Trabajo Terminado Estela Vitteri

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“Año de la Lucha Contra la Corrupción y La Impunidad”

UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO


ESCUELA DE POSGRADO

MAESTRÍA EN DERECHO
PENAL Y PROCESAL PENAL

ASIGNATURA:

Medidas coercitivas en el Proceso Penal Peruano

DOCENTE:

Roberto Carlos Estela Vitteri

TEMA:
Medidas Coercitivas de Carácter Real

INTEGRANTES:
- Aponte Meza, Christian
- Escobedo, Cinthya
- Gil Gutiérrez, Alex
- Huayaconza Sullca, Sonia
- Martínez Churampi, José

2019
INDICE

I.- Introducción…………………………...……………………. pág. 03

II.- Medidas coercitivas de carácter Real

1.-El Embargo……………………………………………. pág. 04

2.- Orden de Inhibición………………………………….. pág. 05

3.-Medidas Anticipadas…………………………………. pág. 07

4.-Secuestro Conservativo……………………………… pág. 09

5.-Medidas Preventivas contra personas jurídicas…... pág. 11

III.- Conclusiones……………………………………………….. pág. 17

IV.- Referencias…………………………………………………. pág. 18

INTRODUCCIÓN
El proceso penal es un instrumento a través del cual el Estado otorga tutela
jurídica a la sociedad y a la víctima, así, en el ámbito del proceso penal, el
ejercicio de la función jurisdiccional tiene como finalidad la efectiva aplicación
del ius puniendi ante la acreditación de la comisión de un hecho punible, como
también la oportuna reparación de la víctima luego de acreditarse la
responsabilidad del imputado.

No obstante, resulta probable que durante la tramitación del proceso, se


susciten hechos o actos que pongan en riesgo no solamente el normal
desarrollo de la misma actividad probatoria, sino también, la misma ejecución
de la sentencia definitiva, por ejemplo, existe el peligro de que los bienes o
cosas afectados al proceso puedan desaparecer, que elementos importantes
para la actividad probatoria puedan ser sustraídos, o que el inculpado se
despatrimonialice, provocando maliciosamente su insolvencia para no tener
que asumir las consecuencias económicas de su conducta delictual.

Para estos supuestos, a fin de evitar que los fines del proceso se subviertan, el
derecho prevé una serie de medidas coercitivas, entendidas estas como el
medio organizado para que el Estado limite o restrinja los derechos del
justiciable; entre estas, tenemos aquellas de naturaleza real las que en estricto
importan una limitación de los derechos patrimoniales del procesado a través
de medidas concretas que recaen sobre los bienes del mismo o de los terceros
civilmente responsables.

El presente trabajo tiene entre sus fines, el desarrollo de diversas vertientes en


torno a las medidas de coerción de carácter real, que van desde conceptos,
procedimientos, trámites, principios aplicables, categorías de mayor
importancia, y presupuestos a tener en cuenta respecto de cada una de las
medidas a las que la puede recurrir la autoridad jurisdiccional en el marco de
un proceso judicial, puesto que es importante las medidas en sí, pero también
lo es el hecho de que la actividad cautelar tiene requisitos, características y
desarrollo propios.
MEDIDAS COERCITIVAS REALES
1. El Embargo

El embargo es la medida cautelar que tiene por finalidad asegurar el resultado


del proceso referente a la ejecución de las condenas, pecuniarias; restitución o
indemnización civil, multa y costas. Es un gravamen que con esa finalidad
recae sobre el objeto, constituyendo un estado de indisponibilidad. (2004,
parr.132).

Identificado el bien o derecho embargable, el Fiscal o el actor civil, según el


caso,
solicitará al Juez de la Investigación Preparatoria la adopción de las medidas
de embargo (Art. 302º). Tanto el Fiscal de oficio o el actor civil motivará su
solicitud con la correspondiente justificación de la concurrencia de los
presupuestos legalmente exigidos para su adopción, especificará el bien o
derecho afectado, precisará el monto del embargo o indicará obligatoriamente
la forma de la medida. Las formas de embargo son las previstas, en lo
pertinente, en el Código Procesal Civil (Art. 303.1).

