De Cuerpos, Tatuajes y Culturas Juveniles
De Cuerpos, Tatuajes y Culturas Juveniles
De Cuerpos, Tatuajes y Culturas Juveniles
Resumen
El presente texto constituye un ensayo sociologico que tiene como
soporte un conjunto de ref lexiones, observaciones empiricas y en-
trevistas en profundidad reaiizadas -desde principios del ano 2003
en la ciudad de Santiago- tanto a jovenes que tienen por oficio el
practicar ei arte del tatuaje en ios cuerpos de otras personas (la
oferta), como a diversos actores juveniles urbanos que han asumi-
do como opcion la alteracion de sus cuerpos a traves dei tatuaje (la
demanda), o bien, el piercings, entre otras formas de modlficaci6n
corporal. For elio interesa comprender iQue es ei tatuaje?;
iCuando aparece histdricamente esta practica cultural a ratos in-
definible?; ^Cuaies son los significados asociados a este deseo mi-
ienario de alterarse con caracteres imborrables la memoria del
cuerpo?; ^Como es apropiada dicha practica por ias cuituras juve-
niles contemporaneas?, donde -por una parte- se configuran las
tensiones entre la masificacidn de las marcas sobre la piel Juvenil y
la industrializacibn a la carta dei trazado anatbmico y, por la otra, la
produccion de una alteridad Juvenii dura, donde el sentimiento de
pertenencia grupal, la opcibn por la estetlca minoritaria de los bor-
des y la reivindicacion del cuerpo como territorio radical para ia re-
invenci6n de si mismo, hacen sentir su potencia espesa y su vibra-
I
Bodies. Tattoos and Youth Cultures
Abstract
This paper constitutes a sociologicai essay based on a series of
reflections, empirical observal ons and comprehensive interviews
made since 2003 in the city of Santiago, both in relaUon to youth
that practice the art of tattooing the bodies of other people (the
offer), and several young urban actors who have accepted the
option of altering their own nodies with tattoos (the demand), or
ear and body piercing and other body modifications. In relation to
this it is important to understand what a tattoo is, when this
practice occurred historically, what significance Is associated with
this milenium desire to alter the body with indeiible characters, and
how or why this practice is appropriate in contemporary youth
cultures in which on the one hand the tensions between
massification of markings on the skin of youth and the
industriaiization of anatomical tracing, and on the other, the
production of a iasting juvenile alter ego, where the sentiment of
belonging to a group, the option for minority esthetics and the
revindication of the body as radical territory for the reinvention of
ones-self, makes one feel his own mechanical power and vibration
on the epidermis of the city. Finally, oniy questions remain that
serve as a pretext for advancing in a zig-zag tattoo in paie textures
that tod£^ detain me and retain me a little, over the advance of
other bodies that the city does not manage to contain fulfill them.
Key words: Body, tattoos, juvenile ego, minority esthetics.
tas podrian producir otras direcdones en ei texto, que F>or cierto, superan el
azar que me discipilna a escribir sobre ias intensidades que caracterizan a
ias culturas juveniies y a ia practica dei tatuaje. Sin embargo, pareciera ser
que uno tiene un cuerpo, pero tambien uno es un cuerpo, o bien, uno es el
cuerpo que tiene. De ahi que ei cuerpo sea, m^s que un hecho dado de la rea-
lidad, una presencia y una experiencia vivida, pues el cuerpo se construye
socio-cuituraimente, y en ese sentido al tener un cuerpo tambien produzco
un cuerpo. Con todo, el cuerpo constituye un campo cosificado por la racio-
nalizaci6n moderna, pues el cuerpo se configura en objeto de poder y de sa-
ber a traves de diferentes tecnologjas y dispositivos imbricados en ias diver-
sas capais del tejido sociail.
"El cuerpo se convierte en un campo de fuerzas que son tanto activas
como reactivas. El cuerpo forma parte del proceso total de la voluntad de po-
der y la voluntad de saber. El cuerpo no es un hecho biologico dado de nues-
tra presencia en el mundo, sino una vision, un objetivo, un punto de Uegada
y salida para ias fuerzas que conforman la vida" {Turner, 1989: 15).
