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5.

1 ACTOS DE COMERCIO, OBJETIVOS Y SUBJETIVOS

EN EL SISTEMA VENEZOLANO:

El sistema venezolano de actos de comercio fue incorporado por el legislador del 15 de


febrero de 1862, tomándolo del Código de comercio francés. El acto de comercio
objetivo fue ubicado en el Libro Quinto (de la administración judicial en materias de
comercio), Titulo I (De los Tribunales de comercio), Ley IV (De la competencia de los
tribunales de comercio), articulo 1º., con el propósito de delimitar la competencia de los
tribunales de comercio. En el articulo 2º. Fueron colocados los actos subjetivos de
comercio, a los cuales se identifico como “las obligaciones y contratos entre
comerciantes, mientras no se pruebe que tienen un objeto ajeno del comercio”. A partir
de 1873 la enumeración de actos fue trasladad a los títulos preliminares del Código, en
donde ha permanecido desde entonces. El elenco de actos objetivos se amplio
sensiblemente en esa oportunidad (articulo 3º.). El Código de Comercio de 1904
traslado la materia al articulo2o. E incorporo algunos actos objetivos mas. Por ultimo, el
Código de Comercio de 1919 hizo ajustes de redacción en los ordinales 1º y 2º y en el
numeral 19 del articulo 2º.
La realización profesional de las actividades consideradas actos objetivos de comercio
(articulo 2º) convierte en comerciante a quien los ejecuta (articulo 10). Por otra parte, se
presume (presunción iuris tantum), que son actos de comercio cualesquiera otros
contratos o cualesquiera otras obligaciones de los comerciantes, a menos que resulte lo
contrario del acto mismo o que el acto sea de naturaleza esencialmente civil (articulo
3º). El régimen venezolano se basa en las categorías de acto de comercio y de
comerciante, por lo cual pertenece al sistema mixto. Este sistema, si bien ha existido en
el país desde la primera codificación, sustituyo al sistema subjetivo que existió mientras
estuvieron en vigencia las Ordenanzas de Bilbao.

CONCEPTO DE ACTOS DE COMERCIO


Generalmente se considera imposible formular un concepto de acto de comercio, porque
la disposición que los consagra es amplísima y comprende organizaciones (empresas),
contratos, negocios, operaciones complejas, hechos ilícitos y situaciones de hecho. Por
la diversidad del contenido de la materia, se adelantan nociones muy amplias que tratan
de abarcar lógicamente, todo el espectro del campo que se pretende delimitar. Martínez
Val, en España, afirma, por ejemplo, “que los actos de comercio pueden ser definidos
como aquellos hechos que producen efecto en el ámbito jurídico-mercantil,
comprendiéndose tanto los que dependen de la voluntad de los hombres (actos
propiamente dichos), como también aquellos acontecimientos independientes de la
voluntad humana que tienen realidad en el mundo exterior, pero que de alguna manera
producen tales efectos (Ej.: un naufrago)”.
La afirmación de Vivante según la cual cuando el legislador habla de actos de comercio
usa esta frase como si un hombre de negocios dijese operaciones o negocios
comerciales, es decir, como actividades mercantiles capaces de generar obligaciones
comerciales y es básicamente correcta, pero incompleta, porque hay actos de comercio
que no son operaciones o negocios ni el sentido mas amplio de a palabra. En forma
similar se expresa Rocco, al considerar que los actos de comercio ni son actos jurídicos
ni son relaciones jurídicas, sino formas de actividad social y relaciones sociales. Por
tener en cuenta el legislador la actividad comercial y no el acto jurídico, las operaciones
identificadas como actos de comercio deben interpretarse en su unidad comercial y no
en su sentido limitado de orden jurídico. Ejemplifica Vivante así su concepto: la frase
empresas de transporte, no comprende solamente los contratos de transporte, sino
también todas las actividades accesorias; la compra mercantil incluye también aquella
que se haga sobre materia que se transforma para venderla posteriormente y todos los
actos accesorios correspondientes; las letras de cambio que como acto de comercio,
incluyen el protesto, la resaca, los negocios de descuento y redescuento. Esta
interpretación de Vivante se fundamenta, por lo demás en el principio lógico
accesorium sequitur principale, cuya importancia en esta materia fue puesta de
manifiesto por Bolaffio.
Roberto Goldschmidt reafirma la falta de correspondencia entre las nociones
económicas y jurídicas con relación al acto de comercio así: “El concepto de acto de
comercio no se identifica con el del acto jurídico sino que señala la actividad económica
simple o compleja que se exterioriza en hechos y operaciones. Un acto de comercio
puede componerse de varios actos jurídicos entre los cuales existe una vinculación
desde el ángulo social y económico”
Hugo Mármol Marquis coincide en la apreciación de cual ha sido la intención del
legislador al usar la denominación “acto de comercio”, afirmando que lo ha hecho con
un sentido totalmente practico: “no se refiere a actos jurídicos con significación
comercial”, actos aislados, perfectamente definidos que tengan un contenido mercantil,
sino a todo un conglomerado de operaciones, actividades y situaciones que están
englobados dentro de un concepto general. Por ejemplo, cuando considera acto de
comercio “la compra con animo de reventa” (articulo 2 ordinal 1) esta atribuyendo el
carácter mercantil no solo a la compra propiamente dicha, sino también a todas las otras
operaciones que hayan tenido que ver con ella: la selección de la mercancía a
comprarse, la discusión sobre el precio, lugar en donde tendrá lugar la reventa, la
búsqueda del nuevo comprador. El pago del precio. O cuando habla de acto de
comercio, el “espectáculo publico” (articulo 2 ordinal 11), no solo esta calificado de
comercial la actuación del artista ante el publico sino también la organización y
promoción del evento, la venta de entradas, el acondicionamiento del local, la
contratación de servicios auxiliares de iluminación, utilería y atención al publico y en
general, de todas las actividades preparatorias del espectáculo y de todas las que fueron
precisas después, como una consecuencia del mismo. Esta intención generalizadora es
evidente en dos supuestos (ordinal 13 “todo lo concerniente a letras de cambio y todo lo
concerniente a pagares”), pero existe en la totalidad de los ordinales y así debe
entenderlo el interprete”
En Venezuela se ha planteado la cuestión de saber si la enumeración realizada por el
articulo 2 del Código de Comercio es una enumeración taxativa o enunciativa, al igual
de lo que ha ocurrido en los países que utilizan el mismo sistema. Siendo los actos de
comercio una categoría destinada a delimitar la materia a la cual se contraen las leyes y
a establecer el procedimiento aplicable a las controversias que de ellos se deriven, la
enumeración debería a primera vista, considerarse taxativa, según Vivante. Es la
interpretación realizada en Bélgica, Alemania y Francia, aun cuando hay autores
antiguos (Lyón Caen y Renault, Boistel) y autores más modernos (Ripert-Roblot) que
discrepan de la tendencia dominante.
Sin embargo, la doctrina, en forma mayoritaria ha favorecido la tesis del carácter
enunciativo o demostrativo de la enumeración del articulo 2 del Código de Comercio,
por las siguientes razones:
1. Las Leyes mercantiles que determinan los actos de comercio no son ni leyes penales,
ni leyes de excepción, ni leyes que restrinjan el libre ejercicio de los derechos, por lo
cual son susceptibles de interpretación por analogía (Vivante)
2. En general, por analogía pueden ampliarse los preceptos que determinan actividades
de las que se derivan relaciones regidas por el Derecho Mercantil; únicamente en
algunos casos, y por virtud de la especial naturaleza de una disposición o de un
precepto, podrá negarse la extensión integra del mismo a casos análogos no previstos,
como ocurre, por ejemplo, con las presunciones (Rocco)
3. Como consecuencia del sentido amplio que utiliza el legislador para identificar al
acto de comercio (identificación generalizadora), hay que concluir que la enumeración
es ejemplificadota; ordinales 6, 7, 18 y 20 del articulo 2 (Mármol Marquis).
4. Las exclusiones de comerciabilidad de los artículos 4 y 5 del Código de Comercio
demuestran que la enumeración del articulo 2 no es taxativa. Si lo fuera, ningún acto
excluido podría ser considerado mercantil y, en consecuencia, serian inútiles los
artículos 4 y 5 (Mármol Marquis)
5. El código regula como comerciales varios contratos no previamente calificados de
actos de comercio: cesión (articulo 150), cartas de crédito (articulo 496 y siguientes) y
fianza (artículos 544 y Siguientes). Mármol Marquis.
La doctrina Venezolana favorece el punto de vista de la naturaleza enunciativa de la
enumeración del articulo 2 del Código de Comercio. En este sentido, se pronuncian
Nestos Luis Pérez, Carlos Morales, Pedro Pineda León, Roberto Goldschmidt, Enrique
Pérez Olivares y Hugo Mármol Marquis, a excepción de Leopoldo Borjas que se
aparta, aparentemente de esta corriente y afirma rotundamente, que la enumeración del
articulo 2 es taxativa, que “fuera de esos actos no hoy actos de comercio”, para admitir
que lo que puede hacer con los ordinales del articulo 2 es aplicar el método Lógico-
Extensivo. Razona así Borjas “el concepto de acto de comercio particular, o el general,
si es que podemos dar tal concepto, puede ser extendido, como cualquier otro
pensamiento expresado en palabras, a cualesquiera otros actos que tengan los caracteres
generitos y diferentes del pensamiento de la voluntas legis, expresado en el concepto;
pero se entiende que en este caso estamos aplicando el método de la interpretación
lógico extensivo y no el analógico, como pretende la doctrina criticada. La idea de
Borjas parece ser en cierto modo compartida por Mármol Marquis, quien concluye
afirmando que los actos de comercio objetivos, en el Código Venezolano, son taxativos
en cuanto a su enumeración, pero explicativos respecto a su contenido. Como puede
verse, la consecuencia de las posiciones de Borjas y de Mármol es el mismo de la tesis
que aboga, simplemente, por la aplicación analógica de los ordinales del articulo 2 del
Código de Comercio a situaciones similares hay otros actos de comercio, distintos a los
expresados enumerados en el código.
La doctrina considera que la enumeración es de orden publico, en el sentido de que las
partes no pueden atribuir a los actos un carácter distinto al que le asignan los preceptos
legales. En efecto, el principio de la autonomía de la voluntad no rige respecto de la
determinación del carácter comercial o civil de los actos. Fernández-Gómez Leo.
CLASIFICACION DE LOS ACTOS DE COMERCIO
ACTOS DE COMERCIO EN SENTIDO ABSOLUTO
Son aquellos cuya naturaleza comercial esta implícita al acto mismo. Su
comerciabilidad se destaca atendiendo a la naturaleza intrínsecamente comercial del
acto en si.
En este sentido, actos de comercio en sentido absoluto, son: la compra y la venta de un
establecimiento comercial y de las acciones o de las cuotas de una sociedad mercantil;
la creación de empresas para la realización de actividades comerciales; los actos
relacionados con los instrumentos cambiarios, salvo las excepciones legales; las
operaciones de banco y las de cambio; las operaciones de bolsa, las actividades con la
navegación, etc.
En este sentido tenemos:
a) La compra y la venta de un establecimiento de comercio y la de las acciones o de las
cuotas de una sociedad mercantil
b) La creación de empresas para la ejecución de actividades comerciales:
c). Lo relacionado con los instrumentos cambiarios, salvo algunas excepciones legales.
d). Las operaciones de Banco y las de cambio
e) Las operaciones de bolsa
f) Los actos relacionados con la navegación