Así el embargo, como cautela, es protección o aseguramiento de los bienes del


embargado. SAN MARTÍN CASTRO señala que “el carácter o efecto de
aseguramiento del embargo se expresa en el hecho de que mantiene o
constituye una situación adecuada para que en su momento, pueda hacerse
efectiva la sentencia principal, sin obstáculo de difícil superación y con toda
plenitud”. (2004, parr.133)

Desde nuestra perspectiva, podemos conceptualizar el embargo como una


medida cautelar real, dictada dentro de un proceso penal por un juez, con el fin
de afectar un bien o bienes determinados, limitando las facultades disposición
jurídica, con la finalidad de asegura una posible futura ejecución forzada para
cubrir de las responsabilidades pecuniarias derivadas del delito134 o el pago
de las costas procesales.
Así esta medida coercitiva puede ser dictada por el Juez Penal contra los
bienes del procesado o del tercero civil responsable, debiendo sujetarse como
toda restricción de derechos, a los principios de proporcionalidad y
razonabilidad aplicables tanto el monto de lo que será la pretensión del
embargo como al bien que se pretenda embargar.

1.1.- Indagación sobre bienes embargables

Formas de embargo El artículo 303°.1 del CPP nos remite al Código Procesal
Civil que en los artículos 642° y siguientes desarrolla las diversas modalidades
que puede adquirir el embargo dependiendo del bien o bienes que requieran
ser cautelados, los más comunes en materia procesal penal son:

1.1.1. Embargo en forma de depósito. - El embargo en forma de depósito es


una medida conservativa según lo establece el artículo 649° del Código
Procesal Civil que señala que el obligado será constituido en depositario.
El embargado es nombrado como depositario generalmente en aquellos casos
en los que los bienes embargados son destinados a una actividad productiva,
piénsese en un vehículo utilizado para realizar servicio de taxi, también se lo
nombrara depositario en aquellos casos en los que el traslado del bien resulte
de difícil consecución.
“El litigante, propietario de los bienes, al ser designado depositario de estos,
asume las mismas responsabilidades procesales, civiles y penales que cuando
el custodio es un tercero. Como depositario debe mostrar su asentimiento para
aceptar el cargo, asumiendo el compromiso de desempeñar bien y con lealtad
su función, así como presentar los bienes cuando le sean requeridos.

1.1.2. Embargo en forma de secuestro. - “El secuestro se trata de una forma


de embargo, por la cual los bienes u objetos son puestos a custodia de una
tercera persona, una entidad pública o privada, esta persona denominada
depositario judicial tiene el deber de custodiar y conservar el bien con
diligencia, exhibiendo o poniéndolo a disposición del juez cuando este lo
requiera”.
El secuestro de bienes procede cuando otras formas de embargo no aseguran
de por sí el derecho invocado, y siempre que sea indispensable para la guarda
o conservación de los bienes objeto de cautela, esto quiere decir que esta
medida cautelar tiene carácter asegurativo y conservativo.141 El artículo 643°
del Código Procesal Civil señala dos características de esta medida cautelar:

2. Orden de inhibición

La orden de inhibición se encuentra prevista en el artículo 310.1 del Nuevo


Código Procesal Penal, consiste en la solicitud del Fiscal o actor civil,
cumplidos los requisitos establecidos en el artículo 303 del NCPP, para
disponer o gravar los bienes del imputado o de tercero civil, bienes que serán
inscritos en los Registros Públicos.

“La orden de inhibición es la medida real que impide al afectado la libre


disposición de sus bienes, cuando sea necesario asegurar el efectivo
cumplimiento de las consecuencias jurídico – económicas del delito y del
proceso” (San Martín, 2015, p. 485).

