Macondo

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INSTITUTO TECNOLOGICO DE

CIUDAD MADERO
CD. MADERO, TAMPS

ADMON. SEG. Y PRO. AMB.

Gerardo Pañola Padrón

MACONDO: DEEPWATER HORIZON

Cd. Madero, Tamps. a 26 de febrero de 2020


El 20 de abril de 2010 la Plataforma que perforaba el pozo de
petróleo “Macondo” otorgado a BP y cuya prospección subcontrató
a la firma suiza Deepwater Horizon, explotó y se hundió, muriendo
11 personas y derramando unos 5 millones de barriles de petróleo a
las aguas del Golfo de México.
El vertido de crudo en el Golfo de México provocado por la
explosión de la plataforma Deepwater Horizon ha sido, hasta la
fecha, el mayor de la historia de entre los acaecidos
accidentalmente, ya que sus cifras solo se ven superadas por el
masivo vertido voluntario perpetrado por el régimen de Saddam
Hussein durante la primera guerra del Golfo.

Plataforma semisumergible de perforación en aguas


profundas Deepwater Horizon
Compañía contratante: British Petroleum (BP)
Propietario: Transocean Ltd.
Fabricante: Hyundai Heavy Industries (Corea del Sur)
Año de fabricación: 2001
Costo aproximado de la plataforma semisumergible:
US$ 350.000.000
Capacidad perforante (incluida la profundidad del agua):
30.000 pies (9144 m)
Capacidad de la torre: 2.000.000 lb
Bombas de lodo: 4 (cuatro), National 14-P-220 de 2200 HP
Dimensiones: Largo: 121 m, Ancho: 78 m, Altura total: 41 m
Potencia instalada: 25.200 HP + 1000 HP para emergencias
Profundidad del agua hasta la cual puede operar: 10.000 pies
(3048 m)
El equipo no opera anclado, dado que las catenarias serían no solo
muy costosas, sino también extremadamente pesadas. Por lo tanto,
utiliza un sistema informático triplemente redundante accionado por
el posicionamiento satelital que permite mantener la plataforma en
el eje vertical del pozo por medio de varios thrusters (poderosas
hélices colocadas en un túnel orientable). Los equipos de
perforación offshore (costa afuera) son casi iguales a los que
perforan en tierra, puesto que la perforación a partir del lecho
marino no presenta diferencias sustanciales respecto de la
perforación onshore (en tierra firme). Las principales disimilitudes
con los equipos de tierra estriban en los siguientes puntos:
A) BOP
Se trata de la ubicación, el diseño y el accionamiento de las
válvulas de control de la boca de pozo, que se encuentran en el
lecho del mar, comúnmente denominadas por el acrónimo inglés
BOP (Blowout Preventers).
Posee las siguientes rams
(esclusas), enumeradas desde
arriba hacia abajo:
I) Esclusa de corte para
el sondeo y cierre
total.
II) Esclusa de corte
para el casing (tubería
de revestimiento).
III y IV) Cierres
anulares (tipo
Hydrill), superior e
inferior, ajustables a
varios diámetros y
también al cierre total.
V) Esclusa de cierre
total para ensayos.

B) Riser
El tubo llamado riser (elevador), que vincula la BOP con la
plataforma y por dentro del cual se introducen y se extraen todas las
columnas y las herramientas utilizadas en la perforación y puesta en
producción del pozo, conduce asimismo el lodo que asciende por el
espacio anular. De este modo, trae los recortes de terreno y todos
los fluidos provenientes del subsuelo y atraviesa las BOP hasta
el circuito de tratamiento que se encuentra armado en la plataforma
por debajo del piso de trabajo denominado moon pool.
El tramo de tubería que cumple su misma función en un equipo de
tierra (que, en ese caso, no se llama riser) rara vez excede los 2 m
de longitud; mientras que, en el equipo costa afuera, podría llegar a
tener una longitud de 3 km.

