Juan Pablo Reyes López.: Derecho en Su Ámbito Público

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Juan Pablo Reyes López.

DERECHO.
Asignatura: Internacionalización del
Derecho en su ámbito público
Semestre: Quinto. Bloque: 14
Grupo: (DE-DEIDPU-2002-M14-001).
Unidad 1. Introducción a la
internacionalización del Derecho Público.
Sesión 2. Fuentes del Derecho
Internacional Público.
Actividad Integradora. Las fuentes del
Derecho Internacional Público y las
corrientes jurídicas
Docente: Leonor Cortes Ávila.
Fuentes del Derecho Internacional Público.

Juan Pablo Reyes López..................................................................................................1

Introducción...................................................................................................................... 2

Actividad 1. Las fuentes del Derecho Internacional Público...............................................3

Actividad 2. Procesos de elaboración y conclusión de los tratados internacionales..........6

“Convención que instituye la Unión Panamericana de comunicaciones Eléctricas”...........6

Actividad integradora. Las fuentes del Derecho Internacional Público y las corrientes
jurídicas............................................................................................................................. 15

Conclusión....................................................................................................................... 16

Bibliografía...................................................................................................................... 17

Legislación................................................................................................................... 18
Introducción.

En esta sesión llamada “Fuentes del Derecho internacional Público” empezaremos


definiendo ¿Qué es una fuente del Derecho?

Para Francisco Geny, una las fuentes del derecho son “los imperativos de autoridades
externas al intérprete con virtualidad bastante para regir su juicio, cuando tiene por objeto
propio e inmediato la revelación de una regla destinada a impartir una dirección en la vida
jurídica.” (Fracisco Geny. Método de Interpretación y Fuentes del Derecho Privado
Postivo. Madrid. Año 1902. Página 213.)

Por su parte, para Carlos Arellano, son “los elementos del conocimiento relativos al origen
de las normas jurídicas. Las fuentes del derecho nos permiten conocer los
acontecimientos a través de los cuales se engendran las normas jurídicas.”(Carlos
Arellano García. Primer Curso de Derecho Internacional Público. Editorial Porrúa. 1983.
Página 182.).

Dentro de las fuentes del derecho encontraremos 3 clasificaciones de fuentes en el


derecho: reales, históricas y formales.

Las tres clasificaciones anteriores son fuentes del derecho internacional público, pero en
específico hablando de las fuentes formales para el caso específico del derecho
internacional público, son las siguientes: Tratados internacionales, Costumbre
internacional y Principios generales del derecho. Y auxilian a estas fuentes:
Jurisprudencia Internacional Y Doctrina Internacional.

En el del artículo 38 del Estatuto del Tribunal Internacional de Justicia, que considera
como fuentes a las convenciones internacionales, la costumbre internacional y los
principios generales del Derecho reconocidos por las naciones civilizadas, aparte de las
decisiones doctrinales y la doctrina de los publicistas consideradas como medio auxiliar
para la determinación de las reglas jurídicas.

El problema de las fuentes del Derecho Internacional se presenta muy confuso porque a
las dificultades que el mismo plantea, en cuanto a la teoría general del Derecho, se
suman las que añade esta peculiar rama de la normativa jurídica.
Actividad 1. Las fuentes del Derecho Internacional Público.

Los tratados internacionales son la fuente más importante del derecho


internacional público, pues en ellos los estados contratantes se someten a
cumplir lo ahí pactado.

Tratado de Libre Comercio de América del Norte(TLCAN)

Este tratado es firmado entre México, Estados Unidos y Canadá entró en vigor


el 1 de enero de 1994.

Objetivo general.

Formar una zona de libre comercio, estableciendo reglas claras y permanentes


para el intercambio comercial, que permita el incremento de flujo comercial e
inversión, así como nuevas oportunidades empleo y mejores niveles de vida.

TRATADOS
Objetivos específicos.
INTERNACIONALES.

 Eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza


de bienes y servicios.
 Promover condiciones de competencia leal. Proteger y hacer valer,
adecuada y efectivamente, los derechos de propiedad intelectual.
 Crear procedimientos eficaces para la aplicación y cumplimiento del
tratado, para su administración conjunta y solución de controversias.
 Establecer lineamientos para una ulterior cooperación trilateral, regional
y multilateral encaminada a ampliar y mejorar los beneficios.
 Reducir la vulnerabilidad de las exportaciones ante medidas unilaterales
y discrecionales.
 Fortalecer la industria nacional mediante un sector exportador sólido y
competitivo.
 Coadyuvar a la creación de empleos.

