Judas Ane

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Judas

Ιούδας
"Dios comisiona la contienda"

Judas varias versiones:


Tiempo de Lectura= 0:05 / Contiene: 1 capítulo, 25 versículos y 613 palabras.
Contenidos
1 Estructura de Judas
1.1 Autor y fecha
1.2 Contexto Histórico de Judas
1.3 Retos de Interpretación
1.4 Temas históricos y teológicos
1.5 Vista Panorámica de Judas
1.6 Conexiones
1.7 Importancia en la Biblia
1.8 Carácter de Dios en Judas
1.9 Apuntes de Judas

MÉTODO CRÍTICO

1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ ESTA CARTA Y CUÁNDO? Judas, medio hermano de


Jesús y hermano de Santiago —autor de Santiago—. Puede que la haya escrito
en el tiempo en que Pedro escribió su segunda carta, entre los años 60-65 d. C.
Estas dos cartas tienen similitudes sorprendentes.

2) ¿POR QUÉ SE ESCRIBIÓ? A Judas le preocupaba que los cristianos podían


ser alejados de la verdad por astutos maestros de falsa doctrina. Escribió para
animar a creyentes a que «defiendan la fe» (versículo 3).

3) ¿DE DÓNDE FUE ESCRITO? ?


MÉTODO HISTÓRICO
1) ¿CUÁL ES EL TRASFONDO HISTÓRICO DEL LIBRO?

Impostores habían empezado a enseñar cosas que eran contrarias al evangelio


y estaban causando confusión en la iglesia. Enseñaban que realmente no
importaba cómo vivían las personas si habían sido salvas por gracia. ¡Se pueden
imaginar el desastre que esto podría producir! Judas quería asegurarse que
ningún creyente siguiera el ejemplo de Caín (Gén 4:1-25), Balaam (Núm 22:1-
24:25) o Coré (Núm 16:1-49).

2) ¿SI ES UNA EPÍSTOLA CUANDO FUE FUNDADA LA IGLESIA? Posible en


Pentecostés, y visitados por Pablo en Asia menor

3) ¿DE QUIÉN ESTÁ COMPUESTA LA IGLESIA? Judíos y gentiles

4) ¿CUÁLES SON SUS FUERZAS Y SUS DEBILIDADES? Por lo que se ve, es


una iglesia madura, en su fuerza. Y en debilidad se dejó contaminar, o que
crecieron herejías en medio de ellos. (eran varias iglesias en las casas)

MÉTODO LITERARIO
1) ¿QUE GENERO DE LITERATURA ES EL LIBRO? Epistolario

MÉTODO PANORÁMICO
1) ¿CUÁL ES LA IDEA PRINCIPAL DEL LIBRO? Advertencia contra falsos
maestros y sus doctrinas.

2) ¿CUÁL FUE LA RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE


LIBRO? Advertir a la iglesia, y como descubrir a los falsos; Y el que hacer,
(contender por la fe).
PALABRAS CLAVE EN JUDAS (RV1960): amados (vosotros,santificados, etc),
estos soñadores (éstos, ellos, los que, burladores, hombres) condenación
(destrucción, juicio).

TEMAS: Contender por la fe, identificar y rechazar la impiedad.

RECIPIENTES: Desconocidos, probablemente una sola congregación


predominantemente de cristianos judíos en alguna parte de Palestina que estaba
familiarizada con el Antiguo Testamento y también con la literatura apocalíptica
judía.

OCASIÓN: La amenaza presentada por algunos ministros itinerantes que habían


convertido la gracia en libertinaje y que han entrado encubiertamente en la iglesia.

ÉNFASIS: El juicio seguro sobre los que viven descuidadamente y enseñan a


otros a hacerlo así; la importancia de vivir santamente; el amor de Dios por los
fieles y su preservación.

CÓMO LEER JUDAS:


¿Has desconectado el detector de humo o la alarma de advertencia del cinturón
de seguridad porque no querías ser fastidiado por el ruido molesto? Ignorar esas
advertencias podría costarte tu hogar o tu vida, pero ignorar advertencias
espirituales podría ser incluso peor. Es por eso que deberíamos prestar atención a
esta carta. Judas enciende una breve y potente sirena de advertencia que no
debemos ignorar.

Judas no desperdició palabras mientras habla de lo que está mal y qué debemos
hacer al respecto. Él dejó en claro que debemos pararnos firmes por la verdad y
contender por la fe. Mientras lees puede que quieras saltar a partes de 2 Pedro.
Observa cuántos paralelos hay entre estos dos libros mientras ambos buscan
combatir la falsa enseñanza en la iglesia.

