Leguía
Leguía
Leguía
Augusto B. Leguía
Augusto B. Leguía inspira a los gobernantes de nuestro país, hacia un
autoritarismo y permanencia en el poder; Leguía inspira a los gobernantes a
anular las propuestas y organizaciones no acólitas a su persona y gobierno;
inspira a hacer obras sin importar los medios ni los costos, sólo el “quedar
bien”. Al final Leguía cayó por su torpe política económica basada en la
“adicción” a los préstamos usureros de la banca de EE.UU. que hizo del
Perú un país débil ante las fluctuaciones del capitalismo mundial.
Concepto
El oncenio fue una etapa de nuestra historia donde se estableció una
dictadura cívica dirigida por Augusto B. Leguía, cuyo gobierno favoreció la
penetración de capitales de EE.UU. en nuestra economía haciéndolo
dependiente de la banca de EE.UU. Los civilistas fueron desplazados del
poder político.
Economía
Los rasgos economicos más importantes del Oncenio de Leguía fueron:
Política
Oncenio de Leguía
Como recordamos Leguía ocupó la presidencia durante la República
Aristocrática (1908- 1912) con el apoyo civilista de José Pardo, de quien fue
ministro de hacienda. En 1919 Leguía canceló la República Aristocrática,
derrocando al mismo José Pardo. La crisis de la República Aristocrática era
insalvable, no solo por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial
cuya marejada produjo una gran inflación y la protesta del Movimiento
Obrero que arrancó de José Pardo las célebres leyes obreras. Los obreros,
los empleados, los militares de mediana o baja graduación, artesanos,
comerciantes y empleados públicos descontentos encontraron su esperanza
en la candidatura de Leguía para las elecciones de 1919.
El 18 de Enero de 1920 Augusto B. Leguía promulgó la constitución de 1920
para darle el marco jurídico a su gobierno que luego ha de llamar la “Patria
nueva”
El congreso promulgó el 18 de setiembre de 1923 la enmienda de la
constitución para permitir la reelección de Augusto B. Leguía para 1924
como su segundo mandato consecutivo, también en 1927; al acercarse la
culminación de 5 años constitucionales volvió a presionar al congreso, tenía
“mayoría”, para promulgar la ley 5857, que modificó la constitución de nuevo
permitiendo una reelección indefinida. Según los legistas, era preciso un
hombre extraordinario; los gobernantes mediocres no permanecen en el
poder.
Leguía se hizo reelegir en agosto de 1929 como presidente para un tercer
periodo presidencial hasta 1934, pero fue derrocado en 1930 por Luis M.
Sánchez Cerro.
N° ACONTECIMIENTOS
10. La deuda creció debido a los grandes empréstitos (préstamos) con el extranjero.
Toma Apuntes
A. Constitución de 1920:
El 18 de enero de 1920 Leguía promulga la Constitución de 1920 y se reforman los artículos
para lograr las reelecciones sucesivas de Leguía (1824 – 1829).
B. Política económica dependiente:
Debido a la intervención de la inversión norteamericana (empréstitos), ello permitió el
desarrollo de la actividad minera y agroindustrial.
D. Ley de Conscripción Vial: (1920).
Trabajo obligatorio (especie de mita republicana), se obligaba a todos los varones (18 a 60
años) que vivían en el País, peruanos o extranjeros a trabajar en la construcción y reparación
de caminos y carreteras.
E. Litigio entre la “I.P.C.” y el estado peruano:
Se produce el litigio entre el Estado peruano y la transnacional norteamericana “I.P.C.” por la
posesión y explotación del yacimiento petrolero de la Brea y Pariñas.
Solución: Se firma del Laudo de París, pone fin al litigio entre la “I.P.C.” y el estado peruano,
cuyo resultado fue funesto para los intereses del Perú.
F. Tratado con Colombia:
✍ 24 de octubre de 1929: Caída de la bolsa de valores de Wall Street en Nueva York, hecho
conocido como el crack o jueves negro, crisis más devastadora que ha experimentado el
sistema capitalista mundial
✍ La caída de la bolsa de valores de Wall Street, provoca una crisis social y económica en el
mundo, siendo el Perú uno de los países afectados.
