La Violencia y Las Patrañas PDF

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Lo escandaloso no es realmente la violencia

juvenil, posibilidad que en el fondo siempre


se da por descontada y con la que muchos
Naturalmente ni antes ni ahora adultos cuentan para llevar a cabo
proyectos a menudo poco edificantes, sino
todos los jóvenes han son su ejercicio incontrolado o adverso a
violentos, pero en cualquier intereses aceptados como mayoritarios.
época lo han sido en suficiente
Es entonces cuando se recurre al lamento y
número como para preocupar a se buscan responsables sociales, entre los
la sociedad en la que vivían. que nunca se olvida mencionar a la
televisión y a los educadores. Veamos
hasta qué punto con razón.

En un reciente congreso sobre Naturalmente, éste es el tipo de majadería


seudocientífica que se convierte en un
esta cuestión celebrado en titularde prensa muy goloso y que luego es
Valencia, en el que participaron repetido por gente crédula precedido de la
biólogos, sociólogos, políticos y cantinela habitual: "Está demostrado
que ...". La reverencia por la televisión es
tutti quanti, un experto tan grande que no hay efecto mágico- que
americano se descolgó con la no estemos dispuestos a reconocerle.
noticia de que si los
Lo mismo podríamos decir que la violencia
adolescentes redujesen televisiva tiene efectos catárticos y
drásticamente su dosis cotidiana disuasorios sobre muchos, de modo que
de televisión habría anualmente verla cinco horas al día desde la más tierna
infancia ahorra por ejemplo ventisiete mil
en USA cuarenta mil asesinatos y crímenes y treinta mil estupros anuales.
setenta mil violaciones menos.

No voy a decir que la sobredosis de


truculencia agresiva en la televisión sea
inocua, ni siquiera la proliferación de simple
estupidez en los programas de mayor
Las fantasías violentas pueblan audiencia
nuestros juegos y nuestros
Combatir la imaginación agresiva no
sueños desde la infancia: lo resuelve el problema, porque ya sabemos,
grave es no saber cómo al menos desde Platón, que lo que distingue
al justo del bruto no es la pureza de su
distinguirlas de la realidad y
fantasía, sino reconocer el mal con que se
desconocer las razones sueña y descartarlo como guía de acción en
civilizadas por las que debemos la realidad.
evitar ponerlas en práctica.
Necesitamos que se nos enseñe qué
debemos hacer para contener, controlar y
encauzar la energía que se descarga en
violencia hacia fines más constructivos.

La violencia y las
Y si la única recomendación que sabe
patrañas hacerse frente a ella es la de renunciar a
Es imposible enseñar nada válido sus pompas y a sus obras como quien
acerca de la violencia si se reniega del demonio, aborreciéndola por
completo en pensamiento, palabra, imagen
empieza por considerarla un
y gesto.
enigma de otro mundo, algo así
como una posesión diabólica que Lo cierto (no diré "tristemente cierto"
porque las cosas ciertas no son tristes, lo
sólo afecta a unos cuantos
triste es creer en falsedades) es que la
perversos. cofradía humana está constituida también
por la violencia y no sólo por la concordia.

Porque todos los hombres podemos y


sabemos ser violentos: si no queremos serlo
es porque consideramos nuestros intereses
vitales resguardados por instituciones que
no sólo representan nuestra voluntad
La violencia siempre acaba por política de concordia, sino también nuestra
voluntad violenta de defensa o venganza.
ser contrarrestada con otra
violencia y que en eso reside Y sin duda las instituciones democráticas
precisamente su terrible peligro no son pacíficas (es decir, incontaminadas
por la violencia), sino pacificadoras:
aniquilador.
intentan garantizar coactivamente un
marco dentro del cual las relaciones
humanas puedan suspender sus tentaciones
violentas sin excesivo riesgo de los
individuos y permita que cada cual aprenda
a utilizar armas de creación, persuasión o
seducción, no destructivas.

En el País Vasco se han


extendido una serie de patrañas
peligrosas; sobre todo como
pedagogía: la de que nuestra
comunidad se divide sólo en
pacifistas y terroristas, la de que
toda violencia es igual venga de
donde venga y a lo que venga, la
de que quien está en prisión por
haber asesinado es una víctima
de su carcelero y no un culpable
al que se intenta hacer desistir
de su agresividad para que no
hayan de ser los ofendidos
quienes se tomen la justicia por
su mano, la de que los jóvenes
son "criminalizados" por quienes
intentan evitar que cometan
crímenes y no por los que les
animan a cometerlos.

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