A medida que lees las palabras persuasivas de Judas, manténte atento a las
advertencias, pero también fíjate en las promesas y el ánimo a vivir vidas
cristianas genuinas. Quizá pienses que con la necesidad de luchar contra tanta
enseñanza falsa, Judas estaría algo desanimado, ¡pero es justamente lo opuesto!
Él está más impresionado con la capacidad que Dios tiene de mantenernos en su
camino que con los intentos del enemigo de desviarnos. Su canción final de
alabanza irradia gran gozo y confianza. «Y ahora, que toda la gloria sea para Dios,
quien es poderoso para evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran
alegría a su gloriosa presencia. Que toda la gloria sea para él, quien es el único
Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor. ¡Toda la gloria, la
majestad, el poder y la autoridad le pertenecen a él desde antes de todos los
tiempos, en el presente y por toda la eternidad! Amén.» (versículos 24-25).

TÍTULOS:
Judas, que se traduce "Judá" en hebreo y "Judas" en griego, fue titulada de
acuerdo al nombre de su autor (v. 1), uno de los cuatro medio hermanos de Cristo
(Mt 13:55; Mr 6:3). Como el cuarto más corto del NT (FIlm, 2 JN y 3 Jn son más
cortos), Judas es la última de ocho epístolas generales. Judas no cita el AT
directamente, pero hay por lo menos nueve referencias obvias al mismo.

Estructura de Judas

Título: “Los Apóstatas”

Versículo Clave: 1:3 “Amado, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca
de nuestra común salvación, me a ha sido necesario escribiros exhortándoos que
contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los Santos”

1:1 Judas siervo de Jesucristo


Saludo

1:3 Gran solicitud de escribiros


Falsas Doctrinas y falsos
maestros

1:5 Mas quiero recordaros


1:8 De la misma manera
1:14 De estos profetizó Enoc
1:17 Tened Memoria Amonestación práctica
1:24 Aquel que es poderoso Saludos

Autor y fecha
Aunque Judas era un nombre común en Palestina (por lo menos ocho son
nombrados en el NT), el autor de Judas generalmente ha sido aceptado como
Judas, el medio-hermano de Cristo. Se debe diferenciar del apóstol Judas, el
hermano de Jacobo (Lc 6:16; Hch 1:13). Varias líneas de pensamiento llevan a
esta conclusión:

La apelación de Judas a ser el "hermano de Jacobo", el líder del Concilio de


Jerusalén (Hch 15) y otro medio-hermano de Jesús (v.1; Gá 1:19)
La salutación de Judas es similar a la de Santiago (Stg 1:1)
El hecho de que Judas no se identifica a sí mismo como el apóstol (v.10), sino que
más bien se distingue entre sí mismo y los apóstoles (v.17)
La apostasía doctrinal y moral discutida por Judas (4-18) es un paralelo cercano
de la de 2 Pedro (2:1-3:4), y se cree que la escritura de Pedro estableció la fecha
de Judas por varias razones:
2 Pedro espera la venida de los falsos maestros (2P 2:1, 2; 3:3); mientras que
Judas lidia con su llegada (4, 11, 12, 17, 18)
Judas cita directamente de 2 Pedro 3:3 y reconoce que es de un apóstol (17, 18).
Debido a que no se hizo mención alguna de la destrucción de Jerusalén en el
70 d.C. por parte de Judas, aunque es muy probable que Judas vino después de 2
Pedro (68-70 d.C.), fue casi ciertamente escrita antes de la destrucción de
Jerusalén. Aunque Judas no viajó en viajes misioneros con otros hermanos y sus
esposas (1 Co 9:5), es muy probable que escribió desde Jerusalén. La audiencia
exacta de creyentes con quienes Judas mantuvo correspondencia es
desconocida, pero parece ser judía a la luz de las ilustraciones de Judas. Sin duda
alguna escribió a una región recientemente plagada por falsos maestros.
Aunque Judas había rechazado a Jesús como el Mesías en el pasado (Jn 7:1-
9), él, junto con otros medio hermanos de nuestro Señor, se convirtió después de
la resurrección de Cristo (Hch 1:14). Debido a su relación con Jesús, su
conocimiento como testigo ocular del Cristo resucitado y el contenido de esta
epístola, fue reconocida como inspirada y fue incluida en el canon muratorio (170
d.C). Las preguntas antiguas acerca de su canonicidad también tienden a apoyar
que fue escrita después de 2 Pedro. Si Pedro hubiera citado a Judas, no habría
habido pregunta alguna acerca de la canonicidad, debido a que Pedro entonces le
habría dado a Judas afirmación apostólica. Clemente de Roma (96 d.C.) y
Clemente de Alejandría (200 d.C) también hicieron referencia a la autenticidad de
Judas. Su tamaño diminuto y las citas de Judas de escritos no inspirados,
responde a cualquier pregunta no apropiada acerca de su canonicidad.