B. Golpe Militar de Sánchez Cerro:
ncenio de Leguía
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(1919-1930)
Autoridades
Datos Generales
Índice
Leguía convocó a un plebiscito para someter al voto de la ciudadanía una serie de reformas
constitucionales que consideraba necesarias; entre esas reformas se contemplaba elegir al
mismo tiempo al Presidente de la República y al Congreso, ambos con períodos de cinco años
(antes, el mandato presidencial era de cuatro años y el Parlamento se renovaba por tercios
cada dos años). De esa manera, quería fortalecer el Ejecutivo frente al Legislativo y evitar la
exacerbada oposición parlamentaria que había sufrido en su primer gobierno. También
convocó a elecciones para integrar un nuevo congreso, el que tomaría el nombre
de Asamblea Nacional, cuya misión sería dar una nueva Constitución Política, en reemplazo
de la Constitución de 1860, que era la que regía entonces.
La Constitución de 1920[editar]
Artículo principal: Constitución para la República del Perú (1920)
A su vez el artículo 41 consignaba que los bienes de las comunidades indígenas son
imprescriptibles, protegiendo de esa manera las tierras de propiedad comunal. 1
Pero muchas de las innovaciones constitucionales de corte progresista no fueron
implementadas y quedaron solo en el papel.
Instauración de la dictadura[editar]
Pese a que en teoría Leguía quiso sujetarse a la Constitución y realizar un gobierno con
respeto a los principios democráticos, en la práctica su gobierno restringió las libertades
públicas. Las imprentas de los diarios El Comercio y La Prensa fueron asaltadas por turbas
con innegable dirección gobiernista. La Prensa, donde se había parapetado la oposición, fue
confiscada, acabando prácticamente la libertad de expresión. También barrió con la oposición
en el Congreso, al que sometió a sus mandatos. Los diputados Jorge y Manuel Prado y
Ugarteche, el primero por la provincia de Dos de Mayo, y el segundo por la de Huamachuco,
fueron apresados y exiliados.
De otro lado, acabó con las Municipalidades elegidas por voto popular para reemplazarlas por
personal designado por el gobierno.
Los opositores al gobierno fueron perseguidos, presos, deportados y hasta fusilados.
Destacan entre los desterrados el entonces joven líder estudiantil Víctor Raúl Haya de la
Torre, que encabezó la célebre protesta en Lima contra la consagración al gobierno del
Sagrado Corazón de Jesús del 23 de mayo de 1923, en la que fallecieron un obrero y un
estudiante. En el exilio, Haya fundó el APRA, partido de proyección continental inicialmente de
ideario antiimperialista y antioligárquico. Otros opositores al gobierno, como los jóvenes
periodistas José Carlos Mariátegui y César Falcón, fueron enviados a Europa en calidad de
becados. Mariátegui, de regreso al Perú, ya imbuido de marxismo-leninismo, fundó el Partido
Socialista Peruano.
Otros exiliados fueron el coronel Óscar R. Benavides (expresidente del Perú), Arturo
Osores, Luis Fernán Cisneros y Víctor Andrés Belaúnde. La isla de San Lorenzo, frente al
Callao, fue habilitada como prisión pública donde se confinó a los opositores, sean estos
profesionales civiles, militares o estudiantes. La isla de Taquile, en el Lago Titicaca, cumplió el
mismo fin.
El Estado, que se convirtió en el motor del desarrollo. Leguía consideró que el Estado
debía fortalecerse e intervenir de una manera más dinámica y dominante, para promover
la prosperidad del país. Se distanció así del modelo de Estado del civilismo, el mismo que
se había apoyado en las teorías liberales. De esa manera el Presupuesto de la República
creció enormemente, es decir, el Estado amplió radicalmente sus gastos, con el fin de
implementar un vasto programa de obras públicas.
