Documento Resumen TEP
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DOCUMENTO RESUMEN
¿Qué rama del poder público pertenece el Gobierno y como está conformado o a nivel
nacional y territorial?
RAMA EJECUTIVA
Según Jellinek el conocimiento del Estado puede ser abordado desde dos ópticas
diferentes: Sociológica y Jurídica.
• Existen diversos criterios para diferenciar el uno del otro; la mayoría de las teorías
coinciden, al menos, en caracterizar cada una de estas dos ramas del Derecho.
• El Derecho Público comprende el conjunto de normas que establecen derechos
y deberes entre las partes, siendo una de ellas pública y la otra privada; o sea,
esta definición identifica al Estado como parte pública y a las personas como la
privada. En este Derecho, el Estado actúa como parte y como juez.
• En el Derecho Privado las partes no intervienen en forma directa como órganos
o partes del Estado, sino como partes aisladas, pero con relaciones de
Derecho o deber que haya entre las personas privadas o personas particulares
que jurídicamente se someten al Estado”.
El aspecto sociológico se refiere al conocimiento de:
Teorías sociológicas:
• Teoría Marxista: distingue en toda sociedad histórica, por lo menos desde una cierta
etapa del desarrollo económico, dos momentos, que no son puestos en el mismo
nivel con respecto a su fuerza determinante y a su capacidad de condicionar el otro: la
base económica y la superestructura. Las instituciones políticas, en una palabra, el
Estado, pertenecen al segundo momento.
Es claro en la historia que, no obstante “estos significados del término status, entre los
romanos el término no tuvo la acepción clara y definida de poder político estatal que
tiene hoy.”
Grecia
• Históricamente el origen y significado del término Estado se remonta a Grecia,
siendo ajena al mundo antiguo esta palabra.
• Para los griegos la ciudad o polis era el lugar en donde se desarrollaba todo el
universo político.
• Algunos autores consideran que se puede asimilar la polis al Estado.
Roma
• Los romanos utilizaron el término civitas. Este término equivale a la comunidad de
todos los ciudadanos.
• Igualmente emplearon la expresión res publica, la ‘cosa común’ al pueblo como
comunidad.
• Con un pequeño territorio, Roma no era más que una ciudad semejante a la griega.
Con el expansionismo territorial se convirtió en un imperio.
Maquiavelo
• La palabra “Estado”, se impuso a partir de la difusión de la obra política El Príncipe,
de Nicolás de Maquiavelo (1513).
• La obra se inicia con las siguientes palabras: “Todos los Estados, todos los dominios
que ejercieron y ejercen dominio sobre los hombres, fueron y son repúblicas o
principados”.
Los citados poderes son Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Por tanto, la actividad estatal tiene
tres funciones:
• La legislativa.
• La ejecutiva.
• La judicial.
•
En un Estado democrático y de derecho estas funciones se enfocan, entre otras, al
desarrollo de labores de fomento político democrático para conseguir su fin principal que es
la consecución del bien común, la interpretación y aplicación correcta del interés general, la
obediencia del mandato popular, y el logro del equilibrio y la armonía de toda la población.
El Estado, dice el doctor Andrés Serra Rojas (1994 p. 23), no debe tener otros fines que los
de la sociedad, aunque ciertos fines forman tareas u operaciones técnicas de su actividad
para facilitar o preparar el cumplimiento de los fines que se llevan a cabo en forma exclusiva
de facultades concurrentes con los particulares. Obviamente, aquí se habla de un Estado
democrático y de derecho.
ACTIVIDADES DEL ESTADO
Desde esta perspectiva, el Doctor Andrés Serra Rojas (1994 p. 26) tiene una
clasificación de la actividad del Estado de acuerdo con las formas que asume la
intervención estatal en cumplimiento de las políticas económicas y políticas:
A partir del punto anterior, se especifican las tres categorías de atribuciones o zonas
de competencia estatal:
El Doctor Andrés Serra Rojas (1994 pp. 27-28) da una clasificación más, dividiendo la
actividad administrativa en cuatro grupos:
Una actividad que se refiere a la organización jurídica objetiva o subjetiva del ente
administrativo.
Una actividad dirigida a asegurar el orden jurídico y la seguridad social en las relaciones
internas y la seguridad del Estado en las relaciones externas.
Una actividad dirigida a proporcionar utilidad a los particulares, bien de orden jurídico –
como el servicio de registro de la propiedad-, bien de orden económico-social en relación
con las necesidades físicas, económicas, intelectuales, etc. de la población.
ESTADO DE DERECHO
Es la situación en la cual, dicho orden jurídico sirve para dar igualdad de prerrogativas y
obligaciones para todos los ciudadanos, sean gobernantes o no, de manera que ninguno
tenga derechos especiales o privilegios que le den una posición de superioridad. Por tanto,
en esta condición, los hombres y las mujeres, sin distinción racial, sexual, económica o
social, son iguales entre sí, y ello se hace tangible por medio del orden jurídico vigente.
• La coerción es la presión ejercida sobre alguien para forzar su voluntad o su conducta.
Del latín coercio, coerción es una presión que se ejerce sobre una persona para forzar
una conducta o un cambio en su voluntad. Por lo general, la coerción se basa en la
amenaza de la utilización de violencia (física o de otro tipo) para condicionar el
comportamiento de una persona. Coerción en derecho, es la presión que se ejerce
sobre alguien haciendo uso de la fuerza o de la autoridad para impedir o limitar cierta
acción o para obligarle a asumir determinada conducta.
• La coacción, en cambio, supone la fuerza o violencia por medio de la cual se obliga a
una persona a hacer o decir algo en contra de su voluntad. Una persona que se presenta
todos los días en el trabajo de otra, sin amenazarlo directamente, pero hostigándolo con
su presencia constante. Las llamadas amenazantes constituyen un
ejemplo de coacción. La coacción legal, la que ejerce el Estado por medio del imperio
de la Ley. La coacción en derecho, supone un obrar consciente pero violentado por
amenazas de sufrir un mal grave e inminente, de allí que el sujeto que obra coaccionado
no es culpable; así, por ejemplo, el empleado de un banco que sustrae los caudales de
la caja amenazado de muerte con una pistola en poder de un tercero.
ESTADO: Es un tipo de organización política, que cuenta con sus propias instituciones
burocráticas, leyes y sistema económico, en la cual el poder se ejerce sobre una población
que se encuentra en un territorio determinado.
1. Estado unitario
En este caso, existe un poder central que se irradia hacia todo el territorio, teniendo facultad
para elegir a las autoridades locales. Tiene una sola constitución, un poder ejecutivo, uno
legislativo y uno judicial. El estado unitario puede ser de dos tipos.
• Estado unitario centralizado: como indica su nombre, las decisiones que afectan a
todo el territorio se toman desde el poder central.
Este tipo de Estado se caracteriza porque, si bien cuenta con un gobierno central, el poder
también reside en instancias locales, regionales o estadales. Es posible que estas instancias
tengan sus propias leyes, o que incluso sean políticamente opositoras al gobierno central,
pero siempre estarán subordinadas a este.
REGIMEN POLÍTICO:
• Existen varios conceptos que se confunden con la idea de régimen político. El régimen
de gobierno, por ejemplo, se refiere a cómo se vinculan los distintos poderes del Estado
(régimen presidencialista, régimen parlamentario, etc.).
Hay quienes creen que un régimen político puede corromperse y derivar en algo diferente,
aun cuando mantenga sus instituciones y sus formas.
2. Empleo de halagos, falsas promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros
procedimientos similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la
propia ambición política.
REGIMEN POLITICO
1. Distintivas. Regímenes no democráticos.
2. Régimen democrático. Totalitarismo.
3. Autoritarismo. Democracia.
Junto con la monarquía y la aristocracia, Politeia es uno de las tres virtuosas formas
de gobierno. Mientras que monarquía es el gobierno para uno, y la aristocracia para unos
pocos, Politeia es la regla de la mayoría. Además de los expuestos podemos determinar que
existen otros tipos de regímenes políticos, tales como los siguientes:
REGIMEN DE GOBIERNO
Índice
4Lista de países
5.1Repúblicas
5.1.1Repúblicas presidencialistas
5.1.3Repúblicas semipresidencialistas
5.1.4Repúblicas parlamentarias
5.1.6Repúblicas unipartidistas
5.2Estados Apartidistas
5.3Monarquías
5.3.1Monarquías constitucionales
5.3.2Monarquías parlamentarias
5.3.2.1Reinos de la Mancomunidad de Naciones
5.3.3Monarquías semiconstitucionales
5.3.4Monarquías absolutas
5.4Teocracias
Aristóteles, que utiliza un doble criterio, numérico (atendiendo al número de personas que
ejercen el poder) y cualitativo (atendiendo al bien público).
Maquiavelo, en El príncipe (1513), solo reconoce dos formas: todos los Estados o son repúblicas
o son principados; pero también utilizó la historia de la Roma antigua para recomendar un
gobierno mixto de las tres formas políticas clásicas en su Discurso sobre la primera década
de Tito Livio6
El poder político es la lógica del ejercicio de las funciones por parte de las personas
que ocupan un cargo representativo dentro del gobierno. Generalmente, este influye
en el comportamiento, ya sea en pensamiento o en el actuar de una sociedad.
Poder público es la capacidad que tiene el estado para obligar a alguien a realizar
un acto determinado.
PODER
TIPOS DE PODER
Poder coercitivo.
Poder de recompensa.
Poder legítimo.
Poder referente.
Poder experto.
Poder informativo.
FILOSOFÍA:(gr.philoin=amar, sophia=sabiduría.
Saber científico en su conjunto y cultivo
de la sabiduría en general. En último
análisis la filosofía se muestra al
hombre en sus dos aspectos fundamentales,
el uno puramente práctico, y el
otro más propiamente especulativo,
ambos unidos al problema de la ciencia
en general y de las ciencias en particular.
Con ello la filosofía ha de considerar
las relaciones que se dan entre
ciencia y ciencia, el valor de todas las
disciplinas, el problema del saber en
general y de cada una de las materias
que van a constituirlo.
FUENTES: vestigios del pasado que permiten
acercarse a su comprensión.
“Las dos fuentes principales para el estudio del Estado son la historia de las
instituciones políticas y la historia de las doctrinas políticas. No obstante es preciso
señalar que a pesar de que la historia de las instituciones puede desprenderse de la
historia de las doctrinas no quiere decir que las dos historias se confundan.
Una cosa es la historia de los parlamentos europeos, y otra la que planteaban los
escritos doctrinarios de los parlamentarios. Hoy la historia de las instituciones no sólo se
ha emancipado de la historia de las doctrinas sino que ha ampliado el estudio de los
ordenamientos civiles mucho más allá de las formas jurídicas que les han dado forma, y
orientan sus investigaciones hacia el análisis del funcionamiento concreto en un
determinado período histórico, de una institución específica como la Presidencia de la
República o el gabinete ministerial, a través de los documentos escritos, los testimonios de los
actores o los juicios de sus críticos”.
¿Cuáles son las ramas del poder? ¿Qué asuntos atiende cada una?
La organización del Estado en tres ramas del poder le permite a los gobernantes establecer la
relación con sus gobernados, relación medida por la ley.
“En cada Estado hay tres clases de poderes el poder legislativo, el poder ejecutivo de las cosas
relativas al derecho de gentes, y el poder ejecutivo de las cosas que dependen de derecho civil.
En virtud del primero, el príncipe o jefe del Estado hace leyes transitorias o definitivas, o deroga las
existentes. Por el segundo, hace la paz o la guerra, envía y recibe embajadas, establece
la seguridad pública y previene las invasiones. Por el tercero, castiga los delitos y juzga las
diferencias entre particulares. Se llama a éste último poder judicial y al otro poder ejecutivo del
Estado.”
“La libertad política de un ciudadano es la tranquilidad de espíritu que proviene de la confianza que
tiene cada uno en su seguridad; para que esta libertad exista, es necesario un gobierno tal que
ningún ciudadano pueda temer a otro.”
“Cuando el poder legislativo y el poder ejecutivo se reúnen en la misma persona o en el mismo
cuerpo, no hay libertad falta la confianza, porque puede temerse que el monarca o el Senado hagan
leyes tiránicas y las ejecuten ellos mismos tiránicamente.”
“No hay libertad si el poder de juzgar no está bien deslindado del poder legislativo y del poder
ejecutivo. Si no está separado del poder legislativo, se podría disponer arbitrariamente de la libertad y
la vida de los ciudadanos, como que el juez sería legislador.
Si no está separado del poder ejecutivo el juez podría tener la fuerza de un opresor”.
Filosofía política
2. El tratamiento filosófico
Hay una afirmación popular que dice que la filosofía es la madre de todas las ciencias. ¿Por qué cree
que se dice eso?
LA CIENCIA POLITICA
“Durante muchos siglos, desde la antigüedad clásica hasta casi finales del siglo XIX, el
estudio de la vida política no constituyó una disciplina en sentido estricto, sino un cúmulo
de influencias heredadas. Sólo retrospectivamente, cuando los criterios modernos se
han impuesto sobre el pensamiento de los filósofos sociales del pasado, es posible
identificar sus preocupaciones intelectuales como parte de lo que hoy día hemos dado
en llamar ciencia política. Como consecuencia de ello, para la época en la que la ciencia
política adoptó la forma de disciplina académica independiente, había adquirido un
carácter profundamente sintético; su objeto parecía consistir en una colección de temas
vagamente relacionados, transmitidos y modificados a través de los siglos.
Exteriormente, todo lo que parecía unir estos intereses era su relación común con
ciertas instituciones y prácticas políticas.”
