La Segunda Revolución Industrial

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (1850-1914)

Introducción: Las nuevas potencias industriales

Entendemos por Segunda Revolución Industrial al período de transformaciones demográficas y


económicas mundiales que va de 1850 a 1914. La fecha de 1914 (comienzo de la Primera
Guerra Mundial) marca el final de este período. A la Segunda Revolución Industrial se le
denomina también la Era del Capitalismo Financiero (porque ahora el protagonismo
económico lo tienen los Bancos más que los empresarios industriales), y también recibe el
nombre de la Era del Gran Capitalismo.

En los inicios de la Primera Revolución Industrial (1780-1850), Gran Bretaña se había


beneficiado de ser el primer país en el que se dio la Revolución Industrial, pero en la etapa que
estudiamos (1850-1914) esta situación cambió radicalmente.

Alemania, después de su unificación, fue el país europeo que experimentó un mayor


crecimiento económico y especialmente industrial. Dos países no europeos surgieron también
como grandes potencias industriales: Estados Unidos y Japón. Recordemos que esta situación
se ha ido reforzando hasta nuestros días. Gran Bretaña perdió el primer puesto como potencia
industrial (así los países anteriormente citados la adelantaron en cuanto a producción de
hierro), así como la función de motor de las nuevas industrias químicas y mecánicas, sin
embargo, la marina británica continuó siendo la primera del mundo, y, por tanto, Gran Bretaña
siguió siendo la primera potencia marítima y comercial.

La aparición de nuevas fuentes de energía y sus aplicaciones industriales.

La segunda revolución industrial se caracterizó por la aparición de dos nuevas formas de


energía: la electricidad y el petróleo.

- La electricidad. Ya era conocida, pero el reto era producirla en cantidades industriales y


resolver el problema de su transporte. Los progresos de la Física, en efecto, hicieron posible la
conversión de la energía mecánica de la caída del agua en corriente eléctrica transportable y
convertible en variados usos.

El abanico de sus aplicaciones fue enorme: alumbrado (en 1878, Edison ultima su lámpara de
filamento o incandescente), sistemas de comunicaciones (telégrafo, teléfono y radio) y de
transporte (ferrocarril, tranvías eléctricos y el “metro”).

- El petróleo. Adquirió importancia cuando empezó a utilizarse como combustible en los


medios de transporte.

La concentración industrial.

Entre 1850 y 1900 el número de empresas se estabiliza o tiende a disminuir, en cambio la


producción creció. Hubo, en efecto, un proceso de concentración industrial que se explica por
dos razones. En primer lugar, por el mismo progreso técnico, al elevar el costo de las máquinas
utilizadas. En principio, sólo las grandes empresas contaban con recursos para invertir en
nuevas tecnologías, frente a las dificultades en que se encontraban las empresas pequeñas. En
segundo lugar, el mecanismo por el que se busca la concentración es para conseguir un
aumento de la productividad del trabajo y la consiguiente disminución del coste medio de cada
unidad producida. Con ello se competía más favorablemente en el mercado y se lograba
conquistar nuevos mercados.

Esa concentración podía hacerse de forma horizontal o bien vertical. En la primera se


fusionaban empresa con la misma actividad productiva (por ejemplo, el siderúrgico); en la
segunda se integraban empresas complementarias en el proceso de producción (por ejemplo,
carbón, mineral de hierro y siderurgia).

Junto al modelo de concentración que acabamos de ver, hubo otra de tipo financiero, como el
trust y el cartel. En el primero, diversas empresas decidían agruparse para tener una
administración común; en el segundo, las empresas seguían siendo independientes pero se
ponían de acuerdo para fijar un precio de venta común.

El imperialismo del siglo XIX.

En el último cuarto del siglo XIX se inició un proceso de dominio político, militar y económico
de grandes territorios de Asia y África por parte de países industrializados de Europa, EE.UU. y
Japón. Este fenómeno se conoce como imperialismo y si, durante sesenta años, a partir de
1815, no hubo importantes rivalidades coloniales, en cambio, desde 1880, las cuestiones
coloniales se situaron de nuevo en primer plano y las potencias industriales emprendieron una
carrera de ocupaciones territoriales. Este proceso culminó, a inicios del siglo XX, con la
colonización del continente africano y de una parte del asiático. A lo largo de ese proceso hubo
momentos de fuerte tensión entre las potencias colonialistas, constituyendo una de las causas
del estallido de la Primera Guerra Mundial.

Las causas del imperialismo.

Son muchas las causas que influyen en el surgimiento de este fenómeno de expansión
territorial, citaremos las más importantes:

a) Causas económicas.

