Estudios Biblicos para GP-adultos-esp-temporada1
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Estudios Biblicos para GP-adultos-esp-temporada1
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PAUSA PARA DISCUSIÓN
1. ¿Cómo trató Jesús el Antiguo Testamento?
2. ¿De dónde nace esa visión actual y distor-
sionada sobre el Antiguo Testamento?
Elena de White se explaya así: “El mismo poder no trataremos el Antiguo Testamento como anticuado
que Cristo ejerció cuando andaba entre los hombres se o inadecuado, sino como la Palabra de Dios. El Señor
encuentra en su Palabra. Con ella curaba las enferme- Jesús mismo refuerza esa verdad: “Ellas son las que dan
dades y echaba fuera demonios; con ella sosegaba el testimonio de mí” (Juan 5:39). Sí, toda la Biblia habla
mar y resucitaba a los muertos; y el pueblo atestiguó de Cristo. Desde el primer informe de la creación, donde
que su palabra iba revestida de poder. El predicaba la dice que “sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”
Palabra de Dios, la misma que había dado a conocer a (Juan 1:3), hasta la promesa final: “He aquí yo vengo
todos los profetas y maestros del Antiguo Testamento. pronto” (Apoc. 22:12). “Si deseáis conocer al Salvador,
La Biblia entera es una manifestación de Cristo” (El mi- estudiad las Santas Escrituras” dice Elena de White en El
nisterio de curación, p. 84). camino a Cristo, p.88.
Podríamos desafiar la notoriedad de Cristo en
los libros del Antiguo Testamento, sin ninguna dificul-
tad, y afirmar que esa parte de las Escrituras tiene un te-
nor Cristo céntrico. Por eso, si queremos imitar a Cristo,
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Entre las muchas conclusiones a las que
uno llega sobre Cristo al leer los Evangelios está
la de que la oración no era solo una parte de sus
discursos, sino una parte integrante e indisociable
de su vida, por ejemplo: en su bautismo (Luc. 3:21);
antes de elegir a los doce discípulos (Lucas 6:12-16);
después de su rechazo en Corazín, Betsaida y Ca-
pernaúm (Mateo 11:20-26); cuando oró de manera
intercesora por los apóstoles y por los que todavía
iban a creer en su nombre (Juan 17); de manera es-
pecífica por Pedro (Lucas 22:32); en sus oraciones en
las madrugadas (Marcos 1:35); en los momentos de
angustia y aflicción (Mateo 26:36-56); y hasta por los
que lo maltrataban (Lucas 23:33, 34).
Eso, además de las más diversas y consientes
enseñanzas sobre la oración. Era tan impactante su
vida de oración que los apóstoles querían aprender
con él sobre esa disciplina espiritual, tan relevante. Jesús de labor, y llevaba la alegría del cielo a los
es nuestro modelo en todo (Efesios 5:1, 2) y, en la oración, rendidos por el trabajo y a los descorazonado”
no podría ser diferente. Algunas lecciones importantes que (El ministerio de curación, p. 34).
aprendemos de la vida de oración de Cristo:
2. Él dedicaba tiempo de calidad y de cualidad
1. Jesús tenía una rutina de oración. No son a la oración, aun habiendo advertido sobre
raras las veces que la Biblia lo menciona vi- que “mucho hablar” (Mat. 6:7), no garantiza
viendo la práctica de la oración, aunque él no la respuesta. Él se dedicaba de manera sus-
hubiera dicho ninguna palabra sobre oración, tancial a la oración. “Cuando fue dejado solo,
era imposible que quienes lo rodeaban no Jesús ‘subió al monte apartado a orar’. Duran-
percibieran que orar era una prioridad para te horas continuó intercediendo ante Dios.
él. “El alba le encontraba a menudo en algún Oraba no por sí mismo sino por los hombres”
retiro, sumido en la meditación, escudriñan- (El Deseado de todas las gentes, p. 342).
do las Escrituras, o en oración. Con su canto
3. En los momentos cruciales, consideró la ora-
daba la bienvenida a la luz del día. Con him-
ción como esencial. Sin duda, el Getsemaní es
nos de acción de gracias amenizaba las horas
un ejemplo clásico de eso, un momento clave
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para él y para la humanidad. Él recurre a sumisión a la sabiduría y la voluntad de
la oración (Mateo 26:36-56). Dios cuando en el huerto de Getsemaní
rogaba: “Padre mío, si es posible, pase
4. Era altruista hasta en la oración. En los
de mí este vaso.” Mateo 26:39. Y si estas
varios relatos en que los Evangelios re-
palabras eran apropiadas para el Hijo de
gistran sus momentos de oración, las
Dios, ¡cuánto más lo serán en labios de
necesidades de otros siempre ocupaban
falibles y finitos mortales! (El ministerio
la primacía (Juan 17).
de curación, p. 175).
