Confesion de Vida
Confesion de Vida
Confesion de Vida
CONFESIÓN DE VIDA
2.- No omitir nada por el hecho de que nos cause vergüenza o miedo. La manera más
fácil de empezar es preguntándonos:
¿Qué es lo más grave que he hecho?
3.- Determinar en particular las actitudes, los deseos y los móviles que nos causan
malestar.
4.- El inventario ha de hacerse por escrito. Queremos enfrentarnos a él. Puede ser
destruido después si nos parece.
5.- Hacer una relación de lo que corresponde al Debe, así como al Haber. Reedificaremos
basándonos en nuestro Haber.
Por ejemplo:
a) Saber distinguir entre el bien y el mal.
b) Tener buen corazón y amar a nuestro prójimo.
c) Tener deseos de obrar bien.
d) Ver con claridad nuestros deseos y nuestros fracasos.
Más adelante dice: "...consiste en el rechazo radical de aceptar esa remisión, de la que el
mismo Espíritu Santo es el íntimo dispensador, y que presupone la verdadera conversión
obrada por El en la conciencia" Si Jesús declara imperdonable este pecado es "porque
esta no-remisión está unida, como a su causa, a la no-penitencia, es decir, al rechazo
radical a convertirse."
Como nos lo explica el Papa, el pecado contra el Espíritu Santo consiste en la resistencia
y el rechazo a la conversión. Es el Espíritu Santo el que nos convence del pecado ( Jn
16:8-9). Rechazar en nuestro corazón esta realidad y obstinarnos en el mal nos lleva a
este pecado. Esta era la actitud de los fariseos, que se cerraron a la aceptación del plan
divino para reconciliarse con los hombres.
EL EXAMEN DE CONCIENCIA
El examen debe hacerse con diligencia, seriedad y sinceridad; pero sin angustiarse . La
confesión no es un suplicio ni una tortura, sino un acto de confianza y amor a Dios. No se
trata de atormentar el alma, sino de dar a Dios cuenta filial.
EL PECADO VENIAL
Deja subsistir la caridad, aunque la ofende y la hiere. El pecado venial impide el progreso
del alma; y quien lo comete merece penas temporales. El pecado venial deliberado y que
permanece sin arrepentimiento, nos dispone rápidamente o poco a poco a cometer
pecado mortal.
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EL PECADO MORTAL
Destruye el principio vital de la caridad en el corazón del hombre, por una infracción grave
de la ley Divina. Aparta al hombre de Dios, que es su fin último.
Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones:
Violar uno de los mandamientos en materia grave.
Plena conciencia
Entero conocimiento.
El pecado mortal si no es borrado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la
exclusión del Reino de Dios, y la muerte eterna del infierno.
Vuestras cinco llagas son como otras tantas lenguas que me invitan al arrepentimiento y
hablan a mi pobre corazón: vuélvete, hijo mío, vuélvete a Mí, arrepiéntete y no dudes de
mi amor y de mi perdón.
Acabad, oh dulce Maestro la obra que en vuestra infinita caridad habéis comenzado.
Concededme un poco de aquel conocimiento y de aquel dolor que Vos teníais de mis
pecados, cuando en el huerto de los Olivos sudasteis sangre a la vista de ellos, y caísteis
como muerto sobre vuestro sagrado rostro, para que yo comprenda el peso y la malicia
del pecado y conciba un verdadero dolor. Iluminad mi entendimiento para que conozca
claramente mis pecados. Fortaleced mi voluntad para aborrecer mis pecados y
arrepentirme de todos ellos.
Ángel de mi guarda, Patronos míos, rogad por mí, para que haga una buena confesión.
Así sea.
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• ¿He admitido en serio alguna duda contra las verdades de la fe? ¿He llegado a negar la
fe o algunas de sus verdades, en mi pensamiento o delante de los demás?
• ¿He desesperado de mi salvación o he abusado de la confianza en Dios, presumiendo
que no me abandonaría, para pecar con mayor tranquilidad?
• ¿He murmurado interna o externamente contra el Señor cuando me ha acaecido alguna
desgracia?
• ¿He abandonado los medios que son por sí mismos absolutamente necesarios para la
salvación? ¿He procurado alcanzar la debida formación religiosa?
• ¿He hablado sin reverencia de las cosas santas, de los sacramentos, de la Iglesia, de
sus ministros?
• ¿He abandonado el trato con Dios en la oración o en los sacramentos?
• ¿He practicado la superstición o el espiritismo? ¿Pertenezco a alguna sociedad o
movimiento ideológico contrario a la religión?
• ¿Me he acercado indignamente a recibir algún sacramento?
• ¿He leído o retenido libros, revistas o periódicos que van contra la fe o la moral? ¿Los di
a leer a otros?
• ¿Trato de aumentar mi fe y amor a Dios?
• ¿Pongo los medios para adquirir una cultura religiosa que me capacite para ser
testimonio de Cristo con el ejemplo y la palabra?
• ¿He hecho con desgana las cosas que se refieren a Dios?
• ¿Sabes lo necesario para salvarte y cumplir tu deber?
• ¿Crees todo lo que enseña la Iglesia Católica?
• ¿Has pecado: sosteniendo ideas contrarias a ella (sobre el infierno, el Papa, la
confesión, la libertad de cultos...)
• ¿Has consintiendo en dudas contra la fe, o negando sus verdades;
• ¿Has pasado mucho tiempo sin rezar?
• ¿Te has desesperado o has hablado contra la Providencia?
