Gayoso 2019 - Excavaciones Iniciales en Huaca Las Estrellas
Gayoso 2019 - Excavaciones Iniciales en Huaca Las Estrellas
Gayoso 2019 - Excavaciones Iniciales en Huaca Las Estrellas
ÍNDICE
Introducción 11
Gabriel Prieto y Alicia Boswell
Capítulo 1 31
La cerámica temprana de Gramalote en el valle de Moche:
Aproximaciones a sus modos de producción, formas y usos
Gabriel Prieto, Isabelle Druc, Elvis Monzón,
Jhon Baldeos, Aldo Watanabe, Lorenzo Risco,
Roy Lezama y Pedro Cáceres
Capítulo 2 70
Anchoring the Absolute to the Relative. Recent Chronological
Research in the Viru Valley, Peru
Jordan Downey y Jean-François Millaire
Capítulo 3 84
Investigando Cerro León, una colonia altoandina del
Periodo Intermedio Temprano en la chaupiyunga del valle de Moche, Perú
Brian Billman, Jennifer Ringberg, Dana Bardolph y Jesús
Briceño Rosario
Capítulo 4 116
Excavaciones iniciales en Huaca Las Estrellas o Huaca Chica,
un probable palacio Virú en la campiña de Moche
Henry Gayoso
Capítulo 5 136
Arquitectura ritual en el núcleo urbano de Huacas del Sol y la Luna
Enrique Zavaleta
Capítulo 6 148
To live and Die in the City:
Bioarchaelogical Investigations of Health at the Huacas de Moche
Celeste Gagnon
Capítulo 7 164
Huaca del Sol hacia el final de los Moche
Moises Tufinio
8
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
Capítulo 8 184
Nuevas evidencias arqueológicas en la
Huaca El Castillo del complejo arqueológico de Mocollope,
valle de Chicama
Régulo Franco
Capítulo 9 218
Un estudio arqueológico de Pampa de Mocan
Ari Caramanica
Capítulo 10 232
El Chimú temprano de Huaca de la Luna
Feren Castillo Luján
Capítulo 11 270
La plataforma funeraria del anexo suroeste del conjunto
amurallado Uhle, Chan Chan
Nadia Gamarra, Lizbeth Quijano y Andersson Sarnaqué
Capítulo 12 302
Imperios y fronteras en la chaupiyunga:
La frontera costero-serrana del Período Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío en el valle de Moche
Patrick Mullins
Capítulo 13 316
The Inca Period in the chaupiyunga of the Moche Valley:
The view from Cerro Huancha, Collambay
Alicia Boswell
Capítulo 14 340
Tradiciones de la pesca en el valle de Moche
Jean Hudson
9
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
CAPÍTULO 4
Henry Gayoso
Dentro de la campiña, se ubica entre dos ramales de la acequia La General, que toma
sus aguas del río Moche: Jushape, al este, cuyas aguas corren al costado del camino
carrozable que rodea la huaca, y Pisum (también escrito Pissum y Pisún), al oeste, cuyas
aguas discurren a 90 metros de la huaca. Se encuentra rodeada por campos de cultivo y
algunas viviendas, aunque separada de ellas por el camino carrozable mencionado, que
tiene entre 5 y 7 metros de ancho.
Moseley describió el sitio como “una plataforma de adobes compleja, aislada, ordenada y
rectangular”, mientras que Fogel la describió como una serie compleja de plataformas,
patios y habitaciones, que configuran un edificio público de la cultura Gallinazo de hasta
“cuatro fases constructivas independientes” (Fogel 1993: 166). Reindel resalta la presencia
en Huaca Las Estrellas de adobes semiesféricos superpuestos a adobes paralelepípedos,
116
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
de lados marcados con cañas y también lisos, “para inferir que es un monumento de las fases
transicionales de Moche” (citado en Rodríguez 1998: 62 y 64). Billman reporta dentro de su
tesis doctoral a “Huaca Estrella” (MV-515) como una estructura ceremonial de filiación
Gallinazo y Moche. Según Billman (1996: 246) “basado en la presencia de adobes con marcas
de caña, que son diagnósticos de la fase Gallinazo, aproximadamente un tercio del montículo fue
construido en la fase Gallinazo, el restante en laase Moche”. Rodríguez (1998) manejaba la
hipótesis, basada en las inferencias de Reindel, de que la presencia de “muros enlucidos
rellenos de morteros suelto (RMS), adobes de distinta manufactura: semiesféricos, con gaveras
de caña y tablillas lisas, elementos usados por los Moches evidenciaría que la arquitectura de
huaca Las Estrellas sería de filiación cultural Moche Transicional” (Rodríguez 1998: 67). Este
investigador es el primero en elaborar un levantamiento topográfico y un plano del
monumento.
