Ensayo

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Universidad Pedagógica Nacional de Colombia

Licenciatura en física - Lo discreto y lo continuo en la explicación en física


Estudiantes: Miguel Sánchez; Santiago Barragán
Docente: Giovanny Sierra
_____________________________________________________________________________________

LO CONTINUO Y LO DISCRETO COMO PUNTO DE ENCUENTRO EN LA


EXPLICACIÓN DE FENÓMENOS: LA LUZ COMO UN CASO PARTICULAR EN
FÍSICA.

Introducción

En su famoso texto la ciencia, su método y su filosofía, Bunge (1959) afirma que


«mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el hombre trata de comprenderlo», es
en este sentido entonces, que el ser humano en su búsqueda por conocer el mundo físico se
cuestiona y estructura imágenes o modelos totalmente perfectibles. La luz, como muchos otros
fenómenos físicos, surge como objeto de investigación en la antigüedad, particularmente con los
griegos1 y algunas escuelas de pensamiento que predominaron en la época, después, la
investigación en torno a la luz tiene lugar en el siglo XVII, con figuras como Descartes, Huygens,
Newton, Goethe; es en ese momento, que, indagar sobre su naturaleza fue fundamental para las
futuras construcciones teóricas sobre la luz en física, en particular, para determinar su naturaleza
continua o discontinua.

En el siglo XVII, determinar la naturaleza de la luz fue un problema que inquietó a los
más intelectuales de la época, entre ellos se encontraban los cartesianos, quienes propusieron un
modelo construido a partir de especulaciones físicas, metafísicas y teológicas. Para ellos, la luz
era un fluido formado por pequeños torbellinos, sin embargo, esta forma de significar la luz se
vio opacada por el modelo propuesto por Huygens en su Treatise Of Light y por el de Newton,
publicado en su Opticks. Considerando que estos dos modelos, tanto el de Huygens como el de
Newton, tuvieron gran recepción dentro de la comunidad científica, ya que, por un lado, Huygens

1
Entre estos se encuentran Empédocles (495-435 a.C) quien consideraba que la luz era un fluido que
emanaba de los ojos, y Pitágoras de Samos (580-495 a.C) considera que la luz era algo que fluye, excitando el
sentido de la vista.
situaba la explicación natural de la luz dentro de un modelo ondulatorio continuo, y Newton,
reivindicaba una especie de atomismo al atribuirle naturaleza corpuscular a la luz.

Así, a principios de siglo XIX, Thomas Young dio la prueba experimental que permitirá
posicionar el modelo ondulatorio por encima del corpuscular de la luz, y ha mediado de siglo, la
revolución electromagnética parecía poner fin a la discusión en torno a la naturaleza discreta o
continua de la luz, al caracterizarla como una onda electromagnética, esto por un lado, gracias al
trabajo teórico de Maxwell y por otro, a la comprobación experimental por parte de Heinrich
Hertz de las ondas electromagnéticas. Sin embargo, a finales de siglo XIX, estudios en
termodinámica en relación con los procesos de emisión y absorción abrieron nuevamente la
discusión en torno a la naturaleza continua o discreta de la luz o radiación. La solución a este
enigma vendría gracias al trabajo de Planck publicado en 1900 -pionero en la génesis de la teoría
cuántica-.

Todo esto parece confirmar que la naturaleza de la luz debería, o bien, explicarse a partir
de un modelo continuo o discreto. En este orden de ideas, la pretensión de este ensayo es
argumentar porque no hay una dicotomía intrínseca al abordar lo continuo y discreto en física,
particularmente en el caso de la luz, ya que históricamente estas dos formas de caracterizar los
fenómenos físicos se han presentado como categorías antinómicas.

El experimento de Thomas Young y el ascenso del electromagnetismo en la confirmación de


la naturaleza ondulatoria de la luz.