Del mismo modo, para (San Martín, 2015, p. 485), la orden de inhibición “tiene
como notas características: i) Impide la venta o gravamen de cualquier bien y ii)
se cumple mediante su inscripción en el registro, afectando principalmente la
posibilidad de venderlo o grabar bienes inmuebles y muebles de carácter
registrable.

Por otro lado (Gálvez, Rabanal y Castro, 2013, p.626) mencionan que, la orden
de inhibición “está vinculada a la pretensión anulatoria de actos de disposición
fraudulentos realizados con la finalidad de evitar el pago de la reparación civil,
o también a disponer de bienes que constituyen instrumentos, efectos o
ganancias del delito”.

La orden de inhibición consiste en otras palabras, en la prohibición del


imputado o del tercero civil, para realizar actos de disposición sobre los bienes
objeto del embargo. Es válido señalar que la inhibición asume una suerte de
medida complementaria al embargo, destinada a evitar la probable insolvencia
del sujeto obligado, impidiendo que se produzcan transferencias inmobiliarias.
En consecuencia, una vez que el juzgador, dicte el auto de embargo, los
sujetos procesales legitimados, podrán solicitar la orden de inhibición sobre los
bienes afectados con la medida cautelar, por ende, la orden de inhibición está
condicionada a la efectiva adopción del embargo por parte del juez penal.

3. Desalojo preventivo

El desalojo preventivo es una medida anticipada tipificada en el artículo 312 del


Nuevo Código Procesal Penal, donde “el Juez, excepcionalmente, a pedido de
parte legitimada, puede adoptar medidas anticipadas destinadas a evitar la
permanencia del delito o la prolongación de sus efectos lesivos, así como la
ejecución anticipada y provisional de las consecuencias pecuniarias del delito.

Para San Martin (2015), “la medida de desalojo preventivo se trata de una
medida de carácter urgente destinada a restituir la posesión que indebidamente
la sido usurpada a legítimo poseedor o propietario de un bien inmueble” (p.
493).

Gálvez, Rabanal y Castro (2013) mencionan que, las medidas anticipadas


tienen por finalidad evitar la permanencia del delito o la prolongación o
incremento del daño, constituye una anticipación excepcional a la decisión, y
no es una medida cautelar, sino una medida de carácter tuitivo cuya finalidad
se agota en sí misma.

En la presente regulación, existe la posibilidad de proteger un bien a través de


una medida de coerción real regulada en proceso penal, estos son, el desalojo
preventivo. Se trata de una medida real, inmediata y con fines de
aseguramiento del patrimonio afectado.

3. Medidas Anticipadas

Estas medidas tienen carácter estrictamente tuitivo, ya que una medida


anticipada, tiene carácter provisional y de dictan para evitar la permanencia del
delito (el estado de antijuricidad), o también para evitar la prolongación o
incremento del daño, no pueden aplicarse en todos los casos; en especial se
aplican cuando se trata de las consecuencias pecuniarias del delito, pues se
entiende que sólo se aplica al pago de la reparación civil, o para evitar el daño
o el incremento de éste, pero no para las multas y costas, ya que resultarían
inaplicables por su propia naturaleza (Neyra, 2019, p.808)

La alimentación es un derecho fundamental de atención prioritaria debido a que


su satisfacción de encuentra se encuentra estrechamente vinculado a la
subsistencia y desarrollo de la persona. Es por ello que goza de protección en
la legislación nacional e, inclusive, en la internacional como la Convención
sobre los Derechos del Niño.

En el ámbito nacional, tanto en la legislación procesal civil como en la procesal


penal se ha previsto el dictado de medidas coercitivas vinculada a la asignación
anticipada de alimentos. En el proceso civil, este tipo de medidas se interpone
contra la persona con quienes se ha acreditado un entroncamiento parental o
familiar culminando con la imposición de una prestación anticipada de
alimentos al pariente familiar como parte de la obligación alimentaria que le
correspondería asumir. En el proceso penal en cambio, estas medidas
proceden contra el sujeto que presuntamente realizó algún delito que derivó de
una lesión al que se encontraba obligado a prestar alimentos, por lo que el
autor del delito asumiría la obligación del sujeto al que causó el daño; o cuando
por acción del hecho delictivo generó en el sujeto pasivo del delito la
imposibilidad de que pueda solventar su subsistencia por sí mismo,
constituyendo esa prestación anticipada de alimentos en parte de la
responsabilidad civil.

