Manual de Supervivencia
Manual de Supervivencia
Manual de Supervivencia
supervivencia
Manual de supervivencia - Survival
Cómo actuar
Tener un plan de acción aumenta nuestra confianza y mantiene nuestra mente
ocupada. Los siguientes puntos pueden ayudarnos a elaborarlo.
1.- Análisis de la situación: Se debe analizar la situación para organizar un
plan. Quizá hay heridos, o me amenaza algún peligro. Tener agua y alimentos
es importante, igual que poder obtenerlos por los alrededores. A la hora de
trazar un plan hay que establecer prioridades. Hay que tener en cuenta los
peligros del entorno y cómo evitarlos. En ocasiones, dependiendo de cada
situación concreta, habrá que alterar el orden de las prioridades o sustituir
unas por otras. Por ejemplo:
-Prestar primeros auxilios
-Preparar las señales
-Abastecerse de agua
-Procurarse un refugio
-Abastecerse de comida
-Prepararse para desplazarse (normalmente suele ser mejor permanecer al
lado del vehículo accidentado)
Es útil preparar un inventario del material, el agua y la comida de la que
disponemos y prepararnos para abastecernos por nuestros propios medios de
estos últimos antes de que se agoten las reservas.
2.- No tener prisa: Salvo en los casos de urgencia médica, la conservación de
nuestra energía es un factor más importante que el tiempo. Por otro lado, el
agotamiento por una actividad física sin un objetivo preciso provoca una
situación de desamparo que socava nuestra moral. Por ello, todo lo que
hagamos tiene que responder a un plan y un objetivo preciso.
3.- Recordar dónde te encuentras: Probablemente tendremos que alejarnos del
lugar del accidente o de nuestra base o refugio para explorar los alrededores.
En estos casos hay que tomarse un tiempo en analizar los rasgos del paisaje y
hacer un mapa mental del lugar. Debemos marcar el camino para poder volver
sobre nuestros pasos y no perdernos, pues el golpe psicológico que provoca
esta situación es durísimo.
4.- Dominar el miedo y el pánico: Hay que mantener la mente ocupada con
estas medidas. Debemos ser optimistas y confiar en ser rescatados, pero
también debemos prepararnos para afrontar futuros problemas.
5.- Improvisa: En una situación de supervivencia siempre hay algo que hacer.
Utilizar nuestra inventiva y creatividad aumenta nuestra confianza
6.- Valora tu vida: Si perdemos la voluntad de sobrevivir, el deseo de
mantenernos con vida, el conocimiento de estas técnicas es inutil. No debemos
correr riesgos innecesarios que puedan provocarnos un accidente.
Circunstancias personales
Las personas que emprendan viajes, especialmente si van a zonas alejadas o
peligrosas, deben tener en cuenta sus necesidades personales. Diabéticos,
alérgicos etc. deben incluir sus medicamentos en el equipaje. También
deberían llevar unas gafas de repuesto quienes las necesiten. Cada uno debe
conocer sus circunstancias y prepararse para afrontarlas.
El equipo de supervivencia
Manual de supervivencia - Survival
No hay manual de supervivencia que se precie que no incluya un listado
con los artículos más útiles para sobrevivir en la naturaleza. Existen
variaciones entre unos autores y otros que se deben, probablemente, a sus
experiencias personales y a sus puntos de vista sobre la supervivencia (no
es lo mismo la supervivencia individual que la supervivencia de un grupo, o
ir a pie o en vehículo: en alguno de los ejemplos necesitaremos
porteadores para llevar todo el equipo). Por otra parte, los manuales de
supervivencia de los EEUU suelen incluir armas de fuego, algo impensable
en España y, en general, en Europa, con países muchísimo más restrictivos
en cuanto a la tenencia y uso de este tipo de artículos. Como sé que resulta
muy interesante leer estas listas, voy a incluir las de varios autores para
que podáis compararlas. En algunos casos se trata de publicaciones de
hace 30 años, por lo que ciertas partes del equipo o el material del que
habla pueden estar obsoletas al haber sido sustituidas en la actualidad por
nuevos sistemas y materiales.
El kit de supervivencia
Para el caso de la supervivencia deportiva, en mi kit de supervivencia yo
incluiría lo siguiente:
•Una manta de supervivencia. Se trata de una fina lámina que
normalmente es plateada por una cara y dorada por otra y que, al
cubrirnos con ella, nos devuelve reflejado nuestro propio calor. Es muy útil
en una situación extrema, cuando hayamos perdido nuestro equipo. Las
hay desechables y reutilizabes.
•Una pequeña linterna de dinamo. Funciona sin pilas agitándola o
girando una manivela. Si no es impermeable la guardaremos en una bolsa
impermeable.