En intentos por discernir la naturaleza de la luz, el siglo XVII fue el escenario que
presentó grandes trabajos teóricos y experimentales en el campo de la óptica, esto, con el fin de
comprender fenómenos como el de la reflexión y refracción de la luz, es así como aparece
Newton con su modelo corpuscular y Huygens, con su modelo ondulatorio, si bien cada modelo
contaba con un cuerpo teórico bien estructurado, todo parecía indicar que el modelo ondulatorio
de Huygens sería el más apropiado para la descripción fenoménica de la luz, que, según Blanco
(2015), gracias al experimento de Thomas Young, el modelo ondulatorio de Huygens garantiza la
naturaleza ondulatoria y continua de la luz.
En relación con lo mencionado anteriormente, la pregunta que inquietó a los físicos un
siglo después fue, de qué manera diferenciar o distinguir entre un corpúsculo y una onda, así, la
respuesta a este interrogante estaba en mirar de qué forma interactúa una onda con otra; es por
esto que, el experimento toma un sentido importante en la determinación onda o corpúsculo, es
en este sentido que, Thomas Young, en 1801 presenta el experimento de la doble rendija, lo cual
permitiría, aparentemente, dar cuenta de la naturaleza ondulatoria de la luz. Este experimento
(figura 1) consiste en hacer incidir una onda a través de una placa con una pequeña apertura, que,
al difractarse, genera una onda esférica, y de este modo, incidiendo en una segunda placa con dos
aperturas, aparecen dos ondas con las mismas características, generando un patrón de
interferencia entre ellas, este patrón encontrado por Thomas Young y, según el esquema teórico
construido por Huygens, darían validez a la naturaleza ondulatoria de la luz.

Figura SEQ Figura_


Figura \* ARABIC
1. Patrón 1. Patrones de interferencia
de interferencia

No solo la determinación del experimento de Thomas Young permitió corroborar la


naturaleza ondulatoria y continua de la luz, sino que además, la síntesis que logró Maxwell del
fenómeno electromagnético, gracias al trabajo que desarrollaron físicos como Faraday, Oersted,
Ampere en sus intentos por armonizar, la luz, la electricidad y el magnetismo. Es así como, en
1865, quedaría expuesto en su documento A dynamical theory of the electromagnetic field, la
unificación de estos tres fenómenos, que, entre sus apartados contiene, la predicción de la
existencia de ondas electromagnéticas y también, la teoría electromagnética de la luz. Todo esto
parece confirmar que existían razones para creer que la luz además de su comportamiento
ondulatorio era de naturaleza electromagnética. De esta manera, según Maxwell (1865) citado
por Beléndez (2015): «(…) parece que tenemos razones de peso para concluir que la propia luz
(incluyendo el calor radiante y otras radiaciones si las hay) es una perturbación
electromagnética en forma de ondas que se propagan según las leyes del electromagnetismo».

Este hallazgo por parte de Maxwell, se da gracias a los intentos por comprender el efecto
magneto-óptico, ya conocido por Faraday, quien pensaba que tal efecto tenía cierta incidencia en
las características de la luz, de ahí el interés. Hecha esta salvedad, gracias a su habilidad con las
matemáticas y con el propósito de comprender los fenómenos eléctricos, magnéticos y ópticos,
presenta un esquema conceptual que da cuenta de ello, publica, como se mencionó anteriormente,
el documento A dynamical theory of the electromagnetism que contiene, entre sus siete apartados
las ecuaciones generales del campo electromagnético y la teoría electromagnética de la luz. Al
combinar las ecuaciones del campo electromagnético, y como consecuencia de ello, obtuvo una
ecuación de onda, que, según Beléndez (2015), propuso la existencia de ondas electromagnéticas,
lo interesante del hallazgo de Maxwell fue que al calcular la velocidad de propagación de estas
ondas en función de ϵ 0 y μ0, siendo la permitividad eléctrica y magnética del vacío
respectivamente, encontró que:

1
c=
√ ϵ 0 μ0

Así, el valor de la velocidad de propagación de estas ondas era igual a la velocidad de


propagación de la luz c -aproximadamente 3 ⋅108 m s−1-. Más adelante, Heinrich Hertz, confirmó
la existencia de las ondas electromagnéticas.

