La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta es un remedio extraordinario que permite rescindir una sentencia cuando el proceso se siguió con fraude o colusión. Autores como Nelson Ramírez y Arturo Navarro explican que este remedio puede aplicarse a cualquier tipo de proceso y sentencia afectada por fraude. Finalmente, Martín Hurtado estima que este remedio hace viable cuestionar sentencias generadas por fraude a través de una demanda autónoma distinta al proceso original viciado.
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La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta es un remedio extraordinario que permite rescindir una sentencia cuando el proceso se siguió con fraude o colusión. Autores como Nelson Ramírez y Arturo Navarro explican que este remedio puede aplicarse a cualquier tipo de proceso y sentencia afectada por fraude. Finalmente, Martín Hurtado estima que este remedio hace viable cuestionar sentencias generadas por fraude a través de una demanda autónoma distinta al proceso original viciado.
La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta es un remedio extraordinario que permite rescindir una sentencia cuando el proceso se siguió con fraude o colusión. Autores como Nelson Ramírez y Arturo Navarro explican que este remedio puede aplicarse a cualquier tipo de proceso y sentencia afectada por fraude. Finalmente, Martín Hurtado estima que este remedio hace viable cuestionar sentencias generadas por fraude a través de una demanda autónoma distinta al proceso original viciado.
La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta es un remedio extraordinario que permite rescindir una sentencia cuando el proceso se siguió con fraude o colusión. Autores como Nelson Ramírez y Arturo Navarro explican que este remedio puede aplicarse a cualquier tipo de proceso y sentencia afectada por fraude. Finalmente, Martín Hurtado estima que este remedio hace viable cuestionar sentencias generadas por fraude a través de una demanda autónoma distinta al proceso original viciado.
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NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA
La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta tal como se concibe en nuestro
ordenamiento procesal civil, artículo 178, constituye un remedio de carácter extraordinario, excepcional y residual, que tiene por objeto rescindir (declarar la nulidad) una sentencia o auto definitivo por haberse seguido el proceso primigenio con fraude o colusión cometido por una, o por ambas partes, o por el Juez o por éste o aquellas, siempre que ambos casos, implique violación del debido proceso. Nelson Ramírez Jiménez sostiene que la cosa juzgada fraudulenta ataca a las sentencias (que no son actos jurídicos privados), emitidas en cualquier proceso, sea de naturaleza patrimonial o extrapatrimonial, y a pedido de cualquier afectado, sea acreedor o deudor e incluso de un tercero. Por su lado, Arturo Navarro Garma manifiesta que la nulidad de la Cosa Juzgada Fraudulenta consiste en la acción de invalidación de un acto jurídico procesal que da por finalizada definitivamente una controversia que adquirió calidad de cosa juzgada formal, por el motivo de que dicho proceso ha sido seguido con fraude unilateral o bilateral (colusión) afectando con ello el debido proceso. La invalidación del proceso con sentencia ejecutoriada se realiza a través de una acción autónoma. Finalmente, Martín Hurtado Reyes estima que el Código Procesal Civil Peruano involucra una notable innovación al incluir en el artículo 178 la Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta como un instrumento que hace viable el cuestionamiento de sentencias que fueron engendradas por el fraude. Desde la óptica de la teoría recursiva esta pretensión impugnatoria constituye un remedio en razón de que con ella se impugna un acto procesal no contenido en resolución buscando su rescisión; y es un remedio porque lo que se ataca y enfrenta es el fraude y éste no está traducido en una resolución escrita o documento contenido en el expediente, sino más bien es el resultado de una voluntad unilateral que desvía el proceso de su curso natural o del concierto de voluntades entre los sujetos del proceso con el fin de perjudicar el derecho e intereses de terceros. Por otro lado, esta pretensión impugnatoria se ejercita a través del ejercicio del derecho abstracto de acción procesal que se hace viable con la demanda, la cual contiene una pretensión procesal autónoma y distinta a la que se discutió y resolvió en el proceso viciado por fraude. MEJOR DERECHO DE PROPIEDAD EN EL PERÚ La acción de mejor derecho de propiedad tiene como fin oponer un derecho real frente a un tercero que también sostiene tener el mismo derecho sobre el bien. La acción de mejor derecho de propiedad es imprescriptible. En el proceso sobre mejor derecho de propiedad existirían dos derechos en lo que respecta a un mismo bien. Las partes presentarían un título o documentos que servirán para demostrar cuál de ellos tiene el mejor derecho de propiedad por antigüedad, rango o inscripción registral. En un proceso sobre mejor derecho de propiedad serán los Jueces que determinarán a través de las pruebas presentadas cuál de los derechos de propiedad es preferente. El proceso de mejor derecho de propiedad tiene como fin obtener una declaración de que existe un propietario del bien. La Constitución Política del Perú establece que el derecho de propiedad es inviolable… A nadie puede privarse de su propiedad sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública declarada por ley, y previo pago en efectivo de indemnización… En una reciente sentencia, la Corte Suprema ha establecido que las normas sobre concurrencia de acreedores (previstas en los artículos 1135 y 1136 del Código Civil) no pueden ser aplicadas para resolver un proceso de mejor derecho de propiedad. Se afirma que estas normas solo son pertinentes en pretensiones en la que se discuten derechos obligacionales y no reales. Para solucionar el mencionado conflicto sobre derechos reales deberán aplicarse solo las reglas de los artículos 923 y siguientes del Código Civil (referidos a la propiedad) y el artículo 2014 del mismo cuerpo legal (principio de buena fe pública registral). Este criterio fue expresado por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema en la Casación N° 3312-2013-Junín, publicada en el diario oficial El Peruano el 30 de setiembre de 2015. EL ACCIÓN DE AMPARO El amparo está regulado como un proceso constitucional (en el artículo 200 inciso 2 de la Constitución, dentro del Título V: Garantías Constitucionales), y procede contra cualquier autoridad, funcionario, y además contra particulares. Para que el amparo pueda ser utilizado como mecanismo de protección de derechos fundamentales, se tienen que agotar las vías previas (administrativa) y paralela (judicial), salvo ciertas excepciones establecidas en la ley, concretamente en el Código Procesal Constitucional. La acción de amparo es una garantía constitucional, la Constitución Política del Perú de 1993, en su artículo 200º inciso 2, expresa literalmente: La Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos por la Constitución. No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular. La función o finalidad de la acción de Amparo es la protección de los derechos constitucionales, quiere decir que, para que su manto protector se extienda sobre ellos, es menester se cumpla la condición fundamental de su existencia previa al acto u omisión cuyos efectos queremos anular. El amparo cumple una doble función: de protección al ciudadano en sus garantías fundamentales y a la propia constitución al garantizar la inviolabilidad de sus preceptos ya sea por normas generales contrarias a dichos preceptos o por actos de autoridad que vulneren el contenido o los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución.