Apego Tesis Seguro
Apego Tesis Seguro
Apego Tesis Seguro
ÍNDICE
Pág.
I. RESUMEN……………………………………………………….. 3
II. DELIMITACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO, DEFINICIÓN
DEL PROBLEMA Y FUNDAMENTACIÓN………………..…… 4
III. OBJETIVOS………………………………………………………. 6
Objetivo general…………………………………………………… 6
Objetivos específicos…………………………………..…….……. 6
IV. METODOLOGÍA……………………………………..….……..… 7
V. DESARROLLO CONCEPTUAL………………………….……… 8
1 La teoría del apego…………………………………..………..…. 8
1.1 Conceptos centrales de la teoría………..……………….….. 10
1.1.1. Apego y figura de apego…………………………..….. 10
1.1.2. Sistema conductual……………………………..…….. 11
1.1.3. Sensibilidad y disponibilidad del cuidador…………… 12
1.1.4. Modelo operativo interno……………………..……… 13
1.1.5. Patrones de apego…………………………………..… 14
1.2. El apego en el desarrollo personal y social……………..…. 16
1.2.1. Apego y autoconcepto…………………………..……. 17
1.2.2. Apego y psicopatología…………………..…….…..… 19
2 El apego en la escuela……….………………………..…………. 22
2.1. Patrones de apego en el aula…..…………………..………. 23
2.2. Rol del docente desde la teoría del apego..……………..… 25
2.3 El valor del manejo de la teoría del apego para el docente… 28
VI. SÍNTESIS Y CONCLUSIONES……………………..…………… 32
María Beláustegui
!2
María Beláustegui
I. RESUMEN
El apego, seguro o inseguro, que se establece desde la infancia temprana, repercute en las
interacciones del sujeto con su entorno, especialmente en los vínculos del niño en la escuela.
Esta investigación plantea que los docentes podrían establecer vínculos con sus alumnos que
permitirían compensar los apegos inseguros conformados en la primera infancia. El presente
trabajo tiene como objetivo analizar la incidencia que se le reconoce a la figura del maestro
en el desarrollo psicosocial de los niños desde la teoría del apego. Partiendo de los aspectos
más importantes de la teoría del apego, se busca poner en evidencia la relevancia de las
docente. Se relevan los patrones de apego profundizando en las características de cada uno en
las conductas del niño en la escuela. Luego, se presenta la importancia de que el docente
conozca la teoría del apego y los mecanismos psicológicos en los que está involucrada su
figura educativa.
Se concluyó, a partir de una revisión bibliográfica, que los vínculos de apego del niño se
trasladan al aula en su relación con los docentes y pares. Se precisó la importancia del
docente como figura de apego subsidiario, cuya construcción se logra a partir del despliegue
de estrategias que posibiliten las interacciones positivas, así como las relaciones de seguridad
y confianza con el docente, entre ellas las experiencias lúdicas y las tareas escolares.
propicia la cercanía y la constitución de éste como una figura confiable en los niños, sobre
todo, en aquellos con base de apego inseguro.
!3
María Beláustegui
PROBLEMA Y FUNDAMENTACIÓN
el desarrollo psicosocial de los niños desde la teoría del apego. Estudia la importancia que
tiene la intervención del docente en el desarrollo psicosocial durante las primeras etapas de la
vida de la persona y la capacidad del mismo para compensar patrones de apego inseguro. La
hipótesis de esta investigación postula que los docentes podrían establecer vínculos con sus
alumnos que permitirían compensar los apegos inseguros conformados en la primera infancia.
vínculos de apego (Moreno, 2010). Durante los primeros años de vida, los niños depositan
toda la sabiduría, fortaleza y virtud del mundo en sus padres pero, en la etapa preescolar,
próxima, estableciendo vínculos con la maestra y sus pares (Stone y Church, 1986).
apego subsidiario y compensar los apegos inseguros de los alumnos estableciendo vínculos
que favorezcan el desarrollo social y académico futuro (Gordillo, Ruíz, Sánchez y Calzado,
2016; Sierra y Moya, 2012; Geddes, 2017). Los autores se fundamentan en la teoría del
apego de John Bowlby (2012), quien estudió la construcción de los vínculos emocionales de
corriente del apego en el aula toma los presupuestos de dicha teoría y sostiene que los niños
en edad escolar desarrollan mejor sus capacidades y son más felices cuando saben que tienen
(Gordillo et al., 2016). Se hace una revisión de la teoría del apego desde los aportes teóricos
de autores especializados que han trabajado el tema del apego infantil, tanto en Europa como
!4
María Beláustegui
conductas o prácticas de crianza de parte de sus padres. Entre estas prácticas se incluyen la
respuesta tardía a las demandas del niño, el desdén por los cuidados del infante y la falta de
!5
María Beláustegui
III. OBJETIVOS
• Realizar una revisión bibliográfica sobre los aspectos más importantes de la teoría
del apego;
• Relevar los patrones de apego y caracterizar cada uno en las conductas del niño en
la escuela;
!6
María Beláustegui
IV. METODOLOGÍA
“apego inseguro”, “apego seguro”, los cuales se cruzaron con “docente”, “maestro”,
“escuela”, “desarrollo infantil” y “psicopatología”. Los artículos de investigación se
que utiliza un buscador integral compuesto por Ebsco, JSTOR, ProQuest entre otros. La
búsqueda se complementó con Google Académico desde junio de 2018 hasta abril de 2019.
teórica. Las fuentes de la investigación están conformadas por libros de referentes teóricos
relacionados con la teoría del apego, como Bowlby (2012), Marrone (2009), Di Bártolo
(2016), así como autores actuales que han trabajado el apego en el ámbito escolar, entre ellos
Geddes (2017), Allidiére (2013), Salinas (2013, 2015,2017), Sierra García y Moya Arroyo
(2012) y de Gordillo, Ruíz, Sánchez y Calzado (2016), entre otros estudios actuales.
!7
María Beláustegui
V. DESARROLLO CONCEPTUAL
La teoría del apego surgió en la década del 60. Su principal exponente fue John
Bowlby quien estudió el lazo afectivo que establece el niño con las personas encargadas de
sus cuidados ofreciendo una alternativa a la metapsicología tradicional del psicoanálisis.
psicología cognitiva y evolutiva. Teóricos de estas líneas coinciden en que el bebé, a los 12
meses, han desarrollado un fuerte vínculo libidinal con una figura materna, pero se
diferencian al establecer cuáles son las dinámicas que promueven y subyacen a este vínculo
(Bowlby, 2012).
secundarias, pero establece diferencias. La teoría freudiana postula que el individuo necesita
a otro ser humano para satisfacer sus necesidades primarias: la de alimentación en la niñez y
el sexo en la edad adulta. El sexo y el alimento se categorizan como impulsos primarios,
mientras que las relaciones personales son secundarias. Lo esencial y distintivo del
paradigma propuesto por Bowlby es que supone que los lazos emocionales íntimos entre
individuos tienen una función primaria, no subordinada ni derivada del alimento ni del sexo
(Marrone, 2009). La tendencia a establecer lazos emocionales es innata y cumple una función
Los principios postulados por Bowlby (2009) parten de la existencia de una tendencia
biológicamente determinada en el niño hacia la interacción con los seres humanos, con
activa especialmente por el dolor, el cansancio y ante cualquier situación atemorizante con el
objetivo de mantenerse próximo a la madre. La Teoría del Apego postula que la persona nace
con la necesidad de formar vínculos afectivos estrechos, acudiendo al término apego para
teorizar acerca del origen y el desarrollo de las relaciones interpersonales tempranas (Bowlby,
!8
María Beláustegui
2012). La tendencia a establecer lazos emocionales permanece durante toda la vida y tiene
una función biológica primaria clave para la supervivencia que es la de protección (Bowlby,
2012). Además, como se verá más adelante, la teoría del apego amplió la visión psicoanalítica
tradicional al entender la relación de apego del infante, no solo con sus progenitores sino
también con cualquier otra figura que ejerza el cuidado y la crianza, o que esté próxima al
Bartolo (2016). Ainsworth se dedicó a hacer estudios empíricos con madres y niños en
Uganda. La autora estudió las conductas de protección, que proporcionan sostén y seguridad
al infante durante los primeros años de vida, así como la conducta de independencia, la cual
tiene que ver con la conducta que tiene el niño en explorar y aprender sin temor (Marrone,
Ainsworth quedó sorprendida por el modo en que los niños, una vez que pueden
moverse solos, utilizan a las madres como una base a partir de la cual explorar.
Cuando las condiciones son favorables, un niño se aleja de la madre para hacer
excursiones exploratorias y regresa a su lado de vez en cuando. Casi todos los niños
de ocho meses de edad observados, que habían tenido una figura materna estable a
la cual apegarse, mostraban esta conducta; pero en caso de que la madre estuviera
Como se explicará más adelante, fue a partir de los trabajos de Ainsworth que se
desarrolló la idea de que una madre sensible y dedicada proporciona al niño una base segura
desde la cual explorar y a la cual regresa cuando está preocupado o angustiado (Bowlby,
2012). Es la madre o la persona que funge como cuidadora del infante, la que le otorga la
seguridad para hacer las exploraciones que le permiten tomar contacto con el entorno. El
!9
María Beláustegui
vínculo de apego primario que se establece con el cuidador y las conductas que se desarrollen
en base a él funcionan como modelo para el desarrollo de patrones conductuales que incidirán
El término “apego” se refiere a un vínculo particular, “el que nos une solo a personas,
muy cercanas y muy especiales” quienes tienen la potencia de una figura de apego, con la
mucha intensidad, y habilitar nuestro mejor funcionamiento” (Di Bártolo, 2016, p. 14). La
persona con la que se establece este tipo de vínculo se llama figura de apego y es aquella
persona que brinda seguridad en situaciones de hambre, inseguridad, miedo, tensión o peligro
establecerse con cualquier persona sensible a las demandas del niño que otorgue seguridad
(Marrone, 2009; Salinas, 2017).
Decir de un niño (o de una persona mayor) que está apegado o que tiene apego a
puede darse con otra figura próxima al infante y que funja de cuidador. Asimismo, el apego
no está ligado solo a la infancia, sino que los vínculos de apego están presentes en las
!10
María Beláustegui
proximidad e interacción entre ambos (Ainsworth, 1969; Ainsworth & Bell, 1970). Este
dolorido o ante situaciones atemorizantes; buscando el consuelo y los cuidados de las figuras
activan cuando la conducta de apego está relativamente inactiva. Son conductas que alejan al
lugar a las conductas de apego que buscan la proximidad a la figura de apego (Bowlby,
2012).
3 -Conducta del cuidador: Las conductas del cuidador son los comportamientos con
los que responde el cuidador a las conductas de apego del niño. Los comportamientos de
apego y de exploración del niño se organizan de acuerdo a los comportamientos con que
!11
María Beláustegui
provienen de los aportes de Ainsworth quien infirió, a través de sus investigaciones basadas
cuidador que están claramente relacionados con el estilo de apego que desarrolla el niño. La
disponibilidad es la capacidad del cuidador de responder en forma oportuna a las señales del
niño. La sensibilidad es la habilidad para percibir e interpretar adecuadamente las señales del
niño y responder de manera apropiada (Di Bártolo, 2017). Partiendo de esta definición, se
puede señalar que toda respuesta sensible incluye, al menos, cuatro etapas: a) percepción
adecuada de la señal, b) interpretación correcta de la señal, c) selección de la respuesta
La falta de sensibilidad del cuidador se observa cuando éste responde de manera hostil,
desagradable o fracasa en la interpretación de las necesidades o deseos del niño (Marrone,
recibe ayuda para calmarse. Esto podría incluir el fracaso en la interpretación de los estados
emocionales del niño (Salinas, 2017). Las figuras de apego proporcionan tranquilidad,
organización y fortaleza al estar disponibles y al responder de manera sensible a los
requerimientos del niño. El grado en que se den estas dos variables en el comportamiento del
manera continua durante el primer año de vida aumenta la probabilidad de construir un apego
seguro en el niño. Las respuestas sensibles evocan sentimientos de integración del self y de
representaciones de una valoración personal por parte del otro (Bowlby, 1986, 2012).
serie de conductas innatas definidas por comportamientos como succionar, agarrarse, llorar y
!12
María Beláustegui
organización de estas conductas tiene como resultado un patrón de apego (Bowlby, 2012). El
Bártolo (2017) “a medida que las experiencias se acumulan el niño empieza a construir
expectativas sobre lo que va a pasar en el intercambio con esa persona, y a esperar en función
de lo que va recibiendo” (p.20). Por lo tanto, el apego puede ser visto como una organización
puede persistir durante largos períodos, aun cuando no se percibe la figura de apego
(Ainsworth, 1969).
Según como la figura de apego responda a las demandas del niño en las etapas más
tempranas del desarrollo, se van a establecer un MOI sobre los cuales tendrán lugar las
posteriores relaciones. Las interacciones diarias con los cuidadores tempranos generan un
patrón de relación que se va a replicar en las relaciones posteriores (Bowlby, 2012, 1986).
Los MOI se forman durante los primeros meses de vida a partir de la interacción con los
porque el modo en que se comporta la figura de apego tiende a permanecer invariable. Sin
embargo, si bien suelen permanecer estables y el niño tiende a imponer los patrones de
apego, los MOI pueden recalificarse y modificarse gracias a experiencias con diferentes
La interacción del bebé con el ambiente, sobre todo con la madre, es utilizada por el
niño para construir la representación mental del sistema de conductas y su posterior
!13
María Beláustegui
interiorización, configurándose así el MOI (Bowlby, 1986, 2012). Una vez establecido el
MOI, las conductas de apego y exploración se organizan en base al mismo. El modelo que se
establezca va a depender del grado de satisfacción de las demandas del niño, es decir, de la
calidad de la respuesta de la figura de apego con la que se establecen los primeros lazos
vinculares significativos (Bowlby, 1986, 2012). Estos modelos se organizan en base a la
sensibilidad y el comportamiento de los cuidadores con los niños (Di Bártolo, 2017). Un
aspecto clave de los MOI es la noción sobre quiénes son las figuras que brindan seguridad,
dónde se encuentran y cómo se espera que respondan (Salinas-Quiroz, 2013).
Como se ha explicado, el niño nace con la tendencia a formar vínculos de apego pero
estos vínculos pueden funcionar de manera eficiente o no. La cualidad del vínculo se da sobre
las diferencias individuales dependiendo de las experiencias de cada niño con su figura de
apego (Bowlby, 2012). El vínculo emocional no es un fenómeno observable, sino que se
infiere a partir de conductas (Salinas, 2017). En este sentido, existen cuatro tipos de apego
inseguridad. La variable organización refiere a si las conductas de apego del niño tienen una
organización lógica, es decir, si el niño tiene una estrategia conductual establecida frente a
situaciones de angustia. La variable seguridad alude al grado de confianza que tiene el niño
para explorar el mundo. Los patrones de apego organizados son: a). el seguro, b). el inseguro
evitativo y c). el inseguro ambivalente; todos ellos tienen una estrategia distinta frente a las
disponibles a las demandas del infante y, a su vez, interpretan y responden adecuadamente las
conductas de apego del niño. Son niños con experiencias de cuidado fiable y empático. A
través de estas experiencias, entiende que puede haber otros adultos que se comporten de la
misma forma (Marrone, 2009). Las respuestas sensibles repetidas durante el primer año de
!14
María Beláustegui
vida son el mejor predictor de un apego seguro (Bowlby, 2012). Las figuras de apego
sensibles son interiorizadas por el niño como fuente de seguridad para explorar el mundo y
construir poco a poco su red psico-socio-afectiva (Barudy y Dantagnan, 2005). Los niños con
Bártolo, 2017). Marrone (2009) sintetizó el apego seguro con la idea de que “los niños
pequeños necesitan desarrollar un vínculo seguro (base segura) con sus padres para poder
desarrollar conductas exploratorias óptimas y enfrentarse con eficacia a las situaciones
desconocidas” (p. 76). Algunas características de los niños con apego seguro son: autoestima
alta, confianza en sí mismos, aceptación de sus pares, capacidad para regular sus emociones,
empatía y capacidad para la intimidad, flexibilidad emocional y capacidad para experimentar,
expresar y demostrar afectos variados. En ese sentido, los patrones tempranos de interacción
El apego inseguro se establece cuando el niño no recibe una respuesta sensible por
parte de la figura de apego. La falta de una adecuada satisfacción de sus demandas generan
formación intervienen figuras de apego que no responden a los requerimientos del niño, lo
1986, 2012).
del cuidador generan ambivalencia en el niño (Marrone, 2009). En los niños con este tipo de
!15
María Beláustegui
con una mezcla de enojo y búsqueda de proximidad. El vínculo con la figura de apego es
los que predominan las conductas de apego con el fin de llamar constantemente la atención
actitud distante de parte de la figura de apego. Estos cuidadores niegan las necesidades del
niño tomando distancia o distorsionando los sentimientos (Bowlby, 2012). Estos niños
tienden a rechazar o evitar el contacto con otra persona en momentos de ansiedad (Bowlby,
conductas de apego para asegurar el contacto con sus cuidadores con el menor rechazo y
angustia posible. Paulatinamente, el niño aprende que, si se porta “bien” y es autosuficiente y
poco demandante, obtendrá mayor atención por parte de su cuidador. Son infantes que
traumáticas con cuidadores que asustan al niño de manera imprevisible. El hecho de que la
persona que debe proporcionar seguridad al niño, en ciertas ocasiones, también genere temor,
hace que el niño se desorganice (Marrone, 2009). Como se dijo anteriormente, estos niños
son incapaces de establecer una estrategia organizada frente al estrés (Di Bártolo, 2017). Los
!16
María Beláustegui
En las primeras etapas del desarrollo emocional del niño el ambiente desempeña un
papel vital (Winnicott, 2015). El desarrollo, entendido como un proceso que comprende los
ambiente en que vive el individuo. Si estas condiciones son favorables, el potencial genético
La teoría del apego destaca que las relaciones tempranas influyen en el desarrollo de
estructura dentro de una serie de vías posibles según las experiencias del individuo. Al nacer,
cada individuo tiene caminos potenciales para el desarrollo de la personalidad, muchos
compatibles con la salud mental y varios incompatibles. Las vías por las cuales se desarrolla
tomar vías saludables está ligada a la sensibilidad de las figuras de apego para responder a las
demandas del niño (Bowlby, 2012). Es decir, la relación de apego con las figuras primarias
tienen consecuencias a lo largo del ciclo vital e influyen en el desarrollo y la salud mental (Di
variable durante todo el ciclo vital ya que si el modo de responder al niño cambia, es posible
que el desarrollo tome vías más o menos saludables aunque la capacidad de cambio
disminuye conforme pasan los años (Bowlby 1993, 2012).
!17
María Beláustegui
que los niños se perciben a sí mismos y cómo se desean proyectar ante los demás está
determinada por la seguridad que los niños perciben en sus relaciones de apego (Penagós,
actúan de modelos sobre los que se desarrollarán las relaciones posteriores (Martínez,
por el autoconcepto que posea en ese momento (García Bacete y Doménech Betoret, 2000).
la relación entre los estilos de apego y las dimensiones del autoconcepto en adolescentes
escuelas públicas y privadas de la ciudad de Mar del Plata, con edades comprendidas entre 15
adolescentes con apego seguro describen una imagen significativamente más positiva de sí
mismos en lo social, académico/laboral, emocional, familiar y físico que aquellos con apego
inseguro evitativo que presentaron puntuaciones significativamente menores en todas las
dimensiones del autoconcepto. Asimismo, las personas con estilo de apego inseguro
seguro. En ese sentido, el estudio constató la relevancia que tiene la calidad de los vínculos
Penagos, Rodríguez, Carrillo & Castro (2006) evaluaron la relación que existe entre el
apego, el autoconcepto y algunas características de las relaciones románticas en una muestra
!18
María Beláustegui
de 1435 adolescentes. Las dimensiones evaluadas de las relaciones fueron cuidado, pasión,
sociodemográfico, un instrumento que indaga las relaciones de apego con la madre, el padre
seguridad que los jóvenes perciben en sus relaciones de apego con figuras cercanas repercute
en la manera como estos se perciben a sí mismos y cómo se desean proyectar ante los demás.
