La Amistad Según La Biblia

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LA AMISTAD SEGÚN LA BIBLIA

Amistades modernas

Vivimos en un mundo en el que la amistad es con frecuencia definida como


nuestros amigos y seguidores en las redes sociales. Interactuamos con otros
publicando fotos de nuestras vacaciones y las actualizaciones de los logros de
nuestros hijos, y compartimos recetas y videos de animales. Pero si bien estas
cosas nos pueden ayudar a mantenernos en contacto hasta cierto punto,
escasamente podrán ser elementos que construyen una relación cercana.

En muchas formas, nuestros estilos de vida modernos en realidad trabajan en


contra de la amistad. Casi todos viven superocupados, superestresados y con el
horario totalmente lleno. Entre el trabajo, las clases, labores del hogar y
compromisos familiares no queda suficiente tiempo para desarrollar o nutrir las
amistades. Pequeñas conversaciones con los compañeros del colegio diciendo
“hola”, puede ser todo lo que manejemos para mantenernos como amigos.

Amistades según la Biblia

¿Cuál es la verdadera amistad según la Biblia?"

Respuesta: El Señor Jesucristo nos dio la definición de un verdadero amigo:


“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos,
porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque
todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:13-15).
Jesús es el puro ejemplo de un verdadero amigo, porque Él puso Su vida por sus
'amigos'. Además, cualquiera puede convertirse en Su amigo al confiar en Jesús
como su Salvador personal, al nacer de nuevo y recibir nueva vida en Él.

Hay un ejemplo de verdadera amistad entre David y Jonatán, hijo de Saúl, que, a
pesar de que su padre Saúl persiguió a David e intentó matarlo, se mantuvo fiel a
su amigo. Puedes encontrar esa historia en 1 Samuel los capítulos 18 a 20.
Algunos pasajes pertinentes son 1 Samuel 18:1-4; 19:4-7; 20:11-17, 41-42.

Proverbios es otra buena fuente de sabiduría sobre los amigos. "En todo tiempo
ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia" (Proverbios 17:17).
"El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que
un hermano" (Proverbios 18:24). La cuestión aquí es que, para tener un amigo,
uno debe ser un amigo. “Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los
besos del que aborrece” (Proverbios 27:6). “Hierro con hierro se aguza; Y así el
hombre aguza el rostro de su amigo” (Proverbios 27:17).

El principio de la amistad también se encuentra en Amós. “¿Andarán dos juntos, si


no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3). Los amigos son afines. Un amigo es
alguien en quien puedes confiar plenamente. Un amigo es alguien que respetas y
que te respeta, no basado en el mérito, pero basado en una semejanza de
pensamiento.

Por último, la definición de un verdadero amigo proviene del apóstol Pablo:


“Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva
a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en
esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Romanos 5:7-8). “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus
amigos.” (Juan 15:13). ¡Esa es la verdadera amistad!

“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”
(Gálatas 6:2).

Los amigos verdaderos se apoyan no sólo para divertirse, sino también para
respaldarse y motivarse a medida que corren la carrera que Dios nos ha señalado.
Pueden compartir el compromiso con el camino de vida de Dios y el deseo de
agradar y glorificarlo en la forma en que viven su vida. Ésta es la esencia del
compañerismo según la Biblia.

Hay amigos que llevan rutas diferentes a las de nosotros.

¿Qué hace estas amistades algo tan precioso? Creo que se resume en estas seis
características:

1. Amor incondicional

Probablemente todos nos hemos encontrado con personas que sólo están cerca
cuando les conviene o cuando obtienen lo que quieren de la relación. Sin
embargo, Proverbios 17:17 dice: “En todo tiempo ama el amigo”. Los verdaderos
amigos se enfocan en lo que se pueden dar mutuamente en vez de pensar en lo
que pueden obtener.

El ejemplo definitivo de amor incondicional es Jesucristo, quien “No vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos
10:45). Él voluntariamente ofreció su vida por el bien de una humanidad que no lo
merecía. Si hemos de tener amistades según la Biblia, debemos hacer lo mismo.
Debemos amar a otros con una actitud de sacrificio, aunque no lo merezcan y sin
esperar nada a cambio.

2. Apoyo en las pruebas

Con mucha frecuencia, nuestra inclinación natural es alejarnos de las personas


que están enfrentando circunstancias difíciles. ¿Por qué? “Tememos internarnos
en el dolor de otros porque sabemos que es posible que digamos algo errado o
que no tengamos la respuesta correcta. Pero en gran parte, pienso que tememos
llevar la carga”. Ella llama a la adversidad la “prueba de fuego de la amistad”,
porque nos exige “entrar voluntariamente en el dolor de otro”.

La segunda parte de Proverbios 17:17 afirma que un amigo “es como un hermano
en tiempo de angustia”. Los verdaderos amigos están dispuestos voluntariamente
a soportar las dificultades con tal de estar el uno para el otro cuando lo necesitan.