COSTUMBRE
Ha sido definida por Hermilio Bassols (en su libro “Derecho Internacional
Público Contemporáneo e Instituciones Básicas”, Edit. Porrúa, Pág. 35) como
un “reconocimiento general de los sujetos internacionales a ciertas prácticas
que los Estados consideran como obligatorias”; quien distingue la costumbre de
los usos y de las normas de cortesía, ya que mientras aquélla es considerada
como obligatoria por los sujetos internacionales, los segundos son cumplidos
por los Estados sin concederles el carácter imperativo.

El Art. 38,1b), del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia ofrece también


una definición de la costumbre internacional, al decir que… “…la Corte…
deberá aplicar… la costumbre internacional como prueba de una práctica
generalmente aceptada como siendo de Derecho”.

Cesar Sepúlveda, en su obra “Derecho Internacional” (Editorial Porrúa; Pág.


94) sostiene que “el termino costumbre debe de reservarse para el Derecho
INTERNACIONAL.
mismo, y que el termino practica debe usarse para indicar el conglomerado de
pasos que son formativos del Derecho”.

Ejemplo:

La labor de la enseñanza del idioma español como lengua extranjera.

La regla de no contaminar o la responsabilidad por actos lícitos.

puede mencionarse el caso relativo a las Actividades Militares y


Paramilitares en Nicaragua y contra Nicaragua, (Nicaragua c. Estados
Unidos de América) en dónde la Corte Internacional de Justicia (CIJ)
consideró el carácter consuetudinario de las normas y principios básicos del
DIH reconocidos en el artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra
de 1949.

PRINCIPIOS
GENERALES DEL
Son conceptos jurídicos fundamentales, es decir, que por su validez universal
DERECHO.
se preservan a través del tiempo y del espacio y, por lo tanto, constituyen una
fuente formal desde el momento que sirven de base a la creación de normas
jurídicas, bien generales o bien individualizadas.

Las normas generadas por los principios del Derecho deben contener:

Se entiende que hace la cosa, aquél a cuyo nombre se hace, se presume


ignorancia si no se prueba ciencia, el primero en tiempo, es primero en
derecho, donde hay la misma razón, es aplicable la misma disposición, es
inadmisible toda interpretación que conduzca a lo absurdo y la sentencia solo
obliga a las partes.

Ejemplo:

Prior in tempore, potior in iure. Su nombre latino se traduce como “Primero


en el tiempo, mejor en el derecho”, y significa que de existir una
controversia o dilema entre dos partes que se adjudican derechos iguales
sobre una cosa, tendrá preferencia quien haya realizado primero un acto de
eficacia jurídica, como un registro.

El presupuesto de un efecto jurídico o la fattispecie por la que se sanciona.


Así, del principio pacta sunt servanda se desprende que el leasing firmado
hoy debe cumplirse mañana, y el principio neminen laedere justifica que las
lesiones merezcan prisión. 

Actividad 2. Procesos de elaboración y conclusión de los tratados internacionales.


Elaboración Conclusión.
Negociación: Se realiza por vía diplomática, por lo Negociación: esta fase no se encuentra
regular este canal procede cuando se trata de la
normada en la Convención. Su finalidad es
negociación de un tratado multilateral o en una vía
contenida por los representantes de los estados. asegurar una postura oficial de los Estados
Adopción del texto: Respecto a este momento, el
sobre el objeto y fin del tratado, así como
artículo 9 de la Convención de Viena de 1969,
explica su práctica conforme a aprobación de todos determinar el marco general del clausulado.
los Estados participantes, pero en el caso de la
Adopción del texto: en esencia, conforma
adopción del texto de un tratado en una conferencia
internacional, se efectuará por mayoría de dos el “borrador” del tratado, al cual se llega una
tercios de los Estados presentes y votantes, a
vez finalizada la negociación.
menos que emplee en una regla diferente.
Manifestación del consentimiento: La firma que Autenticación del texto: se acuerda el
crea un medio de manifestación del consentimiento
escrito definitivo del tratado; en éste se
del Estado en obligarse por el tratado, el canje de
instrumentos que sólo sucede cuando los certifica su autenticidad y originalidad.4.-
instrumentos dispongan que su canje tendrá algún
Manifestación del consentimiento: acto por
efecto, la ratificación, la aceptación o la aprobación,
la adhesión que surge cuando los sujetos o medio del cual los Estados se obligan a
acuerdos se manifiestan cuando un tercer Estado no
cumplir el tratado.
participó en las negociaciones del tratado sin
ninguna condición pueda incorporarse a él