•Anzuelos de varios tamaños, un rollo de sedal. Cuando practiquemos
supervivencia deportiva no podemos utilizar las técnicas de caza y pesca
prohibidas, pero sí pescar conforme a la ley improvisando una caña con una
vara larga. No debemos olvidarnos de llevar la licencia de pesca en regla.
Un pequeño rollo de cordel resistente y unos metros (3 ó 4)
de cuerdaresistente que puede servirnos para improvisar el refugio.
•Una navaja pequeña y afilada
•Unas tiritas, una venda, un rollo de esparadrapo (útil también para
pequeñas reparaciones) y alcohol en un pequeño frasco de plastico. En mi
caso, y en primavera, atihistanimicos e inhaladores para la alergia.
•Una aguja de coser fina y otra fuerte con hilo. No es para cosernos
las heridas, sino para reparar nuestra ropa o el equipo con el hilo o el sedal
de pesca, mas resistente (hay que comprobar que el sedal entra por el
agujero de la aguja)
•Pedernal y eslabón para encender fuego. Si no tenemos, podemos
sustituirlo por cerillas en un recipiente impermeable y/o mechero.
• Un par de señales de humo o bengalas para que nos localicen si nos
están buscando.
• Un poco de azúcar, leche en polvo, café o té según nuestras
preferencias. Nos ayudará echar un trago caliente cuando se compliquen
las cosas.
• Un par de dosis de bebida isotónica en polvo para mezclar con agua y
recuperar energías.
• Un par de bolsas de comida liofilizada. Si lo perdemos todo y estamos
desamparados, al menos el primer día tendremos el estómago lleno
mientras buscamos una solución. Sólo hay que echar el contenido de las
bolsas en agua y calentarlo. Podemos sustituirlo por papilla en polvo para
bebés; es menos “profesional”, pero más fácil de encontrar y más barato.
Guardaremos en un pequeño recipiente lo necesario para dos comidas.
• Un silbato y un espejo para señales de emergencia si necesitamos
ser rescatados.
• Lo ideal sería guardar todo esto en una lata metálica que nos serviría de
recipiente para calentar el café o la comida, y la lata meterla en una funda
que llevaríamos siempre sujeta al cinturón.
Todo esto ocupa poco espacio. Cualquier cosa de este kit que vaya a
necesitar habitualmente yo la guardaría por duplicado en un bolsillo de la
mochila, y mantendría el kit intacto para un caso de emergencia.
El equipo de acampada
En cuanto al equipo de acampada para practicar supervivencia deportiva en
plena naturaleza, podría ser algo parecido a este:
• Una mochila. Las mochilas alargadas de alpinismo podemos vaciarlas y
meter las piernas dentro para estar más calientes en caso de necesidad.
• Un saco de dormir. El mejor que podamos adquirir y con un grosor
adecuado al clima y la época del año en que realicemos nuestra aventura.
• Una esterilla aislante. Imprescindible para aislarnos del suelo frío.
• Aunque deseemos improvisar nuestro refugio en plena naturaleza no está
de más incluir en nuestro equipo una lámina de PVC para hacer un refugio
impermeable en caso de necesidad.
• En muchos lugares, durante las épocas más calurosas del año, está
prohibido hacer fuego en el campo, así que lo más adecuado es llevar un
pequeño hornillopara preparar la comida.
• Cantimplora
• Mechero o cerillas en un recipiente impermeable.
• Un cazo de aluminio con una tapa que pueda emplearse como plato, un
vaso y cubiertos.
• Un cuchillo de monte bien afilado y en su funda para no cortarnos.
• Un botiquín que incluya protector solar y repelente para mosquitos,
especialmente si dormimos al raso y sin mosquitera en lugares próximos a
zonas húmedas; algún analgésico y los medicamentos específicos que
podemos necesitar (en mi caso y en primavera antihistanímicos, como ya
sabéis).
• Una muda de ropa interior y un poco de jabón para asearnos. No
tenemos por que apestar.
• Un gorro de lana en invierno y un sombrero en verano, imprescindibles
desde que me quedé calvo.
• Una brújula y mapas de la zona que vamos a recorrer
• Una linterna de mayor tamaño y potencia que la anterior, si funciona sin
pilas, mejor.
• Una cámara fotográfica (compacta para que ocupe poco espacio) capaz
de grabar video HD de buena calidad y con sonido estéreo y un pequeño
trípode. Para documentar la aventura. Obviamente no es necesaria, pero yo
me lo pasaré mejor si la llevo. Existen modelos sumergibles, resistentes a
golpes y a las bajas temperaturas, aunque suelen ser totalmente
automáticas.
