La soya es una fuente rica en proteínas y nutrientes que tiene beneficios para la salud como reducir el colesterol. Sin embargo, contiene sustancias que interfieren con la digestión, pero el procesamiento térmico mejora la digestibilidad. La soya ha sido durante miles de años una importante fuente de proteína en Asia y cada vez más en Occidente.
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La soya es una fuente rica en proteínas y nutrientes que tiene beneficios para la salud como reducir el colesterol. Sin embargo, contiene sustancias que interfieren con la digestión, pero el procesamiento térmico mejora la digestibilidad. La soya ha sido durante miles de años una importante fuente de proteína en Asia y cada vez más en Occidente.
La soya es una fuente rica en proteínas y nutrientes que tiene beneficios para la salud como reducir el colesterol. Sin embargo, contiene sustancias que interfieren con la digestión, pero el procesamiento térmico mejora la digestibilidad. La soya ha sido durante miles de años una importante fuente de proteína en Asia y cada vez más en Occidente.
La soya es una fuente rica en proteínas y nutrientes que tiene beneficios para la salud como reducir el colesterol. Sin embargo, contiene sustancias que interfieren con la digestión, pero el procesamiento térmico mejora la digestibilidad. La soya ha sido durante miles de años una importante fuente de proteína en Asia y cada vez más en Occidente.
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BENEFICIOS DE LA SOYA
La soya es la fuente más abundante y valiosa de proteínas vegetales, ya que
además de ser de gran calidad, cuenta con un adecuado contenido de aminoácidos esenciales que representan beneficios importantes para la salud, entre ellos se encuentran la capacidad de reducir los niveles de colesterol en la sangre. Sin embargo, la soya contiene varias sustancias biológicamente activas que pueden interferir con la digestibilidad proteica. Es indispensable por ello aplicar un tratamiento térmico durante el procesamiento del grano, lo que permite una mejor utilización de dicha proteína por parte del organismo. Por miles de años, la soya ha servido como una de las principales fuentes de proteína en la dieta de las culturas orientales, se le puede encontrar en una variedad de alimentos tradicionales hechos a base de esta leguminosa como son: la leche, tofu, nata, soya verde, germinado y tempeh; mientras que en el resto del mundo su historia data de apenas 100 años a la fecha. Actualmente, la mayor parte de la producción de soya es molida para la obtención de aceite comestible, pasta desgrasada para consumo animal y sólo una pequeña parte se procesa para la obtención de productos proteicos para la alimentación humana. La soya es una fuente rica en proteínas que se emplea en la dieta como ingrediente o como producto principal, ya que aporta un excelente valor nutritivo por sus distintas propiedades funcionales en los sistemas alimentarios, dentro de los que se incluyen la emulsificación, la gelación, la formación de espuma y la capacidad de retención de agua. El procesamiento del grano juega un papel importante en la mejora o modificación de las propiedades funcionales de su proteína y por lo tanto, puede ayudar a ampliar su aplicación prácticamente en todos los sistemas alimentarios. La soya tiene a largo plazo una influencia positiva en el desarrollo infantil debido a que en cada grano de soya el 38% es proteína; el 18%, aceite; el 30% son carbohidratos y el 14% agua, es gran fuente de vitaminas, principalmente de complejo B entre las que se cuentan la B1, B2, B3, B6 y el ácido fólico; tiene minerales como calcio, fósforo, hierro, magnesio, cobre y potasio. Es recomendada para personas diabéticas y con colesterol alto porque evita que suben los niveles de glucosa y de grasas, reduce síntomas de la menopausia y Contribuye al desarrollo fetal. Desde hace miles años, los países orientales y más recientemente en los occidentales, la soya se ha considerado la principal fuente de proteína vegetal para consumo humano y animal, esto se debe a que en el grano integral la proteína representa alrededor del 40% de la materia seca. De igual manera que el resto de las proteínas, la de soya aporta energía, aminoácidos esenciales y nitrógeno (Erickson, 1995). Cuando se le aplica un procesamiento adecuado, es de excelente calidad y tan nutritiva como las proteínas de la clara del huevo y la caseína, consideradas como las más recomendables para el consumo humano por su perfil de aminoácidos (Crouse, 1999). Independientemente de su valor nutrimental, se ha descrito que la proteína de soya reduce las concentraciones de colesterol sanguíneo y es fuente de isoflavonas, jugando un papel importante en la prevención de enfermedades del corazón (Wong, 1998). Este resultado, ha generado la reciente aprobación de la Administración de