Herman Hesse Un Escritor Amado y Odiado

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Huellas

Hermann Hesse (1877-1962)


Un escritor amado y odiado
Por Ramón Illán Bacca

Hermann Hesse es un escritor que Para que lo posible surja se debe intentar
una y otra vez lo imposible.
despierta pasiones radicales: amor u odio. Hermann Hesse
Es considerado, además, como uno de
los grandes interlocutores con distintas Su presencia entre nosotros
generaciones de lectores. Este texto nos Hermann Hesse, escritor alemán, suizo de adopción y
brinda una imagen de su vida, su huida premio Nobel en 1947, ha sido un autor con ediciones
de millones de ejemplares. Cabe la pregunta del por-
de los sanatorios, su experiencia de las qué ha sido tan popular este autor entre los jóvenes
de varias generaciones y en tan diversas épocas. Lo
dos guerras mundiales y de su ambigua leyó la generación anterior a la mía, lo leyeron los na-
recepción en este continente; todo daístas en los finales de los cincuentas, lo leyeron y
agitaron su libro Siddhartha, como para un conjuro,
acompañado del tono ameno e irónico en los conciertos de rock en los setentas.
de la pluma de Ramón Illán Bacca. También es cierto que en el mundo literario sus accio-
nes no están en alza. Cuando le comenté mi relectura
de este autor a Oscar Collazos, un escritor amigo, me
contestó: “A Hesse se le lee en la edad primera, pero
como el sarampión, no se repite”.

Era apenas un púber cuando leí “Ensueños” de Hesse,


un cuento de la creación y destrucción de una ciudad
que me impresionó vivamente. Al final, a la ciudad
esplendorosa de múltiples palacios la vegetación la
__________ había cubierto del todo. Creo que por la portada del
libro, que presentaba como unas lianas o unos sauces,
* Escritor y columnista.

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asocié el cuento con la selva amazónica y la ciudad
fue para mí Manaos. Leí mucho sobre esta ciudad del
Brasil, su auge cauchero, su esplendor y su teatro de la
ópera, que era una réplica del de París. Allí cantó Ca-
ruso el tenor, más grande de su época. Al final, cuando
se acabó todo el esplendor, las culebras se deslizaban
por el antiguo escenario de la ópera. Más aun, al ver
la película “Fizcarraldo”, del director alemán Werner
Herzog, pensé que algún texto de Hesse debía haber
servido para el libreto. En esta película un aventurero
llega al Amazonas y amansa a los indígenas haciéndo-
les oír ópera en su gramófono. Un misionero le dice
al protagonista: “Nosotros no podemos apartar a los
indios de la idea fundamental de que nuestra vida no
es sino una ilusión tras la cual se oculta la realidad de
los sueños”.

En ese momento me dije: “Ahí está Hesse”, y durante


mucho tiempo tuve en mi mente una asociación en-
tre este autor, el cuento de la selva y el ensueño de los
indígenas. Todo se ha roto cuando al releer el cuento
“Una ciudad” (1910), en su libro Ensueños encuentro
que no se trata de Manaos ni de ninguna ciudad en la
selva sino de una ciudad europea y que el edificio más
sobresaliente es la Casa Consistorial. Al final la ciudad
montañosa, situada en un escenario suizo o alemán, Hermann Hesse.
es destruida y el animal que yo recordaba como una
anaconda dando vueltas en el escenario es un pájaro
correspondencia con Noel Cassidy, uno de los beatniks
carpintero. ¿Qué me pasó? ¿Por qué lo leí así?
norteamericanos. Comprendía además el envío de un
poco de la maracachafa criolla a Cassidy, quien estaba
La misma pregunta me surgió cuando en mi relectu-
en San Quintín, cartas al presidente norteamericano
ra de Demián encontré la figura del dios Abraxas. En
para que lo indultara y lecturas en malas traduccio-
mis recuerdos de los movidos sesentas y principios de
nes de los poemas de Allen Ginsberg. También alguna
los setentas estaba el disco “Samba pa ti” de Santa-
que otra lectura de Hesse.
na con la portada de un cuadro de Gustavo Moreau,
pintor simbolista francés del siglo xix. Ahí estaba esa
Leí la anécdota de la sorpresa de este autor cuando
figura andrógina, mitad cielo y mitad infierno, algo
supo que en la ciudad universitaria de Berkeley en
entre lo barroco y lo chévere, Abraxas. No sé qué tan-
Estados Unidos había una peña de estudiantes que se
ta conciencia tendría el músico de rock de quién era
reunía en un bar llamado “El lobo estepario”. Lo con-
este dios pero amuletos y talismanes con la efigie de
sideró como una gringada típica y confirmó que no
esta divinidad sí se hallaban en sus oyentes. Un dios
había sido leído en Norteamérica.
cuya mejor definición es la de ser “Coincidentia opposi-
torum” o sea, el misterio de la totalidad.
En realidad, a pesar de ser premio Nobel desde 1947,
Hesse no era un autor popular ni en Norteamérica ni
Lo que podía saber de Abraxas se podía resumir en
entre nosotros.
una línea, cuando me leí Demian por primera vez,
libro que me regaló el ahora historiador y político
Al principio fueron los de la Beat generation los que
Álvaro Tirado Mejía en el Medellín de principios de
llamaron la atención sobre él. Como se recuerda, los
los sesentas. Ambos éramos simpatizantes de los na-
beatniks preconizaban formas distintas de conoci-
daístas, movimiento literario fundado por Gonzalo
miento y propagaban una relación libre con el sexo y
Arango y que era un revoltijo de existencialismo, lec-
las drogas. En Hermann Hesse veían un outsider que
turas de Camus y Sartre, novelas de Henry Miller y
había abierto nuevas formas de pensamiento. En 1963,

