Normas EURO
Normas EURO
Normas EURO
Versiones de la EURO
Así pues, también fue en los años 80 cuando la normativa, en un mundo cada vez
más consciente de que no puede seguir contaminando a ese ritmo, empieza a
legislar al respecto para reducir las emisiones de sus vehículos. Nace la Normativa
EURO.
Pese a que ve la luz en 1988, la primera gran ‘criba’ de la Normativa EURO se
produce en 1992. Este es el año en que se obliga realmente a reducir emisiones a
vehículos diésel y gasolina con la implantación del catalizador para reducir y
transformar los gases de combustión del vehículo.
No obstante, esta entrada en vigor no estuvo exenta de riesgos y polémicas. La
volatilidad de la gasolina, por ejemplo, provocaba fallos en el motor. Por ello,
pronto se elimina el plomo de las gasolinas y se sustituye por metil-terc-butil-éter,
conocido como MTBE.
Obviamente, entre 1992 y 2005, la Normativa EURO evoluciona notablemente
promulgando también la 2, la 3 y la 4 en siguientes años que, básicamente, son
cada vez más restrictivas con las emisiones.
Durante esta década se disminuye el volumen del motor para que consuma menos
combustible usando la sobrealimentación con tubos y compresores, por ejemplo.
Se añaden más marchas a las cajas de transmisión para rebajar el régimen de
motor y generar menos monóxido de carbono, etc.
Aun así, seguía sin ser suficiente, por lo que llegamos a 2009, cuando se implanta
la Normativa EURO 5. En este caso, se aborda principalmente el problema de los
vehículos diésel y las impurezas de sus partículas, difícil de eliminar. Pese a que
no son de las más peligrosas, sí que tienen más facilidad para penetrar en un
organismo vivo, por lo que los fabricantes se ven obligados a introducir en los
vehículos filtros antipartículas FAP o DPF, que retienen las partículas más sólidas
en suspensión.
Norma Euro 6
Pero, si una Normativa EURO ha sido restrictiva, esa es la VI, que ya está en su
fase C, aunque la D entrará en vigor en 2020. Se promulga en 2014 y ha sufrido
ya varias revisiones, cada cual más dura que la anterior.
Ahora, se reducen las emisiones de forma drástica, especialmente las de
vehículos diésel, por medio de uso del líquido AdBlue, que descompone las
moléculas de óxido de nitrógeno en materiales menos nocivos.
Pero el futuro se espera todavía más restrictivo. Con la Normativa EURO 6C y 6D
se pretende reducir drásticamente los cinco marcadores de emisiones más
preocupantes, que son el monóxido de carbono, los hidrocarburos, los
hidrocarburos con óxido de nitrógeno, los propios óxidos de nitrógeno y las
partículas sólidas o aerosoles.
Es evidente que se busca limitar drásticamente las emisiones, pero también
encontramos una apuesta decidida desde la legislación vigente por el vehículo
híbrido y eléctrico.
Este cambio de ciclo en vehículos, de no producirse, puede ser realmente caro
para el usuario medio, ya que los tramos fiscales de cada coche según su
capacidad contaminante se ampliarán en el impuesto de matriculación. Y es que,
automóviles con emisiones que alcancen los 120 g/km pagarán un 4,5%, los que
ronden los 160 g/km suben hasta el 9,75% y los que lleguen a los 200 g/km se van
hasta el 14,75%.
Norma Euro 7
La normativa EURO 7 aún no está en vigor pero ya está haciendo temblar los
pilares que han sustentado los coches diésel desde su nacimiento. Esta nueva
normativa, que se espera entre en vigor en 2020, es según algunos expertos la
más temida por todos los fabricantes y que se espera que sentencie
definitivamente la fabricación de motores diésel.
Queda muy claro que las marcas, tal como ha hecho Ford, deben apostar
decididamente por las nuevas tecnologías de hibridación y electrificación de
vehículos invirtiendo en sus nuevos modelos para estar al nivel requerido por la
normativa europea de emisiones. De lo contrario, los impuestos serán
excesivamente lesivos para los clientes que, por su lado, cada vez reclaman
vehículos más limpios y respetuosos con el planeta.