• ¿Has criticado al Papa, los Obispos o Sacerdotes?
• ¿Te has confesado y has comulgado bien por lo menos una vez al año?
• ¿Has cometido sacrilegio: callándote pecados mortales en confesión a sabiendas y por
vergüenza;
• ¿ Has comulgando en pecado mortal o sin estar en ayunas;
recibiendo en pecado mortal algún otro sacramento (Confirmación, Matrimonio);
profanando el templo, los objetos o las personas consagradas a Dios?
• ¿Has abusado de la bondad de Dios pensando: ya me confesare?
• ¿Te has avergonzado de ser católico: no atreviéndote a proceder como tal ante los
demás; ¿no queriendo mostrarte piadoso por respeto humano, dejándote arrastrar al mal
por cobardía?
• ¿Perteneces a sociedades prohibidas? (comunismo, masonería, etc.)
• ¿He blasfemado? ¿Lo he hecho delante de otros? (contra Dios, la Hostia, la Virgen, los
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santos y las cosas sagradas)? ¿Cuántas veces? (Al año, al mes, a la semana...)
• ¿He hecho algún voto, juramento o promesa y he dejado de cumplirlo por mi culpa?
• ¿He honrado el santo nombre de Dios? ¿He pronunciado el nombre de Dios sin respeto,
con enojo, burla o de alguna manera poco reverente?
• ¿He hecho un acto de desagravio, al menos interno, al oír alguna blasfemia o al ver que
se ofende a Dios?
• ¿He jurado sin verdad? ¿Lo he hecho sin necesidad o por mala costumbre? sin
prudencia o por cosa de poca importancia?
• ¿He jurado hacer algún mal? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse de mi
acción?
• ¿Has maldecido o echado imprecaciones?
TERCER MANDAMIENTO SANTIFICAR LAS FIESTAS
(Hijos)
• ¿He desobedecido a mis padres o superiores en cosas importantes?
• ¿Tengo un desordenado afán de independencia que me lleva a recibir mal las
indicaciones de mis padres simplemente porque me lo mandan? ¿Me doy cuenta de que
esta reacción está ocasionada por la soberbia?
• ¿Les he entristecido con mi conducta?
• ¿Les he amenazado o maltratado de palabra o de obra, o les he deseado algún mal
grave o leve?
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• ¿Me he sentido responsable ante mis padres por el esfuerzo que hacen para que yo me
forme, estudiando con intensidad?
• ¿He dejado de ayudarles en sus necesidades espirituales o materiales?
• ¿Me dejo llevar del mal genio y me enfado con frecuencia y sin motivo justificado?
• ¿Soy egoísta con las cosas que tengo, y me duele dejarlas a los demás hermanos?
• ¿He reñido con mis hermanos?
• ¿He dejado de hablarme con ellos y no he puesto los medios necesarios para la
reconciliación?
• ¿Soy envidioso y me duele que otros destaquen más que yo en algún aspecto?
• ¿He dado mal ejemplo a mis hermanos?
(Padres)
• ¿Desobedezco a mis superiores en cosas importantes?
• ¿Permanezco indiferente ante las necesidades, problemas y sufrimientos de la gente
que me rodea, singularmente de los que están cerca de mí por razones de convivencia o
trabajo?
• ¿Soy causa de tristeza para mis compañeros de trabajo por negligencia, descortesía o
mal carácter?
• ¿He dado mal ejemplo a mis hijos no cumpliendo con mis deberes religiosos, familiares
o profesionales? ¿Les he entristecido con mi conducta?
• ¿Les he corregido con firmeza en sus defectos o se los he dejado pasar por comodidad?
¿Corrijo siempre a mis hijos con justicia y por amor a ellos, o me dejo llevar por motivos
egoístas o de vanidad personal, porque me molestan, porque me dejan mal ante los
demás o porque me interrumpen?
• ¿Les he amenazado o maltratado de palabra o de obra, o les he deseado algún mal
grave o leve?
• ¿He descuidado mi obligación de ayudarles a cumplir sus deberes religiosos y de evitar
las malas compañías?
• ¿He abusado de mi autoridad y ascendiente forzándoles a recibir los sacramentos, sin
pensar que por vergüenza o excusa humana, podrían hacerlo sin las debidas
disposiciones?
• ¿He impedido que mis hijos sigan la vocación con que Dios les llama a su servicio? ¿Les
he puesto obstáculos o les he aconsejado mal?
• Al orientarles en su formación profesional, ¿me he guiado por razones objetivas de
capacidad y medios, o he seguido más bien los dictados de mi vanidad o egoísmo?
• ¿Me preocupo de modo constante por su formación en el aspecto religioso?
• ¿Me he preocupado también de la formación religiosa y moral de las otras personas que
viven en mi casa o que dependen de mí?
• ¿Me he opuesto a su matrimonio sin causa razonable?
• ¿Permito que trabajen o estudien en lugares donde corre peligro su alma o su cuerpo?
¿He descuidado la natural vigilancia en las reuniones de chicos y chicas que se tengan en
casa evitando dejarles solos? ¿Soy prudente a la hora de orientar sus diversiones?
• ¿He tolerado escándalos o peligros morales o físicos entre las personas que viven en mi
casa?
• ¿Sacrifico mis gustos, caprichos y diversiones para cumplir con mi deber de dedicación
a la familia?
• ¿Procuro hacerme amigo de mis hijos? ¿He sabido crear un clima de familiaridad
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evitando la desconfianza y los modos que impiden la legítima libertad de los hijos?
