Novelas de Aventuras
Novelas de Aventuras
Novelas de Aventuras
Con respecto a la Edad Media, los libros de caballerías, como El Libro del Caballero
Zifar o Amadís de Gaula, son una buena referencia. No podemos olvidar tampoco Don
Quijote de la Mancha, inspirado en ellos, el cual cuenta las aventuras y desventuras del
hidalgo Alonso Quijano, obsesionado por salir en busca de enemigos y salvaguardar su
honor y el de su amada Dulcinea.
Tras Crusoe, llegaron Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift (1726), que, aunque en
origen fue una novela satírica contra la vida política del momento, encontró un rápido
éxito entre niños y jóvenes, encantados con las aventuras de Gulliver en Lilliput y otros
lugares exóticos.
Como ejemplo definitivo del siglo XVIII, El último de los mohicanos de James Fenimore
Cooper (1757), que narra la lucha de dos amigos indios por sobrevivir durante la
colonización inglesa de Norteamérica.
Elementos de las novelas de aventuras
Lo primero que llama la atención de la novela de aventuras es que, siendo una
subcategoría de la novela, sus límites son ambiguos, es decir, que puede albergar en
ella otros subgéneros como el histórico, el policíaco o el romántico, por ejemplo.
Muchos la consideran un tipo de literatura juvenil, aunque todos hemos oído hablar de
sus grandes títulos y en algún momento nos hemos perdido entre sus páginas.
Por lo general, en la novela de aventuras siempre hay un viaje. Un viaje externo que el
protagonista vive, en el que se enfrentará a situaciones comprometidas o peligros, y
también un viaje interior que le hará crecer y mejorar hasta alcanzar sus metas.
Siempre será una iniciación en un saber que antes no se tenía.
La acción trepidante es otro rasgo fundamental de este género, así como los diferentes
escenarios y lugares que se suceden, casi siempre exóticos. Los libros de aventuras
brindan la posibilidad de visitar lugares que, de otro modo, sería imposible: el desierto,
la jungla, alta mar, una batalla, etc.
Siglos XIX y XX: grandes autores
Fue en el siglo XIX cuando se produjo el auténtico auge de las novelas de aventuras y
donde encontramos las obras maestras del género.
Para empezar: Ivanhoe (1820) de Walter Scott, que cuenta las aventuras del joven
caballero Wilfred de Ivanhoe, quien tras luchar en Tierra Santa con el rey Ricardo
Corazón de León, regresa a una Inglaterra llena de intrigas durante la regencia del
príncipe Juan. De algunos años más tarde, 1838, son Las aventuras de Arthur Gordon
Pym, de Edgar Allan Poe, un relato de aventuras marineras de tipo episódico.
Prepara unas buenas fichas de los personajes principales (sus biografías, sus vidas,
personajes con los que se relacionan, trabajo, etc.). Construye el universo y el entorno
en el que se mueven. Cuanto más complejo sea, más sencillo será encontrar otras
cosas interesantes que contar de ellos, aportando, además, mayor profundidad a la
trama.
En el cuento corto suele haber una sola trama, un solo acontecimiento principal. En la
novela, sin embargo, hay una trama principal y otras secundarias que pueden servir
para reforzar o complicar la primera; pero también para incidir en la idea general de la
novela o para ayudar a caracterizar personajes.
1. Idea principal. Intento definir en una o dos frases lo que me gustaría contar con esa
historia. Esto puede cambiar más adelante, pero me ayuda como punto de partida.
5. Personajes y sub tramas. A partir del punto cuatro, creo las fichas de personaje, me
documento si es necesario, creo las sub tramas y sus resúmenes, etc.
Obviamente, esta fase de la pre escritura puede hacer que descubramos cosas nuevas
que afecten a la trama y a los personajes, así que es posible que haya que rehacer
alguno de los elementos ya creados. Pero esa es la parte interesante de construir una
obra de ficción. Sabes cómo empiezas, pero nunca cómo acabas.
7. Estructura. Cuando ya tengo la historia definitiva, paso a la siguiente fase y escribo
paso a paso una lista de los capítulos o escenas que tendrá la historia, resumiendo lo
que pasa en cada uno de ellos con unas dos o tres frases. Nada muy extenso, pero es
el momento de decidir qué partes dejas dentro y qué partes se quedan fuera.
Actividad
Lee con mucha atención los pasos dados a continuación y realiza tu propia producción
y deja volar tu imaginación para dar más color a tu escrito realiza las ilustraciones
correspondientes (dibujos)
Elije uno de los libros mencionados en los conceptos leídos anteriormente y realiza un
breve resumen en tu cuaderno
Realiza una sopa de letras sobre la novela de aventuras.
Realiza el glosario sobre el tema en tu cuaderno.
Quédate en casa
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