ACTOS DE COMERCIO EN SENTIDO RELATIVO


Dentro de este grupo de actos se distinguen las siguiente categorías:
a) Actos de comercio atendiendo a la intención de las partes.
b) Actos de comercio en atención a la causa que los determina
c) Actos de comercio atendiendo al sujeto que le imprime el carácter comercial.

a) Actos de comercio atendiendo a la intención de las partes:


Dentro de esa categoría se consideran los actos señalados en los numerales 1 y 2 del
articulo 2 del Código de Comercio, es decir, la compra, permuta o arrendamiento de
cosas muebles, hechas con animo de revenderlas, permutarlas, arrendarlas o sub.-
arrendarlas en la misma forma o en otra distinta; y la reventa, permuta o arrendamiento
de estas mismas cosas; y la compra o permuta de los títulos de la deuda publica u otros
títulos de crédito que circulen en el comercio, hecha con el animo de revenderlos o
permutarlos; y la reventa o permuta de los mismos títulos.

b) Actos de comercio en atención a la causa que los determina:


En esta categoría se ubican:
- La comisión y el mandato comercial (n. 8)
- El deposito, por causa de comercio (n. 10)
- Las operaciones de corretaje en materia mercantil (n. 15)
Se atiende a la causa para luego calificar si dichos actos son o no comerciales, porque
los mismos pueden celebrarse tanto en el campo civil como en el mercantil. Solo
mediante el análisis de su respectiva causa, se podrá determinar si el acto celebrado es
civil o mercantil.
Así, la comisión y el mandato son actos de comercio, cuando se celebran para ejecutar
una actividad comercial, independientemente de la condición jurídica de los sujetos que
intervengan en su formación.
La comisión es un contrato, mediante el cual el comisionista a cambio de una
remuneración, ejecuta en nombre propio pero por cuenta de otro (comitente) una
actividad comercial determinada.
El mandato es el contrato por el cual una persona se obliga gratuitamente, o mediante
salario, a ejecutar uno o más negocios por cuenta de otra que la ha encargado de ello
(articulo 1684 C. C.), o bien, es el contrato en virtud del cual una persona denominada
mandatario se obliga a realizar un negocio comercial en nombre y representación de
otra, denominada mandante, quien queda obligada dentro de los términos establecidos
en el contrato celebrado por su mandatario.
La diferencia entre el contrato de comisión y el de mandato radica fundamentalmente en
que el comisionista se obliga personalmente, en nombre propio, pero por cuenta de otra
(comitente), por su parte el mandatario, no se obliga personalmente sino que obliga al
mandante.

c) Actos de comercio atendiendo al sujeto que le imprime el carácter comercial:


Tomando en cuenta el sujeto que interviene en la formación de un acto de comercio,
debemos considerar que nuestro legislador, hace de esa participación una presunción
iuris tantum, conforme a la cual se orientan las disposiciones que establecen: son actos
de comercio los contratos entre los comerciantes y sus factores de comercio o
dependientes (n 23) y se reputan además actos de comercio cualesquiera otros contratos
y cualesquiera otras obligaciones de los comerciantes, si no resulta lo contrario del acto
mismo, o si tales contratos y obligaciones no son de naturaleza esencialmente civil
(articulo 3 Código de Comercio).