• ¿Doy a conocer a mis hijos el origen de la vida, de un modo gradual, acomodándome a
su mentalidad y capacidad de comprender, anticipándome ligeramente a su natural
curiosidad?
• ¿Evito los conflictos con los hijos quitando importancia a pequeñeces que se superan
con un poco de perspectiva y sentido del humor?
• ¿Hago lo posible por vencer la rutina en el cariño a mi esposo(a)?
• ¿Soy amable con los extraños y me falta esa amabilidad en la vida familiar?
• ¿He reñido con mi consorte? ¿Ha habido malos tratos de palabra o de obra? ¿He
fortalecido la autoridad de mi cónyuge, evitando reprenderle, contradecirle o discutirle
delante de los hijos?
• ¿Le he desobedecido o injuriado? ¿He dado con ello mal ejemplo?
• ¿Me quejo delante de la familia de la carga que suponen las obligaciones domésticas?
• ¿He dejado demasiado tiempo solo a mi consorte?
• ¿He procurado avivar la fe en la Providencia y ganar lo suficiente para poder tener o
educar a más hijos?
• ¿Pudiendo hacerlo he dejado de ayudar a mis parientes en sus necesidades espirituales
o materiales?
ESPOSOS
• ¿Has maltratado a tu consorte de palabra o de obra?
• ¿Le has guardado la fidelidad que prometiste ante el altar?
• ¿Has conservado la paz y buena armonía, aun cediendo de tu derecho? ¿Le has dado
algún disgusto grave?
• ¿Le has desautorizado delante de los hijos?
• ¿Le has desobedecido en cosa grave?
• ¿Has pasado varios días sin hablarle, disgustado?
• ¿Le entregas el dinero necesario para la macha de la casa? ¿O malgastas en vicios y
vanidades?
• ¿Has impedido la obre de Dios en el matrimonio?
• ¿Te has ausentado mucho tiempo sin su consentimiento?
HERMANOS
• ¿Tienes odio o aversión a tus hermanos? (Envidia...)
• ¿Has reñido con ellos seriamente?
• ¿Has estado varios días sin hablarles?
• ¿Has encubierto sus faltas a tus padres?
(Esposos)
• ¿He usado indebidamente el matrimonio? ¿He negado su derecho al otro cónyuge? ¿He
faltado a la fidelidad conyugal con deseos o de obra?
• ¿Hago uso del matrimonio solamente en aquellos días en que no puede haber
descendencia? ¿Sigo este modo de control de la natalidad sin razones graves?
• ¿He usado preservativos o tomado fármacos para evitar los hijos? ¿He inducido a otras
personas a que los tomen? ¿He influido de alguna manera —consejos, bromas o
actitudes— en crear un ambiente antinatalista?
• ¿He robado algún objeto o alguna cantidad de dinero? ¿He reparado o restituido
pudiendo hacerlo? ¿Estoy dispuesto a realizarlo? ¿He cooperado con otros en algún robo
o hurto? ¿Había alguna circunstancia que lo agravase, por ejemplo, que se tratase de un
objeto sagrado? ¿La cantidad o el valor de los apropiado era de importancia?
• ¿Retengo lo ajeno contra la voluntad de su dueño?
• ¿He perjudicado a los demás con engaños, trampas o coacciones en los contratos o
relaciones comerciales?
• ¿He hecho daño de otro modo a sus bienes? ¿He engañado cobrando más de lo
debido? ¿He reparado el daño causado o tengo la intención de hacerlo?
• ¿He gastado más de lo que me permite mi posición?
• ¿He cumplido debidamente con mi trabajo, ganándome el sueldo que me corresponde?
• ¿He dejado de dar lo conveniente para ayudar a la Iglesia?
• ¿Hago limosna según mi posición económica?
• ¿He llevado con sentido cristiano la carencia de cosas superfluas, o incluso necesarias?
• ¿He defraudado a mi consorte en los bienes?
• ¿Retengo o retraso indebidamente el pago de jornales o sueldos?
• ¿Retribuyo con justicia el trabajo de los demás?
• En el desempeño de cargos o funciones públicas, ¿me he dejado llevar del favoritismo,
acepción de personas, faltando a la justicia?
• ¿Cumplo con exactitud los deberes sociales, v. gr., pago de seguros sociales, con mis
empleados? ¿He abusado de la ley, con perjuicio de tercero, para evitar el pago de los
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seguros sociales?
• ¿He pagado los impuestos que son de justicia?
• ¿He evitado o procurado evitar, pudiendo hacerlo desde el cargo que ocupo, las
injusticias, los escándalos, hurtos, venganzas, fraudes y demás abusos que dañan la
convivencia social?
• ¿He prestado mi apoyo a programas inmorales y anticristianos de acción social y
política?
• ¿He dicho mentiras? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse? ¿Miento
habitualmente porque es en cosas de poca importancia?
• ¿He descubierto, sin justa causa, defectos graves de otra persona, aunque sean ciertos,
pero no conocidos? ¿He reparado de alguna manera, v. gr., hablando de modo positivo
de esa persona?
• ¿He calumniado atribuyendo a los demás lo que no era verdadero? ¿He reparado el
daño o estoy dispuesto a hacerlo?
• ¿He dejado de defender al prójimo difamado o calumniado?
• ¿He hecho juicios temerarios contra el prójimo? ¿Los he comunicado a otras personas?
¿He rectificado ese juicio inexacto?