Las relaciones caracterizadas por altos niveles de confianza, comunicación y cuidado con
influencia del apego sobre las relaciones románticas, se asociaron los niveles de seguridad del
apego con las dimensiones de cuidado y satisfacción global. Las características de las
relaciones románticas son explicadas, en su mayoría, por la relación de apego con la madre y
siente cuidado y protegido, característico de una relación de apego seguro, trasmitirá estas
mismas particularidades a sus relaciones fuera del contexto familiar. Esto es consistente con
los postulados de Bowlby (2012) quien plantea que un apego seguro le permitiría al niño
verse como alguien digno de afecto, valioso, y que puede relacionarse positivamente con
otros en las etapas posteriores de la vida.
Como ya se ha explicado, el desarrollo personal y social del niño está determinado por
la interacción de éste con su entorno (Bowlby, 2012). Dentro de las posibilidades de cada
sobre todo, por el modo en que sus cuidadores lo tratan y por el modo en que él responde.
Bowlby consolidó su teoría sobre la base de que muchas psicopatologías se originan en
!19
María Beláustegui
de crianza. El autor consideraba que las enfermedades mentales eran el resultado del fracaso
individuo tome una vía de desarrollo por debajo del óptimo durante la niñez o adolescencia
(Bowlby, 1986). En palabras de Bowlby (2012):
Los niños cuyos padres son sensibles están capacitados para desarrollarse por un
incompatible con la salud mental, y que los hace vulnerables a la depresión en caso
El desarrollo puede tomar vías más o menos favorables dado que el curso del desarrollo
posterior no es fijo (Bowlby, 2012). Autores más actuales como Marrone y Di Bártolo
Según estos autores, los patrones de apego no son determinantes sino que funcionan como
factores de riesgo o protectores (Marrone 2009, DiBártolo 2017). Los factores de riesgo son
el riesgo del desarrollo de psicopatología (Cusminsky et al., 1994). Los factores protectores
contienen una estrategia para enfrentar situaciones y regular las emociones. Cuando un niño
está expuesto a situaciones negativas, el modo en que responda a estas dependerá de sus
representaciones internas. Los patrones inseguros son un factor de riesgo que aumentan la
vulnerabilidad del individuo a padecer enfermedades mentales (Di Bártolo, 2017). Asimismo,
los estilos de apego seguro funcionan como un factor protector ya que niños con este patrón
de apego tienen representaciones positivas sobre sí y sobre los otros, confían en su capacidad
!20
María Beláustegui
de obtener los recursos necesarios y son capaces de pedir y recibir ayuda. Sobre la base de
esas representaciones, estos niños, pueden utilizar adecuadamente sus recursos frente a
en crisis en los cuales los conflictos son frecuentes, la cohesión es baja o predomina el
castigo están asociados a los primeros consumos en los adolescentes. El abuso de sustancias
psicoactivas constituye un factor influyente del bajo rendimiento académico, el deterioro de
juvenil (Cogolo Milanés, Arrieta Vergara, Blanco Bayuelo et al., 2011). Estudios como este
refieren la influencia del maltrato, los abusos y en general, los patrones de apego inseguro en
multiproblemáticas. Marrone (2009) precisa que, en estos casos, existe una insuficiencia
grave de parte de los padres para el desarrollo óptimo y sano de la vida familiar.
!21
María Beláustegui
2. El apego en la escuela
El apego en el aula se sustenta en la teoría construida por John Bowlby (2012) y otros
teóricos, cuyos postulados se señalaron en el apartado anterior. Los autores que estudian la
figura del docente desde el apego afirman que los alumnos reactualizan o reproducen en el
aula las maneras de vincularse que han internalizado en sus experiencias de vida y de manera
Son diversas las investigaciones que han resaltado el papel del maestro en la vida de
los niños, desde la primera infancia incluso. Particularmente, resaltan las investigaciones de
Geddes (2017), Gordillo, Ruíz, Sánchez y Calzado (2016), Salinas-Quiróz (2013) y Salinas-
Quiróz y Posadas (2015). Estos estudios en su mayoría subrayan el papel del docente como
figura subsidiaria o compensatoria del infante, lo cual tiene un peso importante en las
relaciones y vínculos dentro del aula con sus compañeros y en el rendimiento escolar.