Contexto Histórico de Judas

Judas vivió en un tiempo en el que el cristianismo estaba bajo ataque político


severo por parte de Roma y la infiltración espiritual agresiva por parte de
apóstatas parecidos a gnósticos y libertinos que sembraban la semilla para una
cosecha gigantesca de error doctrinal. Podría ser que este fue el precursor del
gnosticismo abierto el cual el apóstol Juan confrontaría más de veinticinco años
más tarde en sus epístolas. A excepción de Juan, quien vivió al cierre del siglo,
todos los demás apóstoles habían sido martirizados, y se pensaba que el
cristianismo fuera extremadamente vulnerable. De esta manera, Judas llamó a la
iglesia a pelear, en medio de una intensa batalla espiritual, por la verdad.
Retos de Interpretación

Debido a que no hay asuntos doctrinales discutidos, los retos de esta carta tienen
que ver con interpretación en el proceso normal de discernir el significado del
texto. Judas no cita de fuentes no canónicas, pseudopígrafas (esto es, el autor
mismo no fue el que se nombró en su título). Tales fuentes son el Libro de Enoc
(v.14) y la Asunción de Moisés (v.9) para apoyar sus puntos. ¿Fue esto
aceptable? Debido a que Judas estaba escribiendo bajo la inspiración del Espíritu
Santo (2 Ti. 3:16; 2 P. 1:20, 21) e incluyó material que era preciso y verdadero en
sus afirmaciones, él no hizo algo diferente a Pablo (cp. Hch 17:28; 1 Co. 15:33; Tit.
1:12).

Temas históricos y teológicos

Judas es el único libro del NT enfocado exclusivamente a confrontar la


"apostasía", lo cual quiere decir deserción de la fe biblica verdadera (v. 3, 17). Los
apóstatas son descritos en otros lugares en 2 Tesalonicenses 2:10; Hebreos
10:29; 2 Pedro 2:1-22; 1 Juan 2:18-23. Él escribió para condenar a los apóstatas y
alentar a los creyentes a contender por la fe. Él llamó al discernimiento por parte
de la iglesia y a una defensa rigurosa de la verdad bíblica. Él siguió los ejemplos
antiguos de:

Cristo (Mt. 7:15 en adelante; 16:6-12; 24:1 en adelante; Ap. 2; 3)

Pablo (Hch. 20:29, 30; 1 Ti. 4:1; 2 Ti. 3:1-5; 4:3, 4)

Pedro (2P. 2:1, 2; 3:3, 4)

Juan )1Jn. 4:1-6; 2Jn. 6-11)

Judas está repleta de ilustraciones históricas del A.T las cuales incluyen:

El Éxodo (v.5)
La rebelión de Satanás (v. 6)
Sodoma y Gomorra (v.7)
La muerte de Moisés (v.9)
Caín (v.11)
Balaam (v. 11)
Coré (v.11)
Enoc (v. 14, 15)
Adán (v. 14)

Judas también describe de una manera vívida a los apóstatas en términos de su


estado espiritual y actividades inconscientes (v. 4, 8, 10, 16, 18, 19). Además tomó
ilustraciones de la naturaleza para ilustrar la futilidad de su enseñanza (v. 12, 13).
Mientras que Judas nunca comentó acerca del contenido de su falsa enseñanza,
fue suficiente demostrar que la vida personal degenerada de cada uno de ellos y
ministerio sin frutos mostraba sus intentos por enseñar error como si fuera verdad.
Este énfasis en el estado espiritual repite el tema constante con respecto a los
falsos maestros, su corrupción personal. Mientras que su enseñanza es
inteligente, sutil, engañosa, atractiva, y entregada en muchísimas formas, la
manera común de reconocerlas es ver detrás de sus frentes espirituales falsos y
ver la vida impía de ellos (2 P. 2:10, 12 18, 19).

Vista Panorámica de Judas

Las doctrinas de la fe cristiana, confiadas a los creyentes (vers. 3), son dignas de
defenderse. Este es el grito de guerra de la única carta del Nuevo Testamento
dedicada exclusivamente a la guerra contra la apostasía moral y espiritual (vers.
3–4, 17–18). El enfoque no es tanto en el contenido de la enseñanza falsa,
aunque se menciona la negación de la deidad de Cristo (vers. 4), sino en el estilo
de vida de los malvados perpetradores (se menciona impíos seis veces en los
vers. 4, 15, 18). Los sentimientos del escritor son tan fuertes sobre este asunto
que deja a un lado su propósito original para tratar con ello (vers. 3).

El escritor dice que se llama Judas, un siervo de Jesucristo (vers. 1). Santiago, el
hermano de Jesús, era su hermano mayor (vers. 1; Mt 13:55; v. Vista Panorámica
de Santiago). Esto ayuda a identificar al escritor de esta carta, porque Judas (así
en gr.; “Judah” en heb.) era un nombre común en Israel. Judas no se refiere a sí
mismo como apóstol. Al contrario, deliberadamente él no se incluye con los
apóstoles (vers. 17–18). Como los otros hermanos de Jesús (Mt 13:55; Mr 6:3),
Judas continuó siendo incrédulo durante gran parte del ministerio público de Jesús
(Jn 7:3–8). No fue sino hasta después de la resurrección del Señor que él se
encontraba entre los creyentes esperando la promesa del Espíritu Santo (Hch
1:14). No se menciona desde dónde Judas escribió, aunque es probable que su
ministerio se haya centrado en Jerusalén.

