Principios Primera Parte

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Formación religiosa -5º año -2020

PRINCIPIOS DE
LA DOCTRINA
SOCIAL DE LA
IGLESIA
PRIMERA PARTE
LA PRIMACÍA DE LA PERSONA HUMANA
La dignidad de la persona es el principio sobre el cual se organiza toda la DSI. Ninguna
persona es más digna que otra, y no hay ningún proyecto político, económico, cultural o
social válido si no tiene como base ética común el principio de la dignidad de la persona
(MM 220) Juan XXIII.
Afirmar la primacía de la persona es afirmar que las estructuras sociales y las
instituciones sólo tienen razón de ser en la medida que se orientan a la promoción y
desarrollo integral y solidario de la persona humana. Todos los bienes de la tierra deben
ordenarse en función de la persona humana, centro y cima de todos bienes (GS 12)
Concilio Vaticano II.
No se trata de la persona en abstracto, sino del hombre y mujer concreto e histórico: se
trata de cada hombre y mujer, porque a cada uno/a le llega el misterio de la redención y
con cada uno/a se ha unido Cristo para siempre. De ahí se sigue que la Iglesia no
puede abandonar a la persona humana, y que éste es el primer camino que la Iglesia
debe recorrer en el cumplimiento de su misión. (CA 53) Juan Pablo II.
Los derechos fundamentales de cada persona no son concesión de los Estados. Son de
cada hombre y mujer en virtud de su dignidad de persona, son universales, de todos/as.
Renunciar a ellos, negarlos o restringirlos constituyen una violación a la dignidad
humana, Los Estados deben garantizar, promover y defender el conocimiento y ejercicio
efectivo de los derechos de todos los ciudadanos. (PT 11-34) Juan XXIII.
En toda convivencia humana bien ordenada hay que establecer como fundamento el
principio de que todo hombre y mujer es persona, esto es naturaleza dotada de
inteligencia, de libre albedrío y que por tanto tiene por sí mismo derechos y deberes que
dimanan directamente de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son por tanto
universales e inviolables, y no pueden renunciarse por ningún concepto (PT 9) Juan
XXIII.

EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD (CDSI 192-196)


De la dignidad de la persona se deriva el principio de solidaridad, regulador de la vida
social. La naturaleza de la persona humana es social. La solidaridad es la determinación
firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir por el bien de todos y
todas y de cada uno y una, para que todos seamos verdaderamente responsables de
todos (SRS 38f). Por solidaridad vemos al otro/a sea persona, pueblo nación, como un
semejante nuestro (SRS 39e) Juan Pablo II.
La práctica de la solidaridad para con los pobres y de los pobres entre sí es la forma de
vencer los mecanismos perversos que mantienen las sociedades insolidarias. La
solidaridad es una virtud personal y social capaz de crear energías y condiciones para la
justicia social, esta virtud es la firme determinación de cada uno/a de introducir en la
organización social, política y económica la lógica de la solidaridad frente a la lógica del
individualismo, la competitividad, los beneficios de unos pocos a costa de la mayoría.
En virtud del principio de solidaridad, la DSI se opone a todas las formas de
individualismo social o político (LC 73). La solidaridad nacional e internacional se
consolida como uno de los principios básicos de la concepción cristiana de de la
organización social o política (CA 10) Juan Pablo II.
Y los pueblos desarrollados tienen la obligación gravísima de ayudar a los países en vías
de desarrollo (GS 86) Concilio Vaticano II.
EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD (CDSI 185-188)
La subsidiariedad complementa a la solidaridad e impide que las personas y grupos
intermedios pierdan su legítima autonomía (LC 73) Pío XI lo expresaba de la siguiente
manera “no se puede quitar a los individuos y dar a la comunidad lo que ellos pueden
realizar por su propio esfuerzo e industria” (QA 79).
Este principio es uno de los más dinámicos para organizar la sociedad, es aplicable a
todos los ámbitos y tiene una doble significación
- las instancias superiores no deben sustituir a las inferiores, sino actuar sólo cuando
éstas sean incapaces de hacerlo
- Las instancias superiores deben ayudar a las inferiores para que puedan conseguir
mejor sus objetivos.
De aquí se sigue que a todo aquel que desea realizar obras buenas, orientadas al bien
común, los poderes públicos deben concederle libertad para que las realice y prestarle
la ayuda necesaria.
Según el principio de subsidiariedad una estructura social de orden superior no debe
influir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola de sus
competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad y ayudarla a
coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien
común. (CA 48) Juan Pablo II.
El deber de justicia y caridad se cumple cada vez más contribuyendo cada uno al bien
común según la propia capacidad y la necesidad ajena promoviendo y ayudando a las
instituciones así públicas como privadas, que sirven para mejorar las condiciones de
vida del hombre. (GS 30) Concilio Vaticano II.

