Curso Elemental de Homilectica
Curso Elemental de Homilectica
Curso Elemental de Homilectica
Índice
Introducción
I. Esencia de la Predicación
II. Tema de los Sermones
III. Interpretación Bíblica
IV. Principios de Interpretación
V. Inferencias Bíblicas
VI. Figuras del Lenguaje Escrito
VII. Manejando las Escrituras para el Sermón
VIII. Principios de Aplicación
IX. Manejando un Texto o Pasaje
Introducción
En su etimología, la palabra Homiléctica significa multitud, compañía,
gentío (gr. s). Esta palabra, a saber, tiene dos acepciones relacionadas con
lo mismo: Una es estar en compañía de alguien; asociado con alguien; o
conversar con alguien (gr. ): “No os dejéis engañar: Las malas compañías
corrompen las buenas costumbres” (1Co.15:33). La otra es “homilía” (gr.),
cuyo significado es interpelación, comunicación o conversación: “Iban hablando
entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido... Después de subir, de partir el
pan y de comer, habló largamente hasta el alba; y de esta manera salió” (Luc.24:14;
Hech.20:11). Esta última forma es la que se ajusta a nuestro estudio y con el
tiempo fue aplicada a los discursos religiosos, de ahí que la ciencia que estudia
la predicación cristiana se le llame “Homiléctica”.
La predicación es una obra de suma importancia, pues su objetivo es
declarar todo el consejo de Dios en tal forma que salve al predicador y también a
los que le oigan, y si los oyentes no son salvados por lo menos que quede limpia
de sangre inocente las manos del predicador. De manera, pues, que se trata de
algo muy serio y digno. Esto es tan grave que la calidad o carácter de la
predicación en una época o en una Iglesia local, marcará en el carácter de los
cristianos allí congregados o perteneciente a esa época, la predicación
evangélica contribuye mucho a formar el carácter de la generación donde se
proclama. Cuando la enseñanza de Pablo había sido cuestionada su respuesta
fue: “Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por
todos los hombres. Es evidente que vosotros sois carta de Cristo, expedida por nosotros”
(2Co.3:2-3).
Aunque no sea legítimo formar o estructurar cualquier doctrina bíblica que
no esté en las Escrituras, aún así es legítimo hacer uso de palabras o términos
que no son escritúrales, siempre y cuando el uso de tales palabras nos ayude a
explicar las verdades divinas o evitar el error. El “pecado original” es ejemplo, y
“pecado remanente“ en el Creyente es otro. La Homiléctica como la ciencia que
estudia el arte de la predicación, no se encuentra en el lenguaje bíblico, pero es
de mucha ayuda para mejorar la proclamación del Evangelio.
I. La Esencia de la Predicación.
En el lenguaje del NT el predicador no es otra cosa que un heraldo
(gr.), o lo que es lo mismo, un mensajero público, un publicador, un
proclamador: “Para esto yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los
gentiles en fe y verdad” (1Tim.2:7;2Tim.1:11; 2Ped.2:5). Su función es publicar o
proclamar lo que Cristo ha mandado que se diga. El oficio del Señor Jesús es
Salvador, o que tiene un mensaje de salvación especifico para cada necesidad
del alma humana, entonces la función del predicador es entender el verdadero
significado de las Escrituras y entregarlo al hombre, porque todos están en
necesidad de Dios. Entonces el gran asunto necesario para predicar las Santas
Escrituras es entrar a su verdadero significado y así pasarlo a otro: “Haciendo
esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan” (1Ti.4:16). Y para no asustar a
nadie traigo las palabras de J. Broadus sobre esto mismo: “Andrés Fuller no
tenía prácticamente ningún conocimiento de los idiomas originales, y sin
embargo sus interpretaciones de las Escrituras son claras y correctas en un
grado raras veces excedido”; (pag.32, Edición 1989). Lo mismo se dice de
Spurgeon.
Si los que oyen tu predicación no entienden más de lo que en el pasaje
puede ser leído de una lectura normal, entonces la labor fue en vano, eso no es
predicación. Tampoco es expandir la verdad, cuando los predicadores echan
mano de la concordancia y trazan el uso de las mismas en otros lugares hasta
que el predicador cubre el tiempo y el pueblo termina cansado. Eso sería batir
las Escrituras en lugar de exponerlas. Hasta que uno no haya entrado al
verdadero significado del pasaje o texto bajo consideración, entonces no ha
empezado a beber del espíritu que animó a los escritores. Con esto no estamos
significando de una extraordinaria inspiración para luego poder predicarlo, pero
sí debe haber, previo, a su proclamación un entendimiento correcto del mensaje
divino.
Ahora bien, sobre esto debe también decirse que un entendimiento
correcto de ciertas verdades en las Escrituras ayuda mucho a entender mejor
otras partes de la misma. Veamos un texto para explicarlo: “Escudriñad las
Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan
testimonio de mí” (Jn.5:39); los judíos no podían entender correctamente la
Biblia porque no entendían bien el ministerio de Cristo, si lo hubiesen
comprendido correctamente, entonces se les hubiese facilitado mucho
interpretar otros pasajes. Mientras los discípulos estuvieron ignorantes de la
muerte del Señor, conocieron poco de la Biblia; pero habiendo aprendido el fin
de ese gran evento, un diluvio de luz espiritual vino sobre ellos, y el AT se hizo
claro y fueron movidos a un profundo interés por él. En esto es altamente
recomendable que se tenga un entendimiento claro de la doctrina de la
justificación por la fe. (Véase pag.33/Broadus).
Otro requisito para llegar a entender las Escrituras es tener un humilde
sentir de tu ignorancia. Pocas cosas tienden más a la ceguera espiritual que
tener un concepto de nuestro propio poder o capacidad: “¿Has visto a un hombre
sabio en su propia opinión? ¡Más esperanza hay del necio que de él… Nadie se engañe a
sí mismo. Si alguno entre vosotros cree ser sabio en esta edad presente, hágase necio
para llegar a ser sabio” (Pro.26:12;1Co.3:18). También es de mucho beneficio que
leamos la Biblia como un Cristiano, más que como un estudiante; esto es, que al
leerla reaccionemos con fe sobre lo leído. Esta fe se notaría con meditarla y
amarla. Veamos dos casos: “María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su
corazón” (Luc.2:19);esto es, que para guardar la verdad divina en el corazón
Creyente, primero hay que meditarla; cuando damos continuos pensamientos
sobre algo, entonces lo hacemos operativo. La gallina antes de sacar los pollitos
tiene que encubarlos. Amor: La causa de la apostasía fue la falta de amor a la
verdad: “Con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto no recibieron
el amor de la verdad para ser salvos” (2Tes.2:10). Esto que se ha hablado es
esencial en la labor de predicación.
V. Inferencias o implicaciones:
En ocasión es apropiado suplir las palabra que se carecen en el texto,
donde es consciente con la analogía de fe y con las circunstancias y palabras del
contexto, nótese: Ejemplos: Exo.4:25, 19:4, 2 Sam.21:16, Lu..13:9, I Co.9:25.
Para nosotros una cosa puede ser dicha en las Santas Escrituras de dos
maneras: Explícita, declarada expresamente con muchas palabras, o
implícitamente, ya no con muchas palabras sino en su sentido. Es en esto último
que decimos que la Biblia es perfecta y completa, o que contiene todo lo
concerniente a nuestra vida de fe y práctica. Nuestra Confesión de 1689 dice
así: “Las Santas Escrituras son la única toda suficiente, segura e infalible regla
del conocimiento, fe y obediencia salvadora” (Capt. I - párrafo #1). El profeta lo
dice así: “¡A la ley y al testimonio! Si ellos no hablan de acuerdo con esta
palabra, es que no les ha amanecido” (Isa.8:20). De donde se infiere, que si
alguno habla de asuntos religiosos sin estar apoyado en las Santas Escrituras,
entonces el tal habla con ignorancia espiritual.
La Biblia es la sabiduría de Dios o lo que es lo mismo, la Palabra de Dios.
Cuando un hombre sabio habla, desea que todo lo que legítimamente puede ser
concluido de sus palabras se pueda decir que ciertamente él lo dijo; así, siendo
Dios infinitamente sabio y previendo todo lo que puede ser deducido de sus
palabras, quiere que esas consecuencias sean consideradas como Su propia
Palabra. El ejemplo de Cristo y los apóstoles prueba esto, ya que a menudo
taparon las bocas de sus adversarios con el uso de las consecuencias bíblicas.
