Historia Sinaloa Revolución Economía - Aportes

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Sinaloa en el siglo xx

SINALOA EN EL SIGLO XX
Aportes para su historia económica y social

Eduardo Frías Sarmiento


R. Arturo Román Alarcón
Jesús Rafael Chávez Rodríguez
(Coordinadores)

Universidad Autónoma de Sinaloa


México, 2018
Primera edición: diciembre de 2018

D.R. © Eduardo Frías Sarmiento, R. Arturo Román Alarcón


y Jesús Rafael Chávez Rodríguez (coordinadores)

D.R. © Universidad Autónoma de Sinaloa


Blvd. Miguel Tamayo Espinoza de los Monteros 2358,
Desarrollo Urbano 3 Ríos, Culiacán, 80020 (Sinaloa)
Dirección de Editorial
http://editorial.uas.edu.mx

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio


sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

isbn: 978-607-737-264-6

Impreso y hecho en México


Contenido

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

La economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920 . . . . . . 15


R. Arturo Román Alarcón

Garbanzo: gastronomía y producción en Sinaloa, 1925-1950 . . . . . . . . . . . . . 43


Eduardo Frías Sarmiento

La minería en Sinaloa: entre la crisis de la plata y la Gran Depresión


(1926-1934) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Francisco Javier Osuna Félix

Economía y sociedad en la ciudad intermedia de Guamúchil durante


el siglo xx . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Jesús Rafael Chávez Rodríguez

Las vías de comunicación en la configuración del turismo


como actividad económica en Mazatlán, Sinaloa, 1945-1970 . . . . . . . . . . . . 123
Yasser Orlando Espinoza García

La actividad pesquera en Mazatlán y el desarrollo del tejido productivo


y empresarial local, 1950-1992 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Ulises Suárez Estavillo

La familia Ley en Sinaloa: su éxito empresarial en la actividad comercial


en el siglo xx y xxi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Gustavo Aguilar Aguilar
Introducción

«El pasado es una reconstrucción de las socieda-


des y de los seres humanos de antaño, hecha por
hombres y para hombres comprometidos con
la complicada red de las realidades humanas de
hoy en día».1

Lucien Febvre

¿Qué es la historia económica? Seguramente, nuestra respuesta no distará mu-


1

cho de la afirmación que Enrique Semo sostuvo en 2007: «para mí, la historia
económica es una visión de toda la historia humana contemplada desde un
punto determinado: la forma como las sociedades se organizan para produ-
cir, distribuir y consumir los bienes y servicios que necesitan».2 Desde esta
perspectiva, nuestro quehacer historiográfico es tanto económico como social,
pues incluye temas de múltiples tonalidades, desde «[...] historias de persona-
jes que se consideran grandes actores como los estrategas estatales de la econo-
mía y los empresarios, pero también los campesinos, los obreros y el impacto
de las innovaciones de la técnica y la ciencia».3
La historia que construimos es historia social y no solo economía retros-
pectiva, como bien la denominaba Pierre Vilar. Josep Fontana ha señala-
do el carácter social que impregna a los estudios históricos, y sostiene que
«[...] cuesta concebir una historia que no sea “social”, que se pueda permitir el
lujo de prescindir de la “estructura social” en todas sus diversas y cambiantes
manifestaciones».4 La historia social, por lo tanto, se convierte en un eje trans-
versal para las demás disciplinas históricas, pues como señala Hobsbawm: «La

1
Lucien Febvre, citado en Michel de Certeau, La escritura de la historia, 2.ª ed., México,
Universidad Iberoamericana, 1993, p. 25.
2
Discurso de Enrique Semo al recibir el reconocimiento del III Congreso Internacional de
Historia Económica en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, el 11 de noviembre de
2007, en Rigoberto Arturo Román Alarcón y Gustavo Aguilar (coords.), Historia Económica de
México: 9 casos regionales, México, UAS, 2009, pp. 7-8.
3
Ídem.
4
Josep Fontana, Historia. Análisis del pasado y proyecto social, Barcelona, Crítica, 1982, p. 171.

9
10 introducción

historia social no puede ser otra especialización, como la economía o como


otras sectoriales, porque la materia que estudia no puede ser aislada».5 Podría-
mos estudiar las actividades económicas o las ideas escritas, sin embargo, los
aspectos sociales del ser humano no pueden ser separados.
Sin profundizar en el pasado del pensamiento económico, retomamos al-
gunos argumentos para hacer un poco de apología de la historia económica
y social. El grupo de autores de la presente obra ha sido influenciado en gran
medida por dos corrientes teóricas: la historia cuantitativa o Nueva Historia
Económica y la escuela de Annales.
En la década de los cuarenta surgió la historia cuantitativa estadounidense,
que para finales de los cincuenta se convertiría en la New Economic History;
esta corriente, además de estudiar las series estadísticas, intentaba aplicar re-
trospectivamente la teoría y los métodos de la ciencia económica para recons-
truir así las economías pasadas a través de un sistema de ecuaciones. Se trataba
pues, de una historia hecha por economistas de profesión, no por historiado-
res.
La Nueva Historia Económica hace énfasis en la medición y en la íntima
relación entre esta y la teoría. Bajo esta lógica, la medición requiere de la utili-
zación de métodos matemáticos, y la asociación de medición y teoría conduce
al uso de modelos econométricos. Las aportaciones de esta corriente historio-
gráfica se difundieron y brindaron principios y herramientas metodológicos.
Sin embargo, en palabras de Fontana «no fue capaz de ofrecernos una visión
global satisfactoria de la evolución social»,6 además su hiperespecialización
alejó a este grupo del resto de los historiadores, hasta convertirse en un grupo
cerrado. Esto desembocó en la «novísima» historia económica, que pretende
explicar la totalidad del cambio social a partir del estudio de las instituciones
a través de conceptos como los derechos de propiedad y los costos de transac-
ción. Su autor más representativo es Douglas C. North.
Por otro lado, la influencia de la escuela de francesa de Annales ha sido más
notoria en nuestro quehacer historiográfico. Esta corriente fue introducida a
México por historiadores formados en Francia en las décadas de los cincuenta
y los sesenta, con lo que fortalecieron los estudios profesionales. Entre ellos
destaca Enrique Florescano, quien se formó bajo el influjo Fernand Braudel,
Ruggiero Romano, Pierre Vilar, y sobre todo, de Ernest Labrousse, a quien

5
Eric Hobsbawm, citado por Josep Fontana, op. cit., pp. 171-172.
6
Josep Fontana, op. cit., p. 195.
Sinaloa en el siglo XX. aportes para su historia económica y soci 11

tomó como modelo para su conocida obra Precios del maíz, la cual comienza
con una cita de su maestro: «la sociedad política puede reducirse a un estre-
cho grupo de individuos, a una clase, a una casta. La sociedad económica es
universal: todo el mundo  es comprador o vendedor, todo el mundo vive de
un ingreso».7
Bajo la égida de la segunda generación de Annales, con Braudel al frente,
la historiografía daba un viraje mediante la utilización del novedoso concepto
de «ciclo a largo plazo» de la economía capitalista, pues la historia tradicional
se había centrado en la corta duración o historia de los eventos. La vida de la
gente común se estudiaría con base en métodos cuantitativos y demográficos,
por contar con herramientas más exactas, con el fin de producir una sociolo-
gía histórica basada en datos duros provenientes de los censos y los registros
locales acerca de nacimientos, matrimonios y muertes, así como los registros
fiscales.8 Esta era ya una historia económica hecha por historiadores.
Bajo dicha influencia, en México se experimentó a una serie de transforma-
ciones que venía a consolidar la disciplina histórica en su vertiente económica
y social.
La década de los ochenta recibió el boom de la producción historiográfica
nacional con cierto asombro. El estudio de la sociedad mexicana, la organiza-
ción económica y la construcción de estado nacional se enriqueció de manera
insospechada. No solo la Historia transformó sus interpretaciones, sino que
las historias regionales ofrecieron matices hasta entonces desconocidos. Los
historiadores se dieron a la tarea de rescatar y ordenar archivos regionales y
locales. La historia de las familias y los diversos actores económicos cobró vida
a la luz de las nuevas interpretaciones.9
La historiografía realizada en los recintos de la Facultad de Historia de la
Universidad Autónoma de Sinaloa nació y se desarrolló bajo la influencia de la
ciencia económica y la historia regional; así lo confirman los resultados de las
primeras generaciones de historiadores formados en la maestría en Historia
Regional.

7
Enrique Forescano, citado por Clara García Ayluardo, «Enrique Forescano y la historia
de México: un acercamiento personal», Nexos, núm. julio de 2017. Disponible en: https://www.
nexos.com.mx/?p=32923#_edn20 (consultado el 10 de abril de 2018).
8
Ídem.
9
Feliciano García Aguirre, «Historia económica mexicana: urgencias y retos», Sotavento,
núm. 10, 2001, pp. 12-13.
12 introducción

Hoy, a más de treinta años, la veta historiográfica económica y social no


ha dejado de ser explotada y de ofrecer novedosos resultados a través de sus
investigadores y sus estudiantes de posgrado que abordan variados temas a la
luz de nuevos enfoques y metodologías.
La presente obra está conformada por siete capítulos, que tienen como eje
articulador la historia económica y social. Estos contenidos son resultado del
quehacer historiográfico de tres generaciones identificables en nuestra facul-
tad. La primera pertenece a la fundación de la maestría en Historia Regional,
en 1984, que tuvo un influjo de los estudios de historia económica y cuya for-
mación inicial había sido en economía; de esta generación son Arturo Román
y Gustavo Aguilar, quienes participaron en la organización y explotación de
fuentes para la historia económica de Sinaloa a través, por ejemplo, del Ar-
chivo General de Notarías del Estado de Sinaloa (AGNES). La siguiente gene-
ración dio continuidad a la historia económica: Eduardo Frías se especializó
en temas agrícolas y empresariales en Sinaloa, y otros más, encontraron te-
mas encaminados hacia el ámbito político y sociocultural, lo cual explica la
variedad de tópicos y las nuevas fuentes consultadas (archivos municipales,
parroquiales, prensa, etcétera). Y la nueva generación, sin perder la tradición
de hacer historia económica y social a partir de nuevos enfoques teóricos y
nuevas fuentes, ha profundizado en la historia regional a través de estudiar
las empresas y empresarios, el cambio institucional, el desarrollo endógeno,
la economía urbana; en ella se encuentran Francisco Javier Osuna, J. Rafael
Chávez Rodríguez, Yasser Orlando Espinoza y Ulises Suárez Estavillo.
El primer capítulo de este libro es autoría de R. Arturo Román Alarcón,
quien realiza un análisis de la economía de Sinaloa durante el periodo revolu-
cionario (1910-1920). Al establecer distintos periodos y subperiodos, demues-
tra que lo acontecido en el nivel nacional no tuvo efectos similares en las re-
giones. De este modo, se enfoca en el análisis de las particularidades del caso
sinaloense.
Por su parte, Eduardo Frías explica por qué el garbanzo se convirtió en
un producto de suma importancia para la agricultura comercial de Sinaloa
a partir de la segunda mitad de la década de los veinte. El autor sostiene que
este cultivo se generalizó en un periodo de grandes trasformaciones del sector
agrícola en la economía nacional. Asimismo, señala que si bien la producción
de garbanzo fue en aumento, el consumo en la región no creció, pese a ser un
producto milenario en la gastronomía de otras regiones del mundo.
Sinaloa en el siglo XX. aportes para su historia económica y soci 13

Francisco Javier Osuna Félix estudia el desempeño que tuvo la minería en


Sinaloa ante las vicisitudes causadas tanto por la crisis de la plata en 1926 como
por la Gran Depresión en 1929. Su análisis abarca las empresas y su organiza-
ción, los empresarios que invirtieron en esta actividad, el capital destinado, la
producción obtenida y la mano de obra.
En el siguiente capítulo, J. Rafael Chávez Rodríguez explica cómo se origi-
nó y desarrolló una localidad a partir de la construcción de las nuevas vías de
comunicación, como el ferrocarril, durante la primera década del siglo XX. El
desarrollo poblacional y urbano de Guamúchil tuvo su base en el desempeño
de la economía agrícola regional, lo que le llevó a convertirse en el centro de
una región y en una ciudad de dimensiones intermedias en Sinaloa.
Yasser Orlando Espinoza García analiza el papel que jugaron las vías de
comunicación en el desarrollo del sector turístico en Mazatlán desde media-
dos del siglo XX, cuando se intensifica la llegada de visitantes extranjeros y
nacionales con objetivos lúdicos. Además, documenta cómo las autoridades
locales y los empresarios regionales diversificaron sus inversiones hacia esta
actividad económica, lo que incentivó la creación de infraestructura turística
en el puerto y, por ende, al mejoramiento de las vías de comunicación terrestre,
marítima y aérea.
Por otro lado, Ulises Suárez Estavillo analiza el proceso de desarrollo que
presentó el tejido productivo y empresarial mazatleco a raíz del crecimiento
de la pesquería de camarón a partir de 1950. A través de este estudio, el autor
destaca los puntos más altos de inversión de la actividad y que permitieron, a
su vez, generar las condiciones de concentración de capital para el desarrollo
de actividades paralelas a la pesquería.
Finalmente, Gustavo Aguilar Aguilar presenta la historia empresarial de
una de las familias más exitosas del estado de Sinaloa: el caso de los Ley. El
autor explica que esta empresa comercial surgió como una pequeña tienda a
mediados de los años cincuenta, aborda a sus personajes fundadores, el capital
social invertido, su expansión y las estrategias implementadas para lograr el
crecimiento que tiene en la actualidad. Además, amplía el panorama al mos-
trar la diversificación de las inversiones de la familia en otras empresas, entre
ellas su inclusión en el ramo de la agricultura de exportación por parte de las
nuevas generaciones.
14 introducción

Bibliografía

De Certeau, Michel, La escritura de la historia, 2ª ed., México, Universidad


Iberoamericana, 1993.
García Aguirre, Feliciano, «Historia económica mexicana: urgencias y retos»,
Sotavento, núm. 10, 2001.
García Ayluardo, Clara, «Enrique Forescano y la historia de México: un acer-
camiento personal», Nexos, núm. julio de 2017. Disponible en: https://www.
nexos.com.mx/?p=32923#_edn20 (consultado el 10 de abril de 2018).
Josep Fontana, Historia. Análisis del pasado y proyecto social, Barcelona, Crí-
tica, 1982.
Román Alarcón, Rigoberto Arturo y Gustavo Aguilar (coordinadores), His-
toria Económica de México: 9 casos regionales, México, UAS-PRAXIS, 2009.
La economía sinaloense durante la lucha
revolucionaria, 1910-1920

R. Arturo Román Alarcón

El desempeño de la economía del estado de Sinaloa durante 1910-1920 ha sido


interpretado de dos maneras: una aborda el caos, la crisis y un daño generali-
zado y otra sostiene que no hubo repercusiones negativas y que se mantuvo el
dinamismo de años anteriores. Sin embargo, nuestra versión es que durante la
segunda década del siglo XX hubo momentos de crisis, pero también de recu-
peración económica, y que estos no se pueden aplicar a todas las actividades y
a todas las regiones, sino que cada una presentó sus especificidades. Por ello,
pretendemos realizar un análisis de la economía de Sinaloa durante el periodo
revolucionario, a través de establecer distintas fases, estructuradas de acuerdo
con lo acontecido en el nivel nacional, para luego llevar a cabo una compara-
ción con lo que sucedió en Sinaloa.

La economía mexicana 1910-1920

Los efectos de la Revolución mexicana en la economía nacional fueron di-


ferentes, ya que ello dependió de la actividad y la región. El periodo de 1910
a 1920 lo podemos dividir en dos fases: la primera comprende entre 1910 y
1914, cuando comienza la lucha armada del movimiento revolucionario, con
consecuencias generalizadas en la economía, y cuyos años más críticos fueron
durante la dictadura de Victoriano Huerta (1913-1914). La segunda es de 1915
a 1920 y abarca los primeros años de recuperación, los que se prolongan hasta
1926, antes de la crisis de la plata.
En términos generales, la economía mexicana de la fase 1910-1920 tuvo des-
censos en la producción debido a la desarticulación del mercado, la destruc-

15
16 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

ción de bienes y la fuga de capitales. Se estima que el costo de oportunidad no


producido fue del 37 %; en la agricultura, la producción bajó a la mitad de 1910,
y su participación en el comercio exterior disminuyó de 31.6 % a 7.3 %; en la mi-
nería, el valor se redujo a más de la mitad, de 1309 millones de pesos a 620 mi-
llones; en la manufactura, el nivel producido en 1910 solo se obtuvo hasta 1922,
mientras que en las comunicaciones, los ferrocarriles perdieron 3873 carros de
carga, 50 locomotoras, 34 coches de pasajeros y 2600 km de líneas telegráficas.1
No obstante, es conveniente matizar que en la actividad minera la produc-
ción petrolera no sufrió ningún descenso, al contrario, creció extraordinaria-
mente 43 % anual por la demanda adicional generada por la Primera Guerra
Mundial: aumentó su producción de 3 634 080 barriles en 1910 a 157 068 678
barriles en 1920. Igualmente, la plata, cuya producción había caído a 94 to-
neladas en 1914, en 1916 alcanzó la cifra de 1559 toneladas, superando 73 % la
obtenida en 1910-1911 (900 toneladas). En la industria manufacturera, aunque
disminuyó la producción en las ramas tabacalera, del hierro y el acero en más
del 50 %, en la producción textil a pesar de que el número de fábricas en el pe-
riodo de 1910-1918 pasó de 145 a 114, para 1920 aumentó la cantidad de telares,
husos, máquinas de estampado, operarios, consumo de algodón y ventas.2
Esta situación también se reflejó en el comercio exterior, pues las exporta-
ciones se incrementaron de 1910 a 1914, descendieron de 1914 a 1915 y volvieron
a subir a partir de 1916. Las exportaciones de 1910 a 1920 aumentaron en casi
200 %, ya que de 293 millones de pesos alcanzaron los 855 millones, en tanto
que las importaciones subieron 93 %, pues de 205 millones de pesos se llegó
a 396 millones de pesos. Otro rasgo distintivo del comercio exterior fue una
mayor incorporación al mercado norteamericano, ya que en 1910 y 1920 las
exportaciones pasaron de 77 a 86.1 %, y las importaciones, de 55.3 a 77 %.3
La actividad agrícola fue la más perjudicada durante la lucha revolucio-
naria. El maíz tuvo un descenso en su producción, pues en 1910 esta fue de 7
millones de toneladas y para 1920 de 2.7 millones de toneladas.4
Por otra parte, la inestabilidad política originó una fuga de capitales y como
consecuencia una escasez de circulante. Para resolver esa situación, y hacer

1
Héctor Aguilar Camín y Lorenzo Meyer, A la sombra de la Revolución, México, Cal y Are-
na, 1999, pp. 87-88.
2
Aída Lerman Alperstein, Comercio exterior e industria de transformación en México 1910-
1920, México. UAM-Plaza y Valdés, 1989, pp. 95, 122 y 164.
3
Ibíd., pp. 34, 76 y 81.
4
Daniel Cosío Villegas (coord.), Historia General de México, México, COLMEX, 1997, p. 166.
R. arturo román alarcón 17

frente a los excesivos gastos militares, los distintos gobiernos recurrieron a


una mayor emisión de billetes, sobre todo durante el huertismo; sin embargo,
el exceso de circulante creó una gran inflación en los productos alimenticios
y una devaluación temporal del peso frente al dólar de 300 % (de un peso a
cuatro pesos). Asimismo, el clima de inseguridad aumentó debido a las medi-
das adoptadas por las diversas facciones revolucionarias para allegarse de re-
cursos: elevación de impuestos, confiscaciones y préstamos forzosos a la clase
pudiente y a la Iglesia.
También hubo problemas monetarios y bancarios que se produjeron al
triunfar el ejército constitucionalista y establecerse el gobierno de Venustiano
Carranza (1916-1920), ya que se recogieron las antiguas emisiones de papel
moneda y se instituyó la Comisión Monetaria y el Fondo Regulador de la Mo-
neda Fiduciaria con el fin de mejorar la relación peso-dólar que en 1916 había
sido de 10 a 1. De igual modo, en marzo de 1916 se derogaron las concesiones a
los bancos de emisión y se les exigió que incrementaran sus reservas metálicas
hasta cubrir el 100 % de los billetes que habían emitido antes de este decreto.
Como esta medida no fue acatada por dichos bancos, fueron incautados y sus
reservas confiscadas a partir del 30 de septiembre de 1916 hasta 1921, cuando el
gobierno de Álvaro Obregón se los devolvió a sus antiguos dueños.5
La inestabilidad político-militar en México no solo se manifestó en el terre-
no económico, sino también en el demográfico. La población disminuyó 6 %
de 1910 a 1921: de 15 160 369 bajó a 14 334 780 habitantes. La estructura ocupa-
cional reflejó la situación económica del periodo, ya que aumentaron las per-
sonas dedicadas a las actividades primarias de 61.1 a 67 %, en la industria bajó
de 15.7 a 15 % y en los servicios pasó de 22.4 a 17.8 %.6
Con el ascenso a la presidencia de Álvaro Obregón (1920-1924), después de
los asesinatos de Zapata (1919) y de Carranza (1920), comenzó el periodo de
institucionalización de la Revolución mexicana, cuya tarea principal fue lograr
la recuperación económica. Por eso, el gobierno de Obregón se planteó prime-
ro obtener el reconocimiento de Estados Unidos, por lo que suscribió el trata-
do Huerta-Lamont y las Conferencias de Bucareli, con los que reconoció una
deuda de 508 millones de dólares y se comprometió a pagar las reclamaciones
de los ciudadanos norteamericanos que habían sido afectados por el conflicto

5
Ibíd., pp. 1144.
6
Rolando Cordera (comp.), Desarrollo y crisis en la economía mexicana, México, FCE, 1983,
p. 42.
18 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

armado. Además, convino en no confiscar las propiedades petroleras y los lati-


fundios, al convertir en letra muerta el artículo 27 de la Constitución de 1917.7

Descenso y recuperación económica en Sinaloa, 1910-1920

Al igual que la economía mexicana, el comportamiento de la economía si-


naloense se puede analizar en dos fases: una de 1910 a 1914, que comprende
los momentos más violentos de la lucha revolucionaria que afectó a todos los
sectores por igual, y otra de 1915 a 1920, cuando se produce surecuperación.

Inestabilidad política y descenso económico, 1910-1914

La Revolución mexicana en Sinaloa empezó con los enfrentamientos de las


fuerzas porfiristas contra las maderistas, y tuvo sus momentos cruciales durante
el antagonismo de los huertistas contra los constitucionalistas. La lucha armada
entre las diferentes facciones creó un clima de inseguridad e inestabilidad polí-
tica que tuvo repercusiones económicas en la mayor parte del estado; el estudio
de esta situación lo realizaremos a través de las distintas actividades económicas,
como la minería, la agricultura, la industria, etcétera.

Desplome minero

Los excesos cometidos por algunos jefes revolucionarios durante los primeros
años de la Revolución (1911-1912) ocasionaron la destrucción de vías de comu-
nicación y de propiedades, como la padecida por la familia Redo, junto con
saqueos, como los efectuados en el comercio de Culiacán. El norte y sur de
Sinaloa, aunque no hubo los mismos destrozos suscitados en el centro de la en-
tidad, sí fueron asolados por algunos jefes revolucionarios; muestra de ello, el
21 de marzo de 1912 la colonia de norteamericanos de Los Mochis fue tomada
por un grupo armado encabezado por Fortunato Heredia, en tanto que en el
sur los principales centros mineros fueron atacados, con el objeto de proveerse

7
Héctor Aguilar Camín y Lorenzo Meyer, op. cit., p. 99.
R. arturo román alarcón 19

de recursos, por las guerrillas de Antonio M. Franco, Agustín Beltrán y Claro


Molina.8
El clima de inseguridad y el enrolamiento de los trabajadores en el movi-
miento armado, repercutió en un descenso de la producción minera de 1910-
1912: 16 % en el oro y 30 % en la plata. A fines de 1912, la tranquilidad en el
estado había regresado, como le informaba el gobernador José Rentería al pre-
sidente Madero.9 Esta situación se reflejó en un aumento de los volúmenes de
producción del oro (16 %) y de la plata (14 %) en el año fiscal de 1912-1913. Sin
embargo, durante la dictadura de Victoriano Huerta (1913-1914), nuevamente
se originó un ambiente de inestabilidad que tuvo como consecuencia un des-
plome mayor de la minería sinaloense para estos años: 35 % en el oro y 40 % en
la plata (véase cuadro 1).

Cuadro 1. Producción de oro y plata en Sinaloa (1909-1914)


Año Oro vol. (kg) Oro valor (miles) Plata vol. (kg) Plata valor (miles)
1909-1910 1219 1625 82 286 2785
1910-1911 1089 1451 65 844 2313
1911-1912 1028 1371 58 146 2101
1912-1913 1199 1598 66 686 2721
1913-1914 780 1039 37 739 1733
Fuente: Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa y Nayarit, año de 1927,
México, Imprenta Mundial, 1928, pp. 235-236 y 243-244.

Acerca de la situación que vivió la minería durante estos años, la podemos


conocer a través de la Cía. Minas el Tajo, S. A., ubicada en El Rosario, que
trabajaba allí desde la época colonial y que desde el último tercio del siglo XIX
las minas estuvieron en manos de una empresa norteamericana. Esta socie-
dad minera, a pesar de iniciar en 1910 una expansión económica —realizó la
compra en 156 624 pesos de la Cía. Noche Buena y Anexas en Sinaloa y de la
mayoría de las acciones de la Mexican Mines Company ubicada en el distrito
de Bolaños, Jalisco—, su presidente Luis Bradbury expuso ante el consejo de

8
Jorge Verdugo (coord.), Historia de Sinaloa, Culiacán, DIFOCUR, 1998, p. 168.
9
Archivo General de la Nación (AGN), Galería 3, Fondo Francisco I. Madero, exp. 869.
20 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

administración, el 31 de enero de 1912, que las ganancias del ejercicio de 1911


no habían sido suficientes debido a la suspensión de los trabajos durante dos
meses y por el pago del saldo de 45 447 pesos que se tenía de las minas recien-
temente adquiridas y de las instalaciones de drenaje.10
En otra asamblea de accionistas de principios de 1913, se comentaba la dis-
minución de la producción de la empresa en 1912 por la interrupción de las
labores durante nueve meses de disturbios, situación que habría prevalecido
por más tiempo, ya que los socios no se volvieron a reunir sino hasta el 26 de
junio de 1913. También en 1914 sus beneficios se vieron mermados por el prés-
tamo forzoso de 5000 pesos que el general Rafael Buelna les había impuesto.11
Por su parte, otras de las empresas mineras más importantes de Sinaloa, la Cía.
Minera de Pánuco, S. A., y la Negociación Minera de Guadalupe de los Reyes, habían
sido afectadas por el clima de inseguridad y por hacer frente a los excesivos gastos
militares. La primera, prefirió suspender temporalmente su funcionamiento en 1912,
para no pagar los 6675 pesos que le había impuesto como tributo Juan Cañedo. Lue-
go, en 1914, fue incautada por algunos revolucionarios para hacerla funcionar y ad-
quirir pertrechos de guerra. La segunda, tuvo que paralizar sus trabajos en 1913, al ser
invadida por los alzados que saquearon la tienda de raya y obligaron a particulares de
la localidad a hacer préstamos.12

Afectación agrícola y ganadera

El panorama de la agricultura sinaloense fue similar al de la minería. Aún sin


tener suficiente información acerca de los volúmenes de producción de 1910
a 1914, podemos inferir, a través de la revisión de los periódicos publicados
durante esos años, que no hubo un fuerte desplome de la producción o que
Sinaloa se haya abastecido de otras entidades del país. No obstante, es conve-
niente señalar que los movimientos de productos agrícolas realizados a través
del Ferrocarril Sud Pacífico sí muestra altibajos entre 1912-1914. El maíz subió
23.9 % en el primer año y bajó 40.1 % en el segundo, el azúcar tuvo una ligera

10
Además de los obras de drenaje, se introdujo una planta eléctrica con la que se redujo el
costo de beneficio a un peso por tonelada. Archivo Municipal de Mazatlán (AMMAZ), Libro de
Actas de la Negociación Minera el Tajo, 1891-1935, ff. 99-101.
11
Ibíd., ff. 106-108.
12
El Correo de la Tarde, México, 26 de mayo de 1912, p. 1 y 13 de enero de 1914, p. 4.
R. arturo román alarcón 21

alza de 1.9 % en 1913 y el siguiente año se desplomó 48 %, mientras que en las
frutas y verduras la baja fue de casi 50 %. Esto implicaba, a su vez, una mayor
producción para el autoconsumo o la utilización de otros medios de transporte
para la comercialización agrícola (véase cuadro 2).

Cuadro 2. Trasporte de productos agrícolas por el Ferrocarril Sud Pacífico


1912-1914 (bultos)
Producto (t) 1912 1913 1914
Maíz 13 299 16 479 6779
Azúcar 15 059 15 388 7688
Frutas y verduras 52 364 27 177 26 682
Fuente: Mario Lamas Lizárraga, «Origen e influencia del Sud Pacífico en Sinaloa, 1905-
1917», tesis de maestría en Ciencias Sociales, Hermosillo, El Colegio de Sonora, 1995, p. 128.

Aunque desconocemos en qué medida las exportaciones agrícolas se man-


tuvieron igual, durante los años más críticos de la lucha armada podemos de-
ducir que no se registró una total paralización, ya que en el norte de Sinaloa,
área controlada por los constitucionalistas, en 1913 se embarcaron por Topo-
lobampo hacia Estados Unidos 8100 toneladas de garbanzo y se enviaron vía
Nogales 300 furgones de tomate. También por Mazatlán, durante este mismo
año, la casa Melchers Sucesores embarcó 784 sacos de garbanzo hacia Nueva
York y Bilbao.13
La ganadería fue una de las actividades más afectadas, ya que sirvió de
medio de transporte y de alimentación a los ejércitos revolucionarios. Estos
confiscaban grandes cantidades de ganado para el sustento de la tropa y para
comercializar los cueros y la carne que algunas veces revendían a precios acce-
sibles para el pueblo. Por ejemplo, Alonso Martínez Barreda señala que en 1913
Juan Carrasco decomisó 100 reses a José María Calderón, vecino del Camino
Real de Piaxtla, con el fin de alimentar a su tropa y vender carne a precios
bajos para la población, así como cueros a la casa comercial Linga y Cía. de
Mazatlán. Asimismo, Rafael Buelna durante este mismo año, incautó 200 reses

13
Alonso Martínez Barreda, «Relaciones económica y políticas en Sinaloa 1910-1920, (vieja
élite económica y nueva élite política)», tesis de doctorado en Ciencias Sociales, Culiacán, UAS-
UNISON, 2000, p. 163; El Correo de la Tarde, Mazatlán, 4 de octubre de 1913, p. 6.
22 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

de la hacienda de Las Cabras, propiedad de los señores Ponce de León, con los
mismos propósitos.14
Los gobiernos revolucionarios en Sinaloa, para estimular la producción
agrícola, establecieron en 1913 la Dirección de Bienes y Ausentes en el Estado
con el objeto de administrar y que no permanecieran ociosas aquellas propie-
dades que habían sido confiscadas a los adeptos al porfirismo.

Disminución industrial

Concentrada en su mayor parte en Mazatlán, la industria no sufrió los daños


físicos como en Culiacán, sino que sus problemas se derivaron de la desarticu-
lación del mercado regional integrado por Sinaloa y Baja California, parte de
Sonora, Nayarit, Durango y Chihuahua. Ante la falta de indicadores precisos
sobre la producción industrial para los años de 1910-1914, tomaremos en cuen-
ta solo dos ramas productivas que nos servirán para constatar un descenso de
la misma. En el rubro de los tejidos de algodón, con la destrucción de la fábrica
El Coloso (1911), solo quedó La Unión en Mazatlán que tuvo un decremento de
la producción de 49.5 %. En la industria cigarrera, los volúmenes de cajetillas
producidas también bajaron 34.5 % de 1910 a 1913 (véase cuadro 3).

Cuadro 3. Producción industrial de Sinaloa (1910-1913)


Año Tejidos de algodón (piezas) Cajetillas de cigarros
1909-1910 49 864 63 484 756
1910-1911 46 598 40 589 519
1911-1912 42 366 61 514 656
1912-1913 25 174 43 562 992
Fuente: Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa y Nayarit, año de 1927,
op. cit., p. 154.

La baja de la producción también se debió a las suspensiones temporales


por el estado de guerra en que se vivía y por la falta de insumos industriales.
Este último ocurrió con la fábrica de tabacos El Vapor de Antonio Díaz de León
y la fábrica de aceite y jabón La Unión y Concordia, S. A., que por la menor

14
Ibíd., p. 83.
R. arturo román alarcón 23

disponibilidad de agua y materias primas cesaron su funcionamiento durante


el sitio de Mazatlán (1913-1914). Además, las huelgas afectaban la producción
industrial, como el paro de labores efectuado por los obreros de la fábrica textil
La Unión en 1912, con el objeto de incrementar sus salarios en 100 % y reducir
la jornada de trabajo a nueve horas. Sin embargo, es conveniente señalar que
a pesar del precedente, algunas empresas industriales durante 1910-1914 intro-
dujeron mejoras técnicas en sus unidades, como las realizadas en la fábrica de
jabón y aceite mencionada, que instaló una planta italiana de gas como fuerza
motriz, al igual que la establecida en la Empresa de Corriente Eléctrica, S. A.15
Por su parte, el gobierno estatal, para estimular y promover la industria, eximió
de los impuestos del predial y de establecimientos industriales hasta fines de
1914.

El comercio marítimo y la competencia ferroviaria

Como actividad integradora del resto de la economía, el comercio fue el que


más resintió los efectos negativos del movimiento armado. En 1909 el puerto
de Mazatlán recibió el Ferrocarril Sud Pacífico, el cual compitió con el trans-
porte marítimo y redujo los intercambios externos de las grandes casas co-
merciales, tal como se observa en la baja de 53.3 % de las exportaciones y de
7.2 % de las importaciones de 1909 a 1910. Esta situación se modificó durante
los momentos más críticos de la Revolución mexicana, ya que esta obligó la
utilización del ferrocarril para el transporte de la tropa, lo que permitió tem-
poralmente el renacimiento del comercio marítimo de 1911 a 1913. Por ello, el
puerto mazatleco siguió conservando la supremacía en el comercio marítimo
externo de Sinaloa entre 93  y 97 % del total estatal (véase cuadro 4).

Cuadro 4. Comercio exterior de Sinaloa, 1910-1913 (miles de pesos)


Mazatlán Topolobampo
Año Exportaciones Importaciones Exportaciones Importaciones
1909-1910 4129 3535 457 155
1910-1911 1932 3281 575 128

15
El Correo de la Tarde, Mazatlán, 4 octubre 1912, p. 2; 12 de enero de 1914, p. 1; 30 de marzo
1914, p. 1 y 8 de junio de 1914, p. 2
24 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

1911-1912 3131 2771 719 141


1912-1913 4263 2573 109 147
Fuente: Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa y Nayarit, año 1927, op.
cit., pp. 385-387.

El resurgimiento momentáneo del comercio marítimo entre 1911 y 1913 se


puede constatar al analizar los movimientos de carga y de pasajeros realizados
por el Ferrocarril Sud Pacífico de 1909 a 1914: los de carga disminuyeron 58.3 %
y el de pasajeros se incrementó 425 % (véase cuadro 5).

Cuadro 5. Movimiento de carga y pasajeros Nogales-Tepic por el Ferrocarril


Sud Pacífico, 1909-1914
Año Carga (t) Pasajeros
1909 829 092 71 293
1910 602 633 24 654
1911 n.d. n.d.
1912 609 632 387 780
1913 460 167 294 931
1914 346 261 374 964
Fuente: Mario Lamas, op. cit., p. 137.

Sin embargo, el Ferrocarril Sud Pacífico durante los primeros años revo-
lucionarios tuvo una fuerte participación en el comercio exterior de Sonora
y Sinaloa a través de Nogales, de acuerdo con una nota publicada en 1912 en
El Correo de la Tarde. Esta actividad generó un monto de 3 451 572 pesos en
exportaciones y 16 145 930 pesos en importaciones.16
La desvinculación comercial de Sinaloa también se dio en el mercado re-
gional, pues las ventas de los comerciantes se redujeron 30 %, de 7 370 898 pe-
sos en 1910 se pasó a 5 211 280 pesos en 1912.17 Estos también se vieron afectados
por los abusos cometidos por los jefes revolucionarios y huertistas. Por ejem-
plo, en 1913 a la casa Wöhler, Bartning, le fueron confiscados 1603 pistolas,
tres rifles y 1785 cartuchos de diferentes calibres. Asimismo, en Escuinapa al

16
El Correo de la Tarde, Mazatlán, 28 de agosto de 1912, p. 5.
17
Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa y Nayarit, año 1927, op. cit., p. 387.
R. arturo román alarcón 25

comerciante Dámaso Murúa se le decomisó una cantidad de camarón no es-


pecificada, 1000 latas de manteca y se le impuso un préstamo forzoso por 1000
pesos.18 Igualmente, se calculaba en 100 000 pesos en metálico lo que obtuvo
Rafael Buelna de comerciantes e industriales de El Rosario, Acaponeta y San-
tiago Ixcuintla.19
Pero los comerciantes no solo fueron víctimas, sino que también supie-
ron aprovechar la situación política imperante. Durante el sitio de Mazatlán
de 1911, al quedarse la ciudad sin combustible, el comerciante Cecilio Ocón
transportó por vía marítima una carga de leña para venderla al precio de cinco
centavos por pieza, al doble de su valor anterior; por eso, al tomar los ma-
deristas el puerto intentaron colgar a este personaje, pero fue salvado por la
intermediación de Justo Tirado.20
Otra acción especulativa de los comerciantes se presentó en el sitio de 1914,
que originó que los precios estuvieran «por las nubes», incrementándose los
artículos de primera necesidad entre 114 y 455 %, como la carne fresca y el frijol
(véase cuadro 6).

Cuadro 6. Precios de artículos de primera necesidad en Mazatlán (1910-1914)


(pesos)
Artículo 1910 1914
Maíz (litro) 0.05 0.20
Frijol (litro) 0.14 0.30
Manteca (kg) 0.86 2.00
Café (kg) 0.86 1.20
Arroz (kg) 0.15 0.35
Carne de res (kg) 0.54 3.00
Leche (litro) 0.30 0.80
Fuente: El Correo de la Tarde, 23 de septiembre de 1910, p. 2 y 6 de junio de 1914, p. 1.

La actuación de los jefes revolucionarios para remediar la especulación y


la escasez de alimentos fue coyuntural; por un lado, el ejército que sitiaba Ma-

18
Alonso Martínez Barreda, op. cit., p. 180.
19
El Correo de la Tarde, Mazatlán, 20 de enero de 1914, p. 1.
20
Ibíd., 7 de mayo de 1912, p. 1.
26 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

zatlán cobraba cuotas por la entrada de productos al puerto: un peso por carga
de maíz, 20 centavos por gallina y un centavo por cada huevo, y por otro lado,
el gobernador Felipe Riveros en 1913, en el norte de Sinaloa dominado por los
constitucionalistas, para asegurar el abasto de víveres decretó la apertura del
puerto de Topolobampo y determinó que estaba exenta del pago de aranceles
la entrada de arroz, azúcar, aceite, café, frijol, jabón, manteca y maquinaria
agrícola. También, con el objeto de apoyar a los comerciantes, redujo el dere-
cho de ventas de 4 a 3 %.21

Cierre bancario y fuga de capitales

La mayor parte del sector financiero se ubicaba en el puerto de Mazatlán, con


tres de los cinco bancos que funcionaban en Sinaloa. Este también se vio re-
sentido por la inestabilidad política reinante en 1914, que obligó el cierre de las
instituciones bancarias y el traslado de sus valores a otras ciudades. De acuer-
do con Gustavo Aguilar, la sucursal del Banco Nacional de México, S. A., se
trasladó a Colima y el Banco Occidental de México, S. A., envió sus existencias
en metálico y billetes a The Anglo London National Bank de San Francisco,
y dicha situación implicaba una fuga de capitales que se reflejó, además, en
la salida de más de 3000 personas por Mazatlán de 1910 a 1914, que huían
por la falta de garantías; entre ellos iban los principales empresarios porteños,
miembros de la familias Díaz de León, Unger, Canobbio, Careaga, entre otros,
quienes viajaban con barras de oro como las encontradas a bordo del vapor
City of Sydney en 1914. Incluso, algunos de ellos hasta pusieron en riesgo su
vida, como Víctor Patrón que estuvo a punto de ser fusilado a fines de 1914 por
la tropa del general Rafael Buelna, por lo que huyó en el acorazado norteame-
ricano U. S. California hacia San Francisco, donde residió por 20 años.22
Aunque no podamos cuantificar con exactitud el monto de los capitales
que emigraron, sí podemos hacer algunas deducciones con base en los depó-
sitos a la vista del Banco Occidental de México, los que disminuyeron 84 %: de

21
El Correo de la Tarde, 14 de febrero de 1914, p. 1; POES, Culiacán, 15 de diciembre de 1914,
pp. 1-4.
22
Gustavo Aguilar Aguilar, Banca y desarrollo regional en Sinaloa 1910-1994, México, UAS/
DIFOCUR/Plaza y Valdés, 2001, pp. 115-122; El Correo de la Tarde, Mazatlán, 24 de marzo de 1914,
p. 1; Oses Cole, op., cit., p. 64.
R. arturo román alarcón 27

699 602 pesos en 1910 a 158 611 pesos en 1914. También esto se observa a través
de las 15 575 barras de oro y plata que se trasladaron a Nogales por el Ferroca-
rril Sud Pacífico en ese mismo año, cantidad muy superior a las 2083 barras
enviadas de 1912 a 1913.23
Otra medida realizada por el Banco Occidental de México para protegerse
y evitar el saqueo fue la quema de billetes que había emitido. Los perjuicios
ocasionados por la lucha revolucionaria a este banco se estimaron en 49 130
pesos, monto de la reclamación hecha en 1920 por sus propietarios al gobierno
federal.24
El cierre de los bancos trastocó todas las operaciones comerciales por la
escasez de circulante. Por esta razón algunos empresarios pagaron a sus traba-
jadores con vales y cheques que no se podían cambiar, lo cual los hacía presas
fáciles de comerciantes voraces; por ejemplo, a los trabajadores del Ferrocarril
Sud Pacífico en 1914 se les pagó sus salarios con cheques de la empresa que no
pudieron cobrar, por lo que tuvieron que aceptar el descuento que les aplica-
ban los comerciantes, que era entre 10 y 25 %.25
Ante este panorama, el gobierno de Felipe Riveros (1912-1914) optó por
emitir un millón de pesos en vales, los que sustituyeron a los billetes bancarios.
Estos vales, que tuvieron una dimensión de 191 mm de largo y 73 mm de ancho,
representaron valores equivalentes a 0.25, 0.50, 1, 5 y 10 pesos.26 Por su parte,
Rafael Buelna en 1913, mandó imprimir en el sur de Sinaloa 10 000 pesos en
billetes de 0.05, 0.20, 0.50, 1 y 5 pesos para pagar a su tropa.27

Recuperación económica 1914-1920

La toma del puerto de Mazatlán por fuerzas constitucionalistas en 1914 puso


fin al huertismo en Sinaloa y marcó el principio de un periodo de ierta esta-

23
Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa y Nayarit, año 1927, op. cit., p. 439;
Mario Lamas Lizárraga, op. cit., p. 125.
24
Oses Cole, op. cit., pp. 60 y 63.
25
El Correo de la Tarde, Mazatlán, 25 de mayo de 1914, p. 1.
26
Además se distinguieron por el color de su tinta, con tinta negra eran los de 0.25, 0.50 y 10
pesos, con tinta roja los de un peso y azul los de 5 pesos; Periódico Oficial del Estado de Sinaloa
(POES), Culiacán, 22 de diciembre de 1913, pp. 2-6.
27
El Correo de la Tarde, Mazatlán, 24 de octubre de 1913, p. 2.
28 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

bilidad política; ello permitió la recuperación de la mayoría de las actividades


económicas en la entidad.

Resurgimiento minero

La minería se recobró en los años de 1914 y 1920, con un crecimiento prome-


dio anual de 4.6 % en la plata, mientras que el oro mantuvo los mismos niveles
de producción en ambos años. El aumento comenzó con un gran salto de la
producción de 1914 a 1915, cuando los volúmenes de oro y plata subieron 62 y
55 %, respectivamente. Esta alza se mantiene hasta 1917, empezó a descender
en 1918 y regresó a una tendencia creciente en 1920. Tomando como base su
valor, la minería sinaloense de metales preciosos tuvo su mejor desempeño en
1920, cuando ascendió 6 714 000 pesos, y el peor en 1918, con 4 268 000 pesos,
resaltando la plata, que representó en promedio 98 % del volumen producido y
75% del valor (véase cuadro 7).

Cuadro 7. Producción de oro y plata de Sinaloa, 1914-1920


Oro Plata
Valor Valor
Año Vol. (kg) Vol. (kg)
(miles de pesos) (miles de pesos)
1914-1915 1268 1690 58 794 2920
1915-1916 1519 2625 74 513 3050
1917 1790 2386 87 293 3579
1918 1178 1590 65 341 2678
1919 1272 1695 74 755 3064
1920 1264 1684 77 193 5030
Fuente: Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa..., op. cit., pp. 235-237 y
243-245.

La recuperación de la producción minera de Sinaloa fue motivada funda-


mentalmente por el aumento de los precios de la plata, su principal producto,
que durante 1916-1920 tuvo un precio promedio de 80 centavos dólar la onza,
R. arturo román alarcón 29

a diferencia del quinquenio anterior (1910-1915), que fue de 60 centavos dólar


la onza.28

Aumento agropecuario

Con base en los datos disponibles respecto a la producción agrícola, en casi


todos los cultivos hubo incrementos. Si se compara la producción de 1907 a
1926,29 se tiene que la del maíz aumentó 57 %; el frijol, 100.9 %; la caña de azúcar,
más de 1800 %; el tabaco, 362 %; el tomate, más de 34 000 %, y el garbanzo, casi
15 000 %. Estos dos últimos fueron estimulados por la demanda externa, pero
no ocurrió así con el algodón, cuyo cultivo desapareció. El valor estimado para
la agricultura sinaloense de este año fue de 26 232 000 pesos (véase cuadro 8).

Cuadro 8. Producción agrícola de Sinaloa, 1907-1926 (t)


1907 1926 Valor estimado
Cultivo
Sinaloa Sinaloa 19261
Maíz 53 612 88 433 7 071 769
Frijol 3940 7916 1 921 709
Caña 44 788 879 233 7 639 774
Tabaco 300 1386 540 938
Tomate 1 34 176 4 751 380
Algodón 500 n.d. n.d.
Garbanzo 1536 22 986 4 346 245
Total 104 677 1 030 110 26 232 265
Estimado conforme a los valores promedio del Censo Agrícola de 1930.
1

Fuente: El Correo de la Tarde, 23 de octubre de 1911, p. 6. Departamento de Estadística


Nacional, Sonora, Sinaloa..., op. cit., p. 174.

28
Los empresarios mineros mexicanos estimaban que para cubrir los costos de producción
de la plata, el precio límite era de 60 centavos dólar; Theodore Hoover, Economía minera, Mé-
xico, FCE, 1946, p. 21; Examen de la situación económica de México, 1915-1976, México, Banco
Nacional de México, S. A., 1978, pp. 28 y 45.
29
Ante la inexistencia de estadísticas agrícolas y ganaderas para el año de 1920, tomaremos
como base para hacer la comparación las señaladas seis años después en la obra Departamento
de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa y Nayarit, año de 1927, México, Imprenta Mundial, 1928.
30 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

En cuanto a la actividad pecuaria, a pesar de los estragos de la lucha arma-


da, el hato ganadero de Sinaloa aumentó de 1902 a 1926. El ganado vacuno tuvo
un incremento de 159.8 %, el caballar de 532.3 %, el asnal de 238 %, el lanar de
1187 %, el caprino de 2469 % y el porcino de 20 670 % (véase cuadro 9).

Cuadro 9. Producción ganadera de Sinaloa, 1902-1926 (número de cabezas)


Ganado 1902 1926
Vacuno 106 381 276 475
Caballar 6394 29 935
Mular 5618 35 522
Asnal 6989 23 627
Lanar 475 6117
Caprino 888 22 875
Porcino 568 117 975
Fuente: Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa..., op. cit., pp. 197-198.

No obstante el aumento de la producción agropecuaria de Sinaloa, su in-


cremento no fue constante, ya que hubo años en que disminuyó por causas
naturales como sequías, pero también por la inestabilidad política y la guerra
que impedían la realización adecuada de las labores del campo o forzaban el
abandono de las propiedades rurales. Por eso, para resolver esta última situa-
ción, el gobierno creó la Dirección de Bienes Ausentes en 1913, pero después de
dos años de funcionamiento no obtuvo los resultados esperados. Ante la falta
de producción agrícola, en 1915 el general Manuel M. Diéguez, jefe del Ejército
Constitucionalista del Noroeste, disolvió dicha situación y regresó los bienes
intervenidos a sus dueños mediante el pago de una fuerte multa, estimada en
909 000 pesos.30
A pesar de lo anterior, la situación agrícola del estado se agravó con la se-
quía que padecieron algunos municipios en 1916, lo que obligó a los gobernan-
tes a importar maíz y frijol y a tomar una serie de medidas contra la especula-
ción y la carestía. Acerca de esto último, el presidente municipal de Culiacán,
Francisco Rodríguez, y el comandante militar, general Enrique Nájera, prohi-

30
POES, Culiacán, 2 de julio de 1916, pp. 2 y 3.
R. arturo román alarcón 31

bieron la salida del azúcar, frijol, maíz, manteca y carne fuera de su jurisdic-
ción, sancionando a los infractores hasta con dos años de prisión.31 Asimismo,
el gobernador Ramón F. Iturbe (1916-1920), para estimular los cultivos, otorgó
préstamos a los agricultores por un total de 273 267 pesos y ello contribuyó de
manera importante en las excelentes cosechas que se obtuvieron en 1917.32
En la recuperación agrícola también influyeron las obras de irrigación que
realizaron el gobernador interino Eliseo Quintero (1919) y el gobernador cons-
titucional general Ángel Flores (1920-1924). Una de estas obras fue la cons-
trucción del canal Francisco I. Madero en el margen derecho del río Culiacán,
cerca de Navolato, así como el canal Rosales, que impulsaron fuertemente la
agricultura comercial de la región central del estado. A pesar de que en el sur
no se hizo ningún canal hidráulico de importancia, esa región sí contribuyó
para que se construyera el canal Rosales, pues en 1920 el recaudador de rentas
del municipio de Mazatlán llevó 150 000 pesos al tesorero general del estado,
en Culiacán, para tal fin, cuya inversión total fue de un millón de pesos.33
Por otra parte, los acontecimientos políticos también afectaron a la agricul-
tura. El levantamiento de Álvaro Obregón en 1920, a través del plan de Agua
Prieta en contra de Venustiano Carranza, obstaculizó la comercialización de
50 % de la cosecha de garbanzo y tomate de exportación, debido a la dificultad
de transito del Ferrocarril Sud Pacífico que, a su vez, había incrementado los
fletes de carga.34 Para ese año, la falta de mano de obra también fue otro de los
problemas que padeció la agricultura del norte del estado, junto con la queja
realizada por la Negociación Agrícola de Los Mochis, debido al éxodo de bra-
ceros hacia los Estados Unidos, razón por la que solicitó 500 trabajadores y
ofreció un salario diario de 1.25 pesos.35
A pesar de los problemas enfrentó la agricultura, esta fue en aumento, prin-
cipalmente en la exportación de los cultivos comerciales. Por ejemplo, en los
años posteriores de este estudio, de 1925 a 1926 la producción de tomate se

31
Ibíd., .24 de julio de 1916, pp. 3 y 4.
32
Ramón F. Iturbe, Informe correspondiente al periodo transcurrido del 15 de septiembre de
1917 al 15 de marzo de 1918, Culiacán, Talleres Gráficos de la Compañía Comercial de Sinaloa, S.
A., 1918, p. 37.
33
Eliseo Quintero, Informe correspondiente al periodo transcurrido del 15 de marzo al 15 de
septiembre de 1919, Culiacán, Imprenta del Gobierno del Estado, 1919, p. 29; El Correo de la Tar-
de, Mazatlán, 29 de marzo de 1920, p. 1.
34
El Correo de la Tarde, Mazatlán, 19 de septiembre de 1920, p. 1.
35
Ibíd., 14 de octubre de 1920, p. 1
32 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

incrementó 54 %, de 28 091 a 43 519 toneladas, con lo que superó su valor 64 %:
de 8 989 000 a 14 796 000 pesos. Estas cifras muestran la relavancia de la agri-
cultura en Sinaloa, pues la exportación de un solo producto superaba en casi
el triple el valor del oro y plata obtenidos en 1926 (4 955 000 pesos). Ello se
comprueba al observar que en los ingresos del gobierno estatal, la actividad
agrícola era una fuente de ingresos importante, ya que durante el mandato
de Iturbe, en 1919, se había establecido la Ley de Impuesto Sobre Producción,
la cual eximía del derecho de ventas, pero gravaba los principales productos
agrícolas de la manera siguiente: azúcar, un centavo por kilogramo; garbanzo,
un centavo por kilogramo; tomate, cinco centavos por caja de 15 kg, y mezcal
cinco centavos por litro.36

Crecimiento de la producción industrial

Al estabilizarse las condiciones políticas, la industria de transformación reto-


mó su camino de crecimiento que se había visto truncado por la lucha revo-
lucionaria. Aun sin tener series completas de la producción de las principales
ramas industriales, podemos constatar esta afirmación con algunas de ellas. La
industria textil se recuperó a partir de 1912 y para 1920 ya se había incremen-
tado más de 160 %, pero había registrado altibajos entre 1918 y 1919; en la rama
azucarera subió más de 180 % de 1912 a 1920 y en la cervecera los aumentos
fueron de 25 %; en la del alcohol, de 458 % de 1912 a 1925, y en la tabacalera se
presentó un decremento de 27 % entre 1912 y 1922 (véase cuadro 10).
La vinculación ferroviaria aumentó la incertidumbre de la industria sina-
loense. En una nota publicada en 1926, El Demócrata Sinaloense informó que
la industria del azúcar estaba en crisis por la sobreproducción y el alza de las
tarifas ferroviarias. Igualmente, ante el próximo arribo del Ferrocarril Sud Pa-
cífico procedente de Guadalajara, se señalaba que había opiniones encontradas
acerca del efecto que provocaría. Para algunos, la industria local sería dañada
por la competencia de bienes industriales provenientes del centro y occidente
de México debido a los menores costos de producción, lo que permitiría ven-
derlos más baratos.

Guillermo Ibarra Escobar, Sinaloa: tres siglos de economía, op. cit., p. 71.; El Demócrata
36

Sinaloense, Mazatlán, 23 de diciembre de 1919, p. 1-2.


R. arturo román alarcón 33

Cuadro 10. La producción industrial en Sinaloa, 1910-1922


Tejidos de
Azúcar Alcohol Cerveza Cigarros
Año algodón
(t) (litro) (litro) (cajetillas)
(piezas)
1912-13 25 174 10 000 698 155 1 200 000 43 562 992
1918 8085 25 108
1919 19 660 27 413
1920 65 095 28 014 3 896 298 1 500 000 31 959 455
(1925) (1921) (1922)
Fuente: Benjamín Luna Lujano, Origen y ocaso del ingenio Rosales, Culiacán, La Crónica
de Culiacán, 2002, pp. 25-26; Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa..., op.
cit., pp. 277-285; El Correo de la Tarde, edición especial, Mazatlán, 27 de septiembre de 1921.

Reestructuración comercial

Después de la caída de Huerta, el desarrollo de la actividad comercial en Sina-


loa fue favorable en cuanto a la rearticulación del mercado regional y de los in-
tercambios externos que se realizaron a través del Ferrocarril Sud Pacífico y de
los puertos de Topolobampo y Mazatlán. Con base en la información disponi-
ble, se puede inferir que hubo una recuperación del comercio interior de 70 %
de su valor entre 1912 y 1922, ya que aumentó de 5 211 280 pesos a 8 866 982.37
En relación con el comercio exterior marítimo, este solo se realizó por me-
dio de los puertos mencionados, porque el de Altata dejó de funcionar a partir
de 1910. Los intercambios externos efectuados por Mazatlán aumentaron 58 %
las exportaciones y 86 % las importaciones de 1912 a 1922, mientras que por
Topolobampo hubo una disminución de 8 % en las exportaciones y un aumen-
to de 15 %, respectivamente. Mazatlán para 1922 concentró 98 % del comercio
exterior marítimo estatal (véase cuadro 13).

37
Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa..., op. cit., p. 387.
34 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

Cuadro13. Comercio exterior marítimo de Sinaloa, 1912-1922 (miles de pesos)


Mazatlán Topolobampo
Año Exportaciones Importaciones Exportaciones Importaciones
1912-13 4263 2513 109 147
1922 6716 4677 101 169
Fuente: Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa..., op. cit., pp. 385-387.

La mejor infraestructura portuaria de Sinaloa se encontraba en Mazatlán, a


pesar de ser casi la misma que tenía desde el siglo XIX, además, era la sede de
líneas navieras de cabotaje y de altura que transportaban carga y pasajeros a los
principales puertos del Pacífico mexicano, Estados Unidos y Europa. Durante
el subperiodo 1914-1920, desaparecieron las antiguas compañías navieras e ini-
ciaron otras, entre ellas, la Pacific Steamship Company (1919) y la Cía. Naviera
de los Estados de México (1923). En el alije portuario, la familia Careaga dejó
de tener presencia y en 1913 surgió la Empresa de Lanchas del Pacífico, S. A.,
propiedad de los hermanos Guillermo y Rodolfo Coppel, que fue la principal
encargada de estos menesteres.38
Cabe señalar que el Ferrocarril Sud Pacífico también participaba en el co-
mercio exterior de Sinaloa a través de la aduana de Nogales; sin embargo, dicho
comercio es difícil de cuantificar porque a través de este medio de transporte
salían productos procedentes de Sonora y Nayarit; pese a todo, la relevancia
de esta frontera se puede inferir con el aumento del 28 % de sus intercambios
externos entre 1912 y 1922, como resultado del aumento de 295 % de las impor-
taciones, no obstante de la disminución de 20 % de las exportaciones.39
Los artículos que vendían las empresas comerciales de Sinaloa eran muy
variados. Muestra de ello es la clasificación de los establecimientos comerciales
que se utilizaba para el pago del Impuesto del Timbre en 1926; ahí se revela el
predominio de los dedicados a la venta de productos alimenticios con 46.1 %,
en segundo término los de vestuario con 21.4 % y en tercero y cuarto lugar los
licores y bebidas con 15.3 % y los químicos con 4 % (véase cuadro 16).

38
RPPMAZ, libro tercero, vol. 6, 1905-1917.
39
Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa..., op. cit., p. 380.
R. arturo román alarcón 35

Cuadro 16. Clasificación de los establecimientos mercantiles en Sinaloa para el


pago del Impuesto del Timbre (1926)
Giro Impuesto
Alimentos 5 331 170
Vestuario 2 471 900
Licores y bebidas 1 767 185
Químicos 452 381
Metales 188 700
Alumbrado y combustibles 133 048
Otros (madera, mobiliario, etc.) 1 202 400
Total 11 546 844
Fuente: Departamento de Estadística Nacional, Sonora, Sinaloa..., op. cit., p. 371.

Otra de las modificaciones en el comercio mazatleco fue el surgimiento de


la venta de nuevos artículos como resultado de los cambios tecnológicos que
se vivían en el mundo y de los cambios de la estructura económica sinaloense,
en la cual la actividad agrícola era cada vez más importante. Casas comerciales
como la de Francisco Echeguren y Cía., Melchers Sucs. y Wöhler, Bartning,
Sucs., se dedicaron a la venta de motores eléctricos y de gasolina, plantas de
luz y maquinaria e implementos agrícolas. Asimismo, la llegada del automóvil
a Sinaloa implicó el establecimiento en Mazatlán, durante los primeros años
de la década de 1920, de agencias que tenían representantes en las poblaciones
más importantes del estado, como la Ford de Felton Hnos., la Dodge de Loubet
Hnos. y la Chevrolet de Ramón C. Cevallos. Estas empresas trajeron consigo
el establecimiento de distribuidoras de combustible, llantas y refaccionarias.40
A pesar de la relativa recuperación del comercio de Sinaloa a partir de 1915,
había señales de alerta para el futuro mercantil (en especial de Mazatlán), como
la creciente llegada de competidores foráneos durante los años veinte. Entre
estos tenemos las representaciones de la fábrica de cigarros Flores Hermanos
de Tepic, Nayarit, que surtían de los cigarros marca Primero y de la Compañía
El Águila de la capital del país que ofrecía sus productos a través de las casas
comerciales de Ramón Kuri y Hno. y Joaquín Millán y Cía. Igualmente, en el
ramo mueblero se estableció una sucursal de Salinas y Rocha de Monterrey, y

40
El Correo de la Tarde, edición especial, Mazatlán, 27 de septiembre de 1921.
36 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

desde 1910 Antonio Reynaud era agente de la cervecería Moctezuma de Ori-


zaba, Veracruz.41
Todo ello fue resultado del inminente enlace con el occidente y centro de
México a través del Ferrocarril Sud Pacífico, que en 1927 rompería con el ais-
lamiento terrestre que tuvo la región noroeste y que finalmente la uniría al
mercado nacional.

Reapertura bancaria

Con el cierre de los bancos en 1914, Sinaloa se quedó sin instituciones financie-
ras hasta su reapertura con la Ley de Desincautación de 1921. El vacío dejado
por estas fue sustituido por el autofinanciamiento, los créditos externos y sobre
todo por los préstamos otorgados por casas comerciales y otros particulares
que se asentaban en su mayor parte en el puerto de Mazatlán. Se estima que
de 1912 a 1920 los comerciantes y prestamistas de Mazatlán (Melchers Sucs.,
Wöhler, Bartning, Sucs., Francisca Rojas, etcétera) y otros de Culiacán (fami-
lias Almada, Clouthier y Redo, etcétera), otorgaron alrededor de 35 créditos
por un monto total de 474 268 pesos a un plazo entre dos y cinco años y a una
tasa de interés que osciló entre el 9 y el 24% anual.42 Por ejemplo, Francisca
Rojas, una de las prestamistas más importantes de Mazatlán, otorgó un crédito
por 50 000 pesos a una tasa de interés del 24 % anual a Maximiliano López
Portillo, quien fue gobernador interino en 1913.43
El reinicio de las operaciones bancarias fue paulatino. El Banco Occidental
de México, S. A., lo hizo a partir de 1918, la sucursal del Banco Nacional de
México en 1921 y la sucursal del Banco de Londres y México no regresaría sino
décadas después. La primera actividad de estos bancos fue dedicarse esencial-
mente a recuperar la cartera vencida que tenían desde su cierre en 1914. A ma-
nera de ejemplo, en 1919 la cuenta de deudores del Banco Occidental de Méxi-
co, S. A., ascendía a  1 169 935 pesos, entre los que figuraban los ayuntamientos
de Colima, El Fuerte, Guaymas, Hermosillo, Mocorito, Sinaloa y Mazatlán;

41
El Demócrata Sinaloense, Mazatlán, 14 de septiembre de 1921, p. 5; 4 de marzo de 1925, p. 1
y 19 de febrero de 1926, p. 1.
42
Gustavo Aguilar Aguilar, op. cit., 2001, p. 106.
43
Archivo General de Notarías del Estado de Sinaloa (AGNES), Mazatlán, Fortino Gómez,
21 de marzo de 1914.
R. arturo román alarcón 37

asimismo, había algunos particulares, pues esa institución entabló en 1922 un


juicio contra Herbert Carmichel por créditos no liquidados por la cantidad de
16 000 pesos.44

La incipiente actividad pesquera

La pesca en los esteros y bahías sinaloenses se remonta a la etapa prehispánica;


en los esteros del sur, los totorames, para complementar su alimentación, la
practicaban mediante el sistema de tapos (barreras de carrizos) para cubrir las
entradas del mar, y aprovechaban las mareas para atrapar peces y crustáceos.45
Durante la etapa colonial fue una actividad casi de autoconsumo, funda-
mentalmente, aunque parte de las capturas se enviaban a las poblaciones ale-
dañas. En el siglo XIX, durante el México independiente, a pesar de que se
enumera la riqueza pesquera, no aparece como una actividad relevante y se
enfocaba para abastecer el mercado local, esencialmente durante la cuaresma.
La importancia económica de la pesca en la región se produjo sobre todo a
partir de principios del siglo XX, cuando el camarón se envió a otros mercados
del país y del extranjero vía Mazatlán, tal como se efectuó de 1900 a 1918 con
volúmenes que oscilaron entre 110 429 kg y 140 320 kg, con un periodo de alti-
bajos, con un año máximo en 1902 con 179 131 kg y con un mínimo de 62 444
kg en 1903 (véase cuadro 17).

Cuadro17. Salida de camarón por Mazatlán, 1900-1918


Año Kilogramos
1900 110 429
1901 123 508
1902 179 131
1903 62 444
1904 84 522
1905 102 101
1906 101 220

44
Oses Cole, op. cit., p. 79; POES, Culiacán, 20 de mayo de 1922, p. 4.
45
Antonio Nakayama, Sinaloa, un bosquejo de su historia, op. cit., p. 30.
38 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

1907 74 223
1917 158 716
1918 140 320
Fuente: El Demócrata Sinaloense, Mazatlán, 16 de junio de 1926, p. 2.

La pesca en los esteros de Sinaloa, específicamente de la región sur, durante el pe-


riodo revolucionario siguió realizándose bajo el sistema de tapos, conocido también
como chiqueros.46 Estos sistemas estaban ubicados en las distintas áreas de pesca que
inicialmente habían sido concesionadas por la Secretaría de Fomento a particulares,
y algunos de ellos las explotaban desde fines del siglo XIX. Es el caso de la familia
Murúa, que poseía las pesquerías de Panzacola, México y La Calera, con las que cons-
tituyó en 1917 la sociedad Lizárraga, Murúa y Cía. para su usufructo, o la que se otorgó
a norteamericanos, mediante la Cía. Pescadora del Palmito, S. A., que empezó a ex-
plotar la laguna del Caimanero en 1916.47
Con el triunfo del Constitucionalismo, siendo presidente Venustiano Ca-
rranza, el 20 de noviembre de 1918 se expidió un decreto que estipulaba que se
daba preferencia para la pesca y explotación de los productos naturales a los
integrantes de la clase proletaria de la región, para que con las áreas pesqueras
concesionadas, obtuvieran los medios necesarios para su subsistencia.48
La puesta en vigor de tal decreto trajo consigo un gran número de peticio-
nes de concesiones de pescadores de oficio, cuyas áreas ya eran explotadas por
otros particulares, lo que originó conflictos entre los antiguos permisionarios y
los nuevos solicitantes. Por ejemplo, la zona de Escuinapa estaba formada por
62 pesquerías, de las cuales 15 eran explotadas por las familias Murúa, Toledo,
Quevedo, Zamudio, Simental, Gavica, Astorga, entre otras, y las 47 restantes
por pequeñas sociedades de pescadores que las usufructuaban desde hacía 20
años o más. Ahora, con las nuevas disposiciones, estas áreas de pesca se tenían

46
El chiquero es el centro o corazón de la trampa colocada en la salida de los esteros utiliza-
da para la captura del camarón; Marcial Díaz y Galdino Iturbide, Los pescadores de Nayarit y de
Sinaloa, México, CIESAS-Cuadernos de la Casa Chata, 1980, p. 80.
47
La primera empresa se constituyó con un capital de 8000 pesos aportado por Rafael Li-
zárraga y Dámaso Murúa y la segunda con 50 000 pesos aportado por Charles O’Brien, Edwin
Hisher y F. Thompson. Para 1926, el total de las inversiones pesqueras ascendieron a 132 000
pesos; AGNES, Mazatlán, Luis Peña, 1917, ff. 82-84. y RPPMAZ, 1910-1926.
48
Carlos J. Sierra y Justo Sierra Zepeda, Reseña histórica de la pesca en México, México, De-
partamento de Pesca, 1977, p. 58.
R. arturo román alarcón 39

que sortear entre todos los concesionarios, lo cual ocasionó el descontento


entre las familias pudientes que ya habían hecho inversiones en infraestructura
(tapos) para la captura del camarón. Por ello, trataban por todos los medios de
evitar que los sorteos se llevaran a cabo, como lo fue su suspensión en 1921 por
la falta de asistencia de los participantes. Esta situación afectó a la producción
camaronera, pues en 1924 solo se obtuvieron 900 cargas (124 200 kg).49

Conclusiones

El desempeño de la economía sinaloense durante 1910-1920 acontecido fue


similar al del país. Asimismo, el factor externo del mercado internacional no
tuvo la relevancia del factor político de la lucha armada revolucionaria, que
produjo inestabilidad económica y afectó negativamente todas las activida-
des regionales con saqueos, préstamos forzosos, fuga de capitales, éxodo de
personas, desarticulación del mercado regional y uso de mano de obra en los
ejércitos, y cuyas repercusiones fueron mayores durante los primeros años
(1910-1914). Además, durante estos años también influyó un factor económico
interno, la llegada del Ferrocarril Sud Pacífico a la entidad entre 1908 y 1909,
que afectó el comercio regional al iniciar una vía terrestre más rápida y barata,
pues vino a competir con el transporte de pasajeros y con los intercambios in-
ternos y externos que se realizaban por la vía marítima. Sin embargo, a partir
de 1915 hubo indicios de recuperación económica, en la que actuó el factor
externo de la Primera Guerra Mundial, ya que esta originó una demanda adi-
cional de mercancías regionales, como el azúcar, y mantuvo los precios de la
plata a un buen nivel (principal artículo de exportación).
La minería, en este contexto, resurgió con los niveles de producción ante-
riores a 1910; en la agricultura se superaron los obtenidos a principios de siglo;
en la industria, la textil y la cervecera retomaron su rumbo de crecimiento,
pero no la tabacalera, que bajó significativamente sus indicadores con respecto
a los alcanzados durante el porfiriato; el comercio, por su parte, mantuvo su
concentración en Mazatlán, aunque los intercambios externos vía marítima se
vieron afectados con la llegada del Ferrocarril Sud Pacífico que, como factor

49
AGN, Galería 3, Fondo Obregón-Calles, exp. 241-I-E-5, 26 de agosto de 1921; El Demócrata
Sinaloense, Mazatlán, 7 de octubre de 1924, p. 1.
40 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

económico interno, redefinió los circuitos mercantiles y las políticas comercia-


les emprendidas con anterioridad.
Por otro lado, los servicios financieros ubicados también en su mayor parte
en el puerto mazatleco, no cumplieron su cometido como instrumentos cre-
diticios debido a la inseguridad reinante que los obligó a cerrar y emigrar en
1914, por lo que fueron desplazados por mecanismos como el autofinancia-
miento, el crédito externo y los prestamistas particulares. Igualmente, durante
estos años la pesca del camarón se efectuó con un mayor sentido mercantil, y
para algunos municipios, como el de Escuinapa esta actividad sería una fuente
de riqueza, pero también una fuente de conflictos entre sus habitantes que se
disputaban la explotación de este recurso marino.

Fuentes

Archivos

Archivo General de la Nación (AGN), Galería 3, Fondos: Francisco I. Madero,


Obregón-Calles, Abelardo L. Rodríguez, Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila
Camacho y Miguel Alemán.
Archivo General de Notarías del Estado de Sinaloa (AGNES), notarios: Luis
Peña, Alfonso Gastélum y Leonardo Álvarez.
Archivo Municipal de Mazatlán (AMMAZ), Libro de Actas de la Cía. Minas El
Tajo, S. A. 1891-1935.
Registro Público de la Propiedad de Mazatlán (RPPMAZ), 1910-1950.

Hemerografía

El Correo de la Tarde, Mazatlán, 1910-1915 y 1940-1950.


El Demócrata Sinaloense, Mazatlán, 1919-1950.
El Día, Mazatlán México, 1936-1941.
Periódico Oficial del Estado de Sinaloa (POES), Culiacán, 1910-1951.

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Estadísticas históricas de México, 2 vols., México, INEGI, 1999.
Hoover
Ibarra Escobar, Guillermo, Sinaloa: tres siglos de economía, Culiacán, DIFO-
CUR, 1993.
Iturbe, Ramón F., Informe correspondiente al periodo transcurrido del 15 de
marzo al 15 de septiembre de 1918, Culiacán, Talleres Gráficos de la Cía.
Comercial de Sinaloa, S. A., 1918.
Iturbe, Ramón F., Informe correspondiente al periodo transcurrido del 15 de
septiembre de 1917 al 15 de marzo de 1918, Culiacán, Talleres Gráficos de la
Cía. Comercial de Sinaloa, S. A., 1918.
Lamas Lizárraga, Mario, «Origen e influencia del Sud Pacífico en Sinaloa,
1905-1917», tesis de maestría en Ciencias Sociales, Hermosillo, El Colegio
de Sonora, 1995.
42 la economía sinaloense durante la lucha revolucionaria, 1910-1920

Lerman
Luna Lujano Martínez Barreda, Alonso, «Relaciones económicas y políticas en
Sinaloa 1910-1920 (vieja élite económica, nueva élite política)», tesis docto-
rado en Ciencias Sociales, Culiacán, UAS-UNISON, 2000.
Nakayama Quintero, Eliseo
Paliza, Juan L., El estado de Sinaloa, monografía geográfica, estadística, infor-
mativa e ilustrada, año de 1930, México, Imprenta del Gobierno, 1930.
Garbanzo: gastronomía y producción en Sinaloa,
1925-1950

Eduardo Frías Sarmiento 1

¿Es el garbanzo el miembro más pobretón de la coo-


perativa de la alacena? Quizá comparta el honor con
la también humilde lenteja, su hermana leguminosa
con la que lleva alimentando sabrosamente a genera-
ciones de los machacados por el peso de la pirámide
social. Los parias, los no tan parias, los jornaleros y
los curritos que desde la Revolución industrial ponen
tuercas en la cadena de producción o sello en las me-
sas de oficina.

Gastronosfera.com

Geografía y antecedentes del Sinaloa agrícola 1

Por muchos años, Sinaloa ha sido un emporio agrícola sin precedentes en la


historia mexicana. Mucho de ello se debe a su ubicación geográfica, a la rique-
za de gran parte de sus suelos y, en gran medida, a sus afluentes y canales, así
como a las grandes represas que fueron construidas durante la primera mitad
del siglo XX. El estado está situado en la planicie costera noroccidental, que co-
linda directamente con la Sierra Madre Occidental. Se localiza al noroeste de
la República mexicana, y limita al norte con los estados de Sonora y Chihua-
hua, al este con Durango, al sur con Nayarit y al oeste con el océano Pacífico
y el golfo de California. Está limitado por las coordenadas extremas 22 o 31' y

1
Profesor e investigador de la Facultad de Historia, UAS.

43
44 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

26°56' de latitud norte y los 105 o 24' y


109°27' de longitud oeste del meridiano
de Greenwich.2
Tiene una extensión territorial de
58 092 km2, equivalentes a 2.9 % del to-
tal del país. Ocupa el 17.o lugar a nivel
nacional en términos de superficie y se
extiende entre las estribaciones de la
Sierra Madre Occidental y el litoral del
océano Pacífico, con una ubicación pri-
vilegiada en la cuenca del Pacífico. Po-
see, además, 11 ríos que surten agua a las
presas, las que generan energía eléctrica
y conforman la infraestructura básica
de riego que ha posibilitado el desarrollo de una de las agriculturas más tecni-
ficadas del país.3
Las diversas formas del terreno del estado de Sinaloa son resultado del tipo
de rocas existentes, del clima y la vegetación que, en conjunto, han contribui-
do por medio de los agentes erosivos a modelar el paisaje que se observa en
el territorio. La mayor parte está constituida por terrenos planos y el resto lo
forma una pequeña porción montañosa. Aproximadamente, 80 % de los te-
rrenos de la entidad se localizan por abajo de los 600 metros sobre el nivel
del mar (msnm) y más de la mitad de la superficie del territorio se halla por
abajo de los 150 msnm, lo que da como resultado una elevación media de 344
msnm; por lo tanto, en el estado menos del 1 % de la superficie sobrepasa los
1820 metros de altitud.4
De las 11 corrientes hidrológicas sobresalen, en el norte, los ríos Fuerte, Si-
naloa y Évora o Mocorito; en el centro, los ríos Humaya, Tamazula, Culiacán,
San Lorenzo y Elota; en el sur, los ríos Piaxtla, Baluarte y Cañas. En conjunto,
acarrean un promedio de 15 200 millones de m3 anuales, y sumados a la in-

2
Referencia del mapa: http://www.inafed.gob.mx/work/enciclopedia/EMM25sinaloa/me-
diofisico.html (Consulta 17/08/2015).
3
INEGI, Gobierno del Estado de Sinaloa, Estudio Hidrológico del Estado de Sinaloa, Aguas-
calientes, 1995, pp. 3-9.
4
Gobierno del Estado de Sinaloa, Monografía del Estado de Sinaloa, Culiacán, 1990, p. 25.
Eduardo frías sarmiento 45

fraestructura hidráulica en operación sustentan la


base de la agricultura sinaloense y la generación
de energía eléctrica.5
En su mayoría, los torrentes que salvan el te-
rritorio sinaloense tienen su origen en el flanco
oeste de la Sierra Madre Occidental, en los estados
de Chihuahua y Durango; el curso descendiente
de los mismos tiende hacia el estado de Sinaloa,
donde el agua es retenida y almacenada en presas
y diques para su posterior aprovechamiento en el
riego de grandes superficies de la planicie costera.

Antecedentes agrícolas

Una vez que terminó la Revolución mexicana, los vencedores realizaron varios
esfuerzos para consolidar un estado fuerte capaz de sortear la desarticulación
política y la destrucción económica que habían dejado la lucha armada. Los
actores debían demostrar fortaleza y unidad, y uno de sus primeros objetivos
fue reconstruir la economía nacional y reunir en una sola postura los intereses
de los diversos grupos de poder imperantes en el país, para que con sus capi-
tales sentaran las bases económicas del México moderno, fuerte y competitivo
en la esfera internacional. Para lograr este objetivo, era vital construir alianzas
con inversionistas extranjeros para que fluyera la inversión directa, pero tam-
bién la indirecta, en beneficio de los sectores que componían el entramado
económico del estado.6
En este contexto, en la década de 1920, en Sinaloa se retrajo la actividad mi-
nera, misma que en asociación con el sector agrícola fue uno de los pilares más
sólidos de la economía. Al perder su hegemonía, los centros mineros o reales

5
INEGI. Gobierno del Estado de Sinaloa, op. cit., pp. 22-27.
6
Los años veinte en México pueden catalogarse como un periodo de negociaciones políticas
y económicas entre los caudillos en el poder y los diversos caciques regionales, gobernadores
y grupos de poder económico nacionales y extranjeros. Al respecto, véase Guillermo Ibarra
Escobar, «Sinaloa en el periodo de los caudillos. Política y economía en la década de los veinte»,
en Guillermo Ibarra y Arturo Carrillo (coords.), Sinaloa 100 años. La gran aventura del siglo XX,
Culiacán, Facultad de Historia/Escuela de Estudios Internacionales/Periódico Noroeste, 2003,
p. 91.
46 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

de minas cedieron su lugar a los valles agrícolas; de esta forma, al amparo de


la agricultura comercial se fortalecieron ciudades como Culiacán, Los Mochis,
Angostura, Guasave, y otras de menor escala, como Guamúchil.
El desarrollo basado en la agricultura se apuntaló gracias a la colonización
de los valles agrícolas del centro y norte del estado. La propiedad de la tierra se
reestructuró, de tal forma que los grandes latifundios heredados del periodo
cañedista se dividieron en unidades productivas de menor tamaño. Por una
parte, las extensiones mejor dotadas (ricas en nutrientes naturales e infraes-
tructura hidráulica y vías de comunicación) quedaron en manos de las familias
del antiguo régimen, distribuidas entre sus miembros; por otra parte, ante la
postura federal de impulsar y consolidar la pequeña propiedad, grandes su-
perficies acaparadas por los terratenientes fueron vendidas entre colonos que,
posteriormente, se convirtieron en pequeños propietarios gracias a las facili-
dades otorgadas tanto por los latifundistas como por el gobierno local, que se
interesaba en la habilitación de tierras incultas, pues creía firmemente que con
su usufructo se rebasaría el atraso económico dejado por la Revolución.7
Impulsada por políticas gubernamentales o por propietarios privados, la
agricultura se convirtió en punta de lanza y motor de arrastre de la economía
estatal en la década de 1920. Antiguamente era un sector complementario y de
autoconsumo, pues la nimia comercialización de los cultivos impedía su creci-
miento.8 Como ejemplo podemos citar que el garbanzo, el tomate, las hortali-
zas y legumbres, el chile fresco y seco y frutas varias, cultivados en Sinaloa, en
1924 tuvieron un valor global de 8 093 963 de pesos en el mercado internacional
para luego pasar a 16 188 530 en 1926, mientras que los montos de la producción
minera en el primer año fue de 6 815 000 y en el segundo de 5 429 000 pesos.
Debido a la transformación económica, Sinaloa se consumó como una en-
tidad eminentemente agrícola, dependiente de productos de alto valor agre-
gado. Como siempre, se continuó con la producción de maíz, frijol, cebolla y

7
Es pertinente señalar que, en un principio, la política instituida por los gobernantes sina-
loenses entre 1920 y 1934 era de claro rechazo al reparto agrario, y como no existía en el estado
un movimiento fuerte que luchara por la mejor distribución de la tierra, no tuvieron dificultades
para sobrellevar la situación que por tantas décadas había existido, aunque como se ha dicho, no
se opusieron a lo que hacían los terratenientes. Posteriormente, la Reforma Agraria fue aplicada
en Sinaloa y fueron repartidas las propiedades de grandes empresarios latifundistas como los
Redo, Almada, Jhonston, van de Water, De la Vega, Bon, entre otros.
8
Gustavo Aguilar, Banca y desarrollo regional en Sinaloa: 1910-1994, México, PyV/UAS/DI-
FOCUR, 2001, p. 125.
Eduardo frías sarmiento 47

legumbres; sin embargo, se fortalecieron cultivos de amplio espectro comercial


e industrial tales como el garbanzo, el tomate, la caña de azúcar, el algodón, y
el chile verde.9 En este periodo de reconstrucción,10 ante la apertura de nuevos
canales comerciales, las hortalizas y el garbanzo comenzaron la carrera por la
conquista de otros mercados, con lo que se convirtieron en un nuevo mecanis-
mo de acumulación económica y los pequeños propietarios lograron adquirir
una gran cantidad de tierra.
Si bien la repartición de tierras en Sinaloa benefició a pequeños propieta-
rios que se convirtieron en eficaces exportadores de productos y en nuevos
ricos,11 la reforma cardenista aplicada entre 1934 y 1940, con todo y que lastimó
seriamente la estructura agrícola del estado, no fue capaz de eliminar del pa-
norama económico a las élites tradicionales12 o de nuevo cuño que se habían
aposentado en los fértiles valles donde se desarrollaba una agricultura moder-
na que se robustecía con la reconversión agrícola, la camaleónicamente, estos
se reacoplaron a las condiciones imperantes, e incluso fortalecieron y diversi-
ficaron sus actividades invirtiendo en empresas relacionadas estrechamente
con el sector.13 Los empresarios sinaloenses demostraron su arrojo o la fuerte
disposición por transformar el campo sinaloense, especialmente aquellos de-
dicados al agrocomercio; ni las secuelas de la crisis de 1929 ni la disminución
de los predios agrícolas por el reparto agrario impidieron su accionar. Muchos

9
Eduardo Frías Sarmiento, «Transformación económica y reconversión productiva en Si-
naloa, 1890-1950», en Investigaciones Históricas. Época moderna y contemporánea, Valladolid,
Universidad de Valladolid, 2015, pp. 219-250. Por su parte, Ramón Martínez Huerta expone que
durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX la economía estatal se vio fortalecida por el
crecimiento de los productos hortícolas y el mercado externo, pero esa es otra historia. Ramón
Martínez Huerta, Innovación tecnológica y crecimiento económico en la horticultura sinaloense de
exportación: 1980-2000, Culiacán, CONACyT/UAS, 2007, pp. 262-263.
10
Se denomina periodo de reconstrucción a la etapa posterior a la Revolución mexicana
y hasta fines del cardenismo. En esta etapa los gobiernos posrevolucionarios aplican políticas
nacionales para que la economía retome los estándares que tenía antes de darse el movimiento
armado.
11
Herberto Sinagawa Montoya, Sinaloa, agricultura y desarrollo, Culiacán, CAADES, 1987, p.
150.
12
Ibíd., p. 211. El mismo autor asegura que la aplicación de la reforma agraria en Sinaloa no
fue producto de un fuerte movimiento campesino, sino de la aplicación de una política a nivel na-
cional que buscaba quebrantar el poder político y económico de los terratenientes porfiristas que
deseaban continuar gozando de los privilegios otorgados por el gobierno del antiguo régimen.
13
César Aguilar Soto, Empresarios y desarrollo agrocomercial en Sinaloa, México, PyV Edito-
res/UAS/PROMEP/FACES-UAS, 2010, pp. 264, 266.
48 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

de ellos, propietarios de las mejores tierras de los valles de Culiacán, Mocorito,


Angostura, Guasave, Ahome y El Fuerte, para fortalecer su patrimonio y evitar
futuros sobresaltos, generados por desequilibrios económicos externos e inter-
nos, invirtieron sus capitales en actividades diversas relacionadas con el agro.
Al concluir el periodo cardenista, y entrar Estados Unidos en la Segunda
Guerra Mundial, la agricultura en Sinaloa se fortaleció, ya que México elevó
las exportaciones de hidrocarburos, metales y productos agrícolas al mercado
norteamericano ya fuese en plazas comerciales o directamente a los campos
de batalla, como fue el caso del tomate sinaloense. En la entidad sinaloense, la
agricultura se modernizó rápidamente al incorporar en el campo maquinaria
e insumos de avanzada, y que con ello se convirtiera en punta de lanza de la
economía estatal.14
La consolidación agrícola en el estado permitió la creación de empresas
comerciales e industriales: las primeras brindaban servicios especializados al
campo y las segundas se desarrollaron a raíz de la transformación de la materia
prima producida en la región, creándose industrias despepitadoras, harine-
ras, arroceras, aceiteras y cerveceras.15 Los empresarios agrícolas sinaloenses
aprovecharon las ventajas comparativas del entorno para conformar un ni-
cho agro-comercial-industrial16 de gran dinamismo y alta competitividad en
el país. Cinco ventajas fueron determinantes para lograrlo: 1) la abundancia

14
En la actualidad, los empresarios agrícolas de Sinaloa continúan explotando la agricultura
comercial, con tecnología de la más moderna y con resultados excelentes, al grado que la enti-
dad es el primer productor de tomate, hortalizas, garbanzo, maíz blanco en el país; cabe decir
que muchos de ellos son empresarios de viejo cuño, pues sus ancestros fundaron las empresas
entre la década de los veinte y los primeros años de la segunda mitad de siglo XX.
15
César Aguilar Soto, op. cit., p. 269.
16
Esto es un desarrollo económico regional basado en la agricultura moderna y enfocado
principalmente al comercio exterior (sin que ello signifique que el mercado interno no tuvo un
papel determinante en el impulso de algunos productos), y donde el sector comercial se incre-
mentó al grado de ser la actividad más atractiva para los capitalistas, quienes, como se ha visto,
crearon una serie de negociaciones para abastecer las demandas de los agricultores, pero de-
pendiente de las fluctuaciones de la agricultura; la industria de alimentos, por su parte, también
dependía de la estabilidad y el crecimiento agrícola, y sin estas las distintas fábricas existentes en
el estado tendrían pocas posibilidades de continuar existiendo, ya que una cantidad importante
de los accionistas eran dueños de las tierras. Es decir, había una interrelación directa entre los
sectores primario, secundario y terciario, donde el primero dominaba mientras que los demás
se fortalecían conforme se implantaban en el país las políticas económicas del presidente Miguel
Alemán (1946-1952), principal impulsor de la industrialización de México en la primera mitad
del siglo XX.
Eduardo frías sarmiento 49

de tierras de óptima calidad — ­ poco más de un 1 000 000 de hectáreas de las


cuales aproximadamente 200 000 eran utilizadas a fines del periodo analizado,
pues contaban con una importante red de canales—, 2) la gran cantidad de
agua que proporcionaban los 11 ríos que surcan el estado —aunque en la zona
de mayor explotación agrícola solo se utilizaba el agua de seis de ellos—,17 3) el
clima que promediaba en los 25 grados centígrados y que de acuerdo con los
especialistas es favorable para el desarrollo agrícola, 4) la cercanía con el prin-
cipal mercado consumidor (EU), quien absorbía más del 80 % de los productos
generados en invierno y 5) la abundancia de mano de obra local y golondrina
que año con año arribaba de otras entidades, misma que con el correr del tiem-
po se ha especializado en el cultivo de tomate y hortalizas.18
También las ventajas competitivas fueron determinantes para lograr la con-
solidación y la reconversión de la agricultura. Desde la década de los veinte,
tanto los grandes agricultores como los medianos y pequeños propietarios
privados cultivaron sus tierras con la intención de colocar el producto en pla-
zas comerciales de otras regiones, principalmente de Norteamérica y Europa.
Aprovechando las bases de las ventajas comparativas, desarrollaron nuevas va-
riedades de productos utilizando simientes mejoradas; en un principio impor-
tadas y, posteriormente, desarrolladas en los centros de investigación agrícola,
que a fines de la primera mitad del siglo xx se establecieron en la entidad; tam-
bién adaptaron variedades de productos con demanda en el mercado inter-
nacional: tomate, hortalizas y garbanzo, principalmente, y en menor medida,
maíz, trigo, caña de azúcar, algodón y sorgo.
La construcción de una amplia red hidráulica permitió aprovechar el agua
de los ríos, ya que las presas y los canales incrementaron sustancialmente el
potencial de las tierras de regadío. Al contar con abundante líquido, anual-
mente se obtenían dos cosechas en lugar de una, incluso la producción era

17
Los ríos Elota, San Lorenzo, Culiacán, Mocorito, Sinaloa, Fuerte; véase Eduardo Frías, El
oro rojo de Sinaloa, México, UDG/UCLA PROGRAM ON MEXICO/PROFMEX WORLD/UAS/CASA
JUAN PABLOS, 2008, p. 59.
18
Al respecto, cabe señalar que la mano de obra agrícola, si bien es abundante, debe dife-
renciarse de la siguiente manera: la local, es decir, la que radica en la entidad participaba todo
el año en la explotación agrícola, ya sea cultivando cereales, leguminosas, tubérculos, caña de
azúcar, algodón, o cosechando mango, naranjas, litchies, así como tomate y hortalizas; por otro
lado, los golondrinos trabajaban en los campos agrícolas de octubre a mayo, y a diferencia de
los peones de la localidad su fuerza se utilizaba exclusivamente para la plantación y el corte de
tomate, hortalizas y legumbres para la exportación.
50 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

mayor al no depender de las lluvias; la agricultura comercial, de este modo,


dejó de ser de temporal. Además, se tecnificó la explotación del campo, apa-
recieron tractores, sembradoras, trilladoras, bombas fumigadoras, entre otra
maquinaria e implementos agrícolas.
La presentación del producto también tuvo cambios ante los requerimien-
tos de los nuevos mercados; se mejoró el tamaño, la calidad, el embalaje, la
coloración y la vida de anaquel (esto último en el caso del tomate y otras hor-
talizas). Las ventajas competitivas se incrementaron con la creación de aso-
ciaciones agrícolas y financieras que protegían al sector; por ejemplo, en 1932
se creó la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa
(CAADES)19 y en 1933 el Banco de Sinaloa, S. A.20 La primera aglutinó a los
propietarios más prominentes del campo sinaloense, así como a medianos y
pequeños que se interesaron en la agricultura comercial; al crearse la CAADES
se brindó protección al sector, ya que los agricultores negociaban en mejores
condiciones sus cosechas, como grupo sólido y no como propietario aislado,
además se organizaron de tal forma que se sembraba la tierra de acuerdo con
la demanda para evitar la saturación del mercado.
Al aprovechar todo tipo de ventajas y poner en práctica estrategias mercan-
tiles y administrativas modernas, los empresarios locales lograron diversificar
sus actividades y tuvieron resultados que les permitieron participar en espa-
cios donde sus capitales se retroalimentaban para después ser reinvertidos en
la agricultura, fortaleciendo de esa manera al sector.
Entre 1940 y 1950, e incluso después, la agricultura se fortaleció con la crea-
ción de grandes obras hidráulicas.21 Este hecho permitió y fortaleció la aper-
tura de nuevas tierras de cultivo, especialmente en el centro y el norte de la
entidad; asimismo, impulsó la creación de nuevos centros agroindustriales, de
comercio y de servicios.
La Segunda Guerra Mundial, por su parte, fue un elemento que incenti-
vó el crecimiento agrícola de Sinaloa. La demanda de productos del campo
para alimentar a las tropas y la población de Estados Unidos y otras regiones
del orbe permitió a los empresarios sinaloenses incrementar los volúmenes

José Francisco Pérez Ríos, «CAADES: Una institución de la agricultura sinaloense (1980-
19

2000)», tesis de licenciatura, Culiacán, Facultad de Historia, 2003.


20
Gustavo Aguilar Aguilar, Banca de desarrollo regional en Sinaloa, 1910-1994, México, UAS/
PyV/DIFOCUR, 2001, pp. 158-159.
21
Ruth Zamudio López, Historia del desarrollo hidroeconómico de Sinaloa 1947-1970, tesis de
maestría, Culiacán, UAS, 2009, p. 51.
Eduardo frías sarmiento 51

de hortalizas y granos para consumo humano. Pero no solo eso, también en la


esfera nacional la demanda aumentó considerablemente por todo tipo de pro-
ductos cultivados en los campos sinaloenses: algodón, tomate, caña de azúcar,
garbanzo, legumbres, entre otros, como el cártamo y el sorgo.22

Garbanzo en Sinaloa

Historia, gastronomía y producción

El nombre científico del garbanzo es cicer arietinum: «cicer» en latín significa


chícharo23 (nombre que en esa época se daba tanto a garbanzos como a gui-
santes) y «arietinum» es la forma de espolón que tiene la semilla.24 Si bien es
importante conocer por qué se denomina así dicha legumbre, igualmente es
importante señalar algunos datos que ilustran al lector del por qué en la actua-
lidad es muy demandada en gran parte del mundo.
Los especialistas en historia antigua, especialmente de la agricultura, han
señalado que las legumbres han sido uno de los principales alimentos de la hu-
manidad por la amplia cantidad de granos debido a
una buena cosecha. Es decir, tanto las lentejas, frijo-
les, chícharos, habas, judías25 y garbanzo son plantas
leguminosas que producen gran cantidad de semi-
llas en vainas, o glóbulos, para el caso de este últi-
mo. Esta característica era muy importante para los
productores del Cercano Oriente, ya fuesen turcos,
iraquíes e israelitas o para los actuales agricultores
de Europa y América Latina, por la amplia población

22
Nubia Gabriela Valenzuela Frías, Actividad empresarial en el municipio de Ahome: 1940-
1970, tesis de maestría, Culiacán, UAS, 2011, pp. 69-70.
23
Disponible en http://www.etimologias.dechile.net/?garbanzo (Consultado el 15 de febrero
de 2015).
24
Carlos Azcoytia señala un dato curioso: «que lo anecdótico del nombre es que hubo épo-
cas en las que se asumía el nombre de Marco Tulio (106-43 a), por pensarse que su apellido era
consecuencia de tener una verruga en la nariz del tamaño de un garbanzo», en Carlos Azcoytia,
«Historia de los garbanzos» en Historia de la cocina y la gastronomía. Disponible en http://www.
historiacocina.com/es/historia-de-los-garbanzos (Consultado el 18 de agosto de 2015).
25
Definición general para los productos de vainas.
52 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

que consume esa semilla. De acuerdo


con Azcoytia, en Turquía se conoció
el fruto desde aproximadamente seis
mil años,26 aunque también se mencio-
na que es originario de la India, pues
hay indicios que se consumía desde la
prehistoria, tanto en ese lugar como en
Egipto y Grecia.
Otros trabajos científicos citan los
descubrimientos que el arqueólogo
Rowley Conwy hizo junto al Éufrates.
Entre el 9500 y 9000 a. C., siglos en los que apareció la agricultura, el garbanzo
estaba entre los restos que tenían los asentamientos descubiertos por Conwy;
dicha legumbre, se puede afirmar, ha sido determinante en la alimentación del
ser humano desde los primeros siglos en que se presentó la revolución agrícola
en el mundo.27
Si nos ubicamos en Europa del Sur, específicamente en Italia y España, se
tiene que los romanos lo consumían copiosamente en los primeros años de
nuestra era preparados como puchero (caldo con verduras, carne y garbanzo)
tanto en festividades como en los velorios, o en formas de golosina (tiernas o
tostadas) que eran comercializadas por vendedores ambulantes.
En España y otras partes del Mediterráneo, el garbanzo también se relacio-
naba con festividades religiosas; en la península ibérica, el Viernes Santo se
escogía para degustarlo masivamente: la conmemoración del entierro de Jesu-
cristo servía de pretexto para comerlo como potaje.28 José del Moral afirma que
hasta el siglo XVII los garbanzos eran una comida frecuente entre españoles,
y cuando los románticos europeos descubrieron España en el siglo XIX, una
de sus sorpresas fue encontrar que en todos los hogares, invariablemente al
mediodía, la comida era cocido de garbanzo, «trescientas sesenta y cinco ve-

26
Carlos Azcoytia, op. cit.
27
José del Moral de la Vega et al., El cultivo del garbanzo. Diseño para una agricultura soste-
nible, Madrid, Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, 1996, p. 3.
28
De igual forma, los griegos de la época clásica los degustaban en banquetes fúnebres,
mientras que en la región de Niza eran muy importante en los Miércoles de Ceniza, el Viernes
Santo y el Día de Todos los Santos. Disponible en https://es.vikidia.org/wiki/garbanzo (Consul-
tado el 20 de mayo de 2015).
Eduardo frías sarmiento 53

ces, y si el año es bisiesto una vez más», como


le expresó Davallier.29 Como se observa, la de-
manda por dicho alimento era de gran tras-
cendencia en el mundo antiguo, moderno y
contemporáneo, y aunque se ha señalado que
este producto era de vital importancia en ac-
tos religiosos, las formas en que la sociedad los
consumía eran diversas: cocidos, tostados, en
harina, en infusión, como café.
Sin embargo, tanto a los españoles como a otras sociedades del orbe los
alcanzó la modernización, y el cocido se relacionó con la pobreza: «[...] y tras
la entrada de España en el despegue del desarrollo industrial, justo cuando
los españoles comenzábamos a tener frigorífico, televisión y coche utilitario,
desechamos el garbanzo al considerarlo símbolo gastronómico de ordinariez,
sustituyéndolo por el broiler, roast-beef, beef-steak».30
A mediados del siglo XX, los españoles vieron cómo se dividían los sitios de
comida: por un lado, los finos restaurantes que servían comidas internaciona-
les y eran atendidos por capitanes y meseros, y por otro lado, estaban los res-
taurantes de comida casera para las clases de menos recursos. Las novedades
gastronómicas que inundaron la península ibérica influyeron en la reducción
del consumo de garbanzo, como citan José del Moral y V. Chica Herrera:

El español abandonó la costumbre de comer asiduamente cocido de garbanzos y


a consecuencia de ello se redujo la superficie de cultivo. Este desinterés por el gar-
banzo contribuyó a que no se hiciesen estudios de mejora o a que estos no fuesen
adoptados por los agricultores, lo que explica los bajos rendimientos en España
comparados con otros del área americana.31

De esta manera, llegamos al siglo XX en México, donde la participación de


la agricultura es determinante en la economía. Como muchos otros países de
Latinoamérica, este ha sido eminentemente rural hasta mediados del siglo pa-
sado, cuando inicia la inmigración masiva a las ciudades de mayor crecimiento

29
Fue un viajero amante de la cultura española. José del Moral de la Vega et al., op. cit., p. 3.
30
Ibíd., p. 4.
31
José del Moral de la Vega et al., «Garbanzo humano en Badajoz», en Agricultura. Revista
Agropecuaria, año LX, núm. 702, enero, Madrid, 1991, p. 60.
54 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

como el Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara, así como a las capitales y


polos de desarrollo de las diversas entidades federativas.
Desde el periodo porfirista hasta la década de los cincuenta hubo una se-
rie de movimientos en el ramo agropecuario, especialmente en la agricultura.
Las actividades de mayor rendimiento eran las dedicadas a las exportaciones,
en especial de metales preciosos; sin embargo, los hacendados capitalistas se
esmeraban por continuar con la producción de henequén, caucho, tabaco, vai-
nilla, añil, maderas preciosas, café, entre otros artículos, con la finalidad de
ampliar el área de comercialización y en buscar, principalmente, el mercado
externo. A pesar del apoyo institucional, el mercado interno seguía siendo una
buena opción, por ejemplo, para el azúcar y el algodón, que se generaba en
diversos estados de la República, pero en especial, este último, en la Comarca
Lagunera, así como para el maíz, principal alimento del pueblo mexicano, que
luchaba contra los embates de la modernización agrícola y la ambición de los
grandes productores que dejaban las peores tierras para este cultivo. Según
Fujigaki:

Dentro de la producción de alimentos, el rubro fundamental era el maíz, el cual


aumentó en forma muy lenta entre 1892 y 1907; la evidencia de su caída en el último
trienio del porfiriato se manifestó en el elevado crecimiento de las importaciones.
Sin embargo, en casi todas la unidades productivas, parte de la producción (a veces
una gran parte), se dedicaba al autoconsumo y, por tanto, no pasaba por el ámbito
del mercado, por lo que era difícil contabilizarla [...].32

La Revolución mexicana, que dio al traste con el periodo porfirista, trasto-


có gravemente gran parte de las actividades económicas del país, especialmen-
te la de productos de consumo masivo como el maíz, el frijol y el garbanzo,
aunque este último se recuperó con rapidez al finalizar el movimiento armado.
Un cambio importante que acarreó la lucha armada fue el desplazamien-
to de las zonas productivas. El noroeste mexicano cobró importancia con la
incorporación de nuevos productos al mercado externo, mientras que el sur
y el centro disminuyeron la participación que por décadas habían tenido. Las
grandes obras de irrigación que apoyaron los gobiernos de la Revolución en el
norte mexicano, especialmente en Sinaloa y Tamaulipas, apuntalaron las acti-

Esperanza Fujigaki, «La agricultura, siglos XVI al XX», en Enrique Semo (coord.), Historia
32

económica de México, México, UNAM/OCéANO, 2004, p. 105.