En ese mismo registro, la historiadora chitena Maria Angelica lUanes
plantea al cuerpo como una experiencia que circula mas alia de las fronteras
de lo anatomico, pues el cuerpo configura ante todo una categon'a cultural a
traves de la cual "podemos identificar una determinada vision de mundo en
una determinada sociedad historica (...), porque ia cultura dei cuerpo consti-
tuye una ciave si'gnica que nos habia de una determinada sociedad y de una
determinada epoca. Se trata de una construccion humana sobre un eiemen-
to de ia naturaieza. La sociedad lo modela y ha sido objeto de cambio"
(2002: 8).
En el marco de ta cultura occidental, para Foucault (1990) en las socie-
dades premodernas la subordinacion y el castigo dei cuerpo se ha ligado es-
trechamente, por ejempio, con ei control de la sexualidad femenina a partir
dei dispositivo familiar-patriarcal, que tuvo la funcion de organizar la distri-
bucion de la propiedad en un sistema de primogenitura. Mientras que, en las
sociedades modernas las practicas asceticas dei protestantismo y el imperio
de las disciplinas sobre el cuerpo, suplantaron las negaciones del monaste-
rio por las tecnologias de la vigilancia de la vida cotidiana, en contextos
como el de la famiiia, la escuela, el hospital, la carcel y la fabrica.
Por liltimo, la actualidad de ias sociedades posmodernas ha inaugura-
do un modo de socializacion y de individuacion inedito para el cuerpo, que
rompe con el cuadricuiado instalado desde los siglos XVII y XVIll. Este modo
de socializacion se expresaria en una explosion del proceso de personaliza-
cion que va poniendo en crisis las socializaciones discipHnarias que caracte-
rizaron a ias sociedades ftindadas en la idea de progreso. En ese sentido, po-
demos decir que mientras la sociedad moderna se obsesiono con la produc-
cn fi)co: lajuventud: situaclbn, pr^cticas y simboios
28 / espado abierto vol. 74 n° I (enero-marzo 2005): 25-51
mano. El tatuaje se caracteriza por ser una practica cultural antiquisima. Al-
gunos huesos puntiagudos hallados en la cueva prehistorica de Aurignac' y
en algunos sepulcros dei antiguo Egipto, demuestran que es una practica
que acompaha al genero humano desde sus origenes.
Los ejemplos mas antiguos de tatuaje descubiertos en la actualidad
corresponden a ia momia descubierta en 1991 ^ dentro de un glaciar, donde
se encontro un cazador de la era neoh'tica con la espalda y las rodillas tatua-
das. No obstante, antes de este ultimo suceso se tenia como referencia el
caso de una mujer sacerdotisa de origen egipcio, quien se hacia llamar Amu-
net, adoradorade Athordiosa del amory lafertilidad. Se esUma que esta mu-
Jer vivio en Tebas airededor del 2000 A.C., y cuyo cuerpo estaba totalmente
tatuado con dibujos decorativos de puntos y lineas esUlizadas, probable-
mente de caracter sagrado o reli^oso.
Se sabe tambien que Ios fenicios se tatuaban en la frente y que los grie-
gos acostumbraban tatuarse serpientes, toros y motivos reiigiosos. Los ro-
manos utilizaron la tecnica del tatuaje para marcar a los prisioneros. Pero ha-
bria que esperar hasta la llegada de Constantino para la emision de un decre-
to en Roma contra esta actividad, pues ios cristianos eran hosUies al tatuaje,
ya que se creia que si Dios habia hecho ai hombre a su imagen y semejanza,
deberia considerarse un pecado la actividad que iievaba a ias personas a £il-
terar su imagen o la de otros mediante este procedimiento. La inquisicion
tambien persiguio a quienes ilevaban tatuajes sobre sus pieles, pues se con-
sideraban signos de brujeria y, por tanto, herejias.