Mire un caso, Jesús prueba la doctrina de la resurrección en contra los
saduceos, con el uso de una verdad implícita: “Yo soy el Dios de Abraham, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”
(Mat.22:27-32); de la formula del pacto, que no dice nada explícito sobre la
resurrección, probó su punto. Las consecuencias de Cristo son infalibles en ellas
mismas, pero en este caso téngase en cuenta que los saduceos no creían en
Jesús como el Mesías y mucho menos en Su autoridad divina, para ellos él era
un simple hombre.
Requisitos de las sanas consecuencias bíblicas.
1. Que las premisas o premisa derivada del pasaje bajo consideración esté
contenida en palabras figuradas o propias de las Escrituras.
2. Que la consecuencia, deducción o inferencia sea necesaria y evidente.
Que el efecto sea claramente visto con su propia causa.
3. Que la comprobación de su asentimiento sea de tal evidencia, que
podamos admitirla con la misma fuerza de conclusión que el mismo texto
bíblico.
Un ejemplo: " Escrito esta en los profetas: Y serán todos enseñados por
Dios. Así que todo
aquel que oyó al Padre, y aprendió de El, viene a mi" (Jn.6:45).
Premisa: Que ningún hombre puede extraviarse del seguro camino a
Cristo, si está bajo las instrucciones del Padre.
Otro ejemplo: “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía,
envidia y todas las
detracciones” (1Ped.2:1).
Premisa: Que abundancia de pecado de toda clase permanece con los
regenerados, o
con aquellos que son llamados a la Gracia de Cristo.
Entonces toda consecuencia bíblica sana estará en armonía con su propio
contexto, o será deducida de manera directa del pasaje. No entrará en
contradicción con el libro o carta bajo consideración. Tampoco contradecirá
ninguna doctrina bíblica ya conocida, y estará en armonía con la sana teología.
Aquí es necesario dar una nota de precaución, y es la siguiente: Que el abuso de
la razón en la obra de las inferencias teológicas no debe ser confundido con el
buen uso de la misma. Abusar de algo es hacer un mal uso de ese algo. La fuerza
o valor de verdad de tales inferencias no reside en la capacidad de nuestro
razonamiento, sino en la clara enseñanzas de las revelaciones divinas. Tal como
el oído no hace el sonido, ni la visión la luz. Tampoco nuestra razón hace la
verdad. El apóstol Pablo se refiere a “palabras vanas” (Efe.5:6). Una grano de
arroz es vano cuando tiene la forma exterior del grano, pero en su interior esta
vacío. No estaba conectado adecuadamente al tronco que nutre. Así una palabra
vana no esta debidamente conectada al texto bíblico del cual se alude que
pertenece, o no es una consecuencia bíblica sana.
Una nota de cuidado: Estamos describiendo como los teólogos hacen,
pero no estamos diciendo estar en capacidad de imitarlos, pues se requiere en
un teólogo no sólo conocer en un nivel aceptable la revelación divina, sino
también tener un dominio razonable de los idiomas originales en que fue escrita
nuestra Biblia, dominar la lengua Hebrea como Griega. Yo puedo describir
como el pelotero conecta sus jonrones, pero no puedo imitarlo. En muchas
verdades escritúrales, quizás no fundamentales, vamos a tener que caminar en
las convicciones de otros. Si para una persona lo revelado por Dios en Su
Palabra es sólo lo que está explícito en la misma, no podemos decir que las
inferencia teológicas sean reveladas por el Espíritu de Dios. Pero si el contenido
de las revelaciones se encuentra, tanto explícita como implícitamente, en la
Biblia, entonces las inferencias son parte de la revelaciones divinas, y por tanto
podemos llamarlas con propiedad como objetos formales de la fe Cristiana.
Veamos varios textos y su correspondiente inferencia:
Texto: 1Co.9:9 – Inferencia (1Co. 9:4). Otros: Hebr. 8:8 con 8:13 / Ro.
9:7,10 con Ro. 9:8
Si una aplicación alternativa del texto envuelve cambio de un nombre por
otro, es una indicación que una figura del lenguaje está siendo empleada,
algunos principios generales para guía pueden ser de ayuda:
Antropomorfismo: Es una metáfora de uso en el lenguaje en la que es
apropiada para el hombres y es usada para describir a Dios. Así por ej. el alma
de Dios indica su vida o esencia, Jer.5:29. Cabeza denota su superioridad. I Cor
11:3. El rostro de Dios se refiere a su favor o su ira, Sal.30:7 y 34:16. Las
referencias a sus ojos generalmente indica su Gracia y providencia, Sal.34:15.
