El documento define diferentes tipos de lesiones cerebrales, incluyendo lesiones cerebrales traumáticas causadas por fuerzas externas, lesiones cerebrales adquiridas causadas por afecciones médicas, y lesiones abiertas y cerradas. También describe los efectos de las lesiones en el área prefrontal del cerebro, como cambios de personalidad, falta de control de impulsos, y dificultades con la planificación y flexibilidad cognitiva, como se evidencia en el famoso caso de Phineas Gage.
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El documento define diferentes tipos de lesiones cerebrales, incluyendo lesiones cerebrales traumáticas causadas por fuerzas externas, lesiones cerebrales adquiridas causadas por afecciones médicas, y lesiones abiertas y cerradas. También describe los efectos de las lesiones en el área prefrontal del cerebro, como cambios de personalidad, falta de control de impulsos, y dificultades con la planificación y flexibilidad cognitiva, como se evidencia en el famoso caso de Phineas Gage.
El documento define diferentes tipos de lesiones cerebrales, incluyendo lesiones cerebrales traumáticas causadas por fuerzas externas, lesiones cerebrales adquiridas causadas por afecciones médicas, y lesiones abiertas y cerradas. También describe los efectos de las lesiones en el área prefrontal del cerebro, como cambios de personalidad, falta de control de impulsos, y dificultades con la planificación y flexibilidad cognitiva, como se evidencia en el famoso caso de Phineas Gage.
El documento define diferentes tipos de lesiones cerebrales, incluyendo lesiones cerebrales traumáticas causadas por fuerzas externas, lesiones cerebrales adquiridas causadas por afecciones médicas, y lesiones abiertas y cerradas. También describe los efectos de las lesiones en el área prefrontal del cerebro, como cambios de personalidad, falta de control de impulsos, y dificultades con la planificación y flexibilidad cognitiva, como se evidencia en el famoso caso de Phineas Gage.
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Lesión
La Asociación Americana de Lesiones Cerebrales (BIAA) elaboró las siguientes
definiciones: Una lesión cerebral traumática (TBI) es un traumatismo que sufre el cerebro, no de naturaleza degenerativa ni congénita, que es causado por una fuerza física externa que puede producir un estado de conciencia reducido o alterado y que deteriora las capacidades cognitivas o el funcionamiento físico. También puede provocar un trastorno en el funcionamiento conductual o emocional. ¨Las lesiones cerebrales traumáticas pueden ocurrir durante las actividades diarias. Las causas más frecuentes de lesiones cerebrales en los niños tienen que ver con caídas, como cuando se caen desde su cambiador o por las escaleras cuando están en un andador. Otra causa frecuente de lesiones cerebrales son los accidentes automovilísticos cuando el niño es un pasajero o cuando es chocado por un auto¨. (Lash,2014. P.9). Otra causa es el abuso físico, como golpear o zamarrear a un niño.
Lesión cerebral adquirida.
Según Lash 2014. ¨Las lesiones cerebrales adquiridas se originan por alguna afección médica, como un derrame, encefalitis, aneurisma, anoxia (falta de oxígeno durante una cirugía, sobredosis de droga o ahogamiento inminente), trastornos metabólicos, meningitis o tumores cerebrales¨. Una lesión cerebral adquirida es una lesión en el cerebro que no es hereditaria, ni congénita ni degenerativa.
Lesiones abiertas y cerradas.
Las lesiones abiertas son el paradigma de daño local, con síntomas focales y riesgo incre- mentado de epilepsia traumática. Sus efectos neuropsicológicos son similares a los causa- dos por la extirpación del Área de la corteza cerebral correspondiente al daño traumático.
Se producen por un impacto sobre el cráneo, produciendo perforación ósea, ruptura
traumática de la duramadre y herida tisular. Al quedar expuesta la masa encefálica al contacto con el aire, aumenta el riesgo de que aumenten las infecciones. Las lesiones abiertas no siempre provocan pérdida de conciencia, permitiendo que los propios afectados puedan demandar ayuda. Las lesiones traumáticas cerradas generalmente producen pérdida de conocimiento como consecuencia de la deformación de las fibras de la formación reticular situadas en el tronco cerebral. La pérdida de conciencia puede oscilar entre varios minutos y varios días, siendo el déficit neuropsicológico proporcional a la duración del coma. El daño cerebral causado por lesiones cerradas tiene efectos más difusos sobre las funciones cognitivas que el producido por heridas abiertas. Sus síntomas se agravan por las consecuencias del efecto golpe-contragolpe, que provoca lesiones en el lugar de la lesión y también en el lado opuesto del cráneo por magulladura o contusión.