Las diferentes posturas asumidas por los estudiosos de las ciencias sociales frente a
sus particulares disciplinas condujeron a que la ciencia política, en las primeras décadas
del siglo XX, fuera objeto de múltiples interpretaciones acerca de la especificidad de su
campo de estudio. Temas tales como su objeto de estudio y sus métodos fueron el tema
central de las controversias. Cuenta de tal evolución parece en el documento El
nacimiento de una disciplina.
¿Cuáles eran los objetos de estudio que inicialmente se le señalaron a la ciencia política?
¿Qué se entendía como ciencia encrucijada, como ciencia de síntesis y como ciencia
residual?
¿Cómo se sustenta la afirmación de que las actividades políticas no solo existen en las
sociedades organizadas con Estado?
4. Que la política es causa primera, una causa generadora no sólo de sí misma sino también de
todo el resto, dada su supremacía.
“Con la Doctrina general del Estado (1910) de Georg Jellinek, entró por largo tiempo en el
uso de las teorías del Estado la distinción entre doctrina sociológica y doctrina jurídica del
Estado. Esta distinción se volvió necesaria luego de la tecnificación del derecho público y de
la consideración del Estado como persona jurídica que había derivado de tal tecnificación.”
“La palabra española Estado tiene origen latino: Status, al igual que la palabra en todos los idiomas
occidentales:
State, inglés: Statu, italiano, Etat, francés; Staat, alemán. En latín, la palabra indicaba la posición o la
situación de una persona respecto al derecho romano. En este sentido se hablaba de status civitatis,
para indicar la posición de ciudadano romano en relación con sus derechos y deberes políticos; status
libertatis, la posición de la persona en relación con el derecho privado: status familiae, lo relacionado
con los deberes y derechos de los miembros de la familia Es claro en la historia que, no obstante estos
significados del término status, entre los romanos el término no tuvo la acepción clara y definida de
poder político estatal que tiene hoy.”
Grecia
Roma
Maquiavelo
Para abordar el problema del origen del Estado, Bobbio manifiesta que, “por lo demás, incluso quien
considera que el concepto de Estado y la correspondiente teoría deben ser tan amplios que abarquen
ordenamientos diferentes del Estado moderno y anteriores a él, y en consecuencia no tienen ninguna
dificultad en disociar el origen del nombre del origen de la cosa (el Estado), no puede dejar de
plantearse el problema de si el Estado existió siempre o si es un fenómeno histórico que aparece en
un cierto momento de la evolución de la humanidad” (Bobbio, 1982).
Contractualismo
En un sentido muy amplio el contractualismo comprende todas aquellas teorías políticas que ven el
origen de la sociedad y el fundamento del poder político (el cual será, progresivamente, llamado
protestas, imprium, gobierno, soberanía, Estado) en un contrato, es decir en un acuerdo tácito o
expreso entre varios individuos, acuerdo que significada el fin de un estado de naturaleza y el inicio
del estado social y político. En sentido más reducido, en cambio, por contractualismo se entiende una
escuela florecida en Europa entre el inicio del siglo XVII y el fin del siglo XVIII, que tiene como
máximos representantes a T. Hobbes (1588-1679), J, Locke (1632- 1704) y J. J. Rousseau (1712-
1778). Por escuela se entiende aquí no una orientación política común sino el uso común de una
misma sintaxis o de una misma estructura conceptual para racionalizar la fuerza y fundar el poder
sobre el consenso.
De antigua tradición, el Contractualismo fue expresado por primera vez quizá por los sofistas y
desarrollado, por Cicerón en la doctrina del consensos gentium. En 1a edad media, la doctrina del
poder divino del rey la oscureció, pero el Contractualismo reapareció decisivamente en la edad
moderna e influyó notablemente en la idea de los derechos humanos y actuó en apoyo del
iusnaturalismo.
Thomas Hobbes
Jean Jaques Chevallier. Los grandes textos políticos. Aguilar, Madrid, 1967.
La naturaleza humana
¿Qué es el Leviathan?
¿Por qué Hobbes afirma que el hombre es lobo para el hombre?
¿Cuál es la solución para superar la guerra permanente entre hombres?
¿Cómo concibe Hobbes el Estado?
“THOMAS HOBBES. (1588-1679) Filósofo y teórico político inglés, hijo de un clérigo de Wiltshire,
ingresó a Oxford a la edad de 14 años. En el año de 1608 obtuvo el grado de bachiller y fue designado
como tutor del hijo de William Cavendish, Lord Harwicck, designación que dió inicio a la vinculación
con la familia Cavendish, cuya amistad y patrocinio le posibilitaron desarrollar su carrera como
filósofo. Fue autor de obras políticas
tales como: Historia de Tucídides (1629), De Cive (1642), La naturaleza humana o Elementos
fundamentales de Política”, Del Cuerpo político, Cartas sobre la libertad y la necesidad,
Elementorum Philosophae y su más famoso escrito Leviathan (1651). Para Hobbes el Estado
constituye una parte dentro de una división tripartita de la filosofía,
cuya totalidad se centra en el cuerpo. Según esta clasificación, la filosofía se ocupa primero del cuerpo
en sus aspectos más simples y generales; después, del hombre en su condición de cuerpo natural de un
género particular, y, finalmente, de la república como un tipo de cuerpo artificial concebido por la
razón....”
El Estado recibe todos los poderes que los hombres tienen en su estado de naturaleza, por lo tanto es absoluto y en esa
medida el Estado es titular de la soberanía. Ahora bien, este absolutismo tiene como límites los objetos del contrato
social, es decir, la armonía, la tranquilidad, la paz y la seguridad de las libertades y derechos de las personas.
“Dícese que un Estado ha sido instituido cuando una multitud de hombres convienen y pactan, cada uno con cada uno;
que a un cierto hombre o asamblea de hombres se le otorgará, por mayoría, el derecho de representar a la persona de
todos (es decir, de ser representante). Cada uno de ellos, tanto los que han votado en pro como los que han votado en
contra, debe autorizar todas las acciones y juicios de ese hombre o asamblea de hombres lo mismo que si fueran suyos
propios, al objeto de vivir apaciblemente entre sí y ser protegidos contra otros hombres.
Como el derecho de representar la persona de todos se otorga a quien todos constituyen en soberano solamente por
pacto de uno a otro, y no del soberano en cada uno de ellos, no puede existir quebrantamiento de pacto por parte del
soberano, y en consecuencia ninguno de sus súbditos, fundándose en una infracción, puede ser liberado de su
sumisión.
Si la mayoría ha proclamado un soberano mediante votos concordes, quien disiente debe ahora consentir con el resto,
es decir, avenirse a reconocer todos los actos que realice, o bien exponerse a ser eliminado por el resto.
Como cada súbdito es, en virtud de esa institución, autor de todos los actos y juicios del soberano instituido, resulta
que cualquier cosa que el soberano haga no puede constituir injuria para ninguno de sus súbditos, ni debe ser acusado
de injusticia por ninguno de ellos.
Se asigna al soberano el poder de recompensar con riqueza u honores, y de castigar con penas corporales o pecuniarias,
o con la ignominia, a cualquier súbdito, de acuerdo con la ley que él previamente estableció; o si existe ley, de acuerdo
con lo que el soberano considera más conducente para estimular los hombres a que sirvan al Estado o para apartarlos
de cualquier acto contrario al mismo.
Estos son los derechos que constituyen la esencia de la soberanía y son los signos por los cuales un hombre puede
discernir en qué hombres o asambleas de hombres está situado y reside el poder soberano.”
John Locke
Otro de los representantes de las doctrinas políticas contractualistas es John Locke (1632-1704),
señalado como el padre del liberalismo. Educado en los principios del puritanismo y no obstante sus
inclinaciones filosóficas optó por los estudios de medicina, actividad dentro
de la cual conoció a Lord Ashley, más tarde conde de Shaftesbury, quien lo vinculó con los círculos
políticos de la agitada sociedad inglesa. A consecuencia de las luchas religiosas de los años 1670-
1680, se vió obligado a exiliarse en Holanda. Luego de la revolución de 1688 que llevó al poder a
Guillermo III de Orange y al triunfo del Parlamento, Locke, de regreso a Londres, publicó sus dos
Tratados sobre el Gobierno Civil”, Letras sobre la tolerancia y Ensayos concernientes al
entendimiento humano.
• El fin de los hombres es el goce de sus propiedades en seguridad y paz y el instrumento para ello son
las leyes.
• El poder legislativo es la primera y fundamental ley entre las leyes positivas de todas las
comunidades políticas.(Doc. 3)
Locke afirma que, “siendo los hombres naturalmente libres, iguales e independientes, ninguno puede
ser sacado de este estado y ser sometido al poder político de otro sin su consentimiento, por el cual
puede él convenir con otros hombres juntarse y unirse en sociedad para su conservación”.
John Locke. Ensayos Sobre el gobierno civil. Madrid, Ediciones Alba, 1987
Sobre el pacto social
sociedad política aquella en que cada uno de los miembros haya abandonado
su poder natural, abdicando de él en manos de la comunidad para todos los
casos en que no excluyan el llamamiento a la protección legal que la sociedad
estableciera. Y así dejado a un lado todo particular juicio de cada miembro particular,
la comunidad viene a ser árbitro mediante leyes comprensivas e imparciales
y hombres autorizados por la comunidad para su ejecución, decide todas las
diferencias que acaecer pudieren entre los miembros de aquella compañía en lo
tocante a cualquier materia de derecho, y castiga las ofensas que cada miembro
haya cometido contra la sociedad, según las penas fijadas por la ley. Y así, cada
hombre, al consentir con otros en la formación de un cuerpo político bajo un
gobierno, asume la obligación hacia cuantos tal sociedad constituyeren, de someterse
a la determinación de la mayoría, y a ser por ella restringido...”
John Locke. Ensayos sobre el gobierno civil. Madrid, Ediciones Alba, 1987
Para Locke, el poder supremo es el legislativo. Su esencia es la de hacer las leyes y éstas no pueden
ocasionar perjuicio a los propietarios, razón por la cual expresa que, “el poder de la sociedad o el
poder legislativo no podrá nunca extenderse más allá de lo necesario para el bien común”. El poder
legislativo es el más importante, pues tiene que hacer leyes a las que todos estarán sometidos. Deberá
legislar igual para todos. El poder legislativo no es indefinido, se encuentra limitado por los derechos
naturales.
John Locke. Ensayos sobre el gobierno civil. Aguilar, Buenos Aires, 1963
John Locke. Ensayos sobre el gobierno civil. Aguilar, Buenos Aires, 1963
“...por disponer las leyes hechas y en brevísimo tiempo, de fuerza constante y duradera,
y necesitar de perpetua ejecución o de especiales servicios, menester será que
exista un poder ininterrumpido que atienda a la ejecución de las leyes en vigencia, y
esté en fuerza permanente. Así acaece que aparezcan a menudo separados el poder
legislativo y el ejecutivo...”
EL PODER NATURAL
“Otro poder existe en cada república al que pudiera llamarse natural, porque
es el que corresponde al poder que cada hombre naturalmente tuvo antes de
entrar en sociedad. Porque, aunque en una república sean sus miembros
personas distintas, todavía, cada cual relativamente al vecino, y como tales
les gobiernen las leyes de la sociedad, con todo, con referencia al resto de la
humanidad forman un solo cuerpo, exactamente como cada uno de sus miembros
se hallaba cuando en estado de naturaleza convivía con el resto de los
hombres; de suerte que las contiendas sucedidas entre cualquier hombre de
la sociedad con los que estuvieren fuera de ella se hallan a cargo del público,
y un agravio causado a un miembro de este cuerpo compromete a los demás
en su reparación. De suerte que, así considerada, toda la comunidad no es
más que un cuerpo en estado de naturaleza, con respecto a los demás estados
o personas no pertenecientes a ella.”
John Locke. Ensayos sobre el gobierno civil. Aguilar, Buenos Aires, 1963
Jean Jaques Chevallier. Los grandes textos políticos. Aguilar, Madrid, 1967
Jean-jacques Rousseau
La invención de Rousseau
“¿Dónde está, pues, en esta obra —El contrato social— célebre la invención? Hela aquí: esa libertad y
esa igualdad, cuya existencia en el estado de naturaleza es tradicionalmente postulada, Rousseau
pretende volver a encontrarla EN EL ESTADO de sociedad, pero transformadas, habiendo sufrido una
especie de modificación química, «desnaturalizadas». Hay «creación de un orden enteramente nuevo
y en un orden necesariamente
justo por el contrato»... hay creación «de una nueva naturaleza» en el hombre, lo que permite a éste
superar la contradicción, inherente al estado social, entre sus inclinaciones individuales y sus deberes
colectivos. Es la primera y capital invención de Rousseau”.
EL CONTRATO SOCIAL
LA VOLUNTAD GENERAL
“La voluntad general es la única que puede dirigir las fuerzas del Estado
según el fin de su institución, que es el bien común; pues si la oposición de
los intereses particulares ha hecho necesaria la creación de las sociedades,
es el acuerdo de estos mismos intereses lo que la ha hecho posible.
Es lo que hay de común en esos diferentes intereses lo que constituye el
vínculo social y si no hubiera algún punto de coincidencia en todos los
intereses, no podría existir ninguna sociedad. Ahora bien, la sociedad
únicamente debe ser regida sobre este interés común. Afirmo, pues, que
como la soberanía no es otra cosa que el ejercicio de la voluntad general,
no puede nunca ser enajenada, y que el soberano que no es más que un
ser colectivo no puede estar representado más que por él mismo: el poder
puede muy bien transmitirse, pero no la voluntad”.
Jean-Jacques Rousseau. El contrato social.