Eduardo frías sarmiento 55

vidades agropecuarias para la exportación, que en un primer momento tuvie-


ron a Estados Unidos como el mercado ideal, por su cercanía. Fujigaki señala:
[...] También regionalmente los beneficios se distribuyeron en forma desigual, ya
que cinco estados: Baja California, Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas con-
centraron 53.03 % de las inversiones en proyectos de irrigación entre 1941 y 1970
(Sinaloa tenía el 22.26 %).33

Los años de 1920 a 1950 fueron de grandes transformaciones en la economía


del sector agrícola nacional, debido a factores externos como la crisis de 1929
y la Segunda Guerra Mundial e internos como la Guerra Cristera y la Reforma
Agraria. Estos fenómenos trastocaron la agricultura, aunque es pertinente se-
ñalar que no en todos los estados fue igual, pues en algunos los efectos no fue-
ron tan adversos; por ejemplo, en Sinaloa la Guerra Cristera prácticamente no
se conoció y la Reforma Agraria fue sorteada por los grandes hacendados que
dividieron los latifundios entre sus familiares o vendieron anticipadamente y a
precios excesivos gran parte de sus tierras.
En lo que respecta al garbanzo, hasta el momento ha sido difícil encon-
trar trabajos que hablen acerca de su evolución en México, es decir, que nos
cuenten cuándo llegó, cómo se distribuyó y de qué manera se consumía en el
país. Lo que más abunda son trabajos especializados (técnicos, agronómicos,
de experimentación) a partir de la segunda mitad del siglo XX hasta el presen-
te, lo que coincide con la demanda de este producto en los mercados externos
aumentó considerablemente. Por ello, los centros de investigación agrícola ex-
ponen trabajos sobre el mejoramiento genético de la simiente, su rendimiento
en determinados climas y suelos, los problemas que se presentan en la salud y
presentación del mismo, así como cuáles son las estrategias para adentrarse en
los mejores mercados y desarrollarse.

Situación del garbanzo en México y Sinaloa

No obstante la escasez de textos históricos sobre el garbanzo en México y Sina-


loa, existe información en la web que ha sido escrita por nutriólogos, cronistas,
aficionados a la historia culinaria y algunos historiadores. De acuerdo con esta,
tras la conquista del imperio azteca se inició una gran migración de españoles

33
Ibíd., p. 123.
56 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

y otros europeos hacia los territorios del nuevo mundo. El establecimiento de


los peninsulares provocó la entrada de todo tipo de géneros; las necesidades
básicas de alimentación se cubrieron, en un primer momento, con productos
traídos directamente de España y por los cuales había un gusto preferente,
pero después rápidamente cultivaron trigo, cebada y avena para elaborar pan;
ajos, cebollas y especias para condimentar los guisos, y dispusieron de aves de
corral, así como de ganado vacuno, ovino, bovino y porcino para completar
su dieta; sin olvidarnos de los guisantes: chícharos, habas y garbanzos, estos
últimos de gran demanda en la península ibérica. Los españoles tienen hasta la
fecha una gran afición por el consumo del garbanzo.34
En los nuevos territorios que conquistaban y comenzaban a domesti-
car para beneficio de la corona española, los ibéricos imponían sus hábitos
alimenticios. El hábito de comer garbanzo en grano es representativo de las
sociedades cristianas, como la española y la mexicana, mientras que los mu-
sulmanes, judíos e hindúes hasta la fecha acostumbran degustarlo en forma
de harina preparada. Los mexicanos, por influencia de la tradición española,
continúan consumiéndolo en grano, pero dicho consumo no es estacional o
representativo de fechas religiosas, sino que en las diferentes entidades se come
durante todo el año. Actualmente se usa mucho en dietas alimenticias por su
alto valor nutritivo,35 pues gracias a su alto contenido de proteína, es un fuerte
sustituto de la carne, el pescado y los lácteos. Junto con otras legumbres como
frijoles, lentejas y alverjas, «puede cubrir aminoácidos esenciales, además de
vitaminas y minerales. También se utilizan como manejo y prevención de la
obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas [...]».36
El garbanzo es un producto que se adaptó rápidamente a los suelos y climas
que existen en gran parte del país. Su cultivo presenta una amplia dispersión
geográfica, pero desde que cobró importancia comercial fueron Sinaloa, So-
nora, Jalisco, Michoacán y Guanajuato los estados que más participaron en la
competencia por las mejores cosechas y mercados.37

34
Disponible en http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/fondo2000/vol2/20/htm/sec_7.
html (Consultado el 18 de septiembre de 2016).
35
Disponible en http://www.ambiente-ecologico.com/ediciones/alimentos/001 Alimentos
ElGarbanzo JoseLuisMarginetCampos.php3 (Consultado el 18 de septiembre de 2016).
36
Disponible en https://nutrición.ufm.edu/blog/tag/garbanzo/ (Consultado el 15 de sep-
tiembre de 2017).
37
Eduardo Frías Sarmiento, «Regiones productoras y vías de comercialización del garbanzo
en Sinaloa (1920-1940)», en Jesús Méndez Reyes y Gustavo Aguilar, Debates sobre el noroeste de
Eduardo frías sarmiento 57

Además de las invaluables propiedades nutricionales y medicinales, así


como su variedad gastronómica; su historial genético le permite sobrevivir en
tierras semiáridas,38 con poca precipitación pluvial, como las de las regiones
del noroeste mexicano. La adaptabilidad de la leguminosa es tan amplia que
acepta ser cultivada en zonas tropicales, subtropicales y templadas; por ejem-
plo, las especies de tipo Kabuli se desarrollan perfectamente en las templadas,
mientras que las de tipo Desi se cultivan en zonas tropicales semiáridas.39 De
acuerdo con los especialistas, existen tres tipos básicos de esta legumbre, los
dos ya citados, y Gulabi, los cuales se diferencian entre sí por el tamaño, la
pigmentación y la forma de la semilla.40
Por otra parte, si bien el producto de mayor calidad generado en México es
para la exportación, los granos que se producen en El Bajío y otras regiones se
destinan al mercado interno para el consumo del ganado, pero también para
la sociedad que no consume garbanzo de primera, pues la producción de Si-
naloa y Sonora, como se ha señalado, está destinada a los mercados externos.
El garbanzo que se queda en el país es aprovechado para realizar una gran
variedad de guisos, harinas, repostería y botanas. ¿Qué mexicano no conoce
un buen caldo de gallina, pollo o barbacoa que contenga garbanzo, o qué per-
sona que haya viajado a Veracruz, Oaxaca y Tabasco no ha comido garbanzo
con chile y limón, tostado, con mondongo, callos con garbanzo preparados en
los caseríos, restaurantes o fondas del puerto veracruzano? Una forma menos
difundida en la gastronomía nacional, pero muy apreciada por las poblaciones
y rancherías sinaloenses, es, fresco y recién cortado, tatemarlo en los comales
para así ser consumido o para usarlo en caldo con chile colorado, lo que es
muy común. También en algún momento, las clases marginadas, al igual que
en otras partes del orbe, lo mezclaron con café.41

México. Agricultura, empresas y banca (1906-1940), México, UABC/UAS, 2012, pp. 166-167; Secre-
taría de Agricultura y Fomento (en adelante SAF), México, 1941, p. 47.
38
Disponible en: http://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/nu-
mero/434/la-revolucion-de-los-garbanzos-10555 (Consultado el 6 de septiembre de 2015).
39
Las temperaturas óptimas para su cultivo fluctúan entre los 21 y 26 °C; no obstante, puede
soportar temperaturas muy altas en el periodo de fructificación. Además, puede crecer en pre-
cipitaciones anuales entre los 600 y 1000 mm.
40
Disponible en http://intremgroup.com/?page_id=57 (Consultado el 10 de febrero de 2015).
41
Disponible en http://www.enciclopediagro.org/index.php/indices/indice- flora-y-fau-
na/682- garbanzo (Consultado el 30 de abril de 2015). El garbanzo actualmente se ha convertido
en un sustituto del café: más del 60 % se usa en mezclas que posteriormente se venden como café
popular, y en la gastronomía de México también se usa en muchos platillos.
58 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

A pesar de su alto valor nutricional y grandes


beneficios para la salud, es poco el garbanzo que
se consume en Sinaloa, ya que la mayor parte de
su producción es para el mercado interno, como
afirmaba en 2009, Benjamín Valenzuela Segura,
presidente de Integradora Comercial Sinaloa. De
acuerdo con Valenzuela, Sinaloa producía apro-
ximadamente 85 % del garbanzo del país, pero
que solo 5 % se quedaba en el país para consumo
y semillas.42 Este mismo artículo la especialista
en nutrición, Marcela de Jesús Vergara Jiménez,
señala que aun cuando esta leguminosa posee todo tipo de beneficios para la
salud, por ejemplo, brindar protección cardiovascular, solucionar o prevenir
las hemorroides o el estreñimiento, y no obstante de formar parte de la canasta
básica, se consume poco, ya que no se cuenta con una amplia variedad de pla-
tillos donde incorporarlos.
En síntesis, el consumo de garbanzo se ha difundido en el mundo, mas no
en Sinaloa. Sin embargo, la demanda de la leguminosa ha sido benéfica para
productores de todos los países, entre ellos México. En el periodo de estudio,
la gráfica 1 muestra que en el país la producción de garbanzo tuvo un compor-
tamiento errático, de acuerdo con la curva imaginaria que forman las barras.
Si se analiza el periodo de estudio, se observan tres momentos: los años de
1925 a 1930 tiene, su pico más alto en 1926, cuando la producción rebasó las
83 000 toneladas, para luego iniciar una caída que se detuvo en 1930 al obtener-
se apenas 50 000 toneladas. Este hecho puede entenderse de diversas formas;
por un lado, la agricultura cobraba relavancia en la economía de vastas regio-
nes y se apuntalaba como motor de desarrollo, como fue el caso de Sinaloa.
En esos años, el país se recuperaba lentamente de la lucha armada mexicana
(1910-1920), y el garbanzo jugaba un excelente papel en el sector agrícola: era
un producto de suma importancia para el comercio exterior y ocupaba el oc-
tavo lugar nacional. Gracias a la demanda de España y otros países de Latino-
américa, y a que se presentaba una reconversión agrícola para la exportación,
la cosecha de 1926 pudo rebasar las 80 000 toneladas; por el otro lado, la crisis
de 1929 fue un elemento que si bien influyó en las exportaciones de garbanzo a

42
Disponible en http://www.noroeste.com.mx/pub/115766 (Consultado el 23 de agosto de
2017).
Eduardo frías sarmiento 59

Estados Unidos y España, no fue


determinante en la caída de la
producción mexicana, pues las
50 000 toneladas obtenidas en
1930 se quedaron cortas ante las
85 000 toneladas generadas en
1931, e incluso la producción fue
más grande que la de 1926, cuan-
do la Gran Depresión ni siquiera
era imaginada.
Un segundo momento com-
prende los años de 1931 a 1940.
Esta década fue más errática
que la anterior, ya que inició con
85 000 toneladas, pero al año
siguiente se presentó una gran
caída, pues apenas se rebasaron
las 43 000 toneladas. Las barras
de la gráfica muestran una recu-
peración en los años posteriores,
en 1935 se llegó a cultivar 67 000 toneladas, para luego disminuir a 25 000 tone-
ladas en 1937, el año de la peor cosecha en el periodo de estudio. De ahí en ade-
lante, se inició una recuperación, pues en el bienio de 1938-1939 se obtuvieron
57 000 toneladas en cada ciclo agrícola, mientras que para 1940 se acercaron
a 65 000 toneladas. A partir de esa fecha, en el siguiente periodo se observará
una recuperación más estable.
Con respecto a las cifras de la gráfica, tales resultados se debieron a diver-
sas problemáticas: si bien en 1931 se observó una incremento en la producción
nacional de garbanzo, no debe olvidarse que la crisis de 1929-1933 estaba en
su mayor apogeo, por lo que las exportaciones de productos agrícolas fueron
afectadas gravemente en esos años. Dicha experiencia propició miedo a los
cambios inesperados e incertidumbre comercial entre los empresarios agríco-
las de Sinaloa; si bien dominaban la forma de cultivar en abundancia garbanzo
de calidad, a partir de esa situación replantearon sus estrategias para apostar
por el garbanzo, y decidieron que no volverían a sembrar dicha leguminosa
sin tomar en consideración el mercado final. Además, aunque hubo una me-
joría de 1932 a 1935, en las fuentes se ha encontrado que el suceso no lució del
60 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

Gráfica 1. Producción nacional de garbanzo (1925-1950)


120 000 000

100 000 000

80 000 000
Kilogramos

60 000 000

40 000 000

20 000 000

0
1 1
1925 1926 1927 1928 1929 1930 193 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 1940 194 1942 194 1944 194 1946 1947 1948 1949 1950
3 5

todo bien para los productores o exportadores, pues al comenzar la guerra civil
española se frenaron las exportaciones y hubo un fuerte periodo de almace-
namiento y prohibición del cultivo de garbanzo por parte del gobierno mexi-
cano, la cual se levantaría cuando se colocaran en los mercados las cosechas
obtenidas entre 1936 y 1938. Dicho acto ponía al borde de la crisis a la empresa
garbancera, y los productores, al observar las trabas que les imponían, pensa-
ron en sembrar otras semillas para el comercio exterior, aunque no lo hicieron,
para bien del sector agrícola.
En el último trienio de la citada década se dio cierta recuperación, aunque
poco comparable con el mejor año de los periodos señalados. Sin profundizar
mucho en el tema, se infiere que el aumento de la producción agrícola estuvo
relacionado con la recuperación económica del país junto con el comienzo
de la Segunda Guerra Mundial, que propició la demanda norteamericana de
materias primas para alimentar a los militares que luchaban en los campos de
batalla.
Para finalizar, en la última fase, que comprende de 1941 a 1950, es noto-
ria la mejoría que tuvieron los productores con respecto a la producción de
garbanzo. La curva hasta 1948 se mantuvo constante y en ascenso; cierto que
se observan altibajos, pero estos fueron mínimos si los comparamos con los
dos anteriores periodos. El año de 1941 arrancó con un máximo de 70 000
Eduardo frías sarmiento 61

toneladas, según la Secretaría de Agricultura y Fomento (SAF), pero en 1947


se incrementó a más de 115 000 toneladas. De ahí en adelante empezó una dis-
minución: 113 000 toneladas en 1948 y 80 000 en 1950. Con esto se cierra un
periodo de suma importancia dentro de la economía agrícola mexicana, pues
tanto los empresarios tradicionales, pero con ideas de cambio y moderniza-
ción en el sector agrícola, como los nuevo de cuño, lucharon para solventar los
problemas que se generaron dentro y fuera de México.
La producción de garbanzo sufrió graves trastornos a raíz de guerras, ve-
tos, proteccionismo gubernamental, afecciones climáticas, pero finalmente fue
encontrando su lugar en la economía agrícola mexicana. En la zona del Pací-
fico norte, Sonora y sobre todo Sinaloa se consolidaron como los principales
exportadores.
A continuación se realiza un análisis de la producción de garbanzo en Si-
naloa en el periodo de estudio.

Cuadro 1. Producción de garbanzo en Sinaloa


Año Toneladas
1925 7 469 000
1926 21 136 000
1927 17 137 800
1928 8 402 000
1929 15 729 987
1930 14 880 000
1931 17 792 500
1932 9 127 800
1933 16 778 800
1934 24 771 200
Año Toneladas
1935 33 633 000
1936 18 564 500
1937 6 608 500
1938 13 172 000
1939 19 276 160
62 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

1940 19 903 800


1941 25 000 100
1942 23 144 000
1943 15 370 400
1944 14 116 800
1945 26 546 500
1946 30 431 700
1947 31 422 800
1948 31 537 850
1949 24 062 200
1950 17 251 500
Total 503 266.897
Fuente: SAF

De acuerdo con los datos del cuadro 1, en el estado de Sinaloa se cultivaron


503 266.897 toneladas de garbanzo entre 1925 y 1950. Igual que en el ámbito
nacional, el proceso histórico de la siembra y cultivo de garbanzo no fue ho-
mogéneo ni estático. Primero, se atenderán los puntos de quiebre durante el
periodo: entre 1925 y 1930, los años de menor producción fueron 1925 con 7469
toneladas y 1928 con 8402, cifras muy por debajo de las 21 136 que se obtuvie-
ron en 1926 o incluso de las 14 880 de 1930.
Si lo vemos por décadas, en la de los treinta se presentaron dos ciclos agrí-
colas de mala cosecha: en 1932 los empresarios agrícolas pudieron cultivar un
total de 9127.8 toneladas, y a pesar de la relativa recuperación de los años si-
guientes, en 1937 observaron con impotencia la caída más drástica hasta ese
momento, pues solo lograron obtener 6608.5 toneladas. Este hecho inusitado
frustró a muchos agricultores, por lo que pensaron en redireccionar su acti-
vidad y abandonar la siembra de garbanzo, ya que eran muchos los factores
que había que superar, entre ellos la recuperación del mercado externo y el
proteccionismo gubernamental que prohibía incrementar la superficie de este
cultivo. Sin embargo, hubo quienes apostaron por esta leguminosa y se orga-
nizaron y protegieron a través de las sociedades que se habían constituido para
explotar la tierra sinaloense, por ejemplo, la Confederación de Asociaciones
Eduardo frías sarmiento 63

Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES) y la Unión Nacional de Productores


y Exportadores de Garbanzo (UNPEG), así como las asociaciones regionales
de la entidad, ya fuera la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, del Río
Sinaloa o del Río Mocorito, por citar algunas.
De esta manera, en los años que van de 1941 a 1950, únicamente en 1944
y 1950 las cifras de producción disminuyeron; en el primero se obtuvieron
14 116.8 toneladas, mientras que en el segundo 17 251.5, un poco más arriba que
en 1944 pero bastante bajo con respecto a 1948, cuando se obtuvieron 31 537.8
toneladas.
Para tener una visión más clara de lo expuesto, en la gráfica 2 se muestra el
movimiento que presentó el cultivo de garbanzo en el periodo analizado.
Con la perspectiva general, es posible observar que en Sinaloa en los tres
periodos expuestos tanto los picos más altos de producción como los mínimos
tienen la misma línea imaginaria que se presenta para el caso nacional; esto
demuestra que nuestro estado era uno de los principales productores de gar-
banzo, igual que Sonora, aunque este último se rezagó en 1929, cuando la co-
secha sumó 8750 toneladas, mientras que la entidad sinaloense obtuvo 16 300
toneladas, y a partir de ese año predominó en competencia por el mercado del
garbanzo todo el resto del periodo.

Gráfica 2. Producción de garbanzo en Sinaloa (1925-1950)


35 000 000

30 000 000

25 000 000

20 000 000
Toneladas

15 000 000

10 000 000

5 000 000

0 1 1
1925 1926 1927 1928 1929 1930 193 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938 19391940 194 1942 19431944 19451946 1947 19481949 1950
Año
64 garbanzo: gastronomía y producción en sinaloa, 1925-1950

Específicamente, en 1926 se obtuvieron 21 136 toneladas, el cual fue el pico


más alto de esta etapa; en 1935, los productores cosecharon 33 633 toneladas de
las 67 000 que se produjeron en el país, y en 1948 el monto fue de 31 537 tonela-
das de las 80 000 que se obtuvieron en el territorio nacional.
Cabe mencionar, finalmente, que la mayor parte el mercado del garbanzo
sinaloense era consumida en el mercado externo, por lo que los empresarios
de la entidad tuvieron que adaptarse a esa demanda y tuvieron que mejorar la
semilla, la presentación, la limpieza, la sanidad, el embalaje, entre otras cosas.
Pero eso ya es materia de otra investigación.

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https://es.vikidia.org/wiki/garbanzo
https://nutrición.ufm.edu/blog/tag/garbanzo/
La minería en Sinaloa, entre la crisis de la plata
y la Gran Depresión (1926-1934)

Francisco Javier Osuna Félix 1

El propósito del presente trabajo es estudiar el desempeño que tuvo la minería


en nuestro estado ante las vicisitudes causadas tanto por la crisis de la plata en
1926 como por la Gran Depresión en 1929. Para ello, analizaremos de manera
general su situación durante la época revolucionaria, y de manera específica,
las empresas que fueron organizadas, los empresarios que invirtieron en esta
actividad, el capital destinado, la producción obtenida y la mano de obra du-
rante este periodo.1

La minería en Sinaloa durante la Revolución mexicana

Entre 1910 y 1914, la minería en Sinaloa se vio severamente afectada por la in-
seguridad originada por la Revolución mexicana, ya que se paralizaron las ac-
tividades de los yacimientos al ser tomados por los revolucionarios para abas-
tecerse de recursos, pero también por el enrolamiento de los trabajadores en el
conflicto armado, así como por la depreciación de la plata que era el principal
producto de exportación de Sinaloa.2

1
Egresado de la Maestría en Historia de la uas.
2
Entre 1910 y 1912 la producción de oro y plata descendió 16 y 30 %, respectivamente. Al
triunfar la revolución maderista, aumentaron los volúmenes de oro en 14 % y de plata en 16 %
para el año fiscal 1912-1913. Sin embargo, durante la dictadura de Victoriano Huerta (1913-1914)
la minería sufrió un nuevo descenso en su producción, pues el oro se desplomó en 35 % y la
plata en 40%. Véase Departamento de Estadística Nacional, México, Imprenta Mundial, 1928,
pp. 235-236 y 243-244.

67
68 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

Entre 1915 y 1920, la minería sinaloense manifestó una mejoría debido a


la estabilidad política en nuestro país tras la caída del régimen huertista y el
aumento de los precios de los metales ante la demanda estadounidense por los
preparativos de la Primera Guerra Mundial. Todo ello se tradujo en una mayor
producción y valor,3 y continuó como un importante rubro de contribución
fiscal en el estado.4
Durante este periodo, a pesar del clima de inseguridad a causa del conflicto
revolucionario, se organizaron empresas mineras y se invirtió gran cantidad
de capitales, sobre todo por parte de empresarios extranjeros, lo que demostró
que la actividad minera continuaba siendo importante y presentaba buenas
oportunidades de negocios.5
La innovación tecnológica en las empresas buscaba incrementar la produc-
tividad y reducir los costos de producción. La mano de obra se enfrentó a una
situación difícil por la crisis de 1907, por lo que vieron en el conflicto armado
una oportunidad de manifestar su inconformidad hacia el régimen porfirista.

3
La producción de oro y plata tuvo un crecimiento promedio de 5.1 y 6.2 %, respectivamente,
registrándose una importante alza que se mantuvo hasta 1917 y luego empezó una fase de alti-
bajos que se aceleraría hasta 1926, cuando la producción de oro cayó 13.4% y la de plata 19.7%.
Fue importante el aumento de los precios de la plata entre 1916 y 1920, que fue de 80 centavos de
dólar la onza. Véase ., pp. 235-237 y 243-245.
4
Durante este periodo la minería ocupó el tercer lugar en lo que se refiere a la contribución,
y solo fue superada por los rubros de derechos de venta y el pago del predial, lo que significa
que la economía sinaloense estaba fincada en esta actividad. En 1910 aportó al fisco un total de
85 357 pesos, pero dos años después su participación declinó en un 32 % y para 1920, aunque
aumentó 86 % su aportación, cayó al quinto lugar, detrás de los conceptos de derechos de venta,
el pago del predial, el derecho de producción y los giros mercantiles. Véase Arturo Carrillo
Rojas, «Situación de la economía sinaloense durante la Revolución» en Imagínales, Hermosillo,
Universidad de Sonora, núm. 9, enero-junio, 2010, p. 23.
5
Entre 1910 y 1920 en Sinaloa, además de las empresas mineras creadas durante la época
porfirista (Pánuco, El Tajo, Guadalupe de los Reyes, entre otras) y que sobrevivieron al movi-
miento revolucionario, se constituyeron 38 compañías mineras que tuvieron un capital invertido
de 775 700 pesos. Estas empresas se fundaron con capitales que oscilaron entre los 200 000 y
los 100 000 pesos. El año en que más compañías mineras se constituyeron fue 1917, con cinco,
representando 13.15 %, Fue en la región sur del estado donde más compañías mineras se estable-
cieron, con 19, equivalente al 50 % conformadas con un capital de 445 200 pesos, que significó
57.39 % del capital invertido en esta actividad. En el municipio donde más se organizaron socie-
dades mineras fue Concordia, con 12, lo que representó 31.57 %, con un capital de 139 200 pesos,
equivalente a 17.94 % total invertido. En estas figuraron importantes inversionistas extranjeros
provenientes, principalmente, de Estados Unidos, Alemania y España. Fuente: Archivo General
de Notarías del Estado de Sinaloa (AGNES), 1910-1920.
francisco javier osuna félix 69

Además, posteriormente, amparados por la Constitución de 1917, se organiza-


ron en sindicatos para tratar de mejorar sus condiciones de vida y el respeto a
los derechos laborales.6
La región sur fue la principal zona minera del estado. Ahí se ubicaron las
empresas mineras más productivas, se obtuvo la mayor producción de meta-
les, se organizaron la mayoría de las nuevas compañías y se concentró la mayor
fuerza de trabajo.

Disminución de la producción minera en Sinaloa

Desde sus inicios, el sistema capitalista había presentado crisis económicas que
se manifestaban en bajas de producción industrial, descenso de los precios y
desempleo. Sin embargo, ninguna de ellas había puesto en duda la supervi-
vencia del mismo como la de 1929. La Gran Depresión, originada en Estados
Unidos, no fue fortuita sino que se estuvo gestando desde el final de la Primera
Guerra Mundial y se debió, por principio de cuentas, a la sobreproducción in-
dustrial estadounidense, al disminuir las exportaciones, en especial las agríco-
las, hacia Europa. Ante esto, se impusieron altos aranceles a las importaciones
para proteger a los productores, pero no se obtuvieron los resultados espera-
dos debido a que los precios agrícolas de 1920 a 1921 cayeron 40 %.7
La mala distribución del ingreso entre la población estadounidense también
influyó, ya que causó un desajuste entre la producción y el consumo debido a
la influencia de la tecnología en el empleo. Como consecuencia, los salarios
no subieron al mismo ritmo que la productividad, a diferencia de las utilida-
des que en la década de 1920 se triplicaron. La caída de la bolsa de valores de

6
Al estallar la Revolución mexicana, muchos trabajadores mineros influidos por el malestar
social que imperaba en contra de la situación política y económica, decidieron unirse al llama-
do de Madero para derrocar el régimen porfirista. Los mineros se enrolaron en las guerrillas
revolucionarias y atacaron los centros mineros de Copala, Pánuco, Guadalupe de los Reyes,
Cosalá, San Ignacio, Badiraguato y El Fuerte para proveerse de recursos a través del robo de
metales y el establecimiento de préstamos forzosos a los particulares. Con la promulgación de
la Constitución de 1917, las organizaciones de trabajadores mineros en Sinaloa cobraron auge y
realizaron paros de labores para exigir el cumplimiento de sus derechos. Véase Héctor R. Olea,
Culiacán, Centro de Estudios Históricos del Noroeste, A.C., Campus Culiacán, 1993, pp. 36-39;
Sergio Ortega Noriega, México, El Colegio de México/Fideicomiso Historia de las Américas/
fce, 2005, p. 270.
7
Robert Heilbroner y William Milberg, México, Prentice Hall, 10.ª ed., 2012, pp. 99-100.
70 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

Nueva York en octubre de 1929 se debió a una prolongada fiebre especulativa


durante toda la década de los veinte en el mercado cambiario, poniendo fin al
auge de las inversiones en acciones que había atraído a millones de estadouni-
denses como una fuente de multiplicación de sus ganancias.8
Los efectos en Estados Unidos se reflejaron en el descenso de un tercio en
la producción industrial y las ventas de automóviles, por ejemplo, cayó en un
50 %; hubo un aumento del desempleo, que fue de 27 %; quebraron miles de
bancos al no poder cobrar los préstamos y ello provocó una falta de liquidez;
los precios agrícolas disminuyeron 55 %, mientras que los índices de precios
y salarios tuvieron una contracción que osciló entre 40 y 60%. En Europa, la
crisis provocó un gran aumento en el desempleo y el desquiciamiento de los
sistemas monetarios, y regiones como América Latina, Asia y África se vieron
afectadas por la caída de los precios de sus principales productos de exporta-
ción como café, arroz, azúcar, cacao y trigo.9
Por su vinculación al mercado internacional, la minería de nuestro país
fue una de las actividades económicas que más resintió los efectos de la Gran
Depresión, ya que esta aportaba 43 % de las exportaciones en 1926, por lo que
esto era un gran sector para la estabilidad financiera mexicana. Por la relación
con el comercio exterior, la Gran Depresión vino a demostrar cuan vulnerable
era la minería al depender del mercado de Estados Unidos, al correr parale-
lamente con los ciclos de prosperidad y depresión. Ante esta situación, entre
1929 y 1933 la producción minera disminuyó notablemente: el oro cayó 2.17 %,
la plata, 37.35 %, el cobre 50.56 %, el plomo 52.23 % y el zinc 48.67 %. El valor
de la producción minera había decrecido notablemente, pues de 373 millones
de pesos en 1929 pasó a 285 millones en 1930, a 207 millones en 1931 y a 145
millones en 1932. Las exportaciones de productos mineros a Estados Unidos se
redujeron de, aproximadamente, 87 millones de dólares en 1929 a 37 millones
en 1932.10
Otro efecto de la Gran Depresión en la minería mexicana fue el desempleo.
Para 1932, se tenía registrado que 10 097 mineros estaban desocupados, lo que
representaba 3.01 % de los desempleados en el país en ese momento, que fue

8
John K. Galbraith, Barcelona, Ariel, 1985, pp. 132-133.
9
Eric Hobsbawn, Buenos Aires, Crítica, 2ª. ed., pp. 98-100; Francisco Simón Segura, Ma-
drid, Ediciones Académicas, 2002, pp. 228-229.
10
Marco Tonatiuh Águila Medina, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochi-
milco, 2004, pp. 47-48; Alonso Lemus Aguilar, tesis de licenciatura, México, Facultad de Econo-
mía/unam, 1982, p. 23; de México, Nacional Financiera, 1963, p. 63.
francisco javier osuna félix 71

de 335 313. Cinco estados de la república concentraron 60.34 % de los mine-


ros desocupados: Aguascalientes (16.61 %), San Luis Potosí (13.44 %), Durango
(11.45 %), Zacatecas (9.57 %) e Hidalgo (9.27 %). Ante esto, en 1929 el gobierno
federal expidió una Ley de Impuestos Mineros que redujo el gravamen de la
plata refinada de 5 a 3.25 % y en 1930 se promulgó una nueva ley minera que
estableció cambios sustanciales a favor de los pequeños mineros al introducir
el método de cateo, que amparaba y autorizaba los trabajos para el descubri-
miento de criaderos minerales susceptibles de explotación con vigencia de dos
años. En 1931 se promulgó la Ley Federal del Trabajo, que señalaba las relacio-
nes entre el capital y el trabajo, creó las juntas de conciliación y arbitraje y los
tribunales de trabajo, impedía la manipulación de las organizaciones obreras
por parte de las oligarquías locales, confería al Estado la calidad de árbitro
en los conflictos laborales, entre otras reivindicaciones menores. A partir de
ese momento, los trabajadores comenzaron a organizar un auténtico sindicato
nacional, hecho que lograron en 1934, cuando se fundó el Sindicato Indus-
trial Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana
(SITMMSRM).11
Al igual que en el nivel nacional, la caída de la producción minera que
sufrió Sinaloa en 1926 se agravaría aún más a partir de 1928, a pesar de un
ligero incremento del 6 % del valor de la plata que pasó de 62 a 66 centavos
dólar la onza en 1927. Para 1928, el precio de la plata bajó a 58 centavos dólar
hasta llegar en 1931 a un precio mínimo de 31 centavos, que fue un 60 % menos
que en 1926. El valor de este mineral se empezaría a recuperar hasta 1932 y en
1935 llegaría a 65 centavos dólar la onza. El desplome de los precios de la plata
fue a consecuencia de la incorporación de India al patrón oro en 1927, ya que
consumía la tercera parte de la producción mundial de plata, y se convertiría
en vendedor de ese metal, afectando a los países productores como México y
Estados Unidos, que habían contribuido con 38 y 27.7 % de la producción in-
ternacional en 1924, respectivamente.12
La baja del precio de la plata y su menor demanda en el mercado inter-
nacional repercutió en la producción minera de Sinaloa, al descender entre
1926 y 1929 32 % en el oro y 23.3 % en la plata. Sin embargo, en 1930, a pesar

11
Miguel A. Calderón, México, Secretaría de Educación Pública, 1982, p. 121; Enrique Krau-
ze, México, El Colegio de México, vol. 10, 1995, pp. 257-258; México, Comisión de Fomento
Minero, 1984, p. 361.
12
Rigoberto Arturo Román Alarcón, Culiacán, DIFOCUR, 2006, p. 156.
72 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

de que el valor del metal blanco continuó disminuyendo, su producción en


Sinaloa aumentó 48 %, así como el oro, que se incrementó 11 %. Esto se debió
a que los mineros trataron de contrarrestar la caída de los precios con mayor
producción, y en el caso del oro fue por el descubrimiento de yacimientos en
El Tambor, San Ignacio.13
La baja de los precios internacionales de la plata se mantuvo hasta 1932 y
de la producción hasta 1930. Esta última tuvo una tendencia decreciente en
nuestro estado al disminuir su volumen 58.06 % a partir de ese año y esta se
prolongó hasta 1933. Por el contrario, la producción de oro tuvo una tendencia
ascendente, que fue de 18 % para el año citado, pero entre 1930 y 1933 disminu-
yó 17.25 % (véase cuadro 1).

Cuadro 1. Volumen de producción de oro y plata en Sinaloa (1926-1933)


Año Plata (kg) Oro (kg)
1926 73 734 1426
1927 71 574 1271
1928 59 835 1061
1929 56 619 970
1930 84 230 1084
1931 72 790 1055
1932 43 482 939
1933 35 319 897
Fuente: Juan L. Paliza, Culiacán, Gobierno del Estado de Sinaloa, 1930, p. 30; Macario
Gaxiola, Culiacán, Gobierno del Estado de Sinaloa, 1931, p. 47.

Entre 1926 la producción de plata de Sinaloa aportó 2.41 % en el nivel na-


cional, en 1927 descendió 2.20 %, un año después cayó 1.77 %, bajó nuevamente
1.67 % al año siguiente, en 1931 ascendió 2.73 %, bajó 2 % en 1932 y disminuyó
1.66 % para 1933. Nuestro estado tuvo altibajos en las posiciones que ocupó en
la producción de plata, ya que entre 1926 y 1927 ocupó el noveno lugar, en 1928
cayó al undécimo sitio, para 1929 subió ligeramente a la décima posición, en

Rigoberto Arturo Román Alarcón, «El Tambor, amanecer y ocaso de un centro minero
13

sinaloense 1930-1950» en Culiacán, uas/ahges, 2004, p. 178.


francisco javier osuna félix 73

1930 alcanzó el octavo puesto, llegó al séptimo lugar en 1931, bajó en 1932 al
noveno sitio y descendió a la décima posición en 1933 (véase anexo 1).
La producción de oro en Sinaloa en 1926 aportó al país 5.93% en el primer
año citado, descendió a 5.63 % para 1927, cayó un año después a 4.87 %, al año
siguiente baja nuevamente a 4.78 %, ascendió a 5.20 % en 1930, un año después
subió a 5.44 %, tuvo una ligera declinación en 1932 (5.15 %) y al año posterior se
desplomó a 4.52 %. En término de las posiciones que ocupó Sinaloa entre las
entidades federativas en la producción del metal áureo su desempeño fue de
altibajos: en 1926 ocupó la sexta posición, solo superado por Hidalgo, Estado
de México, Chihuahua, Michoacán y Durango; entre 1927 y 1929 se posicionó
en el octavo sitio, entre 1930 y 1932 se mantuvo en el séptimo lugar y cayó al
décimo puesto en 1933 (véase anexo 2).
Entre los municipios de Sinaloa, el mayor productor de plata entre 1928 y
1933 fue San Ignacio, generalmente ocupó el primer lugar, a excepción de los
años de 1929 y 1930, en los cuales fue superado por Concordia. Las minas de
San Ignacio contribuyeron en 1928 con 42.63 % de la plata obtenida en el país,
bajó al 34.20 % al año siguiente, aumentó ligeramente a 34.62 % en 1930, en 1931
creció 36.84 %, descendió al siguiente año a 28.63 % y en 1933 tuvo un creci-
miento hasta el 50.57 % (véase anexo 3).
El municipio con mayor producción del metal áureo en nuestro estado en-
tre 1928 y 1933 fue El Rosario. En el primer año participó con 42.78 %, al año si-
guiente tuvo un leve descenso de 42.14 %, disminuyó a 40.35 % para el siguiente
año, volvió a caer en 1931 a 32.53 %, tuvo un notable aumento a 51.65 % para 1932
y se desplomó en 1933 a 42.53 % (véase anexo 4).
Durante la época de la Gran Depresión, al igual que la producción, la con-
tribución de la minería al fisco del estado descendió gradualmente. En 1929
aportó a las finanzas 73 845 pesos, pero al año siguiente su participación dismi-
nuyó 6.03%, continuó su declive para 1931 hasta un 60.09 %, dos años después
vuelve a bajar su participación en un 19.59 %, cayendo entre los rubros de im-
portancia del sistema fiscal del nuestro estado (véase cuadro 2).

Cuadro 2. Impuestos pagados por la minería en Sinaloa (1929-1933)


Concepto 1929 1930 1931 1933
Comercio e industria - - - 398 408
Propiedad rústica - - - 209 779
y urbana
74 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

Producción de azúcar - - - 108 864


Transitorio del 10% - - - 87 304
Rezagos - - - 44 796
Consumo de gasolina - - - 35 500
Producción de metales 73 845 69 387 27 689 22 258
Fuente: Macario Gaxiola, p. 47; Manuel Páez, Culiacán, Gobierno del Estado de Sinaloa,
1934, p. 60.

En Sinaloa, la Gran Depresión afectó notablemente la transacción de pro-


piedades mineras. Entre 1927 y 1933 solo se vendieron 66 minas con un valor
total de 112 803 pesos. En comparación con el periodo 1907-1926, el número de
yacimiento vendidos se desplomó 75.73 %. En el municipio que más propie-
dades mineras se vendieron fue Concordia, con un total de 31, por los que se
pagaron 88 983 pesos, lo que representó 51.66 % de los fundos mineros trans-
feridos en el estado y 78.88 %. El año en que más yacimientos mineros se ven-
dieron fue 1931, con un total de 23, que significó 38.33 % del total de las minas
vendidas durante este periodo (véase gráfica 1).
Debido a la crisis, las principales compañías mineras de Sinaloa dejaron
de funcionar algunas que estaban en explotación desde el periodo porfirista
como la Chas Butters Co., la Compañía Minera de Pánuco y Alacrán, S. A.,
en el municipio de Concordia, cerraron sus minas por incosteabilidad. Esto
provocó desempleo e inestabilidad social, principalmente en la región donde
operaban dichas empresas.
El cierre de una empresa minera tenía importantes repercusiones económi-
cas en el mercado local. Este fue el caso de la Negociación Minera de Guada-
lupe de los Reyes en 1933, pues cuando paralizó sus trabajos debido a una falla
mecánica, y ante el temor de los comerciantes por la posible baja de sus ventas,
la propia compañía tuvo que intervenir para tramitar créditos de maíz y frijol
con los mercaderes.14
Otras empresas también tuvieron que sortear una serie de problemas. En
1927, una empresa tuvo que suspender sus trabajos por falta de combustible
porque la Secretaría de Agricultura y Fomento había prohibido el corte de ár-
boles; ese mismo año la en Mocorito avisó que le era imposible continuar sus
trabajos por la incosteabilidad de la explotación, y al año siguiente la en San

14
Rigoberto Arturo Román Alarcón, p. 161.
francisco javier osuna félix 75

Gráfica 1. Minas vendidas en Sinaloa (1927-1933)


25

20

1927
15
1928
1929
10
1930

5 1931
1933

0
a sar
io cio ta loa acá
n lán sal
á
rdi Ro Ign
a Elo Sin
a li zat Co
onco El San Cu Ma
C
Fuente: AGNES, 1927-1933

José de Gracia se vio obligada a suspender sus trabajos en la hacienda de be-


neficio por falta de minerales en la mina, así como a reducir el personal de la
misma mina, destinando a los obreros que quedaran sin trabajo a las labores
de exploración advirtiendo que si estos trabajos no daban resultados, los daría
por suspendidos, pues había perdido más de 200 000 pesos.15
En cambio, la compañía , al parecer tuvo rentabilidad durante los años de
la Gran Depresión, pues continuó su expansión mediante la compra de fundos
mineros en Bolaños, Jalisco, en 500 pesos en 1929 y la adquisición en 1932 de
la en 25 000 pesos.16
Además de los problemas económicos que atravesaban las compañías mi-
neras, también fueron afectadas por la situación política por la que atravesaba
el país. En octubre de 1927 una gavilla de cristeros encabezada por Marcos
Díaz asaltó el mineral de Pánuco, obteniendo un botín de 6000 pesos y armas;
además, secuestró un camión de pasajeros y se dirigió a Concordia donde im-
pusieron préstamos forzosos, confiscaron armamento, liberaron a los presos

15
México, Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, t. III, 1929, pp. 319-320.
16
Rigoberto Arturo Román Alarcón, , p. 162.
76 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

y sustrajeron 1000 pesos de la oficina de recaudación de rentas. Ante estos


acontecimientos, la Compañía Minera de Pánuco paró sus actividades cinco
días. En 1928 el mineral de Pánuco fue nuevamente asaltado por una gavilla
comandada por Manuel Díaz que realizó préstamos forzosos a particulares y
comerciantes y saqueó 6000 pesos de la tesorería de la Compañía Minera de
Pánuco. Después se dirigió al mineral de Copala donde asaltó los estableci-
mientos de la localidad y, por último, se dirigió al mineral de El Arco, donde
se apoderó de ocho cajas de pólvora, cañuelas y cápsulas junto con una estalla-
dora para los barrenos.17
Las minas, debido a las oportunidades económicas que ofrecían, fueron
también fuentes de diferencias entre los propietarios. Por ejemplo, la Com-
pañía Minera de Guadalupe de los Reyes, representada por Felipe Acosta, de-
nunció que le habían pagado a Pánfilo Alvarado para hacer denuncios mineros
a nombre de la empresa, pero las registró a su favor y se quedó con más de
100 000 pesos.18

Empresas y empresarios

Entre 1927 y 1933, a pesar de los efectos causados por la Gran Depresión, las
empresas mineras constituidas durante el porfiriato como Guadalupe de los
Reyes y Minas del Tajo continuaron con sus operaciones. Durante este perio-
do, se registró un decremento en la conformación de empresas, pues tan sólo
se organizaron 20 compañías mineras que tuvieron un capital social de 416
500 pesos, y cuyos montos oscilaron entre los 1000 y los 100 000 pesos. Esto
significó que, en comparación con el periodo 1907-1926, el número de socieda-
des mineras disminuyó 81.48 %, y el capital invertido en esta rama económica,
84.62 %. La región sur del estado fue en la que más compañías mineras se es-
tablecieron, con un total de 12, lo que representa 60 % con un capital social de
283 500 pesos, lo que significó 68.06 % de dicho capital. En el municipio donde
más se establecieron sociedades mineras fue Concordia, con cinco, que repre-

17
Félix Brito Rodríguez, «Presencia de la cristiada en el sur de Sinaloa», en Félix Brito Ro-
dríguez (comp.), Culiacán, uas/PACMYC/H. Ayuntamiento de Concordia/INAH Sinaloa, 2008,
pp. 104-107.
18
Archivo General de la Nación (AGN), Galería 3, Fondo Abelardo L. Rodríguez, caja 213,
exp. 564.5/97, 6 de marzo de 1934.
francisco javier osuna félix 77

sentó 29.41 % con capital social de 124 000 pesos, equivalente a 20.77 % del total
invertido durante este periodo (véase gráfica 2).
En estas empresas figuraron tanto inversionistas extranjeros como mexica-
nos, que a pesar de la crisis minera que se registró en este periodo, continuaron
dentro del negocio de la minería. Los ricos yacimientos de Sinaloa siguieron
atrayendo la atención de empresarios, sobre todo extranjeros provenientes
principalmente de Estados Unidos (véase anexo 5).
Entre los inversionistas estadounidenses más importantes estuvieron Ray-
mond Guyer fue el presidente las sociedades y con sede en Mazatlán; Harry
Wilmer fue comisario de la en Concordia y secretario de la ; Tomás W. Smith
fue gerente y Leonard J. Hongstrom tuvo el 33.33% del capital de la ubicada en
Choix; Pablo H. Crawford ocupó la gerencia de la sociedad y junto con Tho-
mas W. Thompson constituyó ambas en Concordia; Lawrence Kuhn, Albert G.
Duysters y Joseph Kuhn fue gerente el primero y los otros dos socios de la en
Mocorito; Frederick B. Gutters y George H. Cross fueron presidente y vicepre-
sidente de la ubicada en San Ignacio y Milton K. Campbell fue director de la
y Emilio Person fue secretario de la en El Rosario.
De otras naciones también llegaron hombres de negocios interesados en
la riqueza minera de nuestro estado como el español Arturo Iglesias que ocu-
pó la presidencia de la localizada en El Rosario; el libanés FarageCharabate y
el australiano William Greland formaron la sociedad ubicada también en El
Rosario; el japonés Luis Shimizu fue gerente de en San Ignacio y el alemán
Federico Unger que estuvo al frente de en el municipio de Sinaloa.
Sobre el número de empresas que mantuvieron actividades entre 1928 y
1933 en nuestro estado tuvieron un comportamiento caracterizado por alti-
bajos empezando por el primero de los años estaban trabajando 5 compañías,
un año después se registraron 9 empresas en labores, al siguiente año 12 socie-
dades mineras estaban activas, tanto en 1931 y como en 1932 las corporaciones
en trabajo se mantuvieron en 7 y para 1933 sólo 5 empresas continuaron en
operaciones. Algunas de las compañías que se encontraban laborando durante
este periodo, lo venían haciendo desde el porfiriato, logrando sortear muchas
de ellas los efectos de la Gran Depresión como Minas del Tajo en El Rosario,
Compañía Minera de Guadalupe de los Reyes en Cosalá y la Compañía Mine-
ra de Pánuco en Concordia. La gran mayoría de estas sociedades se ubicaban
en la región sur del estado, principalmente en los municipios de Concordia y
Cosalá. (Véase cuadro 3)
78 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

Gráfica 2. Compañías mineras constituidas en Sinaloa (1927-1933)

Mocorito,1 s.e., 2

Mazatlán,1
Concordia, 5

Choix,1

Sinaloa, 3 San Ignacio,4

El Rosario, 3

Fuente: AGNES (1927-1933); s. e.: sin especificar

Cuadro 3. Empresas mineras activas en Sinaloa (1928-1933)


Municipio 1928 1929 1930 1931 1932 1933
Concordia 2 2 3 3 2 1
Cosalá 1 4 4 1 2 1
San Ignacio 1 1 1 1 1 1
El Rosario 1 1 1 1 1 1
Mazatlán 1 1
Mocorito 1 1
Indeterminado 1 1 2
Totales 6 9 12 7 7 5
Fuente: …, pp. 146-147; …, pp. 71-72; …, ., pp. 70-71.; …, ., p. 76-77.