• ¿He revelado secretos importantes de otros, descubriéndolos sin justa causa? ¿He
reparado el daño seguido?
• ¿He hablado mal de otros por frivolidad, envidia, o por dejarme llevar del mal genio?
• ¿He hablado mal de los demás —personas o instituciones— con el único fundamento de
que "me contaron" o de que "se dice por ahí"? Es decir, ¿he cooperado de esta manera a
la calumnia y a la murmuración?
• ¿Tengo en cuenta que las discrepancias políticas, profesionales o ideológicas no deben
ofuscarme hasta el extremo de juzgar o hablar mal del prójimo, y que esas diferencias no
me autorizan a descubrir sus defectos morales a menos que lo exija el bien común?
• ¿He revelado secretos sin justa causa? ¿He hecho uso en provecho personal de lo que
sabía por silencio de oficio? ¿He reparado el daño que causé con mi actuación?
• ¿He abierto o leído correspondencia u otros escritos que por su modo de estar
conservados, se desprende que sus dueños no quieren darlos a conocer?
• ¿He escuchado conversaciones contra la voluntad de los que las mantenían?
EXAMEN DE LA RIQUEZA
¿De dónde viene? (De ganancias justas o injustas, de fuente limpia o turbia).
¿En qué se va? ¿Doy lo necesario para lo necesario? ¿Doy lo conveniente para lo
conveniente?
¿Gasto excesivamente en limosnas y obras buenas?
¿Qué dinero dejaré a mis hijos: ¿Saneado o amasado con lágrimas y arrebatado a otros?
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¿Me sobra demasiado capital? ¿No podría emplear mejor mi dinero: ¿con más orden,
más cristianamente, más santamente?
EXAMEN DE LOS BIENES
Mi salud: ¿La cuido poco, o demasiado? ¿Soy aprensivo?
Tengo que repasar: mis comidas, bebidas, vestido, sueno, habitación...
Mi alegría: ¿Soy sanamente alegre? ¿Doy la importancia debida a un ambiente interior
alegre, claro, risueño siempre?
¿Se combatir y reaccionar contra la fatal tristeza, engendradora del pesimismo derrotista?
Mi ciencia: ¿Cultivo mi inteligencia o la dejo atrofiarse lamentablemente? ¿Aumenta el
depósito de mis conocimientos o vivo solo de rentas? ¿Me contento solo con una capa de
barniz o busco un conocimiento profundo? ¿Me anima la curiosidad científica o me
domina la curiosidad malsana? ¿Soy pedante y atrevido?
Mi fama: ¿Procuro merecer la buena fama con medios legítimos? ¿Soy ambicioso? ¿Me
despreocupo con exceso de la opinión de los demás o soy su esclavo?
Estos bienes míos y otros: ¿Como los empleo? ¿Ordenadamente, según la voluntad de
Dios? ¿No los podría usar de manera más útil y más virtuosa? ¿Cómo los podría ampliar?
¿Cómo los podría santificar?
¿Pienso en la cuenta que de todo ello he de dar a Dios?
EXAMEN DE TODO
Mis amores y mis odios.
Mis libros y mis periódicos y mis revistas.
Mis canales y programas de televisión.
Mis debilidades y como las corrijo. (Respeto humano, flojedad, contemporización,
inconstancia, volubilidad, vanidad, egoísmo, interés, descontento, alineamiento...)
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Mis cosas; las de mi uso: mi habitación, mis muebles, mis utensilios, mis trajes y
adornos...
Mis abusos y como los he de corregir. (¿Abusos en la comida, en la bebida, en el tabaco,
en el juego, en los refinamientos, en el vestido, diversiones, lecturas y aficiones?
Mi celo y mi espíritu proselitista.
Todo lo bueno y malo que tenga.
Para confirmar y reforzar lo bueno.
Para podar y corregir lo malo.
Conocer toda mi vida y darme cuenta del estado de mi espíritu.
Conocer lo que hago y ver si puedo hacer más y mejor.
Estudiar los medios que puedo emplear para evitar el vicio y el desorden, y para adelantar
cada día más en virtud y perfección.
1.- LA SOBERBIA:
Opinión demasiado buena que tiene uno de sí mismo. Admiración excesiva del propio yo.
El orgullo hace que uno sea su propia ley, su propio juez en cuestiones de moral y su
propio Dios. El orgullo engendra la censura, la maledicencia, las frases hirientes y la
difamación de la personalidad de otros, que infla más nuestro "EGO". El orgullo hace que
califique uno de imbéciles a quienes no están de acuerdo con uno. Preguntémonos:
¿Asumo actitudes de jactancia o vanagloria?
¿Me produce engreimiento que se hable de mí?
¿Soy acaso hipócrita?
¿Pretendo ser lo que no soy?
¿Soy terco?
¿Rehúso renunciar a mi voluntad o capricho?
¿Nunca doy mi brazo a torcer?
¿Soy voluntarioso/a? ¿Me causa resentimiento todo lo que contraría mi voluntad?
¿Me peleo cada vez que mis deseos son amenazados?
¿Soy desobediente? ¿Soy renuente a someterme a las decisiones de quienes
legítimamente son mis superiores?
¿Rehusó someterme a la Voluntad de Dios?
2.- LA AVARICIA:
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Apego desordenado a las riquezas. Perversión del derecho que Dios nos ha concedido de
poseer cosas.
¿Quiero tener dinero como una finalidad en sí?
¿Deseo tenerlo como un medio para lograr una finalidad, como satisfacer necesidades de
mi espíritu y de mi organismo?