El accidente y sus causas


En la perforación de un pozo offshore de aguas profundas, existen
varios riesgos: el ambiental, el minero, el técnico, el de ingeniería, el
de inversión y el de comercialización. Y todos convergen en un
pequeño punto, en el fondo del océano, y convierten el objetivo en
un blanco móvil, lo que dificulta la cuantificación del cálculo del TIR
y del cálculo de riesgo a largo plazo de la explotación del petróleo
que se encuentra en aguas profundas (y hay mucho…).
A partir de datos de conocimiento público de la empresa BP y del
informe elaborado por la Comisión de Energía y Comercio del
Congreso de los Estados Unidos, se realizó la siguiente
enumeración de las posibles causas del accidente.
El 20 de abril de 2010, la Deepwater Horizon, una de las
plataformas semisumergibles para perforación en aguas profundas
de diseño más avanzado del mundo, se encontraba operando en el
pozo Macondo de BP –descubridor de unyacimiento cuyas reservas
se estimaban en 100.000 millones de barriles en el bloque 252 del
Cañón del Misisipi, Golfo de México– a unas 45 millas al sur de la
costa de Luisiana cuando se produjo una explosión seguida de
incendio y del posterior naufragio. La explosión-incendio causó la
muerte de once operarios del equipo formado por 126 personas y
marcó el inicio del que posiblemente sea el peor desastre ambiental
de los Estados Unidos.
La Deepwater Horizon tenía contrato con BP hasta el año 2013 y su
tarifa diaria era de aproximadamente US$ 500.000 por día, a lo
cual se deben adicionar los servicios complementarios de la
perforación (helicópteros, barcos de abastecimiento, perfilajes,
cementaciones, tecnologías especiales, lodo, etc.).
La plataforma semisumergible Deepwater Horizon, de Transocean,
había perforado para BP un año atrás el pozo descubridor del
yacimiento Tiber, cuyas reservas se estimaban en 450.000 millones
de barriles –también en el Golfo de México–, a 35.132 pies de
profundidad (4132 pies de agua y
31.000 pies por debajo del fondo
marino). Disponía de personal
experimentado y de extraordinarios
antecedentes tanto operativos
como de seguridad y representaba
la vanguardia de la tecnología de
perforación offshore en aguas
profundas.
El pozo Macondo tenía una
profundidad final programada de
19.600 pies (5976 m) y atravesaba
dos formaciones de interés, pero
debió ser cortado a los 18.360 pies
(5598 m) a raíz de una pérdida de
circulación que se presentó al
atravesar la primera de las
formaciones productivas. La
pérdida de lodo es una buena señal desde el punto de vista de la
producción de petróleo de la capa; pero, a su vez, constituye una
advertencia en el sentido de que la cementación tendría que ser
particularmente firme. La profundidad del agua hasta el lecho
marino es de 5067 pies (1662 m). Al momento del descontrol, el
pozo Macondo tenía un retraso de 43 días respecto del programa
(21,5 millones de dólares solamente en tarifa diaria de la plataforma
semisumergible). Este hecho seguramente fijó el contexto en que el
operador tomó sus decisiones los días y las horas anteriores al
descontrol del pozo.
Pareciera que este atraso generó presiones que llevaron a adoptar
atajos tendientes a apurar su finalización. Como consecuencia, se
redujeron los costos y se ahorró tiempo a costa, en algunos casos,
de violar los lineamientos de la industria y a pesar de las
advertencias del personal del propio operador y de los contratistas
acerca del peligro de tener una falla catastrófica en el pozo.
El Comité del Congreso de los Estados Unidos analizó cinco
decisiones cruciales adoptadas por el operador:
1) Se decidió usar un diseño de entubación que presentara pocas
barreras a la migración del gas.
2) Se decidió usar un número
insuficiente de centralizadores,
cuya función es evitar la
canalización del cemento.
3) Se decidió no efectuar el
registro de adherencia del cemento
(CBL).
4) No se normalizó el lodo del pozo
de manera adecuada antes de
bombear la lechada de cemento,
dado que solamente se circuló
treinta minutos cuando, para un
pozo de 5600 m de profundidad,
se necesitan de seis a doce horas
de circulación para homogeneizar
y desgasificar convenientemente el
lodo.
5) No se fijó la camisa de bloqueo
que asegura la empaquetadura del colgador de la cañería de
producción en la cabeza de pozo.
6) El 29 de octubre de 2010, el Laboratorio de Ensayos de Chevron
informó que las pruebas realizadas con la lechada de cemento
alveolar o foam cement –lechada que contiene pequeñas burbujas
de nitrógeno para disminuir la densidad empleada en cementar la
cañería de producción del pozo Macondo– “era inestable”.
¿Cómo se resolvió el derrame de Macondo?
Las diversas técnicas tenían
particulares nombres si se
considera la hazaña de
ingeniería que representaban
-top hat, top kill y junk shot.
Uno a uno, todos fallaron en
hacer el trabajo. Luego, el 15
de julio, una nueva tapa se
colocaba sobre la parte superior de la cabeza del pozo dañada, con
la ayuda del Gobierno de Estados Unidos. Ese fue el final de las
imágenes que mostraban olas negras de petróleo disparado hacia
la superficie.

Si bien esta descripción puede sonar como una operación sencilla,


fue todo lo contrario.
En junio de 2010, el gobierno estadounidense reunió a un “Equipo
de integridad del pozo”, grupo de expertos encargados de ayudar a
que finalizara el derrame de petróleo del Golfo de México. Tanto
British Petroleum (BP) como los científicos del gobierno querían
tapar el pozo, incluso si BP había trabajado en la perforación de un
pozo de alivio que podía interceptar al pozo de Macondo y cerrarlo
permanentemente.

La única cosa peor que petróleo saliendo de un agujero a 1.500


metros de profundidad sería crudo saliendo de un montón de
agujeros a 1.500 metros bajo el mar, especialmente si se tiene en
cuenta que esos agujeros extras no serían tuberías ordenadas con
solo una forma de alimentación. Ese era el escenario que se temía
de ocurrir un reventón subsuperficial al colocar la tapa.