DERECHO-DEBER A LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA


( CDSI 189-191)
La participación se fundamenta en la igualdad fundamental de todos los hombres. La
democracia es el sistema político que mejor garantiza la participación económica,
política, cultural. Religiosa, recreativa, legislativa…de todos los ciudadanos. No puede
existir verdadera sociedad que parta sólo de arriba, creada por la imposición o la
manipulación de un Estado, padre o benefactor, que todo lo prevé lo planifica y dirige.
Tanto los pueblos como las personas individualmente deben disfrutar de igualdad
fundamental… igualdad que es el fundamento del derecho de todos a la participación en
el proceso de desarrollo pleno. (SRS 33) Juan Pablo II.
De la concepción cristiana de la persona se sigue necesariamente la justa visión de la
sociedad. La sociabilidad del hombre no se agota en el estado sino que se realiza en
diversos grupos intermedios, comenzando por la familia y siguiendo por los grupos
económicos, sociales, políticos, culturales… Es a esto a lo que he llamado subjetividad
de la sociedad (CA 13) Juan Pablo II.
La iglesia aprecia el sistema de la democracia en la medida en que asegura la
participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la
posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes o bien la de sustituirlo
oportunamente de manera pacífica.
EL BIEN COMÚN, LIGADO A LA CUESTIÓN ECOLÓGICA.
El bien común es “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las
asociaciones y cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia
perfección” (GS 26) Concilio Vaticano II.
“El bien común abarca a toda la persona humana, es decir, tanto a las exigencias del
cuerpo, como a las del espíritu” (PT 57) Juan XXIII.
También la vida económico-social deben respetarse y promoverse la dignidad de la
persona humana, su entera vocación y el bien de toda la sociedad por que el hombre es
el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social. (GS 63) Concilio Vaticano II.
El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico, por ser auténtico, debe ser
integral, es decir, promover a todas las personas y a toda la persona. (PP 14) Pablo VI.
El desarrollo integral del hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de la
humanidad (PP439). El verdadero desarrollo es el paso para cada uno y para todos de
condiciones de vida vida menos humanas a condiciones más humanas (PP20) Pablo VI.
En relación a la cuestión ecológica, la naturaleza es un bien común, propiedad de toda la
humanidad, y la práctica de la salvaguarda de la creación es también una
responsabilidad común (CDSI 451-487).
Es preocupante, junto con el problema del consumismo, y estrictamente vinculado con
él, la cuestión ecológica. La persona, impulsada por el deseo de tener y gozar, más que
de ser y de crecer, consume de manera excesiva y desordenada los recursos de la
tierra y de su vida misma (CA 37) Juan Pablo II.
Hay que señalar igualmente la mayor conciencia de la limitación de los recursos
disponibles, la necesidad de respetar la integridad y los ritmos de la naturaleza y de
tenerlos en cuenta en la programación del desarrollo (SRS26) Juan Pablo II

LA PRIMACÍA DEL TRABAJO SOBRE LOS BENEFICIOS DEL CAPITAL


El trabajo de la persona hace que esta sea creadora y legítima consumidora de los
bienes producidos; es intrínsecamente perverso explotar a los trabajadores/as en
beneficio del capital. El trabajo es la clave de la correcta interpretación del problema
social. Los cristianos/as deben ponerse al frente de la defensa de los derechos de los
trabajadores/as y de sus familias: salario justo, descanso, garantías sociales, seguridad
social, empleo digno, etc. Mediante su trabajo, la persona se compromete no sólo en
favor suyo, sino también a favor de los demás y con los demás: cada uno colabora con
el trabajo y en el bien de los otros (CA 43) Juan Pablo II El problema clave de la ética
social es el de la justa remuneración por el trabajo realizado, en tal remuneración debe
estar presente también las prestaciones familiares y ayudas sociales: “prestaciones que
deben corresponder a las necesidades efectivas, es decir, al número de personas a su
cargo durante todo el tiempo en que no estén en condiciones de asumir dignamente la
responsabilidad de la propia vida (LE 19) Juan Pablo II Otro derecho es el de asociación,
“esto es a formar asociaciones o uniones que tengan como finalidad la defensa de los
intereses vitales de las personas empleadas en las diversas profesiones. Estas uniones
llevan el nombre de sindicatos” (LE 20) Juan Pablo II La empresa no puede considerarse
solamente como una “sociedad de capitales” es, al mismo tiempo, una sociedad de
personas, en la que entran a formar parte, de manera diversa y con responsabilidades
específicas los que aportan el capital necesario para su actividad y los que colaboran
con su trabajo (CA 43) Juan Pablo II
ACTIVIDADES.
Leer atentamente los principios:

LA PRIMACÍA DE LA PERSONA HUMANA.


EL PRINCIPIO DE SOLIDADIRDAD.
EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD.
EL PRINCIPIO DE DERECHO -DEBER A LA PARTICIPACIÒN DEMOCRÀTICA.
EL BIEN COMÙN LIGADO A LA PARTICIPACIÓN ECOLÓGICA.
LA PRIMACÌA DE TRABAJO SOBRE LOS BENEFICIOS DEL CAPITAL.

En esta primera parte solo analizaremos los seis primeros principios, luego abordaremos
el resto.

Mirar atentamente el documental sobre la Obra del Sacerdote Argentino en


Madagascar el padre Pedro Opeka. (NO ES NECESARIO VER TODO EL
DOCUMENTAL, CON TOMAR UNA PARTE ES SUFICIENTE PARA REALIZAR LA
ACTIVIDAD A CONTINUACIÒN)

Elaborar un informe explicando dónde se hacen presentes los Principios de la


Doctrina Social de la Iglesia en la obra que realiza el Padre Opeka. Justificar cada
una de sus afirmaciones. El informe debe ser breve y a la vez debe demostrar que ha
comprendido los conceptos principales sobre los principios.

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