• Aparejos para pescar. Si somos aficionados a la pesca podemos incluir
en nuestro equipo una caña de pescar telescópica (ocupa poco espacio) con
un carrete y los aparejos correspondientes. Siempre hay que pescar
respetando la ley y las tallas de los peces.
• Un cuaderno y un par de bolígrafos para tomar notas del viaje.
• En cuanto a los alimentos, si deseamos alimentarnos exclusivamente de
lo que encontremos, pasaremos hambre. Pero la supervivencia trata de eso
precisamente, de sobreponerse a la adversidad y seguir adelante. Si
llevamos una tienda de campaña y alimentos para todos los días,
estaremos realizando una excursión, no practicando supervivencia.
Podemos, no obstante, llevar en un recipiente estanco, un poco de azúcar,
sal y pastillas de caldo concentrado que harán más sabrosa cualquier sopa
campestre. Naturalmente, vosotros podéis completarlo y adaptarlos según
la naturaleza del lugar donde os vais a internar. La decisión final es
vuestra... también la responsabilidad.
Construcción de un refugio
Manual de supervivencia - Survival
La función principal del refugio es protegernos de los peligros de medio
ambiente. Un calor extremo puede producir un síncope o un golpe de calor;
por el contrario, el exceso de frío produce hipotermias y congelaciones. En
las zonas pantanosas nos pueden devorar los mosquitos y si nos calamos
hasta los huesos mientras dormimos podemos coger una pulmonía, aparte
de la incomodidad, la ausencia de descanso y el golpe contra nuestra moral
que esto supone.
Un buen refugio, además de protegernos de los elementos anteriores,
proporciona comodidad, seguridad y firmeza psicológica.
El tipo de refugio que construyamos dependerá de nuestras necesidades,
del tiempo que vamos a permanecer en ese lugar y de las herramientas de
las que dispongamos. Siempre deberíamos incluir en nuestro equipaje al
menos una buena navaja, un cuchillo de monte y una lámina de plástico de
2x2 metros o similar que ocupa y pesa poco y nos proporciona un techo
impermeable. Si el peso no importa, también podemos incluir un hacha
pequeña o un machete.
Emplazamiento
Evidentemente, buscaremos en lo posible un lugar seco y al abrigo del
viento, lejos de aguas estancadas o pantanos para evitar que nos devoren
los mosquitos, aunque una fuente cercana o un pequeño curso de agua
sería ideal.
Es aconsejable, para minimizar los riesgos, huir de las orillas de los ríos,
pues puede sorprendernos una crecida, incluso en tiempo soleado, por la
rotura de una presa formada de manera natural a causa de la acumulación
de ramas, como sucedió no hace mucho en un camping español, que quedó
arrasado en cuestión de pocos minutos. La gente murió dentro de sus
vehículos y caravanas, que fueron arrastrados por la fuerza de la corriente.
Lo mismo se puede decir de los cauces secos de los ríos, que con una
tormenta pueden convertirse en torrentes antes de que nos demos cuenta.
También se desaconseja acampar bajo los árboles por el riesgo de que nos
caiga una rama encima. Reconozco que yo me salto esta norma con
frecuencia, pues los árboles protegen del rocío. Si decides hacer como yo,
fíjate bien que no tenga ramas secas que supongan un riesgo pata ti. Evita
también los lugares con peligro de desprendimiento de rocas o riesgo de
aludes de nieve.
Es importante prestar atención a los alrededores para no darnos cuenta,
una vez terminada nuestra construcción, de que tenemos un hormiguero o
un avispero como vecinos.
Tipos de refugios
Vehículo
Si nos encontramos en una situación de supervivencia real por haber
sufrido un accidente y nuestro vehículo aún está habitable, puede constituir
un buen refugio. De lo contrario prestemos atención al material que lleva
dentro y que podría servirnos. Los periódicos son un buen aislante; si
disponemos de ellos utilicémoslos para cubrir las ventanas y protegernos
mejor del frío. Si necesitamos hacer fuego y no disponemos de cerillas ni
mechero podemos empapar con gasolina un trozo de tela, de papel, de
esponja de los asientos, etc. y hacer chispas sobre él cruzando los
terminales de la batería. Si quemamos o añadimos aceite de motor al fuego
conseguiremos un humo negro y denso excelente para hacer señales.
Refugios naturales
Son refugios cuya construcción requiere poco o ningún esfuerzo por nuestra
parte. Se improvisan en hendiduras y oquedades de rocas, cuevas,
formaciones del terreno y de la vegetación. Una hendidura en una pared
rocosa que nos proteja de la lluvia y el viento y no ofrezca riesgos de
desprendimientos es ideal. Sólo tendremos que preocuparnos de construir
un lecho seco y confortable.
Refugios improvisados
Son los que construimos con los materiales que encontramos en la
naturaleza o que llevamos en nuestro equipaje.
