Caso Uno Delimotors
Caso Uno Delimotors
Caso Uno Delimotors
A su vez, los capataces se quejan asiduamente por la falta de disciplina y puntualidad del
personal.
El martes por la mañana, a las 6:00 a.m., dos jóvenes obreros de la línea de montaje de
automóviles, molestos porque no habían logrado que transfirieran a su supervisor, desactivaron
el suministro de la energía eléctrica de una línea de montaje de autos y la cerraron.
Los dos obreros de la línea de montaje, William Strong y Larry Kane, entraron a la zona de
suministro de energía eléctrica trepando por la barda. Una vez adentro, detuvieron la línea de
montaje cerrando los interruptores, cortando el suministro de energía.
Strong y Kane, que eran soldadores, decidieron hacerse cargo de la situación cuando el
procedimiento de quejas del sindicato no había funcionado a velocidad suficiente para
satisfacerlos.
Sus compañeros, que estaban en paro por la dramática protesta y la línea de montaje inmóvil,
se reunieron en torno a la zona bardeada alentando con sus gritos a los dos hombres que
estaban adentro. Strong y Kane, respondieron cantando: “cuando uno corta la energía tiene el
poder”, sintiéndose héroes populares de sus compañeros.
Sam Winfare, supervisor de Strong y Kane y blanco de su protesta, llevaba poco tiempo como
supervisor. Al explicar los hechos que desembocaron en la protesta, Winfare dijo que la
producción de la línea de montaje había estado siempre por debajo de la cuota antes de que él
se hiciera cargo, y que el gerente de la planta le había dicho claramente que su trabajo
consistía en elevar el ritmo de producción. La producción había aumentado notablemente en el
poco tiempo que Winfare había sido supervisor.
Por otro lado, uno de los líderes sindicales confirmó al Gerente que había otras condiciones de
la planta que se debían mejorar, como la comida de la cafetería y aliviar el calor del taller
metalmecánico de más de 35º.
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Es más, según el líder, había cuando menos otro supervisor que también debía ser retirado.
Implicó que, si tuviera éxito la protesta de la jaula de la energía, lograría dos objetivos, a saber:
los empleados podían dictar la agenda para resolver los problemas de la compañía y, al mismo
tiempo, socavar su poder para determinar las prioridades al tomar decisiones.
El comentario final del líder sindical era que los dos hombres en huelga, no autorizada por el
sindicato, podrían lograr lo mismo que una huelga completa.
Cada minuto que transcurría significaba para la empresa perder la producción de un automóvil,
con un valor unitario de 6,000 dólares; por consiguiente, el costo de cada hora de producción
perdida sumaba 360,000 dólares.
El Gerente de la Planta, inició una junta directiva para resolver el dilema, presionado para
lograr dos objetivos:
1.- Restaurar la producción en la línea de montaje que no producía utilidades (solución que no
tenía muy segura),
2.- Elaborar políticas para evitar que otros obreros de la línea de montaje provocaran
interrupciones en el futuro.
PREGUNTAS:
RESPUESTA: