Bornemann Seleccion de Poesias

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Seleción de poesías de Elsa Bornemann

Tiene cuartos misteriosos


Un día, una brújula y balcones asoleados,
-también- jardines hermosos
Un día, una brújula y desvanes con candados.
-que ya era muy viéjula-
chocó con burbújulas Tiene cuartos decorados,
y cayó en mis téjulas. patio, escaleras, terraza,
mil sótanos clausurados...
Prontito, a la bóbula y una paloma que pasa...
metí en una cájula
y -hoy- con su escóbula Los recuerdos -habitantes
yo barro las lájulas. de esa casa singular-
son fantasmitas errantes
¡Qué brujita pávula de uno a otro lugar.
y conservadórula!
¿Por qué no volábula No sale quien entra aquí:
en aspiradórula? casita de la memoria;
sólo sale -porque sí-
la paloma de la historia.
Si no existieran los gatos
Versitos para descalzarnos
Si no existieran los gatos...
¿quién maullaría? Descalzos y libres
¿quién maullaría? -patitas al viento-
los animalitos
Las llamitas de sus ojos caminan contentos.
-soles enanos-
¿quién las tendría? ¿Acaso la ardilla
usa zapatillas?
Acaso al abrir un cofre ¿Galochas el sapo?
forrado en luna ¿Sandalias el gato?
yo encontraría Ni patos ni patas
calzan alpargatas...
la triste quena gatuna ¡ni hay puercoespines
con sus sonidos que lleven botines!
de hechicería...
¡Andemos descalzos
Si no existieran los gatos, -aunque sea un rato-,
con acuarelas olvidemos juntos
los pintaría medias y zapatos!
Descalzos y libres.
y sus miau con mis violines ¡A tierra los pies!
sobre las noches (sentir su caricia
inventaría. siquiera una vez...)

La casita de la memoria ¡Vaya travesura!


-chicos de ciudad...-
Casita de la memoria: Descalza la siesta,
no sale quien entra allí. pies en libertad...
Justo archivo de la historia
y de lo que yo viví.
Cuento sin ton pero con son ¡Y cómo goza
la mariposa
En un calpo de ligubias cuando -en su copa-
un crosepo se trimaba toma la sopa
y -mientras- con siete mubias, por el jardín!
don Blopa lo remalaba. (sopa de rosa
o de jazmín...)
Tanto y tanto se trimó Tanto le cabe
tal crosepo enjalefado, que ya no sabe
que don Blopa lo irimó, quien se la topa
creyéndolo oxipitado. -volando hermosa
de copa en copa-
Moraleja: “Quien se trime si es mariposa...
bajo un calpo de ligubias, o marisopa.
las consecuencias estime
y no confíe en las mubias. Invasión de Pinochos

(Tal vez no entiendas lo loco Pinochos de carne y huesos


de este cuento ni con lupa… invaden la Tierra entera
El caso es que yo tampoco pero éstos siguien ilesos,
pero a mí no me preocupa… no como aquel de madera...

Como no existe el crosepo Llena de Pinochos


y don Blopa es un invento, rubios y morochos,
¡te confieso que no sepo Pinochos delgados,
por qué te conté este cuento!) gordos, colorados,
feos, buenos mozos;
Canción de todos los sueños todos mentirosos...
Sin fama o famosos,
Cajita de música todos mentirosos...
es mi corazón
cuando le doy cuerda Estás llena de Pinochos
con esta canción. Tierra bella e infeliz...
Preciso dos muchos, Estás llena de Pinochos...
un poquito y nada... ¡Que les crezca la nariz!
(cuanto más alegre,
más disparatada...) Que no sean felices
Hay cielo “a medida” ni coman perdices;
en esta canción, no lleguen a reyes,
solcitos nocturnos ni a paje ni a conde
y un rey de cartón; y el cuento termine
viejitos en cunas como corresponde:
y sabios bebés; como, cuando y donde,
patios plegadizos como corresponde.
y un lunes por mes;
un marcito propio Noticia atrasada
dentro de un jarrón...
Hay...todos los sueños Hace mucho, un príncipe inglés
en esta canción. infló un globo de goma al revés
y lleno del globo,
La marisopa flotando -el muy bobo-
¡se mantuvo cerquita de un mes!
Noticia policial Alería

El sol de septiembre Le agrego alas


vio que lo mataron a la ciruela
pero -indiferente- ¡es una mancha
se quedó callado. roja que vuela!

Todo el mediodía Le pongo alas


oyó los hachazos al tenedor
y cerró los ojos; ¡es avioncito
testigo asustado. cuatrimotor!

Su cuerpo despierto Le pego alas


-pajarero manso- a la tristeza:
con un sordo grito ¡me deja sola,
cayó en el asfalto. la muy traviesa!

-Era feo...-dicen- Y estas dos alas


-Enormes sus brazos. son para mí...
-Junto al rascacielos, Me voy volando...
inútil su canto. y ya me fui.

Tampoco-cobarde-
supe yo salvarlo. Cuento anaranjado que puede transformarse
Hoy, en Buenos Aires, en blanco
han matado un árbol.

Un lagarto anaranjado
La verdadera historia de la farolera se fabricó un par de zancos
-para cruzar una zanja
“Dos y dos son cuatro...” sin mojarse las chinela-
y los pintó de naranja
No, señor, la farolera bajo la luz de una vela.
no ama a ningún coronel
sino al buen guardabarreras... Pero los hizo tan largos,
que en vez de cruzar la zanja
“Cuatro y dos son seis...” -como quería intentar-
sus gigantescas zancadas
Crecida de enredaderas, le permitieron cruzar
no cambia por el cuartel una aldea anaranjada...
la casilla de madera...
(Si no te gusta el color
“Seis y dos son ocho...” que colorea este cuento,
o crees que no combina
¡Que se alcen las barreras con el lagarto y sus zancos...
porque -encendiendo su noche- ¡pásalo por lavandina...
ya pasa la farolera! y tendrás un cuento blanco!)

“y ocho, dieciséis...”

Poesías extraídas del libro Disparatario. 55


versicuentos y un cuento de Elsa Bornemann

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