Corvera El Sueño de Jacob PDF

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ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA PARA EL ESTUDIO DE LAS RELIGIONES

La enseñanza de las Sagradas Escrituras en la América hispana desde el


enfoque de la tipología: el sueño de Jacob y sus diversas interpretaciones.

Dra. Marcela Corvera Poiré1


Bogotá, Colombia, julio del 2008.

Si ya nivel gráfico parece interesante el estudio de obras que sobre sueños


bíblicos han sido representadas en diversas latitudes, aún más interesante resulta
acercarse a ellas a través del lente de la tipología, disciplina que se preocupa por
encontrar relaciones entre sucesos o personas del Antiguo y del Nuevo
Testamento, considerando por definición un carácter anunciador en el primer
Testamento en relación al segundo. Dicho método da el nombre de prefiguración o
tipo al elemento del primer Testamento que se relaciona con hechos y figuras de
Cristo y de la Iglesia,2 y tiene como finalidad demostrar la verdad de las escrituras
en las que Antiguo y Nuevo Testamento transmiten el mismo mensaje divino, con
una única diferencia, pues lo que aparece velado en la Antigua Ley se desvela de
forma clara en los Evangelios. Como ejemplos podemos mencionar El Diluvio
como prefiguración del bautismo, lo mismo que el paso del Jordán; o la caída de
Jericó como prefiguración o tipo del fin del mundo.3 En este mismo sentido suele

1
Doctora en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Profesora en el Colegio de
Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, es
especialista en historia, religiosidad, arte religioso y vida cotidiana en el México Colonial. A más de
los cursos que sobre tales disciplinas imparte en la UNAM, ha dado cursos como profesor invitado
en la Universidad de la Laguna, Tenerife, en la Universidad Nacional Mayor de san Marcos de
Lima, Perú, y en universidades mexicanas como el Claustro de Sor Juana. Ha participado en
Coloquios nacionales e internacionales; cuenta con diversas publicaciones con temas de historia y
arte colonial; y actualmente está preocupada por la localización y el estudio de obras virreinales
con temática del Antiguo testamento. Ha dirigido varias tesis de licenciatura y maestría en la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y ha sido distinguida con diversos premios: en el
Concurso Internacional de Investigación convocado por la Comisión del IV Centenario de la
Aparición de la Virgen de la Misericordia, de Reus, Cataluña y por el Primer Certamen Nacional de
Crónica convocado por el Diario de Xalapa.
2
Esplendor y lujo de las biblias iluminadas, p. 294 y ss. y, Orígenes, Homilías sobre el Génesis, p.
13.
3
Jean Danielou, Tipología Bíblica, sus orígenes, p. 390 y, Louis Réau, Iconografía del Arte
Cristiano, vol. I, p. 231 y ss.
relacionarse a Moisés que recibe las tablas de la ley de manos de Yahvé, con San
Pedro que recibe de Cristo las llaves de la Iglesia (ils. 1 y 1A);
y a Isaac con Jesús, pues carga la leña para su sacrificio que equivale a la cruz
que cargara Cristo (il. 2).
Ilustración 2. Isaac y Jesús. Imagen
tomada de la Biblia moralizante,
París, siglo XIII, en Esplendor y lujo
de las biblias iluminadas, p. 305.
En este corto trabajo abordaré la imagen del sueño de Jacob con sus
correspondientes lecturas cristianas o tipológicas.
Parece necesario empezar recordando cómo es que Jacob recibió la bendición de
su padre Isaac y con ella, el favor de Dios: Isaac era viejo, había perdido la vista, y
aun cuando su intención era bendecir a Esaú, su hijo mayor, antes de morir,
Jacob, el segundo, se hizo pasar por aquél. Ésta fue la bendición que pronunciara
Isaac:

[…] Déte Dios el rocío del cielo y la grosura de la tierra y abundancia de


trigo y mosto. Sírvante los pueblos y póstrense ante ti naciones; sé
señor de tus hermanos y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Maldito
quien te maldiga y bendito quien te bendiga
[…] el Dios omnipotente te bendecirá, te hará crecer y multiplicará y te
hará muchedumbre de pueblos, y te dará la bendición de Abraham a ti y
a tu descendencia contigo, para que poseas la tierra en que como
extranjero habitas, que dio Dios a Abraham […] (Ils. 3 y 4)
Cuando Esaú supo lo ocurrido sintió tal odio por su hermano que pensó en
matarlo. Súpolo Jacob y en parte por salvar la propia vida y, en parte por ir a
buscar mujer con la cual desposarse, abandonó Berseba, ubicada en tierras
cananeas y se dirigió a Jarán en la fértil Mesopotamia (il. 5).4 Al anochecer hizo un
alto en el camino, tomó una piedra, recostó en ella la cabeza y se durmió.
Entonces: “Tuvo un sueño en el que veía una escala que, apoyándose sobre la
tierra, tocaba con la cabeza en los cielos… [por la que] subían y bajaban los
ángeles de Dios. Junto a él estaba Yahvé que le dijo:

Yo soy Yahvé, el Dios de Abraham… y el Dios de Isaac; la tierra sobre la


cual estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será ésta como
el polvo de la tierra, y te ensancharás a occidente y oriente, a norte y
mediodía y en ti y en tu descendencia serán bendecidas todas las
naciones de la tierra. Yo estoy contigo y te bendeciré a donde quiera que

4
Enrico Galbiati y Filippo Serafini, Atlas Histórico de la Biblia, mapa IV, p. 53.
vayas y volveré a traerte a esta tierra, y no te abandonaré hasta cumplir
lo que te digo5 (il. 6).

5
Génesis 28:12-13. Resulta importante anotar el texto de una traducción distinta según la cual
Yahvé estaba no junto a Jacob, sino al final de la escalera, pues las representaciones
iconográficas han seguido una u otra. Dice así: “…Y vio que los ángeles de Dios subían y bajaban
por ella. Vio también que Yahvé estaba sobre ella y le decía…”
Al despertar, Jacob fue consciente de que se encontraba en lugar sagrado,
vertió óleo sobre la piedra sobre la cual había descansado y la levantó en señal de
memoria. Entonces siguió su camino.
En adelante todo le fue favorable, llegó con bien a Jarán donde vivía Labán,
hermano de su madre; allí tomo a Lía y a Raquel por esposas y a las esclavas de
ambas como concubinas según costumbre de la época, y tuvo numerosos hijos,
12 varones que con el tiempo serían cabeza de las tribus de Israel; además fue
favorecido con riquezas pues los ganados de Labán se multiplicaron tanto
mientras estuvieron bajo su cuidado, que fue mucho lo que le correspondió como
pago a su trabajo. Después de 20 años de ausencia, rico, volvió a tierras de
Canán donde se reconcilió con su hermano Esaú.
No es necesario seguir el resto de sus pasos, lo que nos interesa es ver
cómo fueron cumplidas las palabras que pronunciara su padre al bendecirlo y que
ratificara el mismo Dios a través de un sueño.
Tras este recuento de algunos momentos cumbre de la vida de Jacob
parece necesario volver al tema de la tipología.
Son innumerables los escritores que se han preocupado por el tema de la
concordancia entre la Antigua y la Nueva Ley. El mismo Cristo subrayó “No
penséis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolirla, sino a
cumplirla”. Los evangelistas echaron mano de numerosas equivalencias de esta
naturaleza, así, leemos en Juan (3: 14) “De la misma manera que Moisés erigió la
serpiente de bronce en el desierto, así también el hijo del hombre deberá ser
levantado en la cruz”; o bien, en Mateo (12:40) “Al igual que Jonás permaneció
tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el hijo del hombre
pasará tres días en el corazón de la tierra”. Los mismos pasos siguieron muchos
otros escritores desde San Pablo, Orígenes (siglo II), San Agustín (siglo IV), o San
Isidoro de Sevilla (siglo VII), e importantísimas obras de la Baja Edad Media como
la Biblia Pauperum, hasta Papas del siglo XX, quienes se preocuparon por los
diferentes sentidos de los pasajes bíblicos. En su Encíclica Divino Afflante Spiritu
del 30 de septiembre de 1943, Pío XII estableció claramente que de la exégesis de
la Sagrada Escritura pueden resultar, [al menos], dos sentidos, uno literal, el otro
espiritual”, siendo único el literal o histórico mientras, el espiritual o alegórico, más
profundo que el primero, admite varias posibilidades de interpretación.6