Librería de Ramos, Madrid, 1821
«Rousseau fundamenta su clasificación de los gobiernos a partir de una de sus grandes invenciones alcanzadas en el contratosocial,
ésta es, la diferenciación entre el soberano, el pueblo en cuerpo que vota las leyes, y el gobierno, grupo de hombres particulares que
las ejecutan....El soberano quiere. El es la voluntad (general) que determina el acto (general). El gobierno obra. El ejecuta, por medio
de actos particulares, el acto general. El es, y no es otra cosa, la fuerza al servicio del la voluntad»
«Del estudio de las democracias, a las que considera gobiernos para ángeles mas no para hombres; de las aristocracias, que analiza
en términos de Platón; de las monarquiías qud considera por definición imposibles de ser buenos gobiernos; de los gobiernos mixtos
que serían las formas posibles de gobierno, llega a la gran conclusión, y aquí está su aporte genuino, original y moderno, de que toda
forma de gobierno será buena siempre y cuando favorezca a la colectividad. Allí donde quiera que haya desarrollo material y
espiritual de los pueblos, habría un buen gobierno. De esa manera elabora la teoría de la
DEMOCRACIA
social, o forma de gobierno, en donde no importa el origen del poder, o su detentador sino lo que se haga con el poder. Es decir que
el ejercicio del poder produzca beneficios para el pueblo. Esta es la democracia real»
Eduardo Rozo Acuña. Evolución de las ideas políticas. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1983
«Tomando el término en su rigurosa acepción, no ha existido nunca verdadera democracia, ni existirá jamás. Va contra el origen
natural que el gran número gobierne y el pequeño sea gobernado. No se puede imaginar que el pueblo permanezca continuamente
reunido en asamblea para evacuar a los asuntos públicos y fácilmente sé que no podría establecer para esto delegaciones sin que
cambie la forma de la administración. En efecto, creo poder sentar el principio de que cuando las funciones de gobierno son
compartidas entre varios tribunales, los menos numerosos adquieren tarde o temprano la mayor autoridad, aunque sólo fuese por la
facilidad de despachar los asuntos, que los llevan a ello naturalmente...»
Eduardo Rozo Acuña. Evolución de las ideas políticas. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1983
De las aristocracias:
«...Aristocracia es el gobierno confiado a una pequeño número. Es ya natural (en las primeras sociedades, donde los jefes de familia
deliberaban entre ellos de los asuntos públicos), ya electica, ya hereditaria. La hereditaria es el peor de los gobiernos. La electiva es
el mejor: «El orden mejor y el más natural consiste en que los más sabios gobiernen a la multitud cuando se está seguro de que la
gobernarán para provecho de ella y no para el suyo propio; no se deben multiplicar en vano los resortes, ni hacer con veinte mil
hombres lo que cien hombres escogidos pueden hacer todavía mejor:» Este sistema, sin exigir tantas virtudes como la democracia,
exige otras que le son propias, «como la moderación en los ricos y el contentamiento en los pobres». No se puede, sin embargo,
ocultar que el interés del cuerpo, el espíritu de cuerpo en el gobierno, corre peligro de ser demasiado acentuad, a expensas de la
voluntad general»
ROSSEAU
1712 Nació en Ginebra, Suiza. Como amante de la baronesa, Rousseau se instaló en la residencia de ésta en Chamberg e inició un
períodointenso de estudio autodidacto.
1750 La Academia de Dijon, le otorgó el primer premio a su Discurso sobre las ciencias y las artes.
1754 Se publicó su Discurso sobre el origen de la desiguladad entre los hombres.
1755 Se publica el Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres
1756 Rousseau se instaló en Montmorency, donde redactó algunas de sus obras más importantes como Julia o la Nueva Eloisa
(1761) que es una novela sentimental.
1758 Se casa por lo civil en Thérese Levasseur (mujer humilde y de profesión sirvienta), tras haber tenido con ella cinco hijos.
1762 Se publican sus obras Del contrato social o principios del derecho político, Emilio o De la educación, esta última es una novela
pedagógica, cuya parte religiosa le valió la condena inmediata por parte de las autoridades.
1766 Rousseau aceptó la invitación de David Hume para refugiarse en Inglaterra, aunque al año siguiente regresó al continente
convencido de que Hume tan sólo pretendía difamarlo.
A partir de entonces Rousseau cambió sin cesar de residencia, acosado por una manía persecutoria que lo llevó finalmente de regreso
a París en 1770, donde transcurrieron los últimos años de su vida, en los que redactó sus escritos autobiográficos: Confesiones
(1782-1789) y Las ensoñaciones del paseante solitario (1782).
«Las dos obras políticas fundamentales de Rousseau son El discurso sobre la desigualdad entr4e los hombres y El contrato social. En
el primer libro el autor desarrolla la idea principal de la propiedad privada como origen de todas las desgracias humanas y del peor
de ellas: la desigualdad. [...] También desarrolla Rousseau en este libro su teoriá sobrel el buen salvaje, en el sentido de concebir al
hombre como bueno, honesto, incapaz de pensar y realizar el mal. Pero el desarrollo de de las artes y de la técnica y la sofisticación
de la sociedad le hacen perdereste estado de inocencia para convertilo en un hombre malo, egoísta, dispuesto a todo y contra todo.
[...] Tienen en mente la sociedadfrancesa de su época, más dedicada a la sofisticación que a la simplicidad, más artificial que sincera,
agresiva y destructora de individuales y, por esta razón, la considera causante de todos los vicios y características negativas que tiene
el h ombre social.»
«Contra la mitología de esa sociedad Rousseau elabora sus mitologías del buen salvaje y del contrato social que, según su opinión,
harían mejorar al hombre y a la sociedad. Llega alcontrato social y a sus concepciones del hombre después de considerar que todos
los defectos y vicios de éste y de la sociedad son el resultado del mal gobierno, por lo cual hay que desarrollar un nuevo derecho
político, hace un nuevo análisis de las formas de gobierno y presentar soluciones tomando como centro a la persona, al individuo que
para Rousseau deber ser el alma del Estado, de un Estado que se maneje con la voluntad de la mayoría (voluntad general) y en donde
la virtud cívica (la aceptación individual de la voluntad general) sea práctica permanente. Estas soluciones, que en su época no
fueron aceptadas, la soberanía popular y fraccionada, con sus consecuencias de democracia directa o semidirecta del plebiscito y del
referéndum, voto derecho, mandato imperativo sobre losrepresentantes de la voluntad general y revocación del mandato en caso de
imcumplimiento, son hoy el fundamento de las democracias más desarrolladas»
Eduardo Rozo Acuña. Evolución de las ideas políticas.Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1983
TEORÍA MARXISTA
La concepción marxista del Estado «Partiendo de la crítica de la filosofía del derecho y del Estado de Hegel, que lo
lleva a una inversión de la relación tradicional entre sociedad (natural o civil) y Estado, Marx propone una teoría del
Estado estrechamente vinculada con la teoría general de la sociedad y de la historia. que él extrae del estudio de la
economía política.
Esta teoría general le permite dar una interpretación y hacer una crítica del Estado burgués que le es contemporáneo en
las diversas formas en que se presenta y dar una interpretación y formular algunas propuestas relativas al Estado que
deberá seguir al Estado burgués; finalmente le permite deducir el fin o extinción del Estado.»
Norberto Bobbio e Incola Matteucci. (dirección), Gianfranco Pasquino (redacción). Diccionario de la política. México,
Siglo XXI Editores, 1982.
Sintéticamente la idea del Estado dentro de la concepción Marxista, se encuentra plasmada en la obra de Lenin El
Estado y la Revolución, cuyas ideas fundamentales son:
- Los destacamentos especiales de fuerzas armadas, las cárceles, etc, cumplen la misión de reprimir a los sectores
populares. (Doc 2)
- El Estado es un arma de explotación de la clase oprimida. (Doc 3)
Lenin presenta sus argumentos acerca del Estado como producto del carácter
irreconciliable de las contradicciones de clase «El Estado - dice Engels, resumiendo su análisis
histórico- no es, en modo alguno, un Poder impuesto desde fuera a la
sociedad; ni es tampoco ´la realidad de la idea moral´, ´la imagen y la realidad de la razón´, como afirma
Hegel. El Estado es, más bien, un producto de la sociedad al llegar a una determinada fase de desarrollo; es
la confesión de que esta sociedad se ha enredado consigo misma en una contradicción insoluble, se ha
dividido en antangonismos irreconciliables, que ella es impotente para conjurar. Y paraque estos
antagonismos, estas clases con intereses económicos en
pugna, no se debvoren a si mismas y no devoren a la sociedad en una lucha estéril, para eso hízose
necesario un Poder situado, aparentemente, por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el conflicto,
a mantenerlo dentro de los límites del ´orden´. Y este poder, que brota de la sociedad, pero que se coloca
por encimade ella y que se divorcia cada vez más de ella, es el Estado» (págs. 177 y 178 de la sexta edición
alemana).
«...Aquí aparece expresada con toda claridad la idea fundamental del marxismo en punto a la cuestión del
papel histórico y de la significación del Estado. El Estado es el producto y la manifestación del carácter
irreconciliable de las contradiccones de clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en
que las contradicciones de clase no pueden,
objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase
son irreconciliables.
En torno a este punto importantísimo y cardinal comienza precisamente la tergiversación del marxismo,
tergiversación que sigue dos direcciones fundamentales.
De una parte, los ideólogos burgueses y especialmente los pequeño-burgueses, obligados por la presión de
hechos históricos indiscutibles a reconocer que el EStado sólo existe allí donde existen las contradicciones
de clase y la lucha de clases, ´corrigen´a Marx de manera que el Estado resulta ser el órgano de la
conciliación de clases. Según Marx, el Estado no podría ni surgir ni mantenerse si fuese posible la
conciliación de las clases. Para los profesores y publicistas mezquinos y filisteos- ¡que invocan a cada paso
en actitud benévola a Marx!- resulta que el Estado es precisamente el que concilia las clases. Según Marx,
el Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación
del ´orden´ que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases. En opinión de
los políticos pequeño-burgueses, el orden es precisamente la conciliación de las clases y no la
opresión de una clase por otra. Amortiguar los choques significa para ellos conciliar y no privar a las clases
oprimidas de ciertos medios y procedimientos de lucha para el derrocamiento de los opresores. «Por
ejemplo, en la revolución de 1917, cuando la cuestión de acción inmediata, y además de acción de masas,
todos los social-revolucionarios y todos los mencheviques cayeron, de pronto y por entero, en la teoría
pequeño-burguesa de la ´conciliación´ de las clases ´por el Estado´. Hay innumerables resoluciones y
artículos de los políticos de estos dos partidos saturados de esta teoría mezquina y filistea de la
´conciliación´. Que el Estado es el órgano de dominación de una determinada clase, la cual no puede
conciliarse con su antípoda (con la clase contrapuesta a ella), es algo que esta democracia pequeñoburguesa
no podrá jamás comprender.
Si el Estado es un producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase, si es una fuerza que
está por encima de la sociedad y que se divorcia cada vez más de la sociedad, es evidente que la liberación
de la clase oprimida es imposible, no sólo sin una revolución violenta, sino también sin la destrucción del
aparato del Poder estatal que ha sido creado por la clase dominante y en el que toma cuerpo aquel ´divorcio
´. [...] Marx llegó a esta conclusión, teóricamente clara por sí misma, con la precisión más completa, a base
del análisis histórico concreto de las tareas de la revolución.»
“... En comparación con las antiguas organizaciones gentilicias (de tribu o de clan) —prosigue Engels—, el Estado se caracteriza, en
primer lugar, por la agrupación de sus súbditos según las divisiones territoriales». A nosotros, esta agrupación nos parece ‘natural’,
pero ella exigió una larga lucha contra la antigua organización en ‘gens’ o en tribus.
”La segunda característica es la instauración de un Poder público, que ya no coincide directamente con la población organizada
espontáneamente como fuerza armada. Este Poder público especial hácese necesario porque desde la división de la sociedad en
clases es ya imposible una organización armada espontánea de la población... Este Poder público existe en todo Estado; no está
formado solamente por hombres armados, sino también por aditamentos materiales, las cárceles y las instituciones coercitivas de
todo género, que la sociedad gentilicia no conocía...”
“Engels desarrolla la noción de esa ‘fuerza’ a la que se da el nombre de Estado, fuerza que brota de la sociedad, pero
que se sitúa por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella. ¿En qué consiste, fundamentalmente, esta
fuerza? En destacamentos especiales de hombres armados, que tienen a su disposición cárceles y otros elementos.
Tenemos derecho a hablar de destacamentos especiales de hombres armados, pues el Poder público propio de todo
Estado ‘no coincide directamente’ con la población armada, con su ‘organización armada espontánea’.
Como todos los grandes pensadores revolucionarios, Engels se esfuerza en dirigir la atención de los obreros
conscientes precisamente hacia aquello que el filisteísmo dominante considera como lo menos digno de atención,
como lo más habitual, santificado por prejuicios no ya sólidos, sino podríamos decir que petrificados. El ejército
permanente y la policía son los instrumentos fundamentales de la fuerza del Poder del Estado. Pero ¿puede acaso ser
de otro modo?