¿Carezco de honradez? ¿ Hasta qué grado y en qué forma?
¿Correspondo con toda honradez, con mi trabajo al pago que por desempeñarlo se me
da?
¿Cómo empleo el dinero que gano?
¿Soy tacaño (a) con mi familia?
¿Siento apego al dinero en sí?
¿Hasta qué grado llega mi amor al lujo?
¿En qué forma ahorro dinero?
¿Me valgo de trampas ó no me detiene el hecho de que un negocio no sea limpio con tal
de hacer y ganar dinero?
¿Trato de engañarme a mí mismo (a) y cierro los ojos en casos como estos?
¿Le llamo ahorro a lo que sé que es tacañería?
Cuando se trata de negocios que pueden dejarme utilidades considerables, pero que
obviamente son de mala fe, ¿trato de justificarme diciendo que "son negocios de gran
envergadura"?
¿Confundo lo que es un atesoramiento irrazonable, con lo que es asegurar el porvenir
propio y de mi familia?
Si en la actualidad no tengo dinero, ni ningún bien económico, ¿qué me propongo hacer
para llegar a tenerlo?
¿Me valdría de medios poco limpios para lograrlo?
3.- LA LUJURIA:
d.- Debilitando mi voluntad hasta llegar a perder la facultad para tomar una decisión y
convertirme en un ser voluble?
¿Es posible que Dios, tal como lo concibo, le conceda lo que le pida a una persona
relajada en sus costumbres sexuales, dentro o fuera del matrimonio?
¿Aprobaría Dios mis hábitos sexuales?
4.- LA ENVIDIA:
5.-LA IRA:
Cólera, enojo, apetito de venganza. Irritación, movimiento desordenado del alma ofendida.
Molestia.
¿Me dejo llevar por la ira? ¿Tengo arranques de cólera?¿Siento deseos de venganza?
¿Juro que: "esto me lo pagarán"? ¿Recurro a la violencia?
6.- LA GULA:
Falta de moderación con la comida o en la bebida. Abuso del placer que Dios ha conferido
de comer y beber lo que necesitamos para nuestra subsistencia.
¿Me debilito moral o intelectualmente debido a mis excesos con la comida o con la
bebida?
¿soy dado a dejarme influenciar por mi familia, amigos, conocidos, el comercio, el medio
en el cual vivo, o por el criterio de los demás que me dicen tómese una que no pasa nada,
o que en borrachearme para mi criterio no es tomar 2, o más tragos?
¿soy dado a poner el alcohol como medio único para ser feliz cada vez que quiera en mi
vida?
¿Dejo que me domine el alcohol y no puedo vivir sin él poniendo como escusas que
medan enfermedades si no tomo?
¿No puedo divertirme en una fiesta o reunión sin que me emborrache?
¿Pienso que en borrachearme delante de mi familia es el mejor ejemplo?
¿Acostumbro a comer con exceso, esclavizándome así a los placeres de la mesa?
¿Creo que el hecho de comer o beber con exceso no afecta a la moral en mi vida?
¿He bebido o comido con tal exceso que haya vomitado, para luego seguir bebiendo o
comiendo?
Bebo con tal exceso que esto llega a afectarme en alguna de las siguientes formas:
a) Deteriorando mi mente y mi personalidad?
b) Afectando directamente mi capacidad para concentrarme, mi memoria y mi manera de
juzgar las cosas?
c) Perdiendo mi dignidad y mi responsabilidad social?
d) Llegando a ser un estado crónico en mi vida la desesperación?
e) Debilitando considerablemente mi voluntad?
f) Llegando a predominar en mí un concepto materialista de la vida?
7.- LA PEREZA:
Vicio que nos aleja del trabajo, del esfuerzo. Enfermedad de la voluntad que nos hace
descuidar nuestro deber.
¿Soy perezoso (a)?
¿Soy dado a la holganza o indiferente cuando se trata de cosas de orden material?
¿Soy tibio o descuidado en mis oraciones?
¿Desprecio la disciplina?
¿Prefiero leer una novela que algo que requiera un esfuerzo mental?
¿Soy pusilánime para llevar a cabo lo que moral o espiritualmente es difícil?
¿Soy descuidado (a)?
¿Siento aversión por lo que signifique esfuerzo?
¿Me distraen fácilmente las cosas de orden temporal de las que son espirituales?
¿Llega mi indolencia al grado de desempeñar descuidadamente mi trabajo?
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1.- EGOÍSMO:
Inmoderado amor de uno mismo que le hace pensar únicamente en su interés personal.
Egocentrismo.
Tendencia a considerarse el centro del Universo. (Aquí se hace lo que yo diga y punto.) Al
egocéntrico le parece que el mundo gira a su alrededor. Le gustaría bailar, pero no se
atreve a hacerlo, porque siente temor a parecer torpe. Al acometer cualquier empresa,
siente pánico de dar una impresión desventajosa de sí mismo, porque podría perjudicar la
fachada postiza que le presenta a la gente.
¿Estoy siempre únicamente pensando en mi interés personal?
¿Me creo el centro del Universo?
¿Atiendo primero mis necesidades que las de mi familia?
¿En las reuniones me siento la persona más importante?
¿Siento excesivo temor cuando me dispongo a bailar?
¿Pretendo aparecer ante los demás como una persona importante?
¿Presento ante otros una "fachada" postiza?