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Timothy Leary dijo que este autor era el guía magistral un misterio por qué tanta gente de tan distintos paí-
a la experiencia psicodélica, y ante una asamblea de ses, caracteres y talantes se sintieran fascinados por
adeptos al lsd recomendó la lectura de Siddhartha y un mismo autor. ¿Será que cada lector se siente inter-
El lobo estepario. Fundó este renegado profesor de Har- pelado por cada una de las obras que lee y cree que el
vard una residencia rural llamada “Castalia”, nombre mensaje es dirigido a él solo?
del lugar donde se desarrolla la novela Juego de abalo-
rios de Hesse. Hesse quiso contestar esta pregunta al decir: “Los li-
bros de los poetas no necesitan explicación ni defensa,
En los sesentas no era leído en Alemania pero se ini- son sumamente pacientes y pueden esperar. Si son de
ció su auge en Norteamérica, llegando a haber sesenta algún valor, tienen siempre una vida más larga que la
ediciones económicas de sus libros más importantes: de aquellos que los impugnan”.
Demián, El lobo estepario, Juego de abalorios y Siddhar-
tha. Sus compradores eran universitarios, grupos mar- La misma idea del poeta alemán Hölderlin cuando ex-
ginales, jipis, enemigos de la guerra de Vietnam, etc. clamó: “Lo que perdura lo fundan los poetas”.
No les interesaba el aspecto literario sino su mensaje
existencial. Hesse no llegó tan fácilmente al mundo de habla his-
pana. La más antigua traducción al español aparece
El crítico George Steiner cuenta que invitado a una en la Biblioteca Nacional de España en 1930 con De-
comuna de los “Hijos de las flores”, estos, que se ufa- mián a pesar de haber sido escrita desde 1919. El escri-
naban de no leer y de no tener en casa ni un solo libro, tor colombiano Pedro Gómez Valderrama en el prólo-
tenían sin embargo dos: uno era El juego de abalorios go de El lobo estepario (Ediciones Círculo de lectores,
(una de las muchachas le dijo “Me lo sé de memoria”) y 1955) cuenta que los jóvenes de los años cuarenta, en
el otro libro, El lobo estepario, servía de tabla en la coci- esa Bogotá amable y pequeña llena de cafés como “El
na para cortar verduras. En muchas de las habitacio- Windsor” o “La Cigarra”, donde alternaban empresa-
nes colgaba el retrato de este autor con su sombrero rios y poetas, no conocían a Hesse. Él era uno de los
de paja y gafas niqueladas al lado de posters del “Che” pocos lectores que conocía El lobo estepario, pues lo
Guevara, Yoko Ono, los Beatles y Janis Joplin. había leído en la edición española de 1927. (Anoto, la
primera edición española apareció en 1930, como lo
Hubo cafés famosos en Filadelfia y San Francisco con indican los datos de la Biblioteca Nacional de España).
los nombres de sus novelas. También un grupo de rock Después de la Segunda Guerra Mundial fue cuando
se llamó “El lobo estepario”, un poema de Hesse fue la nos llegó Hesse como un autor a leer. Gómez Valderra-
letra de la canción de fondo de la película “Easy Rider”, ma lo clasifica como “expresionista. “¿Qué significa el
y Tilín, el perro en las historietas de Carlitos, exclamó otorgamiento del premio Nobel a un autor apenas co-
alguna vez: “Volvamos a Herman Hesse”. nocido en el mundo latino?”, fue el comentario que le
hizo un joven a Ernesto Volkening, escritor y ensayista
La popularidad también se tradujo en ventas. Siddhar- alemán radicado en Bogotá.
tha, por ejemplo, vendió tres millones de ejemplares.
Su popularidad se extendió a países del primer mun- Más interés tuvo en los sesentas con los nadaistas,
do, del tercero y del entonces llamado bloque socia- pues ese movimiento reflejaba otras ondas como los
lista. beatniks en Norteamérica. No se encontrará, sin em-
bargo, ningún texto en la producción literaria de ese
¿Por qué se llegó a esto? Muchos estudiosos de la lite- movimiento contracultural en la que se perciba la in-
ratura han llegado a la conclusión de que fue un mal- fluencia de este autor. Pero sí se nota en la novela La
entendido; otros, que las ideas de Oriente, el lenguaje casa infinita del poeta Augusto Pinilla, obra de la que
sencillo y sugestivo atrapaba a una juventud ingenua. se dijo que El juego de abalorios gravitaba con fuerza.
Algunos entendían sus libros como un llamamiento a En el cuento “Magíster ludi” de Philip Potdevin se en-
volver la espalda a una sociedad que respondía con un cuentra Hesse sin dudarlo, pues así se llama el jefe del
consumismo en masa a los problemas del sentido y de monasterio en el Juego de abalorios. ¿Hasta dónde se
la felicidad del ser humano. Los que estaban contra la hallaba esa presencia en la juventud que acudía a los
guerra en Vietnam veían en él alguien que exhortaba a conciertos de rock que se daban en Medellín y Bogotá
la paz, y los ecologistas lo veían como su precursor. Es en un remedo del legendario “Woodstock” y que leía
probable que todos estos mensajes se encuentren en a Siddhartha? Algo que no se ha estudiado, pero me
la obra de Hesse, pero no se agota todo. Sigue siendo temo que no hay huellas literarias a buscar. En el des-