Refugio con una lámina de plástico. Si disponemos de una lámina de
plástico suficientemente grande podemos improvisar un refugio tendiendo
una cuerda entre dos árboles y colocando la lámina como una tienda de
campaña clásica. En los extremos envolveremos unas piedras que luego
sujetaremos con unas orquillas de madera o las anudaremos y las
afirmaremos con cuerdas y piquetas improvisadas con unos palos de
madera resistente. Si cavamos una zanja alrededor evitaremos que nos
anegue el agua en caso de tormenta
Refugio con un bote salvavidas. Un bote salvavidas vuelto del revés y
elevado por un lateral con ayuda de unos palos constituye un refugio
excelente.
Cobertizo. Es probablemente el más clásico de los refugios de
supervivencia. Utiliza un armazón de madera, pero si utilizamos uno o dos
árboles como columnas nos ahorraremos mucho trabajo y el refugio ganará
en solidez. En climas fríos utilizaremos un fuego para calentarnos y un
reflector de troncos detrás para aprovechar mejor el calor. Por ello es
importante tener en cuenta la dirección del viento si no queremos terminar
ahumados. El techo lo cubriremos de materia vegetal. En algunas zonas es
fácil encontrar grandes hojas con las que construir un techo impermeable
ensamblándolas a modo de tejas. También se pueden improvisar tejas con
trozos de corteza. Si no, un techo de hierba seca y paja, si es lo
suficientemente grueso, también nos proporciona cierta impermeabilidad.
Refugio con un árbol caído. Hay que cortar algunas ramas para hacer
una oquedad en la copa caída. Es un refugio acogedor y, si el árbol es
frondoso, nos protegerá del viento, pero no de la lluvia.
El lecho
Es una parte fundamental de nuestro refugio. Debe de ser blando, seco,
horizontal y caliente (excepto en el desierto, que será fresco). Esto lo
lograremos escogiendo bien el emplazamiento (huir de zonas con
humedad), quitando los palos y piedras que pueda haber en el suelo, y
aislándonos bien de éste con hojarasca, helechos, ropa, etc
Desiertos cálidos
La función del refugio en el desierto es protegernos del sol y del calor.
Otros factores importantes son las tormentas de arena y las, en ocasiones,
frías temperaturas nocturnas.
Se recomienda enterrarse en la arena para minimizar las pérdidas de agua
y protegerse del sol. También podemos cubrirnos con una tela de
paracaídas si disponemos de ella.
Para construir un refugio o desplazarse escójanse las horas más frescas del
día, al amanecer o al atardecer.
La temperatura suele ser varios grados más baja a unos centímetros por
debajo del suelo, por lo que excavaremos un hoyo que cubriremos con una
tela o el material del que dispongamos y que nos ofrezca sombra.
Selva tropical
Debido a la gran abundancia de insectos, todo el que se disponga a
atravesar una selva debería incluir en su equipaje una tela mosquitera. Una
hamaca es ligera y aísla del suelo. Si no disponemos de ella quizá
tengamos material con el que improvisarla (tela de paracaídas, una manta,
etc...) Un techo sobre nuestra hamaca o nuestro lecho nos protegerá de la
lluvia.
El refugio con soporte de ramas en forma de A es muy indicado para
protegernos de la lluvia.
Plataforma con tela mosquitera. Este refugio nos aísla del suelo y nos
protege de insectos. Si se le añade un techo nos protegerá además de la
lluvia. El lecho lo cubriremos con hojas de palmera u otra materia vegetal.
El fuego
Manual de supervivencia - Survival
En una situación de supervivencia en zonas frías, nuestra vida puede
depender de nuestra capacidad para encender y mantener un fuego. Sin
llegar a esos extremos, podremos necesitar fuego para secarnos,
calentarnos, hacer señales a los equipos de rescate y cocinar eliminando los
posibles gérmenes y parásitos de nuestros alimentos.
También, como excursionistas, podemos sentirnos tentados a sentarnos al
lado de una hoguera bajo las estrellas. En este caso debes tener en cuenta
las leyes que regulan estas prácticas en tu país. En España, y más
concretamente en Galicia, esta práctica está prohibida durante los meses
más calurosos y severamente penalizada.
En cualquier caso, no debes olvidar que un fuego es muy peligroso, debes
seguir todas las normas de seguridad:
- No hagas hogueras más grandes de lo necesario, son más dificiles de
controlar y de mantener.
- Elimina las ramitas y todo material combustible en un radio de dos o tres
metros alrededor del fuego.
- No lo hagas cerca de la maleza o ramas bajas
- Ten siempre cerca un cubo u otro recipiente con agua y/o una rama
frondosa para apagarlo rápidamente si es necesario.