EL ACTO DE COMERCIO SUBJETIVO


El acto subjetivo de comercio es la noción de la cual se vale nuestro sistema jurídico
para completar el proceso de delimitación de la materia mercantil, asentada
principalmente en el acto objetivo de comercio.
La multiplicidad de relaciones a que da lugar la actividad del empresario escapa a las
caracterizaciones contenidas en los actos objetivos de comercio, por lo cual se hace
necesario encontrar en la unidad económica que el empresario dirige. De ese régimen
legal unitario forma parte el acto subjetivo de comercio.
El articulo 3º del Código de Comercio venezolano formula la noción de acto subjetivo
de comercio de la siguiente manera:
“Se reputan además actos de comercio, cualesquiera otros contratos y cualesquiera otras
obligaciones de los comerciantes, si no resulta lo contrario del acto mismo, o si tales
contratos y obligaciones no son de naturaleza esencialmente civil.”
La formulación legislativa tiene el carácter de una presunción. La palabra reputan se
considera equivalente de presumen. A esa conclusión se había llegado también por parte
de los interpretes de la norma del articulo 4º del Código de comercio italiano de 1882,
antecedente de nuestro articulo 3º, si bien en su país de origen el problema se
complicaba, porque el legislador había usado la misma palabra para referirse a los actos
objetivos de comercio, los cuales no se presumían comerciales sino que se consideraban
comerciales.
La presunción tiene carácter iuris tuntún, es decir , puede ser desvirtuada por el
comerciante o por la otra parte en la relación, pero las posibilidades de destruir la
presunción tienen que circunscribirse a dos supuestos: que resulte lo contrario del acto
mismo o que el contrato o la obligación sean esencialmente civiles.
La presunción no puede ser desvirtuada comprobando que el acto o contrato no guardan
ninguna relación con el ejercicio individual o especifico del comercio por parte del
sujeto que realiza el acto. La presunción de comercialidad es una relación de conexión
del acto con la profesión de comerciante del sujeto, no con la clase o especie de
comercio que el mismo ejercita. Por lo tanto, la presunción se extiende a cualquier acto,
principal o accesorio, pertenezca o no la rama o explotación de los negocios del
comerciante.
La presunción no incluye los actos objetivos enumerados en el articulo 2º del Código.
La propia redacción de la norma lo indica, al utilizar la palabra “además” después del
articulo 2º, y referirse a los “otros contratos” y a las “otras obligaciones” del
comerciante, distintos evidentemente a los indicados por el articulo 2º. Por tanto, la
determinación de un acto subjetivo de comercio esta precedida de una investigación
para descartar que el acto corresponda a la categoría delos actos objetivos.
Al referirse el Código a “cualesquiera otros contratos y cualesquiera otras obligaciones
de los comerciantes”, han surgido criticas por lo que se ha considerado una falta de
técnica legislativa, puesto que al extender la presunción a las obligaciones se hacia
innecesario extenderla a los contratos. Sin embargo, en opinión de Vivante y de
Mármol Marquis, lo que la ley ha querido expresar es que son comerciales todos los
actos que dan origen a una obligación del comerciante. Por lo tanto, si el comerciante
efectúa un pago indebido a un no comerciante o realiza una gestión de negocios para un
no comerciante la acción de reembolso del pago o de los gastos de la gestión debería
plantearla el comerciante ante la jurisdicción civil, por la sencilla razón de que no se
esta frente a una obligación del comerciante. En cambio, si el comerciante resulta el
obligado en la relación extracontractual, la regla del articulo 3º si se aplica.

5.2 LAS SOCIEDADES MERCANTILES. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN:

5.2.1.- Concepto:
La palabra sociedad del latín societas (de secius) que significa reunión, comunidad,
compañía, se puede definir como la unión moral de seres inteligentes de acuerdo,
estable y eficaz para conseguir un fin conocido y querido por todos. Se dice que la
sociedad es unión moral porque requiere del acuerdo libre e inteligente de varios
hombres para conseguir un fin común. El fin puede ser de muy diversa naturaleza:
mercantil política, educativa, cultural, recreativa, etc., pero en todo caso se exige para la
existencia de la sociedad, que se de el consentimiento de alcanzar entre todos los socios
ese fin.

La palabra sociedad se utiliza en dos sentidos: como contrato y como persona


jurídica. Como contrato, la sociedad designa al acuerdo que celebran los socios, y
como persona jurídica, se designa la agrupación que surge de ese contrato, es decir una
persona jurídica diferente de la de los miembros que la integran.

Para la creación de una sociedad es necesario que exista la unión entre personas, las
cuales hayan decidido unirse con el fin de obtener mayores beneficios en cuanto a sus
intereses.

Esto es lo que se conoce como "fenómeno asociativo", el cual consiste en la unión de


voluntades y de esfuerzos para la obtención de fines difíciles de alcanzar por el
individuo, por lo cuál surge la tendencia de agruparse con otras personas para realizar
actividades comerciales y alcanzar los objetivos o beneficios económicos.
Algunas sociedades de comercio pueden tener un fin único que al ser cumplido quedaría
disuelta la sociedad, otras son creadas con diversos fines, y con una duración
indeterminada.
Las Sociedades Mercantiles se encuentran reguladas en el Código de Comercio y se
caracterizan por perseguir un fin económico (lucrativo) con la ejecución en forma
habitual de actividades mercantiles o actos de comercio,
“Una sociedad es un contrato en el cual dos o más personas convienen en mancomunar
esfuerzos o capitales o ambas cosas, para la obtención de un fin, el cual es de interés
común para los participantes”. (Maldonado, Ma. 1999).
“Las compañías o sociedades de comercio son aquellas que tienen por objeto uno o más
actos de comercio”.(Art. 200 del Código de Comercio.)
- Como todo contrato, debe reunir los elementos esenciales previstos en el Art. 1.141
del C.C.V., es decir, el consentimiento de las partes, objeto que pueda ser materia de
contrato y causa lícita.
Existe dos clases de sociedades: Civiles y Mercantiles

5.2.2.- Clasificación de las Sociedades


Personalidad Responsabilidad de los
Sociedades Formalidades Prescripción
Jurídica Socios
Registro del Se adquiere Los Socios no son Se rige por las
respectivo desde que responsables solidariamente prescripciones de
Contrato en la protocoliza su de las deudas sociales (Art. derecho común
Oficina Acta 1.671 del C.C.V.) (Art. 1.977 del
Subalterna de Constitutiva Los socios son responsables C.C.V.)
Civiles
Registro Público (Art. 1.651 del para con el acreedor con
de su Domicilio C.C.V.) quien ha contratado, cada uno
(Art. 1.651 del por una cantidad y partes
C.C.V.) iguales (Art. 1.672 del
C.C.V.)
Están sujetas a Gozan -Sociedades Anónimas: La prescripción
las formalidades Personalidad la responsabilidad de los para las
de Registro y Jurídica desde el socios está limitada, éstos obligaciones de
Publicación momento de su sólo se obligan por el monto los socios
(Arts. 212 y 215 constitución de su acción. solidarios o de
del C. Co.) antes de cumplir -Sociedades de sus sucesores es
con las Responsabilidad Limitada: de cinco (5) años
formalidades de se limita al monto de sus contados desde
Mercantiles
Registro (Arts. respectivos aportes. el término o
219 y 220 del C. - Compañía en nombre disolución de la
Co.) Colectivo y Compañía en Compañía (Art.
Comandita: 371 del C. Co.)
tienen responsabilidad
ilimitada y solidariamente
(Arts. 201, 228, 235, 312 del
C. Co.