117
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
Por el lado de los agentes naturales, las diferentes precipitaciones pluviales que se han
sucedido a lo largo de los siglos, aun cuando las lluvias no son comunes en la zona, han
contribuido con la formación de una costra de barro en algunas áreas, principalmente en
las cabeceras de los muros, y cortes profundos en sus paramentos. Según el informante
de Rodríguez, Paulino Rojas, la depresión que se observa en la parte superior norte del
edificio se debería al evento El Niño de 1925, “que destruyó gran parte de su estructura y
numerosas evidencias culturales, aunque también pudo ser producto de la intensiva huaquería”
(Rodríguez 1998: 42).
Nuestras excavaciones se iniciaron en marzo del 2012 y terminaron en mayo del mismo
año. Se realizaron 12 cateos, 4 unidades de excavación y 2 trincheras. A continuación
118
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
Nombres y tradiciones
Para esta huaca, en la actualidad, usan indistintamente dos nombres: Las Estrellas y
Huaca Chica. El nombre de Las Estrellas es el más utilizado dentro de la bibliografía
arqueológica. Este nombre podría ser un complemento nominal creado a partir de los
nombres de las dos huacas principales de la zona, la del Sol y la de la Luna. No se
conoce en qué momento fue asignado este nombre, pero es casi seguro que es moderno,
de la época Republicana. En todo caso, no se ha registrado en ninguno de los estudios
sobre explotación de huacas durante la Colonia ninguna compañía operando en una
huaca con ese nombre. El nombre de Huaca Chica es el que utiliza la población local,
que desconoce el de Las Estrellas. Se infiere, fue asignado a partir de su tamaño, en
119
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
comparación con las dos huacas mayores de la campiña, en especial con la Huaca del
Sol, también llamada desde época Colonial Huaca Grande; aunque también podría
venir de su relación con el cerro Chico, tal como veremos más adelante.
Nosotros creemos que nuestra Huaca Chica o Huaca Las Estrellas podría ser aquella
huaca Pisum o Pisam explotada en 1559, pues justamente se ubica en el límite de los
sectores Jushape y Pisum. Además, el pequeño cerro de nombre Pisum que Zevallos
ubica entre los cerros Blanco y Ochiputur podría ser el cerro ahora conocido como cerro
Portachuelo o cerro Chico, asociado a la misma fiesta que se celebraba hasta hace unas
décadas en la Huaca Las Estrellas: la fiesta de las cruces1.
1 De acuerdo al Mincetur, esta fiesta se realiza desde 1780 en las áreas urbano y rural del
distrito de Moche, siendo su día principal el 3 de mayo. El Mincetur, en sus fichas de inventario
turístico, identifica las fiestas de la Cruz Mayor, la Cruz del Mar, la Cruz de Huartaco, Cruz La
Rosita y la Cruz del Portachuelo. Hasta la década de los 40 del siglo pasado, estas fiestas eran
organizadas por las familias que iniciaron el culto, continuadas de generación en generación por
sus descendientes. A partir de los 40, las fiestas pasaron a ser organizadas por hermandades y
comités; no fue el caso de la fiesta de la cruz de nuestra Huaca de las Estrellas. Las cruces a las
que se rendía culto eran colocadas por lo general en lugares sagrados prehispánicos, tales como
nuestra Huaca Las Estrellas y el cerro Chico, en donde también hay evidencias de ocupación
prehispánica, principalmente de la cultura Salinar.