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A Hesse se le lee en la
edad primera, pero como el
sarampión no se repite.
Oscar Collazos

encuadernado ejemplar que tengo de Demián aparece


que la primera edición fue hecha en México en 1949,
y la de mi ejemplar es la cuadragésima octava (48), he-
cha en 1976. De esa fecha para acá supongo hay otras
tantas ediciones. No encontré en los pocos ejempla- Portada de la
res de la afamada revista Sur ensayos sobre Hesse y la- primera novela de
menté que las bibliotecas de Germán Vargas Cantillo Hermann Hesse, Peter
y Alfonso Fuenmayor -miembros del llamado Grupo Carmenzind.
de Barranquilla- no estuvieran ya más a mi alcance.

Hesse era un autor que impresionaba a personas de


distintas edades. El escritor de ciencia-ficción nor-
teamericano Kurt Vonnegut nos lo dice así:

Nadie en El lobo estepario tiene un teléfono aunque


los personajes están en una ciudad rica después de la
guerra, donde la gente se menea al compás del jazz.
El héroe no tiene radio en su habitación a pesar de
su pasmosa soledad, pero hay radios alrededor; por-
que él sueña en oír uno en compañía de Mozart. El
Concerto Grosso en fa mayor de Handel está siendo
transmitido desde Munich. El héroe dice acerca del
concierto que la endiablada trompeta de lata escu-
pió, sin ninguna dificultad, una mezcla de gargajos
y caucho mascado, ese ruido que los dueños de gra-
mófonos y radios han acordado en llamar música.
He dicho que Hesse era más o menos de la edad de
mi padre. Mi padre no era europeo pero parte de su
educación tuvo lugar en un Estrasburgo antes de la
Primera Guerra Mundial y cuando yo logré conocer
a mi padre, cuando Hesse estaba escribiendo El lobo
Estepario, mi padre también estaba maldiciendo las
radios y las películas, estaba soñando con Mozart y En el reverso de sus
con Goethe y estaba tentado dispararles a los auto- cartas, Hesse escribió
móviles. Curiosamente, Hesse, un hombre que ha- su novela Demian.
blaba por la generación de mi padre, es ahora oído
clara y fuertemente por mis hijas e hijos.