Sobre la producción de metales que entre 1928 y 1933 tuvieron estas em-
presas, tenemos que destacaron primordialmente las que estaban ubicadas en
la región sur de nuestro estado. La ubicada en el mineral de Contra Esta-
ca, municipio de San Ignacio durante este periodo siempre fue la principal
productora de plata en nuestro estado pues en el primero de los años citado
francisco javier osuna félix 79

produjo 23 870 kilogramos de metal blanco, equivalente al 42.63%; al siguiente


año subió su producción a 34 211 kilogramos, significando el 34.62%; dismi-
nuye a 32 501 kilogramos, representando el 34.64% para 1930; baja en 1931 a
26 816 kilogramos 36.84%; en 1932 se desploma su obtención a 12 452 kilogra-
mos, correspondiendo el 28.63% y tiene un ligero incremento para 1933 a 17 861
kilogramos, constituyendo el 50.69%. En el caso del oro, la empresa que más
produjo este metal fue Minas del Tajo ubicada en El Rosario, ya que en 1928
obtuvo 439 kilogramos, significando el 42.78% de la producción estatal de me-
tal áureo; al año siguiente subió ligeramente a 499 kilogramos, representando
el 42.14%; tuvo un leve incremento a 502 kilogramos, equivalente al 40.35% en
1930; se contrae en 1931 a 396 kilogramos, correspondiendo el 37.53%; en 1932
aumenta a 485 kilogramos, constituyendo el 51.65% y tuvo un descenso para
1933 a 382 kilogramos, equivalente al 42.58%.

Tecnología minera

Desde 1925 para el beneficio de los metales, en nuestro país se había introduci-
do el sistema de flotación selectiva. Este consistía en que después de pulveriza-
do el mineral se mezcla con agua y a la suspensión acuosa se agrega una peque-
ña cantidad de una sustancia que produzca espuma; hay aparatos de flotación
de agitación mecánica o neumática y en ellos las partículas de mineral quedan
en la interfase del líquido y el aire de las burbujas y separando las espuma, son
arrastrados con ella. Empleando ácido sulfúrico, cal viva, sosa cáustica, sulfato
cúprico u otros reactivos, se consigue además de la eliminación de la ganga,
la separación de los diversos compuestos mineralógicos como piritas, galenas,
óxido, entre otros, y esto recibe el nombre de flotación diferencial. En la planta
las menas son tratadas y produce uno o más concentrados de alta ley en forma
apropiada para el siguiente departamento, donde inicia generalmente la ex-
tracción de los metales.
A pesar de lo novedoso de esta tecnología, las compañías mineras en Sina-
loa utilizaron muy poco este avance en sus haciendas de beneficio. En este pe-
riodo fue utilizada en las haciendas de San José de la , Copala de la , El Refugio
de la en Concordia y La Prieta de la en Cosalá.
La cianuración continuó como el método de beneficio de metales más uti-
lizado en nuestro estado como en las haciendas de La Cruz propiedad de en El
80 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

Rosario, Dolores de la en Cosalá, Estaca y Estrella pertenecientes a la en San


Ignacio y San Nicolás de la .
Sobre el número de haciendas de beneficio activas en nuestro estado
entre 1928 y 1933 tuvieron un desempeño caracterizado por altibajos. Tanto en
1928 como en 1929 se encontraban trabajando 5, aumentaron a 7 para 1930, al
año siguiente disminuyeron a tan sólo 4, al siguiente año tuvieron un ligero
aumento a 5 y para 1933 se mantuvo el mismo número de haciendas activas que
año anterior. La gran mayoría de estas plantas se encontraban ubicadas en la
región sur de nuestro estado (Véase cuadro 4).

Cuadro 4. Haciendas de beneficio activas en Sinaloa (1928-1933)


Municipio/Año 1928 1929 1930 1931 1932 1933
Concordia 2 1 3 1 2 1
El Rosario 1 1 1 1 1 1
San Ignacio 1 1 1 1 1 1
Cosalá 1 1 2 1 1 1
Mazatlán 1
Mocorito 1
Totales 5 5 7 4 5 5
Fuente: Francisco Javier Osuna Félix, , Tesis de Maestría en Historia, Culiacán, Facultad
de Historia-Universidad Autónoma de Sinaloa, 2014, p. 106.

Mano de obra

Entre 1928 y 1933, por los efectos devastadores de la crisis económica mun-
dial, el número de trabajadores en las minas de Sinaloa se vio reducido en
un 30.63%, que paso de mil 345 a tan sólo 933 durante ese lapso. La población
dedicada a la actividad minera en los municipios se vio severamente mermada
como lo fue en Concordia que disminuyó en un 95.74%, en Cosalá tuvo una
caída de 20%, en San Ignacio se contrajo en un 27.03%; pero un caso contrario,
fue en El Rosario donde el número de empleados se incrementó en un 65.25%,
esto posiblemente se debió a que la empresa Minas del Tajo pudo sostener su
nivel de producción y la expansión económica que tuvo a principios de la dé-
cada de 1930. (Véase anexo 6)
francisco javier osuna félix 81

Los salarios pagados a los trabajadores en las minas sinaloenses cayeron


estrepitosamente, pues en 1931 se pagaron un total de un millón 473 mil 804
pesos por este concepto y para 1933 tan sólo se pagaron 692 mil 840 pesos, lo
cual significó un decremento de un 52.98%. En el caso concreto de los muni-
cipios, el que más registró una baja de los salarios fue El Rosario pues bajaron
de 955 mil 269 pesos en 1931 a 452 mil 510 en 1933, esto significó un -52.63%;
otros municipios que registraron caídas en este rubro fueron Concordia don-
de pasaron de 108 mil 811 pesos en 1931 a 11 mil 085 en 1933 (-89.81%), Cosalá
se desplomaron de 177 mil 4 pesos a 102 mil 962 en ese lapso (-41.83%) y San
Ignacio donde cayeron de 176 mil 938 a 131 mil 283 (-25.80%). (Véase cuadro 4)

Cuadro 4. Salarios pagados en la minería en Sinaloa (1931-1933)


Municipio 1931 ($) (%) 1932 ($) (%) 1933 ($) (%)
El Rosario 955 269 64.81 458 106 45.24 452 510 65.31
Cosalá 177 004 12.01 250 801 24.77 102 962 14.86
San Ignacio 176 938 12.00 321 370 31.74 131 283 18.94
Concordia 108 811 7.38 73 983 7.30 11 085 1.59
Mocorito 37 288 2.53 - - - -
Mazatlán 18 490 1.25 - - - -
Choix - - 7098 0.70 - -
Totales 1 473 804 100.00 1 012 398 100.00 692 840 100.00
Fuente: Francisco Javier Osuna Félix, p. 107.

Sobre el tema de la seguridad en las minas para los trabajadores empleados


en ellas, podríamos señalar que fue buena, debido a que entre 1931 y 1933 a
pesar de haberse registrado 2 mil 728 accidentes, solo perdieron la vida dos mi-
neros. El número de accidentes laborales en las minas sinaloenses pasaron de
204 en 1931, a mil 243 en 1932 significando un aumento de 509.31% y para 1933
tuvieron un ligero incremento de 3.05%, contabilizándose mil 281 percances.
Los únicos dos muertos se contabilizaron en Sinaloa fue en la empresa en El
Rosario en 1933. Los mencionados 2 mil 728 accidentes ocurridos en Sinaloa
durante ese periodo, representó el 8.48% de los infortunios ocurridos en las
minas del país que fueron un total de 32 mil 164 siendo solamente superado
por Michoacán, Hidalgo y Zacatecas.
82 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

El cierre de las compañías mineras trajo como consecuencia un clima de


inseguridad en las regiones donde solían operar. Muchos de los trabajadores
mineros que quedaron sin empleo –los llamados “sin trabajo”-, optaron por el
bandidaje como forma para subsistir. En 1930, a causa del cierre de la Com-
pañía Minera de Pánuco, se registraron saqueos a las casas de los empresarios
mineros Guillermo y Santiago Trewartha además de la tienda de Miguel Tole-
do en Copala.19
El paro de labores fue utilizado como medida de presión para alcanzar me-
jores condiciones de vida y trabajo. Como fue el caso fue el de la huelga de los
mineros acontecida en el mineral de Contra Estaca, San Ignacio en 1930 como
manifestación de la inestabilidad social por la reducción de los salarios y el
alargamiento de la jornada trabajo.20
A veces, las graves condiciones de los trabajadores quienes diezmados por
los efectos de la gran crisis económica mundial, recurrieron al gobierno fe-
deral en busca de ayuda. Tal fue el caso de vecinos de Choix que solicitaron
al presidente Abelardo L. Rodríguez, se les permitiera trabajar en calidad de
gambusinos ofreciendo pagar el impuesto respectivo, debido a que carecían de
medios de vida por la falta de tierra laborable y suspensión de trabajos en las
minas.21
La minería también fue vista como alternativa para solventar alguna emer-
gencia económica que se presentara, para remediar la afligida situación de los
habitantes de una región. En 1932 debido a una helada que afectó los cultivos
de tomate en la zona de Guasave, algunos pobladores pidieron recursos para
viajar y tomar muestras de fundos mineros ubicados en el mineral de San José
de Gracia y llevarlas a la agencia de minería y oficinas de ensaye, para propor-
cionar trabajo en la región.22
También se registraron conflictos entre los obreros y los administradores
de las empresas donde prestaban sus servicios. En 1933 los trabajadores de la
compañía en El Rosario, acusaron al norteamericano Jorge Briggsde cometer
varios atropellos hacia ellos y pidieron su expulsión del territorio nacional a
las autoridades federales.23

19
Rigoberto Arturo Román Alarcón, op. cit., p. 159.
20

21
AGN, Galería 3, Fondo Abelardo L. Rodríguez, Caja 211, exp. 564.4/54, 6 de mayo de 1933.
22
AGN, Galería 3, Fondo Abelardo L. Rodríguez, Caja 211, exp. 564.5/34, 23 de diciembre de
1932.
23
AGN, Galería 3, Fondo Abelardo L. Rodríguez, Caja 124, exp. 519.2/45, 28 de junio de 1933.
francisco javier osuna félix 83

La grave situación en el mineral de Pánuco, obligó al Sindicato de Mineros


y Oficios Varios de ese mineral a solicitar un apoyo por 500 pesos al gobier-
no de la república en 1934, con el objetivo de sostener a las familias de sus
agremiados y cubrir los gastos de la organización, debido a que la Compañía
Minera de Pánuco desde hace cuatro años estaba paralizada.24

Conclusiones

La minería en Sinaloa entre 1927 y 1933, como actividad económica rele-


vante, fue la primera actividad que resintió la caída del mercado internacional
por su vinculación que tenía con este, a causa del precio de la plata desde 1926,
pero se acentuó en 1929, registrándose un desplome de sus volúmenes de pro-
ducción en más del 20%. En lo referente al oro la situación fue diferente, su
desempeño se caracterizó por una serie de altibajos que no fueron consecuen-
cia de la caída de su precio, sino por la riqueza de sus minas, que se vio favore-
cida con el descubrimiento de nuevas minas como en El Tambor, ubicadas en
el municipio de San Ignacio en 1930.
Durante este periodo, la organización de empresas y la transacción de pro-
piedades mineras disminuyeron notablemente. A pesar de esto, la mayor parte
de las inversiones las siguieron realizando los extranjeros, a pesar de que al-
gunos se habían retirado por los efectos de la Gran Depresión y a una mayor
participación de mineros mexicanos.
La región sur integrada por los municipios de Cosalá, San Ignacio, Concor-
dia y El Rosario continuó como el emporio minero del estado. Esto se debió
a que en esta zona se encontraban los placeres mineros más productivos y las
empresas mineras más competitivas, que les permitieron de cierta forma sor-
tear las repercusiones de la crisis económica mundial.
La crisis en que se vio envuelta la minería en Sinaloa también tuvo efectos
sociales en las regiones donde se practicaba. Al paralizarse varias empresas, los
trabajadores manifestaron su inconformidad a través de huelgas o para subsis-
tir algunos se vieron recurridos al bandidaje saqueando casas y tiendas de los
empresarios.

24
Rigoberto Arturo Román Alarcón, “Efectos económicos de la Gran Depresión en Sinaloa”
en Eduardo Frías Sarmiento, Alfonso Mercado Gómez y Gustavo Aguilar Aguilar (coords.) ,
Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa, 2010, p. 70.
84 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

El decremento en la productividad de la actividad minera en nuestro es-


tado repercutió en otras actividades económicas como la agricultura que vio
disminuida la venta de sus productos tanto para el mercado externo como el
interno, el comercio vio reducidas sus operaciones por la baja demanda por
parte de las empresas mineras de instrumentos de trabajo y también sus in-
tercambios externos, porque la plata era principal producto de exportación de
nuestro estado.

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Archivos

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Archivo General de la Nación (AGN). Fondo Abelardo L. Rodríguez
francisco javier osuna félix 87

Anexos
Anexo 1. Producción de plata por estados en México (1926-1933) (en miles)
1200

1000

800 Hidalgo
Chihuahua

600 Zacatecas
S. L. P

400 Durango
Sinaloa
200

0
1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933

Fuente: , p. 13; … , p. 17; … , p. 19.; … , p. 77.

Anexo 2. Producción de oro por estados en México (1926-1933) (en miles)


6

4 Hidalgo
Chihuahua

3 Zacatecas

Durango
2 S.L.P.
Sinaloa

0
1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933
Fuente: … , p. 39; …, ., p. 12; …, , p. 14.; … ., p. 15.
88 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

Anexo 3. Producción de plata por municipios en Sinaloa (1928-1933)


60

50

40
San Ignacio
Porcentaje

Concordia
30
El Rosario

Cosalá
20
Otros

10

0
1928 1929 1930 1931 1932 1933

Fuente: , p. 160; : , ., pp. 75-76 y 130-132; , ., p. 71; , op. cit., p. 70.; , . ., p. 76.

Anexo 4. Producción de oro por municipios en Sinaloa (1928-1933) (en miles)


60

50

40 El Rosario
Porcentaje

San Ignacio
30
Cosalá

Concordia
20
Mocorito

10

0
1928 1929 1930 1931 1932 1933
Fuente: minera correspondiente al año de 1928…, . ., pp. 160-161; Anuario de estadística
minera correspondiente al año de 1931…, ., pp. 71-72; Anuario de estadística minera corres-
pondiente al año de 1932…, ., pp. 70-71.; Anuario de estadística minera correspondiente al año
de 1933…, ., p. 76-77.
francisco javier osuna félix 89

Anexo 5. Compañías mineras constituidas en Sinaloa (1927-1933)

Compañía Municipio Año Capital Socios


Cía. Min. Internacional Mazatlán 1927 $5000.00 Fernando Mon-
toya
Cía. Expl. de Sinaloa El Rosario 1927 $5000.00 Raymond Guyer
Pablo H. Crawford y Concordia 1927 $5000.00 Pablo H.
Socios Crawford
Cía. Expl. de Tierras y Choix 1928 $10 000.00 Thomas W.
Minas Smith
Crawford y Thompson Concordia 1928 $5000.00 Pablo H.
Crawford
Cía. Min. La Joya y Ane- Sinaloa 1928 $10000.00 Jesús María Ta-
xas, S. A. rriba
Compañía Minera s. e. 1928 $1000.00 Felipe Riestra Jr.
Mexicana
Cía. Min. del Portezuelo Mocorito 1929 $1000.00 Lawrence Kuhn
Cía. Loc. Y Expl. de El Rosario 1930 $1000.00 Arturo Iglesias
Metales
La Florida El Rosario 1930 n. d. FarangeChara-
bate
Cía. Min. Elisa s. e. 1931 $5000.00 José J. Rico
Cía. Min. Premier Concordia 1931 $100 000.00 José J. Rico
Cía. Min. El Escándalo San Ignacio 1932 $100 000.00 Juan Domínguez
Cía. Expl. Min. del Tam- San Ignacio 1932 $1500.00 Guillermo La-
bor veaga
Luis Shimizu y Cía. San Ignacio 1932 $2000.00 Luis Shimizu
Cía. Min. del Tambor San Ignacio 1932 $50 000.00 F. D. Guetter
Cía. Min. de Cinco Se- Concordia 1932 $4000.00 Rafael Gamboa
ñores
Sociedad Minera del Sinaloa 1932 $1000.00 Sóstenes Campoy
Rosario
Minas La Nevada Sinaloa 1933 $100 000.00 Federico Unger
Cía. Min. del Alacrán Concordia 1933 $10 000.00 Carlos Ortega
Fuente: AGNES, 1927-1933.
90 la minería en sinaloa, entre la crisis de la plata y la Gran depresión...

Anexo 6. Número de trabajadores mineros en Sinaloa (1928-1933)


600

500

400
1928

300 1931
1932

200 1933

100

0
Concordia Cosalá San Ignacio El Rosario Mocorito Choix

Fuente: , . ., pp. 352-353; , pp. 224-225; , pp. 219-221; , , pp. 215-216.


Economía y sociedad en la ciudad intermedia
de Guamúchil durante el siglo xx

Jesús Rafael Chávez Rodríguez

Introducción

La presente investigación tiene por objeto explicar el surgimiento y desarrollo


de una ciudad de pequeñas dimensiones del noroeste de México durante el
siglo XX. La incipiente urbanización de este espacio se da a partir del paso de
ferrocarril en 1907, afianzándose con el desarrollo de nuevas actividades eco-
nómicas de la región como la agricultura comercial, lo que implica que en 1917
se propusiera el primer fundo legal con características modernas, es decir, un
plano racional y simétrico, cuyas zonas de interacción humana quedaron de-
marcadas por el predominio de los medios de transporte de la época. La poste-
rior evolución de la ciudad durante el transcurrir del siglo XX explica cómo se
desarrolla una ciudad de estas características y hasta qué punto sus dirigentes
son capaces de organizarla. La transformación de esta pequeña ciudad en el
devenir del siglo xx es un claro ejemplo de la diversidad y complejidad de la
dinámica urbana y regional de México y Latinoamérica.
Los especialistas en el tema de urbanización coinciden en que durante el
siglo XX México se ha urbanizado en dos ritmos diferentes: en forma lenta las
primeras cuatro décadas y aceleradamente los cincuenta años restantes,1 aun-
que esto no siempre coincide de manera homogénea para todas las regiones
del país. Las décadas más recientes han visto como estas localidades ubicadas
en la parte costera del estado han mantenido los mayores niveles de urbaniza-

1
José Luis Soberanes, La reforma urbana, México, FCE, 1993, p. 22.

91
92 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

ción, sobre todo en las décadas de los setenta y ochenta,2 siendo estas un pe-
riodo de crisis generalizada en el país y en algunas regiones como la que aquí
nos ocupa. En el caso de Sinaloa, las principales localidades de inicios del siglo
XX eran Culiacán y Mazatlán, a las que se le suman localidades de menor rango
como Los Mochis, Guasave y Guamúchil, las cuales, en diferentes momentos,
también se constituyeron como centros urbanos.3
Durante el siglo XX se presentaron transformaciones económicas y sociales
de gran impacto en México y en sus regiones, las que a su vez incidieron en la
modificación sustancial de las localidades que componían el sistema nacional
de ciudades. En la parte centro-norte del estado de Sinaloa, desde finales del
siglo XIX y principios del XX se presentó este fenómeno, repercutiendo en la
transformación de las localidades que componía dicha entidad, ya que cambia-
ron no solo las actividades tradicionales, sino también la jerarquía territorial,
es decir, los centros de importancia que habían predominado durante la era
porfiriana empezaron a declinar, sobre todo con los efectos de la moderni-
zación patentizada en el ferrocarril, así como con las innovaciones en la pro-
ducción agrícola y la construcción de la carretera internacional longitudinal
(a principios de la década de los cincuenta), cuyos efectos fueron un aliciente
para el surgimiento de las nuevas localidades con características urbanas en
los valles del estado de Sinaloa, que en el devenir del siglo XX van a adquirir
relevancia como centros urbanos regionales.
Entre las cinco ciudades más importantes en Sinaloa al final del siglo XX
destacan Culiacán (capital), Mazatlán, Los Mochis, Guasave y la que se ha to-
mado como objeto de estudio: la localidad de Guamúchil. Esta última soste-
nemos que se convierte en el centro de una región debido a factores geográfi-
cos, económicos y sociales que confluyen en la conformación de una zona de
influencia, pues dentro de esta se crea una red de localidades cuyo núcleo lo
representa una localidad que paulatinamente se convierte en abastecedora de

2
La historia de la segunda mitad del siglo XX es la de la urbanización de México: 1940 a 1990,
la población urbana mexicana pasa de una quinta parte a casi tres quintas partes, y la población
de las grandes ciudades (más de 100 000 habitantes), de menos de la décima parte a la mitad.
Estas grandes ciudades pasan de 37 en 1970 a 60 en 1990, en Claude Bataillon, Espacios mexica-
nos contemporáneos, México, FCE/El Colegio de México, 1997, p. 51.
3
Con el modelo occidental de modernización, los lugares que se urbanizan tienden a elevar
la alfabetización, y esto tiende a aumentar la exposición de los individuos a los medios de comu-
nicación, que ha estado acompañada por una mayor participación económica y participación
política.
jesús rafael chávez rodríguez 93

bienes y servicios en el ámbito regional. Por tal razón, el principal objetivo de


este artículo es ofrecer una visión general sobre el surgimiento y la dinámica
de crecimiento de la ciudad de Guamúchil dentro del entorno regional durante
el siglo XX, haciendo énfasis en su forma y función como centro urbano de
una zona agrícola.Así, cada ciudad, de acuerdo con su función principal, tiene
radios de acción diferentes, que dan origen a una jerarquía de centros, cum-
pliendo las de menor rango tareas de alcance más reducidas. La mejora de los
medios de transporte produce el efecto de fortalecer y ensanchar las áreas de
influencia de los centros urbanos.4
Para analizar el proceso de desarrollo de la población, se propone como
primer punto delimitar el espacio regional (geográfico) propuesto, y para ello,
los límites tomados como base son los de la división política del estado de Si-
naloa, sin embargo, la región complementaria mantiene una mayor amplitud
y cambia conforme se amplía la construcción de infraestructura de comunica-
ciones en este espacio.
El otro análisis propuesto es histórico y tiene el objeto de explicar el cre-
cimiento de la localidad dentro del espacio regional, para lo que se estudian
los censos de población del siglo XX concernientes a las localidades y a los
municipios de Sinaloa; asimismo, se examinan las actas de cabildo de los mu-
nicipios de Mocorito y Salvador Alvarado para ver cómo las autoridades y sus
habitantes se organizaron para mejorar la funcionalidad y el aspecto urbano
de la localidad que paulatinamente fue adquiriendo la condición de centro en
esta zona agrícola sinaloense.

Delimitación regional del Évora

Lo que denominamos región del Évora responde geográficamente al delta del


río Mocorito o Évora, que es donde se aglomera la mayor parte de las locali-
dades en estudio, y por lo tanto, las actividades socio-económicas más diná-
micas. Actualmente, este espacio se encuentra supeditado a tres municipios:
Mocorito, Angostura y Salvador Alvarado, así como de Badiraguato, Sinaloa
de Leyva y Guasave.

4
Pedro Pérez Herrero, «Los factores de la conformación regional en México (1700-1850):
modelos existentes e hipótesis de investigación», en Pedro Pérez Herrero (compilador), Región e
historia en México (1700-1850), México, Instituto Mora/UAM, 1991, p. 234.
94 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

Delimitación de la región del Évora en la zona centro-norte


del estado de Sinaloa

Fuente: Jesús Rafael Chávez Rodríguez y Eduardo Frías Sarmiento, «Modernización regio-
nal y centralidad en el caso de Guamúchi, Sinaloa, México (1940-1960)», América Latina en el
Historia Económica, año 23, núm. 3, sep-dic, 2016, pp. 174-203.

La región del Évora en el transcurrir del siglo XX ha sido modificada debido


a transformaciones en el ámbito político y social; parafraseando a Ortega No-
riega, la región cambia porque cambian las sociedades que ahí se establecen. A
finales del siglo XIX y principios del XX, el espacio referido era ocupado políti-
camente por el distrito de Mocorito (una forma de administración política del
territorio en la que se dividía el estado de Sinaloa); esta condición prevaleció
hasta la época revolucionaria, cuando surge la figura del municipio libre (que,
aunque ya existía, no tenía peso en el orden político anterior). De esta mane-
ra, entre 1915 y 1917 se reconfigura la situación política del estado, tomando
como base administrativa y política la figura del municipio que emerge de la
ideología revolucionaria. La región, entonces, se conformó por el municipio
de Mocorito y el nuevo municipio de Angostura, dividiendo la región en dos
jesús rafael chávez rodríguez 95

entidades políticas hacia finales de la segunda década del siglo XX. Esta si-
tuación no cambió hasta 1962, fecha en la que surge el municipio de Salvador
Alvarado (anteriormente sindicatura denominada Guamúchil), ubicado en la
zona intermedia de los mencionados municipios, desprendiéndose territorial-
mente de Mocorito, al cual había pertenecido políticamente. Esta es la zona
base que se estudia, la región que políticamente se encuentra compuesta por
tres municipios.
Para inicios del siglo XX, la región tuvo como centro a Mocorito, y su zona
de influencia más activa se extendía hacia los altos, sobre todo a los espacios
dedicados a la actividad minera, de los que era abastecedor de diferentes bie-
nes y servicios. El periódico Voz del Norte en 1903 refería lo activo que era el
comercio de la villa, pues no solo se atendía el comercio local sino que fungía
como intermediario para parte de los distritos de Sinaloa y Badiraguato, ade-
más de una buena porción del estado de Chihuahua.5 Lo anterior nos permite
delimitar nuestro espacio regional a los distritos contiguos y a una instancia
estatal distinta, ya que la villa de Mocorito a inicios del siglo XX no se limitaba
a abastecer únicamente las localidades del mismo distrito, sino que también se
extendía a la zona limítrofe de Chihuahua.
Empero, el centro económico y social iba a cambiar a partir de la segunda
década del siglo XX, instalándose una nueva localidad en el valle, justo don-
de se ubicó la empresa ferroviaria de este nuevo medio de transporte. Así, el
orden de las cosas cambió y la región, por lo tanto, se modificó, pues el nue-
vo centro se ajustó a una actividad diferente que fue la agricultura comercial.
Guamúchil, entonces, pasó a ser el núcleo que vinculaba a Mocorito y Angos-
tura (cabeceras municipales de la región), y estas a su vez con las localidades
bajo su influencia: hacia los altos, los valles y el litoral.
Para el análisis y explicación del fenómeno de la conformación regional del
Évora y los procesos de centralización de la localidad de Guamúchil durante el
siglo XX, se analizan las variables de modernización y su impacto regional, así
como la evolución demográfica que se desprende de los censos de ese mismo
siglo.

5
Juan Salvador Avilés Ochoa, Lo que el vapor se llevó. Crónica de Mocorito, México, Instituto
Sinaloense de Cultura, 2009, p. 19.
96 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

Transformaciones económicas a inicios del siglo XX


y sus repercusiones en la región

Desde finales del siglo XIX, la localidad de mayor influencia económica en esta
región fue Mocorito. La minería representó la principal actividad económica,
en torno a la cual giraban las demás actividades como el comercio regional y
en menor medida la industria (haciendas). Las características principales de
este periodo fue el predominio de vías de comunicación terrestres en con-
diciones deplorables, sobre todo aquellas que cruzaban longitudinalmente el
estado, por lo que los caminos transversales, paralelos a los ríos, fueron lo que
condicionaron la morfología de las regiones, y así, auxiliados por la navega-
ción constituían, los medios tradicionales para el traslado de mercancías y
personas.
Empero, la llegada del ferrocarril en 1907 se convirtió en un elemento mo-
derno que transformó no solo las vías de comunicación, sino también la im-
portancia de las localidades en el panorama estatal, pues las empresas cons-
tructoras optaron por tender las vías férreas por el amplio valle costero. El
ferrocarril se convirtió en un factor determinante para la marginación econó-
mica dealgunas villas y ciudades decimonónicas del noroeste, mismas que ha-
bían cobrado auge gracias a las actividades mineras. Una de ellas fue Mocorito,
lugar visualizado en el periodo porfiriano como un futuro centro comercial
e industrial de la región,6 cuya realización se vio frustrada por el paso del fe-
rrocarril a unos kilómetros de esta, a lo que se sumó la baja en la producción
minera, que terminó por aislarlos.
El ferrocarril fue el símbolo más egregio de la vorágine modernizadora y
estandarte de la Revolución industrial;7 bajo su efecto se transformó la cos-
ta norte del Pacífico, vinculando el noroeste mexicano con Estados Unidos
de Norteamérica. El franco aislamiento que había prevalecido en los espacios

6
Voz del Norte, Mocorito, 3 de julio de 1907, núm. 313 Este bisemanario fue editado y dirigido
por José Sabás de la Mora, tenía cuatro páginas por número y se imprimía en la imprenta de
Voz del Norte.
7
Desde la Revolución industrial, la historia de la economía mundial se había caracterizado
por un progreso técnico acelerado, por el crecimiento económico continuo, aunque desigual, y
por una creciente «mundialización», que suponía una división del trabajo cada vez más comple-
ja a escala planetaria y la creación de una red cada vez más densa de corrientes e intercambios
que ligaban a cada una de las partes de la economía mundial con el sistema global, en Eric
Hobsbawm, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 1999, p. 94.
jesús rafael chávez rodríguez 97

Ferrocarriles en Sinaloa, 1910

Fuente: Sergio Ortega Noriega, Breve historia de Sinaloa, FCE, México, 1999, p. 245.

como el sinaloense de pronto se tornó abierto, lo que marcó el inicio de una


serie de movimientos modernizadores del espacio regional.
Este elemento moderno y su paso por la incipiente localidad de Guamúchil,
que apenas contaba con una decena de familias,8 fue un factor determinante
para que se convirtiera en una población con una incipiente importancia.
Antes de finalizar la convulsa década revolucionaria en México (1910-1920),
en el lejano noroeste mexicano, de poblaciones dispersas y prácticamente ru-
ralizado, pudo percibirse cierto crecimiento demográfico y económico en la
naciente localidad, pues de 427 habitantes que tenía al comienzo de la década
pasó a 2185 para 1921;9 además, las autoridades municipales desde la cabecera
(Mocorito) expresaban desde 1916 que «el marcado desarrollo en la localidad
(de Guamúchil) se reflejaba en el número de fincas que se habían construido

8
Carlos Esqueda, Crónicas de Guamúchil, Culiacán, Creativos 7, 1993, pp. 65-67; Arturo
Avendaño Gutiérrez, Salvador Alvarado, Crónica de una Lucha, Culiacán, Creativos 7, 2006,
p. 11; Arturo Avendaño Gutiérrez, Forjadores de Guamúchil, Culiacán, Creativos 7, 2002. p. 10.
9
Departamento de la Estadística Nacional, Resumen del Censo General de Habitantes de 30
de noviembre de 1921, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1928.
98 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

en un periodo de tiempo relativamente corto»,10 se mencionaba que el movi-


miento comercial se encontraba en aumento, pues decían que

Era digno de consideración pues existían allí sucursales de las casas Linga y Cía.,
United Sugar Company, así como casas de capital importante como la de los se-
ñores Nabor G. Sánchez, José de la Vega, Florencio Gutiérrez, etc. Guamúchil se
consideraba una estación ferroviaria significativa, puesto que era ahí donde con-
vergían todas las cargas que los garbanceros depositaban para ser conducidas a
mercados extranjeros, como Estados Unidos.11

Lo anterior obligó a las autoridades municipales de Mocorito a establecer el


fundo legal12 como primer elemento de urbanización de la localidad, el cual era
una cuadrícula o tablero de ajedrez, de forma simétrica, establecida al oriente
de la estación del ferrocarril. Fue ahí donde se plantó el germen moderno de
dicha localidad.
Respecto al terreno que se adquirió para el establecimiento de la nueva
localidad, este fue expropiado a Francisco Santaolaya, representante de los te-
rrenos de San Pedro de Guamúchil, y quien intentó vender en 1000 pesos oro
un kilómetro cuadrado para la formación del pueblo, a lo que el ayuntamiento
de Mocorito accedió si se vendía también el predio que limitaba al oeste con
los terrenos del ferrocarril, a lo cual Santaolaya se negó. Por esta razón, se
procedió a expropiar dicho lote. La causa de la expropiación es porque era de
utilidad pública, con el fin de formar una población en el punto de Estación
Guamúchil, en un kilómetro cuadrado de los terrenos.13
Según esto, en el plano original se dieron 110 manzanas de 70 x 80 metros,
conteniendo cada una 16 lotes de 31 x 10 metros y divididas por calles de 20
metros de anchura, con excepción de la calle Antonio Rosales que tenía 25

10
Archivo Histórico del Municipio de Mocorito (AHMM), Actas de Cabildo, libro 1, 1916, f.
58.
AHMM, Actas de Cabildo, libro 1, 1916, f. 58.
11

El terreno expropiado se encontraba localizado paralelamente a la franja del terreno del


12

Ferrocarril Sudpacífico de México, al oriente, midiéndose de enfrente de la oficina de la esta-


ción, 700 metros al norte y 300 metros al sur de las extremidades de ambas líneas, perpendicu-
larmente un kilómetro rumbo al oriente formando un cuadrado, en Juan Salvador Avilés Ochoa,
Mocorito 400, México, COBAES, 1997, pp. 152-153.
13
Cfr. Jesús Rafael Chávez Rodríguez, Guamúchil. La historia de un pueblo (1907-1962),Mé-
xico, COBAES, 2012, pp. 120-123.
jesús rafael chávez rodríguez 99

Figura 1. Plano del fundo legal de Guamúchil de 1917

Fuente: Elaboración propia a partir de Archivo Histórico del Municipio de Mocorito, Actas
de Cabildo, libro 2, 1917.

metros. Sin contar la hilera de manzanas que corría al borde del patio del fe-
rrocarril, las otras 10 hileras estaban cortadas por callejones de drenaje de ocho
metros de anchura, de norte a sur hacia la parte baja (Laguna de Guamúchil).14
En el plano trazado (figura 1), se pueden observar cuatro manzanas ubi-
cadas en el centro (en color gris oscuro) de la cuadrícula, las cuales fueron
destinadas a plaza, escuela, mercado y edificios públicos: «designados para la
construcción de la plaza del mercado y el edificio para las escuelas, en Gua-
múchil, el terreno que el plano respectivo marca el espacio destinado a la plaza
(plazuela) y edificio para las oficinas municipales, respectivamente, y para la
construcción de estos, las porciones de tierra que el mismo plano de Guamú-
chil fija para aquellos».15
Existe una notoria diferencia en la disposición de las antiguas villas como
Mocorito y las nuevas localidades del siglo XX, las que responden a la influen-
cia de épocas pasadas. Mocorito tiene un trazo asimétrico, con la iglesia y la

14
Carlos Esqueda, op. cit., p. 86.
15
AHMM, Actas de Cabildo, libro 4, 1919, f. 43.
100 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

plaza en el centro y como eje las viviendas establecidas alrededor; es fruto de


las misiones que los jesuitas propagaron en el noroeste de México, en cuyo
centro se edificaba un templo frente al que se acondicionaba un atrio (lugar
privilegiado para las reuniones de la comunidad), estableciéndose también en
dicho lugar el cementerio.16 Por otro lado, los nuevos modelos de ciudades
responden a pautas modernas y capitalistas, donde las actividades económicas
están por encima de las religiosas y consuetudinarias. Así, localidades como
Guamúchil mantienen su eje social en espacios de carácter económico, en este
caso sobre la estación de ferrocarril, pues la línea de manzanas con mayor nú-
mero de fincas se encuentra establecida en un punto paralelo a la estación, re-
presentando la zona de mayor predominio económico. En este sitio se encon-
traban establecidas las casas comercializadoras, el hotel Sudpacífico y algunas
fondas y comercios que proveían de alimentos a los viajeros del ferrocarril; las
siguientes líneas de manzanas se destinaron en su mayor parte a construcción
de viviendas; en las manzanas centrales solo se construyeron la plaza (plazue-
la) y, posteriormente, una escuela, permaneciendo dos de estas manzanas por
largo tiempo sin ningún tipo de construcción.

Auge agrícola regional: base para el desarrollo


de la ciudad (1921-1962)

A partir de la década de los veinte, algunas regiones como la del noroeste,


que habían permanecido marginadas de la economía nacional, registraron un
marcado crecimiento en la actividad agrícola para exportación, sobre todo al
conectarse el noroeste mexicano con el sur de Estados Unidos. Uno de los
efectos en la región fue que empezó a modificarse el papel de sus localidades
en cuanto a importancia, ya que Mocorito, que había sido mayor demográfica-
mente, tuvo una disminución, pues de contar con 3754 habitantes en 1920, para
1930 disminuyó a 2561, y Guamúchil, por su parte, adquirió cierta relevancia,

16
Cabe señalar que las ciudades como Culiacán tuvieron un diseño distinto, pues fueron
proyectadas de acuerdo con modelos renacentistas a la manera española, y por tal razón puede
verse en su trazo una mayor simetría, disposición de escuadra, cuyo eje socioespacial lo confor-
ma el templo, la plaza y el ayuntamiento.
jesús rafael chávez rodríguez 101

ya que de 2185 que tenía en 1920 aumentó a 3042 para 1930,17 superando en
población a la cabecera municipal.
Cabe señalar que la modernización regional fue un factor decisivo para
el desarrollo de los valles y sus localidades, entre los que destaca la transfor-
mación del sistema de riego en los valles de Angostura y Guamúchil, la com-
plementación del ferrocarril y la agricultura para el desarrollo de la actividad
agrocomercial, la construcción y ampliación de la infraestructura de caminos,
así como el cambio institucional que favoreció la producción y comercializa-
ción de los productos regionales como el garbanzo. Un agricultor de la zona
mencionaba que elsurgimiento de la agricultura comercial de los primeros
años de la década de 1920, sobre todo del cultivo del garbanzo en el valle de
Angostura, se dio gracias a la apertura de tierras de riego y a la iniciativa pri-
vada. Enrique Ruíz de Alba refiere que:

De 1920 a 1940 fue una época de auge en la región y los productores y empresarios
visionarios fueron los que lograron hacer fortuna de estas circunstancias. Los em-
presarios dedicados a la compra-venta de garbanzo, entre los que aparecían tam-
bién grandes agricultores de la región como fueron José de la Vega, Silvano Gutié-
rrez, Cristino C. Romo, Patricio Mac’Conoegly, Antonio Domínguez, los españoles
Silverio Trueba, exportador a gran escala, los Irastrosa, Guerrero, y de Angostura
los Riveros, los Gaxiola y los Mascareño.18

A esta situación se le sumó el apoyo del gobierno, sobre todo después de la


Gran Depresión, por lo que a inicios de los treinta el panorama del marco ins-
titucional cambiaba a favor del desarrollo agrícola regional. Surge así la Confe-
deración de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES), que unía
territorialmente a los agricultores del estado, por lo que en la región se creó la
Asociación de Productores de Garbanzo y Legumbres de la Región Agrícola
del río Mocorito, con sede en Guamúchil.
Este hecho vino a dar centralidad a la localidad, ya que el objetivo de este
tipo de asociaciones, además de proteger los intereses de los agricultores, era

17
Departamento de la Estadística Nacional, Resumen del Censo General de Habitantes de
30 de noviembre de 1921, México, Talleres gráficos de la Nación, 1928; Dirección General de
Estadística, Quinto Censo de Población Estado de Sinaloa,México, Secretaría de la Economía
Nacional, 1930.
18
Enrique Ruiz Alba, «Angostura, emporio mundial: dice D. Emilio Gastélum G.», Presagio,
Culiacán, época 1, núm. 31, enero de 1980, p. 6.
102 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

modernizar el trabajo agrícola, estableciendo centrales de maquinaria, alma-


cenes de granos, semillas y depósitos para los asociados, en fin, prestar toda
clase de servicios a la actividad agrícola. Por tal motivo, la estación de Guamú-
chil fue un sitio estratégico, lo que le hizo obtener mayor número de servicios
regionales debido a la comercialización de los productos agrícolas como el
garbanzo que se exportaba en grandes cantidades a España, que era el mayor
de los mercados demandantes.
Por ende, el espacio de la estación del ferrocarril se convirtió en este perio-
do en el centro de la localidad como núcleo del movimiento comercial local y
regional. En este sentido, se aglomeraron los establecimientos frente a la esta-
ción y las calles principales (Rosales), por donde estaba establecido un mer-
cado improvisado. Bajo estas condiciones giró el comercio local, hasta que los
locatarios se organizaron para promover la construcción de un mercado fijo, y
cuya designación por parte del Ayuntamiento de Mocorito fue que se utilizara
una de las manzanas destinadas para la construcción de edificios públicos en
el centro del plano.
Uno de los problemas para el crecimiento urbano de la localidad fue, sin
duda la carencia de presupuesto para la realización de la obra pública, cosa que
no era extraña en el estado, pues la mayor parte de la inversión tanto estatal
como federal se destinaba a la construcción de la infraestructura para el riego y
las comunicaciones, en detrimento del desarrollo urbano de las localidades del
estado. Además, en Guamúchil se sumaba la carencia de una administración
municipal propia, por lo que los habitantes debían organizarse para gestionar
recursos a través del Ayuntamiento de Mocorito, así surgió la “junta de mejo-
ras materiales de Guamúchil”, cuyo papel era representar a la localidad ante el
municipio en lo concerniente a las necesidades de obras públicas y urbaniza-
ción de la comunidad.
Mediante la representación de este organismo en la década de los treinta,
avalados por las autoridades del municipio de Mocorito, se pedía a los habitan-
tes del lugar que retiraran los corrales que tenían en el centro de la población,
como una medida de higiene19; se proponía reglamentar el tráfico de animales
que aún circulaban por el centro de la población con el fin de urbanizar el
lugar20; con el aumento de vehículos en la población, se veía también como

19
AHMM, Actas de Cabildo, libro 23, 1937, f. 25.
20
AHMM, Actas de Cabildo, libro 25, 1939, f. 17.
jesús rafael chávez rodríguez 103

preocupación primordial vigilar su circulación apropiada21, para ello se de-


signó un inspector de tráfico y se instalaron señalamientos en algunos puntos
importantes de los sectores más concurridos22; se realizaron gestiones también
para la reparación del kiosco y bancas de la plazuela, pues se encontraban en
malas condiciones.23 Se logran además obras de mayor impacto como la cons-
trucción de la escuela primaria y el mercado municipal.
Es a partir de la década de 1930 cuando los vehículos de motor empiezan a
tener impacto en la región, este elemento se combina con los medios de trans-
porte tradicionales dándole a la población un aspecto ambivalente, además
de provocar un cambio durante esa década en el sistema rural-semiurbano
imperante en la localidad, ya que se desplaza el núcleo de actividades hacia el
centro del poblado. Este fenómeno se dio gracias a que los camiones de pasaje
y carga se ubicaron en el nuevo mercado ya entrada la década de 1940, en cuyo
interior se encontraba la terminal y gran parte del comercio local.
Debido a la insuficiencia del espacio designado como cuadro urbano de la
localidad por el incremento en el número de construcciones, se dio en 1946
la primera ampliación delo que llamaban fundo legal o primer cuadro de la
población, agregando 173 manzanas (de iguales características que las del an-
terior plano), y llama la atención que diez años después en 1956 se da otra
ampliación por motivos similares agregando 28 manzanas más, que en total
daban un número de 311. Lo curioso de estos datos es que se habla de incre-
mento de construcciones en la localidad cuando una fotografía aérea de 1958
sobre la zona centro de la localidad nos muestra gran número de lotes sin
construcción. Esto habla de que dichos lotes tenían propietarios, quienes es-
peculaban con el precio de la propiedad raíz; por lo tanto, otras personas que
no podían adquirir un lote, por lo elevado de los precios, demandaban nuevos
espacios para construir, sobre todo en las afueras del primer plano, donde los
precios serían más accesibles.
Esto nos habla de que algunos empresarios de la región buscaron diversi-
ficar sus inversiones hacia la propiedad raíz, lo cual generaba nuevas opciones

21
Se nombra encargado de la inspección de tráfico de Guamúchil al agente de policías Mi-
guel Rentería, teniendo percibido como sueldo por este servicio el 25 % sobre las multas que
imponga por este concepto. Por lo visto, no era mucha la circulación de vehículos, pues meses
más tarde tuvo que aumentarse el por ciento al sueldo percibido al 50 %. AHMM, Actas de Ca-
bildo, libro 25, 1939, f. 32.
22
AHMM, Actas de Cabildo, libro 28, 1943, f. 16.
23
AHMM, Actas de Cabildo, libro 25, 1939, f. 44.
104 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

de inversión. Puede verse que después de 1940ya algunos agricultores de la


región optaron mejorar, o bien, por darle un giro a sus actividades tradicio-
nales. Gracias al apoyo institucional tanto gubernamental como privado, pues
en la década de los treinta se habían establecido ya la CAADES que conjuntaba
las asociaciones de agricultores del estado, entre ellas la de Mocorito que se
estableció en Guamúchil, igual que la Cámara de Comercio que asociaba a los
empresarios de la región con sede en la misma localidad; así como el Banco del
Noroeste de México24, que surgió gracias a la iniciativa e inversión de agricul-
tores y comerciantes de la región en 1939, especializada en el financiamiento
de la actividad agrícola, aunque la matriz se estableció en Culiacán, para 1941
ya existía una agencia en la localidad.
Este fenómeno propició que los agricultores obtuvieran mayores exceden-
tes económicos, los cuales fueron invertidos en empresas más diversificadas
por ejemplo, Hidroeléctrica de Guamúchil o hacia finales de los cuarenta,
así comola construcción del hotel Davimar con su sala de cine en el mismo
complejo.25Asimismo se captaron inversiones significativas para la localidad a
partir de otros cultivos regionales como el algodón, fue el caso de la instalación
del complejo agroindustrial de Algodones de Occidente en las inmediaciones
de la estación del ferrocarril.
No sólo la gran empresa logró obtener beneficios a partir del auge agrícola
de esos años, también el pequeño comercio local obtuvo un despunte, o al
menos así lo refleja el Directorio Agrícola, Comercial, Industrial y profesional
del Estado de Sinaloade 1957,26 donde observamos que más de 80 comercios se
encontraban aglomerados en la localidad, que eran los que cubrían la deman-
da de bienes y servicios regional y local, mientras que en Las cabeceras munici-
pales de Mocorito y Angostura no superaban siquiera los 20 establecimientos.
En la localidad se dio un proceso de transición, ya que después del predo-
minio de la agricultura como impulsor del crecimiento, empieza a detectarse la
incursión del comercio y los servicios, es decir, Guamúchil se constituye hacia

24
Aguilar Aguilar, Gustavo y Sergio Romo Santos, «Cristino C. Romo: destacado empre-
sario de la región del Évora», en Aguilar Aguilar, Gustavo, María de Jesús López y Modesto
Aguilar (coord.), Marginalidad y minorías en el pasado mexicano, (Memoria de XVI Congreso
de Historia Regional), México, UAS, Facultad de Historia, H. Ayuntamiento de Mocorito, 2000.
25
Jesús Rafael Chávez Rodríguez, Guamúchil. La historia de un pueblo (1907-1962), México,
Cobaes, 2012, pp. 142-148.
26
Directorio Agrícola, Comercial, Industrial y profesional del Estado de Sinaloa,Culiacán, El
Diario de Sinaloa, 1957.
jesús rafael chávez rodríguez 105

la segunda mitad del siglo XX, como una pequeña ciudad comercialenmedio de
una región de predominio agrícola.27
Otros elementos que contribuyen a la centralidad regional es la convergen-
cia de caminos nacionales y vecinales, pues uno de los principales elementos
dinamizadores fue la construcción de la carretera internacional que quedó
abierta al tráfico vehicular en 1950. Esta carretera troncal fue el eje que propi-
ció la paulatina conexión de las localidades de la región, misma que inició la
conformación de una sistema de localidades en la región del Évora, cuyo cen-
tro lo constituyó Guamúchil, uniendo a los sub-centros de Mocorito (hacia los
altos) y Angostura (valle agrícola y litoral) mediante los vínculos creados por
los caminos transversales que cruzaban de los altos a la costa (litoral), pasando
por los valles agrícolas.
A pesar del crecimiento económico y poblacional ya mencionado, en Gua-
múchil se carecía de ayuntamiento, a lo que se creía, se debía la falta de ser-
vicios públicos y de urbanización en general. Sin embargo, se debe tener en
cuenta que los ingresos del erario público de los municipios eran muy reduci-
dos, debido a la poca captación de impuestos; además de la carencia de progra-
mas o planes estatales y municipales para promover y regular el crecimiento
de las poblaciones.El hecho de lograr la municipalización28 en 1962 y haber
instalado el primer Ayuntamiento29 en 1963, en cierta manera permitió el for-
talecimiento del sector público y colocó las bases para la modernización de la
infraestructura urbana, además de trazarse nuevas metas para la atracción de
inversiones a la localidad.