Desde el punto de vista de la inmensa mayoría de los europeos de fines del siglo XIX, a quienes se dirigía Engels y
que no habían vivido ni visto de cerca ninguna gran revolución, esto no podía ser de otro modo. Para ellos, era
completamente incomprensible esto de una ‘organización armada espontánea de la población’. A la pregunta de por
qué ha surgido la necesidad de destacamentos especiales de hombres armados (policía y ejército permanente) situados
por encima de la sociedad y divorciados de ella,
el filisteo del Occidente de Europa y el filisteo ruso se inclinaban a contestar con un par de frases tomadas de prestado
de Spencer o de Mijailovski, remitiéndose a la complejidad de la vida social, a la diferenciación de funciones, etc. […]
Si no existiese esa división, la ‘organización armada espontánea de la población’ se diferenciaría por su complejidad,
por su elevada técnica, etc., de la organización primitiva de la manada de monos que manejan el palo, o de la del
hombre prehistórico, o de la organización de los hombres agrupados en la sociedad del clan; pero semejante
organización sería posible.
Si es imposible, es porque la sociedad civilizada se halla dividida en clases enemigas, y además irreconciliablemente
enemigas, cuyo armamento ‘espontáneo’ conduciría a la lucha armada entre ellas. Se forma el Estado, se crea una
fuerza especial, destacamentos especiales de hombres armados, y cada revolución, al destruir el aparato del Estado,
nos indica bien visiblemente cómo la clase dominante se esfuerza por restaurar los destacamentos especiales de
hombres armados a su servicio, cómo la clase oprimida se esfuerza en crear una nueva organización de este tipo, que
sea capaz de servir no a los explotadores, sino a los explotados.”
“En el pasaje citado, Engels plantea teóricamente la misma cuestión que cada gran revolución plantea ante nosotros
prácticamente de un modo palpable y, además, sobre un plano de acción de masas, a saber: la cuestión de las
relaciones mutuas entre los destacamentos ‘especiales’ de hombres armados y la ‘organización armada espontánea de
la población’. Hemos de ver cómo ilustra de un modo concreto esta cuestión la experiencia de las revoluciones
europeas y rusas.
Engels señala que, a veces, por ejemplo, en algunos sitios de Norteamérica, este Poder público es débil (se trata aquí
de excepciones raras dentro de la sociedad capitalista y de aquellos sitios de Norteamérica en que imperaba, en el
período preimperialista, el colono libre), pero que, en términos generales, se fortalece: ‘ . . Este Poder público se fortalece
a medida que los antagonismos de clase se agudizan dentro del Estado y a medida que se hacen más grandes y más poblados los
Estados colindantes; basta fijarse en nuestra Europa actual, donde la lucha de clases y el pugilato de conquistas han encumbrado al
Poder público a una altura en que amenaza con devorar a toda la sociedad y hasta al mismo Estado.’
Esto fue escrito no más tarde que a comienzos de la década del 90 del siglo XIX. El último prólogo de Engels lleva la
fecha del 16 de junio de 1891. Por aquel entonces, comenzaba apenas en Francia, y más tenuemente todavía en
Norteamérica y en Alemania, el viraje hacia el imperialismo, tanto en el sentido de la dominación completa de los
trusts, como en el sentido de la omnipotencia de los grandes bancos, en el sentido de una grandiosa política colonial,
etc. Desde entonces, el ‘pugilato de conquistas’ ha experimentado un avance gigantesco, tanto más cuanto que a
comienzos de la segunda década del siglo XX el planeta ha resultado estar definitivamente repartido entre estos
‘conquistadores en pugilato’, es decir, entre las grandes potencias rapaces.
Desde entonces, los armamentos terrestres y marítimos han crecido en proporciones increíbles, y la guerra de pillaje de
1914 a 1917 por la dominación de Inglaterra o Alemania sobre el mundo, por el reparto del botín, ha llevado al borde
de una catástrofe completa la ‘absorción’ de todas las fuerzas de la sociedad por un Poder estatal rapaz.
Ya en 1891, Engels supo señalar el ‘pugilato de conquistas’ como uno de los más importantes rasgos distintivos de la
política exterior de las grandes potencias.”
Vladimir I.U. Lenin. El Estado y la Revolución. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975.
¿qué diferencia hay entre la organización armada del Estado y la organización armada de la población?
¿Qué dice Lenin acerca del planteamiento de Engels sobre el “pugilato de conquistas” de las grandes
potencias?
Razones por las cuales “el Estado es un instrumento de explotación de las clases menos
favorecidas”.
“... Para mantener un Poder público aparte, situado por encima de la sociedad, son necesarios los impuestos y las
deudas del Estado
.
‘Los funcionarios, pertrechados con el Poder público y con el derecho a cobrar impuestos, están situados —dice Engels—,
comoórganos de la sociedad, por encima de la sociedad. A ellos ya no les basta, aun suponiendo que pudieran tenerlo, con el respeto
libre y voluntario que se les tributa a los órganos del régimen gentilicio… Se dictan leyes de excepción sobre la santidad y la
inviolabilidad de los funcionarios. ‘El más despreciable polizonte’ tiene más ‘autoridad’ que los representantes del clan; pero incluso
el jefe del poder militar de un Estado civilizado podría envidiar a un jefe de clan por ‘el respeto espontáneo’ que le profesaba la
sociedad.’
Aquí se plantea la cuestión de la situación privilegiada de los funcionarios como órganos del Poder del Estado. Lo
fundamental es saber: ¿qué los coloca por encima de la sociedad? Veamos cómo esta cuestión teórica fue resuelta
prácticamente por la Comuna de París en 1871:
‘Como el Estado nació de la necesidad de tener a raya los antagonismos de clase, y como, al mismo tiempo, nació en medio del
conflicto de estas clases, el Estado lo es, por regla general, de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante, que con
ayuda de él se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo así nuevos medios para la represión y explotación
de la clase oprimida. […] No fueron sólo el Estado antiguo y el Estado feudal órganos de explotación de los esclavos y de los
campesinos siervos y vasallos: también ‘el moderno Estado representativo es instrumento de explotación del trabajo asalariado por el
capital. Sin embargo, excepcionalmente, hay períodos en que las clases en pugna se equilibran hasta tal punto, que el Poder del
Estado adquiere momentáneamente, como aparente mediador, una cierta independencia respecto a ambas’ […] Tal aconteció con la
monarquía absoluta de los siglos XVII y XVIII, con el bonapartismo del primero y del segundo Imperio en Francia,
y con Bismarck en Alemania.’
En la actualidad, el imperialismo y la dominación de los Bancos han ‘desarrollado’, hasta convertirlos en un arte
extraordinario, estos dos métodos adecuados para defender y llevar a la práctica la omnipotencia de la riqueza en las
repúblicas democráticas, sean cuales fueren. […]
La omnipotencia de la ‘riqueza’ es más segura en las repúblicas democráticas, porque no depende de la mala
envoltura política del capitalismo. La república democrática es la mejor envoltura política de que puede revestirse el
capitalismo, y por lo tanto el capital, al dominar […] esta envoltura, que es la mejor de todas, cimienta su Poder de un
modo tan seguro, tan firme, que ningún cambio de personas, ni de instituciones, ni de partidos, dentro de la república
democrática burguesa, hace vacilar este Poder.
Hay que advertir, además, que Engels, con la mayor precisión, llama al sufragio universal arma de dominación de la
burguesía.
[…] Los demócratas pequeñoburgueses, […] comparten ellos mismos e inculcan al pueblo la falsa idea de que el
sufragio universal es, ‘en el Estado actual’, un medio capaz de expresar realmente la voluntad de la mayoría de los
trabajadores y de garantizar su efectividad práctica.”
Vladimir I.U. Lenin. El Estado y la Revolución. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975
¿Qué relación establece Engels entre la clase dominante económicamente y la clase política dominante?
“... Las palabras de Engels sobre la extinción del Estado gozan de tanta celebridad y se citan con tanta frecuencia,
muestran con tanto relieve dónde está el quid de la adulteración corriente del marxismo por la cual éste es adaptado al
oportunismo, que se hace necesario detenerse a examinarlas detalladamente. Citaremos todo el pasaje donde figuran
estas palabras:
El proletariado toma en sus manos el Poder del Estado y comienza por convertir los medios de producción en
propiedad del Estado.
Pero con este mismo acto se destruye a sí mismo como proletariado y destruye toda diferencia y todo antagonismo de
clases, y, con ello mismo, el Estado como tal.
La sociedad hasta el presente, movida entre los antagonismos de clase, ha necesitado del Estado, o sea de una
organización de la correspondiente clase explotadora para mantener las condiciones exteriores de producción, y por
tanto, particularmente para mantener por la fuerza a la clase explotada en las condiciones de opresión (la esclavitud, la
servidumbre o el vasallaje y el trabajo asalariado), determinadas por el modo de producción existente.
El Estado era el representante oficial de toda la sociedad, su síntesis en un cuerpo social visible; pero lo era sólo como
Estado de la clase que en su época representaba a toda la sociedad: en la antigüedad era el Estado de los ciudadanos
esclavistas; en la Edad Media el de la nobleza feudal; en nuestros tiempos es el de la burguesía.
Cuando el Estado se convierta finalmente en representante efectivo de toda la sociedad, será por sí mismo superfluo.
Cuando ya no exista ninguna clase social a la que haya que mantener en la opresión; cuando desaparezcan, junto con la
dominación de clase, junto con la lucha por la existencia individual, engendrada por la actual anarquía de la
producción, los choques y los excesos resultantes de esta lucha, no habrá ya nada que reprimir ni hará falta, por tanto,
esa fuerza especial de represión, el Estado.
El primer acto en que el Estado se manifiesta efectivamente como representante de toda la sociedad: la toma de
posesión de los medios de producción en nombre de la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado.
La intervención de la autoridad del Estado en las relaciones sociales se hará superflua en un campo tras otro de la vida
social y se adormecerá por sí misma. El gobierno sobre las personas es sustituido por la administración de las cosas y
por la dirección de los procesos de producción. El Estado no será ‘abolido’; se extingue. Partiendo de esto es como
hay que juzgar el valor de esa frase
sobre el ‘Estado popular libre’ en lo que toca a su justificación provisional como consigna de agitación y en lo que se
refiere a su falta absoluta de fundamento científico. Partiendo de esto es también como debe ser considerada la
exigencia de los llamados anarquistas de que el Estado sea abolido de la noche a la mañana” ( Anti-Dühring o La
subversión de la ciencia por el señor Eugenio Dühring, págs. 301-303 de la tercera edición alemana).
[…] Engels habla aquí de la ‘destrucción’ del Estado de la burguesía por la revolución proletaria, mientras que las
palabras relativas a la extinción del Estado se refieren a los restos del Estado proletario después de la revolución
socialista. El Estado burgués no se ‘extingue’, según Engels, sino que es destruido por el proletariado en la
revolución. El que se extingue, después de esta revolución, es el Estado o semi-Estado proletario.
[…] en esta misma obra de Engels, de la que todos citan el pasaje sobre la extinción del Estado, se contiene un pasaje
sobre la importancia de la revolución violenta:
[…] que la violencia desempeña en la historia otro papel [además del de agente del mal], un papel revolucionario; de
que, según la expresión de Marx, es la partera de toda vieja sociedad que lleva en sus entrañas otra nueva; de que la
violencia es el instrumento con la ayuda del cual el movimiento social se abre camino y rompe las formas políticas
muertas y fosilizadas…
[…] la doctrina de Marx y Engels sobre el carácter inevitable de la revolución violenta se refiere al Estado burgués.
Este no puede sustituirse por el Estado proletario (por la dictadura del proletariado) mediante la ‘extinción’, sino sólo,
por regla general, mediante la revolución violenta.
[…]La necesidad de educar sistemáticamente a las masas en esta, precisamente en esta idea sobre la revolución
violenta, es algo básico en toda la doctrina de Marx y Engels.
[…] La sustitución del Estado burgués por el Estado proletario es imposible sin una revolución violenta. La supresión
del Estado proletario, es decir, la supresión de todo Estado, sólo es posible por medio de un proceso de ‘extinción.”
Vladimir I.U. Lenin. El Estado y la Revolución. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975.
ESTADO
GOBIERNO SOBERANIA
FEUDAL ESTAMENTAL
CONCEPCIÓN
MARXISTA
POBLACION -
PUEBLO
FORMAS DE ESTADO
• Estado feudal
Según Bobbio, está caracterizado, “de un lado, por el ejercicio acumulativo de las
diversas funciones directivas de parte de las mismas personas y por la disgregación del
poder central en pequeños núcleos sociales, y de otro, el Estado burocrático
caracterizado por una progresiva concentración y al mismo tiempo por la especialización
de las funciones de gobierno, también progresiva”.
• Estado estamental
• Estado absoluto
• Estado representativo.
Con la caída del Imperio Romano, la Iglesia adquiere preponderancia, la ciencia y la cultura
desaparecen del mundo de los laicos para refugiarse en los conventos. Toma poder temporal
hasta el punto de que los Estados de occidente en la Edad Media son repúblicas cristianas. El Estado
medieval sólo es comprensible si se le considera como un cuerpo político que, respecto del orden y
del derecho, tiene una posición subordinada y receptiva y en manera alguna creativa y dominante. El
Papa y el Emperador son los altos dignatarios del medioevo, como jueces en la aplicación de un
derecho preexistente y superior a ellos.
“El concepto de ‘formas de Estado’ tiene una extensión de significado muy amplia, lo que confiere al
vocablo gran libertad de interpretación. Este concepto es utilizado por algunos especialistas en
Derecho Político para diferenciar la distribución espacial de la actividad estatal, de la distribución de
tal actividad entre los órganos que componen el Estado o ‘forma de gobierno’. Este significado de
‘formas de Estado’ refiere al grado de descentralización —y consiguiente centralización — con base
territorial, existente en un Estado. Así, se distingue: Estado Unitario, Estado Federal y Estado
Confederado. Otros autores usan el concepto de “formas de Estado” en su acepción de “formas de
gobierno”, vg.: Estado Democrático, Estado Totalitario; Estado Republicano, Estado Monárquico. Un
tercer significado de “formas de Estado” hace referencia a los derechos del individuo vis a vis el
Estado y al papel que el Estado desempeña en la gestión del orden social, en particular, del orden
económico. Desde este enfoque se distinguen: el Estado Liberal, el Estado Social y el Estado de
Bienestar.