partir de los diez meses cuando las experiencias afectivas del niño se expanden (Bowlby,
2012). Es decir, ya no será solo la figura materna el mundo emocional del bebé, sino que
pueden existir otras figuras subsidiarias. Estas figuras adquieren importancia en la vida del
niño, pues en ellas puede encontrar la base de seguridad que necesita cuando no está la madre
(Bowlby, 2012). Generalmente, las figuras subsidiarias formarán parte del entorno más
niño los cuidados, la atención y el afecto que necesita, creándole una sensación de seguridad
Geddes (2006) también se refiere a las figuras subsidiarias al estudiar la relación entre
interacciones del niño con el maestro y en las actitudes o conductas frente a las tareas en
!22
María Beláustegui
apego inseguro desorganizado (Marrone, 2009). De acuerdo con el patrón de apego que
establezca el infante en sus experiencias previas y en las relaciones familiares, se organizarán
los modelos de conducta en el ámbito escolar (Geddes, 2017). Los alumnos reproducen en el
los niños con apego seguro se suelen adaptar más fácil en la etapa preescolar, a diferencia de
los niños con base de apego inseguro. Los infantes con apego seguro que experimentaron
vínculos de apego con un cuidador sensible, fiable y de confianza esperan que el profesor esté
disponible. En esto coinciden Gordillo, Ruíz, Sánchez y Calzado (2016) y Sierra y Moya
(2012), quienes precisaron que un niño con una figura de apego seguro, es decir, que le
proporcione seguridad, afecto y comprensión, entiende que puede haber otros adultos que se
comporten de la misma forma. En el caso del docente, resulta natural que los niños puedan
Por el contrario, “aquellos niños que han desarrollado un apego inseguro evitativo, a
partir de que sus demandas no han sido atendidas, muestran tendencia a no mostrar
necesidad” (Gordillo et al., 2016, p. 198). Estos alumnos tienen una actitud de aparente
indiferencia y distracción en la escuela. Son niños que niegan la necesidad de apoyo y ayuda
del profesor. Un error común en este tipo de alumnos es que se crea que son niños adaptados
sin dificultad. No obstante, se trata de una situación en la cual el niño evita llamar la atención
buscando pasar desapercibido. Generalmente son niños que realizan las tareas en solitario
debido a la necesidad de autonomía e independencia respecto al profesor. En general hacen
“Entró a clase sin saludar a la maestra y ocupó su sitio. Sacó el material que
necesitaba y comenzó a hacer los ejercicios de matemáticas a partir del punto en que
!23
María Beláustegui
lo había dejado en las clases anteriores. Cuando se encontraba con alguna dificultad,
cerraba el libro, sacaba otro y volvía a hacer lo mismo. En ningún momento pedía
casos el niño es “incapaz de predecir las acciones de los demás. Esto genera por una parte
desarrollado este tipo de vínculo con la figura principal, basado en la inconsistencia, tienden a
desarrollar el mismo patrón de conducta con el docente. “El niño teme que la relación con el
maestro se vuelva tan impredecible como la establecida con la principal figura” (Gordillo et
al., 2016, p. 199). Son alumnos con dificultad para centrarse en las tareas dado que están
Pero pronto sus maneras caballerescas dejaban paso a órdenes e intentos de dominio, a
medida que el profesor intentaba imponer su tarea. Si el tutor pensaba comenzar con
lengua, Len le pedía empezar por matemáticas. Si las matemáticas iban en primer lugar,
se quejaba diciendo que el profesor le había prometido comenzar por dibujar. (Geddes,
2017, p.91)
Con respecto a los niños con apego desorganizado, estos autores refieren que son
infantes que han experimentado conductas negligentes vinculadas por parte de la figura de
apego. Por esa razón, se caracterizan por demostrar temor, indefensión y están en constante
alerta por las experiencias vividas con la figura referente (Gordillo et al. 2016). Este tipo de
conducta de estos alumnos es complicada y desafiante, son niños que ponen a prueba todas
las iniciativas que la escuela ofrece. La relación con el docente es conflictiva dado que tienen
!24
María Beláustegui
gran dificultad para confiar en él y en permitir que este le enseñe algo nuevo. Son niños que
podrían parecer omnipotentes y “sabelotodo“ por la dificultad para aceptar que no sabe
volviera a sentarse, arrastró la silla ruidosamente golpeándola. (…) Jim tiró la hoja y,
organizado y sus conductas pueden ser tanto transgresoras como de excesiva inhibición y
aislamiento. Tienden a presentar dificultades para acatar las normas a la vez que suelen
determinaron que es fundamental la calidad de las primeras figuras de apego en la vida del
niño para el desarrollo de las posteriores relaciones de apego y amistad. Como se planteó
El rol de cuidadores fuera del ámbito familiar es clave en casos de apego inseguro,
desarrollo integral del niño en cuanto a su labor preventiva y compensatoria frente a posibles
!25
María Beláustegui
estudiado los vínculos de apego que se producen en los jardines de infantes a partir de la
observación y de entrevistas con informantes clave. Según este autor, la calidad y cantidad de
tiempo que pasen los infantes con sus cuidadores es fundamental para que se organice una
nueva experiencia de apego. A medida que los niños dirigen conductas de apego hacia los
ocurrido en la relación con la madre. Se puede instalar una relación de apego entre el maestro
y el alumno que sirva de compensación a la figura principal, pero esto se logra cuanto más
estas relaciones infante-docente de base segura, predicen tanto en la educación inicial como
en los niveles superiores “a) el ajuste conductual de los infantes; b) su aceptación social; c)
p. 1034).
El estudio teórico de Sierra y Moya (2012) toma como base el concepto de respuesta
sensitiva descripto por Bowlby (2012) para analizar el rol del docente. Concluyen que cuando
el maestro se muestra sensible hacia los niños con base de apego seguro, es esperable que se
establezcan relaciones seguras entre ambos. Pero en el caso de niños con una base de apego
inseguro, que trasladan las mismas inquietudes e inseguridades a la escuela, la respuesta
sensitiva de parte del docente podría remodelar la base de apego insegura y construir un
relaciones afectivas seguras con los docentes. Estas relaciones constituyen “una reserva
como recursos que el docente puede usar para propiciar la vinculación afectiva y emocional
segura y confiable, las tareas constituyen un mecanismo de intervención. Esto se debe a que
los niños con una base de apego inseguro suelen ser hostiles o tener desagrado hacia las
asignaciones escolares o tareas; suelen atravesar la experiencia de las tareas como un asunto
complejo frente al cual se sienten inseguros. El docente puede articular sus procesos de
!26
María Beláustegui
interacción a través de las tareas, “la planificación de las mismas, las instrucciones de
ejecución y el refuerzo positivo pueden ser aliados beneficiosos tanto para el desarrollo del
niño como un facilitador de las interacciones con la maestra y los iguales” (Sierra y Moya,
2012, p. 186).
perspectivas sobre la figura del apego desde la infancia temprana y su relación con los
vínculos en el ámbito escolar. Esta investigación trabaja la respuesta sensitiva como uno de
los aspectos fundamentales en la formación del apego. En ese sentido, insiste en fomentar
respuestas sensitivas por parte de los docentes para lograr la adaptación y el buen
desenvolvimiento del niño en el ámbito escolar. El autor, recomienda trabajar sobre un
modelo infantil que se centre en las necesidades afectivas de los niños y hace algunas
propuestas para manejar y organizar el periodo de adaptación de los niños, entre ellas:
familiarizar previamente al niño con el lugar, las educadoras, algunos compañeros, entre
otros; permitir la compañía de algún familiar durante los primeros días de adaptación escolar;
establecer dinámicas de juego y trabajo grupal; ofrecer una disposición cómoda de los objetos
a) favorecer la aceptación positiva de su figura corporal, sea cual sea esta; b) favorecer
la aceptación de cualquier diferencia: sexo, raza, minusvalía, familia de procedencia,
lugar de “haces todo mal”, o “fíjate como tu compañero lo hace mucho mejor”; f) en las
correcciones debe evitarse en negativo el verbo ser (de forma que nadie es feo, inútil,
!27
María Beláustegui
indicaciones para que las lleve a cabo; h) proponer tareas en las que el niño pueda tener
éxito acomodándolas a su capacidad para que tenga frecuentes éxitos; etc. (Cantero,
2003, p. 12).