“Convención que instituye la Unión Panamericana de comunicaciones Eléctricas”

La Unión Panamericana fue fundada el día 14 de abril1 de 1890 como órgano de la Unión
Internacional de las Repúblicas Americanas, en virtud de una resolución aprobada por la
Primera Conferencia Internacional Americana (Washington, 1889-1890). Este órgano,
denominado originalmente “Oficina Comercial de las Repúblicas Americanas,” estaba
encargado de promover la compilación y diseminación “de datos e informes referentes a
la producción, comercio, leyes y reglamentos de aduana de los respectivos países,” con
cuyo objeto se le encomendó la publicación de una revista mensual titulada Boletín de la
Oficina Comercial de las Repúblicas Americanas (revista reemplazada subsecuentemente
por el Boletín de la Unión Panamericana, el cual se publica mensualmente también, pero
con un contenido mucho más variado que el contemplado al principio).

Quedó dispuesto que la susodicha Unión Internacional continuara en vigor durante el


término de diez años contados desde la fecha de su organización; y que, al fin de ese
período—a menos que se hubiese manifestado ya, oficialmente, el deseo de terminar su
existencia—volviera a ser mantenida por diez años más, y así sucesivamente, por
períodos de la misma extensión. Ningún miembro podría retirarse de la Unión sino al fin
de dichos períodos. La Oficina estaría a cargo de un Director, quien sometería los
informes apropiados a los respectivos gobiernos miembros de la Unión. Los gastos de la
Oficina habían de ser sufragados por los gobiernos, mediante la contribución de cuotas
determinadas proporcionalmente a la población de cada país.

La Segunda Conferencia Internacional Americana (México, D.F., 19011902) reorganizó la


Oficina Comercial, denominándola “Oficina Internacional de las Repúblicas Americanas,”
fundando la Biblioteca de Colón, y estableciendo varias reglas para la dirección del
referido órgano Internacional. Constituyó, además, un Consejo Directivo, encargado de la
administración y control de la Oficina, e integrado por los representantes diplomáticos de
todas las Repúblicas latinoamericanas acreditados en Washington, bajo la presidencia del
Secretario de Estado de los Estados Unidos de América.

En 1906, la Tercera Conferencia, reunida en Río de Janeiro, resolvió continuar la Unión


Internacional de las Repúblicas Americanas así como la Oficina correspondiente a la
Unión, ensanchando a la vez la esfera de actividades de esa Oficina y especificando sus
fines en los siguientes términos:

1. Compilar y distribuir datos comerciales y proporcionar informes al respecto.


2. Compilar y clasificar todo lo referente a los Tratados y Convenciones entre las
Repúblicas Americanas y entre éstas y otros Estados no Americanos.
3. Informar sobre asuntos de educación.
4. Informar sobre las cuestiones designadas por acuerdos de las Conferencias
Internacionales Americanas.
5. Contribuir a obtener la ratificación de las resoluciones y convenciones adoptadas
por las diferentes Conferencias.
6. Dar cumplimiento a todas las resoluciones que le hayan impuesto o le impongan
las Conferencias Internacionales Americanas.
7. Funcionar como Comisión Permanente de las Conferencias Internacionales
Americanas, proponiendo proyectos que pudieran ser incluidos entre los temas de
la próxima Conferencia; estos proyectos deberán ponerse en conocimiento de los
diferentes Gobiernos que forman la Unión seis meses, por lo menos, antes de la
fecha en que deba reunirse la próxima Conferencia.
8. Presentar con la misma anticipación a los diferentes Gobiernos una memoria
acerca de las labores de la Oficina en el período comprendido desde la última
Conferencia, y también informes especiales sobre cada uno de los asuntos cuyo
estudio se le hubiere encomendado.
9. Tener bajo su custodia los archivos de las Conferencias Internacionales
Americanas.