drogas y alimentos (FDA por sus siglas en inglés) del proclamo de salud al admitir que los productos que contengan como mínimo 6.25 g de proteína de soya por ración, indiquen en su etiqueta su efecto en la reducción de la concentración de colesterol sanguíneo (USFDA, 1999). Lo anterior, ha servido como argumento válido para mejorar la imagen de la soya como alimento, creando, por una parte, incentivos entre los fabricantes de alimentos para incorporarla en diferentes productos comerciales y por otra, ha incrementado el interés del consumidor por productos enriquecidos con proteína de soya. El valor nutritivo de esta proteína en particular, está en función de varios factores, incluyendo el perfil de aminoácidos, su digestibilidad y el requerimiento de aminoácidos esenciales para el organismo (Erdman, 1995). El objetivo de este artículo, es dar a conocer al público en general, la importancia de incorporar la proteína de soya en la alimentación humana, así como su procesamiento doméstico con la finalidad de incrementar su digestibilidad para lograr una mejor utilización por parte del organismo, mejorando con ello, la nutrición y la prevención de enfermedades que actualmente afectan a la población. CALIDAD DE LA PROTEINA DE SOYA La proteína de soya contiene todos los aminoácidos esenciales requeridos en la nutrición humana: isoleucina, leucina, lisina, metionina y cisteína, fenilalanina, tirosina, treonina, triptófano, valina e histidina. Sin embargo, su contenido de metionina y triptófano es bajo pero se complementa al combinarse con cereales generando una proteína tan completa como la de origen animal (FAO/WHO, 1991). Se han desarrollado numerosos métodos para evaluar la calidad nutrimental de las proteínas de los alimentos. Cuando se lleva a cabo algún método de evaluación de la calidad de las proteínas, es importante considerar que existen diferencias importantes entre los requerimientos nutrimentales de los seres humanos y de los animales. Primero, todos los animales requieren mayor cantidad de aminoácidos esenciales que el hombre. Segundo, algunos animales, como las ratas, tienen mayor necesidad de lisina y metionina que el hombre. Tercero, la arginina es considerada un aminoácido esencial para la mayoría de los animales, pero no es indispensable para el hombre en la edad adulta. Con estas diferencias, la misma proteína puede mostrar diferente calidad nutrimental cuando se alimenta a humanos y a animales. Particularmente esto es cierto en el caso de la proteína de soya. Con respecto a los ensayos de la calidad de la proteína de soya, en el pasado se empleaban el score de aminoácidos y la razón de eficiencia de proteína. El score de aminoácidos, se refiere a la cantidad del aminoácido más limitante contenido en la proteína que se analiza, expresado como porcentaje de los requerimientos del organismo en estudio (Schaafsma, 2000). Debido a que el patrón de requerimientos de aminoácidos de los humanos difiere del de las ratas u otros animales, el score de aminoácidos basado en el patrón de las ratas es menor que aquel basado en el del ser humano. Por ejemplo, el aislado de proteína de soya tiene un score del 100% en el patrón del humano. Sin embargo, cuando se emplea el patrón de la rata, el score disminuye al 58% siendo los aminoácidos azufrados los más limitantes (Sarwar, 1997). La razón de eficiencia de proteína (PER, por sus siglas en inglés) es un método in vivo. El ensayo se desarrolla con ratas jóvenes alimentadas con una fórmula que contiene 10% de proteína dietética durante cuatro semanas y se mide el crecimiento del animal y el consumo de alimento. La PER se obtiene mediante la división de la taza de crecimiento entre la cantidad de proteína consumida. Se acostumbra emplear caseína como la proteína patrón en estos estudios, a la cual se le asigna arbitrariamente una PER de 2.5. La PER de las proteínas de prueba se ajustan proporcionalmente. La proteína de soya tiene una PER de 2.3, sin embargo, en la medida en que los ensayos de PER son determinados con bioensayos en ratas, tienden a subestimar la calidad de la proteína de la soya para humanos porque la rata tiene un requerimiento de aminoácidos azufrados más elevados que el ser humano. Para superar algunos inconvenientes asociados con el score de aminoácidos y la PER, desde 1990, un nuevo método fue adoptado por la FDA y aceptado como la opción adecuada por la Organización Mundial de la Salud. Se denomina Score de Aminoácidos Corregido por la Digestibilidad de la Proteína (PDCAAS, por sus siglas en inglés). Se basa en los requerimientos de aminoácidos del ser humano y en la digestibilidad de la proteína y se expresa de la siguiente manera: PDCAAS = requerimiento de aminoácidos/ patrón de aminoácidos x digestibilidad. Basado en el nuevo método, la proteína de soya, cuando se encuentra en su forma purificada, es equivalente en calidad