Si la reducción del concepto de ‘formas de Estado’ a sus referencias jurídicas agota el aspecto
semántico y sirve para describir gran parte de su historia, no basta para delinear las transformaciones
profundas, económicas, sociales y culturales a las que cada forma histórica del Estado corresponde.
Abordaremos los conceptos de Estado Liberal, construido en el siglo XIX; Estado Social, edificado en
la primera mitad del siglo XX, y Estado de Bienestar, surgido durante las tres décadas de
pensamiento keynesiano que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, como tres variantes del Estado
de Derecho o Estado Constitucional. En esta clasificación, el peso relativo de tres elementos – Poder,
Derecho y Sociedad– permite una mejor comprensión a nivel histórico y por lo tanto categorial, de las
mutaciones ocurridas en la relación entre el Estado y la sociedad civil.
En la tradición del liberalismo, el concepto de ‘formas de Estado’ hace referencia al cómo o método
de formación de las normas. En la tradición marxista, la noción de ‘formas de Estado’ connota el
concepto de ‘superestructuras’ con el que se designa una determinada concepción del papel y la
posición relativa de las esferas de que está compuesto el mundo social. Desde el enfoque del
marxismo, las formas de Estado denotan modos de organización jurídicopolítica del dominio de clase,
correspondientes a distintas etapas de una economía capitalista. Desde el enfoque del liberalismo, las
formas de Estado establecen límites y controles al poder político.”
Lilliana de Riz. Formas de Estado. Biblioteca Catalógica Digital, s.d.e. ¿Qué diferencia hay entre las
formas de Estado planteadas por el liberalismo y las planteadas por el marxismo?
“Por “Estado estamental” se entiende la organización política donde se han venido formando órganos
colegiados, los Stände o estados, que reúnen a los individuos que tienen la misma posición social,
precisamente los estamentos, y en cuanto tales detentadores de derechos y privilegios que hacen
frente a quienes tienen en sus manos el poder soberano mediante asambleas deliberantes como los
parlamentos.
Se debe sobre todo a Otto Uintze la distinción entre Estados con dos asambleas como Inglaterra, la
Cámara de los Lores que abarca al clero nobleza, y la Cámara de los Comunes que comprende a la
burguesía, y estados estamentales con tres cuerpos diferentes, respectivamente el clero, nobleza y la
burguesía como Francia. Mas la formación de instituciones que representan intereses de grupo, que
hacen contrapeso a la potencia del príncipe, es común a todos los estados europeos.
El contraste entre los estamentos y el príncipe, especialmente para establecer quién tiene el derecho
de imposición fiscal, constituye gran parte de la historia y del desarrollo del Estado moderno en el
paso del tipo extensivo al intensivo de conducción política (otra distinción de Hintze), entre el final del
medioevo y el inicio de la época moderna. Pero incluso allí donde el Estado estamental no se
transforma directamente en Estado parlamentario como en Inglaterra, o no sobrevive hasta después
de la revolución francesa y más allá, como en los estados alemanes (la monarquía constitucional
de Hegel es la idealización de esto), a excepción de Prusia, una línea neta de demarcación entre el
Estado estamental y la monarquía absoluta no es siempre fácil de trazar. […] El Estado estamental,
como forma intermedia entre el Estado feudal y el Estado absoluto se distingue del primero, por una
gradual institucionalización de los contrapoderes y también por la transformación de las relaciones
personales, propias del sistema feudal, en relaciones entre instituciones; de un lado la asamblea del
estamento, de otro el rey con su aparato de funcionarios que allí donde terminan por tener éxito dan
origen al Estado burocrático característico de la monarquía absoluta; la diferenciación del segundo
radica en la presencia de una contraposición de poderes en confito continuo entre si, que el
advenimiento de la monarquía absoluta tiende a suprimir”.
Norberto Bobbio. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989
“La formación del Estado absoluto se da mediante un doble proceso paralelo de concentración
y centralización del poder sobre un determinado territorio. Por concentración se entiende
aquel proceso a través del cual los poderes ejercen la soberanía; el poder de dictar leyes
válidas para toda la colectividad (a tal punto que las costumbres son consideradas derecho válido
sólo en cuanto por una ficción jurídica se presumen aceptadas y toleradas por el rey que
no las ha abrogado expresamente), el poder jurisdiccional, el poder de usar la fuerza en el interior y
en el exterior excluyendo a cualquier otro, en fin el poder de imponer tributos, son atribuidos
por derecho al soberano por los juristas y ejercidos de hecho por el rey y los funcionarios
que dependen directamente de él.
Norberto Bobbio. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989
“Con el advenimiento del Estado representativo, primero bajo la forma de monarquía constitucional y
luego parlamentaria, en Inglaterra después de la “Gran rebelión”, en el resto de Europa después de la
Revolución francesa, y bajo forma de república presidencialista en los Estados Unidos después de la
revuelta de las trece colonias contra la madre patria, se inició una cuarta fase de la transformación del
Estado, que dura hasta hoy. Mientras en Inglaterra el Estado representativo nace a continuación del
Estado feudal y del Estado estamental mediante la guerra civil y la “revolución gloriosa” de 1688, en la
Europa continental nace sobre las ruinas del absolutismo monárquico. Como el Estado estamental,
también el Estado representativo se afirma, por lo menos en un primer momento, como el resultado
de un compromiso entre el poder del príncipe cuyo principio de legitimidad es la tradición y el poder
de los representantes del pueblo (donde por “pueblo” se entiende inicialmente a la clase burguesa),
cuyo principio de legitimidad es el consenso.”
Norberto Bobbio. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989
“La diferencia del Estado representativo con respecto al Estado estamental radica en el hecho de que
la representación por rangos o corporativa (hoy se diría representación de intereses) es sustituida por
la representación de los individuos (en un primer momento sólo los
propietarios) a los que se les reconocen derechos políticos.
Entre el Estado estamental y el Estado absoluto de una parte, y de otra, el Estado representativo
cuyos sujetos soberanos ya no son ni el príncipe investido por Dios, ni el pueblo como sujeto colectivo
e indiferenciado — una mera ficción jurídica que deriva de los juristas romanos y medievales—, está
el descubrimiento y la afirmación de los derechos naturales del individuo, de derechos que todo
individuo tiene por naturaleza y por ley, y que, precisamente porque son originarios y no adquiridos,
todo individuo puede hacer valer contra el Estado recurriendo incluso al remedio extremo de la
desobediencia civil y de la resistencia.”
Norberto Bobbio. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989
“Que la igualdad natural de los hombres sea el postulado ético de la democracia representativa, llamada
por sus adversarios atomística, no quiere decir que de hecho los estados representativos la hayan
reconocido desde el principio. El desarrollo del Estado representativo coincide con las fases sucesivas de
la ampliación de los derechos políticos hasta el reconocimiento del sufragio universal masculino y
femenino; el cual, por lo demás, haciendo necesaria la constitución de partidos organizados, modificó
profundamente la estructura del Estado representativo, a tal punto que provocó un cambio sensible en el
propio sistema de representación que ya no es de los individuos, sino que está permeada por asociaciones
poderosas que organizan las elecciones y reciben una delegación en blanco de los electores. Mientras en
un sistema político representativo con sufragio restringido los individuos son los que eligen a un individuo
(especialmente bajo elecciones conducidas por el colegio uninominal), y los partidos se forman dentro del
parlamento, en el sistema político representativo con sufragio universal los partidos se forman fuera del
parlamento y los electores seleccionan un partido más que una persona (especialmente bajo el sistema
proporcional). Esta alteración del sistema de representación ha llevado a la transformación del Estado
representativo en Estado de partidos en el que, como en el Estado estamental, los sujetos políticos
relevantes ya no son los individuos sino los grupos organizados, aunque no organizados con base en los
intereses de rango o corporativos sino en intereses de clase o presuntamente generales.”
Norberto Bobbio. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989
El origen del término soberanía “El creador del concepto de soberanía fue el
jurista francés Jean Bodin (1530-1596), quien en su tratado La Republique utilizó el concepto
de soberanía que él le otorgaba exclusivamente al rey, como detentador de un poder absoluto
y perpetuo, que le capacitaba para imponer las leyes a todos los súbditos. Sin embargo no
se trata de un pensamiento totalitario, ya que Bodin admitía que por encima de la voluntad del rey
estaba la ley natural y las leyes impuestas por Dios. Esos poderes indivisibles e
inalienables, que Bodin otorgaba al rey, los ha traspasado el pensamiento moderno al pueblo,
otorgándole el título de soberano y entregando en sus manos, perpetua y absolutamente
todos los poderes.”
Norberto Bobbio, a través de su escrito Los elementos constitutivos del Estado, analiza críticamente
los resultados de la apropiación del problema del Estado por los juristas.
“Desde que los juristas se adueñaron del problema del Estado, éste es definido mediante los tres
elementos constitutivos del pueblo, el territorio y de la soberanía (concepto jurídico por excelencia,
elaborado por los juristas y aceptado universalmente por los escritores de derecho público). Para citar
una definición conocida y respetada, el Estado es ‘un ordenamiento jurídico para los fines generales
que ejerce el poder soberano en un territorio determinado, al que están subordinados necesariamente
los sujetos que pertenecen a él’ (Mortati, 1969, p.23). En la reducción rigurosa que Kelsen hace del
Estado a ordenamiento jurídico, el poder soberano se vuelve el poder de crear y aplicar el derecho (o
sea normas vinculantes) en un territorio y hacia un pueblo, poder que recibe su validez de la norma
fundamental y de la capacidad de hacerse valer recurriendo en última instancia a la fuerza, y en
consecuencia por el hecho de ser no solamente legítimo sino también eficaz (legitimidad y eficacia se
reclaman mutuamente).
El territorio se convierte en el límite de validez espacial del derecho del Estado, en el sentido de que
las normas jurídicas emanadas del poder soberano únicamente valen dentro de determinados
confines.
El pueblo se vuelve el límite de validez personal del derecho del Estado, en cuanto las mismas
normas jurídicas solamente valen, salvo casos excepcionales, para determinados sujetos, que de tal
manera constituyen los ciudadanos del Estado. Definiciones de este tipo prescinden completamente
del fin o de los fines del Estado.
Para Weber:
‘No es posible definir un grupo político —y tampoco al Estado— indicando el objetivo de su acción de grupo. No
hay ningún objetivo que grupos políticos no se hayan propuesto en alguna ocasión desde el esfuerzo por proveer
a la sustentación hasta la protección del arte; y no hay nada que no hayan perseguido, desde la garantía de
seguridad personal hasta la determinación del derecho (1908-20, trad. it. I pp.53-54).’
Con la terminología de Kelsen, el Estado como ordenamiento coactivo es una técnica de organización
social: en cuanto tal, es decir, en cuanto técnica, o conjunto de medidas para lograr un objetivo,
puede ser empleado para los objetivos más diversos. Una definición de este tipo puede ser
corroborada por un fragmento famoso del Espíritu de las leyes, en el que Montesquieu, allí donde
quiere exaltar a la nación cuya constitución tiene como objetivo la libertad política (Inglaterra), agrega:
‘Aunque todos los estados en general tengan el mismo fin, que es el de conservarse, cada uno tiende
a desear un objetivo particular’. En consecuencia, presenta algunos ejemplos curiosos:
‘El engrandecimiento era el fin de Roma; la guerra, el de los espartanos, la religión, el de las leyes
hebreas; el comercio, de los marselleses, etcétera’. La definición formal y la concepción instrumental
se apoyan mutuamente.
Desde el punto de vista de una definición formal e instrumental la condición necesaria y suficiente
para que exista un Estado es que en un territorio determinado haya un poder capaz de tomar
decisiones y emitir los mandatos correspondientes, obligatorios
para todos los que habitan en ese territorio, y obedecidos efectivamente por la gran mayoría de los
destinatarios en la mayor parte de los casos en los que se requiera la obediencia; cualesquiera que
sean las decisiones. Lo que no quiere decir que el poder estatal no tenga límites.”
El territorio colombiano
Sus elementos: los elementos que conforman el territorio son los siguientes:
Suelo: es el espacio terrestre, situado dentro de las fronteras (pueden ser naturales, como el mar
o los ríos, o artificiales, que son las pactadas y señaladas con líneas imaginarias) en donde se
asienta la población de un Estado y se ejerce soberanía.
Subsuelo: es la parte del territorio que está debajo del suelo. El dueño es el Estado pero él puede
dar la concesión para su explotación. (Artículo 332 de la Constitución Política).
El mar territorial: está constituido por las aguas marítimas adyacentes al litoral o a las costas de
un Estado. En los acuerdos internacionales firmados por el país está en 12 millas marinas (22 km.
Más 240 m.).
Plataforma continental: es el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas. Se extiende más allá
de su mar territorial y a partir de las costas hasta 200 millas marinas o hasta el borde exterior del
margen continental.
Zona económica exclusiva: es la zona que se extiende hasta 200 millas de la costa, donde el
Estado ejerce soberanía para la explotación, exploración y conservación de los recursos marinos,
de las aguas adyacentes, del lecho o del subsuelo marino.
