurisprudencia o precepto
legal que -al juicio de la parte apelante- sería correcto para direccionar la
materia en discusión.

22
Gomez Lara, Op. cit., p. 21
23
Ibíd., p. 20

22
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La Exhaustividad, más que un requisito para la parte apelante, es un


requisito para el juez de segunda instancia, por ser el competente en
estudiar el recurso de apelación congruente, fundado y motivado, que ha
sido presentado por la parte perjudicada con el fallo del juez de primera
instancia; con exhaustividad se hace referencia al hecho del estudio de
recurso de apelación técnico punto a punto, ya que si la parte apelante se
toma el trabajo de examinar la sentencia punto a punto y extraer los
apartados que le generan perjuicios, menoscabos y detrimentos, y con los
que encuentra acuerdo por ser contrarios a sus intereses procesales, lo
mínimo que debe hacer el superior, en el estudio de la sentencia emitida
por su inferior jerárquico y el recurso que la ataca, es resolverla punto a
punto en base a ese recurso congruente, fundado y motivado.

El recurso de apelación es ordinario

Siendo el recurso de apelación un recurso ordinario, son mínimas las


limitantes del mismo, carece de formalidades indispensables y puede ser
interpuesto por cualquiera de las partes que considere que se han
vulnerado sus derechos con la decisión resolutoria de la primera instancia;
por ello es lógico pensar que la parte demandante interpone el recurso de
apelación en lo que ha resultado dañoso a sus intereses, es decir, en la
decisión de negar todas o algunas de las pretensiones incoadas en la
demanda y, en el caso contrario, la parte demandada interpone el recurso
de apelación a partir de la decisión de conceder todas o algunas de las
pretensiones de la demanda; finalmente, cada una de las partes actúa en
favor de sus intereses, por lo que el recurso de apelación se encuentra
limitado a lo expuesto por cada una de estas.

Tal y como se expresa en la sentencia emitida por el Consejo de Estado:

Al respecto conviene recordar que mediante el recurso de apelación se ejerce


el derecho de impugnación contra una determinada decisión judicial –en este
caso la que contiene una sentencia–, por lo cual corresponde al recurrente
confrontar los argumentos que el juez de primera instancia consideró para
tomar su decisión, con sus propias consideraciones, para efectos de solicitarle
al juez de superior jerarquía funcional que decida sobre los puntos o asuntos
que se plantean ante la segunda instancia (…) 24

24
Consejo de Estado, Sentencia 18950 de 2010, Consejero Ponente Dr. Mauricio Fajardo Gómez. Disponible
en 25000-23-26-000-1995-01405-01(18950).doc

23
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Otra de las consideraciones importantes con respecto a las limitantes de


este recurso es que no es un nuevo juicio, es un reexamen, el estudio de
una providencia considerada por el recurrente desfavorable a sus intereses
y que, de ser concedido el recurso de apelación por el juez que emitió la
providencia, conllevará a una revisión por parte del juez de segunda
instancia funcionalmente competente, considerando los puntos expuestos
por el recurrente en su recurso.

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2. MARCO TEORICO PARA LA SOLUCION POTENCIAL DEL PROBLEMA.

Capítulo Segundo. Contextualización del


recurso de Apelación en el proceso
ordinario laboral colombiano
En este capítulo se pretende estudiar el recurso de apelación en Colombia, pero
desde las exigencias técnicas que se pueden desprender de la normativa vigente,
teniendo en cuenta que sí existen disposiciones que establecen la obligación de
un sustento técnico del recurso, pero no se detalla específicamente en que
consiste dicha obligación.

I. La exigencia de sustentar el recurso de apelación en


el proceso laboral colombiano

Artículo 57 de la Ley 2 de 1984 y Artículo 65 del


CPT y la SS reformado por la Ley 712 de 2002

Es necesario entender la trascendencia que tiene el hecho del cambio de


sistemas procesales en lo que atañe al proceso laboral, como el pasar del
modelo antiguo donde todas las etapas procesales se documentaban de
forma mecánica–escrita, sin dejar de lado detalles que para el proceso eran
de vital importancia. A ello se circunscribe lo engorroso que suponía que
hubiera una persona destinada al hecho de redactar fielmente cada una de
las palabras emitidas por las partes en las audiencias y los juicios, o el
hecho de la demora y el desgaste de la justicia con asuntos que no
suponían mayores etapas procesales o que, si bien las suponían, el
problema jurídico era carente de estabilidad y durabilidad en el tiempo que
duraría tal proceso. Todas estas son cuestiones que vale la pena traer a
colación y entender que el sistema jurídico se encuentra aún en una
transición que supone el hecho de asumir a cabalidad y de manera objetiva
lo que demandan los apartados legislativos en materia del proceso.

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El artículo 57 de la Ley 2 de 1984, que como se ha reiterado dispone la


obligación de sustentar el recurso de apelación, es una disposición general,
que para asuntos laborales requiere que sea inmediatamente emitida la
sentencia en oralidad o dentro de los tres días siguientes en el sistema
escritural. Pero esa exigencia de sustentación en realidad es abierta y
flexible en la obligatoriedad de referir elementos o figuras técnicas, por lo
cual es carente de condiciones especiales en cuanto a exposición de las
inconformidades que sustenten; no se trata de la exposición de fórmulas
sacramentales ni de vestir el recurso ordinario de extraordinario y vale la
pena traer a colación lo expuesto en Sentencia de la Sala de Casación
Laboral del 31 de Julio de 2007 Radicado interno 34215:

(…) O sea, que en un plausible avance del legislador patrio subordinó la


admisibilidad del recurso de apelación al cumplimiento por el recurrente del
deber de sustentarlo. Y sustentar, según el Diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española, significa mantener, es decir, en la acepción más afín
con la materia regulada, 'defender o sustentar una opinión o sistema’.
‘Si, como está dicho, la apelación es una faceta del derecho de impugnar,
expresión ésta derivada de la voz latina 'impugnare' que significa 'combatir,
contradecir, refutar', tiene que aceptarse que el deber de sustentar este
recurso consiste precisa y claramente en dar o explicar por escrito la razón o
motivo concreto que se ha tenido para interponer el recurso; o sea, para
expresar la idea con criterio tautológico, presentar el escrito por el cual,
mediante la pertinente crítica jurídica, se acusa la providencia recurrida a fin
de hacer ver su contrariedad con el derecho y alcanzar por ende su
revocatoria o su modificación.’25

Esta circunstancia explicada por la Corte Suprema de Justicia implica


necesariamente que el recurso de apelación debe tener un contenido
técnico jurídico, con el objetivo de lograr su objetivo de revocatoria.

Pero en virtud del principio de consonancia introducido por el artículo 66A


del C. de P.L., el cual fue adicionado por el 35 de la Ley 712 de 2001, el
hecho de que tales inconformismos hallados en la sentencia y que lo llevan
a recurrir se encuentren dilucidados de manera lógica y congruentes a lo
que el fallador tuvo y no tuvo en cuenta al momento de fallar, permite que el

25
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación laboral, sentencia 34215 del 10 de Agosto de 2010, magistrado
ponente Luis Javier Osorio López. Disponible en
<http://190.24.134.69/sentencias/Laboral/2010/Dr.Luis%20Javier%20Osorio%20L%C3%B3pez/Sentencias/3
4215(10-08-10).doc> (20.07.2014)

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estudio por el superior, quien está llamado a estudiar la sentencia y darse


cuenta por si sólo de lo que fue desfavorable para la parte que apeló, pero
de no estar individualizado e igualmente sustentado, no está en la
obligación de referirse sobre esto y no está obligado a fallar en las materias
que no fueron objeto del recurso de apelación, expuesto así por la Sala de
Casación Laboral de la Corte Suprema,

(…) No puede reclamar un apelante que el Ad quem resuelva por añadidura a


lo que es objeto de disconformidad manifiesta con relación a uno de los
aspectos de la decisión judicial sobre una de las pretensiones, porque no
puede sobreentenderse que la protesta también comprende la resolución
sobre otras que debieron ser formuladas de manera expresa en la demanda, o
que fueron objeto de consideraciones específicas o de tratamiento separado
en la sentencia, o de las que pueden seguir o no a una principal, aunque
dependan de éstas para su existencia. (Subraya fuera de texto)

(…) Así las cosas, no puede entenderse que la simple mención en el memorial
de apelación de que se aspira a la revocación total del fallo apelado o de que
se está inconforme con la totalidad de éste, signifique que el superior esté
obligado a revisar la totalidad de la sentencia, porque lo ordenado por los
artículos 57 de la Ley 2ª de 1984 y 66 A del Código Procesal del Trabajo y de
la Seguridad Social es que el recurrente señale de manera concreta cuáles
son sus motivos de inconformidad y, así, a partir de esa delimitación el
Tribunal estudie cada uno de ellos y se pronuncie al respecto.
En ese orden de ideas, el ad quem no incurrió en el yerro jurídico que la
censura le atribuye, porque al delimitar su ámbito de competencia, en relación
con el recurso de alzada, dio a las normas antes citadas su verdadero y
genuino entendimiento.26

De cualquier modo, no existe discrepancia en que la legislación es concreta


en la necesidad de sustentar el recurso de apelación y obliga, a su vez, a
especificar los motivos de discernimiento del recurrente en su recurso
sustentado; subsiguiente a esto, el fallador de segunda instancia deberá
referirse a las materias objeto del recurso y fallar consonantemente en lo
que expone el apelante, quedando aún la inquietud de qué pasaría si tales
discernimientos se expusieran individualmente, claro está, pero también de
manera técnica, abordando una metodología clara y veraz con la capacidad

26
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación laboral, sentencia 34215 del 10 de Agosto de 2010, magistrado
ponente Luis Javier Osorio López. Disponible en
<http://190.24.134.69/sentencias/Laboral/2010/Dr.Luis%20Javier%20Osorio%20L%C3%B3pez/Sentencias/3
4215(10-08-10).doc> (20.07.2014)

27
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de mostrarle al superior jerárquico que los yerros cometidos por su inferior


son evidentes y no se encuentran ajustados a derecho.

Sustentación del recurso de apelación

En el proceso laboral colombiano no se le exige a las partes una


sustentación técnica del recurso por estar éste catalogado entre los
recursos ordinarios, como se expresa en la sentencia de tutela T –
389/2006 “La apelación es un recurso ordinario y ésta sola circunstancia
descarta la posibilidad legal de exigir una sustentación especial (…)”27

Éste es un recurso común, al cual se remite generalmente cuando se cree


que el Juez de primera instancia, que ha dictado la providencia, ha
cometido un error que ha vulnerado derechos, ha dado por hecho
situaciones sin estar probadas o ha pasado por alto pruebas estándolo;
pero generalmente este tipo de errores no se individualizan, sólo se
exponen una vez finalizada la sentencia, primando el principio de oralidad,
pero en ocasiones sin ningún criterio técnico.

El Código Procesal del Trabajo y la Seguridad Social, el Código de


Procedimiento Civil y el Código General del Proceso establecen la
obligación de sustentar el recurso de apelación; específicamente, a través
del artículo 66 del CPT y SS, se establece que la sustentación es
“estrictamente necesaria”, pero dicho requisito no podría entenderse como
una exigencia de técnica, puesto que el recurso se niega cuando no se
sustenta. Sin embargo, no es posible su negación por el hecho de que se
interponga de forma desordenada, abstracta o general.

El alcance del requisito de “la sustentación oral estrictamente necesaria”,


establecido en el artículo antes mencionado, se refiere evidentemente a la
existencia obligatoria de una sustentación, mas no a unas condiciones
específicas de la misma. De cualquier modo, es necesario analizarlo a partir
de las consecuencias que conlleva el incumplimiento de este requisito: por
un lado, la inexistencia implica evidentemente que no se conceda el
recurso; por otro, la ausencia de técnica necesariamente afectará el
resultado del recurso, puesto que aun cuando se concede la apelación con

27
Corte Constitucional de Colombia, sentencia T-389/2006, magistrado ponente Humberto Sierra Porto.
Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2006/T-389-06.html (20.04.2013)

28
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la mera verificación de existencia de una sustentación, el artículo 66A del


mismo código le confiere competencia al juez de alzada, únicamente para
resolver en consonancia con “las materias objeto del recurso de apelación”,
lo que implica que las falencias del recurso no se evidencian en la
concesión del recurso sino en su resolución.

La exigencia en la normativa vigente no implica que sea obligatoria alguna


formalidad o técnica específica; es más, las disposiciones mencionadas
permiten la interposición de un recurso de apelación general, inclusive sin
mencionar individualmente los puntos que originan la inconformidad. Podría
decirse que este modelo de recurso está diseñado para manifestar una
inconformidad en contra de una decisión, pero no para señalar un error
judicial y solicitar su corrección. De este modo, se puede afirmar que
sustentar un recurso es una exigencia que puede ser muy estricta o muy
flexible, pero que finalmente las consecuencias se verán en su resolución.

Por otra parte, se sostiene que el recurso, antes que abogar por un nuevo
juicio, es un nuevo examen en el que la instancia superior se debe ceñir a
las pruebas legalmente arrimadas al proceso; aunque, como ya se dijo, el
ataque consiste en señalar algo que se estableció sin estar probado, o algo
que estándolo el juez lo pasó por alto y no lo tuvo en cuenta, también
pueden añadirse nuevos supuestos en el caso excepcional de hechos y
pruebas que ocurrieron o surgieron con posterioridad a la presentación de
la demanda y su contestación, según sea el caso.

Ahora bien, cabe preguntarse ¿el recurso de apelación es un nuevo


examen de la instancia anterior o sólo una comprobación de la resolución
expedida?

Pues bien, el Recurso funciona para ambas tendencias, siendo la primera,


novum iudicium (nuevo Juicio), más adoptada en la CE y la segunda más
adoptada en Latinoamérica, que se ciñe a los lineamientos de la escuela
Española.

En la mayoría de países se aplica el segundo sistema, el que pretende la


revisión únicamente de la sentencia y no de todo el proceso, así:

…se admite por una vez (suprimiéndose la tercera instancia, sustituida por
la casación en la mayoría de los países) y se proclama el principio

29
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dispositivo que lleva a la supresión de la regla de los comuni remedii,


estableciéndose el principio de la personalidad de la apelación, y la regla
de la limitación de los poderes del tribunal a lo apelado por las partes.28

En el proceso laboral se habla también de facultades extra y ultra petita,


que son facultades de los jueces que resuelven los procesos y están
enmarcadas bajo el principio de la primacía de la parte más indefensa, lo
que quiere decir que, cuando un trabajador siendo el demandante reclame
menos de lo que merece, el Juez tiene la facultad de ordenar el pago de lo
que no se ha reclamado, primando así la defensa de los derechos de la
parte que en el proceso es la más indefensa.

Término y sustentación del recurso de apelación

Se establece el término para sustentar la apelación como el lapsus de


tiempo establecido para expresar ante el juez que ha proferido la sentencia
las razones que motivan tal recurso, teniendo en cuenta que, si no se
sustenta antes del vencimiento del plazo destinado para ello, será
declarado desierto mediante auto, el cual solo admitiría recurso de
reposición.

Como lo establece la Ley 2˚ de 1984 en el Artículo 57:

Quien interponga el recurso de apelación en el proceso civil, penal o laboral


deberá sustentarlo por escrito ante el Juez que haya proferido la decisión
correspondiente, antes de que se venza el término para resolver la petición de
apelación. Si el recurrente no sustenta la apelación en el término legal, el Juez
mediante auto que solo admite recurso de reposición lo declarará desierto. No
obstante la parte interesada podrá recurrir de hecho. Sustentando
oportunamente, se concederá el recurso y se enviará el proceso al superior
para su conocimiento.29

En vigencia de la ley 1149 de 2007, el recurso debe ser interpuesto y


sustentado de manera oral inmediatamente en el estrado judicial que
profiere la sentencia; y es allí donde se requiere estrictamente necesario
que se sustente, pues tal sustentación tiene los alcances referidos, tanto
para que se conceda como para que se resuelva.

28
Cisneros, Jerí y Genaro, Julián, Op. Cit., p. 6
29
Congreso de la República, Ley 2 (16, Enero, 1984). Por la cual se establece la competencia de las
autoridades de policía y se dictan otras disposiciones. Diario oficial. Bogotá D.C.: 1984, No. 36450, p. 53

30
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Como se ha venido explicando, la sustentación es estrictamente necesaria


y la misma tiene un doble efecto: en primer término, trae como
consecuencia que se conceda; en segundo, dicha sustentación define la
competencia funcional del Juez de alzada, es decir, el alcance del recurso
realmente sí define de fondo el contenido de la sentencia de segunda
instancia.

Aunque el término en el proceso oral es limitado, la sustentación del


recurso es un reto para quien lo formula, puesto que tras escuchar la
sentencia debe proceder a interponer y sustentar, situación que no permite
improvisación en el ejercicio del derecho, puesto que las herramientas
jurídicas deben plantearse de inmediato, sin oportunidad de corregir o
estudiar opciones o estrategias frente a una decisión. La oralidad, pues,
exige a los profesionales que se preparen, que estudien el proceso y que
tengan claridad del derecho que reclaman o defienden, para poder atacar
una decisión que no les sea favorable a sus intereses.