PERSONALIDAD JURÍDICA
El reconocimiento de la Personalidad Jurídica de las sociedades esta consagrado en el
Art. 1.651 del C.C.V. Además de esto, el Art. 19 del C.C.V. Ord. 3º las menciona como
poseedoras de Personalidad Jurídica y por ende capaces de obligaciones y derechos,
todo esto luego de Protocolizar su Acta Constitutiva. El Art. 201 del C. Co. Expresa que
las compañías constituyen una persona jurídica diferente de la de los socios y el Art.
205 excluye la posibilidad de que algún acreedor de un socio en particular satisfaga sus
acreencias con bienes de la sociedad.

CLASIFICACIÓN
Las sociedades mercantiles, tradicionalmente, se han clasificado en tres grupos,
atendiendo a la importancia que en las mismas se atribuya a la persona del socio o al
capital de la sociedad; estas son las sociedades de personas, de capital y mixtas. Según
en el Artículo 201 del Código de Comercio las podemos clasificar de la siguiente
manera:
1. Sociedades en nombre colectivo.
2. Sociedades en comandita.
3. Sociedades de Responsabilidad Limitada.
4. Sociedades Anónimas.
Las Sociedades pueden ser entonces mercantiles, por el objeto o la forma. Según el Art.
201 del C. Co., son las siguientes:
1. LA COMPAÑÍA EN NOMBRE COLECTIVO, en la cual las
obligaciones sociales están garantizadas por la responsabilidad ilimitada y
solidaria de todos los socios.
2. LA COMPAÑÍA EN COMANDITA, en la cual las obligaciones sociales están
garantizadas por la responsabilidad ilimitada y solidaria de uno o más socios,
llamados socios solidarios o comanditantes y por la responsabilidad limitada a
una suma determinada de uno o más socios, llamados comanditarios. El
capital de los comanditarios puede estar dividido en acciones.
- Comandita simple: Es donde el capital de lo socios comanditarios esta
representados por títulos de participación, generalmente no transferibles sin el
consentimientos de los socios comanditantes.
- Comandita por acciones: En las cuales el capital de los socios comanditarios está
representado por acciones y el capital de los socios comanditantes sigue
representado por títulos de participación.
3. LA COMPAÑÍA ANÓNIMA, en la cual las obligaciones sociales
están garantizadas por un capital determinado y en la que
los socios no están obligados sino por el monto de su acción.
4. LA COMPAÑÍA DE RESPONSABILIDAD LIMITADA, en la cual las
obligaciones sociales están garantizadas por un capital determinado, dividido en
cuotas de participación, las cuales no podrán estar representadas en ningún caso
por acciones o títulos negociables.
Los diversos tipos de Sociedades mercantiles responden a finalidades económicas que
los socios desean satisfacer, a cuyo efecto la Ley suministra variadas formas de
organización, sumadas a un distinto grado de responsabilidad de sus integrantes.

CUOTA DE PARTICIPACIÓN ACCIÓN


Constituye el Capital Social de una S.R.L Constituye el Capital Social de una C.A.
Existe un limite en Cuanto al Valor No Existe limite en cuanto al Valor
Nominal Nominal
No son Negociables Se pueden negociar en el mercado
bursátil
Sociedades de base Personal Sociedades de base Capital

Unidad II. CONTRATO DE OBRA


(Segunda Parte)

CONTRATO DE OBRA
ANTECEDENTES:
Locatio Conductio
Este contrato era de carácter muy especial entre los romanos ya que en
él un locator llamado así porque el era quien se encargaba de conducir la obra.
La locatio-conductio operis, era la locación por la que una persona se
comprometía a realizar una obra o un trabajo determinado mediante el pago de
un precio. Esto recae sobre el resultado de un trabajo, sobre el producto del
mismo, ya acabado. Por ejemplo, cuando se conviene el transporte de cosas o
personas, la confección de un traje o la construcción de una casa. En este
contrato la persona que contrata la obra es el locador y quien la ejecuta es el
locatario. En esta clase de locación no esta obligado el empresario a realizar
personalmente los trabajos encomendados.
Justiniano solucionó el problema al sostener que había compraventa
cuando el locatario ponía el material y arrendamiento cuando era suministrado
por el locador. Esto sufre una excepción cuando se tratara de la construcción
de un edificio en terreno del locador pero con materiales del empresario, ya que
en este caso se considera que siempre existe una locación de obra..
En la locación de obras, el locatario estaba obligado a realizar el opus de
acuerdo a lo convenido. El locador, por su parte, quedaba obligado a recibir la
obra realizada y a pagar su precio en dinero una vez concluida.
En este contrato de obra el conductor se compromete a realizar una
cierta obra a favor de un luchador a cambio de un determinado precio es decir
este contrato tiene como objeto la realización de una cierta obra y a diferencia
de la lucatio conductio operarum en la cual hay una prestación de energía
humana a cambio de un salario y en el contrato operis tiene que haber la
realización y culminación de una determinada obra. En el contrato operis la
diferencia del operarum es el locutor quien se encarga de colocar mercancía a
un conductor quien recibe la mercancía y no el locutor como en los otros dos
contratos, por otra parte el conductor se hacía responsable de las personas
que trabajaban para el ya sea en el caso de daños y perjuicios como lo señala
el digesto 19.2.25.7.