La Tercera Conferencia amplió también los poderes del Director de la Oficina, y determinó
sus deberes; acordó que cualquier República miembro de la Unión pudiera dejar de
pertenecer a ella, dando aviso a la Oficina con dos años de anticipación; y aprobó una
resolución sobre la construcción de un edificio adecuado para la Oficina Internacional de
las Repúblicas Americanas.

La Cuarta Conferencia (Buenos Aires, 1910) adoptó dos resoluciones referentes a la


Unión: una, sobre la “Reorganización de la Unión de las Repúblicas Americanas”; otra,
con el título de “Unión Pan-Americana.”

La resolución de “Reorganización” dio al referido organismo el nombre que conserva hoy


día, y reiteró, con algunas modificaciones de escasa importancia, las disposiciones
contenidas en el acuerdo análogo de la Tercera Conferencia. En otro artículo de la misma
resolución se ordenó la creación, en la Capital de cada República perteneciente a la
Unión, de una “Comisión Pan-Americana,” dependiente del Ministerio de Relaciones
Exteriores y compuesta—en el mayor grado posible—de antiguos delegados a alguna
Conferencia Internacional Americana. Dichas Comisiones habían de desempeñar las
siguientes funciones: a) gestionar la aprobación de las resoluciones adoptadas por tales
Conferencias Americanas; b) suministrar a la Unión Panamericana con precisión y a la
mayor brevedad, todos los datos que a ésta le hubieran de ser necesarios para la
preparación de sus trabajos; c) presentar, por iniciativa propia, los proyectos que juzgaran
convenientes a los fines de la Unión, y ejercer las demás atribuciones que, a los mismos
fines, les confirieran los respectivos gobiernos. Las Comisiones se comunicarían con la
Unión Panamericana directamente, o por medio de los representantes diplomáticos de las
varias Repúblicas en Washington. Cada gobierno representado tendría el derecho de
enviar a su propio costo, a la Unión, un Agente especial de la respectiva Comisión,
encargado de suministrar los datos y noticias que se le pidieran, así como de adquirir los
que necesitara su gobierno. La Conferencia de 1906 había adoptado un “ Reglamento”
para la dirección de la Oficina, agregándolo al acuerdo sobre la reorganización de ese
órgano; en cambio, la Conferencia de 1910 formuló (en el Artículo XV de la precitada
resolución) la siguiente disposición: “La ‘Unión Pan-Americana’ se regirá por el
Reglamento que dicte el Consejo Directivo, con sujeción a estos Estatutos.” Por lo visto, la
propia resolución comprendía los Estatutos de que se trataba.

La resolución titulada “Unión Pan-Americana” consistía en un proyecto de Convención


precedido por esta advertencia: “. . . la Cuarta Conferencia Internacional Americana… se
resuelve: Recomendar a los Gobiernos de las Repúblicas Americanas, que consideren la
conveniencia de asegurar el desarrollo continuo y la existencia permanente de la ‘Unión
Pan-Americana’ por medio de una Convención, con arreglo a las siguientes bases
propuestas al efecto.” En dicho proyecto fueron reproducidas, con algunas pequeñas
variaciones, las disposiciones contenidas también en la resolución de la misma
Conferencia sobre “Reorganización.”

La Unión Panamericana siguió funcionando de acuerdo con las resoluciones de 1910,


hasta la fecha de la Quinta Conferencia Internacional Americana, celebrada en el año de
1933 en la dudad de Santiago de Chile. Durante ese intervalo de trece años, se habían
efectuado cambios notables en el campo Internacional americano, por lo cual hubo que
reorganizar la Unión una vez más. Teniendo presente ésta necesidad, la Conferencia
adoptó en su duodécima sesión (la de 1º de mayo de 1923) una resolución sobre la
“Organización de la Unión Panamericana,” y otra sobre la “Constitución del Consejo
Directivo” de la misma.