5. Aprendemos con Jesús que la voluntad
Su vida intensa de oración nos indica que esa
de Dios debe considerarse soberana
disciplina espiritual jamás debería ser descuidada.
en la vida de oración y que estar en la
presencia de Dios es mejor que sus res-
puestas. “Jesús añadió estas palabras de
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No son solo los Evangelios los que se detienen en
la vida de Cristo, sino él es el hilo de oro que atraviesa las
Escrituras. Y no es necesario ningún malabarismo textual
para llegar a esta conclusión. De forma directa o indirecta,
Jesús es perceptible en todo el panorama bíblico. Cuan-
do se pasa por alto la verdad de la centralidad de Cristo,
pisamos en un terreno más que árido, peligroso. Ninguna
hermenéutica saludable llegará a un destino diferente: Je-
sús es irrefutablemente el personaje principal de toda la
Biblia.
Tal vez, el pasaje más significativo en los Evange-
lios sea el registrado por el evangelista Lucas que narra el
episodio de los dos discípulos que iban camino a Emaús,
donde Jesús los reprendió diciendo que eran insensatos y
tardos de corazón para creer todo los que los profetas han
dicho: “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos Sustentador. Él es la fuente, el agente y el blanco de la
los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de creación.
él decían” (Lucas 24:25-27). Como bien expresa Elena de
• c) Su relación con la salvación: él es el Redentor
White: “En el Evangelio hay sustancia y fecundidad. Jesús es
y el agente de la reconciliación.
el centro viviente de todas las cosas. Poned a Cristo en cada
sermón. Espaciaos en las excelencias, la misericordia y la • d) Su relación con la iglesia: él es la cabeza de
gloria de Jesucristo hasta que Cristo se forme interiormente la Iglesia. Jesús no es solo una persona importante
como la esperanza de gloria” (El evangelismo, p. 140). entre los demás, es antes de la creación, es el origen
de la creación, está antes de la creación, es el susten-
En Colosenses 1:13-23 se sintetiza de manera
tador de la creación y es el blanco de la creación. Es
magistral la participación de Cristo en los grandes temas
la cabeza de la iglesia y el agente de nuestra salva-
del Universo, dejando claro su protagonismo en la historia
ción. Es preeminente en el cielo y en la tierra. “Jesús
humana:
declaró: ‘Yo soy la resurrección y la vida’. En Cristo hay
• a) Su relación con la deidad: Es la imagen del vida original, que no proviene ni deriva de otra. ‘El que
Dios invisible, en quien habita toda la plenitud. tiene al Hijo, tiene la vida’ 1 Juan 5:12. La divinidad de
Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida
• b) Su relación con la creación: él es el Creador y
eterna” (El evangelismo, p. 447).
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PAUSA PARA DISCUSIÓN
1. ¿En qué momentos percibe a Jesús en el
Antiguo Testamento?
2. ¿Qué esperanza siente al percibir la centrali-
dad de Cristo en la Biblia?
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Cuántas barreras inimaginables tuvo que
romper Cristo para restaurar al hombre. El plan de
la redención no fue algo efectuado a la distancia,
sino que hubo una participación directa de Cristo; y
el primer paso visible al hombre fue la encarnación
de Cristo. No se trataba de un disfraz o un haz de
cota. “Él sabía lo que significaba tener hambre, sed
y cansancio. Fue sustentado por el alimento y refri-
gerado por el sueño. Fue un extranjero y advenedizo
sobre la tierra, el mundo, pero no del mundo. Tenta-
do y probado como lo son los hombres de la actua-
lidad; sin embargo, vivió una vida libre del pecado.
Lleno de ternura, compasión, simpatía, siempre
considerado con los demás, representó el carácter
de Dios” (Los hechos de los apóstoles, p. 376).
La verdad bíblica de la encarnación del Verbo es 1. Tenía que vencer donde Adán falló: “Así
apasionante. Pensar que Dios, el Dios Eterno, se hizo hom- también está escrito: ‘Fue hecho el primer hombre Adán
bre como todos los hombres, por amor a cada uno de noso- alma viviente: el postrer Adán espíritu vivificante’” (1 Corin-
tros, hace que el temor y la reverencia nos invadan. Nuestra tios 15:45). Él debía obedecer como hombre, sin ventajas
mente jamás será capaz de comprender tal profundidad. sobre el primer Adán, por eso: “Y aquel Verbo fue hecho
Sí, el amor de Cristo va más allá de todo entendimiento carne” (Juan 1:14).