Los lectores son descritos como llamados (vers. 1), amados (vers. 1, 17, 20) y
guardados (vers. 1). Es claro que ellos eran cristianos que oraban con eficacia
(vers. 20) y parece que tenían una comprensión madura de las Escrituras (vers. 5;
cp. vers. 3). No se especifica el destinatario de la carta, pero los recipientes de
Judas eran gente a quienes el Antiguo Testamento debió haberles sido familiar, ya
que se mencionan Satanás (vers. 6), Adán (vers. 14), Caín (vers. 11), Enoc (vers.
14–15), Sodoma y Gomorra (vers. 7), el éxodo (vers. 5), Moisés (vers. 9) y Balaam
y Coré (vers. 11). Judas cita también literatura no canónica conocida por sus
lectores (vers. 14; cp. I de Enoc; vers. 9; cp. La Asunción de Moisés). El apóstol
Pablo emplea una táctica semejante en algunos de sus mensajes y cartas (Hch
17:28; 1 Co 15:33; Tit 1:12).

Judas escribe de las condiciones que ya existían en aquellas iglesias (vers. 4),
mientras que el apóstol Pedro anticipó una apostasía que habría de venir (2 P
2:1). Judas cita de 2 P 3:3 en los vers. 17–18.

Esta carta se escribió probablemente entre el 69 y el 75 d.C., aunque no se


menciona la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C.

En los saludos iniciales Judas se presenta y desea para sus lectores misericordia,
paz, y amor (vers. 1–2). El enfoque en el cuerpo de su carta es doble. Primero
describe a los líderes impíos, de modo que puedan ser identificados y
confrontados (vers. 4–16). Su presencia en la comunidad cristiana (vers. 4–8) era
notoria por su sutileza (vers. 4), repetición de errores pasados (vers. 5–7) y el
desprecio por las cosas sagradas (vers. 8). Su actitud implica el reproche del
Señor (vers. 9) de que serán destruidos (vers. 10) y recibirán el juicio de Dios
(vers. 11). Sus características eran prometer lo incierto (vers. 12–13), un estilo de
vida corrupto (vers. 14–15) y ambiciones veladas (vers. 16).
Judas luego desafía a los creyentes a contrarrestar a estos líderes impíos (vers. 3,
17–23). Les exhorta a contender por la fe (vers. 3) y a tener en cuenta la
advertencia de los apóstoles (vers. 17–18) como razones para hacerlo así. Hay
adversarios específicos contra quienes luchar (vers. 19). Las acciones que deben
tomarse se concentran en reavivar el fervor espiritual por la fe (vers. 20–21) y
rescatar a los que son presa de la impiedad (vers. 22–23). La doxología final (vers.
24–25) es una de las más bellas en el Nuevo Testamento. Sus palabras son
apropiadas y alentadoras para los creyentes en cada generación que son
bombardeados por ideas y valores que le restan magnificencia a Jesucristo el
Señor.
Conexiones

El libro de Judas está lleno de referencias al Antiguo Testamento, incluyendo


Éxodo (v.5); la rebelión de Satanás (v.6); Sodoma y Gomorra (v.7); la muerte de
Moisés (v.9); Caín (v.11); Balaam (v.11); Coré (v.11); Enoc (vv.14-15); y Adán
(v.14). El uso de Judas de las bien conocidas ilustraciones históricas de Sodoma y
Gomorra, Caín, Balaam, y Coré, les recuerda a los judíos cristianos la necesidad
de la fe verdadera y la obediencia.

Importancia en la Biblia

Judas escribe como un defensor de la fe (versículo 3). Los impíos no son los
paganos fuera de la iglesia, sino los falsos profetas que están dentro (12). El que
se relacionen con la fe no quiere decir que vivan en la fe. Los impíos no tienen al
Espíritu (versículo 19) como los justos (20). El impío permanecerá eternamente en
la oscuridad de las tinieblas (13), pero el justo vivirá eternamente (21). Al describir
a sus oponentes, Judas utiliza alegorías hirientes, y exhorta a los creyentes a
afirmarse en las enseñanzas de los apóstoles (17) y en el amor de Dios (21), y a
luchar por rescatar de una destrucción cierta los que están engañados (22–23).