De ahi que dicha practica fuese desterrada por considerarse sinonimo
de idolatria y supersticion. Pio obstante, existen registros de que los guerre-
ros religiosos de las Cruzadas se hacian tatuar crucifijos para asegurarse un
entierro crisUano. Lo propio realizaban los peregrinos que iban a Jerusaien,
pues se hacian tatuar crucifijos para recordar su viaje y como presencia
constante de su fe.
Posteriormente, el surgimiento de los gremios de artesanos durante la
Baja Edad Media y la expansion de los viajes de ultramar durante el Renaci-
miento, provocaron la difusion de esta costumbre, induso en el Muevo Conti-
nente.
6 La figura del Dr. Rafael Salillas y Panzano, destaca por sus aportes en el
piano de la antropologia medica y forense, pero tambien en lo relativo a
sus investigaciones en ei campo dei tatuaje, condensadas en sus textos:
'El tatuaje y su evolucion histdrica". Madrid, 1908 y 'Ei tatusye y su
destatuamiento en Barcelona". Barcelona, 1910.
de cuerpos, tatu^jes y culturas Juveniles rodrigo ganter s 33
solo Ios Jefes podian tatuarse el cuerpo y a veces todo el cuerpo. Era una di-
ferencia social evidente a primera vista.
En el caso del antiguo Egipto, se piensa que era una practica desarrolla-
da casi exdusivamente por' mujeres, donde el dolor Jugaba un papel relevan-
te y la mayoria de las veces se usaba para demostrar vaientia o confirmar la
madurez, en la misma forma que todavia se puede observar en los rituales
de tribus de riueva Zelanda.
Los significados que poseia el tatuaje egipcio estaban relacionados
principalmente con el iado erotico y senso-emotivo de la vida. Estaban aso-
ciados tradicionalmente con la magia, ia proteccion y el deseo de la persona
tatuada de identificarse con el espiritu dei animal grabado sobre su piel.
Por otro lado, como ya se planteara, tambien existieron pueblos que
utilizaron el tatuaje y la escarificacion como simboios de rango y afiliacion
social, o bien, como signos de duelo. Tambien se usaba en ia antiguedad
para impresionar y asustar a Ios enemigos en el campo de batalla. En las anti-
guas poblaciones britanicas este metodo de intimidacion fue uUlizado por
los guerreros que al tatuarse la cara y cuerpos en preparacion para la guerra,
lograban desmoralizar e infundir temor a los enemigos. Mientras que en la
epoca medieval, especialmente en Europa, constituia un atributo o distinti-
vo nobiliario, un signo de identificacion de una ciase privilegiada.
En el caso de las practicas del tatuado oriental, especificamente en el
caso del tatuaje Japones, destaca tambien el tatuado de cuerpo entero, don-
de existe la creencia de que proviene del deseo por ocultar las marcas de
castigo. Este tipo de tatuaje se encuentra desde finales del siglo XVIII, ios di-
senos mas comunes eran los budistas y representaban un gran compromiso
emocional y economico, y cada diseno se asociaba a un atributo que pasaba
a formar parte del individuo tatuado.
Por liiUmo, resulta significativo tener en cuenta que el tatuaje es general-
mente biograflco, pero cabe hacer una distincion en lo referido a los contex-
tos penitenciarios modemos, pues en opinion de R. Salillas la practica del ta-
tuaje en las prisiones responderia a una motivacion mas imitativa que ritualis-
ta y sagrada, ya que muchos de Ios presidiarios se tatuan "porque los demas lo
hacen, por no ser menos, porque es costumbre". A veces es impuesto por ei
grupo. Asi, cuanto mas tatuado esta un prisionero significa que esta mas ave-
zado en la practica del crimen y se distingue mas entre ios companeros, don-
de siempre existe el exhibicionismo en la ostentacion de un tatu^e.