6
Reáu, Iconografía del Arte Cristiano, p. 232-234 y, Ricardo Struve, De los tipos de María en los
padres pre-efesinos, p. 27-28.
Son numerosas las imágenes que muestran a Jacob en medio del campo,
dormido sobre la piedra del relato y viendo en sueños la escalera. Ésta sería la
lectura histórica del acontecimiento (ils. 7 y 8).
Pero al mismo tiempo la escala de Jacob anuncia a Cristo: “El ascenso y
descenso de los ángeles es el más importante de los tipos de la Resurrección de
Cristo y de su segunda venida”7. Por ello en el Speculum humanae Salvationis
aparece la Ascensión del Señor junto a la representación del sueño de Jacob.
Ascendió pero “de nuevo vendrá a juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá
fin”8 (ils. 9 y 10).

7
Speculum humanae Salvationis, p. 54.
8
Frase tomada del Credo.
Una interpretación distinta, también cristológica es la que presenta a la
escala como tipo de la Cruz del Señor: “Yahvé que se inclina sobre la escala hacia
Jacob, se convierte sin vacilación en Cristo que se inclina humillándose hacia la
humanidad, y no muy tarde aparece clavado en la cruz, por hallarse en la madera
de la escala. Los ángeles que bajan por la escalera, son entonces aquellos que lo
acompañan para servirle en la tierra”9 (il. 11).

9
Ricardo Struve, De los tipos de María en los padres pre-efesinos, p. 86.
Finalmente y en una tercera forma interpretativa, que Orígenes llama moral,
la imagen encierra una profunda enseñanza, “una escalera permite y sirve en
ambas direcciones, para bajar y subir, lo que se ha de interpretar en un sentido
moral ascético e indica cómo la obra de Cristo tuvo por efecto el que… podamos
subir al cielo, porque él que bajó a la tierra nos lo hizo posible”, si bien es cierto
que unos hombres “suben por perfección ascética y otros bajan, por corromperse
en el mundo: Paulo sube, Judas baja”10.
En el mismo sentido escribe San Benito que “…si queremos llegar a la cima
de la humildad y a la perfección celestial…, se hace preciso levantar con nuestros
actos, una escalera parecida a la que vio Jacob en un sueño, y por la cual los
ángeles subían y descendían. Subida y bajada que nos enseñan cómo se
desciende por el orgullo y se sube por la humildad…”11
Aquí bien cabe presentar una imagen de la baja Edad Media que se localiza
en el Monasterio de santa Catarina en el monte Sinaí, en la que vemos una
escalera por la que suben los hombres hacia cielo pero expuestos a demonios que
jalan a algunos “orgullosos” haciéndolos caer y, por consiguiente, perder la gloria;
obra de carácter claramente didáctico que pretendió en su día frenar al hombre
ante el pecado por el miedo a condenarse (il. 12).

10
Ricardo Struve, De los tipos de María en los padres pre-efesinos, p. 87.
11
Ver Enciclopedia de la Religión Católica, Tomo III, Escalera.
Pero no solo eso, el hombre que antes que cualquier otro debe caminar en
línea recta y no caer, es el sacerdote, para con su ejemplo enseñar a los demás.
Esta idea queda expuesta con claridad en la carta que enviara Juan, abad del
monasterio de Raitu, a Juan Climaco, superior de un monasterio del Sinaí,
pidiéndole que escribiera una obra para “enseñar las cosas en que consiste la
perfección de la vida monástica… y con ellas nos hagáis una escalera que llegue
a las puertas del cielo, la cual… lleve sanos y salvos [a] todos los que por ella
quisieren subir, sin que las espirituales milicias, y los gobernadores de las tinieblas
deste mundo y príncipes deste aire sean parte para impedirles esta subida.
Porque si aquel sancto Patriarca Jacob, siendo pastor de ovejas, vio en una
ocasión aquella escalera… que llegaba hasta el cielo, con mucha mayor razón el
maestro de las racionales ovejas no solamente verá, mas también armará esta
escalera que nos haga seguro el camino para Dios y libre de todo error”12. Súplica
que se vio cumplida pues obediente San Juan Climaco, escribió su Escala
Espiritual, que con el tiempo y no gratuitamente se convertiría en el primer libro
impreso en la Nueva España, donde tanta necesidad había de buenos operarios
evangélicos13.
Esta idea del sacerdote que sube al cielo quedó plasmada gráficamente en
un hermoso púlpito localizado en la catedral de Jujuy, Argentina (Ils. 13 y 13A).