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María Bernoulli Ninon Doblin Ruth Wenger

Hablemos del sujeto día del regreso lo llevan a un sanatorio psiquiátrico


en Setten. En un poema escrito en esa época dice:
Hermann Hesse nació en Alemania en Calw (Selva Ne-
gra) en 1877. Sus padres trabajaban para centros misio- Me mandan al manicomio
neros pietistas y su abuelo materno estuvo en la India
Quién sabe, a lo mejor estoy completamente chiflado.
como misionero. Su niñez se da en un ambiente rígido
y religioso. A los catorce años es internado en el semi-
nario teológico evangélico de Maulbronn. A los ocho En Setten le quitan sus lecturas porque sospechan
meses huye de allí. Al retornar al seminario se le aísla que a ellas debe su mala conducta. A las cartas de sus
y el director recomienda se le trate con el psiquiatra. padres contesta con ironía: “Me quieren atiborrar de
El médico de la familia propone que lo internen en un pietismo y no lo lograrán”. Sus padres rezan por él,
manicomio. Los padres optan por llevarlo a Bad Boll, que está pecando contra el cuarto mandamiento que
un centro cristiano de reposo y cura con aguas sulfu- ordena amar a los padres.
rosas. Todas las personas enfermas de cuerpo y alma
podían curarse allí. “Una avanzadilla del reino de Un milagro hace que pueda salir hacia Basilea a casa
Dios”, como lo llamaba su director, un hombre famo- de un antiguo profesor, que admite recibirlo. Reanuda
so por sus exorcismos. Hesse la pasa bien en ese lugar, sus estudios, pero al poco tiempo se da cuenta que otra
donde hay bastante libertad. Lee a los autores rusos vez está en el lugar equivocado. Su padre lo amenaza
Tolstoy y Dostoievski. Se enamora por primera vez de con volverlo a meter en el sanatorio. Las cosas se re-
una joven siete años mayor que él. Es rechazado, y en- suelven al final cuando el joven Hernann entra como
tonces se compra un revólver y se escapa dejando una aprendiz de librero.
carta en la que anuncia su suicidio.
En Tubinga le publican sus primeras poesías y en 1902
Otra vez todo el sistema se pone en movimiento y Her- ya ha viajado a Italia, se ha casado con María (Mia)
mann regresa a casa después de oír infinidad de ser- Bernoulli, nueve años mayor que él, y logra publicar
mones que le enrostran su mala conducta. Ese mismo su primera novela, Peter Camenzind. Afortunadamen-

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te puede vivir de escribir. Nace el primero de sus tres yables y divisiones. Así, los del teosofismo sufrieron
hijos. Ahora todo estaba en orden. la secesión de los seguidores del antroposofismo de
Rudolf Steiner. Los anarquistas no quisieron más
platos sin carne, sabotearon la comida vegetariana y
Un extraño capítulo una división fundó el psiquismo histórico. El proyecto
dio paso a otros, como el de la creación del Círculo de
En Peter Camenzind, el protagonista, un muchacho Eranos, entre los cuales estuvieron Gustavo Jung, Mir-
alto y robusto, hijo de un campesino suizo, abandona cea Eliade y Joseph Campbell, entre otros. Este era un
el campo y llega con el tiempo a ser un conocido pe- centro de estudios mitológicos y de estudios de las re-
riodista y escritor. Ama la naturaleza, que es su sal- ligiones orientales. Jung en esos congresos planteó su
vación, pues lo devuelve a la senda correcta. Decide búsqueda de arquetipos y de estructuras simbólicas.
abandonar a los decadentes artistas y volver a la gente Entre los de este círculo estaba también Hans Ball, el
sencilla, regresa a la aldea suiza cuida de su padre en- futuro biógrafo de Hesse. A partir de 1909, Hesse no
fermo y termina feliz, realizado como el tabernero del regresa a Ascona.
pueblo.