2 Nuestros informantes fueron los señores Rubén Esaú Azabache Castillo, de 37 años, nieto de
la señora Rosa Hermelinda Sánchez y don Valentín Azabache Asmat, de 69 años, sobrino de la
misma.
3 La ‘misa’ no era dirigida por un cura, en realidad, era un ritual de rezos dirigido por un reza-
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ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
participaban los organizadores (los esposos Azabache Sánchez), los padrinos, que
se renovaban cada año, y los devotos. La cruz era bajada hasta la residencia de los
Azabache, al pie de la huaca, era repintada y revestida con un nuevo manto, se elegían
los padrinos para el siguiente año, y en la noche se celebraba una fiesta. Al día siguiente,
los organizadores, los padrinos y los devotos volvían a subir la cruz a la huaca, y tras
una nueva ‘misa’ se colocaba en una peana de cemento hasta el siguiente año. Benjamín
Rodríguez (1998: 42) recogió de un informante de nombre Paulino Rojas que la fiesta se
celebraba el 1 de mayo, y que antiguamente la cruz “era llevada en procesión hasta el cerro
Blanco”.
El hecho de que el cerro donde se halla una cruz que genera una fiesta religiosa similar
a la que se celebraba en la Huaca Las Estrellas pueda ser el cerro Pisum, y que la familia
que celebraba su fiesta vivía en el sector Pisum, cerca de la huaca, refuerzan la idea de
que nuestra Huaca Las Estrellas sea la Huaca Pisán o Pisum que Zevallos y Delibes
señalan como inubicables, en las afueras de Trujillo.
La arquitectura
La Huaca Las Estrellas fue construida con barro, el cual sirvió para la elaboración de los
adobes, el mortero con el que se formaron tanto los bloques de relleno arquitectónico
como los muros que fueron delimitando diferentes ambientes al interior del edificio,
y los gruesos revoques o enlucidos que le dieron el acabado final. Probablemente,
algunos ambientes fueron techados con cañas amarradas con soguillas y revestidas con
una torta de barro. Se registró hasta 8 tipos de adobes en diferentes partes del edificio.
Estos adobes se pueden organizar en dos grupos atendiendo a su forma: adobes
planoconvexos y adobes ortogonales o paralelepípedos (Tabla 1).
Adobes planoconvexos. Este tipo de adobes se caracteriza por presentar una base plana
irregular y cuerpo convexo. Predomina claramente en la construcción del edificio,
tanto en los muros como en los bloques de relleno arquitectónico que formaron las
plataformas. Se encuentra tanto en las estructuras que parecen ser las más tempranas
como en las más tardías. Fueron fabricados a mano, directamente sobre el suelo, de
allí la irregularidad de la superficie basal. En todos los casos se notan las huellas de los
dedos de los adoberos.
Teniendo en cuenta que han sido hechos completamente a mano, los adobes
planoconvexos presentan una gran diversidad de dimensiones y forma del cuerpo, de
allí la variabilidad de su nombre en la literatura arqueológica. Algunos son similares
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ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
a los adobes llamados ‘pan de molde’, otros a los ‘adobes bola’, también los hay
odontiformes u odontiformes alargados.
Dimensiones (cm)
Lar- A n -
Forma go cho Espesor
54 30 15
40 28 10
Rectangular 28 24 14
35 18 12
35 25 10
Cúbica 22 22 22
22 22 14
Semicúbica 30 30 15
29 29 26
de rojo y otro de blanco y negro (Figura 3). Si bien no hemos encontrado referencias
bibliográficas sobre estos elementos arquitectónicos en otros sitios del valle de Moche,
el arqueólogo José Carcelén, en una visita a nuestra excavación, nos refirió que, en
Castillo de Tomabal, una estructura monumental gallinazo en el valle de Virú, se
encontraron bloques similares, pero de mayor dimensión, formando parte de algunos
muros, aparentemente a modo de adobes decorativos.