De manera que, la pensión anticipada de alimentos es aquella medida de


coerción real que otorga el poder al juez de imponer al procesado y, de ser el
caso, al tercero civil la obligación (anticipada) de brindar una pensión de
alimentos a los directamente ofendidos cuando estos se encuentren
imposibilitados de obtener el sustento el sustento para sus necesidades como
consecuencia del hecho punible perpetrado en su agravio. Debe señalarse, que
lo únicos hechos delictivos que dan lugar a la concesión de esta medida
cautelar, son los previstos en el inciso 1 del artículo 314 del Código Procesal
Penal, referidos a los delitos de homicidio, lesiones graves, omisión de
asistencia familiar prevista en el artículo 150 del Código Penal, violación de la
libertad sexual, o delitos que se relacionan con la violencia familiar.
La pensión anticipada de alimentos afecta el derecho real de la propiedad, ya
que, al imponer una carga al presunto responsable penal, la misma que
consiste en cumplir con la entrega al agraviado o, de ser el caso, a sus
familiares directos de una pensión anticipada de alimentos, limita al derecho de
propiedad, en cuanto a la libre disposición del mismo, pues, como dijimos, hay
una obligación que le exige entregar una parte de su patrimonio para satisfacer
la imposición de la medida. (Oré, 2014, p. 339)

Esta medida tiene por finalidad evitar, mediante el adelantamiento de las


consecuencias de la sentencia, que la demora en la emisión del fallo definitivo
genere una situación de desamparo que impida cubrir la subsistencia al sujeto
pasivo del delito o, si fuere el caso, a los familiares directos (deudos) del
mismo. Un sentido más amplio, se puede entender que el objeto de la medida
es de carácter tuitivo en función a la víctima, ya que busca evitar que el
transcurso del tiempo redunde en su perjuicio.

4. Secuestro conservativo

El secuestro conservativo es una medida cautelar para futura ejecución


forzada, mediante la cual se priva de la posesión de cualquiera de los bienes
del presunto deudor, a efectos de garantizar el cumplimiento del pago
dispuesto en un mandato ejecutivo. Constituye prácticamente una conminación
al pago. (2017, parr.1).

El Poder Ejecutivo ha establecido el secuestro conservativo como medida


cautelar real sobre vehículos motorizados de servicio de transporte público y
privado, en caso de que causen lesiones o muertes. 

Se establece que los casos de los delitos de lesiones culposas o de homicidio


culposo (previstos en los artículos 124 y 111 del Código Penal
respectivamente) cometidos con el uso de vehículo motorizado de servicio de
transporte público o privado, el Fiscal deberá solicitar al Juez competente se
trabe la medida cautelar de secuestro conservativo sobre dicho vehículo.

En estos casos, el Juez sin trámite alguno, dictará auto de secuestro


conservativo sobre el vehículo identificado, designando a un custodio, no
pudiendo recaer tal designación en el propio imputado o tercero civilmente
responsable. La resolución podrá ser impugnada dentro del tercer día de
notificada sin efecto suspensivo. (La ley, 2015, parr 2).

Asimismo, la norma prevé que si, como consecuencia del hecho constitutivo del
delito de lesión u homicidio culposo, el vehículo siniestrado resulta dañado
considerablemente, el Fiscal deberá identificar otro bien mueble del imputado o
del tercero civilmente responsable, que permita asegurar de manera
proporcional y razonable el pago de la reparación civil. (La ley, 2015, parr. 5).