II. CONCEPTO:
Artículo 1.630 del Código Civil Venezolano Vigente: El
contrato de obras es aquel mediante el cual una parte se
compromete a ejecutar determinado trabajo por sí o bajo su
dirección, mediante un precio que la otra se obliga a satisfacerle.
El contrato de obra, es aquel mediante el cual una parte se compromete
a ejecutar determinado trabajo, por si solo o bajo su dirección, mediante un
precio que la otra se obliga a satisfacerle. De acuerdo a esta definición legal, se
puede entender que el contrato de obras es aquel mediante el cual una
persona se obliga a ejecutar un determinado trabajo de orden cualquiera, con
vistas a un resultado final y en razón de una contraprestación o precio, que la
otra se obliga a satisfacerle.
La doctrina es unánime en afirmar que lo característico del contrato de
obras reside en la ejecución de actos materiales por oposición a los jurídicos,
ya que la persona encargada de realizar el trabajo o servicio encomendado
comúnmente denominado empresario o contratista, realiza una actividad
material, tal como la producción de bienes o cosas, la prestación de servicios o
la ejecución de un trabajo intelectual determinado.
Por lo tanto el sello característico del contrato de obras, reside en que el
objetivo final esta dirigido a una ejecución material del más diverso genero o
categoría. En este orden de ideas, ese trabajo o actividad puede estar dirigido
a la producción de bienes o cosas, como seria el caso de la persona que
mediante un encargo se obliga a construir una casa o a ejecutar un mueble
determinado; puede consistir también, en la prestación de servicios personales,
como seria el caso del médico que atiende al paciente o el abogado que realiza
una consulta.
Pero esta ejecución material, no implica necesariamente el que los
bienes producidos o los servicios prestados tengan un carácter simplemente
material, ya que puede radicar también en una labor de carácter intelectual.
Este seria el caso de una persona que encargue a un economista la
elaboración de un estudio de factibilidades sobre un área determinada que se
pretende explotar o puede abrazar incluso la actividad artística, como cuando
se encomienda a un pintor la elaboración de una obra de arte.
Existen pues, multiplicidad de formas o maneras bajo las cuales se
puede presentar el contrato de obras, tan disímiles en su finalidad u objeto
como la mente humana pueda crear, pues todo dependerá de la habilidad que
se pueda poner en la ejecución del trabajo.
Por esta circunstancia, un autor tan reputado como Luis Josserand
indica que el contrato de obras se presenta “bajo los mas variables aspectos,
más variados aún de los que convendría en buena lógica”.

La ley distingue dos formas:


Artículo 1.631 del Código Civil Venezolano Vigente: Puede
contratarse la ejecución de una obra, conviniéndose en que quien
la haya de ejecutar ponga solamente su trabajo o su industria, o
que también provea el material.
1. Cuando el contratista pone los materiales, caso en el cual el contrato se
rige por las reglas de la compra-venta, porque se trata de la venta de una cosa
futura que ha de ser hecha, construida o elaborada. La propiedad del bien se
transmite al comitente cuando la obra ha sido concluida conforme a las
especificaciones del contrato y luego entregada; y
2. Cuando solo suministra la mano de obra, poniendo los materiales el
dueño. Es obligación fundamental del contratista ejecutar la obra y entregarla
dentro del plazo o plazos convenidos.
Las partes en el contrato de obra se denominan:
Una comitente o dueño de la obra y otra contratista, operario, obrero y
artesano. En realidad los términos mas aceptados son comitente y contratista.
A su vez el precio se denomina compensación, honorario o retribución.

III. EFECTOS DEL CONTRATO DE OBRA.


Los efectos que emergen del contrato de obra, para las partes que
integran dicha relación negocial son:

Obligaciones del Contratista: Son dos: Ejecutar la obra y entregarla. Al


lado de ellas puede existir otras accesorias o secundarias en el sentido de que
tienden a hacer posible la actuación de las esenciales en mayor o menor grado.
Entre estas últimas pueden mencionarse la obligación de suministrar los
materiales de la obra o de ejecutar trabajos previos, como las llamadas “obras
provisionales” en los contratos de construcción.

Obligaciones de ejecutar la obra:


Naturaleza:
1. La obligación de ejecutar la obra es una obligación de hacer que pesa
sobre el contratista, sin que ello implique que éste debe realizar siempre en
forma personal la prestación prometida (aunque a veces si debe hacerlo).
2. La obligación de ejecutar la obra es frecuentemente indivisible, sin que
haya de distinguirse al respecto entre el contrato celebrado a precio por cuerpo
y a precio por medida. La circunstancia que se haya pactado el pago gradual
del precio en proporción a la progresiva ejecución de la obra tampoco obsta a
la indivisibilidad de la obligación de ejecutar la obra.
3. La obligación de ejecutar la obra es frecuentemente compleja en el
sentido de que comprende numerosos actos de diversos géneros, razón
por la cual puede surgir la duda de si ciertos actos de ejecución del
contrato corresponden a la obligación in comento o constituyen el objeto
de otra obligación autónoma.

Objeto:
1. En general y en silencio del contrato, la obligación de ejecutar la obra
comprende todo lo que es necesario para dar concluida la obra. Los
gastos correspondientes corren por cuenta del contratista. Así, por
ejemplo, en un contrato de construcción son por cuenta del contratista
los gastos de transporte, depósito de materiales, barracas y otras
instalaciones para los trabajadores, etc. Sin embargo corresponde al
comitente realizar a su costa todos aquellos actos que solo el puede
realizar, y que sin constituir ejecución de la obra, son presupuestos
necesarios de la misma (Por ejemplo: la desocupación de una casa que
debe ser demolida para ejecutar la obra contratada).
2. La obra en todo caso debe ser ejecutada conforme a las estipulaciones
del contrato y en silencio de éstas, conforme a las normas técnicas
generalmente aceptadas.
Las estipulaciones del contrato, encuentra su máxima expresión en los
planos y especificaciones (proyecto) que figuran en ciertos contratos. Pero, aun
cuando, en principio, el contratista debe sujetarse a las estipulaciones
contractuales, incurre en responsabilidad si no impone al comitente de los
vicios del proyecto que llegó a conocer o que debió conocer. Si el comitente
insiste, el contratista en principio, se libera de toda responsabilidad frente a él
por la ejecución de la obra conforme al proyecto viciado (aunque puede quedar
sujeto a responsabilidad aquiliana frente a terceros, a responsabilidad
administrativa e incluso a responsabilidad penal, según los casos).
A veces se estipula en el contrato que la obra debe ejecutarse a
satisfacción del comitente o de otra persona. En tal caso, si hubiere
desacuerdo, se entenderá que la aprobación quedará reservada a juicio de
peritos.