El sistema está diseñado para que el recurso de la parte direccione el


sentido del debate jurídico, que el supuesto error que se acusa en una
decisión sea individualizado y explicado, pero la intención del legislador al
exigir sustentación no es para que sea concedido el recurso, sino
especialmente para que se especifique cual es el supuesto error que ha
cometido el juez de la primera instancia y que dicho error sea corregido en
la segunda instancia.

La apelación doble

La apelación se entiende como una acción que atañe al apelante inicial,


quien hace uso del recurso para exponer su descontento y sustento en
contra de la sentencia que se acaba de emitir, por su calidad gravosa a sus
intereses, la misma que no concedió las pretensiones o que lo condenó a
conceder éstas. Para este caso, se entiende la calidad gravosa tanto para
el demandante como para el demandado.

La apelación doble (demandante y demandado) tiene una gran influencia


para el apelante que interpuso el recurso inicial, ya que tal situación tiene la
facultad de cambiar la forma en que el superior jerárquico estudiará los
motivos del recurso; en caso de que la otra parte llegara a interponer

31
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también la apelación, tal transcurrir le concede al juez ad quem


competencia y capacidad de estudiar todo el proceso, desapareciendo del
contexto el principio de la no reformatio in pejus, que beneficia al apelante
único, principio que le da la garantía de que la sentencia de segunda
instancia no será más gravosa para sus intereses.

Por los motivos anteriormente expuestos, al apelante único no le conviene


una apelación por su contraparte, pero esto no lo exime de que pueda
suceder. Dado que la no conveniencia no se asume como imposibilidad, si
la contraparte lo encuentra necesario puede hacer uso del recurso; por lo
tanto, si el apelante único expone su desacuerdo con la sentencia de forma
técnica y justificada, individualizando cada uno de los errores cometidos por
el juez en su decisión, y exponiendo las acciones y omisiones en el material
probatorio y jurídico, contrarrestaría en cierta medida los efectos de este
fenómeno y, en el momento del estudio de la viabilidad y resolución del
recurso, el superior jerárquico tendría en cuenta de forma especial los
errores expuestos en el ataque.

La importancia de la sustentación del recurso radica en la posibilidad de


ocurrencia de tres factores: 1) que el mismo sea tenido en cuenta; 2) que al
momento de la decisión del juez de alzada, las probabilidades de que la
sentencia objeto del recurso sea revocada o mejorada sean mayores, y 3)
que si se llega a dar una segunda apelación ésta no sea el punto de origen
de mayores agravios al apelante único inicial. Así, si se exige una
sustentación técnica y el recurso es procedente y estudiado, en mejores
condiciones normativas como la ampliación del término del recurso, esta vía
impugnatoria facilitaría la resolución de la misma y puliría el curso del
debate.

Ésta es una situación que no sólo beneficiaría a las partes sino a los
mismos despachos, puesto que aumentaría las posibilidades de que se
interpongan recursos de apelación mejor sustentados, con un debate rico y
mayormente estructurado, con el que habría mayor agilidad para su
resolución.

II. Competencia y ius postulandi

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Competencia e importancia del juez de primera


instancia

En todas las etapas procesales, el juez a quo tiene grandes


responsabilidades con el curso del proceso, pues es quien asume la
dirección del mismo y emite la sentencia que resuelve un conflicto,
finalizadas todas las etapas, cuya autoridad cobija los litigios que llegan
hasta su despacho. La competencia que tiene el juez es de una gran
importancia desde el punto de vista jurídico, económico y social, ya que de
él depende el sentido de la sentencia, que materializa el derecho y el
sentido de justicia.

Como se dijo anteriormente, el juez a quo o de primera instancia, como


director sumarial, tiene numerosas responsabilidades con el curso de un
proceso ordinario y finalmente tiene la responsabilidad de resolver un
conflicto, con el fin de darle la razón a la parte que le corresponda. En el
rumbo de estas acciones, el mismo puede llegar a cometer errores, de
acción u omisión, que podrían definir y cambiar el curso del proceso y el
sentido de la decisión; conceder las pretensiones de la parte demandante y
condenar a la parte demandada; acceder parcialmente a las pretensiones o
inclusive a ninguna de éstas. Pero el juez está en la obligación, propia de
su posición, de emitir alguna decisión, favorable o no favorable para
cualquiera de las partes, porque entendido el proceso como una disputa
que debe resolverse, alguna de las partes saldrá vencedora y la otra no.
También podría inhibirse, caso en el cual estaría reconociendo una
situación irregular: es como señalarse un error que le impide imponer su
autoridad.

Específicamente en el proceso ordinario laboral, el juez de primera


instancia tiene la potestad de definir la situación de partes involucradas en
el proceso. La parte demandante, comúnmente el trabajador, postula y
resume su situación en unos hechos, presentando unas pruebas y
planteando unas pretensiones, que generalmente van encaminadas a lograr
el mayor beneficio posible; de este modo se busca que el juez, luego de
estudiar el proceso, le conceda algo. En cambio, la parte demandada, la
empresa o empleadora, busca que el juez al resolver no acceda a las
pretensiones de la parte demandante, desestimándolas, y de este modo no
se le condene, buscando el mayor beneficio posible; claro está, a esta

33
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etapa se llega agotadas las depuradoras como la conciliación y llevado el


proceso hasta la sentencia.

Una vez llevado el proceso hasta la etapa final, el juez debe emitir una
sentencia, luego del estudio exhaustivo de todo el material probatorio
legalmente incorporado, es decir, luego de cerrado el debate probatorio. La
decisión que pone fin a la primera instancia será gravosa para alguna de las
partes, sea la demandante o la demandada, de manera parcial o en su
totalidad; pero a la larga, alguna de las partes quedará en descontento con
esta decisión y es en este punto donde dicha parte puede hacer uso de los
recursos legales para atacarla, esto es, hacer uso del recurso de apelación.
La cuestión radica principalmente en si el recurso debe ser justificado
técnicamente o no y cuál es la incidencia de su seriedad y profundidad.

Competencia y limitación funcional del juez de


segunda instancia

El concepto sobre si se requiere o no el recurso de apelación es uno de los


que más ha generado debate entre los diferentes campos jurisprudenciales,
siendo la competencia de los jueces los apartados más discutidos, como lo
expone Canosa Torrado:

(…) Como reparo se plantea el conflicto de si la segunda instancia va a ser


mejor que la primera, porque, según algunos, aquello de que se reputa al
superior jerárquico como de mayor versación y veteranía en cuestiones
jurídicas, no pasa de ser un sofisma de distracción, puesto que casi nunca se
accede al cargo de juez por concurso de méritos, y llegan a ocupar las plazas
vacantes de juzgado o tribunal superior quienes tengan mayor ascendiente
entre los nominadores; si no lo es, la apelación debe ser eliminada, y
viceversa.30

Además añade,

En cualquier caso, la conclusión plausible para un sector de la crítica es que


debe eliminarse la competencia funcional o de las dos instancias, y que las
decisiones una vez proferidas deberían cobrar ejecutoria formal imposible de

30
Canosa Torrado, Op. cit., p. 290

34
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derrumbar mediante empleo de recurso por lo menos de la vía ordinaria,


dejando indemne la posibilidad de remedios extraordinarios.31

En la situación objeto de estudio, se tiene una enorme ventaja y es que la


segunda instancia del proceso ordinario laboral es resuelta por un Juez
Colegiado y además, contrario a lo expresado por el tratadista Canosa
Torrado, los concursos y métodos están mejorando de manera permanente,
disminuyendo el riesgo de que el ejercicio de impartir justicia sea asumido
por aquellos que tienen mayor ascendencia con quien los designa.

La eliminación de la competencia funcional es una propuesta drástica a lo


que tiene una relación directa con la justificación o no del recurso de
apelación, porque se estaría eliminando implícitamente el mismo recurso;
es decir, no puede eliminarse la posibilidad de atacar el error de la primera
instancia, porque este recurso opera fundamentalmente en base a
providencias emitidas en esta, lo cual deja por sentado que el recurso sí es
necesario en lo que corresponde a la segunda instancia. Esto no significa
que desde la primera instancia no puedan mejorarse los procesos para el
enriquecimiento del debate y en sí para que en la segunda instancia el
análisis de los yerros cometidos por el Juez de primera instancia lleve al
Juez superior a tomar una mejor decisión.

Dado que la Constitución Política de Colombia ha determinado que la doble


instancia es un derecho fundamental, y que con dicho mecanismo se puede
perseguir materialmente la garantía del derecho sustancial, buscando la
corrección de supuestos errores de operadores judiciales, indudablemente
es una figura indispensable en el ejercicio del derecho.

La competencia funcional del juez de segunda instancia está restringida en


principio por el mismo recurso de apelación, que le da la posibilidad al juez
de alzada de solo referirse al ataque formulado en las inconformidades del
único recurso. Al respecto, el Código de Procedimiento Civil, en su artículo
357, inciso 1˚ dice:

“La apelación se entiende interpuesta en lo desfavorable al apelante, y por


lo tanto el superior no podrá enmendar la providencia en la parte que no fue
objeto del recurso, salvo que en razón de la reforma fuere indispensable
hacer modificaciones sobre puntos íntimamente relacionados con aquélla”

31
Ibíd., p. 290

35
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La no reformatio in pejus genera una restricción de la competencia


funcional del juez y, al mismo tiempo, le impide agravar la situación del
apelante con una nueva providencia, siendo una ventaja para el apelante
único y para la posibilidad de que el juez de segundo grado solo estudie la
individualización de los errores expuestos en la justificación del recurso de
alzada.

Este fenómeno jurídico procede cuando hay vencimiento parcial de un


litigante, cuando sólo haya apelado una de las partes, cuando el juez de
segunda instancia no agrave con su fallo al único apelante y cuando la
reforma no se apoye en puntos ligados íntimamente con ella.

Cabe aclarar, que así como hay características que definen la procedencia
y el alcance del recurso de apelación, como cuando en razón de la reforma
del fallo apelado es necesario hacer cambios sobre puntos estrechamente
relacionados con la misma; cuando en el examen del superior se observe
que no se han integrado cabalmente los presupuestos procesales, puesto
que de un examen preliminar se concluye que la situación no permite al
funcionario pronunciarse de fondo y cuando se apele a un fallo inhibitorio,
tal como lo dispone el Código de Procedimiento Civil en su artículo 357,
inciso final.

Mediante la no reformación en perjuicio del apelante único, adquiere


ventajas en el proceso y ya que la condición apelada por este no podrá ser
agravada por el juez superior, tal como lo expresa el Artículo 31 de la
Constitución Política de Colombia “(…) El superior no podrá agravar la pena
impuesta cuando el condenado sea apelante único”32

Principio de Consonancia

En razón al principio de la consonancia, el juez de segunda instancia debe


ceñirse a los motivos expresamente puestos en consideración y no podrá
extralimitar o ultra limitar sus funciones como lo establece la ley 712 de
2001 que reformó el procedimiento del Trabajo y de la Seguridad Social, y
con este presupuesto en esta materia, “este principio establece un límite
para la decisión del juez laboral en el sentido de que la providencia que

32
Gómez Sierra, Francisco, Constitución Política de Colombia de 1991: Compilada, Concordada y Anotada,
Bogotá D.C.: Ed. Leyer, 2003, p. 27

36
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resuelve el recurso de apelación debe estar en armonía con el recurso


interpuesto por el apelante.”33

El artículo 66A del CPL y SS fue declarado exequible condicionadamente


por las sentencias C-968 de 2003 y C-70 de 2010, en el entendido de que
las materias objeto de recurso de apelación incluyen siempre los derechos
laborales mínimos irrenunciables del trabajador.”34

La sala de casación de la Corte Suprema ha sido reiterativa en sus


pronunciamientos con respecto al principio de consonancia y ha establecido
un precedente jurídico en esta materia, basado específicamente en el
artículo 66A del C. de P.L. el cual fue adicionado por el 35 de la Ley 712 de
2001 que dice: “Principio de consonancia. La sentencia de segunda
instancia, así como la decisión de autos apelados, deberá estar en
consonancia con las materias objeto del recurso de apelación”.

Ahora bien, tal principio va muy de la mano de la necesidad y utilidad de


sustentar el recurso de alzada, pero sustentarlo haciendo hincapié en las
materias que alejan al recurrente de la sentencia propuesta por el fallador
de primera instancia, desenvolviendo verazmente lo que no encuentra
consonancia con lo esperado y pedido por tal parte, porque ese es el
objetivo principal del recurso, y es que de no sustentarlo, inclusive carente
de técnica, el recurso se verá rechazado al momento de resolver su
concesión en virtud de lo expuesto por el artículo 57 de la Ley 2 de 1984, la
cual, como se ha visto repetidamente en apartados anteriores, todavía
permanece vigente y rige para la jurisdicción laboral, de tal manera lo
expuso la Sala de Casación Laboral:

Mas ha querídose abrazar por algunos la idea de que algo cambia cuando la
ley ha demandado de tiempo en tiempo que la sustentación del recurso sea
forzosa. Ocurrió en el pasado (ley 2ª de 1984) y se revivió hoy en la 794 de
2003. Quien no sustenta el recurso pierde el derecho de impugnación, es
cierto. Esa es la única sanción prevista por la ley (…)

Y en referencia a la misma competencia del superior con relación al recurso


de apelación sustentado:
33
Rojas Chávez, Armando-Mario; Nelson, Hernández Meza, “El principio de la consonancia en el
procedimiento laboral”, en Revista de Derecho, No. 21, Bogotá, Universidad del Norte, 2004, p. 235
34
Corte Constitucional, sentencia C-968 21 de octubre 2003 M.P. Clara Inés Vargas, sentencia C-70 10 de
febrero de 2010 M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo

37
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(…) sacar de allí que el contenido de esa sustentación delimita aún más la
competencia del superior, de tal manera de decir que solamente se revisará la
precisa argumentación que de modo expreso invoque el recurrente, luce
desproporcionado y se convierte en un ataque insospechado al principio
constitucional de la doble instancia. Por el hecho de la sustentación, no es que
la apelación haya adquirido un rango de recurso extraordinario, en donde sí es
de la esencia que lo que no está alegado no existe en el recurso. En los
recursos extraordinarios la actividad del juzgador la delinea el alegato del
impugnante, y por consiguiente es extraña a la tarea oficiosa de quien decide.
Algo distinto, empero, por no decir que opuesto, acaece en los recursos
ordinarios como lo es de veras el de apelación. 35

Esto haría dudar de la importancia de sustentar el recurso de apelación,


porque no se trata de la imitación del recurso extraordinario, dado que eso
ya es otro tema completamente diferente, ese no es el verdadero objeto de
ello, sino la conveniencia que tiene el análisis de lo que ha perseguido el
recurrente con el proceso y lo que ha dilucidado el fallador, de lo que ha
encontrado y lo que ha transformado en sentencia. Surge, entonces, la
pregunta ¿para qué exigir la sustentación?

(…) El fin de la sustentación es muy otro, cual tuvo ocasión de expresarlo la


Corte en sentencia de tutela de 7 de octubre de 2003, expediente 2003-30631,
en los siguientes términos: ‘No conviene que el asunto sea analizado de modo
aislado, porque lo que en definitiva arrojará luces sobre el particular será aquel
que conectado aparezca con los principios que informan el recurso de
apelación. Es forzoso memorar, por ejemplo, que aún sigue operando el
artículo 357 del mismo código, y, por lo tanto, la ‘apelación se entiende
interpuesta en lo desfavorable al apelante’. Vale decir, que cuando de desatar
la alzada se trate, el ad quem debe averiguar normalmente lo que perjudicado
tiene al apelante, porque se supone, ‘o se entiende’ para emplear la propia
expresión de la ley, que sobre eso versa la apelación. Así ha sido siempre.
Por donde se viene el pensamiento que al exigirse la sustentación con carácter
obligatorio, so pena de deserción del recurso, lo que con ello se busca es
facilitar, que no desplazar, aquella labor del juzgador, quien así conocerá más
de cerca el inconformismo del apelante. En otras palabras, que el apelante
llegue al ad quem con más expresividad. Como es fácil descubrirlo, allí lo
determinante es que no se eche a perder esa posibilidad adicional de que el

35
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación laboral, sentencia 28474 del 14 de Agosto de 2007, magistrado
ponente Elsy del Pilar Cuello Calderón. Disponible en
<http://190.24.134.69/sentencias/Laboral/2007/Dra.Elsy%20del%20Pilar%20Cuello%20Calder%C3%B3n/SE
NTENCIAS/28474(14-08-07).doc.> (20.07.2014)

38
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fallador se entere de modo expreso de lo que tácitamente está obligado a


averiguar.36

El ius postulandi en el recurso de apelación

El adecuado ejercicio del derecho de acción requiere de la concurrencia de


varios presupuestos, a saber: (i) la capacidad para ser parte, la cual es
propia de todas las personas por el hecho mismo de serlo, ya sean éstas
naturales o jurídicas; (ii) la capacidad procesal, esto eso, que tal persona
pueda comparecer al juicio por sí misma o mediante un representante legal;
(iii) el ius postulandi. Tales circunstancias se resumen en el hecho que la
parte haya nombrado un apoderado abogado y que el mismo sea quien
interponga el recurso oportunamente.