La primera de dichas resoluciones sirvió para “confirmar la existencia de la Unión de las


Repúblicas del Continente Americano” así como la de “su órgano permanente,” la Unión
Panamericana, a la cual atribuyó casi las mismas fundones que las señaladas en el
proyecto de Convención de 1910, aunque en la resolución de 1923, se suprimió la
disposición relativa al estudio e iniciación, por parte de ese órgano, de proyectos
apropiados para “ser incluidos entre los temas de la próxima Conferencia.” También
quedó confirmada la disposición de la Cuarta Conferencia sobre Comisiones nacionales,
mediante esta cláusula: “En cada capital de las Repúblicas de América que forman la
Unión Panamericana, funcionarán oficinas anexas al Ministerio de Relaciones Exteriores,
o bien, comisiones compuestas, en cuanto sea posible, de ex-Delegados a las
Conferencias Internacionales Americanas.” A dichas Comisiones la Quinta Conferencia
les asignó de nuevo las mismas atribuciones, pero en términos un poco más amplios, que
las asignadas en 1910. Fueron estableadas, además, cuatro Comisiones Permanentes
(cuyos miembros habían de ser designados por el Consejo Directivo) encargadas
respectivamente de colaborar con la Unión Panamericana en cuatro campos de actividad,
a saber: 1) relaciones económicas y comerciales; 2) organización Internacional del
trabajo; 3) higiene; 4) cooperación intelectual. Todavía quedan por mencionar dos
declaraciones que pueden ser consideradas como la parte más significante de esta
resolución: la del primer párrafo del Artículo V, en el que se consignó el principio de que,
“la representación de los Gobiernos en las Conferencias Internacionales Americanas y en
la Unión Panamericana” era “de derecho propio”; y la disposición contenida en el último
párrafo del mismo artículo, que encomendó al propio Consejo la dección de su Presidente
y de su Vicepresidente.

La otra resolución aprobada por la Quinta Conferencia con respecto a la Unión (acuerdo
que se refiere, como queda indicado ya, a la constitución del Consejo Directivo)
recomendó a los Gobiernos americanos que estudiasen el proyecto presentado a la
consideración de la Conferencia por el delegado costarricense, Alejandro Al varado
Quirós, al efecto de que la designación de los representantes asignados al Consejo
Directivo pudiera recaer o no en los representantes diplomáticos de las respectivas
Naciones acreditados en Washington.

La Sexta Conferencia (La Habana, 1928) adoptó una resolución y una Convención
referentes a la Unión Panamericana.

La resolución de 1928 efectuó algunas alteraciones de bastante importancia, más o


menos conformes al contenido del proyecto recomendado por Al varado Quirós en 1923,
abriéndose camino a una modificación eventual de la composición del Consejo Directivo
con la siguiente declaración: “La Dirección de la Unión Panamericana la ejercerá un
Consejo Directivo formado por los representantes que cada uno de los gobiernos
americanos tenga a bien designar. Puede recaer la designación en los representantes
diplomáticos de los respectivos países en Washington.” Es decir, que insistió en el
carácter opcional de tales designaciones. La misma resolución relajó las restricciones
sobre el modo de retirarse de la Unión Panamericana, disponiendo que los estados
miembros de la Unión pudieran “retirarse de ella en cualquier momento, debiendo abonar
sus cuotas respectivas por el término del año fiscal corriente.” Además, formuló por
primera vez en’ términos explícitos un principio aceptado tácitamente desde el momento
en que nadó la Unión, a saber: “Tanto el Consejo Directivo como la Unión Panamericana
no tendrán fundones de carácter político.”
La Convención aprobada por la Sexta Conferencia respecto de la Unión Panamericana, si
llega a entrar en vigor, dará a ese organismo una Constitución de carácter más formal y
más permanente que cualquier reglamento adoptado hasta ahora por la Unión. El Consejo
Directivo, cumpliendo con una disposición incorporada en la resolución de la Quinta
Conferencia sobre el proyecto de Alvarado Quirós, había sometido el proyecto de la
referida Convención a la consideración de la Conferencia de La Habana, y ésta la aprobó.
El Artículo XIV de ese instrumento contiene la siguiente disposición: “La presente
Convención entrará en vigor cuando todos los Estados representados en la Conferencia
reciban aviso de que todas las ratificaciones han sido depositadas en la Unión
Panamericana y todas las adhesiones y ratificaciones de las vcintiún Repúblicas
Americanas han sido recibidas.” Todavía le faltan a dicho instrumento las ratificaciones de
siete Repúblicas, a saber: Argentina, Bolivia, Colombia, El Salvador, Honduras, Paraguay,
Perú.