Siempre debemos llevar en nuestra mochila o equipaje, especialmente si
vamos a atravesar zonas inhóspitas, un mechero y/o cerillas en un
recipiente impermeable (una caja de carrete fotográfico, por ejemplo. Lleva
también los rascadores) o impermeabilizadas (con esmalte de uñas o
parafina). Si así lo hacemos, nuestras posibilidades de supervivencia
aumentarán y no tendremos que preocuparnos de hacer fuego con medios
improvisados.
Tipos de leña
No todas las leñas arden igual, desprenden el mismo calor y las mismas
llamas ni forman una brasa duradera. Cada madera tiene sus propias
características. Alan Sauri describe en su obra "La Vida Autosuficiente - Ed.
Blume" las características de las leñas de los árboles más comunes de esta
manera:
Leñas duras: Dan poca llama, pero su calor lento y prolongado las hace
excelentes para la cocina y la calefacción.
Arce: Bueno, buena llama
Fresno: Bueno, buenas brasas, fuego lento
Olivo: Excelente, brasas duraderas
Falsa Acacia: Buena, malas brasas, muy chisporreteante
Carpe: Excelente combustible, llama viva, buena brasa
Haya: Buena, buenas brasas, llama clara
Olmo: Fuerte calor, quema lentamente
Roble: Bueno (también para carbón de leña) se consume lentamente, se
pone negro y se carboniza.
Leñas tiernas: Se consumen rápidamente con llamas continuas; resultan,
por lo tanto, excelentes maderas para encender o iluminar.
Abedul: Arde bien y rápido, llamas claras. Leña para encender e iluminar
Aliso: Arde bien y rápido
Castaño: Poco calor, despide chispas
Majuelo: Arde bien y rápido aunque esté verde
Sauce: Llamas claras y vivas, leña para encender
Tilo: Mediocre
Álamo: Mediocre
Castaño de Indias: Mala leña
Plátano: Mediocre y ruidoso
Sauco: Leña pequeña para encender
Las lentes
Una lupa o las lentes de una cámara fotográfica, los prismáticos o
determinadas gafas son un medio muy efectivo para encender un fuego,
pero no nos servirá si no hace sol. Prepara primero una buena yesca que
prenda con facilidad y apunta hacia ellas el puntito de luz.
Pedernal y eslabón
Es un buen sistema que funciona en cualquier circunstancia. Si no
disponemos de pedernal podemos probar con una piedra dura. (hay que
probar hasta que encontremos una que desprenda buenas chispas, y
entonces guardarla para otras ocasiones). Sostendremos el pedernal cerca
de la yesca y lo golpearemos con un trozo de acero, como puede ser la hoja
de un cuchillo, tratando de dirigir las chispas a la yesca.
Método de la sierra
Es un método propio de la jungla, y consiste en usar una madera blanda,
normalmente bambú para "serrar" (efectuaremos un movimiento de sierra)
otra dura, frecuentemente cáscara de coco. Como yesca se emplea la fibra
algodonosa de la base de las hojas de cocotero, el recubrimiento piloso
marrón de algunas palmeras o la membrana que encontraremos dentro del
bambú.
Método de la correa
Usaremos una tira de ropa u otra fibra fuerte y una rama de madera
blanda. Elevaremos la rama ligeramente colocándola sobre una piedra.
Pasaremos la correa por debajo de la piedra y tiraremos alternativamente
de un extremo y del otro para producir la fricción. Previamente habremos
colocado la yesca debajo de la rama, tocando a la correa.
Otros métodos
Podemos emplear una batería para hacer chispas uniendo los cables de
ambos polos. También, en teoría, es posible fabricar una lente con un
pedazo de hielo que labraremos con el cuchillo y terminaremos dando
forma con las concavidades de las manos. Aunque si el frío es intenso el
riesgo de congelación de nuestras manos puede ser demasiado alto.
También es posible usar un objeto cóncavo (el culo de una botella, por
ejemplo) para hacer la lente, vertiendo agua sobre él y dejando que se
congele. Si hacemos dos, podemos pegarlos con un poco de agua que, si el
frío es intenso, se congelará enseguida. En ocasiones, echar unas gotas de
gasolina o alcohol sobre la yesca puede facilitar la inflamación, pero no la
empapes completamente. Si usas gasolina u otro combustible en un
recipiente para calentarte, ten en cuenta que existe un riesgo potencial de
accidente. Nunca añadas más combustible hasta que la llama se haya
apagado y el recipiente se enfríe.
El agua
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En una situación de supervivencia, después de tratar a los heridos, la
búsqueda de agua suele ser la necesidad más apremiante. Si carecemos de
agua nuestras esperanzas de vida se cifran en torno a los dos días en el
desierto y a algo más de una semana en climas frescos.