Con respecto a este último, es pertinente señalar que el artículo 63 del


Código de Procedimiento Civil establece que: “las personas que hayan de
comparecer al proceso deberán hacerlo por conducta de abogado inscrito,
excepto en los actos en que la ley permite su intervención directa.” 37 En
este mismo sentido el artículo 25 del Decreto 196 de 1971 señala que
“nadie podrá litigar en causa propia o ajena si no es abogado inscrito”38. En
este sentido las excepciones son expresas y no hay para procesos
laborales de primera instancia.

Con respecto a esto se deja por sentado que para adelantar un proceso,
siendo parte activa o pasiva del mismo, es necesaria la representación de
un litigante inscrito, es decir, un abogado que actúe conforme a las formas
jurídicas preestablecidas para el proceso.

En base a esto, el autor Campos Rivera dice que “…para litigar en causa
propia o ajena se requiere ser abogado titulado e inscrito”. Además, “las

36
Corte Suprema de Justicia Sala de Casación laboral, sentencia 28474 del 14 de Agosto de 2007, magistrado
ponente Elsy del Pilar Cuello Calderón. Disponible en
<http://190.24.134.69/sentencias/Laboral/2007/Dra.Elsy%20del%20Pilar%20Cuello%20Calder%C3%B3n/SE
NTENCIAS/28474(14-08-07).doc.> (20.07.2014)
37
Presidencia de la República, Decretos 1400 y 2019 (06 Agosto y 26 Octubre, 1970), Ob. Cit., p. 29
38
Consejo de estado. Sala de lo contencioso administrativo. Sección tercera. Auto de 7 de Mayo de 2010.
EXP. No 68001-23-31-000-2009-00073-01 (37963)

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expresiones ‘demandante’ y ‘demandado’, de uso corriente en el derecho


procesal, designan lo que en todo proceso se conoce como partes.”39

Por ejemplo, “en un proceso laboral, en el cual el trabajador demanda al


empleador y este contesta, los dos muestran en él un interés jurídico
especial, por cuanto el resultado puede afectarlos en una forma o en otra.”40
Por lo tanto, el trabajador y el empleador son partes del proceso y pueden
llevar a cabo las formas legales necesarias para materializar el derecho. En
un caso puntual, donde el trabajador es quien demanda al empleador por
determinado motivo, se tienen como base los derechos del trabajador, pero
sin importar el conocimiento del derecho y del procedimiento, de todos
modos es necesario el derecho de postulación.

La exigencia de la representación por parte de un abogado para cada una


de las partes es uno de los requisitos mínimos para el desarrollo adecuado
del proceso y, que a su vez, éste tenga herramientas de carácter técnico-
jurídicas para realizar un ejercicio que permita la garantía de los derechos
de la parte representada. Con el derecho de postulación, se espera que el
proceso sea técnico, así como que la argumentación y la interpretación del
derecho en el debate jurídico tengan un contenido profundo, puesto que se
espera que el abogado litigante estudie su caso de manera profesional.

El contrato celebrado entre la parte y el abogado para su representación


legal y actuación en nombre impropio le permite a la parte, si el curso del
proceso así lo dictara, exigirle a su abogado una correcta sustentación en
aras de lograr el mejor medio para propender por un eventual resultado.
Con dicha gestión se incluye la sustentación del recurso de apelación,
haciendo uso de sus conocimientos jurídicos, actuando de manera
responsable en el proceso interesado en el asunto y con el objetivo de salir
invicto del mismo.

Ahora bien, el abogado es responsable de la defensa de su asistido y por lo


tanto es garante de sus derechos, suponiendo que tiene toda la formación
para ello; por lo tanto es acertado exigirle la individualización técnica de los

39
Campos Rivera, Domingo, Derecho procesal Labora: "Conflictos del Trabajo”, Bogotá, Ed. Temis, 2003, pp.
98 – 99.
40
Ibíd., p. 99.

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motivos endilgados a la sentencia en busca de su desquiciamiento parcial o


total a través de un recurso de apelación.

La exigencia a los abogados de ciertos requisitos para la sustentación de la


procedencia del recurso de apelación radica principalmente en el
crecimiento del proceso y en la mejoría del debate, en reconocer la
formación del profesional del derecho a cargo del proceso y exigirle, en
base a su condición de profesional y de la norma, que sustente, justifique e
individualice los señalamientos que está realizando a la sentencia de
primera instancia.

Teniendo en cuenta dicha necesidad de ser representado por un abogado,


ello implica que quien interpone un recurso de apelación necesariamente
será un profesional del derecho que tiene el conocimiento de los hechos,
del procedimiento y sustancialmente del derecho, que además ha estudiado
los mencionados elementos y ha asumido una causa.

III. La garantía de derechos sustanciales

Derechos sustanciales frente a derechos


procesales, generalidades

El Derecho sustancial se define como la consagración abstracta de los


derechos, es decir, “el derecho sustancial es el que determina el contenido,
la materia, la sustancia, esto es, la finalidad de la actividad o función
jurisdiccional”41. El Derecho procesal a su vez es “el conjunto de normas
que se refieren a los requisitos y maneras de acudir ante el órgano
jurisdiccional.”42

Devis Echandía lo define como:

La rama del derecho que estudia el conjunto de normas y principios que


regulan la función jurisdiccional del Estado y, por tanto, fija el procedimiento
que se ha de seguir para obtener la actuación del derecho positivo y que

41
Corte Constitucional de Colombia, sentencia C-029/1995, magistrado ponente Jorge Arango Mejía.
Disponible en <http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/cc_sc_nf/1995/c-029_1995.html>
(20.04.2013)
42
Puppio, Vicente-J, Teoría General del proceso, Caracas, Publicaciones Universidad Andrés Bello, 2008.

41
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determinan las personas que deben someterse a la jurisdicción del Estado y


los funcionarios encargados de ejercerla.”43

En el XX Congreso Colombiano de Derecho Procesal, celebrado en el


municipio de Paipa, en septiembre de 1999, el Dr. Aníbal Charry González
manifiesta lo siguiente acerca de la prevalencia del Derecho Sustancial
sobre el Procesal:

No son las normas jurídicas, por sí solas, las que pueden arreglar los
conflictos, es necesaria la intervención del ser humano. Las medidas
cautelares no son otra cosa que las salvaguardas de una pronta y cumplida
justicia y la prevalencia del Derecho Sustancial sobre el Procesal. Critica a los
jueces que hacen caso omiso a este postulado, desatendiendo al criterio
teleológico de que hablara el maestro Calamandrei. Afirmó que la justicia en
Colombia no opera en la mayoría de las veces, por no echar mano de las
medidas cautelares. Afirma que el juez debe cumplir una misión de
colegislador; todo esto basado en los artículos 13, 29, 285 y 229 de la C.P. de
Colombia (…).44

Es necesario resaltar que las medidas cautelares son el ejemplo básico de


la complementariedad del derecho sustancial y el procesal, puesto que se
trata de la materialización del derecho a través de la fuerza que son dichas
medidas, pero que finalmente justifican la necesidad y existencia del
derecho en sí mismo.

En este estado del estudio se plantea la controversia entre los derechos


sustanciales y procesales, básicamente entre el debido proceso establecido
en el artículo 29 de la Constitución Política de Colombia, entendido como
un derecho fundamental y de otro lado el artículo 53 de la misma Carta
Política. Inclusive podría traerse al debate el derecho constitucional de la
doble instancia, que de alguna manera también puede verse afectado por la
exigencia de formalidades para su acceso, debate aquel que solo se deja
planteado, puesto que no es el objeto a estudiarse, pero que se ha tenido
presente, en razón a que es el argumento inicial con el cual se desquician
las propuestas que se hacen al dar el paso a un derecho más técnico.

43
Devis Echandía, Hernando, Compendio de Derecho Procesal Tomo I: Teoría general del Proceso, Bogotá,
Ed. ABC Bogotá, 1963, p. 5
44
XX Congreso de Derecho Procesal, Paipa – Colombia, Septiembre de 1999.

42
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Trabajo Final de Maestría

Esta controversia no tiene sentido y aunque históricamente se ha


planteado, no puede pretenderse la prevalencia de uno sobre el otro,
puesto que se trata de disposiciones complementarias y necesarias entre
sí. El derecho sustancial sería un saludo a la bandera si no tuviese las
herramientas del derecho procedimental, y viceversa, de hecho ninguno de
los dos podría existir sin el otro.

No se puede hablar de prevalencia, puesto que lo sustancial y


procedimental son cosas distintas. Lo que puede afirmarse es que no se
deben sacrificar derechos sustanciales, por meras formalidades. Pero esto
solo puede predicarse de un error humano, que puede ser del abogado
litigante o del operador judicial, y justamente los recursos están para
corregir los errores que se puedan cometer. Ahora, no se puede pretender
que se diseñe una estructura normativa (sustancial y procedimental), bajo la
suposición de que quienes acceden y ponen en marcha la jurisdicción, se
van a equivocar. Por el contrario, se espera que la justicia llegue con la
aplicación del derecho, con el fin de que tanto los abogados como los
operadores judiciales logren su cometido.

Robert Alexy refiere de manera amplia y completa los derechos


fundamentales, asumiendo la teoría de que las constituciones democráticas
modernas contienen dos tipos de normas: al primer tipo pertenecen todas
aquellas que refieren los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, que son
abarcadas por el Estado; al segundo tipo pertenecen las que limitan y
dirigen el poder estatal, mejor conocidos como los derechos fundamentales,
los que nos conciernen principalmente.

El Dr. Alexy define los derechos fundamentales en dos teorías: una


estrecha y rigurosa y otra amplia y comprehensiva. La primera es
denominada “teoría de las reglas” y la segunda, “teoría de los principios”45.
Además, explica que en ningún plano se desarrollan a cabalidad ambas, ya
que no puede darse una mientras la otra esté rigiendo; es decir, cada teoría
tiene una dirección en lo que concierne a la aplicación e interpretación de
los derechos fundamentales para cada bloque constitucional de cada
nación, entonces no se pueden interpretar y aplicar de forma estrecha y
rigurosa y a la vez amplia y comprehensiva: son teorías contrarias, pero
funciona tanto la una como la otra.

45
Alexy, Robert, “Derechos fundamentales, ponderación y racionalidad”, en Revista de iberoamericana de
Derecho Procesal Constitucional, No. 11, Madrid, Enero-Junio 2009, p. 4

43
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La teoría estrecha y rigurosa dice que,

Las normas que garantizan los derechos fundamentales no se distinguen


esencialmente de otras del sistema jurídico. Por supuesto, como normas
del derecho constitucional tienen su lugar en el nivel más alto del mismo
sistema, y su objeto son derechos de elevadísima abstracción y la más
grande importancia46.

Esto quiere decir que son derechos de altísima necesidad, fundamentales,


como el derecho a la vida o, incluso, el derecho a la libertad;

Pero esto no es -según la teoría de las reglas- base alguna para cualquier
diferencia fundamental de índole estructural, explica que, ellas son normas
jurídicas, y como tales son aplicables exactamente de la misma manera
que todas las demás; su peculiaridad solamente consiste en que protegen
frente al Estado determinadas posiciones del ciudadano descritas en
abstracto.47

Todo esto cobra importancia al establecer un puente directo con el derecho


procesal, ya que, tal y como lo explica la teoría de los derechos
fundamentales, no puede haber uno sin el otro. Los derechos
fundamentales necesitan desarrollarse a la luz protectora del derecho
procesal, cuya auténtica y adecuada aplicación asegura y garantiza la no
violación de los que se consideran de carácter fundamental o sustancial. No
puede hablarse de independencia entre estos, pues cuando unos
desarrollan las normas y el camino para la defensa y protección de los
otros, los derechos que marcan el procedimiento o derechos
procedimentales son conocidos, como lo establece el Dr. Alexy, bajo la
forma de derechos de protección jurídica efectiva a su vez; estos se
subdividen en competencias de derecho privado, procedimientos judiciales,
organización en sentido estricto y formación de la voluntad estatal.48

Alexy describe cada uno como sigue a continuación,

Los derechos a competencias de derechos privados son derechos frente al


Estado para que éste formule normas que son constitutivas para las acciones
jurídicas de derecho privado, y con ello, para la creación, modificación y

46
Ibíd., p. 4
47
Ibíd., p. 4
48
Alexy, Robert, Teoría de los derechos fundamentales, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1993,
p. 459

44
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eliminación de posiciones jurídicas de derecho privado. Ejemplo de esto son


las normas de los contratos, la propiedad, del matrimonio, el derecho
sucesorio y de asociación, es decir, los llamados “institutos jurídicos”49

Los derechos a procedimientos judiciales y administrativos son esencialmente


derechos a una protección jurídica efectiva. Condición de esta última es que el
resultado del procedimiento garantice los derechos materiales del respectivo
titular de derechos.50

Los derechos de organización, en sentido estricto, son exigencias


iusfundamentales a materias jurídicas tales como el derecho universitario o el
derecho de radiodifusión. Lo común a estas normas es que regulan la
cooperación de numerosas personas orientadas a determinados fines.51

Los derechos a la formación de la voluntad estatal son aquellos cuyo objetivo


es que el Estado, a través de legislación ordinaria, facilite procedimientos que
posibiliten a una participación en la formación de la voluntad estatal. El
ejemplo más importante de este derecho es el adscrito al artículo 38, párrafo
1, de la ley fundamental, es decir, el derecho a las normas legislativas
ordinarias que establecen un sistema electoral que permita a los ciudadanos
votar.52

En la teoría de los derechos fundamentales se acuña el término


iusfundamental que es un postulado de tal teoría (que refiere a la lógica y
correcta fundamentación de las normas) y donde se designan las normas
de carácter fundamental. Toma como ejemplo todas aquellas que se
encuentran descritas en la Ley Fundamental Alemana, que en nuestro país
se conoce como la Constitución Política; además, establece que existen
otras normas que no se encuentran expresamente descritas en el texto
constitucional pero que se encuentran directamente relacionadas con las
que sí se encuentran allí, que son necesarias pero no fundamentales y que
cumplen un papel importante con respecto al desarrollo de las que sí son
fundamentales, es decir, se encuentran adscritas a estas.

Tales normas son aquellas para cuya adscripción a una norma de derecho
fundamental expresa es posible dar una fundamentación iusfundamental
(lógica) correcta, aunque también advierte que no funciona del mismo modo
en todos los casos, ya que las reglas de fundamentación iusfundamental no
definen ningún procedimiento que en cada caso conduzca a un solo
49
Ibíd., p. 468
50
Ibíd., p. 472
51
Ibíd., p. 474
52
Ibíd., p. 481

45
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resultado, por lo tanto, en muchos casos existe incertidumbre de cuáles


pueden ser normas adscritas de derecho fundamental.

El derecho al debido proceso también es una


garantía de derechos sustanciales

El derecho al debido proceso se consagra como un derecho fundamental


en la Constitución Política de Colombia; hace parte de los Derechos, las
garantías y los deberes, y sólo por este hecho podría considerarse una
garantía de derechos sustanciales.

Artículo 29. El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones


judiciales y administrativas. Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las
leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal
competente y con observancia de la plenitud de las formas propias de
cada juicio (…)53

De este derecho fundamental se desprenden otros claves para el proceso,


como:

(…) Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de


un abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el
juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones injustificadas; a
presentar pruebas y a controvertir las que se aleguen en su contra; a
impugnar la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el
mismo acto.54

Y el mismo principio de la doble instancia, que también es un derecho


fundamental de la Constitución Política de Colombia, es garante del
ejercicio del derecho, fundamentalmente del derecho a la defensa; es
decir, dicho principio es garante de derechos sustanciales:

53
Constitución política de Colombia de 1991 (Actualizada 01, Marzo, 2012), Bogotá D.C.: Asamblea Nacional
Constituyente, 1991, Disponible en
<http://www.comisionseptimasenado.gov.co/Copy%20of%20PDF/CONSTITUCION%20POLITICA%20ACTUALI
ZADA%20A%20JULIO%2002%20DE%202010.pdf> (10.04.2013) p. 25
54
Ibíd., p. 25

46
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Artículo 31. Toda sentencia judicial podrá ser apelada o consultada, salvo
las excepciones que consagre la ley. El superior no podrá agravar la pena
impuesta cuando el condenado sea el apelante único.55

El recurso de apelación es garante de derechos fundamentales, derechos


sustanciales contemplados en la Constitución Política de Colombia, como
en los artículos 29 y 31, por nombrar algunos; el recurso es evidentemente
un derecho procesal pero, así mismo, goza de la cualidad de ser un
derecho garante de derechos sustanciales, cumple ambas tendencias en
su ejercicio procesal.