Artículo 1.645 del Código Civil Venezolano Vigente: Cuando


se conviniere en que la obra haya de hacerse a satisfacción del
propietario o de otra persona, se entenderá reservada la
aprobación al juicio de peritos, si hubiere desacuerdo entre los
interesados.
Las normas técnicas generalmente aceptadas deben ser observadas en
la medida en que el contrato no disponga expresamente lo contrario. Esas
normas no son solo las concernientes a la seguridad, estabilidad y utilidad de la
obra, sino también las relativas a su forma y aspecto estético, cuando de
acuerdo con las circunstancias esos factores sean relevantes. Las normas
técnicas que obligan al contratista, son desde luego las existentes para el
momento de la ejecución de la obra; no se exonera alegando que ha cumplido
normas para entonces superadas ni es responsable si la técnica a la que se
conformó fue ulteriormente superada.
Fuera de los límites fijados por las estipulaciones contractuales y las
normas técnicas, el contratista es, en principio, libre de ejecutar la obra como
mejor le parezca. Pero es frecuente que se pacte una intervención del propio
comitente o de persona designada por él, no solo para controlar y verificar si el
contratista ejecuta la obra conforme a las estipulaciones del contrato y las
normas de la técnica, sino para darle instrucciones sobre la ejecución de la
obra en una esfera mas o menos amplia.
El contratista no esta obligado a garantizar al comitente que obtendrá el
resultado ulterior que éste pretende alcanzar con la obra, si dicho resultado
ulterior ha permanecido como intención personal del comitente, sin tomar parte
del contrato.
Si el contratista introduce variaciones en la obra convenida, es necesario
distinguir:
· Si se trata de las pequeñas modificaciones que usualmente es
necesario hacer al proyecto, o en general, a la determinación
contractual de la obra, en el curso de la ejecución de ésta (ya que
nunca el contrato puede prever todos los detalles de una obra
compleja), el contratista puede hacerlas por si (a menos que el
contrato le imponga la necesidad de obtener la previa autorización
del comitente o de otra persona, como podría ser un inspector de
la obra); pero no tiene derecho a una remuneración adicional.
· Si se trata de verdaderas variaciones introducidas por el contratista
sin el consentimiento del comitente, éste puede exigir
indemnización de daños y perjuicios, y además, la destrucción de
la variante sin quedar obligado a pagar un aumento de precio en
caso de que opte por recibir la obra con la variación (ni siquiera a
titulo de enriquecimiento sin causa cuando la variante es útil).
· Si se trata de verdaderas variaciones ordenadas por el comitente,
el contratista, en principio, no esta obligado a ejecutarlas, pero si
conviene en hacerlas tiene, en principio, derecho a un aumento
en el precio que se determinará conforme a las mismas normas
aplicables a la determinación del precio original. Debe advertirse
sin embargo, que en la materia existe una norma especial para el
caso de que un contratista se haya encargado de construir un
edificio a destajo conforme a un plano convenido con el
propietario del suelo.

Lugar de Ejecución de la Obra:


Cuando se trata de contratos de obras relativas a inmuebles, ambos
lugares coinciden y el contrato resulta incompleto mientras no se haya hecho
determinable dicho lugar.
En el caso de bienes muebles, rara vez tiene importancia el lugar de
ejecución de la obra, de modo que, por lo general ni siquiera es mencionado en
el contrato y queda a discreción del contratista. Incluso cuando se menciona
dicho lugar puede resultar que en intención las partes, la mención no tenga
efectos vinculantes.

Momento de Ejecución de la Obra:


El cumplimiento de las obligaciones del contratista en la inmensa
mayoría de los casos, si no en todos, no puede efectuarse en el momento en
que el contrato de obras se perfecciona, de modo que es de naturaleza, si no la
esencia, de este contrato la existencia de un término para que el contratista
cumpla sus obligaciones. Ahora bien, los términos convenidos en contratos de
obras pueden referirse a la ejecución de la obra, a su verificación o a su
entrega. Si nada se expresa, se considera que el término es para que el
contratista ejecute la obra y haga cuanto le corresponda para que el comitente
pueda proceder a su verificación.
Si el contrato señala un término para iniciar la ejecución de la obra, se
entiende que conforme a los principios generales, el término es en beneficio del
contratista, quien puede comenzar la ejecución antes, pero no debe harcelo
después. Sin embargo, en circunstancias excepcionales puede concluirse que
el plazo es también en interés del comitente, caso en el cual la ejecución no
debe comenzar anticipadamente.
Si el contrato señala un término para la conclusión de la obra, lo que
puede hacerse tácitamente, se entiende que el contratista puede terminarla
antes, pero que no debe concluirla después. La conclusión anticipada (aunque
la cosa sea fructífera), no da derecho al contratista a exigir una remuneración
por tal hecho, si no se le ha prometido en el contrato.
Si no se ha establecido expresamente un término para la ejecución de la
obra, pero ésta lo exige, su fijación corresponderá al tribunal. Articulo 1.212 del
Código Civil Venezolano Vigente.
Si el contratista no concluye dentro del término respectivo
ordinariamente incurre en retardo; pero si el término es esencial incurre en
incumplimiento definitivo. En todo caso, las consecuencias del retardo y del
incumplimiento en la ejecución de la obra son las establecidas por el derecho
común.
Pueden establecerse términos sucesivos para la ejecución de cada una
de las partes de la obra contratada a fin de asegurar el ritmo de los trabajos.
Los efectos de los correspondientes retardos se rigen por el derecho común,
salvo pacto en contrario. De ordinario el propio contrato regula las
consecuencias de esos retardos.
Si el término fijado es imposible hay que distinguir: La imposibilidad
relativa (dificultad u onerosidad) y subjetiva son irrelevantes; pero la
imposibilidad absoluta y objetiva trae siempre la nulidad de la fijación del
término y en el caso de que el término sea esencial, produce además la nulidad
del contrato.
El término original puede ser prorrogado, de acuerdo con la doctrina
italiana se distingue entre prorroga y término supletivo con la advertencia de
que para la interpretación de los contratos que se presenten debe tenerse en
cuenta que la expresión prorroga se suele emplear para designar ambas
figuras. La prorroga propiamente dicha es una ampliación del plazo fijado
originalmente al contratista, por voluntad del comitente, o de ambas partes. De
ordinario la prorroga es solicitada por el contratista. El comitente puede
concederla o no a su arbitrio. Si la concede puede determinar su duración o no
determinarla. La prorroga solicitada con posterioridad al vencimiento del
término, salvo pacto en contrario, no exime al contratista de las sanciones a
que se haya hecho merecedor por su retardo hasta el momento de la prorroga.
El termino supletivo es una ampliación del término a la cual tiene
derecho el contratista. Existe cuando la necesidad de prolongar el plazo se
debe a una causa extraña no imputable al contratista: caso fortuito o fuerza
mayor o hecho del comitente, sea ilícito (por ejemplo en la demora en el
suministro de materiales prometidos) o licito (por ejemplo en la hipótesis más
frecuente si el comitente exige variaciones a la obra, tales como aumentos o
modificaciones que requieran mayores trabajos).
El contrato puede ser de ejecución periódica, que sucede cuando se
trata de contratos de obras que tienen por objeto servicios- no bienes- o el
mantenimiento de bienes.

Unidad II CONTRATO DE OBRA (Primera


Parte)
Un Contrato

Es sentido amplio, sinónimo de convención. Para nuestra ley,


existe contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una
declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos, y
agrega que las convenciones hechas en los contratos forman para las
partes una regla a la cual deben someterse como a la ley misma.

La definición legal del Contrato se encuentra en el Articulo 1133 del


Código Civil:” Es una convención entre dos o mas personas, para
constituir, reglar, transmitir, modificar o extinguir entre ellas un vinculo
jurídico”.

Según el artículo 1.133 del Código Civil “... El contrato es una convención
entre dos o más personas para constituir, reglar, transmitir, modificar o
extinguir entre ellas un vínculo jurídico...” y a su vez nos indica el artículo
1.155 del Código Civil “...El objeto del contrato debe ser posible, lícito,
determinado o determinable...”