(Efesios 3:19). “Nuestra finitud se amedrenta delante del
2. “Porque la paga del pecado es muerte,
infinito” (Eguinaldo Hélio de Souza).
mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro” (Romanos 6:23). La muerte era un tér-
mino que no existía en el vocabulario divino hasta la caída
La encarnación de Cristo era imprescindible por
y solo encontró solución con la encarnación y muerte de
algunas razones:
Jesús.
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El Cielo no se ahorró nada cuando el fue agobiado cuando vio su herencia adquirida
asunto era nuestra salvación, Dios se hizo hom- hechizada por las invenciones satánicas!” (Conse-
bre, ¿y qué ganamos con eso? jos sobre mayordomía cristiana, p. 142).
a) Sentido de valorización. Fuimos Con seguridad, el acto de Cristo de ha-
evaluados en la vida del Hijo de Dios. Qué golpe cerse hombre fue un acto de amor inmensurable,
en la crisis de autoestima. debe ser el blanco de una mirada especial y no
debe quedar al margen de los grandes temas
b) Conciencia de grandeza del amor
bíblicos, sino que debemos recordar: “Aunque
de Dios. Por más que la cruz sea el punto culmi-
Cristo nazca mil veces en Belén, si no nace en ti,
nante de ese amor, el nacimiento de Cristo es sin
estarás perdido eternamente” (Maestro Eckhart).
duda algo admirable.
c) Sentido de compromiso divino.
Dios fue lejos para traernos más cerca. PAUSA PARA DISCUSIÓN
“El verbo se hizo carne y habitó entre 1. ¿Qué le enseña la encarnación de Cris-
nosotros. No podemos apreciar cuán profunda- to sobre humildad?
mente interesado está él en la humanidad. El co-
2. ¿Qué le enseña la encarnación de Cris-
noce el valor de cada alma. ¡Con cuánta aflicción
to sobre el amor de Dios?
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De todas las promesas de Jesús, la expresada en
Juan 14:1-3 es la más personal, consoladora y segura. El
tema de la segunda venida de Cristo se relata en las Es-
crituras por lo menos 2500 veces. Solo en el Nuevo Testa-
mento, existen 328 referencias. Aunque la vida cristiana
esté repleta de bendiciones, y “Si bien es cierto que la gran
recompensa final será dada en la venida de Cristo, un ser-
vicio consagrado a Dios dará una recompensa aun en esta
vida” (El ministerio de la bondad, p. 327). Pero no podemos
olvidar que el regreso de Jesús representa el fin de las lu-
chas terrenales y, sin embargo, hay una negligencia consi-
derable sobre este asunto tan ampliamente divulgado en
la Palabra de Dios.
La escena final de este mundo retrata a un Dios
que no mira inerte el desarrollo de los eventos que suceden
en él, pero que en el momento planeado invadirá interfi-
riendo para siempre en la historia humana.
“Dios terminará interfiriendo en la historia. Pero, 3. Tercera venida (Apocalipsis 20:11-15).
cuando eso suceda, será el fin del mundo. Pues, cuando el Después del milenio, en el desenlace del gran conflicto. La
autor camina hacia el escenario, la obra terminó” (C.S. Le- Ciudad Santa desciende, y todo se hace nuevo en la Tierra y
wis). La Biblia menciona tres tipos de venida del Señor. En el mal finalmente desaparece.
este estudio hablaremos sobre la segunda.
La mente del cristiano debe mantenerse fija en esa
1. Primera venida (Lucas 2:1-7). La que se promesa, y esta debe orientar su vida. “El regreso de Cristo
refiere al nacimiento, vida y muerte de Cristo, en cumpli- a nuestro mundo no se demorará mucho. Sea esta la nota
miento de las profecías. Objetivo: Entrar en la historia hu- tónica de todo mensaje” (Testimonios para la iglesia, t.6, p.
mana como hombre para cumplir el plan de la redención 405). Por eso, estemos atentos para los puntos más impor-
(en su vida, muerte y resurrección). tantes sobre él.
2. Segunda venida (Juan 14:1-3). Se refiere al 1. Promesa: fue hecha por un Dios que nunca
mayor evento, el momento cuando Dios invadirá la historia, dejó de cumplir ninguna de sus promesas. Jesús aseguró su
en una intervención maravillosa. Con el objetivo de concre- regreso (Juan 14:3).
tar las promesas hechas en la primera venida de Cristo, la
2. Señales: son avisos para que ese gran evento
gran esperanza del cristiano.
no nos encuentre desprevenidos (Mateo 24).