La importancia del debido proceso se liga a la búsqueda del orden


justo. No es solamente poner en movimiento mecánico las reglas del
procedimiento y así lo insinuó Ihering. Con este método se estaría
dentro del proceso legal pero lo protegible mediante tutela es más que
eso, es el proceso justo, para lo cual hay que respetar los principios
procesales de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la prueba, y,
lo más importante: el derecho mismo. 56

Tal como lo expresa el tratadista Canosa Torrado:

Este recurso es, en esencia, un acto jurídico en el trámite del proceso que
auxilia tanto a las personas como al Estado en la obtención y aplicación
de una más pronta y cumplida justicia; es, por lo tanto, un derecho
eminentemente procesal.57

Al respecto debe resaltarse que el fin de la jurisdicción está encarnado en el


debido proceso, aunque a menudo se rechaza la idea de exigir determinada
técnica o requisito en el acceso a la justicia, porque se presupone que
puede perjudicar a las partes débiles dentro de una controversia. Cabe
anotar que no se evalúa que dicha exigencia, antes que perjudicar, con el
tiempo seguramente va a garantizar y proteger más derechos de los que
resulten perjudicados. En el caso concreto, es probable que en principio se
pueda afirmar que exigir cualquier formalidad o técnica al recurso de
apelación puede atentar contra derechos sustanciales. Pero considerando

55
Constitución política de Colombia de 1991, Ob. cit., p. 27
56
Corte Constitucional de Colombia, sentencia T-280/1998, magistrado ponente Alejandro Martínez
Caballero. Disponible en < http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/T-280-98.htm>
(20.04.2013)
57
Canosa Torrado, Op. Cit., p. 289

47
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que el objetivo de todo proceso es la aplicación de la ley de forma justa y no


de beneficiar a nadie en específico, el resultado inevitable será una
aplicación de la ley más efectiva y sobre todo con menor margen de error.

Derechos del Trabajador en Colombia

Como es bien sabido en Colombia, el Código Sustantivo del Trabajo, en su


Artículo 13, define el “MÍNIMO DE DERECHOS Y GARANTÍAS. Las
disposiciones de este código contienen el mínimo de derechos y garantías
consagradas en favor de los trabajadores. No produce efecto alguno
cualquiera estipulación que afecte o desconozca este mínimo.”58

El Artículo 53 de la Constitución Política de Colombia ordena la expedición


del Estatuto del Trabajo, que en su Artículo 1˚ dispone lo siguiente:

FINALIDAD. La finalidad de esta ley es regular las relaciones entre el


trabajo y el capital, haciendo efectiva la especial protección constitucional a
que tienen derecho todos los trabajadores, sean éstos dependientes o
independientes, en orden a garantizar un orden económico y social justo.59,

El mínimo de derechos y garantías se dispone en el Artículo 10, y el


Artículo 8 dispone lo siguiente:

DERECHO AL TRABAJO. Toda persona tiene derecho al trabajo en


condiciones dignas y justas, en la forma prevista en la Constitución Política,
en ese Estatuto y en las leyes. El trabajo es igualmente una obligación
social. 60

Todas estas disposiciones legales y normativas aseguran la protección de


la integridad del trabajador. En la realidad actual los medios de
comunicación le permiten al trabajador el acceso a la información y al
control de sus derechos, y teniendo presente las condiciones culturales de
la sociedad, los trabajadores tienen las posibilidades de acceder a la
información con respecto a sus derechos. La anterior situación permite a los

58
Ministerio de la protección social, artículo 46 del Decreto Ley 3743 (7, Junio, 1951). Por la cual se
establece el código sustantivo del trabajo. Diario oficial. Bogotá D.C.: 1950, No. 27.622, p. 2
59
Congreso de la República, Proyecto de Ley 42 (2010). Por la cual se desarrolla el artículo 53 de la
Constitución y se expide el Estatuto del Trabajo. Bogotá D.C.: 2010, p. 1
60
Ibíd., p. 2

48
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reclamantes señalar básicamente a sus representantes cuál es el motivo


del litigio.

El planteamiento en este caso está encaminado a reflexionar si las


condiciones sociales, culturales y de comunicación han cambiado desde
que se redactaron las normas del trabajo que consagran las garantías
mínimas, la favorabilidad, el ultra y el extra petita, entre otras, como para
concluir que se deben mantener dichas normas como se entiende hoy en
día en la práctica, esto es, considerar el daño que podrían causar las
exigencias de un recurso de apelación técnico y puntual.

El conocimiento del trabajador de sus derechos

En pleno siglo XXI y en el ejercicio abierto de sus derechos, los


trabajadores tienen todas las capacidades y herramientas, a nivel
educativo, comunicativo e informativo, como para conocer sus derechos y
exigirlos cuando están siendo vulnerados; así mismo, tienen deberes que
cumplir frente al Estado, la sociedad y el mismo individualismo. El trabajo
es un derecho y obligación social que tienen todas las personas naturales
(derecho a un trabajo digno y remunerado de manera justa y digna),
cumpliendo con todas las disposiciones de la ley.

El derecho al trabajo es un derecho fundamental que se encuentra entre los


Derechos, las garantías y los deberes de la Constitución Política de
Colombia, tal como reza el artículo 25 de la misma: “El trabajo es un
derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la
especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en
condiciones dignas y justas.” 61

Los trabajadores también tienen derechos frente a los diferentes actores del
proceso, derechos que deben conocer y tener en cuenta para que estos no
sean vulnerados y él mismo no sea excluido del proceso.

Aunque no todos los trabajadores tiene acceso a las redes sociales y a la


educación, también es cierto que la velocidad con la cual hoy transita la
información hace pensar que es inaudito que un trabajador no conozca sus
derechos. Pero efectivamente existen trabajadores que finalmente no tienen

61
Gómez Sierra, Francisco, Ob. Cit., p. 23

49
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acceso a dicha información, aunque sea un porcentaje muy bajo, por lo cual
no se justifica que se mantenga la costumbre de la jurisdicción de ser
guardián de dichos derechos, en perjuicio de la pronta y cumplida justicia.
¿Acaso no sería mucho más eficiente un órgano de vigilancia y control, que
incluso asesore al trabajador en las instancias previas al proceso, para que
el mismo trabajador sea un control para el abogado a quien le entregue su
causa?, en lugar de presumir todo el tiempo por parte de los operadores
judiciales, que los trabajadores son ignorantes, casi que interdictos que no
pueden exigir sus derechos.

Principio de irrenunciabilidad

Existen ciertos derechos que gozan de un carácter irrenunciable y son a


favor del trabajador, siendo la relación que existe entre empleado y
empleador, a través del contrato de trabajo, una relación de dependencia
entre las partes y de desigualdad.

La irrenunciabilidad es el medio que el legislador utiliza para proteger al


trabajador, en su estado de necesidad, contra sí mismo. El carácter imperativo
de las normas laborales responde al mismo propósito, lo que vale decir, que no
puede dejarse al arbitrio de los destinatarios la observancia de las normas. El
fundamento social de este principio puede estribar en que su renuncia atenta
contra el orden público, y se basa en la protección contra la desigualdad de las
partes: su fundamento jurídico se vincula, dice Bayón Chacón y Pérez Botija, a
la presunción de que obedece a un vicio de origen. Todas estas presunciones,
por implicar una relación especial con el orden público, han de considerarse en
principio iuris et de iure, pero en la práctica por admitirse la conciliación se
convierten en presunciones iuris tantum.62

Las normas laborales son de orden público y en base al principio de


irrenunciabilidad el trabajador no puede renunciar a sus derechos, y si lo
hace tiene derecho a ejercer acción en contra del empleador para que le
reconozca el derecho al que renunció, siempre y cuando se encuentre en
término y este no haya prescrito,

En materia laboral, por regla general, los derechos prescriben a los tres
años con excepción del derecho al reconocimiento de la pensión, ya sea
por invalidez o vejez o sustitución, respecto al cual sólo prescriben las

62
Guerrero Figueroa, Guillermo, Teoría General del Derecho Laboral, Bogotá, Ed. Leyer, 2002.

50
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mesadas pensionales por el término de tres años pero no el derecho al


reconocimiento de la pensión;63

Así pues, el trabajador tiene derechos a los cuales no puede renunciar,


pero estos también pueden prescribir, con el fin de evitar la eterna
exigibilidad y librar de la incertidumbre al empleador, que también tiene
derechos frente al proceso.

El juez como director del proceso debe velar por el equilibrio entre las
partes, el cumplimiento de la norma y el respeto de los derechos
fundamentales; el trabajador como parte del proceso tiene derechos frente
al juez y los poderes de este que se establecen en el Código Procesal
Laboral y de la Seguridad Social no pueden rebasar los derechos de las
partes ni extralimitar sus poderes cuando la ley explícitamente no se lo
permita.

El profesional del derecho, representante legal de las partes en el proceso,


también tiene deberes frente al trabajador; uno de los requisitos principales
es ser abogado inscrito y tener pleno conocimiento del proceso, además de
ser garante de derechos fundamentales en el ejercicio amplio de sus
obligaciones profesionales.

63
Rojas Chávez, Armando-Mario; Nelson, Hernández Meza, , Op. Cit., p. 239

51
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3. VALIDACION DE LA HIPÓTESIS O CONCLUSIONES SUSTANTIVAS

Capítulo Tercero. Aplicación de la técnica


en el recurso de apelación
Para hacer el análisis a partir de la técnica y en aras de unificar la propuesta, se
hará uso de los conceptos propios del recurso extraordinario de casación, que son
una base armónica y coherente para explicar por qué el recurso de apelación
técnicamente formulado es garante de derechos y la exigencia de técnica
beneficia al proceso, al operador judicial y a las partes. Además, se plantean en
teoría y en ejemplo los errores que pueden endilgarse de manera básica,
agregando técnica de una forma muy sencilla pero útil y efectiva para el trámite.
Para demostrar que la exigencia de técnica jurídica en un recurso de apelación no
afecta derechos fundamentales y por el contrario garantizan el derecho al debido
proceso, el derecho de contradicción y derecho de defensa.

I. Errores a endilgar en el recurso de apelación

Como se ha descrito anteriormente, el recurso de apelación, por ser un


recurso ordinario que no exige mayor técnica formal a la hora de su
sustentación, es procedente para casi todas las sentencias de primera
instancia y guarda grandes diferencias con los recursos extraordinarios que
exigen mayores requisitos para su admisión; el recurso de casación es un
recurso extraordinario que procede contra algunas sentencias, frente de la
cual se puede predicar la posibilidad de fundar ataque mediante las
causales taxativas, además de los requisitos tales como la naturaleza del
asunto y el interés para recurrir (cuantía superior a 120 SMMLV).

El recurso extraordinario de casación tiene por objeto la unificación de la


jurisprudencia y la enmienda de los agravios inferidos por los errores de la
sentencia que aún no se ha ejecutoriado, del proceso que aún se encuentra
activo; del mismo modo la apelación y la casación tienen términos para su
interposición, principios de eventualidad y preclusión indicados por la ley, a
los cuales las partes deben ceñirse si no quieren que el recurso se declare
desierto.

52
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El recurso de casación sólo procede para ciertos motivos, tal y como lo


expresa Manuel de la Plaza:

El recurso adopta una posición de combate que ha de conducir, por una


parte, a la restauración del derecho perturbado, y por otra, a la afirmación
de una doctrina que, en relación con las normas y con la subsunción de los
hechos a las mismas, ofrezca a la comunidad garantías de certeza y
estabilidad en el presente y para el futuro64

Además, el carácter extraordinario del recurso lo establecen los estrictos


motivos para los que procede, es decir, los errores cometidos por el juez en
el transcurso del proceso para los cuales es susceptible el recurso de
casación; estos son errores in judicando y errores in procedendo.

Siguiendo con los planteamientos del maestro Humberto Murcia Ballán, los
yerros en que puede incurrir una sentencia también se clasifican en errores
de hecho y de derecho, los cuales aunque se plantean de este modo son
de distinta naturaleza. Como el objeto no es proponer que se exija un nivel
de técnica como en el trámite del recurso de casación, el análisis respecto
de los motivos y formas para el recurso de casación serán sumamente
breves y básicos.

No se pretende que el recurso de apelación exija la individualización de los


errores, como en la casación que se divide en errores de hecho y de
derecho, sino que se tenga una delimitación de forma y orden, con el fin de
optimizar el proceso y que la etapa de resolución se haga mucho más
rápida; a su vez, los tribunales que resuelven se descongestionan, llevando
todo eso a que el debate jurídico se nutra y tecnifique.

Se dijo anteriormente que la sustentación es estrictamente necesaria


(artículo 66 CPT y SS), pero la necesidad no implica necesariamente
técnica; también se explicó que en razón al principio de consonancia, el
juez de segunda instancia solo conocerá las materias objeto del recurso de
apelación (artículo 66 CPT y SS). Pero tales requisitos y consecuencias
respecto del recurso no conllevan necesariamente a que se exija un orden,
una individualización de motivos, un señalamiento de errores o cualquier
señalamiento específico del cuestionamiento que se tiene respecto de la
sentencia, sea de orden jurídico o fáctico.

64
De la Plaza, Manuel, La casación civil, Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado, 1944, p. 148.

53
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Aunque es limitado el tiempo que se tiene para preparar y sustentar un


recurso en un proceso ordinario laboral, esto es, en el desarrollo de la
audiencia, no es suficiente con que se exprese un desacuerdo con la
decisión y sus consideraciones expuestas en la sentencia. Lo razonable es
que el litigante tenga conciencia de los hechos que se exponen al Juez, que
tenga plena conciencia de las pruebas y la fuerza probatoria para soportar
dichos presupuestos fácticos, y que como profesional del derecho conozca
los efectos jurídicos que producen tales premisas, para poder plantear un
recurso técnico; para ello el abogado deberá estar atento a las
consideraciones que hace el Juez en su providencia, detallando por un lado
la calificación de las pruebas y su consecuencia demostrativa, es decir, a
las conclusiones a las que llega con dichas pruebas, y por otro los
fundamentos jurídicos que se interpretan y aplican al problema jurídico
objeto de proceso.

Los errores que se pretenden señalar e individualizar mediante la


justificación técnica del recurso de apelación son los que se desarrollan a
continuación, en lo que se mencionarán a manera de ejercicio los de hecho
y de derecho, simplemente para generar un listado de la forma en que se
podría delimitar o mencionar los errores con los cuales se podría atacar una
sentencia mediante el recurso de apelación.

Errores in judicando

Conocidos como errores in judicando, vicios in judicando o “vicios de


juzgamiento”, estos errores son los cometidos por el juez al tomar su
decisión en el conflicto, cuando este elige mal la norma sustancial y
conlleva a la aplicación errónea del derecho, dejando a su vez de aplicar la
norma que realmente le corresponde o haciendo una mala interpretación de
la misma. Los errores de juzgamiento se pueden dar en cualquier etapa del
transcurso del proceso; usualmente se presentan de dos maneras: a) por
error juris, que es violación directa de la ley a través de interpretación
errónea, aplicación indebida o falta de aplicación, los cuales son errores de
derecho, y b) por error facti, que es violación indirecta a través de la
infracción medio, en la cual no se lesiona la norma sustancial de forma
recta, sino que es el resultado de un yerro que puede ser tanto de hecho
como de derecho, pero en la falta de apreciación o equivocada apreciación

54
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de una prueba se podría afirmar que esta última forma se trata de un error
de valoración probatoria que conlleva al error facti.

Los mencionados errores que pueden ser objeto de ataque por la vía
directa son la falta de aplicación, aplicación indebida o interpretación
errónea así:

i. Cuando el juez se equivoca sobre la validez o la existencia de una


norma jurídica, sea porque esta pereció en el tiempo y su validez
caducó o porque fue actualizada y este no tuvo conocimiento de ello,
lo cual es inaceptable puesto que es algo que los mismos deberían
conocer; o cuando hace una falsa apreciación de la misma (falta de
aplicación).
ii. Cuando el juez comete errores de calificación jurídica del caso o
cuando comete errores de determinación de relación entre el caso
particular y la norma escogida (aplicación indebida).
iii. Cuando el juez comete errores en la parte de resolución del proceso,
en esta etapa comete generalmente errores de razonamiento, ya
que, producto de los yerros anteriores por mala apreciación de la
norma o mala calificación jurídica del caso en cuestión, deduce
equivocadamente y lanza conclusiones que racionalmente no se
acomodan a lo visto en el caso (interpretación errónea).