27
Cfr. Jesús Rafael Chávez Rodríguez, op. cit., pp. 148-157.
28
Esta fue una de las causas principales del movimiento, que se prolongó por cinco años has-
ta que se obtuvo la municipalización en 1962 mediante el Decreto 280, con fecha de 6 de marzo
de 1962, Periódico Oficial del Estado de Sinaloa.
29
El municipio de Salvador Alvarado se conformó como tal en 1962, y fue en 1963 cuando
empezó a funcionar el primer ayuntamiento, ocupando Guamúchil la cabecera del mismo mu-
nicipio. Para evitar confusiones, se plantea la aclaración, teniendo en cuenta que Salvador Alva-
rado es el espacio político administrativo correspondiente al municipio número 17 del estado de
Sinaloa desde 1962 y Guamúchil es la cabecera municipal, el pueblo con mayores dimensiones
en el municipio, en cuyo asentamiento se concentra la mayor parte de la población desde inicios
del siglo XX hasta la actualidad.
106 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

De la municipalización a la crisis (1962-2000)

Población y economía de la ciudad

Aunque Culiacán y Los Mochis se consideraban los centros de mayor impor-


tancia en la zona agrícola del estado, también las ciudades de Guasave y Gua-
múchil tuvieron su despegue a inicios del periodo, alcanzando su más álgido
crecimiento en el intermedio de éste.Tanto Angostura como Guamúchil tuvie-
ron un crecimiento muy significativo en la región del Évora en este periodo,
sobre todo por la creación de grandes obras hidráulicas como fueron las presas
Adolfo López Mateos30 sobre el río Humaya (1956) y la presa Eustaquio Buelna
(1972) sobre el Mocorito o Évora, que contribuyeron a la ampliación de las tie-
rras de riego en el valle;cosa contraria sucedió con Mocorito y Badiraguato que
fueron municipios expulsores de población debido al aislamiento económico
en el que permanecían. Dicho movimiento migratorio en la región, generó el
desplazamiento de los municipios de los altos hacía el valle, especialmente a
la localidad que absorbió la mayor cantidad de dicha migración que fue Gua-
múchil.
Hasta este momento, resolver problemas de localidades en transición ur-
bana no había sido una prioridad en las agendas del gobierno federal, sin em-
bargo, con el crecimiento tan dinámico de muchas ciudades en el país, sobre
todo a partir de 1970, en el marco del proyecto de “Desarrollo compartido” ya
se incorporaba de manera explícita la estrategia en materia de planeación ur-
bana y regional. Empero, fue hasta 1976 con la promulgación de la Ley General
de Asentamientos Humanos cuando tuvo el mayor efecto, pues se proponían
como objetivo general racionalizar el ordenamiento y regulación de las locali-
dades urbanas y rurales en todo el territorio nacional.31 Esta iniciativa propició
la elaboración de planes de desarrollo en los estados y sus respectivos munici-

Arturo Carrillo Rojas, Agua agricultura y agroindustria. Sinaloa en el siglo XX, México,
30

UAS, UANL, 2013, pp. 67-71.


31
Los procesos de urbanización a nivel nacional han sido estudiados con mayor profundidad
por Luis Unikel, El desarrollo urbano de México, México, El Colegio de México, 1976; Gustavo
Garza, Cincuenta años de investigación urbana y regional en México, 1940-1991, México, CEDDU,
El Colegio de México, 1996 y La urbanización de México en el siglo XX, México, El Colegio de
México, 2003; Sobrino, Jaime, Competitividad de las ciudades de México, México, El Colegio de
México, 2003; Garrocho Rangel, Carlos, Estructura funcional de las ciudades de México, México,
El Colegio Mexiquense A.C., CONAPO, Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2012.
jesús rafael chávez rodríguez 107

pios, que si bien es cierto, no produjeron el efecto esperado en la praxis como


lo hace ver Gustavo Garza, si funcionaron como elementos de información
para conocer la situación de las poblaciones y sus limitaciones.
La etapa más álgida de crecimiento demográfico del estado de Sinaloa se
dio entre 1960 y 1970, década en las que logró alcanzar una tasa de crecimien-
tode 4.37% en promedio anual, sin volver a alcanzar los mismos índices de
crecimiento en las décadas posteriores. Para el caso de la localidad de Guamú-
chil, los sesenta fue un periodo de despegue para su población, sin embargo
su crecimiento más significativo fue entre 1970 y 1980, cuando pasó de 17,151
habitantes a 36,308, creciendo en las décadas posteriores a ritmos menores por
lo que su tasa de crecimiento disminuyó.
Para este periodo fue de mucha utilidad la información de los censos de
población, sobre todo al analizar la información poblacional por municipios,
es decir, la región base32,conformada por los municipios de Mocorito, Salvador
Alvarado y Angostura, nos proporciona más elementos para calcular el grado
de centralidad que ejerció Guamúchil como localidad en la región.

Cuadro. Población de la ciudad de Guamúchil en relación con la región del Évora


1950 1960 1970 1980 1990 2000
Población de la 55 118 67 887 107 380 156 295 165 657 167 212
región base
Población de la 5865 7878 17 151 36 308 49 635 57 547
ciudad
de Guamúchil
% que representa la 10.64 11.60 15.97 23.23 29.96 34.41
ciudad
Fuente: INEGI, Censos Generales de Población y Vivienda 1970, 1980, 1990 y 2000.

En el cuadro anterior podemos ver que la población de los tres municipios


en conjunto mantuvo un crecimiento sostenido hasta 1980, sin presentar la
misma dinámica en las dos siguientes décadas; a diferencia de la localidad de

32
Con región base nos referimos solo a los municipios de Mocorito, Salvador Alvarado y
Angostura, aunque la zona de influencia sea más amplia, es decir, sobre parte de Guasave, Sina-
loa de Leyva, gran parte de Badiraguato, e incluso la parte limítrofe de Chihuahua y Duarango.
108 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

Guamúchil, que presentó un crecimiento sostenido, disminuyendo un poco


hacía el 200033 mientras que el resto de la región no lo hizo. Esta dinámi-
ca de crecimiento poblacional de la localidad en relación con la región, nos
muestra,con base en el porcentaje, que la población de la región se concentró
en Guamúchil de manera más significativa a partir de 1970, cuando el por-
centaje de la población pasa de 15.97 a 23.23%. Aunque no hay un crecimiento
similar en la población (región) en las décadas posteriores, si se percibe un alto
grado de concentración, ya que para finales del siglo en Guamúchil se aglome-
ró más del 34% de la población de la región. La localidad para 1990ocupó el
cuarto sitio en importancia dentro del estado, cayendo al quinto lugar para el
2000, superada en población por la ciudad de Guasave.
La consecuencia de dicho proceso de centralización poblacional, llevó a la
localidad a obtener una mayor diversificación de las actividades económicas en
la región, en este sentido para la mitad de los setenta, además del tradicional
mercado municipal y otras empresas ubicadas a su alrededor, que ofrecía pro-
ductos para el consumo local y regional, se empezaron a sumar los supermerca-
dos de autoservicio como Casa Ley y Coppel, que se instalaron en la zona central
de la localidad, aprovechando las ventajas que ofrecía la afluencia de camiones
de pasaje y carga que arribaban diariamente a las terminales de los poblados
vecinos. Por ejemplo, tienda Coppel (venta de ropa, muebles y electrodomés-
ticos) desde 1978 extendía sus ventas hacia Mocorito, Angostura, Las Brisas
(Guasave), La Reforma (Angostura), Independencia (Angostura),34 como las
localidades de mayor importancia para este tipo de comercios regionales.

33
Para las últimas décadas del siglo XX se resintieron los efectos de las crisis económicas a ni-
vel nacional, por lo que disminuyeron las índices de desarrollo en el país. Aun así, en la localidad
de Guamúchil en 1990 el número de habitantes alcanzó un total de 49,600, lo que significó un
crecimiento considerable, aunque más bajo en comparación con la década anterior. Sin embar-
go, la situación iba a cambiar para el 2000, ya que llegó a 57,547 habitantes, con un crecimiento
de la población aún menor al de la década precedente.
34
Archivo Municipal de Salvador Alvarado (AMSA), 1985, sin clasificación.
jesús rafael chávez rodríguez 109

Gráfica. Evolución de la población en Guamúchil, Sinaloa, 1900-2000

Población
57 547
49 600

36 308

4526 5865
3042 17 1500
427 2185
522
7,878
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

Fuente: Censo General de Población 1900; 1910; 1921; 1930; RobertoE. Ayala,Sinaloa en los
destinos de México, México, Unión Gráfica, 1957; INEGI XI (1990) y XII (2000).

Cuadro. Tiendas de autoservicio y departamentales de la localidad


de Guamúchil 1985
Fechas
5/1979 4/1980 4/1981 4/1982 7/1984 11/1985
Tiendas*
Coppel 3 11 7 14 27 23
Ley 23 31 32 31 33 25
A la moda 11
MZ 12 15 14 12 8 8
Selecciones Marcos 2
EE.UU 9
Total 38 57 53 63 70 78
Fuente: Archivo Municipal de Salvador Alvarado, 1985.
*Datos de la encuesta de penetración que realiza tienda Coppel para analizar quienes
compraron ropa en las fechas señaladas. Las localidades de Mocorito, Angostura, Las Brisas,
La Reforma e Independencia, representan el 37% de un total de encuestados para la tienda
localizada en Guamúchil.

El comercio de la localidad fue favorecido por otros medios de transpor-


te moderno como la aeronáutica. La demanda de este nuevo medio se gene-
ró debido a la actividad de producción y venta de amapola y mariguana en
110 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

la zona alta de la región (parte de Mocorito, Badiraguato, Sinaloa de Leyva,


así como parte de Chihuahua y Durango), donde se generaban grandes ex-
cedentes —difíciles de cuantificar por la naturaleza de la actividad—. Cier-
tamente, se sabe que estos excedentes fueron elevados, pueslos habitantes
de los altos dedicados a esta actividad eran capacesde solventar este tipo de
transportes,cuyos costes eran muy elevados. Para 1980 se tiene el dato de 50
pasajes diarios que en promedio volaban a los altos de ida y vuelta,35 y sus
visitas a la ciudad consistían en abastecimiento de alimentos y productos va-
rios, solicitar algún servicio o simplemente por esparcimiento. Esta zona se
convirtió en parte importante de la región debido al comercio y a los servicios
que ofrecía.
Las actividades referidas, propiciaron la consolidaciónde Guamúchil como
una ciudad dedicada al comercio y los servicios en su hinterland, y las últi-
mas décadas del siglo XX fueron las que consolidaron dicha actividad terciaria,
pues de la población económicamente activa de 1990 solo en la ciudad el 65.2%
laboraba en este sector, mientras que el 19.1% lo hacía en el secundario y sólo
el 10.5% en el primario.36

Urbanización como asignatura pendiente


a finales del siglo

Por otra parte, el crecimiento urbano de la ciudad en los primeros años de su


vida municipal no fue tan marcado, sus autoridades estuvieron supeditadas a
cubrir los rezagos de la época precedente, sobre todo lo referente a la creación
de infraestructura hidráulica urbana37, mantenimiento de las calles y otros ser-
vicios públicos básicos.38

AMSA, sin clasificación.


35

INEGI, XI Censo General de Población y Vivienda, 1990.


36

37
Mocorito hizo las gestiones para un crédito con el Banco Nacional Hipotecario Urbano de
Obras Públicas a finales de 1961 con tal de cubrir parcialmente el gasto de la construcción de las
obras de agua potable y el importe de 1,500 conexiones domiciliarias. El crédito antes mencio-
nado no fue suficiente para llevar a cabo la totalidad de la obra, por lo que el nuevo municipio
tuvo que ampliar el crédito a la suma de cien mil pesos para complementar la integración del
costo total del sistema de agua en AMSA, Acta No. 9, 23 de marzo de 1963.
38
Resumen, 13 de marzo de 1963.
jesús rafael chávez rodríguez 111

Sin embargo, la modernización urbana no había logrado cristalizarse has-


ta el momento en este lugar, por lo que la localidad se presentaba como una
combinación rural con ciertos visos de urbanización. En la prensa de la época
podían verse quejas de los ciudadanos sobre el aspecto de la localidad.En el
periódico El Informadorse mencionaba que “todos los días y a todas horas,
numerosas manadas de puercos y reses deambulan por las principales calles de
la ciudad, dándole un aspecto de rancho a nuestra población”.39
Bajo esta ambivalencia, para finales la década de los sesenta, inician de ma-
nera formal los trabajos concernientes a la modificación del entorno urbano,
por tal razón se realizaron trabajos en la localidad como la construcción de
drenaje en las calles principales40 y el alumbrado público41.Además algunos
organismos municipales pugnaban por mejorar no solo la condición de vida
de los habitantes, sino también la utilización racional de los espacios y el me-
joramiento del aspecto estético de la ciudad, en el decreto 6 de 1967 se decía:

El Comité Municipal de Planeación de Salvador Alvarado por el cual se impone a


los propietarios de predios urbanos enclavados en el primer cuadro de la pobla-
ción, la obligación de mandar colocar bardas en sus lotes baldíos, así como mandar
encalar o reparar las banquetas por las calles y avenidas. Dicho decreto también
impone prohibición de que en el primer cuadro se hagan construcciones usando
materiales que no reúnan las condiciones de seguridad y belleza, como madera
sin tratar, techos de lámina, tejabanes, terrados, etc., y las ya existentes que causen
mal aspecto o constituyan un peligro para la salud de sus habitantes, deberán ser
reconstruidas o demolidas en su caso. Prohíbe también establecimiento dentro del
primer cuadro de la población, de fábricas, producción, manejo y almacenamiento
de explosivos, de criaderos de animales y en general de todo aquello que consti-
tuya un peligro para la seguridad y salud pública, o sea un desacato a las normas
de construcción, al planeamiento arquitectónico, a las obras de ornato o embelle-

39
El informador, 16 de octubre de 1964.
40
El 16 de noviembre de 1966 Alfredo Díaz Angulo (presidente municipal), de acuerdo el
artículo 22 de la Ley de Planeación, Urbanización y Cooperación del Estado de Sinaloa, infor-
maba sobre la integración del consejo municipal de Salvador Alvarado, según acta constitutiva
levantada el 31 de octubre de 1966. Organismo que tomando en cuenta la necesidad existente
aprobada por parte de la Secretaría de Recursos Hidráulicos, en México D. F., los estudios y
presupuestos de del proyecto, pugna en el sentido de que se construya un sistema de drenaje y
alcantarillado en esta cabecera, en AMSA, Acta No. 32, 26 de octubre de 1966.
41
Ibíd.
112 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

cimiento, o sean incomodidades para los habitantes del sector donde pretenden
establecerse.42

Además, con el crecimiento de la población se generaba la demanda de un


mayor número de lotes para viviendas, por tal razón, en 1967 se dio una am-
pliación más del fundo legal, ahora el crecimiento apuntabahacia la zona no-
reste, misma que implicó la venta de unos terrenos por parte de la Compañía
Explotadora de Terrenos de San Pedro de Guamúchil,43 consistente en una ex-
tensión de terreno con superficie de 118 hectáreas, a los que se sumaron cuatro
etapasmás. A estos terrenos se les llamó Ampliación 6744, que posteriormente
formarían las colonias 15 de Julio y Zapata.
Aunado al aumento de población y las demandas de terreno, se vio la ne-
cesidad de cubrir las necesidades de servicios públicos en la ciudad. Para 1969
surge el proyecto para pavimentación de las calles principales, sin embargo,
por falta de construcción de drenaje y alcantarillado no fue posible iniciar di-
chos trabajos.45
Fue a partir de 1973cuando empezaron las obras de construcción más visi-
bles en la cabecera (Guamúchil), transformando substancialmente el entorno
urbano, el de mayor importancia fue la pavimentación del primer cuadro de
la ciudad.46 Además se construyeron el parque infantil y un gimnasio con un
complejo de canchas deportivas, el Centro de Estudios Científicos y Tecnoló-
gicos y la carretera a la Ciénega de Casal.

42
AMSA, Acta No. 16, 7 de junio de 1967.
43
AMSA, Acta No. 9, 29 de marzo de 1967.
44
AMSA, Acta No. 16, 7 de junio de 1967.
45
AMSA, Acta No. 11, 23 de abril de 1969.
46
Se autorizóque el Ayuntamientobuscara “un crédito de hasta $ 25’000,000.00 (veinticinco
millones de pesos) pagaderos en 5 años para aplicarse a las obras de urbanización del primer
cuadro de esta ciudad, que comprende las obras de pavimentación, guarniciones, banquetas, no-
menclatura, señalización de tránsito, arborización, cisternas para bomberos, tomas domicilia-
rias de agua, descargas domiciliarias de drenaje, reposición de tuberías de agua y drenaje, cajas
de válvulas de agua potable y registros de drenaje del primer cuadro de la ciudad de Guamúchil,
comprendido dentro de los siguientes linderos: al norte, calle Dr. Jesús Rodríguez; al Sur, calle
16 de Septiembre; al oriente, Mariano matamoros y al poniente, Silverio Trueba”, en AMSA, Acta
No. 11, 27 de junio de 1973.
jesús rafael chávez rodríguez 113

De 1972 a 1974 se establecieron los ejes de la cuidad y se delimitó la juris-


dicción de las colonias existentes y de nueva creación47 con tal de dar cohesión
y orden al vertiginoso ensanche urbano de la localidad de esa década. En un
primer momento se estableció la zona centro, y a partir de ahí las delimita-
ciones de las colonias, además de replantear los nombres y numeración de las
calles y viviendas.
Otra parte de la obra material en el sector público fue la construcción del
estadio de beisbol y las albercas municipales, así como la construcción del hos-
pital del Instituto Mexicano de Seguro Social y el edificio de la unidad admi-
nistrativa que albergaba oficinas del gobierno del estado. Asimismo, antes de
terminar la década de 1970 se construyeron obras como: el palacio municipal,
el mercado (nuevo), la casa de cultura, un centro de convenciones municipal,
una central camionera y el rastro municipal.48
Sin embargo, con la modernización urbana, también vinieron inconformi-
dades sociales que culminaron en reclamos al gobierno municipal, como ejem-
plos: los usuarios del servicio de agua potable organizaron una manifestación
de inconformidad por las alzas de las tarifas; por otra parte los locatarios del
mercado municipal, apoyados por transportistas promovieron un movimiento
para protestar por la nueva ubicación de la central camionera, que argüían se
encontraba muy lejos del movimiento comercial de la ciudad:

Como es del dominio público, el funcionamiento de la central camionera provocó


aquí la inconformidad de los comerciantes del centro de la ciudad porque les quito
la mayoría de la clientela al suspenderse las terminales que operaban en el mercado
viejo. A raíz de ello, se inició con el movimiento de lucha emprendida por los co-
merciantes, locatarios del mercado, transportistas y usuarios que vieron lesionados
sus intereses, al retirar las autoridades los camiones foráneos del primer cuadro.49

Con esta acción se frenó el crecimiento de la ciudad hacia otros sectores ur-
banos, permaneciendo el centro tradicional con funciones comerciales como
la había venido haciendo hasta el momento. Por su parte las nuevasinstalacio-

47
En la junta de cabildo se dijo: «El presidente municipal presentó la iniciativa para que
la propia administración elabore la re-numeración de domicilios y la nomenclatura de calles,
avenidas, callejones y colonias de esta propia ciudad», en AMSA, Acta No. 22, 6 de septiembre
de 1972.
48
AMSA, Acta No. 18,19 de septiembre 1978.
49
AGN, Secretaría de Gobernación, Caja 1800-B, expediente 5, Foja 60, 25 de Junio de 1980.
114 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

nes de la central camionera terminarían como asentamiento de la Universidad


de Occidente años más tarde.
La década de 1970-1980 fue una de las de mayor crecimiento demográfico
registrado en la localidad de Guamúchil. En gran medida la migración de la
cual fue receptora la ciudad, fue debido a la violencia en los altos:

Las familias y los individuos, al ser hostigados por los altos niveles de violencia, se
ven obligados a dejar sus comunidades y, según sea su posesión de capital econó-
mico o social seleccionan los lugares de destino. Quienes carecen de ellos, simple-
mente se concentran en las cabeceras municipales o en los campos agrícolas del
propio Sinaloa; los que sí cuentan con formas de capital se dirigen a otros estados
de la República Mexicana -como Sonora y Baja California- o se van hacia los Es-
tados Unidos.50

Estos fueron los procesos de migración más importantes hacia las ciudades
en Sinaloa. En esos años se desató una persecución indiscriminada, producto
de las determinaciones gubernamentales por acabar con el narcotráfico, donde
según afirman Arturo y Omar Lizárraga51 fueron terribles los efectos demográ-
ficos, pues los pobladores abandonaron sus lugares masivamente.Este fenóme-
no de crecimiento poblacional más acelerado provocó que las autoridades mu-
nicipales centraran su atención en una mejor distribución del espacio urbano
además de procurar abastecer de servicios urbanos a la ciudad.
Para 1981 la localidad de Guamúchil contaba con un total de 20 colonias, las
cuales habían surgido de los antiguos barrios con los objetivos de organizarlas
y proveerlas de los servicios públicos más elementales. Así, de los antiguos
barrios, se distinguía la zona centro —lugar que se había constituido desde el
surgimiento del primer plano urbano, como núcleo principal y para la men-
cionada década representaba el espacio destinado a la zona comercial—, los
barrios de San Pedro, Guamúchil Viejo, La Pala, La Loma, La Laguna, entre
otros.
Para una mejor organización urbana, las autoridades municipales optaron
por establecer delimitaciones para las colonias, con el objeto de que agrupar

50
Arturo Lizárraga Hernández y Omar Lizárraga Morales, “Narcotráfico, violencia y emi-
gración femenina. Caso Sinaloa”, Universidad Autónoma de Sinaloa, México, http://estudiosdel-
desarrollo.net/coloquio2006/docs2006/11772.pdf, (Consultado el 15 de enero de 2013).
51
Ibíd.
jesús rafael chávez rodríguez 115

la población de manera más equilibrada y con homogeneidad. Por esta razón


aparecieron en los planos del Ayuntamientos de 198052 colonias como: San Pe-
dro, Agustina Ramírez, Lomas del Valle, Niños Héroes, Juárez, Centro, Cuau-
htémoc, Las Garzas, 15 de Julio, Militar, Évora, Morelos, Zapata, Magisterio,
Infonavit, Insurgentes, Las Glorias, 1 de Mayo, y al otro lado del río en la zona
noreste, la colonia San Miguel y Cuesta de la Higuera, que años antes habían
sido considerados poblados o ranchos.
La zona urbana, en este año se encontraba dividida en zonas, como lo mar-
ca la siguiente ilustración. La zona comercial, que coincide con la zona deno-
minada centro o el primer cuadro de la ciudad, señalado en líneas diagonales;
la zona habitacional de primera, es la parte contigua al centro y dos colonias en
los extremos norte (Lomas del Valle) y sur (Fraccionamiento las Garzas) de la
ciudad, señalada con líneas verticales; la zona habitacional de segunda, que es
la de mayor extensión y se encuentra alrededor de la de primera, señalada con
líneas horizontales; la zona habitacional de tercera, que son las zonas de colo-
nias en formación o incluso invasiones, situadas en los márgenes sur, noreste y
norte, representada por la parte punteada del plano. Además de estas zonas ha-
bitacionales el plano presenta un espacio destinado a zona industrial, situado
en la salida norte (rumbo a Guasave) y cruzado por la carretera internacional
México 15 y por las vías del ferrocarril, al otro lado del río (representada por
líneas diagonales más obscuras); y por el lado sur, sobre la carretera, señalado
con blanco se encuentra la zona escolar y recreativa.
Las últimas dos décadas del siglo XX fueron receptoras de un crecimiento
demográfico menor, aunque también significativo, por lo que la ciudad con-
tinuócreciendo con poco orden,debido a la falta de planeación por parte de
las autoridades municipales, cuyo trabajo se había centrado más a solucio-
nar necesidades urgentes de urbanización, como el abastecimiento de agua
potable, electricidad y drenaje. Por lo general las colonias populares fueron
cambiando,pero sin contar con un plan regulador urbano, lo que dejabamu-
chos rezagos en el mejoramiento del aspecto y funcionalidad de los servicios.
Pueden verse continuas quejas de los colonos por asuntos básicos como el dre-

52
AMSA, Planos, Caja 1 y 2, S/F.
116 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

Plano de la zona urbana de Guamúchil, 1980

Fuente: Archivo Histórico Salvador Alvarado, Planos, Caja 1, S/F.

naje, solicitud de lotes para construcción de viviendas,53 agua potable,arreglo


de calles, alumbrado público, servicio postal.54
Aunque se generalizaron los esfuerzos por apoyar la urbanización local y
regional a nivel nacional desde 197555, éstos no tuvieron los efectos esperados,
pues localidades como Guamúchil para finales del siglo XX se vieron sumidas
en problemáticas urbanas como la carencia de pavimento, que se atribuía a la
abundancia de lotes baldíos.56El bajo porcentaje de área pavimentada, que sólo
alcanza el 20% para finales de la década de los noventa, habla del reducido

53
En la colonia Niños Héroes los colonos se agrupan para solicitar a la presidencia el servicio
de drenaje,en AMSA, Obras Públicas, expediente 2, 30 de octubre de 1984 (en proceso de clasifi-
cación); AMSA, Obras Públicas, 16 de septiembre de 1985.
54
AMSA, Obras Públicas, 23 de noviembre de 1984.
55
Muchos de los planes de desarrollo urbano sucumbieron bajo la opacidad del inicio de la
crisis de la década de 1980, en Gustavo Garza, La urbanización de México, op. cit., p. 64.
56
MelchorPeiro Guerrero, «Impacto en el desarrollo urbano ocasionado por los lotes baldíos
y la infraestructura subutilizada. Caso de estudio: La ciudad de Guamúchil, Sinaloa», tesis de
maestría en Desarrollo Urbano, Universidad Autónoma de Durango, Campus Culiacán, Culia-
cán, 2005.
jesús rafael chávez rodríguez 117

mejoramiento de la imagen urbana, además de significar una atenuante para la


atracción de inversiones en la ciudad. Es notorio el hecho de que, si para 1989
la ciudad registraba el 16% de pavimentación, para inicios del nuevo milenio
tal porcentaje no se había modificado de manera considerable. Esta situación
de Guamúchil hizo que se ganara el mote de “ciudad hueca”57 por parte de los
especialistas en urbanización.
Para finales del siglo XX puede percibirse que la expansión urbana se frenó.
Esto se debió, en parte, a cierta recuperación del sector agropecuario, frenando
la migración del campo y permitiendo elevar la población rural. De esta mane-
ra, las ciudades recibieron un flujo menor de personas del campo en la última
década del siglo XX por el aumento de la migración hacia Estados Unidos de
América.
Los cambios estructurales presentados en la década de los noventa con el
modelo neoliberal, estuvieron caracterizados por un acelerado proceso de glo-
balización de la economía mundial. Los programas llevados a cabo por los
gobiernos de Salinas y Zedillo, como fueron el Programa Nacional de Solida-
ridad de 1988 y el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa),
anularon por completo a los programas de desarrollo urbano correspondientes
(1990-1994 y 1995-2000), los cuales agonizaron durante dos gobiernos y no
murieron gracias a la operación del minúsculo “Programa de 100 ciudades”.
Por esta razón en ciudades pequeñas, que estaban dentro del “Programa
100 ciudades” como era el casode Guamúchil pudo percibirse un estancamien-
to urbano. Las obras que fueron autorizadas por la Secretaría de Desarrollo
Social (SEDESOL) para realizarse en las ciudades contempladas dentro del
programa de 100 ciudades,58fueron la reubicación del “basurón” municipal,
proyecto de planta tratadora de aguas negras, estudio integral de vialidad y
transporte y pavimentación de la avenida Gabriel Leyva.59
Mientras tanto, continuaron surgiendo colonias en la periferia además de
la construcción de fraccionamientos por parte de empresas dedicadas a ese
ramo, por tal razón se empezó a regular el desarrollo de ese momento, surge así
la propuestade contar en el municipio con una “carta urbana de zonificación”

57
Desarrollo urbano en Sinaloa 1987-1992, México, Gobierno del Estado de Sinaloa, Secreta-
ría de planeación y desarrollo, 1992, p. 453.
58
AMSA, Acta No. 8, 15 de julio de 1993.
59
Para cubrir el monto de estas obras se dividirían los costos entre el gobierno federal estatal
y los beneficiarios.
118 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

para tener un mejor desarrollo en esta ciudad.60Con esta carta urbana se pre-
tendía establecer una zona susceptible a desarrollarse urbanamente, la cual se
ubicó al sureste, sur oeste y noreste, zonas cercanas a la carretera internacional
México 15. Estos espacios fueron áreas destinadas a resolver problemáticas de
vivienda y equipamiento de servicios.61El siglo XX finalizó con grandes reza-
gos en materia de urbanización, aunque ante la CONAPO el Municipio aparecía
con alto índice de desarrollo humano.62

Conclusiones 

En el transcurrir del siglo XX se experimentaron transformaciones profundas


para el estado de Sinaloa, la actividad económica basada en la minería que
había predominado durante un largo periodo, vino a menos a inicios del siglo
XX, como un efecto de las crisis mundiales de la plata, pero, sobre todo por la
modernización de las vías de comunicación con la entrada del ferrocarril. Lo
anterior propició que el escenario estatal pudiera modificarse, restando im-
portancia las antiguas villas mineras y favoreciendo el surgimiento de nuevas
localidades con funciones económicas que dieron soporte a las actividades
agrícolas, como fue la estación de ferrocarril para el caso de Guamúchil.
Las regiones en Sinaloa mantuvieron una localidad que se consolidó como
núcleo central, así fue Mazatlán para el Sur, Culiacán para el centro y Los
Mochis para el norte, sin embargo, las ciudades de características interme-
dias como Guasave, o para este caso, Guamúchil en el centro-norte, también
crearon su propia subregión, ya que ejercían atracción sobre una zona de in-
fluencia bien delimitada marcada por las vías de comunicación63, cuyo papel

60
AMSA, Acta No. 30, 14 de marzo de 1997.
61
Periódico Oficial del Estado de Sinaloa, 30 de mayo de 1997.
62
El IDH es una medida innovadora y útil que pone de manifiesto que el bienestar y el ingre-
so no son dimensiones equiparables. En esencia, se trata de un indicador compuesto, compara-
ble internacionalmente, que combina: (i) la longevidad (medida mediante la esperanza de vida
al nacer); (ii) el logro educacional (a través de la alfabetización de adultos y la matrícula combi-
nada de varios niveles educativos); y (iii) el nivel de vida, mediante el PIB per cápita anual ajus-
tado (paridad del poder adquisitivo en dólares), en http://www.conapo.gob.mx/work/models/
CONAPO/Resource/211/1/images/desarrollo_humano.pdf, Consultado (11 de marzo de 2015).
63
Entre estas vías de comunicación también aparece la aeronáutica, pues existía un aeródro-
mo en la ciudad de Guamúchil que generaba una vía para el comercio y el traslado de personas
jesús rafael chávez rodríguez 119

fue crucial para crear redes de localidades menores que tenían su punto de
convergencia en la ciudad.
El crecimiento de la ciudad de Guamúchil como centro de una región, estu-
vo fincado en un primer momento, en la modernización de la infraestructura
para las actividades agrícolas, sobre todo en el amplio valle de Angostura. Y
fue para la década de los cuarenta cuando empiezan a diversificarse las activi-
dades económicas de la localidad de Guamúchil, sin que la actividad agrícola
regional perdiera importancia.
Las deficiencias en este tipo de ciudades, son símbolo de lo inacabado de la
modernización del sector urbano y de las políticas públicas dirigidas a proveer
de servicios colectivos a una localidad, además de ser el reflejo de muchas
ciudades de dimensiones medias y pequeñas que truncaron su desarrollo en el
periodo de crisis de las últimas décadas del siglo.
Por lo tanto, Guamúchil para finales del siglo se va a consolidar como ciu-
dad predominantemente terciaria donde se ofrecen productos y servicios a
un marcado espaciosub-regional. Empero,conciertas deficiencias urbanas, va
a funcionar como centro de una zona de preponderancia agrícola en los valles
de Angostura, Guamúchil y parte de Guasave, así como de la zona marginada
que va desde el municipio de Mocorito hasta parte de Badiraguato, Sinaloa de
Leyva, y la parte limítrofe de Durango y Chihuahua, inclusive.

que habitaban en las zonas altas de la sierra de Mocorito, Badiraguato, parte de Durango y Chi-
huahua, en Archivo Municipal de Salvador Alvarado.
120 economía y sociedad en la ciudad intermedia de guamúchil...

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Archivos
Archivo General de la Nación (AGN)
Archivo Histórico Municipal de Mocorito (AHMM)
Archivo Municipal de Salvador Alvarado (AMSA)

Prensa

Periódico Oficial del Estado de Sinaloa


Voz del Norte
El Informador
El Liberal
Resumen
Las vías de comunicación en la configuración
del turismo como actividad económica en Mazatlán,
Sinaloa, 1945-1970

Yasser Orlando Espinoza García 1

La industria turística mazatleca tiene sus antecedentes en el siglo XIX debido al


tráfico de mercancías que imperó en este asentamiento durante esa época. Sin
embargo, sería hasta mediados del siglo XX cuando se intensificaría la llegada
de visitantes extranjeros y nacionales con objetivos lúdicos como producto de
la reconstrucción de Europa debido a la destrucción que significó la segun-
da guerra mundial. Esto provocó el interés por parte de autoridades locales y
empresarios regionales en invertir en esta actividad económica originando un
crecimiento de la infraestructura turística del puerto, sin embargo esta no re-
sultaba suficiente para el despegue del sector turístico, sino que tenía que venir
acompañado del mejoramiento de las vías de comunicación (terrestre, marí-
tima y aérea), la cual se llevaría en diversas etapas reconfigurando la industria
turística del puerto sinaloense. 1

Un análisis desde las ventajas comparativas


y competitivas

Para proporcionar una mejor explicación de lo que significó las vías de comu-
nicación en la configuración de la actividad turística en Mazatlán, se analizará
desde la óptica de las teorías de las ventajas comparativas y competitivas ex-
puestas por David Ricardo y Michael E. Porter. En lo que corresponde a las
ventajas comparativas entendemos por ellas a los factores naturales que contri-

1
Profesor de Asignatura de la Facultad de Estudios Internacionales y de la Facultad de His-
toria, UAS.

123
124 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

buyen que una nación o región sea competitiva en una determinada actividad
económica2.Para el caso de la industria turística estos elementos pueden ser
manifestados en el clima, la situación geográfica, bellezas naturales e históri-
cas, entre otros3.Sin embargo, desde la perspectiva teórica de Michael E: Porter
los recursos naturales no son suficientes para garantizar la prosperidad de una
nación o región, si no que estas deben basarse en los factores que las econo-
mías puedan crear, así como en las formas en que están compiten con otras4; a
estos factores mencionado por Porter le denomina ventajas competitivas, que
para el caso del sector turístico lo componen aspectos como la infraestructu-
ra hotelera y restaurantera, vías de comunicación (transportes), creación de
atractivos turísticos, formas de organización empresarial, entre otras. Es por
ello, la importancia de señalar como las vías de comunicación (principalmente
transportes), fueron determinantes para el desarrollo del turismo en Mazatlán
puesto que proporcionaron un alto valor a la ventaja comparativa que se tenía
como lo es la posición geográfica con respecto al principal mercado de turismo
extranjero como el estadunidense.

El desarrollo de las vías de comunicación


y su impacto en el turismo en Mazatlán

Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, las vías de comunicación


en México eran escasas, por un lado la red caminera se encontraba en pésimas
condiciones, mientras que por otro la industria aérea estaba en pañales, esto
significaba que los ferrocarriles y los barcos constituían los transportes más
seguros para el turista extranjero. Sin embargo, a pesar de las condiciones de
las carreteras de México en la segunda etapa de la década de los 40s los turistas
extranjeros, principalmente estadunidenses, organizaban caravanas de excur-
sión a distintas regiones del país.
En 1947 el gobierno mexicano gestionó la nacionalización de la empresa
ferrocarrilera South Pacific, que para esos años seguía siendo uno de los trans-

2
David, Ricardo; Principios de economía política y tributación, México, FCE, 1 ed., 1817, p. 5.
3
María de la O Barroso González y David Flores Ruiz; La competitividad Internacional de
los destinos turísticos: del enfoque macroeconómico al enfoque estratégico, Cuaderno de Turismo,
núm. 17; Huelva, 2006; p. 12.
4
Michael E. Porter; Ser competitivo: Nuevas aportaciones y conclusiones; Barcelona, DEUSTO,
2003, p. 13.
yasser orlando espinoza garcía 125

portes más confiables para llegar a las playas sinaloenses, esto con la finalidad
de prestar un mejor servicio a los pasajeros, pues se afirmó que ya no causarían
tantos accidentes debido a que también se mejorarían las vías férreas5.El go-
bierno federal para esas fechas ya contaba con grandes ingresos por cuestiones
de turismo, por lo que la mejora de las vías de comunicación era algo impos-
tergable.
Mazatlán también tendría que mejorar sus vías de comunicación si quería
fortalecer la competitividad de la naciente industria turística, ya que al contar
con una ventaja comparativa tan importante, como es la cercanía con Estados
Unidos, sobre su mayor competidor que era Acapulco como destino de playa
en estas décadas, se debía explotar éste atributo debidamente a través de vías
de comunicación apropiadas para el arribo de turistas en mejores condiciones.
Sobre todo porque para esos años el puerto guerrerense ya contaba con una
carretera que lo comunicaba con el centro de país, a donde los vuelos interna-
cionales mayormente llegaban, por lo que Acapulco contaba con una mayor
ventaja competitiva respecto al sistema carretero; Sin embargo, dos sucesos
marcarían la industria turística del puerto sinaloense. Por una parte, la llegada
del enlace carretero de Nogales a Mazatlán en 1948, lo cual facilitaría la llegada
de las caravanas de estadounidenses hacia las playas sinaloenses, que serían
importantes para la derrama económica del puerto6. Otro suceso de gran im-
portancia ese mismo año, fue el inicio de operaciones de Mexicana de Avia-
ción, la cual vino a competir con otras aerolíneas establecidas en el puerto7.
Mexicana de Aviación en los años posteriores tendría una gran importancia
para la vida turística mazatleca, debido a que en un primer momento esta-
blecería rutas nacionales a puntos importantes del país como Guadalajara y
la Ciudad de México, y después incorporaría vuelos internacionales directos
hacia diversas ciudades de Estados Unidos.
En lo que corresponde a la nueva articulación carretera constituirían un
gran avance para la industria turística nacional, debido a que en 1948 ingre-
saron al país por medio del automóvil alrededor de 122 242 turistas, principal-
mente estadunidenses, los cuales provenían de diversos estados de la Unión
Americana. Texas sería el mayor mercado, ya que en ese año ingresaron alre-

5
Liliana G. Espinoza Herrera, et al.,Cronología de los inicios de la industria turística de Ma-
zatlán, Mazatlán,Escuelade Turismo (UAS), memoria del servicio social, 2000, p. 18.
6
Arturo Santamaría Gómez, El nacimiento del turismo... op. cit., p. 48.
7
Liliana G. Espinoza Herrera, et al., op. cit., p. 18.
126 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

dedor de 60 313 turistas provenientes de esta región, lo que representaba casi el


50 % de los turistas que ingresaban a México en automóvil; otros de los estados
americanos de donde provendrían grandes cantidades de viajeros por medio
de las carreteras mexicanas sería California con 9886 turistas; y Arizona con
9550 turistas8. En ese mismo año se obtendría aproximadamente 104.1 millo-
nes de dólares por concepto de turismo, lo cual representaba una contribución
importante del PIB (Producto Interno Bruto) de México.9
En 1949 la apertura de la carretera Mazatlán-Durango significaría un gran
logro para el puerto, debido a que esta vía de comunicación se sumaría a las
ya existentes en Mazatlán, aunque se inauguraría sin estar completamente as-
faltada. Esta carretera sería muy importante en años posteriores debido a que
representaba una conexión esencial con el flujo turístico proveniente del Este
de Estados Unidos, con lo que se abrían nuevos mercados. En ese mismo año,
aprovechando la nueva carretera se establecería un servicio de transporte entre
Mazatlán-Durango, con un recorrido de aproximadamente de 12 horas, con-
tando con 5 autobuses modernos exclusivamente para pasajeros, y posterior-
mente se incorporaría el servicio de carga.10
En México, sólo en julio de 1949, llegaron un promedio de 35 936 turistas
provenientes del extranjero, una cifra relevante, pues superaba a la de meses
anteriores.11 Esto representaba un crecimiento considerable de la industria tu-
rística del país, y esto se vería igualmente reflejado en el PIB, debido a que en
ese año el concepto de turismo tendría un ingreso de 133.3 millones de dólares,
lo que representaba una cifra mayor que el año anterior.12
Para la década de los cincuenta la situación del turismo mejoraría tanto
para México como para Mazatlán, debido a que los flujos de viajeros aumenta-
rían considerablemente, lo que llenaría de ilusiones tanto al gobierno como a
los empresarios. La década comenzaría bien, pues en 1950 el turismo dejó una
derrama económica para México de 156.1 millones de dólares, lo que significa-
ba que cada vez era mayor el porcentaje económico que generaba este sector
económico.13

8
Informe de La Secretaría de Turismo, op. cit., p. 52.
9
Luis Fernández Fuster, Historia general del turismo... op. cit., p. 342.
10
Liliana G. Espinoza Herrera, et al., op. cit., p. 18.
11
Informe de La Secretaría de Turismo, op. cit., p. 44.
12
Luis Fernández Fuster, Historia general del turismo... op. cit., p. 342.
13
Miguel Guajardo Bonavides, op. cit., p. 43.
yasser orlando espinoza garcía 127

En estos mismos años en lo que corresponde a la industria aérea empeza-


ría a tener más trascendencia, estableciéndose las primeras rutas importantes
del país como la México-Los Ángeles a cargo de la empresa América Airlines,
México-Nuevo Orleans con escala en Atlantic City por la empresa Eastern Air
Lines, México-San Antonio, México-San Francisco, México-La Habana, entre
otras, a cargo de diversas aerolíneas.14 Pero sería hasta finales de la década de
los 60s cuando se intensificaría el tránsito aéreo provocando un impacto con-
siderable en la industria del ocio.
Para los primeros años de la década de los 50s el turismo carretero se mani-
festaba de manera considerable puesto que llegaba una gran cantidad de casas
rodantes provenientes de Estados Unidos con la finalidad de visitar diferentes
puntos de la costa del pacífico mexicano, entre ellos Mazatlán. Asimismo en el
puerto sinaloense, al igual que en el resto del país, la industria aérea empezó
a tener importancia, y esto se vio reflejado en 1951 cuando se anunció la llega-
da de un grupo de excursionistas provenientes de Portland, Oregon, quienes
arribaron a Mazatlán abordo de aeroplanos que tomaron en Guaymas, Sonora.
Los excursionistas desarrollaron actividades en el puerto de recreación, tales
como pescar, tomar baños de mar, admirar las bellezas naturales de la Perla del
Pacífico, así como hablar de negocios con los representantes de la Cámara de
Comercio del puerto, éstos realizarían una estancia de cuatro días.15 Mazatlán
para este mismo año contaría con nuevo aeropuerto, bajo el sexenio de Miguel
Alemán Valdez, quien fue un gran impulsor de la industria turística del país;
dicha construcción abriría las puertas a una mayor cantidad de vuelos.16
Para 1952 el automóvil fue el transporte más utilizado por el turismo ex-
tranjero, ya que en ese año ingresaron al país alrededor de 303 842 turistas en
automóvil; el segundo lugar lo ocupaba el avión, con 122 886, dejando en ter-
cer lugar al ferrocarril, con 18 494; significando que el sistema férreo estaba
perdiendo importancia como medio de transporte para los visitantes extran-
jeros.17 Sin embargo, a pesar de que la mayor parte del turismo llegaba por
carretera, éstas no se encontraban en óptimas condiciones, al contrario, en
ocasiones presentaban señaladas deficiencias.

14
Arturo Santamaría Gómez, El nacimiento del turismo... op. cit., p. 55.
15
El Sol del Pacífico, Mazatlán, 11 de febrero de 1951, p. 2.
16
Arturo Santamaría Gómez, El nacimiento del turismo... op. cit., p. 57.
17
Miguel Guajardo Bonavides, op. cit., p. 38.
128 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

En estos primeros años los problemas que presentaba el puerto de Mazatlán


constantes, ya que numerosos turistas extranjeros y nacionales acudían a las
oficinas del Comité Pro-Turismo de Mazatlán a quejarse de las condiciones
de la carretera internacional, principalmente en el tramo del río Presidio, el
cual mencionaban que estaba llena de pozos y obstáculos que provocaban que
muchos jóvenes los obligaran a contratar sus servicios para guiarlos por donde
pasar. Este tipo de situaciones, señalaba la misma institución, no contribuía de
ninguna manera al buen tránsito de los turistas al puerto, sino al contrario, se
mostraba una mala imagen.18
Otro de los sucesos significativos en materia de vías de comunicación para
el puerto, fue en 1952 cuando se anunció por parte del Lic. Agustín García
López quien fungía como Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, la
creación del servicio de ferri boats con la conexión La Paz-Mazatlán, lo cual
constituiría una obra fundamental para la vida turística del puerto en años
posteriores.19 Esta vía de comunicación marítima sería años después una ven-
taja competitiva debido a que se establecerían circuitos turísticos a través de
esta ruta, los que se sumarían a los atractivos turísticos ya existentes.
Por otra parte, ese mismo año se realizaría la rehabilitación del Ferroca-
rril del Pacífico, con la participación del gobierno mexicano, empresarios y
agricultores nacionales, así como inversionistas estadunidenses, ya que el fe-
rrocarril seguía siendo una conexión importante con el sur californiano. Estas
mejoras consistían en el cambio de rieles y la compra de nuevos carros para
ofrecer un servicio más confortable para los pasajeros, así como mayor se-
guridad. El compromiso de los inversionistas estadunidenses con esta obra
obedecía a que era una vía importante para la transportación de dos productos
que se daban en la región sinaloense, como los son el tomate y el camarón,
productos favoritos de los norteamericanos, sin embargo el sector turístico
también resultaría beneficiado.20
En 1953 continuaban los trabajos del ferrocarril que cubriría la ruta Ma-
zatlán-Durango, y hasta ese momento llevaban alrededor de 60 kilómetros
tendidos, además constituiría una vía alterna a la carretera construida con la
región duranguense; sin embargo, estos trabajos nunca se concluirían a pesar
de las millones de peticiones que hicieron los gobiernos locales de Mazatlán

18
El Sol del Pacífico, Mazatlán, Sinaloa; 3 de abril de 1952; p. 2.
19
Ibíd., 2 de octubre de 1952, p. 2.
20
Ibíd., 13 de noviembre de 1952, p. 3.
yasser orlando espinoza garcía 129

y Durango, así como los empresarios.21 Este tipo de vías de comunicación no


concretadas impactarían de forma considerable a la industria del ocio sina-
loense puesto que perderían una conexión importante para acceder al mer-
cado nacional y extranjero de la región del Este; pero además este tipo de vía
de comunicación representa un atractivo turístico más, prueba de ello sería lo
que para las décadas posteriores representaría la construcción del ferrocarril
Chihuahua-Pacífico.
Por otra parte, ese mismo año el gobierno anunciaba que se establecería
un circuito de telecomunicaciones entre Guadalajara, Mazatlán, Empalme y
Nogales, Sonora; y el cual contaría con una inversión alrededor de 6 millones
de pesos, los cuales se cubrirían por tres actores, por un lado Ferrocarriles
del Pacífico aportaría tres millones 350 000 pesos, la Secretaria de Comunica-
ciones y Obras Públicas aportaría dos millones 500 000 pesos y Teléfonos de
México, 600 000 pesos; este convenio fue firmado en un pacto tripartito por
estas instituciones.22
Mazatlán, en los primeros años de la década de los cincuenta estaba tenien-
do un crecimiento destacado en lo que respecta al turismo, debido sobre todo
a las vías de comunicación que se estaban generando. Para la Semana Santa de
1954 se tuvo una afluencia turística aproximada de 2000 visitantes tanto na-
cionales como extranjeros, llegando principalmente al puerto por ferrocarril
y carretera, lo cual resultaba muy beneficioso para toda la sociedad mazatleca
que vivían del turismo, debido a que constituían una gran fuente de ingresos.23
En este mismo año de 1954 un grupo de comerciantes de Mazatlán, junto
con el gobierno local mandaban una petición al presidente de la república,
Adolfo Ruíz Cortínez, para que concluyera los trabajos del ferrocarril a Du-
rango, así como la carretera Nogales-Guadalajara, ya que estas vías de comuni-
cación eran esenciales para la vida turística y comercial del puerto, por lo que
solicitaban que en los proyectos federales destinados para 1955, se incluyeran
estas dos magnas obras.24
Por otra parte, el turismo naviero también seguía dando dividendos, y esto
se vería reflejado en diciembre de 1954 con la llegada de un barco de la armada

21
Ibíd., 26 de febrero de 1953, p. 2.
22
Ibíd., 9 de junio de 1953, p. 2.
23
Ibíd., 15 de abril de 1954, p. 2.
24
Ibíd., 1 de noviembre de 1954, p. 3.
130 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

de Estados Unidos con más de mil tripulantes.25 Aunque estos tipos de embar-
caciones que constantemente llegaban a las costas mazatlecas no gastaban en
hospedaje, y en ocasiones ni en comida, regularmente sus tripulantes descen-
dían a disfrutar de las bellezas que ofrecía el puerto, haciendo gastos menores
pero que eran aprovechados por algunos comerciantes porteños.
Para 1955 el turismo naviero tendría un gran avance con la inauguración
del servicio marítimo proveniente de Los Ángeles, cuya primera embarcación
tomaría el nombre de USS Mazatlán, la cual arribaría a Mazatlán en junio, or-
ganizando el gobierno local una gran recepción.26 Los pocos años que se prestó
este servicio significó una vía de comunicación importante para que miles de
californianos visitaran nuestras playas.
En este mismo año llegó a las playas mazatlecas una caravana de 487 trailers
con un promedio de 2000 estadunidenses, bajo la dirección del señor WallyB-
yams, quien desde 1948 organizaba caravanas de casas rodantes a México; sin
embargo, las impresiones que se llevaron de esta parte del recorrido fueron
malas, debido a las condiciones inoperantes de los caminos, pues tuvieron que
ser detenidos en Culiacán ya que no había paso por el río Piaxtla, sobretodo
porque el puente que cruzaeste río para esas fechas no estaba concluido.27
A nivel nacional, el turismo extranjero continuaba manteniendo un creci-
miento con respecto a los años anteriores. Para 1955 seguía siendo el automóvil
el principal medio de transporte de los turistas extranjeros, ya que llegaban al
país a través de este medio un promedio de 333 194 viajeros; el avión seguiría
ocupando el segundo lugar con 198 657 y el ferrocarril representaría la tercera
opción con 20 610; pero éste último sí sufriría una disminución con respecto
a años anteriores, lo que significa que para estos años el ferrocarril cada vez
era más utilizado para la transportación de mercancías, y no de personas, al
menos con lo que respecta al extranjero28. En este mismo año el turismo dejó
una derrama económica de 263.4 millones de dólares constituyendo un pilar
fundamental en la economía mexicana.
Para 1956 a pesar de las considerables mejoras en las vías de comunicación
en Mazatlán, éstas seguían siendo deficientes y escazas. Sólo en el primer se-
mestre de ese año, por avión llegaron a Mazatlán alrededor de 35 000 personas,

25
Ibíd., 6 de diciembre de 1954, p. 2.
26
Liliana G. Espinoza Herrera, et al. op. cit., p. 19.
27
Marcela G. Cabrera Valenzuela y Nadia I. Peinado Osuna, op. cit., p. 61.
28
Miguel Guajardo Bonavides, op. cit., p. 38.
yasser orlando espinoza garcía 131

lo que representaba un promedio de 200 personas las que movilizaban diaria-


mente los 15 aviones que hacían escala en el puerto. Este número de afluencia
era mayor que la del año anterior, siendo alrededor de 55 000 personas. Esta
alza de ingresos por esta vía preocupaba a los representantes de la Cámara de
Comercio de Mazatlán, los cuales exigían al Secretario de Comunicaciones y
Obras Públicas, el Ing. Walter C. Buchanan, la necesidad de reconstruir el ae-
ropuerto local por temor a que este se volviera insuficiente ante el incremento
de la demanda.29 Esta opinión de la insuficiencia fue compartida por los repre-
sentantes de Mexicana de Aviación, sin embargo, ésta anunciaba a través de su
gerente, el señor Alfredo Patrón Rivas, que la compañía no aportaría ninguna
contribución para la reconstrucción del aeropuerto, debido a que ésta cubría
gastos como impuestos por concepto de pista, peso de los aviones y la renta del
local que ocupa en el aeropuerto civil, por lo que consideraban que los gastos
de ampliación del edificio correspondían únicamente a la Secretaría de Comu-
nicaciones y Obras Públicas (SCOP).30
En este sentido el sistema de autobuses tenía un papel fundamental, al me-
nos para el turismo nacional que estaba teniendo un repunte para el puerto
en estos años, y esto se vería reflejado ese mismo año, ya que alrededor de 280
personas salían diariamente a bordo de autobuses de pasajeros que tenían sus
terminales en Mazatlán. Entre las empresas más importante se encontraban:
Cooperativas Camioneras Unidas y Autotransportes Unidos del Pacífico, que
salían a destinos como Durango, Monterrey, Saltillo, Guadalajara, entre otros.31
Para finales de la década de los cincuenta, las aerolíneas ya incidían en la
industria turística del país, tanto como medio de transporte como impulsoras
mismas del turismo; ejemplo de ello fue la empresa American Airlines, una
de las empresas de aviación más grandes del mundo, que en 1957 anunciaba
la promoción de México, en otros países, como destino turístico, gracias a la
firma de un tratado bilateral entre esta empresa y el gobierno mexicano para la
apertura de nuevas rutas, como la de México-Chicago.32 Este tipo de esfuerzos
por parte del sector privado en conjunto con el gobierno incrementaban el
número de visitantes extranjeros al país, ocasionando un fortalecimiento del

29
El Sol del Pacífico, Mazatlán, 4 de julio de 1956, p. 2.
30
Ibíd., 12 de julio de 1956, p. 2.
31
Marcela G. Cabrera Valenzuela y Nadia I. Peinado Osuna, op. cit., p. 70.
32
Ibíd., p. 71.
132 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

turismo como sector económico, prueba de esto sería que para 1957 ya era un
aproximado de 360. 7 millones de dólares lo que generaba esta actividad.33
En lo que respecta al turismo marítimo se buscaba tener mejoras, por lo
que la Cámara de Comercio de Mazatlán, y un grupo de mexicanos del Comité
de Hombres de Negocios de Baja California Sur y Noroeste de México empe-
zaron las gestiones ante la Secretaría de Marina y Hacienda, para eliminar las
restricciones y condiciones que imponían dichas secretarías para la entrada al
país del turista extranjero por vía marítima, y que esto se veía reflejado con la
disminución del turismo extranjero en las costas mexicanas a través de este
medio. Pues en una reunión que tuvieron estos empresarios llegaron a la con-
clusión que el turista norteamericano prefería vacacionar en los puertos de su
propio país que visitar el nuestro por la cantidad de requisitos que se les pedía
para su ingreso.34
Asimismo, ante las constantes presiones ejercidas por varios sectores de la
sociedad mazatleca para remodelar el aeropuerto, finalmente la SCOP anun-
ciaba una inversión de 200 000 pesos para realizar esta obra. Los trabajos de
remodelación fueron dirigidos por el Ing. Carlos Bello Hernández, entre los
que se incluyen la pintada de cercas y el mantenimiento al edificio donde se
encontraban las oficinas del comandante del aeropuerto, así como a los des-
pachos de las compañías aéreas que tenían su terminal en Mazatlán, como lo
eran: Aeronaves de México y la Compañía Mexicana de Aviación.35
En los primeros meses del año de 1958 llegó a Mazatlán una caravana de
norteamericanos provenientes del estado de California. La caravana estaba
compuesta por alrededor de 175 trailers, con un promedio de 500 turistas, que
venían en viaje de placer visitando diversas ciudades del noroeste mexicano.
El gobierno local les asignó a estos turistas los terrenos ubicados en frente del
estadio municipal, el cual había sido acondicionado con servicio de agua, de-
pósitos de basura, vigilancia policiaca y otros servicios por instrucciones de la
presidencia municipal. Los norteamericanos tuvieron una estancia de cuatro
días, dejando una derrama económica para el puerto de alrededor de 200 mil
pesos, y partieron hacia el sur del país dirigiéndose a las costas nayaritas36.