El retorno de la política de los grandes empréstitos, algo que no ocurría en el Perú
desde las décadas de 1860 y 1870. El mal recuerdo de estos últimos empréstitos, que
habían provocado la bancarrota previa a la guerra con Chile, quedó superado y el
gobierno concertó enormes empréstitos con la banca estadounidense, con los que
financió su vasto plan de obras públicas. Se inició así la dependencia del Perú al
capitalismo norteamericano que inevitablemente le obligaría a subordinarse a todo interés
de dicha potencia, (ejemplo de esto último fue el Laudo de París y la solución del conflicto
con Colombia, como veremos más adelante).
Sin duda el suceso más resonante de este periodo fue la celebración apoteósica del
Centenario de la Independencia (28 de julio de 1921). Llegaron 36 delegaciones extranjeras
de países de América, Europa y Asia. Autoridades y pueblo en general no escatimaron
esfuerzos para celebrarlo magníficamente, a pesar del incendio que arrasó el Palacio de
Gobierno (que fue reconstruido en 8 días), entre otras dificultades.
Cada nación amiga hizo un obsequio al Perú, teniéndose entre los principales, el Estadio
Nacional (Gran Bretaña); el Museo de Arte Italiano (Italia); la torre con el reloj del Parque
Universitario (Alemania); la fuente de agua en el Parque de la Exposición (China); un arco
morisco, que se construyó al principio de la Avenida Arequipa (entonces denominada Avenida
Leguía), obsequio de la colonia española; la estatua de Manco Cápac, en la plaza del mismo
nombre, regalo de la colonia japonesa, y otros más.
Hubo suntuosas fiestas en el Palacio de Gobierno, en los clubes, carreras hípicas de gala,
fiestas populares, la gran parada militar, desfiles escolares, desfiles de carros alegóricos, y
una serie de inauguraciones.
Uno de los actos más emotivos lo constituyó, sin duda, la inauguración del monumento al
generalísimo José de San Martín, en la plaza que desde entonces lleva su nombre.
En diciembre de 1924 se realizaron nuevamente fastuosas celebraciones en Lima y
Ayacucho, esta vez con motivo del primer centenario de la batalla de Ayacucho, la misma que
había sellado la independencia del Perú y de América continental. En tal ocasión se
inauguraron el Gran Hotel Bolívar (frente a la Plaza San Martín) y los monumentos al almirante
Du Petit Thouars y al mariscal Sucre, este último en una plaza junto al Parque de la Reserva.
Leguía encaró el espinoso asunto de la La Brea y Pariñas. Este era un pleito que consistía en
que la compañía estadounidense International Petroleum Company (IPC, filial de la Standard
Oil de New Jersey) explotaba los yacimientos petrolíferos de La Brea y Pariñas (norte del
Perú) sin aportar al fisco el monto real de los impuestos a los que estaba obligada según la ley
peruana, aprovechando un antiguo error en la mensura de las pertenencias. El Congreso en
1918 había acordado que el asunto se sometiera a un arbitraje internacional, pero Leguía,
presionado por el gobierno estadounidense, prefirió llegar a un acuerdo transaccional. Este
fue firmado el 2 de marzo de 1922, entre el canciller peruano Alberto Salomón y el
representante inglés Mr. A. C. Grant Duff. Este Convenio Transaccional Salomón-Grant Duff
fue presentado al Tribunal Arbitral, que se reunió en París y estuvo conformado por el
Presidente de la Corte Federal Suiza y los representantes del gobierno peruano e inglés. El 24
de abril de dicho año de 1922, sin mayor discusión, aprobaron el Convenio Transaccional al
que otorgaron el carácter de Laudo cuyas condiciones obligaban a las altas partes
contratantes como solución a la controversia surgida.
Los acuerdos del llamado Laudo de París eran los siguientes:
Obras[editar]
Política hacendaria[editar]
Se realizó una gran obra vial o caminera, tarea primordial según el ideario progresista
del Oncenio. Se concluyeron las obras iniciadas en gobiernos anteriores y se
emprendieron otras nuevas. Se inició la construcción de los caminos carreteros de Lima a
Canta, de Pampas a Huancayo, de Cerro de Pasco a Huánuco, de Abancay al Cuzco, de
Sayán a Oyón, de Concepción a Puerto Ocopa y continuaron la construcción de vías
ferroviarias de Cuzco a Santa Ana, de Tambo del Sol a Pachitea, de La Mejorada a
Ayacucho y de Huancayo a Huancavelica. Se construyeron en total más de 18.000 km de
carretera y se invirtieron más de cien millones de soles.