En consecuencia, según Beléndez (2015): «Esta “síntesis” es uno de los mayores logros
de la Física, pues no sólo permitió unificar los fenómenos luminosos, eléctricos y magnéticos,
sino que también permitió desarrollar la teoría de las ondas electromagnéticas, entre las cuales
se incluye la luz», es por esto, que, no había razones para dudar de la naturaleza ondulatoria y
electromagnética de la luz, por consiguiente, la luz se posicionó como un continuo.
Estudio sobre la emisión y absorción en los cuerpos y el problema de la radiación del
cuerpo negro.

En vista de la gran recepción que tuvo el trabajo de Maxwell, y la confirmación de las


ondas electromagnéticas por parte de Heinrich Hertz, su aplicabilidad en la industria no se hacía
esperar, de esta manera, no quedaba duda de la importancia del fenómeno electromagnético -del
cual la luz hacía parte- en la sociedad. Sin embargo, a finales de siglo XIX, una situación inquietó
a la comunidad científica, ya que los estudios en termodinámica sobre la radiación térmica
pondrían de nuevo a la luz y su naturaleza en el interés de los físicos. Además de eso, la química
venía construyendo un marco explicativo para comprender la materia, poniendo de presente las
ideas de la filosofía de Demócrito; partículas discretas, poco perceptibles para el ser humano.

Por lo que se refiere a la radiación térmica, sabemos que en virtud de su temperatura, los
cuerpos emiten y absorben radiación electromagnética, en el caso de la materia condensada,
explica Rivadulla (s.f): «la radiación se distribuye sobre un espectro continuo de longitudes de
onda que depende principalmente de la temperatura del emisor», es por esto que, los físicos
empiezan a estudiar las implicancias de la emisión y absorción por parte de los cuerpos,
particularmente del cuerpo negro2. Con lo dicho anteriormente, es Gustav Kirchhoff quien en un
primer momento se interesa en la relación entre la emisión y absorción, gracias al trabajo
desarrollado por Fraunhofer, más específicamente, sobre las líneas de Fraunhofer3 y después
Kirchhoff pasó a estudiar algunos cuerpos que emiten y absorben la radiación de calor, en
vecindades opacas, en equilibrio a temperatura T. En este sentido, la tarea entonces era encontrar
un modelo teórico que explicase la relación entre la emisión y la absorción y particularmente, la
radiación del cuerpo negro.

2
Cuerpo teórico idealizado, que entre sus características, absorbe toda la luz y toda la energía radiante que
incide sobre él.
3
Conjunto de líneas espectrales llamadas así gracias a Joseph Von Fraunhofer quien fue uno de los
primeros en estudiar este conjunto espectral.
En lo que se refiere al cuerpo negro, aparece Wilhelm Wien, específicamente, en el
año 1894, quien a partir de principios termodinámicos logra determinar la densidad de energía del
cuerpo negro, la cual verifica la siguiente expresión:

v
E( v ,T )=v 3 f ( )
T

Figura 2. Espectro de radiación del cuerpo negro.

v
Expresión llamada primera ley de Wien en donde la expresión f ( ) era desconocida y
T
suscitó el interés de los físicos. Otra forma de expresar esta densidad de energía era en función de
la longitud de onda, cuya expresión es :

c4 c
E( λ ,T )= 5
f ( )4
λ λT

4
Para su demostración matemática, ver Rivadulla (s.f)
dE(λ)
Así, en el punto λ max, donde E ¿) adquiere su valor máximo, =0, es decir:

c df (c / λT ) 5
+5 f (c / λT )=0
λT dλ

De esta manera, vemos que para la expresión obtenida, λ max ⋅T =cte , esto, para satisfacer
el resultado obtenido, cabe mencionar además que esta expresión es conocida como la ley de
desplazamiento de Wien y según Rivadulla (2015), esta ley establece que a medida que la
temperatura del cuerpo aumenta, el máximo que alcanza la energía se distribuye a longitudes de
onda mucho más bajas. Sin embargo, la preocupación de los físicos en torno a la radiación del

v
cuerpo negro radica en que la función f ( ) seguía siendo desconocida, ya que no permitía
T
describir la relación en entre la intensidad y la longitud de ondas largas (ver figura 2)