La cantidad de agua que necesitamos depende de la temperatura y
humedad ambiental y de la actividad física que desempeñemos, pero nunca
será menos de 2 litros diarios. En un desierto necesitaremos 10 ó 12 litros
para llevar una actividad normal.
Encontrar agua
En las zonas templadas no suele ser difícil encontrar cursos de agua. En las
zonas secas y desérticas la cosa puede complicarse más. Escarbar en los
lechos secos de ríos o arroyos da a veces buenos resultados. Los cúmulos
de vegetación en un determinado lugar son indicativos de existencia de
agua. En los terrenos calcáreos podemos buscar en el interior de las grutas.
Los animales también necesitan beber; observar sus desplazamientos a
primera hora de la mañana o última de la tarde puede darnos pistas de
dónde se encuentra el agua. Determinadas plantas, que varían según la
zona geográfica, sólo crecen donde hay agua.
En caso de que no encontremos ninguna fuente de agua aún podemos
aprovechar la de la condensación que se produce incluso en los desiertos
improvisando un destilador.
Necesitaremos un plástico de 2 x 2 m. y un cubo u otro recipiente para
recoger el agua. Un tubo de plástico para beber sin desmontar el destilador
es también muy útil. Con este sistema podemos obtener entre 0,5 y 1 litro
de agua al día.
Hay que cavar un hoyo en cuyo fondo colocaremos un recipiente que
recibirá el agua de la condensación que se produce en las paredes del
plástico con que cubrimos este hoyo. Una piedra en el centro del plástico
conducirá las gotas hasta el cubo. El destilador será más efectivo si
introducimos plantas en el agujero para aprovechar su humedad.
Peligros
En muchas zonas del globo, especialmente en el tercer mundo existe un
riesgo alto de intoxicación al consumir agua, bien sea por contaminación
bacteriana, bien por ingerir parásitos con ella. También en el primer mundo
existe cierto riesgo al consumir agua de arroyos que discurren entre prados
sometidos a abonos con purines, altamente contaminantes.
El consumo de aguas contaminadas puede producir enfermedades como
fiebre tifoidea, cólera o disentería, además de otros trastornos provocados
por parásitos que podemos pillar no sólo al beber, también al bañarnos en
aguas estancadas y contaminadas.
No se debe beber agua salada, su concentración en sal es tan alta que
colapsa los riñones y provoca la muerte entre fuertes dolores. Tampoco se
debe beber orina y no debemos olvidar que las sabias de aspecto lechoso
de muchas plantas son, con frecuencia, venenosas.
Purificar el agua
Si existe riesgo de contaminación hay que purificar el agua con alguno de
estos métodos y esperar al menos una hora antes de consumirla.
Pastillas potabilizadoras: Es el método más práctico y efectivo 100%.
Consiste en añadir al agua pastillas purificadoras. Estas liberan iones de
plata que acaban con los gérmenes, previenen de nuevas infecciones y no
producen daño alguno aunque se rebase la dosis. Se venden en cajas con
un número variable de pastillas según sea cada pastilla para purificar 1, 5 ó
20 litros de agua. Podéis encontrarlas con facilidad en tiendas de montaña,
también en Internet.
Yodo: Para desinfectar el agua con tintura de yodo usaremos unas 10 gotas
por litro. La coloración tarda un rato en desaparecer.
Lejía: La lejía deja un sabor poco agradable en el agua. Usaremos de 4 a 6
gotas por litro.
Ebullición: Hervir el agua no termina con todos los gérmenes (el de la
hepatitis, por ejemplo, resiste la ebullición), pero acaba con la mayor parte
de ellos y con todos los parásitos. Hay que hervirla durante unos 10
minutos. En este caso se puede beber en cuanto enfría.
Filtrando el agua
En ocasiones, el único agua que podremos conseguir será la que se
encuentre estancada en charcos, sucia por el barro. Antes de beberla, y sin
olvidarse del aspecto de la purificación, debemos clarificarla para eliminar
las partículas en suspensión.
La manera más sencilla es dejarla reposar varias horas en un recipiente, y
después, con un tubo de plástico o el tallo hueco y flexible de una planta
(por ejemplo un nenúfar) traspasarla a otro recipiente situado en una
posición más baja.
También se puede filtrar usando varias capas de tejidos o con arena limpia,
ayudándonos de un filtro improvisado con un pedazo de caña de bambú,
cuyo extremo, agujereado, taponaremos con unas briznas de hierba.
El hielo y la nieve
Podemos obtener agua derritiendo hielo o nieve. Es mejor el hielo, ya que
nos permite obtener el doble de agua con la mitad del calor. Si tenemos
que derretir nieve, lo mejor es derretir primero una pequeña cantidad e ir
echando después pequeñas cantidades de nieve sobre el agua. Si echamos
mucha nieve junta, al ser porosa, esta absorberá el agua y quemaremos el
recipiente.