La legislación procesal ha regulado el secuestro conservativo en su art. 312° -


A del CPP, que realizado la interpretación correspondiente al inciso 1, se
entiende que el secuestro conservativo, como medida anticipada, se encuentra
dirigida asegurar un futuro pago de la reparación civil. Para ello, es necesario
que el fiscal, por propia iniciativa o a solicitud de la parte legitimada, presente
un requerimiento de secuestro conservativo ante el juez, solicitando la
desposesión física del vehículo motorizado que pertenece al imputado o tercero
civil, para luego hacerle la entrega a un custodio, que no recaerá en los
referidos sujetos procesales.

Los requerimientos de secuestro conservativo presentados por el Fiscal y sobre


todo, las resoluciones judiciales que lo resuelvan deben encontrarse
debidamente motivados a efectos de evitar arbitrariedades, por lo que existe
relación entre el principio de motivación y la determinación razonable del
secuestro conservativo.

La valoración de la proporcionalidad de la medida implica que haya suficientes


elementos de convicción que acrediten la comisión del hecho delictivo y su
vinculación con el imputado, y exista riesgo fundado de insolvencia del
imputado u ocultamiento o desaparición del bien. (Ramos, 2018, p. 56).

4.1 El secuestro conservativo y el secuestro convencional

El Código Civil peruano regula el secuestro convencional como contrato a partir


del artículo 1857º hasta el artículo 1867º definiéndola que, por el mismo, dos o
más depositantes confían a un depositario la custodia y conservación de un
bien respecto del cual ha surgido controversia, acordando que el bien debe ser
entregado, conforme al resultado de la controversia, a quien le corresponda. El
contrato debe constar por escrito, bajo sanción de nulidad.

Cuando la naturaleza del bien lo exija, el depositario tiene la obligación de


administrarlo; así, los contratos que celebre el depositario – administrador,
concluirán de pleno derecho si, antes del vencimiento del plazo, se pusiere fin a
la controversia. (Sánchez, s.f. parr. 30)

En caso de inminente peligro de pérdida o grave deterioro del bien, el


depositario puede enajenarlo con autorización del juez y conocimiento de los
depositantes. Si el depositario deviene incapaz o muere, los depositantes
designarán a su reemplazante. En caso de discrepancia, la designación la hace
el juez. (Sánchez, s.f. parr. 38)

5. Medidas preventivas contra las personas jurídicas

En los diversos sistemas penales existen fundamentalmente dos modelos de


consecuencias jurídicas aplicables a las personas jurídicas. Por un lado, están
las medidas de control externo que intentan orientar desde fuera la actividad
de la persona jurídica, y por el otro, las medidas de control interno que inciden
sobre la estructura de la persona jurídica (Sánchez, 2004, p.142).

Las medidas pecuniarias materializan de forma más clara la forma de control


externo, aunque también poseen esta misma orientación medidas como el
cierre de establecimientos, la suspensión de actividades y la disolución y
liquidación. Por su parte, las medidas que buscan desarrollar un control
interno sobre la persona jurídica encuentran su mejor expresión en la medida
de intervención de la estructura organizativa de la persona jurídica.

Ahora bien es necesario precisar que nuestro Código Penal Peruano permite
concluir que el modelo de consecuencias accesorias seguido por nuestra
legislación penal se corresponde con un sistema mixto, pues asume tanto
rasgos de control externo como rasgos del control interno y en ese sentido
tenemos a lo siguiente:
5.1 Clausura de locales o establecimientos con carácter temporal o
definitivo
La clausura de locales o establecimientos de la persona jurídica tiene lugar
cuando existe objetivamente una peligrosidad sobre la futura comisión de
hechos delictivos debido a la forma como están dispuestos estos locales o
establecimientos. Por ejemplo: la medida de clausura debe tomarse si los
locales abiertos al público de la persona jurídica no reúnen las condiciones
mínimas de seguridad exigidas por la normativa administrativa. No es
necesario que los locales sean de propiedad de la persona jurídica, ni
tampoco que en esos locales se haya realizado el delito que motiva el proceso
penal81. La realización del delito no constituye el fundamento de la
consecuencia accesoria, sino la ocasión para poder constatar la peligrosidad
de los locales o establecimientos usados por la persona jurídica.