El Artículo I de la Convención declara que los órganos de la Unión de los Estados


americanos son: a) la Conferencia Internacional Americana; b) la Unión Panamericana; c)
“todo órgano que sea estableado en virtud de Convenciones entre los Estados
Americanos.”

Según lo dispuesto en el Artículo II, “Las Conferencias serán periódicas. El Consejo


Directivo de la Unión Panamericana señalará la fecha en que deberán reunirse, sin que
en ningún caso pueda mediar entre una y otra un plazo mayor de cinco años, salvo por
causa de fuerza mayor.”

En el Artículo III, relativo al Consejo Directivo, se reitera la estipulación de la precitada


resolución respecto de la constitución del Consejo, a la cual se agrega la siguiente
advertencia: “Además de su propio país, un miembro del Consejo puede representar de
modo excepcional a otro u otros, disponiendo en este caso de tantos votos cuantos
países represente.” En 1906, la Tercera Conferencia había prohibido expresamente la
representación mediante substitutos, pero todas las disposiciones legales adoptadas al
respecto desde esa fecha lo permiten.

El Artículo IV trata de los funcionarios ejecutivos y especialmente del Director General.

En el Artículo V, referente al sostenimiento económico de la Unión Panamericana, se


señala el modo de fijar las cuotas correspondientes a los varios gobiernos miembros de la
Unión. El mismo Artículo contiene una disposición especial respecto de aumentos en el
presupuesto de la Unión que excedan en más de 25 por ciento sobre el presupuesto del
año anterior.

Según el Artículo VI, las funciones de la Unión deben ser en cierto sentido más amplias, y
en otro sentido más restringidas, que las señaladas por las disposiciones de 1910 y 1923.

El Artículo VII prescribe que los instrumentos de ratificación de los tratados,


convenciones, etc., suscritos en las Conferencias Internacionales Americanas, sean
depositados en la Unión Panamericana.

El Artículo VIII indica que los gobiernos miembros de la Unión deben enviar a la misma,
dos ejemplares de los documentos oficiales y publicaciones que se refieran a los fines de
dicho organismo, en cuanto lo permita la legislación interna de los respectivos países.

El Artículo IX comprende varías disposiciones relativas a la cooperación de las


organizaciones oficiales panamericanas. En cuanto a las Comisiones nacionales cuya
creación se prescribió en Conferencias anteriores a la Sexta, el referido Artículo requiere
su establecimiento, como una necesidad solamente con respecto a los gobiernos
adherentes a la Unión que no tengan ningún órgano eficiente para el estudio e
información de asuntos panamericanos.

Los Artículos X, XI y XII se refieren respectivamente al reglamento interior de la Unión


Panamericana, a exenciones de porte postal en favor de la Unión, y al modo de retirarse
de la misma. En el Artículo XIII queda prescrita la manera de modificar la propia
Convención. El Artículo XIV trata de adhesiones y ratificaciones, así como del momento
en que entrará en vigor la Convención.

La Séptima Conferencia Internacional Americana (Montevideo, 1933) aprobó algunas


resoluciones en las que asignó a la Unión varios deberes adicionales. No introdujo
alteración alguna en la propuesta Constitución, pero en la resolución LXII de dicha
Conferencia, se interpreta el Artículo II de la Convención que acabamos de analizar, “en el
sentido de que es posible convocar las Conferencias Panamericanas cuando así lo
resuelvan los dos tercios de los miembros del Consejo Directivo de la Unión
Panamericana,” aun cuando no haya transcurrido un intervalo de cinco años desde la
Conferencia anterior. En su resolución LXIV, la Conferencia recomendó la inclusión, en el
programa de la Octava Conferencia, del siguiente tema: “Estudio de posibles reformas del
Estatuto de la Unión Panamericana tendentes a hacer más eficaz su funcionamiento.”
En 1936, la Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz, reunida en la ciudad
de Buenos Aires, acordó (en su resolución LIV): “señalar la necesidad de que, para el
oportuno cumplimiento de los convenios y resoluciones adoptados” por dicha asamblea,
se diera “ mayor amplitud a las funciones de la Unión Panamericana”; pedir al Consejo
Directivo de la Unión Panamericana que emprendiera estudios relativos a la coordinación
de los trabajos de las diversas entidades internacionales americanas y a sus propias
relaciones con organismos de índole análoga, tanto en otros continentes como en
América; solicitar la presentación por el Consejo, ante la Octava Conferencia Internacional
Americana, de un informe al respecto, acompañado de conclusiones concretas.