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3. Tiempo: el énfasis bíblico en ese
aspecto no está centrado en la fecha, sino en la
preparación (Mateo 24:36; 25:13).
4. Forma: será visible (Apocalipsis 1:7),
en las Escrituras no hay ningún indicio de lo con-
trario.
5. Objetivo: dónde las promesas de
Jesús serán efectivas: victoria contra el pecado;
victoria sobre el dolor; victoria sobre la muerte;
victoria sobre la desigualdad.
Con relación a su regreso, Jesús dedicó
un tiempo relevante a la cuestión de la prepa-
ración, porque ese evento será catastrófico si
nos encontramos sin preparación.
“Muchos de los que tomaron el
nombre de adventistas han incurrido en
el error de fijar fechas para la venida de
Cristo. Lo han hecho repetidas veces,
pero el resultado ha sido cada vez el
fracaso. Se nos declara que el tiempo
definido de la venida de nuestro Señor
está fuera del alcance de los mortales.
Aun los ángeles que ministran a los que
han de ser herederos de la salvación no
conocen ni el día ni la hora” (Joyas de los
testimonios, t.1, p. 506).
• En el foco en las personas, cada persona, de forma per- “[…] Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nues-
sonalizada, costó su vida (Juan 3:16). tras dolencias” (Mateo 8:17), a fin de poder ayudar a todas
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las necesidades humanas. Vino para remover la
carga de nuestras dolencias, miserias y pecado. Era
su misión restaurar completamente a los hombres,
vino a traerles salud, paz y perfección de carácter. PAUSA PARA DISCUSIÓN
John Stott resume: 1. Cite un ejemplo que haya marcado la
El Dios en el Antiguo Testamento es un misione- vida de Jesús como misionero.
ro (Génesis 12:1-4; Salmos 2:8; 72:11; Isaías 2:2; 2. ¿Qué aspectos de la vida de Cristo nece-
49:6); sitamos desarrollar para ser efectivos en
El Cristo de los evangelios es un misionero (Mateo la misión?
10:6; 15:24; 8:11);
El Espíritu Santo en Hechos es un misionero (He-
chos 1:4-5; 17-21; 8:5-8).
Podríamos, incluso, tomar tiempo para mostrar que la iglesia de las epístolas es una iglesia mi-
sionera y que el clímax del Apocalipsis es un clímax misionero, pero queremos concentrarnos en Cristo.
El pastor de la iglesia reformada holandesa, del siglo XVI, Gisberto Voetius, declaró que: “Dios es
el Señor soberano de las misiones”. Pero, el mayor grito de Dios sobre misiones fue al enviar a su Hijo. Te-
nemos, a lo largo de los siglos, historias de misiones que son inspiradoras, pero en Jesús está el supremo
ejemplo de vida misionera.
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Las precisiones de las profecías que indican a Jesús
como el Mesías son impresionantes. Como él mismo dice:
“para que la Escritura se cumpliese” (Juan 19:28; 15:25).
“y ellas [las Escrituras] son las que dan testimonio de mí”
(Juan 5:39). La forma exacta en cómo todo ocurrió a pesar
de siglos de distancia, es un duro golpe al escepticismo. En
una película reciente, titulada en español “El caso de Cris-
to”, cuenta la historia real de un periodista ateo, llamado
Lee Strobel. Él se rinde a las pruebas incontestables sobre
Jesús, aun cuando su principal intención fuera reforzar su
incredulidad. Esta será la conclusión de cualquier búsqueda
exenta de prejuicios. No hay cómo negar la historicidad de
Cristo ni los aspectos sobrenaturales de su historia como la
resurrección.
Veamos algunos aspectos de asombrosa precisión de las profecías con relación a Cristo. Recientemente, vi una
tabla con, por lo menos, 312 profecías sobre Cristo que se cumplieron. “Al presentar el Evangelio, trataba de exponer con
claridad las profecías relativas al primer advenimiento de Cristo. Mostraba concluyentemente que esas profecías se habían
cumplido literalmente en Jesús de Nazaret. El fundamento de su fe era la segura palabra profética” (E. G. W, Hechos de los
apóstoles, p. 102). Permítame mostrarle, en el registro de un evangelio, el incontestable cumplimiento de profecías del
Antiguo Testamento:
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Podríamos hablar sobre docenas de otras profecías y ver
fechas exactas que impresionan fácilmente a cualquier corazón.