33
Miguel Guajardo Bonavides, op. cit., p. 38.
34
Ibíd., 6 de junio de 1957, p. 1.
35
Ibíd., 25 de julio de 1957, p. 1.
36
Ibíd., 28 de enero de 1958, p. 2.
yasser orlando espinoza garcía 133

Un mes después de la visita de esta caravana, llegó por mar otro contingen-
te de visitantes también de Estados Unidos a bordo de dos barcos (el Naifech y
el Morse) pertenecientes a la armada de dicho país, los cuales sumaban cerca
de 200 marinos,37 dejando de igual manera una derrama económica conside-
rable entre los vendedores de artesanías.
Para la Semana Santa de ese mismo año, Mazatlán tuvo un flujo muy im-
portante de turistas, tanto nacionales como extranjeros, ya que se registraron
sólo para esas fechas alrededor de 10 mil personas, lo que representa un au-
mento del 50 % con respecto al año anterior. Otro de los puntos favorables es
que esta vez, a pesar de este incremento, no hubo una escasez de cuartos como
en años anteriores, sin embargo las protestas continuaban respecto a la calidad
de las habitaciones. Del mismo modo, en lo concerniente con el combustible,
tampoco hubo problemas como en otros años.38
Para la primera mitad del año ya habían visitado Mazatlán un aproximado
de 35 000 personas provenientes de distintas partes de la república mexicana
y de Estados Unidos; este tipo de logros, mencionaba la Cámara Nacional de
Comercio local, era producto de una serie de mecanismos que se utilizaron
para la promoción turística del puerto, como la creación por parte de dicha
institución del Departamento de Promoción y Fomento del Turismo, con la
finalidad de mejorar dicha propaganda.39
A nivel nacional la industria turística seguía en crecimiento, así lo mencio-
naba el Director General de Turismo, ya que en este mismo año se calculaba
que México recibiría alrededor de 600 000 turistas extranjeros, casi todos de
Estados Unidos, lo que dejarían una derrama para el país de 8 mil millones de
dólares, colocando a este sector económico como uno de los más importantes
de la balanza comercial de México.40
En lo que respecta al sector aéreo mazatleco, ya empezaban a resultar insu-
ficientes los vuelos que se tenían, así como la capacidad del propio aeropuerto.
La Cámara de Comercio de Mazatlán para finales del año exigía a la Compañía
Aeronaves de México, presidida por el señor H. Max Healey, el establecimiento
de una conexión aérea entre Mazatlán y San Antonio, Texas; la cual aseguraban
los propios empresarios sería de gran beneficio para la industria turística, ya

37
Ibíd., 22 de febrero de 1958, p. 2.
38
Ibíd., 7 de abril de 1958, p. 2.
39
Ibíd., 30 de junio de 1958, p. 2.
40
Ibíd., 13 de junio de 1958, p. 1.
134 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

que enlazaría a Mazatlán con el Este de los Estados Unidos. Esta ruta aérea que
se estaba solicitando buscaba tener como trayecto San Antonio, haría escala en
Nuevo Laredo, Tamaulipas, y arribaría finalmente a Mazatlán, Sinaloa.41
Para 1959 los problemas que limitaban el transporte aéreo serían mejor
atendidos por los empresarios mazatlecos. La Cámara de Comercio de Ma-
zatlán en junio de ese mismo año exigía que el aeropuerto fuera elevado a
categoría de internacional, esto para que los vuelos hacia Estados Unidos (que
representaban el mayor mercado de turistas extranjeros para el puerto), fueran
directos y con una mayor cantidad y destinos.42
En lo que respecta al transporte terrestre, en junio de 1959 se efectuó la
compra, por parte de la empresa Autotransportes del Pacífico, de veinticinco
unidades completamente equipadas para ofrecer un servicio eficiente a los pa-
sajeros. Estas nuevas unidades cubrirían exclusivamente la ruta de Cd. de Mé-
xico- Nogales. La adquisición de estas unidades mejoró la calidad del servicio
y cubrió en parte la demanda43.
El país, en 1959, tuvo la llegada de 682, 126 turistas extranjeros, siendo el au-
tomóvil el principal medio de transporte con 337, 842 visitantes; mientras que
el avión, con un total de 288 869, seguía ocupando el segundo lugar aunque
en los últimos años había tenido un gran crecimiento, y no faltaría muchos
tiempo para que llegara a ser el principal medio de transporte. Por otra parte,
el ómnibus para estas fechas ya había desplazado al ferrocarril como medio de
transporte, ya que durante el año había transportado a 35, 762 personas extran-
jeras, mientras que el ferrocarril sólo a 15 554 turistas.44
La década de los sesenta sería la década de la industria aérea en términos de
las comunicaciones, ya que se dio un gran impulso a los aviones, que eran un
medio de transporte más seguro y más rápido. El transporte carretero para esta
década pierde un poco su frecuencia por el turismo proveniente de Estados
Unidos, aunque se seguían organizando las caravanas; mientras que el ferroca-
rril pasó a ser un transporte mayormente de mercancías que de pasajeros, aun-
que se utilizaba este medio por su atractivo, y no por su comodidad y rapidez.
En 1960 se efectuó una inversión federal de alrededor de 1295 millones de
pesos en carreteras, ferrocarriles y aeropuertos, con la finalidad de mejorar las

41
Ibíd., 31 de octubre de 1958, p. 2.
42
Ibíd., 30 de junio de 1959, p. 2.
43
Ibíd., 1 de junio de 1959, p. 1.
44
Arturo Santamaría Gómez, El nacimiento del turismo… op. cit., p. 63.
yasser orlando espinoza garcía 135

vías de comunicación del país. Entre las obras más destacadas que se tenían
planeadas en el gobierno del presidente Adolfo López Mateos sería el Ferroca-
rril Chihuahua- Pacífico, en el cual para este mismo año se haría una inversión
de 354 300 000 pesos; mientras la conexión ferrocarrilera Durango-Mazatlán
en estos mismos años continuaba paralizada45. El gobierno federal nunca llega-
ría a construir esta vía de comunicación tan importante para el puerto, debido
a que el recurso que se tenía destinado para la cuestión de vías férreas fue in-
vertida para la construcción de la conexión Chihuahua-Pacífico.
En la Semana Santa de 1960, el turista nacional y norteamericano seguía
visitando a Mazatlán de forma cuantiosa. El gobierno local hizo un registro e
informaba que en esas fechas el puerto había recibido más de 20 mil turistas,
los cuales llegaban por carretera, ferrocarril y avión. Este hecho propició que
las autoridades locales señalaran la importancia de las vías de comunicación
del puerto, ya que mencionaban también que esta afluencia turística fuera me-
jor, si Mazatlán contara con buenas carreteras.46
Sin embargo, ante el problema que significaban las carreteras, la industria
aérea del puerto iba en crecimiento, ya que sólo en ese año el gobierno local ha-
bía registrado alrededor de 30 000 personas provenientes de Estados Unidos,
a través de esa vía de comunicación, viajando principalmente por la compañía
Mexicana de Aviación;47 y ese número de visitas preocupaba a las autoridades
y empresarios mazatlecos, ya que decían que se necesitaba un aeropuerto con
mejores condiciones.
Ese mismo año los gobiernos de México y Estados Unidos firmarían un
convenio para el establecimiento de una ruta aérea a San Antonio, Texas. El
presidente de la Asociación de Hoteleros del Estado de Sinaloa, menciona-
ba que este convenio era benéfico, ya que esta ruta podría ser explotada por
Mazatlán, lo cual crearía un vínculo muy importante entre Texas y la región
noroeste de México48.
A nivel federal, el turismo estaba representando un crecimiento favorable,
pues sólo en ese año se recibiría un monto de más de 5000 millones de pesos
por conceptos de ese ramo, lo cual representaba un apoyo relevante para la
balanza comercial mexicana. En cuestión de personas, ese año se registraron

45
Ibíd., 17 de febrero de 1960, p. 2.
46
Ibíd., 15 de abril de 1960, p. 2.
47
Ibíd., 10 de junio de 1960, p. 2.
48
Ibíd., 22 de agosto de 1960, p 2.
136 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

alrededor de 728 000 turistas provenientes principalmente de Estados Unidos,


y esto representaba un aumento del 4 por ciento con respecto al año de 1959.49
Para los primeros meses de 1961, las playas sinaloenses se encontraban lle-
nas de turistas nacionales y extranjeros. Entre las principales playas que visi-
taban del puerto eran Playa Norte, Olas Altas, Las Gaviotas, El Sábalo, El Ca-
marón, Isla de la Piedra, e Isla de Soto; además de los balnearios. Los turistas
llegaron por todas las vías de comunicación, aunque casi todos los nacionales
llegaban por carretera y ferrocarril, no así el extranjero que para estas fechas
empezaba a llegar en grandes cantidades por avión,50 pues les brindaba más
seguridad y en ocasiones un menor gasto en menos tiempo.
Para junio de 1961, se dio un nuevo golpe para la industria turística porteña,
debido a que en esos años, aprovechando los acuerdos que un año anterior
habían hecho los gobiernos de México y Estados Unidos, se estableció el pri-
mer vuelo entre Tucson y México, el cual representó una vía de comunicación
muy importante, ya que este vuelo tuvo varias escalas en el noroeste del país.
La compañía Aeronaves de México, empresa que establecía esta nueva ruta aé-
rea, mencionaba que el itinerario sería de México-Guadalajara-Culiacán-Cd.
Obregón-Hermosillo-Tucson; es decir, a pesar de que Mazatlán estaba tenien-
do un papel fundamental como destino turístico, esta nueva ruta no lo con-
templaba, lo que representaba un malestar para el gobierno porteño.51
Para 1962, el turismo como actividad económica de México, seguía crecien-
do, ya que proporcionaba el 40 % de las divisas en dólares que ingresaban al
país, pues se había registrado un monto de 365 millones de dólares, por lo que
se tenía que cuidar este importante sector económico e implementar mejores
planes para su crecimiento.52
La Sección Especializada de Turismo, en esos mismos años gestionó ante
la Dirección General de Aeronáutica Civil, que se declarara al aeropuerto de
Mazatlán como internacional, debido a que se tenía planeado fomentar las ca-
ravanas de aviones privados, y no sería posible sin este requisito. Esta gestión
fue positiva, ya que se le otorgó esa categoría, condición que ya no perdería53.

49
Ibíd., 26 de febrero de 1961, p. 1.
50
Ibíd., 27 de marzo de 1961, p. 2.
51
Ibíd., 20 de junio de 1961, p. 1.
52
Ibíd., 29 de enero de 1963, p. 1.
53
Ibíd., 28 de enero de 1962, p. 2.
yasser orlando espinoza garcía 137

A pesar de estos cambios se seguían estableciendo sucesos que impedían el


crecimiento del sector turístico sinaloense, como fue la suspensión de los vue-
los Mazatlán-San Antonio, debido a que resultaban incosteables, según men-
cionaba la compañía aérea, además de que no se le daban subsidios por parte
del gobierno federal para su mejoramiento; sin embargo la ruta continuaría
sirviendo durante los próximos años.54
Para ese mismo año el turismo carretero seguía llegando, a pesar del creci-
miento de la industria aérea. La caravana de WallyByam, acudió nuevamente,
con un total de 150 tráileres, lo que venía a reactivar la economía porteña.
Ante esta visita, el gobierno municipal —como todos los años—, ofreció una
calurosa recepción.55
Uno de los retos para los empresarios turísticos y gobierno local mazatleco
en los años siguientes a 1963 sería la búsqueda de nuevas conexiones aéreas,
puesto que se tenía que sacar un mayor provecho de la condición de aero-
puerto internacional que ya se tenía. Atendiendo a esto, se realizaron esfuer-
zos tales como la iniciativa del gerente del Southern Bank &Trust Company,
Roberto Salvatierra, junto con el Gobernador de Arizona, Paul Fannin, cuan-
do se entrevistaron con funcionarios ejecutivos de la empresa Aeronaves de
México, con el propósito de pedir que se abriera el servicio directo de vuelos
con aviones de tipo DC-6 de Mazatlán a Tucson.56 Este modelo aéreo, de gran
capacidad de carga y de vuelos de largo alcance, eran relativamente nuevos,
pues fueron creados a finales de la Segunda Guerra Mundial, y perfeccionados
en la década de los cincuenta para darle un uso civil.
En 1962 se dio otro avance en materia de vías de comunicación, ya que se
inauguró la llegada del primer jet a Mazatlán con la ruta Mazatlán-Los Ánge-
les, lo cual representaba una inversión de 300 millones de pesos que Mexicana
de Aviación cubriría. La apertura de este vuelo representaba un cambio radical
para la industria turística, pues los turistas norteamericanos ya podían visitar
el puerto sinaloense, sin necesidad de hacer escalas en otras regiones del país57.
Con todo lo anterior, las esperanzas para que Mazatlán tuviera un alto ni-
vel de calidad crecían en los empresarios y gobierno porteño, debido a que la
instauración de estos mecanismos representaba una ventaja competitiva ante

54
Ibíd., 25 de julio de 1962, p. 2.
55
Ibíd., 13 de noviembre de 1962, p. 2.
56
Ibíd., 29 de marzo de 1963, p. 2.
57
Ibíd., 7 de mayo de 1963, p. 2.
138 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

el fuerte centralismo que en esta materia existía. Además, dichas esperanzas


se veían acrecentadas con la considerable afluencia turística que presentaba
Mazatlán en esos años, ya que de diciembre de 1962 a mayo de 1963, se había
tenido la visita de alrededor de 300 000 personas, dejando una derrama eco-
nómica para el puerto de 270 millones de pesos.58 Estas cifras eran elevadas
para la época, sobre todo si se entiende que Mazatlán todavía no contaba con
vías de comunicación sólidas, como otras regiones del país.
El año de 1963 sería significativo. Se efectuó la apertura del primer vuelo
jet, al igual que la conclusión de los trabajos realizados para la construcción
de la terminal de ferry-boat, que tendría el recorrido entre La Paz y Mazatlán;
además, en este año se tuvo la visita de personalidades importantes, como la
del príncipe Bernardo de Holanda, quien quedó maravillado con las bellezas
de Mazatlán.59
La lenta diversificación de las vías de comunicación con la construcción de
las carretas, las nuevas conexiones aéreas y marítimas explicaban la pérdida de
importancia del ferrocarril como medio de transporte hacia Mazatlán, cuando
menos para el turismo proveniente de Estados Unidos, a pesar de que contaba
con tarifas muy accesibles, ya que de Mexicali a Mazatlán el boleto en primera
clase costaba 14.89 dólares, y hasta la ciudad de México tenía un costo de 22.88
dólares.60 Sin embargo, representaba un servicio muy lento, que no era benefi-
cioso para los turistas que venían pocos días a México.
En marzo de 1964 arribó un grupo de turistas estadunidenses, provenientes
de California, abordo de quince avionetas particulares. A partir de estos años
serían innumerables los vuelos de particulares a las playas sinaloenses, por lo
que de nueva cuenta las autoridades locales exigían la construcción de otro
aeropuerto con mejores condiciones.61
A partir de esos años se hizo más incesante la idea de crear circuitos turísti-
cos en ciertas regiones, aprovechando las vías de comunicación que se tenían,
como el proyectado por el Departamento de Turismo en 1964 que se llamaría
Mar de Cortés, y el cual integrado por Baja California, Sinaloa y Sonora. El cir-

58
Ibíd., 7 de agosto de 1963, p. 2.
59
Ibíd., 7 de diciembre de 1963, p. 2.
60
México´swestcoast… op. cit.,v.I, No. 1, octubre de 1964, p. 30.
61
ElSol del Pacífico, Mazatlán, 25 de febrero de 1964, p. 2.
yasser orlando espinoza garcía 139

cuito turístico contemplaría los siguientes puntos: Tijuana-Ensenada-La Paz-


Mazatlán-Culiacán-Los Mochis-Hermosillo-Mexicali-Tijuana.62
Aunado al suceso anterior en 1965 se dio la modernización del sistema te-
legráfico Mazatlán-Durango estableciéndose un circuito de tipo carrier, que
era de los más modernos. Esta vía de comunicación perfeccionó el sistema
telegráfico que venía desde México, pues el flujo de información se hizo más
veloz63. El mejoramiento de estas vías de comunicación beneficiaba a la indus-
tria turística, pues elevaba la categoría del puerto.
En febrero de 1965 se inauguró una nueva ruta aérea entre Mazatlán y Chi-
huahua, incidiendo en el turismo nacional, ya que abría una conexión con esa
región de México, donde no existía una carretera que comunicara directamen-
te a estas dos regiones.64 Este tipo de aperturas, provocaron un incremento
favorable del turismo nacional, que a la postre superarían en cantidades al tu-
rismo extranjero que llegaba al puerto. La Semana Santa de ese año reflejaba
ya esta tendencia, debido a que llegaron al puerto alrededor de 30 000 visi-
tantes, donde en su mayoría eran estudiantes y empleados gubernamentales
de diferentes partes de la República mexicana.65 Sin embargo, el turismo esta-
dunidense seguiría de forma copiosa a las playas mazatlecas, principalmente
provenientes de California y Oregon.
En 1966 se anuncia, como parte del desarrollo turístico de la región noroeste
de México, la construcción de una supercarretera de Mazatlán a Nogales, con el
propósito de atraer un porcentaje de los 20 millones de turistas que cruzaban
las fronteras mexicanas. Los empresarios mazatlecos, Octavio Rivera Soto y
Fernando Azcona, señalaban que de concretarse el proyecto, Mazatlán atraería
una gran cantidad de automovilistas provenientes de Los Ángeles, California;
y de Arizona, Texas; ya que para esas fechas estos turistas tenían el temor de
viajar por las malas condiciones de las carreteras.66 Esta carretera sería una
realidad, pero en décadas posteriores.
Para este año se haría de nuevo un intento por parte de las autoridades
locales por reactivar los trabajos del ferrocarril Mazatlán-Durango, que tanta
falta hacía al puerto sinaloense. Esto fue reforzado con la llegada de un grupo

62
Íbid., 19 de diciembre de 1964, p. 2.
63
Ibíd., 24 de enero de 1965, p. 2.
64
Ibíd., 5 de febrero de 1965, p. 2.
65
Ibíd., 11 de abril de 1965, p. 2.
66
Ibíd., 8 de enero de 1966, p. 2.
140 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

de técnicos japoneses que pretendían que esta vía de comunicación quedara


concluida, y con capitales japoneses si era posible, ya que éstos eran enviados
por las empresas Pacific Consultant KK, de Tokio, y Mitsubishi de México, S.
A. Sin embargo de nueva cuenta la falta de disponibilidad del gobierno federal
suprimió los sueños de los inversionistas extranjeros67.Esta apatía del gobierno
federal no sólo se hacía presente en el terreno de la promoción turística, sino
también en el sector de las comunicaciones. Pues a pesar de que esta obra no
iba a recibir solamente capitales gubernamentales, la aportación federal sería
nula en cuestión de la negación de permisos o concesiones para la construc-
ción de esta obra.
Por otra parte, el gobierno estatal seguía esforzándose en impulsar la activi-
dad turística. Por lo que, para mayo de 1966, se proyectaba un circuito turístico
en la región sur del estado, integrado por los municipios de Cosalá y Con-
cordia, cuya propuesta se encaminaba a rescatar la riqueza colonial de esta
región de Sinaloa, a través del mejoramiento y reconstrucción de sus bellezas
arquitectónicas.68 Estas poblaciones sinaloenses representarían, en años poste-
riores un nuevo atractivo para las personas que visitaban Mazatlán, ya que se
encuentran geográficamente cercanas al puerto. Además, el Departamento de
Turismo tenía proyectado también incrementar las rutas marítimas, ya que se
pensaba establecer de manera semanal un transbordador que atendiera la ruta
de Guaymas-Mazatlán, esto con el propósito de alimentar el circuito turístico
Mar de Cortes, que años atrás se había formado.69
Para 1967, se presentó un acontecimiento significativo para la industria aé-
rea del puerto, ya que en febrero se dio el arribo del primer Boeing 727, que
pertenecía a Mexicana de Aviación, y que estaría encargado de cubrir la ruta
México-Guadalajara-Mazatlán-Los Ángeles.70 Esto permitiría un mayor auge
de turistas provenientes de esa región de Estados Unidos, ya que estos aviones
tenían capacidad para más de cien pasajeros. Asimismo, los gobiernos de dife-
rentes estados emitieron un proyecto para formar el circuito turístico que sería
denominado La ruta de Pancho Villa, y la cual estaría integrada por Zacatecas,
Durango, Chihuahua, Jalisco y Sinaloa; en este último se buscaba la partici-
pación de Los Mochis y Mazatlán. Dentro de este circuito turístico estarían

67
Ibíd., 12 de marzo de 1966, p. 2
68
Ibíd., 16 de mayo de 1966, p. 2.
69
Ibíd., 10 de julio de 1966, p. 2.
70
El Sol del Pacífico, Mazatlán, 28 de enero de 1967, p. 2.
yasser orlando espinoza garcía 141

incluidas las vías de comunicación de la carretera Mazatlán-Durango, y el fe-


rrocarril Chihuahua-Pacífico, que para estas fechas ya había sido terminado.71
En lo que tiene que ver con las vías de comunicación marítimas, en marzo
se inauguró el primer viaje del yate-velero denominado Polinesia, cuyo propie-
tario era Mike Burker; esta travesía marítima representaba el primero de un
servicio que cubriría la ruta Mazatlán-Acapulco. Este yate tenía un cupo para
40 pasajeros, y los días que cubriría esa ruta sería una vez al mes, con un viaje
de ida y vuelta72. Este viaje, además de representar un importante enlace entre
el puerto guerrerense y Mazatlán, también fungía como un atractivo turístico.
Otro de los atractivos con el que contaba Mazatlán era el viaje de transborda-
dor que se hacía desde La Paz al puerto sinaloense, siendo éste muy promocio-
nado en las revistas norteamericanas.73
Para 1968, el turismo marítimo seguía siendo esencial para el puerto, esto
debido al transbordador Mazatlán-La Paz, que había intensificado el flujo de
viajeros. Prueba de esto sería que en marzo del mismo año, se tendría la visita
de una caravana proveniente de San Diego, que venían a bordo del ferry La Paz-
Mazatlán. Este grupo estaría compuesto de alrededor de 45 personas, quienes
venían con la intención de disfrutar las bellezas del puerto sinaloense.74
Mientras tanto, la industria aérea seguía en aumento, ya que para junio se
recibía alrededor de 2300 personas provenientes principalmente de Los Ánge-
les, la principal vía directa de Mazatlán con Estados Unidos, lo cual represen-
taba el 35 % más que los recibidos en junio del año anterior.75
En 1969, otro acontecimiento habría de repercutir en la vida turística, pues
se realizó la inauguración de las instalaciones del nuevo aeropuerto interna-
cional de Mazatlán,que llevaría por nombre: Rafael Buelna, el cual había sido
construido a través de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas men-
cionando que esta edificación estaría a la altura de los aeropuertos de Guada-
lajara y de la Ciudad de México.76
Asimismo, se planeaba la construcción de un muelle exclusivo para los bar-
cos turísticos, por la razón de que grandes empresas navieras estadunidenses
tenían a Mazatlán como una referencia en las costas del Pacífico mexicano.

71
Ibíd., 19 de febrero de 1967, p. 2.
72
Ibíd., 7 de marzo de 1967, p. 2.
73
Focuson… op.cit., v. I, No. 6, agosto de 1967, p. s/n.
74
El Sol del Pacífico, 10 de marzo de 1968, p. 2.
75
Ibíd., 25 de julio de 1968, p. 2.
76
Ibíd., 11 de mayo de 1969, p. 2.
142 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

Y con la construcción de dicho muelle se evitarían problemas con los barcos


pesqueros existentes en el puerto.77
En lo que respecta a los transportes terrestres mazatlecos existían varias
empresas de autobuses como: Tres Estrellas de Oro, Transportes Norte de So-
nora, Transportes del Pacífico, Autobuses Estrella Blanca, Autobuses Estrella
Amarilla, y Transportes del Norte; que brindaban servicio a varias partes de
la república mexicana.78 Sin embargo, en el campo ferroviario todavía se en-
contraba con carencias en materia de comunicaciones, debido al poco apoyo
federal, como quedó demostrado con el proyecto del ferrocarril Durango-Ma-
zatlán que todavía para principios de la década de los 70s seguía proponiéndo-
se por los empresarios mazatlecos. A pesar de ellos para los inicios de esta mis-
ma década Sinaloa contaba con 1673 kilómetros de carreteras pavimentadas, y
5176 kilómetros de carreteras de terracería, lo que representaba que menos del
25  %de las carreteras de Sinaloa contaban con condiciones adecuadas para su
tránsit,79 lo que significaba que aunque había existido un crecimiento en aspec-
tos de conexiones aéreas, las vías terrestres de Sinaloa seguían siendo escazas
para estos años en términos de modernidad.

Conclusiones

El turismo como actividad económica en Mazatlán tuve su etapa de crecimien-


to a partir de la segunda mitad del siglo XX, como se mencionó anteriormen-
te. Durante estas primeras décadas de Guerra Fría, los principales transportes
utilizados por el turismo extranjero eran el marítimo y ferroviario, debido a la
seguridad que proporcionaban. Sin embargo, con la mejora de las carreteras en
la década de los cincuentas, apareció con mayor intensidad el «turismo carre-
tero», desencadenando un flujo constantes de «casas rodantes», principalmen-
te las caravanas organizadas por WallyByam que en diferentes épocas llegaban
al puerto sinaloense, y que eran atendidas con una hospitalidad desmedida
por las autoridades y residentes locales. Este tipo de fenómenos en relación a
los flujos turísticos demuestran como en estos primeros años de crecimiento
turístico la situación geográfica proporcionaba un factor importante que le

77
Ibíd., 21 de noviembre 1969, p. 2.
78
Ibíd., 8 de julio 1970, p. 2.
79
Anuario estadístico 1972-1974, Dirección General de Turismo, México, 1975, p. 642.
yasser orlando espinoza garcía 143

permitía competir a Mazatlán con otros destinos de sol y playa como Acapulco
y Puerto Vallarta, éste último con menor experiencia que el puerto mazatleco.
Esta situación geográfica privilegiada de Mazatlán no sería suficiente para
garantizar el éxito del sector turístico mazatleco durante varias décadas, puesto
que con la apertura del espacio aéreo mexicano a las aerolíneas extranjeras, la
ventaja comparativa de la situación geográfica disminuiría considerablemente
puesto que destinos como Acapulco y Puerto Vallarta, tendrían en las décadas
posteriores de una mayor conectividad aérea, a pesar de que Mazatlán contara
con nuevo aeropuerto a finales del decenio de los 60s. Por lo que podemos
mencionar que la llegada de las aerolíneas propiciaba una ventaja competitiva
que garantizaba la prosperidad del sector turístico debido a que proporcionaba
atributos, como son un menor tiempo en el traslado y mayor seguridad, sin
importar el costo elevado de los primeros vuelos.
Esta importancia de la conexión aérea en los años posteriores a la década
de los 60s era vista también por los empresarios mazatlecos, que centrarían
su preocupación en establecer conexiones aéreas con diferentes regiones de
Estados Unidos, sin tener los frutos deseados. Aunado a este proceso, se suma
la falta de apoyo por las autoridades federales por aumentar las conexiones
terrestres que se tenían como el fallido ferrocarril Mazatlán–Durango, que no
sólo en materia de vía de comunicación hubiera significado algo trascendental,
sino que también hubiera representado una ventaja competitiva en materia de
atractivo turístico para Mazatlán.
Por último, este estudio nos demuestra como la ubicación geográfica (ven-
taja comparativa), provoca el crecimiento de una actividad económica como
fue el caso del turismo para el puerto de Mazatlán, pero que a su vez deben
generarse vías de comunicación que permitan establecer conexiones (ventajas
competitivas), que desencadene en un flujo constante y creciente de turistas
tomando en cuenta los principales mercados nacionales e internacionales; por
lo que si el destino no tiene la capacidad de generar estas conexiones, será des-
plazado en importancia por otras regiones turísticas que si las tengan.
144 las vías de comunicación en la configuración del turismo...

Bibliografía

Anuario estadístico 1972-1974, Dirección General de Turismo, México, 1975.


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La actividad pesquera en Mazatlán y el desarrollo
del tejido productivo y empresarial local, 1950-1992

Ulises Suárez Estavillo 1

Presentación 1

La ubicación geográfica que el puerto de Mazatlán presenta en relación al Pa-


cífico mexicano lo posicionó desde su fundación como una de las localidades
estratégicas en el manejo de mercaderías provenientes del exterior así como de
aquellas de producción nacional encaminadas a la exportación. La tendencia
mercante que desarrolló el puerto sinaloense desde sus inicios como asenta-
miento se mantuvo durante más de un siglo impidiendo que actividades alter-
nas de corte productivo emergieran con fuerza.
Sin embargo, la llegada del siglo XX trajo consigo un espíritu renovado y un
interés en el extranjero por la diversificación económica del puerto. Las prime-
ras cuatro décadas del siglo mencionado significaron para el puerto de Mazat-
lán una reorganización de su sistema productivo que le llevaron a desarrollar
de manera incipiente las actividades pesquera y turística. Este crecimiento de
nuevas actividades cobró mayor fuerza llegada la década de 1950, tiempo en
el que se presentó un aumento extraordinario de las inversiones así como un
desdoblamiento del tejido productivo y empresarial.
Durante este estudio se analizara el proceso de desarrollo que presentó el
tejido productivo y empresarial mazatleco tomando como punto de partida el
crecimiento que sufrió la pesquería de camarón a partir de 1950. A través de
dicho crecimiento será factible apreciar los puntos más altos de inversión en
los cuales incurrió la actividad y que permitieron a su vez generar las condi-

1
Profesor de Asignatura de la Facultad de Ciencias Sociales de Mazatlán, UAS.

145
146 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

ciones de concentración de capital para el desarrollo de actividades paralelas


a la pesquería.

Génesis de la actividad pesquera en Mazatlán: 1950-1961

Dentro de los procesos históricos de los asentamientos humanos no existe al-


guno que presente un carácter unicausal. El desarrollo o crecimiento que ex-
perimenta una localidad, atiende de manera general a una serie de factores que
actúan a favor o en detrimento del devenir socioeconómico de dicha sociedad.
Para el caso del puerto de Mazatlán y su relación con la pesca de altura, fue la
gestión empresarial el principal detonante del primer proceso desarrollo sufri-
do por la actividad camaronera.
Motivados por el entorno nacional que proponía un rápido aumento de
la producción interna, así como por un conjunto de relaciones de negocios,
que se extendían hacia atrás en el tiempo por lo menos un siglo, el empresa-
riado mazatleco se cohesionó como un grupo sólido capaz de cargar sobre su
hombros, en apoyo con otros actores, una industria que para su crecimiento
requería de fuertes cantidades de inversión.
La década de 1940 significó para el puerto de Mazatlán una transformación
de su vocación productiva, el comercio en función de la minería que se había
posicionado como la actividad neural de la región en torno al puerto, había
terminado por agotarse como fuerza diversificadora de la actividad económica
propiciando un bajo crecimiento de la economía porteña. En su lugar, una in-
cipiente actividad pesquera se hacía de nuevos espacios dentro del entramado
productivo.
Yafuese por las limitadas enseñanzas que las empresas japonesas y nortea-
mericanas habían dejado durante la década de 1930 en cuanto a la pesca de
camarón por arrastre (trawl) durante la década de 1940, muchas de las inver-
siones de empresarios mazatlecos comenzaron a trasladarse de manera siste-
mática hacia actividades relacionadas con la pesca.
Fue el ramo de la extracción el que recibió una mayor cantidad de inver-
siones, sin embargo el desarrollo de las actividades accesorias a la pesca se
presentó como una constante dentro de este cumulo de inversiones. Ferreteras
especializadas, congeladoras, enlatadoras, chinchorreras, e incluso un astillero
fueron las principales empresas que en torno a la pesca de camarón aparecie-
ron. A nivel de desarrollo económico, la aparición de empresas encaminadas
ulises suárez estavillo 147

a satisfacer las necesidades productivas de una industria central significó uno


de los fenómenos más importantes en cuanto desdoblamiento de un tejido
productivo.
Enfocados en su mayoría en la pesca de escama y en la actividad tiburo-
nera, la década de 1940 significó la incursión en la pesca de algunos de los
empresarios que a la postre se convertirían en piezas claves de la actividad. De
esta manera, empresarios como Mauro Cárdenas, Tomás de Rueda Jr. Martin
Gavica, Jorge Telleache y Arturo de Cima, comienzan a participar de pesca
de camarón no solo en el puerto de Mazatlán, sino además en puertos como
Guaymas y Topolobampo.2
El aumento en la demanda de crustáceo en el mercado norteamericano
crecía de manera tal, que puertos como Guaymas y Topolobampo en el Pací-
fico, así como Ciudad del Carmen y Tampico en el Golfo generaban grandes
ganancias con la exportación del productos dejando al puerto mazatleco como
un productor marginal que apenas participaba con el 0.60% del total de las
exportaciones al país del norte.3
La intermitente explotación camaronera que se dio en Mazatlán de 1920 a
1949 no logró afianzar a la actividad como un eje motor de la dinámica eco-
nómica regional, o incluso para el propio desarrollo local. Pese a estos cimien-
tos endebles de la actividad, el empresariado mazatleco veía potencial en la
actividad y parecía no sentirse cómodo con su posición marginal dentro del
concierto productivo nacional.
Apoyados en el conocimiento de contar con las ventajas comparativas ne-
cesarias para tener un papel más activo dentro de la actividad, así como en po-
líticas de desarrollo que promovían la inversión a través de subsidios y dismi-
nución en las tasas de interés, en el año de 1950 se dan en el puerto de Mazatlán
una serie de inversiones que llevan a la pesca de camarón a convertirse en un
año en la actividad más importante del puerto mazatleco y al poco tiempo en
el puerto pesquero más importante del continente americano.
Los grupos empresariales mazatlecos, marcaron la pauta de la futura activi-
dad pesquera en el año de 1950 cuando a través de sus inversiones lograron un
aumento en su flota camaronera de 5 a 40 embarcaciones..

2
R. Arturo Román Alarcón, «El surgimiento de la pesca comercial en Mazatlán. Empresas y
empresarios 1940-1960», Sociales, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México, 2008.
3
Sofía Blancarte, Los recursos pesqueros en el desarrollo nacional. El caso del camarón en
México, UNAM, México, 1983, p. 65.
148 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

El aumento en los esfuerzos empresariales trajo como consecuencia inme-


diata un aumento en los niveles de producción y por ende de participación
dentro del mercado norteamericano. El crecimiento en las exportaciones arro-
jó altos niveles de ganancia permitiendo una reproducción ampliada de las
condiciones de la actividad. Los empresarios tomaron la batuta, comprendien-
do que solo a través de la reinversión en la actividad, ésta tendría la capacidad
de ser competitiva dentro del ámbito regional e internacional.
Motivados por una producción de casi mil seiscientas toneladas4, las cúpu-
las empresariales porteñas aumentaron sus inversiones productivas generando
un desdoblamiento de la flota que aumentó a un ritmo promedio de 50 embar-
caciones por año durante el siguiente lustro. Durante el periodo que va de 1950
a 1961 estas inversiones estuvieron cerca de los 60 millones de pesos5, llevando
a la actividad a convertirse en epicentro de la actividad económica.
Los esfuerzos comunes que se dieron entre los empresarios trajeron consi-
go no solo el desarrollo de la actividad pesquera, sino que además comenzó a
gestarse una intricada red empresarial que sirvió de sustento para la actividad.
Aunque es arriesgado afirmar que esta red surge a la par del boom camaronero,
si es factible decir que las relaciones empresariales que se habían dado a lo lar-
go de la historia del puerto se reafirmaron en torno a la actividad camaronera.
A través de la frecuencia en sus inversiones se ha logrado determinar que
esta red estaba compuesta de 84 inversionistas que participaron como capita-
listas en al menos 4 empresas, sin embargo, estas empresas no solo fueron in-
versiones en la actividad pesquera, también se consideran empresas turísticas,
agrícolas, mineras.6 De estos empresarios figuran como los más activos: Tomás
Balderrama, José Castelló, Rafael Domínguez, Héctor Escutia, Juan Gavica.
(Véase cuadro 1).

4
Sin autor, Se triplican las capturas de camarón durante las últimas dos temporadas, ESP, 7
de diciembre de 1958, p. 3.
5
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961.
6
Al centrarse este punto en la red de empresarios, no solo se toman en cuenta las inversiones
en la actividad pesquera. También son tomadas en cuentas inversiones en aspectos turísticos
y agrícolas. El uso de las redes empresariales sirve para analizar el nivel de cohesión entre los
miembros del grupo más determinante en cuanto al desarrollo de la actividad.
ulises suárez estavillo 149

Cuadro 1. Empresas Pesqueras en Mazatlán 1950-1961


Empresa Año Capital* Familias inversionistas
Congeladora de Mazatlán S.A. 1950 400 000 Neyra, Espinoza
Pesquera de Altamar S.A 1961 400 000 Coppel, Reynand
Transporte de Mariscos del 1961 200 000 Cevallos, Escutia
Pacífico S.A
Hielera del Pacífico S.A 1950 160 000 Fuentevilla, Unger
Cima Hermanos S.A 1953 160 000 Cevallos, Cima, Coppel
Camaronera del Pacífico S.A 1954 160 000 Coppel, Alexanderson
Industrial Marítima del Pací- 1961 160 000 Domínguez, Castello
fico S.A
Pesquera Teacapan S.A 1959 150 000 Escutia, Patrón
Pesquera Oceánica S.A 1959 150 000 Escutia, Patrón
Pesquera Reforma S.A 1960 130 000 Domínguez, Gavica
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961
*Inversión aproximada en dólares americanos.

Se ha mencionado que el nivel de cohesión existente entre los diversos gru-


pos empresariales le permitió a la pesquería de camarón tener un arranque
meteórico, a nivel económico este tipo de fortalezas permite un desarrollo
sostenido y reproducido de las condiciones materiales del ramo económico
del que se trate, sin embargo a nivel administrativo y político un tejido empre-
sarial cohesionado presenta grandes beneficios para la actividad económica.
Para el caso de la pesca de camarón estos beneficios se tradujeron en la
aparición de cámaras locales con capacidad de gestión política en favor de
la actividad. Llegando incluso a tener injerencia en cuestiones de tipo federal
y diplomáticos a nivel internacional. Para el periodo que va de 1950 a 1961,
fueron hechos como la gestión de los empresarios con el gobierno de Estados
Unidos para la no imposición de nuevos impuestos a la exportación los que
definieron la actitud de la iniciativa privada en cuanto a la manera en que vol-
caba su acción en favor de la industria pesquera.
Aun y cuando existieron diversos grupos empresariales dentro del tejido
productivo mazatleco, éste se estableció como un grupo sólido en el que apare-
cieron figuras que funcionaron como ejes articuladores de las diversas parcia-
lidades de inversionistas, sin embargo, fue un lugar común que un empresario
150 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

con participación en más de ocho empresas lograra reunir en su círculo de so-


cios comerciales por lo menos una docena de capitalistas más. En este sentido
los empresarios que presentaron un papel preponderante como articuladores
del entramado fueron: Rafael Domínguez, Juan Gavica y Tomás Balderrama.
Es indudable que durante la década de 1950 la principal actividad que regía
la vida económica mazatleca era la pesquería de camarón. Sin embargo, las
grandes ganancias que este negocio generaba comenzaban a crear condiciones
adecuadas para que los diversos grupos empresariales trasladaran parte de sus
inversiones otras actividades; la industria turística se convirtió de manera casi
automática en esa actividad que de manera paralela engrosaría el entramado
productivo mazatleco.
Aunque la actividad turística estaba ligada de manera íntima a la pesquera
por la cantidad de armadores que participaban de ella, aparecieron aquellos
empresarios que emergieron con el propio sector servicios y que con el paso de
los años lograron una participación determinante en el devenir económico del
puerto, sin embargo, en su mayoría fueron los grandes industriales pesqueros
los que controlaron la actividad turística desde que ésta comenzó su expansión
hacia mediados de la década de 1950.
De esta manera, durante el periodo de 1950 a 1961 el tejido productivo local
del puerto de Mazatlán se vio engrosado por aquellas empresas que comenza-
ron a desarrollar al sector turístico del puerto. Las empresas relacionadas con
este ramo fueron 87 en total, si bien no todas se encontraban en el plano del
turismo, todas aportaban al desarrollo del mismo. Al igual que con la pesque-
ría de camarón, la naturaleza heterogénea de las empresa dedicadas al turismo,
le permitió a esta industria cohesionarse como un ente sólido capaz de res-
ponder de manera interna a las necesidades que su propio desenvolvimiento
iba generando. Hoteles, restaurantes, centros nocturnos, agencias de turismo,
pesqueras deportivas, fueron solo algunos de los giros que modelaron desde su
inicio al Mazatlán turístico.
ulises suárez estavillo 151

Cuadro 2. Principales empresas Turísticas/Inmobiliarias en Mazatlán 1950-1961


Empresa Año Capital* Familias inversionistas
Inmobiliaria Moderna de 1961 300 000 Azcona, Cárdenas
Mazatlán S.A.
Sábalo Country Club S.A. 1958 250 000 Mozqueda, Zambrano
Inmobiliaria y Constructora 1958 250 000 Azcona
Sinaloa S.A.
Inmobiliaria Mexicana de 1961 250 000 Fuentevilla, Rivas
Occidente S.A.
Fraccionamiento Las Gavio- 1953 215 000 Caballero, Ostos
tas S.A
Inversiones Bayern S.A 1959 150 000 Barrón, Ferreiro
Balboa Club de Mazatlan 1955 100 000 Gorostiza, Heimpel
S.A.
Moteles Sinaloa S.A. 1952 80 000 Pasquel, Santos
Inmobiliaria del Pacífico S.A 1952 80 000 Gavica, Infante
Impulsora Hotelera 1956 80 000 Kelly
de Mazatlán S.A.
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1950-1961
*Inversión aproximada en dólares americanos

En lo que se refiere a los actores que participaron de la diversificación del


tejido productivo local hacia las actividades turísticas se encontraron una serie
de familias que tradicionalmente habían participado de la actividad pesquera;
De Cima, Coppel, Kelly, Medrano, Fuentevilla, Cevallos e incluso los grandes
empresarios pesqueros Rafael Domínguez y Juan Gavica. Sin embargo, fueron
las figuras de Luis Gorostiza, Raúl Rico y José Azcona aquellas que contaron
con una mayor participación en cuanto al número de empresas de las cuales
fueron inversionistas, así como también de las relaciones que establecieron
con otros empresarios en favor de la consolidación de un tejido empresarial
más cohesionado.
Por un lado, encontramos a Luis Gorostiza quien, para el periodo de este
apartado, participó de un total de quince empresas de las cuáles, de las cuales
cuatro pertenecían a la industria turística, una al ramo agrícola y el resto a la
industria pesquera. Entre las empresas turísticas de las cuales fue accionista
152 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

Gorostiza se encuentra la denominada Balboa Club de Mazatlán, que con un


capital inicial cercano a los cien mil dólares, fue una de las modernizadoras
del turismo en el puerto mazatleco hacia el año de 1955. En lo que respecta a
sus principales socios comerciales se encontraban principalmente las familias:
Haas, Rico y Fuentevilla.7
La década de 1950 trajo consigo un proceso de profundo cambio en la es-
tructura productiva del puerto de Mazatlán. Pese a ser la pesquería de cama-
rón el centro de este desenvolvimiento económico, la diversificación hacia la
industria turística jugó un papel fundamental para la estabilización que del
polo de crecimiento en el cual se convirtió el puerto. Los esfuerzos guberna-
mentales no fueron ajenos a este suceso, sin embargo, las relaciones comercia-
les que se generaron entre los empresarios se presenta como el factor clave del
crecimiento económico porteño.

