Deontologia Juridica
Deontologia Juridica
Deontologia Juridica
Analizar y valorar la moral del abogado y su actuación en el ejercicio profesional en relación con los
principios deontológicos y su relación con los clientes, colegas y demás personajes del proceso jurídico.
INTRODUCCIÓN
La deontología jurídica trata sobre la moral del abogado y la forma de actuar con su cliente, el profesional
del derecho tiene que defender los intereses de su patrocinado siempre actuando con la verdad y siempre
teniendo en cuenta su ética profesional.
1 El abogado que es honesto tiene como deber ético el guardar reserva de los asuntos vinculados con la
vida privada de sus clientes.
2 Ello, porque se debe proteger el bien jurídico correspondiente a la intimidad de la vida privada de las
personas, protegidas por la normatividad jurídica.
3 La Ética constituye el ámbito que inspira y cobija los más nobles sentimientos del ser humano. Sin Ética
el hombre estaría sin “hogar”, a la intemperie, desamparado en un mundo en el que sólo imperaría la ley de
la selva y la de los más bajos instintos.
importancia
LA DEONTOLOGÍA JURÍDICA
etimología
Es la rama de la filosofía jurídica que tiene como finalidad específica la determinación de cómo debe ser el
derecho y cómo debe ser aplicado.
La deontología es la disciplina que se ocupa de los deberes de los profesionales.
En el caso de los abogados se trata de una multiplicidad de deberes como son aquellos consigo mismo,
con la sociedad, con la profesión, con los clientes, con los colegas, con los jueces, con la entidad gremial.
Es aquella parte de la ética profesional que se ocupa de los deberes morales de los abogados, de los
deberes de estos servidores del derecho.
SU SENTIDO Y NECESIDAD
deberes
2 No hacerlo es contribuir a la degradación del menester profesional del abogado, al deterioro social de su
imagen, a la pérdida de la fe en la justicia.
3 El abogado que es honesto y probo es consecuente con sus principios y con el juramento que pronunció
al incorporarse a su respectivo colegio profesional.
CONFIDENCIALIDAD
deber ético
El abogado tiene como deber ético el guardar reserva de los asuntos vinculados con la vida privada de sus
clientes.
Derecho a la intimidad
Ello, porque se debe proteger el bien jurídico correspondiente a la intimidad de la vida privada de las
personas, protegidas por la normatividad jurídica y la jurisprudencia comparada.
Guardar secreto
Frente al derecho la intimidad de la vida privada del cliente y de su familia se alza el correlativo deber del
abogado de guardar secreto sobe todo lo relacionado con dicha intimidad ética y jurídicamente
comprometido a no violar el derecho a la intimidad en la vida privada de aquel cliente que le confía
informaciones que pertenecen exclusivamente a dicha esfera jurídica.
El sacerdote, el médico, el abogado son aquellas personas que por las especiales características de su
ministerio o profesión se encuentran muy cerca del ser humano y sus más delicados problemas. Ellos son
depositarios de asuntos y actividades vinculados con el mundo referido a la intimidad de la persona.
La confianza y la lealtad son valores que signan y presiden dichas relaciones interpersonales. En el lecho
de muerte de una persona se suele imaginar la presencia del sacerdote, a quien se le confía los pecados,
del médico, que posee toda la información de los problemas relativos a su enfermedad, y la del abogado
que conoce el destino de sus bienes al haber participado en la redacción de su testamento y de haberlo tal
vez asesorado en algún tramo de su vida.
sobre todo los relacionados con la actividad de los abogados y de los médicos, contienen dispositivos de
protección de la intimidad de la persona así como aquellos relacionados con el deber de estos profesionales
de guardar el correspondiente secreto de las confidencias e informaciones que reciben concernientes a la
intimidad de la vida privada de sus clientes.
Dispositivos legales
De otro lado, como es sabido, ciertas constituciones y códigos civiles y penales, actualmente vigentes,
protegen la intimidad de las personas prescribiendo como ilícitos todas aquellas conductas que conozcan
indebidamente y divulguen secretos o confidencias relativos al ámbito de la privacidad personal y
ordenamientos jurídicos normas protectoras de la intimidad, este interés existencial es tutelado por la
jurisprudencia. El autor en su ejercicio profesional ya largo a la fecha ha conocido en carne propia este
derecho y deber principista. El joven abogado toma debida nota a este a este deber, derecho y
responsabilidad.