no obstante estos ultimos datos, el presente texto desea contribuir a la
expropiacion de la pracdca del tatuaje del dominio psiquiatrico-crimilalisU-
co, que tradicionalmente ha sido hegemonizado por ei poder/saber del cuer-
po medico y Juridico. Para este efecto el texto pretende avanzar hada otros
de cuerpos, tatu^jes y culturasjuveniles rodrigo ganter s 35
de los adultos, pues los Jovenes realizan Juegos linguisticos e inversiones lin-
guisticas que marcan Ia diferencia con los otros; en segundo lugar, la musi-
ca: donde el genero del rock se transformo en la primera musica generacio-
nal, que fue capaz de distinguir a los Jovenes, internalizandose en ei imagina-
rio cultural Juvenil, y marcando las identidades grupaies, producto de su con-
sumo o de la creacion; y en tercer iugar, la estetica: que potencia la identi-
dad Juvenil a traves, por ejempio, del pelo, la ropa, los accesorios, entre
otros. Asi, para C. Feixa (1998), nos encontramos con producciones cultura-
les que se construyen a partir de revistas, videos, miisicas, graffitis, perfora-
ciones y tatuajes. Estas producciones cumplen la funcion de reafirmar ias
fronteras del grupo y tambien de promover el dialogo con otras instancias so-
ciales Juveniles^.
En razon de este ultimo campo de tematicas, Alfredo Materas^ parte
preguntandose en algunos de sus trabajos sobre tatuajes y perforaciones, si
^Acaso estos Jovenes que inscriben sus practicas cotidianas al interior de es-
tas cuituras Juveniles, no serian los nuevos primitivos urbanos?
Ciertamente, como lo advierte Materas, la oferta del tatuaje al principio
fue bastante eiemental y artesanal, hasta ir configurando un oficio, donde el
aprendizaje es basicamente por observacion directa y por auto-pigmenta-
cion de ia piel a traves de un instrumental fundamentaimente casero. Para fi-
nalmente coagular en un proceso de profesionalizacion particular.
Corzario'" comenzo a Ios 13 afios a "dermo-pigmentarse" su cuerpo,
cuando podn'amos decir que todavia era un nifio. Corzario se auto-practico
un tatuaje cuando se encontraba de paso por Brasii a comienzo de los 80',
Luego de regreso en Chile e inmerso en ei mundo punk santiaguino, busco
aiternativas para continuar con una practica que segun ei constituye un ver-
dadero arte.
piei. Yo trabaja con tres etgujas que hacian una tinea m ^ gruesa, io linico
maio es que quedaban un poco deformes los tatuajes. Fero asi empeza-
ron nuestros primeros tatuajes, bien b^icos: tinta china y tres agi^as a ia
piel' (Corzario)".
Durante esos anos tampoco eran muy asepticas las condiciones en las
cuales se practicaban los tatuajes estos grupos de Jovenes, al parecer sobra-
ba entusiasmo y faltaba tecnica, ademas de oficio e higiene.
"en ese tiempo en que empece a tatuarme era super fea ia guea para todo el
mundo. no teniamos nirevistasde tatuajes, ni teniamos como m^qulnas (...)
yel Fato Champ, quees un tatuador super antiguo (...) que es como el rey del
negro y sombra, me dijo: mira compadre pesca un motor de unaradio,un
portaminas, una bielay un txjton, y te enseho a hacerte tu maquina (...) y parti
y me hice mi primera maquina de tatuaje derotacibn(...) y el me hizo mi pri-
mer tatuaje bacan eisi en el brazo, que fue un escorpion, e! de los Fted Hot Chi-
li Pepper, el de Chad Smith. De ahi segui tatuando a todos mis amigos, gue6n
que pille tatu6 con esa maquina, pero despues empece a cachar que era bas-
tante poco higienica, era muy ordinaria cachai, igual yo no tenia ningiin pro-
biema(...) porque it>amos a comprar portaminas y tatuaba ctl loco con su pro-
pio portaminas, esas eran ias medidas higienicas que yo tenia.'
descubri que existian m^quinas de tatu^es por ias revistas, cachd que
eran distintas completamente a la maquina que tenia yo'
14 Corzario 'El arte del tatuaje', en "Unibn, Bespeto Sr Ska", Fanzine dedl-
cado al Ska y todos sus derivados, Santiago, octubre del 2001.
i5 Donde destacan los circuitos del Eurocentro, Portal Lyon, Paseo las Fal-
mas y Dos Caracoles.
