Deontologia Juridica
Deontologia Juridica
Deontologia Juridica
Principio de Colegialidad:
La colegialidad presupone la unión de varias personas ligadas entre si por sus intereses
comunes que se refieren al ejercicio de la misma actividad profesional.
Deontología de las Profesiones Jurídicas:
En esta parte se concreta al trabajo judicial, trabajo notarial, y al trabajo del abogado.
Podemos encontrar:
Tiempo y Justicia.
Certeza y Sentencia.
Juez ante la Ley injusta.
Otorgamiento de poderes;
Renuncia o repudiación de los derechos de la sociedad conyugal:
Constitución de hipotecas, donación, capitulaciones matrimoniales;
Sociedades mercantiles que exigen escritura pública:
Aceptación de la herencia, etc.
.
El Instrumento Público. Los instrumentos públicos son ‘'documentos autorizados, con
las solemnidades legales, por Notario competente, a requerimiento de parte e incluidos en
el protocolo, y que contienen, revelan o exteriorizan un hecho, acto o negocio jurídico para
su prueba, eficacia o constitución, así como las copias o reproducciones notariales de
ellos”.
Los deberes del notario
La función del notario hace ver inmediatamente cuáles son sus principales y esenciales
deberes a la que debe corresponder las respectivas cualidades o virtudes y es la ley que ha
recogido las principales implicaciones éticas de la función notarial. Por ejemplo el artículo
145 del reglamento notarial vigente de España. El notario no solo deberá excusar su
ministerio, sino negar la autorización cuando, a su juicio, el acto o contrato, en todo o en
parte, sean contrarios a la ley, a la moral o las buenas costumbres.
El primer deber del notario: el de atenerse a un equitativo y humano concepto de la
justicia notario no debe nunca limitarse a tomar nota y a autorizar; la moral y la ley le
obligan a entrar en la sustancia del acto o negocio jurídico. Este primario deber de justicia
a de hacerle atento para detectar y rechazar las clausulas leoninas.
El segundo deber en el orden de importancia, es el de estar al día del al legislación y de la
ciencia jurídicas en aquellas materias que habitualmente trata. Al pensar es mucho más
importante que el cómo es por qué se redacta de tal o cual manera. Los formularios na
han añadidos nada al prestigio de la institución.
Tercero, Ligados con los dos deberes anteriores está el de imparcialidad que lleva consigo
una atención esmerada al cliente, pero no a caer en la acepción de personas o de asuntos
El cuarto deber es el de residencia su complimiento no ofrece dificultad algunas en las
notarías rurales o de pequeñas poblaciones, sin embargo el notario de las grandes
ciudades (o de las ciudades de población de entidades medias ,cercanas a las grandes
ciudades)puede experimentar la tentación de tener la residencia en un lugar y trasladarse
algunos días a la notaria simplemente para despachar.
El notario y la verdad.
Se destaca el tema de la actitud del notario ante la verdad
De manera que el documento notarial, aunque constituye el documento por anto –
nomacia, no pretende recoger la verdad si tal se sostuviese se intentaría con ellos
desvirtuar los hechos, estableciendo una utopía. El documento notarial refleja una
realidad. La fe del notario no alcanza a sostener ,que lo que el documento contiene es
verdad, el documento notarial encierra una realidad y tal cual ella es tal y como ellas
aparece configurada, así aparece recogida, la falsedad del documento no afecta la verdad,
sino a la realidad. Por ser ello así es por lo que cabe el documento conteniendo la realidad
de un negocio simulado o Fiduciario y por lo que, también no tenemos que ir a la
búsqueda de Diógenes o candil, para ayudarnos a convencer a los otorgantes a que
transcriban en la escritura la totalidad del precio satisfecho.
Cuando se habla de verdad en la profesión del notarial se quiere decir que el notario no
puede mentir, que no puede autorizar la mentira presentada por el cliente. El notario sabe
efectivamente que es mentira, es más tampoco cabe la restricción mental que es una
forma de mentira, cabe, sin embargo, la licita ocultación de la verdad, porque no siempre
está obligada a decir, sin mentir, toda la verdad, sobre todo cuando toda la verdad no
afecta a la sustancia del acto negocio jurídico que quedad reflejado en la escritura pública.
Cualidad del notario.
Además de las cualidades de deberes, es decir, la justicia, la ciencia jurídica, la
imparcialidad, y la verdad se considera otros:
En primer lugar, la prudencia, el notario es un Iurisprudens, en el sentido clásico.