Señales SOS
Manual de supervivencia - Survival
Señales tierra-aire
Podemos hacer una gran señal sobre el terreno con elementos que
contrasten con el fondo y que la hagan claramente visible. Por ejemplo
podemos escribir en un claro “SOS”.
Sobre una pradera verde podemos preparar la señal cavando una fosa y
mantener la tierra amontonada en los bordes para aumentar el efecto de la
sombra.
Para que sea perfectamente visible desde el aire, las letras o símbolos que
empleemos han de tener al menos unos 10 metros de alto y una separación
de unos 3m.
Por la luna
La luna puede proporcionarnos también una aproximación de los puntos
cardinales. Cuando está en creciente, las puntas señalan siempre hacia el
este y cuando está en menguante, hacia el oeste. Si tienes dudas para
saber cuando está de una u otra forma, piensa que la luna "miente".
Cuando tiene forma de "C" de "creciente", en realidad está menguando.
Signos naturales
Existen indicios en la naturaleza que pueden darnos pistas sobre la
dirección que llevamos. No son muy precisos, pero en circunstancias
excepcionales pueden impedir que perdamos el tiempo dando vueltas en
círculo.
En el hemisferio norte los musgos crecen en las zonas más más sombrías y
húmedas de los troncos, que suele corresponder a la cara norte. Si bien
esto puede variar localmente a causa de un microclima particular.
También en las montañas reciben menos sol las laderas orientadas al norte,
por lo que suelen ser más húmedas, de tonalidades más frías y retienen la
nieve por más tiempo.
Los anillos de crecimiento de los árboles suelen estar más desarrollados del
lado que reciben más sol, aunque pueden darse factores que alteren este
desarrollo.
La decisión de desplazarse
Manual de supervivencia
Si nos encontramos perdidos a causa de un accidente aéreo o de otro tipo
con una ruta planificada, la mejor opción suele ser permanecer cerca de los
restos del vehículo siniestrado. Estos suelen ser bien visibles desde el aire,
y los equipos de rescate nos buscarán a lo largo de nuestra ruta, con lo
cual, las probabilidades de que nos encuentren pronto son muy elevadas.
En el caso de que concurran circunstancias extraordinarias que nos
obliguen a desplazarnos, buscar la civilización por nuestros propios medios,
alejarnos para buscar agua y comida, o sencillamente que pasan los días y
no vienen los equipos de rescate, deberemos seguir unas normas básicas
para asegurar nuestra supervivencia.
Antes de dejar el vehículo siniestrado indicaremos en que dirección hemos
decidido alejarnos con el mayor número de referencias posible, por si
finalmente los equipos de rescate o los nativos del lugar lo encuentran.
Dejaremos también indicaciones a lo largo del camino: servirán para que
nos encuentren y para que podamos regresar sobre nuestros propios pasos
en caso de que nos extraviemos.
Nos proveeremos también de todo cuanto podamos transportar que pueda
sernos útil y encontremos en el vehículo siniestrado o en los equipajes. Si
se trata de un grupo de personas, todas deben ir provistas de calzado y
ropas adecuadas al clima de la zona. Nos aprovisionaremos de toda el
agua, recipientes para transportarla y alimentos que podamos llevar.
También llevaremos material para improvisar refugios rápidamente: desde
láminas impermeables a cuerdas y palos alargados. Si en necesario
improvisaremos mochilas, bien con cuadrados de tela de 1m de lado bien
con soportes de madera para llevar todo el equipo que logremos reunir.
Si hay heridos tenemos dos opciones: llevarlos con nosotros o enviar sólo
un grupo de personas en busca de la civilización mientras el resto se
quedan en el campamento. La decisión dependerá, entre ofros facotres, de
la gravedad de los heridos, de su capacidad para moverse y de nuestra
capacidad para transportarlos. Si los llevamos, deberemos preparar los
mecanismos para que puedan desplazarse, desde muletas hasta camillas
improvisadas.
Si tenemos un mapa de la zona, nos dirigiremos a la zona poblada más
próxima.
Siempre buscaremos el camino más fácil y seguro, a no ser que la
climatología, las condiciones del terreno o nuestras necesidades
particulares nos obliguen a otra cosa.
En caso de no tener mapa y no saber donde estamos, si encontramos un
arroyo o un río suele ser una buena idea seguirlo, ya que nos proporcionará
agua y alimentos. Además, antes o después encontraremos alguna
población o aldea asentada en su curso que supondrá nuestra salvación.