Carácter de Dios en Judas


Dios es glorioso: versículos 24, 25
Dios está lleno de gracia: versículo 4
Dios juzga: versículos 5, 6, 14, 15
Dios es Señor: versículo 4
Dios es amoroso: versículos 1–3, 21
Dios es sabio: versículo 25
Cristo en Judas
Judas abre su ataque contra la apostasía dirigiéndose a los creyentes, «a los
llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo» (v. 1). Cristo
mantiene a resguardo a los creyentes para la vida eterna, lo cual no es el destino
de los apóstatas, pues ellos son condenados. Judas concluye su carta animando a
los creyentes en el poder de Cristo, y proclama a Jesús como «aquel que es
poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria
con gran alegría» (v. 24). Aunque" (from "El manual bíblico MacArthur: Un estudio
introductorio a la Palabra de Dios, libro por libro (Spanish Edition)" by John F.
MacArthur)

El autor y la autenticidad de la epístola


Judas en los Libros del Nuevo Testamento
Al principio de la epístola el autor se hace llamar "Judas, el siervo de Jesucristo y
hermano de Santiago". "Siervo de Jesucristo" significa "ministro u obrero
apostólico". "Hermano de Santiago" lo identifica como el hermano de Santiago kat
exochen, quien era bien conocido por los cristianos hebreos destinatarios de la
epístola de San Judas. Este Santiago es identificado como el obispo de la iglesia
de Jerusalén (Hechos 15:13; 21:18), a quien San Pablo llama "el hermano del
Señor" (Gálatas 1:19), también autor de la epístola católica de Santiago y
considerado entre los intérpretes católicos como el Apóstol Santiago hijo de Alfeo
(Santiago el Menor). Esta última manera de identificarlo, sin embargo, no es
evidente, ni parece quedar fuera de toda duda desde un punto de vista crítico. La
mayoría de los comentaristas católicos identifican a Judas con el "Judas Jacobi"
("Judas, el hermano de Santiago") de Lucas 10:16 y Hechos 1:13 -- también
llamado Tadeo (Mateo 10:3; Marcos 3:18) -- refiriéndose la expresión al hecho de
que su hermano Santiago era más conocido que él mismo en la iglesia primitiva.
Este punto de vista queda ampliamente confirmado por el título "el hermano de
Santiago", mediante el cual Judas se designa a sí mismo al principio de la
epístola. Si se comprueba esta identificación, queda claro que Judas, el autor de la
epístola pertenecía a los Doce Apóstoles. Esta opinión es muy probable. Más allá
de esto no encontramos más información con respecto a Judas en el nuevo
testamento, excepto que los "hermanos del Señor", entre quienes Judas era
incluido, eran conocidos por los Gálatas y los Corintios; además que varios de
ellos estaban casados y que no creyeron completamente en Jesucristo hasta
después de la Resurrección (I Corintios 9:5; Gálatas 1:10; Juan 7:3-5; Hechos
1:14). A partir de un hecho de Hegesipo contado por Eusebio (Hist. eccl. III, ix, x,
xxi) nos enteramos que se decía de Judas que "había sido hermano del Señor en
la sangre", y que dos de sus nietos vivieron durante el reinado de Traján (sin
embargo, vea el artículo Hermanos del Señor en la Enciclopedia Católica).

Tradición sobre la legitimidad y estatus en el canon de la Epístola


La Epístola de Judas es una de las llamadas antilegomena; pero, aunque su
canonicidad ha sido cuestionada por varias iglesias, su autenticidad nunca ha sido
puesta en duda. La brevedad de la epístola, sus coincidencias con la II de Pedro, y
las supuestas citas de libros apócrifos, crearon prejuicios contra esta carta, los
cuales se han superado gradualmente. La historia de su aceptación por la Iglesia
es, en breves palabras, la siguiente:

Existen algunas coincidencias o analogías entre la carta de Judas y los escritos de


los Padres de la Iglesia -- entre Bernabé II, 10 y Judas 3, 4; Clemens Romanus,
Ep. xx, 12; y Judas 25; Ep. ad Polyc., iii 2 y iv, 2; así como Judas 3,20, Mart.
Polyc., xx, y Judas 24 y siguientes. Es posible, aunque no seguro, que los pasajes
aquí mencionados fueran aludidos por el texto de Judas. La similitud entre
"Didache" ii, 7 y Judas 22 y siguientes parece no ser accidental, mientras que en
Atenágoras (año 177 D.C. aprox.), "Leg.", xxiv y en el "Ad Auto." II, xv de Teófilo
de Antioquia (m. aprox. 183), hay una clara referencia a Judas 6 y 13
respectivamente.

La más temprana referencia positiva a la Epístola ocurre en el Fragmento


Muratoriano, "Epistola sane Judae et superscriptae Joannis duae in catholica [scil.
Ecclesia] habentur". La Epístola fue entonces reconocida como canónica y
apostólica (ya que se refiere a Judas el apóstol) en la Iglesia Romana
aproximadamente en el año 170. Al final del segundo siglo, también fue aceptada
como canónica y apostólica por la Iglesia de Alejandría (clemente de Alejandría,
"Paed.", III, viii, seguida por Origen), y por la Iglesia Africana de Cartago. Al
principio de la tercera centuria la Epístola fue aceptada universalmente excepto
por la primitiva Iglesia Siria del Este, donde no se reconoció ninguna de las
epístolas católicas ni el Apocalipsis.