La novela gustó. La gente de la ciudad que añoraba e Experiencias y contradicciones


idealizaba la vida del campo compró el libro.
Sus amargas experiencias de infancia y juventud le
En 1905, Hesse es un autor conocido, con buenas en- dieron material para su novela Bajo la rueda (1906);
tradas, con una mujer sufrida que interpreta a Chopin hubo otras publicaciones, pero la que mayor atención
y vive en casas donde se divisan paisajes maravillosos. despertó fue Demián (1919). Fue un tiempo especial-
Pero no es feliz y se escapa por primera vez a Monte mente difícil. Durante la Primera Guerra Mundial
Veritá. Esas dos escapadas no fueron muy investiga- (1914-1918) Hesse había oscilado entre sus simpatías
das por sus biógrafos. por Alemania y su odio a la guerra. No era pacifista
en el sentido estricto del término. No fue un declarado
Cuando le preguntaban al médico anarquista Raphael enemigo al principio de la guerra, como sí lo fueron los
Friedeberg cómo estaba su mujer, la teósofa Emy Lenz, escritores alemanes Heinrich Mann y Stefan Zweig.
respondía sarcástico: “Ella está organizando un sindi- “Soy alemán y mis simpatías y deseos pertenecen a
cato teosófico”. Es la historia de una utopía que tomó Alemania”. Poco después escribió una carta aclaran-
el nombre de Monte Veritá, situada en Ascona, ciudad do: “Yo me siento alemán pero por encima de ello está
de la Suiza italiana. En 1869 había vivido allí el anar- para mí la humanidad”. Cuando se presentó al ejército
quista Miguel Bakunin, después fundaron un con- lo rechazaron por su alto grado de miopía. Al fin ob-
vento laico con el nombre de “Fraternitas” los teóso- tuvo un cargo en la Cruz Roja cuya tarea era propor-
fos Pioda y Hartmann. En 1900, los hermanos Graser cionarles libros a los prisioneros de guerra alemanes.
fundaron “la Cooperativa Vegetariana Monte Veritá”. Sin embargo, en sus artículos aclara que es patriota y
Algunos socialistas discípulos de Bernstein formaron contrario a la guerra. Esta actitud le trajo el odio de los
la llamada “Tercera vía” y también se radicaron en el
lugar. Karl Graser proponía que la reforma de vida
se sustentara en el Emilio de Rousseau y en la idea de
Tolstoi de que el hombre debe vivir apegado a los dic-
támenes de su conciencia. Hesse estuvo con ese grupo. Los libros de los poetas no
necesitan explicación ni defensa,
La comunidad basó la reforma de vida en una dieta
vegetariana estricta, la práctica del nudismo a la in- son sumamente pacientes
temperie, el amor libre, la renuncia del vestido, el sos-
tén y el corsé, y usar túnicas sencillas de lino, cami- y pueden esperar. Si son de
sas anchas, pantalones cortos y sandalias. O sea, vida algún valor, tienen siempre
comunitaria, régimen de vida natural y movimientos
mutualistas. En un momento dado confluyeron anar- una vida más larga que la de
quistas, teosofístas y vegetarianos. Aunque alcanza-
ron algunos puntos de encuentro, todas esas uniones
aquellos que los impugnan.
acabaron por terminar en enfrentamientos insosla-

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sido lo suficientemente comprensivo con él. Muchas
cosas se le volvieron insoportables, la ayuda a los pri-
Durante la Primera Guerra sioneros, la guerra cuyos horrores estaba viviendo, su
trastornada vida familiar.
Mundial, Hesse había oscilado
El tratamiento psicoanalítico, sin embargo, pareció
entre sus simpatías por Alemania y dar algún resultado. Al llevar un diario de sus sueños
su odio a la guerra. No era pacifista en uno de ellos aparece un personaje nocturno que
está borracho. Es un varón llamado Demián. En el
en el sentido estricto del término. sueño Hesse lucha con ese Demián y es vencido. Este
sueño lo incita de nuevo a escribir.

Según el psicoanálisis, el artista sigue siendo a los ojos


del analista una persona quizás de talento pero en
últimas es un neurótico perdido. Podría decirse que
complejos o represiones tuvieron Beethoven, Nietzs-
che, Hölderlin, pero no se entenderá cómo desde sus
contradicciones internas y sus heridas psíquicas crea-
ron obras de arte. Lo creativo sigue siendo un enigma
para el psicoanálisis. Para Hesse, los sueños no son
enigmas a los que hay que hallar una respuesta, pues
ellos son la respuesta misma.