Siguiendo con una investigación similar que pone de manifiesto las estrategias de
juego como herramientas para crear vínculos de apego escolar en niveles primarios, se
encuentra el estudio de Larrabure y Paolicchi (2016). Las autoras exploraron la relación entre
juego. Los objetivos específicos del estudio fueron: observar la interacción de los niños entre
pares y adultos durante el recreo; indagar las percepciones que los directivos, docentes y
profesionales tienen del juego y el apego de los niños con los que trabajan. La metodología se
Las autoras concluyeron que las actividades lúdicas facilitan la conformación de vínculos de
como parte del proceso de subjetivación del niño. Asimismo, resaltaron la importancia de que
las escuelas convoquen a padres y niños a realizar actividades lúdicas y la necesaria
el aporte que hacen a la subjetivación del niño y al fomento de vínculos de apego seguro.
estrategias no solo para promover vínculos de apego subsidiarios o que compensen la base de
apego inseguro, sino también pueden contribuir al apego seguro al fomentar la participación
de los padres y alumnos en actividades lúdicas y recreativas.
!28
María Beláustegui
teoría del apego. Conocer dicha teoría, permite al docente entender la importancia de
establecer vínculos de apego seguro y cómo hacerlo sobre todo con los niños de apego
inseguro. (Allidiére 2013, Bergin & Bergin 2009, Sierra y Moya 2012, Farkas et al. 2015,
Huaiquián- Billeke, et al. 2016, Gordillo et al. 2016, Geddes 2017). Esto ayudará a los
educadores a ser más efectivos, especialmente con alumnos desafiantes (Bergin & Bergin,
2009). Allidiére (2013) profundiza en este tema y señala que limitar la formación docente al
estudio de la pedagogía y de la didáctica, dejando de lado contemplar los factores
conocer acerca de la teoría del apego, ayudaría a los docentes a desarrollar conductas que los
conviertan en una base de apego seguro sobre la cual los alumnos puedan desarrollar todas
sus capacidades.
El estudio de Sierra y Moya (2012) ilustra la importancia que tiene para el docente
conocer la teoría del apego y las maneras en que puede intervenir frente a alumnos con base
de apego inseguro. Se basaron en la recopilación y contraste de datos teóricos e
investigaciones que se han dedicado a profundizar en la teoría del apego en la escuela. En ese
pares. Se analizó cómo el maestro puede convertirse en una figura relevante para el niño,
principal para propiciar el apego, la investigación de estas autoras coincide con el trabajo de
tiempo de interacción entre docentes y alumnos constituye uno de los aspectos fundamentales
para propiciar que el docente actúe como una figura subsidiaria de apego.
!29
María Beláustegui
entre las respuestas sensibles de madres y docentes en su interacción con infantes de un año
de edad durante propuestas de juego libre. Se trató de un estudio cualitativo, con diseño
descriptivo, transversal y comparativo que utilizó como muestra 226 adultos de género
femenino, de los cuales 104 eran madres y 122 eran docentes. El método consistió en filmar a
las madres en interacción con sus hijos/as, cuyas edades fluctuaban entre los 10 y 15 meses,
así como a las docentes en interacción con esos mismos infantes. Se utilizó la Escala de
Sensibilidad del Adulto que, a través de 19 indicadores, precisa aspectos de la conducta
sensible del cuidador a partir de medir las respuestas empáticas, interacciones lúdicas y el
nivel de expresión emocional. Concluyeron que hubo una mayor sensibilidad global en el
personal educativo en comparación a las madres. El personal docente logró captar de mejor
manera las señales del niño, interpretarlas adecuadamente y responder a ellas de manera
apropiada. Los autores relacionan las diferencias observadas a favor del personal educativo
con la importancia que le estaría dando Chile a las políticas educativas. Según Farkas et al.
(2015) dicho país, promueve vínculos sólidos entre maestros y alumnos en términos de
sensibilidad y responsividad. Estos resultados permiten vislumbrar los beneficios que podrían
Otro estudio que concluyó que el manejo de la teoría del apego por parte de los
docentes reconocieron el apego como una relación que deja huellas, configurando los modos
de actuación en el presente y futuro de los niños. Sin embargo, la representación social del
apego que tenían las docentes era de carácter vivencial, con rasgos de historicidad que se
actualizan en las conductas cotidianas con los niños. La investigación destacó que las
participantes desconocían la teoría del apego y acentuó la necesidad de dar a conocer los
!30
María Beláustegui
aspectos teóricos que están vinculados al desarrollo emocional de los infantes. En ese sentido,
realzó el valor del conocimiento de la teoría del apego por parte del docente para definir
mejor los mecanismos de intervención frente a situaciones de infantes con una base de apego
Por otro lado, Moreno (2010) también concluyó que la teoría del apego proporciona
un marco teórico que posibilita comprender la calidad de las relaciones entre el docente y sus
alumnos. Si bien el estudio no encontró evidencias de que los profesores con apego seguro
favorezcan de manera significativa relaciones más cercanas y menos conflictivas con sus
alumnos que los profesores con otro estilo de apego, sí determinó que los profesores con un
estilo de apego ambivalente tienden a percibir relaciones más dependientes con sus alumnos
que el resto de los profesores. En los vínculos entre docentes y alumnos se involucran una
el sexo. En ese sentido, el docente debe ser consciente de estos factores, especialmente en
entornos precarios o socioeconómicamente desfavorecidos, o en aquellos en los que el
alumno se encuentra en situación de riesgo. El deber del docente en estos casos es intentar
Sugiere que los programas estén dirigidos a facilitar estrategias que ayuden en aspectos como
situaciones de riesgo de sus alumnos y conozca la influencia que tiene la calidad del vínculo
sobre este.
!31
María Beláustegui
que se establecen entre infantes y sus padres o cuidadores primarios. Esta teoría amplió la
comprensión de los vínculos primarios del niño, no solo con sus progenitores sino también
con cualquier otra figura que ejerza el cuidado y la crianza.
Esta línea, con base en el psicoanálisis, hace énfasis en los patrones de apego, seguros
e inseguros, que establece el infante desde temprana edad. Las conductas del niño obedecen a
modelos operativos internos establecidos por las interacciones con las personas encargadas de
su cuidado durante los primeros años de vida. Estas conductas pueden responder a modelos
operativos compatibles con patrones de apego seguros o inseguros. Los primeros se refieren a
patrones construidos sobre la base de vínculos afectivos y la confianza mutua entre padres e
hijos. En estos casos, se instaló un sistema de conducta basado en la respuesta sensitiva del
necesidades afectivas y materiales del infante. No hay confianza mutua y por el contrario se
diversas psicopatologías.
