Formulación Clínica en La Psicología

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La importancia de la formulación clínica en la psicología

La formulación clínica en un proceso terapéutico es de vital importancia, ya que

permite organizar la información recolectada de un paciente y su situación de padecimiento

para poder así brindar información de modo tal que permita al psicoterapeuta realizar una

hipótesis acerca de las causas, los precipitantes y los agentes de mantenimiento de los

problemas psicológicos, interpersonales y conductuales de una persona o grupo de

personas. También se puede decir que es importante la formulación clínica en el proceso

psicoterapéutico, porque puede servir de guía para el posterior tratamiento y poder tomar

las mejores decisiones terapéuticas que el profesional deberá llevar a cabo y resulte más

eficientemente la evolución y mejoría del paciente.

La formulación clínica de caso ha sido considerada una estrategia que facilita la

organización de la información recolectada en un proceso terapéutico, con el fin de

delimitar los problemas de relevancia clínica que presenta el consultante; establecer las

variables relacionadas con la adquisición y mantenimiento del problema; y estructurar un

plan de intervención que favorezca el cumplimiento de objetivos terapéuticos y metas

clínicas (Eells, 2007; Godoy & Haynes, 2011; Sturmey, 2008). Lo anterior, permite dar

cuenta que la formulación clínica se constituye como un sistema de organización de la

información muy importante en la intervención en psicología clínica, ya que esta puede

facilitar que se estructure la información recolectada y el profesional logre identificar los

aspectos particulares que deben ser considerados al momento de llevar a cabo el proceso

terapéutico.
Al igual que los autores anteriormente mencionados, pienso que la formulación

clínica es una herramienta esencial en el área clínica, ya que a partir de ella el profesional

toma las decisiones terapéuticas indicadas según el caso que corresponda, guiar el proceso

terapéutico hacia un tratamiento eficaz y poder evidenciar una evolución satisfactoria del

malestar o padecimiento del paciente, y que por lo tanto debe tener unas fuentes que

tengan validez y sean confiables o herramientas que le permitan al profesional recolectar la

información de un paciente, y de tal manera, poder describir y plantear los objetivos y

metas a los que el profesional pretende alcanzar en el proceso terapéutico con el paciente y

las hipótesis posteriores que pueden surgir con respecto al caso.

Según Haynes & O'Brien (2000), señalan que las fuentes o herramientas que llevan

a cabo para la recolección de información y de los aspectos particulares que pueden llegar a

surgir a lo largo del proceso terapéutico, son las siguientes: la entrevista, la observación

directa, los cuestionarios de autorregistros, las pruebas psicotécnicas y las historias clínicas

previas y se considera que otro aspecto a tener en cuenta en la formulación clínica es la

evaluación constante, ya que en todo el proceso de intervención es importante la evaluación

permanente del caso y la evolución y mejoría del paciente, que es a lo que se pretende

llegar en cualquier proceso terapéutico.

En una investigación encontrada, se puede evidenciar varios modelos de la

formulación clínica, uno de ellos es el de solución de problemas y mapa clínico

psicopatogénico (MCP) de Nezu y Nezu (1989) que se basó los programas de solución de

problemas sociales desarrollados por Thomas D´Zurilla en las décadas de 1970 y 1980.

Para Nezu, la terapia es un proceso a través del cual el terapeuta soluciona los problemas

presentados por el paciente y utiliza las cinco fases esenciales de las técnicas de solución de
problemas adaptadas al caso clínico: (i) orientación hacia el problema; (ii) definición del

problema y formulación; (iii) generación de alternativas; (iv) toma de decisiones y (v)

ejecución de la solución elegida (Haynes & O’Brien, 2000).

Se puede concluir que la formulación clínica es de suma importancia en el proceso

psicoterapéutico, ya que nos sirve de guía para el tratamiento adecuado del malestar o

padecimiento que tenga el paciente y la posterior evolución oportuna para el paciente, u

identificar las causas, los precipitantes, y problemas psicológicos, interpersonales y

conductuales de la persona.
Referencias:

Rodríguez, M., Vanegas, F. (2010). Validación de constructo de la formulación clínica por

procesos básicos. Psychologia. Avances de la disciplina, 4(1) pp. 25-38.

ISSN:1900- 2386. Recuperado de: https://www.redalyc.org/comocitar.oa?

id=297224086003

Haynes, S. & O'Brien, W (2000). Principles and practice of behavioral assessment. New

York: Kluwer Plenum.

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