Kant y kelsen
Aunque se admitiera, siguiendo la posición a ultranza de Kant y Kelsen, que el Derecho fuese totalmente
independiente de la Ética, la Deontología Jurídica abriría, de par en par, una puerta de acceso de la Ética a
la práctica jurídica.
Ética JUDICIAL
La Ética exigiría a legisladores, jueces y abogados una actuación responsable, de acuerdo a los valores
jurídicos fundamentales. De este modo la Ética accedería al Derecho, no por una puerta falsa, sino más
que por la vía de la teoría, por el camino de la práctica.
La Ética constituye el ámbito que inspira y cobija los más nobles sentimientos del ser humano. Sin Ética el
hombre estaría sin “hogar”, a la intemperie, desamparado en un mundo en el que sólo imperaría la ley de la
selva y la de los más bajos instintos.
Renovación de la moral
Así pues, urge una renovación de la moral, que en diálogo con la postmodernidad genere una moral de la
persona, una moral concreta, una moral de actitudes y de opciones fundamentales. Urge promover, no una
moral minimalista, sino una moral de aspiraciones.
Las recientes aventuras bélicas de los últimos años con las secuelas de hambre, destrucción y muerte nos
están revelando la importancia y necesidad de la Ética, no sólo a nivel individual y nacional, sino a un nivel
planetario. Los esfuerzos humanos para construir un mundo más justo, más humano y más fraterno, van
mucho más allá de los progresos técnicos, que sin la guía de la Ética pueden convertirse en una amenaza
para la paz y la justicia. Ahora bien, la orientación del progreso a nivel técnico y político debe pasar por la
Ética y especialmente por la Ética de las profesiones, y entre ellas, por la Ética de la profesión jurídica.
Quizá ninguna profesión, como la jurídica, esté sometida a una tan fuerte tensión: la de guiarse por los altos
ideales de la justicia y la equidad, y la de dejarse arrastrar por las más bajas inclinaciones hacia la
corrupción y la injusticia. Lamentablemente el problema no es nuevo, ni se circunscribe a una sola nación.
Platon y la abogacía
En efecto, la mala fama de la profesión jurídica ya existía desde la época de Platón. El filósofo de la
Academia escribió en su diálogo Las leyes: “Hay muchas cosas nobles en la vida humana, pero en la
mayoría se fijan males que fatalmente los corrompen y dañan... sin embargo, a esta profesión que se nos
presenta bajo el bello nombre de arte se le asigna una mala reputación... Ahora bien, en nuestro Estado
este llamado arte... no debería existir jamás”1
Otras opiniones
No sólo Platón, empero, los eliminó de su Estado, también Tomás Moro, un gran abogado, los desterró de
su Utopía: “Ellos no tienen abogados entre sí, porque los consideran la clase de personas cuya profesión es
desvirtuar las cosas”.
Más radical es la proclama de los revolucionarios del drama Enrique VI de Shakespeare: “Lo primero que
debemos hacer es matar a todos los abogados”.
Siendo una profesión tan noble, las recriminaciones contra los abogados son un hecho casi universal.
Después del descubrimiento de América, los monarcas españoles, queriendo preservar a las nuevas
colonias de las lacras que sufría la sociedad española, prohibieron la emigración de los abogados debido a
“su afición a los pleitos, su pasión por la trácala y su capacidad de engullir bienes y fortunas en procesos
interminables”.
Se aducen varias razones para explicar esta mala reputación. las relaciones humanas surjan conflictos.
Ahora bien, muchos de estos conflictos tienen repercusiones jurídicas. Además, hay que considerar que es
muy difícil que las partes en conflicto busquen la conciliación razonable y lleguen a valores compartidos. A
lo anterior hay que añadir que, precisamente por motivos éticos, en algunas ocasiones el abogado no
puede declinar asumir causas impopulares y desagradables. La sociedad en cambio, muchas veces lo
atribuye a la falta de Ética, y en ocasiones llega a identificar al abogado con su cliente.
Al actuar éticamente, no se trata sólo de evitar caer en su comportamiento gregario, sino que el prescindir
de la ética sería abdicar de algo que es íntimo y propio del hombre.