Espacio aéreo: es la misma proyección de las fronteras hacia el infinito, comprende las zonas
atmosférica, sideral y ultra-atmosférica. El Estado tiene soberanía sobre esta zona y por razones
de interés público puede prohibir, condicionar o restringir la utilización del espacio aéreo. Un
ejemplo es la prohibición de la navegación aérea sobre determinadas regiones.
Espectro electromagnético: comprende la emisión de ondas en distintas frecuencias como son las
radioeléctricas (radio, televisión, satelitales), los rayos X, los rayos, gama, etc. El artículo 75 de la
Constitución habla de él como un bien “…público e inenajenable e imprescriptible sujeto a la
gestión y control del Estado”.
• 32 departamentos
• Aproximadamente 1.059 municipios
• Tres distritos:
• Bogotá, Distrito Capital
• Cartagena, Distrito Turístico y
Cultural
• Santa Marta, Distrito Turístico,
Cultural e Histórico
DEL PODER
“El poder es uno de los fenómenos más difundidos en la vida social. Se puede decir que
no existe prácticamente relación social en la cual no esté presente, de alguna manera, la
influencia voluntaria de un individuo o de un grupo sobre la conducta de otro individuo o
grupo. Por ello no debe causar sorpresa el hecho de que el concepto de poder haya sido
empleado para interpretar los más diversos aspectos de la sociedad: desde los
pequeños grupos hasta la empresa productiva, desde la familia Hasta las relaciones
entre las clases sociales.
Mario Stoppino. En: Norberto Bobbio e Incola Matteucci. Diccionario de la Política. Siglo
XX Editores, Madrid.
“...Después de todo, definir el poder político como el poder cuyo medio específico es la fuerza sirve
para hacer entender por qué siempre ha sido considerado el poder supremo, o sea, el poder cuya
posesión distingue en toda sociedad al grupo dominante. En efecto, el poder coactivo es aquel del
que todo grupo social tiene necesidad para defenderse de ataques externos o para impedir su
disgregación interna. En las relaciones entre los integrantes de un mismo grupo social, a pesar del
estado de subordinación que la expropiación de los medios de producción crea en los expropiados, a
pesar de la adhesión pasiva a los valores transmitidos de parte de los destinatarios de los mensajes
emitidos por la clase dominante, sólo la utilización de la fuerza física sirve para impedir la
insubordinación y para apaciguar toda forma de desobediencia.
En las relaciones entre los grupos sociales, no obstante la presión que puede ejercer la amenaza o la
ejecución de sanciones económicas para persuadir al grupo adversario a desistir de un
comportamiento considerado nocivo u ofensivo (en las relaciones entre grupos los condicionamientos
de naturaleza ideológica cuentan menos), el instrumento decisivo para imponer la propia voluntad es
el uso de la fuerza, es decir, la guerra...”
Norberto Bobbio. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989.
“El uso de la fuerza física es la condición necesaria, pero no es la condición suficiente. De acuerdo con la
doctrina que se afirma, en las grandes controversias entre el Estado y la Iglesia, lo que distingue al Estado
frente a la Iglesia es el ejercicio de la fuerza; pero una controversia igualmente decisiva para la definición
del poder político es la que observa como contrapuestos los reinos al imperio universal y las ciudades
a los reinos. Aquí el problema es otro, no es el del derecho a usar la fuerza sobre un determinado territorio.
Quien tiene el derecho exclusivo de usar la fuerza sobre un determinado territorio es el soberano.
Como la fuerza es el medio más resolutivo para ejercer el dominio del hombre sobre el hombre, quien detenta el
uso de este medio excluyente a todos los demás dentro de ciertos confines es quien dentro de esos confines
tiene la soberanía entendida como summa potestas, como poder supremo; summa en el sentido en que no se
reconoce superior alguno, suprema en el sentido de que no tiene ningún poder por encima del de sí mismo. Si el
uso de la fuerza es la condición necesaria del poder político, sólo el uso exclusivo de este poder es la condición
suficiente”.
Norberto Bobbio. Estado, gobierno y sociedad. Fondo de Cultura Económica, México, 1989.
“...La economía mundial tuvo profundos cambios en los años ochenta y noventa. Se creó un espacio
económico mundial, cada vez más abierto a la circulación de los capitales y a las inversiones extranjeras
realizadas por las sociedades transnacionales.
El cambio se realizó en los años ochenta, cuando las estructuras financieras y monetarias permitieron a los
grandes grupos financieros y a los bancos transferir capitales de un mercado a otro. Se formó así un único
mercado financiero mundial. El nacimiento de este mercado ha substraído cada vez más los movimientos
de los capitales del control de los estados nacionales.
Las inversiones extranjeras destinadas a las naciones en plan de desarrollo se concentran en algunos
países latino-americanos y asiáticos que ofrecen condiciones más favorables para la masificación de los
provechos. Durante los últimos veinte años, las inversiones extranjeras cambiaron notablemente: la
economía destinada al sector primario disminuyó, mientras que los recursos para el secundario
aumentaron.
Un número cada vez mayor de producción económica se ha transferido a países de la semiperiferia que
ofrecen una serie de ventajas a sociedades transnacionales: disponibilidad de trabajo a bajo coste y el
acceso a las materias primas locales. El proceso de la abolición de las barreras que los estados nacionales
tenían como protección de los mercados, está acompañado por la creación de mayores áreas de libre
intercambio continental e intercontinental…”
Roberto Sanidrini. Sociedades globalizadas y poder. Editorial Protesta, Buenos Aires, 2000.
“La política o lo político, hace relación a la actividad social humana que se caracteriza
por la dominación, es decir por tener de un lado, quién o quiénes deciden y comandan y
en el otro, quiénes reciben la orden o decisión y obedecen. Los primeros son los que tienen
el poder político, los segundos quienes padecen o reciben los efectos del poder.
Mario J. López. Introducción a los estudios políticos. Vol I, Buenos Aires, 1969.
Ideología. gr. eidea = idea; logo = razón. Conjunto de ideas, sentimientos y tradiciones que imprimen carácter a
una determinada sociedad.
EL PODER Y EL DERECHO
“Cuando se estudia el nexo entre las dos nociones, los escritores políticos tienden a
considerar como principal la noción del poder, mientras que los juristas argumentan
como lo primordial la noción del derecho. No obstante son dos caras de la misma
moneda. Lo que sucede es que, en el debate sostenido por escritores políticos y juristas,
el epicentro de la discusión está en determinar cual lado de la moneda es el frente y cual
el reverso. No sobra decir que para los escritores políticos el frente es el poder y el
reverso el derecho, mientras que para los juristas el frente es el derecho y el reverso el
poder. Estas diferencias se explican a partir del punto de vista asumido para observar el
fenómeno y por el interés de investigación que inspira tanto a los escritores
políticos como a los juristas”.
• Ambas filosofías distinguen el poder legítimo del poder de hecho, pero parten de
puntos de vista opuestos: una del estudio del poder, otra del estudio de la norma.
“... Poder y derechos son las dos nociones fundamentales de la filosofía política y de la filosofía
jurídica respectivamente, Habiendo comenzado mi enseñanza universitaria con la filosofía del
derecho y habiéndola concluido con la filosofía política, he tenido que reflexionar más sobre el nexo
entre las dos nociones de lo que generalmente le haya sucedido a los escritores políticos, que tienden
a considerar como principal la noción del poder, o a los juristas, que tienden a considerar primordial la
noción del derecho. Y en cambio, una reclama continuamente a la otra. Son, por decirlo así, dos
caras de la misma moneda. Entre escritores políticos y juristas, el contraste implica cuál de esta
moneda sea el frente y cuál el reverso: para los primeros el frente es el poder y el reverso el derecho,
para los segundos es lo contrario.
Este contraste depende del distinto punto de vista desde el que los unos y los otros observan el
mismo fenómeno y del interés de investigación que los mueve: para el filósofo de la política el
problema principal es el de la distinción entre poder de hecho poder de derecho; para el filósofo del
derecho en cambio, el problema principal es el de la distinción entre norma válida y norma eficaz. Lo
que quiere decir que uno parte de la consideración de un poder sin derecho para llegar sólo en un
segundo momento a ponerse el problema del poder que asegure la efectividad. Es verdad que el
poder sin derecho es ciego y el derecho sin poder queda vacío, pero también es verdad que la teoría
política no puede dejar de tomar en consideración primeramente el nulo poder, independientemente
de los llamados principios de legitimidad, es decir, de las razones que lo transforman en un poder
legítimo, así como la teoría jurídica no puede dejar de tomar en consideración el sistema normativo en
su conjunto, como una serie de normas una a otra vinculadas según un cierto principio de orden,
independientemente del aparato de la fuerza predispuesto para su actuación...”
Norbeto Bobbio y Michelangelo Bovero. Origen y fundamentos del poder político, Colección Enlace,
México.
“... Para ilustrar esta diversidad de puntos de vista recurro a dos ejemplos autorizados, a
los autores que han dado algunas de las mayores contribuciones, uno a la teoría política,
y otro a la teoría jurídica, Max Weber y Hans Kelsen. Como es conocido, la teoría política
de Weber parte de una distinción fundamental, la distinción entre poder de hecho (Macht)
y poder de derecho (Herschaft), y llega a la célebre topología de las formas de poder legítimo.
Al contrario, la teoría normativa de Kelsen parte de la distinción entre validez de las
normas específicas y eficacia del ordenamiento jurídico en su conjunto, y llega, especialmente
en la obra póstuma, Allgemeine Theorie der Normen, publicada en 1979, a ponerse con
especial relevancia el problema del poder jurídico (Rechtsmacht), cuya solución permite
observar el ordenamiento jurídico no sólo desde el punto de vista del Sollen (deber) sino
también desde el punto de vista del Sein (ser).
En un cierto sentido se puede decir que Weber y KeIsen llegan a la misma conclusión, a la
conclusión de que el poder legítimo se distingue del poder de hecho en cuanto a un poder
regulado por normas, pero partiendo de dos puntos de vista opuestos, el primero de la noción
del poder que tiene necesidad de ser regulado para volverse legítimo, el segundo de
la noción del ordenamiento normativo que tiene necesidad de la fuerza para volverse efectivo...
”
Norbeto Bobbio y Michelangelo Bovero. Origen y fundamentos del poder político. Colección Enlace,
México.
La política internacional forma parte de los fenómenos políticos que estudia la Ciencia
Política y comprende tanto las relaciones políticas como las económicas, sociales,
tecnológicas, de cooperación, etc, que establecen los actores sociales en el contexto
internacional. Dentro de estos actores, junto con los Estados, están comprendidas
aquellas organizaciones que por su tamaño, solidez y capacidad ideológica, inciden en
la toma de las decisiones políticas que afectan la organización social.
A partir de Manfred Wilhelmy, las relaciones políticas son concebidas como una parte de
las relaciones sociales y se distinguen por los siguientes rasgos:
Documento complementario
El concepto enunciado permite apreciar que este tipo de relación se encuentra en todos los ámbitos
de la vida social. Por ejemplo, en términos de las características del poder sería una relación de esta
especie la que se establece entre padre e hijo, cuando aquel promete a éste un premio por la
obtención de buenas calificaciones escolares.
En este caso no parece existir una relación política, salvo tal vez en el sentido de que el padre
desarrolla una “política educacional” hacia el hijo. Pero también cumple con los términos de la
definición una situación en que un gobierno “A” promete a un gobierno “B” apoyarlo en una votación
que le interesa especialmente en las Naciones Unidas, siempre que “B” modifique un aspecto de su
comportamiento internacional que interesa a “A”. Aquí estamos en presencia de una situación que
correspondo claramente, aunque de manera intuitiva, a lo que por lo - general se entiende por una
vinculación política. Debemos, por consiguiente, buscar rasgos distintivos adicionales que permitan
diferenciar las relaciones de poder de carácter político de aquéllas que no lo son.”.
Manfred Wilhelmy. Política internacional: enfoques y realidades. GEL, Buenos Aires, 1998.
Manfred Wilhelmy. Política internacional: enfoques y realidades. GEL, Buenos Aires, 1998.
1. Es una forma de actividad social centrada en la búsqueda competitiva de ventajas por parte de
actores individuales y colectivos.
2. Es una actividad que produce consecuencias de magnitud tal que llega a afectar a toda la sociedad
o a parte importante de ella.
Los motivos de tal aceptación o acatamiento son muy variados, y comprenden desde el
temor reverencial y el respeto a la tradición hasta la adhesión racional
a la conveniencia y utilidad de las acciones impulsadas por el sujeto activo; el apego a la legalidad de
los mandatos es también un importante factor de acatamiento. En muchos casos, el desarrollo de
hábitos de acatamiento puede también fundarse en el predominio de actitudes de apatía e
indiferencia de los sujetos pasivos en relación con el ejercicio del poder. .”
Manfred Wilhelmy. Política internacional: enfoques y realidades. GEL, Buenos Aires, 1998.
¿Qué es Poder?
¿En cuáles ámbitos de la vida social se materializa el ejercicio del
poder?
¿En qué consiste la política?
¿Cuál es la relación existente entre las decisiones de las autoridades
públicas y las relaciones políticas?
1. El realismo político supone que la política, al igual que toda la sociedad, obedece a
leyes objetivas que arraigan en la naturaleza humana.(Doc.1).
4. El realismo supone que su concepto clave de interés definido como poder es una
categoría objetiva de validez universal, pero no otorga al concepto un significado
5. inmutable.(Doc.3).
“Las relaciones internacionales como disciplina estudian las relaciones tanto gubernativas
como no gubernativas que se establecen más allá de las fronteras. Los niveles de
análisis son formalmente tres: nivel individual, nivel estatal y el nivel internacional,
regional o global”
“A los efectos de cualquier mejoramiento de la sociedad es necesario entender previamente las leyes
que gobiernan la vida de esa sociedad. El funcionamiento de esas leyes es completamente ajeno al
curso de nuestras preferencias; desafiarlas significa el riesgo de exponerse al fracaso.