La solución a esta función llegó a partir de un tratamiento estadístico, obteniendo una ley
de radiación térmica, que, como resultado, Wien obtuvo:

− βv
v T
f ( )=α e
T

Con αy βconstantes, la ley de radiación de Wien queda determinada como:

− βv
E( v ,T )=v 3 α e T

Sin embargo, esta expresión seguía teniendo algunas repercusiones, ya que como se lee en
Rivadulla (2015) «Experimentos más precisos pusieron de manifiesto desviaciones que eran un
tanto mayores cuanto más largas eran las longitudes de onda de las radiaciones térmicas que se
observaban». De esta manera, vemos que el modelo de Wien falla al momento de describir las
5
Ver Rivadulla (s.f)
frecuencias bajas, los valores no son compatibles con los datos de la gráfica. En este orden de
ideas, y en aras de comprender la radiación térmica del cuerpo negro, los físicos Lord Rayleigh y
Sir James Jeans, propusieron un modelo que se adecuara a la ley de desplazamiento de Wien,
permitiendo adecuar los valores para los cuales el modelo de Wien falla, es decir, cuando las
longitudes de onda eran largas en relación con la intensidad.

La ley espectral a la que llegaron Lord Rayleigh y Sir James Jeans es denominada la ley
de Rayleigh-Jeans, y cuya expresión permite evidenciar la distribución de la energía del cuerpo
negro es:
8 πv 2
E( v ,T )= kT
c3

En este sentido, la expresión se adecuada con la ley de desplazamiento de Wien, para


frecuencias bajas el modelo funcionaba perfectamente, sin embargo para frecuencias altas, es
decir para las ultravioleta y superiores la densidad de energía crecerá indefinidamente. Esto para
Rivadulla (s.f) se evidencia haciendo la integral sobre todas las frecuencias para obtener la
densidad de energía total, es decir:


E( v ,T )= 3 kT ∫ v 2 dv
c 0

Esto, evidentemente contradice los datos experimentales obtenidos en la relación entre la


intensidad de la energía -o densidad de energía- y la longitud de onda. De esta manera, la física
clásica no fue capaz de dar una explicación al espectro de radiación del cuerpo negro.

La solución al espectro de radiación del cuerpo negro y la discontinuidad en física

En vista de que el modelo clásico propuesto por Rayleigh-Jeans y el trabajo teórico de


Wien fueron insuficientes para dar cuenta del espectro de radiación del cuerpo negro, en palabras
de Otero (1988), porque:
«Si la energía era continua, como postulaba la teoría, significaba que en el extremo de
ondas cortas (alta frecuencia) del espectro la energía de la radiación se tornaría infinita, al
propiciar un aumento continuo de la energía hacia el infinito al disminuir la longitud de onda.»
(p. 12)

Es entonces cuando en 1900, Max Planck presenta ante la Academia Prusiana de Ciencias
el trabajo pionero en la génesis de la teoría cuántica. Antes de esto, cabe mencionar que las
expresiones encontradas hasta ese entonces sugerían que la energía radiante se propaga mediante
ondas electromagnéticas, gracias a la comprobación experimental de Hertz, de esta manera, se
puso de presente que la naturaleza de la radiación visible y térmica debía ser electromagnética y
de esta manera, satisfacer las leyes del electromagnetismo de Maxwell.

El estudio de la radiación del cuerpo negro se convirtió así, en uno de lo problemas


centrales de la física, que, según Otero (1988), permitiría comprender los procesos de radiación
en general. Para solucionar las falencias de los modelos anteriores fue necesario no solo hacer
usos de la termodinámica y electromagnetismo, sino además, de la mecánica estadística, siendo
estos los recursos que le permitieron a Max Planck estructurar un modelo teórico para explicar la
distribución específica de energía o radiación de cuerpo negro, que como se mencionó, la teoría
clásica de la radiación no pudo hacerlo.