Por falta de plata para comprar el papel escribe De-


mián en el reverso de las cartas que recibe. “Por lo
menos una sola vez debiéramos contemplarnos tal
como somos”, dice en su diario. Se dice que Demián
fue presentada al editor como escrita por un tal Emi-
lio Sinclair, el mismo narrador en esa novela, y está
fuertemente influenciado por la obra de Jung. El tra-
tamiento que da el libro de la dualidad, por un lado,
Demián, el personaje de sueño, y por otro, Sinclair, su
homólogo despertó un enorme interés entre los lecto-
res. También la idea de que en el interior del hombre
se decide cómo se ve el mundo, cada persona tiene en
su interior una voz que le conduce por la vida recta si
la persona le presta atención.
Viaje al Oriente es, junto con Siddharta, la más importante
contribución de Herman Hesse al tema de la búsqueda “Quería tan solo intentar vivir aquello que tendía a
del sentido de la existencia. brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué había de ser-
me tan difícil?”, nos dice el epígrafe de Demián.

sectores alemanes más belicosos, la mayoría de la po- Hay también en esta novela la presencia de “la gran
blación, y sus libros fueron saboteados. Un sujeto que madre Eva”. Y aquí hago una digresión no necesaria
hace música de arpa y silbidos de paz”. “Un individuo pero si inquietante. Ese tema llenó de búsquedas mi
sin patria”, lo llamaba cierta prensa alemana. Nuestro juventud. “Las madres primordiales” que se encuen-
autor entró en crisis y fue tratado por el doctor Lang, tran en Goethe, en Lovecraft, en libros esotéricos, no-
discípulo de Jung. Su esposa Mia entró en una profun- velas de clase A y Z, y ahora en libros científicos ¿Qué
da depresión, su hijo Martín se enfermó de los nervios es eso de las huellas que conducen a la Eva mitocron-
y a Hesse le aplicaron electrochoques (suaves, dice un dial? Preguntas hechas y no resueltas.
biógrafo). Sus libros no le producían dinero y los de-
rechos de autor en Alemania estaban congelados. Su En la primavera de 1917, ante las grandes pérdidas
padre murió y se hizo miles de reproches por no haber de hombres Alemania decide llamar a filas a los que

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antes había declarado no aptos. Hesse es llamado, y una religión conservadora como el confucionismo,
estuvo tentado a no obedecer, pero la duda se resolvió el brahmanismo o la iglesia católica”, confesó alguna
cuando un amigo convenció a las autoridades de que vez.
el escritor era más útil en su ayuda a los prisioneros.
Antes de terminar la guerra y en pleno derrumbe le En 1923 tomó la resolución definitiva de adoptar la
llegó una comunicación del Ejército alemán con un ciudadanía suiza. Ese mismo año se divorcia de Mia
ascenso. y se casa con una joven admiradora, Ruth Wenger. En
la luna de miel se dio cuenta de que otra vez se había
El último verano de Klingsor es otro libro en que pre- equivocado.
tende absolver algunas de sus obsesiones. A partir de
ese año entra a trabajar en Siddhartha, su libro más Prosiguiendo la búsqueda de una verdad que transmi-
popular. No lo puede terminar sin antes tomar sesio- tir durante el caos que siguió a la guerra Hermann
nes psicoterapéuticas con Jung. Publicado en 1922, él Hesse escribió El lobo estepario (1927), especie de acusa-
lo calificó como un poema. ción de una época sin cultura, en que los instintos del
lobo están próximos al Yo civilizado del hombre.
Siddhartha es hijo de brahmán. Dominado por una in-
quietud indefinible abandona a su padre y a su casta Por esas fechas y a sus cincuenta y un años Hesse fue
para buscar su Yo. Convive con unos ascetas que le en- por primera vez a un baile de máscaras. “Durante
señan la mortificación, el desprendimiento y la inte- treinta años me he esforzado, infeliz de mí, por enten-
gración con lo absoluto. Pero cada vez que Siddharta der el problema de la humanidad sin saber lo que es
intenta enfrentarse con lo absoluto tropieza con su un baile de máscaras”, escribió a Hugo Ball, su biógra-
Yo desdichado, limitado y atormentado. Por último, fo. Le gustó tanto la situación que se emborrachó, se
encuentra a Gotamma, el perfecto, quien le revela la subió sobre la mesa, zapateó y se enamoró de un “pie-
manera de liberarse de todas las doctrinas para aspi- rrot” que resultó llamarse Julia. En su diario hay una
rar a la verdad, de abrirse en vez de cerrarse, de aco- especie de poema que dice:
ger todo en vez de rechazarlo. El joven se marcha a la
ciudad, se enreda con una cortesana, se asocia con un Miro tristemente, yo que soy un anciano –muchacho
mercader, se vuelve rico, se vuelve ávido y le teme a Ese quehacer es ridículo y nulo
la muerte. Al final llega un gran desprendimiento de Ese quehacer que comencé demasiado tarde
todo, y con ello la paz.
Ni siquiera soy capaz de bailar acompasadamente.
La crítica calificó a Hesse como un escritor occiden-
Después de esa primera experiencia, Hesse fue un
tal impregnado de filosofía oriental; definición de la
asiduo asistente a los bailaderos al aire libre: no hay
que Hesse se burlaba, aunque después reconoció que
noticias sobre si tomó clases de baile. Interrumpió
había algo de verdad. “Si le fuera posible a un hom-
sus danzas cuando vio que Lolo, la bella chica con la
bre elegir su propia religión, yo sé que personalmente
que había bailado durante horas, lo dejó para embar-
y debido a mis anhelos más íntimos habría escogido