La niña de sus ojos significa algo muy querido para El, Zac.2:8. Una referencia a
sus oídos generalmente indica que escucha nuestras oraciones. En una manera
similar su hollar representa su indignación; sus manos levantadas su poder y
protección; su brazo su poder y fortaleza; su mano derecha su suprema
autoridad; su dedo, virtud; su pie gobierno y poder Sal.110:1; su olor su
aceptación de algo, Gen. 8:21. Arrepentimiento, es usado para el cambio en las
cosas y las acciones las cuales Dios ejecuta.
Lenguaje Sacramental o más propiamente Metonimia Sacramental,
envuelve el signo usado para denotar que significa y viceversa. Así por ej. el
árbol del conocimiento del bien y del mal significa el árbol que es signo de estos.
Similarmente la circuncisión es llamada el pacto y el signo del pacto,
Gen.17:10,11. Abraham llamó el lugar en el Monte Moriah donde el iba a
sacrificar a Isaac cuando Dios le detuvo, y el cordero encontrado enredado en un
zarzal Jehová Jireh, significando El Señor proveerá. El lugar vino a ser un signo
que Dios iba de hacer así (Gn.22:14). La piedra que Jacob usó como una
almohada la noche que el soñó en una escalera es llamada Betel, que significa
Casa de Dios (Gn.28:22). El signo es identificado con lo que significa.
Similarmente el cordero pascual es la Pascua (Ex 12). El altar es llamado el
Señor es mi estandarte (Ex 17:15). Jerusalén es llamada el Señor está allá
(Ezeq.48:35). El sacerdote y su expiación (Lev.16)
Casos del NT. Cristo es llamado Un Cordero (Jn 1:29) El Cordero Pascual
es llamado Cristo (I Cor. 5:7). En el mismo verso los cristianos son llamados sin
levadura. Cristo es llamado La propiciación (gr. hilasterion) o la cubierta del
arca del Pacto (Ro.3:25). Los cristianos son llamados hacer un pan (1Co.10:17) y
la roca es dicha a ser Cristo (I Cor. 10:4). En la misma manera el bautismo es el
lavamiento del nuevo nacimiento (Tit. 3:5). La copa es llamada el Nuevo Pacto
y el pan es dicho ser el cuerpo de Cristo (I Cor.1:24-25). En tales casos el signo
es dicho a ser la cosa significada, pero con el entendimiento que tal lenguaje
emplea una figura de hablar, en el cual el signo habla de la realidad que
representa.
Comunicación de Propiedades. Que es llamada la comunicación de las
propiedades en Cristo (cuando lo que es apropiado a su humanidad es adscrito a
su divina naturaleza) Es un sinécdoque <Figura del lenguaje en el cual el todo es
representado por una parte o viceversa>. A través de la unión de la naturaleza
divina y humana en la persona divina de Cristo que estrictamente hablando
pertenece sólo a una de estas 2 naturaleza aunque es hablado como si
perteneciera a toda su persona. Ej. : para pastorear la Iglesia de Dios la cual El
compro con su propia sangre (Hch. 20:28) Ninguno ha ascendido al cielo, sino
el que ha descendido del cielo, esto es el Hijo del Hombre que está en el cielo
(Jn.3 :13). Porque si ellos lo hubieran conocido no hubieran crucificado al Señor
de gloria ( I Co. 2:8) Jesús les dijo, de cierto os digo, antes que Abraham fuese
Yo soy, (Jn 8:58). Y Jesús crecía en sabiduría y estatura delante de Dios
delante de los hombres (Jn 2:52)
Esta comunicación de propiedades aplica sólo en lo concreto no en lo
abstracto. Por concreto yo significo toda su persona como Dios, hombre, Cristo,
por abstracto cualquiera de las dos naturalezas considerada como humanidad o
divinidad.
Cuando algo es dicho de Dios que implica su involucramiento en el mal
debe ser entendido como refiriéndose a su obra permisiva. Una cita clásica en el
AT es Neh. 7:35, Is. 19:14, Ex. 11:10, Dt. 2:30, Jos. 11:20, I Sam. 2:25, 2 Cr 22:7,
Sal. 105:25, Ez. 14:9. Pero también hay ejemplo de esto en el NT. Rom. 1:28, 2
Tes 2:11.