Los muros
Los muros que conforman la estructura de Huaca Las Estrellas fueron hechos
principalmente con adobes planoconvexos, pero también con adobes paralelepípedos
rectangulares y cúbicos. Fueron revocados o enlucidos con una gruesa capa de barro, la
cual se conserva en muchos casos. El grosor del revoque se explicaría por el hecho de
que la forma planoconvexa de los adobes no otorgaba un paramento regular al muro.
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ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
El ancho de los muros oscila entre 20 y 400 centímetros. Los muros límite registrados
en los lados sur y oeste tienen aproximadamente 180 centímetros de ancho. En
la parte superior existen muros muy anchos que separan el patio del vestíbulo
o que sirven de contención de las plataformas o montículos que tienen el mayor
ancho registrado, que oscila entre 320 y 400 centímetros. Durante la prospección
y excavación se registraron algunos muros delgados adosados a muros anchos, a
manera de remodelación, acaso con la finalidad de otorgarle mayor estabilidad a la
estructura.
Se observó que varios muros, tanto de la fachada sur como en la parte superior y lado
este del edificio, presentaban el paramento ahumado o con huellas de quema.
Las fachadas
Huaca Chica solo conserva parte de tres de sus cuatro fachadas (Figura 4): norte, sur
y oeste. Aparentemente, el edificio ha conservado su estructura original en el lado
norte. Si bien el grado de conservación es regular, se observa que la fachada norte
estuvo compuesta por dos escalones. Es visible ahora 90 centímetros por encima de
su base, la cual está asentada sobre una capa de arena gruesa suelta. La unidad de
excavación 3 (UE3) nos permitió registrar el muro que forma parte de una fachada
previa (M32), que estaba cubierta en este sector por una capa gruesa de escombro.
Parece que la fachada precedente tuvo más de 23 m de extensión, y a esta se le
agregó un relleno de bloques arquitectónicos de 2,6 m de espesor para agrandar el
edificio, habilitar nuevos ambientes en su superficie y dar forma a la última fachada.
La nueva fachada no habría tapado toda la extensión de la fachada precedente, sino
19 m de ella a partir de la esquina noroeste, dando a la esquina noreste una forma
de planta escalonada.
La fachada sur parece ser la principal, donde se ubicaba el acceso al edificio en sus
diferentes fases de ocupación. El edificio que parece ser el más antiguo conserva
un muro visible (M9a) en donde se puede observar un vano de acceso, sellado
probablemente cuando se entierra el edificio y se construye sobre él uno nuevo.
Para esto, el ambiente al que se accedía por el vano de acceso señalado fue sepultado
con escombro, creando una nueva plataforma y habilitando nuevos muros (M9b y
M8b) paralelos a los precedentes (M9a y M8a). Más al este se observan al menos tres
ambientes altos que podrían ser parte de las últimas fases de ocupación.
Figura 4. Fragmentos de cerámica asociados a los estilos Castillo y Gallinazo Negativo del valle
de Virú.
La fachada oeste muestra básicamente una gruesa capa de escombro en pendiente, con
pocos muros expuestos. En la unidad de excavación 2, registramos parcialmente lo
que sería un ambiente aterrazado, delimitado por un muro con cabecera en pendiente
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ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
(M28), que presenta en su interior un piso roto y lentes de ceniza, sobre todo en las
zonas adyacentes a los muros que circundan el ambiente. Este ambiente daría a la
fachada oeste características arquitectónicas similares a las de la fachada sur, donde
también encontramos ambientes aterrazados y delimitados por muros con cabecera
en pendiente (por ejemplo, M4, M6 y M7). Sin embargo, por debajo de M29, el muro
límite oeste de este ambiente, y hasta a la altura del camino carrozable, no se registró
elemento arquitectónico alguno, solo escombro. Nuevamente, 70 centímetros por debajo
del camino carrozable se registró una superficie conformada aparentemente por dos
apisonados superpuestos. Se necesita, por lo tanto, una intervención más exhaustiva
para determinar las características de esta parte del edificio. Sin embargo, parece ser
que el cuerpo principal del edificio, donde se encuentra el patio, se construyó sobre una
especie de loma, la cual fue finalmente cortada con la habilitación del camino carrozable.