Tomado de https://www.flickr.com/photos/johnheaton/6801745805

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carse en una plateada limosina que le paró y la invitó
a subirse. El conductor era un hombre maduro muy
elegante. Dos años después acabó su matrimonio con
Ruth, pues ella pidió el divorcio. Una lectora y admi-
radora suya, a quien siempre había querido mantener
a distancia, se le hizo imprescindible, y así en 1931 se
casó con Ninón Dolbin, con quien permanecerá casa-
do hasta su muerte, más de treinta años después.

Pero volvamos a la literatura. En 1932, en una carta a


una de sus lectoras, Hesse le decía:

Siempre me ha sucedido que lo que me parecía impo-


sible de llevar a cabo era precisamente lo que se me
volvía un problema. Fue algo que empezó con algu-
nos de los cuentos y luego siguió con Demián. Lo más
difícil fueron Siddhartha y El lobo estepario. A veces
me era imposible encontrar la forma adecuada como
en el caso de El lobo estepario y El viaje al Oriente.
Otras veces, me fueron necesarios tanta vida, dedica-
ción y sacrificio –especialmente entre los largos me-
ses transcurridos entre la primera y segunda parte de
Siddhartha– que a menudo sentí deseos infinitos de
apartarme de todo eso y dejar en paz el bello tema.

En 1939 circuló la primera edición de Lo mismo me sucede ahora, y a veces pasan meses y
El juego de los abalorios. hasta un año, antes de que realmente me decida a es-
cribir las primeras líneas de un nuevo libro, y aunque
durante ese tiempo no haga nada, tengo la sensación
de hallarme supremamente atareado y ocupado. Así
ocurrió sobre todo con Goldmundo, cuya dificultad,
es decir, el núcleo de su contenido, me preocupó ínti-
mamente por más de año y medio, época en que me
hallaba todavía trabajando en El lobo estepario, antes
que pudiera dar comienzo a la primera redacción,
por cierta nada feliz, y que después tuve que anular.
(Carta a Helena Welti, 1932)

Después de El lobo estepario uno de sus grandes éxitos


fue Narciso y Goldmundo (1930), en que contrasta a
Narciso, el asceta estudioso que vive en el mundo del
pensamiento abstracto, con Goldmundo, su amado
discípulo, quien abandona el monasterio para afron-
tar los peligros del pecado y los placeres.

Pero en Alemania los nazis llegan al poder en 1933. La


casa de Hesse en Suiza es refugio de muchos exilados
de paso para otros países. Sin embargo, durante un
tiempo se le publica en Alemania; su editor es Peter
Siddartha es una de las obras más Suhrkamp, en reemplazo del anterior, un editor de
reconocidas de Hermann Hesse. origen judío. Sus artículos son cuestionados y al fi-
nal prohibidos. Su editor es arrestado por la Gestapo
y llevado a un campo de concentración. Sobrevivió a
la guerra.