Teniendo en cuenta que el litigante es un profesional del derecho que se ha


presentado a un estrado judicial para hacer valer una pretensión o una
excepción, con base en unos hechos y unas pruebas, y la sentencia de
primer grado tras un análisis le ha negado su causa, pero es una negación
justificada y explicada en las consideraciones e incluso reúne los hechos y
las pruebas, lo mínimo que se le puede exigir es que individualice el
supuesto error judicial que le endilga a la sentencia, teniendo a la mano los
hechos, las pruebas, las consideraciones y la decisión y en tratándose de
un profesional que conoce el negocio al que se enfrenta, teniendo en
cuenta todo esto, es natural que dicho profesional pueda señalar cuál es el
error relevante que se cometió, vislumbrando la forma y la vía específica
con la cual se infringió un perjuicio, y que dicho error es tan grave y
determinante que con su corrección implica el cambio de las conclusiones a
las que llegó el sentenciador y por lo tanto la modificación del sentido de la
decisión.

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De lo contrario, no se estaría frente a un recurso basado en un debate


emanado del ejercicio jurídico, sino simplemente de la expresión de
sentimientos y deseos respecto del sentido de una decisión, lo que es solo
la exteriorización de un desacuerdo.

Se debate ampliamente si los errores de valoración probatoria hacen parte


de los errores in judicando o los errores in procedendo, dado que las
normas de valoración probatoria son netamente procesales y no
sustanciales, aunque no busca la corrección de la actividad externa del juez
en el proceso, sino de servirle como guía para un análisis completo y
proferir finalmente una sentencia correcta.

De si pertenece a los unos o a los otros no denota importancia; más bien la


importancia radica en que el error cometido por el juez en la valoración de
las pruebas podría cambiar completamente el curso del proceso y llevar a
un razonamiento equívoco y una sentencia ilógica y errada; aunque el
Código de Procedimiento Civil, en su artículo 368, establece, “(…) porque si
tal desacierto (error de derecho propiamente dicho) constituye uno de los
modos o maneras de llegar a la violación indirecta de la ley sustancial, es
porque el yerro de valoración probatoria constituye un error in judicando y
no uno in procedendo.”65

i. Error de hecho

El error de hecho se presenta cuando la sentencia ha tenido por


demostrado un hecho que no está demostrado o no tuvo por demostrado un
hecho que sí estaba demostrado. Para endilgar este tipo de error se debe
observar la base probatoria con la cual se tomó la decisión, para
individualizar si no se tuvo en cuenta una prueba que existía válidamente
dentro del proceso, se presumió que existía válidamente una prueba que en
realidad no reposaba, o tras la valoración de una prueba se concluyó
equivocadamente que contenía o no una demostración en sí misma.

El error debe ser visible, es necesario que sea evidente; quiere decirse con
ello que no requiere mayores conjeturas, ni rebuscados análisis para que se
manifieste la equivocada valoración que se realizó y que origina el
desquiciamiento de la sentencia atacada.

65
Murcia Ballén, Humberto, Recurso de Casación Civil, Bogotá, Ed. Temis, 1977, p. 171

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Es necesario que ese error sea relevante, esto es, que la demostración del
error sea tan determinante que con el mismo es suficiente para cambiar las
conclusiones del análisis fáctico y probatorio, al punto de conllevar al
cambio de la decisión tomada en la parte resolutiva de la sentencia.

ii. Error de derecho

El error de derecho se presenta cuando la sentencia realiza una


contemplación de una prueba desde un marco regulativo, es la valoración
de un hecho respecto del cual no hay duda de su existencia y contenido,
pero respecto del mismo se le predicó un atributo jurídico que no tiene y su
alcance se generó a partir de un presupuesto normativo. Es necesario que
dicho error sea relevante, es decir, que el mismo haya conllevado a la
violación de la ley sustancial y que ese error de interpretación y aplicación
ausente o indebida haya tenido trascendencia en la decisión que se ataca y
que causó perjuicio.

Errores in procedendo

Los errores in procedendo son los cometidos por el juez cuando mediante
su razonamiento y resolución del proceso quebranta derechos sustanciales,
derechos que por estar consagrados en la Constitución Política y en los
códigos sustanciales son de estricto cumplimiento. En el curso del proceso
la actividad del juez, así como de las partes, no puede ser ilimitada, puesto
que esto daría pie para que se quebrantara la norma y se vulnerarán
derechos, lo que posteriormente llevaría al pronunciamiento de una
sentencia injusta.

Los errores de derecho se encuentran clasificados de la siguiente manera:

i. Los que tienen que ver con la constitución de la relación entre las
normas y el proceso, errores como incompetencia, falta de
capacidad, falta de citación, emplazamiento, entre otros.
ii. Los que tienen que ver con desenvolvimiento erróneo del proceso,
que pueden darse por la infracción de una norma que era
indispensable tener en cuenta en el proceso.

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iii. Los errores cometidos por el juez en cuanto a su procedimiento,


teniendo en cuenta normas que le imponen un comportamiento
determinado y este no es acatado.

Lo que se propone no es que se exija una rigurosidad sacramental en el


recurso de apelación, teniendo los profesionales del derecho elementos
necesarios para realizar un recurso más eficiente y técnicamente viable,
sino éstos echen mano de las herramientas jurídicas que se han
desarrollado ampliamente en el recurso de casación y alimenten con los
mismos el discurso y el debate jurídico.

De este modo, lo ideal es que, con las exigencias legales actuales, en la


práctica se exija una individualización de los motivos que sustentan la
apelación, con unos requisitos mínimos propios de un profesional de la
ciencia jurídica, o de lo contrario para exigir la condición de abogado en
muchos asuntos, tales como los laborales, donde en la realidad de los
estrado judiciales, se toleran y corrigen las deficiencias de muchos
profesionales que no muestran el nivel técnico de un profesional que asume
un litigio en representación de quien supuestamente no tiene la habilidad,
en las cuestiones legales y judiciales. Si no se exige técnica legal, podría
permitirse que las partes acudieran directamente al estrado judicial y
podrían plantear los hechos, que el funcionario aplicará el derecho.

II. Sentencias ejemplo de técnica al interponer el


recurso de apelación

Caso de estudio 1

Se considera el caso del trabajador A, quien ha laborado en la empresa X


por el lapso de 5 años aprox. Dicho trabajador, debido a las labores que
desempeña, desarrolló una enfermedad que lo llevó a perder capacidad
laboral. La empresa mencionada, debido a una restructuración
administrativa, decide prescindir de los servicios de este trabajador, al igual
que de otros trabajadores y sólo el día que se hace efectivo su despido el
trabajador A decide informarle a la empresa X que posee una enfermedad
degenerativa pulmonar que lo ha tenido sin capacidades laborales desde

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hace varios meses; sin embargo, la empresa X despide al trabajador A


ratificando su posición inicial y desconociendo tal enfermedad.

Por tal razón, el trabajador A instaura una acción legal en contra de la


empresa por despido en condición de debilidad manifiesta y solicita al juez
que declare la ineficacia del despido, le sean reconocidos los salarios y
prestaciones dejados de percibir desde su despido y sea reincorporado a
un cargo análogo al que desempeñaba con ciertos cuidados especiales,
dada su condición de debilidad manifiesta o a un cargo acorde a sus
condiciones físicas.

Luego del curso procesal común, el despacho Y fija fecha para que se lleve
a cabo audiencia de lo que trata el artículo 81 del CPT y SS, esto es,
audiencia de juzgamiento de primera instancia. Dicho curso procesal
incluye la incorporación de pruebas donde se justificaba la pérdida de
capacidad laboral del trabajador A, calificación a la que llegó la
Aseguradora de Riesgos Laborales (ARL) a la cual el trabajador pertenecía,
y la cual manifiesta que la enfermedad es de carácter profesional y con un
28.35% de pérdida de capacidad laboral, que incluye una limitación física
severa y la supuesta culpa de la empresa X por el despido del trabajador en
condición de debilidad manifiesta, en conocimiento de tal condición y sin
previa autorización del Ministerio de la Protección Social.

En este punto la empresa tiene aparentes desventajas, ya que se demostró


la enfermedad fue de origen profesional, quedando en firme la calificación
de pérdida de capacidad laboral por parte de la ARL; sin embargo, quedó
en duda la mala fe de la empresa X, puesto que el trabajador A en
diligencia de interrogatorio de parte confesó que no había estado
incapacitado antes de su despido y que sólo hasta el día que fue efectivo el
mismo informó a la empleadora que se encontraba en grave estado de
salud, así como incapacitado, haciendo llegar un soporte de incapacidad
con fecha del 2 de junio que no posee sello de recibido de la empleadora, y
sólo hasta dos días después radicó una comunicación en la empresa
solicitando que se reconsiderara la decisión de despedirlo, pero no refiere
en esta la supuesta incapacidad que tenía desde el 1 de junio, pues
únicamente indica un estado de salud y hace una petición.

Sin embargo, el juez de primera instancia se pronuncia a favor del


trabajador A y condena a la empresa X a todas y cada una de las

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pretensiones incoadas en la demanda, esto es, reconocer la debilidad


reforzada manifiesta, reintegrar al trabajador A a su puesto de trabajo o a
uno que exija menores esfuerzos previo a consideraciones por parte de la
ARL, y a capacitación para desempeñarse en el mismo, así como
reconocimiento de los salarios dejados de percibir desde el despido hasta
que se hiciera efectivo el reintegro, reconocimiento de prestaciones sociales
dejadas de percibir. En vista de ésta decisión, el abogado apoderado de la
empresa X decide interponer un recurso de apelación en contra de la
sentencia que había sido emitida basado en los siguientes yerros cometidos
por el juez:

Errores de Derecho
1. Concluir equivocadamente que el trabajador A cumple con los
requisitos necesarios para ser reintegrado a partir de los
parámetros de la ley 361 de 1997, esto es, pérdida de capacidad
laboral de acuerdo a una escala, conocimiento por parte del
empleador y algún tipo de discriminación al trabajador.
2. No aplicó el antecedente jurisprudencial correspondiente,
aplicable al caso concreto, esto es, el de la sala laboral de la
corte suprema de justicia. Éste se trata de un juicio ordinario
labora y no un juicio de tutela constitucional.
3. La base de la sentencia refiere un fallo de tutela cuyos
antecedentes fácticos son completamente ajenos a los
planteados en este proceso, trabajador despedido porque se
encontraba incapacitado por más de 180 días, esto no es
aplicable al caso concreto.

Errores de Hecho
4. Dar por demostrado, sin estarlo, que el trabajador A se
encontraba en debilidad manifiesta por una condición de salud
del mismo.
5. Dar por demostrado, sin estarlo, que el trabajador se encontraba
incapacitado para el momento de su despido cuando la
incapacidad registra una fecha anterior a la de cuando se hizo
efectivo el despido del trabajador pero que tal soporte no contaba
con sello de recibido por parte de la empleadora.
6. Dar por demostrado, sin estarlo, que la empresa X conocía la
condición de salud de trabajador A, cuando durante los últimos
seis meses el trabajador no se había incapacitado.

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7. No dar por demostrado, estándolo, que el trabajador en diligencia


de interrogatorio de parte confesó que había radicado
incapacidad un día después de la fecha de expedición de la
misma, el mismo día que fue efectivo su despido, que
extrañamente tenía fecha anterior pero no tenía sello de radicado
por parte de la empleadora.
8. No dar el valor probatorio que corresponde a la diligencia de
interrogatorio de parte donde el trabajador A confesó que había
radicado incapacidad un día después de la fecha de expedición
de la misma, el mismo día que fue efectivo su despido, que
extrañamente tenía fecha anterior pero no tenía sello de radicado
por parte de la empleadora.
9. No dar el valor probatorio que corresponde a la incapacidad
allegada por el trabajador en la demanda, la misma que fue del
02 de junio con fecha de vigencia anterior, inclusive, y que no
tenía el correspondiente sello de recibido por parte de la
empresa.

El juez del despacho Y resuelve conceder el recurso de apelación en contra


de la sentencia emitida por cuanto la misma fue desfavorable a la parte que
apeló y fue interpuesta en término legal y remitir el expediente al superior
jerárquico en efecto suspensivo para que resuelva lo que atañe a tales
yerros endilgados.

El Tribunal Z recepciona el expediente del proceso del Trabajador A en


contra de la empresa X y le corre traslado a las partes por el término legal
de cinco (05) días para que emitan sus correspondientes alegatos de
conclusión de segunda instancia, caso contrario en oralidad, que las
alegaciones son escuchadas en el transcurso de la audiencia de segunda
instancia, la misma que se encarga de proferir el correspondiente fallo.

El abogado apoderado de la empresa X radica sus alegatos de conclusión


de segunda instancia dónde expresa de manera organizada y justificada
el recurso de apelación, explica los errores endilgados y expone varias de
las razones complementarias, demostradas en el expediente y en su
conjunto, con las cuales el juez de segunda instancia debería revocar tal
sentencia y en su lugar librar a la empresa X de toda culpa en el proceso,
esto es,

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La legalidad del contrato de trabajo contraído entre las partes y de acuerdo


a lo consagrado en el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo donde
se manifiesta la posibilidad de terminar la relación laboral entre las partes
de manera unilateral y sin una causa legal o justa siempre y cuando se
reconozca y pague la indemnización previamente establecida en la ley, con
respecto al caso del trabajador A, la empresa X haciendo uso de la facultad
anteriormente expuesta, termino el vínculo laboral el indemnizó como
corresponde al mismo;

La inexistencia de la presunta enfermedad profesional y cumplimiento de


normas de salud ocupacional la empresa X alega que actúo de manera
diligente y responsable durante la vigencia de la relación laboral, siempre
en cumplimiento estricto de sus obligaciones legales contractuales, cumplió
con las correspondientes normas de seguridad industrial y suministro al
trabajador A los elementos de protección personal (EPP) que cumplían con
las normas de calidad en cuanto a fabricación, resistencia y duración,
idóneos para garantizar la seguridad e higiene industrial del trabajador A,
por tal razón, era imposible la ocurrencia de un presunto accidente de
trabajo o desarrollo de enfermedad degenerativa alguna, teniendo en
cuenta que el nivel de exposición del trabajador era muy bajo tal como lo
demuestra la documental aportada al proceso. El trabajador A no se
encontraba calificado por una entidad competente ni estaba en proceso de
calificación, expresar que tal enfermedad degenerativa era de origen
profesional era un equívoco, puesto que para hacer tal afirmación el
trabajador debe estar plenamente calificado por una entidad competente en
virtud del Decreto 246366 de 2001 (derogado por el decreto 1352 de 2013);
y en el evento de que se determine que tal enfermedad degenerativa es de
origen profesional corresponde a la Administradora de Riesgos Laborales
(ARL) y, no a la empresa, reconocer y pagar la prestación a que tenga
derecho el trabajador A;

La inexistencia de la obligación en el pago de la indemnización por despido


el trabajador A al momento de la terminación del contrato no presenta
ninguna condición o circunstancia de especial protección constitucional o
laboral, el trabajador A no informo a la empleadora que se encontraba
enfermo, situación que solo hasta días después de la terminación de su
contrato lo dio a conocer bajo una incapacidad que ni siquiera tiene sello de

66
Por medio del cual se reglamenta la integración, financiación y funcionamiento de las juntas de calificación
de invalidez.

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recibido por parte de la empresa, por lo tanto, su despido no está motivado


por su supuesta enfermedad;

La inexistencia de la obligación de pagar indemnización plena de perjuicios


no hay indicios de que el trabajador A haya sufrido un accidente de trabajo
o que padeciera una enfermedad degenerativa, la empresa X siempre
realiza los exámenes correspondientes a sus trabajadores en cumplimiento
estricto de las normas laborales y de salud ocupacional, y es importante
precisar que ni al momento de terminación del contrato ni durante su
vigencia el trabajador A informó a la empresa X de su aparente situación;

La negligencia del trabajador al no informar su situación manifiesta el


trabajador A que la empresa X termino el contrato de trabajo encontrándose
éste en estado de incapacidad cuando el mismo trabajador omitió
comunicar a la empresa su presunto estado de salud, por lo tanto la
empresa n ningún momento tuvo conocimiento de ello.

Razones que ya había interpuesto oralmente en diligencia de juzgamiento


de primera instancia y le solicita al juez ad quem que se revoque la
sentencia emitida por el juez ad quo y en su lugar se niegue el total de las
pretensiones exigidas por el trabajador A.

Remite principalmente a la diligencia de interrogatorio de parte al trabajador


A qué obra a folios 181 y 182 del cuaderno principal, así como a la
incapacidad aportada por el trabajador como prueba en el escrito de
demanda, la misma que no posee comprobante de sello de recibido por
parte de la empresa, y solicita se tenga en cuenta los errores cometidos por
el juez de primera instancia en su sentencia, endilgados y justificados en
recurso de apelación y reiterados en alegaciones finales de segunda
instancia, al no dar el valor probatorio en derecho correspondiente a tales
pruebas y demás errores de acción u omisión; y solicita se revoque la
sentencia y por ende se libre de toda condena a la empresa que
representa.