Ambientes identificados
Vestíbulo Este espacio se ubica en el lado sureste de la parte superior del edificio y
ha sido parcialmente excavado debido a la intervención codificada como unidad de
excavación 4 (UE4). Está delimitado por los muros M14 y M15, al sur, M22 al norte,
parte del relleno de bloques constructivos que conforman el montículo 3, al este; y
M21, que forma parte del montículo 4, al oeste. Aparentemente, tiene forma ortogonal
irregular, debido a la planta escalonada del M15.
En su lado norte, presenta dos posibles vanos de acceso que lo comunican con el patio
a dos niveles. El sector este está deteriorado, por lo cual no es factible determinar desde
dónde se accedía a este ambiente. También es probable que el acceso se haya hecho
desde el patio, y que este ambiente no sea un vestíbulo, sino que haya cumplido otra
función, acaso la de espacio para deposición de regalos u ofrendas.
El montículo 2 está 1,63 m por encima del nivel actual del patio. Se ubica al este del
montículo 1 y se encuentra unido a este por un conjunto de adobes, en el lado norte.
Entre ambos montículos hay en espacio de separación que, en su parte más larga,
al sur, alcanza los 4,5 m, y está parcialmente cubierta por escombro en pendiente.
126
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
Montículo 4 El enorme pozo de huaquero que domina este espacio permite inferir que
originalmente fue un ambiente delimitado por los muros M17, M18, M21 y M24, que
luego fue rellenado hasta crear una plataforma elevada, en donde pudieron sentarse los
personajes que presidían las fiestas y ceremonias realizadas en el patio. En su lado este
y norte está delimitado por muros de corte escalonado (M21 y una sección de un posible
muro no codificado registrado en el cateo 12), lo que le confiere un carácter especial
a este espacio. Algunos centímetros hacia el oeste de M16 se hallan expuestos unos
cuantos adobes cúbicos dispuestos en hilera de sur a norte, en dos diferentes niveles,
que podrían estar conformando escalinatas.
Patio Este espacio abierto tiene un ancho máximo de 14 m y unos 20 m de largo, de este
a oeste. Tiene dos niveles: el alto (al oeste) y el bajo (al este), delimitados a partir de un
paso a desnivel que se ubica en la parte central (Figuras 44, 45 y 46).
La cerámica
No se registró ninguna pieza completa. La muestra está compuesta por 221 fragmentos
de cerámica diagnósticos, los cuales fueron divididos en tres grupos: partes de vasijas,
partes de utensilios y objetos diversos. También se analizó el tipo de cocción y de
decoración.
Las formas
El grupo de partes de vasijas está compuesto por bordes (de cántaros, tinajas, ollas,
cuencos, platos y diversos), golletes diversos, agarraderas (asa lateral, asa puente y tipo
anillo), cuerpos decorados, bases (plana, trípode y anular), aplicaciones y otras partes
diversas de vasijas. El grupo de utensilios está compuesto por fragmentos de ralladores.
El tercer grupo incluye un fragmento de un objeto no identificado. En la mayoría de los
casos no fue posible establecer su filiación cultural, en especial la de los fragmentos de
127
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
partes de vasijas del tipo doméstico, cuya forma parece mantenerse, al menos desde
tiempos de la cultura Salinar hasta la Chimú.
Tabla 2. Número de fragmentos de cerámica según forma identificada en Huaca Las Estrellas.
Análisis bioarqueológico
Invertebrados
El grupo de los invertebrados que se registró está compuesto por 16 especies de
129
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
moluscos y artrópodos: ‘Fissurella’ sp., lapa; ‘Fissurella limbata’, lapa; ‘Fissurella maxima’,
lapa; ‘Tegula atra’, caracol negro; ‘Prisogaster niger’, caracolito negro; ‘Stramonita
haemastoma’, caracol; ‘Stramonita chocolata’, caracol; ‘Stramonita dellesertiana’, caracol;
‘Scutalus proteus’, caracol terrestre; ‘Scutalus’ sp., caracol terrestre; ‘Semimytilus algosus’,
chorito playero; ‘Choromytilus chorus’, choro zapato; ‘Spondylus princeps’, mullu; ‘Donax
obesulus’, maruchas o palabritas; ‘Platyxantus orbignyi’, cangrejo, y diversos.