Otra vez algunas cosas son descritas como si ellas fuesen completadas, si
en hecho no han sido finalizadas, tales declaraciones indican que empezaron y
están en camino de un anticipado cumplimiento (Gen. 5:32, 11:26, I rey 6:2,37;
Sal. 119:8, Lc. 1:6, Filip. 3:12, 15.)
Mandamientos. Los mandamientos morales o leyes que menciona un
pecado especifico por nombre implica todos los pecados de la misma clase
incluyendo sus causas y ocasiones o cualquier cosa que nos tiente a ello. Ellos
además nos mandan las virtudes opuestas, esto es como Cristo expone la Ley
moral en el sermón del monte, Mt 5:21-48. Juan explica el mismo principio
cuando escribe, “Cualquiera que aborrece a su hermano es asesino” I Jn. 3:15.
Juicios y promesas. Los juicios y las promesas deben normalmente ser
entendidas como explicando ciertas condiciones, sus efectos depende si hay o no
fe y arrepentimiento y si están presentes en respuesta a ello. Esto es verdad
particularmente de algunos versículos. (Aunque el castigo son excepción a esta
regla, Ex. 33:14,15, Jonás 3:4, Apoc. 21:18). En los eventos subsiguiente a estas
cosas se hace más claro que el juicio o promesa es para ser entendido con
condiciones, Jer 18;9-10, Is. 38:1, Gen. 20:13. Aquí claramente el efecto de la
voluntad de Dios está envuelto lo que los teólogos llaman la Voluntad de Dios y
la Voluntad de su buen placer. Por Su Voluntad de buen placer es significado
que Dios quiere algo y simplemente y sin ninguna condición lo hace, tal como en
la creación, el gobierno del mundo y enviar a Su Hijo. Por su Voluntad se
significa que el quiere algunas cosas en vista de algunas otras como condición de
estas. Porque la condición anexada indica la presencia del Voluntad de Dios
entonces podemos decir que el lo hace en Su Voluntad
El hablar superlativo exclusivo usado por alguna de las partes de la deidad
no excluye las otras personas. Lo que ellos excluyen son las criaturas y falsos
dioses al cual el verdadero Dios en una persona o en más es contrario. Así Jesús
llama al Padre, El único Dios verdadero, pero solamente opuesto a los falsos
dioses (Jn. 17:3). Otros ejemplos pueden ser encontrados en Mr. 13:17, Ro
16:17, I Tim. 1:17, Jn. 10;29. Cuando Jesús dice Mi Padre es mayor que todos, El
no está significando que es mayor que los otros de la Trinidad sino que es mayor
que todas las criaturas. Todas las obras de la Trinidad y todos sus divinos
atributos deben ser entendidos inclusivo, que aplican sin excepción a cualquiera
de las personas. Cuando Dios es considerado absolutamente o por el Mismo, las
3 personas de la trinidad están significadas. Cuando la palabra Dios es usada
conjuntamente con otra de las personas de la Trinidad se está refiriendo al
Padre (2 Co.13:13).
Una palabra gramatical puede tener un significado particular y viceversa
(no particular).
Todo puede significar mucho y mucho puede significar todos, según el
contexto, Gen.33:11, Ex. 9:6, Dt. 28:64, I Rey 12:18, Jer. 8:6, 26:9; Mt. 4:23;
21:26; Jn. 14:13; 1Co.6;12, Fil. 2:21.
Nada puede significar poco o pequeño, Jn 18;20, Hch 27;33.
Ninguno o puede ser usado por poco, Jer, 8:6, 1Co. 2:8.
Siempre puede significar a menudo o extendido, Pro. 13:10, Lc. 18;1, 24:53,
Jn 18:29.
Eterno puede significar un largo tiempo si es que ajusta bien al contexto
Gen 17:8, Lev 25:46,
Dt 15:17, I Cro.15;2, Isa.34:6, Dan 2:4, Jer 25:9.
Dondequiera puede significar aquí o allá, Mr.16:20, Hch 17:30.
Una negativa es a menudo limitada en su significado a un asunto
particular. Sal. 7:4, Jn. 9:3.
No puede significar a veces, raramente, difícilmente I Re. 15:5, Lc. 2:37.
Nota: Hay partículas gramaticales a las que es necesario ponerle especial
atención:
Ahora, así que, entonces, como, he aquí, mientras, más, pero, pero
ahora,
porque, por tanto, también, etc.