En efecto, la Unión dio parte a la Octava Conferencia (Lima, 1938) de que ya se hallaba
organizada adecuadamente, dentro de los límites señalados por su presupuesto, para
ejecutar las funciones que le habían sido encomendadas por las varias Conferencias; a lo
cual agregó que las modificaciones eventuales de su organización administrativa
dependerían de las funciones adicionales que le hubieran de ser atribuidas por las
Conferencias futuras. En la misma resolución, la Octava Conferencia indicó al susodicho
Consejo la conveniencia de aprovechar la cooperación de otras entidades apropiadas,
para llevar a cabo los propósitos indicados, y de estudiar41 las necesidades
presupuestarias de la Unión Panamericana derivadas de los nuevos trabajos a ella
encomendados” por la propia Conferencia, con objeto de proponer a los varios gobiernos
el incremento de recursos económicos requerido para el cumplimiento de tales encargos.
Las Comisiones quedaron encargadas, en cierto sentido, de funciones consulares, lo que
estrechaba aún más la relación entre cada una de ellas y la Unión Panamericana.

Siendo tan múltiples y tan trascendentales las actividades de este organismo, no se aspira
ni siquiera a enumerarlas todas en esta breve sinopsis. Algunas de ellas quedan
indicadas ya en los párrafos precedentes.

Obras a consultar: Para las resoluciones y Convención atadas en la presente sinopsis


(fuera de las de la Octava Conferencia, reproducidas en este mismo volumen), véase:
Conferencias Internacionales Americanas, 1889-1936 . . . (Washington, 1938), págs.
32,36, 45 (resoluciones de la Primera Conferencia Internacional Americana); pág. 94
(resolución de la Segunda Conferencia); pág. 132 (resolución de la Tercera Conferencia);
págs. 181, 185 (resoluciones de la Cuarta Conferencia); págs. 268, 270 (resoluciones de
la Quinta Conferencia); págs. 358, 420 (Convención y resolución de la Sexta
Conferencia); pág. 535 (resoluciones de la Séptima Conferencia); pág. 667 (resolución de
la Conferencia de Consolidación de la Paz). “La Unión Panamericana: Organo
Permanente de las Conferencias Internacionales Americanas,” por el Dr. William Manger,
Vol. LXVI (1932)1 pág. 251. “La Unión Panamericana,” por L. S. Rowe, Think, Tomo VI,
abril de 1940, No. 4 (Número de la Unión Panamericana), pág. 7. John Barrett, The Pan
American Union—Peace—Friendship— Commerce (Washington, 1911).

Celebrado anualmente en todas las Repúblicas americanas como “Día de las Américas’’
En cierto sentido, la creación de esta Biblioteca fue resultado de una resolución de la
Primera Conferencia, titulada “Biblioteca Conmemorativa Latino-Americana”