Por otra parte, los moluscos predominantemente son de biotopo pedregoso rocoso,
con excepción del ‘Donax obesolus’, que es de biotopo arenoso, y los ‘Scutalus proteus’ y
‘Scutalus’ sp., que pertenecen a biotopo de lomas. Respecto a la distribución vertical, se
hallan cinco especies exclusivas del mesolitoral, tres especies exclusivas de supralitoral,
otras tres que se hallan tanto en mesolitoral como supralitoral y las especies de la
familia ‘Xanthidae’ que son de supralitoral y también de mesolitoral. Lo evidente en la
muestra de moluscos es que hay una colecta relacionada hacia los recursos abundantes
de la época, tal como el ‘Semimytilus algosus’, bivalvo que aparece en grandes cantidades
con eventos de El Niño, cuya alta presencia (37,17%) junto a la colecta de gasterópodos
terrestres, como es el caso de ‘Scutalus’ (24,31%), avalaría una posible época de
abundantes lluvias. Esto se necesita confirmar con muestras de otros contextos del sitio.
Vertebrados
El grupo de los vertebrados que se registró está compuesto por restos óseos animales
y humanos.
Restos óseos animales. En este grupo se registró un total de 12 especies y 10 familias, de
130
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
las cuales 4 especies son mamíferos, 7 especies son peces y 1 especie es ave, tal como
se lista a continuación: ‘Muridae’, ratones de campo; ‘Cavia porcellus’, cuy; ‘Odocoileus
virginianus’, venado cola blanca; ‘Lama’ sp., camélido doméstico; ‘Mustelus’ sp., tollo;
‘Myliobatis’ sp., raya águila; ‘Merluccius gayi’, merluza; ‘Paralonchurus peruanus’, suco;
‘Sciaena deliciosa’, lorna; ‘Sciena Straski’; ‘Anisotremus scapularis’, chita; ‘Phalacrocorax
bougainvillii’, guanay, y otros.
Se observó que la proteína basada en carne de camélido es lo más común en este sitio,
seguida por la de peces.
Restos botánicos
Dado que es muy difícil que los restos vegetales se conserven, sobre todo en contextos
no domésticos, hemos registrado muy pocos en el sitio. Se han identificado 6 especies
de plantas a partir de semillas, restos de frutos y fragmentos de carbón. Cinco plantas
son cultivadas (‘Arachis hypogaea’, maní; ‘Phaseolus lunatus’, pallar; ‘Psidium guajava’,
guayaba; ‘Lagenaria siceraria’, calabaza, mate; y ‘Zea mays’, maíz; y una planta es silvestre
(‘Cyperus’ sp., junco). Esta última se ve representada por un fragmento de soguilla
que aparentemente fue parte de los amarres de los techos, pues los fragmentos de
revestimiento de techo hallados en la unidad de excavación 4 presentan improntas de
estas soguillas.
Reuniendo todos los restos botánicos identificados en los diversos contextos y haciendo
frecuencia relativas, tenemos que predominan con un 61,5% los restos de Zea mays
seguidos por los restos de fragmentos vainas de ‘Arachis hypogaea’, con 20,5% (aunque
podrían estar sobrerrepresentados por la fragmentación de las vainas de los frutos).
También tenemos restos quemados de ‘Phaseolus lunatus’ (7,69%), fragmentos de
endocarpio de ‘Lagenaria siceraria’ (5,13%), y un fruto de soguilla fabricada con tallos de
‘Cyperus’ sp., Junco, y también un fruto quemado de ‘Psidium guajaba’ con 2,56% cada
uno.