16 Testimonio narrado por Corzario, en relacibn a Ia experiencfa vivida Junto
a una familia de la comuna de l^aipii en Santiago, i
de cuerpos, tatue^es y culturasjuveniles rodrigo ganter s 39
Lo supraterrenal Lo teiTenat
Lo Sagrado Lo Frofano Lo MiUco Universo Universo Universo
Cotidiano natural Afectivo
• Cristo • Diablo Unicomio • Mojas de • Luna Coraz6n
• Virgen • Calavera • Dragon i^arihuana- Estrellas • Lagrima
Quitarra
en foco: ia Juventud: situaci6n, practicas y simboios
40 / espado abierto vol. 14 n° 1 (enero-marzo 2005): 25 - 51
Entre las zonas del cuerpo que son -gen eral me nte- intervenidas a tra-
ves de piercings, suelen predominar: los iobulos de la oreja, la nariz, los la-
bios, la lengua, el ombligo, los pezones, pero los mas osados(as) en este tipo
de practicas en nuestro pais no escatiman en optar por instalar detalles mi-
cro-metalicos en sus genlteiles.
EI sentido que tiiie y permea muchas de estas experiencias, se inscribe
en la frontera entre, por una parte, el impulso electrico que imprime el dolor fi-
sico, y por la otra, el sentimiento de trascendentalidad y profundidad. Pues,
las intervenciones son reaiizadas sobre io mas expuesto y superficial de nues-
tra humanidad, esto es la piel, sin embargo es el propio cuerpo -a traves de la
piel- el que se ve profundizado, penetrado, alterado e invadido -en su archi-
textura- por diversos dispositivos y tintas que Io van recreando como si fuesen
paiabras y voces de un texto hondo e intrincado, y que por Io mismo ni el dis-
curso habiado, ni las hermeneuticas academicas pueden desentrafiar.
Por ultimo, en cuanto a Ios factores que activan el deseo y la practica de
los tatuajes y perforaciones entre los Jovenes^^, existen variadas interpreta-
ciones que van desde ia posibilidad de experimentacion con una situacion
diferente; el simple deseo de decorar el cuerpo, embellecerlo, distinguirio y
exhibirlo; la adhesion identitaria a determinadas tribus urbanas: punks, goti-
cos, trashers, skinheads, hip-hop, etc.; el cierre o apertura de un determina-
do cicio biografico; o bien, emuiando a Michei Maffesoli (1990), ante la frag-
mentacion social, el vacioy la perdida de los grandes referentes decertidum-
bre en las sociedades que el designa como posmodernas y de masas, donde
predomina un proceso de "desidentificacion", surge como respuesta, de de-
terminados grupos "neotribaies", la necesidad de renuciearse y fortalecer
los lazos primarios. Ello frente a la intemperie afectiva y normativa a la cual
se ven arrojados y obligados -al mismo tiempo- a recrear el socius y la co-
munidad desde lo mas tangible y sensible: el cuerpo. De este modo, una de
las opciones mas significativas que aparece activando la practica del tatuaje
y las intervenciones corporaies como las que hemos descrito anteriormente,
resulta ser la posibilidad de reinventarse asi mismo, de recrear la subjetivi-
dad frente al formateo monocromatico y ubicuo de los diversos dispositivos
de socializacion que van colonizando la vida cotidiana presente al interior de
estas culturasjuveniles. Se tratEuia entonces de:
"voiver a nacer a la pinta de uno. Uno de repente esta chato con todas las
gueas que le ocurren en la vida a diario, con la familia (...)que unoquiere
hacer su mundo a la pinla de uno' (Corzario).