Pero, lo que es un hecho, es que los siglos o incluso hasta milenios,
no hicieron que ni una palabra profética cayera en tierra. Tenemos
el derecho a no creer, pero, jamás, podemos justificar la falta de
evidencias. Jesús no surge en la historia de forma accidental, son
robustos los avisos de Dios. En lo relacionado con nuestro Redentor,
nuestra creencia no está desprovista de una base sólida; es necesa-
rio más fe para atribuir tal precisión a un conjunto de coincidencias
que para rendirse a la fe bíblica en Jesús como Mesías.
Pero, no son solo las profecías que deslumbran los corazo-
nes humanos. Como dice un autor de libros ampliamente vendidos,
en nuestro país, y que definía como uno de los mayores ateos del
siglo, Augusto Cury: “Quedé asombrado porque me di cuenta que él
no cabe en la imaginación humana. Él hizo poesía cuando el mun-
do se derrumbaba sobre él, apostó todo lo que tenía en aquellos
que poco tenían, fue tan grande que se hizo pequeño para hacer
grandes a los pequeños. Por eso, él no tenía miedo de hablar de sus
lágrimas y decir que su mente y su alma estaban profundamente
deprimidas hasta la muerte”. En realidad, a lo largo de la historia,
no son pocas las grandes mentes que se han rendido a él.
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El texto de hoy puede ser considerado el corazón
de la Biblia. Si este fuera el único texto de las Escrituras,
aun así, sabríamos el camino de la salvación. El amor de
Cristo se hace evidente en su Palabra como un todo. Cada
evento de la vida de Jesús estaba cargado por un amor in-
mensurable, por ejemplo: su decisión por el plan de reden-
ción; su nacimiento; vivir en esta tierra hostil; sus acciones
desinteresadas, fueron actos de amor.
Pero, el amor de Jesús llega al punto más alto en
la cruz. En verdad, el vocabulario será insuficiente para
describir este acto de amor supremo. El amor de cristo es
tan profundo e inagotable que será el tema supremo de
la eternidad, y, aun así, será insuficiente para describirlo.
“La muerte de Cristo demuestra el gran amor de Dios por el
hombre. Es nuestra garantía de salvación. Quitarle al cris-
tiano la cruz sería como borrar del cielo el sol. La cruz nos
acerca a Dios, y nos reconcilia con él. Con la perdonadora
compasión del amor de un padre, Jehová contempla los sufrimientos que su Hijo soportó con el fin de salvar de la
muerte eterna a la familia humana, y nos acepta en el Amado” (Los hechos de los apóstoles, p. 170).
LO QUE NOS ENSEÑA LA CRUZ:
1. Que ningún amor humano, ni siquiera el más profundo, podría ir tan lejos como el amor de Dios, por eso, no
cambie el amor de él por ningún otro amor.
2. Que tenemos un valor indescriptible. La cruz es el mayor golpe a nuestra baja autoestima; por eso, nunca
disminuya su sentido de valor, pues usted fue valuado en la vida del Hijo de Dios.
3. Que fuera de Cristo no hay salvación. No existe un plan de salvación alternativo; por eso, ponga su total
confianza en lo que Cristo hizo por usted.
4. Que nadie, nunca fue tan lejos que el amor de Dios no pueda traerlo de vuelta, por eso deje de darse por
vencido.
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“Sin la cruz, el hombre no podría unirse con el
Padre. De ella depende toda nuestra esperanza. De ella PAUSA PARA DISCUSIÓN
emana la luz del amor del Salvador; y cuando al pie de 1. ¿Qué es lo que más le impresiona
la cruz el pecador mira al que murió para salvarle, pue- de la muerte de Cristo?
de regocijarse con pleno gozo; porque sus pecados son 2. ¿Qué dice la muerte de Cristo
perdonados. Al postrarse con fe junto a la cruz, alcanza sobre nuestro valor?
el más alto lugar que pueda alcanzar el hombre” (E. G. W,
Los hechos de los apóstoles, p. 171).
No existe algo más peligroso que sacar el foco de “LA CRUZ ES EL MAYOR ARGU-
ese amor inigualable, como dice Elena de White: “Sería MENTO DE DIOS”
bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión
a la contemplación de la vida de Cristo. Debiéramos to- CHARLES SPURGEON
marla punto por punto, y dejar que la imaginación se
posesione de cada escena, especialmente de las finales.
