El Psicoanálisis Es Una Ciencia
El Psicoanálisis Es Una Ciencia
El Psicoanálisis Es Una Ciencia
El psicoanálisis a pesar de que se aborda mucho esta cuestión a partir del «criterio de
refutabilidad» que propone Popper para distinguir entre la ciencia y la pseudo-ciencia, puede
resultar insuficiente si tenemos en mente tan solo el ejemplo paradigmático que aporta para
ilustrarlo, es decir, aquél de la puesta a prueba de la teoría de la relatividad de Einstein. Pero que
sea difícil someter a ese criterio a las teorías psicoanalíticas, de ningún modo equivale a decir
que son irrefutables. Se tendría que tener en cuenta que la realidad que estudia el psicoanálisis –
la realidad psíquica- es imposible de observar directamente: se manifiesta de manera indirecta en
síntomas, actos fallidos, lapsus, sueños. Sin embargo, se puede entender que en este sentido, la
experiencia clínica solo puede tener un valor de «conocimiento científico» cuando nos lleva a
cuestionar nuestras teorías. Por este tipo de razones el psicoanálisis si puede ser una ciencia, ya
que presenta ciertas características.
También desde otro punto de vista se tiene la hermenéutica, que es el arte de interpretar los
textos para encontrarles su sentido verdadero. Como muchos de los conceptos del psicoanálisis
no están bien definidos y se prestan a ambigüedades y a diversos sentidos, luego es –como lo ha
venido siendo– un terreno fértil para la interpretación y el desciframiento de sus verdaderos
significados y de las intenciones de los autores que introdujeron tales conceptos. Además es una
doctrina en la medida en que da explicaciones convincentes y más o menos coherentes y
sistemáticas sobre la naturaleza, las motivaciones y el devenir existencial del hombre, además
postula principios determinados o pautas de conducta normativas para el ejercicio de su práctica;
no solamente desde el punto de vista de su técnica clínica, sino desde su concepción de los
procesos mentales. Es decir, es una disciplina y teoría explicativa, tan válida como la ciencia.
Realizado por:
Socorro, Amie.