Nuevas estructuras en la red empresarial:


dinero lejos de las redes, 1961-1968

Dentro de una actividad económica nunca todo está hecho, sin embargo, con-
forme se acercó el inicio de la década de 1960, los niveles de inversión de la
iniciativa privada fueron decreciendo de manera paulatina en la pesquería de
camarón. Dos pueden ser las causas que causaron esta disminución, la prime-
ra se debe a que las nuevas inversiones estaban encaminadas a reproducir las
condiciones de productivas establecidas durante un periodo anterior o en su
defecto comenzaban una lenta migración a otras actividades como el turismo.
En segundo lugar, algunos de los primeros capitalistas comenzaban a ver en
el crecimiento de las cooperativas una seria amenaza a sus capitales y a la es-
tabilidad que la actividad camaronera había adquirido tras sus primeros diez
años de ascenso.
Las condiciones de la red empresarial cambiaron de manera considerable
con la venida de un nuevo periodo, es difícil establecer la permanencia que se
dio en las relaciones de los diversos actores de la iniciativa privada, por lo que
el análisis se centra en la red de empresarios que se tejió a través de las nuevas
inversiones, es decir, a través de las nuevas relaciones que se fueron estable-
ciendo en el segundo periodo establecido para el estudio de la pesca de cama-

7
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán 1950-1961.
ulises suárez estavillo 153

rón en el puerto de Mazatlán, que se enmarca entre dos de los años con más
conflictos dentro de la industria, 1962 con una crisis laboral y 1968 con una
inestabilidad en nivel de precios del crustáceo en el mercado estadounidense.
Otro punto para analizar dentro de las formas de comportamiento de la
red empresarial en los diferentes periodos, es que, durante el periodo ante-
riormente analizado el empresario actuó de manera cohesionada siendo casi
imposible determinar cuántos pequeños grupos existían al interior de red; en
cambio, para el periodo de 1961-1968 la red se encontró compuesta en su ma-
yoría por pequeños grupos que con el aporte de grandes cantidades de capital
lograron establecer prácticas casi monopólicas.
El cambio en las condiciones de la red empresarial de nuevos capitales, no
debe de entenderse solo como una disminución de la participación de los em-
presarios tradicionales, sino también como la aparición de nuevas fuerzas en
los armadores. El año de 1962 significa el de mayor nivel de inversión en el
periodo que va de 1950 a 1991, algunos de los responsables de esto fueron em-
presarios como Juan E. Carranza, quien a la larga se convertiría en el principal
personaje atunero de América Latina y Julio Berdegué Aznar, quien con el
tiempo seria uno de los empresarios turísticos más activos del país.
El periodo de 1961 a 1968 se puede dividir en dos partes en cuanto a las
cantidades de inversión que se dieron en el ramo de la pesca. En primer lugar
se encuentra el dúo de años que va de 1961 a 1962 que podemos considerar,
dados los niveles de captura y productividad por embarcación, como los años
dorados de la pesca de camarón. Durante este periodo se constituyeron cin-
cuenta y un empresas relacionadas a la actividad camaronera y sus necesidades
productivas, mismas que en conjunto alcanzaron inversiones por casi cuatro
millones de dólares. Durante este periodo aún se pudo notar una participación
importante por parte de empresarios que fueron parte activa de un periodo
anterior como: Rafael Domínguez, Federico Medrano, Arturo De Cima, Jorge
Coppel.8
El segundo de los subperiodos, que se extiende de 1963 a 1968, se presenta
una severa crisis en los niveles de captura de la especie y una fuerte disiden-
cia por parte de algunos de los armadores tradicionales más importantes, así
como el ascenso de los nuevos grupos de poder al interior de la actividad. En
este periodo se constituyeron un total de cuarenta y cinco empresas relaciona-
das a la actividad pesquera, con una inversión aproximada de veintisiete mi-

8
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1961-1962.
154 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

llones de pesos. En este periodo las inversiones más fuertes se dan por líderes
como: Rafael Domínguez, Camilo Medrano y Héctor Escutia.9
De regreso al primero de los subperiodos, los dos primeros años de la déca-
da de 1960 significaron un segundo despegue de la economía mazatleca. Pese
a los fuertes problemas entre cooperativas y armadores, la pesquería de cama-
rón había puesto al puerto en el camino del desarrollo, posicionándolo como
el puerto pesquero de mayor importancia en el Pacífico mexicano. Como se
mencionó anteriormente durante estos dos años se presentó uno de los ma-
yores niveles de inversión dentro de la actividad pesquera, de manera general,
estas inversiones fueron canalizadas a dotar a las actividades de extracción de
una mayor flota así como de empresas accesorias que permitían una mayor
eficiencia a la actividad en general.
Del total de empresas relacionadas a la pesquería de camarón que se cons-
tituyeron en estos años: treinta de ellas se establecieron en el giro de pesca
general que les permitía desde actividades de extracción hasta aquellas rela-
cionadas con la comercialización; las veintiuna empresas restantes abarcaron
actividades más especializadas tales como astilleros, remolcadoras, congela-
doras y comercializadoras. De esta manera, encontramos que tras el primer
proceso de crisis en la actividad el empresariado cerró filas como grupo de
poder y volcaron encaminaron nuevas inversiones al fortalecimiento del tejido
productivo pesquero y por ende a la economía mazatleca que para inicios de la
década de 1960 ya dependía en una gran parte del funcionamiento adecuado
de la pesquería de camarón.

Cuadro 3. Empresas Pesqueras en Mazatlán 1961-1962


Empresa Año Capital* Familias inversionistas
Pesquera de Altamar S.A. 1961 400 000 Coppel, Reynaud
Refrigeradora Mexicana S.A. 1962 400 000 Cevallos, De Cima
Industrial Marítima del Pacífico 1961 160 000 Domínguez, Castello
S.A.
Pesquera Astillero S.A. 1962 160 000 De Cima, Cosió
Pesquera Playa Larga S.A. 1962 160 000 Medrano
Pesquera Playa Hermosa S.A. 1962 160 000 Medrano

9
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1963-1968.
ulises suárez estavillo 155

PesqueraBalderrama S.A. 1962 120 000 Fuentevilla, Balderrama


Pesquera La Sirena 1962 105 000 Coppel, Escutia
Pesquera Naimari 1962 95 000 Castillo
Pesquera Ruiz 1961 95 000 Ruiz, Domínguez
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1961-1962
*Inversión aproximada en dólares americanos

Como se puede observar en el cuadro anterior, las inversiones de mayor


monto en la industria pesquera durante los primeros años de la década de
1960 recayeron en aquellas personas que un periodo atrás habían logrado de-
sarrollar la industria. Nombres como Rafael Domínguez, Fernando Fuentevi-
lla, Jorge Coppel aparecen entre los principales inversionistas de este periodo,
sin embargo, durante estos dos años algunos personajes que habían estado a
la sombra de los grandes inversores destacaron de manera importante siendo
Héctor Escutia, Juan Bastidas y la familia Medrano los principales.
Pese a ser 1962, el año en donde algunos de los empresarios pesqueros más
importantes se retiran de manera parcial de la industria, este surgimiento de
“nuevos” inversionistas vino a constatar el hecho de que el tejido empresarial
mazatleco se encontraba en una constante expansión que permitía una parti-
cipación a gran escala de nuevos integrantes que permitieran procesos de di-
versificación y aparición de economías a escala. En este sentido, cabe destacar
que es el año de 1962 cuando se presenta en el panorama mazatleco la figura de
Julio Berdegué, futuro líder de las actividades pesquera y turística.
Durante el primero de los sub periodos de este apartado, aparecieron en
el panorama empresarial mazatleco determinados grupos que funcionaron
como piedras angulares de la actividad camaronera. A la par de los grandes
conglomerados de inversionistas que dominaron la industria desde principios
de los años cincuenta aparecieron nuevas sociedades en el tejido que comenzó
a presentar cambios en su estructura con respecto al periodo anterior; esto fue
la aparición de grupos de poder segmentados de la colectividad y la pérdida de
cohesión entre miembros.
Con respecto a los grupos de poder segmentados, durante este periodo as-
cendió dentro del entramado económico mazatleco la familia Medrano como
una de las más influyentes dentro la industria camaronera. Si bien la familia
Medrano, presentó inversiones constantes en la pesquería de camarón desde
1951, fueron los primeros años de los sesenta los que les permitieron posicio-
156 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

narse como un elemento fundamental de la actividad; la familia Medrano es


una de las pocas de esa época que en la actualidad permanecen como miem-
bros activos de las acciones pesqueras en el puerto de Mazatlán.
Entre los años de 1951 y 1967 la familia Medrano participó de dieciséis em-
presas en su mayoría dedicadas a la pesca de camarón, aunque también tuvie-
ron acercamiento con la industria de bienes raíces. Con una inversión cercana
a los dos millones de dólares, las empresas de la familia Medrano lograron
posicionarse (sobre todo entre 1961 y 1962) como algunas de las más impor-
tantes de puerto, sin embargo, son dos puntos ajenos al tamaño de su empresas
lo que los pone en un punto de análisis: la creciente participación de Federico
Medrano como dirigente de los armadores y el poco nivel de negocios que
establecieron hacia el exterior de su propio núcleo familiar.10
La irrupción de Federico Medrano entre los líderes de los armadores se da
en el contexto de los conflictos de contratación con las cooperativas, las cuales
alcanzaron su punto más álgido en 1962; con el paso de los años la familia Me-
drano seríauna de las principales opositoras al traspaso de la flota camaronera
a manos de las Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera. En cuanto a
la endogamia que se presentó en sus inversiones encontramos que solamente
el señor Federico Medrano Olmeda contó con socios comerciales externos a
su familia y esto como producto de su participación en una de las empresas
pioneras de la pesquería de camarón en el puerto del sur de Sinaloa: Conge-
ladora Unión.11En esta empresa constituida en 1961, fueron inversionistas dos
empresarios de peso durante el primer periodo de estudio: Jovito Domínguez
y Antonio Haas.12
Por otra parte, a inicios de los años sesenta dentro de los armadores surgió
la búsqueda constante de elevar los niveles de competitividad de la industria
a nivel internacional, así tenemos a Felipe Cevallos como presidente de la Cá-
mara Nacional Pesquera, hizo un esfuerzo por implementar el sistema IQF

10
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1951-1968.
11
Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1951.
12
La sociedad que Federico Medrano logro establecer con Haas y Domínguez, le permitió
acceder a diversos grupos de empresarios a los cuales pertenecían dichos personajes. En el caso
de Antonio Haas y de su familia las relaciones que abarcaban llegaban a los grandes magnates de
la industria como Juan Gavica o José Luis Gorostiza; por su parte Jovito Domínguez se presentó
en el entramado como cabeza de un pequeño grupo empresarial que con un nutrido grupo de
empresarios menores logro posicionarse entre los principales inversionistas de la década de
1950.
ulises suárez estavillo 157

(Individual Quick Frozen) dentro de las congeladoras de la localidad. Este era


un sistema de congelamiento que permitía que cada unidad de producto per-
maneciera separada al momento de congelarse, permitiendo al producto con-
tar con la certificación de congelamiento adecuado para penetrar el mercado
europeo.13
Asimismo a partir de 1962, algunos armadores motivados por los conflic-
tos que tenían con las cooperativas, se da un cambio radical en los mandos
de los armadores y se presenta un exilio de capitales de la pesca hacia otras
actividades, principalmente el turismo. Aunque de manera parcial, muchos
de los empresarios tradicionales en la pesca de camarón retiran sus capitales,
no por el hecho de compartir el control de la actividad con las cooperativas,
sino por que pudieron anticipar el camino que tomarían las políticas públicas
pro cooperativas, a través de las cuales estas se convertirían en las únicas que
participarían de la economía camaronera.

Cuadro 4. Principales inversiones de armadores disidentes 1963-1968


Empresario Empresa Año Giro Capital*
Jorge Fraccionamiento Playas 1963 Inmobiliaria 400 000.00
Coppel del Mar S.A
Bol del Mar S.A. 1963 Boliches 1 500 000.00
Fraccionamiento 1968 Inmobiliaria 1 000 000.00
Trópico de Cáncer
Héctor Inmobiliaria 1964 Inmobiliaria 1 125 000.00
Escutia y Fraccionadora S.A
Remolcadores del Norte 1968 Transporte/ 1 250 000.00
S.A. Carga
Fernando Deshidratadora 1963 Alimentos 50 000.00
Fuentevilla de Mazatlán S.A
Inmuebles Torrelavega 1966 Inmobiliaria 2 600 000.00
S.A. Turismo

Sin autor, «Crédito mixto y auxilio técnico para impulsar la pesca camaronera», El Sol del
13

Pacifico, 26 de junio de 1962, p. 5.


158 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

Familia Fertilizantes 1965 Agricultora 1 000 000.00


Cevallos del Noroeste S.A.
CECOSA S.A. 1964 Constructora 250 000.00
NOROMEX 1965 Comercializadora 500 000.00
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán 1963– 1968.
*Capital total de la constitución de la empresa en dólares americanos.

Dentro de los empresarios más importantes que retiraron inversiones de la


actividad en 1962, encontramos a: Jorge y Sergio Coppel Careaga, Juan Gavica,
Arturo de Cima, Sigfrido Ruiz, Familia Fuentevilla, Roberto Sánchez, Víctor
Patrón y la familia Cevallos. Muchos de estos empresarios no presentaron re-
inversiones inmediatas a su retiro, sin embargo, en mayor o menor medida
todos participaron de otras actividades económicas porteñas a lo largo de los
siguientes cinco años.14
Un nuevo conflicto de contratación entre cooperativa y armadores en 1965
motivó una nueva desbanda de capitales, entre los armadores disidentes se
encontraban: familia Fuentevilla, Roberto Sánchez, Víctor Patrón.15 Generó
de igual manera acciones desesperadas por parte de empresarios pesqueros
como la de Tomás de Rueda Jr., quien pretendió la pesca del crustáceo a 200
brazas de profundidad y fracasó rotundamente.16 Por último, encontramos a
empresarios de la familia Coppel que diversificaron sus capitales dentro de la
industria pesquera, más no camaronera, al establecer empresas dedicadas al
procesamiento de harina de pescado.17

El Sol del Pacífico, Mazatlán, México, 1962-1966.


14

Sin autor, «Los armadores aun no se ponen de acuerdo», El Sol del Pacifico, 4 de septiembre
15

de 1969, p. 6.
16
Sin autor, «Beneficiara enormemente a la industria», El Sol del Pacifico, 22 de noviembre
de 1965, p. 5.
17
Sin autor, “Peligro de paro pesquero”, El Sol del Pacifico, 5 de enero de 1966, p. 5.
ulises suárez estavillo 159

Cuadro 5. Empresas Pesqueras en Mazatlán 1963-1968


Familias
Empresa Año Capital*
inversionistas
Productos Exclusivos del Mar S.A. 1967 160 000 Medrano
Pesquera San Fernando S.A. 1964 144 000 Rojas, Carrillo
Pesquera Costa Azul S.A. 1963 80 000 Coppel, Rueda
Proveedora Marina del Pacífico S.A. 1964 80 000 Domínguez, Rico
Harina de Pescado de Mazatlán S.A. 1966 80 000 Coppel, Reynand
Empresas Pesqueras 1966 80 000 García González,
del Pacífico S.A. Duger
NavierasConsolidadas S.A. 1966 80 000 Escutia, Perlo
Pesquera Mar Azul S.A. 1965 72 000 Domínguez, Castelló
Fomento Pesquero del Pacífico S.A. 1963 60 000 Domínguez, Gavica
Pesquera Libertad S.A. 1964 55 000 Reyes, López
Fuente: Registro Público de la Propiedad, Mazatlán, 1963-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

La irrupción que hizo Julio Berdegué dentro de la dinámica económica ma-


zatleca durante la década de 1960, cambió de manera considerable la forma
en que se concebía la industria del camarón. Durante los años de 1962 a 1968
Berdegué participó de un total de ocho empresas de las cuales la mitad estaba
dedicada a actividades directamente relacionadas con la pesquería de camarón
y la otra mitad a labores de transportación marítima. Durante todas las inver-
siones que realizó durante este periodo tuvo como socios comerciales al señor
Marcial Camacho, a su esposa Dolores Sacristán y en dos ocasiones a José E.
Carranza. Como se mencionó anteriormente, el ascenso de Berdegué a la cima
del tejido empresarial mazatleco no solo cambió la manera en que se manejaba
la pesquería de camarón, sino que además hubo un aumento de la actividad
turística porteña. Aun y cuando el magnate pesquero se involucró en el sector
servicios hasta la década de 1970, el periodo que comprende este apartado fue
de gran avance para el sector, y logró convertirse en una parte vital de la eco-
nomía mazatleca y por ende de la actividad empresarial porteña.
Durante el periodo que va de 1961 a 1968 fueron constituidas setenta y dos
empresas relacionadas al sector inmobiliario y turístico. Del total de las em-
presas al menos treintaicinco establecían su giro dentro del ramo inmobiliario,
160 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

mismo que les permitía participar de esa actividad en lo general o en el plano


turístico, de esta manera es difícil precisar cuántas empresa solo dedica-
ron sus acciones al plano inmobiliario general; aun con esto, la movili-
zación masiva de capital hacia ambas actividades fue una muestra del
crecimiento de la economía local que comenzaba a expandirse en acti-
vidades y espacios urbanos.18

Cuadro 6. Principales empresas turístico/inmobiliaria en Mazatlán 1961-1968


Familias
Empresa Año Capital*
inversionistas
Inmobiliaria Moderna de Mazatlán S.A. 1961 300 000 Azcona, Arnold
Inmobiliaria Mexicana de Occidente S.A. 1961 250 000 Fuentevilla
Inmuebles Torrelavega S.A. 1966 200 000 Fuentevilla, Soto
Inmobiliaria y constructora costera 1962 160 000 Escutia, Murguía,
del Noroeste S.A. Córdova
Constructora Gral. S.A. 1965 160 000 Carreón, Rafael
Lizárraga
Inversiones Turísticas S.A. 1966 160 000 Peña, Coppel, Haas
InmueblesMazatlán S.A. 1967 160 000 Tortolero, Carlos
Ortega
Bol del Mar S.A. 1963 120 000 Coppel, Reynand,
Zamora
Representaciones Exclusivas de Mazatlán 1967 120 000 Clouthier, Levin
S.A.
Inmobiliaria y Fraccionadora S.A. 1964 100 000 Escutia, Córdova
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

Aun y cuando la economía del puerto se vio favorecida por el surgimiento


de una actividad nodal paralela a la pesquería de camarón, el tejido empre-
sarial modificó de manera profunda la forma en que se relacionaba. Tras el
abandono de la actividad pesquera por parte de algunos de sus miembros más
reconocidos, el tejido empresarial comenzó un proceso de fragmentación que

18
Registro Público de la Propiedad Mazatlán: 1961-1968.
ulises suárez estavillo 161

desembocaría en una pérdida de cohesión entre los integrantes generando con


esto un entorno económico individualista imposibilitado para responder de
manera colectiva a los estímulos del sistema a nivel local y externo.

Desenvolvimiento del entramado productivo:


crisis y renovación de la pesca de camarón 1969-1981

Los crecientes problemas entre los dos grupos dominantes de la pesquería de


camarón en el puerto de Mazatlán habían dado a la industria una inestabilidad
hasta entonces desconocida. A finales de la década de 1960 esta situación se
recrudeció al presentarse problemas ajenos a las disputas pero propios de la ac-
tividad. La llegada del huracán Jennifer, un intento de embargo comercial por
parte de los productores pesqueros de Estados Unidos, así como una notable
disminución en la producción del producto fueron fuertes atenuantes a la mala
situación de la pesquería.
El inicio devastador de este periodo solo fue el punto de partida para la re-
configuración de tejido productivo y empresarial que continuaron su proceso
de diversificación hacia el turismo y la pesca de otras especies como el atún. Al
observar el comportamiento del tejido empresarial en relación con el periodo
anterior, se tiene que este se cohesiona nuevamente en torno a la figura de José
E. Carranza Beltrán, promotor de la pesca de atún en el puerto sinaloense y
el mayor socio de Julio Berdegué Aznar principal inversionista turístico en el
puerto.
El empresario José E. Carranza Beltrán se convirtió en el eje articulador
del tejido empresarial mazatleca teniendo como principales socios, ya no so-
lamente, a industriales dedicados a la pesquería de camarón, sino que además
se relacionó con empresarios turísticos como Julio Berdegué y Sergio de Cima,
empresarios con participación política como la familia Rice, así como con la
familia Coppel quienes se consolidaron como el principal grupo empresarial
en Mazatlán durante la segunda mitad del siglo XX.
Durante el periodo que va de 1969 a 1981, José Carranza tuvo inversiones
cercanas a los dos millones de dólares en un total de catorce empresas. De las
empresas de las cuales participó, seis se desenvolvían en el giro pesquero, cinco
en el sector turístico y tres más en giros comerciales no especializados. Dentro
de estas empresas Carranza Beltrán logró mostrarse como un capitalista pode-
roso con inversiones de hasta ochocientos mil dólares en una sola compañía
162 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

(Inmobiliaria Dolores S.A.), montos que pocos inversionistas locales lograron


en veinte años de actividad.19
Pese a ser José Carranza el principal inversionista y eje articulador del en-
tramado empresarial, los precursores de la diversificación pesquera fueron
los otrora empresarios camaroneros familia Cevallos. Cobijados por el Plan
Pesquero Nacional de Luis Echeverría, que pretendía desde entonces dejar
la pesca de camarón en manos de las cooperativas y financiar a los privados
con la explotación de otras especies, en el año de 1971 la familia Cevallos con
una inversión de más de cinco millones de pesos funda las empresas Atunes
del Pacífico y Empacadora Cevallos, dando inicio de esta manera a la pesca e
industrialización del atún dentro del puerto de Mazatlán.20
En el caso de la familia Cevallos se tiene en el periodo que va de 1969 a 1981
participaron de diez empresas de las cuales siete estaban encaminadas a la pesca,
dos más al turismo y una más a servicios de autotransportes. Como fue su cos-
tumbre desde la década de 1950, la familia Cevallos establecía el grueso de sus
inversiones de manera interna entre los miembros de su familia. Durante este
periodo en particular lograron establecer relación comercial con empresarios
de las familias Fuentevilla, Farriols, Toledo; inclusive lograron establecer asocia-
ción con empresas norteamericanas como la Westgate-California Food, misma
que le permitió acceder al mercado californiano al margen de la colectividad.
Aun y cuando las inversiones atuneras fueron las de mayor monto dentro
del periodo de 1969 a 1981, muchos de los inversionistas trabajaron al margen
de la red dominante. Con excepción de Tomás de Rueda Coppel y José Carran-
za, armadores como la mencionada familia Cevallos y Miguel Castro operaron
de manera individual haciendo de la pesquería del atún una actividad menos
cohesionada que la aun dominante pesquería de camarón.

Cuadro 7. Principales empresas atuneras en Mazatlán 1972-1981


Empresa Año Capital* Familias inversionistas
Atunidos S.A. 1980 800 000 Castro, Peña
PescadosIndustrializados S.A. 1981 400 000 Carranza, Saracho
Atunes y Derivados S.A. 1981 300 000 Cevallos

Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1969-1981.


19

Sin autor, «Quieren aprovechar solo especies inexplotadas», El Sol del Pacifico, 25 de mayo
20

de 1971, p. 3.
ulises suárez estavillo 163

Productos Alimenticios del Mar 1972 300 000 Arellano


S.A.
Empacadora Cevallos S.A. 1972 280 000 Cevallos
Atuneros Sinaloenses S.A. 1981 250 000 Coppel, Rueda
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968.
*Inversión aproximada en dólares americanos

La dualidad productiva que presentaba la industria pesquera con el viraje


hacia a pesca de atún, generó un proceso similar en cuanto los grupos que
dominaron la actividad. Por el lado de la pesquería de atún encontramos a
la familia Cevallos como los principales actores del entramado productivo y
empresarial; mientras que del lado de la pesquería de camarón ese papel fue
tomado por Julio Berdegué y José Carranza. Nunca antes el tejido productivo
mazatleco había se había encontrado tan polarizado sobre la figura de algún
industrial, este hecho fue el que marcaría de manera significativa el camino
que la economía porteña tomaría los siguiente años.
El tejido de la red que se desarrolló durante el periodo de 1969 a 1981 se
puede comprender de manera más adecuada partir de los sucesos acaecidos
en 1980, debido a que este año significó un rompimiento entre los actores de
la iniciativa privada. Por un lado aquellos que aparecen en la red establecida
buscaban de manera sistemática aprovechar los créditos de las instituciones
financieras a las cooperativas para deshacerse de sus flotas, muchas de ellas en
condiciones deplorables. Este grupo liderado por José Carranza y Julio Ber-
degué materializaron su proyecto en octubre de 1981, cuando un total de 207
embarcaciones propiedad de los armadores fueron vendidas a las cooperativas
por un total de 1,242 millones de pesos, a través de créditos otorgados por la
banca pública.21
Por otro lado, apareció un grupo de pequeños y medianos armadores que
se aferraban a su permanencia dentro de la actividad, asegurando que su par-
ticipación dentro de la actividad era vital, debido a que las cooperativas y sus
líderes jamás podrían hacerla crecer al carecer de una visión empresarial. Los
integrantes de la familia Medrano, grandes armadores, fueron los principales

21
Sin autor, «Formalizan la compra de barcos», El Sol del Pacífico, 16 de octubre de 1981, p. 5.
164 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

líderes de este grupo. Sin embargo, durante ese mismo año la familia Medrano
vendería parte de su flota a una de las recién creadas cooperativas.22
Los actores pesqueros constituían de nuevo el grueso del entramado econó-
mico portuario, sin embargo, el desarrollo paralelo que había sufrido la indus-
tria turística durante los años sesenta puso a las inversiones del sector servicios
en el mismo orden de importancia que las diversas pesquerías. De este modo
los tejidos productivos local y empresarial habían logrado establecer una dua-
lidad de la cual se desprenderían treinta años después con el ascenso del turis-
mo como actividad nodal del puerto.
Así como la pesquería de camarón se vio influenciada por la figura de José
Carranza como el empresario de mayor peso, la actividad turística contó con
la de Julio Berdegué como el principal inversionista y gestor a nivel local. De
esta manera una gran parte de la actividad económica del puerto pasaba por
las manos de esta sociedad.23 Para el periodo que va de 1969 a 1981, Berdegué
tuvo inversiones en el ramo turístico superiores a los cuatro millones de dóla-
res posicionándolo no solo como uno de las cabezas de la economía mazatleca
sino como uno de los empresarios turísticos más prominentes del país.24

Cuadro 8. Principales empresas Turísticas 1969-1981


Empresa Año Capital* Familias inversionistas
Inmobiliaria Dolores S.A. 1971 4 000 000 Berdegué, Carranza
Hoteles Palmar S.A. 1974 3 000 000 De Cima
El Cid Golf & Country Club S.A 1972 2 400 000 Berdegué, Velazco,
Carranza
Constructora Playa Sábalo S.A. 1978 1 700 000 Berdegué, Velazco
Sociedad Promotora 1973 950 000 Kelly, Legazpi
de Establecimientos Turísticos
S.A.
Hotelera Los Caracoles S.A. 1974 950 000 Coppel
Promotora Mazatlán S.A. 1972 800 000 Díaz, Pulido

Sin autor, «La flota completa saldrá a pescar», El Sol del Pacífico, 28 de agosto de 1981, p. 3.
22

El grupo de empresarios que acompaño a Julio Berdegué durante este periodo no presentó
23

diferencias en relación a uno anterior, siendo José Carranza y Dolores Sacristán sus principales
socios comerciales.
24
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1979-1981.
ulises suárez estavillo 165

Inmobiliaria y Constructora 1981 800 000 Parolari


Roseli S.A
Inmuebles Cazador S.A. 1980 500 000 Ordaz, Coppel
JICSA S.A. 1980 800 000 Coppel
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1961-1968
*Inversión aproximada en dólares americanos

El tejido productivo y empresarial mazatleco que encontró en la pesquería


de camarón a su gran detonante sufrió en la década de 1970 un cambio profun-
do que le llevaría a tener a la pesquería del atún y al turismo como actividades
base de su crecimiento. El abandono de la pesquería de camarón como activi-
dad nodal del entramado productivo desembocó en una pérdida de cohesión
empresarial trayendo consigo un cambio en la el accionar de los empresarios
quienes optaron por formas de organización en pequeños grupos más allá de
darle preponderancia a la colectividad.

Renovación de la iniciativa privada, disgregación


de la red empresarial pesquera, 1982-1991

El traspaso de la flota camaronera de los armadores a manos de las cooperati-


vas no fue un hecho sorpresivo. La negativa de las cooperativas de producción
pesquera de firmar contratos de participación en el año de 1981 fue solo la cul-
minación de un proceso que comenzó veinte años atrás en la lejana temporada
de 1961. Incluso, muchos de los grandes armadores como Julio Berdegué o
José Carranza, habían comenzado con la diversificación de sus capitales hacia
el turismo y la pesquería de atún años atrás. La negativa a la disolución de las
relaciones entre cooperativas e iniciativa privada por parte de algunos arma-
dores no tuvo en ningún momento la fuerza necesaria para hacer cambiar el
rumbo de lo que comenzó dos décadas atrás.
La decisión que tomaron las cooperativas en conjunto con las instituciones
estatales de dejar fuera a los armadores de la extracción del camarón, no fue
un motivo para que estos detuvieran su actividad empresarial, por el contra-
rio, gran parte del dinero obtenido a través de la venta de sus embarcaciones
a las sociedades cooperativas fue reinvertido de manera inmediata dentro de
166 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

empresas conexas a la actividad. Por lo que el traspaso de la flota camaronera


tiene que entenderse como un retiro parcial de los armadores de la pesquería
de camarón, ya que si bien, no participaron de manera activa en la pesca del
crustáceo, aun fueron parte vital en empresas de avituallamiento, reparacio-
nes, maquila, congelación y comercialización.25
Aun y cuando empresarios como los hermanos Medrano, Julio Berdegué
y José Carranza siguieron manteniendo el liderazgo organizacional y moral
de las cámaras pesqueras y empresariales del puerto de Mazatlán, la desarti-
culación del grupo armador en torno a la pesquería de camarón dio paso a la
aparición de nuevos personajes que funcionaron como ejes articuladores de
las empresas conexas a la extracción de camarón. Siendo su participación más
relevante con el retorno parcial de la iniciativa privada en 1988 a través de la
llamada Ley Ojeda.26
Poca fue la participación de los armadores dentro de la opinión pública
una vez que fueron desplazados de la actividad camaronera, la desarticulación

25
El traspaso de la flota camaronera no fue un proceso muy claro entre los actores de la
pesca. La falta de archivos hace imposible determinar los montos exactos a través de los cua-
les las cooperativas compraron sus flotas a los armadores. Además de esto, entre los líderes
cooperativistas de la época se tienen diversos testimonios de que el traspaso fue desarrollado
en una colusión entre armadores e instituciones como BANPESCA, hecho que llevó a tasar las
embarcaciones (muchas de ellas en condiciones no óptimas para la actividad) en precios que
superaban su valor real en el mercado. Por este motivo el traspaso de la flota camaronera no
puede ser tomado como un triunfo del cooperativismo sobre los capitalistas de la actividad,
sino como una maniobra del propio capital para evadirse de una actividad que mostraba claros
síntomas de desgaste en cuanto a sus niveles de productividad por las condiciones biológicas de
la misma especie.
26
La ley Ojeda, fue una modificación a la ley propuesta en 1987 por Pedro Ojeda Paullada y
aprobada por el congreso en 1988. En esta ley se hacía referencia a lo necesario de la participa-
ción de la iniciativa privada dentro de la pesquería de camarón. Esto debido a las condiciones
de competitividad que los mercadosglobales exigían y con lo que la actividad camaronera en
Mazatlán no podía cumplir dados los manejos ineficientes de las sociedades cooperativas de
producción pesquera. De manera textual Ojeda Paulluada establece que: «Las condiciones en
que se desarrolló la pesca hasta 1988 fueron las propias de una economía cerrada, por lo que se
hacía menester tener un ordenamiento transparente, más sencillo y claro que otorgue certidum-
bre jurídica para que el sector social y los empresarios privados puedan planear a mediano y
largo plazo su actividad, promover un mayor flujo de inversión y lograr una mayor participación
del sector pesquero en la economía del país. Para facilitar la capitalización del sector la nueva ley
establece la posibilidad de transferencia de concesiones, así como disposiciones para impulsar
una mayor integración de la cadena productiva». (Recurso web en disponible en línea) http://
biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/957/22.pdf
ulises suárez estavillo 167

de su red y la negativa de las cooperativas a entrar en un proceso de conflicto


en 1981 les permitieron concentrarse en la diversificación de sus inversiones,
generando de esta manera un proceso de engrosamiento de las cadenas de
valor a partir de las ganancias obtenidas de los últimos años en actividades
como la pesca de camarón y atún, así como el turismo, mercado inmobiliario
y los servicios.
Durante el periodo que va de 1982 a 1987 se registraron alrededor de 200
empresas relacionadas a la actividad pesquera, turística e inmobiliaria, de las
cuales 29 contaban con una inversión superior a los 10 millones de pesos. De
estas casi 30 empresas 10 se encontraban relacionadas con actividades pesque-
ras y el resto fue parte de inversiones turísticas, comerciales e inmobiliarias.27

Cuadro 9. Principales empresas constituidas relacionadas a la pesca y turismo


1982-1987
Empresa Giro Año Inversión Socios
Navemar S.A. de C.V. Transportación 1982 2 000 000 Fuentevilla,
Toledo
Productos Congelados Pesca/ 1987 1 600 000 Camacho,
Santa Cruz, S.A.C.V Congeladora Arellano
Operadora Teodoro Turismo 1987 1 600 000 Romero
S.A.C.V Dousset
Refrigeración, Maquinaria Refrigeración 1987 1 200 000 Sánchez,
y Mantenimiento S.A.C.V Victor Ibarra
Servicios y operaciones Servicios
monetarias internaciona- Financieros 1986 1 000 000 Collard,
les, casa de cambio S.A. Apodaca
C. V.
Casa de Cambio Gladis Servicios 1987 1 000 000 Beltrán,
S.A.C.V Financieros González
Industria MECA, S.A.C.V Pesca 1987 800 000 Medrano,
Freeman
Inmobiliaria FILSEP Inmobiliaria 1987 800 000 Ibarra,
S.A.C.V Septien

27
Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1982-1986.
168 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

Operadora Claussen Turismo 1987 800 000 Romero


S.A.C.V Dousset
Frigorificos Coppel S.A Pesca/Congela- 1982 720 000 Coppel,
dora PROPEMEX
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán,1981-1982
*Inversión en dólares americanos.

El periodo de 1982 – 1992 trajo consigo la aparición de uno de los empre-


sarios más prolíficos de los últimos años en el puerto de Mazatlán, Ernesto
Coppel Kelly. Si bien, sus inversiones para este periodo no fueron de gran ta-
maño, comenzó a tejer una red familiar que le permitió posicionarse como
el segundo empresario turístico más importante del periodo solo detrás de
JulioBerdegué. De los cuales cabe mencionar que comenzaron a presentar un
relevo generacional en cuanto a la gerencia de sus empresas, a partir de 1988
tanto Fernando como Carlos BerdeguéSacristan participaron de manera más
activa en la toma de decisiones de las empresas pertenecientes a su familia.
Como se mencionó anteriormente la Ley Ojeda aunque ambigua y lenta en
su aprobación terminó pronto con la ausencia de los armadores dentro de la
pesquería de camarón. Dentro del puerto de Mazatlán fue el año de 1986 cuan-
do comenzaron a escucharse las voces de los diferentes actores sobre el posible
retorno de estos a la actividad.
En agosto de 1986, Ricardo Michel Luna líder de la confederación coope-
rativista ante los rumores de la ley Ojeda aseguró que era imposible que lo
armadores retornaran a la actividad, incluso que llevarían su descontento con
el intento del ley al senado;28 en contraparte el exlíder armador José Carranza
aseguraba que la situación de discriminación a la cual habían sometido a la
iniciativa privada por no permitirles la inversión en la explotación del crustá-
ceo acabaría de manera pronta, ya que solo estos tenían la capacidad de gestión
empresarial sobre la pesquería y las presiones de los mercados externos exigían
una industria que en manos de las cooperativas se había tornado ineficiente.29
Sin embargo, había una serie de pequeños armadores y excooperativistas
desplazados en 1981, que estaban esperando la oportunidad para introducirse

28
Sin autor, «Líderes cooperativistas repudiaran nueva ley de pesca ante el senado», El Sol
del Pacífico, 6 de agosto de 1986, p. 3.
29
Sin autor, «Imposible, que armadores regresen a la producción de camarón», El Sol del
Pacífico, 12 de agosto de 1986, p. 3.
ulises suárez estavillo 169

de nuevo dentro de la actividad camaronera a los cuales no les interesaba que


la ley Ojeda fuese ambigua, por lo que en 1988 se convierten en los primeros
armadores que participaron de nuevo en la pesquería de camarón. En agosto
de 1988 Thelmo Cevallos, líder de la cooperativa Nicolás Bravo, hacia público
que tras la modificación de la ley pesquera algunos armadores habían vuelto
a la actividad tras la compra de embarcaciones y otros de nuevo cuño; estos
eran: Héctor Torreblanca, Gilberto de la Fuente, Filemón Romero, Paulino Na-
varro, El Güero Félix, Camilo Medrano, Crescencio Cevallos.30
Quizá esta creencia se sustentaba en el hecho de que son los años de 1990 y
1991 aquellos en los cuales retornan a la pesca de camarón algunos de los lla-
mados grandes armadores, incluso que un 80% de las inversiones se da entre
estos años. Sin embargo, los últimos años de la década de 1980 presentaron
niveles de inversión importantes, siendo algunos de los más representativos la
constitución de la empresa Pesca Industrial del Sur S.A., con un capital de 50
millones de pesos y la congeladora Los Camaroncitos S.A., con un capital de 30
millones de pesos.

Cuadro 10. Empresas pesqueras de la iniciativa privada en Mazatlán 1987-1992


Empresa Giro Año Inversión* Socios
Pesquera Zdeyna S.A Pesca 1991 211 000 000 Ramón Cruz Jamit,
Miguel Reyes
Pesquera Penaens S.A. Pesca 1991 200 000 000 Guillermo García,
Fernando Berdegué
Pesquera Lena S.A. Pesca 1990 150 000 000 Benjamín Chang
Urías
Pesquera Loto S.A. Pesca 1990 10 000 Enrique López,
Héctor Torreblanca
Pesquera Chamagui S.A. Pesca 1991 10 000 Oscar Gamboa,
Néstor Luna
Pesca Industrial del sur S.A. Pesca 1989 5000 Francisco Arias,
Javier Garate
Pesca Industrial Moros S.A. Pesca 1990 5000 Juan Carranza, Gui-
llermo Alonso

30
Sin autor, «Ex armadores adquieren embarcaciones, acusan», El Sol del Pacífico, 4 de agos-
to de 1988, p. 9.
170 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

Playa del Caimanero S.A. Pesca 1990 5 000 José Zambrano


Productos Congelados Pesca 1990 5 000 Heriberto Riojas
del Mar Monterrey S.A.
Pesca Gagui S.A. Pesca 1990 5 000 Guillermo Alonso
Pesquera Santa Gertrudis Pesca 1991 5 000 Miguel Castro,
S.A. Eduardo Valdez
Pesca Tacamachin S.A. Pesca 1991 5 000 Ricardo Torres,
Roberto Ureña
Pesca Mar y Sol S.A. Pesca 1991 5 000 Aristeo Sánchez
Pesquera Tapilu S.A. Pesca 1990 5 000 José Rentería, Ama-
lia Zatarain
Pesquera Valrive S.A. Pesca 1991 5 000 Anastasio Balde-
negro
Pesquera Jalili S.A. Pesca 1991 5 000 Javier Lizárraga
Lizárraga
Fuente: Registro Público de la Propiedad Mazatlán, 1990-1991.
*Inversión en dólares americanos

Continuando con el camino de los empresarios cabe resaltar los procesos de


diversificación que se dieron en torno a la industria. Como se ha mencionado
a lo largo del capítulo fue la pesca de atún y la industria hotelera lo que le dio al
puerto de Mazatlán la capacidad de reestructurar su economía y continuar con
el proceso de desarrollo que la pesca de camarón había comenzado en 1950, sin
embargo, durante la década de 1980 se dio un nuevo proceso de diversificación
que a la larga se convertiría en una de las piezas claves para el futuro desarrollo
económico mazatleco; la migración de capitales a la acuacultura.
Durante muchos años la acuacultura se visualizaba como una actividad da-
ñina para la pesca de altamar. Bajo la argumentación de que esta podía afectar
de manera biológica el proceso de reproducción de la especie, pocas veces en-
contró en el Estado el apoyo necesario, si a esto sumamos la constante presión
que las cooperativas ejercían sobre la esta actividad, la acuacultura tardó en
despegar dentro del contexto económico del puerto.
En la década de 1980, la acuacultura se convirtió de manera paulatina en
una realidad para el puerto de Mazatlán y aunque no fue un determinante, el
hecho de que la FICART (Fideicomisos para crédito en áreas de riego y tem-
ulises suárez estavillo 171

poral) aprobara en 1986 apoyos por 100 mil millones de (viejos pesos) para
la comercialización de productos de agroindustria y acuacultura, significo un
repunte importante para la actividad.31
A partir de este suceso se puede notar un cambió en el discurso político
y público en torno a la actividad acuícola, para el Estado se volvía necesario
seguir generando divisas a partir de la exportación del crustáceo y los niveles
de productividad de la pesca de altar mar se veían disminuidos año con año.
Pocos días después del anuncio del FICART, el candidato a la gubernatura de
Sinaloa Francisco Labastida Ochoa, declaraba que la principal preocupación
de los actores pesqueros consistía en encontrar una nueva forma de produc-
ción que les permitiera competir con países como Ecuador, Panamá y China,
ya que estos se encontraban acaparando los mercados internacionales a través
del desarrollo de su acuacultura. 32
Casi por automático la postura del gobierno federal, empresas paraestatales
e iniciativa privada fue la de apoyar de manera sistemática los proyectos de
acuacultura, sin embargo, el sector cooperativista al ver la inminente entrada
de este tipo de producción hizo grandes intentos por acapararla, intento que a
la larga terminó por no fructificar. La acuacultura en Mazatlán comenzó a ser
tan importante que tres bancos en los Estados Unidos, entre ellos City Bank,
a través de la comercializadora Ocean Garden ofrecieron líneas de créditos a
largo plazo para que pudieran llevarse a cabo más proyectos acuícolas.33 De la
misma manera, a través de BANPESCA se abrió una línea de crédito por 40 mil
millones de pesos para proyectos acuícolas en todo el país, siendo Sinaloa la
punta de lanza de estas inversiones.34
Aunque la acuacultura se convirtió rápido en el refugio de algunos arma-
dores, también se posicionó como la manzana de la discordia entre las rela-
ciones de los grupos dominantes. En noviembre de 1987 la comercializadora
Meridian Products anunció que el nivel de precios del crustáceo en el mercado
internacional no se había modificado desde dos años atrás, esto dado los ni-
veles de sobreproducción generados con la actividad acuícola de países como

31
Sin autor, «Demostraciones agrícolas de la SARH en ejidos de Rosario y Mazatlán, hoy», El
Sol del Pacífico, 10 de agosto de 1986.
32
Sin autor, «Acuacultura, el futuro de la pesca mundial: FLO», El Sol del Pacífico, 15 de
agosto de 1986.
33
Sin autor, «54 mills. de libras de camarón, langosta y atún, exportados a EU», El Sol del
Pacífico, 16 de enero de 1987.
34
Sin autor, «127 mills. de BANPESCA para Mazatlán», El Sol del Pacífico, 30 de junio de 1987.
172 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

Taiwán y Ecuador.35 La voz y la voracidad cooperativista, al menos en Mazat-


lán, no se hizo esperar; el gobierno federal estaba en obligación de concesionar
la acuacultura a la pesca social o desincentivar a la iniciativa privada.
Por último, cabe destacar que el desarrollo de la acuacultura trajo consi-
go un desenvolvimiento no solo de la actividad económica en el puerto de
Mazatlán, sino que además se presentó un desarrollo institucional ajeno a la
federación que logro sustentar de manera más integral la actividad acuícola.
En primer lugar, la Universidad Autónoma de Sinaloa en Mazatlán anuncio la
creación de un laboratorio acuícola para colaborar con lo que se denominó «la
nueva realidad económica del puerto»;36 en segundo lugar, ante el crecimiento
desmedido de la actividad en Sinaloa, la FAO anuncia que se involucrara en el
proceso de tecnificación de la misma, por lo que las relaciones de los armado-
res con los grandes países acuícolas se volvió una constante posicionando al
puerto como uno de los nuevos centros acuícolas en el globo.37

Fin del sueño cooperativista: el sector social


en los tiempos neoliberales

Como se mencionó en el apartado anterior la salida de los armadores de la


pesquería de camarón fue un proceso que se gestó durante 20 años. Desde el
inicio de este proceso en 1961 las cooperativas fueron tomando un papel cada
vez más dominante en relación a la actividad camaronera, incluso convirtién-
dose en el grupo dominante en la década de 1970. Sin embargo, nunca prescin-
dieron de la gestión organizacional que el cuerpo empresarial le brindaba a la
actividad hasta el año de 1982.
La salida de los armadores de la actividad de camarón trajo consigo dos
problemas que las cooperativas nunca pudieron sortear. El primero, el gran
endeudamiento en el que incurrieron con las instituciones financieras públi-
cas para la compra de los armadores en el año de 1981; y el segundo las malas
administraciones y el despilfarro que se presentó entre los cooperativistas una

César Medrano, «Devaluado el precio del camarón por el auge en la acuacultura en otros
35

países», El Sol del Pacífico, 4 de noviembre de 1987.


36
Sin autor, «Inaugurarán laboratorio de acuacultura en la Esc. Ciencias del Mar», El Sol del
Pacífico, 2 de junio de 1988.
37
Fernando Zepeda, «Apoyara la FAO la acuacultura en Sinaloa», El Sol del Pacífico, 22 de
agosto de 1988.
ulises suárez estavillo 173

vez que comenzaron a manejar de manera íntegra los altos márgenes de ga-
nancia que generaba la comercialización del crustáceo.
Inmenso es el número de testimonios que se tienen sobre los excesos en
los que incurrían los miembros de las cooperativas una vez que se hicieron
con la totalidad de la extracción del crustáceo. Dentro del imaginario colecti-
vo mazatleco, el cooperativista era concebido como un gran derrochador que
tenía como parte de sus costumbres habituales el cierre de burdeles, fiestas
con música de tambora en la zona del muelle pesquero, consumo suntuoso de
automóviles.
El derroche es una acción criticable desde un punto de vista moral, sin
embargo, se presume que mucho del dinero derrochado no era precisamente
fruto de la comercialización licita del crustáceo. La venta de camarón, en al-
tamar y en puertos de toda la república a través de coyotes, por parte de los
cooperativistas mazatlecos se convirtió en una práctica constante.
Los cooperativistas fueron ineficientes para el manejo de la pesquería de
camarón, pero lo que realmente llevó a la industria y a las mismas sociedades
de producción a una severa crisis, fue el coyotaje. Poco a poco las formas de
intermediación se fueron apoderando del sistema cooperativo, mostrándoles
el camino para la evasión ya fuera de las comercializadoras oficiales (Ocean
Garden y Meridian) e incluso del mismo sistema hacendario.
El coyotaje se convirtió en aliado de los cooperativistas, no así de las coope-
rativas, invadiendo todos los niveles posibles: producción, comercialización y
organización. Se hizo popular entre despachos contables y de abogados el ase-
soramiento y tráfico de influencia con políticos estatales, para las recuperacio-
nes de IVA que involucraba cifras superiores a los 10 mil millones de pesos.38
De igual forma, la iniciativa privada a través de sus plantas congeladoras se
convirtieron en asiduos compradores de producto en altamar, y de esta forma
evitaban los canales de comercialización oficiales obteniendo una tasa de ga-
nancia mayor, pero disminuyendo el patrimonio común de la cooperativa.39
Como se mencionó anteriormente, la ley Ojeda significó el retorno de los
armadores a la pesca de camarón, de manera conjunta el crecimiento de la
acuacultura significaron el derrumbe de las cooperativas. Sin embargo, este

38
Fernando Zepeda, «Contadores y abogados, convertidos en coyotes: Federación de Coo-
perativas», El Sol del Pacífico, 22 de julio de 1987.
39
Fernando Zepeda, «El patrón y otros tres tripulantes, cómplices», El Sol del Pacífico, 14 de
noviembre de 1987.
174 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

se cristalizó en el momento en que las sociedades de producción pesquera co-


menzaron a tener discrepancias con los mecanismos estatales de financiamien-
to y comercialización. Después de cinco años de acumular adeudos en agosto
de 1986 BANPESCA hizo pública su decisión de privar de apoyos a cuatro coo-
perativas deudoras evidenciando que también tenían problemas internos de
liderazgo. Estas cooperativas eran: Marinos y pescadores, Mariano Jiménez,
Egresados de la Tecnológica de Teacapán y Joaquín Garanda40
A partir de ese punto la relación de BANPESCA con el sistema cooperativis-
ta se vino a pique, ya que la institución financiera hizo más rígido su sistema
de préstamos por lo que en ese mismo mes 14 de 27 cooperativas deudoras de
esta organización recurrieron a la comercializadora Ocean Garden para reci-
bir créditos de avituallamiento e iniciar la reparación de sus embarcaciones.41
BANPESCA, no hizo esperar sus acciones contra las cooperativas y en noviem-
bre del mismo año comenzó a aplicar descuentos a la cartera vencida de las
cooperativas por más de 2 mil millones de pesos, dejando a muchas a de estas
al punto de la quiebra.42
Las cooperativas estaban en clara desventaja en su lucha contra BANPESCA,
y la institución financiera hizo sentir su poder durante los siguientes meses.
Para julio de 1987 había embargado 29 barcos al menos 10 cooperativas con
altas deudas, por lo que la entrada de los armadores se materializo a través
del remate de este tipo de embarcaciones.43 La relación disfuncional entre las
cooperativas y BANPESCA llevó a ambas a la ruina, para finales de 1989 la insti-
tución bancaria se disolvía ante una quiebra que involucraba desvíos de fondos
por la suma de 2.7 billones de pesos.
A partir de la disolución de BANPESCA y una inminente privatización de la
banca comercial, las cooperativas de producción pesquera del puerto de Ma-
zatlán fueron perdiendo poder y activos. El año de 1992 comenzó con una seria
de cooperativas rematando sus embarcaciones para poder pagar sus adeudos,
otras buscando unirse a la iniciativa privada para poder levantar una actividad
que se encontraba en crisis por la sobre explotación en altamar y por la sobre
producción acuícola a nivel mundial.