Y mientras nos espaciemos así en su gran sacrificio por
nosotros, nuestra confianza en él será más constante, se
reavivará nuestro amor, y quedaremos más imbuídos de
su Espíritu” (El Deseado de todas las gentes, p. 63)
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No importa cuánto nos especialicemos en huir o
si optamos por un nivel alto de incredulidad, un día ten-
dremos que encontrarnos con la decisión expresada en
el texto base de este estudio. Este fue el momento más
crucial de la vida de Pilato, pero, también, es la pregunta
más importante de nuestra vida y, créalo, no hay aquí
espacio para la neutralidad, no hay un muro para estar
en el medio. Elena de White dice sobre Pilato: “Pilato
anhelaba librar a Jesús. Pero vio que no podría hacerlo
y conservar su puesto y sus honores. Antes que perder
su poder mundanal, prefirió sacrificar una vida inocente.
¡Cuántos, para escapar a la pérdida o al sufrimiento, sa-
crifican igualmente los buenos principios! La conciencia
y el deber señalan un camino, y el interés propio señala
otro. La corriente arrastra fuertemente en la mala direc-
ción, y el que transige con el mal es precipitado a las den-
sas tinieblas de la culpabilidad” (DTG, 687).
Esta pregunta, hace eco hasta hoy en día, y ¿Qué hemos hecho: cuando los ídolos mo-
en cada decisión de nuestra vida debería ser tenida dernos quieren espacio en nuestra vida?
en cuenta. Pilato era un gobernante incrédulo, sin em-
“Y como Pilato no sabía qué hacer, consultó a
bargo, muchos profesos cristianos se asemejan a él en
la multitud, haciendo la más solemne pregunta: ‘¿Qué
sus elecciones ante la pregunta: “¿Qué, pues, haré de
hare, pues, con Jesús, llamado el Cristo’. Al pronunciar
Jesús, llamado el Cristo?”.
tales palabras, que se constituyen en la pregunta más
¿Qué hemos hecho: cuando somos indaga- importante que haya sido formulada, Pilato hizo una
dos sobre nuestro amor a él? interrogación universal que todo individuo tendrá que
enfrentar. Es una pregunta a la que no se puede esca-
¿Qué hemos hecho: cuando somos llama-
par: nadie puede ser neutro, todos tendrán que enfren-
dos a proclamar su amor?
tarla, todos tendrán que responder a esta importante y
¿Qué hemos hecho: cuando nuestros recur- solemne pregunta: ‘¿Qué haré, pues, de Jesús, llamado
sos son requeridos para el servicio de Dios? el Cristo?’” (Roberto Biagini).
¿Qué hemos hecho: cuando somos llama- Que, a diferencia de Pilato, podamos honrar a
dos a contemplar lo que es impuro? Cristo con nuestra respuesta a esa solemne pregunta,
que estemos dispuestos a acumular pérdidas en nom-
bre de comprometernos con Jesús, cada día.
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“Pilato cedió a las exigencias de la turba. Antes que arriesgarse a perder su puesto entregó
a Jesús para que fuese crucificado, pero a pesar de sus precauciones aquello mismo que temía le
aconteció después. Fue despojado de sus honores, fue derribado de su alto cargo y, atormentado
por el remordimiento y el orgullo herido, poco después de la crucifixión se quitó la vida. Asimismo,
todos los que transigen con el pecado no tendrán sino pesar y ruina. “Hay camino que al hom-
bre parece derecho; empero su fin son caminos de muerte” {DTG 687.4}. Cuando Pilato se declaró
inocente de la sangre de Cristo, Caifás contestó desafiante: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre
nuestros hijos” (E. G. W, DTG, 687).
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El evangelio de Lucas, de forma especial, dedica un
espacio considerable para retratar el amor de Cristo por los
marginados de la sociedad. Dueño de un amor nada selecti-
vo, Jesús amaba a los inimaginables. El texto de hoy cuenta
la historia de Zaqueo que era solo uno, entre tantos, por quien
Jesús hizo evidente su amor. Tal amor, hacía que la gente se
extrañara y trajo sobre Cristo rótulos por los cuales él nunca se
molestó. Veamos un poco de la lista de los inimaginables:
- Mujer adúltera (Juan 8:1-11);
- Zaqueo (Lucas 19:1-10);
- Leprosos (Lucas 17:11-19);
- Diversos pecadores (Lucas 5:29-32);
- Mujer con flujo de sangre (Lucas 8:42-48);
- El ladrón de la cruz (Lucas 23:34).