Bajo la superficie, el pozo de Macondo contenía una serie de lo que


esencialmente eran válvulas de emergencia de alivio de presión.
Esas válvulas impiden un fallo catastrófico del pozo en caso de que
la presión dentro o fuera sea muy alta. Cuando el “top kill” (bombeo
de lodo pesado en el pozo con la esperanza de detener la fuga)
falló, BP se preocupó de que las válvulas de alivio se abrieran,
permitiendo al lodo bombeado escapar en lugar de bloquear el
pozo.
Si el pozo se tapaba, la presión dentro
aumentaría, y el aceite podría escapar a
través de las aberturas. La presión
eventualmente alcanzaría el punto en que
fracturaría el sedimento alrededor del
pozo, arrojando una miríada de flujos y
trayectorias incontrolables hacia la
superficie, un reventón subsuperficial.

El trabajo del equipo de expertos era


monitorear el pozo luego de que fueran
coronado por primera vez y quitar la tapa
(una versión gigante de un sombrero de copa) antes de que una
explosión subterránea ocurriera. Armados con simulaciones de
cómo el pozo actuaría en diversas situaciones, los científicos
observaron atentamente la presión dentro del pozo una vez que se
puso la tapa. Si subía por sobre los 7.500 psi dentro de seis horas,
se sabía que el pozo estaba intacto y lograría resistir. Si la presión
era menor a los 6.000 psi el pozo estaba goteando y se debería
abortar el trabajo para evitar una explosión.
Informe de BP sobre la surgencia descontrolada
(blowout) del pozo Macondo
“Para hacerlo sencillo: hubo una mala cementación que provocó
una falla de aislación en el zapato de la cañería, que se encuentra
en el fondo del pozo, la cual permitió que los hidrocarburos de la
formación productiva penetraran en la cañería de producción”, dijo
el CEO renunciante de BP, Tony Hayward y agregó: “La prueba a
presión negativa de la integridad de la cañería fue aceptada cuando
no debía haber sido así, hubo errores en las maniobras del Control
de Surgencia, fallas en la BOP; y el sistema contraincendio no
cumplió su objetivo, que era evitar que el gas entrara en
combustión”.

Conclusiones del informe de BP


El informe de British Petroleum, que consta de 200 páginas, llega a
las siguientes conclusiones:
•La lechada de cemento que se utilizó para construir la barrera
aislante en el zapato de la cañería, en el fondo del pozo, falló en su
misión de contener los hidrocarburos dentro del reservorio, lo cual
permitió que se desplazaran hacia arriba por el espacio anular y por
dentro de la cañería de producción.
•La prueba de presión que arrojó un resultado negativo fue
incorrectamente aceptada por BP y Transocean, a pesar de que no
se estableció la integridad del pozo.
•La reacción de la cuadrilla de la plataforma Deepwater Horizon fue
tardía, ya que demoró cuarenta minutos en detectar y actuar ante
la entrada de hidrocarburos al pozo, de modo tal que cuando el
personal se dispuso a efectuar las maniobras pertinentes, el gas y
el petróleo ya estaban dentro del riser fluyendo rápidamente hacia
la superficie.
•Cuando los hidrocarburos alcanzaron la plataforma, fueron
derivados al separador de gas del circuito de lodo que venteaba el
gas en el moon pool, donde se encuentra todo el circuito de lodo
directamente sobre el equipo en lugar de desviarlo directamente
fuera de borda.
•El gas soplaba directamente sobre la sala de motores a través del
sistema de ventilación y creaba así un peligro de ignición que el
sistema contraincendio de la plataforma no tenía previsto.
•Después de que la explosión y el fuego inutilizaran los controles de
la BOP de la plataforma operados por la cuadrilla, los pods que se
encuentran en el lecho marino y que deberían haber cerrado el
pozo automáticamente no lo hicieron, quizá debido a que algunos
de sus componentes esenciales no funcionaban.

Como consecuencia del naufragio de la plataforma, al no haberse


podido desconectar el riser de la BOP, este quedó tendido en el
lecho marino y permitió que le surgieran gas y petróleo a través de
dos roturas producidas directamente en las aguas del Golfo. Tiempo
después, se cortaron el riser y el sondeo que estaba en su
interior al ras de la BOP por medio de los robots “Rov”. A posteriori,
se colocó una campana con una conexión “LMRP” para el montaje
de otro riser con el fin de recolectar un volumen importante del
petróleo, dado que parte del petróleo era derivado por la
compuertas laterales del dispositivo para evitar la formación de
hidratos de gas que podrían ocluirlo.
En simultáneo, estaba en construcción una nueva BOP
especialmente diseñada para instalarse en la cabeza de pozo, en
condiciones de surgencia después de retirar la instalada en el pozo,
que se hallaba dañada e imposible de operar y con la cual no
podían pescarse los trozos de barra de sondeo que se encontraban
en la boca de pozo.
Por último, esta nueva BOP restituyó el control total del pozo y
detuvo el derrame contaminante.

El resultado es significativo:
Volumen total de crudo derramado: 4,9 millones de barriles
(816.000 m3)
Superficie contaminada: de 2500 a 68.000 millas cuadradas
(86.500 a 180.000 km2)

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