Las lesiones cerebrales pueden tener efectos graves y perpetuos sobre el funcionamiento físico y mental, incluyendo la pérdida de la conciencia, alteraciones de la memoria o la personalidad y parálisis parcial o completa.
Lesiones en esta área cerebral (corteza prefrontal)
La presencia de lesiones en el área prefrontal puede provocar graves alteraciones en la psique y las capacidades de las personas. Concretamente puede generar la pérdida de expresión emocional (especialmente a nivel facial), déficit en el control de los impulsos, desinhibición, cambios de personalidad, conducta antisocial, hipersexualidad y hiperoralidad, fallos graves en planificación, capacidad de juicio y aplazamiento de recompensas. También pensamiento aplanado, enlentecido y con poca capacidad creativa. Estos aspectos pueden verse en una gran cantidad de casos, como por ejemplo lesiones producidas por traumatismos craneoencefálicos o demencias como las frontotemporales o la corea de Huntington.
Un ejemplo de lesiones en el prefrontal: el caso de Phineas Gage
Uno de los casos más conocidos y el primero en documentarse de una lesión en el prefrontal es el caso de Phineas Gage, un joven que mientras preparaba explosivos con el fin, cosa que provocó que una barra de hierro le penetrara la cabeza atravesando la corteza prefrontal y concretamente la parte orbito frontal. El joven logró sobrevivir al accidente y recuperarse de las lesiones. Sin embargo, con el paso del tiempo se hizo evidente que Phineas Gage había cambiado: se había vuelto agresivo, impulsivo y hostil, con poca habilidad para la espera y siendo incapaz de planificar acciones o mantenerlas en el tiempo. Además de ello sufriría epilepsia, problema que le provocó la muerte a los 38 años de edad tras perder trabajo, familia y amigos. Los pacientes con lesiones prefrontales presentan una paradoja: en su conducta diaria es difícil de detectar un trastorno neurológico. No muestran trastornos obvios en su capacidad de percepción, el lenguaje, la inteligencia, etc. Pero cuando se utilizan test más sensibles y específicos, se ve claramente cómo estas lesiones alteran la cognición normal y se producen muchos problemas en la función memorística. Experimentos en humanos muestran que la corteza prefrontal está involucrada en la memoria de trabajo para la resolución de problemas y la planificación de la conducta. En el famoso caso de Phineas Gage el paciente tuvo una lesión del lóbulo prefrontal causada por una barra de hierro y mostraba, entre otros problemas, dificultades para mantener el curso de la conducta que estaba realizando, para planificar y organizar sus comportamientos, empeño por realizar conductas que no eran adecuados, etc. Una tarea en la que se muestran problemas asociados al daño de la corteza prefrontal es el test de elección de cartas de Wisconsin. A la persona se le pide que ordene una baraja de cartas que tienen un número variable de formas geométricas de colores. Las cartas pueden ser ordenadas según tres criterios: el color, la forma o el número de símbolos que contienen. Al inicio del test no se le dice al sujeto qué criterio seguirá. No obstante, el sujeto aprende cuál es la categoría de ordenación que se está siguiendo en cada ensayo cuando, ordenando las cartas poniéndolas en pilas, es informado cuando comete un error. Cuando pone 10 cartas correctamente, el criterio cambia y la rutina comienza de nuevo. Las personas con lesiones prefrontales tienen grandes dificultades cuando se cambia el criterio de ordenación de las cartas; continúan perseverante y aplicando una regla que ya no es válida. Parece como si tuvieran dificultades para utilizar la información reciente para cambiar su conducta. En otro tipo de tareas también se observa un déficit similar. Por ejemplo, se pide a una persona con lesión prefrontal que trace un camino a través de un laberinto dibujado en un papel. El paciente prefrontal entiende la tarea, pero comete los mismos errores muchas veces, volviendo a las calles sin salida. Es decir, estos pacientes no son flexibles para aprender a partir de su experiencia reciente. Los pacientes prefrontales también muestran problemas de memoria en tareas en las que tienen que recordar el orden temporal de acontecimientos recientes.