lado- que si bien el estilo punk posee una logica constante de ensamblaje y
flujo, pues introduce una trama heterogenea de significantes que tienden a
subvertir la semiotica del orden dominante y a desactivar el sentido de la di-
reccion interpretativa, resistiendose a cualquier decodificacion integral, por
otro lado, la cultura capitalista contemporanea mas que depender de la re-
produccion lineal de mercancias, se nutre de la sobredosis de energias disi-
dentes incardinadas en las formas culturales que proceden de los margenes
sodales. Entonces, ta industria de la moda promueve su propio mercado y si-
multaneamente consume la potencia de su presa insurgente. Desatandose
una especie de circuito perverso, a traves dei cual se instaia una interdepen-
dencia funcionai, donde el caos expresivo del estilo subcultural Juvenil
pasa a consUtuirse en una parte del nuevo orden simbolico dominante. Asi,
es posible entonces afirmar Junto con Dick Hebdige que la historia de las
subculturas es ciclica, pues la subversion es seguida por la integracion. En
ese sentido, el autor plantea que "los estilos subculturales Juveniles pueden
comenzar por lanzar desafios simbolicos, pero deben terminar inevitable-
mente por establecer un conjunto de convenciones; por crear nuevas mer-
cancias, nuevas industrias, y por rejuvenecer a las viejas"^^.
Pero desde este punto de vista uno podria terminar apocalipti came nte
sDsteniendo que b ^ o la ley del mercado el discurso de las culturasjuveniles
solo fabrica simuiacros de subversion regulados por la maquina capitalista,
hoy adaptada y especializada para fagocitar disidencias culturales con el fin
de diversificar su demanda diferenciada y personalizada. En ese mismo sen-
tido, seria complejo identificar alguna practica radicalmente 'otra', que ex-
prese la constitucion de una alterid£d y/o anomalia mas alia de los codigos
de ia colonizacion capitalista, pues dicho sistema es visualizado como un
todo clausurado sobre si mismo y que impediria cualquier tipo de perfora-
ci6n critica sobre su tejido perfecta e infaliblemente suturado.
Ahora, ciertamente es posible identificar la existenda de rasgos contra-
hegemonicos en aigunas practicas Ju\ eniles urbanas ligadas a las cartografias
del cuerpo-sujeto. como lo hemos d( scrito -en alguna medida- en las seccio-
nes precedentes, sin embargo no ha / que perder de vista el hecho que subra-
yan aUtores como Dick Hebdige, (/onde pareciera existir una cierta muerte
anunciada de todo antagonismo cr tico radical, pues como ya se planteo, e!
capitatismo posmoderno requiere ie las diferencias e innovaciones plasma-
dcis p>or las subjetividades culturzde s emergentes para propulsar y expandir su
prc^pio crecimiento a traves de su n ;capturaci6n en la red de imagenes telema-
ticas. rio obstante, las velocidades y las intensidades nomades que puede al-
canzar la experiencia del deseo al recorrer las entranas del cuerpo-sujeto. re-
sultan ser hasta cierto punto una apuesta impredecible e irreductibie a las re-
glas y los ciclos del consumo masivo, pues los afectos transfugos que entre-
teje capilarmente un cuerpo sujeto no son susceptibles de calculos previsi-
bles, haciendose notar que al interior dei propio canon del mercado tambien
operan experiencias desterritorializadas y practicas colectivas con economias
conrosivas, que perforan desde dentro ios codigos serializados y trivializados
por las politicas de la transaccion capitalista.
En ese sentido, "ningun modo de produccion y por lo tanto ningiin or-
den social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verdadera-
mente incluye o agota toda la practica humana, toda la energia humana y
toda la intencion humana" (R. Williams, 1980: 147).