En el marco de la política vial, en 1920 se dictó la ley de Conscripción Vial que
obligaba a todos los hombres de 18 a 60 años de edad a trabajar gratuitamente por
espacio de 6 a 12 días al año, en la construcción y apertura de carreteras. 2 El ciudadano
podía eximirse del servicio a cambio de un pago equivalente a los jornales; por esta razón,
esta medida afectó básicamente a la población indígena, mayoritariamente pobre. La
aplicación de esta ley ocasionó protestas y sublevaciones, como la ocurrida en Huaraz en
1925.
Se construyeron las Atarjeas de Lima, Arequipa, Cuzco, Trujillo, Huacho, etc.
Se inició la construcción del terminal marítimo del Callao
Se pavimentaron muchas calles de la ciudad de Lima
Se desarrolló un vasto plan educacional, contando para ello no sólo con el rubro
correspondiente del Presupuesto General de la República, sino con los ingresos
provenientes del impuesto a la cerveza, aplicada en Lima, Callao y balnearios.
Se dotó de material didáctico a las escuelas del Estado.
Se crearon los colegios nacionales de Iquitos para varones y de Cajamarca, Huaraz,
Trujillo y Puno para mujeres.
Se creó una Escuela de Artes y Oficios en Cajamarca y otra en Cuzco.
Se transformó la Escuela Normal de Varones en Instituto Pedagógico para la
formación de maestros de educación secundaria.
Se crearon escuelas industriales en Iquitos, Huaraz, Pomabamba, Moquegua,
Yurimaguas y Lima y escuelas normales para indígenas en Cuzco y Huancayo.
La Universidad de San Marcos fue puesta bajo el control del Estado, perdiendo así su
autonomía. En dicha casa de estudios se creó la Facultad de Ciencias Económicas, que
reemplazó a la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas.
Fue inaugurado el Museo Arqueológico Larco Herrera y fue organizado el Museo
Bolivariano.
El Estado adquirió el Museo Brüning de Lambayeque.
Se instaló el Patronato Nacional de Arqueología destinado a custodiar los restos de las
culturas antiguas.
Se incrementaron las bibliotecas escolares.
Se hizo extensivo a los maestros los beneficios de la ley de cesantía, jubilación y
montepío. Se estableció el sistema de concursos para la provisión de cargos dentro del
escalafón magisterial
Se implementó el desayuno escolar.
Fue en este periodo en que se manifestó el movimiento literario y artístico
llamado Indigenismo. La literatura peruana brilló con figuras como Ventura García
Calderón, Enrique López Albújar, César Vallejo, José Carlos Mariátegui, Alcides
Spelucin, Carlos Oquendo de Amat, Alberto Hidalgo, Alberto Guillén, entre otros.
Augusto Bernardino Leguía y Salcedo (1863-1932) fue un
político peruano que ejerció dos veces la Presidencia Constitucional
del Perú: de 1908 a 1912, y de 1919 a 1930. A este último período,
que suma once años consecutivos, resultado de sucesivas
reelecciones, se le conoce como el Oncenio.
Augusto B. Leguía , quien se encontraba ausente del país desde
que Billinghurst lo desterrara al asumir la presidencia, retornó al
Perú en las postrimerías (período final) del gobierno de José Pardo.
Se presentó a las elecciones de 1919. Estas fueron muy cuestionadas
por las irregularidades en el conteo de votos.
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Aunque nadie dudaba del triunfo de Augusto B. Leguía, corría el
rumor de que se pretendía invalidar los resultados y que, en tal
caso, le correspondería al Congreso, donde los civilistas eran
mayoría, elegir al nuevo presidente.