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En 1939 apareció El juego de abalorios, editado por Su- Bibliografía
hrkamp, obra que concluida la guerra decidirá a su fa-
vor el premio Nobel en 1946. Sin embargo, no asistió a Hesse, H. (1981). El juego de abalorios (5ª ed.). Madrid: Alianza.
la ceremonia para no usar frac.
Hesse, H. (1978). El arte del ocio (4ª ed.). Barcelona: Planeta.
El juego de abalorios es la biografía de Josf Knecht, el
magíster ludi, y se ubica en un futuro indefinido des- Prinz Herder, A. (2002). Y todo comienzo tiene su hechizo. Bio-
pués que ha tocado a su término “la época folletinesca”. grafía de Hermann Hesse. Barcelona.
A las guerras del siglo xx ha seguido un renacimiento
del espíritu gracias a la obra de sabios y artistas que Revista Eco n° 266, diciembre de 1983.
fundaron la Orden del Juego de Abalorios para salvar
los valores de la civilización. Más que una biografía Revista Eco n°195, enero de 1978.
personal es la de un desenvolvimiento espiritual. Pero
no es una historia optimista, sino que se introduce el Volkening, E.(1976). Ensayos. Bogotá: Colcultura.
elemento dramático cuando el magíster resuelve re-
gresar al mundo. Abandona la orden y encuentra la El cielo en la tierra – datos sobre Monte Veritá (Internet).
muerte, que cierra la leyenda alrededor suya.
Webgrafía de imágenes
La crítica relacionó esta novela con El doctor Faustus,
novela de Thomas Mann aparecida después de la gue- Hermann Hesse. Recuperado de: http://filosofiahoy.es/pub/
rra. Hesse a pesar de su gloria era cuestionado, sus imagenes/imagenes_hesse_b0c17096.jpg
críticas a la Alemania de postguerra le trajeron otra
vez cartas insultantes. No quiso dar opiniones tajantes Hermann Hesse. Recuperado de: http://upload.wikimedia.
sobre la Guerra Fría y después de recibir el premio de org/wikipedia/commons/d/da/Hermann_Hesse_2.jpg
la paz, dado por los libreros alemanes, se refugió en su
casa de Montagnola. Allí tiene que esconderse de los Maria Bernoulli. Recuperado de: http://www.hermann-hes-
turistas que lo asedian. Hesse murió de un derrame ce- se.de/files/images/maria_bernoulli.jpg
rebral a los 85 años.
Ninon Dolbin. Recuperado de: http://www.hermann-hesse.
Una manera de contestar a las críticas tanto a las fa- de/files/images/ninon_doblin.jpg
vorables como a las de sus detractores la dio al escri-
bir a un lector: Portada de Peter Camenzind. Recuperado de: http://noud-
miseni.wordpress.com/2012/01/10herman-hesse
En el curso de los últimos años me he dado cuenta de %E2%80%9Epeter-camenzind
que nunca me sería posible expresar mis creencias y
mis convicciones sino mediante las alegorías de la Portada de Demian. Recuperado de: http://www.peterowen-
poesía. No sirvo para comunicar directamente una publishers.com/books/demian
doctrina.
Portada de Viaje al Oriente. Recuperado de: http://www.fiu-
El mundo y la juventud de hoy anhelan de manera xy.com/ebooks-gratis/3479389-viaje-al-oriente-por-her-
firme e incontenible lo colectivo y se contentan, tanto mann-hesse-html
del lado del fascismo como del comunismo, con una
comunidad bastante burda y enemiga del espíritu. Yo Historieta Peanuts. Recuperado de: https://www.flickr.com/
por el contrario he sido toda mi vida un solitario y photos/johnheaton/6801745805
he tenido que buscar mi inserción en la totalidad de
la vida espiritual más en el pasado y en la historia Portada de Juego de abalorios. Recuperado de: https://www.
que en la vida actual pues soy por completo incapaz
pinterest.com/veryn4ik333/hesse
de anexarme a cualquier forma de comunidad pri-
mitiva. Es lo que me ha llevado a ocuparme con los
Portada de Siddhartha. Recuperado de: https://www.design-
filósofos y los religiosos antiguos, para finalmente
is-fine.org/post/50861101579/alvin-lustig-book-jacket-
terminar creyendo que, también yo, pese a la soledad
for-hermann-hesse
de mis caminos, me hallaba en conexión íntima con
la humanidad.

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