Tendencia a justificarse a sí mismo, a probarse a uno mismo que tiene la razón. Alto
grado del arte de justificar la manera de beber, de comer y la conducta de uno, haciendo
malabarismos mentales. Pretextos que llamamos razones.
¿Me estoy justificando constantemente a mí mismo por errores, aduciendo algunas de
estas razones o pretextos?
a) A partir de mañana, vida nueva...
b) Si no fuera por mi mujer ( esposo) y mis hijos...
c) Si no fuera por mi suegra...
d) Si pudiera empezar de nuevo...
e) Una copa me ayudará a pensar sobre este asunto..
f) Es que hay gente que me ataca los nervios, no las soporto...
g) Si en un principio hubiera hecho las cosas de otra manera...
Carencia de probidad, de integridad en las reflexiones que uno hace. Es otra forma de
mentir, hasta es posible que usemos como base una hipótesis de hechos y verdades,
pero a través de una serie de malabarismos mentales, llegamos precisamente a la
conclusión que nos habíamos propuesto llegar.
l. ¿Uso algunos de estos malabarismos o racionalizaciones?
a) Si rompo con esa querida que tengo, me va a hacer un escándalo y mi mujer que nada
sabía, se va a enterar del enredo en que estaba yo metido.
b) No es justo que mi mujer tenga un disgusto, así es que mejor deje que las cosas sigan
igual.
c) La "otra" no tiene ninguna culpa...
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4.- ENGREIMIENTO
Falta de indulgencia hacia lo que no se puede impedir. Renuncia a transigir con creencias
(religiosas o políticas), ideas, costumbres, etc., que difieren de las de uno.
Odio a otros por el hecho de ser:
a) ¿Judíos? ¿Negros? ¿Indios?
b) ¿Por pertenecer a otra religión que no es la mía?
c) ¿O porque son ciudadanos de determinado país?
d) ¿Ha escogido alguien el color de la piel con que ha nacido?
7.- IMPACIENCIA
Carencia de la cualidad de saber esperar con tranquilidad las cosas que tardan.
¿Cuando alguien me hace esperar, recuerdo mis impuntualidades?
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8.- ENVIDIA
a) Mi vecino cambia de auto cada año porque le está yendo bien en los negocios, pero yo
siento que me está haciendo quedar mal a mí; para tratar de salvar las apariencias, ¿hago
lo posible por ridiculizarlo?
b) Mi cuñado es un hombre dedicado a su familia, trabajador y decente. ¿Digo yo de él
que es un tipo insulso porque quisiera ser como él?
c) ¿No me he dicho alguna vez: "Si yo hubiese tenido las oportunidades que fulano de tal
ha tenido, estaría tan bien o mejor que el"?
9.- HIPOCRESÍA
Vicio que consiste en la afectación de una virtud o cualidad que uno no tiene.
a) ¿Hago obsequios valiosos para calmar la tormenta que desato con mis malas
acciones?
b) Me compro cosas diciéndome que las necesito, pero a mis hijos, esposo o alguna
persona cercana, ¿no les habría podido resolver una real necesidad?
c) ¿Soy de los que deja pasmada a la gente con sus profundos conocimientos, pero no
tiene un minuto de su tiempo para dedicarlo a la familia?
d) ¿Hasta qué grado es real lo que pretendo ser ante los demás?
10.-MOROSIDAD
Lentitud, tardanza en hacer una cosa. Posponer las cosas que uno sabe que tiene que
hacer. Dejar las cosas para mañana.
a) ¿Ha habido cosas sin importancia, pero que tenía que hacer, las cuales dejé para
después, hasta llegar el momento en que me fue imposible hacerlas?
b) ¿Me mimo haciendo las cosas "a mi modo" o trato que haya orden y disciplina en el
desempeño de mis obligaciones cotidianas?
c) ¿Desempeño a gusto los encargos que se me hacen?
d) ¿Creo que me están cargando la mano o es que soy demasiado flojo y orgulloso?
e) ¿Creo que las cosas triviales se vuelven importantes, cuando se hacen por amor a
Dios?
Compasión, sensibilidad excesiva por el mal que padece uno mismo. Defecto insidioso de
la personalidad y señal de peligro, al que se debe estar muy alerta.
a) ¿He dicho "Si yo tuviera dinero no tendría que preocuparme"?
b) ¿Me estoy lamentando constantemente de mi situación económica?
c) ¿Me conmisero demasiado en mis asuntos emotivos?
d) ¿Tengo la idea de que a mí nadie me quiere?
Cuando alguien siente auto-conmiseración, conviene visitar la sala de cancerosos de un
hospital, para poder tener en cuenta las bendiciones y beneficios que uno ha recibido.
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13.- MIEDO
A. VIRTUD DE LA FE
B) VIRTUD DE LA ESPERANZA
La fe implica confianza; la esperanza supone fe, pero también tiende hacia objetivos
determinados. Esperanza en el amor, el progreso, el respeto de si mismo y de sus
allegados. La esperanza se traduce en la fuerza motriz que hace que nuestra vida tenga y
adquiera propósito.
1) La esperanza es la fuerza que nos conduce en la dirección que nos indica la fe.
C) VIRTUD DE LA CARIDAD
"Ahora permanecen estas cosas: la fe, la esperanza y la caridad; pero la más excelente
de ellas, es la caridad" - ( 1 Corintios-13).
a) Cortesía:
¿En realidad tengo miedo de ser gentil, atento?
¿Prefiero actuar con frialdad, con rudeza?
b) Jovialidad:
¿Creo que no son las circunstancias, sino yo mismo lo que determina mi estado de
ánimo?