El tipo de relación que establecen los niños con sus cuidadores principales, condiciona
su forma de relacionarse con los demás. Por lo tanto, la forma de relación aprendida e
internalizada por los niños, y en un futuro adolescentes y adultos, se replicarán en sus futuras
relaciones de amistad, amorosas e incluso sexuales. Es importante estudiar la teoría del apego
para que, a partir de ello, se obtengan pautas que ayuden a crear personas seguras, empáticas
psicopatología.
!32
María Beláustegui
posteriores que ocurren cuando el niño, a medida que crece, abre su espectro de relaciones
más allá de los padres o figuras primarias. Es en este momento cuando tienen lugar las
denominadas “figuras subsidiarias”, aquellas con las que también puede construir una base de
confianza, afecto y seguridad.
Esta investigación constató que los vínculos primarios que establece el niño con sus
como es el caso de las relaciones en la escuela. Mediante la revisión de la teoría del apego, se
obtuvo que las bases de apego, seguras o inseguras se reproducen en las demás interacciones
sociales que establezca el infante, siendo el aula uno de los principales espacios en los que el
sujeto las despliega. En los casos en que precede una base de apego seguro, el infante
Pese a lo anterior, los estudios vinculados con la teoría del apego en el aula
determinaron que es posible compensar una base insegura en el alumno a partir de estrategias
positivas y respuestas sensitivas de parte del docente. El maestro podría fungir como figura
compensatoria para aquellos alumnos con una base de apego inseguro. En ese sentido, el
docente entra en lo que se denomina figuras subsidiarias, es decir, una figura que van más
allá de las relaciones primarias del infante y con quien el niño puede compensar la conducta
de apego inseguro preexistente. Las interacciones positivas del niño con el maestro serán
claves para modificar una conducta o compensar la base de apego inseguro. Las actitudes o
conductas del docente en la resolución de conflictos dentro del aula o en la asignación de
actividades o tareas, constituyen una oportunidad para construir vínculos afectivos sólidos
docente-alumno.
!33
María Beláustegui
incrementar los vínculos de apego, como por ejemplo las expresiones lúdicas o las dinámicas
grupales, las cuales tienen el potencial de mejorar la calidad de las interacciones docente-
alumno. Las tareas o asignaciones también representan una oportunidad para lograr vínculos
Este trabajo plantea que la escuela puede establecer estrategias no solo para promover
vínculos de apego subsidiarios o que compensen la base de apego inseguro, sino que
propios padres.
abierta la posibilidad de seguir indagando en torno a los vínculos de apego que se establecen
factores genéticos y de las condiciones del medio ambiente en que vive el individuo, se deja
abierta una línea de investigación futura en torno a los factores genéticos y biológicos que
intervienen en el desarrollo y pudieran intervenir en la formación de la base de apego.
Además, se hace necesario profundizar en los patrones conductuales y su posible relación con
las predisposiciones genéticas o biológicas que pueden condicionarlas. Para ello, sería
interesante realizar estudios de tipo longitudinal en las que se tomen en cuenta las variables
!34
María Beláustegui
development, 49-67.
Biblos.
Barudy, J., y Dantagnan, M. (2005). Los buenos tratos a la infancia: Parentalidad, apego y
resiliencia. Barcelona: Gedisa.
Bergin, C., & Bergin, D. (2009). Attachment in the classroom. Educational Psychology
Bowlby, J. (1958). The nature of the child's tie to his mother. International Journal of
Bowlby, J. (2012). Una base segura. Aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Buenos
Aires: Paidós.
Cantero López, M.J. (2003). Pautas tempranas del desarrollo afectivo y su relación con la
Cusminsky, M., Fescina, R. H., Lejarraga, H., Martell, M., & Mercer, R. (1994). Manual de
Di Bártolo, I. (2016). El apego. Cómo nuestros vínculos nos hacen quienes somos. Buenos
Aires: Lugar.
!35
María Beláustegui
Geddes, H. (2017). El apego en el aula. Relación entre las primeras experiencias infantiles,
Farkas, Ch., Carvacho, C., Galeguillos, F., Montoya, F., León, F., Santelices, M. y Himmel,
10.11600/1692715x.14216100115
Larrabure, M. P. y Paolicchi, G. (2016). La relación del tipo de apego con el juego infantil en
la institución escolar. Anuario de Investigaciones, 23, 289-298.
Martínez Festorazzi, V.S., Castañeiras, C.E. y Posada, M.C. (2011). Estilos de apego y
Papalia, D. E., Wendkos Olds, R., y Duskin Feldman, R. (2009). Psicologia Del Desarrollo.
Penagos, A., Rodríguez, M., Carrillo, S. y Castro, J. (2006). Apego, relaciones románticas y
autoconcepto en adolescentes bogotanos. Universitas Psychologica, 5(1), 21-36.
!36
María Beláustegui
14(3), 1033-1044.
!37
María Beláustegui
VIII. ANEXO
Año: 2012
psicoanalista creador de la teoría del apego detalla las principales características de la misma.