12
Sant Juan Climaco, “Escala Espiritual…” en Obras del V.P.M. fray Luis de Granada…, vol. 11, p.
286-287.
13
Aparece el dato en la Gaceta de México Núm. 42, correspondiente a mayo de 1731, ver vol. I, p.
325. Algunos de los peldaños de la escala son: el menosprecio del mundo, la mortificación, la
obediencia, la castidad y la oración.
Ilustración 13. Púlpito. Imagen tomada de Bayón,
Damián y Marx Murillo,
Historia del Arte Colonial Sudamericano, p. 234.

Ilustración 13 A. Detalle.
Ahora bien, “Las relaciones tipológicas alcanzan… distintos niveles de
profundidad en sus comparaciones narrativas, simbólicas o teológicas. El hecho
de que con frecuencia sólo se argumente con parecidos superficiales se debe al
debilitamiento intelectual característico de la fase tardía de la imaginería
tipológica”14. Tal es el caso del Jacob que aparece en la capilla del Santo Cristo y
de reliquias de la catedral de México al lado de otros siete personajes, pues todos
portan instrumentos relacionados con la pasión, lo que los convierte en prefigura
de Cristo15.
Jacob porta la escalera, que es al mismo tiempo la de su sueño y la del
descendimiento; mientras Salomón sostiene la corona aun cuando sea de espinas
porque él también llevó corona en vida según leemos en el Cantar de los
Cantares; y el Rey David las vestiduras y los dados, pues en un salmo en el que
plasmó las quejas del justo que se sentía perseguido lo mismo que el
agradecimiento a Yahvé tras su liberación, leemos: Búrlanse de mi cuantos me
ven… rodéanme toros en gran número, cércanme novillos de Basán… Me
derramo como agua, todos mis huesos están dislocados. Mi corazón es como
cera, que se derrite dentro de mis entrañas… me rodean como perros, me cerca
una turba de malvados, se han repartido mis vestidos y echan suertes sobre mi
túnica…”16 (ils. 14, 15 y 16).

14
Esplendor y lujo de las biblias iluminadas, p. 296.
15
Ventura de Miranda realizó los lienzos en el primer tercio del XVIII. Catedral de México,
patrimonio artístico y cultural, p. 352, 353 y 373.
16
La leyenda que acompaña a Jacob es la siguiente: Jacob/ Viditque in/ somnis scalam/ et
dominum innixum/ Scalae.

Salomón sostiene la corona de espinas “Salid hijas de Sión a ver al rey Salomón con la diadema
que le coronó su madre el día de sus desposorios, el día de la alegría de su corazón” (Cant. 3:11)

Zacarias, aparece con el corazón traspasado por tres clavos “y alzarán sus ojos a mi … Pues
entonces ¿Qué heridas son esas que llevan entre tus manos (Zac. 12, 20 y 13, 6)

David “Se han repartido mis vestiduras y echan suertes sobre mi túnica” (Salm. 21:19)

Moisés “hirió con el cayado la roca por dos veces y brotaron de ella aguas en abundancia” (Núm.
20, II).

Habacuc con el portaesponja “¡ Ay del que da a beber a su prójimo y derrama su veneno hasta
embriagarlo” (Hab. 2, 15).
Ilustración 14. Jacob, Capilla del Santo
Cristo y de Reliquias, Ilustración 15. Salomón, Capilla del
Catedral de México. Foto cortesía del Santo Cristo y de las Reliquias,
Instituto de Investigaciones Estéticas de Catedral de México. Foto cortesía del
la UNAM. Instituto de Investigaciones
Estéticas de la UNAM.

José con la túnica “Tomará la túnica talar de José, y matando a un macho cabrío lo empaparás en
la sangre” (Gen. 37,31). Catedral de México, patrimonio artístico y cultural, p. 352, 353, 373, 374 y
375.
Ilustración 16. Capilla del Santo Cristo y de
las Reliquias, Catedral de México. Foto
cortesía del Instituto de Investigaciones
Estéticas de la UNAM.

