La Nutrición
La Nutrición
La Nutrición
Las principales entidades de Gobierno que dirigirán la Gran Cruzada Nacional por
la Nutrición son los ministerios de Salud Pública y Asistencia Social; de Desarrollo
Social; de Educación; de Agricultura, Ganadería y Alimentación; de Ambiente y
Recursos Naturales, y la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional.
Durante el mes de enero ha dado inicio la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición
en Guatemala uno de los planes más importantes del presidente Alejandro
Giammattei que contempla priorizar 114 municipios, donde detectarán casos de
desnutrición para combatir este problema en la población.
Los criterios para esta priorización tienen que ver con los altos niveles de pobreza
extrema, inseguridad alimentaria y desnutrición crónica en niños menores de 5
años, explicó durante el anuncio del plan Maritza de Oliva, secretaria de Seguridad
Alimentaria y Nutricional (Sesán) y punto focal del Movimiento SUN en Guatemala.
La Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, que pretende disminuir entre 5 y 7
puntos porcentuales el índice de desnutrición en el país, es la estrategia nacional
que busca unir a todos los sectores del país: gubernamental, central y municipal,
de la empresa privada, las organizaciones no gubernamentales, de cooperación
internacional, académico, religioso y sociedad civil, con la finalidad de mejorar la
nutrición de las familias guatemaltecas, con énfasis en las más pobres y
marginadas del país, aplicando un enfoque integral para responder a la multi
causalidad del problema.
Para lograr lo anterior, se propone fortalecer la articulación de la red de los
servicios de salud a través de la ampliación de la Atención Primaria en Salud
(APSA) e incrementar el acceso a la promoción, prevención y atención de la salud
y la nutrición, la educación, acceso físico y económico a los alimentos, el agua
segura y saneamiento, así como a la protección social.
La Gran Cruzada Nacional incluye cinco prioridades de atención: (1) Prevenir la
desnutrición crónica y anemia; (2) Reducir la morbilidad y mortalidad materna e
infantil; (3) Promover la seguridad alimentaria y nutrición de la población
guatemalteca; (4) Fortalecer en todo el país los servicios básicos de salud,
dotándolos de medicamentos e insumos esenciales y necesarios en forma
permanente y oportuna; y (5) Prevenir las enfermedades infecciosas y crónicas.
Cada vez más la preocupación de las personas por conocer lo que comen y las
condiciones en las que se produce obliga a los estados a incorporar una
información fidedigna en el etiquetado, así como el control sobre los procesos de
producción.
Para llevar a cabo una correcta nutrición debemos conocer las necesidades
específicas de nuestro organismo en función de la edad, sexo y actividad que
realizamos.
Las enfermedades del ser humano han variado a lo largo de la historia. Muchas de
las que estaban relacionadas con la escasez de alimentos o la malnutrición han
desaparecido en la mayoría de los países desarrollados y han dado paso a otras
de carácter degenerativo o a enfermedades crónicas. También han aparecido
otras ligadas a la sobrealimentación derivadas de las costumbres alimentarias y
hábitos de vida de la sociedad industrial de finales del siglo XX y principios del
XXI.
Incorporar las frutas y verduras a la dieta diaria puede reducir el riesgo de algunas
enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías y determinados tipos de
cáncer. También existen algunos datos que indican que cuando se consumen
como parte de una dieta saludable baja en grasas, azúcares y sal (o sodio), las
frutas y verduras también pueden contribuir a prevenir el aumento de peso y
reducir el riesgo de obesidad, un factor de riesgo independiente de las
enfermedades no transmisibles.
Además, las frutas y las verduras son una fuente rica de vitaminas y minerales,
fibra alimentaria y todo un cúmulo de sustancias no nutrientes beneficiosas, como
fitoesteroles, flavonoides y otros antioxidantes. El consumo variado de frutas y
verduras ayuda a asegurar una ingesta adecuada de muchos de esos nutrientes
esenciales.
También nos ayuda a conservar una correcta salud ocular, al buen funcionamiento
del sistema nervioso y a mantener unos niveles normales de presión arterial
gracias a su contenido en minerales, principalmente potasio y magnesio, entre
otros.
Facilitan una buena hidratación
En las frutas y verduras encontramos tres de los cuatro sabores existentes: dulce,
ácido y amargo. ‘Por ello, podemos estimular el sentido del gusto combinándolas.
Si optamos por consumir frutas y verduras de calidad disfrutaremos mucho más y
nos beneficiaremos tanto de sus cualidades organolépticas –gusto, sabor,
aroma, textura‐ como nutricionales –agua, vitaminas, minerales, antioxidantes,
fibra‐’, explica la doctora Vicent.
Aportan muy pocas calorías
Por lo general, contienen muy poca cantidad de grasas, muy por debajo de otros
postres, aperitivos o tentempiés. Por ello, una dieta rica en estos alimentos será
baja en calorías y aportará las vitaminas y los nutrientes que el organismo
necesita.
Ayudan a prevenir enfermedades
Tal y como confirma Vicent, ‘las frutas y las verduras son la base en la dieta
mediterránea y son esenciales para que ésta sea considerada como uno de los
patrones alimentarios más recomendables del mundo por la multitud de beneficios
que proporcionan y su función a la hora de prevenir la aparición de enfermedades’.
Como vemos, nos sobran motivos para no olvidarnos de estos productos en
nuestros menús diarios. Otra de las partes positivas, además, es que cuentan con
una gran versatilidad culinarias: la fruta, por ejemplo, podemos consumirla
simplemente al natural, en macedonias, en brochetas, en zumo, mezclada con
yogur… Asimismo, las verduras, podemos tomarlas en ensalada (magnífica
opción, especialmente para los meses más calurosos), en forma de crudités, en
sopas frías, cremas, batidos… Eso sí, recuerda siempre optar por las frutas y
verduras que estén de temporada en cada momento. ¡Tu paladar (y tu bolsillo) te
lo agradecerán!