Y es precisamente -a proposito de energias humanas desterritorializa-
das- que se hace posible abordar experiencias y practicas radicaies mas aiia
de las narrativas binarias, como por ejempio, el gesto emergente de inscri-
birse sobre ia piei un codigo de barra^^. Cuestion que se encuentra atravesa-
da por interpretaciones iigadas tanto con la frivolidad como con ia resisten-
cia cultural, eso dependiendo del contexto social donde inscribir dichas se-
mioUcas. En este ultimo sentido, me gustairia avanzar un poco mas y plantear
25 Revisar sobre este punto el texto de Crod y Mayer (1998), donde se hace
alusion al testimonio de ios Argonautas y sus propias experiencias en
tomo al significado de tatuarse un c6digo de barra. [
de cuerpos, tatu^fes y culturasjuveniles rodrtgo ganter s 45
un surco, como formas de arar, o dei parcelar, cortar, roturary las operacio-
nes concomitantes, cercar, alambrar, fronterizar, limitar, y luego, inclinarse,
componerse, encogerse, acudillarse, acostarse, para leer. Operaciones real-
mente extranas si las pensamos no desde el saber, sino desde ei hacer, no
desde la mirada sino desde la mano, como una actividad manual"^'. Sobre
este aspecto Croci y Mayer logran articular una potente asociacion entre el ta-
tuaje y la escritura, pues para ellos si la practica de la escritura consiste en
trazar o marcar, resulta imposible no pensar en el tatuaje como una forma de
la escritura, donde ademas" existe una analogia en el procedimiento: una su-
perficie, una herramienta, una mano. El tatuaje es siempre un texto manus-
crito. I>a piuma del maestro tatuador es como ese instrumento de placer
cuyo proposito nunca esta en duda: tocar el otro cuerpo, pero cuya sorpren-
dente eficacia radica en su condicion de marca imborrabie, que inauguraria
la lectura, indudendo a leer, quiza cualquier cosa, pero siempre a leer"
(1998: 148).
Pero ante todo la importancia dei tatuaje como practica no esta dada
tanto por su modo de produccion al interior de las industrias culturales,
como por su consumo, o bien, por lo que los usuarios recrean a partir de su
consumo, es decir, a partir de su uso y produccion de segundo grado. (de
Certeau, 1995) silenciosa, cotidiana y fugaz. De este modo, ios Jovenes urba-
nos iejos de ser consumidores pasivos y receptores discipiinados de Ios ob-
jetos y bienes simbolicos que proiiferan en los circuitos del consumo masi-
vo, promueven unAproduccion secwndaria y muchas veces opaca e intersti-
cial, donde se desarrollan procedimientos de apropiacion de los bienes y
simboios para su propio beneficio.
Para hacer referencia a este campo de practicas, M. de Certeau (1995)
habia de las tacticas populares de microresistencia y apropiacion presen-
te en Ios sujetos de la vida urbano-cotidiana, donde el enfasis del enfoque no
se sitiia en torno a las representaciones sociaies de la gente comtin sobre
una determinada pracUca cultural, sino que resitua la mirada a partir de las
operaciones y procedimientos especificos que inventan los sujetos -en este
caso los Jovenes- para sobrevivir y desenvolverse en ios contextos urbanos.
Es decir, Io relevante de esta forma de mirar no estaria dado por las represen-
taciones sociales en torno al tatuaje o las mutaciones corporales, sino por lo
que Ios sujetos Jovenes realizan con los tatuajes, lo que hacen efectivamen-
te con ellos, los usos que ie otorgan y el como los consumen, Lo que en defi-
27 riicoi^ Rosa, Artefacto. Rosario, Beatriz Viterbo, 1992. Citado por Cro-
Cl/Mayer(i998).
de cuerpos, tatuq/eJK.g^|nras Juveniles rodrtgo ganter s 49
"ei tatuaje no es moda, porque el tatuaje vino para quedarse, los tatuado-
res van a seguir tatuando hasta que se mueran y a la gente ie va a gustar
cada vez mas el tatuaje. Entonces tiene que ser una pega para siempre. yo
creo que va dejar de ser una moda, va ser algo necesario para cada perso-
na, todo el mundo va necesitar tener un tatu^e (...) existira el tiempo en
que la gente va eiegir no tatuarse para no sentirse tan de este mundo (...)
yo creo que nadie va resistir no tatuarse" (Corzario).
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