a las proteínas animales tales como la clara de huevo y las caseínas. DIGESTIBILIDAD DE LA PROTEÍNA DE SOYA La digestibilidad de una proteína se define como el porcentaje de la misma que es absorbida por el organismo después de la ingestión, esta medición de calidad, es más confiable debido a que independientemente de la cantidad presente de un aminoácido determinado, puede no ser disponible para la nutrición del organismo (Soy Protein Council, p. 4987). La proteína de soya purificada es totalmente disponible para el organismo, sin embargo, en la naturaleza no se presenta de esta forma. En la mayoría de los casos, se encuentra mezclada con otros componentes biológicamente activos que están presentes en la semilla como son los inhibidores de tripsina, los fenoles, los fitatos, entre otros (Liu, 1999). El tratamiento térmico mejora la digestibilidad al inactivar estos inhibidores, así mismo, desnaturaliza las proteínas dietéticas. Debido al hecho de que entre los componentes biológicamente activos que se encuentran naturalmente en la soya los inhibidores de tripsina se consideran como el factor que afecta de manera más importante la digestibilidad de la proteína, los mayores esfuerzos se han centrado en inactivarlos o removerlos de la soya como de los alimentos y productos derivados de ésta. El tratamiento térmico es el procedimiento más empleado, incluyendo el “vapor vivo” o de caldera, el hervido en agua, el tostado seco, la extrusióncocinado y las radiaciones con microondas. Por ejemplo, durante el procesamiento de la soya, después de la extracción de la grasa con solventes, las hojuelas desgrasadas se someten a la desolventización (eliminación del solvente) y tostado en un sistema “desolventizadortostador”. En el sistema se eleva la temperatura a más de 100 ºC utilizando “vapor vivo”. El proceso remueve, tanto los residuos de hexano como los inhibidores de tripsina y desnaturaliza la proteína de la soya. La pasta resultante, que generalmente sirve como alimento para animales, tiene un gran valor nutrimental debido a la mejora en la digestibilidad de la proteína. Cabe destacar que, aunque se necesite el tratamiento térmico en la soya y sus productos antes de ser empleados en alimentos para consumo humano y animal, debe evitarse su aplicación excesiva, debido a que además de desactivar los inhibidores de tripsina también reduce la solubilidad de la proteína y promueve pérdidas de los aminoácidos limitantes. Para la aplicación de calor en los productos de soya, es esencial optimizar las condiciones para aumentar la inactivación de los inhibidores de tripsina y al mismo tiempo, minimizar la reducción de la solubilidad de la proteína y la pérdida de aminoácidos. Para lograrlo, es indispensable seleccionar la combinación óptima de temperatura, humedad y tiempo. En las leguminosas, entre ellas la soya, se tienen proteínas con baja cantidad de aminoácidos azufrados, siendo la metionina el más limitante. Por otra parte, se ha logrado un progreso importante en el desarrollo de nuevas variedades de soya con mejoras en el perfil de aminoácidos (Andersen et al., 1995). BIBLIOGRAFÍA ANDERSEN, JW, JOHNSTONE, EM, COOK-NEWALL, ME, Meta-analysis of the effects of soy protein intake on serum lipids, N Eng, J Med. 333, 276-282, 1995. CROUSE, JR. et al. A randomized trial comparing the effect of casein with that of soy protein containing varying amounts of isoflavones on plasma concentrations of lipids and lipoproteins, Arch lntern Med. 159, 2070-2076, 1999. ERDMAN, JW Jr, control of blood lipids with soy protein, N Eng J Med. 333, 313- 315, 1995. ERICKSON, R. (Ed), Practical Handbook of Soybean Processing and Utilization. Estados Unidos: AOCS/USB, 1995. FAO/WHO. Protein quality evaluation: Report of joint FAO/WHO expert consultation, Food and Nutrition Paper 51. FAO, 1991. LIU, K., Soybeans: chemistry, technology and utilization. Estados Unidos: Aspen Publishers lnc., 1999. SARWAR, G., The protein digestibility-corrected amino, acid score method overestimates quality of proteins containing antinutritional factors and of poorly digestible proteins supplemented with limiting amino acids in rats, J Nutr. 127, 758-764, 1997. SCHAAFSMA, G., The protein digestibility-corrected amino acids score, J Nutr. 130, 1865S-7S, 2000. SOY PROTEIN COUNCIL, Soy protein products: Characteristics nutritional aspects and utilization. Estados Unidos: SPC, 1987. US FDA, 21 CFR Pt 101 Food labeling: Health claims, soy protein and coronary heart disease. Food Reg. vol. 64, p57700-57733, 1999. WANG, HL AND CAVMS JF., Yield and Amino acid composition of fractions obtained during tofu production, Human Nutrition Highlights. vol. 2 No. 90, American Soybean Association, 1990. WONG, WW et al., Cholesterol-lowering: effect of soy protein in normocholesterolemic and hypercholesterolemic Men, Am J Chn Nutr. 68 (Suppl), 1385S-1389S, 1998.