Prudencia es lo contrario de extremismo, tanto en su versión del timorato(que en el caso
del notario seria el simple formulista) como en la versión del temerario, el que aconseja
soluciones que puede, en el mejor de los casos, ,dar origen a un litigio. Pero además la
prudencia incluye la conveniencia de pedir consejo quizás a otros notarios con la
experiencia, en casos dudoso o difícil.
En segundo lugar, la discreción: incluso en aquellos asunto no vinculados al secreto
profesional, en notario por su función, conoce, a veces con todo género de detalles
(piénsese en los asuntos matrimoniales) aspecto de la vida de muchas personas. La
discreción le exige entonces no solo no servirse de ese conocimiento en interés propio;
implica además el silencio y la reserva en el trato social.
En tercer lugar la ponderación o ecuanimidad: con la virtud de que la ponderación está
reñida la actitud histriónica, pintoresca, excesivamente singular. Es muy difícil que el que.
En algunos aspectos de la vida (incluso de la vida privada), de muestras ostentosas de
singularidad.
El deber del conocimiento por otro lado es mutuo. Es decir, el abogado ha de darse tal
como es con sus calidades esenciales, con sus modos especiales de actuar de forma que el
cliente pueda sentirse seguro.
Deber de fidelidad
Desde el momento en que el abogado acepta en encargo se debe al cliente y debe mantener
a él una actitud de fidelidad. En contra de esa fidelidad esta la revelación del secreto
profesional, los acuerdos con las partes contraria la negativa prestar a cliente la información
debida.
Deber de igualdad de trato
Es corriente en algunos profesionales sin sentido ético, tratar de modo desigual los casos de
patrocinios gratuitos y defensa de oficio; la igualdad de trato no debe incluirse los motivos
económicos políticos y religiosos.
El deber de información
El abogado debe advertir el interesado de la probabilidad que a su juicio debe de ganar el
asunto, nunca es lícito engañar a su cliente y que lo intenta hacer saber que no le va resultar
Debe de buscar la mejor solución
El deber moral del abogado es hacerse en lo posible innecesarios, evitando todo litigio que
no sea razonablemente imprescindible, se tiene que tener en cuenta que, muchas de las
partes o ambas no tratan en realidad de defender lo que creen sus derechos, la misión de
ambos abogados es que no debe permutarse.
Deber de diligencia en la tramitación de la causa.
El abogado está obligado a estudiar los asuntos que se le confiaron con la máxima
diligencia; esto es obvio ya que la falta de diligencia de las tardanzas injustificadas, se
derivan ordinariamente daños económicos y aun morales en la persona.
Los medios de la defensa
Hay que servir el fin bueno aunque sea el medio malo, rebelde a parte unas normas de la
moral, el fin no justifica jamás los medios, no hagamos el mal para obtener el bien conviene
siempre insistir en este punto, hay que distinguir por otro lado entre medios injustos y
medios autorizados por la ley, un claro ejemplo es el de dilación a través de incidentes de la
multiplicación de escritos.
En las causas penales
Todos los medios son lícitos, salvo los intrínsecamente inmorales. Le es ilícito, por tano el
abogado debe apoyarse por en el testimonio de un testigo espontaneo sin necesidad de
investigar sobre su veracidad.
En las causas civiles
En este caso no se puede utilizar i la mentira, ni los testimonios falsos ni la falsificación de
documentos. A diferencia de lo que ocurre en el proceso penal. El abogado no está obligado
a investigar en cada caso la veracidad de las pruebas.
Las normas del derecho profesional
En este caso tenemos el principio de dignidad considerado unilateralmente. El citado
principio tiende a orientar al abogado en su conducta profesional y privado, con el fin de
que no resulte dañada su reputación profesional.
Propaganda del propio bufete
La publicidad del abogado no es en modo inmoral en si, por muy poco recomendable que
por otra parte de su modo profesional, siempre que no mienta sobre sus cualidades, desde
luego que alguna publicidad son indecorosas para su profesión e incluso podrían ser
inmorales si condujeran al fomento del espíritu litigioso.
Para concluir, queremos insistir en que el conocimiento de los deberes propios de cada
actividad profesional es tan importante como la actualización científica, para el desarrollo
pleno de una profesión y para que cumpla su cometido de coadyuvar a la realización del
bien común, porque de lo contrario, nos encontramos con profesionistas deshumanizados
cuyas únicas metas son económicas o políticas, olvidando que el hecho de haber adquirido
determinados conocimientos en una Universidad, les obliga a procurar el bienestar de la
sociedad que contribuyó a su formación.