El realismo cree tanto en la objetividad de las leyes de la política como en la factibilidad de elaborar
una teoría racional que explique, aunque sea imperfecta y parcialmente, estas leyes objetivas.
También cree, como no podía ser de otro modo, en la posibilidad de discernir entre verdad y opinión
en el campo de la política, entre lo que es verdad objetiva y racionalmente, entre lo sustentado por la
evidencia e iluminado por la razón y lo que sólo es un juicio subjetivo, desprendido de los hechos tal
cual son e influido por el prejuicio y el optimismo.
La naturaleza del hombre, en la que arraigan las leyes de la política, no ha variado desde el momento
en que las filosofías clásicas de China, India y Grecia descubrieron estas leyes. Por lo tanto, la
novedad no es necesariamente una virtud en el campo de la teoría política, del mismo modo que la
antigüedad tampoco es un defecto. La circunstancia de que una teoría política —si es que existe, tal
teoría— sea algo completamente nuevo implica, por lo tanto, una prevención en su contra antes que
un prejuicio favorable respecto a su solidez. Por el contrario, el hecho de que una teoría política haya
sido desarrollada hace cientos o miles de años —como la teoría del equilibrio del poder—, no suscita
necesariamente la presunción de que sea anticuada y no responda a la realidad actual. Las teorías
políticas deben someterse a la doble prueba de la razón y la experiencia. Descartar una teoría
simplemente porque floreció hace varios siglos significa incurrir en un prejuicio moderno que da por
sentada la superioridad del presente sobre el pasado. Asimismo, exhumar una teoría por razones -de
moda o extravagancia implica reconocer que en política podemos tener opiniones pero no verdades.
Para el realismo, la teoría consiste en la verificación dé los hechos y darles sentido a través de la
razón.
Supone que el carácter de una política exterior sólo puede surgir del análisis de los hechos políticos
que se producen y de las consecuencias previsible d estos actos. Podernos, entonces, observar los
actos contemporáneos de los estadistas y de las consecuencias previsibles d” estos hechos
llegaremos a averiguar los objetivas que han tenido en mente.
Sin embargo, no basta con el simple análisis de los hechos. Para dar sentido a los elementos iniciales
y fácticos de la política exterior debemos acercarnos a la realidad política con una especie de
esquema racional, una suerte de mapa que nos sugiera los posibles sentidos de la política exterior.
En otras palabras, debemos ponernos en el lugar del esta dista que tiene que colocar cierto problema
de política exterior bajo ciertas circunstancias; conviene entonces preguntarnos cuáles son las
alternativas racionales (presumiendo siempre que actúa de modo racional) que debe elegir y que
encuadran el problema, y cuáles de estas alternativas racionales deberá elegir el estadista que actúa
bajo aquellas circunstancias.
La comprobación de esta hipótesis racional, contra los hechos reales y sus consecuencias, ‘la
sentido teórico a los hechos de la política internacional”.
Hans J. Morgenthau. Política entre naciones: la lucha por el poder y la paz. GEL, Buenos Aires, 1986
En el campo de la política:
“Este concepto proporciona el enlace entre la razón —en trance de comprender la política
internacional-— y los hechos que reclaman comprensión. Fija a la política como una esfera autónoma
de acción y comprensión distinta de otras esteras tales como la económica —entendida en términos
de interés definido como beneficio—, la ética, la estética o la religiosa. Sin tal concepto, cualquier
teoría política, internacional o interna, sería totalmente imposible ya que no podríamos distinguir entre
hechos políticos y los que no lo son, ni estaríamos en condiciones de introducir la menor
medida de orden sistemático dentro de la esfera política.
Debemos suponer que los estadistas piensan y actúan movidos por un interés que se traduce en
poder, ya que todas las evidencias de la historia confirman esa suposición. Ella nos permite historiar y
predecir los pasos que cualquier hombre de estado —pasado, presente o futuro— haya dado o esté
dispuesto a dar en la escena política. Miramos sobre su hombro cuando redacta sus documentos,
oímos las conversaciones que mantiene con otros hombres de estado, leemos y anticipamos sus
pensamientos más recónditos. Al pensar en términos de interés definido como poder, pensamos del
mismo modo que ¿1 y como despreocupados observadores entendemos sus pensamientos ‘
acciones tal vez mejor que él mismo, que es parte fundan de la escena política.
El concepto de interés definido como poder impone al observador una disciplina intelectual, confiere
un orden racional en materia de política y posibilita la comprensión teórica de la política. Desde el
punto de vista de los actores, proporciona una disciplina racional a la acción y crea esa magnífica
continuidad en política exterior que hace inteligible las que llevan adelante Estados Unidos, Inglaterra
o Rusia; asimismo, les da un aspecto racional, continuo, autoconsistente, independientemente de las
motivaciones, preferencias o cualidades morales e intelectuales de los sucesivos estadistas que
lleguen a la cima del poder en cada uno de esos países. Por lo tanto, una teoría realista de la política
internacional nos permitirá eludir dos falacias populares: la preocupación por las motivaciones y la
preocupación por las preferencias ideológicas.
Buscar la clave de una política exterior exclusivamente en las motivaciones de los hombres de estado
es fútil y engañoso. Es fútil por que la motivación es uno de los aspectos psicológicos más inasibles,
siempre expuesto a la deformación subjetiva que introduce tanto el interés del actor como del
observador. ¿Realmente sabemos cuáles son nuestros motivos? ¿Y qué sabemos de los motivos de
los demás?.
Aunque tuviéramos acceso a los reales motivos que animan a los hombres de estado, ese
conocimiento contribuiría muy poco a la comprensión de la política exterior y bien podría
confundirnos. No obstante, es verdad que el conocimiento de la motivación de los hombres de estado
puede entregarnos una entre las muchas claves posibles que orientan su política exterior. Pero en
modo alguno será la clave que nos permita predecir el rumbo de esa política exterior. La historia
no muestra una correlación exacta y necesaria entre la calidad de los motivos y la calidad de la
política exterior. Esto es cierto tanto en términos morales como políticos.
No se puede concluir de las buenas intenciones de un estadista que su política exterior será
moralmente loable o políticamente exitosa. Al enjuiciar sus motivaciones, podremos decir que no
llevará adelante, de modo intencional, políticas moralmente censurables, pero no estaremos en
condiciones de decir nada sobre las posibilidades de éxito que tiene. Si queremos conocer las
cualidades morales y políticas de sus actos éstos son los que deben ocupar nuestra atención y no los
motivos tos han impulsado. ¿Cuántas veces los estadistas han sentido el impulso de mejorar el
mundo y, sin embargo, han terminado empeorándolo? ¿Cuántas veces se han fijado determinado
objetivo y en cambio han terminado consiguiendo otro que nadie deseaba?”
Hans J. Morgenthau. Política entre naciones: la lucha por el poder y la paz. GEL, Buenos Aires, 1986
¿Por qué las motivaciones de los hombres no son la clave para definir la política exterior?
¿Cómo se explica el concepto de interés en términos de poder?
Doc. 3. El interés definido como poder es una categoría objetiva de validez universal
“ La idea de interés es, en efecto, la esencia de la política y resulta ajena a las circunstancias de
tiempo y lugar. Recogiendo la experiencia de la antigua Grecia; Túcídides afirmó que ‘la identidad de
intereses es el más sólido lazo que une a los estados y a los individuos’. En el siglo XIX, lord
Salisbury retomó la idea al señalar que ‘el único lazo que perdura’ entre las naciones es ‘la
ausencia de intereses contrapuestos’. George Washington lo elevó a principio general de su gobierno:
Tan solo un pequeño conocimiento de la naturaleza humana bastará para convencernos de que el
principio rector para gran parte de la humanidad es el interés y que, en mayor o menor medida, casi
todos los hombres se encuentran bajo su influencia. Por razones de virtud pública, durante cierto
tiempo, o en determinadas circunstancias, los hombres pueden afectar una conducta totalmente
desinteresada. Pero no son razones suficientes como para producir una permanente actitud en
acuerdo con normas más refinadas y obligaciones socia les. Pocos son los hombres capaces de
hacer un constante sacrificio de todos sus intereses privados en beneficio del bien común. Resulta
vano clamar contra la corruptibilidad de la naturaleza humana en este aspecto; la realidad es así, ha
sido demostrada por la experiencia de cada época y cada nación. Deberíamos cambiar en gran
medida la naturaleza del hombre antes de poder pensar en un cambio de camino. Ninguna institución
que construya sobre otras bases que no sean las de la verdad presuntiva de esta máxima puede
llegar a tener éxito.
En nuestro siglo XX, estas ideas encontraron eco y elaboración en Max Weber, quien escribió:
Los intereses —materiales e ideales— y no las ideas son quienes dominan directamente las acciones
de los hombres. No obstante, las “imágenes del mundo” creadas por estas ideas a menudo han
servido como indicadores para determinar los caminos por los cuales el dinamismo de los intereses
impulsa el movimiento de las acciones.
Sin embargo, el tipo de interés determinante de las acciones políticas en un período particular de la
historia depende del contexto político y cultural dentro del que se formula la política exterior. Los
objetivos que persiguen las naciones en sus políticas exteriores pueden incluir toda la gama de
objetivos que cualquier nación haya perseguido o pueda perseguir en el futuro.
Las mismas observaciones se aplican al concepto de poder. Su con tenido y el modo en que se usa
están determinados por el entorno político y cultural. El poder puede comprender cualquier cosa que
establezca y mantenga el control del hombre sobre el hombre. En consecuencia, el poder abarca
todas las relaciones sociales que sirven a ese fin, desde la violencia física hasta el más sutil lazo
mediante el cual una mente controla a otra. El poder cubre el dominio del hombre por el hombre, ya
se trate de la circunstancia en que se halla disciplinado por fines morales y controlado por
salvaguardas constitucionales, como sucede en las democracias occidentales, o de esa bárbara e
indómita fuerza que encuentra sus leyes en su propia fortaleza y su única justificación en su
engrandecimiento.
El realismo político no presupone que las actuales condiciones bajo las que se desarrollan las
políticas exteriores, con su extremada inestabilidad y la siempre presente amenaza de una escalada
de la violencia, no puedan cambiarse. El equilibrio de poder, por ejemplo, es indudablemente un
elemento constante en todas las sociedades pluralistas, como bien lo supieron los autores de The
Federalist. No obstante, es capaz de operar, como lo hace en Estados Unidos, bajo condiciones de
relativa estabilidad y conflictos pacíficos. Si los factores que han permitido el surgimiento de estas
condiciones pueden ser duplicados la escena internacional, análogas condiciones de estabilidad y-
paz también prevalecerán en ella, como ha ocurrido durante largos tramos en la historia de ciertas
naciones Lo que es verdad en el carácter de las relaciones internacionales también lo es en el
Estado-nación como punto de referencia final de la política exterior contemporánea. Mientras el
realista piensa que el interés es el parámetro permanente mediante el que debe juzgarse y dirigirse la
acción política, la conexión contemporánea entre el interés y el Estado-nación es producto de la
historia y, en consecuencia, está condenada a desaparecer con el transcurso de la historia. Nada en
la posición realista está en contra del supuesto de que la presente división del mundo político en
Estados-naciones vaya a ser reemplazada por unidades mayores de distinto carácter, más de
acuerdo con las potencialidades técnicas y las exigencias morales del mundo contemporáneo.”
Hans J. Morgenthau. Política entre naciones: la lucha por el poder y la paz. GEL, Buenos Aires, 1986
“El realismo político conoce el significado moral de la acción política. También tiene conciencia de la
inevitable tensión entre los preceptos morales y los requerimientos de una exitosa acción política.
Tampoco pretende eludir rápidamente ese conflicto, ya que de ese modo sólo conseguiría
distorsionar tanto el problema político como el moral haciendo aparecer los hechos políticos como
mucho más satisfactorios moralmente de lo que en realidad son y las leyes morales como menos
exigentes de lo que efectivamente son.
El realismo sostiene que los principios morales universales no pueden aplicarse a los actos de los
Estados en una formulación abstracta y universal, sino que deben ser filtrados a través de las
circunstancias concretas de tiempo y lugar. El individuo puede sostener, como individuo: Fiat justicia,
pereat mundus (hágase justicia aunque el mundo perezca). El Estado, en cambio, no tiene derecho a
decir lo mismo en nombre de los que tiene a su cargo. Tanto el individuo como el Estado deben
juzgar la acción política a la luz de principios morales universales tales como el de la libertad.
Mientras el individuo tiene el derecho moral de sacrificarse a sí mismo en defensa de este principio
moral, el Estado no tiene el derecho de permitir que su desaprobación moral a una determinada
violación de la libertad interfiera en el resultado exitoso de una acción política inspirada en el principio
moral de la supervivencia nacional. No puede existir moralidad política sin prudencia, esto es, sin
consideración de las consecuencias políticas de una acción aparentemente m El realismo, pues,
considera a la prudencia —la consecuencia de más peso entre las acciones políticas alter nativas—
como la suprema virtud en política. En abstracto, la ética juzga los actos en función de su
acomodamiento a los principios morales; la ética política los juzga según sus consecuencias políticas.
Las filosofías clásica y medieval conocían esto al igual que Lincoln, quien señaló:
Hago las cosas como mejor sé hacerlas, como mejor puedo y así continuaré haciéndolas hasta el fin.
Si el fin me justifica, todo lo que se ha dicho en contra de, mí no tendrá ninguna importancia.