La solución de Planck consiste en hacer que la energía no se torne infinita en regiones de


alta frecuencia como lo predicen los modelos anteriores, para esto, la solución consistió en
introducir supuestos sobre la manera como los cuerpos emiten y absorben la radiación, pero en
esta ocasión haría uso de hipótesis atómicas, es de decir, se abandona la termodinámica clásica,
de esta manera, para Planck «la materia no puede emitir energía radiante más que por
cantidades finitas proporcionales a la frecuencia» (Isaza, p.50), es decir:

E∝v

Así entonces, la energía de las moléculas que integran el cuerpo radiante solo podrían
tomar valores enteros múltiplos de la frecuencia de vibraciónv ;en conclusión, la luz radiante
producida vendría en paquetes discretos de energía E=hv ,siendo h la constante de Planck,
aunque para él, esta idea de paquetes discretos era un truco matemático para poder llegar a un
resultado favorable, para Einstein, por ejemplo, más que un truco matemático, esta consideración
traerá profundas implicaciones físicas. Aunque, según Isaza (1989) en un principio «la
discontinuidad traducida por la hipótesis de los cuantos es incompatible con las ideas generales
que servían hasta entonces de base a la física y exigen una revisión completa de estas ideas»
(p.54), sin embargo, esto no fue impedimento para el reconocimiento de la discontinuidad en la
física y la aceptación de un modelo cuántico de la luz.

El carácter de la ciencia en la investigación científica.

Ahora bien, hemos visto hasta este momento cómo el fenómeno de la luz ha sido objeto
de investigación a lo largo del tiempo, y, por consiguiente, pensar y estructurar una imagen del
fenómeno sólida, coherente y sobre todo perfectible, fue tarea en cada momento histórico. Así
pues, evidenciamos como dos modelos teóricos subsanan las comprensiones en virtud de ciertas
experiencias poco comprendidas en su entonces a partir de modelos teóricos bien estructurados.
En este último caso, la teoría cuántica y la discontinuidad en física toman un papel relevante en la
explicación fenomenológica, que, según De La Peña (s.f):

«(...) la lucha por establecer los principios de la cuántica coincide sensiblemente con el
esfuerzo por aceptar que la física debe pasar del reino de lo continuo al de lo discreto, que
es en este último donde viven los sistemas cuánticos y la materia (...)» (p.245)

En este orden de ideas, hemos visto que uno de los debates que más se emana en la
ciencia tiene que ver precisamente con la pertinencia de los modelos en la explicación de
fenómenos, en este caso, es muy conocido, por ejemplo, el de los atomistas vs los energetistas en
relación con la discretización y continuidad fenoménica; atomistas como Maxwell y Boltzmann,
en el desarrollo de la teoría cinético-molecular hacían uso de corpúsculos para hablar de algunas
propiedades macroscópicas como la presión o la temperatura, en cambio, personas como Ernst
Mach, consideraban estos como una ficción, de tal manera que en algún momento llegó a decir
que la hipótesis atómica era un física hipotético-ficticia. Sin embargo, era propio pensar esto, ya
que la teoría atómica no era, en relación con otras teorías desarrolladas anteriormente, tan
sensible a la experiencia.

En esta línea de ideas, y sin apartarme del sentido del texto, es mucho lo que se ha logrado
en la investigación científica en aras de comprender el mundo físico, sin embargo, valdría la pena
preguntarse qué nos hace pensar que la ciencia guarda de alguna manera problemas, tensiones 6, o
dificultades intrínsecas, que, a la vista de su significado, parecería que estas formas de significar
las relaciones entre modelos son construcciones propias del ser humano, atribuibles por su
experiencias, comprensiones investigativas, principios, orientación filosófica y científica, más no,
porque exista en sí misma una causa intrínseca que genere, como se mencionó anteriormente,
problemas, tensiones o dificultades, ya que «la ciencia puede caracterizarse como conocimiento
racional, sistemático, verificable y sobre todo, falible» (Bunge, 1959, p.9)