Discusión y comentarios
El lado sur, debido a su conservación más o menos regular, permite observar con mayor
claridad parte de sus elementos arquitectónicos. Las evidencias indicarían que esta
pudo ser la fachada principal, y que, frente a ella, más al sur, pudieron existir pequeños
ambientes que articulaban el ingreso. Lamentablemente, en frente se halla el camino
carrozable y un campo de cultivo, por lo que es muy probable que las evidencias de su
proyección más hacia el sur se hayan perdido.
Tomando los adobes como elemento diagnóstico para filiar un sitio Gallinazo, acudimos
a la división de tres fases que hizo Bennett (1950) a partir de sus investigaciones en el
Grupo Gallinazo. Este investigador describe que los sitios del valle de Virú asociados
a la fase Gallinazo II presentan muros hechos con adobes bola (‘ball’ adobes) “modelados
a mano unidos con mortero de arcilla, y cubiertos en su lado externo con un enlucido grueso.
Algunos de los adobes tienen formas definidas, tales como odontiformes, hemisféricos, subcónicos
e incluso con forma de cuña” (Bennett 1950: 67). Es claro que Bennett usa el término “adobe
bola” para referirse a los adobes de tipo planoconvexo en sus diferentes variantes
morfológicas. En la fase Gallinazo III se utilizaron adobes rectangulares hechos con
gaveras de caña. Si bien la división de tres fases de Bennett es considerada de poca
utilidad ya que sus excavaciones se realizaron en niveles arbitrarios sin tener en
cuenta la estratigrafía natural (Billman 1996: 237), nos queda claro que la arquitectura
gallinazo no solamente debe ser tipificada por la presencia de adobes con marcas de
gavera de cañas, como normalmente se ha hecho, sino también por la presencia de
adobes planoconvexos de diferente forma, como los que hemos registrado en Huaca
Las Estrellas. La presencia de adobes bola en la arquitectura Gallinazo es confirmada
por Heidi Fogel (1993: 124) quien afirma que, en el Grupo Gallinazo, en el Valle de Virú,
4 En el original: “During the earliest part of this contact, Gallinazo materials appear, for a brief
time, to be mixed with the local remnant Salinar tradition. At some point during the Middle
Gallinazo phase the break became complete and Gallinazo-Salinar hybrid vessels disappeared
from the Moche Valley ceramic inventory”. La traducción es nuestra.
133
ACTAS DE LA PRIMERA MESA REDONDA DE TRUJILLO
las estructuras en su base están hechas con adobes bola y las de encima con adobes
marcados con gaveras de caña. Añade que esta secuencia constructiva corresponde, en
la seriación de adobes propuesta por Bennett, al Gallinazo Medio y Tardío.
Parece que las construcciones más tempranas de Huaca Las Estrellas fueron elaboradas
exclusivamente con adobes de tipo planoconvexo, pero nuestros datos no son del todo
precisos toda vez que no hemos excavado en profundidad el monumento. Lo que sí es
claro, es que para las construcciones más tardías este tipo de adobe se sigue utilizando
de manera masiva, pero se van agregando otros tipos de adobes, de forma rectangular
o cúbica, hechos con gaveras de caña. Incluso, encontramos adobes planoconvexos,
rectangulares y cúbicos formando parte de un mismo rasgo arquitectónico. La
coexistencia de adobes planoconvexos modelados y adobes rectangulares y cúbicos
moldeados con gaveras de caña en un mismo muro, más que a un uso temporal,
podría responder a una necesidad funcional. En ese sentido, los adobes planoconvexos
conformarían la mayor parte del volumen arquitectónico, mientras que los rectangulares
y cúbicos habrían sido utilizados para límites de muros, acabados, pasos, o rasgos
arquitectónicos específicos.
Como se indicó en los antecedentes, tanto Fogel (1993: 166) como Billman (1996: 245-
246) mencionan la afiliación de Huaca Las Estrellas a la cultura Gallinazo, e indican que
junto a una estructura monumental de adobes en cerro Pesqueda, son los dos únicos
casos de pequeños centros ceremoniales en el valle de Moche asociados a esta cultura.
Los autores no solamente le asignan una filiación cultural sino también una función.
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