El desarrollo de la industria europea y su necesidad de hallar nuevos mercados y materias


primas. En efecto, el desarrollo de la segunda revolución industrial impulsó a los países más
industrializados a buscar nuevos mercados donde situar los excedentes de su producción y,
también, lugares donde obtener materias primas (algodón, caucho…) al mejor precio posible. A
su vez, las colonias eran un lugar donde se podían invertir los capitales excedentes de la
producción industrial.

b) Causas políticas y militares.

La superioridad militar de los europeos les facilitó una rápida ocupación territorial. La
exaltación del nacionalismo, el “orgullo nacional”, obligaba a contar con colonias, donde los
militares hacían méritos y conseguían ascensos y medallas. El imperialismo, por tanto, se veía
como un signo de prestigio y poder de los Estados.

Por otra parte, existían motivos estratégicos que hacían que una potencia se apoderase de un
territorio clave para el control de las rutas comerciales o para impedir el acceso a una zona por
parte de otro Estado.
Causas ideológicas.

La creencia en la superioridad de la raza blanca hizo que se considerara un “deber” transmitir


los avances de la civilización y la cultura europeas (educación, sanidad, mejora de vida) a los
pueblos colonizados. Por otro lado, las iglesias cristianas (la católica y la protestante) se
encontraron ante una nueva fase para extender su confesión religiosa por el mundo. Tampoco
hay que olvidar el interés científico, es decir, el deseo de conocer y cartografiar otros lugares
todavía desconocidos. Muchos europeos se sentían atraídos por esos territorios y se lanzaban
a la exploración de ríos y montes desconocidos; las manchas blancas en los mapas iban
borrándose poco a poco. En este punto hemos de hablar del papel de las Sociedades
geográficas que se constituyen en muchos países europeos con la misión de estudiar África y
financiar exploraciones al interior del continente que, posteriormente, favorecerán la posterior
ocupación.

Las formas de dominación. La expansión colonial europea presentó distintas formas de


dominación. Podemos distinguir, en líneas generales, tres clases de colonias. Colonias de
explotación o colonias propiamente dichas. En ellas la metrópoli lleva a cabo la administración
a través de sus funcionarios, bajo las órdenes de un Gobernador. Esta fórmula fue aplicada por
todas las potencias coloniales. Colonias de poblamiento. Se dieron en algunas colonias inglesas
con fuerte presencia de población blanca. En ellas se establecía un régimen de autogobierno y
se permitía organizar un Parlamento (elegido en la colonia). Estos territorios en el Imperio
británico recibieron el nombre de dominios: Canadá alcanzó ese rango en 1867 y más tarde lo
lograron Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Protectorados: Eran territorios en los que se
mantenía el gobierno indígena, en los aspectos internos, bajo la supervisión de la potencia
ocupante y sometido a ella. La política exterior y el ejército eran controlados por la metrópoli.
Consecuencias del imperialismo colonial.

La expansión europea contribuyó a la europeización del mundo. Las consecuencias de la


ocupación de estos territorios son positivas o negativas según quién cuente la historia, si son
los pueblos europeos o si son los pueblos sometidos. a) Consecuencias positivas para los
pueblos colonizados. * Entre estas habría que citar el incremento de la población en los países
ocupados debido a la erradicación de epidemias y la consiguiente reducción de la mortandad a
causa de las medicinas llevadas por los europeos. * Otra sería el aumento de los cultivos y la
introducción de otros lo que hizo que aumentara la producción agrícola, aunque fuera para
abastecer al país colonizador. * El descenso del analfabetismo y la expansión de la cultura
occidental, esto produjo la desaparición de la estructura tribal de esas sociedades e incluso en
algunos casos la pérdida de su identidad cultural; como vemos una consecuencia positiva suele
conllevar una negativa.

Consecuencias negativas para los pueblos colonizados. * La explotación exhaustiva de las


colonias mediante la confiscación de sus tierras, que pasan a manos de grandes compañías,
adueñándose de sus recursos naturales * El abuso de la mano de obra gratuita o a muy bajo
precio de los colonizados. * El desarrollo de una actividad económica en beneficio de la
metrópoli. * Los colonizadores provocaron, en muchos casos, la destrucción de la lengua y la
cultura de los colonizados y de su sociedad tradicional. * Las fronteras que establecieron los
europeos serían totalmente arbitrarias, sin tener en cuenta a los pueblos indígenas. Así, se
impuso la convivencia forzada entre grupos étnicos tradicionalmente enfrentados, mientras
otros pueblos se vieron de repente divididos. * En muchos casos habrá una fuerte segregación
racial y falta de respeto por las realidades autóctonas.

También podría gustarte