En concreto con lo anterior, y específicamente con Bunge (1959), la ciencia como


disciplina investigativa, pretende establecer estructurar modelos que garanticen su pertinencia a
partir de una cantidad mínima de principios, leyes, axiomas, etc.; sin embargo, hemos
presenciado que a lo largo de la historia la insuficiencia que existe en algunos modelos teóricos
desarrollados para explicar el mundo físico, pero, esto no quiere decir que la superación de tales
modelos pierdan vigencia en relación con la trascendencia que suponen nuevos modelos al
corregir las anomalías del primero. Tengamos en cuenta que, la ciencia al ser una disciplina
falible y racional, entre sus pretensiones tiene la necesidad de poner modelos que den cuenta de
las superaciones a problemas actuales, para esto se tiene en cuenta, partes del modelo anterior,
sea en un sentido, para usarlo como extensión o para cambiar aspectos que no permiten
estructurar la nueva imagen del fenómeno, como por ejemplo, el caso de la mecánica de
Hamilton, cuyo interés radica en una generalización y reformulación de la mecánica clásica
desarrollada por Newton.

Conclusiones.

6
Ver De La Peña, L. Cap. X. La tensión entre lo continuo y lo discreto en la visión cuántica.
En los intentos por aspirar a mejores representaciones del mundo físico, podemos concluir
que los modelos que la física construye, y en el caso que nos ocupa, la luz y su estudio, la
relación continuo-discreto tiene gran importancia en la explicación de los fenómenos. Al
significar dicha relación como una unidad, hacemos alusión a una representación coherente en el
tratamiento de dicho fenómeno a lo largo de la historia, en otras palabras, las consideraciones
expuestas a lo largo del documento nos hacen ver como el tratamiento continuo de la luz trajo
consigo resultados favorables para tal postura, por un lado, la comprensión de fenómenos como
la reflexión y refracción de la luz, y por otro, la existencia de las ondas electromagnéticas, las
cuales tuvieron una gran recepción en la industria, particularmente, de las telecomunicaciones, lo
que permitió una comunicación más global, además, las grandes ciudades pasarían de lo rural a lo
urbano. Esto, en definitiva, implicó un cambio en las costumbres propias de la época y la forma
de relacionarnos.

Por otra parte, la visión cuántica (discreta) del mundo permitió tener mejores
comprensiones de la termodinámica, la mecánica estadística, los procesos de radiación, como por
ejemplo, los rayos x, beta, gamma, además de dar solución a los modelos clásicos que la física no
podía responder, sin embargo, es una teoría que aún no es completa. De esta manera, la dicotomía
en la relación continuo-discreto se da cuando pretendemos suponer los modelos como absolutos y
acabados, sin tener en cuenta que la experiencia precisa de diferentes marcos explicativos en la
organización fenoménica. Podríamos llamar a estos modelos, dogmáticos, siendo el investigador
o una comunidad quienes hacen esas aseveraciones. Creer que el modelo continuo o discreto en
el tratamiento de los fenómenos físicos debe ser uno únicamente, supone un error histórico, ya
que, como hemos visto, para caracterizar la luz se necesita de ambos modelos, siendo este, un
punto de encuentro entre lo discreto y continuo en física. Como lo menciona Isaza (1989),
Planck en sus intentos buscó conciliar los fenómenos cuánticos de la radiación con los fenómenos
no cuánticos -continuos- de la distribución de las ondas electromagnéticas. Siendo la emisión
discreta y la absorción continua.

Bibliografía
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electromagnética" de Maxwell. Revista Brasileira de Ensino de Física,, 1-20.
Beléndez Vasquez, A. (2015). 150 años de la publicación de la teoría electromagnética de la luz
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De la Peña, L. (s.f). La tensión entre lo continuo y lo discreto en la visión cuántica. Ciudad de
México.
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https://www.academia.edu/1182153/La_Teor%C3%ADa_Cu
%C3%A1ntica_y_la_Discontinuidad_de_la_F%C3%ADsica
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Ciencia, pensamiento y cultura.
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10-14-revolucionPlanck.pdf
Wolff Isaza, L. (1989). Continuidad y discontinuidad en la fisica moderna. Medellin.

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