Esta aceptación tan marcada, que representa la voz de la antigua tradición,


testifica la canonicidad y autenticidad de la epístola de Judas. Durante el tercero y
cuarto siglos surgieron en varias iglesias dudas y sospechas basadas en evidencia
interna (especialmente por supuestas citas del Libro de Enoc y la "Asunción de
Moisés"). Sin embargo, el prejuicio creado contra esta carta deuterocanónica se
superó pronto, ya que la epístola fue universalmente aceptada por la Iglesia
Occidental recién iniciado el siglo quinto (vea Canon del Nuevo Testamento).

En la Iglesia Oriental, Eusebio de Cesárea (260-340) colocó la epístola de san


Judas entre los antilegomena o "libros controvertidos que sin embargo son
conocidos y aceptados por la mayoría" (Hist. eccl., II xxii; III, xxv); Eusebio
incorporó todas las epístolas católicas a las 25 copias de la Biblia en que escribió
para la Iglesia de Constantinopla por mandato de Constantino. San Atanasio (m.
387) y san Epifanio (m. 403) colocaron la carta de Judas entre los escritos
canónicos y apostólicos. Junilio y Pablo de Nisibis en Constantinopla (513) la
mantuvieron como mediae auctoritatis. Sin embargo, en el siglo sexto la Iglesia
Griega reconoció la carta como canónica.

El reconocimiento de la epístola de san Judas por la Iglesia Siria no es muy claro.


En Siria Occidental no se encuentran rastros de la carta de Judas en el siglo
quinto. En Siria Oriental la versión siria más antigua de la epístola estaba
desprovista del Peshito, pero las versiones Filoxenia (508) y Heracleon (616) eran
aceptadas. Excepto entre los Nestorianos Sirios, no hay rastros de ninguna
contradicción eclesiástica desde el inicio del siglo sexto hasta el Concilio de
Trento, en el cual se definió la canonicidad de los libros protocanónicos y
deuterocanónicos del Nuevo Testamento.

Dificultades que surgen del texto


El fraseo del verso 17 -- que algunos críticos han tomado como evidencia de que
la epístola fue escrita en el siglo II -- no implica que los destinatarios de la epístola
hubieran recibido anteriormente instrucciones orales de todos los Apóstoles, ni
que Judas mismo no fuera uno de los Apóstoles. El texto ton apostolon sólo
implica que varios de los Apóstoles habían predicho a los lectores que los
"impostores" descritos por el autor atacarían la Fe; no es la separación temporal,
sino la distancia física lo que lleva a Judas a referirse a los Apóstoles dispersos
como un cuerpo. Tampoco se excluye asimismo de este cuerpo, sólo declara que
no era uno de los Apóstoles que hicieron esa profecía. El autor de la II de San
Pedro, quien con frecuencia se clasifica a sí mismo como uno de los Apóstoles,
usa la expresión similar ton apostolon humon (3:2), y ciertamente ésta no implica
que él no fuera uno de los Apóstoles.

Muchos eruditos protestantes han sostenido que los falsos maestros denunciados
por Judas son gnósticos del siglo II. Sin embargo, como bien dice Bigg: "en
realidad esa creencia no se puede sostener" (op. cit. infr.), ya que san Judas no da
detalles sobre los errores denunciados en su pequeña carta, como tampoco lo
hace San Pedro, y no hay bases para relacionar a los falsos maestros con alguna
de las sectas gnósticas que ahora conocemos. No hay nada en las referencias a
falsas doctrinas que nos obligue a buscar en épocas posteriores al tiempo de los
Apóstoles.

El uso de escritos apócrifos, aunque pudiera comprobarse, no es argumento


contra la apostolicidad de la epístola; a lo sumo, sólo podría invalidar su
canonicidad e inspiración. Didymus ("Enarr. in Epist. Judae" en P.G. XXXIX, 1811
sg.), Clemente de Alejandría (Adumbr. en Ep. Judae) y Origen (De Princ. III, ii, 1)
supusieron que el verso 9, que contiene referencias concernientes al cuerpo de
Moisés, fue tomado de la "Asunción de Moisés", la cual sin duda es anterior a la
Epístola de Judas. Probablemente Judas haya aprendido la historia de esa
contienda por la tradición judía. De todos modos, es evidente que Judas no cita la
"Asunción" como una autoridad escrita, y mucho menos como un libro canónico.