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c) Orden:
¿Vivo el día de hoy y organizo el día de hoy?
¿Creo que el orden es una Ley Suprema en los cielos?
d) Lealtad:
¿Creo que la lealtad es la prueba del sentido de obligación que tiene el hombre?
e) Empleo adecuado del tiempo:
¿Hago que el tiempo sea productivo para mí?
¿Abuso del tiempo de que dispongo? ¿En qué forma?
¿Violo el tiempo de que dispongo? ¿En qué forma?
f) Puntualidad:
¿Tengo autodisciplina? ¿Tengo orden? ¿Tengo consideración para los demás?
¿Soy puntual en mis reuniones, en mi trabajo, en mis clases?
¿Soy puntual en mis oraciones?
g) Sinceridad:
¿Tengo respeto de mí mismo? ¿De los demás?
¿Soy íntegro conmigo mismo? ¿Con los demás?
¿Es mi sinceridad convincente? ¿Genera entusiasmo?
¿Es contagiosa a otros?
h) Comedimiento al hablar:
¿Soy hiriente al hablar? ¿Soy irreflexivo al hablar?
¿Se han derivado consecuencias irreparables de mi hablar?
i) Bondad:
¿Creo que la bondad es una de las mayores satisfacciones que pueden tenerse en la
vida?
¿Creo que para saber realmente qué significa la bondad, debo practicarla?
j) Paciencia:
¿Creo que la paciencia es el antídoto para los resentimientos?
¿Para la auto-conmiseración? ¿Para la impulsividad?
k) Tolerancia:
¿Creo que es esta una cualidad que implica cortesía?
¿Valor? ¿Vivir y dejar vivir?
l) Integridad:
¿Soy honrado conmigo mismo? ¿Con los demás?
¿Soy leal conmigo mismo? ¿Con los demás?
¿Soy sincero conmigo mismo? ¿Con los demás?
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m) Equilibrio:
¿Me tomo a mí mismo muy en serio?
¿Creo que cuando uno aprende a reírse de sí mismo, está en mejores condiciones para
ver las cosas, de acuerdo a su verdadero tamaño?
n) Gratitud:
La falta de gratitud en una persona es señal de estupidez o de arrogancia o de ambas. La
gratitud es sencillamente el honrado reconocimiento de la ayuda que uno ha recibido.
¿Soy agradecido con mi familia?
¿Con mis compañeros, amigos?
¿Con la gente que me tendió la mano?
¿Soy agradecido en mis oraciones?
Análisis:
Considerando las "pequeñas virtudes" ¿en cuales fallé y cómo contribuyeron mis fallas a
mi problema acumulativo?
¿A cuáles de estas "pequeñas virtudes" necesito prestar particular atención para formar
mi nueva personalidad?
¿Las he aplicado con mis allegados?
El mejor día para empezar a aplicarlas es hoy. La mejor manera de empezar, es practicar
tres o cuatro hoy mismo. Es preferible empezar con unas cuantas, porque si tratamos de
hacerlo con todas, puede dar por resultado que el día siguiente estemos tan agobiados,
que decidamos descansar.
3.- Actitudes
Teniendo en cuenta la necesidad que tengo de cambiar, ¿puedo aceptar el juicio de Dios,
por estimarlo que es mejor que el mío?
3) ¿Si soy de los que manifiestan pertenecer a una religión, ¿quién ha estado en primer
lugar en mi vida, Dios? ¿O yo?
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1) ¿Soy de los que llevan a cabo concienzudamente cualquier cosa que tengan que
hacer, por trivial que sea?
2) ¿Estoy cumpliendo con mi trabajo de acuerdo con mi capacidad? ¿O solo a la mitad de
mi capacidad? ¿Estoy produciendo o simplemente vegeto?
3) ¿He puesto sinceramente algo de mi parte para que sean satisfactorias mis relaciones
con mi patrón (o con mis empleados)? ¿Con mis compañeros de trabajo? ¿Con las
personas con quien tengo negocios? ¿Han entorpecido esas relaciones mi resentimiento,
mi aspereza, mis engaños y mi auto-conmiseración? 4) ¿He cumplido mis compromisos
con mis clientes, socios, u otras personas con quienes tengo negocios? 5) ¿Hay aspectos
de mi trabajo que están en desacuerdo con mi sentido de la moral, pero que los paso por
alto diciéndome que "los negocios son negocios"?
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4.- Responsabilidad:
luchando y sacrificándome por su bien? 3) Sostenerla: Los míos siempre antes que yo.
¿Antepongo sus necesidades, preocupaciones e intereses a los que yo tengo?
4) Disfrutarla: ¿Comparto con mi familia sus diversiones y paseos? ¿Rezo y voy a la
Iglesia con ellos?
Por todas sus críticas, pensamientos, acciones y omisiones que me hicieron daño y
causaron dolor, yo les perdono, Señor.
Señor, ayúdame a perdonar a mis parientes, abuelitos y abuelitas, tíos, primos, sobrinos,
que hayan interferido en mi vida familiar, que hayan sido dominantes imponiendo su
voluntad, causando confusión o enfrentando a unos contra otros. Señor, yo hoy les he
perdonado.
También perdono Señor en este momento a mi obispo, a mi párroco, a mi Iglesia, a mi
comunidad por su falta de apoyo, sus malos sermones, por su rudeza y sus errores, por
su mezquindad, falta de amistad, por no alentarme como debían, por no invitarme a servir
en tareas que yo creía podía ser útil y por todas las heridas que me causaron.