Usted y yo también estamos en esta lista, somos En los evangelios, encontramos los más variados
parte de los inimaginables. Nunca dude del amor de Je- tipos de pecadores, ciertamente nos identificamos con
sús por usted, no importa nuestra larga lista de fracasos, algunos de ellos, sin embargo, debemos mirar a Cristo,
somos blanco de un amor persistente y que no se da por tener la certeza que el tiempo no hizo que el amor de
vencido, aun cuando nosotros nos damos por vencidos. Jesús caducara. Como expresa Pablo, en la carta a los He-
“Cuando Cristo es recibido como Salvador personal, la breos: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”
salvación viene al alma. Zaqueo no había recibido a Jesús (13:8). Descanse hoy en ese amor y proclámelo a los que
meramente como a un forastero, sino como al que mora- necesitan de descanso. Crea en el amor de Jesús anuncia-
ba en el templo del alma. Los escribas y fariseos, que le do por la Palabra y no en lo que nuestra mente limitada
acusaban de ser pecador, murmuraron contra Cristo por- puede alcanzar.
que se hizo su huésped, pero el Señor le reconoció como
En Lucas, Jesús está siempre relacionándose
hijo de Abrahán. Porque “los que son de fe, los tales son
con: publicanos, pecadores, enfermos, leprosos, mujeres,
hijos de Abraham” (Gálatas 3:7)” [DTG, 510].
gentíos, samaritanos, viudas, pobres o niños.
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PAUSA PARA DISCUSIÓN
1. ¿Por qué tenemos dificultades de
creer en el amor incondicional de Cristo?
2. ¿En qué personaje de los evangelios
usted logra percibir este amor de forma
más notable?
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Hubo un solo hombre registrado en la historia
que fue 100% victorioso en las tentaciones, pero no hubo
un solo que no haya sido tentado. Jesús es nuestro ejem-
plo en todo, inclusive en el tema de la tentación, pues
triunfó sobre todas las trampas que le fueron puestas a lo
largo de su jornada terrenal. A esta altura es importante
desmitificar algunas cosas:
1. No había ventajas en Cristo con respecto a Adán (por
el contrario, estaba la experiencia del mal en un territorio
“conquistado”).
2. No era un teatro (o cartas marcadas).
3. La lucha era diferente porque él había acumulado so-
bre sí la naturaleza humana (no era lo que podemos lla-
mar elemento favorable).
4. Estaba representando en primera instancia a Adán. No
podía usar nada más de los derechos que tuvo Adán.
“Cristo es el único que experimentó todas las pe- mo modo que nosotros tenemos que hacerlo: confió en Dios
nas y tentaciones que sobrevienen a los seres humanos. (1 Juan 5:4; Efesios 6:16); usó las Escrituras (1 Juan 2:14; Co-
Nunca fue tan fieramente perseguido por la tentación otro losenses 3:16); resistió al diablo (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:9).
ser nacido de mujer; nunca llevó otro la carga tan pesada Podemos agregar a estos el hecho de que él estaba lleno del
de los pecados y dolores del mundo. Nunca hubo otro cuya Espíritu Santo (Lucas 4:1) y la innegable y constante vida de
simpatía fuera tan amplia y tierna. Habiendo participado de oración del Hijo de Dios (Lucas 6:12).
todo lo que experimenta la especie humana, no sólo podía El problema de la tentación ya sea para usar doping
condolerse de todo el que estuviera abrumado y tentado en en los deportes, hacer fraudes en los negocios, mantener
la lucha, sino que sentía con él” (La educación, p. 78). una relación sexual con el cónyuge del prójimo, es que pro-
La tentación registrada en Lucas 4, no fue el único mete una recompensa a corto plazo y consecuencias a largo
episodio de la vida de Jesús en donde fue tentado, pero sin plazo. Se parece a las promociones: “Tenga dinero ahora,
duda uno de los más significativos, y allí podemos encontrar pague cuando pueda, en 6, 10 o 36 meses[…]”. Pero, no di-
una fórmula eficaz que usó Jesús para vencer la tentación. cen cuánto de interés van a cobrar. Por eso, debemos buscar
En esa batalla entre los dos leones (1 Pedro 5:8; Apocalipsis ayuda en quien nunca fue vencido por ella.
5:5), Jesús ganó una victoria decisiva. Y él hizo esto del mis-
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PAUSA PARA DISCUSIÓN
1. ¿Por qué vacilamos ante las tentaciones?
2. En su opinión, ¿por qué Jesús venció la tentación?
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El Evangelio de Juan hace una presentación
magistral de Jesús y una afirmación sobre el contenido
de Cristo, como lo expresa el texto bíblico de hoy “…
lleno de gracia y de verdad”. Esta afirmación coloca la
gracia y la verdad en un solo nivel, no hay cómo diso-
ciar de Cristo ninguno de esos aspectos relevantes. A
veces, queremos ser selectivos, en un momento colo-
camos la gracia en un pedestal merecido y desmerece-
mos la verdad que siempre lo acompañó o exaltamos
la verdad, como si ella se opusiera a la gracia de Cristo,
pero el texto deja claro que ambos aspectos compo-
nen su ser. Nuestra búsqueda de Cristo no debe estar
pautada por el Jesús que queremos, sino por el que
necesitamos.