En lo concerniente a la profecía de los versos 14 y siguientes, muchos eruditos


católicos admiten que es una cita abreviada y libre del libro apócrifo de Enoc I, 1,
9, el cual ya existía un siglo antes de que San Judas escribiera. Pero nuevamente,
San Judas no cita a Enoc como libro canónico. Como comenta Plumptre (op. cit.
infra, 88), no es extraño que Judas use libros no incluidos en el canon judío del
Viejo Testamento "como ilustraciones que dieran sentido y fuerza a sus consejos.
Los falsos maestros contra los cuales escribió se caracterizaban en gran medida
por su gusto por las fábulas judías, y las referencias alusivas a libros que les eran
familiares eran por lo tanto de la naturaleza de un argumentum ad hominem. Es
decir que los combatió con sus propias armas". Simplemente trata de recordar a
los lectores lo que saben. No afirma ni enseña el origen literario del libro apócrifo,
pues no es esa su intención. Simplemente hace uso del conocimiento general que
con lleva, de la misma manera que la mención de la disputa entre Miguel y el
diablo es simplemente una alusión a lo que se asume que los lectores conocen.
Por lo tanto, ninguno de los pasajes ofrece dificultades en absoluto contra la
canonicidad de la epístola o contra la doctrina católica de la inspiración.

La relación de Judas con la Segunda Epístola de San Pedro


El parecido de pensamiento y lenguaje entre la epístola de San Judas y la II de
San Pedro basta para asegurar que uno de los dos escritores pidió prestado al
otro: la hipótesis de que ambos escritores tomaron prestado de un documento en
común debe descartarse por no tener ningún fundamento. La pregunta sigue en el
aire: ¿cuál de las dos epístolas antecedió a la otra? Tanto la anterioridad de la II
de Pedro como la de la epístola de san Judas han encontrado firmes defensores, y
mucho se ha escrito acerca de esta compleja pregunta. Los siguientes
argumentos, sin embargo, nos guían a la conclusión de que la epístola de San
Judas fue primero:

No es poco común que San Pedro arroje luz sobre los oscuros pasajes de la
epístola de Judas, o que interprete los pasajes más difíciles. En una ocasión, los
pone en forma más corta o usa términos más generales; en otra, aunque en
general aduce los mismos argumentos, agrega uno nuevo u omite otro. Esto
muestra que probablemente San Pedro había leído la Epístola de San Judas.
Compare especialmente el versículo 2:12 de la II de San Pedro con Judas 10.
Esto puede confirmarse no sólo con la comparación entre el versículo 1:17 de la II
de Pedro con Judas 13 -- donde San Pedro redobla la comparación de Judas y le
agrega fuerza, en tanto que la carta de Judas tiene más comparaciones -- sino
también comparando el estilo de ambos, ya que mientras el estilo de Judas
permanece siempre igual, el de Pedro difiere un poco de su forma acostumbrada
de escribir, y las razones de este cambio parecen ser el tema de escritura y la
influencia de la epístola de San Judas.

Finalmente, es más probable que San Pedro haya asimilado en su obra el texto de
la epístola de San Judas que Judas haya incluido en sus escritos sólo una parte
de la epístola de San Pedro. Si Judas escribió después que Pedro y encontró el
mismo estado de cosas, ¿por qué omitió el resto de las preguntas? (Por ejemplo,
las dudas sobre la Parusía). O, ¿por qué habría de dar sólo un resumen de la
epístola de San Pedro para combatir a los mismos herejes, omitiendo por
completo los argumentos más fuertes?

Vocabulario y Estilo
El vocabulario de la epístola de San Judas prueba que el autor un judío saturado
del Viejo Testamento y hebraísmos, pero familiarizado con el koine dialektos -- el
"dialecto común". Trece palabras que aparecen en la epístola de San Judas no
aparecen en ninguna otra parte del Nuevo Testamento. Algunas palabras del
nuevo dialecto cristiano aparecen en la epístola de San Judas así como en las
Epístolas Paulinas; sin embargo, no se puede comprobar una afinidad literaria ni el
uso de citas directas. El estilo, aunque algunas veces poético, siempre revela el
tono de autoridad y severidad de un hombre de rango apostólico.

Análisis de la Epístola
(a) Exordio. Saludo y buenos deseos (versos 1-2), ocasión y propósito de la carta
(3-4).

(b) Primera Parte. Ataca furiosamente a los falsos maestros; describe su vida y
sus errores (5-16). Serán castigados severamente, como es evidente a partir del
severo castigo dado a los israelitas incrédulos en el desierto (5), a los ángeles
malvados (6), y a los habitantes de Sodoma (7). Menciona sus perversas vidas y
enseñanzas (8), y contrasta la modestia del Arcángel Miguel (9) con su orgullo
(10). Profetiza para los herejes el castigo de Caín, Balam y los hijos de Coré por
haber imitado sus errores (11-3). Enoc ya ha profetizado el juicio de Dios sobre
ellos (14-6).

(c) Segunda Parte. Exhorta a los fieles (17-23). Deben recordar las enseñanzas de
los Apóstoles, quienes les habían advertido la llegada de dichos herejes (17-19).
Deben conservar la Fe, mantenerse en el amor de Dios, y esperar la vida eterna
(20-21). Cuál debía ser su comportamiento hacia los cristianos que habían caído
(22-23).

(d) Epílogo. Una hermosa doxología (24-25).