Esto tal vez implique ser un buen oyente para alguien que necesita hablar, orar o
ayunar pidiendo por la situación del otro, enviar notas de ánimo, ofrecer una ayuda
práctica tal como proveer comidas, o simplemente sentarse en silencio cuando
hay un amigo en dificultades que tal vez no quiera hablar, pero tampoco quiera
quedarse solo. Cuando ofrecemos esta clase de respaldo, tal vez no podamos
hacer mucho, pero esto fortalecerá el vínculo.

3. Verdadera felicidad por el éxito del otro

Romanos 12:15, dice: “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran”.
Compartir el dolor del otro no es algo que las personas normalmente quieran
hacer, pero la primera parte de este versículo también puede ser difícil. En nuestro
despiadado mundo muchas veces las personas viven compitiendo con los amigos,
muriéndose de envidia porque un compañero está por encima de ellas.

En gran contraste, los amigos según Dios se alegran por los logros del otro, sus
éxitos y bendiciones. Cada persona quiere que al otro le vaya bien, aunque esto
signifique que el otro lo eclipse. Los amigos según Dios se alegran de verdad por
la felicidad del otro, cuidándose mutuamente de la mejor manera posible.

4. Conversaciones edificantes

Los amigos según Dios se concentran en conversaciones edificantes para aclarar


y profundizar en su entendimiento de la Palabra de Dios (Proverbios 27:17;
Malaquías 3:16).

No todo lo que se diga debe ser profundo . Pero en una amistad verdadera, según
la Biblia, nunca debe ser extraño hablar acerca del plan de Dios y lo que Él está
haciendo en nuestra vida. creo que es una gran bendición tener amigos con los
cuales puedo hablar acerca de los temas bíblicos que he estado estudiando,
experiencias que me han enseñado lecciones espirituales o dilemas que estoy
enfrentando. Valoro mucho conocer su perspectiva.

5. Amable corrección

Los verdaderos amigos estarán dispuestos a ofrecer una corrección sincera,


amorosa, cuando sea necesario. “Esta honestidad amable es algo que diferencia
las verdaderas amistades de las superficiales. Un amigo más casual
probablemente no se arriesgará a decir algo que lo contraríe a usted. Pero un
verdadero amigo estará dispuesto a traer estos temas a colación, no para juzgarlo
ni para hacerlo sentir menos, sino con una genuina preocupación”.

Proverbios 27:5-6 nos dice: “Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.
Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece”.
Los amigos según Dios le dirán si usted está cometiendo un grave error en su vida
—aunque eso cause un poco de resquemor. Todos tenemos puntos ciegos, y en
algunas ocasiones necesitamos otros ojos espiritualmente hablando para
mantenernos en el sendero correcto.

¿Deberíamos señalar cada falta pequeña o diferencias en la forma de pensar a


nuestros amigos? No, claro que no. Usualmente nuestros amigos cercanos están
dispuestos a pasar por alto nuestras fallas, y es algo por lo que debemos sentirnos
agradecidos. Sin embargo, si lo que estamos haciendo está causando un impacto
negativo en nuestra vida espiritual o en la vida de los que amamos, esto es otro
asunto. Los verdaderos amigos nos confrontarán y nos urgirán a cambiar de
dirección.

6. Tiempo juntos

Para poder respaldar a otros, tenemos que estar atentos a lo que está pasando en
su vida. No podemos saber cuáles son las dificultades, preocupaciones, desafíos,
esperanzas y sueños de otros, si no invertimos tiempo para tener conversaciones
reales con ellos.

La Dra. Halpin dice: “Tal vez haya personas que usted conozca que le caigan bien,
pero si usted no tiene tiempo para hablar, cara a cara con ellas, nunca va a pasar
de tener una conexión casual a algo más significativo”.

En verdad, la vida puede estar increíblemente ocupada. Sin embargo, la mayoría


de nosotros podría tener más tiempo con amigos si se lo propusiera. Por ejemplo,
yo reviso mis chats telefónicos con amigos que viven lejos (lo que normalmente
sucede cuando estoy doblando ropa o haciendo la cena) y hago citas para tomar
café con amigos locales. Incluso si sólo podemos tener una conversación profunda
cada dos meses, me he dado cuenta de que todavía me falta mucho para
mantener relaciones cercanas.

No es que las amistades casuales o superficiales no importen, sí cuentan. El punto


es que si usted no tiene además amistades según la Biblia, se está perdiendo de
algo. Dios quiere que experimentemos amistades que nos inspiren y animen a
perseverar y a crecer. Y es una calle de dos vías; las amistades también nos dan
la oportunidad de apoyar y enriquecer la vida de nuestros amigos.

Tengo una placa en mi oficina que dice: “Los amigos son la forma en que Dios nos
cuida”. Creo totalmente que esto es verdad. Enfrentaremos retos y problemas,
cometeremos errores, nos quedaremos cortos y nos sentiremos desanimados en
algunas ocasiones. Son nuestras amistades cercanas con otros en la fe, junto con
nuestra relación fundamental con Dios, lo que nos ayudará a afrontar los altibajos
de la vida. 

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