Cuales son los efectos de un contrato

Los contratos perfeccionados normalmente que reúnen las


condiciones esenciales para sus existencias y cumple además los
requisitos de validez, surten plenos efectos jurídicos. Los efectos del
contrato de acuerdo al Articulo 1133 del Código Civil son los
siguientes: CONSTITUIR - REGLAR – TRANSMITIR – MODIFICAR Y
EXTINGIR ENTRE LAS PARTES OBLIGACIONES Y DERECHOS. POR
ESO EL CONTRATO ES UNA FUENTE DE OBLIGACIONES.

Elementos de validez de un contrato

3.1.- La capacidad:

Desde el punto de vista muy amplio, podemos definir la capacidad


como la medida de la aptitud de las personas en relación con los
derechos y deberes jurídicos. Esa capacidad se ha clasificado por la
doctrina en capacidad de goce o capacidad jurídica o legal, que es la
medida de aptitud para ser titular de derechos o deberes; y capacidad de
obrar, que es la medida de la aptitud para producir efectos jurídicos
valido mediante actos de la propia voluntad.

La capacidad de obrar se ha subdividido, a su vez, entre otras, en tres


subtipos.

a) Capacidad negocial o de ejercicio, que es la medida de la actitud


para realizar en nombre propio negocios jurídicos validos.

b) Capacidad delictual o de imputación, que es la medida de la


actitud para quedar prometido el sujeto de derecho por sus
actos ilícitos propios.

c) Capacidad Procesar, que es la medida de la actitud para


efectuar actos procesales validos.

En todos los subtipos de capacidad rige el principio universalmente


conocido de que la capacidad es la regla y la incapacidad es la
excepción.

Cuando nuestros Código Civil menciona las capacidad de las


partes contratantes como requisitos esenciales para la validez de los
contratos, se están refiriendo a la capacidad negocial, también conocida
en la doctrina bajo la denominación de la capacidad contractual.

Fundamento legal de la Capacidad:

Articulo 1.143: “Pueden contratar todos las personas que no


estuvieren declaradas incapaces por la ley”

Articulo 1.144: “Son incapaces para contratar en los casos


expresados por la ley los menores entredichos, los inhabilitados y
cualquiera otra persona a quien la ley le niega la facultad de celebrar
determinado contrato”

Articulo 1.145: “La persona capaz de obligarse no puede

oponer la incapacidad del menor, del entredicho, ni del inhabilitado con


quien ha contratado.

3.2.- Consentimiento:
No basta con que el contrato existan o se configuren los elementos
esenciales a la existencia del mismo, consentimiento, objeto y causa;
tampoco es suficiente que se configure unos de los elementos esenciales
a la validez del contrato como es la capacidad, también es necesario que
el consentimiento de la parte sea valido.

El consentimiento valido implica que las manifestaciones de


voluntad de las partes contratantes estén exentas de irregularidades,
anormalidades o vicios que invaliden el consentimiento otorgado por
ellas. El estudio de las causas, motivo o Circunstancia Capaces de
anular el consentimiento otorgado por las partes contratantes ha sido
objeto de largo y profundo estudios por la doctrina, que para ello ha
estructurado la teoría sobres los vicios del consentimiento.

La teoría de los vicios del consentimiento tiene por objeto determinar en


primer término cuales circunstancias son aquellas suficientes para
invalidar dicho consentimiento, y en segundo lugar, estudiar los efectos
que dicha circunstancias producen sobre el contrato celebrado por las
partes.

Si bien en Roma se realizan los primeros estudios sobre las


circunstancias capaces o aptas para invalidar el consentimiento, es en la
doctrina moderna donde se estructura de una manera sistemática el
estudio de dichas causas y de sus correspondientes efectos. Ello es
lógico, si se considera que el fundamento de la contratación moderna es
eminentemente consensualista y por lo tanto, las causas que invalidan el
consentimiento adquieren primordial y revelante importancia.

En la doctrina moderna las causas y circunstancias susceptibles de


invalidar o anular el consentimiento reciben el nombre de vicios,
terminología que ha sido adoptada de un modo casi unánime tanto por la
legislación como por la jurisprudencia.

En general, los vicios del consentimiento son: el error, el dolo y la


violencia. La teoría general de los vicios del consentimiento se dedica
especialmente al estudio de estas tres nociones.

Nuestro Código Civil consagra la nulidad del contrato por vicios del
consentimiento de una manera expresa en el Articulo 1142:”El contrato
puede ser anulado.........., 2do por vicios del consentimientos...........”.

El Articulo 1146 ejusdem complementa y desarrollan el contenido del


Articulo 1142 al señalar como causa expresas de nulidad del contrato
efectuado por las partes el error, el dolo y la violencia. Textualmente
dispone el referido articulo:”Aquel cuyo consentimiento haya sido dado a
consecuencia de un error excusable, o arrancado por violencia o
sorprendido por dolo, puede pedir la nulidad del contrato”
Siguiendo el orden comúnmente aceptado por la doctrina, en la presente
obra se estudiaran los vicios del consentimiento, comenzando por el error
para analizar seguidamente el dolo y la violencia.

El CONTRATO DE OBRAS
I.- CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS

Nuestro Código Civil separó dos grandes tipos contractuales: El


Arrendamiento, correspondiente a la "locatio-conductio rei" y a la
PRESTACIÓN DE SERVICIOS, comprensiva de la "locatio-conductio
operarium", a su vez la prestación de servicio se subdividió en
CONTRATOS DE OBRAS, ("locatio-conductio operis facendi), y Contrato
de trabajo, ("locatio-conductio eperarium). El concepto mismo de
PRESTACIÓN DE SERVICIOS, es difícil de precisar con exactitud como
no sea con la yuxtaposición de los conceptos de CONTRATOS DE
OBRAS y DE TRABAJO.

II.- CONCEPTO

Es aquel medio por el cual se obliga a uno de los contratantes a hacer


alguna cosa o a prestar algún servicio al otro mediante retribución
pecuniaria y tiene las características:

A.- Es A Titulo Oneroso.

B.- Es Bilateral.

C.- Es Consensual E Instantáneo.

D.- En Principio Es Personalísimo.

E.- Origina Obligaciones Principales.

III.-SUBDIVISIÓN DEL CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS

A.- Contrato De Obras: En principio, solo se toma en cuenta la cantidad


de trabajo necesario en la etapa precontractual de calcular el monto del
precio, para el cumplimiento de la obligación del contratista no basta el
solo trabajo sino que es indispensable que este se traduzca en un
resultado individual y autónomamente determinado (la obra)

B.- Contrato De Trabajo: Es característico en este Contrato que una de


las partes se obligue a proporcionar a la otra una cantidad de trabajo.
Exige una prestación de servicios subordinada, mientras en el Contrato
de Obras no.
GENERALIDADES DEL CONTRATO DE OBRAS

(C. C. Art. 1.630)."El contrato de obras es aquel mediante el cual una


parte se compromete a ejecutar determinado trabajo por sí o bajo su
dirección, mediante un precio que la otra se obliga a satisfacerle".

Las partes se llaman: Una, COMITENTE O DUEÑO DE LA OBRA,


CONTRATISTA, EMPRESARIO, OPERARIO,
OBRERO o ARTESANO. Los términos más aceptables
son COMITENTE y CONTRATISTA. A su vez el PRECIO se denomina
también: COMPENSACIÓN, HONORARIO o RETRIBUCIÓN. Cuando el
Contratista confía a un tercero, mediante un precio la ejecución total o
parcial de la misma obra, se le llama usualmente "SUBCONTRATO", es
en realidad un nuevo Contrato de Obras, que no afecta en absoluto las
relaciones surgidas del primero.