40
Sin autor, «4 cooperativas deben millonarias cantidades a BANPESCA», 16 de agosto de
1986.
Sin autor, «BANPESCA no les presta y recurren a OCEAN GARDEN», 28 de agosto de 1986.
41

Sin autor, «BANPESCA realiza descuentos arbitrarios a las cooperativas: Ricardo Michel
42

Luna», El Sol del Pacífico, 27 de noviembre de 1986.


43
Sin autor, «Guillotina BANPESCA a otra cooperativa», El Sol del Pacífico, 8 de julio de 1987.
ulises suárez estavillo 175

Una declaración del secretario de promoción económica del Gobierno del


Estado de Sinaloa, resumió de manera clara el paso de las cooperativas como
los únicos tenedores de la pesca de camarón. En abril de 1992, Sergio Aceves
aseguró que las cooperativas siempre habían sido pobres, sólo que este hecho
se hacía más notable porque ya no existía BANPESCA para otorgar créditos,
que la existencia de la institución generaba una ilusión de bonanza que nunca
estuvo sustentada en eficiencia.44
La caída de las cooperativas en el año de 1992 no significó el fin de la pes-
quería de camarón en el puerto de Mazatlán, sin embargo, la actividad dejo ser
el epicentro de la economía porteña dando lugar a un crecimiento del turismo
y la pesquería del atún. La pesquería de camarón subsiste hasta la actualidad,
sin embargo, a partir de la segunda década del s. XXI el gobierno federal im-
plementó programa de retiro voluntario para disminuir el tamaño de una flota
que se negó a modernizarse y subsistió a base de añorar los tiempos dorados.

Conclusiones

El proceso de desarrollo que experimentó el puerto de Mazatlán a partir de la


década de 1950, se encontró directamente relacionado con la existencia de un
tejido empresarial cohesionado, que a su vez, logró consolidar un tejido pro-
ductivo local capaz de sustentar de manera endógena las diferentes actividades
que se desarrollaron hacia su interior. Aunque fue la pesquería de camarón
la actividad sobre la cual se sentó el proceso de crecimiento de la localidad,
actividades como el turismo y la pesquería del atún encontrarían espacio den-
tro de la dinámica local, consiguiendo con esto un mayor nivel de estabilidad
económica para el puerto.
En referencia al tejido empresarial se tiene que éste había comenzado su
proceso de conformación desde finales del siglo XIX, sin embargo, a partir de
mediados del siglo XX es cuando éste logra cohesionarse en torno a la pesque-
ría de camarón. Este proceso de conjunción permitió que las actividades que
desarrollaron a la postre lo hicieran en un entorno empresarial sólido, capaz de
responder de manera casi inmediata a los estímulos que el mercado señalaba.
El comportamiento del tejido empresarial que propició el primer envión en
el proceso de desarrollo, no mostró un comportamiento similar a lo largo del

44
Sin autor, «Crisis pesquera que vive Mazatlán», El Sol del Pacífico, 12 de abril de 1992.
176 la actividad pesquera en mazatlán y el desarrollo del tejido...

periodo de estudio, por el contrario, tras una década de profunda cooperación,


éste presentó una tendencia a la desarticulación; este hecho no afectó de ma-
nera significativa el camino de desarrollo que se había marcado para la locali-
dad, pero si generó cambios en la estructura empresarial generando pequeños
grupos de poder capaces de manejar de manera simultánea los caminos de
diversas actividades económicas como el turismo y la pesca.
Los relevos generacionales que se dieron al interior del tejido empresarial
mazatleco trajeron consigo un cambio en el paradigma del empresario. Mien-
tras que en los años cincuenta la figura del empresario mazatleco calzaba más
en la estampa del emprendedor, la generación que se hizo presente en la dé-
cada de los ochenta encajaba de mejor manera en el arquetipo capitalista. La
relevancia de estos cambios radicó en el hecho de que el entorno de coopera-
ción empresarial fue disminuyendo de manera paulatina abriendo espacio a
un periodo de competencia predatoria entre los miembros del tejido.
En el caso del tejido productivo local, éste sufrió un proceso de recon-
versión productiva que le llevó a adoptar a la pesquería de camarón como su
economía nodal. La actividad pesquera logró establecer encadenamientos
productivos que le permitieron abarcar un amplio espectro de tareas relacio-
nadas con la explotación del camarón. De esta manera la existencia de empre-
sas dedicadas a la extracción del crustáceo se vio acompañada de la presencia
de otras que dedicaron sus giros a la comercialización, industrialización y re-
facción de la misma actividad.
La cohesión del tejido productivo, permitió la generación de economías a
escala que a su vez generaron altas tasas de ganancia. Este efecto multiplicador
permitió la rápida diversificación de la economía porteña, siendo el turismo el
principal destino de los capitalistas relacionados con la pesca de camarón. Por
su parte, esta actividad presentó un comportamiento similar a la que propició
su crecimiento, no solo aparecerían actividades dedicadas a la hospedería, sino
que la constitución de empresas de servicios relacionados al turismo, como
agencias de viajes, restaurantes, centros nocturnos, fue una constante.
Como se pudo ver a lo largo de este estudio, la industria turística logró
desplazar a la pesquería de camarón en su figura de actividad central, sin em-
bargo, no fue el único giro que engroso el tejido productivo local. La pesquería
del atún se convirtió en una fuerza económica para la localidad a partir de la
década de 1970 permitiendo amortiguar el estancamiento en el que cayó la
economía camaronícola.
ulises suárez estavillo 177

Aunque irregular en cuanto a participación empresarial y la presencia de


una actividad central, el proceso de desarrollo que presentó la economía ma-
zatleca a partir de la década de 1950 es innegable. La intencionalidad en los
empresarios por generar un tejido productivo sólido y capaz de sustentar de
manera endógena sus procesos de producción lograron hacer de este puerto
sinaloense uno de los más relevantes a nivel latinoamericano en cuanto a eco-
nomía se refiere.
La familia Ley en Sinaloa: su éxito empresarial
en la actividad comercial en el siglo xx y xxi

Gustavo Aguilar Aguilar

El 3 de septiembre del año 2016 las tiendas de autoservicio denominadas Casa


Ley estuvieron festejando el 63 aniversario de su nacimiento en la ciudad de
Culiacán. En sus inicios se trató de una pequeña empresa familiar dedicada al
ramo comercial que surgió en Culiacán a mediados de la década de 1950 y que
actualmente es una de las más importantes cadenas de tiendas de autoservicio
en el Noroeste de la república, con grandes perspectivas de seguir expandién-
dose. En el estado de Sinaloa en 2016 contaba con su casa matriz y con 77
sucursales distribuidas en las principales ciudades de la entidad. En el país su-
maba 219 establecimientos. El propósito de este trabajo consiste en explicar el
surgimiento de esta empresa comercial, quiénes fueron sus fundadores, el ca-
pital social invertido, su expansión y las estrategias implementadas para lograr
tal crecimiento en tan poco tiempo. Asimismo se muestra la participación de
la familia Ley en la formación de otras empresas, específicamente en el ramo
de la agricultura de exportación.

Los orígenes de la familia Ley en Sinaloa

La historia de Juan Ley Fong —fundador de la empresa comercial—, se ini-


cia con la llegada de sus padres al puerto de Mazatlán en 1898, estos estaban
recién casados y eran originarios de la región de Cantón, China, y decidieron
trasladarse a América en busca de fortuna. En Mazatlán y en otras ciudades
del noroeste de la república ya había establecidas importantes colonias de po-
blación china, que se dedicaban fundamentalmente a la actividad comercial y
a diversos servicios. Según Jesús Héctor Muñoz, la pareja de recién casados se

179
180 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

establecieron en el puerto sinaloense donde vivieron por seis años, ahí nació
su primer hijo en el año de 1900 a quien registraron con el nombre de Juan Ley
Fong.1 En 1904 decidieron regresar a su pueblo natal en China, donde el niño
cursó sus primeros estudios. De acuerdo con esta narración, Juan Ley Fong a
los diez años de edad tuvo un disgusto con su padre, se subió a un barco car-
guero y sin saberlo vino a dar de nuevo al puerto de Mazatlán, donde fue reco-
gido y protegido por un pariente de su familia de nombre Sixto Pang, quien lo
inició en la actividad comercial al enseñarle a vender bolsas de carbón de casa
en casa por toda la ciudad. El permaneció en Mazatlán «hasta 1916-1917, por-
que entró al ejército con el general Álvaro Obregón como asistente cocinero;
y como le era muy agradable y simpático, el general Obregón lo retuvo hasta
que fue presidente de la república, en ese tiempo hubo obviamente, muchas
cosas que él vivió en la Revolución. El formaba parte del equipo del general
Obregón, a donde se movía el general Juan se movía con él».2
En la década de 1920 estuvo viviendo entre el puerto de Mazatlán y el puer-
to de Guaymas, en Sonora, en esta última ciudad pasó algunos años donde
poseía un establo ganadero y producía leche y otros derivados, que comercia-
lizaba entre las familias ricas de la ciudad. Ahí conoció a la familia Zaragoza,
padres de Alfonso Zaragoza Maytorena (empresario reconocido en la ciudad
de Culiacán, por las tiendas de autoservicio denominadas MZ), también cono-
ció a Francisco del Rincón Rodríguez que tiempo después se desempeñó como
gerente de la sucursal Culiacán del Banco de Sonora. Fue un buen negocio que
le permitió hacer su vida y lograr algunos ahorros durante los años veinte del
siglo pasado.3
Durante estos años la comunidad china asentada en el noroeste de Méxi-
co registró un rápido progreso económico y social alcanzado con base en el
comercio, principal actividad que realizaban, su prosperidad era tal que eran
considerados como «acaparadores» de dicha actividad en los estados de Si-
naloa y Sonora. Su éxito se explica en que «realmente iniciaron un merca-
do moderno porque vendían de todo y llenaron un vacío que existía en ese
momento».4 La presencia de chinos en la transformación de la economía era

Jesús Héctor Muñoz Escobar, Empresarios y personajes sinaloenses, Guadalajara, Editorial


1

Pandora, 2006.
2
Ibíd.
3
Marcela Rebeca Contreras Loera,La transformación de pequeña a gran empresa, el caso de
la organización sinaloense, Culiacán, Universidad de Occidente, 2008.
4
Ibíd.
gustavo aguilar aguilar 181

evidente, principalmente en la actividad comercial, lo que generó un conflicto


con los empresarios nativos y se desencadenó desde el estado de Sonora una
fuerte campaña antichina, que culminó en pocos años con la expulsión de la
mayoría de ellos, los pocos que lograron quedarse en Sinaloa, reiniciaron la
actividad comercial llegando a convertirse años más tarde en reconocidos em-
presarios en la entidad, tal como ocurrió con Juan Ley Fong.
En 1932 Juan Ley Fong, ya establecido en Mazatlán, contrajo matrimonio
con Rafaela López y debido a la animadversión que existía en la región en con-
tra de los chinos, decidió trasladarse a Tayoltita, población minera localizada
en la frontera con Durango y perteneciente a éste último estado. De este matri-
monio nacieron nueve hijos: seis hombres y tres mujeres: Juan Manuel, Diego,
Álvaro, Sergio, Marcos, Héctor Lucio, Rosa Silvia, Laura Elena y Bertha, todos
de apellidos Ley López. En Tayoltita la compañía estadounidense llamada San
Luis MiningCompany tenía en explotación varios fundos mineros de plata y
oro, que por el volumen de la producción alcanzada en la década de los años
treinta era considerada entre las más importantes de la república. En dicha
población vivían poco más de 3000 habitantes, entre ellos unas 50 familias de
norteamericanos de los cuales algunos eran geólogos, biólogos, ingenieros y
administradores, que empleaba la compañía minera estadounidense, quienes
vivían algunos años en Tayoltita y luego regresaban a los Estados Unidos.
Juan Ley Fong encontró trabajo en la citada compañía como agricultor
sembrando hortalizas y frutas, productos muy escasos en la citada población.
Al presentarse un conflicto legal entre Ley Fong y la empresa, éste la demandó
y obtuvo una buena compensación económica, lo que le permitió abrir su pri-
mer negocio comercial en 1938, se trató de una tienda de abarrotes donde se
vendía prácticamente de todo. También se dedicó a la compraventa de metales
(oro principalmente) que luego vendía en Mazatlán y adquirió dos ranchos de
pequeñas dimensiones donde explotaba la ganadería. Ello le permitió amasar
una buena fortuna que para finales de la década de 1940 ascendía a varios mi-
les de pesos. No obstante, procurando poner en orden sus diversos y crecien-
tes negocios se asoció con algunas personas, quienes hábilmente con diversas
artimañas lo despojaron de sus bienes, de tal forma que hacia el año de 1952,
había perdido prácticamente todo lo que había logrado acumular después de
luchar por varios años en diversos tribunales de la ciudad de Durango y en la
capital de la república contra las personas con quienes se había asociado en los
negocios. Fue debido a esas circunstancias y porque ya la familia había crecido
y sus hijos necesitaban de una educación formal, que la familia decidió trasla-
182 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

darse a Culiacán porque ahí Ley Fong encontró una buena oportunidad para
reemprender sus actividades comerciales.5
La llegada a la ciudad de Culiacán en 1954 y la apertura de su primer ne-
gocio Con los recursos económicos que le quedaron y decidido a empezar
de nuevo, Juan Ley Fong había recorrido varias ciudades del país buscando
encontrar el mejor lugar para instalarse y continuar sus actividades comer-
ciales. En 1954, se les presentó esa oportunidad, un viejo amigo de la familia
asentado en Mazatlán tenía establecido en la ciudad de Culiacán un comercio
dedicado a la venta de manteca al mayoreo y medio mayoreo, ubicada en la
calle Rubí número 247, el cual ya no tenía interés en conservarlo y se los ofreció
en venta. Para poder comprarlo Juan Ley Fong solicitó al Banco Occidental de
México establecido en el puerto de Mazatlán un préstamo por la cantidad de
$180,000.00, con el cual adquirieron el citado negocio y el 27 de septiembre de
1954 inauguraron su primera tienda de abarrotes en Culiacán, donde trabajaba
prácticamente toda la familia, dando inicio a la historia de Casa Ley. Se trataba
de un pequeño negocio dedicado a la compraventa de granos y una amplia
variedad de mercancías, al mayoreo y al comercio al menudeo. Sus principales
clientes eran los pequeños abarrotes y el consumidor final.6
En esa época la ciudad de Culiacán registraba un acelerado crecimiento
poblacional y de expansión urbana impulsado en gran medida por el auge de
la agricultura comercial que se desarrollaba en el valle de Culiacán. El desen-
volvimiento económico del municipio de Culiacán, sustentado en el desarrollo
de la agricultura comercial, se aceleró con las obras hidráulicas que dieron vida
al Canal Rosales, emprendidas durante la gestión gubernamental del general
Ángel Flores (1920-1924) y que, años después, dieron lugar a la conformación
del Distrito de Riego Número 10 del Río Culiacán. En 1933 el gobierno federal
adquirió el Distrito por conducto de la Comisión Nacional de Irrigación. En
1944 se encontraban abiertas al cultivo unas 20 000 hectáreas, aunque sólo se
irrigaban cerca de 9000. Entre los cultivos principales que se explotaban en
dicho distrito estaban el garbanzo, la caña de azúcar y las legumbres, como el

Ibíd.
5

En toda esta narración hemos seguido muy de cerca lo escrito por esta autora en su libro,
6

pues considero que es uno de los trabajos más completos que se han escrito sobre la familia (que
no son muchos) y está fundamentado en un buen número de entrevistas que realizó a diferentes
miembros de la familia para poder realizar con éxito su investigación, en Contreras Marcela
Rebeca Contreras Loera, op. cit.
gustavo aguilar aguilar 183

tomate, el chile y el chícharo. El ajonjolí, el maíz, el frijol y la papa figuraban


entre los secundarios.7
A partir de 1950 el valle de Culiacán se convirtió en la primera zona agríco-
la de la entidad y en el principal centro poblacional. Los procesos anteriores se
vieron reforzados con los apoyos políticos, infraestructurales y crediticios de
los gobiernos local y federal, que aumentaron por la creciente influencia polí-
tica de los grupos económicos del centro y el norte del estado, transformando
a Culiacán en el centro urbano sinaloense de mayor población y con una base
económica muy diversificada. Como se aprecia en el cuadro 1, las décadas en
que se presentó el mayor crecimiento de la población de la ciudad fueron de
1940 a 1950 y de 1960 a 1970. En la primera pasó de 22 025 a 48 936 habitantes
lo que se expresó en un incremento de 122 %, resultado de una tasa de creci-
miento promedio anual del 8.31 %. En la segunda se pasó de 85,024 a 167 956
habitantes, es decir creció 97.53 % y en promedio anual lo hizo en 7.04 %. Los
crecimientos más altos registrados en 70 años. Además, Culiacán integró en
su hinterland a las pequeñas ciudades de Navolato, Eldorado y Costa Rica, esta
última localizada a 25 kilómetros al sur de la ciudad de Culiacán, surgió en
1946 con la instalación del ingenio Rosales, el asentamiento de colonos y el
surgimiento de una serie de negocios vinculados directamente con la explota-
ción de la caña de azúcar.

Cuadro 1. Crecimiento de la población de la ciudad de Culiacán, 1900-1970


Año Población Crecimiento Promedio Anual Incremento de un año a otro %
1900 10 380
1910 13 527 2.68 30.31
1921 16 034 1,56 18.53
1930 18 202 1.42 13.52
1940 22 025 1.92 21.0
1950 48 936 8.31 122.0
1960 85 024 5.68 73.74

7
Gustavo Aguilar Aguilar, «Fuentes y mecanismos de financiamiento para la agricultura
de exportación en el valle de Culiacán (1920-1050)», en Arturo Carrillo Rojas y Mario Cerutti
(coordinadores), Agricultura comercial, empresa y desarrollo regional en el Noroeste de México,
Culiacán, Sinaloa, CONACYT/UAS/ UANL, 2006.
184 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

1970 167 956 7.04 97.53


Fuente: Nacional Financiera, Sinaloa en cifras, Gobierno del Estado de Sinaloa, 1971;
Guillermo Ibarra Escobar, Sinaloa: tres siglos de economía, Culiacán, Sinaloa, Dirección de
Investigación y Fomento de la Cultura Regional, 1993.

El efecto multiplicador que generó el desarrollo de la agricultura comercial


en la economía regional se expresó en el establecimiento de numerosas empre-
sas de tipo comercial, agroindustrial, de servicios, de finanzas, inmobiliarias e
industriales. Todas ellas muy estrechamente vinculadas a la agricultura o que,
en forma indirecta, se beneficiaban de los excedentes que generaba el desa-
rrollo agrícola, por el aumento de la población (urbana y rural), la derrama
económica en el pago de salarios y la consecuente demanda de diversas mer-
cancías y servicios urbanos, transporte, espacios recreativos, casas habitación,
así como la construcción de instalaciones y edificios para el establecimiento de
nuevas empresas, talleres, etcétera8
Este es el contexto económico y social en el que se desarrollaron las activi-
dades comerciales de la familia Ley en Sinaloa. Al parecer esta empresa no se
constituyó formalmente como tal ni empezó a funcionar con el ahora muy co-
nocido nombre de Casa Ley. Esto lo deducimos de la información encontrada
en el Archivo General de Notarías del Estado de Sinaloa. De acuerdo con ella
fue hasta el 8 de septiembre de 1962, cuando se constituyó formalmente ante
el notario Humberto S. Cañedo en Culiacán, la compañía denominada Frac-
cionadora e Inmobiliaria del Noroeste, S. A. de C. V., con domicilio legal en la
citada ciudad y con el objeto de: a) la compraventa y adquisición de bienes in-
muebles, específicamente urbanos; b) la administración de los inmuebles que
se aportan en propiedad o dominio en pago de acciones y los que posterior-
mente adquiera la sociedad; c) el fraccionamiento, urbanización y edificación
de predios urbanos en lo general. Se estableció una duración de 20 años y un
capital social de 2 000 000 pesos dividido en 2000 acciones nominativas con
valor de 1000 pesos cada una.9 Juan Ley Fong aportó 903 acciones y asumió la
presidencia del consejo de administración, su esposa Rafaela López de Ley 906

8
Gustavo Aguilar Aguilar, «Rodolfo Esquer: destacado empresario de la banca privada en
Sinaloa (1921-2004)», Ponencia presentada en el XXV Congreso Internacional de Historia, cele-
brado en Culiacán, Sinaloa del 3 al 5 de diciembre, 2009.
9
Archivo General de Notarías del Estado de Sinaloa (AGNES), Culiacán, Humberto S. Cañe-
do, escritura 2,776, 8 de septiembre de 1962.
gustavo aguilar aguilar 185

acciones y fue designada vocal, su hijo mayor Juan Manuel Ley López 183 ac-
ciones y ocupó el cargo de vicepresidente y cada uno del resto de sus hermanos
y hermanas una acción. Marcos fue nombrado comisario y Álvaro tesorero.
Como se aprecia no se especificó que la empresa se dedicaría a la compraventa
de mercancías en general.
Quizá por dicha razón, tiempo después, el 4 de noviembre de 1963 compa-
reció ante el notario Rafael T. Ibarra, Juan Manuel Ley López con el objetivo
de protocolizar un acta de asamblea general extraordinaria de accionistas de
la sociedad mercantil denominada Fraccionadora e Inmobiliaria del Noroeste,
S. A. de C. V., que se había realizado el 1 de noviembre de ese año, en la que se
acordó reformar diversas cláusulas de la escritura constitutiva. Estas fueron:
a) cambiar la denominación de la sociedad llamándose ahora Casa Ley, S. A.
suprimiendo lo de capital variable; b) ampliar el objeto de la sociedad; c) in-
crementar el capital social; d) reformar el acta constitutiva. El domicilio legal
de la empresa siguió estando en la ciudad de Culiacán. Se estableció que el
objeto de la sociedad era la compraventa y adquisición por cualquier título de
bienes inmuebles urbanos; la administración de los inmuebles pertenecientes
a la compañía; el fraccionamiento, urbanización y edificación de predios ur-
banos en general; el comercio en general y especialmente en el ramo de aba-
rrotes y la compraventa de productos agrícolas, entre otros. Se estableció una
duración de 20 años y un capital social de 2 020 000 pesos dividido en 2020
acciones con valor nominal de 1000 pesos cada una. Juan Ley Fong adquirió
903 acciones, Rafaela López de Ley 906 acciones, Juan Manuel Ley López 183
acciones, Marcos Ley López 21 acciones, cada uno de los siete hermanos res-
tantes compró una acción.10 Ahora sí quedó estipulado que la denominación
de la sociedad sería Casa Ley, así como el de que, uno de los objetivos de la
empresa era el comercio en general y especialmente en el ramo de abarrotes y
productos agrícolas.
El patriarca de la familia, Juan Ley Fong falleció de una afección cardiaca
el 26 de marzo de 1969, con lo que puede considerarse que ahí se cierra una
primera etapa en la historia de la empresa comercial fundada por los Ley en
Culiacán en 1954, pues era él quien conocía todos los detalles de la empresa y

10
AGNES, Rafael T. Ibarra, Culiacán, escritura 1362, 4 de noviembre de 1963. Juan Ley Fong
ocupó la presidencia del consejo de administración, su esposa Rafaela fue designada comisario,
su hijo Juan Manuel fue nombrado gerente general y secretario y Marcos Ley López como te-
sorero.
186 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

quien tomaba todas las decisiones acerca de cómo debía organizarse y cómo
desarrollar a la empresa familiar. El desempeñaba en la práctica el papel de
director general. Tras su muerte ese papel lo asumió Juan Manuel Ley López,
quien además de ser el hijo mayor era quien más conocía el funcionamiento
del negocio, empezando una segunda etapa en el desarrollo de esta empresa,
en la que asumen la dirección los integrantes de la segunda generación. Aun-
que Juan Ley Fong había mostrado resistencia y no comulgaba con las ideas
de sus hijos de ampliar su participación en el mercado, en 1966 habían abierto
otra tienda al mayoreo en la ciudad de Culiacán y en 1967 otra más en la ciu-
dad de Guamúchil, es decir, aunque lentamente y bajo el formato de tiendas al
mayoreo habían logrado expandirse.

El crecimiento de Casa Ley bajo la dirección


de Juan Manuel Ley López

Ley López no sólo logró mantener y acrecentar la fortuna que heredó la fa-
milia sino que tuvo la capacidad y el liderazgo para mantener unidos e inte-
grados a los negocios de la familia, al resto de sus hermanos. Sin contar con
una preparación universitaria pero sí con una gran experiencia en el negocio
comercial que aprendió al lado de su padre, empezó a buscar la ayuda de pro-
fesionales y expertos en la gestión de empresas de tipo familiar. Para ello se
inscribió en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE)
en 1970. Durante un año y medio asistió a la ciudad de México lo cual le per-
mitió sensibilizarse sobre la complejidad del manejo de una empresa en la que
está involucrada toda la familia, tiempo después todos los hermanos y algunos
ejecutivos de la empresa tomaron también estos cursos de alta dirección con
muy buenos resultados, al mismo tiempo que se asesoraron con un experto en
materia de relaciones interfamiliares y a través de terapias y ejercicios llegaron
a conocerse plenamente y a dirimir sus diferencias y problemas sin perjudicar
la marcha del negocio.11 Juan Manuel Ley López contrajo matrimonio con Jo-
sefina Bastidas y tuvieron los siguientes hijos: Olga, Ana, Aida, Martha, Mirna
y Juan Manuel Ley Bastidas.
En las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado se registraron
cambios importantes en la estructura comercial de México y de Sinaloa. El cre-

11
Marcela Rebeca Contreras Loera, op. cit.
gustavo aguilar aguilar 187

cimiento de la población, la expansión urbana, la reducción del autoconsumo,


los cambios en los patrones de consumo, la demanda de nuevos bienes y ser-
vicios y el desarrollo del sistema de transporte y del parque vehicular, presio-
naron sobre la actividad comercial y en particular sobre el sistema tradicional
de comercialización. Como resultado se presentó un gran crecimiento de los
supermercados y de las tiendas de autoservicio; en el ámbito nacional estaban
Aurrerá, Comercial Mexicana y Gigante y, en el ámbito local, Mercados Zara-
goza (MZ) que fueron los pioneros en el estado y Casa Ley que se encaminó
por esta ruta a partir de los años setenta del siglo pasado, bajo la dirección
general de Juan Manuel Ley López.
Con el propósito de aprender más acerca del funcionamiento de este tipo
de supermercados, en 1970, una parte de su tienda al mayoreo la convirtie-
ron en autoservicio y la otra continuó funcionando bajo la forma tradicional,
para ello contrataron personal en forma temporal que ya había trabajado en
Aurrerá. Incentivados por el éxito obtenido decidieron entonces incursionar
en la apertura de un centro o plaza comercial, donde los clientes podrían en-
contrar una gran variedad de artículos y no sólo los del supermercado. Para
ello recurrieron a un crédito por la cantidad de 13 500 000 pesos a pagar en un
plazo de 12 años que les proporcionó La Financiera del Norte de Monterrey y
en noviembre de 1972, fue inaugurada la primera plaza comercial de la familia
Ley en Culiacán. Con la incorporación de los hermanos en la administración
de la empresa y con la visión de lograr una mayor expansión en el ramo comer-
cial entre 1970 y 1980 lograron abrir 11 tiendas más en sus diferentes formatos
(supermercado, mayoreo, tienda de ropa y accesorios) en las ciudades de Cu-
liacán, Guamúchil, Guasave y Mazatlán en Sinaloa y en Hermosillo, Sonora,
alcanzando las 14 sucursales de Casa Ley (ver cuadro 2).

Cuadro 2. Expansión de Casa Ley, 1970-1980


Año Tienda Ciudad
1970 Autoservicio Culiacán
1972 Plaza comercial Culiacán
1974 Plaza comercial Guamúchil
1975 Plaza comercial Culiacán
1977 Tienda departamental Culiacán
1978 Plaza comercial Guasave
188 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

1978 Tienda departamental Guamúchil


1978 Autoservicio Hermosillo
1978 Autoservicio Hermosillo
1979 Plaza comercial Mazatlán
1979 Mayoreo Culiacán
Fuente: Marcela Rebeca Contreras Loera, La transformación de pequeña a gran empresa, el
caso de la organización sinaloense, Culiacán, Universidad de Occidente, 2008.

No obstante, los hermanos Ley consideraron que se requería de un ritmo


de crecimiento más elevado para lograr una mayor expansión geográfica y ha-
cer frente a la fuerte competencia que se avecinaba por la llegada al noroeste
de las grandes tiendas de autoservicio que operaban desde hacía tiempo a ni-
vel nacional. Necesitaban de mayores recursos financieros y de la tecnología
adecuada para poder expandirse y lograr permanecer en un mercado cada vez
más competido. La asociación con otros empresarios era la mejor alternati-
va. Con ese objetivo a principios de 1980 se acercaron al grupo Visa (Valores
Industriales, S. A.) cuyo asiento se encontraba en la ciudad de Monterrey y
era uno de los proveedores de Casa Ley. Después de hacerse los estudios de
factibilidad correspondientes se concluyó que el proyecto de asociación era
viable. Sin embargo, su aprobación final se dejó para que fuera tomada en la
reunión del consejo de administración del grupo Visa que tendría lugar el 30
de enero de 1981. Para ello se realizó un convenio en el que grupo Visa depo-
sitó a Casa Ley 150 millones de pesos como muestra de que cumplirían con lo
establecido. De no llevarse a cabo el contrato Casa Ley dispondría de ese di-
nero por un periodo de tres años sin pagar un peso por concepto de intereses.
Como el convenio no se concretó quienes resultaron muy beneficiados fueron
los hermanos Ley pues se hicieron de recursos financieros frescos y sin pagar
intereses por tres años.12
En enero de 1981, Juan Manuel y Sergio Ley López conocieron en forma
casual en San Francisco, California a Peter McGohan quien era el presidente
del consejo de administración de Safeway, una de las cadenas de supermerca-
dos más grandes del mundo, a quien le expusieron su proyecto de asociarse
con alguna compañía para lograr un mayor crecimiento en México. Cuatro
meses después de este encuentro, el 19 de mayo de 1981 se firmó el contrato

12
Jesús Héctor Muñoz Escobar, op. cit.
gustavo aguilar aguilar 189

de asociación entre Casa Ley y Safeway, mediante el cual ésta última adquirió
el 49% del capital de Casa Ley. Esta asociación fue de gran trascendencia y
ha sido un elemento clave en la expansión acelerada que ha registrado desde
entonces Casa Ley que la han llevado a contar en abril del año 2007 con 133
establecimientos distribuidos en varios estados del noroeste y occidente del
país. Se trató de una alianza estratégica que implica que: a) las dos empresas o
más que se unen siguen siendo independientes; b) las empresas participantes
comparten los beneficios de la alianza y controlan los resultados de las tareas
asignadas y c) las empresas participantes contribuyen continuamente en una o
más tareas estratégicas clave (tecnología, productos, etc.).
Incluso los directivos de Safeway decidieron no involucrarse en la direc-
ción de Casa Ley, esas tareas las dejaron en manos de los hermanos Ley, por
considerar que ellos eran quienes conocían la idiosincrasia y las costumbres
del consumidor local, además del conocimiento que tenían de los mercados
regionales y las relaciones que mantenían con los poderes políticos nacionales
y locales. Sólo mantienen permanentemente un ejecutivo que está incorpora-
do al consejo de administración de Casa Ley, que presenta una serie de ideas
acerca de cómo lograr un mejor funcionamiento de la empresa y muy espe-
cialmente en el área de tecnología. Safeway sólo en dos ocasiones ha retirado
parte de sus utilidades y los demás beneficios los ha destinado a capitalizar la
empresa, lo que le ha permitido a Casa Ley lograr el gran crecimiento que han
registrado en las últimas décadas. De 1983 a 1990 lograron la apertura de 20 su-
cursales más en sus diferentes formatos, reforzando su presencia en los estados
de Sinaloa y Sonora e incorporando a los estados de Baja California y Nayarit.
A principios de la década de 1990 Juan Manuel Ley López decidió introdu-
cir otros cambios en la organización de la empresa. Su hermano menor, Héctor
quien había estudiado ingeniería industrial fue nombrado director general de
la cadena de supermercados, puesto que hasta entonces había desempeñado
Juan Manuel quien en adelante pasó a ser ejecutivo de otro nivel, fue nom-
brado presidente ejecutivo del corporativo Casa Ley. Se encargaba también de
las relaciones con el gobierno, con otros empresarios y con los proveedores,
entre otros, pero un tanto alejado de las actividades operativas de la empresa.
A mediados de esta década se introdujo otro cambio importante en la estruc-
tura administrativa de Casa Ley, se trata de la incorporación de los hijos de
cada uno de los hermanos en la dirección de la cadena de supermercados. La
experiencia de sus padres en el sector comercial, la preparación académica
que habían adquirido y el talento que han desarrollado les ha permitido ser
190 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

parte del equipo de directivos que se dedican, al igual que sus padres, de tiem-
po completo a la empresa familiar.13 De esta forma continuó la expansión de
Casa Ley abriendo 99 tiendas más entre los años de 1991 y 2007, ampliando su
cobertura geográfica a los estados de Baja California Sur, Michoacán, Guana-
juato, Jalisco, Colima, Coahuila, Durango, Chihuahua y Aguascalientes, con
establecimientos comerciales en 42 ciudades de estos y los otros estados que
ya hemos citado.
En octubre de 2013 Casa Ley amplió su presencia en Sonora. Por segunda
vez en su historia, Casa Ley «pone en marcha en un mismo día dos nuevas
tiendas: Super Ley Pueblo Yaqui en la comunidad Pueblo Yaqui y Super Ley
Express París en Ciudad Obregón, ambas en el estado de Sonora. Con estas
aperturas suman 13 puntos de venta en el municipio de Cajeme. El director
general, Juan Manuel Ley Bastidas realizó el corte de listón acompañado de al-
gunos funcionarios de la administración pública».14 Con ello se hacía presente
la tercera generación en la dirección de esta exitosa empresa familiar.
Como una prueba del rápido crecimiento y del éxito logrado por Casa Ley,
en febrero de 2014 se indicaba que eran pocos los sinaloenses que podían decir
que estaban en la lista de los 100 empresarios más importantes de México. Por
ejemplo, en la lista de 2011 se ubicaba ahí Agustín Coppel Luken, Juan Manuel
Ley López, Jesús Vizcarra Calderón y Eustaquio de Nicolás Gutiérrez, pero
para 2013 y luego de la desastrosa caída de Homex, el número de hombres de
negocios destacados en el plano nacional se redujo a los tres primeros, mismos
que tienen su base en Culiacán. Casa Ley, nombre asignado al grupo de los
hermanos Ley López, que preside el mayor de ellos, Juan Manuel, participa en
el giro de supermercados, un mercado que en su conjunto genera 1 billón 128
millones de pesos en el país, y dado que la participación de Ley en este seg-
mento se estima en al menos 1 % significa que las ventas anuales de la empresa
sinaloense ronda los 11 280 millones de pesos anuales. La empresa daba empleo
a más de 22 000 personas en sus diferentes unidades de negocios distribuidas
en el país, sin poder precisar que monto corresponde a los trabajadores radi-
cados en Sinaloa. Grupo Coppel daba empleo a 68 000 personas, Grupo Ley
a 22 400 y SuKarne a 4000 siendo las empresas más empleadoras de la enti-

Marcela Rebeca Contreras Loera, op. cit.


13

Noroeste, Culiacán, Sinaloa, jueves 10 de octubre de 2013. Para estas fechas el único hijo
14

varón de Juan Manuel Ley López ya se encontraba al frente de los negocios de la familia.
gustavo aguilar aguilar 191

dad.15 Juan Manuel Ley López creador del emporio de tiendas de autoservicio,
después de los Coppel, es el mayor generador de empleos en Sinaloa. Quien
naciera el 17 de febrero de 1933 se situó en el lugar 43 entre los 100 empresarios
de mayor peso nacional según el ranking de la revista Expansión.
El jueves 13 de noviembre de 2014, fue inaugurada en Culiacán la tienda
Ley 226 de la cadena y la 64 en Sinaloa con el nombre de Ley Express Orquí-
deas en el fraccionamiento Jardines del Rey. Juan Manuel Ley López presidente
del consejo del corporativo, resaltó que el nuevo establecimiento mantiene la
tradición y raíces que surgieron en 1954. Juan Manuel Ley Bastidas, director
general de Casa Ley anunció que la próxima semana será inaugurada una nue-
va sucursal en la ciudad.16 El grupo rebasa las 225 tiendas en 42 ciudades de
12 estados del país, entre estos, Sinaloa, Sonora y Baja California. Además de
supermercados sus inversiones abarcan la ganadería con la marca Santa Ceci-
lia y la agricultura. La opinión de Juan Manuel Ley López era de las que más
pesaban entre la clase política. Murió el 22 de enero de 2016.
En Noroeste se publicó el jueves 2 de junio de 2016, que «con una inversión
de 75 millones de pesos y la generación de 180 empleos directos, Casa ley abrió
ayer una nueva sucursal en Mazatlán, Ley Cerro Colorado al sur de la ciudad,
con lo que se fortalece como una empresa en constante expansión que dina-
miza la economía de Mazatlán al generar cientos de empleos directos. Juan
Manuel Ley Bastidas informó que de 2010 a 2016 Casa Ley ha invertido 1500
millones de pesos en la apertura de 28 tiendas en el país, generando 2500 em-
pleos directos». Es decir, Casa Ley había continuado expandiéndose con paso
firme bajo la dirección de los integrantes de la tercera generación de la empresa
familiar. El 23 de marzo de 2018, Casa Ley inauguró Súper Ley Las Américas en
Culiacán, «esta es la cuarta tienda que abre la cadena en este año, alcanzando la
número 36 en Culiacán, la 90 en Sinaloa y la 243 en el país, con una generación
de empleos sin precedentes, de 6500 en Culiacán, 11 300 en todo el estado y
más de 26 000 en el país».17 Casa Ley rescató de esta forma uno de los espacios
que dejó vacío la cadena comercial de autoservicios MZ que había iniciado
operaciones en Culiacán desde el año de 1944 y que recientemente fue adquiri-
da por el corporativo Ley. Con ello se vislumbra un futuro con un crecimiento
más acelerado de Casa Ley en el estado de Sinaloa.

15
Palestra, suplemento de Noroeste, 3 de febrero de 2014.
16
Noroeste, jueves 13 de noviembre de 2014, Culiacán, Sinaloa.
17
Noroeste, sábado 24 de marzo de 2018, Culiacán, Sinaloa.
192 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

La incursión de los Ley en otras empresas

Como se indicó antes los hermanos Ley López a lo largo del tiempo han rea-
lizado inversiones en otras empresas en diferentes ramos de producción y de
servicios, tal es el caso de industrias Guacamaya. Los orígenes de Industrias
Guacamaya, S.A. de C.V se remontan al año de 1948. Nació como una pequeña
empresa por la calle 22 de Diciembre en la ciudad del Rosario, al sur del estado
de Sinaloa. Sus creadores fueron el matrimonio formado por Pablo Gandarilla
y Severa del Rincón Bernal, quienes decidieron iniciar un negocio familiar
doméstico y artesanal al producir una salsa picante que llegaría, con el tiempo,
a ser el sazonador de alimentos por excelencia de los sinaloenses, populari-
zándose bajo el nombre de Salsa Guacamaya. En ese entonces su proceso de
preparación era muy sencillo dado que para ello se empleaban utensilios de
cocina rudimentarios como un molino estrella manual para nixtamal y metate
de piedra, que de acuerdo a las costumbres, eran las herramientas utilizadas
para moler los alimentos. Básicamente la salsa se preparaba con chiles molidos
secos y especias, los cuales eran refinados con metate de piedra. Con las peque-
ñas producciones que se hacían de la salsa, poco a poco se fue dando a conocer
en el pueblo y fue teniendo cada vez más aceptación por el sur del estado.
El 17 de junio de 1970 los hermanos Ley se interesaron por este negocio y
compraron la empresa dejando como accionista a la fundadora de la empresa,
con la finalidad de establecer una industria de mayores dimensiones con ca-
pacidad de satisfacer una demanda que iba en aumento en la región y en los
Estados Unidos, para ello se constituyó en Culiacán la empresa denominada
Fábrica de Salsas La Guacamaya, S. A. de C. V., con un capital social de 1 mi-
llón de pesos representado por 1,000 acciones con valor nominal de $1,000.00
cada una, se estableció que dicha cantidad sería como mínimo y un máximo
de cinco millones de pesos. El objeto de la compañía era la elaboración y venta
de salsas, conservas y productos alimenticios enlatados y todas aquellas activi-
dades conexas. El capital social fue suscrito como sigue:

Cuadro 3. Accionistas de la empresa Guacamaya


Severa Rincón Bernal 170 acciones $170 000.00
Juan Manuel Ley López 166 acciones $166 000.00
Marcos Ley López 166 acciones $166 000.00
Álvaro Ley López 166 acciones $166 000.00
gustavo aguilar aguilar 193

Diego Ley López 166 acciones $166 000.00


Sergio Ley López 83 acciones $83 000.00
Héctor Ley López 83 acciones $83 000.00
Total 1,000 acciones $1 000 000.00
Fuente: AGNES, Rafael T. Ibarra, Culiacán, 17 de junio de 1970.

A partir de esto, es cuando surge la idea de ampliar las producciones a ma-


yores volúmenes, consolidando su presencia en el estado y penetrando con
fuerza al noroeste del país y sur de los Estados Unidos. Debido al aumento en
la demanda del producto, se inicia en 1987 la construcción de la planta indus-
trial que actualmente ocupa y la compra de modernos equipos de proceso, pu-
diendo hacer frente a dicha demanda. Hoy en día, Industrias Guacamaya está
presente, entre otros, en los estados de Sonora, Baja California Norte y Sur, Ja-
lisco, Colima, Zacatecas, Nayarit y, por supuesto, Sinaloa. En el extranjero está
presente en los estados de Arizona, Norte y Sur de California y en Chicago.18

Diego Ley López: del comercio a la agricultura


de exportación

Fue el quinto hijo (de nueve) del matrimonio formado por Juan Ley Fong y
Rafaela López (1932). Estudió la carrera de contador público en el ITESM cam-
pus Monterrey y cursó el programa de alta dirección de empresas en el IPADE.
Durante 11 años se desempeñó como director de Administración de Finanzas
de Casa Ley, y también fue director general de restaurantes Chic´s. Su incur-
sión en la agricultura comercial empezó en 1980 con la empresa denominada
Agrícola Industrial del Río Culiacán Sociedad Producción Rural y al paso de
los años se transformó en Del Campo y Asociados, S. A., cambios que se die-
ron de acuerdo a las circunstancias y a la legislación vigente. Por un tiempo
combinó su trabajo como director de Finanzas de Casa Ley y como director de
la empresa agrícola, conforme fue creciendo esta última y requería de mayor
atención, Diego Ley López se concentró al 100 % en su desarrollo. Desde 2002
a la fecha se ha desempeñado como presidente de Del Campo Supreme y di-
rector general de Del Campo y Asociados.

18
Disponible en http://6255.mx.all.biz, consultado el 8 de noviembre de 2016.
194 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

La empresa agrícola denominada Del Campo y Asociados, S. A., de la cual


fue fundador Diego Ley López en 1980 y en la que actualmente se desempeña
como su director general, con más de 37 años operando en el valle de Culia-
cán, está considerada entre las principales empresas agrícolas sinaloenses de
exportación. En 2008 este empresario apareció ubicado en el lugar 14avo entre
los 100 empresarios más importantes del estado por las dimensiones de las
empresas Del Campo y Asociados y Eurocity, dedicadas a la agricultura de ex-
portación y al comercio de vehículos, respectivamente, participaban también
como socios sus hermanos Juan Manuel, Álvaro, Marcos y Héctor Ley López.19
El 15 de febrero de 2009 se publicó en Noroeste una lista de los 50 empre-
sarios agrícolas más importantes de Sinaloa, en primer lugar aparece Ernesto
Echavarría Salazar con la empresa Exportadora Agrícola Sacramento, siendo
los principales productos que exportaba: tomates y chiles bell. En segundo lu-
gar estaba Iván Tarriba Haza con la empresa Agrícola Tarriba produciendo pe-
pino, tomate y chile bell, en tercer lugar se encontraba Diego Ley López con la
empresa Del Campo y Asociados y con los productos de tomates y chiles bell.
Aristeo Canelos Rodríguez estaba en cuarto lugar y René Carrillo Caraza en el
quinto lugar. Los datos considerados para elaborar este ranking fueron de dos
tipos; cuantitativos que tiene que ver con el tamaño de la empresa, hectáreas
cultivadas, número de empleados y expansión territorial; y cualitativos que se
refiere a la capacidad innovadora, adopción de nuevas tecnologías, empuje,
ética empresarial y compromiso con la comunidad.
En octubre de 2015, Diego Ley López tenía 34 años dirigiendo el trabajo de
investigación, producción, financiamiento y comercialización de hortalizas y
granos que envía a otras entidades de México, Estados Unidos y Canadá. La
compañía Del Campo y Asociados fundada en 1981 siembra 700 hectáreas de
diferentes productos hortícolas; 400 hectáreas en invernadero y las 300 restan-
tes a campo abierto. Su producción alcanza las 50 mil toneladas anuales que le
permite tener al menos 10 marcas registradas. Tan sólo esta empresa de las 12
más de las que es socio, emplea a 5000 personas en la temporada de cosechas.
Además es presidente de la compañía Del Campo Supreme, distribuidora y
comercializadora de la empresa anterior y que está ubicada en Nogales, Arizo-
na. Ley López es más un empresario experimentado que un líder gremial. Es
socio de 12 empresas que van del ramo agrícola hasta el de salud y deportes.
Otras empresas son: Corrales Santa Cecilia, Fapsa y Asociados, la cadena de

19
Bien informado, núm. 289, septiembre, Culiacán, 2008.
gustavo aguilar aguilar 195

restaurantes Chics, Hospital Ángeles, Eurocity y la desarrolladora de bienes y


raíces Nuevo Altata y Operadora Casa Contenta. Desde 1993 es consejero del
tecnológico de Monterrey, fue presidente de la Comisión para la Investigación
y Defensa de las Hortalizas en Sinaloa y presidente del Consejo Directivo de la
Cruz Roja Culiacán.20
Diego Ley López contaba con diez marcas registradas, Del Campo y Aso-
ciados compite en un mercado demandante de mejores productos, con una
calidad que se puede degustar.Cuentan con una producción muy diversificada
de tomate: beef, bola, saladette, en racimo, uva, pinkpearls y yellowpearls y pi-
mientos dulces. Desde 1981, año en que Diego ley López se incorporó al mer-
cado hortícola, buscando innovar implementaron el proceso de empaquetado
automático, el cultivo del 90% de sus productos son mediante hidroponía y en
hacer injertos en cultivos para mejorar la calidad y sanidad de las hortalizas.
En los campos de Sinaloa, Jalisco y San Luis Potosí se producen anualmente 50
mil toneladas de alimentos de Del Campo que se transportan a Estados Uni-
dos, Canadá y México a un nicho de población de paladar exigente. La infraes-
tructura de la empresa incluye campos en México y dos centros de distribución
en Estados Unidos: en Nogales, Arizona y McAllen, Texas. A diferencia de lo
que podría pensarse, Casa Ley no es el principal distribuidor de Del Campo
y Asociados. En 1981, la empresa hortícola nació de manera independiente de
grupo Ley. La hermandad y la sociedad entre Juan Manuel y Diego Ley López
no puede negarse pero negocios son negocios.21

Conclusiones

Casa Ley que surgió en Culiacán en 1954 como una pequeña empresa familiar
en el ramo comercial y que fue creciendo bajo la estricta dirección y admi-
nistración de la familia Ley, 64 años después se ha convertido en una de las
cadenas de autoservicios más importantes del Noroeste de la república con
presencia en varias entidades del centro y norte del país. Es una empresa, ade-
más, que ha logrado trascender en el mundo empresarial más allá de la desa-
parición física de sus fundadores y que actualmente se encuentran al frente de

20
Noroeste, viernes 16 de octubre de 2015, Culiacán, Sinaloa.
21
Palestra, suplemento de Noroeste, 17 de febrero de 2014, Culiacán, Sinaloa.
196 la familia ley en sinaloa: su éxito empresarial en la actividad...

la empresa los integrantes de la tercera generación con grandes perspectivas de


continuar con su proceso de expansión.
Entre las estrategias que los Ley implementaron y que les permitió alcan-
zar el éxito empresarial de que hoy gozan se encuentran: a) la dedicación y la
incorporación de la familia en las actividades de la empresa; b) la preparación
de los propietarios y directivos en la administración de negocios y el asesora-
miento profesional para la mejor conducción de las empresas de corte familiar;
c) la asociación estratégica que llevaron a cabo a principios de los años ochenta
del siglo pasado con la cadena de supermercados norteamericana Safeway, que
les inyectó capitales frescos, experiencia y las mejores tecnologías que se apli-
caban en esa rama comercial. A partir de entonces su crecimiento y expansión
en Sinaloa y en el país fue más acelerado. Como se ha mostrado la familia
Ley también incursionó y en forma exitosa en el impulso de otras actividades
económicas como Industrias Guacamaya, Del Campo y Asociados, Eurocity,
Restaurantes Chic’s, y desarrollos inmobiliarios y de espectáculos como en el
base-bollcon los Tomateros de Culiacán.

Bibliografía

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Archivo

Archivo General de Notarías del Estado de Sinaloa (AGNES)

Hemerografía

Noroeste, Culiacán, Sinaloa


Palestra, Culiacán, Sinaloa
Bien Informado, Culiacán, Sinaloa
Sinaloa en el siglo XX. Aportes para su historia económica y social,
de Eduardo Frías Sarmiento, R. Arturo Román Alarcón
y Jesús Rafael Chávez Rodríguez (coords.),
se terminó de imprimir en Pandora Impresores, S. A. de C. V.,
Cañas 3657, La Nogalera, Guadalajara, Jalisco, México.
El tiraje consta de 1000 ejemplares.

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