Señor, yo perdono a todos los profesionales que en alguna forma me ofendieron:
doctores, enfermeras, abogados, policías, empleados públicos, y de hospitales. Por lo que
me hayan hecho, yo les perdono hoy día.
Señor, yo perdono a mi jefe por no pagarme lo debido, por no apreciar mi trabajo, por no
ser bondadoso y razonable conmigo, por tener mal carácter, por ser poco amistoso, por
no darme un puesto mejor y no felicitarme en mi trabajo cuando lo merecía.
También perdono a mis compañeros de trabajo, los que me hacen la vida imposible o no
cooperan conmigo y me desprestigian para quedarse con mi puesto, yo les perdono en
este momento, Señor.
Perdono a aquellos de ideas o creencias distintas a las mías, que me atacaron, me
ridiculizaron, que se opusieron a mis puntos de vista. Hoy los perdono.
Señor, perdono a mis profesores e instructores tanto del pasado como el presente.
Aquellos que me castigaron, me humillaron, insultaron, fueron injustos conmigo, se
burlaron, me dijeron tonto, estúpido, o hicieron que me quedara después de clase.
Señor Jesús, yo perdono a mis amigos que hablaron mal de mí, que me usaron, que me
abandonaron, que no me dieron apoyo, y no estuvieron disponibles cuando yo los
necesitaba, a los que presté dinero y no me lo devolvieron, a los que me criticaron. Hoy
los perdono, Señor.
Señor Jesús, yo oro en forma especial para obtener la gracia de perdonar a la persona
que me haya ofendido más en la vida, yo te pido poder perdonar a quien considero mi
peor enemigo, al que me cuesta más perdonar; aquel de quien dije que nunca le
perdonaría. Gracias Señor, por traerlo a mi memoria y darme la gracia del perdón.
Gracias Señor, porque Tú me estás liberando del mal de no perdonar. Gracias por tu
amor y paz. Haz que tu Espíritu Santo ilumine con su luz, todos los rincones oscuros de
mi mente.
Amén. ¡¡ALELUYA!!
32
¡Mi Jesús, azotado en la columna por mis deshonestidades! ¡Mi Señor, coronado de
espinas por mis malos pensamientos! ¡Mi Dios agonizando de pena en el huerto, por mis
ingratitudes! ¡El Rey del cielo y tierra tenido por loco y pospuesto a Barrabás por mi
soberbia! ¡El autor de la vida puesto en una cruz por mis malditas culpas! ¿Y yo no lloro?
Pero no, que ya se enternece el corazón al considerar que yo fui causa de tantos dolores;
ya se angustia mi corazón; ya clamo a las puertas de vuestra clemencia.
Dios mío, fuente de misericordia, tened por bien, de limpiarme de mis pecados. Pequé,
Dios mío por flaqueza, contra Vos, Padre Eterno, Todopoderoso; por Ignorancia, contra
vuestro Unigénito Hijo, Sabiduría infinita; y por malicia contra el Espíritu Santo. Con estas
culpas os ofendí, Trinidad Soberana. Ayudadme, oh mi dulcísimo Jesús, con vuestra
gracia que todo lo puede. En Vos pongo toda mi confianza. Oh Jesús mío, para Ti vivo,
para Ti muero, oh Jesús mío, soy Tuyo en vida y muerte. Gracias, oh Padre Celestial,
gracias infinitas os doy, por el inmenso beneficio que acabáis de concederme. Habéis
purificado mi pobre alma con la Sangre preciosísima de vuestro divino Hijo, mi buen
Salvador.
Os ofrezco esta mi confesión y mi penitencia en unión con todos los actos de penitencia
que hicieron todos los santos y en especial la de nuestro Señor Jesucristo, su santísima
Madre y San José, pidiendo a vuestra bondad paternal que os dignéis aceptarlos y
hacerlos meritorios para mi eterna salvación. Lo que haya podido faltar a la sinceridad de
mi preparación, a mi contrición y a la acusación de mis pecados, lo pongo todo en el
Corazón adorable de mi buen Jesús, tesoro infinito de todo bien y de todas las gracias.
Os ofrezco, oh Padre Eterno el Corazón de vuestro divino Hijo, con todo su infinito amor,
todos sus sufrimientos y todos sus méritos para digna satisfacción de mis pecados.
Madre dulcísima de Jesús, María, acordaos que sois también mi madre, Mi pobre alma os
fue encomendada por Jesús mismo. En la cruz fue El quien me os dio por Madre.
Obtenedme, pues, oh tierna Madre, la gracia de sacar de este santo sacramento todos los
frutos que Jesús quiere que yo alcance. Alcanzadme, oh amabilísima Madre, por los
dolores que sufristeis al ser separado de Jesús, vuestro divino Hijo, un amor ardiente y fiel
a Jesús. ¡Muestra que eres mi Madre!
33
Santo Ángel de mi guarda, mi dulce compañía; mis santos patronos y todos los Santos
ángeles y santos de Dios, interceded por mí y alcanzadme la gracia de cumplir fielmente
con mis propósitos. Así sea.
! cuando nosotros digamos esta palabra con toda sinceridad se volverá contra su
naturaleza preguntar ¿por qué? de su santa voluntad, la respuesta de nosotros deberá
ser ¿cómo? quiere Dios que hagamos su santa voluntad y entonces Dios podrá revelar la
solución a cada problema. ¡