Si el fin demuestra que estaba equivocado, ni diez ángeles jurando que había actuado correctamente
me salvarían”.
Hans J. Mongerthau. Política entre naciones: la lucha por el poder y la paz. GEL, Buenos Aires, 1986.
¿Por qué los principios morales universales no deben aplicarse a los actos de los estados?
“La diferencia, entonces, entre realismo político y otras escuelas de pensamiento es muy profunda. A
pesar de lo mucho que se ha mal entendido y malinterpretado la teoría política del realismo político,
resulta imposible hablar de contradicción entre sus actitudes intelectuales y morales en materia
política.
En el aspecto intelectual, el realista político mantiene la autonomía de su esfera política, del mismo
modo como el economista, el abogado o el moralista mantienen la suya. Piensa en términos de
interés, definido como poder, del mismo modo como el economista piensa en términos de interés
entendido como beneficio; el abogado, en la conformidad de los actos con las reglas legales; y el
moralista, en la conformidad de los actos con los principios morales. El economista se pregunta:
¿Cómo afecta esta política la riqueza de la sociedad o, al menos a algunos de sus sectores?
El abogado se pregunta: ¿Esta política está de acuerdo con las normas legales? El moralista se
pregunta:
Que este apartamiento no es, como lo hemos explicado, una mera creación imaginaria sino
una proyección del corazón mismo de la controversia puede comprobarse mediante muchos ejemplos
históricos.
Hans J. Morgenthau. Política entre naciones: la lucha por el poder y la paz. GEL, Buenos Aires,
1986.
Una cosa es saber que las naciones están sujetas a la lev moral y otra muy distinta pretender saber
qué es el bien y el mal en las relaciones entre las naciones. Hay una enorme diferencia entre la
creencia de que todas las naciones se someten al inescrutable juicio de Dios y la convicción
blasfema de que Dios siempre está del lado de uno y de que los deseos propios coinciden exacta
mente con los deseos de Dios.
Por otra parte, es precisamente el concepto de interés, definido en términos de poder, el que nos
pone a salvo tanto (le esos excesos mora les corno de esa locura política. En efecto, si consideramos
a todas las naciones, incluida la nuestra, como entidades políticas en pos de sus respectivos
intereses definidos en términos de poder, entonces estaremos en condiciones de hacer justicia con
todas. Y nos encontraremos en condiciones de hacer justicia en un doble sentido: estaremos en
aptitud de juzgar a otras naciones del mismo modo como juzgamos a la nuestra y, al hacerlo de este
modo, seremos capaces de llevar adelante políticas que respeten los intereses de otras naciones al
tiempo que protegen y promueven los nuestros. En política, la moderación no puede ser más que el
reflejo de la moderación en el juicio moral”.
Hans J. Morgenthau. Política entre naciones: la lucha por el poder y la paz. GEL, Buenos Aires, 1986.
Estado social
https://es.wikipedia.org/wiki/Estado_social
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Estado social es un concepto propio de la ideología o bagaje cultural
político alemán. El concepto surge durante la Prusia de Otto von
Bismarck (mediados del siglo XIX), como propuesta del ideólogo Lorenz von Stein,1
interesado, de manera paralela a Karl Marx, en que se pudieran mejorar las
condiciones de vida de la clase trabajadora de su época. En su trabajo, von Stein,
abogaba porque se lograra un mínimo necesario que garantizara una vida digna
para los obreros, al mismo tiempo que ponía en tela de juicio el sistema capitalista
de producción. El Estado Social será asociado como cercano o incluso sinónimo del
término Estado de Bienestar, propuesto por William Temple, en 1941, con el nombre
de "Welfare State", a través del que se proponía la idea de un "empleo pleno" y
desde el que se hablaba de la necesidad de garantizar un subsidio para el trabajador
que ayudase a erradicar la pobreza dentro del Estado 2. En la actualidad forma las
bases político-ideológicas del sistema de economía social de mercado. En términos
más recientes, incorpora a su propia denominación el concepto de Estado de
derecho, dando lugar a la expresión Estado de derecho social (sozialer
Rechtsstaat),34567 y también al concepto de Estado democrático, dando lugar a la
expresión Estado social y democrático de derecho.8
Índice
1Introducción
2Orígenes y evolución del término
3Rasgos fundamentales
4Críticas
5Véase también
6Notas
7Enlaces externos
Introducción[editar]
Se considera que el Estado social es un sistema sociopolíticoeconómico definido por
un conjunto de condiciones jurídicas, políticas y económicas. En términos generales
la mayor parte de los autores de filosofía del derecho concuerdan en que un Estado
social de derecho se propone fortalecer servicios y garantizar derechos,
considerados esenciales para mantener el nivel de vida necesario para participar
como miembro pleno en la sociedad. Entre esas condiciones se citan generalmente:
Asistencia sanitaria.
Salud
Educación pública.
Trabajo y vivienda dignos.
Indemnización de desocupación, subsidio familiar.
Acceso práctico y real a los recursos culturales: (bibliotecas, museos, tiempo
libre).
Asistencia para personas con discapacidad y adultos mayores.
Defensa del ambiente natural.
Asistencia social.
Defensa jurídica y asistencia legal.
Garantiza los denominados derechos sociales mediante su reconocimiento en
la legislación.
Rasgos fundamentales[editar]
Dado su origen e influencias ideológicas, este proyecto de "liberalismo ordenado o
controlado" es, por principio, opuesto a concepciones socialistas o colectivistas. Por
ejemplo, uno de los principales promotores de la Economía Social de
Mercado, Ludwig Erhard dijo:
Nosotros rechazamos el Estado benefactor de carácter socialista, y la protección total y general del
ciudadano, no solamente porque esta tutela, al parecer tan bien intencionada, crea unas dependencias
tales que a la postre sólo produce súbditos, pero forzosamente tiene que matar la libre mentalidad del
ciudadano, sino también porque esta especie de auto-enajenación, es decir, la renuncia a la
responsabilidad humana, debe llevar, con la paralización de la voluntad individual de rendimiento, a un
descenso del rendimiento económico del pueblo. 36
Críticas[editar]
Es importante, en relación a una tentativa de crítica, mantener presente que el
Estado social es un principio, es decir, algo que, por un lado no es fácil definir
concretamente y por el otro, es diferente de la manera que se lo ha aplicado en
forma concreta. Algunos denotan esta diferencia clasificándolos en «instrumentales»
(aquellos comportamientos alternativos mediante los cuales conseguimos los fines
deseados) y «terminales» (los estados finales o metas en la vida que al individuo le
gustaría conseguir).40 Simplificando una materia que es compleja, se puede decir
que el Estado social es el principio que busca implementar a nivel social, a través de
una función del Estado o Gobierno, la solidaridad o justicia social.
La crítica liberal hacia el Estado social argumenta que, más allá de un acto de pillaje
social («el acuerdo de una mayoría sobre el reparto de los despojos que está a su
alcance extorsionar a una minoría»),41 no hay tal cosa como justicia social, que es un
concepto vacío de contenido. Friedrich von Hayek, por ejemplo, menciona:
«Descubrir el significado de lo que llaman «justicia social» ha constituido una de mis grandes
preocupaciones durante más de diez años. Confieso mi fracaso en el empeño, o, más bien, mi conclusión
de que, referida a una sociedad de hombres libres, la expresión carece de sentido. Pero sigue siendo del
mayor interés averiguar por qué razón, y pese a todo, ese concepto ha dominado el debate político durante
cerca de un siglo y ha sido utilizado con éxito en todas partes para respaldar las pretensiones de ciertos
grupos a una porción mayor de las cosas buenas de la vida.» 42
Martínez de Pisón, estando de acuerdo con ambos autores citados, agrega que "la
crítica neoliberal carece de imaginación" 46
Sin embargo, y a fin de evitar equívocos es necesario aclarar que esos autores
reconocen que la aplicación del principio del Estado social ha llevado en ocasiones a
instancias autoritarias, por ejemplo, y a fin de evitar controversias, en el estado
bismarckiano. Sin embargo sugieren que no es muy apropiado confundir esos
estados con los de los países que en la actualidad usan el término para describir sus
objetivos sociales o de gobierno (Alemania, Austria, Suiza, posiblemente España47)
En esos, el principio de la justicia social se ve como esencial para, precisamente.
salvaguardar esa libertad y democracia. El sitio internet de la Fundación Conrad
Adenauer, por ejemplo, afirma: "Nuestro trabajo se fundamenta en la convicción de
que la democracia, el Estado de Derecho y una política a favor de la garantía
efectiva de los derechos humanos son condiciones indispensables para el desarrollo
sostenible en cualquier país del mundo".48 Martínez de Pisón sugiere que no es
posible desconocer el paso de la historia, pero así como no se puede negar el
absolutismo que los partidarios -reales o putativos- del Estado social han en
ocasiones impuesto, tampoco es posible desconocer los resultados de un mercado
totalmente libre, incluyendo su incapacidad para evitar Crisis cíclicas y el resultado
tanto social como político de tales crisis. (ver obra citada). Jeffrey D.
Sachs concluye: "Von Hayek estaba equivocado. En las democracias sólidas y
vigorosas, un Estado social de bienestar generoso no es un camino a la servidumbre
sino a la justicia, la igualdad económica y la competitividad internacional." 49
Desde el punto de vista izquierdista, tanto del liberalismo progresista como
del socialismo libertario (ver Bertrand Russell) o el consejismo (ver por
ejemplo, Anton Pannekoek), el Estado social busca evitar el traspaso de poderes al
pueblo o comunidad, reemplazando la toma de decisiones a nivel local con las
basadas en consideraciones legales o técnicas exclusivas de un grupo reducido
de burócratas gobernantes. En ese sentido, es antidemocrático o antiigualitario por
naturaleza.
Desde un punto de vista marxista el criticismo es más complejo. Para esa visión, el
Estado social es simplemente el componente ideológico (político-legal) que justifica
el dominio de una clase social sobre otras y la sociedad en su conjunto. Esa
situación se debe, últimamente, a una característica de la realidad social: la
existencia de clases sociales y concomitantes promoción de sus intereses. Es
absolutamente utópico y erróneo -desde este punto de vista- proponer la solución a
tal problema a través de una legalidad que supuestamente podría estar por sobre
tales intereses, en la medida que todo sistema legal solo puede ser el resultado -a
nivel ideológico-administrativo- de tal la dominación. Esta situación puede ser
considerada injusta o antidemocrática, pero al mismo tiempo, perdurara mientras las
clases sociales existan.
La solución de largo plazo es, entonces, poner el Estado al servicio de esa clase
cuya existencia sea tal que ella misma busque eliminarse como tal. Eso se concreta
en el proletariado, es decir, en aquellos cuya existencia implica que son explotados -
ya sea por otros, por el estado o incluso por ellos mismos- Esa situación no será
menos injusta en términos generales, pero significa que el poder de decisión estará
en manos de quienes tienen un interés en terminar con la situación en lugar de
quienes se benefician de la perpetuación del sistema. En otras palabras, en la
instauración de una dictadura del proletariado que llevara a la abolición del Estado
como mecanismo de control opresivo.50
Sin embargo, la suposición que tal estado proletario será el instrumento del progreso
a la abolición del estado (o hacia el socialismo) parece ser rechazada por Marx:
"Pero en lo que concierne a las actuales cooperativas, sólo tienen valor en la medida
que son creaciones independientes de los trabajadores y no protegidas por el estado
o por la burguesía" (Crítica al programa de Gotha): "Esta es una clásica exposición
del significado de la palabra independiente como la piedra de toque del socialismo
desde abajo contra el socialismo de Estado.51 Esto ha llevado a algunos autores a
sugerir que, a pesar de ser brillantes, los escritos de Marx "dejan muchas cuestiones
de organización sin respuesta. (...) Marx sugiere que una alternativa no autoritaria,
incluso libertaria a la social-democracia y el socialismo de estado es posible, pero
falla en delinear su esquema institucional" 52
Véase también[editar]
Capitalismo renano
Economía constitucional
Economía del bienestar
Economía mixta
Economía social de mercado
Estado del bienestar
Estado de Derecho
Economía de Mercado Socialista
Derecho de interés público
Dirigismo
Mittelstand
Movimiento Revolucionario Conservador
Think tank
Socialismo de mercado
Estado garante (Enabling State)53
Notas[editar]
1. ↑ Juárez, Mario Santiago. «Propuesta para construir un Estado Social mexicano». Revista
latinoamericana de derecho social (28). ISSN 2448-
7899. doi:http://dx.doi.org/10.22201/iij.24487899e.2019.28.13149 |doi= incorrecto (ayuda). Consultado el 10
de abril de 2020.Texto «año2019 » ignorado (ayuda)
2. ↑ Juárez, Mario Santiago. «Propuesta para construir un Estado Social mexicano». Revista
latinoamericana de derecho social (28). ISSN 2448-
7899. doi:http://dx.doi.org/10.22201/iij.24487899e.2019.28.13149 |doi= incorrecto (ayuda). Consultado el 10
de abril de 2020.Texto «año2019 » ignorado (ayuda)
3. ↑ Economía Social de Mercado y Estado social de derecho
4. ↑ Principio de Estado social de derecho
5. ↑ «ESTADO SOCIAL DE DERECHO:Del planteamiento de la teoría al establecimiento de
mecanismos que lo permitan en la práctica.». Archivado desde el originalel 29 de enero de 2009.
Consultado el 18 de diciembre de 2008.
6. ↑ Las nuevas dimensiones del estado social de derecho
7. ↑ «ESTADO SOCIAL DE DERECHO». Archivado desde el original el 7 de febrero de
2009. Consultado el 18 de diciembre de 2008.