El apoderado del trabajador A se pronuncia y remite a la condición gravosa


de salud de su poderdante y resume su alegación a que debe ser
confirmada la sentencia por cuanto la culpa patronal es evidente así la
empleadora no haya tenido conocimiento de manera expresa de la

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condición de salud del trabajador A, ya que los problemas de salud existen


y es responsabilidad de la empresa cuidar de su personal en todo sentido.

En este punto el proceso ha tomado el rumbo de la doble instancia con un


único apelante, la empresa X, parte que resultó agraviada por la decisión
emitida por el despacho Y. Las posibilidades que tiene la empresa X de
obtener una decisión favorable son mayores por cuanto al momento de
endilgar los errores cometidos por el despacho Y lo hizo de forma
técnica, individualizando cada uno de estos errores y mostrándole al
despacho que era viable su recurso y que era absolutamente
necesario una segunda opinión por parte de un superior jerárquico,
posterior a esto, le emitió los mismos errores al Tribunal Z, de forma
técnica, justificada e individualizada y haciendo formal petición de que se
revocara tal sentencia teniendo en cuenta cada una de las razones por las
que el Juez de segunda instancia debía emitir una nueva providencia.

Cumplido el término concedido por el Tribunal Z para las alegaciones de


conclusión de segunda instancia y a partir de un exhaustivo estudio del
expediente emite su decisión, donde decide revocar la sentencia de primera
instancia al encontrar que el trabajador A por conducta omisiva no informó a
la empresa que se encontraba en grave estado de salud, teniendo en
cuenta comunicado del trabajador fechado dos días después de efectivo su
despido obrante a folio 785, acta de interrogatorio de parte al trabajador A
obrante a folios 181 y 182 del cuaderno principal donde el mismo confiesa
que no informó a la empleadora que se encontraba incapacitado, por lo
tanto, la empresa X no conocía que el trabajador se encontrará
incapacitado ni en grave estado de salud, que la empresa había cumplido
con todas las normas de seguridad laboral y que el trabajador informó de
manera extemporánea su condición de salud, decide no condenar a la
empresa X y desestimar el total de las pretensiones del trabajador A, sin
costas en tal instancia.

Al apoderado del trabajador A le queda la opción de interponer recurso


extraordinario de casación en contra de la sentencia.

Como puede verse en el ejemplo, sería fácil resolver un recurso que


individualiza errores específicos y señala la ubicación en el expediente de la
prueba que originó el error, permitiendo un análisis breve y concreto por

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quien resuelve el recurso, además de lograr el objetivo que es la


revocatoria de una sentencia.

Caso de estudio 2

Este ejemplo se planea con muchas variantes, para demostrar que no


consiste únicamente en el planteamientos interminable de supuestos
errores, sino que su contundencia se logra con la técnica y precisión, esto
es, de nada sirve endilgar un error, sí no se señaló dónde está la evidencia
de dicho error dentro del expediente, y aunque parezca que le asiste razón
a quien lo endilga, de nada sirve si además de relevante, no está
individualizado y concatenado con el acervo existente.

Se considera ahora el caso del trabajador X, quien desempeñaba labores


para la empresa Z perteneciente a la industria de la minería, desde el día
09 de mayo de 2007, el día 01 de agosto de 2008 en el ejercicio común de
sus funciones mientras se encontraba en unas escaleras que conducen a
la tolva donde se deposita el carbón que ya fue procesado con el fin de
cargar el puente grúa, una maquina dispuesta para la movilización del
carbón y terminada tal labor, en el momento en que el actor se iba a bajar
de tales escaleras se sujetó con su mano izquierda del riel que se encarga
de movilizar el puente grúa, en ese momento su compañero de trabajo, el
señor P, quien ese día estaba encargado de accionar y detener tal
mecanismo procedió a accionarlo y éste paso por encima de los dedos de
la mano izquierda del actor ocasionándole la amputación de los dedos 2, 3,
4 y 5 de la mano izquierda, así como, la deformidad del dedo 1. Posterior a
su recuperación y a pesar de la perdida funcional de la mano izquierda, el
trabajador A siguió laborando para la empresa Z hasta el día 05 de abril de
2009 cuando renuncio a su contrato laboral.

Con ocasión al accidente y la finalidad de ser indemnizado por los perjuicios


causados, el trabajador X procedió a demandar a la empresa Z formulando
como pretensiones que se declarará la culpa patronal con ocasión del
accidente de trabajo (AT) que había sufrido, que le fueran reconocidos los
daños morales por el daño de la vida en relación y la pérdida de capacidad
para el desarrollo de las actividades comunes y normales con ocasión a la
perdida de miembros superiores de la mano izquierda a raíz del accidente
de trabajo sufrido y materiales con ocasión de la pérdida de capacidad

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física y laboral que deriva en la disminución de sus ingresos, el lucro


cesante presente y futuro derivado a partir del accidente laboral padecido
por el mismo, así como, las condenas a lugar.

Luego del curso procesal común, de la incorporación de pruebas donde se


justificaba a grandes rasgos la ocurrencia del accidente del trabajador X,
así como, la pérdida de capacidad laboral mediante calificación emitida por
la ARL a la que pertenecía donde es calificado con un 23.25% de pérdida
de capacidad laboral, la supuesta culpa patronal por la ocurrencia del
accidente, el testimonio emitido por el señor P, compañero de trabajo y
quien se encontraba con el actor al momento de la ocurrencia de los
hechos, la historia clínica del trabajador X incorporada al expediente por
parte del Instituto médico tratante, actas de inducción y capacitación para el
desarrollo de las funciones encomendadas en el cargo que desarrollaba el
trabajador X, dictamen de lucro cesante presente y futuro y estimación de
perjuicios morales, entre otras.

En este punto y estudiado todo el material probatorio del proceso, la


balanza se inclina a favor del trabajador X, toda vez que, se demostró que
con la ocurrencia del accidente de trabajo el actor perdió capacidad laboral,
también que portaba todos los elementos de protección personal (EPP)
necesarios pero que en las actas de inducción y capacitación para el
desempeño de las funciones del cargo especifico no se encontraba su
nombre, es decir, que el trabajador X no participó de tales capacitaciones,
que el lugar de los hechos carecía de señalización capaz de advertir al
trabajador de los peligros que corría, que las escaleras por donde bajaba el
trabajador no tenían pasamanos y eso lo obligo a sostenerse de los rieles,
que no había un sistema de alarma auditivo que avisara de la puesta en
acción de la máquina, pero no quedaba suficientemente demostrada la
culpa patronal, puesto que la empresa Z no incumplió en la protección y
seguridad del trabajador, ya que la causa eficiente de la ocurrencia de del
evento, no está relacionada con las deficiencias encontradas, pero tampoco
se logró demostrar el supuesto acto inseguro del trabajador, que provoco el
daño.

Sin embargo, el juez de primera instancia se pronuncia a favor del


trabajador X declarando la existencia de culpa patronal por parte de la
empresa Z en base a los preceptos de los artículos 56, 57 y 216 del Código
Sustantivo del Trabajo, aduciendo que es culpa de la empleadora lo

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sucedido en el accidente sufrido por el demandante el 01 de agosto de


2008, probado el daño moral y material con relación al accidente y la
pérdida de capacidad laboral del 23,25%, demostrado que no hubo
capacitación en el uso de las herramientas de trabajo, que no hubo manual
de emergencia ni normas de seguridad, que no hubo una Investigación
Administrativa con ocurrencia del accidente, que no se entregaron los
elementos de protección personal (EPP) al trabajador X o se entregaron de
manera incompleta, que no se siguieron recomendaciones dadas por el
COPASO con respecto al uso de pasamanos en el lugar del accidente y se
abstuvo de pronunciarse con respecto al daño emergente porque no se
probó perjuicio alguno en cabeza del demandante; declara la culpa patronal
por parte de la empresa con ocurrencia del accidente del trabajador X,
condena a la empresa Z al pago de $75’000.000 por lucro cesante presente
y futuro, $10.000.000 por daño moral, $20.000.000 por daño a la vida en
relación y absuelve a la empresa Z de las demás pretensiones de la
demanda; costas a cargo de la parte demandada por valor de $5,000.000.
En vista de ésta decisión, el abogado apoderado de la empresa Z decide
interponer recurso de apelación en contra de la sentencia que había sido
emitida basado en los siguientes yerros cometidos por el juez;

Errores de Derecho
1. No se aplicó el precepto legal del artículo 21667 del C.S.T., que
ordena que la culpa debe estar suficientemente comprobada.
Interpretación errónea al confundir la ocurrencia del evento con la
culpa, por lo que no se puede hacer un análisis bajo supuestos
incumplimientos de normas por parte de la empresa.
2. No se aplicó el precepto legal que exige que quienes hacen
manifestaciones en un proceso deben probarlas teniendo en cuenta
lo dispuesto por el artículo 17768 del C.P.C., manifestaciones con
respecto de cómo ocurrió el accidente y respecto de los perjuicios
inmateriales reclamados y reconocidos por tratarse de la culpa en un
hecho individual y concreto.

67
Artículo 216. Culpa del Empleador. Cuando exista culpa suficiente comprobada del empleador en la
ocurrencia del accidente de trabajo o de la enfermedad profesional, está obligado a la indemnización total y
ordinaria por perjuicios pero del monto de ella debe descontarse el valor de las prestaciones en dinero
pagadas en razón de las normas consagradas en éste capítulo. (Código Sustantivo del Trabajo)
68
Artículo 177. Carga de la prueba. Incumbe a las partes probar el supuesto de hecho de las normas que
consagran el efecto jurídico que ellas persiguen. Los hechos notorios y afirmaciones o negaciones indefinidas
no requieren de prueba. (Código de Procedimiento Civil)

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3. Interpretación errónea de los artículos 56 y 57 del C.S.T., respecto de


las formas de cumplimiento de las obligaciones del empleador en
temas de Salud Ocupacional y Seguridad Industrial y las formas en
que se prueban actos posteriores a la ocurrencia del accidente como
elementos importantes para la condena. Puesto que la empresa
demandada no incumplió con norma legal alguna con respecto a la
salud ocupacional y seguridad industrial que derivara en la
ocurrencia del accidente del demandante y el tomar casos generales,
abiertos e indeterminados posteriores a la ocurrencia del accidente
para concluir la culpa es erróneo.
4. Aplicación errónea de la decisión 584 de la CAN 69 puesto que tal
norma determina que es y que no es accidente de trabajo mas no es
aplicable para endilgar responsabilidad y más aún cuando dentro del
proceso no estaba en discusión de que se trataba de una accidente
de trabajo, pues ya estaba probado que era una accidente de trabajo
lo que se discutía únicamente era si había o no responsabilidad.
5. Aplicación errónea de normas de salud ocupacional y seguridad
industrial pues se calificaron medidas y recomendaciones posteriores
a la ocurrencia del accidente para mejorar el ambiente de trabajo, sin
tener en cuenta que son necesarias para la mejora constante en el
sistema. Lo que no implica que hayan sido elementos determinantes
o causantes del accidente.
6. Aplicación errónea de las fórmulas utilizadas para la estimación de
las condenas, puesto que se calculó el lucro cesante en periodos
que no ceso el ingreso del trabajador.

Errores de Hecho

7. Dio por demostrado, sin estarlo, que no hubo investigación


administrativa del accidente de trabajo sin tener en cuenta la prueba
de la ARL.
8. Dio por demostrado, sin estarlo, que no se capacitó al trabajador en
el cargo a desempeñar, siendo que la labor desempeñada por el
trabajador X se aprende viendo y el mismo confesó que aprendió de
ésta manera y no existe ningún elemento que soporte que no es
viable, funcional, útil y eficiente la capacitación verbal.

69
Comunidad Andina de Naciones.

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9. Dio por demostrado, sin estarlo, que la forma de ocurrencia del


accidente trabajo a partir de las afirmaciones del demandante, sin
tener en cuenta pruebas diferentes a lo manifestado por el mismo.
10.Dio por demostrado, sin estarlo, que lo que ocasionó el accidente de
trabajo fue la ausencia de medidas de seguridad pero no
individualizó ninguna medida especifica que hubiese evitado tal
accidente.
11.Dio por demostrado, sin estarlo, que la empresa podía contener el
acto del demandante para evitar el accidente de trabajo con medidas
de seguridad que no se especificaron y que sin estar aplicadas
podían haber evitado tal accidente.
12.Dio por demostrado, sin estarlo, que incumplió con sus obligaciones
legales presumiendo que no habían medidas de seguridad cuando
en confesión del demandante quedó probado que se entregaron los
elementos de protección personal completos y en buen estado.
13.No dio por demostrado, estándolo, que el accidente no ocurrió por
acto directo del trabajo, con la presunción de que es un acto reflejo
sin descartar la imprudencia misma del trabajador, es decir, no fue
una verdad demostrada en el proceso, pero incluso el acto reflejo no
implica culpa del empleador.
14.No dio por demostrado, estándolo, que la demandada desplegó
ampliamente gestiones de salud y seguridad en el trabajo para
mitigar riesgos, que el trabajador tenía supervisión, elementos de
protección personal y fue capacitado.
15.No dio por demostrado, estándolo, que la demandada entregó todos
los elementos de protección personal para el desarrollo del cargo, no
individualizó el posible elemento de protección personal que hubiera
podido evitar el accidente.
16.No dio por demostrado, estándolo, que el accidente de trabajo
ocurrió mientras el trabajador no estaba realizando una actividad
específica que le implicara poner su mano en el riel, de hecho, no
realizaba ninguna tarea.
17.No dio por demostrado, estándolo, que en el riel no se ejecutaba
ninguna labor.
18.No dio por demostrado, estándolo, que la causa eficiente del
accidente de trabajo fue un acto exclusivo del trabajador y no era
posible evitar su ocurrencia por parte de la empresa.

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Luego de escuchar la sustentación al recurso de apelación por parte de la


demandada y en ocasión a que la parte demandante no interpuso recurso
de apelación, el juez ad quo resuelve conceder el recurso de apelación
en contra de la sentencia emitida por cuanto la misma fue desfavorable a la
parte que apeló, fue interpuesta en término legal y sustentada en lo que se
encontraba gravoso para la misma parte, ordenó, así mismo, remitir el
expediente al superior jerárquico en efecto suspensivo para que resuelva lo
que atañe a tales yerros cometidos.

El Tribunal Y recepciona el expediente del Trabajador X en contra de la


empresa Z, admite el recurso de apelación debidamente interpuesto por la
parte demandada y fija fecha para que se lleve a cabo Audiencia de
juzgamiento de segunda instancia, por tanto, convoca a las partes y a sus
apoderados para que se hagan presentes, para que si lo vieren necesario,
presenten sus correspondientes alegatos de conclusión de segunda
instancia dentro de la audiencia donde se emitirá el fallo correspondiente.

En este punto el proceso ha tomado el rumbo de la doble instancia con un


único apelante, la empresa Z, parte que resultó agraviada por la decisión
emitida por el juez ad quo. Las posibilidades que tiene la empresa de
obtener una decisión favorable son porcentualmente mayores en el sentido
del estudio de su recurso, por cuanto al momento de endilgar los errores
cometidos por el juez de primera instancia lo hizo de forma aparentemente
técnica, individualizando cada uno de estos errores y mostrándole al
despacho que era viable su recurso y que era absolutamente necesario una
segunda decisión por parte de un superior jerárquico, pero no hizo una
relación de los errores con pruebas puntuales, por lo cual el ejercicio
no es contundente y requiere una revisión desgastante del expediente,
para adivinar a que prueba se puede referir el apelante en cada error.

Partiendo de un exhaustivo estudio del expediente por parte del Tribunal Y


desde el momento en que recibió el expediente, admitió el recurso y fijó
fecha para alegaciones finales y fallo de segunda instancia, el superior
jerárquico, previo a emitir su decisión, en audiencia oral da el uso de la
palabra a cada una de las partes y les pide que se manifiesten en lo que
atañe a cada uno, primero da el uso de la palabra al recurrente, esto es, al
apelante único la empresa Z, el apoderado emite sus alegatos de
conclusión de segunda instancia dónde expresa de manera organizada y
aparentemente técnica el sustento del recurso de apelación, lo que ya
había sido justificado ante el juez de primera instancia, pero lo hace de la

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misma manera que en el recurso de apelación, esto es, sin interrelacionar


de manera concreta los errores endilgados con pruebas,

Reiterando de manera general las razones de hecho y de derecho


expuestas en el recurso de apelación, la indebida aplicación del
precepto legal establecido en el artículo 216 del C.S.T. que establece
que para que proceda la indemnización plena de perjuicios es
indispensable que la culpa patronal sea demostrada no supuesta,
dentro del curso del proceso no se logró probar de manera
determinante una causa eficaz que haya dado lugar a endilgar la
culpa y la responsabilidad por el accidente acaecido por el trabajador
X, el juzgado de primera instancia basa la sentencia en una serie de
sofismas de distracción que no permite llegar a demostrar de manera
plena la culpa por parte de mi poderdante, el juzgado de primera
instancia da por demostrado sin estarlo que la situación que ocasionó
el accidente de trabajo al trabajador fue la ausencia de medidas de
seguridad pero no las individualizó no preciso de manera concreta
cuál era esa medida de seguridad faltante que hubiera podido evitar
tal accidente; y solicita se revoque la sentencia y por ende se libre de
toda condena a la empresa que representa.