Los ríos deben seguirse en el sentido de la corriente, es decir, hacia su
desembocadura; excepto en los desiertos, que los seguiremos al revés,
puesto que pueden llegar a desaparecer filtrados entre las arenas antes de
llegar al mar. No obstante, seguir el curso del río puede entrañar muchas
dificultades que deberemos afrontar: la vegetación puede ser espesa,
podemos vernos obligados a alejarnos para sortear formaciones geológicas,
grandes cascadas, etc. Puede ser necesario cruzarlo, y también es posible
que sea más sencillo improvisar una balsa y navegarlo.
Si estamos en la costa, seguir la línea de ésta nos proporcionará comida y,
escarbando en la arena por detrás de la línea de la marea, agua
ligeramente salobre pero apta para el consumo.
Trampas de lazo
Las trampas de lazo son sencillas y crueles. Para cazar pequeños animales,
como conejos, se pueden construir con un cordel, sedal de pescar
resistente, alambre, etc. El lazo tendrá el grosor de un puño y estará
colocado a 4 dedos del suelo.
Mecanismo en forma de 4
Se trata de un dispositivo clásico y efectivo que se suele usar para sostener
losas que matan a los animales por aplastamiento. Es útil para cazar tanto
mamíferos como aves. Si sustituimos la losa por una cesta podemos
capturarlos vivos.
Trampas de anzuelo
Permiten capturar pequeñas aves como mirlos y tordos y también aves
acuáticas. Son simplemente anzuelos cebados, por ejemplo con lombrices,
y son tremendamente crueles y dolorosos para los animales, que tratan de
huir escandalosamente, por lo que lo mejor es situarlas cerca de nuestro
campamento y revisarlas con frecuencia.
Existen además otros tipos de trampas para cazar grandes animales
basadas en la caída de grandes pesos y el apuñalamiento con lanzas y
estacas. Son muy peligrosas, pues pueden matar o herir a una persona que
accione el mecanismo accidentalmente.
La pesca
Si encontramos un río o un arroyo nuestra supervivencia estará casi
asegurada, ya que en los ríos existe una mayor concentración de alimentos.
Pesca a mano
Es un sistema prohibido en España y muy efectivo en aguas poco profundas
en cuanto se adquiere un poco de práctica. Mejor no realizarlo donde haya
animales peligrosos (anguilas eléctricas, serpientes acuáticas venenosas...).
Consiste en introducir la mano con cuidado bajo las piedras, raíces u
oquedades donde acostumbran a ocultarse los peces en busca del vientre
de los animales. Deslizaremos la mano suavemente hacia las branquias y
hundiremos en ellas los dedos pulgar e índice para capturarlos.
Durmientes
Son anzuelos que se dejan cebados y atados a una rama flexible de la orilla
del río a la espera de que pique un pez. Es un sistema bastante efectivo y
completamente ilegal.
No debemos olvidar que, aparte del pescado, los cursos de agua ofrecen
otras fuentes de alimento, como ranas, cangrejos, moluscos o reptiles.
Prueba de comestibilidad
Si nos encontramos perdidos en una zona de la cual no conocemos la
vegetación, numerosos autores recomiendan una prueba de comestibilidad
para asegurarse de que una planta es comestible. Yo nunca lo he probado
ni conozco a nadie que lo haya hecho.
Antes de realizarla debemos asegurarnos de que la abundancia de esa
especie justifica el riesgo. Nunca debemos saltarnos ninguna parte del
proceso ni tampoco acelerarlo. Obviamente, sólo un miembro del grupo
realizará la prueba:
Antes de nada comprobaremos que no se ajusta a las características
anteriores y que no está parasitado.
Acto seguido frotaremos con la planta machacada o con su jugo en la
cara interna del brazo. En caso de que resulte irritante o produzca
cualquier tipo de molestia la desecharemos enseguida.
Después probaremos la planta, pero cuidadosa y lentamente,
esperando un intervalo de tiempo entre cada parte de este proceso.
Primero pondremos un trocito sobre los labios y esperaremos un
rato. Si no hay ningún tipo de reacción lo colocaremos en un ángulo
de la boca, luego en la punta de la lengua y después debajo, siempre
después de esperar unos segundos. Si se produce algun tipo de
molestia descartaremos la planta enseguida. El paso siguiente es
masticar un trocito.
Si no se ha producido ninguna reacción tragaremos una pequeña
cantidad y esperaremos 5 horas sin comer ni beber nada.
Si no se han producido dolores de estómago o de abdomen, nauseas, etc.
la planta se puede comer. No obstante es mejor no comer demasiada
cantidad junta, sino dar tiempo a nuestro estómago a que se acostumbre a
ella comiendo pequeñas cantidades al principio e ir aumentando poco a
poco su ingesta.
Este sistema NO FUNCIONA CON LAS SETAS.