La clausura de locales o establecimientos puede ser temporal o definitiva. En


caso sea temporal, su duración no puede ser mayor a cinco años. La clausura
definitiva no significa la pérdida del local o establecimiento, pues el inmueble
puede ser utilizado perfectamente para otros fines o actividades. La
legislación penal no establece los criterios para saber cuándo procede una
clausura definitiva y cuándo una temporal, por lo que quedará al arbitrio del
juez esta decisión. En cualquier caso, parece lógico entender que la clausura
definitiva solamente será aplicable cuando no exista forma alguna de revertir
la peligrosidad del local o establecimiento.

5.2 Suspensión de las actividades de la sociedad, asociación, fundación,


cooperativa o comité por un plazo no mayor de dos años
La suspensión de actividades constituye una medida temporal que le impide a
la persona jurídica realizar su actividad social. El presupuesto para poder
imponer la medida de suspensión de actividades es que la persona jurídica
tenga aún una autorización para funcionar, pues si no la tiene, simplemente no
le asistirá el derecho de poder realizar dichas actividades. En este sentido, la
suspensión solamente se entiende en tanto la persona jurídica cuente con la
autorización legal de funcionamiento. El fundamento de esta medida accesoria
radica en el hecho de que la conducta delictiva producida en el marco de las
actividades de la persona jurídica puede seguir desarrollándose. Por ejemplo,
cuando el proceso productivo de la empresa ha generado productos
defectuosos que han perjudicado a los consumidores. Es lógico que mientras
no se resuelva estos defectos de organización o se reformule el proceso
productivo, el peligro de futuros delitos de la misma índole se mantiene
patente. El plazo máximo de la suspensión de actividades (dos años) se
establece con el ánimo garantista de evitar una medida indeterminada. Si
cumplido el plazo máximo de la medida la peligrosidad objetiva se mantiene,
la Administración Pública estará autorizada a tomar las medidas
administrativas para controlar dicha peligrosidad. Como puede verse, la
medida es de carácter administrativo.

5.3 Prohibición a la sociedad, fundación, asociación, cooperativa o


comité de realizar en el futuro actividades de la clase de aquéllas en
cuyo ejercicio se haya cometido, favorecido o encubierto el delito
La medida de prohibición de actividades de la persona jurídica debe recaer
sobre el ámbito de actuación en el que se ha realizado el delito y existe el
peligro de que se pueda volver a cometer. Constituye, en el fondo, una
inhabilitación, la cual no puede entenderse, al menos en nuestro sistema
penal, como una pena, sino como una medida que se impone porque la
persona jurídica se ha mostrado como incompetente para realizar
determinadas actividades. A diferencia de la consecuencia accesoria de
suspensión de actividades, la prohibición de actividades es parcial, en el
sentido que no impide a la persona jurídica su funcionamiento, sino que la
inhabilita en determinados ámbitos de actuación. Por ejemplo, cuando una
empresa ha realizado defraudación a las rentas de aduanas en su actividad
importadora y existe el peligro de seguir haciéndolo. En estos casos, tendrá
que adquirir los productos que necesita (insumos, por ejemplo), vía una
empresa importadora o recurrir a productos nacionales. No se le niega la
posibilidad de seguir realizado sus actividades, sino que se limita su
intervención en ciertos sectores. Dada la incompetencia de la persona jurídica
para desenvolverse correctamente en determinado sector, el juez toma la
medida cognitiva de suspender sus actividades en este sector. El
aseguramiento es pues cognitivo y no normativo.

5.4 El nombramiento de un Administrador Judicial


El Administrador Judicial es la persona que por decisión judicial debe
administrar el patrimonio de otro o de ejercer funciones de asistencia o
vigilancia en la gestión de tales bienes, dicho cargo tiene las siguientes
características:

5.4.1 Renunciabilidad: El Administrador Judicial puede renunciar a su cargo,


una vez nombrado, cuando concurre justa causa. Por el contrario, también
existe la posibilidad de destitución en cualquier momento del procedimiento
por causas tales como la mala gestión o por incumplimiento de sus deberes.