En efecto, en el capítulo primero del libro primero de la Política, Aristóteles afirma que “lo propio del
hombre con respecto a los demás animales es que él sólo tiene la percepción de lo bueno y de lo malo, de
lo justo y de lo injusto, y de otras cualidades semejantes, y la participación común de estas percepciones es
lo que constituye la familia y la ciudad.” De este modo, la ética distingue al hombre del animal, y su ser
social está también estrechamente ligado a su comportamiento.
Un poco antes, Sócrates proclamaba que una vida que no se examina no vale la pena vivirse. Para el sabio
griego el auto examen es un medio importante para lograr el dominio de sí mismo. Muchos años después,
Benjamín Franklin, el inventor del pararrayo, descubrió no sólo que era importante el dominio de las fuerzas
de la naturaleza, sino también y sobre todo el dominio sobre sí mismo, el dominio de las propias pasiones.
El auto-examen nos exige preguntarnos también por el progreso técnico y su impacto en nuestras vidas.
Precisamente el progreso técnico desorbitado, en los países del primer mundo, está generando las
“enfermedades de la abundancia”, y haciendo surgir de nuevo las preguntas éticas fundamentales: ¿cuál es
mi función en el mundo? ¿cuáles son las condiciones del auténtico progreso humano? ¿cuáles son las
orientaciones que brotan de la vocación y destino del hombre? ¿cuál es el sentido de la vida?
Se pueden multiplicar las leyes y los reglamentos, pero si no existe conciencia ética, no serán acatados.
Para reforzar la Ética es imprescindible la religión. Pretender excluir el fenómeno religioso es dar la espalda
a un aspecto esencial de la historia y la vida humana.
sitúa la ciencia del derecho en el reino de los fines. Así, la normatividad jurídico-positiva es únicamente un
medio, y la justicia el fin, ya que toda legislación está llamada a constituirse en derecho justo. De ese modo,
afirma el iusfilósofo alemán, la justicia como pauta para juzgar las leyes, asume un puesto relevante y
valioso en la crítica de todo derecho histórico, necesitado siempre de valoración.
Impunidad no
Ante una ley gravemente injusta y repudiada por muchos sectores de la población se puede incluso
justificar el uso de medios violentos, siempre que antes se hayan agotado los medios pacíficos y que
existan probabilidades de éxito de la oposición violenta, o bien que de los medios violentos no se sigan
mayores daños de los que se quieren corregir.
La objeción de conciencia y la desobediencia civil ya están siendo aceptadas en algunos casos por varias
legislaciones del mundo. Ahora bien, aunque las leyes fueran justas siempre quedará como un reto el
garantizar para toda la igualdad ante la ley.
, la Deontología también acude al auxilio del derecho reforzando la obligación jurídica y elevando el
acatamiento de las leyes al nivel de la conciencia moral.
(I-II, q. 96, a 4,c) sostiene que “las leyes justas obligan en conciencia”. El Aquinate señala cinco
condiciones para que se dé esta obligación en conciencia:
1) que las leyes emanen de la autoridad legítima
2) que sean convenientemente promulgadas
3) que no sobrepasen la esfera de la competencia de la autoridad
4) que no contradigan la ley natural
5) que sean conformes al bien común.
De aquí, que la existencia de las leyes llamadas “meramente penales” como pretendían sostener algunos
moralistas, era una contradicción, ya que no tendría sentido no obligar a cumplir la ley y, en cambio,
sostener la obligación moral de aceptar el castigo por el incumplimiento de la ley.
Es obvio que los aspectos deontológico-jurídicos influyen en muchos aspectos positivos de la globalización.
Los temas deontológico-jurídicos influyen en diversos aspectos del Comercio Internacional. Así, antes de
firmar el Tratado de Libre Comercio, Estados Unidos exigió a México que modificara los artículos de la
Constitución que atentaban contra la libertad religiosa.
Unión europea
Asimismo el Tratado con la Unión Europea difícilmente se hubiera firmado en el “Antiguo régimen”, ya que
la Comunidad europea exigía un avance en el rubro de la democracia y de los derechos humanos.
También es muy conocido que muchas naciones exigen como condiciones para realizar inversiones,
seguridad jurídica y efectivo combate a la corrupción y al crimen organizado.
Finalmente, la Deontología podría contribuir a superar los efectos negativos de la globalización.