Unión Panamericana de Comunicaciones Eléctricas


Elaboración Conclusión.
Negociación: En la 1 Conferencia Interamericana Negociación: Los Delegados Plenipotenciarios a
(1890) se crea la Unión Internacional de las la Comisión Interamericana de Comunicaciones
Repúblicas Americanas con una Oficina Comercial Eléctricas, reunidos en la ciudad de México,
de las Repúblicas Americanas, encargada de capital de los Estados Unidos Mexicanos, en
compilar y distribuir información comercial. representación de las Repúblicas:
Inicialmente supervisado por el Secretario de Estado Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba,
de los Estados Unidos hasta la creación del Consejo Dominicana, El Salvador, Estados Unidos
Superior en 1897. Mexicanos, Guatemala, Nicaragua, Panamá,
En 1902, por resolución de la 2 Conferencia Perú, Paraguay y Uruguay, después de haberse
Interamericana es cambiada a Oficina Internacional comunicado sus Plenos Poderes y de hallarlos
de las Repúblicas Americanas y con una notable en buena y debida forma, con excepción de los
ampliación de sus funciones. Desde 1910 existió una exhibidos por los representantes de Colombia,
confusión en denominar tanto la asociación de Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Perú y
estados, Unión de las Repúblicas Americanas, como Uruguay, quienes .firman ad-referéndum
su secretaria por el nombre de esta última, Unión
Panamericana.
Adopción del texto: La Unión Panamericana fue  Adopción del texto: La primera de dichas
fundada el día 14 de abril1 de 1890 como órgano de resoluciones sirvió para “confirmar la existencia
la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas, de la Unión de las Repúblicas del Continente
en virtud de una resolución aprobada por la Primera Americano” así como la de “su órgano
Conferencia Internacional Americana (Washington, permanente,” la Unión Panamericana, a la cual
1889-1890). atribuyó casi las mismas fundones que las
En 1906, la Tercera Conferencia, reunida en Río de señaladas en el proyecto de Convención de
Janeiro, resolvió continuar la Unión Internacional de 1910, aunque en la resolución de 1923, se
las Repúblicas Americanas así como la Oficina suprimió la disposición relativa al estudio e
correspondiente a la Unión, ensanchando a la vez la anidación, por parte de ese órgano, de proyectos
esfera de actividades de esa Oficina y especificando apropiados para “ser incluidos entre los temas de
sus fines la próxima Conferencia.”
Manifestación del consentimiento: Los Delegados Autenticación del texto: La Sexta Conferencia
Plenipotenciarios a la Comisión Interamericana de (La Habana, 1928) adoptó una resolución y una
Comunicaciones Eléctricas, reunidos en la ciudad de Convención referentes a la Unión Panamericana.
México, capital de los Estados Unidos Mexicanos, en
representación de las Repúblicas:
Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Dominicana, El Salvador, Estados Unidos Mexicanos,
Guatemala, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y
Uruguay, después de haberse comunicado sus
Plenos
Poderes y de hallarlos en buena y debida forma, con
excepción de los exhibidos por los representantes de
Colombia, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Perú y
Uruguay, quienes .firman ad-referéndum

Actividad integradora. Las fuentes del Derecho Internacional Público y las


corrientes jurídicas.

Juan Pablo Reyes López.

DERECHO.

Asignatura: Internacionalización del


Derecho en su ámbito público
Semestre: Quinto. Bloque: 14
Grupo: (DE-DEIDPU-2002-M14-001).
Unidad 1. Introducción a la
internacionalización del Derecho
Público.
Sesión 1. Fuentes del Derecho
Internacional Público.
Actividad Integradora. Las fuentes del
Derecho Internacional Público y las
corrientes jurídicas
Docente: Leonor Cortes Ávila.

Conclusión.
En esta sesión los principios generales del derecho y los del derecho internacional, las
pautas supremas que garantizan que el ordenamiento jurídico cumpla con su objetivo
máximo, es decir, otorgar seguridad y certidumbre jurídica a una comunidad internacional
cada vez más compleja y demandante.

Los denominados "principios generales del derecho reconocidos por las naciones
civilizadas" se han convertido, como muchos otros en el derecho internacional, en un
tópico de gran amplitud cuya discusión, estudio y análisis crítico y profundo se encuentra
prácticamente en ciernes debido, por un lado, a la existencia de posiciones doctrinales
irreconciliables y, por otro lado, a la aparente aceptación, por parte de los sujetos jurídicos
internacionales, de una regla de aplicación práctica que otorga a tales principios una
función subsidiaria e interpretativa con respecto otras fuentes como los tratados y la
costumbre internacionales, en detrimento de la naturaleza normativa y carácter de fuente
autónoma de tales principios.

Pero no se olvide que, en el artículo 38 del Estatuto de la CIJ, estos principios se


encuentran relacionados entre las reglas que el tribunal ha de aplicar, es decir, éste
puede recurrir a las normas de derecho interno a fin de resolver los casos que se le
sometan, es decir, técnicamente se le autoriza a utilizar la analogía, entendiendo que las
analogías pueden derivarse sólo de reglas que sean comunes a todos los sistemas de
derecho interno.

Los tratados son convenios internacionales con disposiciones normativas Internas de los
Estados contratantes cuya interpretación debe ser sujeta a las Reglas internas. Sólo los
representantes de los Estados que se hayan acreditado intervendrán en la negociación
de un tratado del que se forme parte. México cuenta con 11 tratados comerciales vigentes
de los cuales: 6 tratados comerciales son Bilaterales y 5 tratados comerciales son
Multilaterales Hasta la fecha los tratados son con los continentes de: América tuvo 12
países, Asia un país y Europa 29 países
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