Un examen detallado sobre la vida de Jesús lle- Aunque la gracia suena muchas veces más atrac-
vará al lector atento a concluir que la gracia y la verdad tiva, no podemos olvidar que Cristo hablando de sí mismo
eran partes integrantes de la vida de Cristo y que se nos se autodenominó como “la Verdad” (Juan 14:6). Sé que hay
desalienta a hacer una búsqueda selectiva. A continuación, una fuerte tentación de actuar como un péndulo, de un
veremos dos ejemplos, entre tantos, sobre la gracia de la lado a otro, pero en la vida y en las enseñanzas de Cristo
verdad. podemos ver nítidamente el equilibrio de esos dos facto-
res. “Así Cristo levantó su tabernáculo en medio de nuestro
• Vemos gracia en la historia de Zaqueo, pero veremos
campamento humano. Hincó su tienda al lado de la tienda
verdad cuando la gracia lo lleva a un cambio de vida
de los hombres, a fin de morar entre nosotros y que nos
(Lucas 19:1-10).
familiaricemos con su vida y carácter divinos. ‘Aquel Verbo
• Vemos gracia en su trato con la mujer adúltera, pero fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,
vemos verdad en su consejo: “vete y no peques más” gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
(Juan 8:1-11). verdad’” (El Deseado de todas las gentes, p.15)
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“LA VERDAD SIN LA GRACIA CONDENA AL PECADOR; Y LA GRACIA
SIN LA VERDAD SE CONVIERTE EN CÓMPLICE DEL PECADO”
PR. PAULO CORREIA
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Entre las últimas frases de Cristo pronunciadas en
la cruz, está la referida en el texto bíblico inicial. En un
momento donde él estaba siendo el blanco de un odio
descabellado y se encontraba bajo dolor físico y emocio-
nal sin precedentes, Jesús encontró tiempo y sobriedad
para perdonar a sus agresores. Pero, el perdón no fue algo
que nació en el corazón de Cristo solo ante la muerte. En
verdad, sus enseñanzas y ejemplos están llenos de per-
dón. Jesús era la personificación del perdón, al punto de
orar por sus enemigos: “Padre, perdónalos porque no sa-
ben lo que hacen” (Lucas 23:34). Su pensamiento pasó del
dolor propio al pecado de los que lo perseguían, y la terri-
ble retribución que les correspondería. Ninguna maldición
invocó sobre los soldados que estaban tratándolo ruda-
mente. No pidió ninguna venganza contra los sacerdotes
y príncipes que contemplaban con maligna satisfacción el
cumplimiento de sus designios.
“Cristo se compadeció de ellos en su ignorancia y Marcos 11:25, 26; Jesús aquí profundiza la cues-
culpa. Sólo exhaló una súplica para que fuesen perdona- tión del perdón poniendo como condición para poder ser
dos, “porque no saben lo que hacen” (El Deseado de todas perdonados, la necesidad de perdonar.
las gentes, p. 693).
Lucas 23:34. En el versículo clave de esta lección,
Un análisis de las enseñanzas de Jesús y sobre el Jesús clama por perdón a lo que parecía imperdonable.
perdón nos hará llegar a algunas conclusiones:
Jesús solo tenía un discurso sobre perdón; en rea-
Mateo 18:21, 22: En este texto cuando se le pre- lidad su vida correspondía a sus enseñanzas. “Todo el cielo
guntó sobre el aspecto cuantitativo del perdón él dirigió la se llenó de asombro cuando Cristo ofreció su oración en
conversación a su aspecto ilimitado. medio de sus terribles sufrimientos: “Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen”. Sin embargo, allí estaban
Mateo 6:13-15: Jesús coloca aquí el perdón como
los hombres formados a la imagen de Dios uniéndose para
parte integrante de nuestras oraciones.
destruir la vida de su Hijo unigénito. ¡Qué espectáculo para
el universo celestial!” (El deseado de todas gentes, p. 708).
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“PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE
HACEN” (LUCAS 23:34). ESTA ORACIÓN DE JESÚS POR
SUS ENEMIGOS ABARCA AL MUNDO, PUES SE REFIERE A
CADA PECADOR QUE HABRÁ DE VIVIR HASTA EL FIN DEL
TIEMPO” (HR, 230).
ELENA DE WHITE
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