Ocasión y objeto
Ocasión. La ocasión de esta epístola es la diseminación de errores dogmático-
morales entre los cristianos hebreos, seudo doctores "se han infiltrado" y abusan
de la libertad cristiana dándose a la intemperancia; además de "negar al único
soberano y nuestro Señor Jesucristo" (4).
Objetivo. La intención de Judas era prevenir a los lectores, los cristianos hebreos,
contra tales enseñanzas depravadas, y exhortarlos a mantener fielmente la
enseñanza de los Apóstoles.

Destinatarios
La dedicatoria dice así: tois en Theo patri hegapemenois kai lesou Christo
teteremenois kletois (a aquellos amados en Dios Padre, preservados en Cristo
Jesús y llamados). Quienes son los kletoi, o "llamados", queda aclarado por el
contexto. No son todos los cristianos del mundo, sino los de una Iglesia en
particular (versos 3, 4, 17 y 22). Varios comentaristas piensan que la Epístola de
San Judas fue dirigida a las mismas iglesias de Asia Menor a las que San Pedro
escribió su epístola. Según dichos comentaristas, esa opinión debe conservarse
porque en ambas epístolas se condenan los mismos errores, y también porque
Judas (v. 17) parece haber conocido la II de Pedro, y muestra que la profecía del
Príncipe de los Apóstoles ha sido verificada. Sin embargo, ya hemos probado que
el segundo argumento no es válido (ver sección I, 4); en cuanto al primero, existen
dos objeciones:

Los errores condenados en la Epístola de San Judas y en la II de Pedro pueden


haberse diseminado en países fuera de Asia Menor. Encontramos en la epístola
de Judas varias razones para creer que la epístola fue dirigida, no a los cristianos
gentiles de Asia Menor, sino a los cristianos hebreos de Palestina o de un país
vecino.

Fecha y lugar de composición


Fecha. Es difícil establecer la fecha exacta en que Judas escribió su epístola. Pero
las doctrinas que ataca, y el relajamiento de la moral o la llamada antinomismus,
parecen indicar el fin de la era Apostólica. Por otro lado, Judas parece haber
escrito antes del año 70; de lo contrario, en los versículos 5-7 habría hablado de la
destrucción de Jerusalén. En dichos versículos, San Judas menciona los
diferentes castigos aplicados a los prevaricadores, y por lo tanto en su exhortación
a los cristianos hebreos no podría haber pasado por alto una calamidad tan
terrible. Además, hemos demostrado que la epístola de San Judas fue escrita
antes que la II de Pedro, la cual probablemente fue escrita en el año 64 (65). Por
lo tanto, la de San Judas debe haber sido escrita poco antes del 64 (65).

Lugar de Composición. Sólo podemos imaginar, pero preferimos la opinión de que


la epístola fue escrita en Palestina, y probablemente en Jerusalén.
REPUBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA
CENTRO DE FORMACION
TEOLOGICA
FILADELFIA
MARACAIBO ,ESTADO
ZULIA

METODOLOGÍA BÍBLICA. SABATINO.

Método Sintético.

JUDAS

PROFESOR Freddy Pérez. ALUMNO Anelaina Annina Urdaneta Atencio.

Método Sintético
Tema Central:
Movimiento Apostata.
 Gestación.
 Manifestación
 Terminación.
Tono exhortación y didáctico
Palabras claves apostasía, impío, Dios es Poderoso, contender ardidamente por
la fe.
Párrafos
Numero Referencia Contenido
1 1-2 Identificación y Saludo.
2 3-4 Motivo de la Carta: Apostasía y su origen.
3 5-7 Apostasía en el Pasado.
4 8-19 Los Apostatas.
5 20-23 Contrarrestar la Apostasía.
6 24-25 Respaldo de Dios a los Creyentes.

Arreglo y Estructura BOSQUEJO


Sección Versículo
Introducción. 1-3
a. Identificación del Autor. 1
b. Saludo. 2
c. Motivación de la Carta. 3
I. Reconociendo la Apostasía. 4-7
a. Origen. 4
b. Antecedentes de la Apostasía. 5-7
II. Características de los Apostatas. 8-16
a. No sujeción. 8-9
b. Corruptos. 10
c. Desviados. 11
d. Formaban parte de nosotros. 12
e. Final mortal eterno. 13-16
III. Recordatorio y Advertencia. 17-19
a. Apela a la Memoria. 17
b. Los Burladores. 18
c. Sin el Espíritu. 19
IV. El Combatiente de la Fe. 20-23
a. Es Edificado sobre la Fe. 20
b. Ora en el Espíritu. 20
c. Conservado en el Amor. 21
d. Esperando la Vida Eterna. 21
e. Convence al que Duda a Algunos. 22
f. Salva Arrebatando del Fuego a Otros. 23
g. Aborrece la Maldad. 23
V. Certeza del Poderío de Dios. 24-25
a. Dios es Poderoso. 24
b. Es Él Único Dios. 25

Método Histórico
Método Biográfico
Método teológico
Método devocional

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