El apoderado del trabajador X se remite a la condición gravosa de


vida de su poderdante a razón de la pérdida de los dedos del
miembro superior izquierda, a los perjuicios morales y materiales
ocasionados con el accidente y resume su alegación a que debe ser
confirmada la sentencia por cuanto la culpa patronal es evidente
porque el trabajador no fue inducido ni capacitado en el desarrollo de
sus labores, no había señalización de los peligros del desarrollo de
sus labores, no había pasamanos en las escaleras y no había un
sistema eficaz capaz de advertir al trabajador la puesta en marcha
del puente grúa y es responsabilidad de la empresa cuidar de sus
trabajadores en todo sentido, por lo tanto, solicita sea confirmada la
sentencia emitida en primera instancia.

El tribunal Y emite su decisión, donde decide revocar para modificar la


sentencia de primera instancia en el sentido de las condenas por lucro
cesante presente y futuro, reduciendo la condena por esto a $54.000.000,
decide confirmar en lo demás, esto es, dejar incólume la culpa patronal
abducida a la empresa Z que había sido demostrada por el juzgado en

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sentencia de primera instancia y confirmar las demás condenas, sin costas


en tal instancia.

Al apoderado de la empresa Z solo le queda interponer el recurso


extraordinario de casación en contra de la sentencia de segunda instancia.

Como se puede observar, aunque parece tener coherencia en los


argumentos, e incluso mucha lógica, en realidad, en un expediente que
incluya un amplio material probatorio, es muy difícil que un error prospere si
no se individualizó la relación directa entre el error y la prueba.

En conclusión, si efectivamente no se indica donde se cometió el error, en


que consistió y la trascendencia del mismo, es probable que el operador
judicial no lo encuentre.

Análisis de técnica planteada para interponer


recurso de apelación
Como se evidencia en los casos de estudio, el recurso de apelación se
interpone y fundamenta en lo que resulta gravoso para el apelante, siendo
éste apelante único o no, siempre se busca que la decisión que toma el
superior jerárquico sea beneficiosa a los intereses de la parte que interpone
tal recurso;

En el caso 1 a la empresa X evidentemente no le convenía ser condenada


y como quedó demostrado mediante interrogatorio de parte y la
incapacidad allegada al expediente por parte del demandante, que la
misma comunicación que no tenía sello de recibido por parte del empleador
y que sólo tiene fechado inicial de 01 de junio (un día antes de hacerse
efectivo el despido), que la empresa tenía pruebas que la liberaban de las
condenas por cuanto no tenía conocimiento del padecimiento del trabajador
A, no tenía conocimiento de que se encontraba incapacitado y tampoco
tenía conocimiento de que su estado de salud era gravoso y permanente,
por lo tanto, el empleador desconocía las condiciones del trabajador y el
Tribunal en la sentencia de segunda instancia resolvió revocar y absolver
de todas las condenas impuestas en la sentencia de primera instancia.

La efectividad de un recurso de apelación como el planteado, se basa en la


técnica que se utilice, pues aunque se tengan muchos argumentos para

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considerar que ha ocurrido un error por parte del operador judicial, es


necesario establecer en qué punto especifico del análisis o de las
consideraciones existió la desviación y tener claridad en qué consiste el
error. El ataque que fundamente un recurso, no puede estar encaminado a
la conclusión, sino a alguna de las premisas a partir de las cuales el Juez
ha considerado y concluido, para tomar esa decisión que causa el agravio
y que por lo tanto es objeto de recurso.

En el primer ejemplo, los ataques tenían como base presupuestos


probatorios y jurídicos, teniendo en cuenta que eran dos ataques distintos,
uno por un error de derecho y otro por errores de hecho; el primero estaba
encaminado a delimitar el antecedente jurisprudencial aplicable al caso,
conforme a los presupuestos facticos, específicamente se pretendió
enmarcar los requisitos para que procediera ese tipo de reintegro y se
señala que uno de ellos es que el empleador tuviese conocimiento de tal
situación del trabajador. Con ese primer ataque se pretende generar un
análisis obligatorio de las normas y antecedentes que deben definir los
requisitos para que se acceda o no a las pretensiones de la demanda. Con
el segundo ataque se plantea que dos pruebas específicas demostraban
una cuestión fáctica, que se despreció al momento de tomar la decisión, se
individualizaron dos documentos y situaciones confesadas por el
demandante, que demostraban que el empleador no conoció de la
supuesta enfermedad previo a la terminación del contrato.

En el caso I, el ataque es formulado por las dos vías, se delimita los


requisitos de derecho y luego se procede a señalar porque se concluyo
equivocadamente sobre los hechos, tras el análisis de las pruebas. Como
se puede observar, no se pretende generar técnica ni requisitos como en
sede de casación, puesto que no es necesario hablar de cargos taxativos,
tampoco de vías y no supone el rechazo a su estudio por falta de técnica,
pero la técnica básica impresa en dicha forma de sustentar el recurso,
conlleva a que el error se corrija.

Ahora bien, con respecto al caso 2, a la empresa Z tampoco le convenía la


condena a la indemnización total del trabajador X por culpa patronal, más
aun cuando la culpa no quedó plenamente demostrada, además que, los
hechos del accidente tampoco quedaron plenamente demostrados cuando
el juzgado únicamente se basó en lo descrito por el trabajador y no por
otras pruebas, e inclusive la empresa no tenía como prever el accidente
del trabajador y éste no estaba realizando ninguna actividad de la labor

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encomendada que lo llevará accidentarse, no carecía de elementos de


protección personal que lo llevarán a accidentarse y no habían
condiciones inseguras en el ambiente de trabajo que lo llevaran al
siniestro, por lo tanto, las condenas de primera instancia estaban
encaminadas a revocarse, pero el Tribunal resolvió únicamente revocar
para modificar la condena al lucro cesante cambiando la fórmula del
cálculo del mismo y disminuyéndose el valor de éste, pero no para
absolver de las condenas ni de la declaración de la culpa patronal a la
empresa Z.

Con este caso podemos concluir que el uso de técnica en la sustentación


del recurso de apelación es de gran ayuda al curso procesal que tomará el
mismo, ayuda a modificar y reducir las probabilidades de fracaso del
recurso interpuesto, previene de forma organizada, jerárquica y técnica al
juez de segunda instancia, le facilita el estudio del caso en mención y
pone de manifiesto el interés de la parte recurrente a partir de su estudio
exhaustivo de todo lo manifestado por el juez de primera instancia en las
consideraciones expuestas en la sentencia, para la extracción y
endilgación de los errores a que haya lugar.

En este segundo caso, se realizaron muchas afirmaciones, pero ninguna


se concreto a un documento específico, como tampoco se indicó
realmente en que consistió el error, aunque en apariencia tiene la misma
estructura que los errores endilgados en el primer caso, la realidad es que
los ataques del segundo ejemplo son incompletos, no refieren un folio o
un documento que se valoro erradamente, tampoco se realizó un ataque
de derecho en el que se haya dicho que un artículo fue interpretado
erróneamente, aplicado indebidamente o que falto su aplicación, en el que
se explicara como lo considero el Juez y se indicara la manera correcta de
hacerlo. En realidad dicho ataque a la sentencia en el segundo caso,
aunque extenso y con muchos argumentos, no tenía una base solida,
puesto que era más un desacuerdo con las conclusiones a las que había
llegado el Juez, que en realidad una acusación con errores puntuales.

En los casos que el ataque no sea puntual, fáctico, probatoria o


jurídicamente, sin que se individualice el punto exacto del error, se indique
como se consideró y concluyó, y como debió hacerse, dicho ataque
queda huérfano, puesto que no tiene respaldo dentro del expediente. No
es viable hablar de errores si no se indica la forma, el lugar o la cuestión
correcta, de tal forma que el convencimiento se logre de forma inmediata,

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sin hacer análisis reforzados o justificaciones profundas, además que su


relevancia para la decisión sea evidente, que no se requiera suponer o
adicionar argumentos para su peno entendimiento, al punto que salte a la
vista la necesidad de corregirlo, porque de lo contrario se estaría ante una
arbitrariedad.

III. El abuso del recurso de apelación


El recurso de apelación consiste en uno de los recursos al que más se
acude aunque la dirección del proceso no necesariamente lo demande, por
eso es llamado el “recurso ordinario por excelencia” y el más importante de
los recursos ordinarios, además pues, que para las sentencias de primera
instancia sólo procede éste recurso como medio de defensa y exposición
de los yerros cometidos por el juez de primera instancia conocedor del
proceso.

El hecho de que sea llamado “el recurso ordinario por excelencia” es una
de las razones que puede fundamentar la supuesta inutilidad del mismo,
porque siendo un recurso que no requiere ningún tipo de justificación
técnica ni requisitos técnicos (comparado con un recurso extraordinario
como lo es el de casación) más que la de ser parte activa del proceso,
exponer el agravio cometido por el juez y que tal agravio le asista interés a
la parte para recurrir, en general, es un recurso popular y utilizado en
demasía que genera congestiones en los Tribunales y que en muchas
ocasiones las sentencias emitidas por las segundas instancias no se basan
para resolver los yerros expuestos, sino que se debe estudiar todo el
proceso, porque los recursos son llenos de discursos y retorica simple.

Hay casos que no merecen la apelación pero como la ley no exige la


técnica en la sustentación del recurso, bajo el principio de la oralidad, éste
puede ser interpuesto simplemente porque la sentencia no es favorable a
ésta parte pero no es expresamente necesario la individualización de los
errores cometidos por el juez, por lo tanto, el recurso deberá ser concedido
porque si no se estaría incurriendo en la violación de derechos
sustanciales, tales como, el debido proceso. Cuando los argumentos de un
recurso son los mismos de la demanda y que ya fueron resueltos por el
Juez en la sentencia, no se justica que se tenga que estudiar todo el
proceso por la segunda instancia, porque al apélate no le gustaron los
argumentos con los cuales le resolvieron su pretensión o excepción, pero
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no se refiere a las consideraciones de la sentencia, al dicho del juez, sino a


su propuesta inicial de contradictorio, el recurso no tendría razón de ser.

Suponiendo que el recurso es interpuesto a una sentencia dictada por el


juez de primera instancia, éste es quien resuelve si es susceptible o no, es
decir, resuelve si concede el recurso o no, pero como se ha dicho en
apartados anteriores el juez de primera instancia sólo podrá negar el
recurso de apelación, es decir, resolver no concederlo, cuándo éste sea
presentado de forma extemporánea, en el principio de la oralidad si la parte
no lo interpone inmediatamente dictada la sentencia y en el principio
escritural si no lo hace dentro de los tres días siguientes luego de dictada la
sentencia. Pero en realidad no existe una exigencia mínima que pueda ser
evaluada y que exija un esfuerzo de análisis que señale un sustento
técnico que delimite.

“Interpuesta la apelación, el juez de primera instancia verificará si la


providencia es susceptible del recurso, si fue sustentado debidamente, si le
asiste interés a la parte recurrir, esto es, si ella le causa algún prejuicio al
apelante, y si se interpuso en oportunidad legal.” 70

Y así mismo se genera un filtro, siendo ese el punto en el que se le da


concesión al recurso o no, pero como lo ha precisado la jurisprudencia la
sustentación del recurso no es más que la exigencia que lleva a defender
una opinión, es decir, contradecir y refutar los supuestos que se proponen,
expresando la idea lógicamente y sindéresis para que se vea la
contrariedad que se enuncia, pero no se exigen cumplimiento de requisitos
técnicos como filtro, es decir, la no justificación técnica del recurso, nunca
conlleva a una negación del recurso, siendo así que cualquier parte activa
del proceso que considere que la sentencia del Juez de primera instancia
está vulnerando sus derechos podrá interponer el recurso y con un discurso
sobre la justicia, el derecho o la política, tendría que concederse. Aunque el
Tribunal, en segunda instancia está limitado en su competencia, para
resolver solo los recurso, el simple hecho que tenga que desgastarse
estudiando y desechando el recurso, es excesivo e injustificado.

Además pues, que de negar la interposición del recurso por “requisitos


técnicos” se estaría vulnerando el principio del debido proceso, derecho
constitucional y fundamental. Así que, resumidamente, casi cualquier

70
Botero Zuluaga, Gerardo, Guía teórico práctica de derecho procesal del trabajo y de la seguridad social,
Bogotá, Grupo Editorial Ibáñez, 2011, p. 313

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providencia es susceptible de apelación siempre y cuando se cumplan con


ciertos requisitos mínimos enunciados en el apartado anterior.

Negación del recurso de apelación

El recurso de apelación requiere obligatoriamente el lleno de unos


requisitos de oportunidad y sustentación, sin los cuales el recurso podría
ser negado, pero para el objeto de estudio en cuestión , solo nos interesa el
de sustentación, respecto del cual solo se dice que es estrictamente
necesaria, pero como se expresó, esto no implica que dicha sustentación
requiera un formalismo o estructura específica, por lo cual la existencia
estrictamente necesaria, no es sinónimo de calidad o técnica, por lo tanto el
recurso se concede con el simple hechos que exista una sustentación,
distintas son las consecuencias que dicho recurso conlleven al momento de
su resolución, en razón a la consonancia y limitación explicada para
conocer de las materias objeto de recurso. En conclusión, para efectos de
concederlo, no se requiere técnica alguna, pero si es estrictamente
necesario que exista una sustentación.

El juez de primera instancia solo podrá negar el recurso de apelación,


cuando éste haya sido presentado de manera extemporánea; no haya sido
justificado a la luz del artículo 57 de la Ley 2 de 1984, independiente del
término que se tenga, es decir, inmediatamente dictada la sentencia en el
sistema oral y dentro de los tres días siguientes en el sistema escrito; y el
recurso haya sido interpuesto sin sustentación alguna por la parte,
mediante un auto podría negarse, frente al cual sólo procede el recurso de
reposición y en subsidio la solicitud de copias para tramitar el de queja.
Pero solo será en dicho caso, porque ya vimos que en materia técnica no
existe ninguna norma que exija la individualización de los errores, tampoco
hay condiciones especiales en materia de formulación del recurso, aunque
se exige su sustentación, dicha exigencia es abierta y queda a criterio del
operador judicial.

Pero la importancia no radica en que se exija o no de manera normativa


sino que el profesional del derecho lo tome como una alternativa de
agilidad y aumento de posibilidades de favorabilidad, que la técnica sea
tomada como una opción de influir en el juez de alzada exponiéndole de

77
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manera ordenada y justificada los yerros cometidos por su inferior


jerárquico.

A pesar de que el recurso se concede con una opinión de desacuerdo


expuesta al ponente de la decisión objeto del recurso como sustentación
del recurso, es preciso hacer hincapié en la necesidad y responsabilidad
que tienen los operadores judiciales de asumir de otra forma el proceso,
de implementar mayor exigencia en materia procesal, no se refiere a negar
de plano recursos que afectan derechos sustanciales, porque está visto
que se podrían presentar de acciones de tutela en contra de providencias
de la jurisdicción ordinaria laboral pretendiendo la desestimación de tales
providencias por incurrir en vicios jurídicos con relación a derechos
sustanciales, cuando es negado el recurso de apelación a saber, en lo que
a la justificación del recurso atañe los más comunes son el principio de la
consonancia, el principio de la doble instancia y el derecho al debido
proceso.

Lo cierto es que en razón al principio de la prevalencia de derechos


sustanciales y normas internacionales aceptadas y ratificadas por
Colombia sobre la materia procesal, negar un recurso de apelación por no
estar debidamente sustentado puede estar materializado en un yerro de
vía de hecho si éste no cumpliera con las mínimas condiciones que refiere
la legislación vigente, es decir, estar dentro del término legal, estar referido
a lo que es desfavorable a la parte recurrente y estar oponiéndose a lo
negado y concedido en la sentencia recurrida, lo visto refiere que no se
requiere de sustentaciones especiales, ni formulas, ni solemnidades por
ser la apelación, precisamente, un recurso ordinario, pero exponer el
desacuerdo con la sentencia al juez sin alguna razón concreta para su
inconformidad si haya motivo para su denegación.

Tal y como lo expone la Corte Constitucional en sentencia T – 295 de


2005 que expone la forma del recurso de apelación en el proceso laboral
así:

“(…) La sala de Revisión encuentra que la interpretación por la que aboga


la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia es razonable.
El art. 57 de la ley 2 de 1984 dispuso que quien interpusiera el recurso de
apelación en proceso civil, penal o laboral debía sustentarlo por escrito
ante el juez que hubiera proferido la decisión correspondiente, antes de que
venciera el término para resolver la petición de apelación, so pena de que
el juez lo declarara desierto. Evidentemente, para la jurisdicción civil era

78
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claro que este artículo había sido derogado por el decreto 2282 de 1989 –
que modificó expresamente el Código de Procedimiento Civil. Pero ello no
implica necesariamente que tuviera que llegarse a la misma conclusión
para el caso del procedimiento laboral. Y ciertamente, la jurisdicción laboral
consideró que el artículo seguía vigente para ella, interpretación que es tan
válida como la contraria y que, en forma abstracta, no vulnera el principio
de favorabilidad.