5.4.2 Independencia e Imparcialidad en el desempeño de sus funciones


frente a las partes: Es el Juez quien ostenta la facultad de dirigir su gestión.

5.4.3 Temporalidad: Entendida hasta el resarcimiento del crédito o hasta que


su función deje de tener sentido práctico en el procedimiento.

5.4.4 Personalidad: Por cuanto las funciones recaen sobre la persona


específicamente nombrada a tal efecto, de forma que no cabe la posibilidad
de delegación, aunque sí es posible que el Administrador Judicial se auxilie
de otras personas o profesionales con el objeto de contar con mayor
información técnica de la cual él mismo puede carecer.

5.5 La intervención de la persona jurídica o sometiendo a vigilancia


judicial
El último párrafo del artículo 105 del Código penal contempla la posibilidad de
una intervención de la persona jurídica para salvaguardar los derechos de los
trabajadores. Hay que precisar, sin embargo, que no se trata de una medida
autónoma, sino que debe tomarse de la mano de cualquiera de las anteriores
consecuencias accesorias, lo cual condiciona también su duración. Por lo
tanto, la intervención de la persona jurídica no es propiamente una
administración judicial, sino la existencia de un interventor con finalidades
fundamentalmente de supervisión para que no se afecten los intereses de los
trabajadores. Por lo dicho, esta medida tampoco se puede confundir con un
embargo en forma de intervención, pues la intervención no se hace con la
finalidad de resguardar determinados bienes, sino para proteger los intereses
de los trabajadores. La administración de la persona jurídica sigue encargada
a sus directivos, existiendo solamente una especie de consejo de vigilancia
que resguarda los intereses de los trabajadores durante la imposición de una
consecuencia accesoria. (García, 2014, p. 410).

Un aspecto que conviene precisar es quién resulta la autoridad competente


que debe disponer la intervención de la persona jurídica por orden del juez.
Dado que se trata de la defensa de los intereses de los trabajadores, esta
autoridad competente será la autoridad de trabajo. Debe quedar claro que la
autoridad administrativa no puede dejar de cumplir la orden del juez. Su
discrecionalidad se mueve solamente en el plano de la ejecución del mandato
de intervención. En ámbitos de actuación sometidos a regulación y control
especial por parte del Estado, parecería más adecuado que el órgano
interventor sea el organismo encargado de control el desenvolvimiento de las
empresas en el sector, por ejemplo, la Superintendencia de Banco y Seguros
en el caso de las entidades financieras.

5.6 Anotación o inscripción registral del procesamiento penal.


No es otra cosa más que la solicitud por parte del Juez, para que dentro de los
Registros Públicos de la Persona Jurídica exista anotación que la misma se
encuentra vinculada a una investigación penal, con ello se busca proteger que
terceros de buena fe puedan comprar la empresa o si aún con el registro
desea comprarlo, deberá tener en cuenta las consecuencias.
CONCLUSIONES

Las medidas coercitivas de carácter real tienen por finalidad asegurar el


resultado del proceso referente a la ejecución de las condenas, pecuniarias;
restitución o indemnización civil, multa y costas.

Las medidas preventivas tienen carácter estrictamente tuitivo, ya que una


medida anticipada, tiene carácter provisional y de dictan para evitar la
permanencia del delito (el estado de antijuricidad), o también para evitar la
prolongación o incremento del daño.

Dentro de las consecuencias jurídicas aplicables a las personas jurídicas el


Perú tiene un modelo mixto, la primera es un control externo que intentan
orientar desde fuera la actividad de la persona jurídica, y la segunda es un
control interno que inciden sobre la estructura de la persona jurídica
Referencias Bibliográficas

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Sanchez, P. El secuestro conservativo. Revista Derecho y Cambio Social.


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