Aunque se ha afirmado durante mucho tiempo que los problemas emocionales se originan en
la infancia, no ha habido acuerdo sobre cuáles son los acontecimientos que los causan. El
autor explica por qué los seres humanos tenemos la tendencia a desarrollar vínculos
específicos con otras personas y como las relaciones importantes de los niños con sus
largo de las conferencias el autor desarrolla y explica su teoría acerca del desarrollo y del
origen de problemas. Este libro fue de gran utilidad para la elaboración de la tesis, ya que
Año: 2017
Síntesis y comentarios: Esta obra presenta en forma completa y profunda los fundamentos
y avances de la teoría del apego. Ofrece un perfil actualizado de los principales rasgos de la
teoría del apego. La autora, investigadora y especialista en la teoría del apego, describe la
en sus investigaciones desde una perspectiva actual. Su utilidad para este trabajo fue,
!38
María Beláustegui
Año: 2009
relevantes de los estudios sobre apego desde las investigaciones de Bowlby hasta las más
actuales. Algunos capítulos sientan las bases históricas y conceptuales de la teoría y otros
explican cómo se relaciona con la psiquiatría y la promoción de la salud mental. Aborda
temas como el apego y su relación con los vínculos familiares; los modelos
psicopatología y la psiquiatría entre otros. El texto se utilizó como base para todo el trabajo,
Año: 2005
Síntesis y comentarios: Este libro postula que los buenos tratos hacia los niños aseguran el
adecuado desarrollo y el bienestar infantil. El hecho de que los padres sepan responder
correctamente a las necesidades de sus hijos tiene que ver con brindarles cuidado, protección,
educación, respeto y contención. Los buenos tratos no dependen exclusivamente de las
capacidades de los padres, sino de todas las instituciones que colaboran en la crianza y
niños y devolverles la confianza en el mundo. El texto fue de utilidad para fundamentar que
la crianza y el cuidado son una necesidad básica de todo ser humano, así como también para
!39
María Beláustegui
Año: 2017
Síntesis y comentarios: Este libro resume investigaciones acerca de la relación entre las
experiencias tempranas de apego y las pautas de respuestas del niño en el aula, al profesor y a
la tarea del aprendizaje. Su información se basa en trabajos con niños, familias y profesores
como investigadora. Presenta aproximaciones entre la teoría del apego, la práctica educativa
y las dificultades de aprendizaje. Para ello, relaciona los patrones de apego con los
de aprendizaje para cada estilo de apego y las condiciones en que la escuela puede
considerarse una base segura para los alumnos. También enfatiza en la capacidad de la
escuela para ayudar a alumnos vulnerables basándose en la teoría del apego para entender las
Año: 2017
!40
María Beláustegui
mentalmente y sirve como modelo de futuras relaciones; II) el apego es un concepto diádico-
interactivo, de manera que el sistema de comportamiento de cuidado tiene dos ingredientes:
sensibilidad y apoyo de la base segura, y III) el uso habilidoso de la base segura se asocia con
complementa esos hallazgos con un trabajo de campo buscando saber cómo se asocian la
sensibilidad del cuidador y las conductas de base segura del niño y cómo es la relación entre
esa interacción y el desarrollo sociocognitivo en los niños. A pesar de las dificultades que se
una relación de base segura cuidador-niña en tiempos y contextos distintos, así como la
certidumbre sobre la disponibilidad y responsividad del cuidador se relaciona con la
confianza de los niños en sus propias interacciones con el mundo, que en consecuencia
capacidad de este para responder por su nombre; identificar parentescos; realizar por sí
adultos, y contenerse sin desregularse, así como con el respeto a los límites corporales de una
persona; con la regulación del comportamiento ante la negativa del adulto, y con la expresión
!41
María Beláustegui
sociales, puede explicarse por la influencia de cuidadores sensibles que funcionan como base
Año: 2013
posibilidad de establecer relaciones de apego con más de una persona, el artículo destaca la
importancia de estudiar la relación cuidador-niño. Ya que los adultos a cargo podrían
convertirse en figuras de apego e intervenir en la formación de los MOI, los niños pueden
construir una relación de apego seguro con un cuidador y utilizarlo para organizar su
ambiente social y de aprendizaje. Se presenta el apego como un vínculo afectivo entre el
individuo único y con el que se busca mantener cierta cercanía. La sensibilidad se refiere a la
habilidad del cuidador para estar atento a las señales del niño, interpretarlas correctamente y
responder a ellas pronta y apropiadamente. Los infantes que asisten a guarderías desde
agregan que los comportamientos de los cuidadores podrían potenciar apegos seguros o
inseguros.
Año: 2016
Síntesis y comentarios:
!42
María Beláustegui
Este artículo revisa la influencia del apego en el desarrollo infantil y las normativas
desarrollo afectivo de los niños y continúa aludiendo a una inteligencia puramente intelectual
patrones de comportamiento de los alumnos según los tipos de apego. Además, estudia el
papel que tiene el docente como figura de apego, y de qué manera este vínculo es capaz de
generar oportunidades de desarrollo óptimo. Para ello, descubre qué relación existe entre el
tipo de apego que los niños establecen con la figura materna, y las relaciones posteriores qué
establecerán con el maestro y sus iguales. Intenta verificar el peso del vínculo materno y si
éste es determinante y marca el desarrollo del niño; o si por el contrario, puede ser solventado
por la figura del maestro, pudiendo convertirse este en una base segura a la que el niño pueda
acudir. El maestro puede funcionar como factor protector ante posibles situaciones de riesgo
apoyando el desarrollo social y académico futuro del niño. Un apego seguro con el maestro
favorece el desarrollo de los niños con base de apego seguro y en mayor medida a aquellos
Autores: Farkas Ch., Carvachoi C., Galleguillos F. , Montoya, F., León F., Santelices M.P.
y Himmel E.
Año: 2015
Síntesis y comentarios: Este estudio compara las semejanzas y diferencias entre las
respuestas sensibles de madres y docentes en su interacción con infantes de un año de edad
durante propuestas de juego libre. Se trató de un estudio cualitativo, con diseño descriptivo,
transversal y comparativo que utilizó como muestra 226 adultos de género femenino, de los
cuales 104 eran madres y 122 eran docentes. El método consistió en filmar a las madres en
interacción con sus hijos/as, cuyas edades fluctuaban entre los 10 y 15 meses, así como a las
!43
María Beláustegui
docentes en interacción con esos mismos infantes. Se utilizó un instrumento para valorar la
Escala de Sensibilidad del Adulto, el cual cuenta con 19 indicadores que precisan aspectos de
la conducta sensible del adulto. De las madres evaluadas, 18.3 por ciento presentó una
sensibilidad baja, mientras que 81.7 por ciento, una sensibilidad adecuada o alta. El personal
educativo, por su parte, presentó en un 13.9 por ciento una sensibilidad baja, y en un 86.1 por
ciento una sensibilidad adecuada y alta. El estudio encontró diferencias significativas entre
educacional de las madres, y en el caso del personal educativo, con su rol (educadora,
técnica) y el tiempo que tienen de conocer al niño. El personal docente logró captar mejor las
señales del niño, interpretarlas adecuadamente y responder a ellas de manera apropiada. Los
Año: 2012
Síntesis y comentarios: Este artículo hace una revisión de la teoría del apego y a partir de
ello brinda herramientas para detectar alteraciones en las relaciones de apego y presenta
pautas de intervención para la escuela. Primero detallan algunas premisas sobre el apego y su
los docentes como figura de apego. Explica cómo comprender los comportamientos de los
alumnos en base a las necesidades afectivas de cada uno y brinda algunas claves de
!44
María Beláustegui
establecimiento de un vínculo seguro con el maestro no solo favorece a los niños con una
historia emocional saludable, sino también, y en mayor medida, a aquellos niños cuyo
vínculo es inseguro debido a su madre o su entorno. Un apego seguro con el maestro puede
recrear la relación con una figura de apego y construir un espacio psicológico y una
compensación emocional donde el niño se sienta seguro y confiado. Desde este punto de
vista, una relación segura con el maestro se convierte en un factor de protección para los
niños con apego inseguro o que están en riesgo de sufrirlo. Postulan que es esencial
proporcionarles a los maestros las herramientas y los procedimientos que les permitan
interpretar los comportamientos de los niños en el aula y darles estrategias para actuar con
eficacia. Considerando que esta tarea no debe interpretarse por separado, sino dentro de un
!45