Dama de Auxerre
Dama de Auxerre
Dama de Auxerre
EAP ARTE
CICLO 2020 – I
© Musée du Louvre
Por
Se conoce que en un inicio la estatua fue adquirida en 1895 por un conserje del
Teatro de Auxerre en Borgoña (Francia) para ser parte de la decoración de una opereta,
posteriormente la escultura fue trasladada al mencionado museo en 1907, y
probablemente esta pieza permanecería en la oscuridad de no ser por el arqueólogo e
historiador del arte Maxime Collignon, quien al realizar el inventario del museo de
Auxerre encontró a la escultura y en 1909 consiguió que esta pasara al Museo de Louvre,
no sin antes dejar en su lugar un cuadro de Henri Harpignies, pintor francés de la Escuela
de Barbizon.
II. DESCRIPCIÓN:
a) Características Formales:
La pieza fue elaborada en piedra caliza bajo las técnicas de incisión y
esculpido, posee unos 75 centímetros de alto y tiene restos de policromía. En la
parte superior de la pieza reparamos en el abundante cabello con voluminosas
trenzas, las cuales enmarcan el rostro, cerca de la frente el cabello es rizado y tiene
un acabado en espiral, estos detalles recuerdan al estilo egipcio.
El rostro es simétrico y de forma triangular – característico del estilo
dedálico – y a pesar de encontrarse deteriorada se pueden apreciar la barbilla
redondeada, los ojos almendrados y la característica sonrisa arcaica, de este rasgo
del arcaico griego se ha supuesto que vincula a la representación con un ser vivo
o de complacencia a los dioses. El cráneo es plano y las cejas tienen forma de
arco.
El torso de la Dama de Auxerre presenta pechos cónicos y pequeños, los
hombros son proporcionalmente inversos a la cadera y la cintura es estrecha.
Ambos brazos son largos, destaca la mano derecha por su tamaño
desproporcionado mientras que la mano izquierda permanece rígida y pegada al
cuerpo.
El faldellín del largo vestido que trae solo permite apreciar los pies, juntos
y descalzos, que sobresalen a través de la túnica y se encuentran pegados a la
peana. Se puede observar que la vestimenta es un peplo dórico (túnica femenina)
y que los hombros están cubiertos por un himation (manto grueso). El primero
tiene una forma cilíndrica y posee una banda con motivos geométricos repetidos,
mejor conocidos como cenefa, tiene además un cinturón ancho que forma su
silueta.
En la vestimenta se observa cierta policromía, específicamente en el pecho
donde hay restos de color rojo, en las pulseras que trae en ambas manos y en la
decoración de la vestimenta.
La Dama de Auxerre ha sido diseñada para ser observada desde un punto
de vista frontal, e inclusive se sospecha que fue parte de otra pieza más grande,
por otro lado, el material utilizado no es casual ya que la piedra caliza destaca por
su gran resistencia a la meteorización, lo que la constituye como un elemento
clave para realizar una escultura más duradera.
Figura 1. Vista frontal y posterior de la Dama de Auxerre. Fotografía por Musée du Louvre
b) Características Simbólicas:
En primer lugar, las facciones de la Dama de Auxerre atribuyen a una
concepción idealizada de la mujer, la expresión es hierática y medianamente rota
por la sonrisa arcaica ofrecen una composición figurativa y naturalista. Por otro
lado, el brazo en el pecho evoca a una escena votiva, razón por la que se asume
que su función pudo haber sido religiosa-conmemorativa y de dedicación a los
dioses. Sobre esto Marie-Bénédicte Astier declara que:
“Dado que no sabemos nada sobre el contexto en el que se descubrió la estatuilla,
es difícil identificar a la persona representada o determinar el significado del
gesto de la mano derecha. Algunos piensan que esta es la imagen de una diosa,
considerando las muchas figuras de terracota de divinidades del Medio Oriente
(Astarté en particular) que resaltan sus atributos sexuales. Otros ven esta estatua
como un simple mortal, el sirviente de algún culto a la fertilidad o tal vez la propia
dedicadora haciendo un gesto de oración.” (s/f, Musée du Louvre)
Figura 2. Detalles del estilo dedálico presentes en la Dama de Auxerre. Elaboración propia.
III. COMPARACIÓN Y EVOLUCIÓN PLÁSTICA DE LA OBRA:
La Dama de Auxerre es una de las primeras muestras de arte dedálico del arcaico
griego, y en ese sentido otra exponente de este estilo es la Koré de Peplo, la cual fue
encontrada entre las ruinas de la Acrópolis de Atenas, tiene unos 120 centímetros de altura
y está hecha en mármol de Paros, también posee policromía.
Al comparar ambas piezas podemos observar que comparten una túnica femenina,
pero la diferencia recae en el peplo dórico de la Koré de Peplo, su vestido tiene
movimiento e imita la caída de la tela en la espalda, así como en el brazo que se encuentra
mutilado.
En ese sentido, la posición que ambas korés tienen sugerirían una función votiva
de no ser por el brazo – incompleto – de la segunda estatua, otra característica que se
puede señalar es que en esta pieza la extremidad no se encuentra pegada al cuerpo de una
forma tan firme. Ambas figuras están deterioradas por el paso del tiempo, pero aún se
puede apreciar que descansan sobre una base.
José Jiménez postula en su Teoría del Arte tres conceptos necesarios para que un
producto con cualidades estéticas sea reconocido como obra de arte, el primero consta
en su aceptación institucional, el segundo es la intencionalidad artística y finalmente, la
autonomía de sentidos y significados.
Desde un punto de vista personal, puedo declarar que esta pieza conocida como
La Dama de Auxerre es efectivamente, una obra de arte, que cuenta con carga histórica,
cultural y artística por la convergencia de lo griego y egipcio, además de ser una de las
figuras más representativas del estilo del padre de Ícaro.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA:
Elvira, M (1996). Arte Clásico. (pp. 27 – 40). Madrid, España. Editorial Historia 16.
Hatje, U. (2005). Historia de los Estilos Artísticos. Desde la Antigüedad hasta el Gótico.
(pp. 37 – 42) España. Ediciones Istmo Recuperado de https://url2.cl/hwIq4
Jiménez, J. (2002). Teoría del Arte. (pp. 105 – 115). Madrid, España. Editorial Tecnos-
Alianza.