Poco común, pero al parecer también según una lectura tipológica, se


asocia a Jacob con San José, no solo porque ambos tuvieron revelaciones divinas
a través de sueños, sino porque el padre de San José se llamó Jacob igual que el
Jacob del sueño. Es por ello que en un libro de coro empleado otrora para seguir
el Oficio de san José por los religiosos del convento de San Francisco de México y
que resguarda la Biblioteca Nacional, aparece una iluminación con el sueño de
San José seguida por las palabras Jacob autem genuit Joseph virum Mariae de
qua natus est Iesus qui vocatur Christus, que significan: Jacob engendró a José, el
esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo (il. 17).
Una lectura mucho más común fue la que relacionó a María con la escalera.
No sólo porque la Tipología tiene a María como una de sus figuras favoritas, sino
porque su papel como intermediaria para lograr la salvación del hombre es
especialmente destacado:17

“María fue hecha escalera celestial, porque por ella descendió Dios a la
tierra, para que los hombres así mereciesen subir a los cielos…” 18

17
Speculum humanae Salvationis, p. 17.
18
Struve, De los tipos de María en los padres pre-efesinos, p. 87.
Además resulta tan convincente la idea de que se puede llegar al cielo
subiendo peldaños, que se dio por sentado que quien siguiera las enseñanzas de
María, como si subiera por una escalera, llegaría al cielo y suya sería la gloria.
Es la escalera uno de sus tantos atributos, muchos lo son y no todos
provienen del antiguo Testamento. Pero muchos abrevan en dicha fuente: así
María es torre de David, Arca de la Alianza19, templo de Salomón o Arca de Noé20.
Y aun cuando ignoro si en un inicio se le relacionó sencillamente con una
escalera y sólo con el tiempo con la escala de Jacob o viceversa, Ella aparece
vinculando al cielo y a la tierra (ils. 18, 19, 20, 21, 22, 22A, 23 y 24).

19
“En que se contenían las tablas de la ley de Dios y el Maná del cielo” Ver Enciclopedia de la
Religión Católica, tomo V, María.
20
“En que se salvó la humanidad del común naufragio”, Ibid.
Ilustración 22. Inmaculada con escenas del Antiguo
Testamento, Juan Sánchez Salmerón, siglo XVII, Colección
particular, México. María aparece como segunda Eva,
como torre de David y como escala de Jacob. Foto cortesía
del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

Ilustración 22 A. Detalle.
Finalmente quiero mostrar una última imagen aun cuando en ella no exista
interpretación tipológica alguna. Se trata de un lienzo de factura popular empleado
al parecer por los protestantes para hacer proselitismo y desprestigiar, de paso, al
catolicismo. En ella vemos a manera de escalera dos caminos ascendentes, uno
lo siguen los presbiterianos, patrocinadores de la obra, quienes por la senda
correcta, la de las enseñanzas Cristo, llegan al cielo, mientras a la izquierda
aparece la segunda senda que al final cambia de dirección para hacer caer en los
infiernos a algún obispo, tal vez el mismísimo Papa, representante de la iglesia
rival (il. 25).

Imagen 25. Imagen perteneciente a la Asociación


Histórica de Oregón fue tomada de Billington Ray
Allen, et. al, Story of the Great American West, p. 154.
En síntesis, la imagen de la escala que a través de un sueño uniera a Jacob
con la Divinidad encontró relecturas cristológicas, mariológicas y josefinas,
mientras el símbolo mismo de la escalera, ya sin Jacob, permitió a católicos y
protestantes representar de forma gráfica el camino que deberían seguir, pastores
y ovejas, para alcanzar el cielo.
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Polígrafa, S.A., Barcelona, 1989.

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pueden subir las almas devotas a la cumbre de la perfección”, traducida al
castellano por fray Luis de Granada en Obras de fray Luis de Granada, Biblioteca
de autores españoles desde la formación del lenguaje hasta nuestros días,
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Speculum humanae Salvationis, con 192 miniaturas a todo color. Codex


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Luís Sanz, texto de Willibrord Neumüller, traducción del alemán por Ángel
Repáraz, Editorial Casariego, Madrid, 1998, (Ediciones de Arte Facsímiles y
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Advertencia de Alfonso Castro Pallares y Preámbulo y traducción de Tarsicio
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