(…)La modificación introducida por el art. 29 de la Ley 712 no significa que


el artículo 57 de la ley 2 de 1984 haya sido derogado y que, por
consiguiente, la interpretación de la Sala de Casación Laboral de la Corte
Suprema de Justicia sea insostenible. En efecto, la reforma se limitó a
establecer que el recurso será interpuesto oralmente cuando se presente
dentro de las mismas audiencias – algo que ya había acogido la
jurisprudencia – y que será fundamentado por escrito cuando se trate de
providencias notificadas por estado, dentro de los cinco días siguientes a la
notificación, sin entrar a determinar ante quién debe fundamentarse el
recurso.”71

Y en virtud de esto, también manifiesta la misma sentencia que,

“<Si bien la sustentación del recurso no debe estar sujeta a fórmulas ni


solemnidades, si es indispensable que el recurrente dé alguna razón
concreta para su inconformidad y, por tanto, debe hacerlo ante el juez que
dictó la providencia.>

<En efecto, dispone el artículo 57 de la Ley 2 de 1984 que: ‘Quien


interponga recurso de apelación en proceso civil, penal o laboral deberá
sustentarlo por escrito ante el juez que haya proferido la decisión
correspondiente, antes de que se venza el término para resolver la petición
de apelación. Si el recurrente no sustenta la apelación en el término legal,
el Juez mediante auto que sólo admite recurso de reposición, lo declarará
desierto.’>”72

Entonces la negación del recurso de apelación se encuentra configurada en


el hecho de que el recurrente no cumpla con las condiciones mínimas
estipuladas por la normatividad vigente, por lo tanto, son pocos los casos
en los que es negado el recurso de apelación; pero se plantea que, si bien
comúnmente no es negado, cuándo es negado, como se vio en la
jurisprudencia anteriormente expuesta, se da por una interpretación errónea

71
Corte Constitucional de Colombia, sentencia T-295/2005, magistrado ponente Manuel José Cepeda
Espinosa. Disponible en < http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/t-295-05.htm> (20.07.14)
72
Sentencia T-295/2005 Op. Cit.

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de la norma que lo regula, siendo que para cada jurisdicción se configura


de manera diferente, pero se expone que si se estableciera expresamente
en la normatividad la justificación técnica e individualizada del recurso
posiblemente la sustentación del recurso seria técnicamente fundamentada.

Admisión del recurso de apelación

La instancia competente para conocer del recurso de apelación es la del


juez ad quem, es decir, la segunda instancia es el superior jerárquico y se
entiende que conoce en lo desfavorable al apelante, por lo tanto la
sentencia de segunda instancia, que tiene como fin corregir yerros, vicios o
errores cometidos por el juez ad quo, deberá estar de acuerdo a lo normado
en artículo 66A del CPT y SS el principio de la consonancia que dice que "la
sentencia de segunda instancia, así como la decisión de autos apelados,
deberá estar en consonancia con las materias objeto del recurso de
apelación."73

Por lo tanto, el recurso de apelación para gozar de admisión por parte del
superior jerárquico deberá cumplir básicamente con, haber sido interpuesto
en término legal, esto es, inmediatamente dictada la sentencia de primera
instancia, debe ser justificado en lo desfavorable a la parte que lo interpone
y haber sido concedido en la misma diligencia que la dictó por parte del
ponente de la misma, bajo el principio de la oralidad.

El recurso para ser admitido por el Tribunal, básicamente se verifica los


mismos requisitos expuestos con anterioridad, esto es, que en esta etapa
tampoco se exige la individualización de errores de forma técnica, para ser
resueltos por el Tribunal Superior.

Sentencia de segunda instancia con base a un


recurso justificado técnicamente.
La sentencia de segunda instancia a partir recurso de apelación siempre va
dirigida a que el juez ad quem reconsidere la decisión emitida por su inferior
73
Corte Constitucional de Colombia, sentencia C-968/2003, magistrado ponente Clara Inés Vargas
Hernández. Disponible en < http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/c-968-03.htm l>
(16.03.14)

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jerárquico, el juez a quo, y revoque la sentencia en lo que agravia al


apelante, pero el futuro del recurso depende de si se tiene razón y de si esa
razón está expuesta correctamente, y la oportunidad de concretar el
recurso, es justamente las alegaciones de conclusión que se exponen ante
el juez colegiado que resuelve la segunda instancia, esa es una de las
razones por las cuales del valor agregado de justificar el recurso de
apelación técnicamente, de llegar a los estrados superiores con argumentos
valederos capaces de cambiar el panorama procesal, pueden resultar
determinantes en la decisión.

De justificarlo en lo que resulta gravoso para los intereses de la parte


recurrente pero basándose en las normas que infringe el juez de primera
instancia al emitir tal instancia, en las omisiones y declaraciones que
posiblemente en derecho no corresponden, remitiéndose a lo obrante en el
expediente y basando sus razones en algo concreto, no en meros sofismas
dilatantes que al fin y al cabo no hacen mayor hincapié en la toma de la
decisión por parte del superior jerárquico, el recurrente podría influir de
manera abierta y legal en la decisión de segunda instancia, lograr que el
juez falle a su favor si el derecho así lo ordena y los yerros del inferior
jerárquico son reales, evidentes y relevantes.

Observado el rumbo procesal tomado por los ejemplos propuestos, las


sentencias de primera instancia para cada uno de éstos fueron
desfavorables a los intereses de las partes demandadas, ambas fueron
condenadas, pero sólo en el caso 1, la demandada logró demostrar que la
sentencia de primera instancia era errónea y que realmente desconocía la
situación de salud del demandante, en su lugar fue absuelta de toda
condena, inclusive; en cambio, en el caso 2, la demandada no logró
demostrar que no existía culpa, aunque emitió un recurso aparentemente
técnico, extenso y justificado ante el superior jerárquico, el mismo sólo
basó su decisión de cambio en la disminución de la condena por lucro
cesante, pero confirmo la culpa patronal, el superior se basó en que la
culpa si existía por cuanto si hay certeza de los hechos y aunque no
hubiere total claridad de ellos esto no impide el estudio de la culpa patronal
adyacente y, en consecuencia, resolvió sólo a favor de la demandada lo
concerniente a la disminución de las condenas pero lo demás lo dejó
incólume.

Esto demuestra que el recurso de apelación justificado y tecnificado influye


en la sentencia de segunda instancia y es una guía para los operadores

81
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judiciales, por lo tanto, si el recurso es desordenado, abierto y complejo, el


litigante no puede pretender que el tribunal al resolver el recurso le haga el
trabajo, ordenando las ideas y buscando los argumentos para hallarle la
razón. Los jueces pueden exigir que delimiten y especifique cual es el error
de los jueces, para proceder a resolvérselos de forma individual, puntual, y
tal situación no vulnera ningún derecho sustancial. Los Jueces escuchan
razones no sentimientos ni deseos, los argumentos, los hechos y las
pruebas son las que determinan el sentido de las sentencias.

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Conclusiones
1. La exigencia de sustentar un recurso de manera técnica,
individualizando los errores que supuestamente se cometieron en la
sentencia, es plenamente posible de acuerdo a lo establecido en el CPT
y SS y el CGP, esto es, un Tribunal puede exigirle al litigante que
sustente técnicamente su recurso para poder resolvérselo.

2. En vigencia de la oralidad impuesta por la ley 1149 de 2007, la


obligatoriedad de realizar un planteamiento técnico individualizando los
errores tanto de hecho como de derecho en el recurso de apelación, no
afecta derechos sustanciales, al contrario, se convierten en una garantía
al debido proceso.

3. Con el requerimiento que la jurisdicción realice a los abogados, para que


sus recursos sean técnicos, no se violenta ningún derecho sustancial, al
contrario, con el estudio obligado de los hechos, las pruebas, las normas
y la sentencia, existe una posibilidad mayor de que se haga justicia.

4. Los recursos sustentados de manera técnica garantizan el derecho de


de defensa y contradicción y el debido proceso, permitiendo un debate
con argumentos puntuales, lo que también aporta a la eficiencia de la
administración de justicia.

5. La tendencia a garantizar los derechos sustanciales no afecta la


evolución del discurso y debate jurídico, pues aumentar la exigencia en
la técnica en los discursos jurídicos, garantiza el debido proceso,
derecho de defensa y contradicción.

6. Quedo demostrado que el derecho sustancial se puede garantizar con la


efectiva aplicación del derecho procesal, por lo cual la técnica exigida en
las actuaciones de los abogados, se convierte en garantía de derechos
fundamentales, aportando de este modo a la función del operador
jurídico en tal sentido.

7. El sistema judicial actual necesita de un giro en el sentido de la


protección de derechos sustanciales, consagrados por la constitución de
Colombia como principal texto legislador, tales como el derecho al

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debido proceso, entendido como “…derecho que tiene toda persona a


un proceso público, a presentar pruebas y controvertir las que se
alleguen en su contra, a impugnar la sentencia condenatoria y a no ser
juzgado dos veces por el mismo hecho” éste rige para todo proceso,
para que dichas figuras sean entendidas como la garantía de los
derechos sustanciales.

8. La preparación de profesionales capaces de ejercer el derecho de forma


responsable y con ello, desplegar actuaciones eficientes, como endilgar
errores a las sentencias y sustentar tales yerros con el uso de técnica,
individualización y separación de fundamentos, con pleno conocimiento
del curso del proceso.

9. Es necesario exigir técnica jurídica a los litigantes con miras al


enriquecimiento del sistema judicial, para que la actuación sea eficaz,
técnica y ágil, lo que garantizara el derecho al debido proceso y con ello
los derechos sustanciales.

10. Es trascendente la formulación del recurso de apelación a partir de un


estudio verdaderamente exhaustivo del proceso, de las razones que
llevaron al juez para tomar tal decisión, del análisis que hace a la norma,
lo que considera como probado y lo que no, cuestiones definitivas para
un proceso que pueden atacarse a partir de un recurso técnico que
garantice el debido proceso, el derecho de defensa y contradicción.

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Anexo 1. Glosario de términos

Acervo. Se denomina así, en el lenguaje jurídico, la totalidad de los bienes comunes o


indivisos, como herencia para los coherederos.

Apelación. Recurso planteado ante una jurisdicción superior para obtener la


revocación total o parcial de una decisión tomada por la jurisdicción inferior.

Apelación doble. Se refiere al recurso interpuesto por ambas partes dentro de


determinado proceso.

Apelación técnica. Recurso congruente, fundado, motivado y exhaustivo que permita


obtener la revocación total o parcial de una decisión tomada por la jurisdicción inferior.

Apelante. Sujeto o parte del proceso que utiliza los medios jurídicos y recurre una
decisión o resolución.

Apelante único. Sujeto que siendo parte dentro de un determinado proceso es el único
que recurre la decisión del juez.

Consonancia. Establece que la competencia funcional del juez se restringe al pedido


de las partes; es decir, a las súplicas de la demanda y a las excepciones propuestas
por la contraparte.

Derecho Procesal. El derecho puede dividirse en una gran cantidad de ramas y


especializaciones, cuyo objeto de estudio se centra en diversos aspectos de la realidad
e indica el proceder en cada una de esas ramas.

Derecho Sustancial. Cuando se habla de derecho sustancial o material, se piensa, por


ejemplo, en el derecho civil o en el derecho penal, por oposición al derecho procesal,
derecho formal o adjetivo. Estas denominaciones significan que el derecho sustancial
consagra en abstracto los derechos, mientras que el derecho formal o adjetivo
establece la forma de la actividad jurisdiccional cuya finalidad es la realización de tales
derechos.

Doble Instancia. Se refiere al proceso que tiene dos grados o etapas jurisdiccionales.

Endilgar. Señalar, adjudicar.

Factico. Que está basado en los hechos o limitado a ellos, y no en lo teórico o

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imaginario.

Individualizado. Atribuirle a algo las características que le diferencian de lo demás.


Diferenciar, especificar, particularizar.

Instancia. Con origen en el vocablo latino instantia, instancia es la palabra que refiere
al acto y resultado de instar (es decir, de reiterar o ser insistente en una petición, urgir
la rápida ejecución de algo). Para el derecho procesal, las instancias representan los
diversos grados o etapas jurisdiccionales en los que se divide la presentación, análisis
y resolución de todos los asuntos que se pueden llegar a presentar ante un tribunal de
justicia.

Ius postulandi. Se refiere a la capacidad y al no impedimento del profesional para


actuar dentro de un determinado proceso, capacidad que debe estar plenamente
probada.

Juez. En sentido amplio llamase así todo miembro integrante del poder judicial
encargado de juzgar los asuntos sometidos a su jurisdicción. Tales magistrados están
obligados al cumplimiento de su función de acuerdo con la constitución y las leyes, con
las responsabilidades que aquella y éstas determinan.

Juez Ad quem. El juzgado ante el cual se acude para que revoque, en todo o en parte,
el fallo del juez ad quo.

Juez Ad quo. Aquel del cual se apela ante el superior, que puede confirmar, modificar
o anular la resolución anterior.

Novum iudicium. Nuevo juicio.

Perjuicio. Daño moral o material que una persona o una cosa causa en el valor de algo o en
la salud o el bienestar de alguien.

Recurrir. Acudir a un juez o autoridad con una demanda o petición. Entablar recurso
contra una resolución o sentencia.

Recurso. Medio para recurrir.

Reformatio in pejus. Se refiere a la condición obligatoria que tiene el juez superior de


no poder agravar la condición del apelante cuando éste sea apelante único.

Sentencia. Resolución de un juez o un tribunal con la cual se concluye un juicio o un


proceso.

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Anexo 2. Abreviaturas

APROX. Aproximadamente

ARL. Administradora de Riesgos Laborales

ART. Artículo

AT. Accidente de Trabajo

CE. Comunidad Europea

CPC. Código de Procedimiento Civil

CP. Constitución Política / Carta Política

CPTySS. Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social

CST. Código Sustantivo del Trabajo

EP. Enfermedad Profesional

EPP. Elemento de Protección Personal

SMMLV. Salario Mínimo Mensual Legal Vigente

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1984). Por la cual se establece la competencia de las autoridades

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de policía y se dictan otras disposiciones. Diario oficial. Bogotá


D.C.: 1984, No. 36450. 257 p.

9. COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA, Ley 1564 (12,


Julio, 2012). Por medio de la cual se expide el Código General
del Proceso y se dictan otras disposiciones. Diario oficial. Bogotá
D.C.: 2012, No. 48.489. 217 p.

10. COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA, Proyecto de Ley


42 (27, Julio, 2010). Por la cual se desarrolla el artículo 53 de la
Constitución y se expide el Estatuto del Trabajo. Bogotá D.C.:
2010, 97 p.

11. COLOMBIA. CONSEJO DE ESTADO, Sala de lo contencioso


administrativo. Consejera de estado Ruth Stella Correa Palacio,
Sección tercera. Auto de 7 de Mayo de 2010. EXP. No 68001-23-
31-000-2009-00073-01 (37963)

12. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia C-662/1998,


magistrado ponente Hernando Herrera Vergara. Disponible en <
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/c-662-
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13. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia C-968/2003,


magistrado ponente Clara Inés Vargas Hernández. Disponible en
<http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2003/c-968-
03.htm> (16.03.2014)

14. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia C-029/1995,


magistrado ponente Jorge Arango Mejía. Disponible en
<http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/cc_sc_nf/1
995/c-029_1995.html> (20.04.2013)

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15. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia C-371/2011,


magistrado ponente Luis Ernesto Vargas Silva. Disponible en <
http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2011/C-371-
11.htm> (23.03.2014)

16. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia C-336/2012,


magistrado ponente Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. Disponible en
<http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2012/c-336-
12.htm> (23.03.2014)

17. COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia SU-


424/2012, magistrado ponente Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo. Disponible en <
http://corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2012/SU424-
12.htm> (23.03.2014)

18. COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia T-280/1998,


magistrado ponente Alejandro Martínez Caballero. Disponible en
<http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1998/T-280-
98.htm> (20.04.2013)

19. COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia T-295/2005,


magistrado ponente Manuel José Cepeda Espinosa. Disponible
en < http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/t-295-
05.htm> (20.07.2014)

20. COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia T-389/2006,


magistrado ponente Humberto Sierra Porto. Disponible en
<http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2006/T-389-
06.html> (20.04.2013)

21. COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de


Casación Laboral, Magistrado Ponente Francisco Javier Ricaurte

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Casación Laboral, Magistrado Ponente Elsy del Pilar Cuello
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civil, magistrado ponente Ricardo Hinestroza Daza, Bogotá D.C.:
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