EN CUANTO AL PRECIO DEBE ACLARASE QUE:

A.- Consistir en dinero.

B.- El precio es esencial al contrato.

C.- No puede confundirse el pago del precio con la provisión de


materiales, prevista en (C. C. Art. 1.631.) "Puede contratarse la ejecución
de una obra, conviniéndose en que quien la haya de ejecutar ponga
solamente su trabajo o su industria, o que también provea el material".

D.- La determinación del precio puede hacerse de diversas maneras


según las normas siguientes:

C. C. Art. 1.632.- Si no se ha fijado precio, se presume que las partes han


convenido en el que ordinariamente se paga por la misma especie de obras; y
a falta de éste, por el que se estime equitativo a juicio de peritos.

C. C. Art. 1.633.- Si se ha convenido en dar a un tercero la facultad de fijar el


precio, y muere éste antes de procederse a la ejecución de la obra, es nulo el
contrato; si muere después de haberse procedido a ejecutar la obra, debe
fijarse el precio por los peritos.

RESPONSABILIDAD ESPECIAL DEL ARQUITECTO Y EMPRESARIO

Para quines consideran que la aceptación de la obra exime al contratista


de la responsabilidad, aun por vicios o defectos ocultos, la especialidad
de la norma transcrita radica en que la responsabilidad subsiste a pesar
que la obra haya sido aceptada, mientras otros autores consideran que la
especialidad está en la responsabilidad la cual persiste.

SUJETOS PASIVOS DE LA RESPONSABILIDAD


C. C. Art. 1.637.- Si en el curso de diez años, a contar desde el día en que se
ha terminado la construcción de un edificio o de otra obra importante o
considerable, una u otra se arruinaren en todo o en parte, o presentaren
evidente peligro de ruina por defecto de construcción o por vicio del suelo, el
arquitecto y el empresario son responsables. La acción de indemnización debe
intentarse dentro de dos años, a contar desde el día en que se ha verificado
uno de los casos mencionados. El contratista responde no solo de su propia
labor, sino también del trabajo ejecutado por las personas que ocupe la obra.

C. C. Art. 1.644.- Los albañiles, carpinteros y demás obreros que contraten


directamente por un precio único, quedarán sometidos a las reglas establecidas
en este Capítulo, y se les reputará empresarios por la parte de trabajo que
ejecuten.

C. C. Art. 1.645.- Cuando se conviniere en que la obra haya de hacerse a


satisfacción del propietario o de otra persona, se entenderá reservada la
aprobación al juicio de peritos, si hubiere desacuerdo entre los interesados.

C. C. Art. 1.646.- Si no hubiere pacto o costumbre en contrario, el precio de la


obra deberá pagarse al hacerse su entrega.

C. C. Art. 1.647.- Quien haya ejecutado una obra sobre cosa mueble tendrá
derecho a retenerla en prenda hasta que se le pague.

C. C. Art. 1.648.- Las actividades de los constructores que ofrezcan sus


servicios al público y los contratos que ellos celebren podrán ser objeto de
leyes especiales.

SUJETO ACTIVO DE LA RESPONSABILIDAD

C. C. Art. 1.642.- El empresario es responsable del trabajo ejecutado por las


personas que ocupe en la obra.

VARIACIÓN DE LA OBRA DURANTE SU CONSTRUCCIÓN EN LOS


CONTRATOS A DESTAJO

C. C. Art. 1.638.- Cuando un arquitecto o un empresario se han encargado de


construir un edificio a destajo, conforme a un plano convenido con el propietario
del suelo, no pueden pedir ningún aumento de precio, ni bajo pretexto de que el
precio de la obra de mano o de los materiales ha aumentado, ni bajo pretexto
de que se han hecho al plano cambios o aumentos, si estos cambios o
aumentos no han sido autorizados por escrito y al precio convenido con el
propietario.

RIESGOS EN EL CONTRATO DE OBRAS

C. C. Art. 1.634.- Si quien contrató la obra se obligó a poner el material, debe


sufrir la pérdida en el caso de destruirse la obra antes de ser entregada, salvo
si hubiere habido mora en recibirla. Si ha puesto sólo su trabajo o su industria,
no es responsable sino por culpa.
C. C. Art. 1.635.- En el segundo caso del artículo precedente, si la cosa perece
sin que haya culpa por parte del obrero antes de ser entregada la obra, y sin
que el dueño esté en mora de examinarla, el obrero no tiene derecho para
cobrar su salario, a menos que la cosa haya perecido por vicio de la materia o
por causa imputable al arrendador.

C. C. Art. 1.636.- Cuando se trata de un trabajo cuya obra conste de piezas, o


que haya de ejecutarse por medida, la verificación puede hacerse por parte, y
se presume hecha por todas las partes pagadas, si el dueño paga al obrero en
proporción del trabajo efectuado.

DESISTIMIENTO DEL COMITENTE

El dueño COMITENTE puede desistir por su sola voluntad de la construcción


de la obra, aunque se haya empezado, indemnizando al contratista de todos
los gastos, de su trabajo y de la utilidad que hubiese podido obtener de ella,
según el C. C. Art. 1.639.- El dueño puede desistir por su sola voluntad de la
construcción de la obra, aunque se haya empezado, indemnizando al
contratista de todos sus gastos, de su trabajo y de la utilidad que hubiese
podido obtener de ella.

LA MUERTE DEL CONTRATISTA

C. C. Art. 1.640.- El contrato de arrendamiento de obras se resuelve por la


muerte del obrero, del arquitecto o del empresario de la obra.

PREVEÉ LA LEY EN EL CASO ANTERIOR

C. C. Art. 1.641.- El dueño de la obra debe, sin embargo, pagar a los


herederos de aquél en proporción del precio convenido, el valor de los
trabajos hechos y de los materiales preparados, cuando esos trabajos o
materiales pueden ser útiles. Lo mismo se entenderá si el que contrató la
obra no puede acabarla por alguna causa independiente de su voluntad.

ACCIÓN DE TRABAJADORES DEL CONTRATISTA CONTRA EL


COMITENTE

C. C. Art. 1.643.-

Salvo lo que establezca la Legislación especial del Trabajo, los


trabajadores empleados en la construcción de un edificio o de otra obra
hecha por ajuste, no tendrán acción contra aquél para quien se hayan
hecho las obras, sino hasta el monto de lo que él deba al empresario en
el momento en que intente su acción.

OBJETO DEL CONTRATO DE EJECUCIÓN DE OBRAS:

A.- La obra ejecutada.


B.- El dinero pagado.

OBLIGACIONES Y DERECHOS DE LAS PARTES CONTRATANTES.

DEL CONSTRUCTOR:

 o Ejecutar la obra en la forma y plazos convenidos y entregarla.


 o Soportar los riesgos de la construcción durante la ejecución.
 o Responder de los daños producidos a terceras personas.

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